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dijous, 7 de gener del 2016

Go West, Sánchez!


Tiene gracia. El PSOE perdió las elecciones del 20D y, sin embargo, ocupa la centralidad política en la jerigonza de Podemos. Es imprescindible en todos los pactos posibles con mayoría absoluta; sin él, solo podría constituirse un gobierno minoritario y siempre que él o Podemos se abstengan. El perejil de todas las salsas.

Al tiempo, el antiguo y venerable partido de Pablo Iglesias Posse, está en uno de sus momentos más agitados y peligrosos en los últimos años. Sánchez cuestionado; los barones intrigando y "termiteando"; Susana Díaz, dándole a comer sapos, como Bette Davies daba ratas a Joan Crawford en ¿Qué fue de Baby Jane?; el PSM, en estado de semisublevación de mano de Tomás Gómez y Antonio Miguel Carmona, cada vez más parecidos a una caricatura de don Quijote y Sancho; y la militancia desmoralizada con una lucha a muerte entre los cuadros, a ver quién convoca el próximo congreso (con intención de acabar con Sánchez) en el momento más inoportuno.

Con bastante buen sentido el PSOE rechaza la coalición con el PP porque, de hacerse, ambos morirían abrazados, cayendo por un precipicio, como Sherlock Holmes y Moriarty en la catarata de Reichenbach.  Solo le queda la posibilidad de una coalición de izquierda y a ello lo anima un sector de esta tendencia del partido, encabezada por Pérez Tapias, recomendándole que vaya a Portugal, a preguntar al sociata hermano Antonio Costa, cómo se hace eso de perder unas elecciones y formar un gobierno con apoyo de los partidos de izquierda.

Es un mensaje como el que se daba a los jóvenes que querían abrirse camino en los Estados Unidos en el siglo XIX: Go West, young man!

La hipotética coalición de izquierda necesitaría los 90 diputados del PSOE, más los 42 de Podemos y los 27 subcontratados de sus taifas, más los 2 de IU, más los 9 de ERC, más los 8 de CDC (aquí llamada "Democracia y Libertad), aunque los dos de IU también sobran y, si entran, es para que no se queden haciendo crucigramas en la cafetería. Un gobierno compuesto o apoyado por una cantidad indeterminada de partidos. Indeterminada ya que no está claro que todos los de las taifas lo sean. Un mosaico prodigioso. Y, por si fuera poco, uno de ellos, el más importante, Podemos, pone como condición el referéndum catalán, algo que los barandas del PSOE no aceptan bajo ningún concepto, pues su idea de España se acuñó en los tiempos del franquismo y ahí sigue. 

Si Podemos no retira el referéndum -cosa que no puede hacer porque en Barcelona, Ada Colau no se lo permite- no habrá coalición. La España profunda, representada aquí por El País y otros entes de progreso tampoco dejan al PSOE admitirlo.

So, go West, young Man! Además, en realidad, a Podemos no le interesa retirar el referéndum. Entre apoyar un gobierno del PSOE (justo el partido que quiere borrar de la faz de la tierra) e ir a nuevas elecciones, prefiere lo segundo porque piensa que pillan a los socialistas despellejándose y cree que puede ganar.

En realidad, Rajoy ya está tan resignado a no formar gobierno que anda preparando las elecciones, a las que quiere presentarse a ver si baja de los 100 diputados, como Sánchez.  Seguramente habrá comicios, aunque el de los sobresueldos querrá prolongar sus funciones cuanto pueda porque así se ahorra los urillos que, de otro modo, tendría que pagar por las atenciones a su padre, dependiente. Si tal cosa sucediera, los partidos de izquierda, PSOE, Podemos, IU, ERC, etc., podían aprovechar el tiempo pasando a derogar las leyes más estúpidas, arbitrarias y reaccionarias de este gobierno de insufribles carcundas: la LOMCE, la Ley Mordaza y la reforma laboral, ya y en su totalidad.

Será un placer si el mismo congreso que aprobó esos disparates, los borra del mundo. Un placer ver las caras de estos reaccionarios tragando que sus barbaridades y abusos legislativos van directamente al cubo de la basura, que es en donde debían estar desde el principio.

Si las izquierdas consiguen pasar esta prueba de fuego, a lo mejor también pueden hacer una coalición.

dimecres, 6 de gener del 2016

Dos presidentes. ¿Vidas paralelas?

Los dos comparecieron ayer en eso que Habermas llama "la esfera pública" (Öffentlichkeit), en donde los ciudadanos nos informamos y debatimos como público crítico que somos para llegar a nuestras conclusiones y fundamentar nuestras preferencias. Uno, Rajoy, lo hizo en la cadena COPE, ese púlpito ultrarreaccionario que interesa más a los obispos que los de las iglesias, a las que no acude nadie. El otro hizo una rueda de prensa institucional, en la Generalitat, al final de una reunión del gobierno que preside en funciones. Los dos están en situación parecida: pendientes de una investidura que tienen muy difícil, por no decir imposible. Tal circunstancia podría animar a un nuevo Plutarco a escribir otras Vidas paralelas. Pero le daría para poco más que un par de páginas porque el resto en ambos personajes es divergente, incluso opuesto y antagónico. Como puede comprobar todo el que siga ambas comparecencias. Aunque quizá tampoco le sirva de mucho porque, habiendo ocupado esa "esfera pública" ilustrada habermasiana, ambos acabaron dejando las cosas en el aire en una especie de incertidumbre y confusión también muy típicos de nuestra época y a la que el mismo Habermas bautizó hace unos años como "la nueva confusión" (Unübersichtlichkeit).

Los dos quieren ser investidos y ninguno de ellos desea que haya elecciones anticipadas pero ambos habrán de resignarse si estas se producen de forma automática porque ellos son incapaces de conseguir los apoyos parlamentarios que necesitan. Vamos con cada uno por separado.

Rajoy. Apareció poco menos que mendigando el apoyo del PSOE para un gobierno de gran coalición, incluso uno de salvación nacional que incluya a C's, justificado para hacer frente al separatismo catalán. Pero los catalanes, una gente sin escrúpulos y sin altura de miras, se negaron a darle ese gusto y la CUP votó en contra de investir a Mas. Dicen que, al hacerlo, solo pensaban en sus motivos particulares, en sus promesas y lo que Mas representa, pero Rajoy sabe de muy buena tinta que, en el fondo, estos rojazos medio ácratas lo que querían era fastidiarle a él, que se queda sin espantajo inmediato de gobierno independentista en Cataluña que agitar.

El presidente de los sobresueldos dio una muestra más de su talante autoritario y su desprecio por los demás al no darse por enterado de que el PSOE y Sánchez en concreto ya le dijeron "no" a la coalición. Es igual, como si no hubieran hablado: Rajoy piensa volver a llamar a Sánchez a hacerle la misma petición y seguirá si oír el "no" que ya le ha vuelto a dar el portavoz socialista, Hernando. Hará de nuevo como que no oye. Es el truco preferido de estos franquistas: lo que no les gusta no lo oyen, no lo ven.

La petición es tanto más insólita cuanto que Rajoy no propone nada al PSOE a cambio de lo que le pide. Otra muestra de desprecio de señorito: los socialistas tienen que investirlo (votando a su favor o absteniéndose) porque sí y porque el suyo es el partido más votado. Consideración que, con la Constitución en la mano, no sirve de nada. Pero si cuela, cuela. Alguno de esos asesores que tiene pagados a precio de oro con dineros públicos debe de haberle soplado que, cuando menos, ofrezca una reforma constitucional sin mayores precisiones.

Es ya la prueba de la calaña de este personal. Hace pocos días, Sáenz de Santamaría, una vicepresidenta/comisaria política del PP, descartaba la reforma constitucional porque, decía, no hay "consenso". Ahora, en cambio, sí lo hay, al parecer, porque faltan los votos de investidura. ¿Esta claro? La constitución, las leyes, todo les importa una higa. Lo único que quieren es seguir mandando para continuar destruyendo el país con su incompetencia y esquilmándolo con su codicia.

Rajoy, que ya no es ni sombra de lo que era con su mayoría absoluta, se aferra a la posibilidad de un milagro para no tener que marcharse a su casa entre la ignominia y el desprecio de sus compatriotas que le han dado sistemáticamente la valoración más baja de todo su gobierno (y ya es decir) y, en el fondo, lo desprecian. Como lo desprecian y se ríen de él en el extranjero y hasta en su propio partido.

Es posible que no pueda designarse gobierno en España y sea preciso ir a elecciones nuevas y, aunque Rajoy ya ha anunciado que será el candidato del PP, es probable que haya movimiento en su partido para desalojarlo porque lo único que cabe esperar de él y de su reconocida ineptitud es que empeore los resultados del 20D.

Mas mostró un talante muy distinto. Habiendo sido rechazado por la CUP de forma definitiva, se apuntó con rapidez a la observación de Junqueras hecha el día anterior de que las partes siguieran negociando hasta el último segundo. Todo antes de repetir las elecciones, en cuyo resultado favorable no confía el bloque independentista.

El presidente en funciones, que lleva unos días crecido, no dio la impresión de esperar gran cosa de esas negociaciones en tiempo de descuento y dejó claro que, de no producirse el milagro, convocaría elecciones el lunes que viene probablemente para el próximo seis de marzo. Cargó con energía contra la CUP, mejor dicho, contra la mitad de la CUP que se ha mostrado intransigente y tratando de introducir un elemento de división y discordia. Algo de esto hay en el movimiento asambleario (críticas, contracríticas, dimisión de Baños), pero es de suponer que esa escisión no se consume. Por lo demás, él la tiene también en el bloque independentista porque la citada observación de Junqueras, a continuación de otras de Joan Tardá (también de ERC), muestran que tampoco ese bloque es monolítico y si no hay una mayor fractura probablemente sea porque los republicanos adquirieron el compromiso de proponer a Mas como candidato, solo a Mas y siempre a Mas, y son presas de sus promesas, compromisos y palabras.

