dijous, 9 de febrer del 2017

Lost in translation

El profundo ridículo de la conversación telefónica entre Trump y Rajoy se reduce con la crudeza de los números a esa diferencia en cantidad de palabras que cada parte emplea en su comunicado de prensa: 70 en el caso de los EEUU y 375 en el de España. El inglés es un idioma más conciso que el castellano y todos los traductores saben que cualquier texto en la lengua de Shakespeare vertido al español tiene aproximadamente un veinte por ciento más de palabras.  Los hispanos suelen ser verbosos, sobre todo cuando no tienen nada que decir, como es habitualmente el caso de Rajoy, pero no tanto como para pasar de un veinte por ciento a un 500 por ciento. No han entendido lo mismo de la conversa o no han dicho lo que dicen que han dicho, lo cual no es de extrañar pues las carencias del inglés de Rajoy son chirigota nacional, o todo ha quedado perdido en la traducción. Y no solo perdido, sino confundido. Una sucinta ojeada al contenido de ambos comunicados demuestra que, si hablaron, no se escucharon o no se entendieron porque las dos notas mencionan temas distintos.

La Moncloa dice que Rajoy se ofreció como interlocutor con América Latina y con Europa. Así, sin más, sin complejos. En el comunicado yanqui, ni sombra de la interlocución. En las redes circulaba la célebre foto de un consejo europeo allá por 2014 en la que se ve a Rajoy solo en una mesa mientras todos los demás asistentes, detrás de él, están en animadas conversaciones. Un hombre que solo conversa consigo mismo es difícil mediador. Pero ayer mismo Evo Morales, presidente de Bolivia, le respondía en un educado tuit que América Latina no requiere de interlocutores. Apañado va el oferente Rajoy: en un sitio no puede y en el otro no le dejan. Habrá empleado muchas palabras para explicar por qué ofrece algo que no tiene.

Pero eso da igual. En la nota gringa, Trump se interesa por la situación económica española y esta desgracia que tenemos de presidente sale fanfarrón afirmando muy orondo que este año crecemos un tres por ciento. En lugar de echar un llorada, asegurando que estamos en números rojos y más pobres que las ratas. Porque lo que hizo acto seguido el estadounidense al ver que nos va tan bien, fue pedir que los Europeos y España en concreto aportemos más a los gastos de la OTAN. Nosotros, hasta un dos por ciento del PIB. Una burrada. Eso no aparece en la nota española, pero hay quien dice que el gobierno estaba preparando el terreno para obedecer las órdenes del jefe transatlántico aprobando un incremento considerable en el presupuesto de Defensa.

El diálogo sobre los dineros se daba al tiempo que, según los papeles hechos públicos también ayer mismo en el proceso de Rodrigo Rato, este debe de manejar sumas considerables. Entre otras presuntas aventuras que desafiarían la sagacidad de Rouletabille y Sherlock-Holmes juntos, parece ser que, según juraba el cargo como vicepresidente del gobierno, fundaba una sociedad con sus hermanos, llamada COR que prosperó a través de las más complicadas y alambicadas relaciones entre políticos y empresarios que, en el caso de Rato se incorporaban en una sola persona con dos naturalezas, como Cristo aunque seguramente al revés. No son la naturaleza humana y la divina, sino la del buen y la del mal ladrón entendidas en sentido literal: el ladrón que roba bien y el que roba mal. Pero ladrones los dos. Podían ambos dar algún consejo al atribulado Rajoy en esta hora de necesidad; al fin y al cabo fue él quien nombró a la esposa de Rato directora de los Paradores Nacionales, con un sueldo estratosférico, de esos de 150.000 o 170.000. Y eso que hay crisis y no queda dinero para los dependientes.

No encontró momento Rajoy en su inglés para empezar a interlocutar mencionando a Trump el caso de México. Deja el asunto para mejor momento, la próxima vez que se vean a tomar unas cañas. Coincide este olvido con los que debieron aquejar al ex-número dos de la Policía, Eugenio Pino, llamado a declarar por el juez que instruye el caso Pujol a causa e un misterioso pen drive que acaba de aparecer con información nueva que podría derivar en la anulación de aquella causa. Todo en relación con este pen drive cuyo origen parece ser el propio Pino, aunque este ha intentado encasquetárselo a todos los demás. Lo está investigando Público con unas crónicas impresionantes de Carlos Enrique Bayo, de esas que te enganchan.

En el fondo, la conversación telefónica estaba patente y patéticamente desequilibrada. Para Trump, un asunto de puro trámite en el que probablemente leyó al teléfono las cuestiones que le mostraban en cartulinas los ayudantes. Para Rajoy fue un paso más en el sendero a la gloria del estadista. Nada menos que mediador entre los EEUU y América Latina y Europa y eso pesar de darse ese notorio problema con el idioma, como dice la prensa yanqui. Es una pena que la conferencia fuera solo telefónica cuando podía haber sido una vídeoconferencia en que ambos interlocutores pudieran verse. Y Rajoy podría tomar clases de desenfadada gesticulación cuando se padece dificultades con la lengua de la celebérrima intervención de Ana Botella en la candidatura de los Juegos Olimpicos.

Mañana, ciclo de conferencias en Ferraz, 10

Mañana, viernes, a las 19:00 los amigos de Recupera socialismo inauguran su sede social, en Ferraz 10, a escasos metros de la oficial del PSOE, hoy enteramente en manos de la junta golpista, llamada "gestora". Se trata de militantes de izquierda y críticos con la línea de Rubalcaba/Díaz/Jiménez de entrega del PSE al PP. Entre ellos, hay mucho afines a Pedro Sánchez pero, sobre todo, afines a la idea de devolver la dignidad al PSE, hacer unas primarias limpias, sin trampas y sin intelectuales orgánicos cantando las alabanzas de la derecha.

Los miembros de esta opción han organizado una primera mesa de debate a la que han invitado a Pau Mari-Klose, Ramón de Marco y a un servidor. Me considero muy honrado de aparecer en compañía de gente tan interesante y notable y espero estar a la altura de las circunstancias. Siento gran respepto por la gente abierta, que quiere escuchar puntos de vista distintos y debatir sobre ellos. Sobre todo siento mucho respeto por quienes, a su vez, respetan la independencia de criterio y juicio que algunos mantenemos a toda costa, incluida la de no caer simpáticos a ninguno de los establishments ideológicos y políticos, ninguna de las cuadras que compiten en una carrera ficticia, hecha de ambiciones personales, nulo interés por el bien común y confusión permanente entre convicciones y conveniencias. Siempre, claro, en detrimento de los sectores populares a los que dicen representar, por los que dicen interesarse y de los que lo único que quieren son los votos para hacer almoneda con ellos.

Este tipo de actos, surgidos de la actividad espontánea de la gente, organizados y sostenidos por los esfuerzos personales de los militantes son los auténticos y verdaderamente interesantes a mi juicio. Nada que con las mascaradas que, desde los órganos del PSOE, e organizan a mayor gloria de la lideresa andaluza, una política profesional cuya ambición personal es inversamente proporcional a su competencia y capacidad. Pero no importa: todos los organos oficiales del PSOE están a su servicio, bien desde la sede central o bien desde las sedes provinciales en los que se fletan autobuses con el dinero de todos para traer a la capital a una cohorte de mariachis para que hagan sombra a la cmpaña de Pedro Sánchez, a cuyos mítines acuden voluntariamente más militantes de los que jamás irán a escuchar a Día. Por cierto si yo del partido o seguidor e Sánchz le diría que deben querellarse contra un uso tan injusto de los recursos de todos. Si hay autobuses para traer gente de Andalucía o Aragón a aplaudir a esta arribista sin principios, ¿no les de vergüenza a los socialistas de que, en cambio, nadie, absolutamente nadie en los aparatos del partido hace un solo gesto, por pequeño que sea, de apoyo a Sánchez.

