divendres, 10 d’agost del 2018

Detener el avance del fascismo

Está muy claro. La proliferación de agresiones callejeras en Catalunya deja las siguientes conclusiones: a) prácticamente todas las agresiones de palabra y obra provienen de los unionistas; b) en prácticamente todas hay  personas directa o indirectamente involucradas en C's, Vox y otros grupos de extrema derecha; c) prácticamente todas quedan impunes; d) presumiendo falta de autoridad de Estado, los dirigentes de C's, Rivera y Arrimadas animan a sus seguidores a imponer por su cuenta su sentido de la ley y el orden en el ámbito público; e) no son manifestaciones esporádicas de "espontáneos", sino acciones premeditadas y sistemáticamente realizadas para sembrar el miedo, la inseguridad y las alteraciones del orden público que deberán servirles de pretexto para una intervención armada.

Hay mucho parecido entre el estilo fascista de los años treinta y el de los seguidores de C's: oratoria vacua, patriotismo de pacotilla, reaccionarismo nacional-católico y clima de violencia e intimidación en las calles. La Falange, vamos. O el ascenso del nazismo. Incluidas fuentes de financiación privadas orientadas a la desestabilización, como ese empresario español en Suiza que , al parecer, financia la defensa de los GDRs, los grupos de agresores, algunos de los cuales lo hacen por convicción y otros por una paga.

Además del aliento prestado por sus dirigentes, los comandos violentos gozan de un tratamiento privilegiado en la policía y los tribunales. No se investigan sus identidades; cuando estas constan, no se inician actuaciónes, como ese policía nacional que agredió a Jordi Borrás y sigue en el servicio. Si se inician es para darles carpetazo en unos tribunales que son hiperactivos en condenar supuestos delitos de cantantes y raperos de izquierda en los que no hay violencia. Realmente vista la reiteración del modelo, está claro que la impunidad con que avanza el fascismo en España responde a la complicidad del Estado.

Por si hubiera dudas, unos doscientos militares retirados publican un manifiesto de apoyo a Franco, como soldado, subrayan, cual si fuera posible separar la milicia de su condición de dictador genocida. Ese manifiesto representa el sentir de la inmensa mayoría de los militares. En su avance el fascismo español sabe que cuenta con el ejército. Como lo sabían los nazis en Alemania, pues salvo honrosas y heroicas excepciones, el ejército alemán apoyó el nazismo.

Y ¿qué decir de la iglesia? ¿Alguna duda? Los prelados españoles están por la unidad del reino de este mundo que corresponde a España. Pregúntese al cardenal Cañizares. Nada de aventuras secesionistas. Nada de aventuras. A lo segurito: al momio de este Estado "no confesional" que se deja parasitar por un "estado" confesional dentro del Estado. Los curas también apoyan el concepto de "orden público" de los grupos y  partidos fascistas. España sigue siendo nacional-católica.

Frente a ese macizo de la raza, erigido en los cuarenta años de franquismo y cuarenta más de postfranquismo, ¿qué hay?

Un gobierno del PSOE tan entregado a la derecha que parece ella misma, transubstanciada en forma de regeneración socialista: no hay impuesto a la banca; ni se permite la investigación parlamentaria de la relación CNI/atentado de las Ramblas; ni se libera a los presxs políticxs (incluso se niega que existan); no se admite la autodeterminación; no se deroga Ley Mordaza; no se anula la reforma laboral; la monarquía española es ejemplar.

Y, como es ejemplar, el rey presidirá el acto de homenaje a las víctimas porque sí, aun no habiendo sido invitado y en contra de la voluntad de una mayoría de catalanes. Es un acto de autoridad por imposición de un Estado que carece de autoridad moral para imponer nada. Solo se hará valer como un acto de violencia colonial.

Si el gobierno no hace nada por frenar el avance del fascismo, su aliado, Podemos, un partido que muchos creyeron traía viento nuevo, todavía hace menos. No ha tardado mucho en convertirse en parte del establecimiento que ferozmente atacaba. "Si no puedes derrotarlos, únete a ellos”, dice el manual del superviviente. Y unidos están en la casta y en el respeto a las instituciones del Estado, entre ellas, la corona. Basta con escuchar a la portavoz adjunta en el Congreso suplicar a  Puigdemont y a los indepes que hagan un ejercicio  “de contención verbal”. Pedimos contención a unas personas que padecen exilio y prisión injustos. En Román paladino, que se callen, que puede despertar la bestia fascista que ya campa a sus anchas. Es dura de tragar la peladilla, propinada por quien tampoco se ha distinguido poco ni mucho por reclamar la libertad de los presos políticos. 

Y, aun así, van a perder. Porque todas sus argucias, su instrumentalización del Estado, prostitución de la justicia, guerra sucia mediática y no mediática no les sirven de nada frente a una sociedad movilizada por un objetivo compartido, con abundancia de recursos materiales, de iniciativa e ingenio. Allá van esos autobuses de Ómnium por las calles de Barcelona pidiendo libertad para los presos políticos. Los verán muchos turistas y saldrán en los medios internacionales. Mucho más que el autobús de hazte oír. Contrarrestar esta campaña estilo tabarnio es complicado. Poner gualdrapas rojigualdas a otros autobuses proclamando que en España no hay presos políticos sino políticos presos no augura nada bueno. Y ponerse a embestir autobuses se hace peligroso, aunque te financie la Begún. 

La presunta alternativa de gobierno en España no ha sido tal, pues el de Sánchez es continuista del anterior en casi todo (y, desde luego, lo más importante) muy especialmente en lo referido a Catalunya. Sánchez sostenía tener un proyecto  basado en el diálogo y una solución misteriosamente llamada “política”. El "diálogo" arranca con dos "noes", la libertad de los presos y la autodeterminación y nace muerto y la "solución política" parece consistir en un referéndum en torno a una oferta del Estado para el territorio rebelde que cuente con el 80% de apoyo en Catalunya, lo que equivale a no decir nada.

El fascismo actúa cuando la oligarquía teme que pueda perder el poder.

dijous, 9 d’agost del 2018

El individuo contra el Estado

Ese es el lema de los caballeros neoliberales del Rey Arturo. El individuo contra la maquinaria, la burocracia; el que lucha por sus derechos y, al final..., vence porque la ley funciona y es la ley la que debe hablar porque ella, según Casado, marca la moral del momento. La moral del momento manda que no debe dimitir porque él no ha hecho nada ilegal.

Es convicción general que este obstinado mozo debiera haber dimitido hace unas fechas, quizá antes de presentarse a las primarias. Que se empecine en permanecer causa pasmo general y hasta algún demoledor ataque, como el artículo de Máximo Pradera en Público, titulado reptilianos. Y demoledor es poco.

Casado tiene que irse no por lo que haya hecho o dejado de hacer directamente y que será delito o no, sino por la contaminación que supone encontrarse en el mismo vagón de la imputada Cifuentes y por los mismos motivos. Si Cifuentes no puede ser presidenta de nada, tampoco su compañero de viaje, Casado. 

Es un código no escrito pero convencional de las sociedades democráticas: dimitir no solo por razones legales sino también políticas, cuya valoración queda a la moral del tiempo que de ningún modo se ajusta a la literalidad de la ley. Las evidencias contra Casado son tan abrumadoras que debiera marcharse ipso facto. De ese modo ahorraría a su partido el desgaste que sufre y, al propio tiempo, tendría más tiempo para defenderse en los tribunales en la esperanza, que todo el mundo le desea, de salir airoso de la prueba. 

Lectura de verano

En verano, los famosos y famosas, los/as políticas, las figuras mediáticas y gentes de postín suelen comunicar al público los libros que están leyendo o piensan leer durante las vacaciones. Es casi un rito estival, como la noche de San Juan o las Perseidas. Pueden participarlo motu proprio o a petición de parte. Luego, los leen o no. Pero eso es lo de menos. Lo interesante aquí es la información, ligeramente teñida de recomendación que tiene dos niveles: uno, el puramente noticioso y casi de cotilleo: a ver qué libros recomiendan los personajes, las personalidades y las celebrities, vulgo "famosillos" o "famosillas", para adornar su condición de referentes del gran público.

