dijous, 9 de maig del 2019

La Junta expiatoria

Aquí mi artículo de ayer en elMón.cat, titulado L'Estat prevaricador. Versa sobre la cacicada de la Junta Electoral Central (JEC) que, con división interna, trató de eliminar la candidatura de JxC a las elecciones europeas, encabezada por el MHP Puigdemont. Y sobre la forma en que este ha desbaratado el abuso y lo ha vuelto contra quienes querían perpetrarlo.

No es solamente que la JEC haya hecho un espantoso ridículo que ahora se apresta a aumentar Casado recurriendo la decisión al Tribunal Constitucional contra toda razón y legitimidad. Es también que ha destruido de un plumazo los complicados ejercicios de embellecimiento y propaganda que realiza el ministerio de Asuntos Catalanes con el dinero de todos. Nada menos  que doscientos diplomáticos han recibido órdenes de salir a los caminos de Europa a defender el buen nombre de España como Estado de derecho, según un libro rojigualda que llevan en el zurrón.

Y, cuando estos apóstoles de la gloria hispana congregan algún auditorio, aparece la JEC, como la nueva Santa Hermandad, y procede a despojar arbitrariamente de sus derechos fundamentales a unos ciudadanos europeos que están fuera del alcance de sus garras. Y menos mal; si no, los hubieran enviado a servir al rey en galeras.

Además de hacer trizas la agit-prop borrelliana, la fallida alcaldada de la JEC, órgano administrativo del Estado, pone de manifiesto la beligerancia anticatalana del Estado español. Tratándose de ir contra Catalunya, el Estado español no tiene inconveniente en fisgar en las normas administrativas, igual que el dios de Santa Teresa andaba entre los pucheros.

Aquí, la versión castellana:


El Estado prevaricador

No se sabe qué llama más la atención de la cacicada de la Junta Electoral Central (JEC), si su arbitrariedad o su ineptitud. Apenas le ha durado 72 horas pero ha conseguido con creces lo contrario de lo que pretendía. Quiso destruir una candidatura y ha asegurado su triunfo arrollador haciéndole gratis la campaña.

La arbitrariedad no puede quedar sin respuesta. La JEC es sospechosa de haber prevaricado. Habrá querella, que será contra los miembros del órgano que hayan cometido supuestamente el delito. Si hubiera reparaciones por el evidente daño causado, el responsable subsidiario sería el Estado. Es el Estado el prevaricador. Es el Estado el que, siempre que puede, se salta su propia ley cuando se trata de Catalunya.

En el caso concreto de la prohibición de la JEC, la presunta prevaricación es patente, lo que facilitará su denuncia y sanción. Los miembros de este órgano quedarán inhabilitados una temporada y serán sustituidos por otros, probablemente tan catalanófobos como estos, aunque quizá menos incompetentes. Lo importante es que este caso pone de manifiesto una actitud general prevaricadora en las instituciones y poderes del Estado con relación a Catalunya. Los tribunales, el gobierno de turno, el Parlamento, sea cual sea su composición, todos actúan habitualmente haciendo un uso partidista del derecho.

Prevarican, incluso, de "buena fe". Niegan que estén saltándose la ley o aplicándola fraudulentamente y menos por razones partidistas. Entienden que dar primacía a la unidad de España sobre el principio democrático de la voluntad de los gobernados, esto es, el unionismo, sea algo partidista. "España no es un partiddo", se dicen a sí mismos, "sino la razón de ser de la justicia". Los partidistas y posibles prevaricadores son los otros, quienes no quieren ser españoles. Los nacionalistas son siempre los demás.

Sin embargo, al ser el conflicto sobre la unión (que los independentistas consideran colonialismo) o la independencia (que los unionistas consideran separatismo), el unionismo es un partido. Uno de los dos partidos aquí enfrentados, el que está en posición de poder porque dispone del poder del Estado y administra la justicia. Y, al emplear el derecho en su propio interés, hace un uso partidista de él. O sea, prevarica.
De aquí se sigue la eficacia del contraataque del presidente Puigdemont tras destruir la táctica prevaricadora de la JEC. Pone de relieve ante la opinión pública europea y mundial la ilegalidad e injusticia del Estado español frente a Catalunya y destruye su pretensión de construir un relato exterior propagandístico que presenta a España como un Estado democrático de derecho cuando no lo es. Es una eficacia que, como se ha señalado reiteradamente se debe a la fuerza de un exilio capaz de hacer frente y derrotar al Estado prevaricador.

Advertido el unionismo ya en tiempos de Rajoy de la importancia de la propaganda exterior, creó un organismo, Marca España, que, concebido por la corrupta derecha española solo fue un chiringuito de enchufados del franquismo sin incidencia real alguna. Los unionistas del PSOE, algo más avisados, le cambiaron el nombre por el de España global y Borrell lo puso en manos de enchufados del PSOE, esperando mayor eficacia en su tarea de embellecer la tiranía española a ojos exteriores. Un proyecto tan prevaricador y malversador como todos los demás porque consiste en emplear ingentes recursos públicos de todos (también los catalanes) para defender una interpretación partidista e interesada de un conflicto interno entre España y Catalunya. No existe un juicio unívoco y generalmente aceptado sobre la naturaleza de ese conflicto y, en buena ley, el Estado debiera actuar con imparcialidad y neutralidad y no ser el instrumento de una de las partes y utilizado, además, con tácticas de guerra sucia y abuso de poder.

El relato hegemónico exterior es claramente favorable al independentismo porque se construye libremente, a través de la comunicación en sociedades que no están viciadas por el carácter prevaricador del Estado español, heredero de la prevaricación esencial que fue el franquismo, hoy dominante en las instituciones.

La prueba más evidente es que este Estado produce las arbitrariedades, y abusos a mayor velocidad de la que nunca podrán alcanzar los burócratas borrellianos en justificarlas y disimularlas, por mucho que les paguen.

Avui, Palinuro a Sant Julià de Ramis

Això és com una festa a casa. El nou veí del poble es presenta amb un llibre sota el braç. Els llibres són la millor carta de introducció perquè el que en ells s'escriu, escrit resta i no és pot negar. A més, el que escriu llibres ha de sotmetre's a la crítica dels altres. I, quan els altres són els veïns, que te'ls trobes al super, amb més raó. Així que, per prudència, em presento amparat per dos il·lustres co-veïns. Com quan vols ingressar a un club select i necessites padrins i madrines: l'alcalde, Marc Puigtió, que acaba de declarar en el judici / farsa de Madrid com a testimoni de la defensa i molt a l'altura de les circumstàncies, i Marcela Topor, que, a més de ser inquisitiva periodista, té relació familiar amb un altre il·lustre veí, avui injustament exiliat per defensar la independència de la terra.

Serà a les 20:00 al Centre Cívic de Sant Julià de Ramis.

dimecres, 8 de maig del 2019

Desobediencia

La revolución catalana es absolutamente original. No se atiene a ningún patrón anterior. Por ello no tiene molde, ni modelo, ni hoja de ruta. La iniciada en enero de 2016 fue interrumpida por el estado de excepción del 155, que abrió este tiempo de incertidumbre.

El permanente debate en el seno del independentismo es otro factor en ese hacerse a sí misma de la revolución catalana. Un debate que aúna teoría y práctica, pues las distintas partes realizan las ideas que propugnan y se atienen a las consecuencias. Uno también en el que la CUP, habiéndose desvinculado de casi todas las maneras posibles del grueso del movimiento independentista, parecía en estado de hibernación. Pero resultó que estaba cociéndose una reflexión, cuyo contenido se anunció ayer y que culminará, según parece, en julio con una declaración política y un pronunciamiento sobre si se presentarán a las próximas elecciones catalanas. 

La CUP es voz necesaria. Y no solo porque, el estar en minoría o con mayoría raspada los otros indepes, necesiten sus votos. También lo es y mucho por sus contenidos, que expresan el sentir de un cuantioso sector de la población en fórmulas audaces. Estas vienen aderezadas en odres viejos que caracterizan a la CUP: desconfianza hacia las vías institucionales no estrictamente municipales, brevedad en los mandatos personales y frecuente relevo, no necesariamente rotación en los cargos, subordinación de la táctica a decisiones asamblearias imprevisibles, laxa agrupación de corrientes diversas, doctrinarismo y tendencia a la autoexclusión. 

Quien quiera entenderse con la CUP ha de aceptar la forma de ser y existir de esta. Pero esta, a su vez, haría bien en aceptar la de los interlocutores a los que se dirige de modo tan exclusivo como perentorio.

Hagamos a un lado la probable reacción molesta de JxC y ERC por el tono empleado. Parece como si  se les exigiera que acaten la interpretación que hace la CUP de la misión del independentismo, su situación actual y la táctica por seguir. Por ponerlo en términos surrealistas: como si la CUP exigiera a JxC y ERC obediencia a la desobediencia.  

Durante el periodo de ausencia voluntaria de los cupaires, el independentismo ha vivido numerosas peripecias, en constante confrontación con el Estado. Las elecciones generales han deparado su gran triunfo, con especial lucimiento de ERC. El MHP de Catalunya, Quim Torra, está citado a declarar como investigado en una querella por los lazos amarillos. El MHP de la República, Carles Puigdemont, ha ganado otra batalla jurídica al Estado de especial resonancia en el exterior. 

En resumen, triunfo del independentismo en todos los frentes, el electoral, el judicial, el político y el exterior, en condiciones muy adversas. Y habrá repetición en las elecciones del 26M. Las europeas consolidarán el liderazgo de Puigdemont y abrirán una etapa del mayor interés cuando este, provisto de su inmunidad, se persone en Catalunya como representante electo de la ciudadanía europea. Es casi una metáfora. Tanto como se maldice de Europa, mira por dónde, es Europa quien devuelve su presidente a la República catalana. Bien es verdad que este se lo ha ganado. Si ha podido incorporar todos los papeles, desde el de un dramático de Gaulle al de un imprevisible Pimpinela Escarlata, ha sido gracias a la silenciosa y discreta  maestría de su equipo jurídico. La mezcla de audacia e integridad política y la pericia jurídica ha producido la imagen de un nuevo Fígaro, símbolo de la lucha que la inteligencia libra contra la estulticia autoritaria en pro de la libertad y la dignidad. 

Por cierto, esa dimensión europea del conflicto con la Junta Electoral Central (JEC), ha sido la navaja de Ockham de este desaguisado. Algo que la JEC ni olía, cosa nada de extrañar porque es lo que, al parecer, creen los unionistas: que los eurodiputados representan a sus respectivos países cuando lo hacen directamente a la ciudadanía europea. Ciudadanía europea compuesta por ciudadanos en pleno uso de su derecho de sufragio activo y pasivo.   

Todo eso se ha hecho en un espíritu de desobediencia sostenido aunque descoordinado, impreciso, improvisado, transitorio, porque la revolucióon no tiene plantilla.  Pero desobediencia. 

La reaparición de la CUP, siempre bienvenida, aunque echando los habituales rapapolvos teóricos, remacha lo obvio: el camino es la desobediencia. Lo habían anunciado hace un par de días en una declaración política a la que Palinuro prestó la debida atención. El anuncio parió un ratón porque pedir una "estrategia colectiva de desobediencia" no es nada del otro mundo. Lo hace en este todo el mundo. 

Pero, al tratarse de la CUP, muy ceremonial en sus apreciaciones, conviene siempre leer entre líneas. Lo más interesante de la demanda es el humilde adjetivo "colectiva". Quiere decir unidad. Y unidad no solo entre las dos formas más políticas del independentismo, sino también con la CUP. Se trata de un compromiso, en principio, de integrarse en una táctica "colectiva" siempre que sea de desobediencia. 

Solo dos objeciones. Primera: cualquier compromiso de la CUP ha de ser ratificado por una imprevisible asamblea posterior por lo que su valor y la autoridad de quien lo formula están muy mermados. Supongamos que en el mes de julio, la asamblea decide no participar en las elecciones catalanas, con lo que no tendría representación en el Parlament. ¿Qué compromisos podría cumplir?

Segunda: la táctica colectiva, común, unitaria, debe ser la desobediencia. Perfecto. Nadie lo niega. Pero hay que arbitrarlo porque es más fácil hablar de desobedecer que hacerlo. Por mucho que se impacienten los doctrinarios, no puede trazarse un plan acabado de táctica colectiva de desobediencia porque esta depende de dos imponderables: la reacción represiva del Estado y la generalización de la desobediencia como actitud individual. 

No se trata escurrir el bulto con quisicosas sin importancia. El país se juega mucho. Todas las propuestas deben considerarse de buena fe y con ella criticarse. 

De lo que se trata es de conseguir el objetivo estratégico al menor coste posible. Sin intermitencias.  

Demá, Palinuro a Sant Julià de Ramis

Això és com una festa a casa. El nou veí del poble es presenta amb un llibre sota el braç. Els llibres són la millor carta de introducció perquè el que en ells s'escriu, escrit resta i no és pot negar. A més, el que escriu llibres ha de sotmetre's a la crítica dels altres. I, quan els altres són els veïns, que te'ls trobes al super, amb més raó. Així que, per prudència, em presento amparat per dos il·lustres co-veïns. Com quan vols ingressar a un club select i necessites padrins i madrines: l'alcalde, Marc Puigtió, que acaba de declarar en el judici / farsa de Madrid com a testimoni de la defensa i molt a l'altura de les circumstàncies, i Marcela Topor, que, a més de ser inquisitiva periodista, té relació familiar amb un altre il·lustre veí, avui injustament exiliat per defensar la independència de la terra.

Serà a les 20:00 al Centre Cívic de Sant Julià de Ramis.

dimarts, 7 de maig del 2019

Diálogo sobre, sin, contra, Catalunya

¿Querían ustedes diálogo? Sírvanse. Diálogo es lo que a bombo y platillo anuncia El País. Diálogo sobre Catalunya. Sin Catalunya. Diálogo es, pues hablan dos, como podría ser sobre el tiempo del finde. Ni por asomo lo que pretenden los indepes, que se quieren sujetos dialogantes y se encuentran objetos dialogados.

La imagen sorprende porque no sorprende. Es la unión nacional, la gran coalición siempre anhelada del viejo bipartidismo. La unión del 155, que ya funcionaba con Rajoy en el gobierno y Sánchez en la oposición. La unión sagrada con un policía bueno y un policía malo. Ahora toca el bueno y el malo se pone a sus órdenes. 

Sánchez administra su menguada victoria con protocolos señoriales. Pone en fila la oposición. Fuera de la fila, los nacionalistas. En las regiones hiperbóreas, los indepes.

La política española gira en torno a Catalunya, aunque los catalanes ahora pinten poco. Sánchez está blindado. No habla: dicta el silencio con respecto a Catalunya Los demás partidos luchan por encontrar un hueco. El PP y C's se buscan las vueltas. Podemos mendiga alguna atención y Vox dará los gritos de rigor. Casado, ungido líder de la oposición por un magnánimo Sánchez, ya no dice barbaridades y va por ahí repartiendo consejos y pidiendo la colaboración de Rivera para dar a España un gobierno estable que vigile por su unidad. Rivera, sin embargo, sempiterno Ganelon de todas las batallas, se apresta a traicionarlo y a votar en contra del gobierno.

Todo irrelevante. La peripecia de la JEC y la prohibición de Puigdemont que ahora contraataca es determinante del futuro inmediato. Mucho más que si el gobierno es al final monocolor o de coalición. Monocolor, bicolor o multicolor, se enfrenta a una batalla en el exterior que tiene perdida de antemano por el mero hecho de que se esté librando. Una batalla que suscita comparaciones bíblicas (David/Goliat) o legendarias frente a las cuales las cohortes borrellianas se batirán en retirada como los blue meanies del Submarino Amarillo. El destino de España se juega en Catalunya y el de Catalunya, en Europa. Así que el destino de España se juega en Europa, lugar maligno de la leyenda negra. Malo.

Lo importante es el efecto de esta situación en Catalunya. Fracasada la expectativa de leverage en el Congreso, la política independentista vuelve a su ámbito natural catalán. Las elecciones del 26M son muy importantes. Debieran estas tener presente la experiencia de las del 28A. El unionismo se aviene a dialogar selectivamente si no tiene fuerza para impedirlo. Si la tiene no solo no dialoga, sino que agrede al independentismo sin hacer distinciones entre los agredidos, todos los independentistas. Justa respuesta será que Catalunya se cubra de ayuntamientos independentistas, como, en realidad, ya lo está.

