dimecres, 16 d’agost del 2017

Los dineros públicos

Dado lo proceloso de las relaciones políticas y, en especial, las relaciones políticas internacionales, cualquiera entiende que la embajadas son lugares con una gran flexibilidad en el ejercicio de sus competencias. Con vistas en el interés del país que se representa, no es conveniente delimitarlas estrictamente para que puedan ajustarse a situaciones imprevistas. Hay que admitir que las embajadas, órganos políticos, dispongan de discrecionalidad en la interpretación de sus funciones. Pero seguro que entre estas no está la de dar albergue vacacional al ministro de Exteriores y menos poner a su disposición medios públicos (coches, chóferes) para ir de compras, de copas, de cenas o de lo que sea.

Conviene recordar que los dineros que financian estas dedicaciones no proceden de la embajada. Proceden del Estado; o sea, de todos. Somos los contribuyentes quienes financiamos estos dispendios y, en general todos los gastos producidos por la infinita serie de casos de corrupción directa o indirecta, o de abusos de poder, o de uso indebido de los recursos públicos. Los ciudadanos deben entender que, cuando se produce un caso de estos es como si el gobierno les metiera personalmente la mano en el bolsillo.

Con estas autoridades es imposible saber si Dastiz dimitirá o no. Probablemente, no. O quizá se haga como con dos ex-colegas suyos de gabinete, Wert y Soria quienes, pillados en un caso de financiación poco presentable de unas vacaciones con cónyuges, dimitieron al poco tiempo, pretextando otros motivos. 

Insisto, mientras la ciudadanía no entienda que exigir una recta y trasparente gestión de los dineros públicos, y responsabilidades cuando no se hace no solo es un derecho sino un deber, los corrruptos seguirán ganando elecciones.

155, fuera

Llegará el 1/10 y el gobierno seguirá sin saber qué instrumento jurídico puede aplicar para resolver la cuestión catalana porque, aunque él se empeñe, esa "cuestión" no es jurídica, sino política. Y de eso, de política, el gobierno entiende poco.

Cualquier estratega de medios pelos hubiera aconsejado a los gobernantes no prescindir de antemano del 155, dadas las circunstancias. No se gana nada pues el adversario ya ha advertido que no reconocerá ninguna medida represiva española. En cambio se pierde mucho porque, si de verdad see prescinde de él, se da ventaja al adversario y, si no se va a cumplir el propósito, se quedará como embustero o incapaz de mantener una línea fija.

Lo más probable es que la renuncia al 155 se deba a un nuevo y maquiavélico plan ideado por el think pan en torno a la vicepresidenta del gobierno, luminaria de la caverna y que funcionará tan bien como los anteriores.

La perversión del arte

Visita obligada a la magnífica exposición del Reina Sofía sobre Piedad y terror en Picasso. Aprovechando el 80º aniversario del bombardeo de Gernika, la exposición aporta una inmensa cantidad de contexto a la explosión de esa genialidad que el Museo exhibe todo el año: recuerdos de todo tipo, vídeos (solo la panorámica de O'Flaherty sobre el Geernika merece la pena por sí misma y son cuatro o cinco minutos), citas de Picasso y muchos otros, amplísima información sobre la exposición universal de París en la que la pintura se exhibió, bocetos, apuntes, otros cuadros del autor y de contemporáneos, esculturas.

Es una exposición didáctica, orientada, según se ve en los textos del comisariado, a sustentar una idea: que Picasso, un hombre con un interior violento y hasta brutal (según él mismo reconocía) venía preparándose, por así decirlo, para plasmar ese torrente como un retablo eterno de la crueldad, la maldad. El encargo con motivo del bombardeo fue una ocasión única. Es posible.

Lo que sí puede decirse es que, en un mismo momento (pues Picasso se puso a trabajar en el cuadro, al día siguiente del crimen, a la vista de las fotografías) se realizaron dos actos: uno, un bombardeo inhumano, con alevosía, ordenado por un general perjuro alzado en armas (ajenas) contra el gobierno legítimo de su país, sobre población civil indefensa. Otro, una obra de arte que perpetúa esa masacre de forma directa y, al tiempo, la condena. Sin bombardeo, no habría habido Gernika. El arte nace en la guerra, contra ella. Dentro de cien o doscientos años, todo el mundo sabrá quién fue Picasso, pero no quién fue Franco, a no ser que se informe sobre el Gernika

El cuadro está pintado en blanco y negro, blanco alternando con el negro, experiencia directa de la vacilación de la luz durante los bombardeos. El blanco y negro, casi como grisalla, revela la tragedia y el clasicismo de la obra.

dimarts, 15 d’agost del 2017

¡Que vienen los radicales!

La sintonía entre El País y el gobierno es admirable. Un par de días después de que Rajoy aconsejara a los indepes catalanes que se separen de los radicales, el que fuera diario de referencia de la izquierda titula que "la CUP se hace con el control del proceso soberanista." Como sabe todo el mundo, CUP es sinónimo de radical. Al grano: los radicales se hacen con el control, etc. No es sintonía; es coincidencia. La finalidad: vencer el independentismo dividiéndolo. Eso de dividir al adversario se le da muy bien a la derecha cuando se enfrenta a la izquierda, a la que manipula. Está por ver si también lo consigue con los indepes.

Carece de imprtancia si el anuncio de El País es verdadero o no. Extraer de los últimos acontecimientos relacionados con la CUP (el autobús, el cartel de Barrámoslos con la figura de Mas y el juego del escondite con las 8.000 urnas) la conclusión de que los "antisistema" controlan el proceso indepe es un salto en el vacío colgado de la liana de la manipulación. Y, si se hace sinceramente, muestra un grado alarmante de incapacidad analítica.

La CUP es una organización antisistema radical. Es más cosas, desde luego y muy interesantes, pero, a los efectos aquí, es antisistema y radical. Y también es independentista, siendo el independentismo, según reiteradas manifestaciones orgánicas, la prioridad táctica absoluta. La CUP apoya el gobierno de JxS en el punto concreto de la independencia, tanto en sus aspectos directos como indirectos. Pero en nada más. En el resto, es una organización autónoma y toma sus decisiones que, a veces, causarán problemas al gobierno de JxS. Es lógico y está en su derecho.

La esperanza del sector gubernamental y periodístico es que esos rifirrafes en el independentismo lleven a un enfrentamiento entre los "burgueses" y los "radicales" que dé al traste con la hoja de ruta bien porque los "radicales" impongan una ruptura por intransigencia o porque los "burgueses" la fuercen pretextando esa misma intransigencia. La esperanza viene añadida del recuerdo de que la CUP solo tiene diez diputados pero son imprescindibles para la mayoría absoluta indepe. Una situación en verdad compleja con cierta carga moral por ambas partes.

Evidentemente, una ruptura sería el fracaso de la hoja de ruta y, en el caso de que se cargara a cuenta de la CUP (los "radicales" de la derecha) demostraría que en aquella, al final, habría prevalecido el criterio de la revolución social antes que la revolución nacional, en contra de lo que hasta entonces habían afirmado. Se había llegado a esta conclusión obvia al ver que, si no tienes un Estado, es inútil que pienses en la revolución social. Si lo tienes quizá tampoco; pero, si no lo tienes, despídete. 

Y es que, efectivamente, la CUP mantiene su criterio original: primero lo nacional y luego, lo social. ¿La prueba? Que se ha aplazado la petición de dimisión del conseller que denunció el asalto al autobús al día dos de octubre. Así que, malas noticias para las esperanzas de las derechas: de enfrentamiento, nada. De ruptura del frente indepe, menos. El pacto llega hasta el 1º de octubre. Pero llega. Es incomprensible que los analistas no lo vean. La CUP no controla nada. Los de JxS, tampoco, aunque tengan más margen institucional de maniobra. En realidad, el llamado proceso no lo controla nadie en concreto, sino el apoyo activo de una mayoría social. La Generalitat está sostenida, animada, impulsada, asistida, acicateada por una sociedad civil muy activa, por los sectores profesionales, empresariales, mediáticos, educativos, religiosos, etc. Es un movimiento de masas. Los del 3% u ocultación del 3% parecen pasar por alto el 97% restante. 

Y, como tal movimiento de masas espontáneas y articuladas en muchas formas de organización que se entrecruzan, nadie controla nada. Hay un control generalizado difuso que tienen asumido todos las participantes. Y todas quiere decir todos: el movimiento es democrático y pacífico. 

El próximo día de control difuso, previo a la fecha del 1/10, es el once de septiembre, la Diada. Parada y revista de las fuerzas del referéndum.

dilluns, 14 d’agost del 2017

Desde mi más profundo desprecio

(Me dicen que este artículo de Palinuro, publicado el 4 de febrero de 2016, hace año y medio, está haciéndose viral en Twitter, aunque no siempre figura el nombre del autor. No por hacerlo constar -que, en el fondo, tanto me da- sino por facilitar su correcta difusión, lo reproduzco aquí. El contexto: tras las elecciones de diciembre de 2015, Rajoy, sin mayoría absoluta, no formó gobierno; dejó paso a Pedro Sánchez, quien no pudo ser investido por el voto contrario del PP y Podemos juntos en lo que quizá sea la decisión más estúpida de la formación morada; y ha tenido muchas. La decisión que obligó a las elecciones de julio de 2016 que nos han traído a la infumable actual en la que el país está gobernado por gente indescriptible que ya no da ni vergüenza)


Parece que, por fin, se van ustedes. Usted, aferrado a la poltrona como una garrapata, resistiéndose con todas sus fuerzas y dispuesto a que el país se hunda antes que abandonar su puesto en La Moncloa, en el que no ha hecho usted más que daño a la inmensa mayoría de los españoles. Mentiroso, altivo, autoritario y servil con los de arriba, presunto corrupto y amparador de corruptos y ladrones, falso, inculto, vulgar y pretencioso, realmente es usted una vergüenza para cualquier país civilizado. Y la banda de ladrones a la que llama usted partido, cortada a su imagen y semejanza. O al revés, tanto da.

No han dejado ustedes un euro público sin metérselo en el bolsillo; han robado en prácticamente todos los cargos públicos que han ejercido. No hay más que ver Valencia. Han malversado, despilfarrado o simplemente trincado en todas las actividades de la administración pública, en las adjudicaciones, licitaciones, contratas, concesiones y subvenciones. Se han apropiado dineros públicos de todas partes, desde las instituciones más solemnes a los colegios de niños y los programas de solidaridad internacional, desde las dotaciones de infraestructuras hasta las contratas de suministros a los hospitales. No es que carezcan ustedes del mínimo sentido de la ley moral kantiana; es que son ustedes una banda de granujas.

Constituyó usted desde el pincipio un gobierno de analfabetos, imbéciles, psicópatas, corruptos, meapilas, cínicos sin escrúpulos, ultrarreaccionarios, aprovechados e inútiles, todos, claro está, muy atentos a lo que pudieran afanar y cómo podían amargar la vida a la gente despojándola de todo. Han provocado ustedes una involución democrática única, según sus cánones neofranquistas. Han reprimido los derechos y libertades, suprimido la democracia en los espacios públicos. Han esclavizado a los trabajadores, empobrecido a la gente y obligádola a emigrar,  aumentado la cantidad de parados sin prestación, robado a los pensionistas, privado de ayudas a los dependientes y esquilmado el erario

Han corrompido el Estado de abajo arriba, han llenado la administración de funcionarios venales, parientes, enchufados, deudos, allegados o simples pelotas; han destruido la objetividad de los medios de comunicación públicos, empleados sistemáticamente como aparatos de agit/prop, de ese fascismo "amable" y sonriente que los caracteriza y que llaman ustedes "liberalismo"; tienen periodistas-provocadores directamente a sueldo de ls grandes empresas como el Corte Inglés (y a saber cuántas más), engañando a toda la ciudadanía, verdaderos esbirros como la colección de sinvergüenzas que según parece han cobrado sobresueldos o han estafado en Valencia, Galicia, Madrid, etc.

Y han destruido ustedes el país por su infinita codicia, mezclada con su incompetencia e irreductible estupidez. Los catalanes se van y hacen bien porque nadie con un ápice de dignidad puede soportar estar gobernado por un hatajo de sinvergüenzas, corruptos y ladrones.

Un desastre que durará muchos, muchos años y el principal responsable es usted, el de los sobresueldos. Váyanse ya rodeados todos del oprobio, el ludibrio y el desprecio de sus conciudadanos. Pasen antes por caja, devuelvan lo afanado y preséntense al juez.

Entrevista a Palinuro en ara.cat

Es una entrevista breve sobre las cuestiones "candentes" del momento, enfocada hacia la actitud de los intelectuales. Para más información es recomendable el artículo de Dani Sánchez Ugart en el mismo periódico, titulado Els intel.lectuals espanyols donen l'esquena a l'1-0 en el que se pregunta a algunos más del oficio y pro-referéndum, como Suso de Toro, Jaime Pastor o Sánchez Cuenca, aunque de este último no tengo tan claro hasta dónde llega su apoyo. Lo que más me ha interesado ha sido la justificación de la censura de los defensores del independentismo en los medios madrileños, a cargo de Pablo Smón, intelectual de Podemos: “Si existeix" (la censura, la espiral del silencio en Madrid, se entiende) és en la tria dels col·laboradors, però cal tenir en compte que per tenir tertúlies plurals a tot l’Estat, amb la correlació de forces actual, la defensa de l’1-O ha de ser minoritària”. Da algo de vergüenza responder a un razonamiento tan capcioso; por eso lo haré escuetamente, al estilo Rufian:

1.- No es minoritaria. Es inexistente. 
2.- No es censura. Es mordaza.
3.- ¿Tertulias políticas plurales en todo el Estado? ¿Desde Madrid?
4.- Madrid ¿es el Estado? Sí. Es su cabeza mediática, que razona en tertulias.
5.- Y el corazón de la nación, cuya existencia está en disputa allí donde la minoría es mayoría.
6.- En Madrid/Estado la mayoría monopoliza la voz; la minoría, el silencio.
7.- En Cataluña, la mayoría tiene voz potente; la minoría, también.

Bueno, en todo caso, además de la entrevista a Palinuro podía ayer leerse otra estupenda a Suso de Toro  en elnacional.cat, en la que dice que "Tras el referéndum, el interlocutor será Angela Merkel".

El texto de la mía, a continuación:

Per què hi ha tan poc suport entre els intel·lectuals a l’1-O?
El dret a decidir és inqüestionable, i el subscriuen a favor del Sàhara o el Tibet. Però quan es posa en un terreny que els toca directament, desapareix per la falta de valentia, perquè els mitjans on escriuen els traurien les columnes, però sobretot perquè veuen que es queden sense país. Són més espanyols i nacionalistes que els espanyols i els intel·lectuals estrangers. No els agrada la idea. No poden admetre el dret a decidir d’una part del que consideren Espanya perquè precisament la consideren Espanya. Però això significa subscriure la posició dels de sempre i aleshores els d’esquerres callen. Estan literalment amagats.

S’escuden en els valors de la legalitat per sobre de la democràcia.
Entenc que hi ha algunes persones que raonin d’aquesta manera, però em costaria molt qualificar-los d’intel·lectuals. Entenc que els comissaris i el govern brandin la legalitat com al paleolític brandaven l’arma, però un intel·lectual no ho pot permetre, perquè qualsevol entén que la legalitat és un assumpte de conveniència. ¿O és que existeix una legalitat que es pugui invocar per sobre de la voluntat de la gent?

També hi ha l’argument de la corrupció: que el Procés vol tapar les vergonyes del PDECat.
És un argument tàctic d’aquests demagogs de fireta. Existeix el discurs, fins i tot revestit per capes acadèmiques, que titlla el nacionalisme de burgès i elitista. Però les societats, igual que els individus, canvien i el que estem veient aquí és que aquest discurs de classe s’ha trencat. L’independentisme ara és interclassista i transversal. La prova és que són capaces d’acció política conjunta forces que no tenen res a veure com el PDECat i la CUP.

¿I això quin impacte té en la política? ¿Sense referents ideològics, els partits no poden virar cap a la defensa del dret a decidir?
La distinció que vens a fer entre polítics practicants i referents intel·lectuals no està tan clara. Molts dels polítics practicants presumeixen d’intel·lectuals. Fet aquest incís, la causa i l’efecte es donen al mateix temps. L’acció és dialèctica i la causa i l’efecte van rodats. Sobre l’opinió pública, tampoc està tan clar. A l’últim CIS, la independència té una preocupació de la gent del 2,6%, és a dir, a la gent li importa un rave. Té dues lectures: que no hi estan en contra o que estan tan segurs que al final els tancs entraran per la Diagonal que tant els fa.

¿I el paper dels mitjans, parlant sempre del referèndum il·legal, acaba d’acorralar la dissidència?
Es crea un clima d’opinió. L’espiral del silenci s’invoca per definir el que està passant a Catalunya, però és a Madrid. Si hi ha un sector social procliu a acovardir-se són els intel·lectuals. Això entronca amb la tradició de la cultura política del franquisme i s’arrossega des d’aleshores.

diumenge, 13 d’agost del 2017

El caso de las urnas evanescentes

Si lo dicen las de la CUP será cierto. Desde el momento en que esas urnas no han sido adquiridas con cargo al presupuesto de la Generalitat, sometido a continuo y severo control del ministerio de Hacienda, es razonable pensar que hayan sido donadas o prestadas, por ejemplo, por algún magnate catalán independentista. Eso o pensar que se hayan materializado de modo milagroso, como el maná del pueblo elegido o la lluvia, fenómeno maravilloso e inexplicable, según Rajoy.

