dimarts, 26 de juny del 2012

Las declaraciones las carga el diablo.

Sendas declaraciones de la ministra Mato y la paraministra Cospedal levantaron ayer la rechifla general de la red. Sobre todo Twitter, un lugar de chismorreo lleno de sarcasmo, estuvo todo el día hablando de la intención de la ministra de sustituir los fármacos que pueda por una cosa natural. Y no digo nada de Cospedal anunciando que España cuenta hoy en Europa gracias a Rajoy. La presidenta de Castilla La Mancha, bien se ve, en lugar de viajar, lee La Razón, el ABC y El Mundo, y con eso le basta. Al fin y al cabo, según la filosofía social contemporánea, la realidad es una construcción cultural. Se ve muy bien en el caso de Ana Mato.
Muchas veces, la prudencia aconseja mantenerse en silencio; quizá las más, siendo rigurosos. Pero el tiempo es de mucho ruido, de agitación, de continuas declaraciones, manifestaciones al bajar de un avión o tomarse un perrito caliente, de canutazos, frases pilladas al voleo en micrófonos indiscretos, peroratas, interpelaciones. En fin, ruido. Pero hay cosas que acallan el ruido, como clarines angélicos: decir que España cuenta en Europa gracias a Rajoy es como un aldabonazo en el sentido de la realidad de los españoles. Estamos adormecidos, caramba. ¿No vemos al ínclito Rajoy emulando al emperador Carlos en la batalla de Mühlberg?
Pues, no; no lo vemos. Ni ella tampoco. Otra cosa es lo que diga. Pero eso, tratándose del discurso de la derecha, es irrelevante: cualquier cosa con tal de enaltecer lo propio y rebajar lo adversario sea o no justo. Da igual. A la vista está que Rajoy en Europa no está a la vista. Es más, muchos europeos empiezan a dudar de su existencia en carne y hueso y en España el personal ya le ha diagnosticado una mezcla de agorafobia y miedo escénico (vulgo, cobardía) que le impide comparecer en el parlamento o ante la opinión pública como no sea en contactos casuales y fortuitos más parecidos a productos de paparazzi que de reporteros.
Todo el mundo se queja de las incomparecencias de Rajoy, de su negativa cerrada a dar cuenta de sus actos. Él mismo se ha encargado de decir que no merece la pena por cuanto nunca sabe cuáles serán sus actos. Depende de por dónde sople el viento. Nos quejamos de vicio. Porque, cuando habla, lo hace con tal vagarosidad que nadie, ni él mismo, sabe qué haya querido decir. Así, mejor el silencio. Es convencido partidario de la vieja sabiduría del calla a no ser que lo que has de decir sea mejor que el silencio. Nunca tiene nada que decir mejor que el silencio. Preferiría callar. Pero no lo dejan, le exigen que hable, se pronuncie, diga algo claro. Y le hacen sufrir porque todo el mundo le frota por el morro sus incumplimientos, embustes o demagogias, sus "no subiré los impuestos", "no tocaré la educación", "no tocaré la sanidad", "no congelaré las pensiones", "seré previsible", "no haré amnistías fiscales", "diré siempre la verdad", "llamaré al pan, pan y al vino, vino", "no subiré el IVA". Es un sufrimiento, desde luego, porque son mentiras flagrantes.
Él se siente a gusto en las reuniones de los suyos, los empresarios. No es fácil imaginarlo en una reunión de los sindicatos. En el Parlamento, dicho se está, es il solito ignoto. En ese cónclave de amigos, de los que, según él, crean empleo en lugar de destruirlo, Rajoy, fiel a su costumbre ha dicho que el próximo Consejo Europeo debe dar "una respuesta contundente a la crítica situación de Europa". Nada menos. Admírese el truco retórico de la "crítica situación de Europa". En situación crítica hay algunos países europeos, entre ellos el que él representa, pero no Europa; en absoluto. Dicho aquí, suena bravo y por eso Cospedal se enciende y dice lo que dice. Pero dicho en Bruselas suena chusco, a bravuconada de muerto de hambre del Tercio. Por si acaso, los empresarios, a quienes lo de la "crítica situación de Europa" suena a chino mandarín, le han pedido algo bien concreto, un pájaro en mano en lugar de los ciento volando por la cabeza del registrador de la propiedad: otra reforma laboral. Sin duda para seguir creando empleo.
Lo peor no es que nuestros vecinos más industriosos, más laboriosos, mejor organizados, menos corruptos, más ingeniosos y políticamente más afortunados desde tiempos inmemoriales tengan que rescatarnos. Lo peor es que el presidente del gobierno o el ministro de Economía vayan de perdonavidas por Europa, haciendo honor a la mala fama de los españoles: matasietes de ceñudo gesto que no tienen en dónde caerse muertos.
Cabe preguntarse si una gente así puede gobernar. Pero eso ya no tiene remedio.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dilluns, 25 de juny del 2012

Recordatorio mesa redonda sobre herencia de Zapatero.


Con motivo del libro compilado por César Colino y Ramón Cotarelo
España en crisis. Balance de la segunda legislatura de Rodríguez Zapatero
la editorial Tirant Lo Blanch y el Departamento de Ciencia Política y Administración de la UNED invitan a usted a la mesa redonda
España en crisis. La herencia de Rodríguez Zapatero
Intervendrán: Esther Jaén (periodista)
Antonio Papell (periodista)
César Colino (autor)
Ramón Cotarelo (autor)
María José Gálvez Salvador (Tirant lo Blanch)
José Antonio Olmeda (decano y moderador)
Lugar: salón de actos, Rectorado, UNED (Bravo Murillo, 38).
Fecha: martes, 26 de junio
Hora: 18:30
Entrada libre. Al finalizar el acto se servirá un cock-tail.
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¿De Guindos o De Risa?

Primer párrafo de la carta con que De Guindos pide el no-rescate financiero. Ejemplo sublime de la primera parte contratante de la primera parte...:

"Tengo el honor de dirigirme a Usted en nombre del Gobierno de España, para solicitar formalmente asistencia financiera para la recapitalización de las entidades financieras españolas que así lo requieran. Esta asistencia financiera se enmarca dentro de los términos de la ayuda financiera para la recapitalización de las instituciones financieras. La elección del instrumento concreto en el que materializará esta ayuda, tendrá en consideración las diferentes posibilidades disponibles en la actualidad y aquellas que se puedan decidir en el futuro."


El resto de la carta, no menos desternillante, en El País

(La imagen es una foto de World Economic Forum, bajo licencia Creative Commons).

Mato y Cospedal son lo natural.

¡Qué lunes! De Guindos manda una misiva a Juncker, presidente del Eurogrupo, el de la pasta, en plan oficio franquista de los de dios guarde su vida muchos años, pidiendo dinero estilo Rinconete y Cortadillo: sin especificar cantidad, sin detallar condiciones, plazo de devolución ni interés. Primer Año Triunfal del Nuevo Régimen de Rajoy: suelten la guita, roñosos, calvinistas, protestantes, masones, que viene la grandeza del imperio. Lo irritante de los prejuicios europeos sobre los gobernantes españoles es que son ciertos: bombásticos, pretenciosos, gritones, harapientos, obtusos y sin hablar más lengua que la suya y esa no bien del todo. Le va a caer una chufa a este pintoresco ministro que, si fuera de otro país, dimitiría. A nadie le gusta que lo tomen por tonto y mucho menos, un tonto. De momento ya le han contestado que espere, que le mandarán el pliego de condiciones. Y será entonces cuando este esperpéntico De Guindos encuentre ocasión de explicar (sic) las cosas a Juncker, que ya hace falta ser petulante.
A su vez, Rajoy ha ido a mover el rabo ante el sanedrín de la patronal y por eso ha advertido ya que se avecinan nuevas reformas económicas "difíciles". No dice cuáles porque las desconoce hasta que los empresarios se las dicten. Pero ya se malicia él, no siendo tan negado como su ministro De Guindos, que no serán plato de gusto. A la gente nos sobra el dinero. Si no, ya habríamos incendiado el país, protestando contra los 100.000 millones de no-rescate que tendremos que pagar a la banca. Por tanto, es lógico que, además de pagar el no-rescate, nos rasquemos el bolsillo para que los empresarios aumenten sus ya escandalosos márgenes de beneficios.
Mientras los hombres del gobierno andan en la ruda pendencia con los pérfidos enemigos de España, en honor al principio de igualdad de género, la función de bufonas corresponde a las mujeres. ¡Gran conquista! ¿Por qué el oficio de bufón ha de ser una reserva machista cuando algunas damas lo bordan? Vean a Ana Mato diciendo ante selecta concurrencia de su partido que se proponen sustituir fármacos por "algo natural". Ella podría empezar por zamparse kilo y medio de zanahorias, a ver si le mejora la vista y se percata de que hay un jaguar en su casa. En cuanto a los demás, es muy sencillo. ¿Que le duele a usted la cabeza? Nada de aspirina, que es cara. Salga al campo y dé un mordisco al primer sauce que vea. Ya verá cómo se le pasa.
La otra, que es como Bertoldo, Bertoldino y Cacaseno en una sola persona, sostiene que gracias al PP se ha salvado o se salvará la sanidad española. Es muy sencillo: se procede por el inteligente sistema ideado por los franceses durante la primera guerra mundial, llamado triage y que hoy se ha recogido en algunas urgencias españolas, aunque con buen tino. Consiste en dividir los pacientes en tres grupos: a) los que sanarán aunque no se haga nada; b) los que no sanarán, se haga lo que se haga; c) los que sanarán o no, según lo que se haga. A los a) se les da algo matosamente natural; para los b) se preparan buenos tanatorios de gestión acelerada; es en los c) en donde se concentrará la acción de las administraciones del PP que la entregará en manos de amigos, allegados, parientes y enchufados que quizá no tengan mucha idea, pero sabrán rezar. Y así se salvará la sanidad española, hace un par de años una de las mejores del mundo y hoy camino de ser una de las peores.

