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diumenge, 8 de maig del 2016

Carta de ultratumba de Maquiavelo a Pedro Sánchez

Desde las regiones hiperbóreas en las que me hallo observo con interés, caro Pietro Sánchez, vuestro gran esfuerzo por alcanzar el principado en condiciones difíciles, llenas de trampas y peligros y con tantos enemigos al acecho dispuestos a liquidaros y repartirse vuestros despojos. Siempre he sentido admiración por los hombres valerosos, los audaces condotieros que se apoderan de grandes principados con su ingenio y valor y la audacia de su aguerrido brazo.

Permitidme que, pues renováis hoy el juramento de lealtad de vuestras huestes, con esos 30.000 bravi dispuestos a acompañaros al combate, os dé algunos consejos, producto de mi experiencia en los asuntos del Poder y las técnicas para conquistarlo y conservarlo. Sé que amáis vuestra Patria tanto como la suya los valerosos pictos que lucharon contra las legiones de Adriano y sé también que, aunque os manifestáis como un abyecto cortesano ante vuestro Rey, en el fondo de vuestra alma sois republicano. Esa capacidad para el disimulo os hace grato a mis  ojos de taimado florentino y solo por ella os diré alguna quisicosa más.

Revestido con vuestra nueva autoridad, ejercedla sin demora y hacedlo con quienes más a mano tenéis: los vuestros. No permitáis que ninguno de esos missi dominici repartidos por los confines de la monarquía se haga fuerte o pueda levantar facción contra vos. Llamad a capítulo a vuestra gonfaloniera del Sur, antes de que en su insensata soberbia se interponga en vuestro camino.

Salid al campo de Marte cubierto con gruesa cota de malla para que los ataques de los enemigos no os hieran. Y felicitaos de que se produzcan. Si os atacan es porque os temen y, al hacerlo, hacen presente vuestra imagen en todos los lares de la patria. Si os niegan vuestra autoridad y la sinceridad de vuestras intenciones, ello no os afecte. Al fin y al cabo, ambas pueden fingirse siempre sobre todo si contáis con una guardia del pretorio capaz de defenderos en situaciones difíciles.

Tenéis que conquistar los platós de la televisión, que habéis abandonado a vuestros adversarios quienes llevan ya tiempo repitiendo allí sus consignas en contra de vuestra casa e intenciones. Estáis obligado a recurrir más a los medios de comunicación porque es en ellos en los que se encuentra la Fortuna que todo guerrero necesita por mucha que sea su virtú, nunca suficiente. Recordad cómo Gatamelata llegó a viejo cubierto de gloria y poder, precisamente por haber sabido domeñar la Fortuna.

La necessitá debiera obligaros a ser más ingenioso o, incluso, a ser algo ingenioso porque al natural no lo parecéis. Y quieran los hados adornaros con algunas luces que os faltan. Os espera batalla en un doble frente, en contra del actual príncipe en el trono que, para defenderlo, os atacará a muerte y en contra de unos jóvenes gibelinos que, al grito de ¡Podemos!, pretenden arrebataros vuestra posición, sustituiros en ella y dejaros sin la posibilidad de conquistar el principado. Tened además en cuenta que estos dos enemigos, patricios y plebeyos, siempre que puedan se pondrán de acuerdo en contra de vos. 

Emplead vuestra virtú en sellar una alianza con el otro grupo "emergente", el de los güelfos que se autotitulan Ciudadanos y presentadla en el foro como vuestra gran aportación de gentes  concernidas por el porvenir de la nación,  modernizadoras, centristas y moderadas, algo que el pueblo siempre, temeroso de radicalismos, valora mucho. Tened  presente el ejemplo de aquel astuto monarca, Fernando de Aragón, en quien yo mismo me inspiré, porque lo sabía inspirado por la Providencia. 

Os atacarán, acusándoos de haberos aliado con el maligno por vuestra ansia de poder. No os importe. Esos ataques mantendrán viva la atención del pueblo en vuestra persona y os ayudarán a convencer a los güelfos, la otra parte de la alianza, de que le interesa echar su suerte con la vuestra porque, al fin y al cabo ambos queréis el poder.

Y recordad siempre que la gloria solo la alcanza quien osa ir por ella al precio que sea.
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Post Scriptum: quizá debiérais, aunque se me hace arduo, dada vuestra cerrada mentalidad centro-imperial y escurialense, aveniros con las tribus bárbaras que moran al norte del Íber, hispánico río. Son gentes insumisas, muy apegadas a su vetusta cultura y lengua y de trato difícil por su gran amor a la independencia. Ofrecedles la administración de sus propios tributos, liberándolas de las exacciones a las que las someten los actuales procónsules y virreyes. Quizá consigáis convencerlas de que se alisten en vuestros invictos tercios; pero lo dudo.

divendres, 6 de maig del 2016

De la mentira en política

Dicen los críticos que la política mediática -producto sin duda de la sociedad del espéctáculo- es mala. Es un error. La política es comunicación, y la comunicación depende en gran medida de los medios que la administran. Los políticos deben estar en los medios de comunicación, entre otras cosas, porque, si no están, otros estarán en su lugar, colocarán su mensaje y dejarán el suyo a los pies de los caballos. Si Sánchez y Garzón, que ganan en valoración ciudadana a Pablo Iglesias, estuvieran más en los medios, salieran en tertulias y programas de esos de presentadoras endiosadas, seguramente tendrían mejores fortunas electorales.

Lo que no debe hacerse en política es mentir. Ciertamente si, como piensa Palinuro en la estela de Foucault, la política es la continuación de la guerra por otros medios y en la guerra vale todo, también valdrá mentir. Sin duda. Mintiendo se puede ir muy lejos; se ganan elecciones. Recuérdese cómo ganó el Sobresueldos las de 2011: mintiendo como un bellaco. Pero eso no vale para la izquierda. La izquierda no puede mentir porque se rige por un código ético exigente, se ponga como se ponga doña Esperanza Aguirre que de esto, como de casi todo, no entiende nada. La izquierda no puede mentir porque hacerlo es tratar a los demás como medios o instrumentos para conseguir tus fines y eso no es de recibo pues, para nosotros, los individuos son fines en sí mismos y lo más importante que hay. El mentiroso, como los jesuitas, cree que el fin justifica los medios y está dispuesto a engañar con tal de alcanzar el poder. Y, si lo alcanza, será un tirano.

Viene esto a cuento porque en una entrevista en Radio Nacional, Pablo Iglesias ha reconocido que hablar de la cal viva en el congreso fue un error y no querría repetirlo. Fue más que un error; fue un infundio, una mentira. Y reconocerlo ahora forma parte de otra mentira. La de añadir que le parece un error atacar a los socialistas, cuando es obvio que no ha hecho y sigue sin hacer otra cosa. Del mismo modo corona esta entrevista con otra mentira desvergonzada, la de decir que el sorpasso no trata de superar a los socialistas, sino al PP y que el PSOE es ahora, según los nuevos embustes, un "aliado". El sorpasso fue un intento de los comunistas italianos de ganar las elecciones a la democracia cristiana. Su empleo en España corrió a cargo de Julia Anguita quien expresamente lo configuró como la tarea de que IU ganara al PSOE y le arrebatara la hegemonía. Y Julio Anguita es el gran muñidor de esta operación de "unidad" de la izquierda dejando al margen al PSOE; es decir, una unidad de la izquierda en contra del PSOE.

En sí mismo, este propósito no es condenable. Ya hemos dicho que en la guerre comme en la guerre y si la confluencia IU/PCE y Podemos arrebata la hegemonía al PSOE será porque este se lo ha ganado a pulso por su inoperancia. Carece de sentido reprochar a los comunistas y sus aliados que pretendan alcanzar lo que llevan cien años intentando sin conseguirlo. Hacen bien. El PSOE se ha derechizado tanto que esto es lo menos que puede pasarle. Lo reprochable es que, para conseguirlo, aquellos mientan de forma tan descarada. No, el PSOE no es aliado de Podemos e Iglesias miente cínicamente y con absoluto descaro. Si el PSOE fuera el aliado de Podemos (desde el punto de vista de Podemos) no habrían boicoteado el posible gobierno. Que el PSOE también haya saboteado el intento de ese gobierno es aquí indiferente. Lo que estamos enjuiciando es el recurso de Podemos a la mentira y el engaño. Si el PSOE fuera su aliado, la unión de la izquierda lo habría incluido. No lo hace porque lo que quiere Iglesias, a las órdenes de Anguita, es destruirlo.

En esto de la mentira la izquierda debiera ser más vigilante. Ayer salió IU celebrando por todo lo alto que el 85% de las bases hubiera aceptado el plan de unidad con Podemos propugnado por la dirección. Hasta El País picó en el engaño. Afortunadamente, Infolibre precisó luego que el 85 % había votado a favor pero que era el 85% del 28% del censo, que fue la participación que hubo. Es decir, IU mentía en el porcentaje porque la unión la aprobaba el 24% del censo. Por supuesto, los "verdaderos creyentes" que hay siempre en estas formaciones se apresuraron a señalar que por el "no" había votado el 4%, mucho menos y que el que calla otorga, etc. Posiblemente, pero la mentira es la mentira.

Y no se queda ahí. Aún hay una mentira mayor, al decir que ha votado el 85% del 28% del censo, IU oculta (o sea, miente) cuántos de estos votantes del censo son afiliados-militantes y cuántos simpatizantes. De momento, ese dato sigue sin saberse; o sea, está oculto. Lo que es cierto es que en Madrid votaron 1802 personas, militantes y simpatizantes juntos, lo cual es una cifra ridículamente baja.

No, la mentira no es de izquierda y la izquierda que miente estará muy unida, pero no es izquierda.

dimecres, 4 de maig del 2016

Llámenlo como quieran, pero háganlo

Lo que estamos vislumbrando en este nuevo período electoral es otra de esas estupideces históricas que perpetra habitualmente la izquierda española. Es una historia vieja, cansina y produce hastío recordarla pero no queda otro remedio. Aunque los tarugos al frente de las organizaciones izquierdistas lo ignoren, el resultado de la consulta del 26 de junio va a afectar a mucha, muchísima gente que no tenemos culpa de nada y mucho menos de padecer estos descerebrados de dirigentes.

La izquierda a la izquierda del PSOE quiere unirse. Al margen de que lo consiga o no, esa unión deja fuera expresamente al PSOE. Como sabemos, el argumento que quiere justificar este dislate es que el PSOE no es "verdaderamente" de izquierda o algo así. Una actitud cuya obstinación en el error muestra bien a las claras la mala fe de la que parte. Ese diagnóstico de que el PSOE no es "verdaderamente" de izquierdas parte de una supuesta "verdadera" izquierda, el PCE, disfrazado de IU, que se autodesigna "izquierda transformadora" pero que desde que nació, hace treinta años, no ha transformado literalmente nada y no ha hecho nada salvo hablar sin parar. A ese profundo análisis se suma ahora Podemos con la misma mala fe; o peor. Se renueva así el viejo cainismo de las izquierdas españolas, que se remonta a sus orígenes y ha dejado episodios tan vergonzosos como la masacre de mayo de 1937 en Barcelona, el episodio de la entrega de Madrid por Casado en 1939, la pinza del PSOE y la UCD contra el PCE en 1977-79 y la del PP e IU/PCE contra el PSOE en los años noventa.

Frente a esos fainéants verbosos, el PSOE, con veintiún años de gobierno a las espaldas, ha hecho mucho y de todo: bueno, regular y malo. Como siempre en la vida. Y entre personas normales habrá discrepancias acerca de si prima lo malo sobre lo bueno o a la inversa; lo que no suele darse, insisto, entre personas normales, es hablar de algo complejo -el PSOE en este caso- ocultando lo bueno y contando solo lo malo. Eso es un juicio de obvia mala fe. Así, el discurso de la cal viva de Pablo Iglesias -aventajado discípulo de Anguita- quedará como ejemplo de su ruindad moral y su inopia mental. El caso es que, además, no cabe responderle con un clásico "y tú más" porque este manojo de supuestos izquierdistas transformadores no ha hecho nunca nada, no se ha estrenado; ni meter la pata ha podido. Su posición consiste en atacar con juego sucio al otro partido de la izquierda y hacer creer que si, por casualidad, alguna vez llegaran a gobernar, ellos no harían nada mal, serían perfectos.

Esa alianza que se traen entre manos, que más parece contra el PSOE que contra el PP, no conseguirá ganar las elecciones, pero sí que no las gane aquel que, en el fondo, es lo que muchos de estos narcisistas pretenden. Y por eso mismo serán responsables de otros cuatro años de esta derecha ladrona, antipopular, ultrarreaccionaria y catalanófoba. A ellos no parece importarles porque se darán por satisfechos si consiguen unos votos más que el PSOE y, además, tendrán sus escaños, bien por una, bien por la otra formación y podrán seguir haciendo lo único que hacen y sin mucha soltura: hablar.

Pero la gente lo vamos a pasar muy mal con un gobierno del PP con otra probable mayoría absoluta. Realmente mal a manos de esta banda de malhechores.

Por eso y porque la responsabilidad por la desunión de la izquierda toca a todos, ¿que tal si nos dejamos de miserias, envidias, rencores, egolatrías, sectarismos y oportunismos y formamos ya un frente popular de toda la izquierda, desde el PSOE hasta IU con referéndum incluido que permita que voten a su favor los independentistas catalanes? ¿Que da miedo el nombre de Frente Popular? Pónganle el nombre que quieran pero vayan todos juntos a las elecciones con un programa común que será ganador, como siempre que la izquierda ha conseguido esta unidad. Ya tendrán tiempo más tarde de dirimir la estupidez esa del sorpasso, pero no dividan a la izquierda por enésima vez. No le entreguen el poder a la derecha entre engoladas frases revolucionarias. Y lo mismo para el PSOE: deje de hacer el juego a la derecha, recupere su esencia socialdemócrata, entérese de que vive en el siglo XXI, organice un referéndum en Cataluña como han hecho en el Canadá y en Escocia sin que se hunda el mundo. Un frente unido de toda la izquierda es lo único que garantiza punto final al gobierno de la derecha.

Pierdan unos el rencor y otros el miedo y entiendan que están al servicio de la gente, que no quiere otro gobierno de la banda de ladrones.

dimarts, 3 de maig del 2016

No hay a quién votar

Hoy quedarán disueltas las cámaras de la legislatura más breve de la tercera restauración. Un buen momento para hacer un balance.

Lo primero que debe decirse es que hay elecciones nuevas por el fracaso de los partidos a la hora de llegar a algún acuerdo. Toda la retórica sobre el mandato recibido del electorado que obliga a buscar una solución queda en nada en cuanto esa solución presenta dificultades y no facilita el acomodo de los candidatos en los puestos y cargos que ambicionan. Por supuesto, los partidos jamás reconocerán ese fracaso y, no pudiendo convertirlo en un triunfo sin incurrir en ridículo, prefieren "pasar página", como suelen decir, sobre todo si les quema en las manos y "mirar al futuro", otra de las frases hechas con las que abusan de nuestra paciencia, junto a la de la "mano tendida" y la "dejarse la piel". Topicazos que revelan el bajísimo nivel intelectual de esta caterva de parlanchines.

Pero no hay que dejarles creer que se han salido con la suya. Si estamos así, si tenemos que repetir las elecciones, consumir recursos, gastarnos unos 160 millones de euros (que no tenemos) en el proceso completo es por su incompetencia. Y debieran pagar por ello. Palinuro ya propuso que se impidiera a los cuatro candidatos presentarse a las elecciones de nuevo en justo castigo. Pero es obvio que no sucederá algo tan razonable porque, en definitiva, esta es una democracia de partidos, en la que las decisiones las toman los partidos y, dentro de ellos, sus líderes, digan lo que digan sobre primarias, terciarias, círculos, polígonos, congresos o monsergas. Mandan cuatro o cinco que son incapaces de entenderse y las consecuencias las pagamos los electores. En sentido literal. De nuestro bolsillo.  Ninguno de estos incompetentes corre riesgo alguno pues, por el sistema electoral y la organización de los partidos tienen asegurado su puesto sea cual sea el resultado.

En ese fracaso todos tienen su parte de responsabilidad. La obstinación del presidente de los sobresueldos por mantenerse en el cargo a toda costa, a pesar de su responsabilidad obvia en el gatuperio de ladrones y sinvergüenzas que es la política institucional allí donde está el PP en el poder es representación evidente de la indiferencia, la hostilidad de la derecha neofranquista a las formas democráticas.

Pero esas son las andanzas de la derecha. A Palinuro le interesa más el análisis de las vicisitudes de la izquierda por lo que se mencionará al final. Y ese análisis es despiadado: no ha habido unión de la izquierda porque a los dirigentes no les ha dado la gana. Prescindamos de delicadezas ridículas: Podemos no ha pactado con  el PSOE porque no quiere. El espíritu de la caverna anguitiana, que tiene mesmerizados a estos dos jóvenes incautos, Garzón e Iglesias, ve que, con un poco de suerte y una ayuda de los propios socialistas en sus trifulcas internas, puede conseguir el sorpasso, que es lo que lleva treinta años intentando. Por fin el sorpasso. Lo más probable, si tal cosa se da, será que la izquierda dividida sucumba ante la derecha y que haya cuatro años más de un gobierno reaccionario, antipopular, hecho de ladrones y sinvergüenzas. Pero eso no importa gran cosa a los de la "verdadera" izquierda porque, como hemos dicho, ellos personalmente tendrán sus puestos garantizados. Y fue así. No hubo pacto porque Iglesias, inspirado por Anguita, no quiso. La alianza del PSOE con C's era una pura excusa, como fue una pura excusa las tres ridículas objeciones que los socialistas pusieron al escrito de Baldoví del último momento. Si el PSOE hubiera aceptado las treinta, tampoco habría habido coalición porque lo que se buscaba era dinamitarla.

A su vez, el PSOE, en quien cabe suponer una mayor voluntad pactista, a tenor del acuerdo con C's, tampoco llegó a un pacto de izquierda porque no le dio la gana. La oposición al referéndum catalán es otra miserable excusa que no se hace más verosímil por el hecho de que se la presente como una condición impuesta por los barones. Un puro cuento. Si de verdad el PSOE hubiera querido un acuerdo de izquierdas, hubiera aceptado negociar un referéndum consultivo en Cataluña que, de todas formas se celebrará, digan lo que digan los donpelayos de vía estrecha. La coalición PSOE, Podemos, IU, con el voto favorable de ERC y DiL, en total 179 escaños, hubiera desbloqueado la situación, garantizado un gobierno de izquierda y abierto un tiempo nuevo en la paralizada política española, lleno de posibilidades en todos los sentidos. Pero no hubo lugar por lo que no puede sino entenderse como falta de decisión, de coraje, de clarividencia de la dirección socialista. Es acorde con el espíritu timorato ante sus huestes y sumiso a la derecha que viene caracterizando a este secretario general, fiel reproducción del otro anterior, tan fracasado como él. Es decir, así como la alianza fue imposible del lado de Podemos por la mala fe anguitista de su dirección, también lo fue del lado socialista por la cobardía y la falta de visión de su dirección, encastillada en un nacionalismo español zarzuelero. 

O sea, no hubo pacto de izquierdas porque ninguna de las partes quiso. Y ese fracaso es la sombra que ahora se proyecta sobre estas elecciones. Los vaticinios no pueden ser más siniestros: baja participación, buenos resultados del bloque de la derecha, beneficiario directo de la desunión de las izquierdas. Y disculpe el lector si no pierdo ni medio segundo con los inevitables maestros ciruelos, esos que subidos en el dogma más acartonado cuestionan la condición de izquierda del PSOE con el único resultado permanente de favorecer el triunfo de la derecha.

