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dimarts, 12 de juliol del 2016

A taste of power

Con motivo del paso por España de Obama, a la vista de los preparativos, en seguida se vio que se trataba de una reedición del Bienvenido Mr. Marshall berlanguiano. El mismo sábado, 9 de julio, Palinuro publicaba un post titulado Berlanga y el Emperador, del que no tiene que tocar ni una coma.

El episodio fue puro Berlanga, pero más humillante porque si en la peli de 1953 los defraudados, burlados y meados eran un alcalde de pacotilla y cuatro garrulos, aquí lo son los máximos mandatarios del reino, con sus mesnadas de periodistas, publicistas e intelectuales y sus legiones de altos funcionarios afanosos, las instituciones, los símbolos, en definitiva, el orgullo nacional, o patrio, según corrige esta izquierda estilo Pepe Isbert.

¿Vieron ustedes al Rey Preparao correr como un conejo a recibir a Obama al pie del avión en Torrejón para estar cuatro minutos con él? Sí, bien leído: cuatro minutos. Los que tardaron los yanquis en sacar la flota de treinta coches, entre ellos, el mítico Beast, presidencial y empaquetar en él al Presidente camino de su hotel.

¿Vieron de nuevo al Borbón tembloroso al día siguiente en el Palacio Real, leyendo un papelito para no equivocarse en presencia del mandatario estadounidense?

¿Vieron que Obama interrumpió el protocolo para largarse a almorzar con su gente de la embajada, dejando a los españoles tomando el aperitivo y sin saber qué hacer?

¿Vieron después al más tembloroso Sobresueldos, tras la correspondiente espera, leyendo otro papelito en su medio lengua, mientras Obama hacía gala de paciencia?

A continuación, black out, cierre de imágenes. No más fotos de Obama. El presidente de los Estados Unidos tuvo a los tres líderes de la oposición esperando una hora en el aeropuerto de Torrejón como si fueran perritos falderos, para dedicarles luego diez minutos. Han vuelto a leer bien: diez minutos a los tres. Y los tres, tan ufanos, subieron luego tuits dándose pote de haber hablado de esto y aquello con el presidente de los EEUU. Hacen bien para que los creamos bajo palabra porque fotos, no hay ninguna de estos encuentros tan decisivos para la historia del mundo.

¡La chingada! Ni una foto. Con lo que les gusta a estos mindundis eso de la imagen que la cultivan hasta el extremo de estar dispuestos a salir por la tele aunque sea potando. Por cierto, eso quiere decir que, para dejarlos acercarse a Obama, los gringos les requisaron hasta los móviles. Si no, a ver quién impide al valiente Iglesias hacerse una selfie con un paisano de los brigadistas del batallón Lincoln.

Al grano: ninguno tuvo arrestos para negarse a esa humillación de sala de espera de dentista de barrio. Ni el bravo de Podemos a quien, en teoría, no importan los protocolos oficiales y que, además llevaba un encargo expreso de su media naranja de IU de decirle al yankee, ¡Yankee go home! Que, justamente, era lo que el yankee estaba deseando. Había venido a ver a los suyos en Madrid y Rota y estos indígenas temblorosos que se le cruzaban por el camino eran un fastidio.

Bueno, eso es el poder. Ustedes, comparsas de la nueva berlangada del siglo XXI son políticos y su vida consiste en luchar por el poder o por lo que les dejan de él. Alguno, como Iglesias, hasta sienta plaza de teórico del tema. Pero del poder no tienen ustedes ni remota idea.

Poder es esto. Es lo que el yankee ha hecho con ustedes, su reyezuelo, su presidentín el de los sobresueldos, sus líderes, sus instituciones, banderas, convenciones y usos: una pedorreta. Porque puede permitírselo y ustedes no. Porque tiene poder y ustedes son unos impotentes que bailan al son que otro les toca y solo ejercen su miserable poder delegado con los que tienen la desgracia de padecerlos a ustedes como conciudadanos.

¿No han visto ustedes ninguna película de yankees, de esas que simulan un atentado presidencial en los EEUU? El presidente de los EEUU se desplaza en una formidable máquina aérea, el Air Force One, con la que ustedes no se atreven ni a soñar. Circula en otra máquina tremenda, una limusine con una fórmula de blindaje secreta, capaz de resistir misiles y va escoltado por otros treinta coches. Muchos más de los que han visto ustedes en sus pueblos.

Cuando hay una visita de este tipo a otro país, normalmente se forman dos comisiones interministeriales, una yankee y otra del país anfitrión, que se juntan y colaboran en los preprativos. Es decir, se forma una comisión bilateral en la que ambas partes negocian sus criterios, excepto, según parece, si la parte anfitriona es de quinta regional en todos los aspectos, en cuyo caso, los receptores se quedan de calientasillas, no abren la boca y las decisiones, todas las decisiones, desde lo que se dice a lo que se bebe y se mira, las toman los yankees.

Porque son ellos los que mandan. No solo en su casa, sino en la ajena. Entre otras cosas porque también en la ajena están en su casa ya que Rota, por ejemplo, es yanquilandia.

Eso es poder, señorías. Lo suyo, lo de los cinco políticos y sus periodistas a sueldo, sus curas, sus audaces emprendedores, sus toreros e intelectuales y sus comensales con la servilleta anudada al gaznate, pura impotencia de cantamañanas.

Eso es poder, señorías: los yankees apenas han pisado suelo de la "gran nación" ni falta que les hace. Han venido a visitar a los suyos, han soportado a los nativos lo menos posible y se han largado, dejando a los comités de recepción en Madrid y Sevilla con las mesas puestas y un palmo de narices.

Eso es poder. Lo suyo, caballeros, impotencia engolada.

diumenge, 10 de juliol del 2016

Las terceras elecciones

Quiere el saber convencional que, si hay terceras elecciones, el PP alcance la mayoría absoluta y Podemos se dé una buena castaña. No sé de dónde salen estas ideas, pero tienen mucha aceptación. Tanta que las partes directamente concernidas actúan en consecuencia. El Sobresueldos ha perdido ya quince días -cosa que se le da de miedo- y está dispuesto a perder los que le queden de aquí al siglo que viene, sin moverse, en espera de que la incompetencia de todos los demás le resuelva la papeleta de ser investido presidente del gobierno. Ya lleva doscientos días de bóbilis bóbilis. En esto, como en todo lo demás, le secunda C's, si bien este ve la hipótesis electoral con aprensión pues teme le suceda lo que a Podemos.

El nudo de la cuestión se ventila en la izquierda, PSOE y Unidos Podemos (UP) y en primerísimo lugar el PSOE que sigue siendo el eje en torno al cual giran todas las combinaciones posibles. Incluida la decisión última de ir a terceras elecciones. Parece como si, en estas segundas, los socialistas hubieran encontrado la fuerza y la decisión perdidas, lo que cambia mucho las cosas. El "no" rotundo de ayer de Sánchez a la triple posibilidad de favorecer por activa o por pasiva al PP ha clarificado el panorama. Lo que siga ahora dependerá de la capacidad del PSOE de mantenerse en esta gallarda actitud de "no" al Sobresueldos, no al gobierno del PP en ningún caso. De la capacidad de resistirse a los cantos en favor de la abstención no de sirenas sino de los viejos cachalotes del mar de los sargazos. 

Con ese "no" en el frontispicio, vayamos a las combinaciones posibles.

Deben descartarse, creo, gobiernos en minoría porque nadie se fía de nadie y los gobiernos minoritarios tienen que contar con una mínima lealtad a los compromisos que entre estos políticos de liviano fuste no se da en absoluto.

En ausencia de gran coalición solo hay dos combinaciones que den mayorías absolutas: a) PSOE+Podemos+C's= 188 escaños y b) PSOE+Podemos+indepes catalanes+PNV+Bildu = 180. La primera combinación fracasa ante la animadversión mutua entre Podemos y C's. La segunda ante la negativa cerrada del PSOE a permitir un referéndum de autodeterminación en Cataluña.

Por lo tanto, si no se da revisión alguna en las posiciones de las tres fuerzas, las terceras elecciones serán un hecho. Y lo serán porque todavía hay una posibilidad más siniestra que la nueva votación y es la continuidad del desgobierno del Sobresueldos con la asociación de presuntos malhechores del PP. Hipótesis que podría realizarse en la no muy descabellada posibilidad de una alianza PP+C's+Canarios con el añadido de un par de tamayos. Si se hizo en Madrid, rompeolas de las Españas, también podrá pasar en una de ellas, la más cutre e inmoral.

Para Palinuro está claro: lo mejor es la combinación PSOE+Podemos+Indepes+PNV+Bildu, pero, si trata de imponerse la continuación de este gobierno ignominioso, apoyado en un partido de corruptos y presuntos delincuentes, y no hay combinación posible de mayoría absoluta, lo mejor son las terceras elecciones.

Con una condición inexcusable: ninguno de los cuatro ineptos que han sido incapaces de formar gobierno por segunda vez, puede volver a presentarse como candidato. Eso sería lo unico que verdaderamente rompiera el maleficio de una política española dominada por la inoperancia, la incompetencia, la corrupción y la mentira sistemática.

Mañana hablaremos de la refundación de Convergència en un partido republicano e independentista y también de esos curiosos cónclaves habidos en el PSOE y UP para encontrar una explicación a sus respectivos fracasos electorales.

La alta diplomacia de la gran nación

Todos, todos, políticos, periodistas, dirigentes, personalidades, profesores, expertos, pierden el trasero por presentar la llegada de Obama como una visita oficial, aunque no se sabe qué caracter tenga, si es de Estado o no porque, a la hora de decidir algo en relación con el hecho, España no pinta nada. Lo cual molesta mucho al chusquero africanista que tenemos de ministro de Exteriores porque no sabe a qué carta quedarse. Como siempre, por lo demás. Hay unidad en la tropa al presentarlo como un asunto de relaciones internacionales entre dos países que mantienen estrechas relaciones (la expresión es obligada) y no como una visita que el emperador gira a sus guarniciones en una de sus colonias. No como lo que es: una humillación, tanto más lacerante cuanto el país ni siquiera puede permitirse lo único digno, esto es, vistas las circunstancias, cancelar la visita tout court.

Porque Obama no viene a España y prácticamente no pisa suelo español. Viene a Torrejón, se aloja en la embajada de su país, que es territorio de los EEUU, hace un par de escapadas al palacio de Oriente y a La Moncloa, como el que va al zoo y luego se larga a Rota, territorio norteamericano, a arengar a los soldados gringos que es su verdadero objetivo y para lo que sí tiene tiempo. Entre medias y si ha lugar, recibirá a los tres mindundis de la oposición en Torrejón a las tres de la tarde (es decir, los dejará sin almorzar) y les dedicará el tiempo que cabe imaginar teniendo en cuenta que a las cinco ha de estar en Rota. Por supuesto, los tres mindundis tendrán que estar en permanente posición de alerta desde la mañanita por si hay cambio de planes. Y ninguno de los tres se atreverá a plantarse y negarse a ir de comparsa a donde le digan.

Desde luego, las comidas, los banquetes, los festejos, los engolados discursos, los regalos, los abrazos, las revistas de tropas, los himnos, todo eso a hacer gárgaras. Un encuentro de 50 minutos con el Sobresueldos, una declaración conjunta... y si te he visto, no me acuerdo. Todo lo que los españoles van a conocer del pensamiento de Obama pueden leerlo en una entrevista que, muy ufano, trae hoy El País, que, en realidad es un cuestionario escrito que el equipo del presidente respondió también por escrito con las vaguedades y simplezas de rigor y sin decir prácticamente nada de España.

Porque España no existe en el concierto de las naciones. Es como un apeadero al que acude la vicepresidenta del Gobierno, la ratita hacendosa, a aligerar el calor de Obama con un abanico más grande que ella quien, a su vez, recuerda mucho a Pepe Isbert en Bienvenido Mr. Marshall.

dissabte, 9 de juliol del 2016

Berlanga y el Emperador

El tajo a la programada visita de Obama pone broche de plomo al éxito de las relaciones exteriores de la gran nación. Una diplomacia de excelencia. La única vez que el presidente visita España en su doble mandato, la  reduce a lo que las sufridas gentes llamaban antaño "la visita del médico", un visto y no visto de circunstancias para no quedar del todo mal y get me outtahere fast, que para luego es tarde.

Vaya por delante que Palinuro no banaliza en absoluto la gravedad de los hechos de Dallas. Precisamente esa gravedad y esa trascendencia que muchos invocan para justificar la irritación que les produce haberse quedado con un palmo de narices al estilo berlanguiano es lo que prueba las diferencias abismales. No será la primera vez que algún gobernante español no haya alterado su protocolo cuando acaece una desgracia de este alcance. Aquí la gente se muere o la matan y los gobernantes se van de vacaciones o a un spa porque, en el fondo, son unos irresponsables. Allí se lo toman en serio y, si hay que cortar un proyecto por necesidad, se hace y, entre estar en Dallas y estar en Madrid, el gringo lo tiene claro.

Dicho lo cual, acompañemos en el sentimiento a los más de cien invitados que iban a compartir mesa y mantel con el Emperador y van a quedarse sin la foto de sus vidas. Ya es mala pata, desde luego. Y, al margen de la gravedad de los hechos, el presidente de los sobresueldos ha vuelto a quedar como un pichichi. Ya no hablemos de los líderes de la oposición, que estaban planchándose las camisas, mientras recitaban ante el espejo las mordaces observaciones que le harían al emperador en los diez segundos que los dejarían hablar. ¿Y qué decir de los noventa restantes zánganos y cortesanos, la patulea de logreros que merodea por la capital del Reino dándose pisto para salir por la tele y arreándose  codazos entre ellos?

Hagamos algo más que acompañarlos en el sentimiento. Indaguemos por ellos. Vamos a ver: Obama cercena el plan de la visita por fuerza mayor. Pero solo cercena la parte con las autoridades (algún nombre hay que darles) españolas, madrileñas y sevillanas. El desplazamiento a la base militar de Rota se mantiene. Y las deliberaciones con la máquina estadounidense al mando del cónsul Costos, también. El Emperador viene a visitar a los suyos en sus posesiones, y se larga.Si acaso saluda de refilón al jefe de la tribu y eso si no lo confunde con el mayordomo del cortijo.

Todo lo que los políticos españoles querían decir en presencia de Obama para entrar así en la historia podrán contárselo por whatsapp. Del trance se han liberado los catalanes y vascos porque no fueron invitados al ágape. Siempre es de agradecer que el peculiar sentido de la convivencia de la monarquía española te ahorre hacer el ridículo.

Creo asimismo que la izquierda indómita sevillana, la del No a la OTAN, o sea, IU (porque Podemos cuenta con un general otanista entre su brillante elenco) estaba preparando una manifa en Sevilla contra la presencia del gringo al grito de Yankee go home. Mira por dónde, el manifestado ha hecho caso de antemano.

Fastos de la gran nación y sus andrajos. Ceremonías de guardarropía con actores y actrices de tercera pero todos muy ceremoniosos.

divendres, 8 de juliol del 2016

La socialdemocracia como ideología

Espero no se me acuse de desertar mi puesto de vigilante analista político si me tomo un asueto en esta tarea de seguir los meandros de las negociaciones poselectorales. En román paladino, que van a acabar resolviendo la situación por agotamiento. Rajoy quiere a Sánchez; Sánchez no quiere a Rajoy; Rivera los quiere a los dos; los dos lo quieren a él, pero por separado; Iglesias quiere a Sánchez pero sin Rivera; Sánchez quiere a Rivera con Iglesias; Iglesias no puede ver a Rivera; Echenique tampoco; Rivera no quiere a ninguno de los dos; Garzón los quiere a todos; los catalanes y los vascos solo se quieren entre ellos; los demás quieren a los vascos, pero no a los catalanes. Y todos dicen saber muy bien lo que quieren, pero no quieren saber lo que dicen.

Con permiso, vamos a descansar un poco porque produce angustia ver una clase política enzarzada en dimes y diretes, parlanchina hasta la desesperación, pero ciega a la gravedad de la circunstancia del país.

Vayamos a un asunto que movió titulares de prensa antes de las elecciones y produjo atropelladas reflexiones, esto es, la declaración de fidelidad a la socialdemocracia de Iglesias, principal dirigente de Podemos y faro doctrinal. De inmediato hubo reacciones favorables y desfavorables centradas en si era una engañifa, algo sincero, si pretendía reñir el campo al PSOE, si este era capaz de afirmar su copyright.

Pocos se plantaron y preguntaron exactamente, la socialdemocracia ¿qué es?

¿Qué va a ser? Una ideología. El término levanta suspicacias, sobre todo en la izquierda. Toda ideología es mala a fuerza de falsa. Excepto la propia. Pero la propia no es ideología sino pura razón, sentido común, conocimiento científico. Obvio, lo de las ideologías no está nada claro porque remite a una región de metaconceptos siempre problemática.

Hay ideologías que no están claras en cuanto a su fondo, pero sí en cuanto a su forma. Son conjuntos de ideas más o menos trabados y extensos presididos por eso, por un metaconcepto, como justicia, libertad, igualdad o seguridad. Por eso todas las opciones políticas son ideologías.

La socialdemoracia, una de ellas. Eso es algo que saben los teóricos de la elección racional desde que echaron los dientes. Una ideología es un atajo cognitivo que me permite pronunciarme en asuntos de interés general reduciendo al máximo el coste de la información. Una ideología viene como un pack, un kit cognitivo. Solo precisa dos actos de fe: fe en que el kit es el más adecuado para el metaconcepto que uno venera y fe en que el responsable oficial que las circunstancias hayan puesto al frente de la interpretación lo haga correctamente.

¿Para qué queremos "atajos" conceptuales? Para competir en las campañas electorales y triunfar allegando la mayor cantidad de votos. La ideología es un kit para activar la acción del partido como máquina electoral. Al fin y al cabo, unas elecciones son como las batallas medievales. Las mesnadas de los señores (aquí sus votantes) tienen que distinguirlos en mitad de la refriega entre el polvo y el humo y con las celadas bajas. De ahí salieron los colores de la heráldica. Las ideologías son los escudos de blasón para la contienda electoral. Si yo enarbolo pendón socialdemócrata, atraeré las mesnadas de esa tendencia. Y, de hecho, la campaña de Podemos insistió en una llamada permanente a los "socialistas de corazón"

Pero la ideología socialdemócrata mantiene relaciones conflictivas con otras ideologías de izquierda, singularmente la comunista. Como atajo ideológico para cálculo electoral, la ideología comunista no ha dado nunca resultados aceptables, razón por la cual suele concurrir a las votaciones disfrazada.

La conclusión obvia es que, al haber sellado una alianza con IU y, por ende, con los comunistas, Podemos revelaba que la nueva fe en la ideología socialdemócrata solo era un disfraz más. Un disfraz de supervivencia. Y el resultado ha sido bastante negativo.

dimecres, 6 de juliol del 2016

Pequeño bestiario poselectoral

Estase Rajoy quieto, fumando pachorro un puro, como una panzuda araña, junto a la tela que acaba de tejer. Espera que caigan las piezas que le den sustento a base de permitirle formar gobierno, según el encargo que le hará el Rey o zángano mayor del Reino (en sentido estrictamente entomológico) en cumplimiento de los protocolos.

Las primeras en agitar la tela, anunciando su llegada, han sido las moscas canarias. La araña presidencial les hizo los honores y les prometió todo lo que pidieron porque, siendo dos míseros dípteros de liviano porte, tampoco es preciso hacerles gran caso. Su modesta pretensión es que se las considere moscas ultraperífericas y eso no suele ser asunto que se les discuta.

Detrás de las moscas canarias, se espera el moscardón vasco. Este, precedido de un zumbido característico, ya sería una presa considerable, que incrementaría notablemente las huestes del arácnido. Lo malo es esa pretensión de aproximar a los presos vascos a su tierra, euskal presoak euskal herrira, que destroza la intencionalidad punitiva de la dispersión carcelaria, algo que la araña de La Moncloa no puede vender fácilmente entre sus apoyos electorales.

Para cumplir con las formas, el presidente recibirá a las avispas catalanas, insectos sociales, que vienen siempre en enjambres y son muy agresivos. Sus planteamientos suelen ser radicales y el presidente solo puede escucharlos cada seis meses por prescripción facultativa. Si menudearan más podrían provocarle una crisis de identidad nacional.

Tiene la araña puestas muchas esperanzas en la llegada de las efímeras de C's pero sabe que es muy difícil que caigan en su red por su carácter atropellado e inquieto y el hecho de que durando menos de un día, a veces horas, no le sirven para nada y le dejan la tela llena de cadáveres. La efímera mayor, riverana, ha dejado dicho que, sea cual sea su breve sino, rechaza por entero la araña monclovita y se somete a la guía de la cigarra del PSOE, la única que, por su tamaño, puede romper la aciaga tela.

Por allí ha de pasar también la mantis religiosa de Podemos, pero su visita será meramente protocolaria. Tras haberse desposado con IU y haberla devorado, en consecuencia, mira ahora con ojos libidofágicos al PSOE, aunque en la duda de si, para devorarlo a su vez, tiene que casarse con él en un gobierno "de progreso" o enfrentarse a él en la lucha por la hegemonía.

Solo la cigarra del PSOE, con el poderoso canto de sus élitros, puede encabezar una turba de insectos que rompa la tela de araña y establezca un reinado nuevo. 

En el fondo, irónicamente, esta pequeña fábula expresa una situación muy parecida a la del pasado 20 de diciembre. Es verdad que el PP ha reforzado ligeramente su posición. pero sigue siendo la opción que nadie quiere y menos encabezada por el presidente de los sobresueldos. El eje central de la situación sigue siendo el PSOE y, en último término, será el responsable de que haya o no gobierno y de qué orientación. Esta centralidad socialista aparece matizada por la presencia de Podemos que no alcanza a imponer su criterio pero sí a frustrar el del vecino.

Esa fue la situación que Podemos no fue capaz de resolver el 20 de diciembre. Y no se ve cómo lo hará ahora cuando las circunstancias han cambiado muy poco y a peor. La palinodia coral que los de Podemos llevan entonando hace diez días (Iglesias, Echenique, Errejón, Garzón, Llamazares, Montero: no paran de hablar y contradecirse) permite augurar lo peor: una decisión no bien medida que haga inevitables nuevas elecciones en las cuales el partido puede desaparecer sin más.

dimarts, 5 de juliol del 2016

La conferencia de Palinuro en Luxemburgo sobre la República Catalana

Nos ha costado un poco porque el vídeo es casero pero, al final, lo hemos conseguido. Y gracias al trabajo y el interés de Jordi Gairin, el factótum del Centre Català de Luxemburgo. A él y a tod@s l@s asistentes, muchas gracias. El vídeo dura algo más de una hora. Espero que sea soportable.

diumenge, 3 de juliol del 2016

La gran familia y su puchero

Los mismos sinvergüenzas que han esquilmado el fondo de pensiones de la seguridad social y dejado sin jubilación a los viejos,  son los que se pulían los dineros públicos en putas, coca y juego en Palma de mallorca; los mismos que se llevaban mordidas millonarias por cada escuela con la trama Púnica; los mismos a quienes se pagaban los confetti y viajes de la familia a París; los  que han estado cobrando sobresueldos durante veinte años; los que tienen a su padre dependiente a cargo del erario mientras cortan las ayudas a los demás dependientes; los que blanqueaban dinero para el PP, esa presunta banda de facinerosos, en el Ayuntamiento de Valencia; los que llevaban años robando de las arcas públicas en la operación Gürtel en la sierra norte de Madrid; los que pagaban los trajes de los mangantes a cambio de contratos púbicos; los que se compraban palacetes en Mallorca y áticos en Marbella con dineros que nadie sabe de dónde han salido; los que financiaban el PP, siempre la banda de ladrones, con dinero negro a cambio de subvenciones; los que cobraban por asesorías "orales", incompatibles con sus salarios, a empresas que contrataban con las administraciones peperas; los que troceaban los contratos para embolsarse dineros ilegales; los que cobraban becas que no les correspondían; los que pagaban con dinero público campañas de imagen personal; los que robaron a mansalva en todo tipo de actos oficiales, desde la visita del Papa a Valencia hasta la fórmula uno; los que han cobrado mamandurrias, enchufado a sus amigos y parientes; los que cobran subsidio de alojamiento en Madrid, aunque tienen aquí vivienda; los que mandaban SMS de apoyo y aliento a los delincuentes; los que tenían cuentas en Suiza; los que se han beneficiado de las amnistías fiscales de la banda de ladrones; los que, siendo ministros, no declaraban a Hacienda; los que apañaron y robaron en todas las licencias y contratas municipales del País Valenciano; los que pagaban sumas astronómicas a los periodistas lacayos para que mintieran a su favor en los medios públicos; los que han regalado la sanidad y todos los servicios públicos a sus amigos a cambio de enchufes para ellos; los que han pagado sobrecostes en todas las obras públicas para quedarse luego sus comisiones;  los que han vendido las viviendas protegidas por una futesa a fondos buitres y especuladores; los que regalan 11.000 millones de € al clero y, además le eximen de pagar todos los impuestos y les permiten cobrar todo tipo de tasas y sobreprecios ilegales; los que no pagan impuestos, pero han subido el IVA y toda la tributación directa e indirecta mientras ellos tienen sus dineros en paraísos fiscales; los que descapitalizan la enseñanza pública pero subvencionan a manos llenas la estafa de la enseñanza concertada privada; los que roban en todas las licencias, contratas y adjudicaciones siempre hechas con favoritismos y trampas; los mismos que regalan el dinero a la banca, pero se lo regatean a los particulares; los que asfixian a los autónomos, pero no persiguen el fraude fiscal de los ricos porque son ellos mismos; los que han robado a mansalva en la privatización de la sanidad mientras desvían los casos más caros al sistema público; los que han socializado las pérdidas de las autovías radiales; los que han estafado a cientos de miles de impositores con las preferentes; los que se han pulido la pasta de las tarjetas black en locales de alterne; los que han malgastado dineros públicos en viajes de ensueño con sus amantes sin justificación alguna; los que fabricaban pruebas falsas en contra de sus adversarios polticos; los que han hecho y siguen haciendo guerra sucia con fondos públicos contra esos mismos adversarios; los que han falsificado todas las estadísticas y datos de España; los que se han espiado y denunciado unos a otros; los que robaban los fondos de asistencia al desarrollo; los que han construido aeropuertos sin aviones, museos sin cuadros, trenes AVE en lugares desiertos pero en donde ellos tenían sus propiedades; los que han obligado a los jóvenes a emigrar porque les han quitado las becas; los que viven en áticos de lujo de cientos de metros con criados y mucamos con cargo al erario.

Todos ellos forman una gran familia y, de esa gran familia de malhechores, ¿tengo que creerme que no han dado pucherazo en las elecciones?

dimecres, 29 de juny del 2016

Las elecciones clarifican el panorama... en Cataluña

El resultado de las elecciones del domingo tiene dos rasgos: 1) no termina de resolver la situación de bloqueo que venía de la votación enterior; 2) la izquierda se ha dado un batacazo colosal lo que, tal como están las cosas en España y en Europa, significa que no habrá gobierno de izquierdas en muchos más años que los cuatro de este legislatura, si empieza. Es difícil encontrar algún caso de mayor incompetencia en la gestión que la de estos políticos en agraz.

Curiosamente, lo que ha quedado de nuevo incierto en España, se ha clarificado en Cataluña. Podemos no consiguió el sorpasso al PSOE en España que tanto ambicionaba y su confluencia catalana tampoco el sorpasso al blooque independentista. Pero este es el gobierno y ahora se encuentra el camino de la hoja de ruta expedito. Ya no hay más posibilidades de seguir engañando al electorado catalán con la propuesta de un referéndum de autodeterminaciçon pactado con el Estado. Esa hipótesis es una fantasmagoría. El Estado jamás aceptará un referéndum catalán. Son los independnetistas quienes tienen que poner en marcha medidas unilaterales, bien un referéndum o bien una declaración unilateral de independencia. Y los de En Comú Podem tendrán que acalararse si quieren la independencia o siguen mareando la perdiz. Y lo mismo sucede con la gente de la CUP que en septiembre tendrá que decir "sí" o "no" a renovar la confianza parlamentaria en Puigdemont. A partir de septiembre, las cosas en Cataluña estarán muy claras.

Aquí, la versión castellana del artículo en elMón.cat:

Claridad

Pasadas las elecciones generales, algunos dicen que las circunstancias españolas han cambiado y que la incertidumbre del 20 de diciembre se ha disipado.

Solo a medias o quizá nada en absoluto. Algo sí ha quedado claro: los españoles no quieren cambiar. Han dado la mayoría a un partido de derechas, el PP, único que ha aumentado en votos. Podían haber votado a uno de izquierdas, el PSOE o Unidos Podemos, pero no lo han hecho. Al contrario, los dos han bajado en votos y el PSOE también en escaños. Podían haber votado a un partido que se dice de centro. Pero lo han hecho por uno de la derecha con un historial delictivo comprobado, un partido que es una asociación de malhechores, imputado por los jueces, presidido por un sospechoso de haber cobrado sobresueldos ilegales, un partido corrupto, franquista, nacionalcatólico, centralista y catalanófobo. No le han dado la mayoría absoluta, como en 2011, pero le han encomendado formar gobierno minoritario, cosa que hará en alianza con Ciudadanos y, seguramente, contando con el apoyo de la minoría vasca y el diputado nacionalista canario, es decir, 175 escaños. Podrían ser 176 y mayoría absoluta si se diera un episodio de “tamayazo” hipótesis nada descabellada en un sistema político tan opaco y corrupto como el español.

Si el electorado hubiera dado mayoría a la izquierda, quizá las cosas se habrían sido algo distintas. Pero no en Cataluña pues, tanto con la derecha como con la izquierda dominada por el PSOE, las posibilidades de que España acceda a convocar un referéndum catalán (cualquier tipo de referéndum) son inexistentes. A día de hoy hay 244 diputados en las Cortes contrarios al referéndum, más de dos tercios.

Los españoles no quieren cambiar y quien diga que es posible cambiar España está mintiendo deliberadamente y a ojos vistas.

¿Cuáles son las opciones para Cataluña? Si Podemos no pudo hacer el sorpasso al PSOE en España, tampoco pudo hacérselo al bloque independentista en Cataluña, que, aunque ha perdido votos (CDC), se ha mantenido muy bien en escaños. Y ahora corresponde aplicar las enseñanzas de las elecciones generales.

Si en España no hay posibilidad alguna de referéndum, si no cabe hablar en serio de reforma de la Constitución. ¿Qué sentido tiene proponer un referéndum pactado con el Estado, como hace En Comú Podem?

También en Cataluña se precisa claridad. Y se puede conseguir. Claro es que la oferta del referéndum pactado es una vía muerta o un engaño. Y claro también que el bloque independentista mantiene su apoyo parlamentario a la hoja de ruta. Falta por ver si la CUP sigue en su actitud errática respecto al gobierno independentista por la que han pedido perdón pero sin especificar qué piensan enmendar. Y septiembre, cuando aumente la presión del gobierno español y haya que pronunciarse sobre la cuestión de confianza de Puigdemont está a la vuelta de la esquina.

El resultado de la brexit ha ayudado bastante a traer claridad. Ha dejado claro que con un 52 % cabe tomar decisiones trascendentales. Es obvio que con el 51% también y eso clarifica mucho. Añádase el más que probable nuevo referéndum de autodeterminación en Escocia y se verá que en Cataluña corremos peligro de retrasarnos.
En el plazo inmediato, Cataluña tendrá que decidir por una medida de carácter unilateral; un referéndum o una declaración unilateral de independencia (RUI vs DUI). Y cada vez está más claro que la más segura y más prometedora es la DUI porque es institucional, legítima, no compromete la posición de los funcionarios en Cataluña, internacionaliza de inmediato la cuestión y la somete a arbitrio judicial internacional con una perspectiva muy elevada de salir triunfante.

Y, sobre todo, porque es una decisión clara que obliga a las fuerzas políticas de carácter ambiguo (los comunes) o errático (los cupaires) a clarificar su actitud.

dimarts, 28 de juny del 2016

Mañana, conferencia de Palinuro en Luxemburg

Según los datos que se aportan en la ilustración del post, la conferencia, con el título genérico de La situación política actual en España y Cataluña tendrá lugar en el Centre Català en Luxemburgo, sito en 88, Rue de la Semois, L-2533 Luxemburg. Para mayor información, remito a la página del centro.

Ya imaginan las amables lectoras que el título de la charla es deliberadamente ambiguo para que se pueda hablar de todo. Mi intención es hacer un estado de la cuestión acerca de la República Catalana y analizar luego cómo afecta a las perspectivas de esta el resultado de las pasadas elecciones generales españolas. Si es que al final hay tal resultado porque corre por las redes una petición de Avaaz para que haya una auditoría externa de los resultados electorales que huelen a pucherazo que te matas. Invito a firmarla. Yo lo he hecho.

Nos vemos mañana en la sede del Centre Català de Luxemburg.

dilluns, 27 de juny del 2016

Desastre sin paliativos de la "verdadera" izquierda y Cataluña

Y no será porque no se les advirtiera, porque no se les argumentara que iban por el camino equivocado, porque no se les recomendara que parasen y tomaran perspectiva de lo que estaban haciendo. Está escrito: aquellos a quienes los dioses quieren perder primero los vuelven locos, y ciegos y sordos. Envueltos en la más injustificada arrogancia, en una petulancia sin límites, borrachos de halagos autopronunciados, enfermos de narcisismo y egotismo; rebosantes de oportunismo sin principios que los llevaba a instrumentalizarlo todo, personas, ideas en pro de su desmedido afán de poder; carentes de auténticas referencias morales; controlados y manipulados por el revanchismo comunista de un personaje como Anguita, que solo respira odio y anhelo de venganza; comidos por la cursilería y la hipocresía, se han dado una castaña mayúscula, de proporciones, estas sí, históricas.

Y no solo eso, han destrozado las esperanzas de buena fe de mucha gente.

Y no solo eso: han traído ellos solitos un gobierno de la derecha en el enésimo ejemplo de la pinza comunistas/derechas de toda la vida.

En fin, aquí mi articulo de hoy en elmon.cat.

Y aquí, la versión castellana: 

Rotundo fracaso de la izquierda
                                                                                         
Las izquierdas no se pusieron de acuerdo tras el 20 de diciembre y forzaron la repetición de elecciones cuando había varias fórmulas posibles de gobiernos de más o menos progreso (PSOE-Podemos-JxSí; PSOE-Podemos-Ciudadanos). El resultado de esa repetición es un fracaso mayor si cabe, prácticamente una catástrofe para la izquierda.

La derecha que no podía formar gobierno el 20 de diciembre, sale ahora reforzada y, con  el 98,5% del voto escrutado, se sitúa en 169 diputados (sumando PP y C’s) a siete de la mayoría absoluta, que, de obtener un diputado más, podría negociar con el PNV y Coalición Canaria.

C’s se ha desinflado, pero adquiere una relevancia insospechada como partido junior en una coalición de la derecha. Si el PP acepta la condición impuesta por Rivera de licenciar a Rajoy habría un gobierno de coalición de la derecha en minoría que solo necesitaría una geometría variable de abstenciones de los demás grupos, algo perfectamente practicable.

El PSOE y Sánchez en especial, han quedado por debajo del resultado del 20 de diciembre, que ya era el más bajo de su historia democrática. Para Sánchez, sin  duda, un  fracaso que pone en cuestión su liderazgo en el partido. No es probable que un nacionalista español tan  obcecado y rígido como este admita la posibilidad de que el jacobinismo socialista sea el responsable del desastre del PSC, que no levanta cabeza. Pero es un  hecho: Cataluña, el otro baluarte socialista en el Congreso junto a Andalucía, se ha convertido en un territorio residual. Y el PSc en un partido prácticamente simbólico en Cataluña, como el PP, cosa que debiera hacer reflexionar a sus líderes si fueran capaces de ellos.

Pero el batacazo mayúsculo se lo ha llevado Podemos que aburrió a la cabaña nacional con una campaña de diseño de una cursilería insoportable, hecha de colorines, sonrisas, ilusiones y pura demagogia populista, orientada al sorpasso que iba a garantizarle, por fin, la hegemonía de la izquierda. Y con la hegemonía, el regreso a las esencias patrias, la recuperación de la democracia y la dignidad, el progreso y la modernidad de formas e ideas. Todo pura balumba.

Ni sorpasso, ni hegemonía, ni nada. En resumidas cuentas, lo único que ha conseguido Podemos al provocar las elecciones repetidas ha sido traer una gobierno de la derecha más cavernícola que ha habido en el país desde la muerte de Franco. Es el resultado habitual de la pretensión comunista de derrotar a la socialdemocracia, en buenos o malos términos, con más o menos argucias teóricas. En el fondo, guste o no guste, es el resultado de la eterna pinza entre el comunismo y la derecha para impedir el gobierno del socialismo democrático.

Pero hay más y más grave. Con el resultado del 20 de diciembre era muy difícil pero posible formar un gobierno de izquierda, siempre que se propiciara el voto favorable o la abstención de los independentistas catalanes, que tenían la llave de la gobernabilidad de España. Ahora, con este desastre provocado por la arrogancia, la petulancia y la ignorancia de Podemos, no puede formarse gobierno de izquierda ni con el apoyo activo o pasivo de Junts pel Sí. La incompetencia de Podemos ha conseguido lo que parecía imposible: hacer irrelevante la minoría catalana en el Congreso y entregar el gobierno de España a la derecha. JxSí ya no tiene la llave de la gobernabilidad de España.

Pero se mantiene muy bien en la extrapolación del resultado electoral al interior de Cataluña. El independentismo sigue siendo dominante y sólido y, no habiendo sufrido mella alguna proveniente de la ambigüedad de Podemos, puede encarar la cuestión de confianza del próximo septiembre con tranquilidad y proseguir con la hoja de ruta.

La gran derrota de estas innecesarias elecciones del 26 de junio la ha sufrido Podemos que, como En Comú-Podem, no ha conseguido ganar al PSOE en España ni al independentismo en Cataluña.

diumenge, 26 de juny del 2016

La brexit ha ganado las elecciones en España

Ha sido un doble aldabonazo en la conciencia de los electores, adormecida por la sarta de mentiras y vulgaridades que los cuatro líderes fracasados el 20 de diciembre han salmodiado por los rincones del Estado.

Una campaña átona, vista con indiferencia por la ciudadanía a la que se le pide que cambie el voto sin aportarle razón alguna para hacerlo. Un solo y raquítico debate televisado en el  que los líderes no tenían nada nuevo que decir pero lo llevaban todo pactado para no pillarse los dedos. Consigna: no digáis nada que haga perder votos. Abundancia de mítines con enfervorecidos seguidores tratando de trasmitir un clima de alegría y optimismo que nadie siente. Todos temen una repetición de los resultados de las elecciones anteriores. Y nada autoriza a pensar que este cuarteto de hombres -de hombres- del montón sea capaz de mejorar su actuación pasada.

Solo en Cataluña, el único lugar del Estado en que se mueve algo de verdad, hay iniciativa y se proponen novedades de nivel europeo, el resultado suscita inquietud e interés. Se trata de saber si se reafirma y avanza el impulso independentista o, por el contrario, hace mella la ambigüedad de Podemos, lo cual, a su vez, influirá en la cuestión de confianza planteada el próximo septiembre.

El resto, la resignación habitual y la confusión de unas propuestas deslavazadas, inconexas, sin justificar y carentes de contexto y apoyo en algún proyecto político concreto y tangible para las próximos cuatro años. Se prevé una alta participación, lo que significa que el electorado no quiere una situación de bloqueo como la anterior. Pero eso no es nada seguro y, en todo caso, al no estar en su mano cambiarla, es probable que el bloqueo se reproduzca. Ningún miembro del cuarteto ha dicho nada que incite al cambio de voto. Pero los hemos tenido día tras día en las pantallas, haciendo gansadas por falta de ideas. Cada uno de ellos absorbido en su supervivencia política personal: Rajoy, el principal responsable de este marasmo, dispuesto a rechazar de nuevo el posible encargo de formar gobierno; Sánchez, luchando con denuedo por una honroso segundo puesto que le dé la vitola de ser el primero de los perdedores; Iglesias, recién converso a la socialdemocracia, obsesionado por justificarse con un sorpasso que no parece producirse; Rivera tratando de mantener la cabeza sobre el agua y conseguir que se le distinga del chico de los recados.

Una nube de palabras que hiciera algún alma caritativa nos pondría ante la realidad de estos discursos sin interés, sin empuje, sin retos: cambio, reformas, la gran nación, la unidad de España, la igualdad de los españoles, la Patria, ilusión, sonrisas, moderación, populismo, Europa, trasparencia, equilibrio, pactos. O sea, nada.

Y, de pronto, los dos aldabonazos: el primero, la inesperada brexit; el segundo, el arrepentimiento veinticuatro horas después. Dos millones de firmas en el Reino Unido pidiendo la repetición del referéndum, aduciendo engaño en el primero. ¿Suena? Los pelos de punta. Ojo con lo que se elige, que podemos vernos votando por tercera vez antes de que termine este año perdido para todos.  

Un panorama angustioso. Los españoles descubren acongojados que el referéndum británico es más decisivo en su país que sus propios votos.  Que son europeos de segunda. En unos días, alemanes, franceses e italianos se reunirán para ver qué hacen con la salida británica. No invitan al español, ni falta que hace. La hipótesis más esgrimida es la de Europa de varias velocidades. Lo que se decida hoy en España no le importa a nadie. 

Y, a pesar de todo, hay que ir a votar. Para tratar de poner fin a esta vergüenza de cuatro años y medio de un gobierno corrupto, autocrático, neofranquista que ha desmantelado el Estado del bienestar, consolidado la precariedad laboral, arruinado la hucha de las pensiones, disparado la deuda pública, politizado y pervertido todas las instituciones del Estado y destruido la unidad de España que dice defender. Un gobierno cuya expectativa de voto, incomprensiblemente, sigue siendo la más alta. Frente a él, una izquierda dividida, enfrentada y, por lo tanto, inoperante. 

La brexit influirá en los indecisos, legitimará las opciones independentistas en Cataluña y, en el resto del Estado, aumentará los votos de los dos partidos dinásticos. Nadie quiere despertarse mañana arrepentido de su voto como los británicos.  Muchos están ya pensando que acabar con el bipartidismo no fue una buena idea y, para no tener que arrepentirse el lunes, depositarán hoy un voto ya arrepentido..

dissabte, 25 de juny del 2016

Lecciones de la Brexit para España y Cataluña

Europa es una joven y hermosa doncella, hija del Rey de Tiro, Agènor. O sea, da nombre al continente, pero nace fuera de él, en Fenicia. Su rasgo fundamental, aparte de la belleza, parece haber sido su candor. Estando un día en la playa, con sus damas de compañía, fue avistada por el concupiscente Zeus quien se metamorfoseó en blanco y manso toro para atraerla. La princesa le acarició el lomo y, pensando que sus intenciones serían tan puras como su apariencia, montose confiada sobre él, momento que aprovechó el fogoso dios para raptarla, surcando veloz los mares es, decir, con la complicidad de su hermano, Poseidón, cosa importante para entender el posterior desarrollo de este mito, esencial en la conciencia europa. Así la llevó a Creta en donde, recobrando su forma veraz (cosa que, en otro momento, le costó la vida a Sémele, la madre de Dionisos; la mitología lleva "logos", pero no es lógica) la hizo madre de tres personajes: Minos, Radamanto y Sarpedón. Y por ahí aparecen otros relatos que no hacen aquí al caso. Lo esencial es que el rasgo esencial de Europa es la candidez, la ingenuidad.

Y así sigue siendo. El continente debe de resumir el 70% de la historia de la humanidad (si tal cálculo puede hacerse), dejando el otro 30% para los espacios no europeos, singularmente Asia. Esa historia es la de un ámbito político, cultural, económico, étnico, en perpetua mudanza. Anda por ahí un vídeo en YouTube en que se muestra la evolución de Europa en los últimos 2.000 años a base de superponer sus mapas a toda velocidad y acaba uno mareado. Monarquías, repúblicas, ciudades-Estado, imperios ultramarinos, imperios continentales, federaciones, confederaciones, teocracias, microestados, alianzas, guerras, anexiones, paces, tratados, escisiones, revoluciones, invasiones, magnicidios, genocidios, explosiones anarquistas, comercio, industria, megalópolis, conurbaciones. Prácticamente no debe de haber pasado año alguno sin que se hayan producido modificaciones de fronteras. Estados que se agrandan o empequeñecen, regiones que se asocian o disocian.Y todo eso sigue haciéndose ingenuamente a la auropea, esto es, pensando que eran mansos toros blancos que estarían ahí para siempre. Todo lo que Europa fabrica bajo formas jurídico-políticas lo hace subspecie aeternitatis. Carlomagno -que presta nombre a un premio europeo- quería restaurar el imperio romano de Occidente; el de Oriente iba ya por su lado y duró 1.000 años, lo que algunos, en el colmo del delirio, han tomado como la unidad de duración imperial. El primer Reich duró eso, otros mil años pero con tantos altibajos que no parecía una unidad; Hitler fundó el III Reich de los 1.000 años y duró doce, más o menos. Napoleón iba a llenar europa de napoleónidas y, al final, no mantuvo la dinastía ni en su propio país.

Justamente, lo que más fastidiaba de la buena conciencia comunitaria era su implícita confianza en que, sin tener ni idea de su exacta naturaleza, duraría quién sabe cuánto. La confianza en que la "construcción europea" era irreversible. Otra prueba de ingenuidad bordeando ya el papanatismo. En cuanto se ponen teóricos y abstractos, los europeos se piensan irreversibles. Irreversible se juzgaba el comunismo, tanto dentro como fuera, y por eso nadie se había ocupado en pensar cómo, por qué, cuándo, se hundiría. Y se hundió, volviendo al punto moral y político de partida más o menos autocrático (aunque disimulado), pero con un desarrollo tecnológico de primera potencia. Con la UE la actitud era la misma: en la UE se entra (de hecho, se siguen protocolos muy refinados), pero no se sale. No hay protocolos de salida. No importa porque el pragmatismo europeo los elaborará en un abrir y cerrar de ojos. Pero no los había. La hipótesis de la secesión no se consideraba. Todo aquello de que el acquis communautaire, el derecho europeo, eran vías civilizatorias de no retorno. Tratándose de Europa, francamente asombroso.

Muy asombroso porque nadie creía que pudiera salir la Brexit y Zeus se llevara la ingenua doncella no a Creta sino a Londres. Sí, Cameron había convocado un referéndum, pero era experto en ganarlos, como probó en Escocia. Sabría lo que hacía, estaría bien informado, saldría el "no" y su liderazgo se consolidaría, frente al nuevo frente de políticos frikies, como Boris Johnson o el líder del UKIP, Nigel Farage, que será friky, pero no tonto, como demostró cuando ya en 2012 calificó a Rajoy en el Europarlamento como el "lider más incompetente de Europa". Había un referéndum, sí, pero los referéndums en Europa, se ganan. Y, si no se ganan, se repiten. La democracia es un arma de dos tiempos.


Y ha salido el "no". Los columnistas están ya buscando en la hemeroteca de la historia, hurgando en la Magna Charta, la flema británica, la manía de conducir por la izquierda, la de llamar escuelas "públicas" a las privadas, la de considerar castle a la vivienda familiar, el humor seco, la de quemar viva a Juana de Arco por bruja. Los políticos, con menos tiempo para documentarse dicen lo primero que se les ocurre que, lógicamente, es lo que les preocupa. En concreto, no que Gran Bretaña se haya largado de esta maravilla de Unión Europea teniendo en cuenta que ya venía y se va como Reino Unido, sino que se haya hecho un referéndum. Para Rajoy, los referéndums solo sirven producen división; para Sánchez, "esto" es lo que pasa cuando se permite que la gente decida por su cuenta, en lugar de dejar la solución a gente tan lista como él; y Felipe González hace metáfora: Cameron quiso salvar los muebles y quemó la casa. Probablemente haya sido al revés; quiso salvar la casa pegando fuego a los muebles. Pero eso es indiferente.

La culpa, según los políticos, la tiene el referéndum. Algo tan inteligente como echar la culpa del martillazo que me he dado en el dedo al martillo. Las ordenanzas militares antaño culpaban a los fusiles o las mulas; pero eran militares. La culpa es del referéndum. Y eso se ve claramente en los mapas que muestran la concentración del voto brexit en la Inglaterra profunda y en los sectores de más edad de la sociedad. Como si las razones de quienes viven en el campo y son mayores fueran menos valiosas que las de los urbanos más jóvenes. Ya se sabe que quienes votan lo contrario a mis convicciones son unos necios. No hace falta tratar de demostrarlo científicamente.

Es obvio: la inquina al referéndum se debe a la cuestión catalana. Y es tanto más profunda cuanto se comprueba que no tiene futuro. El referéndum se ha producido y tiene un efecto catalizador sobre la legitimidad del referéndum catalán . Y no solamente sobre el catalán sino también sobre la repetición del referéndum escocés de autodeterminación.

Aquí es donde los publicistas partidarios de que nada se mueva proponen el argumento que consideran más poderoso contra el referéndum, el de la asimetría: si el resultado es "sí", ya no habrá posteriores peticiones de repetición: pero si es "no", estas se plantearán al día siguiente. Quizá no al día siguiente, pero sí en cuanto se pueda. La respuesta es sencilla: bueno, ¿y qué? En primer lugar, si no hay repetición de referéndum cuando gana el sí no es un efecto mecánico, ya que depende de la voluntad de la gente y si la gente lo quiere, lo habrá. Igual que en el caso del "no". Si hay porciones de la sociedad que quieren replantearlo, habrá que hacerlo. Muchos escoceses que votaron "no" a la independencia lo hicieron por el argumento de que así se quedaban en la UE, que les parece un lugar delicioso, visto lo que han votado en el Brexit. Esos se siente estafados. Con cierta razón. Lo mismo pasa con los llanitos. Pero esos están peor porque solo pueden patalear. La posibilidad de repetición del referéndum no es un argumento contra el referéndum.

No hay argumentos contra el referéndum.

Los ingleses se han ido. ¿Por qué no pueden irse los catalanes? Ya, ya, que la UE no es España ni el Reino Unido, Cataluña. Cierto, cierto, pero, exactamente, ¿qué es la UE? No lo sabe nadie. Se teme el efecto "contagio" de la mano de los partidos de extrema derecha en Dinamarca, Francia, Italia. Puede darse, desde luego. La UE es algo en donde se entra y se sale. Parece bastante razonable: ni fortín, ni cárcel. Que la pertenencia sea voluntaria. A nadie le gusta que no lo dejen entrar en un club o que no le permitan marcharse. Se pueden aducir razones de todo tipo, incluso invocar la voluntad de los dioses (España, toda España, está bajo la protección de Santiago Matamoros y la Virgen del Pilar, ¿entendido?), pero, en definitiva es algo sencillo: tú aquí no entras o de aquí no te vas porque no. Ese "no" se llama ordenamiento jurídico vigente y está respaldado por el monopolio de la violencia. La fuerza. Es la última razón del Estado y así, si nadie sabe qué sea la UE, todos saben lo que son los Estados, cuya soberanía sigue intacta.

Detrás del "no" al referéndum no hay argumentos. Hay un ordenamiento jurídico respaldado por la fuerza.

Los ingleses, fuera; los catalanes, dentro.

El día de reflexión

Ya es mala pata. El día asignado a reflexionar, a repensar todo lo que se ha embaulado en los últimos quince pasan dos cosas tan gordas que sumen en las tinieblas de la ignorancia y el olvido los mítines de cierre de campaña de cada partido. Han sido celebraciones a bombo y platillo en un ambiente de gozo y alegría, repleto de futuros, conquistas, cambios, novedades y otras venturas que tenemos a nuestro alcance siempre que no erremos en el voto. La palma del esfuerzo mitográfico, para mí, se la lleva la vicepresidenta del gobierno, Sáez de Santamaría, pinchando discos en el mitin de cierre de campaña del PP, como si estuviera en una performance antisistema, desmelenada. Y todo ha quedado oscurecido.

Los dos hechos que eclipsaron los cierres, sus pompas y glorias y amenazan con ser motivo de la reflexión de hoy son el "no" británico a la EU y la decisión del ministerio del Interior o quién sabe de quién de enviar la policía judicial a confiscar un material posiblemente incriminatorio sin mandamiento judicial. De lo primero ya hemos hablado en el post sobre la Brexit. Lo interesante es la aventura policial estilo Eliott Ness: lo grave no es que el ministro conspire con un cuate con fines presuntamente ilegales, una operación de guerra sucia de la más baja ralea. Lo grave es que ese complot se haya grabado y hecho público en un medio de comunicación. La autoridad, enfurecida, embiste, en lugar de emplear la cabeza para algo más productivo como pensar. Porque esas conversaciones han sido grabadas, con toda probabilidad, por gente del propio ministerio, seguramente policías con agravios contra el mando político que, la verdad, es como de psiquiátrico. Podían empezar por preguntar en casa.

Y, lo más grande, ¿cómo puede mandarse la policía judicial sin mandamiento del juez? En verdad, yendo tan livianos de acreditación los policías podían presentarse a las tres de la madrugada, como hacían los del anterior Jefe del Estado, a cuya tumba va a rezar de vez en cuando el ministro en busca de inspiración.

Fernández Díaz no piensa dimitir, ni por asomo, por no darle el gusto a Puigdemont y los independentistas. Él concibe su acción ministerial como una guerra contra Cataluña. Por ello emplea tácticas de guerra. Se le acusa de haber amparado la fabricación de informes falsos, difundidos entre la prensa amiga, para destrozar las carreras de Mas y el exalcalde Trías. Ahora mucha gente exige a Colau y a Iglesias que pidan perdón por haber utilizado esas falsedades con fines electorales.

Interviene la baronesa del Sur y lanza una pregunta que es una carga de profundidad: esas prácticas de complot, ¿se limitan a Cataluña o benefician a otros lugares del Estado? Buena pregunta. Conviene saberlo.

Pero lo más grave de este increíble episodio en el que se mezclan el autoritarismo, el juego sucio y la más fabulosa ineptitud es que el principal responsable, ese hombre que parece un característico de Hollywood serie B, no solamente no piensa dimitir sino que será el encargado de velar por la legalidad y transparencia de las elecciones de mañana.

En efecto, es para reflexionar y mucho. Un ministerio de seguridad al servicio de las opciones políticas de un partido es un peligro público del que cabe esperar todo lo malo. Si el ministro no dimite, el presidente del gobierno debe destituirlo fulminantemente. Si no lo hace, todo el proceso electoral olerá a pucherazo.

dimarts, 21 de juny del 2016

Mi pálpito para el 26J

A cinco días de las elecciones prácticamente está todo dicho, a reserva, naturalmente, de que algún imprevisto todavía provoque más juego sucio, algún otro golpe bajo, más insultos, difamaciones y agresiones. Muy en especial, los dos protagonistas del enfrentamiento, el PSOE y Podemos, que llevan días enzarzados, destrozándose mutuamente, mientras deslizan embustes e hipocresías acerca de que su auténtico enemigo es el PP. Desde luego, a veces, reafirman su interés en vencerlo, pero como de pasada porque en seguida vuelven a sus ataques mutuos.

Es la vieja cantinela de la izquierda española. Viene de antiguo y, aunque todos maldicen este enfrentamiento, nadie hace nada por evitarlo o ponerle término. El odio que se profesan respectivamente es muy superior a la necesidad de acabar con un gobierno de la derecha antipopular, corrupto, franquista y clerical. Y así le va al país. Y, a todo esto, mientras la derecha mira la bronca encantada y haciendo risas, muy segura de que la izquierda española jamás llegará a una unidad de acción porque su antagonismo es incorregible, mortal.

Acabamos de pasar seis meses inenarrables de bronca, ataques, desplantes, agravios, infundios, etc., todo ello regado con encuestas y sondeos hechos sur la tête du client, según el medio en que se publicaban. Prácticamente todos vaticinan el "sorpasso" de Unidos Podemos al PSOE -el viejo sueño comunista-, dejan al PP en primera posición, elevan a los morados a la segunda y dejan al PSOE en tercer lugar. Es bastante posible, ¿por qué no? Y coincide con el aluvión de artículos, análisis, columnas, vídeos, películas y demás vehículos de propaganda del PP y de Podemos que, en esto, tienen un interés convergente: el más votado, el PP; después, Podemos y, de ese modo se espera que, asustado, el PSOE facilite un gobierno de la derecha si no acepta la generosa oferta del Sobresueldos de formar una gran coalición cuyo cometido principal es salvarlo de un futuro penal cada vez más claro.

Los de Podemos dan crédito a estos sondeos y los airean en las redes, literalmente infestadas de trolls, como si se los creyeran. Por supuesto, no hay sondeos ni encuestas que los contradigan porque, como se sabe, el PSOE no tiene una batería de medios de comunicación a su exclusivo servicio, como tienen el PP y Podemos. Así, su destino es el de ser atacado por todos, sin más posibilidades de defenderse de las que pueda tener el bueno de Sánchez en los mítines. Y esto mientras los de Podemos gritan a los cuatro vientos desde sus canales de televisión y sus periódicos digitales que son el partido más atacado por los demás. Algo obviamente falso: los trolls de Podemos no paran de atacar al PSOE en todos los medios y frentes. Tómese el ejemplo de la repugnante campaña contra Sánchez por racista, secundada con absoluto desparpajo por xenófobos como Albiol. En su última entrevista a Ana Pastor (uno de los grandes escaparates mediáticos de Podemos), Iglesias aseguró que ningún dirigente ni cuadro de Podemos había secundado esa infamia. Falso: las redes reververaban de ataques de trolls de Podemos a Sánchez.

Palinuro es socialdemócrata de izquierda (y republicano) desde mucho antes de que Pablo Iglesias encontrara conveniente atribuirse esta condición con la misma originalidad con que hace todo lo demás. Por ello, no profesa simpatía alguna por Sánchez ni por ese PSOE partidillo dinástico, semiclerical y lacayuno en que Rubalcaba y su discípulo han dejado reducido el viejo partido de Pablo Iglesias, el de verdad. Pero que no sienta simpatía por él no quiere decir que no le reconozca sus méritos pasados y su condición residual de partido de izquierda, así como reconoce en Podemos un rescoldo del fracasado intento de constituirse en una nueva izquierda libre de las ataduras dogmáticas del comunismo de catón y tentetieso del camarada Anguita. Y mucho menos que pase por alto un hecho , ya mencionado, que nadie con un mínimo sentido de la nobleza puede ignorar: esta campaña ha sido la de todos contra el PSOE, incluso por parte de algunos socialistas más abruptos que la media, que no ha podido defenderse por falta de recursos mediáticos, monopolizados por los otros partidos, especialmente Podemos.

Pues bien, llegados aquí, con esta batería de encuestas a la vista, el pálpito de Palinuro respecto al 26J es distinto. Todas estas encuestas y el ruido mediático que las acompaña de los "intelectuales orgánicos" de la derecha y la izquierda registran los movimientos superficiales de la opinión: estos suben dos décimas, aquellos bajan cuatro, Podemos se acerca al PP, etc. Sin embargo, a la opinión, como a las aguas de los océanos y hasta el clima de la tierra, los  mueven la corrientes submarinas profundas, las que no se ven, pero cuyos efectos pueden sentirse de forma abrumadora cuando menos se piense. Según esta imagen, el pálpito de Palinuro es que, así como en un un par de días, en el Reino Unido, ganarán los contrarios al "Brexit",  el 26 de junio no habrá sorpasso de Podemos al PSOE, que este se mantendrá, ya veremos a qué distancia y que tanto PP como Ciudadanos bajarán  alejando definitivamente la posibilidad de un gobierno de la derecha y abriendo la de un gobierno de la izquierda.

En mi opinión, los ataques bajunos al PSOE (desde la cal viva al racismo de Sánchez) han conseguido lo contrario de lo que buscaban: movilizar al electorado socialista, herir en el orgullo a la militancia y provocar una reacción contraria que se verá en la votación. De igual modo, la omnipresencia de los ideólogos, dirigentes y simples comparsas de Podemos en todos los medios audiovisuales hasta el hartazgo, la vaciedad de su discurso, su petulancia, arrogancia y cursilería, han provocado y provocan cada vez más reacciones de rechazo de un pueblo ya muy escarmentado a quien vienen a salvar unos perdonavidas cuya única tarea parece ser sonreír. 

No obstante, y ello es para felicitarse sobremanera, parece incontrovertible que las dos fuerzas de la izquierda rozarán la mayoría absoluta. En qué respectiva proporción es ahora ya irrelevante. Lo esencial es empujar a ambas para acercarse al objetivo de esa mayoría absoluta. Se trata de no estropearlo, de dejar los odios cainitas, las envidias, los rencores y los narcisismos heridos. Unidos Podemos ha tenido el acierto de ocultar el fantoche de Anguita (tras los errores de los primeros momentos de dejar que largara sus simplezas en público), igual que los socialistas se han olvidado de Felipe González y solo han tirado de Zapatero, para no ofrecer mucho flanco desguarnecido a los posibles ataques a la corrupción y la decadencia moral del que antaño simbolizara el cambio en España.

Así se debe seguir. En el resto de la campaña es preciso explicar a la gente el desastre pasado, presente y futuro de una derecha franquista de afición y ladrona de convicción. Hay que ir juntos a todas partes y afirmar que habrá un gobierno de izquierda que este país necesita si quiere sobrevivir con dignidad.

Y los electores de izquierda debemos ir a votar, igual que la derecha irá a votar por los suyos. La izquierda no puede, no debe abstenerse. En España debe votar por una de las dos opciones de la izquierda. En Cataluña, Palinuro tiene un pálpito distinto, claro es, y encuentra mucho más recomendable votar por CDC o ERC, especialmente ERC por su carácter inequívocamente republicano con el que simpatiza. 

Esta dualidad España/Cataluña plantea un problema decisivo con el que se cerrará este post, tras insistir en la necesidad de que la izquierda española no se quede en casa. Si los de Unidos Podemos quieren el sorpasso al PSOE (y están en su derecho, como siempre hemos dicho aquí), que voten a su organización. Si los socialistas quieren evitar ese sorpasso (con no menor derecho que el de los otros) deben acudir en masa a votar a su partido.

La izquierda puede ganar. Esta ocasión de mandar a la derecha a cuidar su calendario procesal no debe pasar de largo.

Solo hay un problema: el compromiso de Unidos Podemos con el referéndum de Cataluña y la oposición cerrada del PSOE a que se celebre, con amenaza incluida de que, si se insiste en aquel, no habrá gobierno de izquierda en España. Es realmente patético porque esta feroz intransigencia prueba que, en definitiva, el verdadero obstáculo al gobierno de progreso en España es el PSOE.  Por supuesto, si se alcanza la mayoría absoluta uno de los dos socios tendrá que ceder y, según parece, lo más probable es que sea Unidos Podemos, para quien el referéndum no fue nunca una "línea roja". Las consecuencias de esto son difíciles de calibrar y tampoco relevantes de momento porque esta poibilidad de mayoría absoluta es dudosa.

 Pero, ¿y si se alcanza una mayoría relativa que podría convertirse en absoluta con los votos de los independentistas catalanes? ¿También aquí pondría el PSOE la línea roja en el referéndum? Si así fuera no se ve cómo los socialistas convencerían a sus compatriotas de que el principal obstáculo a un gobierno de izquierda es, precisamente, su partido. 

La verdadera razón que subyace en el PSOE para su cerrada negativa a un referéndum catalán de autodeterminación es el temor a perder votos en España. Se trata, sin embargo, de una apresión infundada. Podemos lleva meses propugnando ese referéndum (otra cosa es en qué condiciones reales) y eso no le hace perder votos sino, al contrario: los gana. 

No. El problema no son los votos. El problema es una cuestión de principios que el PSOE comparte con el PP y Ciudadanos: su idea de la nación española eterna, inmutable y, por lo que se ve, monárquica y clerical. Llegados a ese punto en que el nacionalismo español de derechas, centro e izquierda se manifiesta, o pone en pie un gobierno de gran coalición o vamos a unas terceras elecciones, quizá con un interregno tecnocrático, para dar tiempo a cambiar los gallos del gallinero. 

Entre tanto, los catalanes podrían aprovechar para constituir su República Catalana. Pero de eso hablaremos en el post de mañana.

diumenge, 19 de juny del 2016

El país de "El País"

El editorial de hoy en el diario de PRISA, la obra conjunta de Iglesias y Rajoy, es una pieza maestra que interesará por fuerza a políticos, politólogos, juristas, historiadores y psiquiatras. Una pieza maestra por lo que dice, lo que no dice y lo que desdice.

Léase con atención. El diario analiza el país que el propio diario ha fabricado a base de sondeos de Metroscopia, y da por buena la conclusión: si nada cambia y el electorado (ahíto de simplezas de propaganda electoral, según el editorialista) no domeña sus inclinaciones más extremas, el PSOE y Podemos podrían llegar a la mayoría absoluta.

¡Pero eso no puede ser! Los dos partidos extremistas, PP y Podemos han pervertido todo a base de polarizarlo. Nada de diálogo, entendimiento y puentes. Al degüello mutuo. Para ilustrarlo, "El País" trae una foto almibarada, reflejo de una gran cercanía y amistad entre los dos líderes. Y, si alguna duda cabe, el rostro arrobado de la señora Bescansa, a punto de levitar en su femenino segundo plano, la disipará. ¿Enfrentados estos dos? Más bien lo contrario: compas mutuamente encantados.

En absoluto, señalan los analistas de PRISA. Esas buenas formas revelan en realidad un antagonismo a muerte. Tras las sonrisas, los puñales.  Además, aunque los dos partidos tengan apoyos mayoritarios, son los que suscitan mayor rechazo. ¿Eso cuadra? Al parecer, sí. El razonamiento es: se odian pero se quieren porque se necesitan para destruir las opciones intermedias. En concreto la coalición recomendable, la sensata, la del centro, la del juste milieu, la que gusta a "El País", PSOE y C's. Justo la que parece ir de bajada.

Los sondeos se empeñan en pronosticar una coalición poco recomendable entre PSOE y Podemos. Poco recomendable para "El País". Es, en cambio, la que apoyamos muchos. Palinuro desde siempre y con el añadido de los independentistas catalanes. Pero esa coalición despierta muchas objeciones dentro de la izquierda en general: los de IU andan molestos con los de Podemos porque se sienten absorbidos. Los de Podemos se consideran lastrados por la momia de Lenin que traen en el furgón los comunistas de IU. Y quedan por ver los resultados numéricos concretos. Si Unidos Podemos aventaja en votos y/o escaños a los socialistas, ¿aceptarán estos formar gobierno como socio menor? La pregunta puede dirigirse a los otros también: si el PSOE aventaja, ¿querrá Podemos sentarse en el transportín? Son cuestiones vivas, que se resolverán llegado el momento.

Al término de una campaña electoral con un porcentaje altísimo de indecisos, algo es de agradecer: la izquierda recupera el sentido de eficacia del voto. Votar es decisivo para echar de La Moncloa a un gobierno impresentable, corrupto, fracasado, autoritario, clerical y neofranquista. Eso es prioritario y puede alcanzarse votando a PSOE o a Podemos y obligándolos a aliarse. Los escrúpulos y sempiternas quejas de si el PSOE se ha hecho neoliberal, si Podemos es populista, si Sánchez es una nulidad conservadora, si Iglesias es un caudillo ambicioso, pueden aparcarse tranquilamente. Lo fundamental es que gobierne la izquierda. A cuál de las dos ramas votar es ahora indiferente.  Échese a caras o cruces, pero hay  que votar.

Para que haya un gobierno de izquierda, aunque a "El País" no le guste. 

El país sobre el que "El País" habla solo coincide con la mitad de él. No con él entero. ¿Qué falta en el editorial de marras? Cataluña. Es maravilloso escribir sobre política española hoy y no mencionar  Cataluña salvo una vez y de pasada. Por eso este discurso carece de valor. Una alianza PSOE-Podemos, tropezaría con la cuestión del referéndum catalán. De mantenerse la cerrada cuanto irracional negativa del PSOE, y si la posible alianza Podemos-PSOE no alcanzara la mayoría absoluta, los independentistas catalanes podrían votar en contra e impedir la formación del gobierno de la izquierda. Con lo cual ya estaríamos como el 20 de diciembre, cuando, según dictaminó sentencioso Sánchez, no hubo gobierno por culpa de esos independentistas.

El país que trae de cabeza a "El País" es en realidad dos países y no ser capaces de reconocerlo es lo que convierte a los analistas más o menos oficiales en puros palabreros, fiel reflejo de los políticos. Ni por un instante se plantea el editorialista el hecho bien patente de que cuanto se diga de la situación política española apenas se corresponde con la catalana, cuya estructura política es propia y así se considera a sí misma. Por señalar un único dato: el gobierno es independentista y expresamente republicano.

¿Qué es lo que "El País" no entiende de este país del que tampoco habla?

dilluns, 9 de maig del 2016

Entrevista a Plinuro publicada en "Vilaweb"

Trascribo la entrevista que me hizo hace un par de días Pere Cardús para el diario Vilaweb.Pere estaba interesado en saber qué consecuencias tendrá para Cataluña el resultado de las elecciones previstas para junio. Tenía una batería de preguntas muy bien trabada y creo que no se dejó nada en el tintero. Realmente me hizo hablar de todo lo que interesa ahora en España. Y lo hice con sumo gusto.

El texto de la entrevista, pasada por el traductor de Google, a continuación:



Si hay una voz en España que se expresa con libertad y sin ambages sobre la voluntad de independencia de Cataluña, es la de Ramón Cotarelo. Este catedrático de ciencias políticas e intelectual no se arredra de decir lo que piensa, como lo piensa. No se arredra de decir que Pedro Sánchez no es capaz de entender la cuestión catalana porque ‘no da para más’. No le importa denunciar que Pablo Iglesias y Podemos han caído en las manos de Julio Anguita y que han optado por la vía leninista y bolchevique. Dice que Rubalcaba es un borbónico meapilas que puso Sánchez al frente del partido por su incapacidad de entender la realidad. Dice que la izquierda española vive una desorientación absoluta. Y pide a los independentistas que sigan de frente. Incluso, propone que el CATN elabore una constitución, que sea validada por el parlamento y se someta a referéndum unilateralmente. Cotarelo pisa fuerte y habla en plata, en esta entrevista:

—¿Cuál es el papel tienen de los partidos independentistas catalanes en el congreso español?
—Creo que al independentismo catalán le pasa como al Dr. Jekyll y Mr. Hyde. También tiene dos almas. Por un lado, tiene muy claro qué tiene que hacer en Cataluña. Esto lo tiene muy claro y no hay ningún problema. Por otra, en el congreso español tiene que barrer para casa. Y esto se puede hacer de maneras diferentes según como vayan las cosas y las mayorías. En este compás de espera después del 20-D, el independentismo ha hecho un papel determinante al congreso.

—¿En qué sentido?
—Ha sido determinante hasta el punto que las elecciones del 26-J son el producto del hecho de que no se podía contar con los independentistas de Democracia y Libertad y de Esquerra. Si no había negociación para el referéndum, los independentistas no pensaban votar a favor y ni siquiera abstenerse. No había combinación posible si el PSOE se obstinaba en mantener la negativa a un referéndum. Habrá que ver qué pasa ahora con la aritmética parlamentaria. El hecho más importante es que en Cataluña se tiene que seguir el camino marcado. Esta es la decisión más sensata. ¿Y en el congreso español? Verlas venir y barrer para casa.

—¿No hay ninguna posibilidad de un referéndum pactado con el estado?
—No. Ni una. Son habas contadas. Tienes 123 diputados del PP, 40 de Ciutadans y 90 del PSOE absolutamente en contra. Cuánto suma? 253? Pues ya lo hemos dicho todo. Debate cerrado. No es una oposición tan radical como la que se encontró Ibarretxe cuando presentó su plan, pero esto tan sólo es por la entrada de Podemos, que tiene una actitud un poco diferente. No se atreverían a votar contra un referéndum, pero tampoco les gusta , la idea. Se limitarán a guardar la compostura. Mientras el PSOE no cambie de actitud, no hay nada a hacer. La derecha no cambiará nunca.

Así no hay ninguna opción…
—Si el resultado de las elecciones da una mayoría a la derecha de PP y Ciudadanos, ¿qué opción hay? Y si hay una gran coalición, PSOE-PP, tampoco hay camino. Y, incluso, si hay aquello que yo pienso que habrá, una coalición PSOE-Ciudadanos con mayoría absoluta. Esto es lo que comprarán el 26-J mis compatriotas. Por el mito del centro: hay que castigar los extremos, PP y Podemos. Y esta mayoría absoluta es tan contraria al referéndum como la derecha. Quizás son más proclives a la reforma constitucional. Pero esta reforma puede ser todavía peor para Cataluña que dejarlo tal como está. No hay opción para un referéndum pactado con el estado.

En Cataluña hay voces que proponen de hacer un referéndum unilateral. ¿Es la vía para conseguir la independencia?
—Esta cuestión del referéndum unilateral tiene que ir acompañada de una reflexión más genérica. El Estado no hará nada. Ya lo hemos visto. No hará nada sino impedir, entorpecer, frenar… porque no puede atacar. Esta es la buena noticia. No está en condiciones de atacar. Pero tampoco cederá. Con el estado español, no se puede contar. ¿Esto quiere decir que los catalanes tienen que callar y quedarse quietos? ¡De ninguna forma! Que continúen. Continuarán adelante y harán muy bien.

—¿Pero qué vía hay que seguir?
—Esto ya lo decidiréis vosotros. Hay mil debates, sobre esto. Y dependerá de cómo se articule la relación de fuerzas entre el estado y la Generalitat, como también las relaciones con la comunidad internacional y, especialmente, la Unión Europea. El protagonismo de la UE irá creciendo a medida que el conflicto avance y no haya soluciones claras. Y es que el estado no dará ningún paso, pero pondrá muchos impedimentos. Yo no creo que se llegue a la suspensión de la autonomía de Cataluña. No hay base jurídica para hacerlo. Esto no lo pueden hacer. Harán tanto como esté en sus manos, pero tienen límites.

—¿Así ves clara la opción del referéndum unilateral?
—Una repetición del 9-N, que por cierto fue un éxito absoluto, quizá se puede intentar. ¿Por qué no? Si no queda más camino… Pero yo creo que sería mejor que el parlamento recibiera un proyecto de constitución de la república catalana elaborado por el Consejo Asesor para la Transición Nacional, lo aprobara y lo sometiera a referéndum. Esto es tan ilegal cómo lo otro desde el punto de vista de la legalidad española, pero tiene mucha más fuerza porque sería una decisión del parlamento. Recordamos que el 9-N fue un tipo de consulta informal hecho por voluntarios. Tenía el apoyo del gobierno de la Generalitat, pero no tenía ninguna declaración parlamentaria detrás. Tuvo un efecto fulminante, sin duda. Pero no tiene la solidez que tendría una decisión del parlamento de someter a referéndum un proyecto de constitución catalana.

—¿Alguna vez has hablado de la inevitabilidad de un choque más fuerte con el Estado. Hablas de represión, prisión, inhabilitación…?
—De todo aquello que sea imaginable. Está claro. Procesos penales, naturalmente. Denuncias, querellas, represión, intervención de la policía, tribunales… Todo dependerá de por dónde vayan los disparos. Si la vía de desobediencia se generaliza y es asumida por las autoridades catalanas, el gobierno español actuará. Se encontrará obligado a tomar decisiones por la presión parlamentaria, la opinión pública y, especialmente, los medios estos que tenemos aquí, esta jauría que tenemos. El problema es qué consecuencia tendrán estas decisiones.

—¿Qué puede pasar?
—Esto no lo podemos saber porque es un terreno desconocido. ¿Cómo reaccionarán los Mossos d'Esquadra cuando los llegue una orden de detener dirigentes políticos catalanes? Puede pasar cualquier cosa. ¿Qué pasará si los catalanes empiezan a pagar los impuestos a la hacienda catalana? ¿Cómo empezó la desobediencia civil teorizada por Henry David Thoreau?

—Con la desobediencia fiscal…
—Exacto! Thoreau dijo que teniendo en cuenta la injusticia y la iniquidad de la guerra entre los Estados Unidos y México, él no pagaría la parte de sus  impuestos para financiar la guerra. Y, está claro, lo enviaron a la prisión. Es así como empezó la teoría de la desobediencia civil. Fue una desobediencia fiscal. Si los ciudadanos catalanes cogen este camino, habrá una represión evidente del estado español. Y la represión será siempre individualizada.

Y, llegados a este punto, ¿la comunidad internacional intervendrá?
—Sí. Espero que sí. Pero es una confianza. No tengo datos ni ninguna seguridad. No podemos saber cuándo decidirá intervenir. Pero el coste para Europa de dejar enquistar el conflicto es grande. De entrada empezarán con las presiones –que a estas alturas ya debe de haber– porque el gobierno español acepte de negociar. La presión será creciente. La capacidad de acción exterior del gobierno español es próxima a cero. Es un estado sin importancia política, con un peso económico muy relativo, con una situación de dependencia absoluta. Por lo tanto, los sueños imperiales de algunos que se piensan que se hará aquello que ellos digan son un espejismo. Harán aquello que les digan que tienen que hacer. Cómo han hecho hasta ahora.

¿Te fias de la UE?
—No. No me acabo de fiar. Y me fío todavía menos de Francia. Porque ve con muy malos ojos la cuestión catalana por el riesgo de contagio. ¿Has visto que un tribunal de Perpiñán ha reconocido el derecho de defender un referéndum de autodeterminación en Cataluña Norte? Esto los preocupa mucho. Porque tienen las comarcas catalanas, tienen Córcega y Bretaña… Ven que los puede pasar esto mismo que pasa en España.

Mientras tanto, ¿España atraviesa una crisis institucional grave?
—Es una pregunta o una afirmación? Sí, está claro. Es una crisis institucional y constitucional, del conjunto del sistema.

—¿Cuál es el origen de esta crisis?
—Básicamente, el desajuste catalán. El problema que arrastra el país desde siempre es el de la llamada ensambladura de Cataluña en España. Y ahora se ha agravado por tres factores, en mi modesta opinión. Uno: la crisis económica, que ha dejado los recursos al límite y ya no se puede continuar jugando a hacer trapicheos. Dos: la desorientación de la izquierda española, que no acaba de entender la cuestión nacional catalana. No la entiende. Lo demostraron los de Podemos y se ve claramente en el caso del PSOE. Y tres: el acceso al poder de una cosa que pensábamos que se había acabado después de la muerte de Franco, que era el franquismo.

—¿Franquismo?
—Y tanto. Es decir, el triunfo de un partido neofranquista dispuesto a retrotraerlo todo y a hacer una involución democrática, a hacer añicos la voluntad de los pueblos… Esto no estaba , al programa. Había un tipo de pacto implícito que esta gente no condenaba el franquismo pero tampoco podía reactivarlo. Pero lo han hecho. Este gobierno es un gobierno de neofranquistas puros.

Se contaba con una modernización y europeización de la derecha que no se ha acontecido.
—No, en absoluto. ¿Qué pasa entonces? Que se entiende muy bien que los sectores más ilustrados –es decir, los catalanes– no estén dispuestos a aceptar el riesgo de que una mayoría parlamentaria contingente lo malogre todo. No están dispuestos a que esta pandilla de franquistas discutan las cosas que ya tenían ganadas. Esto no se puede permitir. No se puede permitir que se revise el principio de descentralización, tanto si había llegado lejos como si no. Un pueblo no puede vivir pendiente de las mayorías pasajeras de otro pueblo. No puede estar pendiente que llegue un tarambana que diga que hay que hispanizar los niños catalanes. ¡Pero resulta que el tarambana es ministro de Educación!

El 26 de junio ¿puede resolver de alguna manera esta crisis institucional?
—Sobre esto, soy mucho pesimista. No lo creo. Hay un desbarajuste muy gordo. La derecha ya ha dado tanto como podía dar. Ya no se puede esperar nada de bueno. A lo sumo, podemos aspirar a expulsarla del gobierno. Porque es evidente que no se puede contar de ninguna forma, con esta gente. Son franquistas. Y quieren perpetuar el franquismo. Y, está claro, el resto no estamos dispuestos. Y mientras tanto, la izquierda nada en la más absoluta desorientación. Esto de presentarse a las elecciones la gente del PSOE, los de Podemos y compañía enfadados entre ellos es repetir canciones muy antiguas. Parece que es imposible que lo arreglen porque no lo entienden. No entienden que no hay un problema catalán. Hay un problema español. Los españoles tienen que sentarse y reconsiderarlo todo. No es sólo Cataluña. Es Cataluña, los Països Catalans, el País Vasco… para no ir más allá de aquello que es evidente. No querer verlo es absurdo.

—¿La alianza entre Podemos e Izquierda Unida no es un primer paso en la buena dirección?
—No. A ver si me sé explicar, porque al final parece que tomo partido por una opción concreta. Yo no tomo partido por ninguno de los dos sectores de la izquierda. Quiero decir que están en un escenario ficticio. El de las izquierdas auténticas y las izquierdas viejas… ¡No entienden nada de lo que pasa en el mundo! Y de estos de Izquierda Unida, ¿qué tenemos que decir, si son los viejos comunistas de Anguita? Su modernización con los señores estos de Podemos viene de la idea brillante de importar modelos latinoamericanos, de un populismo absurdo, en sociedades europeas industriales avanzadas. Esto no tiene sentido.

¿Y los socialistas?
—Estos ya se han perdido. Se perdieron en la noche de la socialdemocràcia neoliberal y pactista. El señor Pedro Sánchez no entiende nada de la cuestión catalana. ¡Nada! ¡Nada! Observar que sus peleas son sobre cosas internas y de poderes de partido y que su discurso gira en torno a ideas como por ejemplo eliminar las puertas giratorias y cosas todas muy dignas, es muy revelador. Este hombre no puede dar por supuesto que ganará o perderá unas elecciones en un estado que no existe. ¡Que no existe, señor mío! Porque tiene un problema previo. Un problema que los juristas denominan prejudicial. Y es que mientras no se resuelva la cuestión catalana, el estado español no puede funcionar.

—Dices que Sánchez no lo entiende porque no lo quiere entender o porque no da para más?
—Me parece que no da para más. Además, creo que lo escogieron por eso. Lo puso Rubalcaba, que es un centralista furibundo.

—¿Un jacobino?
—Sí, sí, totalmente… Bueno, no un jacobino. Un borbón. ¡No te jode! Los jacobinos también son centralistas, pero al menos son radicales. Y este no. Este es un meapilas. No, no: es un borbónico. Sí, los Borbones también son centralistas, ¿verdad? Pero tienen una diferencia sustancial con los jacobinos. Y Sánchez no entiende nada de nada. Sólo hay que mirarlo. Si fue a México a rendir homenaje a Lázaro Cárdenas, y le puso una corona de flores con la bandera de los Borbones! A Lázaro Cárdenas! El presidente mexicano que no reconoció nunca el régimen franquista y que luchó siempre por la república, que acogió los republicanos exiliados y que impidió que México reconociera nunca el régimen de Franco! Y este va y le pone una bandera borbónica. Y cuando empezó la campaña electoral salió al grito de ‘¡Más España!’ con una bandera como las de Aznar. Esto quiere decir que es un nacionalista español típico de cuartel y cabra de la legión.

—¿Pablo Iglesias ha cambiado mucho desde que empezó la aventura de Podemos? ¿En qué sentido ha evolucionado?
—Hombre, esto nos pasa a todos. Todos cambiamos. Si llevas una vida como la de este chico, con tanta responsabilidad en las alforjas, los cambios son todavía más acentuados. Cambiar, cambiamos todos. Me da la impresión de que Pablo ha cambiado en el sentido de pasar de la exploración meramente especulativa típica de los profesores universitarios a la acción práctica. Y en este segundo estadio se rige por un principio más práctico. Ha tenido vacilaciones entre la tradición más estrictamente leninista, más de partido jerarquizado, y la aportación más asamblearia de los sectores con los cuales se alió. Podemos es una amalgama. Vaciló y finalmente se ha inclinado por la vía leninista, bolchevique y jerárquica. Porque se ha puesto al servicio de Anguita.

¿Es un animal político?
—Personalmente, dudo mucho la vocación política de Pablo. Mucho. Creo que tiene más una vocación mediática. Pasa que ha tomado un camino muy diferente del habitual para salir a las pantallas. Pero si le ofrecieran la posibilidad de dimitir y hacer carrera como presentador de televisión, lo haría. Porque es esto que le gusta.

—¿Las pantallas, los micros y las cámaras?
—Y tanto. Los de Podemos han hecho mucho trabajo teórico –por cierto, muy apreciable– sobre la relación entre política y medios, la sociedad mediática y la democracia de los medios… Pero hubo un momento que tuvieron un tipo de revelación. Quisieron dejar de hablar y lo quisieron experimentar. Dejaron de decir que los partidos tenían que imponer su discurso a través de los medios y decidieron de hacerlo. Y efectivamente, lo han hecho. Podemos es un partido que se pasa la vida a la televisión. Y Pablo continúa haciendo televisión. Tiene un plató a Público donde continúa haciendo sus emisiones y todo esto. Esta es su evolución.

Y Alberto Garzón, bastante más desconocido, ¿en dónde lo tenemos que situar?
—No sé cómo definirlo. Realmente es mucho menos conocido. Y es menos conocido porque es como un tipo de proyecto. Proyecto de jinete solitario. Dentro del galimatías que ha llegado a ser Izquierda Unida, con esta cosa que se pegaban todos contra todos, apareció Garzón como un tipo de tregua. Pero fíjate qué panorama espera a los tránsfugas que pasaron de IU a Podemos y ahora se encuentran que tendrán que ir de bracete con aquellos a quienes abandonaron. Será una situación francamente incómoda. Y en este galimatías de IU, Alberto Garzón continuó avanzando a pesar de la tormenta, muy enganchado a Julio Anguita. Ha continuado con la política más ortodoxa del comunismo militante, que consiste a ser comunista pero esconderlo. Crear una organización pantalla, que es IU, y cómo que esto no los ha funcionado, ahora pasan a otra organización pantalla que será Podemos. La confluencia entre Garzón e Iglesias se explica porque son de la misma generación y por la necesidad de sumar votos al precio que sea