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dimarts, 16 de juny del 2015

Mas se explica.

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(La entrevista empieza en el minuto 35).
 
Ayer Palinuro subió un post tras ver la entrevista que Mas hizo a Iñaki Gabilondo, titulado ¡Qué envidia!. Y, sí, han leído ustedes bien, que hizo Mas a Gabilondo porque este se desconcertó, sobre todo a partir del momento de los pitidos al himno y ya no fue capaz de recuperar el control del diálogo. Además, tampoco estaba en posesión de toda la información, mientras que Mas sí. Mas es un presidente de gobierno de talla europea. Rajoy, no; es un presidente de un partido al que los jueces consideran presunta organización de malhechores. Pero todo eso quedó claro en el post de ayer. El de hoy aventura alguna consideración más reposada.

Mas domina las tablas. Tiene naturalidad. Y esta no le viene de la aplicación de recetas y consejas sobre el llamado "lenguaje no verbal", sino del hecho de estar convencido de lo que dice, de ser veraz. Tiene clara conciencia de vivir un momento excepcional y de que sobre él recae una responsabilidad trascendental. Es un Moisés librando a su pueblo de las garras de los egipcios. Dicho sea para entendernos, pues él no sobredimensiona su acción. Pero tiene clara conciencia de su implicación personal y de sus consecuencias. Y la transmite. Se está en un sitio para acometer una misión o para salvar los papeles y quedar bien. Se es veraz o no. Se es digno de la confianza de la gente o no, con independencia de matices y actitudes ideológicas concretas aquí o allá. Desconozco los índices de confianza y apoyo popular de Mas en Cataluña, pero seguro que son altos.

Esa implicación personal lo es en una causa nacional. La idea de Mas de nación catalana rebosa contenido histórico, cultural, económico, político. Tímidamente Gabilondo le recuerda que él es de los pocos creyentes en la fórmula de "España, nación de naciones", que tanto irrita a los nacionalistas españoles. Pero resulta algo impreciso, protocolario, desvaído frente a la contundencia de los hechos de Mas. Su conocimiento de Europa le permite relativizar toda argumentación contraria a la independencia que la emplee como pretexto: el muro de Berlín, la reunificación de las dos Alemanias, la caída de la Unión Soviética, la explosión de los Estados postsovieticos, Escocia, Bélgica y Holanda (¡qué graciosa la foto con la frontera dividiendo el hall de una casa entre los dos países!) y la corona con su aceptación sin más de los Estados Unidos de Europa. En ese continente, ¿no es viable un Estado independiente con siete millones y medio de habitantes? Más habitantes que Dinamarca y Noruega y algo menos que Austria y Suecia. Añádase que el 70% de la población es de origen no catalán. Un dato dirigido contra los argumentos que hablan de un "nacionalismo étnico".

Mas matiza e interpreta siempre los hechos en clave nacionalista catalana. Pero la fundamenta en el único criterio de legitimidad que Europa reconoce: la decisión democrática. Las urnas. Es un argumento irrefutable. Intentó ponerlo en práctica el 9N pasado y el gobierno le negó toda validez, si bien no pudo impedirlo. Ese es el punto esencial del argumento de Mas, que el Estado español no puede aceptar ni impedir nada, con lo que ha conseguido ponerse en una posición imposible por su propia ineptitud. Mas distingue cuidadosamente entre España y "Estado español", mandando con ello un mensaje a las izquierdas españolas que mucho me temo estas no captan. El Estado español, o sea, la oligarquía nacionalcatólica que desgobierna el país, no puede impedir la celebración de elecciones autonómicas que son potestativas de la Generalitat. Otra cosa es que acepte interpretar el resultado como lo haga esa misma Generalitat. Mas ya anuncia que él lo aceptará sea el que sea. Si es negativo se retirará y si es positivo, liderará el movimiento hasta el fial, pudiendo ser este la independencia.

La pregunta de siempre es ¿cómo lo tomará el "Estado español"? Mas no se hace ilusiones. Con la derecha, no habrá vía posible de entendimiento y negociación. Habrá que estar al resultado de las elecciones generales de noviembre. Pero no parece tener gran fe en él. Obvio, a tenor del conocido dicho de Josep Pla. Pero en lo que insiste una y otra vez, acumulando razones y agravios, es que, así como el nacionalismo catalán ha sido siempre leal con el Estado y contribuido a la gobernación de este, no ha recibido a cambio sino maltrato, desconsideración, tratamiento discriminatorio, abandono y, últimamente, de nuevo menosprecio y agresiones culturales, lingüísticas, morales. Una tecla esta muy sentimental. No mencionó a nadie por el nombre pero flotaban cuestiones en el ambiente. Por ejemplo, ¿cómo hacer entender a un majadero que habla de españolizar a los niños catalanes lo que significa el modelo educativo catalán? ¿Cómo a otro que llama algarabía a una manifestación de la Diada la importancia que tiene que millón y medio de ciudadan@s salgan a la calle a defender la soberanía y el derecho a decidir en pleno escándalo por el caso Pujol?

Mas no cierra ninguna puerta, al contrario de Rajoy, que no abre ni una. Está dispuesto a considerar todas las posibilidades. Es el momento en que Gabilondo le pregunta por la DUI, para obligarlo a retratarse. Y la respuesta de Mas es de primero de teoría de juegos: la DUI está en la última posición en su orden de preferencias. Pero está porque, si no estuviera, si renunciara a ella, perdería toda fuerza de negociación con el Estado español que, según dicta su experiencia (la de Mas) siempre se ha negado a negociar nada salvo bajo presión. Y esta es la última y definitiva.

Este hombre lleva la iniciativa política en esta cuestión en España. Incapaz de arrebatársela el gobierno se inclina por la vía represiva, penal. Si Franco hizo fusilar a Companys, sus herederos ideológicos juegan con la idea de meter a Mas en la cárcel o, cuando menos, inhabilitarlo. Pero Franco no tenía que dar cuentas a nadie y por eso procedió con sabiduría militar (con lo que se ganó el aplauso de algunos publicistas actuales) fusilando a aquel, para no fabricar un mártir en prisión sino solo una leyenda que su policía se encargaría de reprimir y dando, de paso, un tajo mortal a todo entendimiento entre Cataluña y España. Ahora hay que rendir cuentas en Europa y allí no será bienvenida la noticia de que el presidente electo de la Generalitat ha sido detenido.

Entre tanto, Mas sabe en dónde está, a dónde va y lo que quiere. Que lo consiga o no es otra cuestión. Sobre todo es otra cuestión mirando al interior de Cataluña, en donde, según se acercan las elecciones de septiembre, se advierten diversos movimientos estratégicos en un mapa político complejo y muy cambiante. Ahí está el trabajo de Mas. La escisión de UDC ha movido a Muriel Casals a invitar a negociaciones a los independentistas democristianos. El propio Mas da un plazo de tres día a Durán para decidir si se queda en casa o se abre a nuevos horizontes. De consumarse la escision, el MH tendrá manos libres para tentar suerte con un partido propio, presidencialista, como le insinuaba taimadamente Gabilondo. Conociéndolo, esperará a ver cómo va el pescado en la lonja. Su hoja soberanista es la única que ondea, mientras los demás, andan ubicándose.

La exclaustrada monja Forcades acaudilla un Procés Constituent que anda preparándose para las elecciones del 27S pero de composición tan confusa como sus pretensiones. Su campaña contra la vacunación obligatoria parece ser un preludio a la campaña contra la independencia de la que quiere separar a toda costa a CiU sin que estén claros los motivos. Como no será inquina personal, pues la benedictina parece modosa, pudiera ser por el carácter capitalista y neoliberal de Convergència y ella se la tiene jurada al capitalismo. Todo es tan confuso como ese procés constituent que puede darse sin independencia. Queda asimismo por aclarar de modo fehaciente la actitud de Barcelona en comú en relación con esa independencia. El consistorio tiene el apoyo de ERC, que es independentista, el del PSC, que no lo es y el de Podemos que lo es a ratos y otros, no. Las CUP, por supuesto, van por libre, pero son netamente independentistas, con lo cual no se entiende por qué la monja Forcades las convoca al aprisco del señor de la confluencia.

Mas tiene que moverse en un panorama muy complejo, de aliados difíciles y criticones y competidores decididos. Su enemigo principal, aunque es exterior (porque en el interior de Cataluña, el PP es casi un partido testimonial) está cerrado en banda y muy enconado. El contexto internacional es difícil a causa de los límites que su posición institucional le impone. Resulta notable que, en esas circunstancias sea capaz de ir a una entrevista abierta, sin restricciones, sin pactos previos, sin filtros en las preguntas del público.
 
Toda comparación es odiosa.

dimecres, 10 de juny del 2015

Las capillas de la izquierda.

Los últimos veinticinco años han sido de dominio del discurso económico neoliberal. Con la crisis, ese dominio se ha hecho total. No solamente lo repite machaconamente la derecha y es el único que encuentra eco en los medios y los centros de fabricación de ideología sino que también lo repiten como papagayos las izquierdas. Todas. La siniestra fórmula thatcherista, TINA (There Is No Alternative), no hay alternativa a las privatizaciones, desregulaciones, recortes, injusticia fiscal, desigualdades, etc. se ha impuesto en todas partes. Entre las izquierdas también. En todas, no seamos ingenuos ni nos traguemos los pretextos y excusas de unas banderías izquierdistas para refutar a otras, pero solo por el amor al sillón y no a las cuestiones de fondo.