(La primera imagen es una foto del PP de Madrid, y la segunda una de Chesi - Fotos CC, ambas bajo licencia Creative Commons).

Hoy: petición de rescate. Eso sí, neoliberal..

Según Cospedal, Rajoy puede ir con la cabeza bien alta porque gracias a él España vuelve a contar en Europa. Sí, trolas. Rajoy no ha parado de contar trolas dentro y fuera de España. Y la gente lo ha calado fuera y dentro de España. Ya el hecho de ser un ídolo para Cospedal daba una pista.
Pero el personaje supera su fama. En la cumbre de Río+20 sobre el clima lo presentaron como el Primer Ministro de las Islas Salomón. Ya es mala suerte. No podían confundirlo con el PM del Canadá, por ejemplo. Lógico, en la lista del presidente, Solomon Islands van delante de Spain y pudo confundirse. Tampoco es extraño que Rajoy no rectificara al tomar la palabra. Probablemente no se enteró porque no entiende inglés.
Al fin y al cabo, América no es Europa. Allá no es muy conocido. Por eso, seguramente, llevaba preparada una trola de campeonato. Abogó Rajoy en esa cumbre sobre el clima por la economía verde para combatir la pobreza y fomentar la inclusión social. Así, como suena. A lo mejor se ha hecho de Equo pero es poco probable cuando aquí sus ministros recortan el presupuesto de energías renovables, economía verde, recursos alternativos y se lanzan a las nucleares. Suelen justificar estas decisiones fiando en su competencia empresarial. En efecto, es muy de ver lo bien que les salieron las autopistas. En sus discursos Rajoy dice siempre lo que supone que la gente quiere oír, sin preocuparse gran cosa por la congruencia con otras manifestaciones suyas anteriores o posteriores. Está siempre en campaña electoral.
Hoy se inicia una semana importantísima para España en lo económico y lo deportivo. En cuanto a lo deportivo ya hay quien ha sacado punta a la situación de las semifinales: Portugal, Italy, Germany, Spain. PIGS. Ahora la cosa puede ponerse al rojo si la final es entre Alemania y España. Ahí sonará el patriotismo. Los pusilánimes querrán dejar ganar a los alemanes para que no se enfaden y no nos nieguen la pastuqui. Otros, más en la línea del patriotismo español de la derrota, el de honra sin barcos, abogarán por la victoria incuestionable sobre los tedescos y salga el sol por Antequera, pues más se perdió en Cuba.
En cuanto a lo económico la petición de rescate promete ser una aventura dialéctica y diplomática. Una vez sabidas las necesidades de la banca española (a las que ahora se suman los concesionarios de autopistas por si cae algo), se procederá a librar el dinero que Rajoy llamará "línea de crédito" y los demás, "rescate". La cuestión estará en las condiciones y en la primera de todas: saber quién se hace cargo de la deuda. Como buen neoliberal, cuando le interesa, Rajoy sostiene que es deuda de la banca, no del Estado el cual ha actuado aquí como mero intermediario. Como buena socialista, también cuando le interesa, Merkel entiende el préstamo al Estado español y el garante es el Estado. 
El neoliberalismo es así: todos los males provienen del Estado y cuando hay un problema de supervivencia, se recurre al Estado. Pero no por eso deja el neoliberalismo de condenar toda intervención estatal; al contrario, también condena la que se hace a petición de las empresas o los bancos. 
Es una teoría perfecta; lo explica todo porque no explica nada. Es como un discurso de Rajoy.   Anda por ahí una interpretación neoliberal de la crisis según la cual el detonante de esta fue el excesivo intervencionismo estatal. Había una "excesiva intervención estatal" después de treinta años de desregulaciones, privatizaciones, flexibilizaciones, rolling back the State y desmantelamiento del Estado del bienestar. Es verdaderamente sorprendente, casi milagroso. En otro asunto la teoría muestra la misma alegre depreocupación por el rigor de los enunciados: no ha sido la intervención del Estado la que ha generado la crisis sino que esta es la que ha pedido la intervención estatal, imprescindible si queremos retornar a un orden civilizado.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

diumenge, 24 de juny del 2012

El fascismo rampante

Las reiteradas amenazas a la diputada de IU en la Asamblea de Madrid, Tania Sánchez, son la muestra evidente del sentimiento de impunidad con que actúan sus autores. Están perfectamente identificados a pesar de que,  como buenos cobardes, las profirieran anónimas y la denuncia está presentada, pero no se ha hecho nada porque no hay la menor voluntad política de acabar con el fascismo, que es el trasfondo ideológico de la derecha española, desde el falangista Aznar al nacionalcatólico Wert.
Al no salir ipso facto a condenar las últimas amenazas de Tomás Santos, visitante ocasional de Intereconomía. Aguirre se hace cómplice de ellas. Y no en un sentido figurado sino real y penalmente relevante. Como diputada de la Asamblea de Madrid, Tania Sánchez está bajo el amparo y la responsabilidad de la presidenta Aguirre. Cuando esta no condena las amenazas las está condonando y quién sabe si no animando. Aguirre, como toda esta derecha heredera de Franco cuyo régimen les parecía a los más tontos de ellos de una "extraordinaria placidez", tiene un rasgo fascista muy acusado. Si no fuera así no habría nombrado director de TeleMadrid a ese animal que se dirige a una diputada del PSOE en masculino porque es transexual. El fascismo es eso:  meterse con las cosas íntimas y privadas de los demás y hacerlo en el estilo de este menda: rebuznando. Menos mal que no pueden ya detener arbitrariamente, dar palizas, pelar al cero, hacer tragar aceite de ricino o simplemente asesinar. Ganas no les faltan.
Aguirre todavía no ha dicho nada sobre las amenazas a Sánchez no solamente porque, en el fondo, las comparta sino como actividad estratégica. Sabe que si los poderes púiblicos callan ante las provocaciones fascistas, estas aumentarán y sabe también que las víctimas, sintiéndose desamparadas cederán. Y eso es lo que buscan los dos: los fascistas rabiosos que amenazan y los oficiales de cargo público que, al no condenar, toleran y amparan.
(La imagen es una foto de quapan, bajo licencia de Creative Commons).

El neoliberalismo y el socialismo se necesitan

Gran editorial de El País, titulado El deber de Rajoy. Esto del deber suena algo fuerte pero no lo será para quien, como el Presidente, se pasa la vida presumiendo de hacer los deberes. El número de la palabra no es mero accidente. El País habla en singular, del deber de cada cual en ejercicio de esa función de Catón el censor que se arrogan los medios. Rajoy habla en plural, de los deberes, en fiel reflejo de la imagen infantil que tiene de sí mismo y de los demás.
Las propuestas concretas del editorial suscitarán mayor o menor apoyo pero el mérito del escrito, a mi juicio, es bosquejar un plan de acción estratégica a medio plazo, a tres años bastante razonable. Solo le veo un inconveniente: la propuesta parte de suponer honradez, buena fe, sinceridad y juego limpio en el gobierno español. Y eso es mucho suponer. Hasta la fecha el gobierno del PP ha dado muestras de lo contrario; ha intentado engañar a la opinión presentando un rescate como una exitosa operación crediticia en condiciones muy favorables;  lo ha intentado con los socios extranjeros, jugando a no revelar datos o revelarlos contradictorios. Y ha conseguido exasperarlos con esa retranca de Rajoy de acordar algo con Merkel y decir luego lo contrario a los medios.
También confía la propuesta del editorial en la eficiencia del gobierno español y me temo que eso es como confiar en su veracidad. Pero no se deben cerrar puertas a la esperanza. Quien hasta ayer mintió, mañana puede arrancarse por verdaderas; quien gestionó ruinosamente puede hacerlo acertadamente. ¿Quién sabe?
Sin embargo, lo más interesante del editorial es el mensaje subyacente, no expreso, no resaltado, pero muy presente. La abundancia del término "plan" (cinco veces aparece la sospechosa palabreja, incluida la entradilla) da una pista: se está hablando, en realidad, de una economía planificada con planes trienales. No son forzosos, ya se sabe, sino indicativos; pero son planes.
Planes que suponen injerencias brutales del Estado en los mercados, justo la bestia negra del neoliberalismo. Sin embargo, la propuesta se hace con la finalidad de estabilizar los mercados para mantenerlos cumpliendo una función constructiva y no destructiva. El neoliberalismo más extremo tampoco admite esta disculpa. Los mercados concentran la sabiduría de la especie y si los mercados destruyen algo, será por el bien del conjunto y es preciso dejarlos.
El neoliberalismo dominante, sin embargo, no es el extremo, sino uno posibilista,  pactista pues es consciente de que, cuando el mercado, además de destruir, se autodestruye, la intervención del Estado es inevitable. Nueve de cada diez neoliberales quieren que los bancos se salven con dinero público y no quiebren libremente en aplicación de la ley de la oferta y la demanda. Es decir, el neoliberalismo tiene un componente socialista que solo suicidándose puede eliminar.
A su vez el socialismo reconoce en los mercados la función de previsión racional que realizan y adjudica al Estado una remedial, de asistencia para los fallos del mercado, sobre todo en lo que hace a los derechos de las personas a la educación, la vivienda o la salud. Pero no se le pasa ya por la cabeza abolir el mercado sin más, como hicieron los bolcheviques el siglo pasado. El mercado es el elemento neoliberal con el que el socialismo tiene que convivir. Como suele pasar, los contrarios excluyentes se necesitan porque, como dice el poeta, son complementarios.

dissabte, 23 de juny del 2012

Las mentiras de Rajoy y las naderías de Rubalcaba.