Mas no parece serlo tanto. Poco después de las elecciones del 27 de septiembre y en la euforia del momento hizo varias declaraciones afirmando que jamás sería un obstáculo a la independencia y que estaba dispuesto a hacerse a un lado si las circunstancias lo exigían. No lo ha hecho ni lo hará y eso ha debilitado bastante su posición.

Claro que la de la CUP tampoco es mucho más sólida. Al margen de que un "no" a Mas basado en la mitad afilada de miembros sea muy cuestionable, es que no es a Mas, sino al gobierno catalán y al plan de choque que se había negociado a lo largo de tres meses en los cuales los cupaires siempre afirmaron que lo esencial era el qué y el cómo y no el quién. Pero resultó ser tan verdad como la voluntad de sacrificio de Mas. Al final, lo importante y lo único importante fue el quién. Podrían haberlo dicho desde el principio y el personal se habría ahorrado tiempo y trabajo.

El resultado ha sido un desastre y, aunque sea humano tratar de exonerarse de culpabilidad y echar esta toda sobre los interlocutores, la verdad es que tod@s lo han hecho hasta la fecha malamente y no han sido capaces de superar ni siquiera sus propios obstáculos. En otros términos, guste o no guste, lo que la historia retendrá es que tres fuerzas politicas independentistas, con el añadido de formaciones de la sociedad civil y una movilización popular nunca vista fueron incapaces de gestionar la primera victoria clara del independentismo.

Volvamos a la persona de Mas que, en el fondo, es la cuestión principal para todos, para sí mismo, para la CUP y para el gobierno español que está deseando quitarlo del medio y, si se tercia, meterlo en la cárcel. Sin duda, Mas tiene un pasado de políticas neoliberales y corrupción de partido que sus adversarios airean siempre que pueden, aunque sin llegar a personalizarlo en el propio Mas como, por ejemplo, puede hacerse con la corrupción del PP en la persona de Rajoy.  Fastidia mucho a quienes quieren verlo fuera, pero nadie puede acusarlo de nada.

Lo que siempre se dice es que antepone sus intereses personales a los del país, Cataluña. Obsérvese bien, pues es importante, no se le acusa de anteponer sus intereses de partido al país (como él hace con la CUP) sino los suyos personales. Puede ser cierto. Mas insiste en que él es el líder del proceso a la independencia; él quien puso en marcha ese proceso; él quien quiere culminarlo dando paso a la República catalana; él quien, seguramente, querrá ser su primer presidente. 

¿Cuál es, pues, su interés personal? El del país. Mas entendió el movimiento social y popular hacia la independencia y se puso al frente, lo que le ha supuesto costes elevados y puede suponerle más, como el de ir a parar a la cárcel. Dejó detrás la vestimenta de político y adoptó el de estadista, igual que las serpientes mudan de piel. Es lo que se llama liderazgo, una cualidad que se estudia en todas partes, en las escuelas de negocios, las facultades universitarias, las academias militares, y que es imprescindible en todos los sistemas políticos, dictaduras o democracias. 

Un líder triunfa cuando conduce a su país allí donde su propia visión lo quiere. Y fracasa cuando no lo consigue. Esa es la baza real de Mas: que hasta ahora lo ha conseguido y quiere seguir al frente para terminar la faena. Y eso es lo que entiende y quiere favorecer todo el mundo, (excepto los unionistas españoles),  esto es, sus votantes, sus seguidores en ese partido CDC, que se mantiene proforma para poder presentarse a las elecciones, en sus aliados de ERC, en las formaciones sociales que coadyuvan y en la mitad de la CUP. Y lo que la otra mitad no comparte.

En el fondo, ambas posiciones tienen su grandeza porque se lo juegan todo a una carta, a unas elecciones de resultado incierto en el que pueden darse tres posibilidades (con distinto grado de verosimilitud) a) triunfo del independentismo por mayoría absoluta; b) derrota del independentismo a manos de esa tercera vía que lleva un tiempo cocinándose y sobre la que Palinuro opinará en breve; y c) la repetición de la confusa situación actual. 

Por todas estas razones Palinuro piensa que debió investirse a Mas.

dimecres, 30 de desembre del 2015

Hagan algo, por favor

En ningún país de Europa podría este individuo presentarse a ningún cargo público. No teman, que no voy a aburrirlos con una relación de las mentiras, estafas, insolencias, estupideces y mangoneos del presidente de los sobresueldos. Está suficientemente probada. Hagan una prueba: vayan a Google y pongan "Rajoy sobresueldos": 126.000 entradas. Sigan y pongan "Rajoy ladrón": 728.000 entradas. Un indeseable, vaya.

No, en ningun país de Europa podría un menda de esta jaez presentarse a cargo público alguno. Bueno, en uno sí: en España. Quizá por eso siga siendo razonable dudar de que España sea Europa. Aquí da igual todo. Se puede prostituir durante cuatro años desvergonzadamente la presidencia del gobierno y pretender luego que lo elijan a uno para otros cuatro años porque sí, incluso sin tener la mayoría necesaria para ello. Forma parte del temperamento autoritario, dictatorial, de esta derecha franquista que no considera preciso dar explicaciones ni prometer nada a cambio de lo que pide. 

Es más, ni siquiera lo pide. Quien siga las comparecencias de este pinta, verá que la altanería y la soberbia le salen por las orejas. Él es el representante de la estirpe (aunque sea un perfecto zote) y le corresponde gobernar porque tiene una mayoría de votos y los demás partidos no pueden si no darle su apoyo porque son chusma. 

Si los otros partidos -incluido ese remedo de la Falange de Rivera- tienen un ápice de dignidad, este es el momento de hacer ver al amigo de Bárcenas, al compadre de Cospedal, al amparador de Ana Mato, al cuate de Camps, al beneficiado de Correa,  cuál es la diferencia entre la vieja y la nueva política. ¿No están todos, el PSOE, Podemos, C's, IU, comprometidos con la transparencia y la regeneración democrática frente a la podredumbre y la corrupción sistemáticas de la legislatura pepera?

Pues bien, la nueva política empieza por rechazar todos a una la sola posibilidad de que este pavo vuelva a ser presidente. Y dejárselo bien claro. Rajoy no puede gobernar con los votos de la izquierda ni tampoco con su abstención. Mientras este presunto corrupto, cobrador de sobresueldos de matute siga al frente del gobierno, la nueva política será una farsa.

La izquierda debe dejar de morderse las canillas y formar bloque cerrado: Rajoy, no. El país tiene derecho a olvidar estos cuatro años de pesadilla, gobernado por imbéciles, meapilas y franquistas. Tiene derecho a recuperar algo de la dignidad perdida a manos de este desvergonzado.

Por lo demás, que sea candidato de lo que quiera. De su partido, hasta es lógico. El partido de Fraga, Aznar, Rato, Blesa, Bárcenas, Camps, Fabra, Trillo, Matas, Mato, Cospedal, Floriano, Granados, Aguirre, y resto de la recua de sinvergüenzas y granujas que han estado destruyendo el país y llevándoselo a grandes mordidas, bien puede tener de candidato a este pájaro que resume en su persona toda la infame trapacería de la derecha franquista. Allá ellos.

Pero, por todos los diablos, que no vuelva a ser presidente del gobierno. Que no haya que aguantar sus provocaciones sistemáticas, ese insulto a la honradez y el buen sentido del común de los mortales.

dijous, 24 de desembre del 2015

Carta abierta a Mariano Rajoy


¿Ni perdiendo las elecciones va usted a marcharse? ¿Qué hay que hacer para librarse de usted? Leo que ha pedido un informe para saber cuáles son sus competencias como presidente en funciones. Es alarmante. Ha pasado usted de ser el señor Plasma a ser el señor Plasta.

¿No ve usted que no lo quiere nadie? No lo quiere la gente, que lleva suspendiéndolo desde que comenzó esta legislatura de pesadilla. No lo quieren sus votantes. No lo quiere ningún otro partido del Congreso, excepción hecha de Ciudadanos, el partido del fascismo simpático. No lo quiere ni su propio partido, que está deseando quitárselo de encima en un próximo congreso.

Y con razón. Es usted el peor presidente que ha tenido España desde que Franco tuvo el gesto de morirse de una vez. El peor con mucho. Es usted inculto, ignorante, zafio, vulgar, embustero, faltón, agresivo con la gente del común y lacayo con los poderosos. Su trayectoria está sembrada de mentiras, trampas, desprecios y meteduras de pata indescriptibles. Es usted corrupto personalmente por haber cobrado sobresueldos a lo largo de su vida pública y ha amparado y fomentado la corrupción en su gobierno.

Ha gestionado usted la crisis cargándola sobre las espaldas de los más débiles, jóvenes, mujeres, parados, dependientes, inmigrantes y jubilados. En cambio, ha beneficiado a los bancos, las grandes empresas, los fondos buitres y ese sistema de ramificada delincuencia organizada que ha puesto en marcha su partido, considerado por algún juez como una asociación para delinquir. A su frente ha saqueado usted el país, esquilmado el fondo de reserva de las pensiones, privatizado la sanidad para entregársela a sus amigos, tan sinvergüenzas como usted, ha expoliado la enseñanza pública, haciendo negocios con ella y ha desmantelado el Estado del bienestar para apropiarse los caudales públicos y emplearlos en su beneficio. Mientras usted sostenía que "la Ley de Dependencia no es viable", usaba usted los fondos públicos para atender los gastos de su padre dependiente sin tener derecho a ello.

Ha destruido usted la industria, legislado a favor de los depredadores del medio ambiente y sus negocios, ha dejado sin fondos la investigación científica, descapitalizado nuestras universidades y empujado al paro y a la emigración a cientos de miles de españoles y ha dejado usted a España -a la que no se cansa de llamar "gran nación"- en el furgón de cola internacional en todos los indicadores económicos, culturales y de influencia.

Ha destruido usted el Estado de derecho, convertido los medios de comunicación públicos en aparatos de propaganda, interferido en la administración de justicia, manipulado, controlado los tribunales, ninguneado el Parlamento e ignorado las Comunidades Autónomas. Ha gobernado mediante Decretos-leyes y establecido una especie de dictablanda en connivencia con los curas y su régimen hierocrático.

Por último, su catalanofobia, su sórdido empeño en sojuzgar los anhelos de libertad de los catalanes, sus maniobras para instrumentalizar el Tribunal Constitucional al servicio de su idea de una España incapaz de reconocer su plurinacionalidad ha incrementado el movimiento independentista catalán. Personalmente veo este movimiento como una legítima opción y lo apoyo pero, para usted, esto es un atentado contra la unidad de España, una amenaza de ruptura y, en lugar de dimitir, dado su evidente fracaso, pretende usted incrementar la represión contra Cataluña.

Es usted lo peor que le ha sucedido a España después de la muerte de Franco, su modelo.

divendres, 18 de desembre del 2015

El voto útil es a la izquierda

El carácter popular de la prensa se ve en su tendencia a lo melodramático, apasionado y excesivo. Feroz duelo es una expresión muy curiosa. Quiere transmitir una idea de combate encarnizado aunque, si se considera bien, resulta sorprendente. Si es un duelo, no podrá ser feroz porque los duelos, precisamente, son luchas o combates que, aun siendo a muerte, están sometidos a reglas y normas y guardan cierta frialdad y distanciamiento. Es decir, si es feroz, no será duelo sino, quizá, una pelea a garrotazos y trompadas.

A propósito de esto último, parece que la que le dieron a Rajoy el martes ha sido objeto de bromas en una reunión de la UE en Bruselas. En casa, fuera de los dicterios de los comunicadores de la derecha, que son casi todos, el percance no ha paralizado la campaña electoral, pero sí ha conseguido que no se hable de otras cosas como el revolcón de Rajoy en la Sexta, la corrupción y el desgobierno.

Los dos partidos mayoritarios de la izquierda, PSOE y Podemos, hablan del voto útil y prácticamente en los mismos términos. Cada uno por su lado dice que es la única opción de echar a la derecha. Voto útil. IU no recurre a él porque no puede atribuirse esa fuerza en contra de la derecha ya que su intención de voto es muy baja. Esta tercera opción de la izquierda, para compensar tiene el discurso más radical de los tres. Es la única que plantea referéndum República/Monarquía que los dos partidos grandes de la izquierda consideran que no toca, como siempre.

La izquierda llega a las elecciones dividida, como se sabía. Sin duda hay una diferencia: antes estaba dividida en dos, PSOE e IU y ahora lo está en tres, pues se ha sumado Podemos que no ha conseguido aniquilar a IU y mucho menos al PSOE. En esta situación, la teoría del voto útil es inevitable y probablemente verídica se vote al partido que se vote. Pero no es enfrentamiento. Parece mentira tratándose de España pero la verdad es que las izquierdas han mantenido cierto decoro en la campaña y no se han insultado ni maltratado mucho de palabra. Cierto, los del PSOE resucitan la teoría de la pinza esta vez entre PP, C's y Podemos, y los de Podemos han pedido reiteradamente el voto a los "socialistas de corazón" que hay en el PSOE. En general, un intercambio muy llevadero. IU, a su vez, ha ido ascendiendo en apoyos y, de haber comenzado la campaña como un pecio a la deriva, se ha convertido en una flotilla de cierta presencia.

Así pues, hay un posible resultado del 20D que, efectivamente, dibuja un gobierno tripartito de izquierda (PSOE, Podemos, IU) frente a una derecha tan debilitada que, aun sumando las dos fuerzas PP y C's no llegarían a la mayoría absoluta. Es la primera vez que la derecha se presenta desunida desde las elecciones de los años 80 del siglo XX. Y parece que eso supondrá un  lastre para la parte más dinámica. Llegado al cénit de la gloria, C's es objeto ahora de intenso escrutinio público que ha revelado muchas inconsistencias, incongruencias y zonas oscuras en su discurso y actuación. Quizá sea la razón por la que viene bajando en los sondeos. Al PP no le va mejor. La chufa a Rajoy no cambiará la bajísima opinión que los ciudadanos tienen del presidente indecente. Por doquiera que va lo increpan, llamándolo ladrón o deseándole que sea fuerte. Su tendencia de voto es a la baja.

No hay mas voto útil que el de izquierda para un gobierno tripartito o, según sean los resultados de las elecciones, uno monocolor con apoyo parlamentario de los otros dos. De eso anda ya convencida mucha gente. Entre ella la derecha que también anda hablando de voto útil. ¿Acaso no propone el PP una gran coalición con el PSOE aunque sin Sánchez, claro, al que Rajoy no puede ver ni en pintura? Claro que Rajoy quizá no esté para dar órdenes después del 20D. Rivera, por ejemplo, ha aclarado en ocasiones que cualquier alianza con el PP sería sin Rajoy.

El gobierno de la izquierda es una posibilidad seria. Precisamente un sector de su ala más radical en el entorno de IU acusa a Podemos de haber cambiado de programa paulatinamente desde uno revolucionario a otro, el actual, pactista, conservador, en definitiva, socialdemócrata. De ser así, ello facilitaría enormemente la formación de ese gobierno de izquierda a base de la alianza de la vieja con la nueva socialdemocracia. Con ello, Rajoy desaparecería, hecho que probablemente celebrara con algazara todo el personal. Ya solo con eso, el país estaría de enhorabuena.

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A los únicos a los que la diferencia en los resultados de las elecciones del domingo deja indiferentes es a los independentistas catalanes porque, salga el gobierno que salga, no habrá referéndum catalán. Podemos lo ha defendido recientemente, aunque no con grandes vítores a fin de ser coherente consigo mismo pero sin arriesgarse a perder las elecciones en España. Pero el PSOE está cerrado en banda a la idea. No habrá, pues, referéndum. Muchos independentistas plantean que este carece de sentido. En una entrevista, Carme Forcadell sostiene que no se precisa referéndum alguno pues hay un mandato claro de las elecciones del 27 de septiembre, con lo que en 18 meses ha de darse la independencia que será completa cuando Cataluña sea miembro de pleno derecho de las Naciones Unidas. Está claro que, para ese plan, no van a encontrar aliado alguno en España. Ni Podemos, dispuesto a organizar un referéndum (que no podrá poner en marcha) pero no a apoyar una DUI. El resultado de las elecciones en España es irrelevante para Cataluña.

dimecres, 16 de desembre del 2015

Lo que millones de españoles piensan

I. Indecente
Hay debates de la televisión que han pasado a la historia, que han hecho historia gracias a una palabra, una frase dicha en el momento oportuno, que cambiaron las tornas haciendo quien entró en el plató de virtual ganador saliera de perdedor y a la inversa. Cito dos entre los más célebres:

10 de mayo de 1981: el presidente de la República francesa, Valéry Giscard d'Estaing, a quien se acusaba de haber endeudado sobremanera el país, soltó al aspirante, el socialista François Mitterrand: "Usted es el hombre del pasado". Mitterrand le respondió "y usted es el hombre del pasivo". Ganador: en la subsiguiente segunda vuelta de las presidenciales: François Mitterrand.

28 de octubre de 1980: en un debate entre el aspirante a la presidencia Ronald Reagan y el presidente en funciones, Jimmy Carter, cuando este criticaba los errores y defectos de la política de su oponente como gobernador en relación con el programa Medicare, Reagan le cortó en seco con un "Vuelve usted a las andadas" (There you go again), que se ha hecho famoso en el mundo de la comunicación política. Ganador en las presidenciales una semana más tarde: Ronald Reagan.

No tengo dudas de que la expresión de Pedro Sánchez en el debate del lunes, el presidente debe ser una persona decente y usted no lo es hará historia, traerá cola y es muy posible que signifique un vuelco a favor de la campaña de los socialistas. Hasta de los resultados electorales. Incluso los peperos más acérrimos deben ser reticentes a votar por alguien a quien millones de españoles consideran "indecente" porque lo es, porque los sobresueldos, los trajes y viajes a cuenta de la Gürtel, los SMS a Bárcenas, los tratos con Rato, la obstrucción de la justicia, las mentiras sistemáticas lo han convertido en tal. Y porque, además, ya lo tiene interiorizado. No hay más que verlo ahora: es un zombi, camina como un autómata, está ausente. ¿Cómo no si ya sabe todo el mundo que es el peor presidente, el más corrupto, de la historia de la democracia?

II.- La contraprogramación de la 6ª.
El acierto de Sánchez no solo noqueó al presidente de los sobresueldos sino que desbarató la maniobra de la Sexta a cargo de Ferreras y Pastor. Estos intentaron contraprogramar su propio programa llevando de matute a Rivera e Iglesias para que machacaran a su gusto a los dos debatientes sin que pudieran defenderse. Querían dejar en los espectadores no la memoria del debate en sí mismo sino el juicio despreciativo y negativo que de él hicieron sus contrincantes, hablando como si no lo fueran. Esta maniobra es tan sucia que uno se pregunta si Sánchez y Rajoy sabían que estaban siendo observados de cerca e iban a ser inmisericordemente enjuiciados luego por sus adversarios, insisto sin posibilidad de responder.

Esa trampa de tan bajo estilo iba especialmente dirigida contra Sánchez por una razón muy sencilla. Toda equiparación, toda semejanza que se quiera establecer entre el PP y el PSOE perjudica al PSOE:
1º) Porque ese partido habrá hecho muchas cosas mal, pero está claro que no es corrupto y el PP, sí. 2º) Porque el PSOE es el único que ha erigido el Estado del bienestar en España siempre con la oposición del PP que lleva cuatro años tratando de destruirlo. Las demás izquierdas critican mucho, equiparan al PSOE con el PP, lo desprestigian, pero hasta la fecha no han hecho literalmente nada de nada más que hablar y estorbar. De ahí que su máximo interés sea tirar contra el PSOE. Y el asunto no es de hoy, ni de ayer. Viene de hace tiempo, como se ilustra en la foto de la derecha en que se ve a Ferreras con Iglesias y Errejón en una cena planificando estrategias. Una foto que no pudieron evitar. Esa es la "nueva política" y el "periodismo comprometido": colegas organizando la acción. Con ese espíritu se dispusieron al preparar el debate del lunes, a demoler al PSOE, con el tedioso argumentario de "ellos son el pasado", "la vieja política" y nosotros somos guais.

Sánchez era pan comido. El PSOE no cuenta con ninguna cadena de TV, ninguna emisora de radio, ningún periódico de papel o digital, mientras que Rajoy dispone de una batería de medios impresos y audiovisuales y Podemos tiene una cadena de TV tan poderosa como la Sexta y un digital como Público. Si Sánchez tiene una expectativa de voto solo segunda a la del PP es por la fidelidad de sus votantes, porque carece de apoyo mediático. Es de chiste oír a los de Podemos que son el partido más atacado cuando es mentira porque el más vapuleado y con mucho es el PSOE.

Era pan comido, sí, y bastaba ver las caras de satisfacción de los tres amigos, Ferreras, Iglesias y Rivera. Se habían reunido para hacer unas risas sobre "el viejo mundo". Cours camarade, le vieux monde est derrière toi! hubieran podido decirse el uno al otro de haber leído algo más que Kant. Y, de pronto, Sánchez soltó la frase y todo se dio la vuelta. Los dos "comentaristas" se quedaron flotando en el aire de su inconsistencia. Ninguno de ellos fue capaz de reaccionar. Siguieron con la musicanga del fango y el cieno y el barro y el limo y el sursum corda. Al llamar indecente a Rajoy delante de casi diez millones de personas, cosa que ninguno de estos bravos de plató se ha atrevido a hacer, se puso en el centro del escenario y desplazó a los dos ocultos personajes a las tinieblas de las bambalinas.

III. Por fin, la oposición
Varias veces dijo Rajoy que, si tan malo era el juicio de Sánchez sobre él, debió presentarle una moción de censura y que él lo hubiera hecho. Seguramente será mentira, como todo lo que dice y no es preciso que Palinuro repita aquí lo que ya señaló ayer. El PSOE faltó gravemente a su deber de oposición en la legislatura anterior, presa de la estúpida y reaccionaria manía de Rubalcaba con los "pactos de Estado", desertó de su deber, abandonó a aquellos que estaba obligado a defender y estos anunciaron que ya no lo votarían más y empezaron a desertar. En efecto, lo hemos dicho muchas veces: ¿por qué vamos a votar por quien no nos representa ni defiende nuestros intereses ni se atreve a poner coto a la oleada de corrupción, pillaje, granujería que ha sido la X legislatura bajo la égida de Rajoy? ¿Por qué confiar en quien no tenido el valor de censurar al peor y más corrupto presidente de la historia de España sino que, al contrario, dio muestras de ser complaciente con él, si no cómplice?

Pero de repente, casi milagrosamente, Sánchez recuperó el valor, el coraje, la decisión y pasó al ataque en el plató de televisión, diciéndole a Rajoy lo que solo se había atrevido a insinuar una vez en una intervención parlamentaria ("yo soy un político limpio, señor Rajoy"). El lunes salió todo: la indecencia, los sobresueldos, los viajes gurtelianos, Bankia, Rato, Bárcenas. Ayer publicaba Sánchez Cuenca un artículo en Público, El balance de la legislatura (II): la anomalía democrática del PP, en donde se concluía que el gobierno del presidente de los sobresueldos es un fracaso de nuestro sistema político y una descomunal anomalía democrática. Desde luego. Hasta ahora la pregunta universal era: ¿cómo hemos podido llegar hasta aquí, a estar gobernados por una persona indecente al mando de un partido de presuntos malhechores que es casi una mafia? Y no había respuesta.

Pero fue soltar Sánchez la frase sobre el presidente indecente y todo ha cambiado. Decenas y decenas de tertulianos y periodistas afines a la derecha pasan ahora 24 horas sobre 24 tratando de salvar algo, de evitar el ludibrio y la vergüenza de defender a un presidente indefendible. Igual que los tres mosqueteros de la sexta, el presentador y los geniales representantes de la "nueva política", de repente convertidos en tres antiguallas manipuladoras con su discurso -ese sí viejo y sobado- de que el PSOE y el PP son lo mismo. Un discurso que ya no compra nadie que tenga ojos en la cara y vea a Rajoy sonado de mitin en mitin, sin saber qué decir, recibido en provincias al grito de "¡Mariano sé fuerte!" mientras Sánchez va muy suelto, apoyado en los millones de españoles que, en efecto, pensamos que Rajoy no es decente y nos identificamos con quien lo dice alto y claro y no con los manipuladores que quieren torpedearlo hablando farisaicamente de fango y cieno.

Vamos que en cuatro días sería posible el siguiente escenario: el PSOE gana las elecciones, el PP queda por detrás de C's, Podemos el cuarto y la Unidad Popular consigue un muy buen resultado, cosa que Alberto Garzón se merece, por su trabajo, su entrega y la elegancia y nobleza de su comportamiento, alejado de todo juego sucio; y porque sus gentes están reaccionando con bravura.

dilluns, 14 de desembre del 2015

¡Mayoría de izquierda!


En esta campaña hay cambios por semanas, por días, casi parece por horas. Suben unos, bajan otros; suben otros, bajan unos. Quienes la seguimos vamos a llevarnos algunos sobresaltos de aquí al domingo.

No obstante, a reserva de la anterior advertencia, a juicio de Palinuro pueden observarse algunos datos que autorizan a extraer conclusiones relativamente optimistas para las izquierdas. El primero de todos: da la impresión de que la derecha retrocede. Los recuentos de aforos en los mítines de ayer, en los que los partidos se volcaron, dan una pista, aunque sea muy imperfecta. Las derechas no llenan los recintos; las izquierdas, sí. El PP celebró la finale en la plaza de toros de Las Rozas, territorio gavioto, con Rajoy  y Aguirre de telonera, pero solo reunió 3.500 asistentes para un aforo de 4.300 y eso que regalaban bufandas, pagadas por vaya usted a saber qué trama. Por su lado, Ciudadanos presumió de haber llenado el emblemático Vista Alegre, pero eso es falso por partida doble: reunió, sí, 10.000 asistentes, pero para un aforo de 15.000. O sea, le quedó una calva de un tercio. Además, fletó 50 autobuses para traer gente de fuera de Madrid, viaje gratis y puede que bocata (aunque esto no me consta) para unos 4.000 o 5.000 asistentes. Es decir, los madrileños que se acercaron a escuchar a Falangito fueron un tercio del aforo real.

La izquierda salió mucho mejor parada: Podemos congregó 10.000 asistentes en la Caja Mágica en Madrid y esos, sí, de verdad y sin autobuseo. El PSOE llenó La Fonteta de Valencia, con 8.000 de aforo y Unidad Popular (IU), el polideportivo de El Cabanyal, con 2500. Las imágenes cantan. En los mítines de las izquierdas se respira mucho más optimismo y seguridad que en los de las derechas.

En los debates televisados que han sido tan importantes (el de El País y el de Atresmedia) las izquierdas en conjunto han dejado mucha mejor impresión que las derechas, jugando con el carisma de los líderes. En el primero, la victoria fue para Pablo Iglesias por acuerdo casi universal; se exceptúa Marhuenda que dio ganadora a la vicepresidenta del gobierno y lo hubiera hecho igual con la mula Francis de tener carné del PP. En el segundo, para Alberto Garzón (quien fue excluido del de El País contra toda norma de juego limpio) también por amplio acuerdo. Pero Sánchez en el primero ý Errejón y Alonso en el segundo hicieron muy buenos papeles y dieron mucho juego.

La valoración de las derechas, en esos mismos debates, en cambio, fue mala. En el primero, Rivera demostró su escaso fuste y su banalidad, mientras que Sáenz de Santamaría no pudo cubrir ni de lejos el ridículo que hizo su jefe oculto aterrorizado en Doñana. Si hay algo que la gente desprecia es la falta de valor en las confrontaciones. En el segundo debate, la representante de C's, petulante y agresiva, patinó en el sensible asunto de la violencia machista y luego ha seguido patinando en las redes. Pablo Casado, el enviado del PP cumplió a rajatabla las instrucciones: negar la evidencia y mentir con todo el descaro del mundo. Y eso encalabrina bastante al electorado.

El descrédito de las derechas se ha acentuado en los últimos días. Rivera sigue haciendo propuestas poco meditadas sacadas de algún prontuario de anarcocapitalistas estilo FAES que normalmente ponen en guardia a todo el mundo. A su vez, por si el ridículo del comportamiento habitual de Rajoy el de los sobresueldos no fuera suficiente, el amago de repetir las mentiras con que el mismo Rajoy trató de engañar a la gente en los atentados de Atocha, adaptadas ahora al atentado de Kabul, ha vuelto a ponerlo en evidencia. Los últimos escándalos de corrupción del embajador en la India y un diputado por Segovia inciden en una historia de podredumbre y miseria que arrastra el partido de la derecha cada vez visto por más gente como una especie de asociación de malhechores.

Ahora viene el debate de esta noche. Imposible exagerar su importancia. Lo más probable es que resulte decisivo, si no para dar un vuelco a las expectativas de voto sí para reorientar la valoración de los dos líderes enfrentados. El mero hecho de que ese debate a dos se dé ya es cierto modo un handicap para Rajoy quien lo único a lo que puede aspirar es a no quedar demasiado en evidencia y un triunfo para Sánchez, que es presentado como el otro candidato verosímil a la presidencia del gobierno. Es absolutamente esencial que Sánchez prepare al máximo ese debate y no deje pasar la ocasión. Porque, nos guste o no a muchos que no tenemos en alta estima sus dotes ni la capacidad de sus asesores, de su triunfo esta noche puede depender el del conjunto de las izquierdas el día 20.

No soy quién para decir a Sánchez lo que tiene que hacer pero, si yo fuera él, negaría de plano la recuperación económica (en lo que su adversario insistirá) argumentando que falsifica todos los datos y las estadísticas y que nada de lo que dice es cierto jamás. No caiga en la trampa de aceptarle nada. Insistiría en que su política ha arruinado España, destruido el Estado del bienestar, abusado de los pensionistas y roto el país por su incompetencia y su corrupción. Golpearía en la corrupción una y otra vez y la vincularía personalmente a Rajoy, le preguntaría por los sobresueldos y su beneficio personal y el de su padre dependiente, sin  admitirle el argumento también falso, de que han legislado en contra de esta lacra. E insistiría en que el PSOE pondrá por delante los derechos de los más débiles y los blindará en la Constitución.

Si el debate sale bien, como es de esperar,  en lo que queda hasta el 20 de diciembre, PSOE, Podemos y Unidad Popular seguirán haciendo campaña cada una por su cuenta en este clima de recuperación. Un criterio, sin embargo, debiera presidir todos sus actos: el de no insultarse ya más unos a otros. Ahora deben ir todas contra las derechas que, por primera vez, se presentan divididas. Concentrar la crítica en Rajoy, cuyo desprestigio es palpable entre los ciudadanos e incluso entre los votantes y hasta militantes del PP. Carece de sentido que las fuerzas de izquierdas se pierdan en recriminaciones que ya no interesan a nadie.

Si los datos de la encuesta de Metroscopia aciertan, a partir del 20 de diciembre no habrá mayoría absoluta de derechas pero sí podría haberla de izquierdas si sigue la recuperación esta semana. Eso quiere decir que se podrá hacer en España lo que se ha hecho en Portugal: gobierno en minoría del partido de izquierda más votado (el socialista en Portugal; en España, el que lo sea)  con el apoyo parlamentario de los otros dos. Eso es lo menos. Lo ideal sería un gobierno tripartito PSOE/Podemos/UP, pero quizá sea demasiado pronto. Lo que sí está claro es que los electores vamos a presionar mucho para que haya un gobierno de izquierdas y nadie entenderá que, por las razones que sean, el triunfo de las izquierdas se convierta en un gobierno de las derechas.

He dicho un gobierno del partido más votado de la izquierda con el apoyo de los otros dos. No del partido más votado sin más, que es la estupidez que anda repitiendo el presidente de los sobresueldos. Sí, estupidez y mayúscula porque, para hacer realidad esa idea de que gobierne el partido más votado, con independencia de los apoyos que tenga, será necesario reformar la Constitución. Por si Rajoy no lo sabe, con la moción de censura constructiva que esta prevé, ningún gobierno minoritario puede mantenerse con una mayoría absoluta de la cámara en contra.

En resumen, tres cosas: 1ª) ganar el debate de hoy en nombre de toda la izquierda; 2ª) dejar de insultarse mutuamente en lo que queda de campaña y criticar a las derechas; 3ª) con la mayoría absoluta en el Congreso sumando PSOE/Podemos/UP-IU, formación de un gobierno de izquierda que ponga fin a estos cuatro años de pesadilla, detenga la involución y abra perspectivas reales de recuperación económica pero también política, social y moral.

Que el Sobresueldos rinda cuentas

La campaña que inició Infolibre el 5 de diciembre exigiendo que Rajoy haga público su expediente como registrador de la propiedad lleva ya más de 95.000 firmas.Lo que se quiere saber -y es un derecho de la ciudadanía- es si Rajoy vulneró o no la Ley de Incompatibilidades, si simultaneó sus sueldos de cargo público electo con sus ingresos de registrador de la propiedad. El gobierno de Aznar decretó el secreto de este expediente en un "archivo de seguridad", pero el mantenimiento de ese secreto es un ataque directo al derecho a la información de los ciudadanos, quienes están legitimados para saber si sus representantes públicos se han atenido siempre al cumplimiento de la ley.

Es una campaña de firmas. Sería estupendo que, al llegar el día 20 hubiera 150.000 o 200.000 y que los demás partidos se hicieran eco de esta exigencia y, a su vez, demandaran el levantamiento de ese secreto. Quien quiera firmar puede hacerlo pinchando sobre la imagen o aquí.

diumenge, 13 de desembre del 2015

Un personaje indigno.

La caridad de la prensa con Rajoy es incomprensible. Sus declaraciones falsas del jueves sobre el atentado de Kabul no fueron errores. Fueron mentiras. Hay una diferencia substancial. Y no solo fueron mentiras, falsedades a sabiendas, embustes con fines indignos, sino que no es la primer vez que el personaje recurre a esos procedimientos y siempre con los mismos indignos fines.

Cuando el hundimiento del petrolero Prestige frente a las costas de Galicia produjo la mayor catástrofe mediambiental de la historia, en buena medida por la fabulosa incompetencia de los gobernantes, Rajoy, que era uno de ellos, salió minimizando el desastre y hablando de unos hilillos de plastilina.

Posteriormente, con motivo del peor atentado en España el 11 de marzo de 2004 en la estación de Atocha, producido por la canallada del gobierno de Aznar de meter al país en la inicua guerra del Irak, Rajoy, que también estaba en el gobierno y era candidato en las elecciones unos días después, escribió un artículo en El mundo el día de reflexión, afirmando que tenía la convicción moral de que el atentado era obra de ETA. Fue la mentira que intentó colocar el gobierno español a toda costa para no perder las elecciones.

Ahora comparece el mismo día del atentado, precipitadamente, casi salta sobre el asunto, porque estamos otra vez en período electoral y teme que le pase lo que le sucedió en 2004 y, para evitarlo, miente de arriba abajo: niega que sea un ataque a la embajada de España, niega que haya muerto alguien (llevamos ya cuatro muertos, dos policías españoles y dos afganos) y termina, como siempre, con una patochada, sosteniendo que "no es una mala noticia".

La pauta es siempre la misma: ocultar información, tergiversarla, engañar a la gente para no perder las elecciones porque lo único que preocupa a este desalmado no son las vidas humanas sino sus miserables ambiciones.

A todo esto, los candidatos de las otras formaciones han decidido no criticar esta nueva indigna mentira del presidente de los sobresueldos. Seguramente aplican la doctrina de que en cuestiones de Estado no caben debates políticos. Si lo hacen son cómplices de las mentiras del gobierno. Efectivamente, con el terrorismo debe hacerse política de Estado, no de partido. Pero si el primero que se salta esa obligación e instrumentaliza el terrorismo y la vida de sus compatriotas para sus fines electorales es el gobierno, los partidos de la oposición no pueden seguir su ejemplo, pero están obligados a denunciar esa sucia instrumentalización.

Están obligados a señalar que el país no puede seguir un minuto más gobernando por un sujeto tan indigno como detestable.

dijous, 10 de desembre del 2015

Echar a estos delincuentes.

Los amigos de Transversales han publicado un número extraordinario en PDF sobre las próximas elecciones del 20 de diciembre para el que me han pedido un artículo. En su presentación la redacción de la revista advierte de que el contenido es muy variado, como corresponde a la izquierda, que es sumamente plural. Asimismo recuerda que no tienen por qué coincidir con el contenido de las colaboraciones y que, leídas estas, es muy posible que unas autor@s no coincidamos con otr@s. Sin duda. Eso también es bueno. No sé si llevarlo al nivel de excelente advirtiendo de que hasta es posible que todavía otr@s ni siquiera coincidamos con nosotr@s mism@s. Los tiempos se han acelerado tanto que no es absurdo que alguien cambie de parecer a su ritmo y ya no suscriba lo que escribió ayer. Sobre todo cuando se da rienda suelta al torrente de pasión que aparece en este número de la revista y que, por supuesto, bien venido sea. No sé si interpreto un sentir universal pero sí muy extendido (al menos en los medios en que muevo) al decir que estamos tod@s hart@s de ver, escuchar y aguantar a esta banda de ladrones e imbéciles campando por doquier tras haber hundido el país en todos los sentidos a base de robar, reprimir y excluir. Además de por la serie, el número es extraordinario por su contenido. Enhorabuena al equipo de Transversales.

Pinchando en la imagen o en el enlace se accede al contenido completo del número. En cuanto a mi artículo, lo reproduzco a continuación:

Un sobresueldos y tres mindundis.

Hay unanimidad en los sondeos hasta la fecha: cuatro de los cinco partidos de ámbito estatal (PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos) están empatados más o menos a la altura del 20% de intención de voto. El quinto, la Unidad Popular, de Alberto Garzón, antes IU y antes PCE, pedalea en la cola tratando de rebasar la fatídica barrera del 3%. Los cinco partidos presentan candidatos; ninguno candidata. Las mujeres en las listas, casi todas de escrupulosa “cremallera”, empiezan un escalón más abajo. Eso, para abrir boca.