Tampoco dedicaremos mayor atención a los cálculos electorales, de los que ya rebosa la prensa. Su examen produce verdadera desesperación porque, ¿de qué sirve que una izquierda gane a la otra, la otra a la una o las dos se queden igualadas si gobierna la derecha y probablemente con mayoría absoluta?

Ya sé que a los dirigentes de los partidos de la izquierda este tipo de consideraciones les traen sin cuidado, pero cerraré este post con una reflexión que a lo mejor les da que pensar: ¿saben ustedes cuál es una de las más poderosas razones de la esperada abstención en la izquierda? Que nos tienen ustedes hartos con su demagogia barata, su falta de empatía y su insinceridad y que, además de hartos, estamos indignados porque ninguno de ustedes configura una opción digna de voto.  Habrá abstención porque un sector muy importante de electores de izquierda no tiene a quién votar.

divendres, 29 d’abril del 2016

Nuevas elecciones para nada

Ayer estuve en el programa de PuntCat, de TV3, presentado por Xavi Coral, para hablar de la situación en España y Cataluña, ahora que son inevitables nuevas elecciones el 26 de junio. Compartí tertulia con Gemma Ubasart, José Zaragoza, Gabiel Rufián, Neus Tomás y Vicent Sanchís. Por supuesto, me siento más cercano de unos que de otros, pero todos tenían un buen nivel y, desde luego, allí reinó un clima de libertad, debate, tolerancia y crítica mutua sin insultos ni agresiones verbales que ya quisieran las televisiones españolas. Sin duda gracias a la profesionalidad de Xavi. Y a la de su equipo al completo. Gracias a todos por hacernos sentir como en casa.

Al comienzo, Xavi me preguntó qué les diría a los cuatro políticos que han fracasado en la tarea de pactar un gobierno. Y le contesté que se retiraran. Lo tengo muy pensado. Estas cuatro personas que han consumido otros tantos meses inútilmente, que han sido incapaces de materializar el mandato que decían haber recibido del electorado, que no han podido llegar a un acuerdo, ¿con qué autoridad vuelven a pedirnos el voto? Para hacer ¿qué? ¿Lo mismo?

Es verdad que el resultado de los elecciones del 20 de diciembre era difícil. Pero nadie ha dicho que la política sea fácil y es, además, una actividad voluntaria, no obligatoria. Los políticos cobran sueldos sustanciosos que pagamos los ciudadanos y están obligados a mostrar resultados a cambio, o abandonar el empeño, hacerse a un lado, dejar que otros lo intenten quizá con más suerte, con más inteligencia o habilidad. Lo que carece de sentido es aceptar un compromiso, incumplirlo y presentarse luego a pedir otra delegación sin la más mínima base que autorice a suponer que las cosas cambiarán. Porque además esto huele a profesionalización de la política, esto es, a las biografías de políticos cuya función consiste en perder todas las elecciones pero no los amolumentos que se les siguen abonando. Si los ciudadanos también pagamos los sueldos de políticos que no ganan elecciones y se pasan la regalada vida en una oposición consistente en no hacer nada, ¿para qué queremos políticos?

A mayor ridículo, nos piden de nuevo el voto unos payos que se reían de los catalanes por su supuesta imposibilidad de formar gobierno en su momento, siendo así que estos tienen hoy un gobierno con apoyo parlamentario, hoja de ruta e ideas claras. En la meseta, en cambio, no hay gobierno, el que está en funciones, además, se ha declarado en rebeldía, no tiene programa ni idea de a donde va y no hay expectativa razonable de que haya uno nuevo antes de las calendas griegas.  Y el resultado inmediato de este quilombo es que un país arruinado, con una deuda pública superior al 100% del PIB, con el 25% de paro, salarios de hambre y miseria por doquier, destine más de 160 millones de € a repetir unas elecciones porque los electos de las anteriores son una manga de ineptos, engreídos, narcisistas, parlanchines pero, sobre todo, eso: ineptos. Como lo que tan alegremente despilfarran no les sale de sus bolsillos, allá van los millones, en busca de un voto que estos lumbreras puedan administrar. Y mientras tanto, a seguir tomando el pelo al contribuyente

Mírenlo bien: es demasiado. La derecha de PP y C's ha fracasado porque no ha constituido gobierno ya que, como se sabe, su muy notable pragmatismo le hace suponer que todo lo que no sea estar en el gobierno para robar, expoliar, malversar y estafar es perder el tiempo. La izquierda, a su vez, PSOE, Podemos e IU, ha fracasado también del modo más lamentable porque no ha alcanzado ni por el forro su objetivo esencial, básico, fundamental, su razón misma de ser: echar a la derecha del gobierno.

Si alguien pone en marcha una campaña de esas de reunir firmas en las redes para pedir que este puñado de ineptos se vaya, que cuente con la mía. Hay que pedirles la dimisión ipso facto como primer paso para arreglar la situación.

Si es que tiene arreglo porque no sé si se han dado cuenta ustedes de algo: de que en Madrid no hay gobierno porque tampoco hay oposición ni, por tanto, posibilidad real de constituir gobierno porque la oposición real -y también lo dije ayer en el programa de Xavi- está en Cataluña. Es una situación absurda, cai patafísica: el Parlamento no contiene oposición alguna. La prueba es que no solo no presenta una moción de censura a un gobierno en rebeldía y en minoría sino que ni siquiera puede obligarle a comparecer a dar explicaciones. Un gobierno sostenido por un partido que es una partida de mangantes y que no da cuenta de sus actos más que ante Dios, como el caudillo, su verdadero inspirador.

La verdadera, la auténtica oposición al gobierno de Madrid está fuera del Parlamento, en Cataluña. Y esa sí es una oposición real y contundente porque se ejerce ante cualquiera de los dos partidos dinásticos que quieren mantener el sistema turnista pero ya no pueden. Por eso no se compone gobierno ni se compondrá mientras el que haya no tenga una propuesta de solución a la cuestión catalana que no sea el consabido "no" que ambos comparten. Ese es el auténtico y único problema que hay hoy en España: Cataluña. Un problema frente al cual el arco nacionalista español (más de 72% del Congreso de los Diputados) no tiene respuesta pues carece de iniciativa y recursos; porque no sabe qué hacer. Y frente a él, todo lo demás son minucias: el intento del PP de conservar el gobierno con una mayoría que jamás conseguirá mientras la solicite el sobresueldos; el del PSOE de articular una política centrista, al estilo de UCD en alianza con C's, pero conservando la vitola de partido de la izquierda; el de Podemos de intentar un sorpasso, que pudo haber funcionado mientras el partido morado seguía prometiendo ser una izquierda nueva, distinta del comunismo del pleistoceno y de la socialdemocracia aburguesada y sometida. Un intento, ahora no sabemos si de buena o mala fe, que fracasó justo en el momento en que estos adalides de la "nueva izquierda" se echaron en brazos de la vieja IU y,a través de ella, del valetudinario PCE.

La ausencia de gobierno en Madrid y el correspondiente vacío de poder dibujan lo que llaman una "ventana de oportunidad" para el gobierno independentista catalán. Siendo esto tan obvio, ¿no lo es más que la vía a la independencia está casi expedita y depende prácticamente de los propios catalanes? De seguir las cosas así, cuando el gobierno de Madrid quiera plantear un conflicto al de la Generalitat tendrá que hacerlo por vía diplomática.

dimecres, 27 d’abril del 2016

El don de la oportunidad

Afirmo perentoriamente que no lo hemos hecho a propósito. Llevamos más de un año preparando este curso. Y los hados han querido que su impartición en la semana que viene coincida con la apertura de la campaña para las nuevas elecciones, esas que nadie quería al principio pero que, en el fondo, todos deseaban. Cuando uno no es capaz de realizar la tarea que se le ha encomendado por incompetencia propia, lo más cómodo es llamar al que formuló el encargo la primera vez, el cliente, en este caso el electorado y pedirle que lo formule por segunda. Como es natural, ninguno de los cuatro genios que han consumido otros tantos meses en reuniones inútiles, declaraciones y ruedas de prensa aun más inútiles, chanzas y provocaciones en los medios y las más imaginativas formas de perder el tiempo tiene ni la menor intención de echarse a un lado y dejar que otro/a intente lo que él no ha podido.

Y sería lo más lógico, lo que haría cualquiera que pudiese disponer de este personal: Fulano, Mengano, Zutano y Perengano no sirven. Lo han intentado durante cuatro meses y ha sido inútil. Cuatro meses tirados. Cambiémoslos por otras. Demos oportunidad a otras gentes menos resabiadas, menos encallecidas, más abiertas y con otros planteamientos.


Ni hablar. Estos son los jefes y aquí se quedan. ¿Quién tose en el PP a Rajoy, aun a sabiendas todos de que es un perfecto inútil? ¿Quién a Rivera, que ha sacado un partido de la nada y está dando de comer a muchos fieles? Eso en la derecha. En la izquierda es algo distinto. Hay mucha gente deseando perder de vista a estos dos niños bonitos, horros de inteligencia y livianos de personalidad pero con un narcisismo estratosférico. Pero tampoco aparece porque a quien ose postularse le montan unas "primarias" de esas de resultado ultrademocrático estilo búlgaro y todos tan contentos.

Y así va el país.

A lo mejor, si los candidatos se apuntaran al curso, conocerían medios, técnicas, procedimientos que les ayudarían a impedir que se produzca lo que todos temen más que a un nublado: que el resultado del 26J sea igual al de ahora.

El curso es en Valdepeñas. Pero, quienes quieran, pueden seguirlo en streaming o diferido. Basta con entrar en contacto con el Centro de la UNED de Valdepeñas.

divendres, 15 d’abril del 2016

Papá, volvemos a casa

Leo que está en marcha un proyecto de alianza de Podemos e IU. Como lo leo en Público, que es el BOE del partido morado, no sé si es una noticia o un deseo, pero, por si acaso, lo enjuicio con toda consideración: si Podemos se une, alía, federa, junta o asocia con IU, ese será el fin de su periplo; su hundimiento definitivo. Es posible que esta intención venga dictada por el temor que suscita la comprobación de que , además de la bajísima valoración popular de Iglesias, el apoyo a su partido esté disminuyendo a chorros. Si es así, el remedio no puede ser más desatinado.