Parte del drama del rescate español se representa en el traspatio de Rinconete y Cortadillo. Interviniendo españoles era inevitable que hubiera su dosis de picaresca. Aunque no se precisara tanta. Cuando los europeos comprendieron que era imposible sacar a Rajoy ni a ninguno de sus colaboradores verdad alguna, que no hacían sino mentir, contradecirse unos a otros, negar la evidencia y falsear los datos, obligaron a una auditoria externa de la banca. De  Rajoy, su gobierno y el Banco de España, al frente del cual han puesto a uno de los suyos, o sea, otro pillastre embustero, se fian menos que del color del camaleón.
Para la derecha, Palinuro lo ha formulado varias veces, gobernar es mentir, no decir una verdad ni a tiros, fabular, engañar, desviar la atención y, si se puede, acusar a los demás de hacer lo que ella hace, aunque diga lo contrario. Por ejemplo, robar a mansalva. Hablando de robar y sin que por supuesto, tenga algo que ver con este verbo, ahí va una relación de nombres de relevantes políticos de la derecha con un punto en común. Adivinen cuál: Fabra, Camps, Costa, Ripoll, Bárcenas,  Mata, Sepúlveda, Mato, Crespo, Galeote, González Panero y no sigo porque me quedo sin entrada.
El último embuste de Rajoy consiste en sostener que  el rescate (al que sigue sin llamar rescate) concedido a España no se concede a España, sino a los bancos españoles y  serán estos, no España, quienes respondan de su devolución. Irritada con la terca granujada de Rajoy, Merkel ha señalado por enésima vez que el rescate es a España y del dinero responderá España. Como es lógico pues es España, o sea Rajoy, quien lo ha negociado, no Botín ni Perico de los palotes, sino Rajoy sus ministros del gobierno en nombre de España. ¿Hay alguien en Europa y en el mundo que piense que quien firma un contrato no es quien está obligado a cumplirlo? Rajoy dice una cosa, normalmente una mentira y Merkel dice otra, normalmente la contraria. ¿Hay alguien en Europa y en el mundo que dude de que se hará lo que diga Merkel y no Rajoy que es un cero mentiroso a la izquierda?
Entre tanto, en esta situación, conviene preguntarse por lo que hace el PSOE a los 7 meses de haber perdido estrepitosamente las elecciones frente a un gobierno que no hace si no mentir. Pues, aunque parezca insólito, tomárselo en serio. Rubalcaba lleva meses ofreciendo lealtad, seriedad, sentido de Estado, colaboración a este gobierno de charlatanes, embusteros y tunantes sin otro objetivo que engañar a todo el mundo para mantenerse en el poder y que los suyos sigan robando. Es irresponsable ofrecer pactos de Estado a quien no tiene ningún sentido de Estado sino de conveniencia de partido. Se entiende fácilmente:  presa de su pasado, de sus relaciones con un PP que no es otra cosa que una cuadrilla de avispados para hacer negocios a cuenta del erario público, Rubalcaba sigue viviendo en 2004. El PSOE tiene visión de Estado y el PP no.
Pero esa ya no es la situación ni el caso. Rubalcaba vive en la luna. Al PP el Estado y, por supuesto, la Nación, le traen al fresco. Lo que quiere es ocultar su responsabilidad, evitar que se le culpe por la burbuja del ladrillo, por el expolio de la Gürtel, librarse del fantasma de bankia, de Caja Madrid a la que arruinó a base de robar, de enchufar a parientes y amigos y de utilizar un banco para todas sus maniobras sucias, que han sido muchas, desde el Tamayazo hasta la quiebra probablemente fraudulenta de la entidad. Menos mal que el 15-M ha presentado ya la oportuna denuncia porque lo que es el PSOE, ya se ve, está dispuesto a hacer causa común con el PP y a hablar en Europa con una sola voz, como gusta decir Rubalcaba.
¿Una sola voz? ¿La de la mentira, el engaño, la picaresca, el embuste y el latrocinio?
No es el momento de confundir (más) a la gente; no es el momento de la unidad nacional con quienes ya han demostrado que la Nación y el Estado no les importa en absoluto pues lo único que los mueve es el poder, los cargos, los enchufes, los sueldazos y privilegios, los robos, los findes caribeños, el expolio de todo lo público, los negocios propios y los de los parientes y amigos.
O el PSOE da un giro de 180º, marca distancias con este gobierno de incompetentes y pícaros que tratan de engañar a los europeos, se constituye en auténtica oposición, recapacita y elige una dirección de gente más capaz para los tiempos que corren o sus resultados electorales serán cada vez peores. Aunque la dirección actual crea otra cosa, el voto de izquierda no es cautivo.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

Las mentiras de Rajoy y las naderías de Rubalcaba.

Parte del drama del rescate español se representa en el traspatio de Rinconete y Cortadillo. Interviniendo españoles era inevitable que hubiera su dosis de picaresca. Aunque no se precisara tanta. Cuando los europeos comprendieron que era imposible sacar a Rajoy ni a ninguno de sus colaboradores verdad alguna, que no hacían sino mentir, contradecirse unos a otros, negar la evidencia y falsear los datos, obligaron a una auditoria externa de la banca De  Rajoy, su gobierno y el Banco de España, al frente del cual han puesto a uno de los suyos, o sea, otro pillastre embustero, se fian menos que del color del camaleón.
Para la derecha, Palinuro lo ha formulado varias veces, gobernar es mentir, no decir una verdad ni a tiros, fabular, engañar, desviar la atención y, si se puede, acusar a los demás de hacer lo que ella hace, aunque diga lo contrario. Por ejemplo, robar a mansalva. Hablando de robar y sin que por supuesto, tenga algo que ver con este verbo, ahí va una relación de nombres de relevantes políticos de la derecha con un punto en común. Adivinen cuál: Fabra, Camps, Costa, Ripoll, Bárcenas,  Mata, Sepúlveda, Mato, Crespo, Galeote, González Panero y no sigo porque me quedo sin entrada.
El último embuste de Rajoy consiste en sostener que  el rescate (al que sigue sin llamar rescate) concedido a España no se concede a España, sino a los bancos españoles y  serán estos, no España, quienes respondan de su devolución. Irritada con la terca granujada de Rajoy, Merkel ha señalado por enésima vez que el rescate es a España y del dinero responderá España. Como es lógico pues es España, o sea Rajoy, quien lo ha negociado, no Botín ni Perico de los palotes, sino Rajoy sus ministros del gobierno en nombre de España. ¿Hay alguien en Europa y en el mundo que piense que quien firma un contrato no es quien está obligado a cumplirlo? Rajoy dice una cosa, normalmente una mentira y Merkel dice otra, normalmente la contraria. ¿Hay alguien en Europa y en el mundo que dude de que se hará lo que diga Merkel y no Rajoy que es un cero mentiroso a la izquierda?
Entre tanto, en esta situación, conviene preguntarse por lo que hace el PSOE a los 7 meses de haber perdido estrepitosamente las elecciones frente a un gobierno que no hace si no mentir. Pues, aunque parezca insólito, tomárselo en serio. Rubalcaba lleva meses ofreciendo lealtad, seriedad, sentido de Estado, colaboración a este gobierno de charlatanes, embusteros y tunantes sin otro objetivo que engañar a todo el mundo para mantenerse en el poder y que los suyos sigan robando. Es irresponsable ofrecer pactos de Estado a quien no tiene ningún sentido de Estado sino de conveniencia de partido. Se entiende fácilmente:  presa de su pasado, de sus relaciones con un PP que no es otra cosa que una cuadrilla de avispados para hacer negocios a cuenta del erario público, Rubalcaba sigue viviendo en 2004. El PSOE tiene visión de Estado y el PP no.
Pero esa ya no es la situación ni el caso. Rubalcaba vive en la luna. Al PP el Estado y, por supuesto, la Nación, le traen al fresco. Lo que quiere es ocultar su responsabilidad, evitar que se le culpe por la burbuja del ladrillo, por el expolio de la Gürtel, librarse del fantasma de bankia, de Caja Madrid a la que arruinó a base de robar, de enchufar a parientes y amigos y de utilizar un banco para todas sus maniobras sucias, que han sido muchas, desde el Tamayazo hasta la quiebra probablemente fraudulenta de la entidad. Menos mal que el 15-M ha presentado ya la oportuna denuncia porque lo que es el PSOE, ya se ve, está dispuesto a hacer causa común con el PP y a hablar en Europa con una sola voz, como gusta decir Rubalcaba.
¿Una sola voz? ¿La de la mentira, el engaño, la picaresca, el embuste y el latrocinio?
No es el momento de confundir (más) a la gente; no es el momento de la unidad nacional con quienes ya han demostrado que la Nación y el Estado no les importa en absoluto pues lo único que los mueve es el poder, los cargos, los enchufes, los sueldazos y privilegios, los robos, los findes caribeños, el expolio de todo lo público, los negocios propios y los de los parientes y amigos.
O el PSOE da un giro de 180º, marca distancias con este gobierno de incompetentes y pícaros que tratan de engañar a los europeos, se constituye en auténtica oposición, recapacita y elige una dirección de gente más capaz para los tiempos que corren o sus resultados electorales serán cada vez peores. Aunque la dirección actual crea otra cosa, el voto de izquierda no es cautivo.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

La dignidad de los jueces.