El otro nivel afecta al libro mismo. Este objeto casi mítico hoy, es el soporte físico de una experiencia trascendental, cantado desde hace siglos como vector del espíritu humano, vitrina que muestra la única inmortalidad que puedan alcanzar los mortales, la de pervivir en la memoria de las generaciones. Porque, sin ellos, hasta quienes murieron por conquistar la inmortalidad, como Aquiles, caerían en el olvido de no haber alguien que escribiera su gesta. Aquiles es Aquiles gracias a Homero, un ciego, como lo era Milton cuando compuso El paraíso perdido. Los dos serían clasificados hoy como discapacitados o algo aun más absurdo. El libro y, subsidiariamente, la imprenta define la Modernidad, que luego empieza a discutir sobre sí misma en un ejercicio de bizantinismo pues como su nombre indica, la "modernidad" quizá tenga término a quo (la imprenta) pero no lo tiene ad quem. Nadie puede decidir el significado de la modernidad porque esta es solo el modo de hoy, pero el hoy es presente continuo hasta el fin de los tiempos.

El libro es casi sagrado y, como sagrado, suele inspirar temor y respeto. Tanto que suele mantenerse a prudente distancia. Aparece por todas partes en las más diversas iconografías, asociado siempre al progreso, el avance, la luz, la revolución. Es la gloria de la humanidad.

Pero hoy está a punto de extinguirse, como los rinocerontes. Las librerías cierran una tras otra y las escasas editoriales que quedan, muy concentradas, se dedican a un negocio nostálgico condenado a desaparecer, como lo está el papel impreso. Todo él: los tratados, los periódicos, los billetes de curso legal, los sellos, los telegramas, las cartas, las postales de vacaciones, los tickets, las tarjetas de visita, los boletos de las tómbolas etc. Otros soportes toman el relevo de velar por la inmortalidad, sobre todo los audiovisuales. Por eso especialmente, sea bienvenida esa costumbre estival de que las gentes públicas hablen de los libros que leen o van a leer. A algunos les vendrá muy bien y todos les dará un respiro. Que lo necesitan.

Retornando al hilo, que siempre se pierde cuando aparecen los libros, quería yo recomendar uno, un número monográfico de la revista Terra e tempo, publicación de pensamiento nacionalista galego que acaba de salir, correspondiente a julio-diciembre de 2018. La revista pertenece a la Fundación Terra e Tempo y este monográfico dedicado Catalunya e Galiza, análises para avanzar, está coordinado por Rubén Cela Díaz, miembro de la Executiva Nacional do BNG.

Acabo de recibirlo y me apresuro a comunicarlo, desde luego, por infantil vanidad de escritor ya que contiene un artículo mío sobre Catalunya e a esquerda española. Mi desvergüenza llega al extremo de recomendar no solo lo que leo o quiero leer, sino lo que escribo. Pero esto tampoco es cierto. Recomiendo la revista Terra e Tempo por su presentación y contenido. La presentación está a la vista. La composición de la cubierta, la severidad de los textos, en contraste con el abigarramiento del título adornado por dos poderosas espirales celtas, la combinación de colores y símbolos políticos entrecruzados son una mezcla de elegancia y política.

Pero, además, está el contenido, con aportaciones de gente tan interesante, cabal, luchadora, tan coherente, imaginativa y preparada que todavía me pregunto qué llevó a Rubén a pedir una colaboración a un pelagatos como Palinuro. No sé cuánto tardaré en leerlo porque tampoco estoy estrictamente de vacaciones. Pero cuando lo haga, volveré sobre el asunto. De momento solo podría hacerlo sobre mi artículo, pero no haya temor. Me limito a señalar que este desarrolla mi opinión de que el independentismo catalán ha hecho trizas a la izquierda española y a anunciar que lo estoy empleando (con permiso de la revista, claro) como hilo conductor de un pequeño libro que espero publicar en breve.

dimecres, 8 d’agost del 2018

La servidumbre del poder

Los de Podemos se bautizaron muy oportunamente. Copiaron el nombre a Obama (Yes, we can) en su campaña electoral de 2008. Obama, a su vez se lo había copiado al sindicalista César Chávez, luchador por los derechos de los campesinos en los EEUU en los años setenta del siglo pasado: Yes, we can: "sí, se puede", "Podemos".

Pero el tiempo ha cambiado y, como profetizaban Corneille y Brassens a una ufana marquesa, saura faner vos roses ("marchitará tus rosas"). El tiempo destruye las ilusiones. Tanto más a unos plebeyos que se enorgullecían de venir de muy abajo, pero aspiraban a llegar muy alto; a los cielos, mismamente.

Los cielos siguen incólumes, pero Podemos ha acabado haciendo muchos amigos en el valle de lágrimas: políticos de todas creencias, periodistas y medios más o menos afines, intelectuales y cargos públicos (muchas veces, los mismos) que los apoyan e iluminan. Lo suficiente para encontrar un hueco en las instituciones del régimen del 78, que venían a desmontar. Exactamente el hueco de la antigua IU en los mejores tiempos de Anguita, el de los comunistas de toda la vida disfrazados de una organización "de masas" o coalición electoral. Estos son neocomunistas disfrazados a su vez de otra organización en la que se encuentra la vieja IU en un divertido juego de matrioschkas.

El objetivo esencial de IU, recogido con entusiasmo por Podemos, era el sorpasso al viejo y aburguesado PSOE. El fracaso en dos elecciones (2015 y 2016) fue clamoroso. Y llega al sarcasmo de que el PSOE está en el poder (o algo parecido), con los votos de Podemos y 85 diputados. Explicaciones en el interior de Podemos hay para todos los gustos. Pero el hecho es que la formación morada va a remolque del PSOE; si de grado o a la fuerza, que cada cual opine o deje al tiempo marchitar aun más las juveniles ilusiones de hegemonía de la izquierda en España. 

Podemos solo ha podido colocar a su gente que, por cierto, no parece muy bien avenida. Y, a continuación, seguir a remolque de los social-liberales. Y no solo a remolque de estos sino de lo que representan públicamente y con mucho orgullo, por ejemplo, las loas a la monarquía española ejemplar. Quiero creer que a los morados no les parecerá tan ejemplar, aunque ya no estoy seguro de nada. 

El apoyo explícito de Podemos a la presencia del rey en Las Ramblas y Cambrils da por supuesto el apoyo a la monarquía. Dicen que no, pues se trata de un acto simbólico "a nivel de Estado" y, mientras el jefe de este sea el rey, debe asistir con el aplauso de Podemos. La explicación sería aceptable de entrada si quienes la dan hicieran algo por cambiar la forma de Estado español de la monarquía a la república. Pero no es así porque ahora no toca. Ahora, como siempre, toca apoyar al rey.

Y no solo al rey. También a las cloacas del Estado y la guerra sucia contra Catalunya. El rey no es bienquisto en Catalunya, mientras no enmiende el yerro del 3-O y mientras haya presas y exiliadas políticas. No es difícil de entender cuando se tiene un adarme de dignidad. Las explicaciones de Ramón Espinar no pueden ser más capciosas y falaces. Invoca el respeto a las víctimas en abstracto, sin partidismos ni condiciones. Lo mismo que argumenta el PP cuando las instrumentaliza políticamente, y lo hará quien se empeñe en ignorar el contexto político real de los actos simbólicos de homenaje. ¿O no ve Podemos que la presencia del Rey es, precisamente, la utilización partidista de un acto con el que el gobierno pretende escenificar una unidad que no existe y está impuesta por la fuerza y en la que quizá haya algún elemento relacionado con el atentado?

Porque Podemos apoya la propuesta de la presencia del rey del gobierno socialista. Este ha unido sus votos a los del PP y C's para impedir que se abra una comisión de investigación sobre el atentado. Siendo así que hay abundantes evidencias de que el presunto cerebro estaba en relación, puede que a sueldo, del servicio secreto español. Más partidismo (revestido de las hopalandas estatales) es imposible.

Con mucho sentido común, la CUP ha anunciado que no piensa acudir a ningún acto de homenaje en el que esté el rey de España, al que considera un rey extranjero. De inmediato, la prensa unionista se ha lanzado a hablar de ruptura de la unidad independentista. Están locos por conseguirla. Sin embargo es fácil de entender: la unidad indepe se refiere al logro del objetivo principal, la República Catalana independiente. En los demás asuntos de otra índole, sobre todo los originados en el vecino reino, cada cual hace como le parece. Estoy seguro de que la decisión de la CUP será sabiamente silenciada en Podemos, pero Espinar no se ha privado de lanzar un viaje al presidente Torra por su rechazo a la figura del monarca y en previsión de que, contra toda "razón de Estado", los indepes se salten el protocolo. 

Lo sucedido en las Baleares debiera servir de aviso. Es probable que los independentistas hagan patente y manifiesto su rechazo a la presencia del Borbón de alguna forma. También lo es que el gobierno recurra a movilizar unionistas para, dice, "arropar" al rey con lo que hará ridículamente visible el carácter partidista y unionista del acto. Es decir, montará el habitual espectáculo rojigualda a cuenta de las víctimas que, por lo demás, procedían de  diversos países.

El independentismo catalán ha hecho añicos el espejo mágico en que se miraba la izquierda española. Y en cuanto a la forma de Estado, ¿qué decir? El gorigori de Espinar en el Senado acompaña al toque de difuntos por la República española. Izquierda hay en Catalunya. República, también. Si va el rey con su séquito de izquierdistas y derechistas podrá comprobarlo sobre el terreno. 

Por último, una buena manera de honrar a las víctimas es evitar que haya más. Es urgente, pues, que la Generalitat ponga coto a los ataques fascistas contras las gentes, instigados, jaleados y muchas veces protagonizados por militantes de C's. La población tiene derecho a estar protegida en el ejercicio de sus derechos fundamentales, como la libertad de expresión, sin que lleguen energúmenos con antifaces y capuchas a agredir a sus adversarios.

dimarts, 7 d’agost del 2018

Los lazos amarillos y el fascismo

El lazo amarillo es uno de los símbolos más antiguos y más extendidos en muy diversos países y para muy distintas reclamaciones, normalmente de esperanza y justicia. En sus orígenes era señal de que se esperaba la vuelta de un ser querido que había ido a la guerra. En Catalunya empezaron a usarlo los convergentes para reivindicar la autodeterminación y, con el encarcelamiento de los Jordis y otros/as presas/os políticos, pasó a simbolizar la esperanza de que fueran liberados.

La difusión de los lazos amarillos responde a un movimiento espontáneo de sectores soberanistas de la sociedad catalana y, como tal, ejercicio de la libertad de expresión, individual o colectivamente. Desde el punto de vista legal, este gesto tiene la misma nula relevancia que cualquier otra campaña en defensa no delictiva de una u otra causa. La libertad de expresión es el núcleo mismo del Estado democrático de derecho. Ningún portador o difusor de lazos amarillos pretende impedir que otros saquen otros lazos u otros símbolos. 

Lo que sí quiere evitar, y está en su derecho, es que le ataquen por ello. Exhibir o colocar o pintar lazos amarillos no es un delito. Agredir a quienes lo hacen,  sí. 

Estos lazos amarillos parecen sacar de quicio a la derecha más catalanófoba. Los dirigentes de C's, Arrimadas y Rivera calientan el ambiente con soflamas populistas, incendiarias. Dicen constatar que el Estado no está dispuesto a defender el carácter público del espacio público que, para ellos es "neutral". Son los que llaman "neutral" a un espacio público literalmente embebido de franquismo que se niegan a eliminar. Lo que debe desaparecer por ley es la apropiación del espacio público por símbolos partidistas... ajenos.

Como alguien ha informado a estos demagogos de que ni en España puede promulgarse una ley para criminalizar la libertad de expresión (que, para eso ya está la Ley Mordaza) Rivera decide tomarse la justicia por su mano. Si el Estado no actúa, dice en discurso típicamente fascista, lo harán ellos, los militantes de C's. Para evitar que el espacio público sea apropiado por un partido, se lo apropian ellos para el suyo. 

Pero el asunto no queda en esta especie de astracanada. Va mucho más allá. Al acusar a los indepes del lazo amarillo de apropiarse del espacio público se subraya que esa apropiación intimida a los no indepes. Así que, para liberar del temor a los intimidados unionistas, se procede a agredir sistemáticamente a los portadores de lazos amarillos. 

De lo que se trata, claro está, es de sembrar el temor entre la población, imponer una ley del hampa en contra de la libertad de expresión en Catalunya. Se trata de ir preparando el camino para cuando haya que intervenir por la fuerza bruta en Catalunya para impedir su independencia. Lo asombroso de este caso es que el sedicente gobierno socialista con apoyo de Podemos no vea el claro ascenso del fascismo en España. O no quiera verlo. 

Quizá pueda el Estado transitoriamente interrumpir el proceso independentista por la fuerza bruta. Pero a la larga no podrá impedir la independencia. 

dilluns, 6 d’agost del 2018

Nuevos tiempos: la monarquía ejemplar

Tras el empacho de "Normalidad" de ayer, que dejó a todo el mundo en pie de guerra, latía esa declaración insólita de que tenemos una monarquía ejemplar. El concepto de "normalidad" de Sánchez es peculiar, pero el de ejemplaridad raya en lo sublime. 

Si por monarquía se entiende la dinastía de los Borbones, la ejemplaridad brilla por la ausencia; si el régimen reinstaurado por Franco, se convierte en lo contrario, en ejemplo de villanía, deslealtad e ilegitimidad; si se entiende la actual familia reinante, con el del Bribón I y II, el cuñado entre rejas por ladrón, la hermana apoyándolo, las primas, tías y otras parentelas en paraísos y amnistías fiscales, la ejemplaridad es la de Mackie el navaja. La gente no le profesa aprecio alguno; en las encuestas no se pregunta por ella ni por el rey en concreto. El lujo y boato en que vive, sus inenarrables peleas internas, la nula empatía con la vida de la gente y la agresividad oratoria del monarca la han hecho antipática al personal. 

Pero todo eso lo sabe el presidente Sánchez. Para recordárselo le han sacado a relucir un tuit republicano, de "Salud y República" un 14 de abril. Claro que lo sabe. Sabe que la monarquía está bajo mínimos en todos los conceptos. Y, a pesar de todo, extiende la condición de "ejemplar" también al rey dimisionario, quizá porque eso, la dimisión, haya sido lo único decente que haya hecho en su vida.

Tanto cinismo tiene que venir de muy abajo o muy arriba, según se mire. Y, como sucede con el concepto de "normalidad" (compaginada con la existencia de presas políticas), trae un idea de fondo. Hay que salvar la monarquía porque es el eje del régimen del 78, la Constitución y la transición. Es decir que, si en lugar de tener un rey bípedo implume y poco más, tuviéramos una rana, la monarquía seguiría siendo ejemplar al menos para los batracios. 

Tal es la cuestión: la monarquía. Lo que Sánchez llama la "cuestión catalana" se complica mucho porque, además de independentista, es cosa republicana. Hay que defender la monarquía, aunque sea batracia, porque es el dique de contención del republicanismo catalán. Por eso, con una monarquía "ejemplar", se yugula toda voluntad de someterla a referéndum monarquía/república. Otro referéndum que el nacionalismo español rechaza de plano, como el catalán. Es odio a los referéndums. El de monarquía/república en España no lo apoya ni Podemos, esos que iban a comerse al rey. 

Los catalanes tienen la culpa de estos avatares de la ejemplar institución y el atribulado Estado español que quiere ser de derecho pero con presos y exiliadas políticas. Tienen la culpa por obstinarse en ser catalanes y decidir por su cuenta. Así que, según parece, la voluntad de Sánchez es agotar la legislatura y ofrecer a sus postrimerías un referéndum sobre el estatuto de 2006 o alguna otra forma estatutaria. 

Está en su derecho. Ya veremos de entrada si llega al final de la legislatura por elecciones en España o en Catalunya. Auguro escasa pasión por la opción estatutaria y mucha en cambio por la independentista. El bloque indepe está en estado de efervescencia y en su seno se agudiza la polémica que, básicamente, afecta a la velocidad de las medidas de implementación de la República y grado de desobediencia que en ellas se manifiesta. Pero la unidad no se rompe.  

Siguen siendo dos poderes del Estado que pugnan entre sí con muy distintos (opuestos) objetivos y muy diferentes (asimétricos) medios. Lo primero que debe aclarar el gobierno para que su oferta de referéndum sea creíble es que se garantiza el derecho a presentar la opción independentista en igualdad de condiciones. Y poco igualdad hay cuando unos dirigentes están en prisión o en el exilio. 

Por lo demás, esta opción del referéndum no cae en la cuenta de que el plazo fijado, cuando se fije, no obliga a la Generalitat y su objetivo de cumplir el mandato del 1-O y consolidar la República. Puede ser que la acción del independentismo catalán fuerce una situación de hecho que dé al traste con los proyectos del gobierno y hasta obligue a una mediación internacional. Sería un acto de la revolución catalana.

diumenge, 5 d’agost del 2018

La normalidad

"Normalidad" es lo que se precia Sánchez de haber introducido en Catalunya frente a la atribulada situación provocada por la agresividad del gobierno anterior. Gobierno al que, junto a sus aliados ocasionales, ha destituido mediante moción de censura. Porque no gobernaba, era corrupto y desastroso y había destruido la imagen de España como Estado de derecho. Una gestión sumamente negativa. Y, para dejarlo bien claro, procede a condecorarlo en bloque. Por increíble que parezca.

¡Ah, claro, es la "normalidad"! Los gobiernos entrantes condecoran a los salientes porque también ellos serán salientes y quieren ser condecorados.  Aunque los hayan derribado por ser malos gobiernos. Es difícil imaginar algo más estúpido.

Es la idea de “normalidad” de Sánchez. Compatible con negar la libertad de los presos políticos catalanes; compatible con negar el retorno de los exiliados, incluso la existencia misma de ambos, presos/as y exiliados/as políticas; compatible con rechazar la autodeterminación de Catalunya.

Esa debe de ser también la idea que lo lleva a anunciar la presencia del rey en los actos previstos de aniversario del atentado de las ramblas el 17 de este mes y en su compañía. "Normalidad": el jefe del Estado tributa respeto a las víctimas en compañía del presidente del gobierno. Lo "normal". Aunque ni él mismo lo piensa, pues no lo anunció en la rueda de prensa de balance de su gobierno.

Pero lo "normal" de Sánchez no es lo "normal" de la otra parte. El rey no es bienvenido en Catalunya, al menos oficialmente. El presidente Torra lo deja muy claro. Ellos no lo han invitado. Parece que el Ayuntamiento, tampoco. No lo ha invitado nadie de Catalunya. Se ha autoinvitado por boca del gobierno. Pero, no siendo la "normalidad" española la catalana, aquella se entiende como una imposición, un acto de fuerza, una provocación. Llamar “normalidad” a eso es pintoresco.

Por lo demás, ya se lo están avisando en las islas baleares, en donde la “normalidad” campa a sus anchas. A la cena del palacio en que se alojan los reyes falta un buen puñado de autoridades y representantes políticos. Culpan al rey de comportamiento anticatalán. Pues imagínese la pareja del presidente y el rey en el sitio mismo del atentado. El presidente Torra anuncia que irá al acto tras haber visitado a Quim Forn el conseller de Interior, en la cárcel. "Normalidad".

La única normalidad aceptable y duradera será la libertad de los presos/as y el retorno de las/los exiliados sin cargo alguno. Y la celebración de un referéndum de autodeterminación en Catalunya con supervisión exterior y vinculante.

Es una normalidad tan aplastante que ya está todo el mundo hablando de elecciones anticipadas en España y Catalunya.

Que el Estado deje de provocar

El PSOE ha impedido con su votos una comisión parlamentaria de investigación sobre la barbarie del 17 de agosto del año pasado en las Ramblas. Así no será posible investigar la implicación del CNI y del Estado español con el imán de Ripoll, supuesto cerebro de los terroristas. Es decir, no se permite despejar la duda de si dicho atentado no habría sido obra del mismo Estado español en su guerra sucia contra Catalunya. Y, como no se permite salir de dudas, se sale por lo más probable y cualquiera puede pensar que ese atentado fue obra de los servicios secretos españoles para sembrar el caos en Catalunya. Además, el conseller de Interior, Joaquim Forn y el mayor de los Mossos, Trapero, los dos que triunfaron sobre los terroristas están siendo perseguidos (uno en la cárcel y el otro procesado) por ese mismo Estado y sus jueces de pacotilla. En cambio, acuden al acto los responsables de la represión: el rey y su actual bufón, Sánchez.

Se merecen el vacío más absoluto o una protesta pacífica pero bien sonora. Y a ver si son capaces de darla por la TVE, ahora que dicen que ya no son la maquinaria de agitprop de la banda de ladrones.

Una entrevista para refrescar la canícula

Hace meses, no recuerdo cuántos, Joan Vila i Triadú me hizo una entrevista en profundidad, larga y minuciosa. Debió de ser por abril o así. Figúrense que... ¡llovía! Luego, los frenéticos acontecimientos posteriores hicieron que la publicación se retrasase. Por mi parte, con el trajín añadido de la mudanza a Catalunya -en la que me encuentro de hoz y coz- perdí también la cuenta. Por fin, sin embargo, se ha publicado en el excelente periódico Critic que primero la sacó para suscriptores y luego, en abierto. Por eso la reproduzco yo también aquí. Bueno, por eso y porque, tras leerla, me atrevo a pensar que no ha perdido actualidad. Al contrario, me reafirmo en todo lo que en ella se dice, incluida la parte final, que adelanta lo que estamos viviendo. Y si la reproduzco como está en el periódico es también para que quepa valorar el gran trabajo del fotógrafo, Ivan Giménez. Las fotos son magníficas. Muchísimas gracias a ambos. 

dissabte, 4 d’agost del 2018

Contrarrueda de prensa de la oposición imaginaria

Ayer, Sánchez ofreció la última rueda de prensa del gobierno compareciendo en persona para hacer balance de sus dos meses de actividad. No ha esperado a los cien días de rigor y ha hecho bien porque sus adversarios tampoco esperaron y comenzaron a atacarle a los cien minutos. Y, lo dicho, balance. Los periodistas lo transmitieron, pero nadie allí ni fuera de allí tomó la palabra para replicar a las declaraciones del compareciente.

Por eso, Palinuro, constituyéndose en imaginaria oposición ha tomado sobre sí la tarea de responder al presidente punto por punto, con ánimo constructivo.

Generalidades filosóficas. Sánchez insiste en que ofrece diálogo dentro del respeto a la ley. Diálogo y ley. Algunos lo llaman avance frente al corrupto gobierno anterior que ofrecía palos y ley. Los dos coinciden en la ley. La ley. La omnipresencia de la ley. Es su escudo: lo que la ley diga. ¿Y si no dice nada? Recuerden ambos estadistas a Hobbes: la mayor libertad de las personas depende del silencio de la ley. Profunda sabiduría, desde luego. “Bueno, bueno” –razonan los nacionalistas españoles- “será muy profunda, pero la ley no está en silencio, sino que dice taxativamente que no”. Tal cosa es opinable, desde luego, pero, además, por muy claramente que la ley diga algo, otra ley puede silenciarla. La ley es una cuestión política de voluntad del legislador. Sánchez tiene que saberlo porque el resto de la rueda de prensa es una orgía de cambios legislativos. Hasta al dictador, pilar de la legitimidad de este divertido régimen, van a cambiarle el lugar de su eterno reposo.

Catalunya en primer lloc. Primer problema de Estado. ¿Recuerda alguien al majadero de M. Rajoy diciendo en 2012 que la Diada era una algarabía? Calcúlese el nivel mental del personaje cuando su sustituto dice que lo que él llama “problema catalán” no se resolverá en una semana, ni en un mes, ni en un año, ni en dos. Suena a vendedor de crecepelo pero es cruelmente cierto. El “problema catalán” no se resolverá nunca porque no existe. Es el problema español y ese seguirá durante mucho tiempo aunque Catalunya se vaya y se agravará precisamente al irse. Que los gobernantes no entiendan algo tan elemental es muy preocupante y más preocupante es que lo entiendan pero hagan como si no lo entendieran.

Va a renunciar a la vía judicial, día Sánchez, cosa que El País celebra con ciertos resquemores, pero fiado en la promesa del presidente de resolver el “problema” políticamente. Pero no es verdad porque su gobierno ya ha recurrido ante el Tribunal Constitucional la decisión del Parlament de seguir a la independencia. Aunque el TC no sea propiamente poder judicial lo es más que la cámara de comercio. Y, aunque sea cierto, no es elegante venderlo como una concesión cuando es una obligación de juego limpio: solo en igualdad de condiciones tiene una negociación verdadero valor. Otra cosa sería una imposición.

El rey como arma de provocación. Asistirá a la ceremonia del aniversario del atentado del 17 de agosto de 2017. Esto es imposición y una doble provocación. La primera: el rey no es bienquisto en Catalunya por decisión del govern de la Generalitat, al menos de la parte que lo apoya. ¿No quieren rey? Pues van a tenerlo acompañado de su paladín, Pedro I Sánchez el esforzado. La segunda provocación: el atentado en sí mismo tiene aristas venenosas. Hoy están procesados o presos quienes combatieron y vencieron a los terroristas mientras que quienes celebran el aniversario son los que han impedido una comisión de investigación en el Congreso sobre ese mismo atentado. ¿Qué espera Sánchez de esa provocación? ¿Intensificar el conflicto?

