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diumenge, 8 de maig del 2016

Carta de ultratumba de Maquiavelo a Pedro Sánchez

Desde las regiones hiperbóreas en las que me hallo observo con interés, caro Pietro Sánchez, vuestro gran esfuerzo por alcanzar el principado en condiciones difíciles, llenas de trampas y peligros y con tantos enemigos al acecho dispuestos a liquidaros y repartirse vuestros despojos. Siempre he sentido admiración por los hombres valerosos, los audaces condotieros que se apoderan de grandes principados con su ingenio y valor y la audacia de su aguerrido brazo.

Permitidme que, pues renováis hoy el juramento de lealtad de vuestras huestes, con esos 30.000 bravi dispuestos a acompañaros al combate, os dé algunos consejos, producto de mi experiencia en los asuntos del Poder y las técnicas para conquistarlo y conservarlo. Sé que amáis vuestra Patria tanto como la suya los valerosos pictos que lucharon contra las legiones de Adriano y sé también que, aunque os manifestáis como un abyecto cortesano ante vuestro Rey, en el fondo de vuestra alma sois republicano. Esa capacidad para el disimulo os hace grato a mis  ojos de taimado florentino y solo por ella os diré alguna quisicosa más.

Revestido con vuestra nueva autoridad, ejercedla sin demora y hacedlo con quienes más a mano tenéis: los vuestros. No permitáis que ninguno de esos missi dominici repartidos por los confines de la monarquía se haga fuerte o pueda levantar facción contra vos. Llamad a capítulo a vuestra gonfaloniera del Sur, antes de que en su insensata soberbia se interponga en vuestro camino.

Salid al campo de Marte cubierto con gruesa cota de malla para que los ataques de los enemigos no os hieran. Y felicitaos de que se produzcan. Si os atacan es porque os temen y, al hacerlo, hacen presente vuestra imagen en todos los lares de la patria. Si os niegan vuestra autoridad y la sinceridad de vuestras intenciones, ello no os afecte. Al fin y al cabo, ambas pueden fingirse siempre sobre todo si contáis con una guardia del pretorio capaz de defenderos en situaciones difíciles.

Tenéis que conquistar los platós de la televisión, que habéis abandonado a vuestros adversarios quienes llevan ya tiempo repitiendo allí sus consignas en contra de vuestra casa e intenciones. Estáis obligado a recurrir más a los medios de comunicación porque es en ellos en los que se encuentra la Fortuna que todo guerrero necesita por mucha que sea su virtú, nunca suficiente. Recordad cómo Gatamelata llegó a viejo cubierto de gloria y poder, precisamente por haber sabido domeñar la Fortuna.

La necessitá debiera obligaros a ser más ingenioso o, incluso, a ser algo ingenioso porque al natural no lo parecéis. Y quieran los hados adornaros con algunas luces que os faltan. Os espera batalla en un doble frente, en contra del actual príncipe en el trono que, para defenderlo, os atacará a muerte y en contra de unos jóvenes gibelinos que, al grito de ¡Podemos!, pretenden arrebataros vuestra posición, sustituiros en ella y dejaros sin la posibilidad de conquistar el principado. Tened además en cuenta que estos dos enemigos, patricios y plebeyos, siempre que puedan se pondrán de acuerdo en contra de vos. 

Emplead vuestra virtú en sellar una alianza con el otro grupo "emergente", el de los güelfos que se autotitulan Ciudadanos y presentadla en el foro como vuestra gran aportación de gentes  concernidas por el porvenir de la nación,  modernizadoras, centristas y moderadas, algo que el pueblo siempre, temeroso de radicalismos, valora mucho. Tened  presente el ejemplo de aquel astuto monarca, Fernando de Aragón, en quien yo mismo me inspiré, porque lo sabía inspirado por la Providencia. 

Os atacarán, acusándoos de haberos aliado con el maligno por vuestra ansia de poder. No os importe. Esos ataques mantendrán viva la atención del pueblo en vuestra persona y os ayudarán a convencer a los güelfos, la otra parte de la alianza, de que le interesa echar su suerte con la vuestra porque, al fin y al cabo ambos queréis el poder.

Y recordad siempre que la gloria solo la alcanza quien osa ir por ella al precio que sea.
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Post Scriptum: quizá debiérais, aunque se me hace arduo, dada vuestra cerrada mentalidad centro-imperial y escurialense, aveniros con las tribus bárbaras que moran al norte del Íber, hispánico río. Son gentes insumisas, muy apegadas a su vetusta cultura y lengua y de trato difícil por su gran amor a la independencia. Ofrecedles la administración de sus propios tributos, liberándolas de las exacciones a las que las someten los actuales procónsules y virreyes. Quizá consigáis convencerlas de que se alisten en vuestros invictos tercios; pero lo dudo.

dimecres, 27 d’abril del 2016

Cataluña y el gobierno de Madrid

Aquí está ya mi artículo de hoy en elMón.cat. Justo en este momento en que Cataluña camina hacia la independencia, en Madrid no hay gobierno central. Mucho peor: después de cuatro años de un verdadero desgobierno, hecho de rapiña, saqueo, corrupción, arbitrariedad, nepotismo, neofranquismo, beatería, después de cuatro años de un gobierno nacionalcatólico, más estúpido y meapilas que los de Franco, nos encontramos con un vacío de poder. Y vaya usted a saber hasta cuándo durará, dado que, según todos los indicios, les resultados pueden ser un calco de los que dejaron las elecciones del pasado 20 de diciembre.

Barcelona y Madrid, Cataluña y España, han vivido generalmente de espaldas. Un noventa y tantos por ciento de los españoles no solo no sabe catalán sino que ni lo entiende y un porcentaje también muy elevado se cabrea cuando los catalanes lo hablan en su presencia porque cree que lo hacen para fastidiar. Llegar hasta aquí sanos y salvos ha sido un milagro. Seguir adelante será un portento.

Es interesante peguntarse qué interesará más a los independentistas catalanes, si que haya o no haya gobierno en Madrid. No adelantaré mis conclusiones. Aquí puede leerse la versión castellana del artículo:

¿Importa en Cataluña el gobierno de Madrid?

A primera vista se diría que sí, al menos mientras lo que se decida en Madrid influya en Cataluña. Pero ¿para qué importa ese gobierno? Suele decirse en estos casos que para tener un interlocutor. Sin embargo eso no es decir mucho porque lo habitual es la falta de interlocución con Madrid o, cuando se da, la interlocución negativa. Madrid es el muro del no o el del silencio. Madrid y Barcelona son dos entes que, en el mejor de los casos, se “conllevan” orteguianamente; en el peor, se enfrentan; y entre medias, en situación de normalidad, se ignoran.

Pero ahora, con un proceso de desconexión en marcha, la habitual mutua ignorancia quizá no sea la actitud más inteligente. De ahí que los sectores políticos con una mínima sensibilidad democrática hayan hecho movimientos de tanteo, a ver cómo están las circunstancias. Los tres dirigentes de la oposición han ido a ver a Puigdemont y Puigdemont ha tomado la iniciativa de presentarse en La Moncloa con una lista de cuestiones pendientes de solución que ya se acercan al medio centenar.

La reacción del Estado, ahora en funciones, ha sido la habitual del enrocamiento imperial y carente de todo ánimo dialogante y democrático: no a la petición principal de una consulta y para las 43 restantes, nómbrese una comisión de viceautoridades que en España equivale al silencio. Como siempre: no y silencio hasta cuando no hay gobierno. ¿Merece la pena que lo haya? Según los políticos españoles, sí, aunque no lo demuestren con sus actos. ¿Merece la pena a los catalanes? Eso es lo que hay que matizar.

Se diría que, a los efectos de los fines estratégicos (independencia en la Generalitat, unionismo en el gobierno de Madrid) conviene que los dos gobiernos sepan a quien llamar en caso de necesidad. Pero eso puede ser inercial. Cuando hay gobierno en Madrid, aunque esté en uso pleno de sus competencias, a los efectos catalanes, siempre está en funciones, porque carece de estrategia alguna que no sea la conservación del statu quo. El statu quo que le ha llevado a que no haya gobierno, como puede verse.

Los nacionalistas catalanes han colaborado muchas veces a la gobernación de España y han sido decisivos en bastantes de ellas no siempre al gusto de todos. Pero, desde la decantación del nacionalismo por la independencia, esta tradición no tiene sentido. Los diputados catalanistas solo pueden coadyuvar a la formación de un gobierno en España que se comprometa a facilitar la autodeterminación con posible secesión catalana. Es decir, España solo puede tener gobierno si el gobierno trabaja contra España. No es una contradicción nueva. Los gobiernos de España siempre han trabajado en contra de España. Lo que sucede es que ahora la contradicción sale a la luz y pone de relieve el problema en toda su crudeza: que no es la “cuestión catalana”, sino la cuestión de la viabilidad de España.

En estas circunstancias y luego de los tres meses de negociaciones para la formación de gobierno en Cataluña, finalmente exitosas, y de los cuatro meses para la del gobierno en España, finalmente fracasadas, la conclusión lógica desde el punto de vista catalán es que allá se las compongan en Madrid y nosotros a lo nuestro. Porque, salga lo que salga en las próximas elecciones españolas, lo más probable es que la relación de fuerzas en el Congreso de los Diputados sea parecida a la que hay ahora y la capacidad de incidencia de los independentistas catalanes sea también similar, porcentaje arriba o abajo.

Es decir, no es en absoluto descartable que, con esta situación de bloqueo y crisis institucional, corrupción e incompetencia, en España siga sin haber gobierno O que el gobierno hoy en funciones siga en funciones otra temporada. De este modo, el de la Generalitat habrá consumido casi la mitad del tiempo de su hoja de ruta a la independencia en espera de que haya alguien al otro lado de la línea.

Como quiera que el resto de las instituciones catalanas –tanto las dependientes del ejecutivo como las del legislativo- siguen funcionando y haciéndolo además con bastante holgura porque el grado de hostigamiento central es muy bajo, lo conveniente es continuar con los planes como si en Madrid hubiera una gobierno y la prudencia aconseja pensar que, de haberlo, sería claramente hostil a la hoja de ruta. Es decir, la prudencia manda fabricar una realidad virtual y contrastar todas las medidas con las previsibles reacciones que provocarían en el gobierno central, caso de que hubiera uno.

Así, cuando lo haya, lo que se encontrará enfrente será una Cataluña preparada para negociar, desde luego, pero también preparada para seguir su camino si no hay negociación.


dimarts, 26 d’abril del 2016

Salir de la nada

Si de verdad los partidos no quisieran elecciones irían Rajoy y Sánchez cogidos de la mano a decir al Rey que formaban coalición, la gran coalición. Una imposibilidad según el sentir universal, pero no una imposibilidad fáctica, real, lógica o política. En todo caso aquí no se va a elecciones sin más. La derecha muestra esta seguridad casi granítica en su suelo de siete millones de votos. Aspira incluso a superarlos. Pero siete los da por seguros. Siete que la votarían incluso aunque no se presentara. Sus esperanzas están puestas en que los otros metan la pata o hagan el ridículo o se les pueda poner en él. Sobrellevará los casos de corrupción como los dioses se lo aconsejen. Y a esperar el sabio pronunciamiento del pueblo.

Ciudadanos afronta sus segundas elecciones generales y confía en que el lugar conseguido en las de 2015 se ensanche. Lo que no sabe es cómo. La insistencia en la indisoluble unidad del artículo 2 es escamente visible entre el ¡más España! de Sánchez y el España es una gran nación de Rajoy. Y en los demás asuntos C's no acaba de presentar marca de fábrica que arraigue. Van bien vestidos, pero no está claro lo que dicen porque además dicen poco y siempre en relación con asuntos concretos, casos de corrupción y similares. Su intento de trasvasar parte importante del voto del PP se ha visto frustrado y si el viejo armatoste descangallado aguanta, quedará en nada. Pero también merece la pena esperar. El descubrimiento de Manos limpias apunta en esa dirección. Puede haber más Manos limpias.

El PSOE sale en la peor posición y con todos los datos y elementos en contra. Lleva dos resultados electorales muy malos de seguido y no parece que la tendencia vaya a invertirse. Entra en campaña electoral prácticamente sin programa, sin alternativas claras y en mitad de una bronca interna con la peor pinta. Y eso con un liderazgo muy problemático. A las primarias que van a convocarse solo se presenta Sánchez. Está claro, no hay abundancia de corrientes internas, de opiniones, de tendencias. No hay ni siquiera intereses,y eso ya es mucho.

Más a la izquierda, el programa del sorpasso. El viejo sueño de IU y, más atrás, del PCE. El sorpasso (algo que intentaron hacer los comunistas italianos y no pudieron) viene a ser como el ajuste de cuentas definitivo de una división de la izquierda de hace cien años, de cuando los socialdemócratas traicionaron el espíritu internacionalista del movimiento obrero. El Sorpasso es el cumplimiento del mandato de la conferencia de Kienthal. El problema, sobre todo con los de Podemos, es que hablen. Como sigan inundando las ondas con su cháchara pueden encontrarse con un disgusto.

Las opciones dibujadas hasta aqui son meras lucubraciones sobre lo que deben estar pensando los personajes que han puesto en marcha la segunda parte de un acto. Nada más. Lo que sea, sonará.

dilluns, 25 d’abril del 2016

El día D

A Palinuro le parece de perlas que la gente negocie, pacte, acuerde, se comprometa. Es más fácil actuar cuando se va en grupo, en acción acompasada. Y también que se haga de forma discreta, aunque no tiene nada en contra de la diplomacia a bombo y platillo. Cada día lleva su afán y habrá momentos en que no se quiere avanzar y otros en que no se quiera parar. Todo eso da igual. Lo que carece de sentido es ponerse a lanzar luego trinos sobre las ventajas de la deliberación colectiva y el asamblearismo. Las decisiones tomadas en circunstancias jerárquicas jamás podrán pasar por decisiones espontáneas de asambleas de representación directa. 

Y eso es lo que ha pasado y está pasando en Podemos. Lo que ya preveía Rosa Luxemburg:  el consejo, la asamblea es controlada por el partido; el partido, controlado por el Comité Central y el Comité Central, por el secretario general, del que no cabe hablar salvo para escucharlo. Lo que se le ocurra. Los pactos, negociados y acordados de modo discreto se supone irán dirigidos a mejorar la vida de la gente no, por lo que parece, preguntándole, sino por especulación de lo que interesa. En este terreno de pactos inútiles, también puede haberlos secretos, ¿por qué no?

Todo esto, suena y huele a vieja política. Verdad es que, para evitar este juicio, Podemos lo remite todo a consulta de los círculos, generalmente en forma de referéndums o consultas plebiscitarias del tenor de "¿está usted de acuerdo en lo que ha acordado el amado líder o prefiere usted una segunda y profundamente errónea opción?" Pero estas consultas tienen el valor que tienen: ninguno. Lo que no quiere decir que los glosistas no lo saluden como algo milagroso.

 Las elecciones han comenzado en España. PP ha abierto cargando duramente contra C's por ver en él un sumidero de votos antaño fieles. Fuera de esto es poco lo que el Sobresueldos puede hacer excepto postular su desgastada presencia como centro de ilusión de su mensaje y esperar que los adversarios presenten figuras todavía más desprestigiadas.

A su vez, Podemos carga contra el PSOE. Ya se ha terminado la fábula de un gobierno de izquierda, incluidos lo socialistas, con los que nadie había contado. Lo que se quería era entretenerlos para acabar yendo a elecciones, echándoles la culpa. En el fondo, las nuevas elecciones son el último combate singular para decidir quién hegemoniza la izquierda. En principio, el acuerdo al que lleguen Podemos e IU quiere presentarse como una promesa de finiquito de los socialistas. Y, por supuesto, los emergentes escenifican mucho mejor esos eventos públicos multitudinarios, jugando algo con el recuerdo de Woodstock y los grandes happenings del pasado. Frente a ello da la impresión de que los socialistas solo pueden escenificar festivales de barrio con una rifa.

Y no se hable de los medios. Podemos ve muy mal que haya medios que le son contrarios. Pero mantiene silencio sobre aquellos otros tan favorables que más que medios son su aparato de propaganda, esto es, Público, la Cuatro, la Sexta. Además de estos, quiere que los demá medios también le sean sumisos y eso es difícil en condiciones de medios como empresas y de mercado relativamente libre.

Al margen de la demagogia algo está claro: así como la derecha tiene una bateria de medios impresos y audioviuales y la izquierda podémica hace lo mismo, conviene recordar que el PSOE no dispone de ningún medio favorable y mucho menos una batería de ellos.  Su voto solo puede depender de la movilización de su militancia y el ingenio de sus dirigentes, dos cosas muy problemáticas.

diumenge, 24 d’abril del 2016

Cuatro meses a la bartola

Me acuerdo de los meses entre el 27 de septiembre de 2015 (últimas elecciones autonómicas/plabiscitarias de Cataluña) y los primeros días de enero de 2016 en que se compuso gobierno catalán in extremis, con la retirada de Artur Mas en el ultimísimo momento. ¡Cuántas risas se echaron los comentaristas de la corte a cuenta de la segura incapacidad de los catalanes de constituir un gobierno! ¡Cuánta mala leche en los vaticinios! ¡Cuántos chistes sobre la incompetencia de los independentistas para llegar a acuerdo alguno!

Hoy hay un gobierno en Cataluña con mayoría absoluta en el Parlament y una hoja de ruta clara y precisa hacia la independencia, mientras que en España, después de cuatro meses de negociaciones, no hay nada, ni pinta de que vaya a haberlo en un futuro a medio plazo. El ridículo de los partidos españoles ha sido inmenso: cuatro meses de vacío de poder para provocar otro vacío de poder de otros cuatro meses.

Volvemos enseguida sobre los partidos. Entre tanto, ¿qué me dicen del Congreso? Constituido en tiempo y forma, ha sido incapaz de conseguir que el gobierno dimita mediante una moción de censura. Ha fracasado  en su labor de control y oposición. Ha incumplido su tarea. Ha demostrado no servir para nada pues la situación de interinidad. No puede obligar al gobierno a comparecer, ni siquiera cuando, como es el caso, se declara en rebeldía.

Con este Parlamento se percibe claramente la tomadura de pelo de los partidos. Ninguno de ellos ha hecho un movimiento conducente a formar gobierno, salvo la alianza de C's y PSOE que, no sumando los votos necesarios, tampoco consiguió atraer a nadie más. El PP  no ha hecho nada, salvo pedir su apoyo al PSOE sin ofrecer nada tangible a cambio, por ejemplo, la retirada de Rajoy porque lo que verdaderamente le importa es el horizonte penal de varios altos miembros del PP, empezando por el de él mismo. La dicha retirada hubiera, quizá, permitido algún acercamiento con C's, pero tampoco sumaría mayoría absoluta. No siendo esta, no hay otra fórmula ganadora que la Gran Coalición, asunto literalmente impensable. El PSOE ha cubierto el expediente, sosteniendo que su pacto previo con C's no le permitía muchas alegrías.  Podemos arrancó la situación proponiendo medidas teniendo en cuenta sus exclusivos intereses y pensando, más que nada, en imposibilitar toda coalición e ir a nuevas elecciones pero que pareciera que las provocaba el PP.

En estas condiciones, no hay ninguna seguridad de que el resultado de las elecciones no sea similar al que hay ahora, lo que provocaría un  bucle muy peligroso para la gobernación del país. Parece que el electorado se ha dado cuenta de esto y comienza a cuestionarse la situación y a concentrar los votos en C's y PSOE. Como era lógico, viendo las circunstancias. Si se repiten los comicios, el mensaje de Podemos y C's serán muy claros: hay nuevas elecciones porque el PP y Podemos han obligado a ello. Es comprensible que, para evitar esta mala fama, los de Podemos traten ahora desesperadamente de confluir con quienes hace medio año solo les merecía desprecio, IU. Pero es obvio que no va a salirle porque el lastre ahora en unas elecciones ya no es IU sino el propio Podemos, cuya capacidad de fragmentación es superior a la de IU.

De hecho, se trata de cuatro meses de inactividad y descanso que los partidos pueden aprovechar muy bien para ejercitarse algo más en el análisis político. 

dijous, 21 d’abril del 2016

La visita del marciano

Por fin se han visto Puigdemont y el sobresueldos, gracias a la iniciativa del primero. Los líderes de los otros tres principales partidos de ámbito estatal, Sánchez, Iglesias y Rivera ya habían ido a charlar con él a las tierras de la antigua marca hispánica. Y volvieron muy contentos. Los catalanes, afirmaban, no muerden y Puigdemont es una persona encantadora, educada y políglota. Las noticias llegaron a La Moncloa, aunque parezca mentira, pero su inquilino no se dio por enterado. Él ya había roto con Mas en 2014 y es mucho español, partidario del mantenella y no enmendalla. Además, esto de la buena educación, la cortesía, las maneras educadas son refitolerías de personajillos. Él jamás descolgaría el teléfono para llamar a un catalufo que no se peina. Le daría urticaria borgoñona.

Bromas aparte, es increíble la absoluta incompetencia de comentaristas, analistas y otros istas sin aristas. Nadie ha explicado el significado y contenido reales de esta entrevista entre Puigdemont y Rajoy.  Nadie parece capaz de interpretarla en su alcance. Y no es difícil. Veamos:

Puigdemont preside un gobierno en plenitud de poderes, con un apoyo parlamentario claro, un programa y un objetivo fijado en el tiempo.

El sobresueldos preside un gobierno en funciones, que no pinta nada, sin apoyo parlamentario y sin saber a dónde va, si va a alguna parte.

Puigdemont dispone de la mayoría absoluta del Parlamento tras unas elecciones limpias con resultados claros. Comparece en la cámara cuando se le pide y da las explicaciones pertinentes.

El sobresueldos no tiene mayoría absoluta en el Parlamento, frente al cual se ha situado en rebeldía, negándose a comparecer, a rendir cuentas; y actúa como un verdadero "okupa" de La Moncloa.

Hay una diferencia de legitimidad abismal. Tanto que cabe reprochar a Puigdemont que pierda el tiempo viniendo a hablar con este pecio, que no pinta nada ni tiene nada que hacer pues, como él mismo reconoció, tiene la "agenda bastante libre". Y tan libre. Como que no hace nada ni nadie lo tiene en cuenta para nada. En realidad, la visita del catalán es casi como la de un marciano a un cortijo español cuyo propietario es un gandul.

Un gandul que dice "no" a todo. No a todas las propuestas que trae Puigdemont, como ya dijo "no" a las que le trajo Mas en 2014. "Ustedes, señores catalanes, parece estar diciendo, hagan lo que quieran pero en España mando yo y aquí no se mueve nada ni nadie".

¿La consulta? De consulta, ni hablar. La ley lo prohíbe y el okupa explica a Puigdemont que la ley está por encima de todo, per damunt de tot. Dos observaciones para acabar de entender por qué el catalán marciano salió de la entrevista pellizcándose para saber si estaba despierto o todo había sido un mal sueño:

1ª) Rajoy llama "ley" a las normas jurídicas que él y los suyos cambian cuando les da la gana y como les da la gana. La Constitución (art.135), la Ley de Radiotelevisión española, la Ley de Enjuiciamiento Criminal, la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional... todo lo que no le cuadra lo cambia a su antojo. Luego, dice a lo demás que tienen que someterse a la ley, esa misma que él cambia cuando le peta. Es decir, los demás, los catalanes especialmente, tienen que someterse a la ley del embudo.

2ª) No es verdad que la ley prohíba hacer la consulta. La Constitución dice (art. 92, 1) que "las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos" y, por otro lado, (art. 150, 2) añade que "el Estado podrá transferir o delegar en las Comunidades Autónomas, mediante ley orgánica, facultades correspondientes a materia de titularidad estatal que por su propia naturaleza sean susceptibles de transferencia o delegación." Alguien podrá decir que, con este artículo, sobra el resto de la Constitución y, por supuesto, todo el título VIII sobre Comunidades Autónomas. Y no le faltará razón. Pero, por ahora, no queremos ir tan lejos. Bastará con observar que, según la Constitución, el Estado podría transferir a Cataluña la competencia para hacer un referéndum de autodeterminación como han hecho los escoceses y los quebequeses

O sea, si los catalanes no pueden hacer un referéndum de autodeterminación no es porque la ley lo impida (como mendazmente sostienen Rajoy, Sánchez y Rivera) sino porque a los nacionalistas españoles no les da la gana.

Que es el criterio con el que estas gentes llevan desgobernando el país hace cientos de años.

Ya puede el marciano volverse a Marte.

diumenge, 17 d’abril del 2016

España siglo XXI (I)

Da igual que tu ministro de Industria, Energía y Turismo haya dimitido hace menos de 24 horas porque le han pillado con dinero en paraísos fiscales. Da igual que al presidente de honor de tu partido, José María Aznar, Hacienda le haya multado con más de 70.000 euros por engañar al fisco y a todos los ciudadanos que pagan sus impuestos. Igual que al alcalde de Granada de tu partido lo hayan detenido por un asunto de corrupción. Igual que tengas docenas de miembros de ese tu partido, el PP, presidentes, consejeros, alcaldes, concejales, procesados o cumpliendo condena ya condena o procesados por ladrones. Igual que tú mismo hayas estado cobrando sobresueldos durante veinte años presuntamente en negro.

Da igual que hayas mantenido tu país en la ruina, que haya más parados que cuando llegaste al poder hace cuatro años, que los jóvenes tengan que emigrar en busca de trabajo, que hayas expoliado el 60 % del fondo de reserva de las pensiones, que la deuda pública pase del 100% del PIB, que el salario mínimo sea uno de los más bajos de Europa y los impuestos y las tasas universitarias de los más altos de Europa.

Todo eso da igual. Tú vas a un congreso en Zaragoza sobre educación, no dices ni palabra sobre el desastre que has organizado en el país y, entre otras mamarrachadas propones que nadie pueda licenciarse en España si no tiene un buen nivel de inglés.

Tú, que no hablas ninguna lengua. Ni la tuya. Y mucho menos el inglés.

Lógicamente, al término de tu comparecencia sales corriendo por las puerta de atrás para que ningún periodista pueda preguntarte nada. Terminas tu mandato como lo empezaste: escondiendote como un conejo.

Esto es España, siglo XXI.

Y hasta es probable que te voten.

dissabte, 16 d’abril del 2016

El final de la banda de ladrones

Pudiera parecer excesivo referirse al gobierno en funciones como una "banda de ladrones". Y lo sería si no fuera porque es una banda de ladrones. Un gobierno apoyado por un partido, el PP, al que los jueces consideran una asociación de malhechores, ¿qué otro nombre merece? ¿Qué otro nombre un gobierno presidido por un tipo que se tiró veinte años cobrando sobresueldos de una presunta caja B y mandaba SMS de apoyo a su compi Bárcenas, en la cárcel por supuesto delincuente?

Que haya tenido que dimitir un ministro sinvergüenza por unas cuentas en un paraíso fiscal no quiere decir nada, se argumentará, porque eso pasa también en otros países democráticos en Europa. Bueno, no tanto. Soria no ha dimitido como suele hacerse; ha habido que echarlo a patadas. Y no es el primero. Hace dos años también tuvo que dimitir la ministra Mato del mismo gobierno, también a la fuerza y también por corrupta. Y ahora resulta que la admiten a trabajar en el PP, cómo no, en la asociación de malhechores claro. Teniendo en cuenta que esta dama obtuvo hace unos meses una prestación por desempleo, ¿sabemos si ha renunciado a ella o si, siguiendo inveterada costumbre en esta tira de mangantes, va a compatibilizar su lujoso paro con el enchufe en el PP?

¿Qué otro nombre merece un gobierno apoyado en un partido cuya secretaria general, Dolores de Cospedal, entre otras arbitrariedades (siempre barriendo para casa) según parece, desvió una pila de millones de un hospital para pagar unas facturas de publicidad a su mayor gloria? ¿Qué otro nombre un gobierno que ha esquilmado el 60% del fondo de las pensiones? ¿Uno que ha elevado la deuda pública por encima del 100% del PIB, cosa que no pasaba desde 1909 y que ha hipotecado el futuro de generaciones y generaciones?

¿Qué otro nombre merece un gobierno muchos de cuyos presidentes autonómicos, consejeros, alcaldes, concejales, son una partida de ladrones, estafadores, malversadores y granujas que están en la cárcel o a punto de entrar en ella? Un partido a cuyo presidente de honor (¡de honor!), José María Aznar, acaba de multar Hacienda con más de 70.000 euros por estafar a la colectividad y engañarla haciendo trampas en los impuestos. ¿De qué honor hablan estos robaperas?

Parece claro que merecen ese nombre sobradamente. Pero lleven algo más allá el ejercicio y digan qué nombre merece una oposición que en cuatro años ha sido -y sigue siendo- incapaz de oponerse a nada, una oposición que ha colaborado con la banda de ladrones, haciendo como si no fuera tal, como si fuera un partido, un gobierno y gente a la que hubiera que respetar. Una oposición de cómplices y cobardes, incapaces de presentar una moción de censura y de denunciar públicamente a esta banda de impresentables. Qué nombre merece hoy esta misma oposición que, tres meses después de las elecciones, carece de valor para echar a este gobierno de mangantes y obligarlo a rendir cuentas. Mucha trasparencia, mucha regeneración, mucha democracia, mucha indignación, pero llevamos tres meses soportando a unos sinvergüenzas inveterados y todo lo más que estos escomendrijos se atreven a pedir con un hilillo de voz es que comparezca el sobresueldos a balbucear sus habituales sinsorgadas.

El mismo Sobresueldos que hace diez días que dijo a Évole, y lo oímos millones, que asumiría su responsabilidad política si alguien nmbrado por él cometía algún acto de corrupción. Doble contra sencillo a que no lo hace y ninguno de estos mindundis de la oposición se lo pide.

Por si acaso el Sobresueldos argumenta -que capaz es- que Soria cometió sus barrabasadas antes de que él lo nombrara, hay que argumentar que la nueva corrupción ha consistido en mentir como un bellaco, en llevar una semana mintiendo como un bellaco. Como lo que es.

dimecres, 13 d’abril del 2016

Vacío de poder en España

Mi artículo de hoy, en elMón.cat, que me lo han trasladado del finde a la mitad de la semana, el miércoles, que es el día dedicado a Mercurio, un metal líquido. Tengo simpatía por ese dios, el Hermes de los griegos, a su vez un tipo polivalente: mensajero de los olímpicos, patrón de los ladrones, los comerciantes y los mentirosos (sans blague!) y de muchas otras cosas y presente en muy diversos momentos de capital importancia en la historia de la humanidad. Por ejemplo, es el encargado por los dioses de llevar a Paris la manzana de Eris y decidir el famoso juicio con el que empezó la guerra de Troya. Tuvo amores con Afrodita (¡afortunado inmortal!) de los que nació, lógicamente, Hermafrodito, alguien muy peculiar y que yo convertiría a mi vez en patrón/a de la autarquía o el autoservicio de no ser porque, por otra parte, ligando a la vieja usanza se conoce gente y se hace uno una culturita. En su encarnación como Hermes Trismegistos, da origen al conocimiento hermético que viene a ser una contradicción en los términos y a la hermenéutica o métodología científica que nos enseña cómo siempre cabe entender las cosas de una forma que no se le había ocurrido a nadie antes.

Bueno, lo dicho, sans blague, al grano: el artículo pretende demostrar que España vuelve por donde suele: el vacío de poder como el que hay ahora en el Estado, en el centro de la Península en donde reina un tirano o no manda nadie y el gobierno está en sede vacante. La idea es que los independentistas catalanes aprovechen el momento y aceleren la hoja de ruta. Todo lo que hagan es lo que llevarán ganado cuando los partidos consigan componer un gobierno medio viable en Madrid.

El texto castellano:

El vacío del vacío.


El vacío de poder es condición endémica española porque, cuando no hay vacío, tampoco hay poder. En España no hay nada ni funciona nada, como no sean las organizaciones de delincuentes, desde las redes de trata de mujeres hasta los partidos políticos formados por presuntos malhechores y las burocracias corruptas. La única diferencia entre el gobierno en plenas facultades, que no hacía nada, y el gobierno en funciones, que aun hace menos, es que este último, además, se ha declarado en rebeldía y se niega a rendir cuentas al Parlamento. Ya puede la Cámara pedir la comparecencia del ministro Soria por los papeles de Panamá. Antes comparecerá en el Parlamento de Panamá. O en el de Marte.

Según todos los pareceres, es posible que este gobierno de la derecha ultramontana gane las próximas elecciones con una mayoría holgada en lo que resultará ser un caso único en la historia de masoquismo colectivo. Gente que vota a quien la desprecia, la explota y la esquilma. Incomprensible, pero cierto. Es muy posible que haya cuatro años más de corrupción, de saqueo, de sobresueldos, de chulería españolista, de ley mordaza y franquismo por doquier. Muy posible que el país siga paralizado a merced de la absoluta incompetencia de estos gobernantes. Muy posible que la “gran nación” de Rajoy siga sin pintar nada en los escenarios internacionales.

Frente a este gobierno no hay oposición; no existe un terreno común entre los otros tres partidos institucionales desde el que oponerse. Los tres mosqueteros con un mandato clarísimo de constituir un gobierno como fuera han fracasado en su empeño. Los mismos que se reían de los catalanes porque no componían gobierno a raíz de las elecciones de 27 de septiembre se encuentran ahora en la misma situación, pero con peores perspectivas y una evidente falta de capacidad para resolverla. Se intercambian acusaciones, no proposiciones. Como el gobierno al que se oponen, tampoco sirven para nada. 

En este momento, la única oposición real que hay al gobierno en funciones es Cataluña. El único territorio que marca distancias y tiene a raya al nacionalismo español es Cataluña. Las relaciones entre el gobierno del Estado y la Generalitat no solo son inexistentes sino de abierta confrontación… por parte del gobierno central. Rajoy llega a Cataluña y no se entrevista con el presidente de la Generalitat que es tan Estado como él, sino que se limita a proferir amenazas en tono apocalíptico y tonterías en clave castiza. Como si esto fuera el backyard del decrépito imperio español.

Por lo demás, a Cataluña, como única oposición del régimen de la derecha neofranquista, le da igual que el gobierno del Estado esté en manos de la derecha o de la izquierda en la medida en que las dos son nacionalistas españolas y contrarias no solo a la secesión de Cataluña sino a la mera idea de un referéndum consultivo, no vinculante, con el fin de aplicar el principio democrático. Solo Podemos parece aceptar la idea de un referéndum catalán y no está muy claro en qué términos.
Siendo el único contrapoder real al gobierno del Estado, la Generalitat no puede esperar ayuda de ninguna otra parte, sino, al contrario, reproches, críticas y amenazas. Cuando no meras provocaciones, como suele suceder en las redes en donde se vierte el mayor porcentaje de catalanofobia imaginable. Solo puede contar con sus propias fuerzas, sus instituciones, su sociedad civil y su gente. Y con la simpatía que pueda despertar en la comunidad internacional por su carácter abierto, democrático y pacífico.

La minoría nacional catalana en España tiene derecho de autodeterminación diga lo que diga el Tribunal Constitucional español y todas las autoridades del Estado, pero ningún gobierno español permitirá su ejercicio. Siendo como es una minoría nacional estructural en el conjunto del Estado, no puede esperar que funcione en su caso el principio democrático porque los catalanes nunca serán una mayoría dentro de España y no les llegará solidaridad de ninguna de las partes que extraen beneficios del sojuzgamiento catalán.

Por eso, lo mejor que puede hacer es aprovechar ese vacío de poder que hay en España para llevar adelante su hoja de ruta y proceder a la desconexión cuanto antes.

dimarts, 12 d’abril del 2016

El fracaso

No pueden ni verse. Ninguno. Y eso se nota. A la legua. Y como no pueden ni verse no les importa fracasar en la tarea de componer gobierno. Así no tienen que aguantarse en el consejo de ministros. Tampoco les va a suponer perjuicio alguno. Piensan volver a presentarse y como el sistema electoral es de listas y ellos van los primeros, están seguros de que saldrán elegidos. Conservarán el escaño. Y el salario. Y las prebendas. Y seguirán impartiendo doctrina por las televisiones, concediendo entrevistas y poblando los medios digitales con sus necedades. Con un poco de suerte, tambièn saldrán elegidas y elegidos sus amigos, compadres, "compis". Todos a vivir del cargo. La oligarquías partidistas en plena función. Todas iguales. Con diferencias de atuendos, pero idénticas en el porte. Todas monolíticas, apoyando al jefe. Incluso cuando te maltrata. Sin una discrepancia, sin una crítica. Peligra el escaño, el cargo, el sueldo. ¿Qué más da? Han fracasado, pero repiten. Ninguno, me juego el cuello, se retira. Ni uno. Todo sigue igual.

¿Todo? Bueno, los parados están más parados y llevan más tiempo; los puteados, más puteados. Los jóvenes no tienen futuro; las mujeres tan machacadas como siempre; los inmigrantes en situación de penuria; los niños en barracones como escuelas; los trabajadores, cada vez más precarios. Pero esos no importan, no cuentan, no salen en la tele. Por la tele salen estos inútiles, repitiendo sus monsergas, encantados de haberse conocido.

Mientras tanto, en efecto, es posible que Rajoy repita mandato, con o sin ayuda de C's. EL peor presidente, el más antipopular, el más agresivo contra la gente, el peor valorado en la historia de la democracia, puede quedarse otros cuatro años. A terminar su tarea de la involución democrática, llevando a España a niveles de desarrollo muy bajo en las escalas mundiales. Todavía le queda Estado del bienestar por destruir. Y fomentando y extendiendo en la sociedad los modelos y pautas de comportamiento de la banda de presuntos ladrones del partido del gobierno. En el horizonte cuatro años más de franquismo, de expolio, de robos sin tasa, de corrupción, de imbecilidad, de leyes mordaza, de imperio de los curas y parásitos del clero. Cuatro años más de chulos y vividores, de corruptos y mangantes.

Andan culpándose unos a otros del fracaso. El PSOE a Podemos y Podemos al PSOE. Los partidarios de los otros y los unos, los de Iglesias y los de Sánchez, los fulanistas y menganistas de turno, repitiendo como papagayos las mentiras y tonterías que sueltan sus líderes, por los que se dejarían matar antes que enterarse de lo que sucede en realidad. Los socialistas son unos burócratas acríticos, dispuestos a pactar con quien les digan, sobre todo si es bien de derechas. No tienen arranque, ni empuje, ni valor para hacer una oposición digna de tal nombre. Los de Podemos son unos mastuerzos pagados de sí mismos, exhibicionistas sin capacidad real de liderazgo, repletos de soberbia injustificada y consumidos por un odio al PSOE que los va a llevar a la tumba. 

Las consecuencias de esta incuria, de esta incapacidad para reaccionar y hacer algo que no sea atornillarse en la poltrona vamos a padecerlas todos. 

dilluns, 11 d’abril del 2016

Ténganse todos, malandrines

De aquí al dos de mayo, Jauja. El presidente de los sobresueldos se ha ido a Barcelona a tranquilizar a la mayoría silenciosa asegurando que jamás tolerará que quiebre la soberanía nacional y lo que haya de ser España lo decidiremos todos los españoles. O sea, de referéndum catalán, nada. A propósito se me ocurre cogerle la palabra: vale, que todos los españoles decidan en referéndum qué ha de ser España. Luego echamos cuentas de lo que hayan votado en Cataluña y tendremos una idea aproximada de cómo está el apoyo a la independencia. ¡Ah! Que eso tampoco. Lo que haya de ser España lo decidiremos todos los españoles, pero solo cuando el sobresueldos lo diga. Antes, ni hablar. Es decir, en realidad, los catalanes no pueden decidir y los españoles, tampoco. Es la mejor manera de acabar con la pesadilla esa del derecho a decidir. Breve y claro: los catalanes no tienen derecho a decidir y los españoles, tampoco. Buena gana de estar creando problemas continuamente.

Ayer o antes de ayer, El País traía en portada una noticia prospectiva, esto es, daba cuenta de algo que no se había producido pero podría producirse. Se decía que Sánchez reconsideraba su negativa a negociar nada con el PP. Con la ensaimada del desayuno atragantada en el gaznate, César Luena o alguno de esos mozos que tienen el oído del líder, desmentía de modo rotundo: con el PP, ni a cobrar. O sea, El País podía haberse inventado la noticia. El Mundo hace ahora lo mismo y trae a portada una noticia de la semana que viene: Rajoy ofrecerá una vicepresidencia a Sánchez y pactará con él una reforma de la Constitución. Eso no es informar sino profetizar. Y entra muy dentro de lo posible dado que Rajoy tiene, según él, mucho sentido común, pero ningún sentido del ridículo.

Aunque nunca se sabe. Hace una semana, Sánchez se veía presidente. Ahora, de seguir las cosas así, no se ve ni de cesante. Su porvenir es oscuro y, antes de volver al anonimato del que lo sacaron unas primarias muy contestadas en cuanto a su limpieza, a lo mejor no hace ascos a que lo nombren algo en el gobierno de Rajoy. Esto quiere decir que las reformas urgentes de las que tanto esperábamos se postponen a un incierto futuro. Víctima del despecho, al verse negado por Iglesias, el socialista Hernando le manda una carta de recriminaciones en estilo amante frustrado, reprochándole frialdad, alejamiento, escaso interés. Él, que hubiera hecho lo imposible por satisfacer a Podemos comprueba con amargura que son otros quienes tienen la atención del líder.

Los de Podemos, de vuelta de todo, valientes guerreros, ridiculizan el paripé de los sociatas y, muy al cabo de la calle y experimentados negociadores, los ponen en su lugar, demostrando que en el fondo, coinciden con C's mucho más que con una posible combinación de izquierda. En la izquierda, pura e incontaminada están ellos, como siempre arropados por el multitudinario entusiasmo que supieron despertar hace dos años que suenan ya a dos siglos. La distancia en tiempo nos la da la consulta que la dirección plantea a los círculos a los que, con un poco más de camándula (término que ofrezco a Echenique por si quiere cambiarlo por ese tan cursi del paripé), acabarán convirtiendo en círculos viciosos de consultas al democrático estilo búlgaro. 

Lo anterior puede parecer algo estrafalario pero, ¿qué me dicen ustedes de un país en el que la gente no se manifiesta cuando la insultan, la oprimen, la explotan, la engañan o le roban, pero sí cuando se trata de salvar a no sé quién de un programa de TV llamado, creo, Gran Hermano?


dissabte, 9 d’abril del 2016

El triunfador, Rivera

¿Quién es el responsable de lo que, de momento, parece un fracaso de las negociaciones? He aquí tres citas recientes de los tres líderes. Rivera: "todo acuerdo con Podemos es imposible". Iglesias: "Sánchez y Rivera no quieren moverse. No quieren pacto." Sánchez: "Iglesias no quiere pacto; quiere elecciones nuevas, como Rajoy".

¿Responsable (s)? Está claro: Rivera, Iglesias y Sánchez.

Ayer, Mónica Oltra, que es una líder de talla, decía que, si ha de haber elecciones, no se permita que se presenten a ellas quienes han fracasado en la negociación. Me parece muy bien. Yo mismo lo propuse unos días antes. Pero no es viable. ¿Quién impedirá que estos cuatro botarates (preciso es sumar al Sobresueldos) se presenten de nuevo? ¿Los militantes de sus partidos? Esos están entregados. ¿Sus votantes? Los votantes somos peores que los votados. ¿La opinión pública? Eso aquí no existe. Los cuatro inútiles, incapaces de ponerse de acuerdo en nada, volverán a presentarse acusándose unos a los otros, esperando que seamos los electores quienes les saquemos las castañas del fuego y gastándose unos cientos de millones de euros más en la campaña ya que, evidentemente, nos sobran.

Palinuro sigue prefiriendo como gobierno la alianza PSOE, Podemos, IU, CC, a ser posible PNV y también los independentistas catalanes. El principal enemigo de esta opción es el PSOE, casi todo el PSOE y muy especialmente ese mucho español Pedro Sánchez. El referéndum, por encima de su cadáver. Y por eso, por su oposición al referéndum, parece dispuesto a una Gran Coalición con el PP, el partido neofranquista, nacionalcatólico, el partido de la corrupción, del engaño, la mentira, la persecución de los disidentes a través de la Ley Mordaza; el partido del expolio a los jubilados; el de la explotación de las trabajadores por su reforma laboral. Esa alianza, a la que el PSOE se asoma empujado por Ciudadanos, por mucho que en el PP quiten al impresentable del Sobresueldos y lo sustituyan por otro impresentable, será el comienzo del fin del histórico socialismo español. La guinda que culminará la copa del fracaso, el histriónico fracaso, de ese Don Nadie de Sánchez, incapaz de tener una idea, proponer una visión del país, decir algo nuevo u original. Pudo haber aceptado el pacto del gobierno de izquierda con sus 185 diputados; suficientes para cambiar España. Pero no se atreve. Como no se atrevió a presentar una moción de censura a este gobierno de corruptos, incompetentes y en rebeldía frente al parlamento. No se atreve a un referéndum en Cataluña. Nadie parece haberle informado de que la petición goza de un apoyo cada vez mayor entre los españoles que ya empiezan a estar hartos de la incompetencia de sus políticos.

Podemos tiene una trayectoria similar. Iglesias no ha querido nunca el pacto con PSOE a secas; no con el PSOE y C's sino simplemente con el PSOE. Ha simulado quererlo para que no se culpe a su partido de provocar nuevas elecciones pero, en realidad, lo ha dinamitado desde el primer momento, cuando el infundio de la cal viva, luego desplazando al mucho más flexible y posibilista de Errejón y, por último, dando por imposible el pacto con el PSOE y C's y simulando que son ellos quienes no lo quieren. En el fondo, Podemos es un remake de Izquierda Unida, esta infiltrado por los tránsfugas de IU y el referente intelectual de Iglesias -confesado por él mismo- es Julio Anguita. Así que Podemos, que ha hecho lo que Anguita siempre quiso hacer (según declaró el propio cordobés) no tiene otro objetivo que el de los comunistas de toda la vida: acabar con la socialdemocracia. En mi opinión, tampoco esta vez lo va a conseguir porque la gente no es tonta, aprecia el socialismo democrático y ya tiene muy calado el cargante hiperliderazgo de Iglesias, como se ve por el hecho inapelable de que sea el líder político peor valorado solo por encima de Rajoy, que es como decir que la gente te aprecia más que a una boñiga de vaca. Añado una sola consideración a esa ridícula consulta con la que quiere blindar su jefatura: dos preguntas en un dilema absolutamente tramposo, de auténtico trilero: la 1ª cosechará un "no" que seguramente llegará al 120% y la 2ª un "sí" clamoroso del 150%, como todo el mundo sabe de antemano. He visto muchas manipulaciones en mi vida, pero nada tan descarado y sinvergüenza como esto. 