¡Qué distintos son los destinos humanos! Por azares de la vida en un breve periodo de un año o cosa así dos relevantes jueces han ocupado el centro de la atención mediática por razones completamente diferentes, si no antagónicas. El juez Dívar y el juez Garzón, dos personalidades cuyo único punto en común es el de ser jueces y, por tanto, obligadas a un comportamiento por encima de toda sospecha.
Sobre los jueces, sobre la Justicia, pueden largarse parrafadas grandiosas, sublimes, abstractas en las que no hay discrepancia, pues todo el mundo las alaba, aunque luego haga otra cosa. La justicia es el anhelo más profundo y más antiguo de la humanidad, por eso el de juez sí que es el oficio más viejo del mundo. Los jueces son anteriores a los reyes, a los generales. Coinciden un tiempo con los sacerdotes y, en efecto, aparecen revestidos de una aureola sagrada de la cual posteriormente se han (y nos han) liberado. Todo esto y mucho más puede decirse de los jueces y nadie disentirá.
Para encontrar disensión es preciso ir a la práctica, a lo concreto, a la vida real, a ver cómo son y qué hacen los jueces individualmente considerados; no a lo que dicen sino a lo que hacen. Lo cual es muy importante pues cada uno de ellos porta personalmente el conjunto del Poder Judicial. Es decir, se deben considerar las peripecias concretas del juez Dívar y el Juez Garzón.
Dívar ha caído en desgracia por un comportamiento que, si no es penalmente reprochable, sí puede serlo administrativamente, es reprobable éticamente y, desde el punto de vista de la estética, incalificable. El asunto carece de grandeza. Las atribuladas explicaciones del afectado en una lamentable comparecencia pública eran irrisorias. En su despedida Dívar habló de una "persecución cruel y desproporcionada" y hay quien sostiene que todo es una venganza del sector garzonista del CGPJ tomada en frío de quien presidía en último término el tribunal que condenó a Garzón. No suena verosímil pero, si lo fuera, podría tratarse de un ejemplo práctico de evangélico el que a hierro mata, a hierro muere.
Pero ni en esto se salva la peripecia de Dívar. La intervención del gobierno en su favor a través de la vicepresidenta Sáez de Santamaría tratando de presionar a la consejera Uría, pone el asunto en los términos de enchufismo, amiguismo, caciquismo y componenda que tan contrarios son a la justicia como propios del PP. Las aclaraciones de la misma vicepresidenta asegurando que, en los asuntos graves, hay que preocuparse y conversar solo muestran que la dama carece de escrúpulos. El gobierno está interesado en tener un presidente del Tribunal Supremo que dependa de su apoyo para que no lo procesen. ¿Es eso un juez?
En el otro extremo de los casos prácticos, de la vida cotidiana, comprensible para todo el mundo, está la figura del juez Garzón, condenado en firme por el Supremo a 11 años de inhabilitación por el delito de prevaricación. Fue la única condena que prosperó, aunque se intentó condenarlo en otros procedimientos por otras causas como falsedad, apropiación indebida, etc. Todo quedó en nada. Solo se mantuvo la prevaricación y el juez Garzón lleva una intensa vida pública al margen de la carrera judicial.
Sin embargo ayer aparecería una noticia extraña: Garzón solicitaba el indulto, al reconocer que la asociación MEDEL, que lo pedía, lo hacía en su nombre. La noticia era extraña porque pedir un indulto, que es una gracia del Jefe del Estado a propuesta del gobierno, implica reconocer que ha habido delito y, en lo que yo entiendo a Garzón, este sostiene no haber cometido delito alguno. Palinuro comparte esta opinión. Y si uno no reconoce haber cometido un delito (y, en consecuencia, sostiene haber sido injustamente condenado), uno no puede moralmente pedir el indulto. Eso lo hacen quienes reconocen haber cometido un delito. Por ejemplo, Gómez de Liaño, otro juez condenado por prevaricación. Pero no Garzón.
Y efectivamente así es, ahora sabemos que, ante la petición de indulto de MEDEL en nombre de Garzón, el ministerio de Justicia recabó de este información al respecto y Garzón respondió con una carta en la que explica que él no ha pedido el indulto ni ha hecho que otro lo pida en su nombre. Él reconoce, y eso es distinto, que la asociación MEDEL libremente, por iniciativa propia, lo ha pedido en su nombre. Pero nada más. Ese es otro juez, ¿verdad?
(La imagen es una foto de Franconohamuerto.com , bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 22 de juny del 2012

La justicia de Aguirre.

La lideresa es una deslenguada, castiza, cheli, un poco rabanera, bastante impertinente y carece por entero del sentido de la oportunidad. Aunque puede ser que esto último sea aparente, una táctica buscada por sus asesores de imagen ya que, cuando un personaje dice algo inoportuno suele provocar mayor revuelo que si no lo es. Si, además de inoportuno, lo que se dice tiene calado, fundamento, el efecto es mucho mayor y estas cosas a Aguirre le salen de miedo.
Porque es, en efecto, algo descarada y sus cosas suelen sacar de quicio a más de uno, incluso en su partido. Pero muchas veces se atreve con lo que nadie osa y, a su modo, marca el territorio de un debate razonable. Dicho en plata: puede molestar, pero es doscientas veces más inteligente, audaz y original que Botella, Pons y Wert todos juntos. Ya quisieran estos.
Los propósitos de Aguirre sobre el Tribunal Constitucional (TC) son inoportunos por decirlos justo después de que una decisión de este vaya en contra de las manías autoritarias y censoras de la derecha. Quizá debiera haberse esperado a otro momento para no dar pie a una acusación de reacción intemperante ni empujar a los guardianes de las esencias democráticas -de las que no entienden nada habitualmente- a salir en su defensa como si Aguirre astuviera atacándolas. Nada más falso. Los propósitos de la lideresa sobre el Tribunal Constitucional son ciertos y oportunos. Pero, al sacarlos de contexto y pronunciarlos casi como venganza por una decisión incómoda, pareciera que no lo son. Y lo son. es obvio que están movidos por la obsesión en contra del nacionalismo vasco y que demuestran un espíritu españolista, dictatorial muy desagradable. Pero haciendo esto a un lado, la idea aquirresca no es nueva ni absurda. Veamos.
El TC no es un tribunal de verdad, no está compuesto por jueces ni forma parte del Poder Judicial sino que es una instancia política supraordinada a este en ejercicio de una jurisdicción que podría ser adjudicada a otro órgano, incluso al Supremo, como sucede en los Estados Unidos. Consciente de esto el legislador ha querido disimular la naturaleza política del órgano llamándolo "tribunal" y llenándolo de juristas de "reconocido prestigio, etc". Pero igual podía estar compuesto por políticos, expresidentes (como sucede con el Consejo Constitucional francés), por comerciantes o ciclistas siempre que tengan sentido común que, por cierto, no es monopolio de los magistrados.
Es perfectamente legítimo y hasta razonable, suprimir el tal TC y encargar su tarea al Tribunal Supremo (TS). De hecho, así es como funciona el primer ejemplo del mundo, el de los Estados Unidos. Tuvo que llegar después el alambicado genio de Kelsen para dar con la fórmula germánica  de un TC especial, variante del "guardián de la Constitución" schmittiano. En el fondo, probablemente, algunos europeos prefieren este recurso al del TS probablemente porque no se fían del espíritu constitucionalista de la judicatura.
Sin embargo, tampoco la solución del TS está libre de peplas. Aparte del evidente riesgo de conservadurismo de los jueces de carrera, está el hecho de que puede ser un órgano tan político como el TC o incluso más. Es el presidente de los Estados Unidos quien nombra a los magistrados del TS, es verdad que solo cuando hay vacantes, que el nombramiento es vitalicio y que interviene decisivamente el Senado, pero los nombramientos son indudablemente políticos, ideológicos. Y, sin embargo, el TS gringo funciona muy bien. Lo que quiere decir que no es necesariamente su condición política la que malea el TC español. A lo mejor es su condición de español. Y eso tiene peor arreglo.
Es más, no hay obligación alguna de aceptar una jurisdicción constitucional independiente. La mayoría de los países europeos más democráticos carece de TC: Bélgica, Dinamarca, Irlanda, Islandia, Noruega, Holanda, Reino Unido, Suecia o Suiza no tienen TC. En cambio sí lo tienen Alemania, España, Italia, Austria y Portugal (llamado Comisión Constitucional); es decir, los países con mayor tradición de dictaduras y falta de democracia del continente. 
No, lo que dice Aguirre no es un sinsentido, aunque, como suele hacer, lo diga para llevar el agua a su molino de otorgar la jurisdicción constitucional a una casta de jueces conservadores todavía penetrados de franquismo. Pero no es un sinsentido. Sinsentidos son muchas de las críticas que se le han hecho.
(La imagen es una foto de ppcv, bajo licencia de Creative Commons).