Escribo esto en mitad del periodo habilitado para esa pomposa consulta a las bases sobre lo que debe hacer Podemos y que no es otra cosa que un plebiscito para respaldar las decisiones del jefe quien, por si acaso, ya ha amenazado veladamente con irse si le votan en contra. Ignoro cuánta gente votará en este paripé, por utilizar la cursi expresión de Echenique, pero barrunto que no mucha. La asistencia ayer al mitin/encuentro de la plaza de Reina Sofia para animar a la participación fue menor que la de las concentraciones de españolistas en Barcelona, tan menguada, escasa y rala, que no la tuitearon ni una vez. Es más, los únicos tuits eran de los adversarios, que mostraban una plaza vacía. Los dirigentes (casi más que los asistentes) hablaron todo el rato de sus imaginarios cinco millones de votos, pero allí no había más que tres o cuatro de docenas de oyentes. Estamos de acuerdo, en estas condiciones desesperadas, hay que hacer algo, lo que sea, menos echarse en brazos de los zombies de IU, sobre todo cuando uno lleva ya en su seno un tropel de tránsfugas de esa asociación de perdedores.

El proyecto de Podemos, originariamente tan brillante y novedoso, ha sido tan mal gestionado por su dirigencia, con tanta ineptitud y tan cargante prepotencia que se ha desinflado como un globo de verbena. El insólito narcisismo de su secretario general y la incompetencia para gestionar los conflictos en su seno lo han llevado a una situación sin salida en que tiene que elegir entre ir a unas elecciones en donde prácticamente va a desaparecer o sumarse a una alianza con PSOE y C's casi como chico de los recados. En cualquier empresa, el consejo de administración hubiera ya puesto de patas en la calle al consejero delegado que hubiera ocasionado tal desastre. Aquí, no, sobre todo mientras Público siga inventándose unas encuestas que prometen a Podemos unos resultados inalcanzables en especial porque ya las confluencias le han dicho que no repetirán experiencia de franquicias provinciales pues irán a las elecciones por su cuenta.

Para acabar de destruir sus escasas expectativas, Podemos vuelve a la casa del Padre o al redil, que parece más propio. Hubo un tiempo en que un Podemos rozagante fagocitó a IU y puso sus golosos ojos en PSOE con el fin de aniquilarlo.Pero todo eso parece ya de otra era: la IU fagocitada a su vez fagocitó a Podemos a base de tránsfugas que ahora ven con horror cómo se les pone al pairo el viejo navío de IU, reflotado por Garzón, cuando ellos lo habían abandonado para pasarse a los morados pensando que aquel se hundía. Y aquel no se hundió. El Partido Comunista, su columna vertebral y verdadero sujeto de la criatura, no puede prescindir de ella porque, si lo hiciera, tendría que presentarse a las elecciones con su nombre y ya me dirán ustedes qué porcentaje del voto obtendría el Partido Comunista de España en unas elecciones libres.

Bueno, pues ese es el que va a obtener Podemos si se alía con IU o sea, con el Partido Comunista.

diumenge, 3 d’abril del 2016

El horizonte está detrás

Palmira se ha salvado, de momento. Bueno, las ruinas de Palmira se han salvado, de momento; para ser más exactos. Tampoco todas: entre un 10 y un 20% han sido dinamitados en nombre de Alá, un dios que se alimenta de piedras. Piedra le dieron a comer a Cronos para salvar a Zeus. A este le dan las piedras en lugar de Zeus. Pero, sí, la Palmira del Conde de Volney se ha salvado. Las ruinas enseñan mucho. Aprovechando el viaje a Sevilla, visitamos Itálica (Estos, Fabio, ¡ay dolor!, que ves ahora...) y luego varios lugares emeritenses: el teatro, el anfiteatro, el museo, la casa del Mitreo y el columbario. Mañana o pasado escribiré algo sobre estos confines occidentales del Imperio que, andando el tiempo, habían de constituir un imperio nuevo, más occidental aun.

En realidad, me proponía glosar la encuesta de Metroscopia de El País. Las encuestas cumplen una doble función. La manifiesta: ilustrar sobre el futuro; la latente: animar debates sobre los efectos y la naturaleza de las encuestas. Además de la malicia generalizada de que si "allá van leyes do quieren reyes", allá irán los sondeos do moran los deseos. En este caso ahorramos y damos por buena la conclusión según la cual, una repetición electoral apenas cambiará el mapa parlamentario. Merece cierta consideración. A primera vista, pareciera una mesa de juego en la que el electorado, a modo de croupier repartiera la cartas para que los políticos las jueguen. Pero estos no saben y las devuelven. Los electores van y reparten las mismas.

Pero eso es un absurdo, ¿no? Porque si reparten las mismas seguirá sin haber juego y Rajoy empezará a pensar en la posibilidad de agotar un segundo mandato en funciones. Claro, con el gobierno en funciones, el país entero está en funciones. Por eso no viene Obama. Aunque uno sospecha que Obama, este sí, de retirada, seguramente no vendría en ningún caso. De tpdas formas, según Metroscopia, misma foto.

Pero ¿no quedábamos en que el electorado es siempre sabio? En el fondo, no; el electorado puede ser tan racional o irracional como cada individuo. Para los más doctrinarios, en realidad, los políticos tienen la obligación de hacer juego incluso con decisiones irracionales, pues también hay sabiduría en la sinrazón..

No obstante, el cuadro de proporción de las distintas fuerzas que la empresa demoscópica plantea varía algo respecto al actual aunque, en su opinión, no lo suficiente para cambiar el contenido de las decisiones que serán las de ahora: ninguna.

Las palabras no son inocentes. El uso del verbo "hundir" para calificar el descenso de tres puntos porcentuales de Podemos es casi melodramático. Aunque, por supuesto, si lo de "asaltar los cielos" queda por debajo del mundo broker de C's, puede haber una crisis. Pero, en realidad, puede haber crisis de cualquier tipo. Podemos sigue empeñado en el sorpasso al PSOE y, como siempre se ha dicho aquí, está en su derecho. Ahora parece que su principal aliado en esta tarea es el propio PSOE, que da la impresión de no ser suficientemente compacto. Pero peor lo tiene Podemos, cuya imagen es próxima al fraccionamiento.

Supongo que en ese 94% de gente que considera mala la situación política (el 6% restante son NS/NC o políticos) habrá dispuestos a votar lo que sea. Literalmente lo que sea. Y eso es muy difícil de pronosticar.

diumenge, 27 de març del 2016

La izquierda cavilosa

Hace ya mucho tiempo, largos años, que la izquierda no pasa por su mejor momento y, lánguida como una novicia mística, arrastra su desconcierto y perplejidad de problema en problema. Aproximadamente desde la caída del muro de Berlín, cuando el neoliberalismo triunfante se hizo con la hegemonía del pensamiento político y social en nuestro tiempo, el panorama se ha vuelto confuso. En lugar de los viejos y rotundos dogmas de las dos vertientes de la izquierda, la economía planificada del modelo comunista y la economía social de mercado de la socialdemocracia, aparecen ahora titubeos, ambigüedades, mezcolanzas ideológicas que, como las "terceras vías" inglesas, los "nuevos centros" alemanes y el "republicanismo cívico" español, carecen de toda proyección teórica y no son más que consignas electorales ayunas de toda reflexión. Por no hablar del "socialismo del siglo XXI" o el "empoderamiento de los de abajo". Pura palabrería huera.

Así las cosas era fatal que, ante el frustrante resultado de las elecciones del 20 de diciembre, las distintas fuerzas de la izquierda española se llamaran a sí mismas a capítulo para entender en qué habían fallado y cómo poner remedio. Y así ha sido. Con la llegada de la primavera en que los cristianos celebran la muerte y resurrección de su dios en un lejano eco del mito de Osiris y los paganos festejamos con los misterios eleusinos, cuando Perséfone es devuelta a su madre, Démeter, para traer de nuevo la vida a la tierra, las tres principales fuerzas de la izquierda estatal han puesto en marcha sendos proyectos de refundación.

En primer lugar, el joven e incansable Garzón quiere que IU supere a IU, algo que la federación hace una o dos veces al año, cada vez que se embarca en alguna de sus interminables peloteras que acaba siempre como el rosario de la aurora. No hay expulsión, escisión, purga o extrañamiento que no se haya hecho en nombre de la unidad y con el fin de convertir a IU verdaderamente en el alma y la voz de esas mayorías sociales que dice representar con la misma autoridad con que Palinuro podría representar un cuerpo de la guardia civil. Sin duda, sobre el papel, la propuesta de Garzón es plausible y muy oportuna: un reformismo radical, cierto prudente anticapitalismo, un keynesianismo inconfeso, el ecologismo y el feminismo. Cualquier demócrata de izquierda firmaría eso. Incluso Palinuro si se le añade la reivindicación de la República y la necesidad de poner a los curas en su sitio.

Pero, por desgracia para Garzón, IU no es solamente una federación de partidos, grupos y gentes más o menos razonable. También es, sobre todo, una pantalla del Partido Comunista de España (PCE) que no se atreve a presentarse a las elecciones con su propio nombre porque teme, con razón, que no lo vote nadie. Y si superar o trascender a IU que es un ente magmático parece tarea fácil, la cosa se pone chunga cuando se trata de que el  PCE pierda relevancia ante las nuevas realidades. Los viejos comunistas que vigilan de cerca el flirteo con IU no están dispuestos a abandonar sus dogmáticas creencias que dan sentido a sus vidas. Hace unos días, el camarada Centella, secretario general del PCE publicaba una carta en la prensa dirigida a la militancia, un texto que venía del frío de Siberia y de la apelmazada mentalidad estalinista. Por fortuna para IU es de suponer que este escrito carezca de todo efecto porque, de tener alguno, acabará consiguiendo que a IU no la voten ya ni sus dirigentes.