Del Sobresueldos, nuevo candidato a La Moncloa, es poco lo que cabe decir. Después de 4 años de desgobierno, con el país empobrecido, la gente en el paro o en la emigración, la seguridad social arruinada, el futuro del Estado del bienestar es inexistente. El del Estado de derecho aun peor porque las instituciones no funcionan, la división de poderes no existe, el gobierno prescinde del Parlamento o, si comparece, es para poner en marcha el rodillo y la organización territorial del poder ha quebrado con la secesión catalana. El presidente no ha hecho otra cosa que mentir como un bellaco desde siempre y, lo que no son mentiras, son estupideces dichas con la facundia de quien no calibra el pozo de su propia necedad.

Lo increíble es que un candidato y un partido así todavía tengan alguna intención de voto y que esta sea quizá la mayor, a pesar de que la valoración popular de Rajoy es la más baja de todos los políticos. Es incomprensible que la gente se apreste a votar a alguien de quien no se fía y a quien suspende en valoración sistemáticamente hace cuatro años.

Hay varias razones para explicar esta disonancia cognitiva tan peculiar, pero una de ellas la admiten todos porque es irrefutable: el sobresueldos es un mal gobernante, pero tres de los cuatro posibles relevos no son mucho mejores. Sánchez, Iglesias, Rivera, simplemente no dan la talla en campo alguno. Su reiterada, aburrida, sobreexposición a los medios los ha mostrado en su verdadera naturaleza: tres narcisistas inconsistentes, desesperados por llegar al poder como sea, incluso a riesgo de mostrarse como tres cantamañanas. El cuarto, Garzón, el único que ha sabido guardar cierta compostura en vez de hacer el ridículo por los platós televisivos, el más consistente de ellos, a pesar de ser el más joven, apenas tiene posibilidades reales por aparecer vinculado a IU e incapaz de quitarse de encima la sombra del comunismo

Ahora bien, al tratarse en conjunto de cinco opciones, con dos nuevas escisiones, una en la derecha (PP/C’s) y otra en la izquierda (a la dualidad tradicional PSOE/PCE-IU se suma ahora Podemos), y dada la naturaleza del sistema electoral español lo más seguro es que las cuatro fuerzas principales estén relativamente igualadas, por lo que es probable que, luego del 20 de diciembre sea muy difícil si no imposible, formar algún gobierno en España, salvo en una circunstancia que mencionaremos al final.

En efecto, al darse por primera vez en muchos años una escisión en la derecha, en virtud de la Ley d’Hondt y el tamaño de la mayoría de las circunscripciones, el PP tiene un importante reto de C’s que no lo dejará apuntarse el triunfo. Lo mismo puede decirse de la izquierda, pero agravado por tratarse de tres opciones en lugar de dos. Al final, el único discurso dominante en todos los cuarteles será el del voto útil. El PP se presentará como el voto útil frente a C’s para parar a la izquierda y en esta tanto el PSOE como Podemos lo invocarán para parar a la derecha. En los dos bandos habrá un montón de votos desperdiciados en aquellas circunscripciones que elijan 6 diputados o menos y que, por cierto, son 35, esto es, casi dos tercios de las circunscripciones totales. Si se introdujera un sistema de segunda vuelta, parte de este estropicio podría arreglarse, pero no es el caso. A ello hay que añadir la tendencia de la izquierda a la izquierda del PSOE a atacar más a este que a la derecha, lo que es verdaderamente irresponsable porque, en definitiva, acabará propiciando el triunfo del PP o del PP y C’s camino de una coalición entre los camisas viejas del franquismo y los flechas nuevos de este neofalangismo de C’s.

Claro que la actividad del PSOE ya desde el comienzo de esta X legislatura ha provocado las críticas con harta razón. Durante los cuatro años de gobierno autoritario, corrupto, antidemocrático, ruinoso, catalanófobo, el PSOE, partido mayoritario de la oposición no ha hecho oposición alguna. Al contrario, a veces ha dado la impresión de estar más con un gobierno de agresión permanente a las clases trabajadoras y populares que con estas. Así que no tiene mucho sentido que ahora se escandalice cuando la otra izquierda lo ataca y lo identifica con el PP.

La disyuntiva es muy significativa y pone de relieve la penosa crisis de la izquierda española: IU es irrelevante y el escaso porcentaje de votos que consiga no servirá para nada más que para debilitar a la otra izquierda. El PSOE pierde el tiempo cuando critica a Podemos (que no es mucho) pues debería concentrar sus dardos en el PP y en Ciudadanos. Pero el caso más grave es el de Podemos: después de haber fagocitado a IU pero sin acabar con ella, se ha empeñado en el sorpasso anguitiano del PSOE para lo que actúa de nuevo como un aliado objetivo del PP. Al final, la rutilante promesa del partido morado, incapaz de diferenciarse del todo de IU solamente servirá para consolidar el gobierno de la derecha otros cuatro años.

Por último, la peor opción de todas pero no inverosímil, según lo que suceda en Cataluña, es un gobierno de coalición del PP, C’s y el PSOE con la excusa de una excepcionalidad o emergencia suscitada por el independentismo que aconseje a estos partidos nacionalistas españoles cerrar filas para salvar la unidad de España frente a la revolución de la República catalana.

Así el país volverá al franquismo que añora un tercio de la población, el baluarte del voto del PP.

dimecres, 9 de desembre del 2015

La verdad entera.

Como siempre cuando habla el PP dice una mentira o una verdad a medias. Que Rajoy es un lastre es solo una media verdad. La otra media es que, además de Rajoy, el otro punto débil del PP es el propio PP. Se explica a continuación.

Mariano Rajoy. Ya es un bochorno que un hombre tan vulgar, estúpido, malévolo, ignorante, agresivo y presuntamente corrupto haya sido presidente del gobierno. Mientras fue un mandado en los gobiernos de otro impresentable como Aznar o cuando pasó ocho años en la oposición, se le veía menos y, en la penumbra de la segunda fila, sus evidentes carencias eran menos notorias. Cuatro años a plena luz de los focos muestran al país un hombre cuya ejecutoria, siendo caritativos, es la siguiente: llegó al poder de modo fraudulento, mintiendo sobre su programa electoral; no sabe hablar ni en su propia lengua e ignora cualquier otra; solo lee el Marca y únicamente entiende de fútbol, razón por la cual no reconoce ni su letra; no sabe hablar sin leer y tampoco sabe leer; no dice más que estupideces con mucha bambolla, bastantes de las cuales son ya célebres; no da ruedas de prensa; escabulle el bulto, no da nunca la cara y se refugia tras sus colaborador@s, por lo demás, tan incompetentes como él; en las comparecencias no admite preguntas; no sabe gobernar sin mentir; ignora el parlamento pues gobierna por decreto-ley; ha destruido la división de poderes y hecho trizas el Estado de derecho; está acusado de cobrar sobresueldos en negro y de hacerse pagar trajes y viajes por la trama Gürtel sin que haya dado explicaciones; se ha rodeado de chorizos, ladrones y delincuentes -algunos de los cuales ya están cumpliendo sentencia- y los apoya; alienta a presuntos delincuentes con SMS; ha corrompido toda la administración pública en la que reina el enchufismo, el nepotismo, la incuria y la incompetencia; ha arruinado el país, eliminado los derechos de los trabajadores, reducido todas las prestaciones sociales, empujado a los jóvenes al paro, la marginalidad o la emigración, esquilmado el fondo de reserva de las pensiones, recortado las de los jubilados y los dependientes, pero carga al erario los costes de la dependencia de su padre; miente sobre todas las estadísticas pues hay más paro y más deuda que antes; ha roto España, fomentando el independentismo catalán; es el hazmerreír de la prensa extranjera y los demás mandatarios cuando sale al extranjero.

Es incomprensible que un tipo tan falso, detestable e inútil haya aguantado cuatro años sin dimitir ipso facto a raíz de su primera fechoría salvo por el hecho de que la gente tiene unas tragaderas infinitas. Pero ya lo conoce todo el mundo. De las pocas cosas válidas que dijo Pedro Sánchez en el debate del lunes, la de "nadie quiere aguantar otros cuatro años de Rajoy" fue de las más certeras. Igual que cuando Íñigo Errejón dijo que "cuatro años más de Rajoy y aquí quiere independizarse hasta Valladolid". Diré más, hasta el barrio de Salamanca, en Madrid en donde, me costa, por muchos fachas que haya, no pueden soportar más a este zote que carece de maneras, se espatarra al sentarse y no dice más que necedades.

El PP. Todo lo anterior es evidente. Pero, además de presidente del gobierno, el sobresueldos es presidente del PP y todo cuanto se predica de él puede predicarse del partido. Es más, como tal partido está imputado en sede judicial por una ristra de presuntos delitos. Así, cuando Celia Villalobos (esa señora que se gasta el dinero de los contribuyentes en jugar con la tablet cuando debería atender a sus obligaciones y que abronca a su chófer con gritos de verdulera) grita a Pablo Iglesias que le jode (sic) que este llame "corrupto" a su partido o cuando Soraya Sáenz de Santamaría (otra acusada de haber cobrado 600.000 euros en negro que no ha dimitido) protesta de que se llame "corrupto" al PP, tendrán que aguantarse porque, en efecto, según todos los indicios, el PP no es solo un partido presuntamente corrupto sino, según algún juez una supuesta asociación de malhechores o, dicho de forma más clara, una forma de presunta delincuencia organizada. ¿Para qué? Es obvio y lo sabe todo el mundo: para esquilmar el erario, expoliar los recursos públicos, robar a mansalva, privatizar para seguir robando, para enriquecerse sus militantes, familiares, allegados y clientes.