Por supuesto, hay sus matices. Los que más género neoliberal han comprado han sido los socialistas y socialdemócratas, quienes, salvas algunas excepciones, recitan íntegras las mentiras neoliberales sobre el mercado y los embustes de la libre competencia. Suelen compensarlo señalando que, a su vez, han sido ellos los únicos en implantar reformas favorables a los más necesitados, políticas redistributivas, han atendido más a la justicia social y la igualdad, poniendo en pie los Estados del bienestar. Cierto. Las otras izquierdas sostenían que se trataban de reformas engañadoras, en complicidad con los capitalistas para desmovilizar al pueblo trabajador, y que lo necesario eran medidas revolucionarias capaces de cambiar la situación de la gente y no meramente cosméticas. Por supuesto, no pudieron poner ni una en práctica; se limitaron a maldecir a los socialdemócratas. Con la crisis, también han aceptado la doctrina TINA y, habiendo olvidado sus discursos radicales, ahora fingen que, al estar en peligro el Estado del bienestar, traicionado por los socialdemócratas, les corresponde a ellos, la verdadera izquierda, defenderlo, restablecerlo, agrandarlo, consolidarlo. Pero tampoco han hecho nada salvo hablar y siempre mal de los socialistas, pues en casi ninguna parte han sido elegidos para nada y, por tanto, no han tenido actividad de gobierno alguna.

La izquierda no tiene una política económica propia de conjunto, distintiva, que sea clara alternativa al neoliberalismo. Nadie piensa en cambiar de modelo productivo ni en reformas de calado del capitalismo sino en algunos parches aquí y allá para ir tirando y, si acaso, se discute sobre esos parches, dando a entender que una medida de reforma del sector bursátil, por ejemplo, es radicalmente distinta a otra medida de reforma del mismo sector bursátil, siendo así que son en todo análogas. Es posible que las fuerzas económicas internacionales no permitan otra cosa. El caso de Syriza es paradigmático. Según parece ya se conforma con salvar las pensiones. En política económica, las izquierdas son coros de plañideras.

Pero, se dice, es que la verdadera marca de la izquierda ya no está en estas cuestiones económicas sino en el terreno de los principios, de los ideales, de las realidades que afectan a los derechos, en definitiva, de los valores posmaterialistas, como los llama Ronald Inglehart. La lucha de la izquierda está hoy en el campo de la libertad y las libertades, de la ampliación de los derechos, de la lucha contra la arbitrariedad, el oscurantismo religioso, el patriotismo obligatorio, la corrupción, el enchufismo y la patrimonialización del Estado en manos de unos caciques de la derecha que tienen capturado el Estado como fuente de sus exacciones.

No es verdad. En el campo de los valores posmaterialistas, solo los socialdemócratas han hecho algo. El PSOE, en España, normas muy avanzadas en materia de igualdad de géneros, de derechos de las minorías, de reconocimiento de la pluralidad de valores, de avances culturales y protección de los más débiles. Pero lo han pagado al precio de una mayor corrupción que siempre hará más daño a la izquierda que a la derecha debido a sus mayores exigencias morales. Las demás izquierdas, "verdaderas", "transformadoras", etc. están por estrenarse, no han hecho más que hablar y también se han llevado su parte de corrupción si bien es cierto que en menor medida que la otra.

En punto a bastantes de estos valores, las izquierdas están igual que las derechas. O peor, porque tienen menos posibilidades y menos dinero para comprar voluntades. La prueba es que, de todos los transfuguismos ideológicos (no de partidos), casi la totalidad, algo así como el 99%, son de la izquierda a la derecha. No al revés. Follow the money.

Sea como sea, las izquierdas muestran los mismos (o similares) grados de amiguismo, enchufismo, fulanismo y caciquismo que la derecha. Basta con observar sus diarios digitales. Todos ellos son capillas de compadres y amigos más o menos enchufados, que apenas discrepan entre sí y mantienen relaciones privilegiadas con unos u otros sectores o grupos de una izquierda política muy fragmentada. Son en gran medida "periódicos de partido" o de fracción de partido, en el sentido de la clasificación de sistemas de medios de Hallin y Mancini. Prensa militante en la que la información tiene un notable sesgo interpretativo y la opinión es tan monocolor como en la prensa de la derecha. Dentro de cada capilla no hay controversias: los capilleros se doran mutuamente la píldora, hablan bien de los libros de unos y otros o de las conferencias y las propuestas de otros y unos.

Tampoco hay mucha polémica de unas capillas a otras. Estas suelen dejarse a los comentaristas que en la prensa digital son legión. Igualmente no las hay cuando las columnas se convierten en  debates en radio o televisión. En lo audivisual rige  idéntico sistema de capillas. Al no haber polémicas reales, ocurre con estos medios y sus capillas lo que con los de la derecha: los intervinientes son perfectamente previsibles y todo el mundo sabe lo que dirán y hasta cómo lo dirán. Además esos intervinientes mantienen erre que erre sus interpretaciones, por erróneas o torticeras que sean, pues nadie las cuestiona desde su propio campo.

Quizá sea una actitud comercialmente acertada. Los clientes, los lectores, los auditorios de radio y televisión conectan generalmente con los medios en donde les van a contar lo que quieren oír. Eso, la derecha, que tiene un sentido pragmático de la existencia, lo borda. En la izquierda empieza a darse también porque se abre paso un pragmatismo de nuevo cuño con el objetivo de ganar como sea. No se trata de informar, debatir, confrontar intrerpretaciones o aclararlas, sino de imponer doctrina y salirse con la suya.

Para eso se necesitan las capillas como entidades cerradas de Verdaderos creyentes y los que no son admisibles son los dubitativos, los críticos, los objetores, los que no aceptan la diciplina de la capilla, los independientes. A esos se los censura, ningunea o silencia porque, como también piensa la derecha con razón, no son de fiar. Pero, en el caso de las izquierdas, se riza el rizo cuando se acusa a las otras capillas de hacer lo mismo que hacen ellas.

Y estos van a regenerar el país.

dimarts, 5 de maig del 2015

Adiós, Jesús.

"Comunicador único" y "maestro de la televisión en España" lo llama Natalia Marcos en su crónica en El País. Pues sí, es verdad. Y, además, inteligente, brillante, tolerante, un hombre cabal. Creo que se benefició y mucho de su larga estancia en Nueva York como corresponsal de TVE entre 1967 y 1978, para que le florecieran esas y otras buenas cualidades. Porque la España en la que hizo su primera andadura profesional no daba para tanto. Vamos, que parecía de otro planeta.
 
Tengo particular respeto y admiración por Hermida, como los tengo por Luis del Olmo, los dos periodistas de más categoría con los que me fue dado colaborar con diversa intensidad en los años 90 del siglo pasado. Los dos tuvieron la osadía de dar cancha a un infame felipista. Eso puede parecer hoy una fruslería, pero basta recordar el clima de crispación de entonces para ver que no era así.
 
Luis parecía siempre un terremoto, todo vehemencia latina. Jesús era más distanciado, relativista y con un toque de ironía anglosajona. Y yo me sentía muy a gusto con ambos. Está claro que no es nada en el curso de sus muy productivas y espléndidas biografías. Pero para mí fue muy importante. Estar cerca de los grandes es un privilegio.
 
Gracias, Jesús, y que la tierra te sea leve.

divendres, 10 d’abril del 2015

De nada demasiado.


Eso decían los antiguos griegos. De nada demasiado. Los griegos modernos no necesitan el consejo. No pueden tener demasiado de nada.

Pasmado tiene el PP a la audiencia y la concurrencia con su forma de perpetrar primero y justificar después su ataque al derecho a la información y la libertad de expresión. La primera medida del gobierno de Rajoy fue modificar la Ley de RTVE de Zapatero con el fin de nombrar director sin necesidad de consenso con otras fuerzas parlamentarias. Es decir, de valerse de sus solos votos para poner al mando del ente a un correveidile fiel a las doctrinas e intereses del partido. En cosa de días no quedaba nada de la imparcialidad y el muy decoroso nivel informativo de la televisión heredados de Zapatero. Y no solo en la televisión madrileña, sino en todas las teles controladas por el PP y pagadas con dineros públicos.

Según el código mediático del gobierno y su partido la información es formación, o sea, adoctrinamiento. La realidad debe ser "editada", es decir, interpretada según los intereses del gobierno. La televisión es un medio de comunicación y, por tanto, de propaganda y manipulación. Continuamente, sin parar, en todos los programas, singularmente en los llamados "informativos", extraños espacios de experiencias místicas en las que el ser y el no ser se confunden. Una noticia pasa a ser no noticia y una no noticia, noticia, según decisiones a golpe de argumentario político. Y, si no se confunden, se transmutan filosofalmente. Por ejemplo, unos abucheos con que es recibida Cospedal en sus frecuentes expediciones inauguratorias se transforman en fervorosos aplausos.

Para acometer esta ardua tarea de adaptar la realidad a los deseos de los gobernantes, los gobernantes no pueden confiar en los trabajadores de los propios entes que tienen la competencia técnica, pero no son de probada lealtad al ideario de los mandos. Por eso hacen outsourcing ideológico y contratan, al parecer, equipos enteros en los predios afines de la derecha mediática. Y constituyen redacciones paralelas. Lógico: para crear una realidad paralela se necesita una redacción paralela.

La realidad es televisada por el gobierno central y sus sucursales autonómicas. El dominio de los audiovisuales es absoluto. Como lo son la censura y la manipulación. Es lo que los políticos del PP, por ejemplo, Aguirre, llaman "imparcialidad y pluralismo" en la tele. Y no, no es un problema de disonancia cognitiva. Es un problema de mendacidad. Una persona que pone en la calle a un periodista de Tele Madrid acusándolo de haber comprado el discurso del enemigo obviamente llama pluralismo a cualquier cosa excepto al pluralismo.

El resultado de la conversión de los medios públicos en aparatos de agit-prop es un descenso pavoroso en las audiencias cuyos shares se aproximan al cero. Estas televisiones son una ruina desde el punto de vista económico, aunque ello no importa gran cosa al gobierno que las financia con dineros públicos mientras deplora el despilfarro y busca una excusa para privatizarlas. Pero también son una ruina desde el punto de vista político, aunque es difícil que los genios del PP entiendan esto. Su afán es saturar literalmente la sociedad con su propaganda, sin permitir resquicio alguno por el que puedan colarse voces distintas, ideas discrepantes, otras opiniones. Ni las suyas, que ya es el colmo. La Junta Directiva Nacional, con sus 400 miembros ha dado un ejemplo sublime del silencio de las esferas y el amigo Rajoy ha vuelto al plasma para aparecerse al mundo.

Desconocen la sabiduría de la máxima griega, de nada demasiado. Sin embargo es bien clara. El exceso produce hartazgo y acabará consiguiendo lo contrario de lo que pretende. Como esto puede resultar difícil de entender para algunas entendederas, lo ilustraremos con un ejemplo. La caída de las sociedades comunistas en los años ochenta y noventa del siglo XX comenzó en todos los casos con las primeras elecciones parcialmente democráticas. Se hicieron bajo el orden político y jurídico del comunismo, con todas las televisiones bajo férreo y absoluto control del partido comunista y este perdió las elecciones en todas partes, excepto en Bulgaria.

Si no se controlan los medios audiovisuales pueden perderse las elecciones y si se controlan, también.

dissabte, 28 de març del 2015

S'ha acabat el bróquil.

Tomo prestado el título del libro de Jaume Barberà, éxito de ventas, aunque con una intencionalidad distinta. El bróquil que aquí s'ha acabat es de otra naturaleza. Se ha acabado la broma, vaya. Eso de tener a un rojeras descorbatado batiendo marcas de audiencia, dando voz a los adanes, dejando en evidencia a este gobierno, cuyo talante democrático raya en cero, no es justificable. Presión de la autoridad sobre la cadena privada y puntapié al presentador incómodo. El programa seguirá pero es de presuponer que con una orientación distinta, más respetuosa con los poderes constituidos.

La empresa justifica la medida en la falta de objetividad de Cintora. Lo hace de modo ritual pues la nota no explica nada, sino que comunica una decisión adoptada. Es un poco cómico porque, según convicción universal, la objetividad no existe. Lo cual no implica que no sea necesario tratar de conseguirla. Pero, además, comparado con lo que se ve por ahí, el espacio de Cintora era bastante objetivo. En ello sin contar con que el señor también censuraba, porque este es un país de censores. En la izquierda, también. Y este en concreto, a lo que no fueran sus amigos de Podemos, alguno bastante tonto, por cierto.

En el fondo, estos asuntos son irrelevantes. La cuestión esencial es que la derecha considera esencial la lucha en el campo ideológico en donde de lo que se trata es de imponer nuestro discurso y silenciar el contrario o disidente. Lo demás, sobra. La imbricación entre elementos ideológicos y el espíritu del mercado es evidente: ninguna empresa en su sano juicio prescindiría de un empleado que incrementara el beneficio. Salvo que la empresa comercie con la ideología. Como es el caso. Un buen ejemplo de las falacias del neoliberalismo, que llama "libre mercado" a unas relaciones privilegiadas entre las empresas y el poder político, cuyo coste acaba pagando siempre el ciudadano, en este caso, el televidente.

Tiene razón Íñigo Ramírez de Haro, tan fulminantemente destituido de embajador como Cintora de presentador, cuando dice que "la marca España es la Inquisición". Tal cual. Él la ha sufrido en sus carnes. El ministro Margallo lo ha destituido de la embajada de Serbia por unas declaraciones que, según el ministerio, dañan la imagen de España en el extranjero. Es una excusa como la de la falta de objetividad de Cintora. ¿La imagen de España en el extranjero? Vaya el ministro y pregunte. Coincide más con la que bosqueja Ramírez de Haro que con la oficial, por lo demás, inexistente.

Ramírez de Haro ha estrenado en El Español una pieza bufa al parecer, titulada Trágala, trágala. Habrá que ir a verla pues todo en ella promete. Según mis noticias, arranca en Fernando VII y termina hoy, con Pablo Iglesias y la reina Letizia. Palinuro coincide con la interpretación del autor por lo que le lleva leído: España sigue siendo un país nacionalcatólico, gobernado por el clero, bien directamente, bien mediante devoto ministro interpuesto, como Ruiz Gallardón, Fernández Díaz y otros. En el caso de Margallo es más lo nacional que lo católico, S'ha acabat el bróquil de que un representante de España vaya por ahí difundiendo la leyenda negra.

Cintora e Íñigo Ramírez de Haro, la antiespaña. Según mis noticias El País ha mandado de corresponsal en Buenos Aires al hasta ahora encargado de las crónicas parlamentarias, Carlos E. Cué porque era crítico con el gobierno, según el gobierno. Consta, al parecer, una estrecha amistad entre el periodista mandarín Cebrián y la gobernante de hecho, Sáenz de Santamaría. Prensa y gobierno al unísono, el atajo hacia la tiranía.

El panorama de los medios convencionales es aterrador por lo monótono, unilateral, repetitivo. S'h acabat el bróquil de simular respeto al pluralismo y a la democracia. Vuelven los Principios Fundamentales del Movimiento, que eran imprescriptibles y fueron jurados por el monarca anterior quien ha trasmitido el vínculo de ese juramento a su hijo, si bien este ya ha jurado la Constitución.

Es una preparación en toda regla con vistas a lás próximas confrontaciones en dos tiempos: las elecciones catalanas de septiembre, cuyo resultado se abre a un futuro de incertidumbre política y las generales de noviembre, en las que la ciudadanía va a votar en favor o en contra del gobierno. Lo curioso de la situación es que si bien el voto a favor tiene un único polo, el voto en contra tiene varios. Digan lo que quieran, que estos varios polos no hayan sabido fundirse en uno es un fracaso histórico.

diumenge, 22 de març del 2015

El espacio público.

La democracia es el ágora, el foro; desde los tiempos de los griegos y los romanos. El espacio público en el que los ciudadanos debaten los asuntos de interés común. El lugar en el que se habla, se delibera, se razona, se acuerdan decisiones colectivas. Hasta en los tiempos más oscuros de la Edad Media se mantuvieron formas democráticas mínimas de carácter municipal, con asistencia pública a concejos o similares. Muy distintos según los países, pero a partir de los cuales fueron surgiendo luego los órganos deliberantes en las ciudades, hasta que el ascenso de la burguesía en el siglo XVIII institucionalizó el ámbito de lo público, la Öffentlichkeit habermasiana, como un lugar de encuentro y discusión de unos ciudadanos razonantes y críticos. Así nacería también la opinión pública y, en paralelo las instituciones representativas, eje de la forma de gobierno moderna, la más importante de las cuales es el Parlamento, esto es, el lugar en el que se habla. Porque hablar, debatir, deliberar, es la esencia misma de la democracia.

La política se hizo comunicación política.

Con la irrupción de los medios, la expansión de la prensa escrita (causa y efecto de la alfabetización de las sociedades), la aparición de los audiovisuales, especialmente la televisión y también el cine, el ámbito público invadió el privado y colonizó toda la acción social, arrebatando al Parlamento la centralidad del debate. La opinión pública se hizo más plural, más crítica, más informada y de mayor peso. Disponía de gran diversidad de fuentes. Entre ellas, las voces de los intelectuales que, ya desde el Rheinische Zeitung de Marx, se hicieron fuertes en sus barricadas de papel. Los filósofos se expresaban en la prensa. Parte de la obra de Ortega está en los periódicos. La de Sartre, en una revista. Y con ellos, muchos otros. Filósofos, literatos, sociólogos, psicólogos, juristas, expertos variados están permanentemente en los medios, generando opinión pública.

La comunicación política se convirtió en la metateoría de las teorías políticas y la opinión pública.

Y ahora, internet, las redes sociales. Muchos sostienen que hemos entrado en una nueva forma de ágora, de ámbito público. Sin duda. Es el ágora digital, una realidad inmediata que condiciona la interacción social sin que quienes en ella participan tengan claro cómo funciona. Porque, sobre ser nuevo este ámbito, es muy proteico, cambia continuamente de formas y pautas y presenta un elemento de incertidumbre.

Justo en el momento en que la comunicación política se ha convertido en el arte de manipular la opinión pública al extremo de poner en cuestión la esencia misma de la democracia.

Lo anterior está basado en una convicción democrática que todos compartimos, al menos públicamente, esto es, la de que el ámbito publico debe ser libre, de libre acceso y garantizar derechos fundamentales, como la libertad de expresión, la libertad de prensa, el acceso a la información veraz, etc. No puede haber censura ni manipulación por razones ideológicas o políticas. En realidad, por ninguna razón. Otra convicción general es que, así como los medios de comunicación privados pueden tener la ideología que quieran, los públicos deben carecer de ella, ser imparciales, plurales y garantizar el acceso a todas las opiniones. Si estas convicciones dejan de operar, si el gobierno las quebranta de modo deliberado y sistemático, no es posible hablar de democracia.

El presidente Rajoy inició su mandanto modificando la Ley de Radiotelevisión para nombrar un director general sin consenso, solo con los votos de su partido. La finalidad, patente: poner la RTVE al servicio del partido y el gobierno. Como está y a niveles de vergüenza. Telemadrid no puede verse y la RTVE comete diariamente los mayores atentados a la deontología periodística. No se informa sobre manifestaciones multitudinarias o, si se informa, es para dar noticias de altercados, sincronizadamente con las fuerzas de orden público a las que muchos testigos acusan de ser quienes los inician. Pero se emiten verderos publirreportajes y ditirambos al gobierno. Los medios no solo reflejan una realidad distorsionada. Llegado el caso, se la inventan. En la Televisión de Extremadura dan el discurso íntegro del presidente, como si esto fuera el sultanato de Omán y, cuando toca hablar a la oposición, pasan un episodio de una serie. Este es el régimen normal del audiovisual público. Pura propaganda y, en algún caso, como en Castilla La Mancha, Agitprop. Llenan además las tertulias y debates de comunicadores afines al gobierno, parásitos y bufones a los que mantienen con cargo al erario. Llaman habitualmente debate al linchamiento dialéctico.

Los medios privados, escritos o audiovisuales forman un cerrado frente progubernamental. En unos casos por afinidades ideológicas, fáciles de entender entre el gobierno de la derecha y los empresarios de los medios, muchos de los cuales tienen intereses en otros sectores generalmente dependientes de las decisiones de la autoridad. O bien por pura dependencia económica de los medios escritos frente a los poderes que discriminan en la publicidad institucional y en las subvenciones. El periódico más favorecido por el gobierno, La Razón, es el de menor difusión pero más ímpetu en su defensa, hasta el extremo de haber inventado un género nuevo, el del comic serio. La abundante presencia de comunicadores no ya de derechas sino furibundamente reaccionarios y agresivos, al estilo del Tea Party, descompensa de tal modo ese ideal ámbito público de debate democrático que lo convierte en una burla. Se habla mucho de las puertas giratorias en cuestiones económicas, pero las político-mediáticas son un hecho cotidiano. La señora Aguirre pasa de ser presidenta de la Comunidad de Madrid a candidata a la Alcaldía y columnista del ABC. La señora Aguirre columnista opina sobre la señora Aguirre candidata.

Realmente, en el ámbito mediático solo se oye el ruido y el discurso de la derecha.

Con las instituciones sucede lo mismo. El Parlamento no existe. Ni siquiera legisla, pues eso lo hace por decreto el gobierno. No se habla de nada que disguste a la mayoría de la derecha. O sea, no se habla de nada. No se habla. De vez en cuando, el señor Rajoy lee un papel, habitualmente, mal. La oposición lo critica, los suyos aplauden y se hace lo que él ha leído. ¿Debate? ¿Discusión? ¿Rendición de cuentas? ¿Explicaciones? ¿Asunción de responsabilidades? Por favor. No confundan la libertad con el libertinaje. De los tribunales, no hablemos. La lucha desesperada de los dos o tres jueces empeñados en hacer justicia en asuntos que incomodan al príncipe empieza a rozar lo legendario. Como legendaria es ya la identidad de criterios del Tribunal Constitucional y el gobierno que nombró a su presidente entre lo más granado de su militancia. La Fiscalía, el Tribunal de Cuentas, la Defensora del Pueblo, Marquesa de Salvatierra, etc. están secuestradas, convertidas en dependencias privadas del gobierno.

Las instituciones están al servicio del partido que, a su vez, está al servicio de la voluntad omnímoda de su presidente y presidente del gobierno. Esto, ¿cómo se llama?

Por último, el ámbito público digital. Aquí se concentra la escasa oposición que se da en España. Unos cuantos diarios digitales y las redes sociales. Si es algo que se hará ver en la política real se comprobará en breve. Pero el gobierno no duerme sino que, como las vírgenes prudentes, mantiene la vela encendida por lo que pueda pasar en un ámbito tan nuevo e imprevisible. Y no se limita a vigilar a los tuiteros y echarles mano cuando atenten contra las convicciones del pío ministro Fernández Díaz o a aprobar una ley de propiedad intelectual que permita acogotar a quienes se expresen en la red. Va más allá. La intención es pervertir la nueva ágora pública digital, manipulándola, pretendiendo hacerla inservible o colonizarla, como ha hecho con la mediática.

La jefa de la campaña electoral de Esperanza Aguirre está siendo investigada por tramitar contratos con dinero público a través de la red Púnica para mejorar la reputación en internet de altos cargos del Gobierno regional, entre ellos, el actual consejero de Presidencia y Justicia, Salvador Victoria, y el presidente, Ignacio González. Bien. ¿Qué llama la atención de esta noticia? Exactamente, la finalidad, "mejorar la reputación en internet de altos cargos", etc. Y eso, ¿cómo se hace? Esos dineros públicos ahora investigados han ido a parar ¿a quién? Y por hacer ¿qué? ¿A pagar trolls, comentarios en las redes, fabricación de noticias, fakes? ¿Cómo se mejora la imagen de Ignacio González en las redes? ¿Mintiendo, engañando, falseando la realidad con el dinero de todos?

Los mismos que destruyen los discos duros de sus tesoreros son los que gastan fortunas de dinero público en embellecerse en el ciberespacio, en pagar loas y ditirambos. Es decir, quieren destruir el nuevo ámbito público de internet. O controlarlo, lo cual vendría a ser lo mismo si pudieran y, en todo caso, llenarlo de la desvergonzada propaganda de sus telediarios y de las trolas y estupideces de sus tertulian@s a sueldo, la mayoría de l@s cuales es estomagante.
 
La intención es clara: privatizar todo lo público, incluida el ágora. En el fondo, privatizar el Estado, condición conveniente para ponerlo en manos de las multinacionales, como prevé el proyecto de TTIP.

dimecres, 11 de març del 2015

Sobran las mujeres.

Ayer murieron tres mujeres supuestamente a manos de sus parejas masculinas. Dos españolas y una inglesa. Una, asesinada ayer mismo; otra fallecida ayer pero atacada hace ocho días; el cadáver de la tercera, muerta a raíz del ataque en septiembre, también apareció ayer. Dos jóvenes; una anciana. Uno de los detenidos está siendo interrogado; los otros, han confesado.

Si un grupo terrorista hiciera algo parecido, tendría a todas las policías del mundo tratando de identificarlo y persiguiéndolo. Estos otros terroristas están perfectamente identificados: son, somos, los hombres. Todos. Los asesinatos machistas vienen normalmente precedidos de violencia de género, incluso aunque no haya denuncia previa. Y la violencia de género está extendida en la sociedad, toda la sociedad, arriba, abajo, ricos, pobres, curas, seglares, analfabetos, letrados,  profesores o comerciantes. Está legitimada por siglos de literatura,  de códigos legales, religiones, sagradas tradiciones. A las mujeres hay que maltratarlas, violarlas, enseñarles su lugar en la vida y, si se empeñan en ignorarlo o cambiarlo, se las mata. Son crímenes cometidos por individuos, desde luego, o grupos de ellos, pero instigados, fomentados, justificados, tolerados y encubiertos por la colectividad, siendo cómplices, para mayor ignominia, muchas potenciales víctimas.

Bueno, ya se sabe, el machismo es un un vicio atávico, producto del patriarcado, que se irá corrigiendo con el paso del tiempo, con paciencia, con mucha paciencia. Los viejos y condenables hábitos (¡oh, sí, muy condenables!), no se cambian de la noche a la mañana, no es tan fácil, no hay que aburrir ni ser tan políticamente correcto, hombre. En el PP, por ejemplo, según Cospedal, no necesitan cuotas, porque ahí se muere y se mata al ritmo habitual.

Tres asesinatos de mujeres culpables de ser mujeres. Y no es noticia de primera. Las portadas se las llevan l@s polític@s, l@s banquer@s,  l@s corrupt@s y otr@s delincuentes. Y ningun@ ha encontrado un hueco, ni dos minutos, para condenar los tres nuevos casos de feminicidio. Están tod@s absorbid@s en otros menesteres que suponen, erróneamente, más importantes. Vamos bien.

¿Es exagerado resaltar el reciente ocho de marzo, el último terrible y magnífico Salvados y este triple crimen para pedir un momento de reflexión, un compromiso de tod@s por hacer algo en serio?

dimecres, 4 de març del 2015

Palinuro en Imagine TV.

Para el desocupado lector que quiera entretener sus ocios escuchando a Palinuro hablar sobre casi todo en este país, va una entrevista que me hicieron hace unos días en Imagine TV, a cargo de Salva González. El entevistador está muy bien. Al entrevistado ya lo tengo muy visto y no voy a juzgar su actuación. Pero no debe de ser mala del todo porque la verdad es que Salva hace que uno se sienta como en casa o como paseando por una senda umbría para quien no se encuentra en casa y eso ayuda a conectar lo que se piensa con lo que se dice con el único hilo que merece la pena, el de la verdad.

Y la verdad es que dimos un repaso a todo.


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A todo significa exactamente eso, a todo: a España ayer y hoy, a la Iglesia , a los curas, la oligarquía, los partidos, las instituciones, la gente... a todo. Y también a mi último libro, que lució gallardo sobre la mesa durante toda la entrevista: La desnacionalización de España. De la nación posible al Estado fallido. (2015) Valencia: Tirant Lo Blanch.
 


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El programa se llama La verdad escondida, The Hidden Truth. Buen título y dinámico. Es mi esperanza que, al final de él, la verdad, lejos de seguir oculta, relumbrara a la luz que ella misma irradia.

diumenge, 15 de febrer del 2015

Palinuro en Els Matins de TV3, en Barcelona.

Gracias a TV3 por invitarme als Matins el otro día. Me sentí realmente a gusto. Los contertulios, Joan Manuel Tresserras, Ricard Fernández Déu i Màrius Garcia Andrade, fantásticos. Un abrazo especial a mi amiga Magda Oranich, a quien conozco desde hace mucho.

  
 
La presentadora, Lídia Heredia, una profesional como la copa, no de un pino, sino de un cedro. El artista FER me regaló unas acuarelas geniales que subiré a FB en cuanto pueda.

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Gente que se hace respetar cuando habla porque no grita ni insulta. Porque razona. Un honor.

dilluns, 9 de febrer del 2015

Contraataque.

En un post anterior, titulado La honorable orden de la parrilla Palinuro anunciaba su intención de no perderse el Salvados de esta semana, que estaba consagrado a Esperanza Aguirre. Efectivamente se corrobora la noticia: no pondría la mano en el fuego por Rajoy. En cambio sí la pondría por ella misma. Lo dice. Palinuro no atinó. Aguirre se considera por encima de toda sospecha.
 
Este es el aspecto más característico de la entrevista. La expresidenta de la Comunidad de Madrid tiene un dominio y unas tablas que dejaron a Évole descolocado en más de alguna ocasión. Su objetivo era triple: exculparse de toda acusación de corruptelas en su gestión, atacar a Podemos y postularse como candidata a la alcaldía de Madrid. Y los tres los coronó pasando por encima de las interrupciones de Évole y, salvas dos o tres excepciones, dominando la conversación.
 
En cuanto a la corrupción, respondió rotundamente a las preguntas directas sobre su posible implicación personal (cuentas en Suiza, comisiones, etc), negó tener relación alguna sobre las prácticas corruptas de las que su gobierno estuvo plagado y afirmó que las personas encausadas por aquellas la habían defraudado y decepcionado. La habían engañado. Por supuesto, mientras ellas fue presidenta de la Comunidad de Madrid, no hubo financiación ilegal del PP, lo cual contradice directamente lo que afirma el juez y hay que creerla bajo palabra. Évole no cuestiónó -o se me pasó- el turbio asunto del Tamayazo y el balance general de esta cuenta fue positivo para Aguirre, aun  reconociendo que la corrupción es un problema y que en su partido la hay abundante.
 
El segundo objetivo era atacar a Podemos. Aguirre volvió una y otra  vez sobre el asunto, viniera o no a  cuento. Cuestionó la integridad moral de los principales dirigentes de la organización con referencia a las cuestiones de sus ingresos y criticó en el plano teórico sus postulados, un terreno este, el ideológico, en el que la expresidenta se considera con capacidad y claridad de ideas para medirse con cualquiera. Inclusó retó personalmente a Iglesias a través de la cámara a renunciar a su aforamiento a los efectos de que ella también pudiera querellarse contra él por llamarla corrupta. Acusó a los de Podemos varias veces de comunistas, castristas y chavistas, los presentó como radicales y repitió, sin duda por considerarlo un hallazgo, que Podemos no propone cambiar el gobierno, sino el sistema.
 
Tocaba la tecla del miedo y, en cierto, venía de justificarse como candidata a la alcaldía mostrando su capacidad dialéctica, como si estuviera diciendo a Rajoy, a quien mencionó un par de veces, que la suya sería la opción más prometedora para el PP. Este era su tercer objetivo y también lo abordó sin vacilar. Se considera la mejor candidata a la Alcaldía madrileña y dio a entender cuál sería su línea esencial de campaña: atacar directamente a Podemos sin darle tregua y ningunear al PSOE, al que no sé si llegó a mencionar alguna vez en el programa. El candidato Carmona, como si no existiera.
 
Ignoro cuál habrá sido la audiencia de la entrevista, pero está claro que, como cabía esperar, Aguirre salió muy bien parada de ella.

diumenge, 8 de febrer del 2015

El elefante en el ascensor.

Anda gozosa la legión de comentaristas y analistas políticos del país revelando la nueva a sus lectores: la razón profunda del éxito de Podemos consiste en haber conseguido el dominio indiscutible de los actos de habla en la esfera pública. Podemos ha impuesto sus términos, sus expresiones, decide de qué debate todo el mundo, dicta las palabras de la tribu, ha coronado la hegemonía gramsciana. Establece los "marcos o encuadres de referencia", dicen los más avezados mientras reprochan a los dos partidos dinásticos su crasa ignorancia de la pragmática de Lakoff (quien recomienda no pensar en elefantes), tan familiar para ellos como el padrenuestro.

No será Palinuro quien defienda la retórica de los políticos, desde Pedro Sánchez hasta Rajoy o desde el lugar común a la pura idiotez. Pero tampoco se dejará llevar por esas conclusiones precipitadas y vacuas según las cuales Podemos tiene el triunfo a su alcance porque ha ganado ya la guerra de las ideas ganando la batalla de las palabras. De eso, ni hablar.

Tómese el caso más patente, el que está en el ánimo colectivo, la oposición izquierda-derecha, válida en todos los sistemas políticos del mundo, que sirve para clasificar los partidos, los resultados electorales, para explicar y hasta predecir el comportamiento de los electores. Nada, nada, ahora carece de toda utilidad, es un engorro y cosa del pasado, asunto de trileros, un engañabobos. Esa dicotomía anticuada y horizontal debe ser substituida por otra vertical mucho más cierta y prometedora que ya no es "izquierda" y "derecha" sino "arriba" y "abajo". Palinuro propone llamar al hallazgo la teoría del ascensor por razones obvias.

Austin se remueve inquieto en su tumba. Claro que pueden hacerse cosas con palabras. Pero no cualquier cosa y no con cualesquiera palabras. La substitución de la escala horizontal izquierda-derecha por la teoría del ascensor es una estupidez. La escala tiene imprecisiones pero, al ser subjetiva, da libertad a la gente para autoubicarse en donde quiera y permite afinar en los matices: centro, centro izquierda, izquierda de la derecha, etc. La oposición arriba-abajo es mecánica y, al ordenar por la riqueza objetiva sin más, no tolera libertad de elección. Refleja el autoritarismo de una atribución (no autoubicación) y carece de posibilidad de matices y puntos intermedios, como no sea el bajo y el ático.

Y si de la representación gráfica pasamos a lo subjetivo, el asunto es peor. Que unas gentes que hasta ayer  militaban en el partido comunista o aledaños y que se aprestan a recibir comunistas rebotados de otros lares digan no ser de izquierda ni de derecha resulta incomprensible para la mayoría. No tanto para Palinuro, quien siempre ha tenido serias dudas sobre si los comunistas son de izquierda por más que la adjetiven de "verdadera" o quizá por eso mismo. Pero escuchar a unos profesores universitarios en buena medida privilegiados, viajados, con estudios en el extranjero, decir que son los de abajo sí que no tendría precio. Quizá por eso no lo dicen. Con lo cual, si no son de izquierda ni de derecha,  de arriba ni de abajo, no son nada.

Y de la nada no sale nada. Mucho menos un cambio de hegemonía discursiva, de marcos o encuadres de referencia. Nada. Sale palabrería, agitación y propaganda. Puro embeleco sostenido en un andamiaje de fórmulas copiadas de otros, de expresiones plagiadas y manidas: Podemos viene del Yes, we can de Obama; la sonrisa en respuesta a los insultos del talante de Zapatero; los círculos, de los círculos bolivarianos, etc. Aquí, genuino, original, propio, no hay nada.
Y menos que nada esa liebre que han echado a correr por el barbecho a la que llaman Patria y que apesta literalmente al peor oportunismo.
Por más que metan el elefante en el ascensor y le den al botón de asaltar los cielos es imposible que un empeño tan antiguo, tan visto, tan reiterado, tan poco original, coja vuelo ni siquiera al socaire de los vientos de la muy justa indignación ciudadana. Para eso, hay que hacer algo más que sonreír por consigna, aparecer en la tele, cambiar los "marcos de referencia", justificar el objetivo con toneladas de pragmatismo y tratar de colar de matute una idea y realidad del poder basada en la ocultación de intenciones y la buena fe de la gente.

dilluns, 2 de febrer del 2015

Disputare aude!


Leo que Pedro Sánchez cambia de discurso, estrategia y asesores. Hace muy bien porque los anteriores, quienes fueran, lo estaban llevando al desastre. Los nuevos parece que traen ideas nuevas.

Pero no lo suficiente. Si rompe, que rompa de verdad.

Sánchez concentra su discurso en criticar el de Rajoy. Y lo hace a distancia, al estilo tradicional de esta política de hipócritas, mequetrefes y cobardes instaurada por el presidente del gobierno que, como no sabe hablar, ni leer, ni decir nada con un mínimo de dignidad que no sea mentira, prefiere el plasma, el monólogo, el silencio o las alusiones a otros a distancia, durante las inauguraciones de la fiesta del pepino. 
 
Pero si Sánchez quiere cambiar realmente, además de atender a las alusiones de corrala, debe escenificar su ruptura. Ese nuevo pacto, firma, acuerdo o chanchullo es un disparate suicida. Rompa ya con la corrupción. Presente una moción de censura de una vez y ponga fin a esta farsa de un gobierno que no gobierna y un legislativo que no legisla porque están todos concentrados en ver cómo salvan al sobresueldos de su horizonte judicial. Lo único que Rajoy tiene ya que decir es cuándo se va. Y, aunque parezca imposible, sin mentir.
 
Sánchez no puede ignorar a Podemos. Simularlo luego de haberle copiado con el mismo descaro con que Podemos ha copiado a otros, demuestra debilidad y atolondramiento. Ignorar a quien te interpela directa a indirectamente es tan perjudicial como pasarse el día hablando pestes de Pablo Iglesias.
 
Ni pestes ni rosas. Quede con él en un debate abierto en la televisión. Vayan los dos a un programa sin más condiciones previas que las de la buena educación y el juego limpio. ¿No son ustedes políticos de la nueva generación, cercanos a la gente? ¿No abominan ambos de la falsedad, el acartonamiento, la mentira institucionalizada que representa Rajoy y toda la vieja política? ¿No piensan que la política debe ser intercambio civilizado de propuestas por el bien común, defendidas públicamente para que un electorado mayor de edad y crítico pueda optar informadamente?
 
Si ese debate televisado Iglesias - Sánchez se produjera alcanzaría una audiencia sin precedentes y tendría una importancia inmensa. Algo parecido al famoso debate Kennedy/Nixon aunque en otra escala. Abriría una época y dejaría a Rajoy descolocado en el rincón de las antiguallas porque, aunque quisiera, no podría hacer lo mismo por falta de categoría. Ese sería el signo obvio de cambio de época y de que el PSOE tiene algo que pintar en ella.
 
Atrévase a debatir, hombre. No pasa nada. Ambos saldrán fortalecidos y quién sabe si amigos.

dimecres, 21 de gener del 2015

Si se miente a 4.000 personas, ¿por qué no a 47 millones?

La mentira es uno de los recursos habituales de los politicastros de la vieja y corrupta escuela. En el PP mienten hasta los notarios y nadie cree una sola palabra de lo que dice Rajoy o cualquiera de los cobradores de sobresueldos a sus órdenes.

En el mitin en Sevilla, Pablo Iglesias acusó ante 4.000 personas a Susana Díaz de haber prohibido que la TVA lo entrevistara. Poco después, la directora del programa desmentía en directo la acusación afirmando no solamente que la censura o prohibición no se había producido sino que, al contrario, la cadena lleva meses solicitando una entrevista con el dirigente de Podemos sin conseguirla hasta la fecha.

La acusación de censura a un medio de comunicación es muy grave. Ataca la dignidad de los profesionales. Al comentar el asunto Palinuro sostuvo que ese incidente no puede quedar así: o Iglesias demuestra su acusación o se retracta. Después de las explicaciones de los periodistas,  si no hay prueba ni retractacion, hay mentira. Y, si alguien es capaz de mentir a 4.000 personas en su cara, ¿por qué no va a mentir a 47 millones?

Palinuro añadía que, si se probaba que Díaz había dado orden de que en su televisión no se entrevistaba al coletas, debía dimitir. Y lo mantiene. Pero ahora añade que si, por el contrario, resulta que el que ha mentido es Iglesias, es él quien debe dimitir e irse a su casa.

¡Qué tontería! Pero hombre, Palinuro, dice la sabiduría convencional, esto es España, lugar en el que miente todo el mundo, empezando por el gobierno. Y no dimite nadie, nunca, por nada.

Verdad es, pero estos de Podemos, ¿no venían a desterrar tan malos hábitos y regenerar el país?

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Actualización: leo que Podemos ha divulgado un comunicado según el cual la entrevista estaba acordada pero TVA la canceló sin previo aviso ni explicación. Aportan un whatsup con TVA que parece probarlo, aunque de una forma imprecisa porque puede referirse a la entrevista de Iglesias o a cualquier otra. Y hubo otra. Eso vuelve a poner la pelota, al menos en parte, en el tejado del canal público. ¿Son suficientes las explicaciones de la directora del programa? ¿Estaba o no acordada la entrevista? Y, si lo estaba, ¿quién la canceló, por qué y por qué no se explicó? Eso en cuanto a la cadena. En cuanto a Podemos, el whatsup obliga a parar un instante; pero solo un instante. Para que lo que dicen sea creíble, han de probar que esa entrevista concreta estaba apalabrada. De no hacerlo la mentira quedará como mentira.

Y en cualquier país del mundo con el que Podemos quiere equipararnos, mentir en público, mentir a la gente, a los electores, es el fin de la carrera política del mentiroso.

dijous, 8 de gener del 2015

Notas mínimas sobre la blasfemia.


Los responsables de la matanza de Charlie Hebdo son quienes la han perpetrado.

El Islam no es culpable. Lo es el fanatismo. Hace cuatro años otro fanático de extrema derecha, Anders Behring Breivik, asesinó en Noruega a tiro limpio a 77 personas. Y no es musulmán, sino cristiano; seguidor de los templarios, por más señas.

Las religiones son caldo de cultivo del fanatismo. Sobre todo, las tres del Libro, mosaísmo, islamismo y cristianismo. Las tres son muy crueles.

El islamismo parece la más bárbara. También es la más perseguida. Hace años que las otras dos, lo que llamamos Occidente, hacen una guerra de exterminio contra la otra. Persiguen a los islamistas, los encarcelan,  los asesinan, les roban sus tierras, les destruyen sus casas, matan a sus hijos, sus familias, todo lo cual obviamente, exacerba los fanatismos y los lleva al terrorismo, a los atentados suicidas, a la barbarie contra inocentes.

Un par de tuits de Willy Toledo ha levantado polvareda. Dice uno:  El Pentágono y la OTAN bombardean y destruyen países enteros, asesinan a millones, cada día. D verdad esperamos q no hagan nada? El propio Toledo no está justificando los atentados, los repudia, pero nos obliga a reflexionar sobre nuestro comportamiento. Lo que pasa hace años en Palestina, en Irak, en Afganistán, en Siria, también es terrorismo. Decapitar rehenes es abominable. Y Guantánamo ¿qué es?

Toledo tiene el don de la impertinencia. Está en la línea de San Mateo; "quien a hierro mata, a hierro muere" (Mat., 25: 52), sin hacer distingos sobre las manos que manejan los hierros.

Dos acontecimientos podrían ayudar a que el Islam se modernizara y entrara en la edad de la tolerancia: un cambio de actitud de Occidente y una reforma interna en la religión similar a la luterana en el cristianismo, que tanto hizo por civilizarlo. Lo primero depende de nosotros, de nuestros gobiernos, a los que hemos de presionar, cosa que no hacemos. Lo segundo depende del propio Islam, pero debiera hacerse lo posible por fomentarlo.

La lucha contra el fanatismo y el terrorismo, en defensa de la tolerancia y las libertades, empezando por la de expresión, es la lucha por la supervivencia de la civilización y la dignidad del individuo. Y debemos hacerla sin ambigüedad ni desfallecimiento.
 
Pero también debemos barrer nuestra casa y revisar nuestro comportamiento. Solo así tendremos la autoridad moral que invocamos en muchas ocasiones con harta hipocresía.
 
La Iglesia católica sigue siendo intolerante. Se ha apropiado -indebidamente a jucio de Palinuro- de la mezquita de Córdoba y la está llenando de simbología y parafernalia católica. Eso es intolerancia. El obispo de Alcalá niega sus derechos a los homosexuales y, si pudiera, seguramente haría algo peor con ellos. El ministro del Interior es fervoroso miembro del Opus, una secta que considera "pecado grave" la llamada blasfemia. No lo ha convertido en delito del código penal porque no ha podido, pero no por falta de deseos y porque, además, el delito de escarnio del Código Penal  (art. 525, 1) ya se le acerca bastante. Blasfemia es lo que los asesinos islamistas ha ido a castigar en Charlie Hebdo. La diferencia, nada desdeñable por cierto, está en la cantidad y el tiempo. Pero el parecido reside en el contenido.
 
La  blasfemia puede ser un pecado, según las convicciones morales de cada cual, pero no un comportamiento socialmente punible y mucho menos un delito. Es más, es un derecho. Mientras esto no esté definitivamente asentado, las tres religiones del Libro serán un peligro para la tolerancia y la libertad. Según la época de que se hable, unas más que otras.
 
Palinuro tributa profundo reconocimiento a todas las víctimas de ayer, mártires en la lucha por la libertad de expresión.

dijous, 1 de gener del 2015

Una nueva revista.

De humor y de papel. Todavía queda gente brava en el mundo porque el papel da ya para poco y su destino parece sellado. El churro ilustrado nace para sobrevivir en un mundo hostil y quizá por eso viene sonriendo, en clave humorística. Sus redactores se ven como continuadores de La codorniz, nombre al que suele acompañar el adjetivo de "mítica". Palinuro es muy fiel a su memoria porque la única medalla que tiene le fue concedida, precisamente, por sus continuadores, y con ella le reconocían el mérito de ser luchador de causas perdidas. Desde luego, jamás cometeré la vulgaridad de apuntarme a una causa ganadora.