Propuesta incomprensible para Catalunya. Vuelve la “cuestión catalana”. La "algarabía", ya saben. El presidente celebra la reunión de la comisión bilateral Estado/Catalunya, vacante hace siete años, y niega que haya sido un fracaso por el hecho sin importancia de que no hay acuerdo en las dos cuestiones esenciales para los indepes: las presas políticas y la autodeterminación. En septiembre volverán las fructíferas reuniones de financiación y similares. Estaría bueno. La comisión bilateral es un fracaso mientras no haya una propuesta política de fondo que atienda a la innegable crisis constitucional española.

El caso es que Sánchez dice tenerla. Y la formula. Y no se le entiende nada porque reproduce la que formulaba la ministra Batet hace unos días y también era ininteligible. Aunque la del presidente asoma algo más la oreja y se la van a poner colorada. Dice Sánchez dos cosas: a) sin duda la “cuestión catalana” tendrá que arreglarse votando en Catalunya. Solo por eso, las legiones imperiales querrán fusilarlo. Para protegerse añade la segunda parte: b) votando una amplia propuesta política sostenida por el 80% del electorado. Pero eso, ¿qué quiere decir? ¿Que solo se presentará a votación una propuesta que tenga (y si tiene) asegurado el 80% del voto? Y tal cosa, ¿cómo se sabe antes de la votación? ¿Con sondeos? ¿O quiere decir que solo ganará la opción que obtenga el 80% de los votos? Y, en tal caso, ¿por qué no la unanimidad? La realidad es que no tienen forma de negar que la opción más limpia, rápida y democrática es un referéndum pactado en el que una opción sea la república independiente y la otra (u otras) la(s) que se quieran. Cuanto antes se plantee esta situación, mejor para todos. Y con los presos políticos en libertad y sin cargos. Compensados/as, por supuesto, por la injusticia que se ha cometido con ellos y ellas. Y exigiendo responsabilidades a los jueces que con su ideológica interpretación de la ley han destruido la reputación de la justicia española.

Casado y la sombra del PP. O quizá mejor al revés: el PP y la sombra, la mala sombra (que diría Juan de Mairena), de Casado. Sánchez se ha reunido con él y le ha prometido que, si ha de procederse por la dialogante vía del 155, se hará. El 155 y lo que sea necesario. Solo pide a cambio lealtad al gobierno, lo que a decirle al gorrino que vuele como un águila. 

Elecciones que no dependen de él. ¿Elecciones? Cuando toque, al final del mandato. Hombre, hombre, si acaban de llegar (por cierto, como el triunfo del César: 30% del voto fervoroso del pueblo en la cocina del CIS) y aún no han acabado de colocar a todos los amigos propios y de Podemos, que lleva su cuota. Propósito: seguir trabajando para hacer más feliz la vida a los españoles (catalanes incluidos, vaya, que no nos duelen prendas), devolverles su Estado del bienestar en la medida en que consiga sacar adelante sus proyectos con 85 diputados. Su voluntad es agotar la legislatura pero puede verse obligado a elecciones anticipadas por bloqueo parlamentario en forma de tenaza. En resumen, las elecciones no dependen del gobierno.

Franco, Franco, Franco, el muerto vivo. Franco causará baja en el eterno servicio a los luceros, dice el presidente, pero será en su momento, cuando se cumplimenten los últimos y misteriosos trámites. El gobierno va siempre en descuento. Franco estaba ya desahuciado y ahora viene a dónde llevamos los despojos de José Antonio, el Ausente que, de pronto, se ha hecho presente. Y, luego, qué hacer con ese adefesio en Cuelgamuros, ese insulto a la naturaleza, esa ridícula cruz, atentado contra el buen gusto.

El extranjero. O la crónica que he leído lo omitía o yo no he sabido encontrarlo, pero creo que Sánchez no ha mencionado el extranjero en su comparecencia, como si España estuviera sola en el mundo. De la inmigración no ha hablado, ni del cambio climático, ni del conflicto del taxi, ni de las huelgas de transporte o sea de nada de eso a lo que llaman "los problemas reales de la gente". Y, sí, nada del extranjero. Hasta que he caído en la cuenta de que, para Sánchez, el extranjero es diu Catalunya.

Pasi-ho bé i tingui bon estiu.

divendres, 3 d’agost del 2018

Unidad de acción y unidad de reacción

Pablo Casado no está en situación de exigir mucho. Primeramente tendrá que salir limpio de sus líos procesales y estos pintan oscuros para sus ambiciones, incluso descontado el bajísimo umbral de tolerancia del PP. Tampoco Sánchez está en posición de resistir muchas presiones. Con 85 diputados no puede sacar adelante propuesta alguna sin el apoyo de la oposición. 

Junto a estos, los otros dos partidos estatales, Podemos y C's, no salen mejor parados. Según el barómetro del CIS, C's comparte incómodo ascensor descendente con el PP y Podemos se despeña a las bajuras del mejor Anguita en los últimos años de la guerra contra los Sarracenos. Barrunto granizada de críticas al CIS, bajo dominio de la alta cocina de Tezanos, encargado de certificar demoscópicamente el fin del Sorpasso. 

No obstante, no es esto lo significativo del caos político en que se encuentra España sino el hecho evidente de que, por descompuestos que anden los partidos españoles, recuperan férrea unidad a la orden del mando frante al independentismo catalán. Los tres partidos dinásticos forman una piña unionista, recubierta de una tenue capa de posibilismo de Podemos. Santiago y cierra España. La unidad unionista es única.

Y ¿qué pasado con la unidad independentista, hasta ahora la gran baza, el elemento esencial del republicanismo catalán? No se encuentra en su mejor momento. Frente a la unidad del nacionalismo español, lo peor que puede ofrecer el independetismo es la ruptura de su unidad. Eso es lo que su adversario lleva años tratando de conseguir.

El escrache de los CDR ayer a la sede de ERC no ayuda a consolidar y hacer más efectiva la unidad independentista. Nadie niega el derecho a reclamar lo que reclaman: desobedecer o dimitir. Pero eso no es cosa que pueda producirse así, con intimidación. Sobre todo porque los destinatarios de esa exigencia representan unas organizaciones con unos militantes que los substituirán por otros de muy similar pensamiento y actuación. Y sin contar el efecto que estos actos tienen en la represión que sufren los presos y presas. La aparente rapidez y contundencia de una actitud adoptada sin elementos materiales reales acaba siendo la mejor forma de entrar en una espiral de confusión dañina para el conjunto del movimiento. A la hora de tomar decisiones deben estar todos y sin coacciones. Es mucho lo que está en juego.

Tampoco ayuda la declaración de Rufian de que si él hubiese sido Puigdemont se hubiera quedado en Catalunya. Pudiera ser, desde luego, pero se trata de una cuestión contrafáctica, dado que Rufian no era ni es Puigdemont. La cuestión es el fondo del asunto y desde qué perspectiva se invoca. Si se hace desde una visión personal, poco hay que decir. Cada cual es cada cual. Si se hace desde una perspectiva política, el asunto cambia porque equivale a decir que el exilio de Puigdemont ha sido un error. Sin embargo, si algo ha quedado claro en el último año es que dicho exilio ha internacionalizado el procés y abierto el paso a la victoria del presidente sobre el Estado español y, en buena medida, a la de la República Catalana independiente. Y ello sin desmerecer un ápice el valor, la importancia y la eficacia de quienes están en la cárcel. Nadie es más que nadie en el viaje cap a la República.

Un viaje que solo llegará a feliz término si todos los independentistas viajan en el mismo tren, aunque sea en vagones distintos.

dijous, 2 d’agost del 2018

Las dos repúblicas

Mi artículo de ayer en elMón.cat, titulado Ara volen parlar y dedicado a esa fiebre repentina por el diálogo que ha entrado a los gobernantes españoles, presidentes de gobierno españoles, ministros españoles, reyes españoles, intelectuales españoles...

¿Españoles y queriendo dialogar? Algo muy grave debe de estar pasando para que hasta un Borbón, que solo sabe hablar con salva sea la aparte, diga por persona interpuesta que quiere dialogar con los que no se han doblegado ante su bárbara violencia.