Parece increíble pero, si se piensa bien, el verdadero ganador de esta situación ahora y de esas elecciones si se producen será Rivera. Que este atildado mozalbete, barbilampiño, carilindo, pisaverde, melifluo, zangolotino, ambiguo, inconsistente, frívolo, de ademanes y conceptos falangistas, sea el líder más valorado en España demuestra, de nuevo, que en el país no hay una opinión pública digna de tal nombre. Que acabe imponiendo su criterio siendo el menos votado de los cuatro partidos mayores demuestra también que los otros líderes no le llegan a la altura del zapato.

Y ya es triste.

dimecres, 6 d’abril del 2016

La vida, Pedro, es desengaño

Quien te apoyó en la investidura, te planta en el primer recodo del camino. Entraste ayer en el Parlamento con dos amigos y saliste con uno y medio. El medio justifica su abandono argumentando que no se puede derogar una ley sin tener a mano el recambio. Razón por la cual se abstiene contra toda lógica porque, si de verdad cree erróneo derogar sin tener nada previsto, lo suyo es votar en contra, no abstenerse. Pero la traición no sabe de lógicas, sino de conveniencias. Además de abstenerse los de C's quieren ministerios en el gobierno. Aquí, el menos avisado es obispo. ¡Qué duro es todo, Pedro! No solo te pien ministerios los de Podemos; también los de Queremos. Apenas van a quedarte para reparto entre fieles. Y con el partido como lo tienes, no es lo más recomendable. La gente quiere jefes que manden y repartan juego, no tipos a los que todos engañan. 

Estos de C's no son leales. No son de fiar. Hoy votan "a" y mañana "b" al incomprensible albedrío de su joven líder. ¿Puede Sánchez garantizar que no le fallarán en el momento decisivo? No, no puede porque su supuesto aliado tiene sus propios planes. Y es razonable. Los dos ambicionan un único puesto. Y eso que se perfila un triunvirato. Con este comienzo, pocos se atreverán a vaticinar resultado de votaciones. Si las hay. Será una legislatura de infarto y tertuliano. Venga, Pedro, a preguntar a Albert qué significa su taimada abstención. ¿Que ya no le quiere? No se procupe en exceso. Otro Pedro negó a su jefe tres veces antes de que cantara el gallo. Y aquí estamos, con ese Pedro más falso que Judas convertido en piedra de su iglesia. 

dimarts, 5 d’abril del 2016

El cónclave

Los tres cardenales se reunirán el viernes, parece, repentinamente urgidos de formar gobierno, no vayan a echárseles las elecciones encima y los dejen como el sembrado tras el paso de la langosta. El viernes no es aún el deadline, pero todos insisten en que debe salirse con algo concreto, mollar. Mientras tanto, los medios han ido preparando el terreno al modo en que la artillería macera el campo del enemigo para permitir la entrada de la infantería: si hay elecciones, el personal va a quedarse en casa y esos son los de izquierda, la mayor participación favorecerá al PP que, a pesar de no aumentar mucho en votos, lo hará en diputados. De algún sitio había que sacar estos ya que la gente no está dispuesta a votar al partido de los sobresueldos. Podemos se hunde. El PSOE se estanca. Más vale no tentar la suerte.

Y, en efecto, los negociadores muestran posiciones más acomodaticias, flexibles, "comprensivas". Los de Podemos ven "posibilidades" reales de gobierno. Sobre todo, ven gobierno y parece que finalmente han comprendido que las sociedades no se cambian confrontando teorías en las mesas redondas sino desde el poder, con el BOE en la mano y los proyectos legislativos preparados. Hay que estar en el gobierno. Lo demás, desde la ideología a las convicciones, pasa a respetable pero segundo término.

El PSOE también parece razonar despierto. Está dispuesto a negociar los programas sociales con Podemos. Era su punto débil. A la vista de las relaciones, todo le aconseja radicalizarse algo más de la mano de Podemos. Si lo dejan solo con Ciudadanos, iría cediendo al peso del conservadurismo, dejándose llevar y podría encontrarse sin percibirlo en el infierno mismo de la alianza maligna con el PP, con el que tanto se desama y desune.

Todos parecen entender la situación y estar dispuestos a ceder para conseguir un objetivo óptimo: el gobierno a tres, PSOE, Podemos y Ciudadanos (y ya veríamos si con ministerios o con abstenciones). Todos menos, precisamente, C's. Sus dos exigencias a Podemos son muy toscas y habrá de matizarlas: a) que Podemos renuncie al referéndum de autodeterminación de Cataluña; b) que acepte expresamente el pacto entre C's y el PSOE.

La segunda condición, aceptación del pacto, no es grave ni imposible de cumplir. La primera, en cambio, sí, sobre todo porque ya está implícitamente admitida en la aceptación del pacto. ¿Qué sentido tiene forzar un rechazo expreso de Podemos al referéndum? Suena un poco a exageración inquisitorial: ¿por qué tienen que aparecer los morados con un sambenito de renuncia a una exigencia, por efecto del color? Es absurdo. Obligar a alguien a negar algo que pueda beneficiarlo como un acto de voluntad es un absurdo.

Por lo demás, C's hará bien en recordar que la combinación PSOE, Podemos, C's no es la única ganadora. También lo es la combinación de la izquierda que Palinuro apoya: PSOE, Podemos, IU, CC, ERC y DiL para la investidura. Son 181 diputados. Solo dependería de que el PSOE entendiera que la coalición con Podemos es más propia de su trayectoria que la coalición con C's.

dissabte, 26 de març del 2016

El 15M "no nos representaban". ¿Y ahora sí?

Pues no, tampoco. Ahora incluso menos. Recapitulemos: el gobierno desprecia al Parlamento, se niega a comparecer y rendir cuentas, se ríe de la soberanía popular, hace un corte de mangas a los diputados y sigue desgobernando el país a su antojo, justificando -o beneficiándose directamente- del expolio general a manos de la asociación de presuntos malhechores que llaman Partido Popular.

Y, frente a ello, ¿qué hacen los representantes del pueblo?

De los 350 diputados del Congreso, los 123 del PP, no cuentan a estos efectos. Su función es aplaudir todo lo que haga su gobierno. Incluso si les ordenara tirarse a un río lo harían siempre que fuera el Manzanares, claro.

Pero ¿y los demás? ¿Los 69 de Podemos y confluencias? ¿No dicen ser los herederos del 15M, del no nos representan? ¿No iban a cambiarlo todo, a asaltar los cielos? ¿No dicen que han traído aires nuevos, nuevos conceptos, ideas nuevas? Toda esa bambolla ¿consiste en qué? ¿En amamantar un rorro en el escaño? ¿En echar cal viva sobre el de la otra izquierda? ¿En no llevar corbata? Ni uno de ellos ha protestado frente a la chulería del gobierno, ni uno ha planteado decir o hacer algo en representación de la dignidad humillada de sus electores que no los pusieron ahí para callarse mansamente cuando un puñado de macarras decide saltarse la ley. Estos ¿nos representan?

¿Nos representan los dos de IU, uno de los cuales, Garzón, también se apunta en su curriculum siempre llevar el "espíritu del 15M" al Congreso? Su protesta ha consistido en firmar como borregos ese conflicto de competencias que la Cámara enviará a un Tribunal Constitucional presidido por un exmilitante de PP y que le debe su puesto a Rajoy. ¿Estos nos representan?

¿Los 17 independentistas catalanes y los 8 del PNV y Bildu? Estos dirán que el asunto no reza con ellos porque se trata del Parlamento de un país vecino. Vale pero, entonces, ¿qué pintan en él? ¿Representan algo? Si no, ¿por qué no se van? Si sí, ¿van a tolerar que un puñado de forajidos se ría de ellos?

Entre los 90 del PSOE, además de los paniaguados de siempre, dispuestos a hacer lo que se les ordene sin preguntar, hay algunos -lo sé porque los conozco- sensibles a la dignidad del cargo que tienen y leales a la voluntad de las gentes que los ha votado. O esos alzan la voz en defensa de la democracia o irán a sumarse a los que no representan a nadie.

Hasta los 40 de Ciudadanos tienen ahora la ocasión de demostrar que sus discursos regeneracionistas de la democracia significan algo.

Que firmen todos una moción de censura a este gobierno de tiranos de vía estrecha y lo depongan sin ceremonias. Luego, si los "representantes" son incapaces de ponerse de acuerdo para que permanezca el gobierno de la moción, que se limite a convocar elecciones anticipadas cuando se juzgue oportuno. ¿O es tal la cobardía de esta gente que van a dejar que sea un gobierno en rebeldía el que convoque las elecciones?

La historia está llena de ejemplos edificantes de cómo los parlamentos supieron estar a la altura de su misión y poner coto al poder despótico de los gobernantes: el Parlamento inglés durante la revolución del siglo XVII ejecutó al Rey/tirano, Carlos I. El Parlamento francés, en la revolución del XVIII ejecutó al Rey/tirano Luis XVI. Por no citar más que los ejemplos más señeros. En otros países, como siempre.