El independentismo hará bien en reclamar diálogo al Estado. Pero hará mejor arbitrando políticas propias para consolidar la República independiente porque ese diálogo, que debiera ser con el independentismo sobre Catalunya y España, no se dará nunca. En cambio, se darán las sentencias del Tribunal Supremo en el juicio/farsa del 1-O. Para ese momento debe estar preparada la respuesta del independentismo. Una sola. 

dilluns, 6 de maig del 2019

Infierno

Es la advertencia del Canto III, Inferno, de la Divina Comedia, que podría parafrasearse así: "Lasciate ogni speranza, voi che proibisce". Abandonad toda esperanza quienes prohibís. 

Lo dice un "fugado" de la justicia, exiliado político en Bélgica, presidente de un Consell para la República que es una asociación de derecho privado, carente de medios y reconocimiento institucional y residente, en irónico juego de la historia, en Waterloo. Una figura icónica frágil, con una voz que suena en toda Europa y que ha vencido al Estado español en dos batallas judiciales en Bruselas y Alemania. 

¿Cómo explicar este extraño fenómeno? Objetivamente porque surge de la combinación de un uso inteligente del derecho, una posición política clara con un enorme apoyo social, una gran presencia y actividad en la Web y, consiguientemente, un tratamiento mediático favorable. ¿Y subjetivamente? ¿No es obvio que la figura del presidente Puigdemont en sí misma aporta el elemento decisivo?

 Algún comentarista del ámbito cultural cristiano sospecha que el MHP tiene "un ángel de la guarda". Se entiende  lo que quiere decir, aunque lo diga mal. La angeología católica asigna un ángel de la guarda o custodio a cada persona. Puigdemont tendrá el suyo, como todo hijo de vecino. Seguramente se piensa en un ángel más que normal, quizá un arcángel especialmente guerrero, como San Miguel. O un Trono, o una Dominación. En todo caso, un ángel especial, poderoso y quizá "terrible", como decía Rilke, aunque quepa sospechar según para quién. Ese ángel es lo que los estudiosos llaman "carisma", algo tan exaltado e impreciso como la baraka musulmana; el espíritu de Dios.  En nuestros descreídos días, rebajamos el "conceto" a liderazgo, que suena menos místico y más empresarial. Como se quiera, ángel, arcángel, carisma, baraka, liderazgo,  lo que sea, el presidente Puigdemont tiene para dar y tomar.

Menudo trabajo el de los 200 adalides diplomáticos de Borrell y Lozano, encargados de predicar por el mundo la verdad oficial española del Estado de derecho y la democracia en un clima de opinión muy adverso que, se alimenta día a día con las pasmosas arbitrariedades de los órganos, organismos, tribunales españoles. Ignoro cuántas personas trabajarán en el Diplocat, el servicio exterior de la Generalitat, pero supongo que será una docena o así. Doce contra doscientos. Un Estado contra un gobierno autónomo que actúa como República independiente en unas condiciones de inseguridad y precariedad agobiantes. Y aun así, actúa. La República independiente existe. Y la mejor prueba de su existencia es el ejército de 200 funcionarios, armados con el libro rojigualdo borrelliano como task force de la recuperación del prestigio del reino de España.

En cuanto al Tribunal Supremo, supongo que hay razones muy bien traídas para devolver el recurso a las instancias inferiores con la advertencia del sentido que ha de tener la resolución. Pero se da una imagen lamentable de una justicia evasiva e irresponsable ante decisiones administrativas tan arbitrarias que podrían ser delictivas. Blanquear estas trapisondas en Europa requiere algo más que doscientos heraldos de la gloria hispana.

Boye dice que están en inferioridad de condiciones. Hay que decirlo porque es cierto. La JEC ha torpedeado la campaña de la candidatura de Puigdemont. Habrá que pedir reparación. Pero, por otro lado, el escándalo provocado por esta cacicada ha sido un impulso a la campaña en el terreno mediático, pues ha operado la indefectible ley de que, si quieres que algo se difunda, prohíbelo. 

El balance del exilio en punto a eficacia en la lucha es extraordinariamente positivo. Catalunya, la "cuestión catalana" tiene una resonancia internacional que, de otro modo, no se hubiera alcanzado. Si no ha salvado el proceso, lo ha consolidado e impulsado. Y eso en una Europa en la que, en poco tiempo, se planteará un segundo referéndum en Escocia. Y en una Catalunya en la que, de conseguirse mayoría independentista en las próximas elecciones catalanas, la ANC pide la declaración de independencia.

El tiempo apremia. Las propuestas medio y largoplacistas de negociación habrán de pronunciarse sobre la cortoplacista de unilateralidad porque esta es tan legítima como cualquier otra. El movimiento independentista mantiene la unidad. Es lo que ha señalado el liderazgo de Puigdemont por encima de las diferencias de resultados en unas u otras elecciones de un sistema impugnado y que, por eso mismo, son contingentes. 

Eso lo hemos entendido todos. Gracias a la acción bandolera a la desesperada del Estado, intentando privar a unos ciudadanos de sus derechos por razones políticas.

Lo hemos entendido viendo a un líder haciendo frente él solo a un Estado.



diumenge, 5 de maig del 2019

No, Catalunya no interesa a nadie en España

Por supuesto que no. No faltaría más. España es un país serio, un Estado de derecho integral, en línea con los de su entorno cultural, Francia, Inglaterra, Italia, los EEUU. No tiene tiempo de ocuparse en menudencias de irredentismos provincianos y tristes parroquialismos. Su proyección internacional no le permite distraer recursos con mitomanías de mindundis independentistas. Los descendientes y herederos de Pavía, San Quintín, Lepanto, Belchite, Brunete y Perejil no están para perder el tiempo con supremacismos de campanario. Catalunya no importa a los españoles más o menos fascistas (a su vez, más o menos, la mitad del país) pues, si las cosas se ponen crudas, se envía a los Tercios de Flandes o a los regulares del África o la brigada acorazada Brunete. Tampoco a los españoles dizque liberales, demócratas y seudoizquierdistas (más o menos la otra mitad), pues si los catalanes siguen siendo díscolos, se les aplica el 155 y, si se tercia, se nombra a Colau virreina de Catalunya.

Los catalanes se creen muy importantes a causa de su complejo de superioridad, su supremacismo y su racismo. Los españoles entendidos en las cosas del principado, es decir, todos, pues no hay español que no sea entendido en todo, insisten en que Catalunya es una futesa, una mota de polvo en el albornoz hispano. Nada. Menos que nada. Y los fanáticos nacionalistas morderán el polvo pues los españoles saben de sobra que los indepes son minoría en Catalunya. Lo sabe a ciencia cierta Padro Sánchez porque se lo ha soplado un pajarito. 

Puro mecanismo de protección. Catalunya es la máxima (y, en realidad, casi única) preocupación del Estado. No tiene otra y, si la tuviera la ignoraría para concentrarse exclusivamente en Catalunya, como lo hace, en un clima de insultos, agresiones, amenazas. Todos los días hay agresiones y/o insultos a Catalunya desde todas las instancias españolas. Inés Arrimadas, harta de montar pollos en Catalunya sin que nadie le haga caso, se cambia a Madrid y llevará sus pollos a la Carrera de San Jerónimo, en donde harán buenas migas con los cernícalos, buitres y gansos que allí abundan.

Catalunya, mejor dicho, la irremediable pérdida de Catalunya, saca de quicio a los españoles, los tiene de los nervios, histéricos, especialmente a los gobernantes y barandas en general en cualquier andadura de la vida. A la gente del común, a la que estos desvergonzados tienen desinformada e infantilizada no le interesa porque de Catalunya lo ignora todo. 

Después de las elecciones del 28A, El Congreso de los Diputados, con una mayoría de más del 90% de anticatalanes, es un mentidero que solo sirve para buscar alguna coalición de gobierno que meta en cintura a los indepes catalanes. El congreso, en realidad, no legisla, sino que amenaza con el 155, ahora que este artículo de dictadura "constitucional" cuenta también con mayoría absoluta en el Senado, en donde los españolazos del PP han sido sustituidos por los españolazos del PSOE. Es decir, siguen siendo los mismos.

Los medios constituyen un frente unido anticatalán tan demagógico y manipulador como los medios en tiempos de Franco. Mienten, publican falsedades, están al servicio del gobierno en su guerra sucia contra Catalunya, engañan a sus lectores, chantajean o tratan de chantajear a activistas y gente comprometida. Emplean delincuentes al servicio de la policía a fin de envenenar el ambiente e inventarse delitos para procesar a los catalanes con la excusa que sea.

Los tribunales son la brigada togada anticatalana al servicio del gobierno. Jueces, magistrados, fiscales, etc., obedientes a la voz del amo, no tienen inconveniente en prevaricar, en atentar contra los derechos de los justiciables, en fabricar pruebas contra el independentismo. La sala de lo penal del Tribunal Supremo lleva un par de meses escenificando un juicio-farsa, una causa general contra el independentismo. La Justicia española no tiene otra cosa que hacer que vengarse de los catalanes, aplicándoles el "derecho penal del enemigo" y encarcelar a los dirigentes independentistas, aunque sea contra razón y derecho.

La policía y los servicios de seguridad del Estado gastan más en reprimir salvajamente a los catalanes (como en el 1-O), en espiarlos y boicotear los servicio públicos en Catalunya que en garantizar que España tenga una fuerza policial acorde con las pautas democráticas. No hacen otra cosa que guerra sucia anticatalana. Están dedicados a provocar a la gente, financiando bandas de matones callejeros, cuando no son los propios agentes que, disfrazados de civiles, se atacan a los ciudadanos pacíficos en Catalunya.

El gobierno dedica todas sus energías y recursos a reprimir el independentismo y tratar de hundir Catalunya. El catalanófobo José Borrell, ministro de Asuntos Catalanes, ha puesto en marcha una gigantesca operación de propaganda a cargo de doscientos diplomáticos que, suntuosamente pagados con dineros públicos (en evidente malversación de fondos), se dedicarán en cuerpo y alma a perseguir catalanes en el exterior, tratando de contrarrestar el relato independentista. Están bajo la vigilancia de una tránsfuga de UPD -o sea, una organización protofascista-, Irene Lozano, enchufada del presidente del gobierno por haber sido la "negra" que le escribió el libro. También ella cobra un dineral que pagamos todos, incluidos los catalanes para que esta señora sin escrúpulos nos ponga verdes como supremacistas, racistas y antidemócratas. Ella, que es todas esas cosas y más, junto al gobierno de muymucho españolazos al que pertenece.

El Rey, con el calzón flojo, agarrado al legado de Franco, base de su inexistente legitimidad, sigue pegado al teléfono, tratando de presionar a empresarios catalanes para que abandonen Catalunya. Su acción exterior (ya veremos cómo va lo de las comisiones que su padre cobraba de Arabia Saudita) se reduce a envenenar en los gobiernos extranjeros en contra del país. 

Ya se ve: decían los avisados, los listillos, los que se pasan de perspicaces y se las saben todas, muchos de ellos catalanes, que esto de Catalunya era un soufflé que se deshincharía antes o después,. Que carecía de importancia y los catalanes acabarían volviendo al seny y al pactismo autonomista. Cuando en realidad, en España no se hace nada, no se mueve un papel ni se aprueba medida alguna que no sea procurando el mal de Catalunya.

Y ¿con este mazo de fachas aterrorizados de perder Catalunya, de perder la gallina de los huevos de oro, tenemos que negociar? ¿Negociar qué? El Estado español jamás admitirá un referéndum de autodeterminación en España (aunque es la única solución) porque se queda sin país. 

Solo lo hará si lo obligamos, si lo obliga Europa. Y aun así, tratará de hacer trampas. Las ha hecho siempre. 

dissabte, 4 de maig del 2019

Martin Niemöller vive

La política española es cada vez menos interesante por lo repetitiva, cíclica y, por tanto previsible. Palinuro ha acabado siendo un blog catalán sobre Catalunya. Sus lectores son catalanes; los españoles han desaparecido. Es lógico. No se habla en él de su país, sino de otro. De otro que está sometido al suyo y quiere liberarse de esa sumisión. Pero ese anhelo no es interesante para los españoles. Sigue siendo lógico, pero quizá debieran reflexionar a ver si por confiarse en la repetición previsible acaban de cabeza otra vez en la dictadura. Camino llevan y ello obliga a considerar lo que hacen.

¿Alguien recuerda que los españoles de derechas o izquierdas protestaran contra la inenarrable cacicada de la Junta Electoral Central (JEC) de excluir al president Puigdemont y los consellers Comín y Ponsatí de la candidatura a las elecciones europeas?. Ni pío. Ninguno dijo ni pío. Como no lo hicieron con las demás arbitrariedades de este órgano para perjudicar cuanto pudiera las candidaturas independentistas. Ni pío.

Ahora, los mismos ultrarreaccionarios al servicio del PP y el PSOE arremeten contra las candidaturas de la izquierda madrileña y persiguen hasta la sombra de Carmena y Errejón. Todas sus prohibiciones y restricciones van siempre contra la izquierda y a favor de la derecha, incluida la fascista. En Catalunya, van contra el independentismo; en España contra la izquierda más a la izquierda, que tampoco se da por enterada cuando se persigue a los indepes. Suenan los ecos del famoso poema de Martin Niemöller, cuya primera estrofa podría parafrasearse así: "cuando los nazis vinieron a llevarse a los independentistas, guardé silencio ya que no era independentista". La última ya se sabe cómo acaba.

Volvamos a Catalunya. Ayer, la CUP publicó un documento con su análisis de la situación política después de las elecciones del 28A. Es una declaración oficial de la formación en ocho puntos. Su lectura, posible, a pesar de lo apelmazado de una prosa burocrática y autojustificativa, demuestra que también aquí vive Martin Niemöller. La CUP parece atisbar que, detrás de JxC y Puigdemont, quizá vaya ella. Y eso obliga a reconsiderar lo que se ha hecho o, mejor dicho, dejado de hacer.  Los ocho puntos se reducen a tres en razón de su contenido, a cada cual más lamentable. Los puntos uno y dos celebran los buenos resultados del independentismo en las elecciones del 28A, a los que la CUP no ha contribuido en nada, pues no se presentaba y solo a regañadientes reconoció que no estaba predicando la abstención.

Los puntos tres, cuatro, cinco y seis, el grueso de la declaración analiza la situación en el reino de España luego del 28A, análisis ex abundantia cordis y totalmente gratuito. Su punto de vista está bien, pero es tan irrelevante como el de un gacetillero, pues la CUP no se presenta, sostiene que el reino vecino no es cosa nuestra sino tangencialmente, que lo nuestro está en Catalunya y sobre todo a nivel callejero y municipal. Resulta que los más interesados en la cosa española son quienes dicen que la cosa española no interesa y que hemos de ir a nuestra bola y que esta es la que ellos dicen que es.

Los puntos siete y ocho abogan encendidamente por la unidad de acción del independentismo, sin mención alguna al hecho de que son la CUP y ERC quienes se han opuesto siempre a las listas unitarias. Está claro que Niemöller está más presente que nunca. Y de nada sirve que la CUP recuerde, a título de justificación vergonzante, que ha trabajado por la unidad "con discreción" (sic). Tanta que no se les ve.

Mientras tanto, el Estado no descansa en su actividad bandolera por un lado y propagandista por el otro. El ministerio de Asuntos Catalanes, a través de la organización "España global", prepara una macro-operación propagandistica con doscientos diplomáticos distribuidos por el mundo entero, al modo en que la iglesia distribuye sus misioneros, con la tarea de revertir el desprestigio de España como Estado de derecho. Todo con dinero público, claro. Nos va a costar una pasta. Y, tratándose de diplomacia pública española, será contraproducente y servirá para prestigiar la causa de la independencia catalana. Mira, algo es algo.


Avui, signant llibres a Bcn

Com si fos una prolongació de St. Jordi, demá serem a la Plaça de la Marina de Sants, de 11:00 a 11:30, per signar llibres i participar a l'acte republicà. Tinc només 1/2 hora perquè després he de anar molt aprop a una xerrada sobre el Consell de la República, amb en Joan  Canadell. A Sants coincidiré amb l'amic Eduardo Reyes, a qui fa temps que no veig i a qui envio una forta abraçada.  M'hagués agradat molt coincidir també amb Joaquim Forn, però els carcellers no li permeten sortir. Li envio un record a través de la seva dona.

Ens veiem demá a la Plaça de la Marina de Sants

Avui, trobada republicana a Bcn/Sants

Després de l'acte de la PLaça de la Marina de Sants anirem molt aprop per fer una xerrada sobre la República y el Consell de La República, Plaça Bonet i Muixí, a les 12h, abreviatura descoberta pels catalans per no haver de dir "quatre quarts de dotze". Hi serà també el infatigable Joan Canadell, a qui la República haurà de nomenar "ciutadà d'honor in itinere". 