Y ¿qué es ello? Que Catalunya se va; que ya la han perdido; que solo pueden sujetarla mediante la violencia.

Y están tan desesperados que han llamado en su auxilio a la sedicente "verdadera" izquierda, también muy y mucho española y que, por ser española, de izquierda no tiene nada, para que cuente la fabula esa de que hay que apoyar a Catalunya porque esta será la puerta por la que entrará la República en España. La otra "izquierda", la del PSOE y Podemos, es ya dinástica. Es decir, a la "verdadera izquierda" española la causa catalana solo le interesa como medio o instrumento para un fin que considera superior: la de la República en su propio país. La justicia de la causa catalana en sí misma le trae sin cuidado. El fin de Catalunya es sacar las castañas del fuego español.

Y va a ser que no. Está bien que los españoles tengan su República, si se atreven y la consiguen, que no lo parece. Pero no está tan bien que traten de parasitar a la República Catalana. Cataluña es esencialmente republicana y nada tiene que agradecer a España, no solamente a la España monárquica, sino a la republicana. Porque si Franco fusiló a Companys, antes, la República española lo metió en la cárcel.

Aquí el texto castellano del artículo.

Ahora quieren hablar

El Estado español lo ha intentado todo con Catalunya, a falta solamente de la ocupación militar directa, hoy imposible. Nada le ha funcionado y el tiempo se le ha acabado.Intentó ignorar la cuestión a base de menospreciar el procés surgido del vergonzoso episodio del estatuto de 2006. En un último acto de desdén y arrogancia de una clase política nutrida de franquistas y seudosocialistas seguros de administrar el cortijo hispano en sus solos intereses, creían que el relato era suyo por ser el de los vencedoress de la guerra y la transición.

Esa ignorancia despreciativa venía de la mano de la mentira como forma de gobierno de una España desequilibrada política y económicamente, solo sostenible a base de explotar a Catalunya. La ignorancia pública y la mentira se apoyaban en las prácticas de guerra sucia de un gobierno corrupto, sostenido por un partido de ladrones cuyos ministros actuaban como delincuentes.

A su servicio también una batería de medios de comunicación públicos y privados (incluidos los editados en Catalunya), financiados con dineros públicos del saqueo de España para difundir la propaganda catalanófoba en todo el Estado.

Las cohortes de publicistas e “intelectuales” a sueldo del poder, de la iglesia o del Ibex 35 añadían su grano de arena a propagar las mentiras sobre el carácter del Estado español y la verdadera naturaleza de la cuestión catalana. Empezando por la gran mentira de que hubiera una “cuestión catalana” cuando lo que hay, como ya la había en los años duros del País Vasco, es una cuestión española. La cuestión esencial del carácter de España como imperio fallido, nación inexistente y Estado en quiebra.

Y todos, políticos/as del régimen, funcionarios corruptos, intelectuales a sueldo, jueces venales, empresarios, curas y militares de opereta blandiendo amenazas contra Catalunya y augurando todo género de catástrofes si el país prosigue su rumbo a la libertad.

155 es la clave de la respuesta del nacionalismo español más retrógrado a los avances catalanes: PP, C’s y PSOE a las claras y Podemos a las más ocultas, unidos tras la barbarie del “¡A por ellos!” El bloque del 155 quiere convertir Catalunya en un solar en donde las bandas de matones fascistas, financiadas y armadas por los partidos instituciones y autoridades españolas actúen sin límites.

Han recurrido a los jueces a los que han empleado como antaño a los militares: para someter a los catalanes.Y estos jueces franquistas se han prestado al papel de comisarios políticos y verdugos, con lo que han revelado al mundo entero la verdadera naturaleza del Estado español como un Estado fascista tanto si lo administra la derecha nacionalcatólica como si lo hace una seudoizquierda a su servicio.

Llegados aquí, la situación es clara y patente en toda Europa. Un Estado republicano catalán en ciernes hostigado y acosado por una tiranía corrupta basada en la violencia, la persecución de la disidencia y la agresión. Una imagen que ha hecho añicos el escasísimo prestigio que aún pudiera tener España entre las naciones civilizadas del planeta.

En este callejón sin salida se abre ahora paso una voluntad dialogante que se esgrime por doquier: en el gobierno, en los medios y en la casa real. Todo son invocaciones al diálogo, al entendimiento y la concordia.

No se trata de que las ofertas de esta vetusta oligarquía lleguen tarde, como sostienen algunos de buena fe. El tiempo no tiene nada que ver. Es que España no tiene título válido alguno, ni ahora, ni antes, ni en el futuro, para dirigirse a Catalunya con ninguna oferta. Fracasado el intento de aplastamiento a base de apalear, perseguir, exiliar, embargar y encarcelar, el siguiente paso no es ofrecer diálogo, sino marcharse.

Y llevarse de paso la quinta columna de españoles que tratan de frenar la emancipación catalana a base de mostrarla como ejemplo a seguir por el resto de España en un desesperado intento de reconstrucción del Estado. Tratan de evitar con fábulas republicanas lo que sus primos franquistas españoles no consiguieron con sus ignorancias, mentiras, insultos, amenazas y represiones. Pero son los mismos.

Que España suelte a Catalunya de una vez y, luego, si acaso, ya se verá de qué hablan ambas de igual a igual.

Avui, Palinuro a Solsona

De la República mai s'acaba de parlar. Per això, després d'Amer ahir, demà continuarem a Solsona. A vuit hores del vespre a la sala Polivalent. Organitza Ómnium i col.labora l'Ajuntament de Solsona. 

Parlarem de la República, l'únic règim legítim a Catalunya. I ho farem perquè la República és el mitjà per treure els presos polítics de les presons.

Per cert, ahir vaig tenir el privilegi de conèixer al pare, la mare, una germana i un germà de Puigdemont a Amer, el poble natal del MHP a l'exili. Una antiga pastisseria amb taulells fets pel besavi al començament del segle passat. Una família de vuit germans, dos d'ells treballant a la pastisseria. La conspiració de la corrupta burgesia catalana dels hiperventilats espanyols.

Ens veiem a Solsona.

dimecres, 1 d’agost del 2018

Hechos; no solo palabras

Obvio, ¿no? Hay que hablar. Díganselo a ustedes mismos. El bloque independentista no ha hecho otra cosa que pedir hablar y hablar. Para algunos, incluso demasiado. 

Sí porque, palabras por palabras, ¿con cuáles nos quedamos? ¿Con las del monarca, según el presidente Picornell, (Humpty Dumpty en Mallorca), ofreciendo dialogar con los malvados separatistas? ¿O con las de los 181 militares retirados ensalzando la figura de Franco frente al socialismo separatista y rojo-masónico? No son "casos aislados" de exceso de celo guerrero. Es una posición de cuerpo. Son los retirados, pero eso solo quiere decir que los de servicio activo no quieren que los empuren. Pero muy probablemente piensan de igual modo. Si puede llamarse pensar a eso. 

A la hora de decidir con qué palabras nos quedamos no es ocioso recordar que el rey es el capitán general de los ejércitos, de los activos, los pasivos y los contemplativos. A una orden del mando, todos acudirán raudos a ocupar los puestos de "mayor fatiga y riesgo", como dicen que hacía su caudillo. Así que, ¿cuáles palabras cuentan? 

Palabras por palabras, las de la Generalitat son como lenguas de fuego. El MHP Torra reitera el veto al monarca  en todos los actos institucionales. Por supuesto, no al ciudadano Felipe de Borbón. Este es libre de desplazarse por la República Catalana. Más que palabras, ya son hechos. Abren la cuestión de si esta actitud puede ser tolerada sin merma sustancial de la autoestima española. Y más aún: según Torra, Felipe VI ha dejado de ser el rey de los catalanes.. Sospecho que nunca lo ha sido o no de una gran parte. Y tampoco le importa. Loss Borbones no son reyes de pueblos, sino de territorios. Felipe es rey de Catalunya por ser rey de España. Y ¿qué es España? Lo que quede después de cada fracaso, metedura de pata, desastre civil originados por esta dinastía del ocaso. 

Las palabras ya no dicen nada. Faltan los hechos. Hechos si se quiere evitar que los desafueros cometidos en los últimos tiempos se combinen en un espectáculo doblemente destructivo: de un lado los procesos que faltan de la Gürtel, a los que se siguen añadiendo casos al día de hoy  como la imputación de todo el gobierno de Ruiz Gallardón por cuestiones anteriores a su desempeño como ministro de Justicia. Un gobierno mezcla de mafia neoliberal y secta del Opus.