Ignoro si hay algo que pueda indignar más a uno de izquierda que la injusticia, la desigualdad y la arbitrariedad.

Así que allí nos vemos mañana, a ver si conseguimos que se acabe esta vergüenza de que unos golpistas mendaces hayan prostituido millones de votos de la izquierda para favorecer a la derecha.

(Cada vez que veo a alguno de estos pavos mintiendo en las redes acerca de su "valiosa oposición" y de cómo ha beneficiado a no sé cuántos millones de personas, me pregunto cuál será la recompensa por apuñalar a un líder por la espalda, entregarse incondicionalmente al enemigo y colaborar en la explotación y opresión de la  clase a la que se dice representar). 

dimecres, 8 de febrer del 2017

El drama de la izquierda

Salta a a la vista. Ni separadas ni unidas tienen verdaderas perspectivas las izquierdas. Es cierto que unidas sobre los porcentajes del CIS llegarían al 40,3% y superarían al PP. Pero, a su vez, estarían por debajo del posible 45,4% de una unión PP-C's que ya se da de hecho. 

Así se refleja la realidad en los descarnados números. Si luego nos adentramos más en las cuestiones ideológicas, los dos partidos de la izquierda están desgarrados cada uno por un conflicto interno que no les deja prosperar.

Podemos es la vieja izquierda de inspiración comunista, repentinamente rejuvenecida por una forma audaz y revolucionaria de empleo de los medios, tanto los audiovisuales clásicos como las redes. Esta presencia mediática tan potente fue arrolladora en un primer momento y luego se ha acabado convirtiendo en un handicap por sobreexposición desde muy diversos puntos de vista que aquí solo cabe mencionar de pasada: saturación de imágenes y consignas, sobre todo si se reiteran y no se renuevan, confusión de mensajes incluso contradictorios, luchas por la notoriedad, etc.

La expectativa generada al principio de constituirse en una nueva izquierda por encima de las dos tradicionales comunista/socialdemócrata se truncaría amargamente en las elecciones de 20 de diciembre de 2015 y se convertiría en parón y cuenta atrás cuando Podemos se fundió en el abrazo de la muerte con IU en las elecciones del 26J de 2016 y tampoco consiguió el sorpasso, al que había sacrificado todo, incluso su supervivencia. Podemos tenía un techo de cristal. Unidos Podemos, también. Está por ver qué suceda en el Congreso de Vistalegre II, aunque probablemente la bronca se mantendrá y, si el partido no se escinde, arrastrará una existencia sobresaltada pero irrelevante mientras retorna a las cuotas electorales que tenía IU en tiempos de Anguita.

En el PSOE las cosas no pintan mejor sino quizá peor. Tanto que, precisamente, una de las esperanzas de Podemos es que los socialistas no se recuperen. A lo mejor no es preciso esperar el anhelado sorpasso sino que la divina providencia lo procura consiguiendo que en el PSOE las distintas corrientes se entrematen. No siendo esto así, la batahola actualmente en marcha en el partido del viejo Pablo Iglesias está siendo muy animada y, al darse en gran medida también a través de las redes, muy participativa. La maniobra de los golpistas del 1º de octubre: conspiración palaciega, defenestración del SG y constitución de una comisión gestora pertenecía al mundo analógico de las partidas de dominó en el casino, más que al digital de comunicación universal. 

En realidad, esta pugna apunta a una cuestión de fondo, estratégica, del socialismo, un enfrentamiento entre una idea de partido dinástico, fiel a los principios de la Constitución de 1978 en su interpretación más restrictiva en el aspecto territorial y otra de un partido que recoja la tradición socialdemócrata de izquierda y se ofrezca como eje para articular una posible unidad de la izquierda. Esa es la apuesta de fondo: un partido que quiere conservar el sistema como está (y al que se acusa de connivencia con el PP) y otro que quiere reformarlo sustancialmente, aunque sin romperlo. 

Según interpreta El País, el electorado valora esta actitud sensata del PSOE y la premia, de lo que el diario se siente muy feliz porque coincide con su línea editorial. La posibilidad de una victoria de Pedro Sánchez en las primarias pone de los nervios al establishment político-mediático. Tanto que, desconfiando (con holgada razón) de la capacidad de Susana Díaz y/o Patxi López de frenar el "ciclón" Sánchez, los más inquietos anden buscando un cuarto nombre en el que confiar.

Los índices de popularidad son muy dignos de considerar. Siempre he dicho que es la parte más valiosa de las encuestas pues es donde los encuestados se sueltan más, dicen la verdad porque les es cómodo y es más fácil opinar sobre personas que sobre ideas. Por eso siempre me ha llamado mucho la atención la distancia que media entre la entrega de los medios a Pablo Iglesias y la baja consideración en que la gente lo tiene, a diferencia de los suyos que lo adoran. Literalmente. Y en la valoración popular está por debajo de Rajoy.

La solución no son los tribunales

Mi artículo de hoy en elMón.cat, titulado La justicia del enemigo sobre este desafortunado proceso político a Mas, Rigau y Ortega. Argumentaba Mas en su comparecencia que el Tribunal Constitucional (TC) nunca le advirtió de las consececuencias de no obedecerlo. Y aquí está precisamente el punto neurálgico de este procedimiento. El TC no podía advertirle de las consecuencias de no obedecerlo porque no las tenía. Hasta la reforma de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional por Ley Orgánica 15/215, de 16 de octubre, no existía el delito específico de desobediencia al Tribunal Constitucional. La dicha reforma de la Ley Orgánica del TC facultaba a este para velar el cumplimiento de sus decisiones pero no podría aplicarse al Govern de la Generalitat porque eso sería retroactividad de una norma penal. Por eso, la querella interpuesta por la Fiscalía catalana por exigencia especial del Fiscal General del Estado tira del Código Penal y trata de encajar el comportamiento de la Generalitat en el delito de "desobediencia grave" a cualquier autoridad. Y eso es lo que habrá que probar. 

Al margen de estas cuestiones de detalle, aunque sean básicas, el procedimiento contra Mas, Rigau y Ortega tiene una función eminentemente intimidatoria y es el arranque de una vía anti-independentista basada en la represión judicial que no conducirá a ningún sitio, salvo a iniciar un nuevo símbolo emancipador, concentrando en la persona de Mas el significado de la lucha de un pueblo.

Aquí la versión castellana del artículo:

La justicia del enemigo
                                                                                                             
El juicio a Mas es clara y fundamentalmente político. También tiene una base jurídica que, aunque discutida, es la única que podría darle cierta legitimidad. Las tres personas encausadas (Mas, Rigau, Ortega) lo son por cuatro supuestos delitos: desobediencia, prevaricación, malversación y usurpación de funciones. La desobediencia al Tribunal Constitucional es aquí lo más importante. Pero no es este el que puede substanciarla porque, cuando se cometió el presunto delito, todavía no se había aprobado la reforma de la Ley Orgánica de dicho tribunal (2015) que lo convierte en tal, permite obligar al cumplimiento de sus decisiones y castigar la desobediencia.  

El procedimiento se abre pues en la jurisdicción ordinaria con la querella que ordena presentar el Fiscal General del Estado el 21 de noviembre de 2014 por la celebración de la consulta del 9N de 2014 y en contra de la opinión unánime de la Junta de fiscales de Cataluña, con su Fiscal Jefe a la cabeza. Una clara imposición política –concretamente, gubernativa- a cuenta de la dependencia jerárquica de la Fiscalía. Y una injerencia más del ejecutivo del PP en los procedimientos judiciales. Su prueba evidente es esa reforma de la Ley Orgánica del TC, que el PP hizo aprobar por el procedimiento de urgencia, sin consulta al Consejo de Estado y con la presencia del señor Albiol, que no era ni diputado, amparado en  la mayoría absoluta de que disfrutaba su partido en la legislatura anterior. 

Quede para otro momento la consideración de la oportunidad o inoportunidad de la reforma. Ciertamente, se trata de un punto más en el largo sendero de desprestigio y descrédito del TC que hace años funciona en la práctica como un instrumento del PP, sobre todo a cuenta de Cataluña. Y es esta obsesión del Estado español por disfrazar de legalidad sus decisiones frente al independentismo catalán la que va a caracterizar el desarrollo de este proceso en el Tribunal Superior de Justicia catalán, como se han encargado de evidenciar las distintas partes concernidas y que en su primera sesión ya ha acumulado suficientes indicios de su índole política.

Efectivamente, el independentismo, ha hecho bandera de la vertiente reivindicativa de este proceso, lo ha convertido en un clamor de protesta al interpretarlo como un ataque a los derechos de los catalanes y las competencias de sus órganos representativos. La marcha multitudinaria de los acusados hasta el tribunal tiene el valor de un acto simbólico en el proceso para la fabricación de una leyenda y un martirologio. Nada alimenta más las reivindicaciones nacionalistas ni la unidad de sus partidarios que la experiencia de sentirse atacados por un enemigo común. 

Porque si la politización del acto por los acusados fue evidente y hasta desafiante, no menos lo fue la de los acusadores. La animadversión del presidente del tribunal, Jesús María Barrientos hacia el expresidente de la Generalitat fue patente cuando interrumpió la declaración de este para recriminarle desabridamente que formulara preguntas cuando solo es un acusado. Sin embargo, Mas no había hecho tal cosa sino que había recurrido a una figura retórica, llamada erotema, esto es, una pregunta que no espera respuesta, pero que sirve para afianzar su razonamiento, lo cual es totalmente lícito.

Este proceso está rodeado de todo tipo de recursos políticos mejor o peor intencionados. Durante el fin de semana se produjo un nuevo operativo del Guardia Civil en contra de la presunta trama del 3 por ciento que se saldó con la puesta en libertad de los detenidos, quienes ya anuncian posibles querellas por detención ilegal. La coincidencia de fechas podría tratar de proyectar la sombra de la corrupción sobre el proceso político que se abrió el lunes. De hecho, es frecuente que los medios españoles deslicen la sospecha de que el juicio a Mas no es por su independentismo y su presunta desobediencia sino por la trama de corrupción del tres por ciento. Una insinuación tan cargada de mala idea como las interpretaciones de que los más de 40.000 asistentes a la marcha de Mas al Tribunal (según la Guardia Urbana) no eran espontáneos, sino que estaba movilizados por las autoridades catalanas.


La politización de la causa se hace más evidente cuando se observa que en lugar privilegiado, inmediatamente detrás de Mas y “chupando cámara”, como dice la prensa, estaba sentada una persona que es cargo público de la FAES, destacada activista unionista con una ideología de extrema derecha y a la que, por razones todavía sin explicar, se permitió hacer lo que los mossos d’Escuadra impedían hacer a los demás asistentes, por ejemplo, fotos de dentro a fuera del edificio.

Sustituir el diálogo y la negociación políticos por la acción de los tribunales para resolver problemas eminentemente políticos es un dislate al que es muy aficionado el autoritarismo español. Su inevitable resultado será legitimar la causa independentista y ganarle más apoyos sociales al tiempo que las instancias judiciales españolas hacen el ridículo. Sobre todo en la esfera internacional.


dimarts, 7 de febrer del 2017

¿Quién prevalecerá?

"Fracaso de la Política" titula hoy El País su editorial, muy preocupado porque las cosas hayan llegado a este extremo de que los cargos políticos representativos y democráticos afronten un proceso penal no por delitos comunes sino por causas políticas. Es una de sus habituales manipulaciones. La Política no ha fracasado. La Política no puede fracasar ni no fracasar, como no puede la química o la contabilidad. Quienes han fracasado han sido los políticos. Y muy especialmente los unionistas españoles, que son lo que tienen mayor margen de maniobra y, por ende, más responsabilidad. Empezando por el presidente del gobierno, Rajoy el de los sobresueldos, cuya incompetencia en esto, como en todo, es pavorosa y seguido de su vicepresidenta, la Ratita Hacendosa que, fuera de enchufar a sus amigas, no sabe hacer la o con un canuto y, por supuesto, los don pelayos de El País.

Corre una apuesta entre los unionistas, especialmente los más fachas, según la cual, todo es cuestión de aplicar la ley sin mayores miramientos y se verá cómo las amenazas de que si se enjuicia y condena a los independentistas catalanes habrá sublevación, se quedan en agua de borrajas. Cuando se ilegalizó Batasuna y se encarceló a Otegi también se dijo que ardería el País Vasco... y no pasó nada. Pues lo mismo ahora: se aplica la ley, los tribunales hacen su trabajo, los cargos que hayan transgredido la legalidad sufren la condigna pena y aquí paz y después, gloria, y en Cataluña no pasa nada.

Vale. Es una apuesta a partir de hoy. El gobierno no tiene intención alguna de dialogar o negociar nada con los independentistas, sino que aplicará le ley vigente. Más concretamente, tratándose de un gobierno tan corrupto, su ley, la que sienta en el banquillo a un presidente autonómico, pero no a un ministro responsable político de 62 muertes, no a otro que se vanagloria de haber realizado actividades ilegales y destrozado el sistema sanitario catalán.

Después de la delirante recogida de cuatro millones de firmas "contra los catalanes", es lo más estúpido que ha hecho el presidente de los sobresueldos. 

Además de golpistas, corruptos

¿Por qué motivo organiza Abel Caballero, presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, FEMP) un acto de exaltación de Susana Díaz en Madrid para el próximo domingo, 12 de febrero? Díaz no es alcaldesa, ni concejala en la actualidad ni, entre sus numerosas ignorancias, se le cuenta una especial sobre temas locales. ¿Por qué entonces?

Según parece porque en el gatuperio en que se ha convertido el PSOE luego del golpe de mano de los submarinos peperos, inspirado por el tándem González-Rubalcaba y ejecutado por Díaz, este tal Abel Caballero es partidario de que Díaz llegue a la secretaría general y por eso le organiza un acto de exaltación, para que venga a lucir su elegante verbo y refinado porte a la capital de reino. Pero Susana Díaz -a la que las encuestas auguran un batacazo si se presenta- todavía no ha anunciado su candidatura, como sí lo han hecho Patxi López y Pedro Sánchez. Seguramente, la señora está esperando a ver si algún acontecimiento feliz le permite suprimir las primarias y proclamarse secretaria general en otro golpe mano como el que dio el 1º de octubre pasado.

Pero, si Díaz no es todavía candidata oficial a la SG, ¿por qué se le organiza este acto? Que le caiga muy simpática al tal Caballero no justifica que, como alcalde de Vigo, presidente de la FEMP o miembro del PSOE colabore al lucimiento de la señora, salvo que lo haya hecho con el dinero de su bolsillo (el de los dos, el homenajeador y la homenajeada) y las aportaciones voluntarias de sus amigos. Según parece, sin embargo, el acto está financiado con fondos públicos de varios sitios, especialmente de la FEMP y se emplean bienes y medios públicos para su desarrollo. Si Díaz fuera ya oficialmente candidata a la SG, el acto de la FEMP tampoco sería de recibo, pero olería menos a utilización y desvío de fondos. Como se presenta es un acto de confusión deliberada de lo público y lo privado (un partido político es una asociación privada), o sea, de corrupción.

Tanto o más derecho tendrían a ese tipo de actos López y Sánchez, que son candidatos oficialmente. Sin embargo Sánchez, no solo no cuenta con apoyo de ningún organismo, incluidos los de su partido (volcados, en cambio, con la andaluza), sino que tiene que aguantar su hostilidad y boicoteo permanentes, así como insultos y agresiones en las redes a cuenta de los trolls de la Junta de Andalucía y los paniaguados del "susanismo". Y, desde luego, él y los militantes se pagan sus propios actos.

Hay una campaña en toda regla para bloquear el acceso de Sánchez a la SG del PSOE, una campaña no solo de los elementos del PSOE más reaccionarios y entregados al PP, como Felipe González, Rubalcaba, Bono, Díaz, etc), sino de muchas otras instancias. Todos los medios son hostiles el exsecretario general. El ABC publica una encuesta de GAD3 sobre la pugna por la SG. Al tener tanto crédito como la palabra de Rajoy, la encuesta tiene que dar ganador a López porque a Díaz no lo creería nadie, para poder tirar contra Sánchez. La propia candidatura de Patxi López es otra maniobra descarada para erosionar las posibilidades del otro. Y aun así, el asunto no tira. Sánchez está arrasando entre la militancia. Alarmados los socialistas-peperos andan tanteando las posibilidades de un cuarto candidato, Urquizu, al que presentan como opción unificadora, mas atractivo que Díaz y algún peso intelectual, a diferencia de López. No tengo a Sánchez por hombre de sólidas convicciones izquierdistas, ni por un lumbrera. Pero parece honrado y, al lado de Urquizu, es el faro de Alejandría.

Si el PSOE quiere remontar, de momento, no tiene más voto que a Pedro Sánchez. El único que puede ganar a Rajoy para formar un gobierno de izquierdas similar al portugués, si para entonces queda algo de Podemos con lo que aliarse.

dilluns, 6 de febrer del 2017

La prensa servil

El titular de El País es un ejemplo de manipulación, falta de objetividad y hasta un acto de inmoralidad. Acusa el periódico a Mas de usar su juicio para impulsar el independentismo como si ese juicio fuera un capricho, una triquiñuela para conseguir inconfesos fines. Como si no fuera una imposición y un paso más de las autoridades españolas para reprimir el movimiento independentista. Encuentro francamente ruin acusar al acusado de protervas intenciones cuando se ha limitado a comparecer ante la justicia ejerciendo su innegable derecho a interpretar el proceso en la clave indudablemente política, de represión política, en el que está concebido.

¿Qué pasaría si el periódico titulara also así como "el gobierno español trata de intimidar al movimiento independentista reprimiendo a sus dirigentes principales para sembrar el miedo"? Pues que probablemente se acercara más a la verdad que con ese titular falaz en el que no se informa de nada, sino que se formula un juicio de intenciones. Por cierto, hablando de intenciones, merece la pena detenerse a considerar algunos aspectos muy interesantes. Los nacionalistas españoles más agresivos (muchos de los cuales están en El País) instan vivamente al gobierno a proceder con mano dura contra el independentismo, aplicando legislación de excepción y metiendo en la cárcel a quien le discuta. Suele advertirse que ir judicialmente contra Mas, Rigau y Ortega (y, por supuesto, Forcadell), supone pisar terreno peligroso por el valor simbólico de los interesados y arriesgarse a una respuesta encendida de la sociedad y las fuerzas políticas catalanas que agudice el enfrentamiento. Pero, dicen esos mismos guerreros nacionalistas, nada de eso pasará. Si los tribunales condenan a Mas, Cataluña callará, como calló el País Vasco cuando se ilegalizó a Batasuna y eso que se decía que ardería Troya. Es una interesante apuesta. En el País Vasco se ilegalizaba por acusaciones de violencia y terrorismo; en Cataluña no hay nada de eso. Se procesa y, si acaso, condena, por poner las urnas. Los publicistas vendidos al poder, los seudointelectuales  mesetarios tratan de confundir a la gente, insinuando que la comparecencia de Mas se debe al asunto del 3% y no al hecho de posibilitar que la población pueda votar libremente. Doble contra sencillo a que las respuesta social va a ser potente.

Y hay más en ese ejercicio de titular tendencioso y embustero. Viene a incidirse en la obstinada pretensión de El País de ignorar los datos objetivos de un movimiento de amplia base social, con un apoyo substancial de la población que va del 48% a la independencia al 80% al referéndum. Su interés es dejarlo reducido a una obstinación personal de Mas y sus íntimos colaboradores. Por eso los plumillas del panfleto aplauden el empleo de los tribunales contra los dirigentes independentistas. Creen, como todos los reaccionarios, que, atacando el símbolo se destruye lo simbolizado. Para más absurdo, las personas que hoy comparecerán ante los jueces, no ejercen ningún cargo político de responsabilidad, por lo tanto, su probable condena no causará ningún daño específico a las estructuras de poder de la Generalitat sino que se limitará a crear tres mártires, que servirán de inspiración a sus seguidores.

Mas, Rigau y Ortega simbolizan hoy el espíritu de libertad e independencia vivo en la sociedad catalana y no tengo duda de que la gente y las instituciones los apoyarán como merecen.

Porque lo merecen.

Podemos a tortas, como siempre

Pasaron meses negando los enfrentamientos y conflictos internos y afirmando que quienes los mencionaban era taimados enemigos, agentes del capitalismo, vendidos a la reacción. Aunque las señales y los síntomas de las desaveniencias eran evidentes, mentían y hasta escenificaban ridículas escenas de ternura entre ellos. No había modo de ocultar que, a pesar de su convicción de ser algo nuevo, distinto, rompedor, Podemos era y es un partido como todos los demás, con sus tensiones internas, sus luchas por el poder, sus zancadillas, ambiciones, trampas y mentiras. Y que recurre a los mismos métodos que todos los partidos: "los trapos sucios se lavan en casa", "los medios se la tienen jurada a Podemos", etc. Mentira tras mentira.

De vez en cuando, el frente teórico/ideológico, tan abundante como insubstancial en esta organización, trataba de elevar la categoría de la(s) controversia(s) y darle(s) alguna dignidad intelectual sin conseguirlo. Quienes tratan de disimular la pura bronca descarnada por el poder y el control personales, contraponiendo ideas, conceptos, teorías, opciones, apenas tienen recorrido. Ellos mismos no saben ni por dónde se andan y el espíritu de la trifulca interna no es muy distinto al de un gallinero.

Sus intelectuales orgánicos y sus dirigentes con ínfulas (esos que confunden las tertulias televisivas con debates de fondo) quieren pasar por lo que no son. La controversia interna de Podemos es, como siempre, una lucha por el poder personal y de las camarillas al servicio de unos u otros líderes. La disfrazan con algunos retazos de divergencias orgánicas y estatutarias (hasta donde llegan a discutir) pero, en realidad no tiene mayor altura que las endémicas peleas en el seno de IU. Por cierto, no es enteramente disparatado sostener que este desastre de Podemos estaba cantado desde el momento en que, tras meter la pata al negar la primera investidura de Sánchez en diciembre de 2016 y garantizar así el gobierno del PP, Podemos decidió suicidarse fusionándose con IU -la consabida organización de termitas- y el Partido Comunista de España, prestándose a su labor de camuflaje.

Actualmente Podemos es una especie de movimiento fracturado en cinco corrientes mal avenidas y que no serán capaces de actuar unitariamente, como no lo era IU: los "bolcheviques" de Iglesias, los "institucionistas" de Errejón, los "asamblearios" de Urbán, los "intrigantes" de Garzón y los "ni chicha ni limoná" de Bescansa. Y eso sin contar las tensiones desestabilizadoras que se presentan en las autonómías históricas y también Andalucía. En este caos de narcisismos y personalismos es imposible articular una oferta coherente que sea atractiva para el electorado.

Por último, un dato nuevo. En las más recientes explicaciones, quejas y protestas se echa de ver el gran peso que tiene el hiperliderazgo de Iglesias en sus aspectos más tópicos y dañinos. Ninguno de los rebeldes y críticos se atreve a criticar directamente al Secretario General porque suponen que tiene un apoyo incondicional de las bases. Y mucho menos se atreven a calificarlo como lo que a todas luces es, un ególatra, un narcisista solo pagado de su imagen mediática pero sin una sola idea constructiva que vaya más allá de consignas elementales. Y, como no se atreven a decir lo que piensan del superlíder, se refugian en el recurso de todos los críticos y rebeldes que no osan dar la batalla directamente y dicen eso tan típico de que Iglesias es el líder indiscutible por derecho propio, pero que no está enterado de lo que sus supuestos fieles seguidores hacen en su lugar. Él es justo, benéfico, legítimo, pero se ha rodeado de una camarilla de farsantes que solo tratan de medrar ellos aun a costa del partido y de su jefe. Lo mismo se decía de Franco, de Hitler, del Zar, de Lenin, de Stalin, de todos los autócratas que en el mundo han sido. Ellos son buenos; sus colaboradores, que los aislan del resto de la gente y los manipulan, son los perversos. ¡Ah, si él supiera!

Otra mentira más. Son los dirigentes quienes se rodean de la gente que les conviene porque así escuchan lo que quieren oír para lograr su objetivo: mandar.

diumenge, 5 de febrer del 2017

Las comparaciones son odiosas

E inevitables. Hace unos días, la señora Aguirre se mostraba indignada por la comparación entre Trump y Hitler que había hecho la alcaldesa de Madrid, Carmena. Podía haberle citado la célebre Ley de Godwin y hubiérmos terminado antes. Pero quizá ambas políticas no estén familiarizadas con dicha ley. La propia Aguirre, que tan indignada se muestra con la comparación de Carmena, publicaba en 2014 un artículo, El populismo, en el que comparaba a Podemos con los nazis. Más aun: con el totalitarismo en general, con los nazis y los comunistas al mismo tiempo. Hasta se lucía con una amalgama poco frecuente equiparando a Joseph Goebbels con Willy Münzenberg, el genio de la propaganda de la IIIª Internacional.

En mitad de esta pelea sale Der Spiegel, comparando a Trump con los yijadistas. De inmediato se han levantado voces de protesta por doquier. Alguien de la UE sostiene que la portada "carece de gusto", lo cual es evidente e insulso al mismo tiempo. Otros son más agresivos: ataque a la democracia, demagogia, antiamericanismo. El Bild Zeitung ha sido el más agresivo contra Der Spiegel. La caricatura, por cierto, es de un cubano refugiado en los EEUU. Hay quien, con algo más de vista, razona que esos ataques de la prensa son los que Trump necesita para seguir hostigando a los medios. Pero tampoco es convincente. Trump seguirá siendo hostil a los medios porque es un gobernante autoritario que no tolera la crítica ni la discrepancia.

Curiosa es la furia y unanimidad de la reacción en contra. Estas no pueden originarse en el contenido de la imagen en sí, porque es más suave que la que publicaba el Daily News en noviembre de 2015 con la misma idea. El peligro no está en el mensaje, sino en su difusión. El Daily News es un periódico neoyorquino, Der Spiegel es el Titanic de las revistas alemanas, respetada y difundida en el mundo entero. Hace más daño.

La comparación de Trump con Hitler sin duda apunta el presumido totalitarismo de aquel. La comparación con la Yijad pretende señalar al supuesto extremismo, el integrismo del presidente.Las imágenes tienen la fuerza, el impacto de lo visual, inmediato, directo. No son una narración. La narración se lee después.

Las críticas a estas comparaciones (la de Carmena, la de Der Spiegel) se concentran en el "mal gusto", la exageración, la mala fe. Incluso, si se nos apura, en la famosa "amalgama" estalinista que la señora Aguirre practica con fruición. Si embargo, si se razona un poco, se verá que el contenido de los argumentos y las medidas ya en vigor de Trump revelan precisamente el espíritu intolerante, excluyente, xenófobo, racista que animaba y anima a los otros téminos de la comparación. Si piensan de forma parecida y dicen cosas parecidas será porque se parecen.

Pero hay más en la historia. Estas comparaciones se justifican invocando la experiencia. Pero invocan solo parte de ella. Si ampliaran la visión cundiría más la alarma. Nadie creyó al principio que un tipo como Trump consiguiera la nominación republicana y todos se reían de él. Fue nominado. Nadie después creía que pudiera ganar las elecciones a Clinton y seguían riéndose de él. Las ganó. Al principio, en España, durante la República, nadie se tomaba en serio a la Falange y aquello acabó como acabó. En Alemania muy pocos se tomaban en serio al vociferante Adolf Hitler en los años veinte. Y pasó lo que pasó. Si, cuando se reacciona, es tarde, ¿no es razonable anticiparse a los desastres?

Trump tiene una pulsión evidentemente antiliberal y antidemocrática. La opinión general es que las centenarias instituciones democráticas de los EEUU mantendrán a raya esa pulsión y el Estado de derecho prevalecerá. Pero ¿y si no lo consiguen? Las instituciones son humanas y débiles, especialmente ante el factor humano.

Según parece, desde la llegada de Trump, se han disparado las ventas de 1984, de Orwell. La conexión de sentido es clara. Pero todavía hay otra más clara aun y que me extraña no se haya reeditado ya, la novela de 1935 de Sinclair Lewis, Aquí no puede pasar, en la que cuenta el acceso al poder de una especie de nazi yanqui, Berzelus "Buzz" Windrip, que establece un régimen totalitario tras ganar las elecciones a Roosevelt.

Ciudad de estrellas

Esta película trae algo curioso: nos gusta hasta a los que no somos aficionados a los musicales. Desde su presentación en Venecia el año pasado, tiene universal aclamación. El próximo 26 de este mes puede caerle una ristra de premios de la Academia porque ya ha sido nominada para 14 Óscars, un éxito raramente igualado, según parece. Y con razón, mi entender, porque es una obra estupenda. No es una improvisación, ni una ocurrencia, ni una adaptación apresurada de una novela de éxito reciente o de algún clásico seguro. Es un guión original que se redactó en 2010 y ya para entonces había venido siendo objeto de consideración desde los años de la universidad entre el director y guionista, Damien Chazelle, y su compañero (autor de la banda sonora) Justin Hurwitz. Un primer intento de encontrar productor fracasó cuando este pidió cambios sustanciales en el guión (tipo de música, protagonista y final) para hacerlo más comercial. El equipo Chazelle/Hurwitz se negó y siguió trabajando en el texto que, al final, fue producido como ellos quería y nosotros vemos. Algo muy trabajado. Un acierto.

La película es una versión más de la ideología yanqui de la "tierra de las oportunidades" o el lugar en donde dreams come true, con un toque irónico. En inglés, lalaland es Eldorado, Jauja, Never Never Land y Los Angeles, claro. La historia es un homenaje al cine musical clásico, el de Cyd Charisse, Gene Kelly, Fred Astaire y anterior. Un clamor de nostalgia que incluye repetidas referencias al episodio del planetario de Rebelde sin causa. La trama consigue ser atemporal y cuenta una historia de chico- encuentra-chica clásica y de requeteprobado efecto. El tono general es desenfadado, suave distendido, humorístico, pero con su punto de compromiso. Es una defensa del jazz, como género al que se ha dado por muerto por su virtud esencial de ser una interpretación creativa que es lo que el protagonista, pianista de jazz, subraya como su pasión en vida. Obvio, cuando el primer productor pidió el cambio musical en el guión se refería a sustituir el jazz por el rock y el pianista por un cantante. Se entiende que Chazelle/Hurwitz dijeran que no y esperaran seis años, mejorando el escrito. Por ejemplo, pasaron la acción de Boston a LA y eso es decisivo.

La película tiene el almíbar necesario para ser un homenaje a los musicales clásicos, aunque a un ritmo más acelerado, con lo que las transiciones de los trozos en prosa a los líricos son casi imperceptibles, quitando algunos momentos triunfales como la coreografía del principio en la autopista. Por todo ello, la secuencia final es sorprendente y también se entiende que los autores se negaran a cambiarla. Es magnífica. Lo mejor de la película.

dissabte, 4 de febrer del 2017

En busca de la infalibilidad

Esto, más que un consejo, o comisión, o comité, o ponencia, parece un concilio. Con la sola excepción de los sanchistas, que son como los pelagianos, todas las demás tendencias, familias, ánimos, cargos, edades y biografías están sabiamente representadas y equilibradas. Tambien faltan los militantes, pero, aparte de encontrarse en actitud levantisca y estar repletos de sanchistas, su función no es tomar decisiones, caramba, sino acatarlas. Esto es un partido, no la casa de tócame Roque.

La imagen de 230 personas, todas ellas especialistas, opinadoras, activistas, con trienios, elegidas por ellas mismas, puestas a redactar un documento es lo más cercano que cabe imaginar al verso horaciano de cuando la montaña parió un ratón. Lo curioso de este ratón es que será muy voluminoso. Y cuanto más voluminoso, más ratón. Pues buenos son casi todos los nombres que aparecen en la lista de ponentes para callarse y dejar en el cajón el manuscrito de cien o doscientas páginas sobre planes de reforma del sector financiero o la Política Agraria Común. La idea es que el programa lo sea de máximos. De lo que se trata no es de un programa sino de una caperuza para encasquetársela al candidato que salga elegido SG al mes siguiente y si, de paso, no puede moverse, mejor. De lo que se trata es de que el PSOE siga siendo la muleta del PP después del congreso. 

Puestos a ser constructivos, con ese ánimo de pacto de Estado en que gusta moverse el PSOE, no sería exagerado que lo pactara con el PP. ¿Exageración? Hay muchos modos de pactar.

De todas formas este documento de ratón con línea roja no será de obligado cumplimiento, sino que e someterá a consideración del Congreso que, entre otras cosas, puede darle la vuelta. Sustituir la infalibilidad del cónclave de sabios patricios por la mayoría de la gente, que no presume de ser infalible, pero sí mayoría. Porque esta ponencia "marco" no es más que un dogma colaboracionista con el que se quiere impedir que la militancia del PSOE pueda expresar su parecer y reorientar el partido. Lo importante no es la ponencia; lo importante es el "marco", que sirve para impedir el libre debate. Muchos de los 230 ponentes no son otra cosa que censores que jamás han tenido una idea propia.

A la mayor gloria del hombre

En el Teatro del Barrio, una cooperativa sita en la zona del Lavapiés de Madrid, tienen una línea de producción sobre mujeres, con piezas escritas, dirigidas e interpretadas por mujeres. Un muy interesante experimento. En la ocasión han dado con una idea magnífica, novedosa y muy prometedora, en la obra Sección (mujeres en el fascismo español). Se justifica de entrada en que, siendo las mujeres la mitad de la población, la historia las invisibiliza. Al parecer, se intenta contar la historia de "la otra parte", reavivar la memoria de género, por así decirlo. No es pequeña pretensión y más difícil de lo que la misma pieza presume. En concreto se narra la peripecia de Pilar Primo de Rivera y Mercedes Sanz-Bachiller, con una tercera voz que no acaba de encajar en la historia y en su relato, la de Carmen Polo de Franco y que parece haber sido introducida para acentuar una línea de farsa y, al tiempo, contextualizar la obra porque, al día de hoy, poca gente sabe algo de Pilar, la hermana del Ausente, y prácticamente nada de Sanz-Bachiller, viuda de Onésimo Redondo. La aparición de Carmen "Collares" sitúa a unos auditorios que podrían perderse en la narración de la dialéctica entre Primo de Rivera y Sanz-Bachiller. Una narración esencial porque con ellas se personifica y hace palpable la labor de adoctrinamiento y estupidización de las mujeres que realizó el franquismo durante cuarenta años.

Esto es cierto, pero no suficiente. Que el franquismo cercenó los derechos conseguidos por las mujeres (y, en consecuencia, por todos) durante la segunda República y las devolvió a una situacion de subalternidad, minoría de edad práctica, sumisión y servilismo fue evidente dede el minuto 1º de la sublevación militar. En cierta medida, este fue uno de sus principales objetivos (además, claro, de derrotar a la clase obrera, la izquierda y la República y someter a las naciones no castellanas, Cataluña, País Vasco y Galicia) del que encargó en especial a la Iglesia Católica, como correspondía a la esencia nacional-católica del régimen. La Iglesia, que se pinta sola para reprimir, se puso a la tarea de santificar velis nolis la vida de todos los españoles, dedicando una atención especialísima a las mujeres, "vasos del diablo".

Sin abandonar la misión moralizante de los curas en todos los ámbitos, para llegar al ámbito  femenino "íntimo", los asuntos propios de "su condición", al "eterno femenino", que dicen los cursis, se valió de mujeres. Pilar Primo de Rivera, fundadora de la Sección Femenina (SF) de la Falange y Mercedes Sanz-Bachiller, del Auxilio Social y, sobre todo, el Servicio Social, una especie de servicio militar obligatorio femenino de seis meses de duración, fueron las encargadas de adoctrinar a las mujeres en los delirios del falangismo y el nacional-catolicismo. Es decir, no debe olvidarse que la historia de "la otra mitad" no es otra historia, distinta, silenciada, olvidada que ahora se rescatara. Es la misma historia de la primera mitad, la viril y/o sacerdotal, interpretada por mujeres con funciones cipayas.

Se señala así uno de los problemas más graves que afecta al feminismo de ayer y el de hoy mismo: la colaboración de las mujeres en su propia opresión. Es cierto que eso sucede en todos los sectores o movimientos emancipadores del tipo que sean: en su seno suele anidar la posición contraria. Pero en el caso del feminismo, esa colaboración con el patriarcado no solamente es muy abundante sino también extraordinarimente sutil. No es lugar este para extenderse, pero puede tomarse un atajo: la falta de acuerdo interno al feminismo respecto a la prostitución. Pero esto es indiferente. Lo importante es dejar constancia de que si el fascismo, la Iglesia, el franquismo son misóginos, lo peor es la colaboración activa, entusiasta, de las víctimas. Ese problema produce cierta desesperación y a ella, entiendo, se debe el acto de rebeldía del coro final que viene a ser una especie de promesa del tipo de la lucha continúa, subrayado por el hecho de que las tres se despojen de los sujetadores y los arrojen al suelo, en un signo de liberación patente. La obra tiene algunos guiños al recuerdo de la rebeldía de los sesenta, como este del rechazo al sujetador o la canción de Chicho Ferlosio, Los dos gallos, entre otros. Y esto produce cierta nostalgia. La historia contrapone la memoria de las abuelas de las actrices a la rebeldía que se articula en torno a la simbología revolucionaria de sus madres. Aquí hay algo que conviene considerar. Puestos a actualizar la rebelión del topless de los sesenta, ¿no estarían en esta línea las protestas tan mediáticas de Femen? Esto provoca también bastante controversia.

En todo caso, el espectáculo, que es una especie de cabaret con algo de danza, música, coros, proyecciones, está muy bien. La obra es corta y se hace más. El guión, muy bien aunque quizá algo recargado de símbolos y alegres anacronismos. La versión del Cara al Sol, deliciosa y la espantosa sintonía del NO-DO un magacine semanal de obligatoria proyección en todos los cines en la que se cantaban las excelencias del Caudillo pescando salmones, el ingenio de un obrero del Ampurdán y camisa vieja, claro, que había inventado una máquina de afeitar con la que, además, podía freírse un huevo y, de vez en cuando, la elegancia y la belleza de las chicas de la SF haciendo tablas de gimnasia católicamente ataviadas con camisa y pololos. A la vista de la naturaleza real y verídica de aquel régimen se comprende por qué es casi imposible parodiarlo. La dirección, muy ágil y las tres intérpretes, brillantes. Yo les hubiera puesto la camisa azul bordada en rojo, al menos a las dos falangistas. La llevaban siempre.

El diálogo entrelazado de veras y burlas gira en torno a la rivalidad entre Sanz Bachiller y Primo de Rivera. Pero no la lleva muy allá. Y debiera. Las dos mujeres eran fuertes personalidades y se odiaban. Queda claro en las memorias de la hermana del Ausente que cuenta cómo se quitó de encima a su competidora nada más terminar la guerra. Las dos de familias pudientes e ideólogas del "feminismo" nacional católico y falangista tenían orientaciones distintas. Pilar Primo de Rivera dedicó su vida a la SF, la falange y a la memoria del hermano. No se casó nunca. Ernesto Giménez Caballero, que tenía cosas de genio y de orate, planeó casarla con Hitler para fundar una dinastía nazi, pero no salió. No tuvo hijos. Franco la nombró en 1960 condesa del Castillo de la Mota. En el fondo una tradicionalista que acabó representando la imagen de una vestal en el templo del Ausente. Sanz-Bachiller era una activista, mujer de mundo, casada dos veces, con cuatro hijos y también ennoblecida por vía conyugal cuando Franco nombró a Onésimo conde de Labajos. Inquieta, emprendedora, intrigante, pero frustrada en su ambición de erigirse en la gran Madre de España, fue depuesta sin muchos miramientos a raíz de un asunto de supuesta malversación de fondos del Auxilio Social como suele pasar en la derecha. No obstante la "viuda de España" continuó toda su vida engastada en los puestos del régimen en el que fue procuradora en Cortes largos años.

La idea es brillante. Los dos personajes dan mucho juego. Carmen Collares sobra. Pero aquí no está haciéndose memoria de otra historia sino de los papeles femeninos de la historia una patriarcal. 

Si de hacer memoria de otra historia se trata, sugiero la de Matilde Landa.

divendres, 3 de febrer del 2017

La frase revolucionaria

El proceso precongresual de Podemos está lleno de enseñanzas, especialmente para ellos mismos. Era tal su identificación con lo nuevo, el cambio, la ruptura (en el fondo, una revolución vergonzante) que veían esa radical novedad en donde ellos estuvieran. Decían que no solamente venían a cambiar la realidad sino que, de hecho, esta había cambiado ya por su sola presencia. Olvidaban que para cambiar la realidad hay que poder, hay que ser poder, hay que tener poder, hay que estar en el poder. Un olvido curioso en quienes se llaman Podemos.


En el discurso de Podemos hay un recurso metafórico permanente al desarrollo biológico. Mucha referencia a por qué nació Podemos, con una idea de misión y también a qué quiere ser, cómo quiere constituirse, qué camino seguir. Si se nos fuera la mano, veríamos aquí la duda de Hércules entre seguir el camino del vicio o el de la virtud. No llega a tanto, pero hay dudas, opciones distintas, criterios enfrentados. Lo cual demuestra que la organización es humana, falible. O sea, los dirigentes y militantes son como todo el mundo, con sus enfrentamientos, sus luchas por el poder. Quizá el nombre adecuado hubiera sido Podremos. De ello habla en una muy interesante entrevista Miguel Urbán el de Anticapitalistas, en donde reconoce que Errejón aspira a controlar el partido sin chocar directamente con Iglesias. Es de puro sentido común: admitir que somos mortales y estamos movidos siempre por parecidas apetencias.


Es decir, la realidad no ha cambiado. El que ha cambiado ha sido Podemos. Pasa siempre. No obstante, al tomar conciencia de este hecho, se dispara la rica retórica del discurso: no hay fracción, no hay ruptura, no hay enfrentamiento. Seguimos siendo unicos, especiales, nosotros no nos pegamos. Pasado el Congreso todos trabajaremos codo con codo en pro del común proyecto. ¿Qué proyecto? No está claro. De momento, parecen definirse tres propuestas distintas de organizar el partido. Para entendernos y simplificando: 1) la caudillista de primacía del SG; 2) la populista de los cuerpos intermedios, los comites, círculos, órganos; 3) la asambleísta de todo el poder a los círculos. Bien, pero tres proyectos de organización del partido no son tres proyectos para cambiar la sociedad.

Y justamente, de eso es de lo que más hablan, de cambiar. Han venido  a cambiar la sociedad, la realidad, España. Hay que ver qué subconsciente mesiánico delata esa imagen.  Utilizan un lenguaje duro, pero no preciso. Lo mejor pensado para asustar a la gente. Son adictos a la frase revolucionaria, pero vacía. "Cambiar", sí, pero ¿en qué? Esa es la ventaja que le llevan los partidos de la vieja escuela. Cuando estos piden "cambiar" quieren decir alternar el partido en el gobierno. De cambiar la sociedad, el modo de vida, el modelo productivo, de eso no se dice nada. De forma que el discurso de Podemos, en la medida en que se entiende, tiene un engarce modesto en la realidad. Aunque se presente hiperbólicamente como el discurso de la inmensa mayoría, del noventa y nueve por ciento frente al uno por ciento, es improbable que encuentre un eco superior al que ha tenido hasta ahora; al contrario, puede ser inferior.

La retórica de "los de arriba" y "los de abajo", cuyo supuesto es que los primeros son una exigua minoría y los segundos somos la mayoría, olvida que hay un amplísimo sector en el medio, la inevitable clase media real o imaginaria. Cierto que esto de las distancias y las jerarquías depende en gran medida del punto de vista. Desde arriba, todo es abajo; desde abajo, todo es arriba; desde el medio hay un arriba que te puede caer encima y un abajo que puede abrirse a tus pies. A ese sector, desde luego muy numeroso en nuestras complejas sociedades, lo discursos dicotómicos, polarizados suelen darle miedo. Y la gente con miedo no te vota, al menos voluntariamente.

Como, por muy dispuesto que se esté -llegado el momento- a asaltar el Palacio de Invierno, hay que tratar de ganar elecciones en esta sumamente defectuosa democracia representativa, es preciso elaborar un discurso que la gente vote. Pero, ya lo vemos, con la dialéctica de la polarización tal cosa no sucede. Por eso, hay otra escisión o polaridad fuerte: la que pretende allegar los votos absorbiendo los del PSOE a base de destruirlo y la que aspira a aumentarlos con algún tipo de alianza con la socialdemocracia. En esa alternativa, la única real en toda la monserga, está la clave del sistema de partidos de los próximos meses, quizá años. Y aun así, tampoco es seguro porque depende de una eventualidad impredecible: la convocatoria de elecciones anticipadas.

dijous, 2 de febrer del 2017

La República Catalana en Blanquerna, Madrid

Este es el vídeo completo de la presentación de "La República Catalana" en la librería Blanquerna, en Madrid. Ferran Mascarell, delegado de la Generalitat en Madrid hace la presentación general; después, Joan Tardà, espléndido, como siempre, con su poderosa dialéctica y luego, un servidor.

Hubo también un turno de preguntas y respuestas que me pareció interesante. 

Es bueno que estas cosas se digan y escuchen en Madrid, aunque haya de ser bajo protección policial.

La raíz de la corrupción

En el post de ayer, titulado Corruptópolis, Palinuro comentaba tres asuntos de corrupción en España y vergonzosas y/o ruines actuaciones del presidente Rajoy: el nombramiento de su amigote Arsenio Fernández de Mesa como consejero de la Red Eléctrica (150.000 € al año), puesto para el que tiene tantos merecimientos como para ser director de la Guardia Civil, su cargo anterior: ninguno. Solo su amistad con Rajoy y su canina lealtad a este. La incapacidad para pedir perdón a los familiares de las víctimas del Yak42 que lo fueron por la imperdonable actuación del gobierno en el que él, Rajoy, era vicepresidente. El insólito homenaje póstumo que se tributó a Rita Barberá, con el mismo Rajoy (el que la echó del partido) cantando sus alabanzas. A los familiares, no, pero a Rita Barberá, sí. Todo ello coronaba un jornada en la que PP y C's impedían la mísera subida de 1,2% de las pensiones, mientras el PSOE, que lo pacta todo con este gobierno, no hacía nada.

El post era un florilegio de la corrupción que caracteriza a la España actual bajo el PP, una corrupción generalizada, estructural, procedente de un gobierno cuyo presidente está acusado de haber cobrado sobresueldos en negro y cuyo partido es considerado por algunos jueces como una "asociación para delinquir".

Me quedé pensando en que este fenómeno de corrupción generalizada, descarada, desvergonzada (repásense los vídeos de Rajoy, Trillo, Bárcenas y resto de esta cuadrilla), tenía que tener alguna explicación racional. No podía ser una plaga divina, sin causa terrena aparente. Y creo haberla encontrado. A ver qué opinión merece.

Mariano Rajoy Brey nació en 1955. Él y sus tres hermanos (dos chicos y una chica) sacaron unas de las oposiciones más difíciles del Estado (registradores y notarías) a la primera y apenas terminadas sus carreras. Hay quien relaciona estos milagros con el hecho de que fueran hijos de Mariano Rajoy Sobredo, el magistrado que presidía la Audiencia Provincial de Pontevedra cuando se juzgó el famoso escándalo del aceite de Redondela en la primera mitad de los setenta, un proceso lleno de misterios, con siete muertes escasamente investigadas y menos explicadas y en el que aparecía mezclado el hermano del dictador, Nicolás Franco, quien ni siquiera fue llamado a declarar. El juicio terminó sin pena ni gloria, condenándose a unos años de cárcel a tres pichichis y dejando todo lo demás en la oscuridad, incluido el destino de millones de litros de aceite de los que nunca más se supo. Todo lo anterior y más lo encontrará el lector en el documentado artículo de Eusebio Lucía Olmos, titulado  ¿Fue Mariano Rajoy un lumbrera o simplemente un beneficiario directo del caso 'redondela'"?

Luego, Rajoy no debió de ejercer su profesión ni tres años pues ya en 1981 lo encontramos activo en Alianza Popular (nombre anterior del PP) y diputado del Congreso en 1982. Desde entonces, hace ya 35 años, no ha abandonado la actividad política como presidente de diputación, ministro, vicepresidente del gobierno y actual presidente, secretario general del partido y también actual presidente de este. O sea, un político profesional con una formación escasísima (basta con oírlo y ver lo que lee) y prácticamente ninguna experiencia laboral que no sea intrigar para conseguir los cargos. No es pues exagerado considerar que al frente de los destinos del país se encuentra un absoluto mediocre que solo prospera en los tejemanejes políticos de los partidos. A la conocida idea de la sociología funcionalista estadounidense de mediados del siglo XX de que las sociedades industriales se rigen por el principio de la meritocracia, Rajoy contrapone una larga práctica demeritocrática.

Y es lógico. Nadie que ascienda por encima de sus dotes, cualidades y esfuerzo tolera a otros a su vera que puedan hacerle sombra. Los necesita más mediocres, más inútiles, con menos escrúpulos que él y completamente entregados a su voluntad pues, si no se benefician de los arbitrarios nombramientos del jefe, no son nada.

Ahora repásense los nombramientos de Rajoy desde siempre. ¿Se busca en ellos la experiencia, la competencia, la capacidad, la voluntad de trabajo, o basta con ser amigo y gozar de la confianza del jefe para ascender meteóricamente aunque no se sepa nada de trabajo (Báñez), de sanidad (Mato), de educación (Wert), de energía e industria (Soria), de seguridad (Fernández Díaz), de la Guardia Civil (Fernández de Mesa), del ejército (Cospedal), etc.? Y ese ejemplo se extiende de arriba abajo por la pirámide del Estado y se reproduce en todos los niveles, en los que se entregan competencias a gentes que carecen de ellas y solo se distinguen por su obediencia ciega y su afición a incurrir en comportamientos presuntamente delictivos y muy enriquecedores. En España, en política, y gracias a Rajoy, no se selecciona a la gente por su mérito sino por su entrega y su demérito.

Y esa es la raíz de la corrupción general imposible de atajar porque, milagrosamente (tan milagrosamente como la carrera política de Rajoy) la raíz está en la copa del árbol. 

(La imagen es una foto de la Casa Rosada (Argentina Presidency of the Nation), bajo licencia Creative Commons).

La República Catalana se defendió bien

El acto de presentación en Blanquerna estuvo muy bien, con lleno absoluto y gente sentada en las escaleras. Transcurrió animada y pacíficamente porque fuera había cuatro dotaciones de policía por si acaso. El acaso provenía cautamente de las amenazas en las redes. Es una alegría que la policía proteja la libertad de expresión; es una pena que, en Madrid, según qué opiniones solo puedan expresarse bajo protección policial. Es lo que hay en España. En todo caso, muy agradecido a la fuerza de seguridad por protegernos.

Ferran Mascarell, el delegado de la Generalitat en Madrid, hico un amplia y muy meditada presentación y Joan Tardà estuvo, como siempre, fogoso, dialéctico, brillante, leonino y muy humano. Gracias ambos.

Según me dijeron hubo streaming del acto. Además, Ferran me ha dicho que subirán el vídeo en su página web y ha prometido enviarme el enlace cuando esté disponible. A mi vez, lo reproduciré en Palinuro.

dimecres, 1 de febrer del 2017

Corruptópolis

Con la que está cayendo a cuenta de las puertas giratorias y de las empresas eléctricas (un suculento negocio para los políticos y sus amigos a costa de que la gente pague unas de las tarifas más altas de Europa), cualquiera diría que este nombramiento muestra poco tacto o sentido de la oportunidad. Otra puerta giratoria y más que giratoria, una verdadera lanzadera. El puesto para el que se ha nombrado a este personaje con unos 150.000 € al año, queda vacante porque su anterior titular se incorpora al gobierno. ