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divendres, 3 de desembre del 2010

Wikileaks: el Imperio contraataca.

Lo siento pero Wikileaks es lo más importante que ha pasado en el mundo en mucho, mucho tiempo. Sobre la crisis económica hay ahora una crisis política que, como aquella, es global. Sólo que en la política la crisis es una guerra: las fuerzas revolucionarias están organizadas, son eficaces, saben lo que quieren y van por ello. Al contrario que en la económica en donde la situación es de marasmo.

Más que una crisis, es una convulsión. El mundo entero está convulso. Dar un paseo por los cinco medios en posesión de los 250.000 papeles es presenciar un espectáculo realmente grotesco. No por lo que hacen los medios, que están mostrando gran profesionalidad, sino por los disparates que perpetran a diario las autoridades, sus trapacerías, servidumbres, salidas de tono. Y los medios tienen todavía material para seguir poniendo en solfa el orden internacional y los Estados.

El punto más sorprendente, me parece, es cómo la comprobación de que la realidad es lo que todo el mundo sabía aunque no lo dijera, ha provocado auténticas iras. ¿Alguien dudaba de que Afghanistán funciona merced a la corrupción? ¿Que Rusia es un Estado mafioso y que produce temor su bien llevarse con Italia porque al parecer Putin y Berlusconi hacen negocios sucios con el gas ruso? ¿Alguien ignoraba que a Berlusconi un día le da algo en sus orgías, que Brown cae mal a todo el mundo, que Sarkozy se cree Napoleón y que Karzai es un paranoico? ¿Alguien dudaba de que Marruecos es una monarquía basada en la corrupción, con el rey a la cabeza? Es de esperar que, con esta noticia, el Gobierno español se arme de valor y, confiando en el apoyo de la Unión Europea, plante cara a Marruecos de una vez, en lugar de escurrir el bulto y reprimir a los que protestan. La condena del Congreso a lo sucedido en el Sahara es todo menos una condena y, a pesar de eso, Marruecos se permite el lujo de presionar a los parlamentarios anunciando que piensa revisar sus relaciones con España, cosa que pone de los nervios a los timoratos que gobiernan el país. Porque la respuesta del Presidente de ofrecer diálogo no es precisamente gallarda. Claro que no conviene olvidar que Ceuta y Melilla quedan fuera del paraguas de la OTAN.

De cualquier modo, todo lo que está sucediendo hoy en el mundo se debe a Wikileaks. Los casos concretos, específicos, de gobernantes, gobiernos, países, son muy numerosos y tienden a serlo mucho más. Alguien ha puesto ya en marcha un buscador especial para los 250.000 cables.

Los árboles no nos dejan ver el bosque y el bosque es que Wikileaks es un ataque premeditado y en toda regla contra el principio, la base misma del orden internacional, fundamentado en la soberanía de los Estados, en la razón de Estado. A su vez, el meollo, causa y efecto de la razón de Estado es el secreto de Estado. Si éste se pierde, los Estados entran en aguas turbulentas. De ahí que todos prevean penas de prisión para quien revele secretos oficiales, un delito cercano al de alta traición.

Así que se ha desencadenado un contraataque en todos los frentes para acabar con Assange y Wikileaks. Palinuro los ha relatado en entradas anteriores. Lo más grave es que haya una orden de busca y captura contra él de un tribunal sueco por un presunto delito de violación y abusos sexuales. Si comparece ante la justicia sueca porque lo encuentre la Interpol o se entregue él mismo, en el tiempo del proceso es posible que la fiscalía estadounidense decida acusarlo de revelación de secretos de Estado y pida su extradición a los EEUU. Y aquí tienen Suecia y la Unión Europea un dilema porque una cosa es procesar a Assange por un supuesto delito común y otra hacerlo por el de revelación de secretos que, en su caso, es un típicamente político, de desobediencia civil. Al fin y al cabo, es uno de los nuestros. ¿O piensan los EEUU poner precio a su cabeza?

Los EEUU no quieren limitarse a capturarlo y procesarlo (si deciden hacerlo) sino que pretenden expulsar a Wikileaks de la red, sacarla del ciberespacio como lo han hecho de Amazon, cerrar la boca al portal y retirar su imagen misma de la red, y esto es ya otro asunto. La pretensión es, en la práctica, una condena de excomunión, más propia de la Iglesia católica que de un senador de trayectoria demócrata como Joe Lieberman. Hay aquí dos preguntas: ¿se debe hacer algo así? ¿Es moralmente aceptable callar y hacer desaparecer de la red, o sea, del mundo, páginas web, portales, plataformas, etc? ¿Vamos a restablecer el Índice? ¿Y hacerlo sin resolución judicial, mediante actos administrativos? ¿Puede haber una resolución judicial por la que se prive a alguien del acceso a la red? ¿No atenta eso contra la libertad de expresión? Cierto que esta libertad no puede ser absoluta; pero que sea limitada no quiere decir que pueda no ser

La segunda pregunta es: ¿se puede hacer? ¿Tenemos los medios para desaparecer a alguien del ciberespacio? Entiendo que sí pero la cuestión es cómo se arbitran esos medios y quién controla el proceso. Supongo que el organismo competente para entender será la ICCAN, la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números. Es un organismo internacional que en principio no depende de ningún país pero en el que, por lo que yo sé, la influencia estadounidense es determinante.

El interesante problema ahora es averiguar si la ICANN cede a las presiones yankies y expulsa de la red a Wikileaks o demuestra ser independiente de verdad. Cuestión de esperar un poco. Pero el problema es curioso. Si la ICANN cierra el ciberespacio a Wikileaks, tendrá que cerrárselo a otras plataformas que hagan algo similar, como Ushahidi. Y por cada Wikileaks o Ushahidi que se cierre se abrirán cien; entre ellas Wikileaks con otro nombre. Porque expulsar páginas, portales, plataformas de la red es como prohibir asociaciones, partidos. Y todavía más interesabte es averiguar si, en esta guerra digital es posible generar un segundo ciberespacio, dotado de otra ICANN en el que se pueda navegar de modo alternativo a internet. Si esto fuera posible, que no lo sé, el dominio occidental y, en último término, yanki de la red se habría acabado a manos, por ejemplo, de otro administrado por la China, y si alguien fuera expulsado de un ciberespacio, podría navegar por otro. Se trataría de una proyección del sistema de Estados de Westfalia al mundo virtual, en donde continuaría una guerra que ya no puede librarse en el mundo real .

De no ser así, el camino de servidumbre en nombre de la seguridad parece trazado: se empieza coartando la libertad de expresión (siempre por causas muy nobles, claro es, como la defensa nacional, la pública moralidad, etc), se sigue con la libertad de asociación y se acaba con la libertad a secas. Entonces la seguridad será máxima. Pero ¿para quién?


(La imagen es una foto de New Media Days, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 2 de desembre del 2010

La ciberrevolución.

La historia se les repite a los estadounidenses como una pesadilla: un solo menda, oculto en Dios sabe dónde, está ganándoles una guerra. Julian Assange, refugiado en algún lugar desconocido, se encuentra presente permanentemente en la red en todos los rincones del planeta con bastante más eficacia que el otro terrorista solitario, Ben Laden, en el supuesto de que exista. De que Assange exista a su vez, de que lo haga WikiLeaks, nadie tiene duda alguna y todos miran en torno suyo como los paseantes en una ciudad sorprendida por un terremoto. Caen cascotes por doquier: la Argentina y las Malvinas, Putin y el Estado mafioso, algún sátrapa periférico cometiendo masacres, los ministros, fiscales y altos mandatarios españoles en muy desairada posición de menestrales obsequiosos del Imperio. Es más de lo que el orden internacional, un poco pantouflard desde el fin de la guerra fría, puede soportar.

Tras el pasmo inicial que dejó a todos los dignatarios balbuciendo incoherencias se han desatado las furias de los cielos y los avernos en rugiente coyunda en contra del querubínico neozelandés. Después de que algunos miembros del Partido Republicano pidieran que se declare terroristas a Assange y WikiLeaks, el presidente Obama nombra a un supercomisario de protección de datos para que no vuelva a pasar lo que ha pasado. Al mismo tiempo, las autoridades estadounidenses están viendo por dónde pueden encausar criminalmente al ciberactivista. De momento tiene la Interpol detrás en cumplimiento de una extraña orden de busca y captura de la justicia sueca a causa de una muy poco clara denuncia por abuso sexual y violación interpuesta, al parecer por dos ciudadanas. Incluso me parece haber visto que los tribunales suecos archivaban el caso. Tiene toda la pinta de ser un montaje de los servicios secretos más que nada por lo inverosímil, pero a Assange no le quedará más remedio que responder ante la justicia. Por supuesto, si se declara en rebeldía, el ritmo de esta revolución se acelerará, pero es de temer que su protagonista corra mayores peligros.

Su ataque a los Estados lo ha colocado en el punto de mira de los más poderosos que están dispuestos a recurrir a los métodos que precisamente ha revelado el dumping de WikiLeaks. Escuchando al asesor del gobierno del Canadá, un científico, pidiendo que alguien asesine a Assange es evidente que el contenido de los 250.000 cables se queda corto. Y nadie, al parecer, se acuerda de que incitar a la violencia contra las personas es delito. No quiero ni pensar en lo que se estará proponiendo en el ciberespacio de la derecha: que lo troceen por lo menos. El cielo y el averno.

Amazon ha echado a patadas la web de Assange de su servidor y Assange se ha ido a Suecia país en el que se le busca por la mencionada denuncia. Esto cada vez se parece más al peregrinar de Trotski de exilio en exilio. Pero como Assange tiene sentido del humor, el twitter de WikiLeaks resumía la situación con una chanza: si Amazon está tan a disgusto con la primera enmienda (libertad de expresión entre otras) debiera dejar de vender libros. Además, el mismo Twitter de WikiLeaks colgaba una declaración por la que se ve claramente que este terremoto lo está provocando una organización (cuya cabeza visible es Assange); una organización que considera estar haciendo una revolución: WikiLeaks es el primer movimiento Samizdat global. La verdad emergerá incluso ante la amenaza de una aniquilación total. Es fuerte, ¿verdad? A los de mi generación esto nos recuerda mucho los años sesenta. Por ejemplo, el Ejército Simbiótico de Liberación, de Patricia Hearst, que nadie sabía a quién quería liberar. Samizdat es el símbolo de la revolución antisoviética. Un blog, este blog, es parte del Samizdat global. Y hay millones, cientos de millones de blogs. Ahora el desconcierto es todavía mayor. El sistema internacional parece estar entrando en una fase de locura cuando todo el mundo sabe cuáles son las intenciones que animan a los demás y cuán poco cabe aquí fiarse de nadie.

Los poderes de la tierra, los políticos, los económicos, los religiosos tienen que encontrarlo porque, si no lo hacen, este hombre y su organización revolucionan el mundo. Al mismo tiempo no pueden ser tan estúpidos que ignoren que acabar con Assange no es acabar con el problema ni mucho menos en una era en que nada ni nadie puede ya contener la difusión universal de la información. De toda la información. Hay cientos de gentes y sitios en todo el mundo que pueden hacer, y lo harán, lo que hace Assange. Eso habla en pro de que se sosieguen los ánimos y de que no sirve de nada perseguir al activista (salvo que las acusaciones de delitos comunes sean ciertas).

Porque, aunque lo persigan y lo encuentren, el problema tampoco se resolverá. Vamos a suponer que la justicia encuentra a Assange antes de que lo hagan los servicios secretos o una organización de killers profesionales y que, para procesarlo y por su propia seguridad, van a encarcelarlo. Tendrá que ser en un penal especial porque mezclado con otros reclusos ese hombre está en peligro. Y ¿de qué sirve tenerlo en la cárcel? ¿Van a prohibirle el acceso a internet? ¿Eso es admisible?¿Estamos dispuestos a restaurar la Inquisición para proteger lo que creemos que son nuestros intereses?

(La imagen es una foto de adamfeuer, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 2 d’agost del 2009

34 radios y televisiones.

Me quedé con las ganas. Ayer ni uno solo de los valientes y verdaderos medios online de izquierda radical traía mención alguna al proyecto de ley mordaza del Gobierno del señor Chávez Frías llamado "Ley especial de delitos mediáticos". Como si no existiera. Y mucho menos, claro, hubo un solo comentario tratando de defenderlo. Esos medios que tanto y tan bravamente denuncian los menores intentos capitalistas de manipular la información y que de continuo ponen en la picota a los medios comerciales a los que acusan de ser falsarios, escamotearon la noticia que, sin embargo, tiene una importancia grande porque plantea el problema de la complicidad de la izquierda con las actividades contrarias a la libertad de expresión de un Gobierno sedicentemente revolucionario.

Hoy ese Gobierno da un paso más y, antes de que esté la ley y por decisión administrativa, ha cerrado 34 emisoras de radio y televisión. Pongo el enlace de Le Monde porque se vea que es toda la prensa del mundo, esa a la que la izquierda radical acusa de mentir sistemáticamente, la que informa de lo que los medios autotitulados críticos silencian. Por supuesto, las razones son todas muy lógicas: fin de la concesión administrativa y cosas por el estilo. Pero el propio poder censor se traiciona a sí mismo cuando, por boca del señor Cabello, presidente de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), hace saber que "Cuando tomamos la decisión en el Gobierno nacional y revolucionario de democratizar el espectro radioeléctrico, de acabar con el latifundio mediático, lo estábamos diciendo en serio, no estábamos jugando". Cerrar emisoras, amordazar la libertad de expresión se llama "democratizar el espacio radioeléctrico". Es orwellianamente maravilloso.

Supongo que ante la bestialidad del ataque, los medios críticos no tendrán más remedio que decir algo y supongo asimismo que encontrarán algún esbirro dispuesto a escribir que hay que silenciar a la contrarrevolución, que la oligarquía no debe tener libertad de expresión y que ésta debe tenerla toda el pueblo que en Venezuela, gracias a San Bolívar, es el que gobierna. Mientras tanto, quien quiera estar informado de lo que sucede en el mundo en general, en Latinoamérica en concreto y, más específicamente, en Venezuela, que consulte los medios comerciales, prodigios de objetividad en comparación con la mendacidad de los medios llamados "revolucionarios".

¿Qué tiene que ver con la izquierda este neocaudillismo latinoamericano?

¿Qué tiene que ver con la izquierda la política de restricción de libertades?

¿Qué tiene que ver con la izquierda la legislación contraria a la libertad de expresión?

¿Qué tienen que ver con la izquierda los actos despóticos del poder amordazando a quienes piensan de otro modo?

Y me refiero a la izquierda; no al totalitarismo leninista en sus cuasi infinitas variedades.

(La imagen es una foto de ¡Qué comunismo!, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 1 d’agost del 2009

Censura del siglo XXI.

Ardo en deseos de leer cómo justificará la izquierda bolivariana y la no bolivariana el último ataque de Chávez a la libertad de expresión con el proyecto de ley especial de delitos mediáticos. ¡Delitos mediáticos! La cultura francesa bautizó el nuevo territorio como médiatique, mediático; la hispánica le cuelga el sustantivo delitos. Desde luego, no paro quieto de deseos de conocer con qué argumentos defiende la izquierda una norma arbitraria que impone penas de cárcel por "delitos" de opinión, esto es, que prohíbe arbitrariamente la libertad de expresión. Los bienes que habitualmente se invocan para justificar las restricciones a esta libertad son altisonantes: la Patria, la Seguridad Nacional, el régimen democrático, la salvación de la República, la Divinidad, etc. Pero en la izquierda siempre hemos sabido que esas son excusas y que coartar la libertad de expresión es cosa de derecha mientras que ampliarla lo es de izquierda. Cierto que el señor Chávez no se queda atrás en altisonancia: se va a suprimir la libertad de expresión en Venezuela para garantizar la seguridad del Estado y, desde luego, los logros de la Revolución bolivariana que, como todas estas revoluciones pendientes de caudillos, se adapta con facilidad a lo que el mando ordene en cada momento y significa lo que el mando quiere que signifique. ¿Es cierto que Según el borrador de la ley, una persona que divulgue una información considerada "falsa", "manipulada" o "tergiversada", que cause "perjuicio a los intereses del Estado" o atente contra la "moral pública" o la "salud mental", habrá incurrido en un "delito mediático" y podrá ser castigada hasta con cuatro años de cárcel? Si eso es cierto, eso es una barbaridad. En la izquierda hemos pensado siempre que la mejor ley de prensa es la que no existe. No hay delito de opinión pero siempre acaba apareciendo alguien que consigue restringir la opinión sobre algo por altos intereses de Estado o la Moral, por supuesto. Por ejemplo, hoy, los que penan el negacionismo de los campos de exterminio.

Una ley mordaza, si la promulga lo que pasa por ser la izquierda, ¿es menos ley mordaza? Por cierto, a la hora de limitar la libertad de expresión de los audiovisuales la idea de que en el espacio radioeléctrico hay "latifundios" es genial. Así, lógicamente, se limitan las emisoras invocando la muy izquierdista libertad de la propia expresión de cada cual. Eso se llama la "democratización del espacio radioeléctrico".

Lo repito: estoy impaciente esperando a leer cómo se justifica la abolición de la libertad de expresión en aras de los intereses de la Revolución bolivariana. No hay miedo: parece difícil pero, en realidad, es muy fácil pues consiste en jugar con la multivocidad de las palabras. Doy además, un ejemplo inmarcesible acerca de cómo se hacen estas cosas. Franco no suprimió la libertad de expresión sino el libertinaje de expresión. ¿Se capta el matiz?

En el caso de la izquierda contemporánea su libertinaje de expresión fue la idea que comparten todos los medios de comunicación de la extrema izquierda de que el mundo está entontecido por unos medios de comunicación comerciales de masas que, en realidad, son medios de manipulación de masas, frente al baluarte de los alternativos que se juzga más verídico y objetivo cuando a mi entender supera en mendacidad a la prensa comercial más lamentable.

En fin, a ver quién se lleva la palma en justificar esta barbaridad en nombre de la Revolución.

(La imagen es una foto de ¡Qué comunismo!, bajo licencia de Creative Commons).

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dimecres, 15 de juliol del 2009

Amo Italia.

A pesar de Berlusconi, Italia sigue siendo un país de ingenio, inventiva y audacia. Aunque muchos ciudadanos, demasiados para mi gusto, voten al Cavaliere, que es como cuando aquí votaban a Aznar, su amigo y gracias a quien el partido de Berlusconi ingresó en el Partido Popular Europeo (PPE), muchos otros son originales, atrevidos y capaces de empresas nuevas que alegren la vida.

El cómico Beppe Grillo, un artista de la talla de Nanni Moretti y con similar tendencia de izquierda, quiere ingresar en el Partido Democrático (PS), esto es, el gran partido de la izquierda italiana, en el que se agrupan los restos del naufragio de los comunistas con los socialistas, socialdemócratas y varias personalidades y tendencias. Y quiere hacerlo para presentarse a las primarias y optar a la secretaría general del partido. Cuando la izquierda italiana se encuentra en sus horas más bajas, incapaz de articular una defensa frente al avance imparable de la mezcla de reaccionarismo, populismo, machismo y simple mal gusto que representa Berlusconi, la pretensión de Grillo equivale a una provocación en toda regla.

Al menos así lo entiende la dirección del PD que publica una artículo en su página web titulado Mi si nota di più se li insulto o se mi candido? en el que se rechaza indignadamente la intención del cómico, recordando que lleva años "insultando" al PD, que sólo busca publicidad, y que el partido es una cosa "seria" y no cabe burlarse de sus militantes y votantes. Cita a tres dirigentes (Fassano, Melandri y Bersani) cada uno de los cuales niega que el PD sea un taxi, en el que cabe subirse pagando un precio, un travía o un autobús. Lo que ha llevado a Grillo a la tesis de que no sabemos qué sea el PD sino solamente que no es un vehículo de motor. Pero nada más. El partido está desarbolado y votar por Franceschini, como antes por Veltroni o Dalema, políticos de vieja escuela, sin ímpetu, no sacará a la izquierda del marasmo.

Pero el PD se ha decidido oficialmente: no permitirá la inscripción de Grillo lo que, a mi modesto entender no es una decisión inteligente, aunque sea constitucional. Se entiende la incomodidad de los políticos a la antigua usanza partidista; pero no es justificable. Grillo es un revulsivo y las organizaciones que no pueden integrar revulsivos, están muertas. El cómico aportaría aire fresco al discurso político, puntos de vista originales y atrevidos, como ya lo viene haciendo, y ayudaría a la izquierda italiana a recuperar una voz y un prestigio que lleva años perdiendo. Supongo que habrá gente que lo apoye, especialmente en la blogosfera. Al menos desde aquí recomiendo al señor Grillo que trate de conseguir la afiliación vía internet registrando sus datos en la sección Tesseramento online. Y veremos qué sucede.

Ojalá prospere la candidatura de Grillo o, en caso contrario, sirva para promover un debate en la izquierda italiana que saque a ésta y, con ella, a la europea, de su modorra. Y espero asimismo que la blogosfera tenga también aquí una actitud relevante, como la que ha tenido al convocar la primera huelga de blogueros del mundo, que se produjo ayer, catorce de julio. Protestan los cibernautas italianos contra el proyecto de ley del ministro Alfano que endurece y, sobre todo, encarece el ejercicio del derecho a la libertad de expresión al establecer una obligación de rectificación y elevadas multas en el caso de rectificación. Me sumo a la protesta y coincido con la opinión de los blogueros italianos más decididos: basta con el código penal para prevenir y castigar los posibles delitos de injurias, calumnia o contra el buen nombre o el derecho a la intimidad.

(La primera imagen es una foto de rogimmi, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 22 de març del 2009

El papel, a la papelera.

La prensa de papel agoniza. La crisis está afectándola con particular virulencia a causa de la caída de ingresos por publicidad. Pero aunque esta crisis no se hubiera producido, el destino de los periódicos de la galaxia Gutenberg es ominoso porque, sea como sea, la publicidad emigra a lo digital. En los últimos doscientos cincuenta años aproximadamente han cumplido una función social de primera importancia. Han sido el medio de articulación y expresión de una opinión pública ilustrada y crítica, imprescindible en el nacimiento de la sociedad burguesa, como señala Jürgen Habermas en su clásico estudio sobre el cambio de lo público. Cuando los avatares de la historia suprimen los partidos políticos estos se reorganizan tras las cabeceras de los periódicos, como sucedió en Francia después del golpe de Estado de Napoleón III, El pequeño. Están presentes y son decisivos en el momento en que los intelectuales, fuerza en ascenso, intervienen en las crisis sociales, como se muestra con aquel L'Aurore que imprimió el histórico J'accuse de Émile Zola. En los momentos de quiebra revolucionaria orientan la vía de los partidos revolucionarios de uno u otro signo: desde Le tribun du peuple, fundado por Graco Babeuf a La Conquista del Estado, de Ramiro Ledesma Ramos, pasando por la Iskra de Lenin y el Völkisscher Beobachter, de Adolf Hitler. Han servido para azuzar u oponerse a las guerras y han dado cumplida cuenta en todo este tiempo de los grandes acontecimientos que han conmocionado a nuestras sociedades. Su importancia llegó a ser tan grande que se convirtieron en la metáfora de los medios de comunicación y la libertad de estos, fueran escritos o audiovisuales, se llamó libertad de prensa. La prensa libre era y es uno de los índices más seguros del grado de apertura y democracia de una sociedad.

La aparición de otros medios de comunicación, la radio, el cine, la televisión fundamentalmente, supuso sendos retos para la hegemonía del reinado comunicacional del papel pero éste supo adaptarse a las nuevas circunstancias y sobrevivir. La radio y la televisión, fueron temibles competidores cuantitativos de los medios, pero no cualitativos. Ningún medio audiovisual consiguió amenazar en serio el reinado de la llamada "prensa de calidad" o "periódicos de referencia", de los que durante todo el siglo XX hubo siempre uno o dos en cada país occidental, conviviendo con radios, televisiones y una feroz prensa amarilla y sensacionalista que nunca puso en peligro la hegemonía del papel serio.

Hasta que llegó internet y con ella la prensa digital en su proteica multiplicidad de manifestaciones, desde los periodiquitos online a la versión digital de los grandes mastodontes del papel, pasando por los blogs, las páginas web, etc. No se ve cómo podrá la pesada, renqueante, torpe maquinaria del papel hacer frente a la nueva forma de competencia ya que la prensa digital derrota a la de papel en todos aquellos territorios en que ésta había afianzado su éxito. A saber:

  • La difusión. La red llega ya a los más remotos puntos del planeta a los que la prensa de papel jamás se acerca y, si lo hace, tarda días.
  • La accesibilidad. Nada de circuitos de distribución, kioskos, furgonetas, voceadores, establecimientos de prensa, newsagents: con un ordenador, cada vez más extendido en el ámbito privado y, desde luego en el público, y conexión a la red hay acceso instantáneo a todos los periódicos del mundo.
  • La celeridad. La prensa de papel es, si acaso, diaria y, haciendo un esfuerzo, saca tiradas extraordinarias excepcionales de difusión restringida. Los diarios en la red se actualizan al instante y llegan a todo el planeta.
  • Las destrezas del público. La prensa de papel requiere un público alfabetizado; la digital exige, además, competencia activa mínima en informática, una diferencia que tiene claro reflejo generacional haciendo que el público lector del papel envejezca progresivamente y el de la red sea el juvenil.
  • Interactividad. La prensa de papel tiene un público pasivo que sólo participa a través de la minúscula sección de "cartas al director"; el de la red es mucho más participativo, dinámico y los lectores se interrelacionan a través de comentarios, foros y chats.
  • Gratuidad. La prensa de papel sólo puede permitirse la gratuidad al precio de la calidad; la digital, no, sino que puede hacerlas compatibles.
  • Diversidad. Los diarios de papel, todo lo más combinan texto e imagen fija. Los digitales incorporan imagen en movimiento y sonido.
  • Hemerotecas. Los periódicos de papel se depositan en hemerotecas porque ellos no lo son; los digitales llevan consigo su propia hemeroteca que puede consultarse sin moverse de casa.

Por último, no será preciso señalar el impacto demoledor que sobre la prensa de papel tiene el fin de su monopolio tanto en el orden substantivo y empresarial, en cuanto a los diarios o las agencias de noticias, como en el subjetivo e individual, en cuanto al ejercicio de la función periodística que hoy realizan los espontáneos desde la sociedad con notable éxito, como ya venía sucediendo en el orden político y comunicativo en general.

La prensa de papel sólo es noticia en los últimos años por las caídas de tiradas, los cierres de cabeceras y los estrangulamientos económicos que atenazan a prácticamente todos los periódicos del mundo, lo que no solamente trasmite un mensaje de ruina y fracaso, sino también una lamentable imagen de antigualla pasada de moda. La agilidad y modernidad que manifestaba el hecho de llevar un periódico de papel debajo del brazo han pasado a convertirse en símbolo de rutina, inercia y tradicionalismo.

Realmente cuando las dos únicas razones que cabe esgrimir para atrincherarse en la lectura del papel (que, además, mancha) son que acompaña muy mucho al café con tostada de la mañana y que te regalan un coleccionable de villancicos del mundo entero, está sonando el requiem de un medio, de una época, de un mundo.

Coda: gracias a los dioses porque con el fin del reinado de la prensa de papel y el advenimiento de la digital se rompe el poder (arbitrario, como todos los poderes de la jerarquía de ordeno y mando) del papel y se abre la época de libertad de los lectores para combinar y contrastar fuentes de información y, sobre todo, de los comunicadores que cada vez tienen que someterse menos a la tiranía de las directrices ideológicas del grupo financiero, el magnate, el propietario, el director o el simple esbirro a sueldo de alguno de los anteriores. Internet eleva al máximo la responsabilidad y la libertad del comunicador individual independiente que se fabrica su propio espacio y no ha de dar cuentas a nadie si no a su propio sentido de la decencia y la veracidad.

dijous, 12 de març del 2009

Los doce de la vergüenza.

Reporteros sin Fronteras ha publicado la lista de los doce países que censuran el acceso a internet de sus ciudadanos. Para hacerlo la convierten en una intranet del país con lo cual esos ciudadanos sólo pueden acceder allí hasta donde quienes están en el poder permiten. La finalidad es negar la libertad de información, impedir que la gente se informe libremente de acuerdo con sus preferencias y sólo reciba la doctrina que el poder aprueba. Además de esta libertad, las autoridades quieren negar la libertad de expresión, la posibilidad de comunicarnos con los demás a traves del lenguaje articulado, que es lo que nos convierte en seres humanos. Coartar esta libertad es negarnos nuestra condición humana. Toda censura del tipo que sea, con los argumentos que se quieran es inhumana. Los doce países que cometen este atropello en la red son:

Arabia Saudí, Birmania, China, Corea del Norte, Cuba, Egipto, Irán, Uzbekistán, Siria, Túnez, Turkmenistán y Vietnam.

Tengo algunos amigos de izquierda que defienden el sistema cubano de un modo u otro y ninguno sabe qué decir cuando se le pregunta cómo puede defender un sistema que niega el derecho a la libertad de expresión. En efecto, esa es la pregunta. No digo que cómo pueda aguantarse, ya que el ser humano lo aguanta todo sino cómo pueda defenderse.

A estos efectos me da igual que me digan que la organización Reporteros sin fronteras es un instrumento de la CIA o del Vaticano, por mí como si está compuesta por hijos de Satanás. La cuestión es si el hecho que denuncia, esto es, la censura en esos países es cierta o no y si lo es, ¿qué más da quién la denuncie?

La imagen es una foto de rio, con licencia de Creative Commons).

diumenge, 1 de febrer del 2009

Elogio de la prensa de izquierda.

En España la mayoría de la prensa es de tendencia; como en el resto del mundo por lo demás. Tendencia sobre todo en la divisoria derecha/izquierda, esa que dicen algunos que está trasnochada, superada y, sin embargo, resulta ser la única que se da en todos los sistemas políticos. Porque los otros conflictos con traducción política pueden darse o no: puede o no haber conflictos regionales, religiosos, lingüísticos, demográficos, ciudad/campo, etc. El conflicto izquierda/derecha aparece siempre y se refleja sobre todo en la prensa. Por eso digo que la prensa es de tendencia.

Pero en España, además, es de partido. En especial la prensa de derecha. Parte del discurso mediático conservador es hablar de las "terminales mediáticas" del Gobierno socialista, preferentemente grupo "Prisa". Y sin embargo la relación entre este grupo y el PSOE y el Gobierno del PSOE es mucho menos intensa que la que hay entre el PP y los medios escritos o audiovisuales de la derecha. Algunos de estos, por ejemplo El Mundo, han llegado a hacer el programa del PP en épocas de penuria programática en los años noventa, en ellos se apoya electoralmente al PP y en la COPE incluso se apoya a unos sectores frente a otros dentro del partido de la derecha. Parte de ese apoyo se manifiesta en una actitud muy agresiva hacia la izquierda. Los columnistas de los medios de la derecha suelen ser más insultantes que los de la izquierda, entendiendo aquí por izquierda El País, Público y El Periódico de Cataluña. Algo similar con los editoriales: los de la derecha se atienen estrictamente al esquema amigo/enemigo mientras que en los de la izquierda se guardan más las formas, se es menos agresivo con el enemigo y menos encomiástico con el amigo, sin negar que haya amigo/enemigo.

Los periódicos de izquierda son de tendencia, pero no de partido. Antes de seguir hay que decir que aquí se da por supuesto que El País es un diario de la izquierda, pues mucha gente en la izquierda lo sitúa en el centro, en el centro-derecha y hasta en la derecha sin más. Algo de eso hay. Pero dado el carácter del centro-derecha real, el centro-derecha de El País es izquierda a todos los efectos. Público por lo demás, es un periódico de izquierda, como lo es El Periódico de Cataluña. Y lo que caracteriza a esta prensa de izquierda es que, interpretando la realidad, como hacen todos los que dan cuenta de ella, es mucho menos agresiva y crispada que la otra parte. Por eso, me parece, la prensa de izquierda es digna de elogio. Todo el que informa trata de convencer al auditorio para que vea la realidad como él; la diferencia está en la forma que tiene ese tratar. Se puede convencer a la gente a palos, a gritos o seduciéndola. Es digno de elogio que la izquierda trate de convencer seduciendo. Esa izquierda abertzale que mantiene el principio de que también se puede convencer a la gente asesinándola no entra aquí ni por ensoñación.

Que también hay que ver el mundo con los ojos de los lectores. Y muchos lectores, creo que la mayoría, agradecemos que los periódicos no muerdan.

dimarts, 27 de gener del 2009

Las mentiras de Monseñor.

A propósito del autobús ateo dice Monseñor Rouco Varela, prelado ultramontano que preside la Conferencia Episcopal Española, que utilizar el espacio público "para hablar mal de los creyentes es un abuso que condiciona injustamente el ejercicio de la libertad religiosa". No puede evitarlo: cada vez que abre la boca miente. Los autobuses no hablan mal de nadie sino que se limitan a decir con gran prudencia y tacto que "Dios probablemente no existe". Eso no es hablar mal de nadie, ni siquiera de Dios, así que el cardenal, repito, miente, cosa que tiene estrictamente prohibida por la ley que dice profesar. Y hay más: los autobuses son espacio público que usan los anunciantes pagando. ¿Cuánto y a quién paga la Iglesia Católica por llenar las calles con sus procesiones religiosas o sus vocingleras manifestaciones políticas cuando quiere? Manifestaciones que ocupan el espacio público y en donde ya lo creo que se habla mal de mucha gente: del Gobierno sin ir más lejos a quien este mentiroso compulsivo acusaba hace poco de atentar contra los derechos humanos sin una sola prueba. ¿Cuánto y a quién pagan los curas que tañen las campanas de sus iglesias cuando les peta invadiendo el espacio público, el silencio público y la tranquilidad de los ciudadanos?

Es irritante la caradura de esta gente.

(La imagen es una foto de mermadon, con licencia de Creative Commons).

divendres, 9 de gener del 2009

Belcebús.

Teófobos y teófilos van a sacar su debate a la calle como si publicitaran desodorante. No me parece mal; al contrario: estoy encantado de vivir en una sociedad que solventa sus querellas teológicas pacíficamente, a la luz pública, in itinere y pagando anuncios. Pero ese dinero, ¿no estaría mejor empleado enviándolo a Gaza para paliar los indecibles sufrimientos de la población civil, masacrada por los del dios de los ejércitos?

En fin, cuando los autobuses circulen me pregunto si los creyentes subirán a los agnósticos o lo considerarán pecado y los boicotearán.

En cuanto a los no creyentes que piensan que Dios probablemente no existe es porque obviamente admiten que probablemente exista, aunque sea con menor probabilidad y, si es así, ¿no harían mejor apuntándose a la apuesta pascaliana?

dimecres, 3 de desembre del 2008

¿Qué es un blog?

Leo en un interesante artículo de Antonio Delgado en la página de Consumer Eroski que tras haber rechazado una propuesta de dejar las cosas como están el Parlamento Europeo se apresta a meterse en camisa de once varas y abre un debate sobre las bitácoras y la red con el fin de imponer límites legales a los blogs. Es cierto que como señala el mismo autor en los últimos tiempos algunos blogueros se han visto ante los jueces, en especial por asuntos relativos a la polémica sobre derechos de autor, razón por la cual parece haber cundido la alarma y, a su rebufo, las peticiones de eso, de imponer un régimen jurídico específico a los blogs distinto del que rige para la prensa y los medios ordinarios. Sin embargo si se mira bien no hay más blogueros en los tribunales que periodistas tradicionales de la pluma o el micrófono. Al contrario teniendo en cuenta que la cantidad de blogs que hay en el mundo se mide en decenas de millones, proporcionalmente hablando los problemas de la blogosfera con la justicia son lo que los matemáticos llaman una cantidad despreciable. Entonces ¿por qué empeñarse en dictar una regulación especial para la blogosfera? Pues me temo que por lo de siempre: por ignorancia, por no haberse molestado en averiguar de qué se trata cuando se habla de blogs. Por eso hace bien el Parlamento Europeo en abrir un debate sobre los blogs pero no con vistas a una normativa especial si no con vistas a que sus señorías se enteren de qué va esto que ya es hora.

Los blogs son medios públicos de expresión atomizados al alcance de cualquiera, fáciles de crear, libres y gratuitos. Aunque nada impide que quien quiera los haga difíciles de crear, cautivos y de pago. La red es el reino de la libertad ilimitada y las únicas amenazas que sobre él se ciernen provienen de los gobiernos proclives a la censura por las razones que sean y los parlamentos con similar querencia, incluido el Europeo.

La definición en otros términos:

a) términos más poéticos y personales: los blogs son diarios individuales, privados que se hacen públicos aunque de nuevo nada impide que quien quiera los haga colectivos, institucionales, públicos y de acceso restringido. Uno puede escribir un blog que sólo lea él y si me apuran ni él. Van de la máxima publicidad al máximo secreto.

b) Términos etimológicos: blog es una curiosa contracción de la expresión web log que puede traducirse como "rollo en la red", entendiendo por rollo no lo que sueltan los políticos en los mítines, los profesores en las clases o los curas en las iglesias sino exactamente eso: un rollo de papel como los de papel higiénico o los de cocina o los de imprenta; rollos que como los papiros de antaño van desenrrollándose y dando a conocer una historia. De ahí que la función esencial para leer un blog (o cualquier página web por ejemplo un periódico digital que es también un blog) sea la de scroll down, "desenrollar" que se hace con la ruedecita central del ratón.

c) Términos mediáticos: el blog es un medio de expresión complejo pues es multimedia cuando quiere (es decir, escrito y audiovisual al mismo tiempo), interactivo que permite comunicación recíproca con una cantidad ilimitada de interlocutores en tiempo real y de difusión mundial instantánea sin más barreras que las idiomáticas, algo que ningún medio de comunicación clásico puede soñar con conseguir a no ser las versiones digitales de los medios que son, precisamente, blogs y en los últimos tiempos especie de contenedores de blogs como las bombas de racimo.

Siendo lo anterior así, ¿cuál es la necesidad de regular la actividad bloguera de forma especial, distinta de las regulaciones ordinarias del resto de los medios, contenidas en los códigos penales del mundo entero respecto a los derechos y libertades de expresión, información, intimidad y honor? ¿Por qué se piensa que la blogosfera debe sujetarse a una disciplina propia y única además de la nesciencia que Erasmo encontraba tan elogiable?

Parece claro: por el potencial político y mediático que representa la blogosfera y no sólo en un terreno simbólico si no muy eficaz. La blogosfera hace realidad el ideal griego del ágora, del espacio público crítico ciudadano y lo proyecta al mundo entero, hace posible la transición de la polis a la cosmópolis como ámbito discursivo en el que nada puede impedir la libre manifestación de los puntos de vista individuales entrelazados con los de otros individuos que no tienen por qué tener en cuenta banderías políticas, clientelismos económicos, respetos sociales, cacicatos, faccionalismos o sumisión a interés alguno. La blogosfera es el ámbito de la libertad absoluta.

Los procesos electorales y acontecimientos políticos de los últimos diez años demuestran que el debate público está transfiriéndose a pasos agigantados del terreno convencional al digital y a medida que avancen las generaciones para las cuales lo digital no sólo no es tabú sino que es su forma ordinaria de expresión, ese dominio será completo. La política que no se vuelque en la red, no existirá. Nada que no se vuelque en la red existirá. Ni los medios de comunicación, cuya supervivencia sólo se entrevé en lo digital.

Esto implica que los políticos como los periodistas y otros profesionales deberán hacerse a la idea de que no pertenecen a círculos de información privilegiada si no que sobreviven en un mundo en que ésta, la información, se ha democratizado, gracias a la blogosfera, y los obliga a competir con miles, millones de ciudadanos en todas partes del mundo que pueden criticar su labor y proponer la propia como mejor.

Por último, desde el punto de vista del bloguero que es el mío, cada persona puede abrir libremente un blog (o varios, aquí tampoco hay límites) y conseguirá la audiencia que busque y merezca. Rige en la actividad una ley de oferta y demanda mediada, como siempre, por los factores más o menos distorsionadores de la publicidad, la propaganda, la acción concertada, etc todos ellos obstáculos para la libre -e igual- difusión de las ideas, pero no impedimentos absolutos. Nada de eso puede acallar un blog. Para hacerlo será necesaria una base legal. De ahí que quienes están interesados en el mantenimiento del viejo monopolio de la expresión suspiren por la censura a la que llaman "regulación de la blogosfera".

Y reduciendo aun más el foco de interés, los blogueros no tienen por qué tener más vínculos, respetos o dependencias que los que ellos quieran aceptar (los hay encantados de imponérselos, como obediencias a consignas de partidos, intereses de jefes o lealtades de grupos) y disfrutan de una amplísima libertad de expresión sin otros límites que los comunes del código penal. La blogosfera es el reino de lo que este bloguero más valora en la vida: la libertad e independencia de juicio. Cierto que también aquí puede darse la habitual mentira de los medios que proclaman ser "independientes" cuando no lo son, pero se detecta como mentira con más facilidad que en ellos. Se acabó la dictadura de los mediocres decidiendo qué sale al aire y qué no, qué se publica y qué no. Se acabó el andar con miramientos respecto a cualquier imbécil a quien la habilidad, el instinto de oportunidad y la capacidad del halago (que no la virtú maquiavélica) han puesto en una situación que le permite dar relevancia a unos y ningunear a otros, de "gestionar" el espacio público.

Consecuencia: en la tupidísima red de la blogosfera mundial se encuentra hoy mucha, muchísima basura, probablemente lo más estúpido y espantoso que pueda concebirse; pero también se encuentra mucha, muchísima genialidad, quizá lo mejor y más brillante que hoy se está produciendo en todos los campos de la actividad humana. Y, por supuesto, también se encuentra la medianía más o menos dorada, más o menos marrón, que caracteriza a los medios clásicos y el ámbito tradicional de debate.

(Las imágenes son: la primera, una foto de Laughing Squid, la segunda de Annie Mole y la tercera de de jtheo, todas ellas bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 4 de novembre del 2008

Lo de la Reina.

En este asunto de las declaraciones de la Reina a la numeraria de la secta del Opus Dei, doña Pilar Urbano, no está todo dicho. Hay quien cree que hizo muy bien dando a conocer su opinión sobre temas sensibles que dividen a la ciudadanía; quien cree que no hizo bien ni mal, sino que usó su libertad de expresión; quien cree que Su Majestad metió la real gamba; y hay quien, como este humilde bloguero, cree que las manifestaciones de la Reina fueron una provocación y una agresión.

Quienes sostienen los tres primeros puntos de vista piden que el asunto se deje pasar, que se olvide. El caso más patético es el del Gobierno que, atacado en su labor legislativa, se limita a ordenar a sus militantes que guarden silencio como corderos. Quienes creemos que se trata de una provocación no queremos que se olvide sino que se continúe aireando para que, aparte de exigir a la Reina una rectificación pública, sigan sabiéndose más detalles de cómo se fraguó esa agresión a las ideas de la mayoría de la ciudadanía pues cada vez está más claro que los Borbones vuelven por sus fueros: un Rey zascandil y una Reina beata en manos de la correspondiente Sor Patrocinio o "monja de los milagros", personificada en esa secretaria suya personal también miembra numeraria de la secta del Opus Dei.

La Reina debe pedir excusas públicamente o dejar de ser Reina. ¿Cómo? "Averígüelo Vargas", que decía otra Reina, Isabel la Católica, de perpetua memoria en estos reinos. Que lo averigüe Vargas, pero que lo averigüe, porque el asunto no debe minimizarse.

(La imagen es una foto de Jaume d'Urgell, bajo licencia de Creative Commons

dissabte, 30 d’agost del 2008

Prohibido cantar.

Exactamente, muy bien: prohibido cantar letras de música rock metiéndose con Raúl Castro y faltando al respeto al Comandante en Jefe. Prohibido bajo pena de cárcel de hasta cuatro años, de momento. Luego, ya se verá. Porque parece que así como Mr. Bush se sacó del magín (con ayuda de un par de lucidos catedráticos) la doctrina del ataque preventivo como mecanismo de defensa, el compañero Castro ha inventado la detención y condena preventivas como medio de guardar el orden público frente a individuos que acabarían delinquiendo indefectiblemente; que los dejas solos y te componen un cantar burlándose de los logros de la Revolución. Porque mira que es peligroso este Gorki Águila con sus letritas contrarrevolucionarias al frente de un grupo que se llama Porno para Ricardo.

¡Habráse visto mayor degeneración burguesa! Si no fuera porque tiene que estar en la cárcel ya que la legalidad socialista es la legalidad socialista bien podía largarse el tal Gorki a cantar a la gusanera de Miami. Claro que entonces no le haría caso nadie. Estos mequetrefes hacen su agosto enfrentándose al gobierno revolucionario dentro de la isla y al amparo de la magnanimidad de los compañeros Castro & Castro. Fuera, ni Dios los escucharía. Porque lo suyo no tiene nada que ver con la sana crítica que la revolución socialista acepta encantada, sino que es una pura provocación. Quieren ir a la cárcel para hacerse famosos y ganar dinero. Puro espíritu del capitalismo.

Es lo mismo que sucede con esa otra mírameynometoques bloguera enemiga del pueblo cubano Yoani Sánchez con su blog Generación Y que, si no fuera porque es basura contrarrevolucionaria, no lo leería nadie y como lo es y sigue en el aire gracias a la tolerancia y el respeto a la libertad de expresión en Cuba, ahí está con cientos de miles de visitas diarias. Propaganda al servicio de los gringos y probablemente pagada por intermediarios, como el grupo Prisa español, que añora la época en que esta indómita isla era colonia de España.

Gracias a la campaña orquestada del extranjero por los enemigos de la patria socialista estos gusanos internos ahora se atreven a lo que, estando Fidel al timón, jamás se hubieran atrevido: a manifestarse en público, a defender ideas contrarias a las que manda el Partido y boicotear actos populares, genuinamente revolucionarios. Así, en un concierto del compañero Pablo Milanés, que ese sí que es un artista surgido del venero del pueblo, la tal Yoani Sánchez y cuatro más desplegaron un escrito subversivo en el que se leía el nombre de Gorki, el esbirro del capitalismo gringo. Hubo que repartir algunos palos hasta que esta facción fanática y sectaria depuso su actitud. Ya lo saben: jamás permitiremos que una exigua minoría de agitadores al servicio del capital internacional y de la CIA ponga en peligro los logros inmarcesibles de la Revolución.

Y la tal Yoani que se ande con cuidado.

(La imagen es una foto de GC Comix, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 7 d’agost del 2008

En Pekín, de política ni mu.

¿Queda claro? Lo dice el Comité Olímpico Internacional; lo dice el Comité Olímpico Nacional; lo dice el Gobierno de España; lo dice la señora vicepresidenta del tal Gobierno. Ciertamente, ¿qué esperaban vuesas mercedes que dijeran tan altas instancias y encumbradas personas? La Carta Olímpica Internacional, en su artículo 51,3, prohíbe toda manifestación política en un recinto olímpico. Curiosamente la versión española lo hace en el artículo 53,3. No me pregunten por qué porque no pienso perder el tiempo averiguándolo. A su vez la señora De la Vega, al recomendar a los atletas que se callen, invoca el art. 50, 3. Da igual, el caso es que hay que callarse.

Posiblemente ese artículo contravenga cientos de constituciones nacionales y decenas de solemnes declaraciones internacionales todas las cuales proclaman a los cuatro vientos la libertad de expresión, incluso en las dictaduras más atroces; posiblemente. La organización olímpica es una organización privada y supongo que puede darse los estatutos que le parezca, aunque si estos coliden con derechos fundamentales a lo mejor alguien plantea algún problema; posiblemente. La pertenencia a esta organización privada es voluntaria y como es lógico presupone la aceptación de las reglas, entre ellas la que excluye el largar de política. En todo caso si alguien está en contra lo que tiene que hacer es impugnarla antes de participar en las competiciones, que a lo mejor algún tribunal le da la razón.

Hasta aquí lo que los gobiernos y las vicepresidentas deben tener en cuenta a la hora de pronunciarse sobre la obligación de callar. Aunque uno piense que tanto el Gobierno de España como su Vicepresidenta quizá hubieran estado mejor a su vez callándose sobre el mandato de callar. Se entiende que no proclamen la necesidad de romper las reglas y protestar pues no les pagan para eso. Pero de ahí a convertirse en fiel correa de transmisión de la censura olímpica media un trecho.

Porque es censura y como toda censura inicua sea cual sea su respaldo legal. Ante la iniquidad que cada cual reaccione como quiera. Habrá quienes acepten el mandato por estar de acuerdo con él; habrá quienes lo acepten aun sin estar de acuerdo con él; y habrá (quiero suponer) quienes no lo acepten y lo quebranten arrostrando las sanciones que estén previstas. En eso consiste la desobediencia civil, actividad a la que siempre hay alguien que se dedica. Pero eso es un asunto de la conciencia de cada cual.

(La imagen es una foto de .ack online.de, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 6 d’agost del 2008

De Juana.

Ya están otra vez los buitres carroñeros tratando de que el asesino De Juana vuelva al trullo contra toda ley y justicia. Igual que hicieron cuando perpetraron aquel abuso de los dos articulitos supuestamente amenazadores, ahora quieren empurarlo por el texto de una carta que sus amigos leyeron en alto en un homenaje callejero hecho por unos gamberros que decidieron apropiarse la vía pública para festejar al criminal recién excarcelado.

Leí lo que publicó Gara en su día e incluso posteé sobre ello (Blogorismo de De Juana) y no me pareció que contuviera apología alguna del terrorismo, aunque sí una ofensa a las víctimas si era verdad que él decía ser víctima a su vez mas no en un sentido jurídico sino metafórico. Como siempre en los escritos de este sujeto, era un texto torpe, apelmazado, bombástico y lleno de topicazos, pero no constitutivo de delito. De todas formas los jueces sabrán decidir. Pero permítaseme recordar que el momento es poco propicio a un juicio ecuánime, que hay un clima de linchamiento mediático e inmediático del precito De Juana que invade prácticamente a todo el mundo en nuestro país, donde es de mal tono empezar cualquier discurso sobre el poliasesino sin hablar de náuseas y vómitos.

Va a ser muy difícil que los jueces aguanten la presión que cae sobre ellos; pero tienen que hacerlo. No puede repetirse la vergüenza de los articulitos de Gara. Por el bien de todos. El asesino De Juana cumplió su condena. La ley obliga a ponerlo en la calle y nada dice sobre que tenga que arrepentirse, vivir aquí o allá o no escribir cartas llenas de memeces. Cumplamos la ley y, si el señor De Juana vuelve a delinquir, procédase contra él. Pero no se "creen imputaciones", no se retuerzan las pruebas, no se haga una chapuza para volver a enchironarlo porque eso no puede hacerse en un Estado de derecho.

(La imagen es una foto de Vicki's Nature, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 3 d’agost del 2008

Blogorismo de De Juana.

Refiriéndose al señor De Juana Chaos, la señora Fernández de la Vega, vicepresidenta del Gobierno, dice que "No toleraremos el menor atisbo de desprecio a las víctimas", lo cual es encomiable pero no evidente en sí mismo. Casi simultáneamente varios periódicos coinciden en señalar que el señor De Juana Chaos dice ser "una víctima", y que es "una víctima". Ignoro de dónde lo han sacado, pues he leído íntregra la carta escrita por el señor De Juana, a la concentración de compis en San Sebastián y publicada en Gara y en ella no dice nada de ser víctima; pero si así lo señalan varios periódicos será cierto que ha declarado ser "una víctima".

En principio hay dos posibilidades: que lo haya dicho o no lo haya dicho, porque escrito no está. Si no lo ha dicho porque ha decidido sabiamente seguir el consejo de Francis Bacon, de nobis ipsis silemus (no hablemos de nosotros mismos), aquí no pasa nada.

Pero si lo ha dicho, ahí tiene ya la señora vicepresidenta del Gobierno un problema. ¿Puede ser una víctima un menda que ha asesinado a veinticinco seres humanos? En principio, sí pero ¿es este el tipo de víctimas en que pensaba la señora De la Vega? ¿O se trata del primer desprecio a las víctimas que dice que no tolerarán?

(La imagen es una foto de Daquella manera, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 30 de juliol del 2008

La condena al locutor.

Con las ganas que le tiene medio establishment mediático estoy seguro de que la esfera pública crepitará hoy de comentarios sobre la segunda condena judicial en pocos meses al señor Jiménez Losantos, la primera por injuriar al Alcalde de Madrid y esta segunda de triple cuantía por intromisión ilegítima en el honor del señor Zarzalejos. Tengo dicho que no me alegro de ninguna condena de los tribunales, pero sí de que se ponga coto a ese clima irrespirable, esa catarata de injurias e insultos que es la COPE, propiciada por este señor Jiménez. Es extraordinariamente fastidioso para el común de la gente tener que habérselas con individuos que recurren de modo sistemático a la agresión verbal, el vituperio y el insulto con el agravante de que lo hacen en un medio de comunicación de amplísima difusión.

Pero no es eso lo que aquí me interesa, que ya lo habrán dilucidado y desmenuzado cientos de plumas y decenas de voces. Me interesan tres puntos en concreto que sólo he visto tocados tangencialmente por ahí. Uno es la reacción que quepa esperar de la Conferencia Episcopal Española, propietaria de la COPE. No teniendo bastante con amparar pederastas, la jerarquía puede caer en la tentación de amparar gente reiteradamente condenada en los tribunales por injuriar e insultar a los demás. Ella sabrá lo que hace pero las condenas por injurias e insultos caen sobre ella tanto como sobre su empleado.

Segundo. Se propone el condenado administrar por doquier la misma medicina que él está recibiendo. Será divertido que lo haga ya que la cosa puede acabar en aquelarre dado que si él insulta, los demás no se quedan cortos insultándolo a él. Esta línea de respuesta parece jurídicamente prometedora, aunque moralmente detestable ya que recurre al socorrido "y tú más" y presumen que insultar o injuriar no es un mal en sí mismo, con independencia de quiénes o cuántos lo hagan. El patio puede convertirse en un reñidero sin cuento, cosa que normalmente favorece y beneficia a los insultadores como el mismo señor Jiménez Losantos. Abrir ahora una batalla de querellas y demandas a cuenta de los insultos en los medios puede llegar a colapsar los juzgados dado que aquí insulta casi todo el mundo. Siempre digo que el debate mediático en España me recuerda un extraordinario relato de Mark Twain llamado Cuando fui periodista en Tennessee donde cuenta cómo los rifirrafes entre las redacciones de los dos periódicos locales se resolvían a tiros y bombazos. Aquí, cuando menos, se trata de que las diriman los jueces. Algo es algo.

Tercero. Sin embargo en las pintorescas declaraciones del locutor al conocer la sentencia hay un elemento que contradice el propósito anterior de acudir a los tribunales. Según el señor Jiménez Losantos, "esta sentencia es incompatible con un Estado de derecho o una democracia". No veo por qué. La sentencia será más o menos justa y sobre eso se pronunciará en su día una instancia judicial superior si ha lugar a ello anulándola, modificándola más o menos o confirmándola, pero compatible con el Estado de derecho y la democracia lo es claramente. A no ser que se esté de acuerdo con el tenor de la siguiente declaración del señor Jiménez Losantos sobre el mismo tema en El Plural ¿qué es eso de que los jueces tiene que decidir lo que es honorable o no es honorable? Esa pregunta sí que es sorprendente y a ella sólo cabe responder con otras: y si no son los jueces, ¿quiénes serán? ¿Los matones? ¿El revólver más rápido del Oeste? ¿El señor Métomentodo? ¿Los curas? Negarse a que sean los jueces quienes diferencien entre lo honorable y lo no honorable equivale a decir que no hay diferencias.

El cuadro primero es La Justicia, de Lucas Cranach (1527) que se encuentra en Amsterdam Fridart Stichting y el segundo La Justicia de Rafael (1508 a 1511), un fresco que se encuentra en la Estancia de la Signatura, Palacios Vaticanos, Roma.

dilluns, 14 de juliol del 2008

Lluvia de querellas.

Hace unos días un tribunal de justicia condenaba por el delito de injurias graves a 36.000 euros al señor Jiménez Losantos, locutor de la COPE, cadena de la Iglesia católica. El condenado ha recurrido la sentencia y, en tanto esperamos el fallo del tribunal superior, el señor Jiménez Losantos se beneficiará de la presunción de inocencia (un derecho que él no ha reconocido a los demás), de forma que, de momento, el presunto delincuente a sueldo de los obispos, es una persona honorable.

Hace poco se ha sabido que otro tribunal de justicia ha dado orden de ir adelante con otra querella por injurias y calumnias interpuesta por don Juan Luis Cebrián contra el mismo presunto injuriador en la cadena obispal. Y, para redondear la operación, ayer se decía en el 20 Minutos que el señor José Antonio Zarzalejos también interpuso en su día querella por injurias contra el citado presunto delincuente, señor Jiménez Losantos al que pide 600.000 euros de indemnización y otras penas accesorias y que, en principio, el señor Jiménez volverá a sentarse en el banquillo el próximo miércoles y con él, quiera o no, la jerarquía eclesiástica que, luego de la primera condena decidió mantener al frente de su radio al presunto, arrostrando la posibilidad de que se la siga vinculando a la repugnante práctica del insulto y el matonismo radiofónicos.

Ignoro qué harán los obispos si, como es probable, el señor Jiménez Losantos es condenado y si seguirán manteniéndolo en su puesto, pero no hace falta que diga que la noticia de los nuevos procesamientos me parece excelente y que ayuda a creer en el Estado de derecho y el funcionamiento de las instituciones democráticas. No porque uno desee la desgracia ajena sino porque el tal señor Jiménez era (y es, en tanto los ciudadanos no le paremos los pies, como están haciendo los señores Gallardón, Zarzalejos et al.) un ejemplo vivo de lo que NO debe hacerse en democracia, esto es, insultar a todo el que no se le someta, agredir verbalmente, hacer irrespirable la atmósfera política, ejercer una especie de terror mediático, de abuso sin límites, amparado en la ventaja que da una radio y un par de millones de audiencia. O sea, para entendernos, una peste, y el que lo dude que eche una ojeada a la cascada de vituperios e insultos que a lo largo de dos años ha dedicado este individuo al señor Zarzalejos, desde "traidor" a "cenutrio" pasando por "detritus" o "escobilla para los restos".

La verdad es que, leyendo esta sarta de dislates y sabiendo los que, al parecer, ha dedicado a mucha otra gente, está uno tentado de enviar al autor no a los tribunales sino al manicomio. Pero es que el presunto injuriador lleva años lucrándose con su insufrible actividad, haciendo negocio y caja a costa de los demás, de su buen nombre y fama y esto ya no es de locos, sino de muy "listos". No es preciso decir, por tanto, que si vuelve a caer resolución condenatoria y si todas llegan a ser firmes, quedará suficientemente demostrado que el señor Jiménez es un indeseable y que está bien que pague sus culpas. Los 600.000 euros que pide el señor Zarzalejos es una cantidad razonable, quién sabe si hasta modesta, teniendo en cuenta el negocio que ha hecho este sujeto a costa de envenenar la vida pública española y encenagar el buen nombre de mucha gente.

Un brindis por los señores Ruiz Gallardón, Zarzalejos y Cebrián que, con sus querellas están haciendo más que nadie por restaurar un clima democrático y civilizado en España. Ojalá consigamos desterrar para siempre de entre nosotros a esta plaga de encizañadores y maledicentes.

(La imagen es una foto de Danny dmcl, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 17 de juny del 2008

Por la boca muere el pez

La juez del Juzgado de lo penal nº 6 de los de Madrid ha condenado al locutor Jiménez Losantos por el delito de injurias graves. Es decir, mientras no medie un recurso contra la sentencia el condenado será un mentiroso, un injuriador, en definitiva, un delincuente. Si media recurso será todo eso... presuntamente, pero con una probabilidad elevada de que la sentencia pase a firme y el señor Jiménez Losantos pueda ser llamado delincuente con todo motivo.

La reacción del locutor de la COPE, cual era de esperar, ha sido intemperante, agresiva, irritada y como de bravucón. Después de agradecer las pruebas de solidaridad que ha recibido, mostrando que su carácter temperamental acabará gastándole una mala pasada algún día, se ha despachado a gusto contra todo quisque, asegurando que la sentencia es una chapuza y que la juez no sabe redactar. Asimismo sostiene que se trata de un fallo que convierte el derecho a la libertad de expresión en un delito, lo que es peregrino porque no se le ha condenado por ejercer la libertad de expresión, sino por cometer el delito de injurias graves. Son argumentos falaces, malhumorados que tratan en vano de silenciar el hecho clamoroso de que un periodista sea condenado por un tribunal de justicia por faltar a la verdad e injuriar a un tercero. ¿Quién podrá ahora dar crédito a lo que diga un delincuente? Cegado por el despecho y la impotencia, así como por una grave ignorancia, ha asegurado que, pues el honor del señor Gallardón vale sólo 36.000 € (que le parecen pocos) piensa seguir "criticándolo", o sea, en román paladino, insultándolo. Ignora el hombre que, si vuelve a hacerlo, será reincidente y la pena por su delito aumentará. Lex videt iratum, iratus legem non videt decía el proverbio latino.

Con todo, lo más sorprendente de este caso es que el condenado argumente que la sentencia confunde en todo momento opinión con información. Cree el delincuente que todos son de su pendiente, porque ese, precisamente ese, fue el eje de su defensa en la causa, esto es que en la radio es difícil distinguir la información de la opinión. Es un razonamiento tan patafísico como el personaje: si esa dificultad se arguye para exonerar al acusado, ¿cómo puede después argüirse para condenar a la juez? Es igual que la afirmación de que la sentencia constituye un intento de amedrentar a los periodistas cuando es evidente que el intento de amedrentamiento y a los políticos (y más que un intento, una práctica cotidiana de abuso) provenía de la diaria letanía de insultos del locutor Jiménez Losantos.

Todo eso es agua que ya no muele molino excepto el de la vergüenza que le quede al delincuente señor Jimenez Losantos. La pregunta que debe plantearse ahora es ¿qué piensa hacer la jerarquía eclesiástica? ¿Va a tener a un delincuente al frente del espacio más frecuentado de sus ondas? La cuestión no es retórica ni hipócritamente moralizadora, al modo de esos comentaristas que se escandalizan de que la Iglesia sostenga en su radio a alguien que contradice y ataca a los envangelios de palabra y obra. La pregunta simula creer que haya alguna relación discernible entre la jerarquía eclesiástica y el Nuevo Testamento cuando la única relación existente es entre la citada jerarquía y el dinero y como éste es el que ahora puede empezar a asustarse, es posible que los obispos tomen alguna decisión frente a esa máquina de insultar e injuriar que se llama FJL, la única posible: despedirlo. Porque, como decía servidor en un post anterior, titulado Más que un alcalde,"políticamente hablando, el señor Jiménez Losantos es un cadáver".

Una última observación con respecto al alcalde de Madrid. Que yo sepa es el único político en la historia de nuestra democracia que ha conseguido una condena judicial a un injuriador. Con ello ha prestado un gran servicio a su (nuestro) país y se lo ha prestado a sí mismo con toda justicia. Ha demostrado tener temple y valor (pues no es fácil enfrentarse a este conocido grupo de periodistas mendaces que agrede e insulta desde sus radios y periódicos) y sabe medir muy bien sus tiempos. Su talla sobresale por encima de las de sus compañeros de partido, en especial la de su rival, señora Aguirre, que se abaja y humilla a los periodistas faltones y sólo se las tiene tiesas con los trabajadores que protestan y cuando va rodeada de guardaespaldas. Lo reitero: el señor Ruiz Gallardón es más que un alcalde. Y por merecimientos propios.

(La imagen es el famoso cuadro de Arcimboldo, El fuego (1566) que se encuentra en el Kunsthistorisches Museum, Viena).

dijous, 29 de maig del 2008

El alcalde y el locutor.

El señor Ruiz Gallardón ha hecho ya más por la democracia en nuestro país sentando en el banquillo por injurias graves al locutor señor Jiménez Losantos que todas las prédicas filosófico-morales que puedan largar los profesores de filosofía política en un año.

Porque si la democracia es algo, es forma y procedimiento, es libre y civilizado debate, intercambio de opiniones contrapuestas dentro del respeto entre adversarios. La democracia no es insultar o injuriar a quien no está de acuerdo con nosotros y lo manifiesta educadamente. Y mucho menos insultar e injuriar valiéndose de una posición de fuerza y predominio desde una tribuna pública como una radio o un periódico que llegan a millones de ciudadanos, hacen un daño inmenso al honor de los agredidos, y los ponen en una muy difícil situación para la defensa.

Se entiende qué pretenden los sujetos que recurren a estos detestables procedimientos: amedrentar a los injuriados, generar un clima de miedo en torno suyo, imponerse por la brava, mediante la agresividad y alzarse con la razón aunque no se tenga y también con una buena ganancia económica, como suele ser el caso. Porque si atacar el clima de civilizada convivencia en democracia ya es vituperable, hacerlo encima para lucrarse es inmundo.

En el juicio de ayer se pudo asistir a una buen episodio que podría grabarse para una clase de Educación para la Ciudadanía. El señor Ruiz Gallardón estuvo comedido y firme en defensa de su derecho, que es el de todos los ciudadanos de este país, el derecho a decir lo que pensamos sin que se nos insulte soezmente con evidente abuso de medios. El gesticulante señor Jiménez Losantos estuvo como lo que es, un hombre que lo pone todo al servicio de sus intereses, incluida la dignidad de terceros. Sin empacho alguno se escudó detrás de las víctimas para escurrir el bulto, se presentó a sí mismo como víctima estando allí como victimario y confundió, como hace siempre, la justicia con su política.

Los demás actuaron como tuvieron a bien. De los testigos de la defensa, sólo los señores Alcaraz, Ramírez y Herrero testificaron algo que pudiera ser de valor para el acusado. En concreto el señor Ramírez invocó la libertad de expresión, como si la libertad de expresión fuera compatible con la injuria y la calumnia y, cual suele, pronunció una especie de sentencia paralela anticipada: si los jueces condenan al señor Losantos por injurias graves habrán atentado contra la libertad de expresión. Es lo de siempre: el señor Ramírez hizo lo que pudo con anterioridad a la vista oral para que el señor Ruiz Gallardón retirara su querella y, al no conseguirlo, recurre a la habitual coacción moral sobre los jueces. Por cierto, este señor Ramírez también fue condenado en su día, en 1993, por injurias y calumnias por el Tribunal Supremo, condenada ratificada posteriormente por Tribunal Constitucional. Afinidades electivas.

Los otros testigos de la defensa, altos cargos del PP, atrapados en la disyuntiva entre atender al principio de la dignidad ofendida o auxiliar al presunto injuriador, se decantaron por lo primero. Todos ellos, incluido el señor Zaplana, que fue el más vacilante, se portaron como personas de bien a riesgo, supongo que consciente, de que ahora los insulten y arrastren su nombre por el lodo, como ya empezó a hacer el presunto injuriador ayer llamándolos caraduras.

Cuando sea pública la sentencia, si es condenatoria, si el señor Jiménez Losantos es condenado por injurias graves que, no se olvide, son delito, es decir, si el señor Jiménez Losantos es condenado como delincuente por un tribunal de justicia, ¿qué va a pasar en la COPE?

Supongo que el citado individuo recurrirá una sentencia condenatoria pero, en el ínterin, ¿va a seguir todo igual en La Cope? Los obispos ¿van a seguir permitiendo que un presunto delincuente continue hablando desde los micrófonos de una emisora de la Conferencia Episcopal Española?

En todo caso, repito, el señor Ruiz Gallardón ha hecho muchísimo por la democracia en nuestro país: poner coto a los desmanes y abusos de un matón de las ondas, sostenido por la Iglesia a la que, por cierto, pertenece el acusador, pero no el acusado.

Por lo demás, excelente momento para la celebración de la vista oral, en mitad de la crisis del PP. Una prueba más de que la política y la justicia marchan por sus sendas independientes y que la primera se beneficiará siempre de la acción de la segunda porque es seguro que los partidarios de los señores Ruiz Gallardón y Rajoy, ahora, tendrán que aguantar menos abusos, insultos e iniquidades.

(La imagen es una foto de Dolors Nadal, bajo licencia de Creative Commons).