De otro, la farsa de un proceso político disfrazado de judicial en contra del independentismo. Un proceso inquisitorial en el que se pretende condenar a unas personas por cometer un delito que no han cometido. Es decir el delito es su ideología independentista. Y esa injusticia va a estar patente a los ojos del mundo, muy especialmente Europa que ya se ha visto involucrada en el conflicto por la justicia de Peralvillo forma  castizamente española de enfocar lo que en otros lugares se conoce como "derecho penal del enemigo".

Hechos solo hay uno capaz de desbloquear la situación: liberar a los presos políticos sin cargos. No se amilanen. Busquen la fórmula, que la encontrarán como encontraron la de encarcelarlos con acusaciones fabulosas. Hagan un poco de prospectiva. A la vuelta del verano y tras la Diada de este año, o ustedes negocian un referéndum de autodeterminación o se lo convoca unilateralmente la Generalitat.

La convocatoria dependerá de otros avatares como el posible retorno a España de Puigdemont para ser investido presidente. En este caso, las elecciones acabarían siendo un referéndum sobre un proyecto de Constitución de la República Catalana independiente, producto de un proceso constituyente para el que se dispone de mucho tiempo, pues las elecciones catalanas serán en diciembre de 2021. 

La cuestión no es el tiempo sino el hecho de si el Estado español puede tolerar un proceso constituyente en una de sus partes. Cosas más raras se han visto, pero es dudoso. Mil fuerzas empujarían al gobierno a interrumpir y prohibir el proceso constituyente. Y a partir de ahí, el guion se emborrona: ¿más gente a la cárcel? ¿más al exilio? ¿más represión? ¿Hasta cuándo?

El referéndum pactado de autodeterminación de resultado vinculante con observadores exteriores es inevitable. Cuanto antes de haga, mejor. No hay otra forma de salir de dudas.

Demà, Palinuro a Solsona

De la República mai s'acaba de parlar. Per això, després d'Amer ahir, demà continuarem a Solsona. A vuit hores del vespre a la sala Polivalent. Organitza Ómnium i col.labora l'Ajuntament de Solsona. 

Parlarem de la República, l'únic règim legítim a Catalunya. I ho farem perquè la República és el mitjà per treure els presos polítics de les presons.

Per cert, ahir vaig tenir el privilegi de conèixer al pare, la mare, una germana i un germà de Puigdemont a Amer, el poble natal del MHP a l'exili. Una antiga pastisseria amb taulells fets pel besavi al començament del segle passat. Una família de vuit germans, dos d'ells treballant a la pastisseria. La conspiració de la corrupta burgesia catalana dels hiperventilats espanyols.

Ens veiem a Solsona.

dimarts, 31 de juliol del 2018

Humpty Dumpty en Mallorca

Es una vieja nana inglesa que ha ido reapareciendo aquí y allá, por sorpresa. La reaparición más célebre, la segunda parte de Alicia, A través del espejo; otra más cercana a estos pagos, La segunda muerte de Ramon Mercader. Y hay más. Humpty Dumpty (HD) es un huevo que, si se cae desde una valla, no hay quien lo recomponga. HD es un repositorio de metáforas. La propia nana es una, pues en ningún momento se dice que HD sea un huevo. Así se ha usado para representar muchas cosas más o menos altisonantes. ¿Por qué no la monarquía? Si cae desde lo alto de la valla (algo que, según muchos hizo Felipe VI el 3 de octubre de 2017), ya no podrá recomponerse, igual que no hay forma humana de volver un huevo roto a su prístino estado.

Bueno, tratándose de los Borbones, quizá no opere esta ley de la física. Los Borbones son especialistas en caer de la valla, hacerse trizas contra el duro suelo y resucitar de estas como el ave Fénix del fuego. Pulverizados quedaron Carlos IV y su infame hijo, Fernando VII, ambos de rodillas ante Napoleón; pulverizada la mujer del segundo, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, que hubo de marchar al exilio dos veces; pulverizada su hija, Isabel II, la reina castiza, obligada a exiliarse a su vez; pulverizado Alfonso XII que, pronto finado, dejaba el reino en manos de la segunda y feroz Maria Cristina; pulverizado el hijo de Alfonso, Alfonso XIII quien, siguiendo ya consolidada tradición familiar, se exilió; pulverizado su hijo, Juan, que quedó hibernado en el exilio por voluntad de un general felón; pulverizados el hijo y nieto de Juan Sin Reino, que deben el trono a un golpe de Estado del dicho general, tres años de guerra, cuarenta de postguerra y otros cuarenta de propina. El HD borbónico es capaz de conseguirlo y rebotar. Lleva más de doscientos años haciéndolo. Los Borbones siempre vuelven.

Al HD de la nana no le sirven de nada All the king's horses and all the king's men ("todos los caballos y todos los caballeros del rey") para recomponerse. ¿Y a los Borbones? Los caballeros y damas del rey han acudido a Marivent con ánimo constructivo, conciliador, a ver si no se da el fatal destino de que no puedan recomponer a Humpty Dumpty. O sea, al rey. Y se han esforzado, mucho. Es la llamada "política de altos vuelos" o "sentido de Estado", también muy socorrido. 

Baltasar Picornell, presidente del parlamento balear y militante de Podemos, anuncia públicamente que el rey está dispuesto a dialogar con los partidos independentistas, a tender puentes, a buscar soluciones. No es cosa de sacar punta a lo que no la lleva, pero ¿qué tiene esto de extraordinario? Dialogar, tender puentes,s buscar soluciones es su obligación de rey. ¿Anuncia el rey a través de su caballero que está dispuesto a ejercer de rey? ¿Quiere decir que antes no lo hizo?

Pues no, no lo hizo. El 3-O no lo hizo. Y ese es uno de los agravios, el más reciente, que el independentismo tiene frente a Felipe VI y por el que le exige  disculpas. ¿Se pretende decir que la voluntad de diálogo, esto es, el cumplimiento del deber, equivale a una petición de disculpas? Exactamente, ¿qué mérito tiene que un caballero del rey diga que el rey está dispuesto a dialogar con los que representan a los miles de apaleados el 1-O? Más o menos el que tiene la reiterada oratoria dialogante del gobierno de Sánchez. Ninguno. Los hechos desmienten las palabras antes incluso de que se las lleve el viento.

La dama del rey, Francina Armengol, presidenta del gobierno de las islas y socialista, también ha echado una mano a ver qué puede hacerse por recomponer a Humpty Dumpty. El monarca debe sentirse más seguro porque ha cambiado el clima desde la llegada del PSOE con sus flamantes 84 diputados y su ilustrado afán por decir a los catalanes lo que pueden y no pueden votar.

Es comprensible la urgencia que sienten las damas y caballeros del rey (PSOE y Podemos) por colaborar al entendimiento entre España y la díscola Catalunya. La restauración, vamos, hoy llamada normalidad. Aquí interviene el elemento balear; esa urgencia es menor en las Castillas. Con todo los dos visitantes han respondido a una cuestión planteada a ambos que traduce bien la fe de la opinión en los intentos restauradores. ¿Y si se pide un referéndum monarquía/república? (Pues sí que están sólidos los puentes). Los dos le darán paso. Muy cucamente, ambos no declaran el sentido de su voto, aunque Picornell insinúa que es republicano. 

Pues sí, estaría bien que España despertase a la necesidad de corregir el rumbo y se plantease la forma de Estado política y territorial en lugar de dar por buena la inútil y corrupta estructura heredada del franquismo. Estaría bien que los españoles se decidieran a decidir algo, por ejemplo, monarquía o república. Aunque eligieran monarquía, habrían salvado una pizca de dignidad al haber decidido algo alguna vez. 

Estaría bien. Pero conviene aclarar algo: la República Catalana puede ser la partera de la española, pero no su melliza. La idea de vincular la República española a la catalana es ilusoria en España e irrisoria en Catalunya. La cuestión no es solo cronológica sino también política. La República Catalana va muy por delante. La República no es un objetivo, como en España, porque Catalunya, si es, es republicana. Solo necesita la independencia. Y ese  es un tema en el que  los independentistas saben que la reacción de monárquicos y republicanos es siempre la misma: No.

Por eso es bueno que las dos repúblicas sigan sus respectivos caminos. 