Espero que el personal s'adoni de la meva entrega a la causa republicana, limítrof amb el martiri. Assenyalo que sóc abstemi total. No tinc res a veure amb la Salvation Army perquè la meva abstinència és pacifica i odia les xaranges al carrer. Però anar a una xerrada anomenada "Birres per la República" , amb un estrany ens que es diu "Tertúlia-vermut" m'omple d'intriga. Serà que els vapors etílics alliberen l'imaginació política republicana? Pot ser. Jo, per la República, faig el que calgui, fins aliar-me amb el partit alcoholiste. Tothom sap que les contradiccions secondàrias passan a segon pla. 

Beuré café amb llet o coca-cola, en exercici del dret a beure, proclamat pel eximi president Aznar. Però seré solidari amb els alcoholistes. Sóc un supervivent de la generació batejada per Goddard com "els fills de Marx i la Coca Cola."

divendres, 3 de maig del 2019

El Estado bandolero

El Estado que salta en mitad del camino y atraca a los viajeros confiados en vivir en un ordenamiento seguro, protegido por ese mismo Estado. El Estado que asalta por sorpresa a sus ciudadanos y los despoja de sus derechos por odio político.

Y es el Estado. La JEC es un órgano administrativo del Estado, compuesto por miembros nombrados políticamente, por los partidos. Aun así ha de actuar según el principio de legalidad y no el de prevaricación. Pero actúa por el cálculo del bandolero, administrando malévolamente tiempos y plazos para destruir a sus víctimas.

Los recursos de las defensas son una lección de sentido jurídico y político... y común. Y eso con más mérito porque ha de hacerse a uña de caballo, en situación de zafarrancho de combate. Toda precaución es poca frente a las tácticas piratas o bandoleras del Estado, aplicadas en evidente abuso de poder.

La decisión es una arbitrariedad tan descomunal y su falta de fundamentación jurídica tan descarada que asombra que alguien pueda tomársela en serio. Pero los procedimientos son los procedimientos y el asunto está ya en uno de ellos por la absoluta irresponsabilidad de los miembros de la Junta.

Como siempre, el resultado de la ineptitud es el tiro por la culata. Las consecuencias políticas de esta alcaldada empiezan a verse en las concentraciones de hoy y encienden una nueva oleada de protestas que va para largo y dificultará la política de entendimiento con el Estado que, según se dice, un sector del independentismo está buscando. No hay posibilidad de entendimiento con un Estado bandolero que empieza por afirmar que es un Estado de derecho cuando tiene rehenes políticos/as en las cárceles y exiliados y exiliadas por motivos políticos. Todo/as ella/os, recuérdese, estrictamente pacíficos/as, como queda probado en el farsijuicio que se ha montado al independentismo.

Las consecuencias jurídicas de la majestuosa incompetencia de la JEC también presagian catástrofe. En efecto, las defensas entienden que, al tratarse de un proceso electoral europeo, a un órgano europeo, en el que participan como electores y/o elegibles todos los ciudadanos europeos, el que queda peor parado con la cacicada es el derecho europeo. En contra de lo que parecen creer los genios de la JEC, Europa no es, no puede ser, el extranjero para los europeos. La acción ante la justicia europea es obligada y hasta cabría arriesgarse y acudir directamente, dada la gravedad del ataque a los derechos de los ciudadanos europeos.

Un escenario previsible es la suspensión y/o aplazamiento de las elecciones europeas. Por supuesto, también lo es que la instancia judicial correspondiente sea expeditiva y restablezca a los ciudadanos europeos Puigdemont, Comín y Ponsatí en el pleno uso de sus derechos, incluido el de sufragio pasivo.

En las pasadas elecciones, mucha gente parece haber votado en clave estratégica, prefiriendo a ERC y reservando el voto a Puigdemont en las europeas. El nuevo asalto del Estado bandolero, probablemente convertirá el voto a la candidatura de Puigdemont en una avalancha.

Demá, Palinuro a Sants, per parlar de la República

Després de l'acte de la PLaça de la Marina de Sants anirem molt aprop per fer una xerrada sobre la República y el Consell de La República, Plaça Bonet i Muixí, a les 12h, abreviatura descoberta pels catalans per no haver de dir "quatre quarts de dotze". Hi serà també el infatigable Joan Canadell, a qui la República haurà de nomenar "ciutadà d'honor in itinere". 

Espero que el personal s'adoni de la meva entrega a la causa republicana, limítrof amb el martiri. Assenyalo que sóc abstemi total. No tinc res a veure amb la Salvation Army perquè la meva abstinència és pacifica i odia les xaranges al carrer. Però anar a una xerrada anomenada "Birres per la República" , amb un estrany ens que es diu "Tertúlia-vermut" m'omple d'intriga. Serà que els vapors etílics alliberen l'imaginació política republicana? Pot ser. Jo, per la República, faig el que calgui, fins aliar-me amb el partit alcoholiste. Tothom sap que les contradiccions secondàrias passan a segon pla. 

Beuré café amb llet o coca-cola, en exercici del dret a beure, proclamat pel eximi president Aznar. Però seré solidari amb els alcoholistes. Sóc un supervivent de la generació batejada per Goddard com "els fills de Marx i la Coca Cola."

Demà, Palinuro signant llibres a Bcn

Com si fos una prolongació de St. Jordi, demá serem a la Plaça de la Marina de Sants, de 11:00 a 11:30, per signar llibres i participar a l'acte republicà. Tinc només 1/2 hora perquè després he de anar molt aprop a una xerrada sobre el Consell de la República, amb en Joan  Canadell. A Sants coincidiré amb l'amic Eduardo Reyes, a qui fa temps que no veig i a qui envio una forta abraçada.  M'hagués agradat molt coincidir també amb Joaquim Forn, però els carcellers no li permeten sortir. Li envio un record a través de la seva dona.

Ens veiem demá a la Plaça de la Marina de Sants

dijous, 2 de maig del 2019

La mala fe y el juego sucio

Aquí, mi artículo de ayer en elMón.cat, que aparece con encabezamiento no habitual por las razones que explico.

Todos tenemos manías. Palinuro, un montón. Una de las más pronunciadas es su antipatía, casi su alergia, al juego sucio y la mala fe. La buena fe es la base, la esencia del espíritu caballeresco, desde Camelot hasta el código bushido, pasando por aquel "de la triste figura", caballero de los caballeros. Le dicen anticuado. Todo lo eterno empieza por ser anticuado.

El artículo de elMón.cat, titulado, D'unes eleccions a unes altres, versa sobre las implicaciones en España y Catalunya de los distintos pactos que quepa establecer según los resultados electorales. El vuelco habido en la composición de la minoría indepe en el Congreso es muy significativo y susceptible de varias interpretaciones.

Una de ellas sería la que, tomando pie en las cada vez más frecuentes acusaciones a ERC de retornar disimuladamente al autonomismo, alimentaría la idea de una "coalición de izquierdas" en el Estado -ya se vería si de gobierno o parlamentaria- compuesta por PSOE, Podemos, Bildu y ERC. Dejo de lado la interesante cuestión de cómo vestir de "izquierda" a un partido, el PSOE, al que Bildu y ERC tienen por partido neoliberal, de centro derecha y unionista. Es asunto que resolverán, si lo resuelven, los españoles.

Lo interesante es el impacto de esta propuesta en Catalunya. Igual que ERC prefiere aliarse con Bildu en las europeas, dejando fuera a JxC y Puigdemont, ahora Bildu plantea coalición "de izquierdas" en el Estado y, por tanto, en Catalunya, dejando fuera igualmente a JxC y Puigdemont.

La justificación es la coalición "de izquierdas" en el Estado. Lo que supone, se quiera o no, aceptar el Estado y su reformabilidad a base de llamarlo "pomposamente Estado plurinacional" y dejar las cosas como están, cerrando la vía a la política de bloqueo y exigencia de autodeterminación, defendida por JxC y Puigdemont.

Desde el punto de vista de Palinuro es mala fe y juego sucio. Excluir un sector del independentismo aduciendo imprecisa ideología de clase es una trampa y una rendición. El pretexto es conocido: ya se sabe, son los "convergentes", los del 3% y nunca de verdad querrán la independencia.

Es falso. Sí quieren la independencia y hacen por ella tanto como los otros. O más. Pero es igual. Se dice de todas formas. Esa es la mala fe.

¿Y el juego sucio? Miren simplemente a quién beneficia la arbitraria prohibición a Puigdemont de presentarse a las elecciones europeas, miren el cui bono, y se tendrá la respuesta.