A su vez, Podemos, igualmente afligido por sus magros resultados en las elecciones del 20 de diciembre, quiere recuperar la iniciativa y reafirmar su propuesta con una ambiciosa campaña de refundación que podría llamarse Vista Alegre Revival. A diferencia de lo que sucede con IU, el problema de Podemos es la inexistencia de una columna vertebradora orgánica o de pensamiento y el riesgo de que la organización se diluya en una impreciso régimen de confluencias, articulaciones y asambleas. Una vez que la organización morada se haya librado de los elementos que ha ido plagiando de aquí y alla, empezando por el nombre del partido y terminando por las opciones de unidad popular, copiadas de la CUP catalana, parce bastante claro que no le quedará gran cosa. La lucha entre partidarios de la estructura jerárquica y los de la asamblearia no lleva a ningún sitio porque es ficticia. A Podemos no le queda otro remedio que terminar de integrarse en el sistema qe venía a combatir como un partido más y esos llamamientos a los círculos inevitablemente traen a la memoria los círculos viciosos.

Si los dos anteriores, IU y Podemos presentan síntomas de agotamiento, del PSOE puede decirse que está en la UVI. Los debates de las otras dos fuerzas pueden ser más o menos pertinentes y razonables, pero son. En el PSOE no hay debates sobre teorías, formulaciones estrategias sino exclusivamente sobre asuntos de poder e influencia, sobre maniobras orgánicas para controlar tal comité o tal otra comisión, sobre la influencia de un barón o la de otro, sobre acuerdos de las dirigentes entre bambalinas de los que el pueblo se entera  a toro pasado, como dicen los amantes de las corridas. Aquí solo se habla de intereses, enchufes, baronías y ambiciones personales. Esta señora Díaz que, al parecer, quiere reñir el puesto a Sánchez, una cagacirios, amante de las corridas de toros y nada competente y eficaz en la lucha contra la corrupción, revela hasta qué punto el PSOE se encuentra en una deriva hacia la derecha, que solo se podrá atajar si el conjunto de la oposición, formando un bloque, expulsa al gobierno corrupto mediante una moción de censura que podría dar lugar a un régimen "transitorio"cuya única finalidad sería convocar nuevas elecciones.

Porque, en definitiva, así parece que será: habrá elecciones nuevas. Al menos, todos los partidos se preparan para ellas ya sin ningún recato. Podemos insiste en vetar a C's y C's avisa de que un pacto con Podemos que incluya el referéndum de autodeterminacion de Cataluña, no será aceptable. Si ninguno de los dos cede, no habrá acuerdo y será preciso ir a elecciones en junio. Hasta qué punto puede llevar este fracaso a la degeneración de cualquier ideal de izquierda lo da la reciente reaparición del reaccionario Rubalcaba, auténtico submarino del PP en el PSOE, postulando la gran coalición. Su falaz argumento es que, si el PP vuelve a ser el partido más votado, los españoles lo habrán amnistiado y eso justificará una gran coalición en la que el PSOE apoye al PP e incluso se admita a Ciudadanos. Desde luego que los electores de la derecha votarán al PP, pero no para amnistiarlo sino porque les parece de perlas votar a un partido de ladrones y corruptos. Quienes amnistiarían al PP en ese caso serían el propio Rubalcaba y los electores socialistas quienes, creyendo votar a la izquierda, se encontrarían votando a un partido franquista gracias a las habilidades dialécticas del carcunda del exsecretario general.

dissabte, 5 de març del 2016

Veo elecciones

La sesión de ayer en el Congreso, perfectamente previsible. Con todos los partidos enrocados, Sánchez volvería a ser rechazado. Tan poca novedad se esperaba que los diputados podrían haber votado desde sus casas por internet. Cuando menos, nos hubiéramos ahorrado la luz. Claro que entonces también nos hubiéramos perdido el espectáculo de Hernando, el jayán tabernario portacoz del PP a punto, como siempre, de liarse a hostias que es lo único que sabe hacer.

Ahora ¿qué cabe esperar? En teoría, empieza la ronda otra vez, pero ya hay un plazo fijo: 58 días y nuevas elecciones. Eso de las nuevas elecciones asusta por barrios; no a todos. El País ya ha soltado la consigna entre las buenas conciencias, los patriotas y los retroprogres: hay que evitar las elecciones. Esto de que la gente vote saca de quicio a esta gentry mesetaria. Pero ¿se pueden evitar? Y, más aun: ¿realmente se quieren evitar? Me parece que no.

Lo primero es aclarar qué debe hacer el Rey. En teoría, el lunes, proponer otro candidato o el mismo. La gente cambia. En lugar de Felipe VI, yo me quitaría de en medio y le pasaría el encargo al dicharachero Patxi López: "Joven", le diría, "búsqueme usted un candidato viable y tráigamelo que luego yo se lo confío para la investidura".

De los presidenciables, el primero por cantidad de votos es Rajoy. Pero nombrarlo es casi tan inútil como él mismo, porque no consigue apoyo alguno. Si acaso, le interesaría que se lo propusieran, ya que así haría perder el tiempo a todo el mundo mientras se preparan las elecciones nuevas, que son las más importantes y las que él espera con la ilusión de que su partido mejorará en votos. 

Sánchez es quien está en la posición más cómoda, en la de la centralidad política que Podemos ambicionaba para sí. Puede pactar a derecha o izquierda y hasta no pactar y concurrir a unas elecciones democráticas con el marchamo de haberse mostrado flexible, pactista, moderado porque entiende que esa imagen, la del partido reponsable que busca soluciones duraderas y que no se deja engañar por señuelos de radicalidad es la que le conviene.

Podemos lleva días diciendo que están con la "mano tendida" para el pacto con el PSOE. Todo por no celebrar elecciones. Pero eso es lo que dicen. Después está lo que hacen: los infundios de Iglesias relacionando personalmente a González con la cal viva parecen pensados para dinamitar toda posibilidad de acuerdo. Es posible que les ciegue la ilusión de que, en unas nuevas elecciones terminarán il sorpasso del PSOE. Lo más probable es que pierdan y retrocedan a los valores de IU y los comunistas porque pertenecen a esa galaxia.

Las nuevas elecciones, según los sondeos, registran un notable aumento en intención de voto de Ciudadanos. Suena bastante razonable ya que C's será, junto al PSOE, quién se ha esforzado por evitar las elecciones y por encontrar alianzas, dando ejemplo de responsabilidad.  .

divendres, 19 de febrer del 2016

Parábola del bambú

Se dobla, dice el budismo Zen, pero no se troncha. Y, cuando cesa el huracán, vuelve a su elegante y orgullosa verticalidad. Quizá por eso el bambú sea una de las plantas más antiguas del planeta y una de las que crecen más rápidamente.

Ceder, pero no quebrarse es lo que hace la gente inteligente cuando tiene que negociar algo y entenderse con otros que, por lo general, tienen puntos de vista distintos a los de uno y pleno derecho a tenerlos. Ser flexible para mantenerse íntegro. Una antiquísima leyenda china equipara el bambú con el comportamiento del caballero, que no es fuerte por fuera, pero sí por dentro, con la fuerza de la voluntad y la inteligencia.

Llegar a unas conversaciones que son vitales para las partes armado hasta los dientes de ultimatums, condiciones inexcusables, prohibiciones y líneas rojas, antes siquiera de haber intercambiado saludos con el interlocutor y haber medido la fuerza del viento, es de imbéciles. De imbéciles rematados.

Rivera, de C's, es bambú. Cede en algo para conseguir lo que quiere de consuno con el otro, PSOE, porque ambos coinciden en lo que no quieren: más gobierno del PP.

Pequeño inciso para aclarar: el Sobresueldos en funciones anda por Europa explicando (ignoro en qué lengua) a los demás líderes que en España no se formará gobierno y habrá nuevas elecciones en junio. Como siempre, confunde la futura realidad con sus deseos. Felipe González, el "gatazo tontiastuto" en sabia definición de Ferlosio, le ha ofrecido una fórmula bambusoide de abstenerse y dejar gobernar al PSOE. Pero eso es echar margaritas a los chanchos. Como buen español de Covadonga, Rajoy no tiene nada de bambú sino que es una estaca tiesa, como la de la canción de Llach, y se tronchará con el viento antes que abstenerse en la investidura de un gobierno de progreso. Y se tronchará, por supuesto, porque aún no se ha dado cuenta de que el país entero está pidiendo a gritos que él y la banda de ladrones desaparezcan de la circulación y se vayan a disfrutar de lo pillado (aunque es de esperar que los jueces les obliguen a devolverlo) o a cazar talentos. Pero que se vayan.

Y si, para que se vayan, hay que constituir un gobierno polícromo como un mosaico bizantino, se hará.

Los de C's lo han entendido y están retirando las condiciones inexcusables, las prohibiciones y otras rigideces absurdas.Son pragmáticos y saben que la gente medirá la sinceridad y verdad de sus intenciones si consiguen lo que pretenden: formar un gobierno de cambio que empiece a revertir estos alucinantes cuatro años de saqueo, beaterío, propaganda e involución democrática atizada por un puñado de sinvergüenzas comprados a peso de oro con los dineros de todos.

Y ahora parece tocarle el turno a Podemos. Hacer bambú del partido morado es tarea más difícil que de C's porque la cantidad de requisitos inexcusables, líneas rojas, chulería y prepotencia que lleva días soltando el líder máximo no es fácil de ocultar bajo la mesa camilla. Es muy de aplaudir que, haciendo como quien no quiere la cosa, respondan a la iniciativa de Garzón y otros a sentarse a negociar con el PSOE sin exigirle a Sánchez que vaya de rodillas a Canossa, que le dé al jefe los puestos que quiere o que deje de hablar con quien cae mal a este. A lo mejor, con un poco de suerte (y bastante generosidad de Garzón, por cierto), Iglesias empieza a ser bambú y no estaca y comprende que los electores lo han puesto a él y a Podemos en donde les corresponde, el sidecar, porque han dado la moto a Sánchez y es Sánchez quien tiene que formar el gobierno y no el contramaestre.

¡Si hasta los indómitos catalanistas que hasta ayer amenazaban con el voto negativo hablan hoy de esperar y ver y mostrar flexibilidad! Cuando menos Homs y los de DiL. ¿Por qué? Porque tienen gran coincidencia con los sectores más abiertos y progresistas del electorado de España, ese país vecino: cerrar el paso a Rajoy, impedir la repetición de este aquelarre de latrocinio, estupidez y represión.

Así que los genios de Podemos se hacen bambú, profesan el zen, adoptan el talante del caballero, fuerte en su flexibilidad, o se quedan para hacer compañía al PP y, claro, votar con él. La estrategia del escorpión, vaya.

Comprendo que es amargo haberse pasado un año y medio diciendo que sales a ganar (como si los demás salieran a perder) y no ganar. Pero es añadir necedad a la amargura, actuar como si hubieras ganado, tratando de imponer condiciones a los demás que los demás no tienen por qué aceptar porque la verdadera "sonrisa del destino" reside en que el electorado ha dado la famosa centralidad política al PSOE.

Puede que sea injusto, que el PSOE no haya hecho nada por merecerla y que Sánchez no pase de ser un arribista con suerte. Puede. Pero la realidad es esta; no otra y, por más que los fieles y verdaderos creyentes coreen el grito de Obama, Yes, we can!, lo cierto es que No, you can't.

Y, si se quiere la prueba definitiva para saber si se es noble y elegante bambú o roma estaca, vayamos a esas elecciones por las que suspira Rajoy.

dissabte, 30 de gener del 2016

Cada cual en su sitio

La frenéticas negociaciones para constituir gobierno en España y no ser menos que los catalanes, quienes lo hicieron en tres meses, están consiguiendo casi un milagro. Lo que la naturaleza no parece haber dado a los habitantes de la península, según generalizada opinión, esto es, capacidad de pactar, lo aprenderán en seis semanas. Es como si estuvieran acudiendo a un crash course de "pactología".

El PSOE, con sus raquíticos 90 diputados, ocupa la centralidad política, como si tuviera entrada numerada y con la misma seguridad con que Podemos ejerce un insólito "derecho de pernada", al decir del ex-ministro socialista Corcuera, ánimo en perpetua y clamante ira que ha vuelto del reino del olvido. El joven jeque Sánchez es el primero que parece dispuesto a liberarse de la apolillada tutela del viejo gurú González a quien todos respetan en público y maldicen en privado.

Los socialistas parecen haber pillado a los de Podemos alquilando una escalera para asaltar los cielos, menester al que se dedican los fines de semana igual que los demás  van a setas o visitan a su anciana madre. Porque, de no ser así, jamás permitirían ellos que alguien les arrebatase ese lugar de centralidad política al que están abonados como las peñas futbolísticas de los barrios periféricos y que, al parecer, dominan por mor de su brillante oratoria y sus probadas capacidad metafórica y esterilidad conceptual.

Ciudadanos, cuyo jefe se había acostumbrado ya a que, fuera de Cataluña, alguien prestara atención a las sinsorgadas que dice con la misma vacua solemnidad e idéntica sonrisa con que Primo de Rivera decía las suyas, está insólitamente callado. Tanto que alguno ha apuntado la posibilidad de que el flamante líder del neofalangismo haya sufrido un shock traumático como el que Naomi Klein sostiene que los psicópatas capitalistas aplican a las sufridas masas de consumidores occidentales cuando ya no queda nada por consumir.

Los partidos independentistas catalanes, ERC y el mutante Democràcia i Llibertat (DiL), cada vez parecen más una especie de embajadores hirsutos de los confines del Imperio que invaden los espacios capitalinos con sus guturales voces. Desconocedores del protocolo servil de la corte, agravian casi sin querer al monarca, al que tratan con el desprecio propio de los pueblos libres para los cuales nadie es más que nadie y, según las oscuras fórmulas de los juramentos en sus apartadas selvas, cada uno vale tanto como vos y, todos juntos, más que vos.

El PP, viejo casino fané y descangallado, refugio inmemorial de bandidos de la sierra, asaltacaminos, bandas de gangsters, jugadores de ventaja, busconas en decadencia y vendedores ambulantes de crecepelos, espera a que se restablezca el orden tras el paso del huracán del 20D para evaluar daños. Algunos de sus más afamados cuadrilleros han buscado santuario en el grupo mixto, mientras los seguidores de las germanías valencianas desfilan camino de las galeras del Rey. Su jefe, nostálgico de los tiempos de gloria en que le bastaba guiñar el ojo izquierdo para que las cohortes aplastaran toda resistencia, trata de sobrevivir en el parque jurásico de su residencia a la sublevación de sus jefes de mesnadas, dispuestos a ocupar su sillón y entregarlo a él en manos de los inmisericordes jueces.

Estos, los jueces, crecidos en su independencia al ver que los partidarios del príncipe están obligados a abandonar sus antiguas posesiones y no mandan ni entre los forajidos más fieles, comienzan a recobrar el resuello y a actuar con el sentido de la rectitud y la justicia que siempre se les atribuyó, incluso cuando no los demostraban. Mantener a la Infanta Cristina en el banquillo de los acusados, como el resto de los supuestos ladrones de guante blanco y sangre azul es un acto de rebeldía. Librarse de los dos jenízaros procesales encargados de la impunidad de los exactores del imperio una prueba de la alborada inicial de la justicia en el páramo castellano.

El Comité Federal quiere, dice, marcar los límites de actuación del cónsul Sánchez, ciñéndole los poderes a pactar a medias con los representantes de la plebe de coletas y negar el saludo a los independentistas más allá del limes, de los que no podrá solicitar ayuda activa ni pasiva. Según mandato de estos conmilitones, el compañero secretario general no podrá beneficiarse de los votos independentistas y tampoco de su abstención ni ausencia. Es algo absurdo porque eso significa que Sánchez tendrá que emplazarlos y exigirles que voten en contra suya, aunque no quieran, lo cual parece más difícil y maravilloso que ver licuarse la sangre de San Pantaleón.

Pero, sin duda, la más fantástico de la situación es que la estabilidad de un hipotético gobierno de la izquierda española dependa de  los independentistas catalanes cuyo interés lógico (quizá no muy español en el sentido de don Pelayo, pero bastante razonable) es que no haya gobierno estable alguno en España que pueda mover a la represión de su programa de independencia. Sobre todo ahora que, careciendo el imperio de legiones, pretende sofocar los movimientos emancipadores a base de magistrados o comisarios del Príncipe disfrazados de jueces.

Las jóvenes esperanzas plebeyas con su promesa de sangre renovada, pueblan las gradas más altas y lejanas del anfiteatro en la alegre barahúnda de mocosos y núcleos irradiadores mientras envían ultimata al centro de mando de Imperio, exigiendo posada y pernocta para los suyos en los aposentos del Señor en condiciones de igualdad con su servidumbre. Pero la guardia del pretor prefiere llegar a un acuerdo con Ciudadanos, valorando en estos dos virtudes sobre otras: son más modestos y realistas, menos bocazas y presuntuosos que los de Podemos y más de fiar que ellos porque no albergan en su seno los cestos de manzanas de la distintas discordias troyanas.

Al final, la combinación más posible que permita a los patricios llegar a los Idus de marzo dejándose por el camino el alma en pena del Sobresueldos del castillo, es un gobierno del PSOE con un Podemos al que los dioses hagan comprender que ni están solos en el mundo ni este les pertenece, con un compromiso firme de los neofalangistas de ciudadanos de abstenerse siempre que una confluencia de votos negativos amenace la continuidad del gobierno.

Solo esta combinación eliminaría, de un lado, que el independentismo catalán destruya los gobiernos centrales uno tras otro como las cargas de la caballería númida destruía las formaciones romanas y, de otro, que los espectrales pobladores del castillo gótico de la derecha, con el maléfico y balbuceante Sobresueldos vuelva a sumergir España en otros cuatro años de estupidez y opresión.

Eso o elecciones nuevas que no interesan a nadie salvo a los independentistas catalanes para seguir adelante con su hoja de ruta hacia la independencia  y a la derecha troglodita y cleptómana para que no se hable de su corrupción crónica.

dijous, 28 de gener del 2016

El garrapata

La primera línea del famoso libro de Jean François Revel, El conocimiento inútil, publicado en 1988 reza: La mentira es la primera fuerza que dirige el mundo. Una verdad como un castillo que, en el caso del Sobresueldos se convierte en una montaña. La mentira rige la vida de Rajoy las veinticuatro horas del día. Vive mintiendo. Vive para mentir. No hace otra cosa que mentir. Ganó las elecciones de 2011 mintiendo como un bellaco y mintiendo ha seguido hasta el día de hoy. Es tan obvio y evidente y hasta tal punto del conocimiento general que nadie da crédito jamás a lo que dice y por eso su calificación es la más baja de todos los presidentes democráticos.

Un mentiroso compulsivo que miente incluso cuando no sería necesario, que es bien pocas veces, quizá cuando le pregunten por el tiempo. De este modo, las entrevistas que se le hacen -y en las que ahora se prodiga, tras haber pasado cuatro años sin darlas, sin contestar a las preguntas de los periodistas e, incluso, sin dejar que las hicieran- no son otra cosa que retahílas de mentiras, de mentiras desvergonzadas, mentiras patentes. Miente. La gente sabe que miente. El sabe que la gente sabe que miente. Pero le da igual. Lo suyo es mentir y mentir a ver si consigue continuar al frente del gobierno para seguir destruyendo y esquilmando el país al frente de un partido que no es otra cosa que una banda de ladrones. Para seguir empobreciendo a la gente, desahuciándola, dejándola sin trabajo, sin ingresos, sin pensiones, en beneficio del 1% de la población, en pro del que gobierna.

La entrevista de la TV de ayer, una pura antología de la mentira: el PP no está imputado (dice), cuando sí lo está; todas las empresas borran los discos duros de los ordenadores (dice), cuando es mentira y muy probable que ni siquiera sepa qué quiera decir "disco duro"; Barberá y Camps están "limpios" (dice) cuando están de lodo de corrupción hasta las cejas; no sabe nada de Rato (dice) y era su amigo del alma y lo puso él en Caja Madrid.