Avui, Palinuro a Amer

En un acte organitzat per el CDR d' Amer, con la col.laboració de la ANC i la Associació catalana pels drets civils. Als dos quarts de vuit, que és una forma perfidament catalana de dir 19:30, el 31 de juliol, dimarts als absis del monestir d'Amer, per xerrar sobre el tema temorum de la República Catalana, ancara que totohom sap (més o menys) el que direm: que sense cap dubte ens hem guanyat la República Catalana. Modera Jordi Grau.

Parlar de la República és fer República també. La llengua té un valor performatiu important i nosaltres vivim ja de fet en una República. La primera tasca a la tornada de l'estiu: desobeir, resistir a la tirania espanyola, sigui pepera o socialista. No hi ha diferència.

Ens veiem a Amer.


dilluns, 30 de juliol del 2018

Ante todo, claridad

El balance de los últimos acontecimientos es inequívoco y en él hay coincidencia general. Ha sido un triunfo del presidente Puigdemont frente al Estado español. La comparecencia del sábado en Bruselas y Waterloo, histórica. Que los medios españoles la hayan silenciado lo prueba. Y con Puigdemont, el triunfo de lo que este representa: la legitimidad de la República Catalana, basada en la desobediencia al poder tiránico.

Una oleada de optimismo ha invadido el campo indepe. Partal, en Vilaweb se hace eco de las declaraciones de Emmerson, el abogado de Puigdemont en las Naciones Unidas, y lo eleva al cielo griffithiano del nacimiento de una nación. Sin ser Emmerson, Palinuro lleva una temporada diciéndolo: nacimiento de un Estado. Emmerson ve la independencia en poco tiempo. El círculo de Puigdemont en el exilio, en 2020. Es una idea general: el independentismo ha ganado la batalla exterior. Cot, en elMón.cat así lo cree en Puigdemont guanya a Waterloo, reconociendo que ha afirmado su liderazgo, ha puesto al PDeCat más o menos claramente a sus órdenes y ha obtenido un reconocimiento social general indudable.

Queda por ver cómo juegan esos factores para convertir el éxito exterior en otro interior, en el terreno práctico político, en el que se trata de hacer efectiva la República en un contexto de partidos. El atractivo original de la CNR descansa en dos puntos: es   suprapartidista y transversal y tiene fecha de caducidad en el momento en que la República Catalana esté plenamente instalada. El triunvirato que la respalda, Puigdemont, Torra y Sánchez, da a entender la preeminencia de Puigdemont, de forma que la organización resulta ser eso, una Crida, un rassemblement.

Ahora bien, Puigdemont es al mismo tiempo militante del PDeCat, partido que, en su congreso ha rendido sus armas reticentemente ante la Crida y ha aceptado una confluencia con esta que, de momento, se ha configurado como un trasvase osmótico de militantes del PDeCat a la Crida, ignoro si manteniendo la doble militancia. Sea como sea, la relación entre el PDeCat y la Crida debe quedar clara desde el primer momento. La transversalidad de la Crida y el conjunto del movimiento significa que se cuenta con la derecha política, con la burguesía, como con la izquierda y la extrema izquierda anti-sistema. El PDeCat es el heredero refundado de Convergencia y representa esos intereses burgueses, tan defendibles desde el punto de vista de la nación como los de la extrema izquierda. Pero serán los intereses del PDeCat, no los de la Crida. Esta no puede representar intereses sectoriales algunos porque no es un partido político sino un movimiento cuyo éxito dependerá, precisamente, de que no sea visto como un partido político sino como un movimiento nacional, catalán. No haya susto con las palabras.

Sin duda el PDeCat puede apoyar a la Crida y hará bien; como también pueden hacerlo los demás partidos. Otra cosa es que quieran. Pero la Crida no puede ser la cobertura de ningún partido. Sin duda la forma más eficaz de probarlo es que el presidente Puigdemont, que lo es de la República en el exilio, abandone o, cuando menos, suspenda su militancia en el PDeCat. El presidente de la Crida Nacional per la República no puede ser militante de un partido. 

Al mismo tiempo se tropieza con el hecho de que, sin embargo, el presidente Torra y sus consejeras/os, todos/as son de partidos. Lo lógico es que también lo sea el presidente de la República. Pero, dadas las excepcionales circunstacias, la unidad partidista del interior y el exterior no es necesaria ni conveniente. La mayor prueba de esa excepcionalidad es precisamente la Crida, cuyo apoyo es y deber ser social y transversal. Solo con esta condición cabrá hablar de la expectativa de la Crida de presentarse como lista de país o lista del presidente.

Demà, Palinuro a Amer

En un acte organitzat per el CDR d' Amer, con la col.laboració de la ANC i la Associació catalana pels drets civils. Als dos quarts de vuit, que és una forma perfidament catalana de dir 19:30, el 31 de juliol, dimarts als absis del monestir d'Amer, per xerrar sobre el tema temorum de la República Catalana, ancara que totohom sap (més o menys) el que direm: que sense cap dubte ens hem guanyat la República Catalana. Modera Jordi Grau.

Parlar de la República és fer República també. La llengua té un valor performatiu important i nosaltres vivim ja de fet en una República. La primera tasca a la tornada de l'estiu: desobeir, resistir a la tirania espanyola, sigui pepera o socialista. No hi ha diferència.

Ens veiem a Amer.


diumenge, 29 de juliol del 2018

Insultando a Catalunya

El 1-O de 2017, cerca de tres millones de catalanes fueron a votar en un referéndum de autodeterminación. Setecientos y pico mil no pudieron hacerlo porque la policía y la guardia civil, a las órdenes de un gobierno de franquistas corruptos, lo impidieron a palos; o bien votaron pero esos mismos individuos de azul o verde, robaron los votos. No obstante, unos 2.040.000 ciudadanos, con riesgo para su identidad física, votaron y, de ellos, más del 96% lo hicieron a favor de la independencia.

El 21 de diciembre de 2017 en unas elecciones impuestas por el mismo gobierno de corruptos y ladrones y con los dirigentes catalanes en la cárcel o el exilio y que tuvieron el valor de un referéndum, unos 2.060.000 catalanes, más del 47%, es decir, la mayoría del electorado, volvieron a votar por candidatos independentistas.

La mayoría del electorado catalán es independentista y quiere ejercer su derecho de autodeterminación. Bueno, pues el gobierno del PSOE no tiene la menor intención de respetar esa mayoría. Niega que sea posible ejercer la autodeterminación y como argumento se vale del hecho de que no está prevista en la Constitución. Tampoco estaba prevista la ignominia del art. 135 y lo estuvo en 24 horas por decisión vergonzosa del PSOE y el PP. La señora Batet debe de creer que la gente es tan estúpida como ella misma parece. Las leyes y las Constituciones se cambian (y de la noche a la mañana) cuando se quiere. Si ahora no se quiere es porque a los partidos españoles no les da la gana. Porque hasta la señora Batet sabe que no se hicieron las personas para las leyes, sino las leyes para las personas. 

Y hay más. Es que ni es necesario cambiar la Constitución. Hasta con esta Constitución de chicha y nabo, redactada por escolares de tercera, se puede hacer un referéndum de autodeterminación en Catalunya. Basta con interpretarla de modo abierto. Cierto que, en este momento, al lado de la cuentista Batet aparece el "desinfectador" Borrell para añadir la habitual sinsorgada de que el derecho de autodeterminación solo lo tienen las colonias y Catalunya, según él, no lo es porque no está en la relación de la ONU de territorios independientess. Cuanto más autoritario es un individuo, más papeles invoca. Batet, la Constitución; Borrell la relación de la ONU.

El insulto directo al independentismo, a Catalunya y al mundo entero viene a continuación.

Dice la misma Batet que los catalanes no pueden votar en un referéndum de autodeterminación porque no. Que lo quiera la mayoría del electorado catalán, que del referéndum de autodeterminación sea partidario el 80% del electorado, a estos individuos/as les da igual. Es no porque no les sale de las narices. En cambio ofrecen votar un acuerdo político (sin decir cuál) de consenso amplio con el apoyo del 80% del electorado. Es indiferente que, con cerca de un 50% de votos independentistas no haya manera de conseguir ese 80%. Para ello se requeriría que el equivalente a 30 puntos porcentuales de catalanes (un millón trescientos mil, más o menos) tendrían que votar lo que no quieren para dar gusto a la señora Batet.

¿Está claro el insulto? Catalunya no solo es una colonia de la oligarquía española con el apoyo de la seudoizquierda socialista sino que los catalanes no pueden ni votar lo que quieran, sino lo que a esta gente española se le ponga en las narices.