Si la mala fe indigna a Palinuro cuando se practica con otros, también lo hace cuando se practica con él. En el post de ayer, Objetivo: Puigdemont, incluía referencia muy crítica a la noticia de Bildu por haberla visto, pero no la URL correspondiente porque no la encontré y era muy tarde. Horas después, un lector en FB dio a entender que me la había inventado y la usaba con mala fe en contra de ERC. Muestra de juego sucio por mi parte. Eso y otras consideraciones insultantes que daban vergüenza. Tuve que buscar la URL y la noticia que encabeza este post y se la remití al acusador. Este reconoció haberla leído, pero no retiró su sugerencia ni sus comentarios insultantes, sin duda por aquello de difama, que algo queda.

Por tan evidente mala fe y juego sucio, bloqueé al comentarista. 

Por supuesto, existe la posibilidad de que la noticia sea falsa. El Portaluco es un digital cántabro que, ciertamente, puede estar equivocado o, simplemente, mentir, aunque no lo parece. En todo caso, la noticia es real y es del 29 de abril. El código bushido se mantiene. Tanto Bildu como ERC han tenido tres días para desmentirla o matizarla. No han dicho nada.

Aquí el texto en versión castellana

De unas elecciones a otras

Los resultados de las elecciones del 28A tienen dos lecturas que ya se han hecho en abundancia, en España y en Catalunya. En España, el bloque independentista catalán en el congreso ha aumentado en cinco escaños. Al tiempo, su equilibrio interno se ha escorado notablemente del lado de ERC, partido ganador en las elecciones. Ambos datos, aumento del independentismo y neta hegemonía de ERC, tendrán influencia en las opciones de alianzas del PSOE.

Este se pronuncia por un gobierno en minoría y aplaza la decisión sobre alianzas a las próximas elecciones del 26M. Entre tanto, le llueven las ofertas: los medios unionistas, la banca, seguramente el IBEX35, los barones de su partido, presionan por una coalición PSOE-C's. Podemos, por su parte, se postula como socio de la mano de los independentistas. Otros, como Bildu, visten y dulcifican la oferta con una coalición de izquierdas, PSOE, Podemos Comuns, ERC y dejan fuera a JxC.

Son las cuestiones de la gobernabilidad de España. Los resultados han pinchado el estrambótico globo del fascismo uno y trino, con sus reconquistas y todos por la patria. Ya no hay peligro de gobierno de trogloditas. No es preciso apoyar otro socialista in extremis. Cabe pensar y hacer valer la minoría de bloqueo para adelantar la causa de la independencia.

Pero esta se ventila en Catalunya, en donde también han impactado los resultados electorales, aunque solo orientativamente, pues no eran elecciones catalanas. También aquí parece imponerse el criterio de no adelantar acontecimientos y esperar a las elecciones municipales y europeas del 26M.

Y es en este momento cuando interviene la Junta Electoral Central (JEC), fiel a su sentido represivo de todo lo catalán, prohibiendo las candidaturas de Puigdemont, Comín y Ponsatí. El timing de la decisión y la notificación ya prueban su mala fe, rayana en la prevaricación. Y su conciencia de estar actuando arbitrariamente, en abuso de poder por arrogarse competencias que no posee, todo lo cual será corregido en los tribunales. Pero a la JEC, mera ejecutora de la orden del Estado de excluir como sea la candidatura de Puigdemont, le da igual. Quiere a Puigdemont fuera. El Estado quiere a Puigdemont fuera. Y la JEC cumple.

La decisión es tan desmesurada que no prevalecerá. Por lo menos, piensan los junteros (que tampoco están de acuerdo), se entorpecerá la campaña electoral de Puigdemont. Por un lado, sí. Por otro, no; al contrario, se favorece. Es evidente que la intención es también introducir una cuña en la unidad del independentismo. Viejo anhelo unionista. Pero ERC denuncia el intento de exclusión de Puigdemont. La unidad se mantiene.

Y no solo se mantiene. Demuestra palmariamente su necesidad. El Estado no descansa y obliga al independentismo a actuar unido, so pena de poner en peligro su supervivencia. Todo ataque a un sector del independentismo es un ataque al independentismo. Todos los proyectos independentistas son necesarios. Creer que se puedan obtener beneficios de la caída o fracaso de alguno es un error. La prohibición de la candidatura de Puigdemont es un ataque a la legitimidad exterior de la República. No es un contratiempo de un partido.

En ese juego entre el partido y la nación está el núcleo de la política independentista en los últimos tiempos. El reenvío a las elecciones de 26M probablemente no resolverá gran cosa porque se esperan unos resultados muy complicados. De forma que el término de esta cuestión llegará con la sentencia del Tribunal Supremo que se prevé para después del verano. En ese momento se planteará la necesidad de una respuesta de la sociedad catalana que no se podrá improvisar y probablemente haya que recurrir al pronunciamiento popular mediante unas elecciones anticipadas.

La forma más sencilla de estas sería un referéndum.



dimecres, 1 de maig del 2019

Objetivo: Puigdemont

El Estado no descansa. No hace pausa en su guerra contra el independentismo. Dejad toda esperanza quienes creéis que hay una posibilidad de entendimiento para resolver el conflicto entre España y Catalunya. Para el Estado ese conflicto no existe, es un imposible metafísico ya que Catalunya es España igual que el hocico de mi gato es mi gato. Y mi gato jamás reconocerá derecho alguno a su hocico.

Por supuesto, es legítimo tratar de encontrar una vía de negociación con el Estado, siempre que no sea una forma de postergar disimuladamente laa independencia. Porque cualquier propuesta que se haga alargándose en el tiempo (cosa ya prevista por Sánchez cuando decía que la solución a la "cuestión catalana" tardaría años) levantará la sospecha de que se trata de una nueva hoja de ruta pero de vuelta al autonomismo. O sea que los independenetistas se encontrarán como el compadrito de Machado, "dando vueltas al atajo."

En esta confusión momentánea, con la polvareda de la batalla electoral aun en el aire, el Estado sigue actuando cada vez con mayor incompetencia. Queriendo anular la candidatura de Puigdemont, Comín y Ponsatí, la JEC está haciéndoles la campaña gratis. Cuanto más se persiga a Puigdemont, más crecerá su carisma, el de quien, sin medios y en el exilio, planta cara a la represión del Estado y lo obliga a hacer hasta el ridículo.

Los abogados se han puesto a la tarea y hay una coincidencia en que ganarán porque unos u otros tribunales revocarán la prohibición de la candidatura. Todas las demasías jurídicas se amontonan en ella, abuso de poder, incompetencia, arbitrariedad uso creativo del derecho, etc; lo que Gonzalo Boye califica de cuasi prevaricación porque es persona prudente. La pasmosa arbitrariedad de un órgano administrativo, como denuncia Joaquín Urías.

Si jurídicamente la prohibición es un dislate, políticamente es una afrenta. Tan patente que tiene también implicaciones jurídicas. La objeción de la JEC de que los candidatos no tienen residencia acreditada "en el extranjero", parte de una idea de "extranjero" que resulta absurdo aplicar a un ciudadano europeo que ejerce su derecho de sufragio en Europa y en unas elecciones europeas. Para un ciudadano europeo, el extranjero será la China o Madagascar, pero no Europa.

Esta JEC es pre-europea. En realidad es pre-moderna. Pero eso no le importa. Su función es cumplir órdenes. Y la orden más perentoria hoy es eliminar a Puigdemont. Cueste lo que cueste. Con Junqueras en la cárcel y Puigdemont neutralizado, el unionismo español hace piña tras el propósito de aquella insólita vicepresidenta, Sáenz de Santamaría, de "descabezar" el movimiento independentista. Con las cabezas que le quedan porque los descabezadores de antaño están hogaño descabezados. Y aunque consiguieran su propósito, que no será el caso, este movimiento tiene mil cabezas.

Al haber tratado la cuestión como una de orden público, y haberla judicializado por lo penal después, la han individualizado. Han tratado a los procesados como los sujetos que son a efectos penales. Pero han ignorado que esos sujetos son, en parte, objetos, medios de los que se valen los verdaderos sujetos, aquellos a quienes estos representan. Y la voluntad de estos por abrumadora mayoría es ejercer el derecho de autodeterminación; y por mayoría, ser independientes. Y eso no se resuelve con un proceso penal a un número limitado de personas. Así solo se consigue intensificar el conflicto y perpetuarlo.

Lo dicho, el Estado no descansa. Dejad toda esperanza quienes creéis que cabe negociar algo con quien está convencido de que, negocie lo que negocie, negociará su acta de defunción.

La independencia es la cumbre de una escalada. Se puede intentar hacerla de una vez (vía unilateral) o parar en la subida para ensanchar la base en alguna base. Correcto, siempre que no sirva para descender en lugar de ascender. Porque iremos de una tirada o haremos paradas, pero no hay marcha abajo. Y nunca se había llegado tan alto. La atracción de la cima es muy fuerte; y la de la sima, también. Hay quien cecea y quien sesea. Es mucho lo que está en juego y grave la responsabilidad. Todo cuanto se diga y haga habrá de razonarse pormenorizadamente.
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Por ejemplo, no me gusta la propuesta creo que de Bildu, de constituir un "gobierno de izquierdas" compuesto por el PSOE, Podemos, Bildu y ERC En perspectiva española, tiene gracia la inclusión del PSOE en un concepto de "izquierda" que la mayoría de los votantes de Bildu y Podemos no comparte. Pero la política es de esencia oportunista, hasta en las familias más izquierdistas. Aun así, cabe despertar a la realidad, la de los diputados del PSOE contrarios a una coalición con una fuerza independentista, que no serán cuatro cinco. Vamos, que esta coalición "de izquierdas" podría encontrarse con una ruptura del grupo socialista. ¿Improbable? Puede. ¿Imposible? Ni hablar. Esto solo podría evitarse si ERC diera garantías de haber dejado de ser independentista. Y, francamente, veo más sencillo que llueva de abajo arriba.

Porque, además de la perspectiva española, está la catalana. Y me gustaría saber qué reacción habría en Catalunya a un gobierno español con ERC y sin JxC, cuál sería su impacto en unas elecciones catalanas, que son las que importan.

dimarts, 30 d’abril del 2019

Llach

Siempre se ha dicho que los buenos resultados electorales no eximen de responsabilidades penales. Una de las últimas veces, cuando el dueto Camps/Barberá apelaba a obtener mayorías absolutas para contrarrestar su horizonte penal. Muy justo. ¿Por qué ahora, sin embargo, el asunto chirría tanto y nadie se atreve a insinuar que haya un intento de evadir lo jurídico por lo político? Porque son presos políticos, presos de conciencia, personas inocentes que no tratan de evitar responsabilidades penales escudándose en mayorías electorales, sino que se les exigen responsabilidades por haber obtenido esas mayorías.

Las elecciones han dado un vuelco a la imagen de estos tiempos. Los jueces ya no tienen ante ellos unos presos ordinarios y es imposible seguir negándose a llamarlos presos políticos cuando varios son diputados y uno, en concreto, el líder más votado en Catalunya. No obstante, sigue sin ser suficiente para explicar el cambio. También Ruiz Mateos fue eurodiputado y era un delincuente que seguramente se presentaría como preso político.

El cambio de imagen se ha completado con la fabulosa declaración de Lluís Llach. Su contenido, sobrio y descriptivo deja vacío el de este juicio, como un traje de polichinela tirado sobre una silla. Ni atisbo de violencia, ni sedición, ni rebelión, ni odio, ni el resto de patrañas que la larga serie de uniformados de cuerpo y espíritu venía fabulando con intención de pasar como hechos puras mentiras e infundios.

Con la declaración de Llach desaparece toda base material y racional de este proceso. Pero su contenido fue mucho más allá. Fue la afirmación del comienzo, que, dicha en tono suave, sonó como un trueno: "con la venia, señor presidente, quiero expresar que, como ciudadano, homosexual, independentista y aspirante a ciudadano del mundo, estoy en desacuerdo con que me haga preguntas Vox". De inmediato fulminante intervención del presidente Marchena. No obstante, el cuidado de este en la respuesta manifiesta su intuición de estar pisando terreno muy resbaladizo. Substituyan ustedes "homosexual" por "judío" y "VOX" por el "NSAPD" y veremos el fondo de este proceso gracias al valor de Lluís Llach.

Una palabra sobre el lenguaje no verbal de Llach. Una manifestación educada pero patente de resistencia pacífica, a pesar del hartazgo, del hastío que produce verse obligado a actuar en una situación tan falsa como injusta e inhumana. haciendo como si no lo supiera. Cuando lo sabe, y sabe que los jueces saben. Y los jueces saben que él sabe que ellos saben. 

Todo en orden. Como si pedir 25 años de prisión para una persona por defender sus ideas de forma pacífica fuera normal en una sociedad civilizada.  

Avui, al teatro Victòria

Teatre Victòria (Av. del Paral.lel, 67, Bcn) a les 20:00.

Us esperem

Aqui, la notícia de elMón.cat

El president de la Generalitat, Quim Torra, presentarà aquest dimarts Discurso a la nación catalana, el darrer llibre de l’escriptor i politòleg Ramón Cotarelo. L’acte, que tindrà lloc al Teatre Victòria a les vuit del vespre, comptarà també amb la presència de Rosario Palomino, membre de la Crida Nacional, i estarà moderat pel director del Món, Salvador Cot.

En declaracions a aquest diari, Cotarelo explica que té ganes de xerrar amb Torra per parlar sobre l’escenari que s’obre ara a Catalunya després dels resultats del 28-A i debatre “si el moment convida a convocar noves eleccions a Catalunya”. Ho diu perquè els comicis d’aquest diumenge han deixat a Madrid una correlació de forces independentistes que no es correspon amb la què hi ha al Parlament i al Govern de la Generalitat.

“No sembla necessari ni imprescindible” aquesta convocatòria d’eleccions sobretot tenint en compte que “l’electorat té conductes diverses en funció de quines són les eleccions en les què ha de votar”, diu Cotarelo. No obstant, afirma que “és una de les qüestions sobre les que s’haurà de debatre” aquest dimarts al Teatre Victòria.

El politòleg també troba interessant preguntar-li al president “com seguirem desobeint” o “què pensa fer” si des del govern espanyol es manté un immobilisme sobre el conflicte català. “Quins passos pensa fer Torra si des de Madrid no es fa res o s’amenaça amb un nou 155?”, es pregunta Cotarelo. L’escriptor també apunta que el cap de l’executiu català haurà d’articular l’acció en comú independentista a Madrid, i celebra que després dels resultats del 28 d’abril, “la unitat d’acció s’ha fet més forta” al Congrés dels Diputats.

Cotarelo explica que una de les coses que més li agrada del seu llibre és quan parla sobre com la nació catalana pot presumir de no ser només una “nació ètnica”, sinó també “institucional”. Apunta, també, que una de les coses que parla al seu llibre és sobre com Catalunya té la seva pròpia “intrahistòria” dins la història d’Espanya, i com l’Estat espanyol la ignora.

dilluns, 29 d’abril del 2019

Demà Palinuro a Barcelona

Palinuro es complau a enunciar que:

Demà, 30 de abril a les 20:00, al teatre Victòria (Av. del Parallel, 67, Barcelona), es presenta el seu darrer llibre, Discurso a la nación catalana.

Faran la presentació Joan Carles Girbés, director d'Ara Llibres, una empresa que vol fer-nos ara lliures; el MHP Quim Torra, que no sols escriu llibres ell mateix, el molt xenòfob, sinó que llegeix els dels altres! Rosario Palomino, digna personificació de que les catalanes naixem on volem, però ens entenem perfectament. Ramón Cotarelo que no es deixarà encegar per la seva simpatia al seu alter ego, encara que cal suposar que no serà molt crític. Salvador Cot, director de elMón.cat, en la seva reconeguda capacitat per a moderar debats que prèviament ha encès.

Ens demà a Barcelona.

Hemos ganado

Es lo que dicen todos siempre. Ahora también. Hasta Pablo Casado, al que han dado un repaso y ya le llaman Pablo Fracasado, aun reconociendo que es un resultado muy malo (ya lo verá cuando lleguen los EREs en la plantilla sobre-cogedora), se alegra de seguir siendo líder de la oposición, no habla de dimitir y está ya dispuesto a repetir la hazaña el 26M.

Antes de nada, demostrado queda que la bronca amenaza de los tres soldados de (poca) fortuna era una bravuconada muy en su estilo. El fascismo español es un tigre de papel. Pero es; vaya si es. Pero es lo que es: en torno a los 150 diputados sumando las tres fuerzas, tres en esencia y una en impotencia. No suben en apoyos; se los reparten de varias formas. Antes estaban todos en el PP. Ahora van por suelto, pero son los mismos. Intercambiables hasta en el aspecto físico. No digamos en la pomposa vaciedad de sus discursos.

