En Tomelloso fue la lid, como en el Robledo de Corpes la afrenta. Allí se midieron, cada una por su lado, dos de las mujeres más emblemáticas de sus respectivas formaciones políticas, Chacón por el PSOE y Cospedal por el PP, la izquierda y la derecha en sentido muy amplio dado que hay alguna gente que niega al PSOE la condición de izquierda y otra que adjudica al PP la de extrema derecha; de forma que el bipartidismo español no sería de izquierda-derecha, sino de centro-derecha, o algo así. En el fondo, cuestión de nombres.
En último término, se quiera o no, la política es una cuestión de personas, del carácter de las personas, de sus cualidades. La personalización de la política, que muchos lamentan, tiene un lado bueno, ya que permite recuperar el factor humano puesto que los principios, los proyectos, los programas son demasiado fríos. Chacón tiene muy alta valoración ciudadana probablemente a causa de su firmeza, su laboriosidad y su curiosa mezcla equilibrada de prudencia y audacia. Desconocemos la valoración de Cospedal porque el CIS sólo pregunta por la del presidente de su partido. Pero no puede ser muy alta porque, no siendo persona que haya estado en la penumbra desde que asumió el cargo, muchas veces se ha hecho notar por salidas extemporáneas, acusaciones de delito sin pruebas y afirmaciones infamantes para instituciones del Estado, cuerpos de seguridad, etc. Todo ello es contraproducente porque suscita una reacción de rechazo.
Quizá esto vaya en el carácter de la derecha de la que Cospedal es representante modelo. Chacón, que ha tenido acertadas referencias a Rajoy y Aznar, ha clavado la esencia misma de la respuesta de la secretaria general a la pregunta acerca de sus dos sueldos que dan una cifra astronómica: chulería. Una tendencia por la que es fácil reconocer a la derecha, su arrogancia, si no quiere utilizarse el más castizo chulería. Cospedal comenzó justificando los dos sueldos porque, según dice, "trabajo el doble". La chulería consiste en que en esos dos trabajos cuenta el Senado por el que no aparece. Y más refitolera es la segunda línea de respuesta, según la cual, se cuestionan los dos sueldos de Cospedal "por ser mujer" (y no dejen de pinchar en el enlace sólo por ver la foto de Cospedal por Manu Fernández, que es un poema, un poema de Campoamor). La arrogancia, tiene razón Chacón, la chulería está en apuntar a una causa justa para justificar un privilegio.
María Dolores de Cospedal tiene una actividad frenética que, obviamente, no le permite sopesar lo que dice con la debida reflexión. Pero, desde luego, tiene pegada. Esa afirmación de "no necesito a Zapatero, Barreda es peor" es un hallazgo retórico y un buen ejemplo de lo que llaman los ingleses un innuendo o alusión maliciosa. Pero viene a ser un intento de hacer de necesidad virtud porque el propio Barreda ya dice que Zapatero no se presenta a estas elecciones y que él asume el resultado. Por supuesto. Estaría bueno que quisiera que lo asumiera otro.
De Carme Chacón se hace lenguas la prensa internacional. El Sunday Times dice que "Carme agarra las riendas de la machista España" (no pongo enlace porque es de pago) y La Nación argentina la ve como presidenta del gobierno. Y, como somos tan irremediablemente hispánicos, hemos de esperar a que vengan de fuera a decirnos lo que tenemos en casa. Cospedal es una hechura de Aguirre, tiene su desparpajo, aunque no su malévola finura. y resulta mucho más áspera. Chacón, en cambio, muestra fibra y dominio de la situación y con ella apunta la primera mujer presidenta del gobierno de España y la primera catalana desde los tiempos de Prim.
Efectivamente, estas elecciones locales y autonómicas se juegan en el tablero nacional. Pero a muchas bandas. En el PP servirán para reforzar o debilitar el liderazgo de Rajoy y en el PSOE para perfilar el (o los) candidato(s) a candidato/a en 2012. No es casualidad que el arranque de la campaña haya tenido como estrellas a Rubalcaba y Chacón. Y quédese aquí toda especulación sobre lo que pueda pasar después del 22 de mayo porque primero hay que ver qué pasa, que no está claro, digan lo que digan las encuestas.
Una única sugerencia. Como si se tratara de dar la razón al Sunday Times, ayer hubo en España dos nuevos casos de violencia machista, dos mujeres asesinadas por su pareja masculina. Parece conveniente que, cuando sucedan estas cosas, la campaña electoral se haga eco de ellas. Ahora que los políticos suscitan más atención pública, bien pueden pronunciarse sobre el asunto. Todo lo que se haga por combatir esta peste, aunque parezca ritual, será poco. Además, como dice el feminismo de hoy, lo personal es político.
(La imagen es una foto de machacon, bajo licencia de Creative Commons).