En todo caso, tener ocho mil urnas en sí mismo no es ilegal. Puede tratarse de un coleccionista o de alguien que haya comprado los restos de una empresa de fabricación de urnas en quiebra. Lo curioso es que, al fin y al cabo, esconder 8.000 urnas no debe de ser sencillo. He aquí un interesante trabajo de pesquisa de la seguridad del Estado con finalidad preventiva, pues se supone que las urnas servirán para cometer un delito, el de votar. También de interés periodístico: a ver quién da con las urnas. Vehí ya avisa de que no puede revelar sus fuentes.

Incidentalmente, el cartel que lucen las diputadas de la CUP, Gabriel y Vehí, está fuertemente inspirado en el de Cheremnykh y Viktor Deni, en 1920, titulado El camarada Lenin barre la suciedad de la tierra. Estética bolchevique actualizada en clave feminista. Lenin sustituido por una catalana. La escoba es la misma. La dona no barre el globo terráqueo sino solo els països catalans. Pero, si reduce la barrida, multiplica lo barrido: aparte de los reyes y curas de rigor, aquí se amontonan financieros, políticos, toreros, personajes de la casa real en abundancia. Hace gracia el cartel. Lo que no me parece justo es que figure Artur Mas. No está bien cebarse en el contrincante (justa o injustamente) vencido. Indica ensañamiento.

No solo son evanescentes las urnas, también lo son los proyectos de ley. Estaba previsto que el miércoles, 16 se presentara  al pleno el de la Ley del Referéndum, que el gobierno tiene previsto recurrir al Tribunal Constitucional antes de que se seque la tinta o se coloque el último bit. Pero no figura en el orden del día ya distribuido. La oposición y el gobierno se quedan sin contrincante. Claro que tampoco pueden confiarse porque el proyecto puede ser introducido en el último momento por ese artículo que el TC se dejó coleando.

¿No da la impresión de que la Generalitat está jugando con el gobierno? Salvando las distancias está aplicando una guerra de guerrillas. La famosa distinción de Gramsci entre guerra de maniobras y guerra de posiciones se dejaba fuera la guerra de guerrillas, tan esencialmente hispánica. Tanto es así que está admitida en muchas lenguas, aunque con una sola erre, "guerilla". Aparecen de pronto las urnas y todas las baterías de la posición y las maniobras se centran en ellas. Pero las urnas desaparecen. Como los proyectos de ley.  Y otra vez a esperar

¿Y qué decir del censo? ¿Y qué de la idea de reclutar voluntarios para el proceso? Otra especie de censo de juramentados, pues quien no esté inscrito no podrá después participar en los trabajos de la votación y el escrutinio. 

A la hora de calibrar quién está al mando en La Moncloa frente a la continua iniciativa catalana en todas partes y en ninguna tranquiliza mucho escuchar a Rajoy admitiendo que Cataluña es el extranjero. Deja bastante claro lo que este hombre tiene en la cabeza.

dissabte, 12 d’agost del 2017

Ecos del pasado

Se oyen de nuevo las diatribas en el interior de IU, las acusaciones y contraacusaciones; la trifulca. Traen el recuerdo de agrias disputas del pasado y no tan del pasado. Este clima de enfrentamientos, recriminaciones, escisiones y expulsiones es inherente a IU en la medida en que esta prolonga un proyecto esencialmente comunista. Ello no implica que el comunismo sea una ideología intrínsecamente fraccionalista, pero sí que, como demuestra la historia, nació de una escisión y vive en el enfrentamiento interno y la discordia perpetuos. Tanto en España como en el mundo.

Cuando comenzó la aventura de Podemos, hace ya unos años, Palinuro sostenía que el movimiento, en su intención de “sorpasar” al PSOE, empezaría funcionando como un sifón sobre la izquierda llamada transformadora y su adalid, IU. También que la absorción de IU tendría sus peligros; el más evidente que la organización fagocitada, por así decirlo, acabara imponiéndose. Algo de eso debió de pensar el millón de votantes que les negó la confianza en las elecciones de julio de 2016.

Bien a la vista está en este nuevo enfrentamiento entre IU y el recién nacido Actúa. Viejos efluvios de la tradición comunista. No están los tiempos para anatemas y purgas, pero la virulenta reacción de la jefatura de IU muestra que el espíritu detrás de las formas más abiertas y razonadas, es el mismo. Y con el mismo origen. Se ve en el artículo de Alberto Garzón, titulado nada menos que "Llamazares y la honestidad política" en que ventila su querella con Llamazares invocando los intereses de IU y del PCE, ese partido que solo aparece para defender su derecho a existir. 

No sé si Llamazares hace bien o mal. No creo falten razones en uno u otro sentido sobre decisiones personales de exclusiva responsabilidad de quien las toma. Lo que me llama la atención es que la izquierda española esté entretenida en estos aburridos asuntos en los que es imposible discernir lo personal de lo ideológico y hasta de lo neurótico. En una parte del Estado se dirime una cuestión de calado constitucional, revolucionario, incluso, y la izquierda está ausente. El PSOE, por descontado y los otros, entretenidos en sus quisicosas. 

Y cuando deciden enterarse, empeoran la situación. Lo acaba de hacer Pablo Echenique con un artículo preguntando "¿Por qué Rufián no quiere que echemos a Rajoy?" con la consabida respuesta del cuanto peor, mejor y en el que, en realidad, muestra no entender gran cosa del proceso catalán. En el fondo, el artículo es un intento de justificar por qué los de Podemos se oponen a un referéndum al que se opone el gobierno al que ellos se oponen. En todo caso, la intención es clara: los indepes deben aplazar su justísima petición de referéndum al momento en que un impreciso cambio en España les permita realizarlo. 

El argumento tiene un defecto de raíz porque si el referéndum que piden los indepes se realizará cuando haya un cambio, ¿por qué no empezar el cambio precisamente realizando el referéndum? Porque hay una diferencia enorme entre las respectivas ideas que Podemos y los indepes se hacen de su horizonte nacional. Por si acaso esto no quedara claro, puede verse con todo detalle en la respuesta de Gabriel Rufian a Echenique enumerando trece razones.

Cuando la izquierda española quiera entender qué ha pasado en Cataluña, ya habrá pasado. 

Quizá sea esa la mejor forma de entender algo: en la distancia.

divendres, 11 d’agost del 2017

La constelación de la izquierda

Hay una convicción generalizada de que en las competiciones electorales, la opción que se presenta unida gana y pierde la que se presenta fraccionada. Es una convicción que comparte la izquierda a pies juntilla razón por la cual está siempre clamando por la unidad… al tiempo que se fractura. Pues son dos opciones básicamente, la derecha y la izquierda, que se habían materializado en la hegemonía de los dos grandes partidos dinásticos. El PP hegemonizaba la derecha y el PSOE la izquierda, con la excepción del pequeño porcentaje de irredentos de IU, herederos de los viejos comunistas. Por eso, el bipartidismo fue siempre un bipartidismo imperfecto.

Y no solo imperfecto, sino con tendencia a la perpetuación. Al fin y al cabo quienes recientemente desafiaron el bipartidismo, los de Podemos, bien claramente decían que iban al sorpasso, esto es, a la aniquilación del PSOE a fin de llevar ellos la hegemonía de la izquierda y continuar con el bipartidismo. Fue necesario rechazar un gobierno de coalición con PSOE y C’s, ir a unas segundas elecciones en alianza con IU y perder un millón de votos, para que empezara a vislumbrarse el enésimo triste fracaso de este empeño de revitalizar el comunismo o algo que se le parezca.

El resurgimiento del PSOE tras las primarias tiene un significado poco comentado que explica cómo se ha producido ese ritorna vincitore de Sánchez. Se ve considerando el resultado de las primarias como un proceso de regeneración del partido. La contundente victoria de Sánchez no lo fue sobre una contrincante personal sino sobre una forma de entender y hacer la política y, por supuesto el propio PSOE. La derrota lo fue de un PSOE entendido como una especie de PRI andaluz, adornado con todo tipo de prácticas clientelares y caciquiles.

El beneficio para Sánchez es que él aparece ahora liderando un PSOE regenerado, al margen de aquellas prácticas, recupera el crédito y ocupa la centralidad política. Al respecto el empecinamiento de la dirección del PSOE-A y de Susana Díaz en concreto de constituir en “oposición interna” en el partido trae agua al molino de Sánchez, pues le permite marcar distancias con un modelo de gobierno y partido que no solamente no ha dado los resultados previstos en 40 años de gestión, sino que se encuentra procesalmente acogotado.

La recuperación del PSOE y la conflictiva realidad de Podemos están provocando movimientos en la izquierda que, no por ser esperables, suscitarán menor controversia. El obvio, el partido Actúa, promovido por Llamazares, Garzón, Mayor Zaragoza y así hasta doscientas personalidades que buscan un acomodo para dar cumplimiento a aquello que piden a los demás, actuar; pero ya avisan de que solo lo harán (esto es, solo se presentarán a las elecciones) en coalición con otras fuerzas de la izquierda.

En cualquier universo hay soles, planetas, satélites, asteroides, estrellas, enanas blancas, agujeros negros, etc. En el político, también. Este partido tiene un aspecto insólito, pues parece una constelación de soles. Personalidades a las que suele llamarse “referentes” de la izquierda pero que no militan en partido alguno ni tienen seguidores en cantidades apreciables. Por eso han constituido su partido, con ánimo de integrarse en una formación más sólida y amplia que, a todas luces, solo puede ser el PSOE.

La inscripción del partido es para tener algo que poner sobre la mesa a la hora de negociar posiciones en las listas electorales que, en el fondo, es de lo que se trata. Estos referentes de la izquierda descubren que tienen escasa audiencia por sí mismos. Necesitan la caja de resonancia de las instituciones. Y a las instituciones solo se llega a través de los partidos. De ahí que la negociación sea vital porque, si no se logran posiciones de primera y se aceptan puestos de diputados del montón, no tendrán visibilidad En la negociación se ofrecen nombres que traigan votos a cambio de puestos que traigan nombre.

Digo que el PSOE es el partido más probable de estos navegantes solitarios porque la reacción de IU al movimiento del partido de los actores, a cargo de Antonio Maillo, coordinador general de Andalucía de IU, ha sido la esperable. Rayos y centellas contra un excoordinador desleal y felón cuyo objetivo, aparte de pasarse al PSOE sin más, es destruir IU, cosa que no podrá, afirma muy enfadado el diputado andaluz.

Las deslealtades anteriores que suelen siempre mencionarse como rol de la felonía son casos como los de Rosa Aguilar, López Garrido, Antonio Gutiérrez, Cristina Almeida, etc., a quienes se achaca una línea común en su táctica de paso al PSOE en dos tiempos. Se aglutinan primero en una organización-pasarela para integrarse después en el partido, con algo más de gallardía, piensan ellos, que si hicieran fichajes personalizados.

La Izquierda Abierta de Llamazares tenía esta función. Al no integrarse él por esos pruritos típicos de la izquierda, ha acabado fundando un segundo trampolín, lo que de inmediato le ha valido las iras de IU en donde lo consideran un fementido traidor. Si pudieran, lo excomulgarían. La izquierda tiene la manía de personalizarlo y dramatizarlo todo y, por tanto, de ridiculizarlo.

Y no merece la pena recordar el otro escollo en el que las izquierdas españolas (y, en buena medida, las catalanas) se enredan y enzarzan sin encontrar la salida: Cataluña. Todo el sistema político que la izquierda española ha acabado aceptando más o menos críticamente como legítimo se viene abajo si Cataluña se independiza. 

dijous, 10 d’agost del 2017

Sentido común y sensatez

Es el lema invariable de Rajoy en lo que le interesa. Los demás son siempre unos insensatos, faltos de sentido común y sobrados de ocurrencias. La sensatez y el sentido común son su patrimonio. Basta con ver la increíble saga de la corrupción bajo su gobierno. Puro sentido común. En donde todos roban, lo sensato es robar. Sensatez y sentido común pide el presidente en Cataluña. Nadie le ha sugerido mentar el socorrido seny con el que es fama se derriten los corazones catalanes. A lo mejor no sabe pronunciarlo.

“Sentido común y sensatez". Los dos pilares sobre los que se alzará la nueva Cataluña española, rescatada de los radicales. Los grandes momentos piden estos sublimes binomios: “Orden y progreso”, “electricidad y soviets”, “Patria o muerte”, “tierra y libertad”. Lo de Rajoy es más burgués, más pantouflard. Nada de aventuras. Su alegato no va solamente contra la independencia de Cataluña (hipótesis que se niega a mencionar, como el nombre de Bárcenas) sino contra la realización del referéndum. 

Referéndum e independencia son momentos distintos. Puede haber referéndum y el resultado ser “no” a la independencia. Por supuesto, desde un punto de vista trascendental, aunque salga “no”, la independencia habrá ganado porque la celebración misma del referéndum es un acto de soberanía y bajo fuego enemigo. Pero habrá salido “no” y se abrirá una nueva incertidumbre en el contexto de unas elecciones.

Por eso, el problema no está en la independencia, sino en el referéndum, en el derecho a decidir o derecho de autodeterminación, sea cual sea el resultado. Eso es lo que Rajoy ha dicho al Rey para tranquilizarlo: que el referéndum no va a celebrarse. No sé si antes o después de que el Monarca perdiera su propia copa en una competición de veleros a manos de un catalán. Un pontífice romano lo interpretaría como un mal augurio. No habrá referéndum porque así lo mandan la sensatez y el sentido común.

En Cataluña el llamado al sentido común se hace pensando en los viejos dorados tiempos de Convergència i Unió, dos fantasmas del pasado. Pero a cambio pueden comprárselo los Comunes, que ya llevan un título medio apropiado. Las recientes declaraciones de Ada Colau negando ser o haber sido nunca independentista han provocado encendidas iras y mucha frustración entre los indepes. Pero hay un punto de ingenuidad o fanatismo en ello. Colau nunca se ha declarado independentista claramente, que yo sepa. El asunto no es nuevo. Otra cosa es que haya jugado a la ambigüedad y su formación, ahora los Comunes, también lo haya hecho o lo haya parecido pues entre ellos hay indepes y no indepes. Colau se cuenta entre los del “no”. Correcto e irreprochable. Está en su derecho.

Pero, ya lo hemos dicho, la cuestión no es la independencia, sino el referéndum, el derecho de autodeterminación. Ese sí es un compromiso expreso de los Comunes y de la alcaldesa. El sentido común que Rajoy quiere de los Comunes es que se opongan a todo referéndum. Dado que, en principio hay dos, el pactado y el no pactado, sería de ley que los Comunes aclararan si apoyan los dos o uno y cuál. Para que no haya ambigüedad. Al fin y el cabo, el lío que tienen montado los de Podemos con Albano Dante Fachín atañe a esta ambigüedad. La dirección nacional quiere que Podem se integre en los Comunes en especial en la cuestión del referéndum. Referéndum sí, pero pactado; no al no pactado. Dante Fachín sostiene que deben apoyarse los dos, ganándose así un furioso rapapolvo de sus instancias superiores, parecido a la “autocrítica” que la jefatura soviética hacía a los disidentes, antes de pasar a métodos más expeditivos. 

Y en el ínterin, la hoja de ruta sigue su marcha en una situación abierta en la que todas las hipótesis son plausibles y nadie sabe qué pueda pasar. En esta situación de calma agosteña, como siempre, el independentismo lleva la iniciativa política y del Estado solo cabe esperar medidas reactivas. ¿Qué haría cualquier estratega ante un enemigo a la defensiva? Obviamente, seguir atacando lo imprescindible y destinar recursos a fortalecer la propia posición, la retaguardia y el apoyo logístico. Aplicarse el viejo proverbio árabe: “primero ata tu camello y luego confía en Alá”. Porque, antes del temido “choque de trenes”, hay una prueba de fuerza de gran importancia mediática y simbólica, el 11 de septiembre. Ahí es donde el independentismo se volcará porque la Diada será la víspera del Referéndum, cuando se vislumbra finalmente la realización del “donec perficiam”.

Así lo viven los dirigentes independentistas y quienes los apoyan, como una ocasión histórica en sus vidas. El discurso del "sentido común y la sensatez” demuestra que el presidente no entiende nada de la situación en que se encuentra. Siendo el encargado, por voluntad propia, de encontrar una solución.

dimecres, 9 d’agost del 2017

La vorágine

Claro, es lo más lógico. Un plan B y un plan C y D y E, y así. Sería un irresponsable quien, en una situación de incertidumbre no previera respuestas a cuantas eventualidades se le ocurrieran. Pero al tiempo interesa negarlo por no dar muestras de debilidad. Decir que no hay plan B forma parte del plan A: referéndum sí o sí.Y que no haya vacilaciones. Pero, aunque no haya ninguna, la eventualidad de que el gobierno aborte el referéndum no puede descartarse y para ella habrá diversas propuestas. Una de ellas podría ser la que anuncia El confidencial de elecciones anticipadas de carácter plebiscitario con lista única de indepes. Seguramente habrá otras y otros planes, incluso una DUI. Dependerá de la forma en que el gobierno haya abortado el referéndum, si lo consigue. 

Así que plan A: referéndum a toda costa. Adelantando acontecimientos, Turull dice que el Parlament no acatará la suspensión de la Ley del Referéndum. Aunque muchos se hagan de nuevas, la doctrina no es de ahora. Hace meses que la Generalitat viene advirtiendo de que no acatará la suspensión de la autonomía.