Los bárbaros se han quedado fuera. A las puertas, pero fuera. Todos hemos ganado, incluso los que han perdido, porque tendrán tiempo para pensar por qué, si es que piensan. Hemos ganado gracias al talante democrático de los españoles, aunque sea por escasa mayoría. La izquierda suma en torno a 165. Descontamos a los nacionalistas y nos encontramos con las sempiternas dos Españas, más o menos igualadas. La circunstancia de la II República.

En el País Vasco y Catalunya no solo hemos ganado, sino que hemos arrollado literalmente el fascismo. En el primero, la trinidad derechista se ha esfumado. El PP, que obtuvo 2 diputados en las elecciones anteriores, los ha perdido. En cuanto a Catalunya, de sus seis diputados, el PP ha perdido cinco, gracias a la gracia de su inenarrable cabeza de lista por Barcelona, capaz de sacar de quicio al santo Job con su necia arrogancia. A cambio, el Imperio ha ganado un adelantado de Castilla de Vox que, sin duda, vale por cinco de la "derechita cobarde". 

Merece la pena comentar por separado la incidencia de las elecciones en ambos países.

En España, el PSOE, el que más ha ganado, se erige como el palo del almiar al que se suman ahora diversas propuestas de coaliciones, todas solícitas, todas para seguir ganando en la estabilidad que anhelan. Esto se ha llenado de asesores oficiosos. No hay periódico que no ofrezca su variante. En la confusión generalizada, Sánchez está en situación de elegir e, incluso, de no elegir y plantear un gobierno en minoría según su acariciada fórmula de "independientes de reconocido prestigio". Veremos cuánto aguanta esta propuesta.

Y el resto de ellas. El triunfo del PSOE en España no tiene reflejo en Catalunya en donde el PSC, aunque levemente recuperado, sigue (más) por debajo de ERC y, por supuesto, del bloque independentista. Catalunya es un mentís rotundo a la habitual falsedad de Sánchez de que el independentismo no es mayoría. El bloque independentista tiene hoy cinco diputados más en el Congreso y refuerza su capacidad de bloqueo.

Los próximos días aclararán qué coalición forja Sánchez, si forja alguna. Excluyendo a Vox, los números dan para sendas alianzas con las otras dos derechas, C's y PP. Aunque los viejos jarrones desearían una gran coalición PSOE/PP, a nivel germánico, la militancia no la ve con buenos ojos y tampoco con C's. Se inclina más por Podemos, el que iba a ser el sepulturero del PSOE y se ha convertido en su mascota. Pero los números no dan. Se necesitan independentistas. O ir a un gobierno de geometría variable.

Decir indepes es mentar la bicha. Pesan mucho los reiterados "noes" de Sánchez a la independencia, el referéndum, la autodeterminación. Y pesan mucho los presos/as políticas. Pero, por mucho que pesen, habrá de levantarlos si quiere abrir un camino a la estabilidad y la "normalidad" que dice querer. Tendrá que hacer propuestas y los indepes las tomarán muy en consideración porque han tenido buen resultado en Catalunya y están fortalecidos.

En Catalunya, la gran ganadora ha sido ERC que ha visto validada la hipótesis de Junqueras de que, yendo por separado, los indepes obtendrían mejor resultado en conjunto. Quienes defendíamos listas unitarias y de país errábamos. No obstante, es un error de buena fe, digno, y merece la pena perseverar en él. Es decir, no es un error. En la alegría de la victoria, sostienen que ERC ha ganado por primera vez unas elecciones generales al PSC. Ciertísimo. Como ciertísimo es que antes, en 2011, se las había ganado CiU.

Ganadores también han sido los de JxC aunque, a juzgar por sus rostros cariacontecidos en su comparecencia, más parecía que se sintieran parte de un velorio. Laura Borràs sacó fuerzas de flaqueza y, en un ambiente de decepción, proclamó una obviedad: que se trata de un muy buen resultado para el independentismo, que crece. ¿No quedábamos en que la unidad prevalece y prevalece porque hay coincidencia en el objetivo? ¿Y no es el objetivo la independencia?

El resultado es excelente por partida doble. De un lado, confirma el ascenso y consolidación del independentismo y, de otro, sanciona la agitada transición de la galaxia convergente a una formación netamente independentista. ERC ha crecido mucho, pero no a costa del universo de JxC, que solo ha perdido un escaño en unas condiciones difíciles. El incremento de apoyo a ERC viene mayoritariamente de otros sectores. Por ejemplo, de los que quizá hubieran votado al Front Republicà en el caso de que este se hubiera constituido antes y no hubiera sido después objeto de silencio mediático.

¿Por qué los rostros cariacontecidos? Porque, se quiera o no, siempre hay piques y los políticos son picajosos. Pero no ha lugar a otra cosa. El resultado está en línea con los que se han producido desde la ruptura y refundación de la antigua Convergencia. Al considerarlo como negativo, algunos dirigentes "moderados" lo achacan a la decantación netamente independentista. Pero lo cierto es que no hay marcha atrás. La exigencia del referéndum es ya insoslayable, pues no hay otro modo de resolver el conflicto.

Y esa es la exigencia que seguirá planteando un govern apoyado en una ligera mayoría parlamentaria de JxC y que defenderá el bloque independentista catalán en Madrid con una neta mayoría de ERC. La cuestión está en cómo la defiende, ahora que no es preciso investir un gobierno socialista co el pretexto de la llegada de los bárbaros.

En definitiva, hemos ganado. 

diumenge, 28 d’abril del 2019

Libertad a los presos políticos

Dicen las crónicas que los anarquistas fueron a votar en 1936 para sacar de la cárcel a los presos del bienio negro. Ahora hay que sacar a los del 1-O. Máxime cuando algunos son candidatos. Cada voto a los candidatos independentistas acerca los presos/as políticas a la libertad.

Lo que se juega en Catalunya condiciona sobremanera lo que se juega en España. Pero lo condiciona de forma distinta según sea el resultado concreto. Por eso, han de considerarse las variantes.

Según los últimos vaticinios en sondeos, la única incógnita grave es si el trifachito alcanza mayoría para gobernar, aunque sea por un voto. Si puede, lo hará, como lo ha hecho en Andalucía. Hay tan escasas diferencias entre los discursos de los tres hispánicos mozos que ni ellos los distinguen.

Pero han conseguido despertar un miedo pánico en la izquierda, que ya se ve de nuevo corriendo delante de los grises, con los guerrilleros de Cristo Rey ladrando por las esquinas y los pistoleros de alguna cloaca ajustando cuentas. Se oye todo tipo de llamamientos desesperados para votar a "la izquierda" como dique frente a las hordas con olvido de las habituales reticencias sobre el izquierdismo del PSOE. En realidad son llamamientos al "voto útil".  

Este supuesto disgusta sobremanera en Podemos a quien algunos sondeos sitúan por detrás de C's. Los morados madrugaron en exceso, querían sustituir al PSOE, vendieron la piel del oso antes de matarlo y se ven ahora reducidos a justificar su existencia como consejeros aúlicos de un PSOE que puede no necesitarlos. Ya no piden el voto para gobernar, sino para apoyar el gobierno de otro.  

Por los movimientos de los partidos se concluye que, para bien o para mal, C's se configura como centro por cuanto puede formar la coalición trifachita o aliarse con el PSOE, según salgan los números. En estas elecciones, todos veneran el centro y el espíritu de Suárez, sobrevuela la iconografía: los retratos de Sánchez en b/n recuerdan al Suárez de 1977. El PP se ha servido de Suárez hijo solo para probar que no tiene nada que ver con el padre. C's se deja querer por los extremos de la izquierda y la derecha, como buen centrista y Vox trae ya preparado el decreto para ilegalizar el centro. 

No digamos la izquierda. No digamos el independentismo.

En Catalunya es fácil que el resultado no refleje la actual organización de la Generalitat, especialmente con la irrupción del Front Republicà. Interesa recordar que esta tercera opción no se limitará a un nuevo reparto de apoyos electorales indepes, sino que implicará también un incremento en términos absolutos al atraer votos de los Comuns.

El resultado de estas elecciones no tiene, en principio, por qué alterar el gobierno de la Generalitat pero sin duda ejercerá influencia sobre las elecciones municipales del 26 de mayo, en donde el bloque independentista tiene fundadas expectativas.