Este Parlamento es incapaz de hacer frente a un gobierno que se ha declarado abiertamente fuera de la ley.

No sé si los representa a ustedes. A mí, no.

divendres, 25 de març del 2016

Un gobierno de macarras

El final del mandato del Sobresueldos está siendo tan estrambótico y pintoresco como su comienzo, cuando aparecía en plasma  jurando que es una persona honrada que no está en política por dinero, aunque ha demostrado fehacientemente que no está por otra cosa tanto para él como para sus allegados, sus familiares, su mismo padre, sin ir más lejos.

Esta vergüenza de presidente se ha pasado los cuatro años de la legislatura haciendo y diciendo disparates y tonterías, amparando la corrupción en todas sus manifestaciones, obstaculizando la acción de la justicia siempre que ha podido, dando pruebas de una catalanofobia de psiquiatra que ha hecho más en favor del independentismo que todos los alegatos de ERC.

Cuatro años gobernando por decreto, ignorando al Parlamento, engañando y mintiendo sistemáticamente en todas sus comparecencias públicas, un embustero compulsivo y un hombre cuya palabra no vale nada.

Ahora, para rizar el rizo, se ha declarado en rebeldía frente al Parlamento. Ya pueden los diputados poner en marcha los mecanismos reglamentarios a su alcance para reclamar su presencia a rendir cuentas, como es su obligación. No piensa hacerlo. No reconoce autoridad al Parlamento para controlar su acción de gobierno porque acaricia la idea de que, con un poco de suerte, acaban nombrándolo dictador perpetuo, que es lo que le gustaría.

Con todo, lo importante de este percance no es que el sobresueldos con su comportamiento de macarra, muy al estilo de la época y de su gente (basta ver una comparecencia de su portavoz, Hernando), se haya declarado en rebeldía; lo importante es que los diputados están aborregados y son incapaces de reaccionar. 

Parece mentira que los representantes, con una abrumadora mayoría en contra del PP, no se atrevan a  adoptar una actitud más enérgica frente a la evidente desobediencia del gobierno que plantear un conflicto de competencias ante el Tribunal Constitucional, presidido por un exmilitante del PP que le debe el puesto a Rajoy. Con ese recurso cubrirán el expediente, pero el gobierno del sobresueldos seguirá tratándolos como siervos o esclavos, sin derecho a reclamar nada.

Si los parlamentarios tuvieran un poco de coraje y apreciaran la relación que los une con sus votantes, plantearían una moción de censura a este gobierno de macarras. Es fácil de presentar y fácil de sacar adelante por mayoría absoluta en la Cámara. 

Digno colofón de una legislatura vergonzosa:  con un presidente declarado persona non grata a todos los efectos por el órgano depositario de la soberanía popular.

dimecres, 23 de març del 2016

Quizá no sean idiotas, pero lo parecen

¿Cómo que no pueden reunirse por cuestión de agendas? ¿Cómo que aplazan las conversaciones a la vuelta de la semana de Pascua? ¿Cómo que van a hablar por teléfono para concertar una cita?

Estos tipos ¿de qué van? ¿En dónde creen que están? ¿Cómo entienden su trabajo? ¿En qué concepto tienen a la gente que los ha votado?

El país esquilmado durante cuatro años por una banda de ladrones; el Parlamento burlado durante toda la legislatura por un gobierno de prepotentes y escarnecido ahora por ese mismo gobierno convertido en un manojo de tiranos fuera de la ley; los abusos de esta partida de mangantes a pleno trapo; todos los problemas pendientes de solución; la gente pasándolo mal; las leyes inicuas en funcionamiento, negando derechos, reprimiendo, tratando a los ciudadanos como súbditos. Y estos dos no encuentran un momento para sentarse a hablar y acordar un modus operandi absolutamente urgente e imprescindible para poner fin a esta denigrante situación de un país gobernado por un personaje sin categoría intelectual ni altura moral para hacerlo.

¿Qué se han creído? ¿Quién los asesora? ¿Cómo no se les cae la cara de vergüenza de irse de vacaciones dejando el país empantanado?

Antes de seguir con mis consideraciones, una propuesta que no prosperará (aunque debiera) porque tendrían que aprobarla los mismos contra quienes va dirigida: si hay que hacer elecciones nuevas, propongo que ninguno de los inútiles elegidos en las anteriores pueda presentarse: que se les prive del derecho de sufragio pasivo por su manifiesta falta de sentido de la responsabilidad, por su estúpida frivolidad, su egotismo y su incapacidad.

Como todos los tontos, estos dos piensan que los demás somos como ellos y no nos damos cuenta de sus triquiñuelas y pretextos. Creen que nos engañan, que no adivinamos los motivos de sus actos, de sus jugarretas de escasos vuelos. Piensan que mintiendo sobre sus intenciones nos quedaremos sin saber quién fue responsable último del desastre que puede vivirse en cualquier momento.

Sánchez se escuda en Rivera y C's para no aliarse con Podemos, como si fuera un impedimento objetivo, insalvable, intocable y no algo que puede replantearse como todo en la vida. Igualmente se niega a admitir ni la sombra de un referéndum en Cataluña que hasta él, en sus muy escasas luces, debe saber que habrá de realizarse, le guste o no. Y con esas dos líneas rojas quiere arrancar el voto favorable de Podemos o, cuando menos, su abstención. De ser lo último, necesitaría más votos favorables y/o abstenciones . Su juego es tan elemental que da vergüenza: si Podemos se abstiene, él será presidente del gobierno, que es lo que quiere. Si Podemos no se abstiene, habrá elecciones nuevas y él aparecerá como quien ha intentado evitarlas a toda costa, lo cual es falso.

Iglesias no sale mejor parado. Dice querer sentarse a negociar después de haberse levantado airada y, sin gran duda, justamente, pero no está dispuesto a admitir la compañía de Ciudadanos. Y eso antes de averiguar a qué acuerdos concretos pueda llegarse incluso estando Ciudadanos. Otro que piensa que los demás somos estúpidos y nos dejamos engañar con una mera excusa. ¿Por qué no sentarse a negociar y explorar hasta dónde puede llegar un pacto con el PSOE?  Para no verse obligado a cerrarlo, con lo cual no serían necesarias elecciones nuevas que, en el fondo, es lo que realmente pretende pues el viejo sueño comunista y de IU alienta en su propósito: lo primero, según ordena micer Anguita, destruir al PSOE. Luego ya se verá. 

A ninguno de los dos le importa un higo la gente. Si le importara, se sentarían a hablar ya, sin mentir más sobre las agendas, o lo harían el jueves, o el viernes o el sábado llamado "santo" (cuando se legalizó al Partido Comunista en 1977) o el domingo también llamado "de Resurrección". 

Una vez más queda en evidencia que en España el proceso de selección de los políticos sigue un criterio negativo: se selecciona a los más inútiles.

dimarts, 22 de març del 2016

Parece mentira

Y dan ganas de llorar. A tres meses de las elecciones generales y veinte días de la primera investidura fracasada estamos igual que entonces. O peor, porque queda menos tiempo. No hay negociaciones. Hay bravatas, amenazas, burlas. Pero no negociaciones, ni principios de acuerdos. Y muchos se preparan para las nuevas elecciones que se convocarán automáticamente el 2 de mayo y se celebrarán en junio.

Realmente parece mentira. La dirigencia política española es un espectáculo de pura incompetencia. Porque si no hubiera acuerdo en la prioridad de preferencias, podría comprenderse esta parálisis en la que los líderes no negocian, ni se hablan. Sin embargo, el orden de prioridades está claro para todos ellos: hay que echar a esta banda de ladrones antes de que termine de expoliar el país. La Gürtel, la Púnica, Taula, Valencia, Matas, son jalones de una aventura colectiva: una serie de amigos montó una organización para delinquir y le llamaron "partido político", en concreto, Partido Popular. Ese partido que, según Aznar era incompatible con la corrupción y ha resultado sr la corrupción misma, viene desgobernando y esquilmando el país desde hace años, arruinándolo al extremo de que, como sucede en Valencia, la gente tardará decenios en pagar la deuda pública. Hay que echarlos como medida urgente y categórica. No se puede permitir que sigan corrompiéndolo todo y en todos los órdenes. No se puede tener un presidente del gobierno, condensación suma de la inepcia, que es el hazmerreir en el exterior y en el interior.

La necesidad de liberarse de un gobierno de apandadores, de expoliadores de lo público, de arruinadores de la gente tendría que haber provocado ya la formación de una gobierno de coalición de una u otra forma. Pero no es el caso. Y sigue al mando un personaje que debía haber dimitido hace años y que ahora, a mayor abundamiento, lleva su actitud tiránica al extremo de declararse públicamente al margen de la fiscalización parlamentaria. Más o menos, un grupo de forajidos.

Ese es el objetivo prioritario número uno. El que domina todo lo demás con carácter de urgencia. Ni un minuto más con esta sarta de sinvergüenzas que siguen riéndose de la gente en sus barbas a base de embustes, patrañas e insultos. Individuos de la catadura de Cospedal, Barberá, Hernando y, por supuesto, el propio Sobresueldos que no podrían aparecer en público en ningún país civilizado de nuestro entorno.

Y los políticos de la oposición son incapaces de ponerse de acuerdo ni para encontrar una solución urgente y transitoria, con la finalidad de echar a Mariano Garrapata como medida inexcusable si se quiere que el país empiece a recuperarse de estos cuatro años alucinantes de saqueo, represión e imbecilidad. Luego ya se vería qué alcance tendría la posible alianza. Es tal la parálisis que, ante la última provocación de los forajidos, ni siquiera se atreven a presentar una moción de censura.

Y tampoco es tal la hipotética variedad de opciones que paralice y/o suspenda el ánimo porque no hay más que tres posibles (con variantes menores): 1ª) Gran coalición PP y PSOE; 2ª) coalición "ucedea", PSOE y Ciudadanos con abstención de Podemos; 3ª) coalición izquierdista (PSOE, Podemos) con la abstención de Ciudadanos. Por supuesto, cada maestrillo tiene su librillo y cada analista tendrá unas preferencias sobre otras. Desde siempre, la preferencia de Palinuro ha sido el "bloque de la izquierda" (PSOE, Podemos, IU e indepes catalanes), pero no se le oculta que la coalición "ucedea" también consigue el objetivo estratégico de echar a estos sinvergüenzas. Y, en la medida en que lo consiga, bienvenida sea. 

Lo que es absurdo en que ninguna de ambas posibles coaliciones cuaje pudiendo hacerlo cualquiera de las dos. Absurdo y descorazonador porque quiere decir que sigue habiendo actitudes viscerales, venganzas, personalismos. Sin duda, llama la atención qué sometido al parecer del IBEX35 está Ciudadanos, pero no más de lo que parece estar Podemos por las obsesivas vendettas de Anguita.

El PSOE se deja querer por ambos lados, aunque no pueda mirarlos como si hubiera una simetría y él fuera imparcial. No lo es. No lo es nadie. Y es lógico que las razones que se aducen en las alianzas sean de peso distinto y así se entiendan. De forma muy complicada por lo que los vetos jamás serán admisibles. Es verdad que el veto de Podemos al pacto del PSOE con Ciudadanos no es de recibo. Pero el PSOE no puede presumir cuando, él, a su vez, tiene vetado al PP (y hace bien, por cierto).  Y Ciudadanos, a su vez, a Podemos con quien asegura no poder ir en el mismo barco. Todos se vetan a todos, cada uno a cada uno. 

En definitiva, la prioridad de la preferencia es tan inexcusable que no se entiende cómo no se ha llegado a alguna, la que fuere. De forma que casi podría echarse a suertes. Donde no hay necesidad, el azar es lo más inteligente. 

Pero lo  esencial es quitarse esta plaga de encima.

dilluns, 21 de març del 2016

Oligarquía y obsesión

Vamos a hablar en román paladino. La fulminante destitución de Sergio Pascual en Podemos tiene varias interpretaciones, como siempre sucede con estas crisis en organizaciones políticas. Forma parte de la rígida liturgia de toda organización hecha de obediencia al mando, lealtades interesadas y jerarquía pues, como sabemos, su naturaleza es siempre oligárquica. Toda oligarquía se mantiene con una estricta unidad de grupo y quien se aparta de ella es arrojado a las tinieblas exteriores con la inevitabilidad con que los organismos vivos excretan los cuerpos que no pueden asimilar. Podemos no es una excepción a la ley de Michels y, de serlo, no por la teoría asamblearia y democrática que predica, sino por la práctica autoritaria y jerárquica que ostenta.

La destitución de Sergio Pascual es resultado de las tensiones en el interior de la organización que traducen luchas por áreas de influencia, ascensos y descensos, consolidación de posiciones de poder, avances y retrocesos de banderías. Son intrigas entre bambalinas generalmente confusas y carentes de interés porque responden a peleas y rencillas entre gentes de poca monta, que normalmente no trascienden al conocimiento de las bases a quienes se predica siempre el carácter abierto y ultrademocrático de las decisiones que se toman igual que a los pobres de espíritu las bienaventuranzas.

En realidad, la destitución, según parece, trata de zanjar un contencioso entre dos bandos en el seno del partido. De un lado están quienes quieren llegar a un acuerdo con el PSOE, pactar con él bien una abstención o un voto favorable a la investidura de Sánchez para posibilitar la expulsión de Rajoy y del PP, como Errejón y los suyos. De otro, quienes se niegan a todo acuerdo con los socialistas y pretenden forzar nuevas elecciones porque piensan que de ese modo, podrán finalmente acabar con el PSOE y ocupar su lugar como referente hegemónico de la izquierda. El precio por pagar de que siga gobernando el PP les parece asumible. El adalidad de esa actitud, según parece, es Pablo Iglesias.

El país revienta de sondeos que pretenden adelantar cuál sería el resultado de dichas elecciones y, según quién las encargue y sufrague, los vaticinios difieren. Entre ellos es razonable uno que Palinuro da por muy probable: un batacazo considerable de Podemos que no solamente no hará realidad el anhelado sorpasso del PSOE, sino que quedará en una posición muy maltrecha.

Tres argumentos cabe aducir a favor de este pronóstico: 1º) la valoración de Pablo Iglesias y, en general, de Podemos, han caído en picado con las intervenciones parlamentarias de sus gentes, frisando entre lo patético y lo agresivo; 2º) es muy poco probable que la organización repita los niveles de apoyo obtenidos por las confluencias periféricas y menos probable aun que las mismas confluencias se repitan; 3º) la fuerza de las dos opciones que han mostrado capacidad de pacto, PSOE y C’s, aumentará notablemente por relación a quienes como Podemos y el PP, aparecerán como responsables de la repetición de elecciones por su intransigencia.

Resulta sorprendente cómo los estrategas de Podemos no ven estos peligros o, si los ven, no aquilatan sus consecuencias y corren al abismo de unas elecciones que van a enterrarlos. Para explicar esta incongruencia tengo dos hipótesis que, en el fondo, confluyen en una: 1ª) el sector anguitista de IU –todo él presionando a Podemos desde dentro- y el propio Anguita propugnan esta fórmula insistentemente. La razón es sencilla: Anguita sabe que es su última oportunidad. O consigue ahora el sorpasso o ya tendrá que retirarse definitivamente a saborear las otoñales mieles de la jubilación, que tanto le fastidian, aunque diga lo contrario; 2ª) Iglesias sabe que en un gobierno del PSOE, a él le quedaría reservado un papel de segundón o quizá ni eso, sino el del líder de la oposición, algo que no satisface su narcisismo desaforado. Ambas obsesiones confluyen en una, en efecto, la de dar algo de cuerpo a una izquierda llamada transformadora que en cuarenta años cuarenta no ha transformado absolutamente nada en España y seguirá sin hacerlo.

Visto lo visto, por lo tanto, Podemos apostará por elecciones nuevas aun a sabiendas de que, con ello ocasionará dos graves problemas para la gobernación e, incluso, la supervivencia de España: 1º) mantendrá con vida el gobierno antidemocrático y antipopular del PP no solo durante el interregno hasta las elecciones, sino que estas pueden darle una nueva victoria que lo perpetúe; 2º) sostendrá la situación de incertidumbre y desgobierno en España, haciendo imposible que durante meses y meses el Estado pueda articular una respuesta política al independentismo catalán. Palinuro, que simpatiza con este, por verlo regeneracionista y republicano, se felicita por ello, pero en gentes como las de Podemos, en el fondo nacionalistas españoles al uso, esta actitud parece perfectamente estúpida.

dimecres, 16 de març del 2016

¿Se puede ser más cobarde?

El rebaño de mansas ovejas baladoras llamadas diputados acaba de descubrir lo que todos sabíamos hace días: que el gobierno se ha declarado en rebeldía frente al Parlamento. Bien, que un gobierno de presuntos ladrones, franquistas y meapilas ignore al Parlamento no es nada nuevo. Lleva cuatro años haciéndolo con su mayoría absoluta. Está en la naturaleza de las cosas que los fascistas desprecien la representación popular.

Lo asombroso es la reacción de los diputados. Aterrorizado, el presidente de la Cámara escribe un abyecto ruego a la ratita hacendosa que funge de vicepresidenta del gobierno pidiéndole que "reconsidere" su actitud. Sobra decir que esta vicepresidenta, que lo que tiene de soberbia lo tiene de ignorante, contestará con un par de estúpidas leguleyerías.

En previsión de ello, el portavoz de los socialistas, Antonio Hernando, otro pusilánime, como su secretario general, que ha aprovechado para esconderse, amenaza con un conflicto de competencias ante... el Tribunal Constitucional. Sí, ese órgano sin prestigio ni autoridad, poblado de individuos complacientes con el príncipe y presidido por un antiguo militante del partido del gobierno.

Esto es una pura vergüenza y una humillación al conjunto del electorado. Si no tenéis coraje para poner a los fascistas en su sitio, idos a vuestras casas y no pidáis nunca jamás el voto a quienes os hemos puesto ahí creyendo que érais personas rectas y valerosas. Sánchez, Iglesias, Rivera, por si no lo sabéis, detrás de vosotros hay millones de personas esperando que cumpláis con vuestro deber y hagáis frente a esta provocación de franquistas, que no os arrodilléis ante este golpe de Estado perpetrado por un puñado de granujas, dirigido por un presunto mangante y que han decidido romper el Estado de derecho.

Presentad ya una moción de censura. Demostrad que tenéis el valor que se os supone y merecéis el salario que os pagamos.

Si no lo hacéis seréis cómplices de esta última ignominia.