El no rescate ya tiene precio.

Hasta 62.000 millones puede necesitar la banca para reflotarse. La cantidad no es importante; lo importante es quién la formula. Cuando lo hacen los españoles tienen escaso crédito porque suelen oscilar como una brújula loca. Pero si lo hacen extranjeros, cobrando además una pastuqui por emplear los datos del Banco de España, la cosa cambia. La cantidad formulada tiene todo el crédito pues se lo prestan los otros extranjeros, es decir aquellos que impusieron una auditoría a la banca española hecha por extranjeros.
Para seguir con la ficción de la autonomía nacional en el proceso, Rajoy dictamina, con ignota autoridad, que el "análisis de la banca" (o sea, el coste del rescate) es certero, creíble y manejable. Lo de "certero" debe de intuirlo, pues no explica su juicio. "Creíble" es cosa que decidirán los mercados, nada sumisos a los criterios de Rajoy. "Manejable" o no lo será cuando nuestros benévolos amigos (¿quién dijo rescatadores u hombres de negro?) dicten sus condiciones, condiciones a las que el gobierno está libremente dispuesto a someterse incluso antes de conocerlas.
Pero lo mejor de estas explicaciones del presidente no son ellas mismas sino el lugar en que se exponen. Son fugaces comparecencias públicas de Rajoy, ni siquiera ruedas de prensa, sin preguntas, sin respuestas, con una salmodia triunfalista perfectamente contraria a la experiencia angustiosa de la vida de una población empobrecida, explotada, oprimida. No piensa asomar por el Parlamento. Ha suprimido el debate sobre el estado de la Nación. Se niega a dar cuenta de sus actos en sede parlamentaria, es decir a dársela a la ciudadanía a través de sus representantes. Ensoberbecido por la mayoría absoluta, Rajoy la interpreta como una patente de corso para gobernar al margen del Parlamento al que, probablemente, considera un lugar molesto, inundado de palabrería estéril. Casi parece como si el presidente del PP tuviera una concepción marxista del parlamentarismo burgués y considerara que quienes se toman en serio el funcionamiento de las instituciones representativas como freno y fiscalización del poder (entre otras cosas) padecen lo que los bolcheviques, aunque no solo ellos, llamaban cretinismo parlamentario, enfermedad que él mismo padeció en grado agudo en la legislatura anterior cuando, estando en la oposición, no salía del hemiciclo y pasaba el tiempo reclamando la presencia del presidente del gobierno, viniera o no a cuento.
En fin, es comprensible, ¿verdad? Cuando uno está convencido de haber venido a salvar a la Patria al borde del abismo, a restablecerla en su pasada gloria, a devolverla a su lugar en el concierto de las grandes naciones, muy probablemente no tiene uno tiempo para zarandajas. Los plenarios, las propuestas, contrapropuestas, votos de confianza, mociones, consensos, votaciones son zarandajas. La acción del Parlamento es siempre retardataria, consiste en escudriñar y retrasar las decisiones clarividentes del líder con asuntos formales, de trámite.
La oposición. indignada con el ninguneo, protesta airadamente, esa sí, con una "sola voz", como tanto reclama Rubalcaba a Rajoy: ignorar el parlamento es romper las reglas democráticas básicas. Sí, ¿y qué? Frente a la mayoría absoluta del PP la oposición es impotente. Solo le quedaría una solución drástica, una nueva retirada retirada al Aventino, que sentó costumbre. Pero nada garantiza que su resultado haya de ser el feliz triunfo de los plebeyos, como en la República romana y no el fin de la oposición parlamentaria, como sucedió 2.400 años más tarde con la segunda retirada simbólica (La secessione dell'Aventino) frente al fascismo.
Se complica el asunto con esa insistencia del PSOE de ofrecerse al gobierno, al PP, para llegar a acuerdos de Estado a fin de presentar un frente común en estos momentos de tribulaciones internacionales. El PSOE se pone así a disposición de alguien que se niega a someterse a control alguno y a dar cuenta y razón de sus actos. Eso no es hacer oposición democrática; no es nada. Anda por ahí Tomás Gómez diciendo que el PSOE o su dirigente está "desnortado" y tiene bastante razón. Así piensa también mucha gente. Los chaconistas, para entendernos. Pero las cosas no son tan sencillas. También ve al PSOE "desnortado ideológicamente" Francisco Vázquez, por razones presumiblemente contrarias a las de Gómez. A Paco Vázquez el PSOE le parece demasiado anticlerical. Lo querría más sumiso a la iglesia. En todo caso, con este galimatías interno y esa anodina presencia externa, el PSOE corre peligro de andar los próximos tres años más por la vía griega que por la francesa.
(La imagen es una captura de 20 Minutos, bajo licencia Creative Commons).

dijous, 21 de juny del 2012

La dimisión que no iba a producirse en el país que no necesita rescate.


Dívar ha tardado tres meses en darse cuenta de lo que el 99 por ciento de los ciudadanos (incluido él mismo) sabe sin necesidad de que se lo expliquen,  que hay cosas que no se pueden hacer aunque uno sea presidente del Tribunal Supremo o Archipámpano de las Indias Occidentales. Como ir de gorrón a sitios de lujo o viajar en primera con un séquito propio de un sátrapa persa y con cargo indebido al contribuyente.
Esta es la crónica  de los broches dialécticos que han jalonado el proceso por el que Dívar ha acabado tomando conciencia del mundo que lo rodea:

Al enterarse de que hay una denuncia por cargar gastos de miles de euros de su findes caribeños al erario público: "¡Pero si es una miseria!"

Presionado para que dé una explicación sobre sus findes caribeños o dimita: “No se me pasa por la cabeza dimitir y no pienso dar explicación alguna”.

Obligado a dar una rueda de prensa para explicar su comportamiento en contra de su voluntad: “No pienso dimitir porque eso sería reconocer mi culpabilidad”.

Forzado a reconocer lo inevitable luego de una reunión del CGPJ: “El jueves tomaré una decisión contundente

Abandonado de todos, hoy, jueves: “Presento mi dimisión”.

Ya a título de consolación: "Soy víctima de una campaña cruel y desproporcionada". Efectivamente, findes, hay que ser cruel y desproporcionado para querer que los jueces cumplan la ley.

En su lugar quedará un sustituto, Fernando de Rosa, con tan inexistentes méritos profesionales como él, pero de clara fidelidad política mesnadera a la derecha, amigo y amparo de Camps. El CGPJ no se repondrá de tan duro como pesado golpe.

A su vez, el ministro de Justicia, en un alarde de perspicacia, consideraba que Dívar había salido “fortalecido” por el hecho de que un fiscal y unos magistrados en manifiesto ejercicio de un corporativismo que los descalifica, no encontraran indicios de delito en el comportamiento de Dívar.

Sobre el rescate que el país no precisa (igual que Dívar no pensaba dimitir) pero que está a punto de solicitar apenas sepa la cuantía de sus necesidades hablará Palinuro en cuanto el gobierno dé alguna explicación, si es posible entenderla.

Y Otegi, ¿qué?

Ignoro si el portadista de El País ha calibrado la carga simbólica que lleva relacionar dos noticias tan distintas haciéndolas así en cierto modo similares. Dos momentos de reparación de una injusticia. La de la opositora birmana Aung Sang Suu Kyi es patente. La de Sortu hace referencia a la injusticia de que unos ciudadanos vieran restringido su derecho de asociación política por razones ideológicas.
Sin duda el Tribunal Constitucional ha hecho justicia revocando la decisión del Supremo y ha reafirmado el Estado de derecho y la democracia reconociendo los suyos a gentes de ideologías políticas contrarias al orden constituido siempre que no recurran a la violencia y además la condenen expresamente. 
En España cabe defender todas las opciones políticas pacíficamente. Se demuestra así la falsedad de la tesis justificativa del terrorismo según la cual este era la respuesta al hecho de que en el país no pudieran defenderse todas las opciones políticas. Vista la falsedad del supuesto, la organización armada ya podía estar disolviéndose de una vez. Se entiende, claro está, que en España pueden defenderse pacíficamente todas las opciones políticas, pero eso no quiere decir que vayan a triunfar. Eso no lo puede garantizar nadie en democracia. 
A la derecha en el gobierno la decisión del Constitucional le ha sentado muy mal y el ministro de Justicia rezonga que discrepa de ella pero, por supuesto, la acata. Se agarra a que también discrepan cinco de los once magistrados y, muy significativo, uno de ellos de pedigree progresista. En efecto, en el progresismo patrio late un alma afrancesada jacobina que convierte la unidad de la Nación en fuente del Derecho. En cambio los otros seis progresistas son más de la tradición federalizante de la estirpe de los Austrias.
La decisión del Constitucional además de justa es políticamente acertada porque integra en el juego institucional democrático a un sector de la población que, de un modo u otro, estaba al margen. Pero ese acierto político no alcanza todo su efecto porque tropieza con otra situación de hecho que, al margen de su calificación jurídica, es políticamente un desatino; en concreto el mantenimiento en prisión del dirigente natural de ese partido recién legalizado, Arnaldo Otegi. Tener en la cárcel a un hombre que cuenta con un partido en la sociedad es crear una situación sentimental en favor de ese partido que solo podría desactivarse dejando en libertad al líder. Claro que en ese caso quizá se produzca una oleada sentimental hacia su persona que lo lleve a la lehendakaritza.
Son las eventualidades de las elecciones democráticas, generalmente muy abiertas. Por eso y porque va a dar igual, vaya la elegancia por delante: el Estado debe encontrar una fórmula por la que, sin demérito de la legalidad, Otegi recupere su libertad y el pleno ejercicio de sus derechos como ciudadano de un país libre uno de los cuales, desde luego, es propugnar la independencia frente a ese país libre. 

dimecres, 20 de juny del 2012

Hablar es de rojos.