Los demás partidos se obstinan en considerar que el PP es uno de ellos cuando, en realidad, no tiene nada que ver, no es un verdadero partido sino una asociación una posible organización ad hoc para capturar rentas del Estado como sea, legal o ilegalmente. Grave error el de esos partidos con el que legitiman el expolio de esta presunta banda de ladrones y, con ello, engañan asimismo a la población e incumplen con su deber de controlar e impedir los excesos de estos mangantes. Cada vez que hablan de democracia, de sistema electoral, de Parlamento, de Comunidades Autónomas con esta presunta banda de delincuentes muestran que, una de dos, son profundamente estúpidos y se dejan engañar o contribuyen al engaño con algún tipo de complicidad.

Complicidad con Rajoy, Sáenz de Santamaría, Cospedal, Arenas, Aguirre, Granados, González, Fabra, Matas, Mato, Aznar, Cascos, Blesa, Rato, Trillo, Pujalte, Baltar, Bárcenas, Correa, Camps, por no citar más que algunos casos de un lista de la vergüenza mucho más prolongada.

Ahora sí; esta es la verdad entera. Los dos puntos débiles del PP en las elecciones del 20D son Mariano Rajoy y el PP.

diumenge, 6 de desembre del 2015

Los tripartitos y la menina.

En una comparecencia en la Sexta, Rajoy afirma que el tripartito que propone Sánchez (PSOE, Podemos, C's) no conviene a España. Al margen de que sea cierto o no que el socialista haya propuesto tan claramente este tripartito y que sea o no bueno para el país, a quien no le conviene es a él, que se quedaría sin empleo. Y sin empleo muy bien remunerado por diversas vías. Los sueldos, los sobresueldos, los enchufes, el pago de los cuidados de su padre dependiente con cargo al erario, cosas en fin, de las que la gente no le pregunta en sus apariciones televisivas y que son la verdadera razón de su aferrarse al poder: la pastuqui para él y los suyos. Precisamente hay en marcha una campaña en change.org para exigir que Rajoy haga público su expediente secreto como registrador de la propiedad para que los ciudadanos podamos saber cuánto ha venido cobrando el presidente de los sobresueldos en los últimos años y por qué conceptos.

Por supuesto, nada de esto sería necesario si el tal tripartito se formara porque entonces serían los organismos legales correspondientes y los jueces los que dejarían en claro de una vez por todas lo que Rajoy lleva cuatro años ocultando: cuánto ha cobrado en los últimos veinte años, cuánto en concepto de sobresueldos pagados por Bárcenas, si es cierto o no que este le dio 25.000 euros en mano en sobre, como declara; si es cierto o no que la Gürtel le ha pagado trajes y viajes con su familia; si es cierto o no que ha estado haciendo mangas capirotes con su puesto de registrador de la propiedad y los emolumentos que ha recibido.

Efectivamente, está claro que ese hipotético tripartito no le interesa nada a él ni a sus seguidores y clientes en su partido, que también se quedarían en la calle, sin poder capturar rentas del Estado, cobrar comisiones, esquilmar el patrimonio público, enchufar a parientes y amigos. Por supuesto, ¿cómo va a parecerles bien ese tripartito? En su partido, esa organización de pintas para repartirse los dineros públicos, no les parece bien más que un posible gobierno de coalición PP - C's que deje las cosas como están para que ellos puedan seguir parasitando el Estado.

Con todo, no es el único tripartito  posible. Iglesias alerta de que hay en marcha una "operación menina", para investir a Santamaría como presidenta en lugar de Rajoy. Al margen de si el nombre está bien elegido y si, en vez de ser la "operación menina" debiera llamarse "operación Mari Bárbola" (esto es, la enana que también figura en primer plano en el célebre cuadro de Velázquez) el hecho es que la desaparición de este incompetente, manchado por la corrupción e incapaz de resolver la cuestión catalana seria un paso en la buena dirección. Que su substitución por la ratita hacendosa de la vicepresidencia, a la que tambièn se acusa de haber cobrado sobresueldos por valor de 600.000 euros sea un acierto es más problemático. No obstante, apunta en la dirección de otro posible tripartito: PP - PSOE - C's.

Efectivamente, el PSOE tiene la famosa centralidad por la que suspira Podemos y podría entrar en ambas combinaciones de gobiernos. Este segundo tripartito es más áspero para las tragaderas de los sufridos militantes del PSOE porque sería una especie de gran coalición tiznada, además, con la demagogia y el oportunismo de Ciudadanos. Pero no es una hipótesis muy disparatada cuando se mete a Cataluña en el cuadro. Una hipotética DUI catalana o algo similar, podría ser justificación suficiente para que, pretextando una situación de emergencia, excepcional, una peligrosa sedición de una parte del territorio, el nacionalismo español cerrara filas en torno a la Una, Grande, Libre como un solo hombre. Pues bien claro ha dejado Sánchez en diversas ocasiones que, antes que obrero y socialista, su partido es español, que de referéndum de autodeterminación en Cataluña naranjas de la China y que, en lo tocante al artículo 2 de la Constitución es uña y carne con el PP. Y en muchas otras cosas, pero la territorial es ahora la importante.

Así que perpetuación del Sobresueldos u operación Menina o Mari Bárbola, lo que nos espera es un tripartito, pero no el que no gusta a Rajoy sino el que no gusta a cualquier demócrata.

dissabte, 5 de desembre del 2015

¿Por qué vota la gente al PP y a Rajoy?

Pareciera un misterio casi tan insondable como el origen del ser. Los datos de todas la encuestas, relativamente variables, coinciden, en rotunda unanimidad, en dar por triunfador al PP de Mariano Rajoy que, a su vez, resulta ser el líder peor valorado. La unanimidad afecta a los dos puntos: la expectativa de voto del PP es la más alta y la valoración de su líder, la más baja. La acción colectiva no tiene por qué ser racional y muchas veces no lo es, como se ve en la paradoja de Condorcet. Pero explicar la irracionalidad de que la gente vote mayoritariamente por el candidato que menos valora no es fácil.

Muchos dirán que se trata de un caso de disonancia cognitiva de un sector mayoritario de la población. Pero eso no es explicar el problema, sino describirlo y no de modo totalmente justo. Otros sostendrán que se trata de un caso de masoquismo colectivo. Sin embargo,  a la gente no le gusta que la maltraten. Este comportamiento, que puede ser racional en el orden individual (hay quien goza tanto siendo azotado que hasta paga por ello), es poco probable en el orden colectivo. Hay poca gente a la que le vaya el látigo.

Entonces, ¿qué? La respuesta puede ir a buscarse en el célebre Discurso de la servidumbre voluntaria, un breve ensayo publicado póstumamente en 1574, aunque seguramente escrito veinticinco años antes, por Etienne de la Boétie, un amigo íntimo de Michel de Montaigne. Hay incluso quien dice que es obra del propio Montaigne. Tras identificar y condenar el absolutismo y la tiranía de modo magistral, el autor se pregunta cómo es posible que la gente obedezca de grado a los tiranos y halla una repuesta con tres niveles: a) las gentes nacen siervas y se las educa para eso con el pan y toros, que decía León de Arroyal y que hoy sería supermercado y televisión/fútbol; b) la violencia de la tiranía engendra miedo en los siervos y por eso hay legislación restrictiva, intimidante, como la Ley de Seguridad Nacional o la Ley Mordaza; c) el tirano se rodea de cómplices que, a su vez, se rodean de otros y estos de otros, hasta llegar a tejer una trama de intereses clientelares, de gentes que se benefician o esperan beneficiarse de su acción política.

En el fondo, por tanto, nada de disonancia cognitiva ni masoquismo. Para mucha gente, votar al PP, a cuyo presidente desprecia, es un buen negocio. Es lo más racional que se puede hacer a fin de forrarse, motivo por el que muchos, muchísimos, están en política. En realidad, el PP no es propiamente un partido político sino una asociación para capturar rentas del Estado y repartírselas entre los dirigentes y militantes. Tiene 800.000 afiliados, una cifra estratosférica para los límites de afiliación partidista, y la explicación obviamente es que estar afiliado al partido de la gaviota es un buen negocio pues se entra en la red de reparticiòn de sobresueldos, favores, enchufes, canonjías diversas y, con un poco de suerte, se puede conseguir un momio con cargo a fondos públicos y la posibilidad de enchufar a los parientes.

Esta estrategia es ganadora porque atiende a los intereses de una porción substancial del electorado, la más numerosa. Su eficacia, sin embargo, se basa en la unidad y la concentración del voto en una sola opción. Si aparece otra, como C's, podría empezar en la derecha una dinámica de fragmentación similar a la endémica que padece la izquierda y se rompería esa magia por la que una mayoría simple del 30% del electorado se convierte en una mayoría absoluta en el Parlamento.

Así que el jovencísimo señor De la Boétie estaba en lo cierto. Y más de lo que parece. Su explicación de la sociedad como una organización piramidal en la que los círculos superiores, una minoría, dominan a los inferiores, una mayoría, da en el clavo. Pero queda por averiguar qué se recomienda hacer a la gran mayoría que sufre el gobierno tiránico sin beneficiarse de él. Al respecto, De la Boétie es muy claro: la desobediencia civil, algo que trescientos años despues, volvería a aparecer con H. D. Thoreau y se expandiría poderosamente en el siglo XX.

Al no ver a los españoles proclives a la desobediencia civil, será bueno que se preparen para otra legislatura de gobierno de la derecha con mayoría absoluta. Si en despotismo monocolor o en alianza entre PP y C's está por ver. 

diumenge, 29 de novembre del 2015

Línea de salida.

Empate en la línea de salida parecería una buena señal. Con Podemos de cierta remontada, acercándose a la línea mágica del veinte por ciento, condiciones de fair play: igualdad en el punto de partida. Queda el caso de IU, sempiternamente sumergida en su testimonial cinco por ciento del voto más o menos. Pero eso ya parece más cosa de psiquiatría antes que de análisis político.

Lo malo es que, al tratarse de intención de voto, no es línea de salida, sino de llegada. Todos los partidos alcanzan unos resultados igualados, ninguno puede gobernar en solitario y es preciso entrenarse en una actividad de negociación, compromiso y coalición que no es frecuente en España y que a los españoles, generalmente machos, les parece cosa de damiselas.

La lógica coalición de las derechas, PP y C's quizá tuviera mayoría parlamentaria absoluta pero no contiene especial beneficio para C's, que liga su suerte a un partido en previsible situación de crisis y reduce sus propias expectativas a base de parecer cavernícola. Más esperanzas tendría una gran coalición clásica, PP - PSOE. Muestra su solera. Pero no en España. Téngase en cuenta, además, que la esperanza del PSOE es derogar lo legislado por el PP, cosa que hará más cómodamente sin el PP. Por eso, el PSOE buscará entre los de C's y la gran coalición que pudiera darse no sería del todo disparatada. Al fin y al cabo, los de Podemos también dicen que pueden pactar con C's si este abandona su belicismo y su neoliberalismo. Temo, sin embargo, que no consigan desembarazarse de estas cuestiones por cuanto, en realidad son estructurales en el sentido althusseriano, decisivas para la existencia. Por tanto es poco probable el pacto C's - Podemos.

Así, aunque su comportamiento induce a pensar que C's puede aliarse indistintamente con PP y PSOE en las Comunidades Autónomas, la cosa cambia en el voto a las generales, en donde entran en juego otros factores, como la imagen de partido nuevo frente a los viejunos, en la creencia de que el PSOE tendrá más capacidad de adaptación. Pero eso está por ver.

La posible alianza PSOE - Podemos no tendría la mayoría absoluta en el Parlamento y lo más probable es que tampoco la alcanzara con la ayuda de IU que quizá debiera ir pensando en disolverse. Esto es, el electorado excluirá en su comportamiento el posible pacto de la izquierda a la portuguesa, algo que los progresistas alaban pero no practican. Por lo demás, si las izquierdas se presentan divididas a las elecciones, lo mismo, por primera vez sucede con las derechas. ¿Por qué la división de las izquierdas ha de resultar peor para estas que el de las derechas? En las izquierdas, como en las derechas, cada cual vote su opción y apóyese luego la coalición que se piense más conveniente.

Lo mejor de este empate es que, de seguir así las cosas, el único cuadro que no se dará será la repetición de un mandato de Rajoy. Descartada la mayoría absoluta, única posibilidad de continuar, cualesquiera otras combinaciones no reservan plaza para Rajoy en ningún supuesto. No es imaginable situación alguna en la que los dirigentes de los partidos le dieran su apoyo. Ni el mismo Rajoy lo haría si tuviera uso de razón, que no es el caso. No está clara la combinación que pueda salir, pero algo parece ya seguro: cualquiera en la que no esté Rajoy. Su bajísima valoración popular a lo largo de toda la legislatura y el rechazo que, con harta razón, inspira, muestran que el país está harto de soportar a este pájaro bobo y cazurro que lo que tiene de aprovechado, lo tiene de caradura.  

dilluns, 23 de novembre del 2015

La derecha se ve ganadora.


Sigue la lluvia de encuestas y sondeos en una situación de expectativas inquietas, muy volcada al predominio de los audiovisuales. La precampaña está haciéndose prácticamente en la televisión con la consecuencia inevitable de la trivialización de sus contenidos a extremos estomagantes.

La web de sondeos elelectoral.com trae una media de las últimas encuestas que sigue contumaz mostrando el mismo panorama para el 20 de diciembre: mayoría del PP, victoria de la derecha y derrota de la izquierda. A un mes de los comicios. Grosso modo coincidente también con otro sondeo de El periódico de Andalucía, que da 25,02% al PP, 21,67% al PSOE, 20,16 a C's, 16,81 a Podemos y 4,95 a IU. La imagen fija sigue sin modificarse. Y, sin embargo, los datos son sorprendentes. La única explicación que encuentro es que los encuestados, a fuerza de ver televisión, ya moldean su comportamiento a sus dictados más o menos explicitos. La Videodemocracia de Sartori en todo su esplendor.

Sorprendente es que en cabeza aparezca un partido considerado por los jueces como una asociación de malhechores y presidido por un tipo acusado de haber cobrado sobresueldos, de haberse pagado los trajes con cargo a una trama corrupta y de haber incumplido la ley de incompatibilidades; un hombre sin el menor talante democrático,  que miente al Parlamento, se niega a dar cuenta de sus actos, utiliza las instituciones al servicio de sus intereses y se aprovecha de los fondos públicos en su favor y el de sus parientes, mientras los niega a los demás. Un partido corrupto de arriba abajo, muchos de cuyos dirigentes están mezclados en procesos penales, que ha arruinado el país, lo ha esquilmado, lo ha partido y lo ha convertido en el paraíso de fondos de especulación y de los curas. Resulta soprendente que pueda repetir un presidente desprestigiado, sin crédito alguno, con la valoración popular más baja de la historia y que es el hazmerreír de la comunidad internacional. Se trata del voto del franquismo sociológico aún resistente porque el PP no solamente es un partido fundado por un exministro de Franco sino que está plagado de franquistas y neofranquistas y es correspondientemente, reaccionario y nacionalcatólico. Un partido responsable de la mayor involución democrática de la segunda Restauración y el que, gracias a su catalanofobia, más he hecho por la independencia de Cataluña.

Sorprendentemente también, a pesar de la derecha, el PSOE no levanta cabeza. Ha recuperado algo del terreno perdido bajo mandato del reaccionario Rubalcaba, pero no lo bastante para dejar de ser segundón. No ha sido oposición en la legislatura recién acabada. Carece de iniciativa y empuje. Ni a presentar una moción de censura se atrevió su secretario general, cuya falta de energía, de chispa, de interés no se compensa con un febril activismo, un perpetuo peregrinar por las tierras de España, que solo consigue hacer más patente sus clamorosas carencias. Arrastrado por el carro de guerra de la derecha neofranquista frente al llamado reto independentista catalán, ofrece la imagen clásica de un progresismo tradicionalmente claudicante frente al nacionalismo español más anquilosado y prepotente. Su programa es desvaído y falto de crédito. El federalismo que propone no tiene seguidores ni en su seno y sus únicas propuestas claras se formulan en negativo pues consisten en prometer la derogación de las medidas más injustas e impopulares del PP, pero sin gran fuerza de convicción porque en bastantes casos también tendrá que derogar otras que él mismo puso en marcha.

Asombrados tiene a los analistas el fulgurante ascenso de C's. No lo menos por el hecho de tratarse de un partido catalán. Pero catalán/español que aspira a convertirse en español/catalán, contando con dos puntos de ventaja sobre el otro gran partido de la derecha dinástica: no está hundido en la corrupción y promete impedir la escisión catalana con la misma contundencia que el PP o mayor si cabe. Las dos observaciones críticas que se le hacen, esto es, que su financiación no está clara y que sus propuestas son oportunistas, en muchos aspectos retrógradas, inconexas y en buena medida absurdas, no traspasan el escudo de popularidad mediática del líder, cuya capacidad de comunicación está fuera de duda. Es el único político que aprueba y holgadamente en la valoración popular según los barómetros del CIS. Rivera trasmite una imagen de novedad y cambio en mucha mayor medida que Sánchez y lo hace con una promesa de estabilidad y orden que los de Podemos no consiguen igualar. Por eso va en cabeza y mejora sus expectivas día a día. Con C's, el bloque de la derecha prevé alcanzar una mayoría notable y la absoluta en el Parlamento.

También cierta perplejidad producen las intenciones de voto de Podemos. El partido que iba a asaltar los cielos y que, como el hombre que  corrompió a Hadleyburg iba a poner de manifiesto las miserias del satisfecho régimen de la segunda Restauración, se ha quedado estancado en un raquítico cuarto puesto. Por delante va el advenedizo Rivera y a más de diez puntos el odiado adversario del PSOE, al que Podemos venía a jubilar. Su expectativa -alimentada por el éxito de las elecciones europeas de 2014- era muy superior y, por tanto, ese mediocre resultado se ve como un fracaso. Que, además, puede agravarse por cuatro razones: a) la defensa de la autodeterminación de los catalanes tiene mala prensa en el electorado español; b) la superioridad de imagen mediática del líder de C's; c) los conflictos orgánicos internos producidos por sus dos almas, la jerárquica/leninista y la asamblearia/trotskista; d) el oportunismo de un programa que parece hecho con arenas movedizas. Como estrambote añádase que por su voz habla muchas veces el espectro insepulto de IU, como cuando se escucha a Pablo Iglesias igualar en sus diatribas al PP y al PSOE siendo así que, si aún tiene alguna expectativa de acercarse al gobierno solo puede ser en alianza con el PSOE.

No es sorpresa, en cambio, que IU apenas consiga mantener la cabeza por encima de la línea de supervivencia. La sorpresa es que la coalición tapadera del partido comunista decida seguir presentándose en lugar de disolverse como quizá debiera hacer a la vista de su absoluta irrelevancia política.

El panorama a fecha de hoy sigue dibujando un triunfo de las derechas. Solo cuatro posibilidades, no muy disparatadas, podrían alterar este pronóstico: a) se demuestra fehacientemente que Rajoy está de lleno en la Gürtel, con delitos y todo; b) Sánchez deja de revolotear por las agrupaciones y comienza a decir algo que merezca la pena escuchar; c) Rivera mete la pata en alguna declaración de esas que improvisa o se le descubre algo muy dañino; d) los de Podemos, con el líder perdido por los platós y las bases soliviantadas por la falta de democracia asamblearia, se quedan en un porcentaje muy bajo y eso si llegan a las elecciones en estado de revista. En cuanto a IU da igual haga lo que haga: su función seguirá siendo testimonial. Si acaso.