La desproporción de fuerzas a favor de David contra Goliat es clamorosa: un movimiento independentista con fuerte arraigo social transversal (nunca visto hasta ahora) con el gobierno y mayoría absoluta parlamentaria, con un mandato específico y voluntad política de cumplirlo. Frente a ello, Goliat es un Estado desvencijado con un gobierno desprestigiado por la corrupción, en minoría parlamentaria, con un apoyo social exiguo, sin iniciativa política y una oposición fragmentada, formando un sistema político en crisis sin proyecto político alguno para el país.

El coste de impedir el referéndum crece por momentos. El pobre Goliat puede acabar convertido en Sansón: al impedir el referéndum destruirá el templo de los filisteos que le caerá sobre la cabeza.

Lucha en la lucha

Los enfrentamientos son crónicos en esa izquierda que gusta de verse como la izquierda de la izquierda. Está en la tradición comunista, viene de las infinitas peripecias de IU, hoy incómodamente adherida a Podemos bajo el nombre de Unidos Podemos. En la mayoría de los casos son conflictos de base personalista, más o menos disfrazados de controversias teóricas, diferencias tácticas, desacuerdos estratégicos y envueltos en palabrería sobre democracia, trasparencia, militancia, lealtad. En el conflicto actual se exhiben discrepancias por así decirlo "nacionales", pero en Castilla La Mancha son autonómicas. 

Siempre hay alguna razón para la fragmentación, habitualmente ideológica.Y no es cosa de entretenerse averiguando el fondo de las discusiones, generalmente brumoso. Solo de señalar la lamentable imagen que UP proyecta como un mosaico de desavenencias, una especie de nave de los locos, cosa que el electorado castiga retirando el voto.

Y no es solo propio de Podemos. Como ejemplar caso práctico, ahí está ese nuevo flamante partido de la izquierda, animado por Garzón y Llamazares, con el apoyo de doscientas personalidades, probablemente más que militantes. Actúa, el nombre del partido, está ya inscrito en el correspondiente registro del ministerio del Interior, si bien aclara que nace sin voluntad electoral. Un partido político que no se presenta a elecciones de cuyos resultados depende la financiación pública tendrá que sostenerse con sus propios recursos y no es aventurado augurarle corta y anodina vida.

dimarts, 8 d’agost del 2017

Hombres de Estado

Como en el Rinoceronte, de Ionesco, Cataluña se ha apoderado de la obra teatral. Los personajes se han puesto enfáticos. Tras despachar con el Rey, Rajoy, expresando sin duda el ánimo real, ha dicho que el consenso sobre Cataluña es una "prioridad inexcusable". Lenguaje contundente, digno de considerar en quien hasta hace poco, negaba que en Cataluña pasara algo más que una "algarabía". Por fin parece que los gobernantes españoles reconocen la realidad y la llaman por su nombre. Quieren estar a la altura de una crisis constitucional de envegadura, de un problema de Estado. Quieren ser estadistas.

El hecho de que, como primera medida para afrontar esa "prioridad inexcusable", se proponga no hacer nada forma parte de la idiosincrasia del personaje, el del "sentido común" y la "previsibilidad". Pero no empece la voluntad de formar  un frente patrio contando con el PSOE, C's y "otras fuerzas políticas" para hacer frente al "reto secesionista", la "prioridad inexcusable" repentina por la que claman todos los actores en el escenario, todos convertidos en rinocerontes.

Ese apasionado drama de la esencia nacional, sin embargo, se escenifica frente a un público más bien apático e indiferente, cuyas máximas preocupaciones son el paro (70,6) y la corrupción (45,3). Sin duda, la independencia de Cataluña mueve pasiones en las redes (como entre los gobernantes), pero en las inquietudes de la gente se le concede un supermodesto 2,6. Y esos puntos deben de ser todos de Cataluña, donde la independencia tiene muy movilizada a la población. En España, no. Sí a los gobernantes y la clase política en general; no a la población. Esto tiene varias lecturas y no necesariamente coincidentes.

La coletilla de "otras fuerzas políticas" en la declaración veraniega de Rajoy carece de significado y sirve solo para ocultar que el gobierno no cuenta con Podemos en una acción conjunta frente a Cataluña. Justo eso plantea una grave escisión en el seno de la izquierda. El PSOE no puede validar la exclusión de Podemos. Propone una subcomisión ad hoc en el Congreso para estudiar la reforma de la Constitución (CE) en la que obviamente, estaría Podemos y, supongo, los indepes catalanes. No va a cambiarla por un contubernio extraparlamentario que excluya a esas "otras fuerzas políticas".

El dolce far niente con que Rajoy se apresta a enfrentarse a la "prioridad inexcusble" terminará el 2 de octubre, cuando él y los suyos, ya en "otra situación" (que vaya usted a saber cuál es), tomarán las medidas que haya que tomar. Esa es la propuesta, en el habitual tono de ordeno y mando que no parece aceptable para las izquierdas. Pero ellas decidirán. El 2 de octubre promete ser fecha notable pues el PDeCat ha anunciado ya su voluntad de votar a favor de una moción de censura a Rajoy para formar un gobierno cuya tarea fuera gestionar el resultado del referéndum. Todas las propuestas van al PSOE, partido de la oposición. Sería conveniente que estuviera a la altura de las circunstancias, con una visión acorde a nuestros tiempos; no a los de Franco.

La actitud del PP, claramente expuesta por su presidente y presidente del gobierno, a las puertas del palacio dee Marivent, es de negatividad y bloqueo. No quiere que se cambie nada. No quiere reforma de la Constitución (eso es algo que se reserva para él y el PSOE cuando a ambos les interese) y, en caso de admitirla, será tras previa especificación de los asuntos y aspectos que se quieran reformar. Es decir, se arroga una especie de veto en el Congreso que, además, se amplía en el Senado, segundo frente de la derecha para torpedear todo intento de reforma de la situación catalana. Se ampara para ello en una Constitución empleada como arma de partido al servicio de un tercio de la población española y de una décima parte de la catalana.

En España sigue sin haber estadistas.

dilluns, 7 d’agost del 2017

Serpiente de verano

Está bien esto de dejar para la vuelta de las vacaciones lo que haya de ser. El gobierno, también de (más) holganza, ha dejado un retén en Madrid por si los catalanes se extralimitan en su habitual "algarabía". O sea, que el primer día de la rentrée será con el nuevo estallido de la algarabía, digo, de la Diada. En el ínterin los habituales recursos y contrarrecursos del gobierno y, en su caso, la Generalitat al Tribunal Constitucional, que también deberá quedarse de guardia.

Como si nada de esto fuera con ellos, los dos líderes de la izquierda se despiden entre abrazos augurando lo peor para Rajoy en una "breve" legislatura que lleva ya más de un año. A la vuelta del verano pudiera materializarse alguna de las amenazas que blande la izquierda; petición de dimisión, reprobación, moción de censura. Un punto de desconfianza aparece cuando se recuerda que Rajoy es ducho en gobernar bajo amenazas y  dificultades. Si ha sido capaz de superarse a sí mismo, será capaz de cualquier cosa.

En Podemos están animados pues creen que los números para una moción de censura dan. Aunque sea con la candidatura de Sánchez, no hay que ser personalistas. Los del PSOE no la tienen en prioridad, pero tampoco la descartan. Se hacen querer. La imagen es cautivadora: un gobierno de unión de la izquierda, dedicado a desmantelar todo lo que de malo ha hecho el PP; en realidad, todo.

La cuestión, sin embargo, es que los números no dan sin contar con los votos de los indepes catalanes. Siendo así, cualquier perspectiva de gobierno de unión de la izquierda se desvanece en el aire, como las ilusiones, mientras la posición del PSOE siga siendo negar el referéndum. Es curioso que la formación de gobierno en España dependa de los votos de quienes quieren marcharse de ella. Forma parte del alucinante tinglado que bulle sin parar con la cuestión independentista catalana. Justo la que no se quiere reconocer en todo su alcance.

Y ¿qué hay de malo en un referéndum pactado? ¿Se ha propuesto algo mejor? ¿O se están recogiendo los resultados de años de desidia, inutilidad, cuando no de provocación con Cataluña? Más bien lo último. Hasta un columnista de El País, Antonio Navalón, reconoce que España no ha sabido ni querido gestionar una crisis política de primer orden, o sea, que ha fracasado.

En ese fracaso bien podría presentarse la izquierda con una propuesta novedosa en el contencioso catalán. Pero no la tiene. El PSOE porque lo suyo es el nacionalismo español de siempre y Podemos porque lo es el de nuevo cuño, con ribetes de populismo. No obstante, sugeriría a ambos una consulta a sus respectivas bases sobre un referéndum pactado en Cataluña. Quizá se llevaran una sorpresa.

Está claro, no obstante, que sin referéndum pactado no hay moción de censura; sin moción de censura no hay gobierno de la izquierda y la legislatura del hombre de los sobresueldos, agotará su mandato. Lo único que puede poner fin al ciclo de Rajoy será la votación del 1/10, que vendrá preanunciada por el 11/9

diumenge, 6 d’agost del 2017

La tercera ola

Las reflexiones de Hannah Arendt sobre las dos esferas de la sociedad, la pública y la privada, ayudan mucho a entender este nuevo feminismo que se anuncia. Su lema inicial fue precisamente Lo privado es público. La separación entre las dos esferas contribuye a mantener una situación de dominio patriarcal, androcéntrico. A invisibilizar causa y efecto de la subalternidad de las mujeres sumergiéndola en el magma del hogar, de la familia, del ámbito de lo privado, oculto a lo público. La esfera pública, en donde se da la actividad política de los hombres, resplandece porque no le afectan las sombras de lo privado, de lo que procede.

La ruptura de la tercera ola de abrir lo privado al escrutinio de lo público y adoptar para aquel los instrumentos de análisis de este, como salarios, jornada, ya ha dado algún disgusto a la parroquia patriarcal, al revisar aspectos esenciales de la esfera privada y proponer soluciones audaces. No se trata solamente de que se plantee el régimen laboral del trabajo del hogar, ni de que se mejore la conciliación familiar-laboral, se trata también de valorar y retribuir el trabajo doméstico del cónyuge que sea el ama de casa, una perspectiva que promete cambios muy profundos en las relaciones sociales. 

La perpetuación de los roles en la esfera pública nace en la privada en todas sus infinitas variedades y ambigüedades. Por eso hay tanta resistencia al debate sobre la esfera privada y se niega la conveniencia de abrirla a la pública. Unos por pensar que el mundo existente es el mejor de los posibles y no querer cambio alguno; otros por creer que la inclusión de lo privado, oscuro, muchas veces turbio, empaña la gloria racional de lo público y dificulta la opción emancipadora al mezclarla con factores irracionales. 

Por eso es fundamental la ruptura de la tercera ola: lo privado es público (la violencia machista, por ejemplo, es privada pero de impacto público indudable) y lo público, privado. No es que se trate de que deba ser así; es que es así y así se reconoce cínicamente cuando se acuña la expresión. base del orden social liberal de "vicios privados y virtudes públicas".

Muchas veces se critica el sesgo machista en el tratamiento mediático de las mujeres con cargo público y la tendencia a frivolizarlo, hablando del atuendo de la personalidad o su vida familiar. Muy probablemente esta tendencia al cotilleo sea irreprimible. Lo que irrita aquí es que de ella queden libres los varones. Inclúyaselos. Coméntense sus asuntos personales o su atuendo, como se hace con las mujeres. 

Aquí se apunta al elemento decisivo. La fusión de lo público y lo privado no debe ser solamente una reivindicación de las mujeres sino también de los hombres. Pue si en esa oscura esfera privada, que arranca en el instante del nacimiento, se labra la desgracia de ellas es porque se impone el dominio de ellos.

Esta fusión del nuevo feminismo puede ser la que permita vislumbrar soluciones a cuestiones controvertidas de muchas aristas como la prostitución o la trata. Sin duda van arbitrándose normas legales para comportamientos antes amparados en el sagrado territorio de la privacidad. Pero nunca serán suficientes mientras los hombres no hagan suya también la idea de que lo privado es público. Es decir, que los vicios privados dejen de ser virtudes públicas.

Y actúen en consecuencia. Lo cual es complicado porque supone renunciar a un poder que han heredado, producto de siglos, de milenios de injusticia.

dissabte, 5 d’agost del 2017

Emprendiendo el vuelo hacia arriba o hacia abajo

Los augurios demoscópicos sonríen al vencedor de las primarias que sigue arrasando. El País frena el optimismo recordando que, según el CIS, ningún partido consigue mayoría absoluta, ni siquiera relativa con distancia. Pero lo que no puede ignorarse es que, según el mismo barómetro, el PSOE tiene la más alta intención directa de voto: 19,1%, frente al 17,1% del PP, el 9,3% de Podemos y el 9,2 de C's que, luego de la cocina se convierten en un 28,8% de estimación del voto al PP, 24,9% al PSOE, 20,3% a Podemos y 14,5% a C's. Y, aunque se sitúe en segunda posición, le da de largo para ejercer la hegemonía de la izquierda. Conviene añadir, que las valoraciones populares apuntan en el mismo sentido: Sánchez ostenta la más alta, 3,73, por delante de Rivera por primera vez (3,58) y, desde luego, de Iglesias (2,95) quien lucha a brazo partido con Rajoy(2,79) por la honra de ser el peor valorado.

Con perspectivas tan risueñas sería conveniente en interés del partido que la fronda andaluza remitiese. Al sur de Despeñaperros (que algunos graciosos empezaron a llamar "Despeñapedros" y luego se les heló la risa) los socialistas debieran mitigar o erradicar ese caudillismo con populismo que solo puede hacer daño al PSOE en su conjunto sin aportar nada a nadie. Ni a los andaluces. Y debe hacerse así porque si el PSOE de la nueva SG no tiene todas las cosas claras, el de Andalucía no tiene ni cosas. Frente a una propuesta de renovación de indudable tirón electoral (aunque están por ver sus límites), el socialismo andaluz no tiene otra que proponer el estatu quo, el inmovilismo (como el PP) y soslayar de forma vergonzante hasta el tímido balbuceo de la "plurinacionalidad" del último Congreso.

Porque ahí es donde está el meollo de la cuestión, como todos sabemos. En la plurinacionalidad real de España. La marcha electoral ascendente de Sánchez es lo que hubiera previsto quien conociera las circunstancias del PSOE cuando el golpe de mano “chusquero” (según Borrell) y muy berlanguiano. Una reacción de la llamada “familia” socialista y sus votantes que se consolidará con el tiempo hasta hacer aparecer a Sánchez como la sola alternativa a un Rajoy literalmente hundido en la corrupción.

En ese horizonte radiante solo hay una nube, un nubarrón. El que trae la tormenta del independentismo con los rayos de las urnas y los truenos del Donec perficiam! En este momento del drama, cualquier propuesta que excluya el referéndum no se tomará en consideración porque se ha llegado a esa situación absurda pero inevitable de que los costes del acuerdo son superiores a los de la derrota. En esa situación, ¿no será lo más sensato pactar un referéndum con posibilidad de influir en la formulación de la pregunta? Lo más sensato desde el punto de vista del Estado, no del independentismo, desde luego.

Obviamente, un pronunciamiento de este tipo habría de ser refrendado por la militancia. Pero antes convendría que la dirigencia llegara a un pacto con el independentismo en estos términos, el que presentaría a debate de la militancia. Es arriesgado, desde luego, y una actitud así tendría respuesta en el siguiente barómetro. Pero queda por averiguar en qué sentido, si hacia arriba o hacia abajo.

El verdadero problema es que no hay tiempo, sobre todo si se tiene en cuenta que el PSOE es partido de oposición y le faltan meses, si no años, para llegar al gobierno. Porque el actual ha dejado bien claro que no piensa mover un dedo por el entendimiento y que lo fía todo a la aplicación de la ley. Eso, sí, proporcionalmente.

Si el PSOE quiere ser constructivo, debe pasar de la nación cultural a la política y entender la plurinacionalidad como un acuerdo entre las naciones, para lo cual él no puede aparecer como el abanderado de una de ellas. La solución al problema no vendrá de la imposición de una propuesta unilateral, sino del libre acuerdo bilateral de ambas partes. Pero, es de insistir, ya no hay tiempo.

Una real propuesta

Pues señor, estábame el otro día pensando de qué manera podría hacer alguna aportación constructiva y original al actual galimatías patrio y no daba con ninguna. Hasta que me acordé del Rey que, parece, anda a sus asuntos. La Constitución encomienda al Monarca una función de arbitraje y moderación de las instituciones y, pardiez, como están las cosas, no parece descabellado pedir que la ejerza. A ver qué se le ocurre. De hecho, me extraña no leer artículos sesudos sobre la institución de la Corona y la figura del Rey en un momento de aguda crisis constitucional. No deben estar claras las cosas cuando legistas, escribas y otros palmeros no hagan acto de grave presencia.

Directos al grano. Quienes aseguran firmemente respetar y querer a los catalanes, considerarlos nación y miembros voluntarios a la vez de la supernación española, estarán dispuestos a hacerles justicia. Para ello, ¿qué tal si Felipe VI se presenta en la próxima Diada en la ofrenda floral a Rafael Casanova, reconoce la nación catalana y anula los Decretos de Nueva Planta?

Resulta estrambótico, ¿verdad? Pero a los políticos, dirigentes y estadistas no se los puede medir por las pautas y usos de los probos y diligentes funcionarios del mero sentido común y la rutina (aunque casi todos ellos se limiten a eso) sino por decisiones audaces, de gran alcance, por actos simbólicos que cambian la forma de vida de la gente y dejan huella. Felipe VI arrastra un problema originario de legitimidad. A falta de someter su trono a referéndum, que sería lo más acorde con el espíritu de los tiempos, cuando menos podría tener el gesto de reparar una injusticia histórica con los catalanes (y, por supuesto, països catalans) y devolverles sus libertades, prometiendo, además un Estado compuesto con una monarquía bicéfala, como los Austrias. Si le sale, le sale.