Lo del papel es inevitable signo de los tiempos. La revista tiene una especie de página web, Panini Comics, en la que se da cumplida información de sus propósitos. Estos se resumen en uno: hacer reír, cultivar el humor, la sátira. También aquí el panorama parece abigarrado. Hay dos publicaciones más de ese género en el mercado de papel el Jueves, la revista que sale los miércoles y Mongolia. ¿Es mucho? Los lectores dirán, pero sí cabe señalar algo colateralmente: es una ley política y sociológica que, cuando los sistemas democráticos se convierten en dictaduras, como está pasando en España con el gobierno de los sobresueldos, la corrupción y la Ley Mordaza, la opinión pública busque salida por la vía del humor. Los mejores chistes de la edad contemporánea salían de la Unión Soviética y la dictadura del genocida Francisco Franco a quien Dios, acojonado, tendrá a su diestra y, sobre todo, a su vista, por si los golpes de Estado celestiales. Que está este Papa sacando demasiado los pies del tiesto.

Mucha suerte a los del Churro ilustrado.

dimarts, 9 de desembre del 2014

¿Cuánta democracia admite la democracia?


Hugo Aznar y Jordi Pérez Llavador (Eds.) (2014) De la democracia de masas a la democracia deliberativa. Barcelona: Ariel (204 págs.)
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Hugo Aznar, uno de los editores de esta recopilación de textos explica su origen  en la introducción. Se remonta al IV Seminario interdisciplinar Crisis y revitalización de la ciudadanía: ¿de la democracia de masas a la democracia deliberativa? celebrado en la Universidad CEU Cardenal Herrera (Valencia), al que los organizadores tuvieron le gentileza de invitar a Palinuro. El volumen recoge las ponencias que en él se presentaron y algún otro escrito y, como se ve por el título del libro, al haber desaparecido el interrogante del del seminario, parece damos por bueno que la democracia de masas deviene democracia deliberativa. Los trabajos aquí referenciados son muy interesantes y abonan esa impresión. Pero, antes de considerarlos por separado, tengo una querella previa con los nombres y cierta perplejidad que no afecta a los contenidos de aquellos sino a los términos que empleamos y no parecemos cuestionar. ¿Es acertado contraponer "democracia de masas" a "democracia deliberativa"? Esta última, ¿no es también de masas? Las masas ¿no deliberan? Se presume que no, y el término "democracia de masas", en realidad, quiere decir "democracia de élites" y, al llamarse "de masas", entiendo, está empleando el término en un sentido ideológico, de masas como rebaños. Esas masas aquí referidas presuponen las élites y como estas son las dirigentes y decisivas, la contraposición bien podría ser "de la democracia elitista a la democracia de masas deliberantes". De hecho me da la impresión de que es el espíritu que reina en el libro.

Los editores abren la recopilación con la ponencia de Palinuro, titulada Pasado y presente de una ciudadanía pendiente, sin duda por lo de poner el burro delante para que no se espante. No hablaré de ella por ser autoría de mi doble, quien siempre dice que no le gusta hablar bien de sí mismo y que, para hablar mal, ya están los amigos. Baste decir que se trata de entender la ciudadanía no como un estado o condición, sino como un proceso. La etapa en que encuentra ahora es la de las "muchedumbres inteligentes" y el reto siguiente, que ya se perfila, es el de la ciudadanía mundial, cosmopolita.

Jordi Pérez Llavador tiene un trabajo, "La no ciudadanía en la comunicación: opinión pública y propaganda" en el que traza de modo sintético y ágil el origen de los "muchos" como sujeto histórico en el desarrollo del capitalismo industrial del siglo XIX, con la extensión del sufragio universal, la aparición de unas masas que pusieron nerviosa a la burguesía, como se prueba por las teorías del liberalismo doctrinario que acabarían fraguando en las teorías de las élites de los primeros decenios del siglo XX. Hay un paso de la comunicación grupal de los antiguos públicos habermasianos a la comunicación de masas. Y, a partir de aquí, la propaganda. Aborda Pérez Llavador este asunto con especial referencia a Walter Lippmann. Lo mismo sucede con más autores del libro, pues participan en un proyecto de investigación que, entre otros asuntos, estudia la figura de este gran publicista estadounidense. Por el periodo que le tocó vivir, el de la Gran Guerra la entreguerra y los años posteriores a la segunda mundial, Lippmann comprobó cómo los medios de comunicación se convertían en vehículos de propaganda. Hablando del periodismo de guerra, Lippmann avisaba "el trabajo de los reporteros ha terminado así por confundirse con el de los predicadores, los misioneros, los profetas y los agitadores". La cita es de Pérez Llavador, pero la tentación salta de inmediato: ¿se habla de la guerra del 14 o de ahora mismo? A esa pregunta parece dar respuesta el párrafo de conclusión del autor: "El ciudadano, ante la propaganda, pliega su voluntad a designios ajenos. Muta para convertirse en súbdito de imágenes, sentimientos e ideas" (p. 66).

Rodrigo Fidel Rodríguez Borges tiene un interesantísimo capítulo titulado "las relaciones entre prensa, ciudadanía y democracia en Walter Lippmann. Un liberal en su laberinto", dedicado específicamente a desentrañar el sentido y contenido de la compleja, prolongada y muy influyente obra del afamado columnista. Entiendo que Borges explica la insistencia del Lippmann tardío en una forma de gobierno de técnicos y expertos, procedente de la idea platónica del filósofo rey (p. 87), como una especie de contradicción, si bien recuerda que  se defendía de la acusación de tecnocracia reafirmando su condición de "demócrata liberal" (p. 88), lo cual no le libraba de la acusación de Dewey de pretender despojar al ser humano de su dignidad en cuanto ser autónomo (p.91). Lippmann era un liberal en el sentido estadounidense del término, es decir, progresista. También lo era, a mi entender, en el sentido español, el del Siglo de Oro, como hombre magnánimo. Su conocimiento y gran admiración por Platón estuvieron presentes en su vida. La teoría del filósofo rey o el mito de la caverna. Jugando con ambos desarrolló su vida este gran periodista que intervino y definió momentos hitóricos decisivos, como los catorce puntos del presidente Wilson o la guerra fría en los cuarenta. Comenzó con unas expectativas éticas muy elevadas y, poco a poco, los acontecimientos lo fueron llevando a una actitud que sus defensores llaman "realista" y presupone un eclecticismo ético. Pero aquella actitud crítica y de principios se dio y sigue siendo un buen espejo de la profesión periodística.

El trabajo de Hugo Aznar, "De masas a públicos: ¿cambios hacia una democracia deliberativa?" me ofrece poco tema para considerar porque estoy de acuerdo en casi todo lo que dice. La desafección democrática (Norris et al.) es anterior a las NTICs (p. 97) y estas, internet, son una revolución similar a la de la imprenta, pues han traido un aumento exponencial de la autonomía individual (p. 99). Se añaden otras novísimas tecnologías, como la web 2.0 o el tráfico con dispositivos móviles y estamos en una era que Aznar caracteriza minuciosamente en doce factores, todos determinantes y entre los cuales subrayo como muestras la bidireccionalidad, la interconectividad, la intercreatividad y la velocidad (p. 102). Yo le añadiría "redes distribuidas" y "nubes", pero no sé qué nombres les daría. El tema central del trabajo es una comparación de caracteres de las masas (en su concepción tradicional) y los públicos en red. Equipara tres rasgos antropológicos, cuatro psicosociales y otros cuatro sociopolíticos y todos son pertinentes, desde la aparición de los prosumidores (p. 106) hasta la formulación de una ciberutopía (p. 118). La última parte del ensayo es una especie de visión metafórica de lo que las otras argumentan y así Aznar contrapone la célebre teoría de la aguja hipodérmica (p. 119), que suena un poco al huso y la rueca, a la posibilidad de una "especie de cerebro digital planetario" que suena otro poco a la máquina del tiempo (p. 120).

Manuel Menéndez Alzamora, en "Repensar la democracia: los retos de una ciudadanía cosmopolita", aborda el espinoso y huidizo tema de la globalización. La vieja raíz de la nación cívico-política y la nación cultural asoma en la polémica entre cosmopolitismo y comunitarismo (p. 131) y, aunque da la impresión de simpatizar más con el primero, siendo ambos formas del liberalismo, su máximo interés es que la democracia global sea deliberativa y superadora de su naturaleza "constitucional y normativa" (p. 134). Se apoya para proseguir en los importantes trabajos de Pogge y Nussbaum, pero sin duda es un territorio en el que queda mucho por indagar sobre todo en términos de factibilidad.

El estudio Pedro Jesús Pérez Zafrilla, "Génesis y estructura de la democracia deliberativa", es un buen trabajo introductorio al origen y situación actual de la democracia deliberativa. Frente a la hegemonía de la teoría elitista se alza en un momento dado una corriente "participacionista" (Bachrach, Macpherson, Pateman) (p. 145) que desemboca en la teoría de la democracia deliberativa con tres corrientes: a) republicana; b) rawlsiana; y c) discursiva (p. 150/152). Analiza luego sus elementos característicos que son participación, consentimiento y deliberación (pp. 155/157) y aclara las indudables ventajas de la deliberación. El autor concluye que la democracia deliberativa se revela como un nuevo modelo de acción política necesario para regenerar la vida democrática..., (p. 159). Y está en su derecho. Pero no acabo de ver que esos tres elementos de participación, consentimiento y deliberación sean ajenos a la democracia representativa tradicional. Otra cosa es que sean lo que nosotros quisiéramos que fuesen. La democracia es compromiso. 

El trabajo de Víctor Sampedro, "democracias de código abierto y cibermultitudes" es un muy estimulante ensayo, hecho con conocimiento de causa más que sobrado, para quienes creemos que el avance de lo digital no solo aumenta exponencialmente las fuentes de información, la capacidad y autonomía de los individuos sino que trabaja en un sentido progresivo de emancipación de la especie. El cambio social es impredecible y más con internet que, de nuevo, rememora a Gutenberg (p. 164) y lleva la imprevisibilidad al límite. Concibe el proceso en términos de guerra, con un intento de control estatal-corporativo del ciberespacio que amenaza la democracia (p. 169). Es el viejo dicho del complejo militar industrial actualizado. La resistencia viene hoy de los prosumidores o, mejor, de los tecnociudadanos que se valen del software libre o código abierto (p. 170). La lucha en la sociedad red, cuyo adelantado es WikiLeaks, aborda procesos "destituyentes" de los regímenes económicos y de representación (p. 173). La opinión pública digital y las cibermultitudes imponen hoy sus principios en la política (p. 178). Son todos postulados los de este análisis que pueden aplicarse con provecho al fenómeno de Podemos y sería interesante hacerlo porque así es como funcionamos en una dialéctica permanente de teoría y praxis.

Guillermo López Garcia titula su trabajo "Del 11M al #15M. Nuevas tecnologías y movilización social en España". Curioso título. Habrá colegas a quienes sea preciso explicar qué es un hashtag y qué función cumple. Los otros, los de las nntt, no lo necesitan pero podrán preguntarse por qué el 11M no lleva hashtag. Y la cosa tiene miga: porque el 11M no fue trending topic y el 15M, sí. Y no lo fue por falta de redes sociales, no por su importancia intrínseca como fenómeno. En marzo de 2004 hacía un mes que se había creado Facebook y Twitter no comenzó a funcionar hasta 2006. En términos de redes, el 11M pertenece a la edad de la piedra en comparación con el 15M. Y aun así uno de los aspectos más señalados de aquella fecha es que la movilización social contra el PP se convocara por SMS. Hoy, con Whatsapp, la cosa se habría triplicado. Con esto se da cuenta ya del contenido del trabajo, que está implícito en el título. Es curioso leer la observación de que en cuanto al movimiento del #15M, lo más llamativo es que surge "de la nada" (p. 196). Lo mismo que suele decirse de Podemos. Pero hay algo hasta ahora incontrovertible: de la nada no surge nada. Salvo el Ser, pero ese es otro asunto.

diumenge, 7 de desembre del 2014

El petimetre y sus tiranosaurios.

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Luego de ver la entrevista que Sergio Martín propinó a Pablo Iglesias en TV24h subí el vídeo y un apunte a Facebook exponiendo mi punto de vista sobre el espectáculo bochornoso que dieron al país entero tres periodistas experimentados,  que debieran tener algo más de pundonor profesional, y un mequetrefe rebosante de petulancia.

Era indignante que, con el dinero de los impuestos de todos se montara una especie de linchamiento mediático de tan baja catadura intelectual y moral.

Trataré de exponerlo con claridad. Un hombre al que respaldan 1.250.000 ciudadanos con su voto expreso y que cuenta con simpatías y reconocimiento internacional y nacional, se sometía a las preguntas de cinco personas a quienes no ha elegido nadie para nada. Cinco inquisidores que no representan nada como no sean los intereses de las empresas para las que trabajan, que no se sabe quién ha seleccionado para estar allí y en función de qué exámenes o méritos, si no es el enchufe, la contratación a dedo y la amistad con el jefe de turno. Corríjaseme si me equivoco, pues no es asunto menor, ya que TVE no es una empresa privada.

La indignación que producía esta situación dictó a Palinuro el texto que subió a Facebook. Hoy, tras haber pasado dos días, con mayor desapasionamiento y distancia, habiéndolo pensado mejor, Palinuro lo reproduce tal cual, sin cambiar una coma:

Voy a ser suave y comedido. El intento de fusilamiento de Pablo Iglesias ayer en canal 24 es lo más estúpido, vergonzoso, miserable, vil y ruin que he visto en mi vida. Cinco tíos, por llamarlos de algún modo, cobrando dineros públicos, sin el menor sentido del juego limpio, mostraron su baja estofa tratando de acorralar a un hombre solo de modo provocativo y, en algún caso, chulesco. El petimetre del director, un zangolotino sin luces, lo saludó con una provocación insultante sobre ETA que muestra hasta qué punto estos cretinos confunden la profesión de periodista con la de sicario a sueldo. La presencia de un vividor del infundio y la calumnia como Rojo, muy bien señalada por Iglesias, daba al programa la bajura y el tinte múrido que lleva esta patulea. La insistencia en pillar al de Podemos en la trampa saducea del comunismo -quizá lo más hábil que se escuchó a esta partida de jayanes sin escrúpulos- solo prueba el interés por ganar puestos a ojos del amo que reparte los sueldos, las prebendas y las apariciones en TV. A fuerza de impresentable, el programa no contaba con ninguna mujer. Es decisivo por lo que significa en sí, no por la circunstancia pues los medios españoles cuentan con mujeres suficientes más indignas, bellacas y estúpidas que los machos que ayer creyeron llegada la hora de su vida destruyendo a Iglesias y consiguieron, como suele sucederles, que saliera fortalecido y con más partidarios que nunca. Y el tal Sergio Martín, ¿va a seguir ahí, cobrando de todos los españoles, incluidos los que creemos que estaría mejor de botones de La Moncloa?

dimarts, 18 de novembre del 2014

¿Por qué no sale Podemos en TVE?


Los dirigentes suelen decirlo: no hay derecho a que en TVE se ignore sistemáticamente a Podemos. Y no solamente se les ignora sino que, ayer, según parece, sacaron a Pablo Iglesias subtitulándolo como "secretario general del PSOE", lo que se presta a todo tipo de chanzas.

Efectivamente: ¿por qué no sale un movimiento con 1.200.000 votos, que ha alterado el panorama político, sobre el que todo el mundo opina y al que dan cancha todos los demás medios? No es una secta, ni un club, ni una pandilla callejera. Son 1.200.000 votos, la cuarta fuerza política. ¿Por qué no se les permite defenderse cuando en esa TVE que pagamos todos los españoles, incluidos los votantes de Podemos, se los insulta?

Es fácil responder: porque TVE y todos los medios públicos bajo dominio del PP son centros de agitación y propaganda de ese partido. No es que no sean neutrales o imparciales; es que no son ni informativos. Son comics de propaganda de la derecha. Muchos privados, también, pero no es aquí el caso. El caso son los públicos, que se financian con dinero de todos, lugares en donde se pagan salarios de ensueño a tertulianos de baja estofa para ladrar contra Podemos.

¿Qué razón hay para esta censura? Si es el criterio de conceder presencia en función del número de votos o de escaños obtenidos, Podemos tiene 1.200.000 y cinco escaños. ¿Qué el cálculo no está pensado para las elecciones europeas? Pues extrapólense los resultados y dese a Podemos la presencia en TVE que le corresponde.

De no ser así, estos debieran acudir a los tribunales. Y, mientras tanto, podrían iniciarse campañas en las redes sociales pidiendo la presencia de Podemos en TVE.


(La imagen son dos fotos de Wikimedia Commons, con licencia Creative Commons).

diumenge, 9 de novembre del 2014

Fort Apache resiste.



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A mitad de la jornada decisiva de hoy, cuando los catalanes han salido por enésima vez al carrer a hacerse respetar, se han enfrentado a este gobierno de incompetentes y corruptos y a su tribunalillo constitucional, y están dando un ejemplo de civismo, democracia y dignidad colectiva que mañana alabará todo el mundo, estoy encantado de compartir el programa que hicimos en Fort Apache, dirigido por Pablo Iglesias, con participación de gente guay. 

La derecha española ha hecho todo cuanto ha podido para impedir esta votación: amenazas, chantajes, guerra sucia, recursos y más recursos. Inútilmente. El referéndum "ilegal" se ha celebrado contra la voluntad del gobierno y su tribunalillo. Y cuando digo "derecha española" incluyo el gobierno, sus espías y agentes provocadores, el PP, sus tertulianos a sueldo (público, claro), los medios de papel, empezando por El País, ya reducido a la siniestra caricatura de lo que fue, la patronal, la banca, la Iglesia y buena parte del PSOE. IU y Podemos apenas salvan la cara a base de ponerse muy de perfil. 

Al no conseguirlo porque, además de reaccionaria y corrupta, la derecha española es incompetente, sale hoy esta indignidad que tenemos de presidente negando valor a la consulta, según la línea argumental facilitada por El País y declarándola "antidemocrática". 

Carece de sentido debatir con esta gente. Vamos a ver qué resultado da la consulta que, seguro estoy, será espectacular y, a continuación a sentarnos a ver si este inútil que tiene su país al borde mismo de la ruptura, además de considerar que los sinvergüenzas y ladrones son "referentes" morales, tiene el mínimo sentido común de irse a su casa, de donde no debió salir nunca. 

Espero que el programa resulte interesante. Se emitió ayer.