De los gobiernos de Rodríguez Zapatero se decía que tenían un problema de comunicación, que no comunicaban bien, que dejaban que el adversario le fijase la agenda y aceptaban sus marcos (frames) de referencia. Al decirlo gentes tan duchas en estas complicadas lides de la comunicación, uno tendía a darles la razón y así ZP pasó a la historia como un pobre comunicador y sus gobiernos como incapaces de explicar su labor.
Estas cosas no suceden con el gobierno del PP. Rajoy no comunica mal; simplemente no comunica en absoluto, no permite preguntas, no contesta a las que se le hacen, no comparece en sede parlamentaria, no autoriza debate sobre el estado de la Nación, no llama al dirigente del principal partido de la oposición ni habla con nadie de política. Es un lider aislado, mudo, ansimismado, ausente. Su comportamiento es una mezcla de miedo escénico, complejo (merecido) de inferioridad y actitud autoritaria, casi dictatorial, según la cual la gente debe obedecer y no hacer preguntas. Es el comportamiento tradicional de la derecha en España. Los caudillos por la gracia de Dios, según fue Franco, quiso ser Aznar y acabará siendo Rajoy gracias a sus defectos, no deben perder el tiempo comunicándose con la gente del común. Eso es cosa de demócratas y rojos. Ellos están para más altos menesteres. O eso dicen pero, en realidad, en el caso de Rajoy prevalece el miedo como ya demostró cuando se pidió el rescate y trató de zafarse de la comparecencia pública mandando a de Guindos e intentando salir de naja camino de Polonia. El hombre es un cobarde, un verdadero gallina.
Y no queda ahí la cosa. Además de cobarde, Rajoy es un ignorante. No comunica, no habla, no dice nada porque no sabe nada y cuando cree saber algo resulta que le han engañado. No sabe qué caracteres tendrá finalmente el rescate (al que él llama otra cosa, algo así como "tesoro de Sierra Madre") porque eso depende de las autoridades europeas que no consultan con él, hartas de escuchar sus mentiras, sus farfulleos y dilaciones. A su vez estas autoridades tampoco pueden adoptar política concreta alguna en tanto no sepan el resultado final de la auditoría de la banca que todavía no es conocido. Como tampoco lo conoce Rajoy. Es decir, el presidente no habla porque, además de ser un acomplejado no tiene ni idea de los datos del problema, nadie va a pedirle su opinión a la hora de adoptar decisiones sobre España y, si se le pidiera, daría la más absurda imaginable.
Esto no es un gobernante sino un castigo de los dioses.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

Un maledetto imbroglio.

Palinuro parece algo exagerado al considerar el G-20 una plataforma de retórica. ¿No se está preparando una declaración rotunda en favor de acabar con la crisis de una vez en Europa, llena de determinaciones concretas? En efecto, está preparándose una declaración final (prácticamente todos los encuentros mundiales terminan con este tipo de declaraciones) pidiendo el pronto fin de la crisis en la Eurozona mediante acciones resueltas de los países europeos. Los norteamericanos parecen impacientes por hacer más negocios con sus alicaídos socios y apremian a Frau Merkel a ceder; no saben muy bien en qué pero a ceder pues todo el mundo señala a Alemania como la responsable de la situación de precatástrofe del continente. Palinuro solo conoce el borrador por los periódicos pero ya apunta claramente el contenido de la declaración final. Una de esas repletas de buenos y edificantes deseos sin contenido práctico.
Claro, la declaración anima a la UE a avanzar hacia una unión bancaria, lo cual, interpretado con ese optimismo esencial de los yankies lleva a estos a trompetear que la Unión va a tomar medidas más contundentes contra la crisis. Algunos creen saber cuáles: el Mecanismo de Estabilidad Europeo comprará deuda española e italiana. No sé de dónde se lo han sacado pues los alemanes van por los corros negándolo. Obama puede decir misa; los europeos actuarán a su modo, como se colige del hecho de que la declaración animará mucho a la unión bancaria, pero la expresión unión bancaria no aparece en el texto.
Ciertamente los europeos no se quedarán quietos y, de hecho, ya tienen uno de esos consejos aúlicos de los que tanto gustan en marcha, esa Comisión del Futuro de Europa,. iniciada por el ministro de Exteriores alemán, Guido Westerwelle. Son ocho a nueve ministros de Exteriores (entre ellos el español) puestos a discurrir sobre cómo hacer avanzar la unión política europea. La unión bancaria es una de las primeras propuestas y otras más políticas. Pero esa comisión no va a encontrar mucho eco porque, al parecer, no podrá exponer sus conclusiones en la próxima cumbre europea, muy ocupada con asuntos más atosigantes.
Europa, esto es, Alemania, mira ceñuda a España. Y Francia no presta gran ayuda. Anda el camarada Hollande entonando un discurso gaullista de izquierda. La retórica de la unión bancaria, las contundentes medidas, las claras decisiones políticas quedan atrás, en ultramar en donde, de todos modos, también se ha pedido a Rajoy "rapidez y claridad" para sanear la banca, algo equivalente a darle un coscorrón. Rapidez y claridad a Rajoy. Cuando este llegó al G-20 con la enésima cabriola en reserva: el rescate no-rescate del sábado, épica victoria del paladín ibérico, habíase convertido en un odioso rescate cargado de cadenas cinco días más tarde. Si un volte face de este calibre sorprende hasta a los españoles, ya a acostumbrados a todo, a una alemana, antigua militante de las Juventudes Comunistas, la deja estupefacta e indignada a partes iguales. Y si, además, el meridional sale diciendo que el Banco Central Europeo recapitalice directamente los bancos españoles (antes, incluso, de saber cómo están), la alemana puede tronar como un Thor nórdico aniquilando en su fuego al infeliz Rajoy.
El pobre presidente del gobierno español, sumergido en la soledad del iletrado impecune debe de haberlo pasado muy mal. Quizá ahora entienda los apuros de su antecesor, otro incapaz de entenderse con nadie en Europa por no hablar ninguna de sus lenguas excepto la propia. En fin lo delata en la cara de la foto. Menudo gesto. Y está en la web de La Moncloa en donde, es de suponer, seleccionarán los planos en los que esté más favorecido. Debe de estar hablando un hispánico pues todos llevan puestos los auriculares excepto Barroso y él.
Quizá haya esta semana algún tipo de rescate para España en términos no estrictamente criminales, pero se lo van a hacer sudar a Rajoy. Cosa bastante comprensible. ¿No es el presidente de un gobierno que un día por la mañana anuncia que las auditorías de la banca se retrasan hasta septiembre y, ante la oleada de indignación, se desautoriza a sí mismo y reafirma que las tales auditorías estarán como previsto prácticamente ya?
En cuanto al carácter retórico del G-20, solo un dato: la reunión de México ha aumentado la dotación del FMI en 456.000 millones de dólares de los EEUU para hacer frente a las consecuencias de la crisis en la eurozona. Han contribuido 35 países, pero no los Estados Unidos y el Canadá. Estos dan consejos, pero no dólares. Los consejos salen gratis.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dimarts, 19 de juny del 2012

El último mono.

Es el que siempre se ahoga. Como parece que va a pasar a España con el gobierno del PP, la prima de riesgo, la deuda, le depresión, el rescate que ayer era bueno y hoy resulta ser terriblemente dañino y, sobre todo, con la presencia en La Moncloa de ese prodigio del postmodernismo líquido llamado Rajoy, un ejemplo de pensamiento no ya débil sino inexistente, enclenque, gurrumino, tembleque; de presencia ausente; de palabra inaudible y discurso balbuceante e incomprensible. El hombre de firmes convicciones y sentido común, previsible, el lider que iba a devolver a España la confianza de los vecinos y la autoestima, corre azogado de un lado a otro, como un conejo confuso, se esconde de la opinión pública, sus convicciones duran menos de 24 horas, afirma donde ayer negaba y niega donde ayer afirmaba, balbucea, farfulla fórmulas incomprensibles y, por supuesto, no convence a nadie, irrita a los más y es el hazmerreír de la Eurocámara.
El país ha hecho un flaco negocio encumbrando a este atribulado don Nadie que sólo tiene gestos de firmeza frente a sus propias gentes, por ministr@ interpuest@, y si vienen de una en una y desarmadas, pero es un perrillo faldero ante los poderosos del mundo que hace algunas cabriolas para llamar la atención, pero molesta a la concurrencia con sus ladridos chillones.
Pretendía ahora Rajoy rescatar el país del rescate que él mismo había aplaudido una semana antes. ¿La razón? Al cabo de la semana que le ha llevado leer y entender la letra pequeña, se da cuenta de que se la dieron con queso al aprobar los famosos 100.000 millones que él se jactaba de haber obtenido gracias a su habilidad, fuerza y audacia. Al comprender que ha quedado como el bobo de la feria, ha pretendido enderezar el entuerto en México, pidiendo que se desvincule el préstamo a los bancos del de los gobiernos para que la llamada deuda soberana no se haga agobiante.
La respuesta ha sido rauda, clara, contundente: No. El préstamo es a España, no a los bancos y lo pagaremos los españoles, no los banqueros. Pero esto no es nuevo. Se lo dijo Wolfgang Schäuble, ministro alemán e finanzas, a la media hora de que Rajoy soltara la baladronada de que había sacado 100.000 millones del ala para los bancos. No quiso oírlo o quizá es que no entiende alemán, como tampoco entiende inglés, francés, italiano ni, probablemente, español... Pero todo el mundo sabía que el rescate que Rajoy quería vender como un chollo era un pesado fardo sobre los hombros de su sufrido pueblo. Y ahora que este líder indiscutible se entera de la otra mitad de la misa, de que sus mentiras no cuelan más que en el ABC, El Mundo y La Razón sus socios le dan con la puerta en las narices.
No hay préstamos directos a la banca, dice la Unión Europea con el gesto agrio de la madrastra de Cenicienta y a Rajoy la carroza se le convierte en una calabaza. Lo curioso será averiguar qué cuento inventa para cuando vuelva a casa, aunque lo más probable es que mande a Guindos por delante a tragarse los sapos que correspondan.
Mientras tanto, la intervención total de España avanza inexorable y muchos españoles empiezan a pensar que es mejor estar intervenidos que gobernados por este inútil bombástico falto de las más elementales entendederas. Por el último mono de la cuadrilla. El que siempre se ahoga.
(La imagen es una captura del vídeo de El País)