De inmediato se recordará al Rey que entre sus inexistentes atribuciones tampoco está la de dejar sin efecto la Constitución española en una ofrenda floral. Y mira que no es mala idea por tratarse de una Constitución que nunca ha sido tal, sino un instrumento primero de dos partidos y, luego, solo de uno.

Para no frustrar la regia y humana voluntad de pedir perdón por la injusticia de hace 300 años (nacimiento verdadero de la “nación española” a sangre y fuego), el Parlamento, en debate plenario, quizá a petición de los indepes catalanes, podría autorizar al Rey a ese acto de reparación histórica. 

Con esto no se quiere decir que los republicanos fuéramos menos republicanos ni los independentistas menos independentistas, pero sí que ofreceríamos al adversario juego limpio en un referéndum sobre la República en toda España y en Cataluña, además, sobre la independencia. La idea es estupenda y solo me protege de las críticas por dar ideas al adversario el hecho de que este es tan cerrado de mollera que algo así no se le pasa por su colectiva y huera cabeza.

La imagen es una foto de la Cancillería del Ecuador bajo licencia CC

divendres, 4 d’agost del 2017

Franco vive

A quienes escribimos sobre asuntos políticos y nos referimos a la importancia del franquismo en la España actual suele recordársenos desde el bloque conservador que “Franco murió hace 42 años” y que somos unos “carracas”, que estamos “gagás”, con las “batallas del abuelo”. Cuando no buitres que tratan de reabrir viejas heridas. Por cierto esta lamentable chochez no afecta solo a los nietos de los asesinados en las cunetas, todos de izquierdas, sino a sectores muy lozanos y muy de derechas. Acaba de sustanciarse una querella en la que ha sido condenado Hermann Tertsch por injuriar al abuelo de Pablo Iglesias. De abuelos van aquí muchas cosas. Pregunten, si no, por el abuelo de Aznar.

Y es que el franquismo de la sociedad española viene amparado, acompañado, protegido por una permanente presencia del dictador hoy día en una serie de manifestaciones, los callejeros, los toponímicos, los monumentos de todo tipo, empezando por el Valle de los Caidos, los honores, medallas y títulos, las misas de recuerdo de diversas hermandades franquistas, la existencia de la Fundación Nacional Francisco Franco, subvencionada por el Estado, el mismo que paga por el mantenimiento de la basílica del Valle de los Caídos en donde está enterrado el dictador para la eternidad y la gloria. Y a donde iba a rezar e inspirarse el anterior ministro del Interior, al que llamaban "ministro de lo Anterior".

Al poco de la muerte de Franco, un escritor muy popular entonces, Vizcaíno Casas, cuyos libros se vendían por cientos de miles, escribió uno titulado Y al tercer año resucitó. Resonancias católicas. Las resurrecciones son tercianas. En realidad no resucitó porque no murió. Continuó presente entre los vivos y los muertos (muchos) como se prueba entre otras cosas por ese libro. Y así hasta el día de hoy.

Hace unas fechas se han trasladado dos cuerpos de dos golpistas, los generales Sanjurjo y Queipo de Llano a dos sepulturas con honores militares y eclesiásticos. Esto sucede en tiempos de un gobierno que encuentra dinero para repatriar los cuerpos de los caídos en la infausta División Azul pero no para desenterrar a los asesinados por la dictadura en la más dantesca noche de terror prolongado que han visto los tiempos. Es decir, un gobierno que sigue siendo parcial en la fractura de la guerra civil a favor de los fascistas. Como hubiera hecho Franco. Ni más ni menos.

Así que Franco estará vivo mientras sus muertos sigan en la cunetas.

Lo demás, excrecencias de una solución cobarde al problema que afectó a todos de enfrentarse a las consecuencias de una dictadura criminal de 40 años.

¿Más pruebas de que Franco está vivo y habita entre nosotros? La Xunta de Galicia ha otorgado a la Fundación Nacional Francisco Franco la gestión del Pazo de Meirás, el famoso pazo de la Pardo Bazán que el pueblo de Galicia “compró por suscripción popular” mediante colectas a punta de pistola para regalárselo ¡en 1938! al invicto caudillo, Franco, ese que sigue presente. Por eso su familia heredera pretende reservarse el Pazo prácticamente en régimen de reclusión.

Y tan presente; el gobierno gallego del PP ha hecho caso omiso de la anunciada intención de la FNFF de dedicarse a ensalzar y enaltecer la figura y obra del dictador. Esa finalidad no parecerá extraña en un gobierno y un partido en el que con harta frecuencia se levanta el brazo, se muestran símbolos franquistas o se habla de las cunetas en términos inadmisibles. Un gobierno y un partido fundado por un ministro del dictador y que aún no ha condenado expresamente su dictadura. Y en donde unos falangistas despiden brazo en alto y cantando el Cara al Sol a uno de los suyos, suegro de Ruiz-Gallardón y último ministro vivo de Franco, el ausente/presente. Un Cara al Sol que a algún preclaro publicista le parece un canto de alegría y esperanza. Vamos, no solo presente, sino futuro. Hiela la sangre.

El gobierno es franquista; vergonzante, pero franquista. No constan al presidente Rajoy los cien mil asesinados en fosas comunes en las cunetas y, por lo tanto, ni un euro a la Ley de la memoria Histórica. Los militares, los mandos, son franquistas y muy buena parte de los funcionarios, incluidos los armados, gran copia de jueces y fiscales y, desde luego, el clero que tampoco ha pedido perdón por la barbarie que ayudó a crear y respaldó luego durante 40 años, se añaden los empresarios y financieros y sus portavoces, los medios de comunicación.

Claro que Franco vive. Y hasta Carrero Blanco.

dijous, 3 d’agost del 2017

Sánchez in partibus

Lo ha avanzado Margarita Robles, persona de mucha autoridad en el PSOE, afirmando que Sánchez va a implicarse “a tope” en la cuestión del referéndum, visto que el gobierno se llama andana. El SG va a hacer muchos viajes a Cataluña para contactar con todo el mundo con una oferta de solución política que evite el “choque de trenes”. Siempre que oigo eso del “choque de trenes” me acuerdo de que el primero que circuló en la Península fue entre Barcelona y Mataró y el segundo, entre la Corte de Madrid y los reales lugares de esparcimiento de Aranjuez. Esos trenes solo pueden chocar.

En todo caso es muy acertada esa decisión. Sánchez consolida su liderazgo con la sola retranca vandeana de Andalucía y la sumisión de los barones. Y lo hace abordando el problema más grave que tiene el Estado español en lugar de hacerlo, como es costumbre en el lugar, hablando de cualquier otra futesa. La política española tiene un horizonte: Cataluña y el liderazgo se ejerce hablando de él en lugar de sumirse en el mutismo y esconderse detrás de las togas de los magistrados.

De señalar es también lo oportuno de una decisión que implica tomar contacto directo, real, verdadero con aquello sobre lo que se va a negociar, a debatir, en último término, a legislar. Es conveniente saber de qué se habla y no hacerlo de oídas.

En las “muchas visitas” de Sánchez a Cataluña es de esperar encuentre tiempo para hablar con los independentistas, con las gentes de la ANC, Ómnium, la AMI y los partidos del bloque mayoritario en el Parlamento catalán, que no se lleve solo la impresión de los suyos, que tampoco son tantos. La predisposición existe. Está por ver hasta qué punto de compromiso, hasta dónde puede llegar la empatía de Sánchez.

Me atrevería a hacerle una propuesta. Pues ha elegido el mes de septiembre para visitar el principado, pulsar opiniones y ganar adeptos, ¿por qué no asiste a la Diada el 11 de ese mes? Factible, desde luego, es y Sánchez estará más seguro entre dos o tres millones de catalanes que una periodista entre un centenar de falangistas enfurecidos por el rojo-separatismo.

Desde el punto de vista político sería una diana que haría de Sánchez un líder de un tiempo nuevo de verdad. ¿No dice que España es un Estado plurinacional? ¿Qué hay de malo en asistir al día más señalado de la nación catalana? Cosas de este tipo augurarían un liderazgo español y no castellano. Pero, para la oposición al referéndum, me temo, llega tarde.

Indudablemente, el referéndum ha sido la causa de esta aceptación de una negociación que lleve a una reforma de la Constitución. Parece bastante lógico que, habiendo sido la causa, sea también el efecto.