Podríamos seguir. No merece la pena. Un tipo indigno y despreciable que, viéndose ya en la puerta de la calle, se arrastra implorando una investidura que ni el país puede permitirse ni los españoles tolerar. Después de cuatro años de autoritarismo, chulería, trágala e imposición de leyes retrógradas como la Ley Mordaza, la reforma laboral o la LOMCE que hace una semana no estaba dispuesto tocar, ahora ofrece modificarlas en lo que sea a cambio de pacto. Está dispuesto a ofrecer un riñón para seguir desgobernando España y no ser el único presidente que no ha repetido mandato.

Y está también dispuesto a instrumentalizar las instituciones al servicio de sus indignos fines, bloqueando el sistema democrático, como ha hecho siempre que le ha convenido, como tuvo bloqueado el Tribunal Constitucional durante años, como retrasó la aprobación del presupuesto de 2012 para no perder las elecciones de Andalucía. Un caradura que de todo se aprovecha para mantenerse en el poder como las garrapatas se aferran a los perros.

Hay que decir que le ayuda mucho una parte de los socialistas. Imbuidos estos de un falso sentido de Estado, sostienen que, debiendo haber un gobierno en España, el PSOE ha de posibilitar a la banda de mangantes seguir con sus latrocinios. Ese grupo de viejos dirigentes, todos correosos reaccionarios, solo miran por sus intereses personales e ignoran -o simulan ignorar- que este gobierno que quieren perpetuar ha sido un ataque sistemático a los derechos y el bienestar de la gente, una agresión franquista y nacionalcatólica a las libertades públicas, un indignante atropello de la dignidad de las personas, un insulto constante a los catalanes y un saqueo universal del erario, en provecho de auténticos truhanes militantes y dirigentes del partido del gobierno, empezando por su presidente.

Ignoran que este, el mentiroso compulsivo presidente de los sobresueldos suscita no ya rechazo general sino auténtico odio.

Pero ellos no lo ven porque no saben cómo lo está pasando la gente en la calle. Si no están en las puertas giratorias, cobran saneados emolumentos por cargos públicos y desconocen la situación real del país. Solo cuenta su egoísmo. Y por eso pueden hacerse propuestas moralmente tan repugnantes como la de que el PSOE (que, de todas formas, no ha sido capaz de oponerse a los atropellos de los últimos años) permita con su abstención un gobierno del PP, el partido de la corrupción, en alianza con C's, el partido del programa últraliberal para terminar de arrebatar a los trabajadores sus últimos derechos.

Si tanto preocupa a estos padres de la patria, empezando por Felipe González, la gobernación de España, les propongo otra fórmula: un gobierno de PSOE y Podemos con la abstención de C's. Para garantizar esta basta con que los magnates que pagan a los Gonzáleces llamen a Rivera y le den la orden. Fácil, ¿verdad?

No querrán, claro, porque, en el fondo, prefieren a los franquistas. Pero, por si acaso se impusiera esta opción, un último ruego a Podemos: estaría bien una cura de humildad, después de llevar meses haciendo el ridículo, el pedante y el prepotente. Si quieren sobrevivir, tienen que aliarse con el PSOE, bajar sus estúpidos humos y garantizar un gobierno serio y responsable a la par que radical en las medidas en favor de la regeneración democrática y la recuperación de los derechos arrebatas por esta derecha a las gentes del común.

Y si no lo hacen y siguen tratando de destruir al PSOE con tácticas de catón de tercera, nuevas elecciones, en las que desaparecerán porque no podrán reproducir sus franquicias ni siquiera en Andalucía. No darse cuenta de esto ahora que están a tiempo y esperar a hacerlo tardíamente será dar la razón al Revel con el que empezaba este post cuando, en el libro citado, señalaba que comprender las cosas tarde equivale a no comprenderlas.

diumenge, 17 de gener del 2016

El pueblo quiere pactos

Así lo dice El País, que ha mandado a los de Metroscopia por los campos de España, como missi dominici, a preguntar su opinión a los ciudadanos súbditos de Felipe VI.

La situación en el reino se ha invertido, como ya señalamos en su día: ahora hay un gobierno fuerte en Cataluña, con mayoría absoluta y el gobierno de España está en funciones, mientras se aclara el turbio panorama que dejaron las elecciones del 20D .

Según tradición parlmentaria corresponde al partido más votado tantear sus posibilidades en primer lugar. A Rajoy le parece injusto negociar cuando está claro que debe gobernar el partido más votado, el suyo. Se le antoja de sentido común. Lo otro, coaliciones que son un fraude. No está mal para dicho por alguien que estuvo cuatro años gobernando fraudulentamente pues lo hizo en contra del programa por el que los ciudadanos-súbditos le habían votado. Por desgracia, eso del "partido más votado" no significa nada en democracia parlamentaria en donde gobierna quien tiene más diputados que, no se olvide, también significa más votos, sumados.

Todos los pactos posibles parecen ser imposibles. El de la gran coalición ha sido desechado por el PSOE y también el tripartito estilo búnker. Queda el pacto de la izquierda, ese que Rajoy juzga contra natura. Es término dentro de un orden: todo el mundo sabe que la izquierda está siempre yendo contra la naturaleza y el orden cósmico. Es gente rarísima: siempre quieren cosas antinaturales: divorciarse, abortar, casarse con alguien del mismo sexo o de ninguno, y hasta quieren que los hombres dejen de maltratar a las mujeres. Es gente rara, sí. Pero la coalición no es dificil por cuestiones naturales sino políticas y aritméticas. Podemos propugna un referéndum de autodeterminación en Cataluña del que el PSOE no quiere ni oír hablar hasta el punto de que su defensa implica romper toda posibilidad de diálogo. Si este asunto no se resuelve, no puede haber pacto de izquierdas. Los otros posibles no servirían para nada sin los 90 y/o 42 de Podemos más los 27 de las franquicias. Tampoco merece la pena considerar un gobierno en minoría del PP con apoyo del PSOE. Esa es la peor posibilidad para el PSOE, peor, seguramente, que acudir a elecciones.

Evitar las nuevas elecciones, parece ser el mensaje popular. Que contradice los intereses de todos los partidos. Todos aspiran a mejorar sus resultados, excepto el PSOE. Lógico que todos quieran las elecciones excepto, claro, el PSOE y eso aunque los resultados previstos serían más o menos similares a los actuales.

Los catalanes han evitado las elecciones nuevas. No está nada claro que vaya a suceder lo mismo en el Estado. La composición de gobierno es mucho más difícil porque son más de dos polos en juego.

En realidad, si no hay una conciencia de elecciones nuevas en España es por la sospecha generalizada de que, digan lo que digan los sondeos, el partido que aparezca como rompedor de los pactos, tendrá castigo en las urnas.

divendres, 8 de gener del 2016

Mas sigue

Una jornada de infarto ayer en Cataluña. A la mañana se anunciaba un acuerdo de JxS y la CUP, mediado por Súmate y Baños, por el cual Mas aceptaba ser conseller en cap de un gobierno presidido por Neus Munté. Por fin desencallaba el proceso. Hasta Palinuro escribió un post en el que hablaba de que era una solución "a la rusa": Munté/Mas, como Putin/Medveded. Se anunció una rueda de prensa de la CUP a las tres, luego a las seis, luego nada.

Humo. No había tal acuerdo. Palinuro retiró su post, mientras los de Súmate empezaban a pegarse con medio mundo: pedían ya en tono más alto que Mas se retirase y afeaban a ANC y OC que jamás contarán con ellos. Entre otras cosas porque los de la ANC convocaron una concentración para presionar por el acuerdo. Aquí huele a agravios soterrados que empiezan a aflorar. Mal asunto.

Por la noche, Mas se presentó en TV3 en una larga y minuciosa entrevista en la que reiteró sus conocidos argumentos de por qué no se retira y cómo ve él la actitud de la mitad de la CUP que le niega la investidura. Lo más característico, sin embargo, es que parece dar por seguras ya dos cosas a) que no habrá acuerdo ni ERC romperá el pacto de JxS ahora y b) que habrá elecciones nuevas en marzo. Como novedad, ofreció un gobierno de concentración de JxS (CDC y ERC) hasta las elecciones y dio a entender que le agradaría concurrir a ellas con una reedición de la lista unitaria. Por supuesto, confía en ganarlas.

Hoy seguirán las negociaciones, pero no parece que vayan a concluir mejor que las de ayer. La propuesta de nombrar otro presidente pero mantener a Mas en el Govern en posición subalterna no es seductora para este último. Y se entiende. Podría reformularse de otro modo, si el ordenamiento jurídico lo permitiera. Otro modo que aprovecharía la sabiduría de los clásicos. Los romanos nombraban todos los años dos cónsules, como sus máximos magistrados, que se alternaban en el ejercicio del imperium. Esto funcionó bastante bien hasta la llegado del Principado y el Imperio, en que los consulados quedaron en puras figuras decorativas. Pero, hasta entonces, los dos cónsules fueron una de las instituciones que más hicieron en favor de la grandeza de Roma. La inspiración bien pudieran ser los dos reyes que reinaban en Esparta al mismo tiempo, cada uno de una dinastía distinta. Si Mas aceptara un Contramas, una especie de doble, que podría ser Junqueras, bien visto por la CUP, podría formarse un duunvirato que desencallaría la situación. Eso reflejaría además la situación real de coalición de las dos fuerzas políticas que componen JxS, no haría de menos a Mas y concordaría con su propia propuesta de un gobierno de concentración de JxS.

Si no se quiere darle el nombre tradicional de duunvirato, puede utilizarse el mucho más moderno y aceptado (aunque no exactamente coincidente con la situación) de un ejecutivo bicéfalo. Imagino que esta fórmula no sería enteramente del agrado de Mas, como tampoco de la CUP. Pero ambas partes entenderán que, para llegar a un acuerdo que ambas dicen anhelar por encima de todo, las dos deben ceder en algo. Y esto no es mucho, pero puede ser todo si ambas le echan imaginación, voluntad y sentido de país.

dimecres, 6 de gener del 2016

Dos presidentes. ¿Vidas paralelas?

Los dos comparecieron ayer en eso que Habermas llama "la esfera pública" (Öffentlichkeit), en donde los ciudadanos nos informamos y debatimos como público crítico que somos para llegar a nuestras conclusiones y fundamentar nuestras preferencias. Uno, Rajoy, lo hizo en la cadena COPE, ese púlpito ultrarreaccionario que interesa más a los obispos que los de las iglesias, a las que no acude nadie. El otro hizo una rueda de prensa institucional, en la Generalitat, al final de una reunión del gobierno que preside en funciones. Los dos están en situación parecida: pendientes de una investidura que tienen muy difícil, por no decir imposible. Tal circunstancia podría animar a un nuevo Plutarco a escribir otras Vidas paralelas. Pero le daría para poco más que un par de páginas porque el resto en ambos personajes es divergente, incluso opuesto y antagónico. Como puede comprobar todo el que siga ambas comparecencias. Aunque quizá tampoco le sirva de mucho porque, habiendo ocupado esa "esfera pública" ilustrada habermasiana, ambos acabaron dejando las cosas en el aire en una especie de incertidumbre y confusión también muy típicos de nuestra época y a la que el mismo Habermas bautizó hace unos años como "la nueva confusión" (Unübersichtlichkeit).

Los dos quieren ser investidos y ninguno de ellos desea que haya elecciones anticipadas pero ambos habrán de resignarse si estas se producen de forma automática porque ellos son incapaces de conseguir los apoyos parlamentarios que necesitan. Vamos con cada uno por separado.

Rajoy. Apareció poco menos que mendigando el apoyo del PSOE para un gobierno de gran coalición, incluso uno de salvación nacional que incluya a C's, justificado para hacer frente al separatismo catalán. Pero los catalanes, una gente sin escrúpulos y sin altura de miras, se negaron a darle ese gusto y la CUP votó en contra de investir a Mas. Dicen que, al hacerlo, solo pensaban en sus motivos particulares, en sus promesas y lo que Mas representa, pero Rajoy sabe de muy buena tinta que, en el fondo, estos rojazos medio ácratas lo que querían era fastidiarle a él, que se queda sin espantajo inmediato de gobierno independentista en Cataluña que agitar.

El presidente de los sobresueldos dio una muestra más de su talante autoritario y su desprecio por los demás al no darse por enterado de que el PSOE y Sánchez en concreto ya le dijeron "no" a la coalición. Es igual, como si no hubieran hablado: Rajoy piensa volver a llamar a Sánchez a hacerle la misma petición y seguirá si oír el "no" que ya le ha vuelto a dar el portavoz socialista, Hernando. Hará de nuevo como que no oye. Es el truco preferido de estos franquistas: lo que no les gusta no lo oyen, no lo ven.

La petición es tanto más insólita cuanto que Rajoy no propone nada al PSOE a cambio de lo que le pide. Otra muestra de desprecio de señorito: los socialistas tienen que investirlo (votando a su favor o absteniéndose) porque sí y porque el suyo es el partido más votado. Consideración que, con la Constitución en la mano, no sirve de nada. Pero si cuela, cuela. Alguno de esos asesores que tiene pagados a precio de oro con dineros públicos debe de haberle soplado que, cuando menos, ofrezca una reforma constitucional sin mayores precisiones.

Es ya la prueba de la calaña de este personal. Hace pocos días, Sáenz de Santamaría, una vicepresidenta/comisaria política del PP, descartaba la reforma constitucional porque, decía, no hay "consenso". Ahora, en cambio, sí lo hay, al parecer, porque faltan los votos de investidura. ¿Esta claro? La constitución, las leyes, todo les importa una higa. Lo único que quieren es seguir mandando para continuar destruyendo el país con su incompetencia y esquilmándolo con su codicia.

Rajoy, que ya no es ni sombra de lo que era con su mayoría absoluta, se aferra a la posibilidad de un milagro para no tener que marcharse a su casa entre la ignominia y el desprecio de sus compatriotas que le han dado sistemáticamente la valoración más baja de todo su gobierno (y ya es decir) y, en el fondo, lo desprecian. Como lo desprecian y se ríen de él en el extranjero y hasta en su propio partido.

Es posible que no pueda designarse gobierno en España y sea preciso ir a elecciones nuevas y, aunque Rajoy ya ha anunciado que será el candidato del PP, es probable que haya movimiento en su partido para desalojarlo porque lo único que cabe esperar de él y de su reconocida ineptitud es que empeore los resultados del 20D.

Mas mostró un talante muy distinto. Habiendo sido rechazado por la CUP de forma definitiva, se apuntó con rapidez a la observación de Junqueras hecha el día anterior de que las partes siguieran negociando hasta el último segundo. Todo antes de repetir las elecciones, en cuyo resultado favorable no confía el bloque independentista.

El presidente en funciones, que lleva unos días crecido, no dio la impresión de esperar gran cosa de esas negociaciones en tiempo de descuento y dejó claro que, de no producirse el milagro, convocaría elecciones el lunes que viene probablemente para el próximo seis de marzo. Cargó con energía contra la CUP, mejor dicho, contra la mitad de la CUP que se ha mostrado intransigente y tratando de introducir un elemento de división y discordia. Algo de esto hay en el movimiento asambleario (críticas, contracríticas, dimisión de Baños), pero es de suponer que esa escisión no se consume. Por lo demás, él la tiene también en el bloque independentista porque la citada observación de Junqueras, a continuación de otras de Joan Tardá (también de ERC), muestran que tampoco ese bloque es monolítico y si no hay una mayor fractura probablemente sea porque los republicanos adquirieron el compromiso de proponer a Mas como candidato, solo a Mas y siempre a Mas, y son presas de sus promesas, compromisos y palabras.

Mas no parece serlo tanto. Poco después de las elecciones del 27 de septiembre y en la euforia del momento hizo varias declaraciones afirmando que jamás sería un obstáculo a la independencia y que estaba dispuesto a hacerse a un lado si las circunstancias lo exigían. No lo ha hecho ni lo hará y eso ha debilitado bastante su posición.

Claro que la de la CUP tampoco es mucho más sólida. Al margen de que un "no" a Mas basado en la mitad afilada de miembros sea muy cuestionable, es que no es a Mas, sino al gobierno catalán y al plan de choque que se había negociado a lo largo de tres meses en los cuales los cupaires siempre afirmaron que lo esencial era el qué y el cómo y no el quién. Pero resultó ser tan verdad como la voluntad de sacrificio de Mas. Al final, lo importante y lo único importante fue el quién. Podrían haberlo dicho desde el principio y el personal se habría ahorrado tiempo y trabajo.

El resultado ha sido un desastre y, aunque sea humano tratar de exonerarse de culpabilidad y echar esta toda sobre los interlocutores, la verdad es que tod@s lo han hecho hasta la fecha malamente y no han sido capaces de superar ni siquiera sus propios obstáculos. En otros términos, guste o no guste, lo que la historia retendrá es que tres fuerzas politicas independentistas, con el añadido de formaciones de la sociedad civil y una movilización popular nunca vista fueron incapaces de gestionar la primera victoria clara del independentismo.

Volvamos a la persona de Mas que, en el fondo, es la cuestión principal para todos, para sí mismo, para la CUP y para el gobierno español que está deseando quitarlo del medio y, si se tercia, meterlo en la cárcel. Sin duda, Mas tiene un pasado de políticas neoliberales y corrupción de partido que sus adversarios airean siempre que pueden, aunque sin llegar a personalizarlo en el propio Mas como, por ejemplo, puede hacerse con la corrupción del PP en la persona de Rajoy.  Fastidia mucho a quienes quieren verlo fuera, pero nadie puede acusarlo de nada.

Lo que siempre se dice es que antepone sus intereses personales a los del país, Cataluña. Obsérvese bien, pues es importante, no se le acusa de anteponer sus intereses de partido al país (como él hace con la CUP) sino los suyos personales. Puede ser cierto. Mas insiste en que él es el líder del proceso a la independencia; él quien puso en marcha ese proceso; él quien quiere culminarlo dando paso a la República catalana; él quien, seguramente, querrá ser su primer presidente. 

¿Cuál es, pues, su interés personal? El del país. Mas entendió el movimiento social y popular hacia la independencia y se puso al frente, lo que le ha supuesto costes elevados y puede suponerle más, como el de ir a parar a la cárcel. Dejó detrás la vestimenta de político y adoptó el de estadista, igual que las serpientes mudan de piel. Es lo que se llama liderazgo, una cualidad que se estudia en todas partes, en las escuelas de negocios, las facultades universitarias, las academias militares, y que es imprescindible en todos los sistemas políticos, dictaduras o democracias. 

Un líder triunfa cuando conduce a su país allí donde su propia visión lo quiere. Y fracasa cuando no lo consigue. Esa es la baza real de Mas: que hasta ahora lo ha conseguido y quiere seguir al frente para terminar la faena. Y eso es lo que entiende y quiere favorecer todo el mundo, (excepto los unionistas españoles),  esto es, sus votantes, sus seguidores en ese partido CDC, que se mantiene proforma para poder presentarse a las elecciones, en sus aliados de ERC, en las formaciones sociales que coadyuvan y en la mitad de la CUP. Y lo que la otra mitad no comparte.

En el fondo, ambas posiciones tienen su grandeza porque se lo juegan todo a una carta, a unas elecciones de resultado incierto en el que pueden darse tres posibilidades (con distinto grado de verosimilitud) a) triunfo del independentismo por mayoría absoluta; b) derrota del independentismo a manos de esa tercera vía que lleva un tiempo cocinándose y sobre la que Palinuro opinará en breve; y c) la repetición de la confusa situación actual. 

Por todas estas razones Palinuro piensa que debió investirse a Mas.