Ceremonias de la tribu.

El mundo está sembrado de reuniones, congresos, cumbres, conferencias internacionales. Rara la semana sin alguna. Generalmente acuden los mismos, si bien interpretando distintos papeles, según se trate de un sarao de señores de la guerra o de señores de la paz, del desarrollo, de los negocios, de los derechos, de la cultura, del porvenir del mundo o de los encuentros civilizatorios. Hay un núcleo de permanentes y en torno suyo danzan distintos accidentales, según el momento. Por supuesto, esta proliferación de tertulias y guateques internacionales va en detrimento de la ONU, reducida a la condición de una enorme cruz roja y servicio de acogida y ambulancias así como de escenificación retórica del aquelarre mundial en la Asamblea General cada septiembre, comienzo de temporada en la Vª Avenida. La Asamblea General es un lugar en el que todos los años se aprueba una resolución instando a Israel a cumplir las resoluciones anteriores que le conciernen, cosa que Israel se abstiene escrupulosamente de hacer todos los años.
Algunas de las reuniones ceremoniales de la basca son tan irrelevantes como la Asamblea General. Por ejemplo, el G-20, reunido en Los Cabos, México. El G-20 incluye las 19 mayores economías del mundo y, además, la Unión Europea. Sus miembros son los ministros de economía y los gobernadores de los bancos centrales, o sea, los administradores (no los propietarios) de los dineros del mundo y, como son tantos y son unos mandados, apenas adoptan decisiones concretas, específicas sino, generalmente declaraciones abstractas, generales, de principios. España no es miembro de pleno derecho pero tiene reconocido un estatuto de invitado permamente, algo así como el de obervador permanente del Vaticano en la ONU. Rajoy está de invitado. De invitado pedigüeño, por cierto. Con todos los señores de la mesa del rico Epulón mirándolo con lástima.
El G-20 se ha comprometido en su declaración final a respaldar el plan europeo de recapitalización de la banca española. Parece mucho, pero no es nada. Los mercados son fríos como reptiles a los ardores promisorios pues saben que, como decía Hobbes en el Leviatán, "pactos sin espadas son meras palabras". Y las palabras se las lleva el viento. El G-20 reúne a los 20 más poderosos del planeta pero no tiene fuerza alguna de obligar e imponer. Meras palabras. Sale gratis. Esa declaración no detendrá la prima de riesgo, especie de gigantesca sanguijuela sobre la yugular de la Patria exangüe.
Sería mucho más útil una declaración de los europeos, contundente y clara y tal cosa anda impetrando Montoro, como un nuevo San Antonio pintado por Carpaccio, quien lo representa como un bondadoso anciano del que huyen todos despavoridos porque no se da cuenta de que va acompañado por un fiero león; en el caso de Montoro, la fiera prima de riesgo. Como si quisiera contrariar a Montoro, el Banco Central Europeo ya ha dicho que es un asunto del gobierno español; allá se las componga este. A cambio, los etéreos principios: aquí emerge Van Rompuy, con su característica figura, augurando una propuesta de unión bancaria europea así con gesto como de no creérselo porque debe de sonarle como a cualquier europeo medianamente enterado, a quimera saintsimoniana. Por eso, junto a Van Rompuy, asoma también el inevitable Durao Barroso, pidiendo dos huevos duros más: un avance en la unión política europea, esto es, en la fabricación de la espada que dé fuerza a los pactos para que no se queden en meras palabras.
Pero de momento así es como estamos, en las ceremonias de la tribu para aplacar a los dioses del mercado. Es decir, más o menos en plenas rogativas de la lluvia. Rouco podía encabezar una procesión por el centro de Madrid pidiendo al Señor que aleje de nosotros la prima de riesgo, así como antaño se le pedía que alejara la peste. Total, ya ha entrado en juego la Virgen del Rocío. Lo llevamos claro.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).



dilluns, 18 de juny del 2012

Ya no quedan mentiras.

Los profetas del desastre están ahora mudos o, en el mejor de los casos, rezando jaculatorias con trémula voz mientras intentan desviar la atención a otros asuntos que no los hagan aparecer tan majaderos como son.
Estuvieron tres años y medio acosando el gobierno de Zapatero desde dentro y desde fuera, sin darle un minuto de respiro, sin ayudarlo en nada; al contrario, boicoteando sus esfuerzos, desprestigiándolo en el exterior y arremetiendo contra él en el interior sin parar. Lo identificaron con la catástrofe, con que España no tuviera la confianza de los mercados, con la ruina, con la incapacidad, el despilfarro y el endeudamiento impagable. Lo atacaron sin miramientos, culpándolo de todo lo imaginable e inimaginable.
Tuvieron el apoyo y entusiasta colaboración de la banca, la iglesia, los empresarios y todos los sectores carcundas de la sociedad en la tarea de derribar el gobierno. Y, finalmente consiguieron el de El País que, mediante un artículo incendiario de Cebrián publicado un 18 de julio, conminó a Zapatero a adelantar las elecciones y este, probablemente ya abrumado y a bout de souffle, cometió el error de ceder y, en efecto, adelantar las elecciones de marzo de 2012 a noviembre de 2011, en lo que quizá fuera el mayor desatino de su mandato. Y los hubo sonados.
Desde el momento del anuncio de adelanto, la tormenta arreció. Los mercados olisquearon la debilidad política de España y comenzó el asedio en serio. En lugar de hacer causa común con el PSOE en defensa de la "gran nación", la derecha intensificó su ataque contra el gobierno dentro y fuera de España. Quería derribarlo incluso al precio de que España se hundiera, según hemos sabido después sin que Montoro, el ministro que apuntó esta canallada, lo haya desmentido. Todos a una, iglesia, banca, medios, empujando, acabaron consiguiendo su propósito: el PSOE perdió hasta su sombra en las elecciones y en La Moncloa se instaló un flamante gobierno del PP con una inexpugnable mayoría absoluta.
¿El resultado? A la vista está seis meses después: todo era mentira. La crisis y las calamidades de España no eran culpa de Zapatero ni de su forma "insoportablemente liviana" de actuar, según pedante comparación de Cebrián, sino de los problemas estructurales de la economía española, agravados por la irresponsabilidad de Aznar y la incompetencia y corrupción de los gobiernos del PP. Todavía en los primeros meses consiguieron disimular el asunto acumulando más mentiras y echando la culpa a la "herencia recibida". Pero eso también se ha acabado. Ahora, con la prima de riesgo asomándose a los 600 puntos básicos (el doble que con Zapatero) ya está claro que la derecha no tenía fórmula, ni plan, ni siquiera propósito alguno de enderezar la situación. Que no tenía ni idea de cómo estaba el país o qué hacer con él. Sólo quería echar a los socialistas para ocupar el poder, repartirse las prebendas, enchufar a su allegados y amigos, extender la corrupción de Madrid y Valencia a donde se pudiera y dar satisfacción a las pretensiones más codiciosas y reaccionarias de la iglesia católica. 
Y El País es en buena medida responsable de esta catástrofe. Ahora, con España al borde de la bancarrota, gobernada por un irresponsable aun peor que Aznar, que se oculta de la opinión en su país e irrita a sus socios, de los que depende, con bravuconadas propias de un jayán de taberna, se han acabado las excusas. Los franceses han elegido con sentido común; los griegos, con bastante miedo. Pero ninguno de los dos sirve ya a estos incompetentes para ocultar el desastre que han organizado. 
Y ahora, ¿qué? Porque ya ni elecciones anticipadas pueden convocarse, pues no hay alternativa, ya que el rump PSOE que ha quedado tras las elecciones ni siquiera es capaz de articular un discurso inteligible y las otras fuerzas políticas (no mejor provistas en materia ideológica) son testimoniales.
Es la consecuencia de entender la política al modo de la derecha política y mediática y sus circunstanciales aliados, como confrontación a muerte en tierra quemada.
(La imagen es una captura de El País de hoy)

Una victoriosa derrota más.

A juzgar por las portadas de los periódicos españoles, ayer domingo solo hubo elecciones en Grecia. Sin embargo las hubo asimismo, y más importantes para Europa, en Francia, segunda vuelta de las legislativas. Pero estas se presentaban más de andar por casa pues la incógnita se había despejado en la primera vuelta y, desde luego, en las precedentes presidenciales. La tensión, la emoción, anidaban en las griegas; no segunda vuelta sino repetición de las elecciones del mes anterior con un resultado ingobernable. Según numerosos comentaristas de su resultado incierto dependería la permanencia de Grecia en la zona euro, en definitiva, en Europa.
Pero, además de ese asunto, nada desdeñable, las elecciones griegas tenían otro morbo, al menos para España, en el campo de la izquierda: saber si por fin la coalición izquierdista, formalmente no comunista (pues los comunistas tienen formación independiente con el nombre de tales), Syriza, acabaría superando, como así ha sido en efecto, la versión helénica de la socialdemocracia, el PASOK. El famoso sorpasso al que también aspira legítimamente IU en España, gracias al cual, si el PSOE sigue bajando y la coalición subiendo, esta sustituya a aquel como formación hegemónica de la izquierda. Como Syriza, vamos.
Seguramente Grecia se gobernará con una coalición más o menos nutrida de partidos en torno al eje Nueva Democracia/PASOK con el segundo actuando de comparsa menor. Syriza se instala desde ya en la oposición, un lugar digno desde el punto de vista de los principios pero poco relevante si se está frente a una mayoría absoluta.
Pero todo eso es de poca monta. Lo interesante es comprobar cómo la crisis del euro es una crisis de la euroizquierda que esta no acaba de entender y,  en consecuencia, no puede remediar. ¿Por qué se ha concentrado la atención en Grecia? En Francia ha ganado limpiamente la izquierda. Después de la victoria en las presidenciales, la socialdemocracia tiene mayoría absoluta en la Asamblea Nacional. ¿Por qué no celebrarlo por todo lo alto? Sencillamente porque en Francia, la formación equivalente a Syriza o lo que dice aquí IU que quiere ser, esto es, el Frente de la Izquierda,se ha dado un batacazo . Se ha quedado en diez diputados y no ha salido ni Mélenchon. Si a este desastre añadimos el declive del equivalente alemán en las últimas elecciones de Länder, esto es, Die Linke, se perfilan dos modelos, el griego, con sorpasso y sin gobierno y el francés, con gobierno y sin sorpasso y con Alemania apuntando más al lado francés que al griego. Está claro, es un crisis de la izquierda. Con sorpasso o sin él, esta sufre las consecuencias de su desunión en todas partes. Lo sabe; dice querer evitarlo, pero no hace nada por ello porque su división interna es muy profunda.
Tanto el PASOK como el PSOE han pagado muy caro en las urnas su gestión de la crisis. Pero ello no es necesariamente porque, siendo de izquierda, se hayan plegado a los dictados neoliberales, pues tambien los gobiernos neoliberales han perdido las elecciones; el último, el de Sarkozy. El Partido Socialista francés y, según los sondeos, el SPD alemán, van para arriba porque vienen de la oposición. como las derechas griega y española. La crisis devora los gobiernos de todos los colores. Esto no quiere decir que los socialdemócratas no hayan sufrido un castigo adicional a causa de su seguidismo neoliberal. Al contrario, han perdido un considerable apoyo en votos por no haber sido capaces de formular una alternativa propia, socialdemócrata, a la crisis.
No obstante las cosas no son tan fáciles como se antojan a la gente con flaca memoria. Todo el mundo parece haberse olvidado de que, siendo primer ministro, el socialdemócrata Papandreu intentó convocar un referéndum sobre el rescate y casi lo despellejan y con muy escasa defensa interna. No obstante, ciertamente, el PSOE presenta un problema de indefinición considerable. La insistencia en sellar pactos nacionales con la derecha al amparo de la emergencia de la situación no permite que el electorado visualice una opción partidista de izquierda socialdemócrata.
La crisis se revela por fin en el problema de la otra izquierda, la no socialdemócrata, consistente en otro tipo de indefinición. Así como los socialdemócratas no consiguen distanciarse de los neoliberales pues comparten un objetivo estratégico que es la conservación del capitalismo (aunque con visiones distintas de él), la otra izquierda no consigue encontrar puntos de encuentro con los demás porque su objetivo estratégico no está claro. A primera vista, a juzgar por algunas observaciones desperdigadas acerca del cambio del modelo productivo, se pretende sustituir el capitalismo, pero no se sabe por qué. La oposición al capitalismo es notoria. Una de las organizaciones se llama Izquierda Anticapitalista, lo cual nos ilustra acerca de lo que es "anti" pero no acerca de lo que es "pro". Resulta así que en la estrategia de la izquierda radical aparece incrustado el elemento utópico (en el mejor de los casos), siempre inquietante para unos electorados que, como viene demostrándose en los últimos tiempos, son bastante conservadores.
La izquierda, toda ella, debe decidir si quiere gobernar Europa o se resigna a ser gobernada por ella, por la Europa del capital. Y la vía para conseguirlo, en mi modesta opinión, es la francesa; no la griega. Para lo cual es preciso que la socialdemocracia articule una política económica propia , distinta de la neoliberal y eso no es fácil, como se ve mirando el PSOE.
(La imagen es una captura de la portada de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 17 de juny del 2012

El Rey da esquinazo a Dívar y la gente no traga a Rubalcaba.

Escaquearse es un arte. Los de mi generación lo aprendimos en la mili. Venía el capitán de cuartel con cualquier estupidez entre ceja y ceja y lo mejor era salir a hacer un imaginario recado del coronel. Tocaban fagina y convenía largarse corriendo para no comer la bazofia llamada rancho. Asimismo  ha hecho el cabo Borbón. No puede estar con su gran amigo Carlos Dívar porque tiene que ir a consolar a no sé qué extraño Jeque del desierto que acaba de perder uno de sus 452 hijos. ¡Ah la amistad de las sangres azules! Comprenderá el hasta ahora acaramelado presidente del Tribunal Supremo que los asuntos de Estado no admiten demora y es preciso cuidar las monarquías amigas, sobre todo si regalan tan buenos Ferraris.
Conociendo la lamentable condición humana y sabiendo a España  llena de cortesanos escurridizos, tiralevitas y untosos petimetres, es posible que nadie del rey abajo quiera mostrarse en público con el Tour Operator caribeño de Puerto Banús. Dívar acabará largando su interesante y melancólico canto judicial de cisne en los oídos del conserje del tribunal y la señora de la limpieza contratada por horas por Eulen. ¿Cabía esperar otra cosa? Quienes propusieron la fórmula de una dimisión a término y salvar el bicentenario, ¿no cayeron en la cuenta de que nadie iría a la celebración? ¿Tampoco Dívar?  ¿Se puede ser más negado? Ahora entiendo por qué este hombre ha tardado tanto en hacer lo inevitable, esto es, dimitir: porque la cabeza no le da para más. Es curioso que llegue a presidente del Tribunal Supremo un hombre tan ciego, tan soberbio y de tan escasas luces. Pero si recordamos que lo nombraron Zapatero y Rajoy de común acuerdo la cosa se explica: es fiel reflejo de ambos.
Justo hoy también sale el sondeo de Metroscopia con noticias abrumadoras para el PSOE por enésima vez. La gente no traga a Rubalcaba. El asunto es llamativo y, aunque sea comprensible que la actual dirección del PSOE haga la vista gorda con estos y los anteriores resultados pues no le beneficia, en algún momento alguien en el PSOE deberá plantarse y exigir una rectificación, un cambio de rumbo, un congreso, una refundación, algo con tal de salir de este estadio de anomia galopante, de irrelevancia de un partido que hace seis meses era algo y ahora parece una reunión de jubilatas jugando a la petanca. Porque está claro que, si no eres Rajoy pero estás por debajo de Rajoy en valoración popular, te irá mejor en el sector textil, por ejemplo. Parece una tontería, pero no lo es. Rajoy es tan impopular que si el 20-N el PSOE no hubiera perdido cuatro millones de votos, él no habría ganado las elecciones. Así pues, quien esté por debajo de él en simpatía popular todavía lo tendrá peor.
Y no solamente hay un problema en la dinámica bipartidista. También lo hay en el seno de la izquierda. En las condiciones actuales de la crisis en Europa, con la izquierda radical recomponiendo su discurso en Grecia, Francia, Alemania y España, el PSOE corre el riesgo de seguir cediendo terreno hasta llegar al agotamiento. El proyecto socialdemócrata tiene un problema de legitimación teórica en toda Europa y a él añade el PSOE uno propio, específico, producto de una práctica oscura, ambigua, vacilante, entreguista y muy difusa. El PSOE pagó muy caro su política de seguidismo de la derecha en el gobierno. Si ahora en la oposición aparece uncido al carro del PP, sin articular una alternativa propia clara, carente de reflejos e indeciso, la izquierda radical acabará cosechando los votos que en las últimas elecciones siguieron fieles al PSOE más por una nostalgia de los tiempos que fueron que por el inexistente entusiasmo que despierta este candidato cada vez más parecido al abuelo Cebolleta, empeñado en colocarnos un rollo confuso sobre un pasado glorioso en lugar de convocar un congreso en el que el partido pueda volver a encontrar un discurso propio.
(La primera imagen es una foto de Andrus_Ansip. La segunda una foto de Rubalcaba38 bajo licencia de Creative Commons, ambas bajo licencia de Creative Commons).