La inteligencia en la guerra política

Jorge Santiago Barnés, María Gabriela Ortega Jarrín y José Ángel Carpio García (Coords.) Consultoría política. 4ª edición. Amarante: Salamanca, 2017, 786 págs.
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Si no por sus otras importantísimas aportaciones al pensamiento, Foucault pasaría a la historia por haber dado la vuelta al famoso apotegma de Clausewitz y sostener que la política es la continuación de la guerra por otros medios. Alguien había de decirlo porque si la guerra, que es el origen de todas las cosas según Heráclito, tiene tan mala fama, la política, en cambio, la tiene muy buena, al menos entre los filósofos, desde Aristóteles hasta Sartre. Otra cosa es lo que piensa la gente, al menos la que responde a las encuestas sobre valoración de actividades y profesiones. La política, actividad práctica maniquea (ellos/nosotros, amigo/enemigo), tiene una visión teórica también maniquea (ocupación la más noble que hay o gatuperio de sinvergüenzas y ladrones) lo que, lejos de simplificar, cual se esperaría del dualismo, complica su comprensión hasta convertirla en una profesión, la de analista y consultor político.

Decir que la política es la continuación de la guerra por otros medios suena a sacrilegio civil, muy dentro del espíritu foucaultiano. ¿Qué medios? Evidentemente se excluirán los que más directamente definen las guerras: los medios cruentos. Sin embargo, ni eso puede sostenerse siempre. A veces se hace política con medios cruentos. En Venezuela, por ejemplo, y no es el único caso ni mucho menos. No obstante, en lo esencial, los medios de la política serán incruentos. Los proyectiles son palabras e imágenes, los dos elementos constitutivos de la comunicación. Porque la política es comunicación. Por eso, esta rama del conocimiento está teniendo un desarrollo espectacular: semiótica, semiología, teoría del discurso, de la comunicación, de la negociación, publicidad, propaganda, psicología, neurociencias, relaciones públicas, marketing, etc., un variadísimo conjunto de saberes y habilidades que confluyen en la comunicación política (el arte de convencer a los demás de que hagan o dejen de hacer lo que nos parece conveniente) y toma la forma profesional de la consultoría política.

La Universidad Camilo José Cela y el Centro Internacional de Gobierno y Marketing Político (CIGMAP) han editado la obra en comentario sobre Consultoría Política, un grueso volumen de 786 páginas, muy bien elaborado, con abundancia de información gráfica, imágenes, cuadros, tablas, cuadros sinópticos, estadísticas, todo actualizado. Presenta gran variedad en los textos. En cuestiones de contenido se da voz a todas las tendencias y opiniones significativas en este ámbito, expuestas por más de ciento cincuenta especialistas de renombre españoles y latinoamericanos, procedentes de la academia, del periodismo, de las empresas, de la consultoría propiamente dicha. Es decir, no solo refleja la pluralidad de contenidos, sino de los enfoques, más o menos teóricos, más o menos prácticos y aplicados. Esos textos se ajustan a unos patrones de clasificación de temas (y son muchos) por colores que facilita la consulta del manual. Además, cada tema se presenta en forma de mosaico, con diferentes tipos de textos, narrativos, entrevistas, recuadros. Es una obra académica para la enseñanza, tiene la aspiración de abarcar un campo amplísimo y en gran medida lo consigue gracias a una escrupulosa organización de las distintas facetas de esta profesión. No es de extrañar que vaya por la 4ª edición y haya ganado el premio "Napolitan Victory Awards 2017 al mejor libro del año.

Obviamente, la envergadura del manual imposibilita una crítica al uso del texto en su integridad. Todo él tiene una calidad elevada y está muy claramente expuesto, razón por la cual, este comentarista, que tiene una modesta contribución en el capítulo sobre Comunicación política on line y estrategias 2.0, se limitará a algunas observaciones sobre los capítulos que más le interesan.

La obra comienza con la habitual afirmación metodológica para dejar sentado que la consultoría política es una “ciencia fáctica”. Más adelante se aclara que es una “tecnología” de una “ciencia aplicada” que es la ciencia política, a su vez dimanante de una “ciencia básica” que es la teoría política. Estas cuestiones nominales no tienen gran interés. Lo fundamental es que quiere ser una ciencia empírica, como todas las ciencias, claro. Su carácter de ciencia no se lo da el objeto, sino el método. El método científico que, en este caso, consiste en elaborar una teoría racional sobre cuestiones en que hay conflictos de valores; es decir, hablar de los valores por encima de los valores. De ahí que, de acuerdo con el manual, la consultoría política se mueva con los valores. En este campo no sé si se ha avanzado mucho desde que Habermas explicara en su teoría de la acción comunicativa que hay dos formas radicalmente distintas de comunicación, las que llama “comunicación emancipadora” y “comunicación estratégica”. Nada que añadir. Cada consultor político se enfrenta a ese dilema y solo él, desde su individualidad tomará una decisión. Que sea o no científica dependerá del fastidioso asunto de los valores.

La parte segunda del manual versa sobre el sujeto del objeto, el político y el candidato, analizándose con detalle los aspectos personales del sujeto/objeto, su imagen, su oratoria, su comunicación no verbal; cuestiones decisivas en una actividad en foro público multiplicada por los medios de todo tipo a una velocidad que supera el ritmo de acciones y reacciones, declaraciones y contradeclaraciones de los intervinientes. Es, además una actividad ucrónica, dado que los mismos medios contrastan en tiempo real las afirmaciones de hoy con las de hace veinte años. Especial atención se dedica al liderazgo, elemento esencial de este quehacer que entronca la contemporaneidad con los más egregios y antiguos ejemplos: Alejandro Magno, Aníbal, Julio César, Carlomagno, Napoleón, Hitler, Mussolini y hasta Franco, si bien reducido a la menguada figura de caudillo; unos con buena y otros con mala. ¡Ah! Se dirá, pero no se trataba de liderazgos civiles, democráticos. También los ha habido: Lincoln, Churchill, Roosevelt, De Gaulle, Reagan, Thatcher, por no mencionar más que los más conocidos. Curiosamente todos ellos ejercieron su liderazgo civil en tiempos de guerra o con ánimo belicoso, como demostró Reagan en Libia y Thatcher en Las Malvinas.

Las partes cuarta y quinta versan sobre las campañas electorales, planificación y ejecución. Un verdadero vademécum para estos periodos de turbulencias comunicativas y mediáticas que son las campañas electorales, un tiempo en el que el reñidero político se celebra coram populo, como combates de boxeo, debates en la televisión, lemas, trucos de las campaña, movilización, uso de las siempre amañables encuestas, etc. Cómo serán las campañas electorales (momentos en que el cliente del consultor está dispuesto a aceptar los presupuestos que se le presenten) que se dedica un capítulo entero a analizar las campañas negativas. O sea, el ataque al enemigo o adversario y los medios para ello, algo en lo que a veces se bordea el código penal, si no se incurre en él. Puede ser una ocurrencia de spin doctors, pero, en todo caso, trae al ánimo la idea de la guerra. De hecho, entre los libros que acertadamente recomienda se cuenta el antiquísimo Arte de la guerra, del venerable Tzun-zu hace más de dos mil quinientos años. Podría recomendarse otro Arte de la guerra, el del florentino Maquiavelo para comprobar que las recomendaciones del sabio chino siguen en pie, empezando por la más certera de todas: las mejores guerras son las que se ganan sin combatir, aprovechando las debilidades del enemigo.

La parte sexta del manual apunta al corazón de la comunicación política y las tareas del consultor al tratar del político en los medios de comunicación, los reyes del cotarro con su carácter omnipresente. Hasta hace poco, la hegemonía de los audiovisuales clásicos, radio y televisión, sin olvidar el cine, generaba auténticas oleadas de saberes prácticos acerca de cómo manejar la imagen del político, su voz, sus puntos fuertes y débiles, atuendos, contextos, etc. Internet ha reventado aquella hegemonía, ha universalizado la comunicación, la ha hecho viral y, sin destronar el imperio de la televisión, la ha obligado a adaptarse a las redes en el actual conglomerado mediático en el que los asesores, además de cuidar el color de la corbata del candidato tienen que recomendarle que no tuitee tonterías o no haga gracias en FB. El mundo virtual es el real, tanto que un post en FB ha costado el cargo al cónsul general de España en Washington .

Hay un capítulo dedicado a los debates electorales en la televisión, algo sobre lo que se han escrito bibliotecas enteras desde aquel primero entre Kennedy y Nixon que, cuando se ve hoy, casi parece una reposición de los Comedy Capers, hasta los de ahora mismo que habitualmente concitan amplias audiencias. Pero el debate político hoy está en las redes y en la interacción entre estas y los ámbitos institucionales. En un tiempo en que los diputados tuitean sus impresiones sobre un debate parlamentario y reciben el correspondiente feed-back es absurdo encasillarlo en los cauces parlamentarios. No es inocente que una de las actividades más solicitadas por los políticos sea el manejo de su reputación en las redes, un territorio que obliga a los consultores a ser verdaderos hackers.

En resumen, un manual muy completo, lleno de información, datos, ideas, sugerencias, casos prácticos, etc., en el que serás fácil encontrar la ayuda que se busque, el recurso, la referencia, la información. El uso que después se haga de ella entrará en la decisión sobre si el método que se adopte apunta a una comunicación emancipadora o estratégica. Y esa es una decisión de cada cual.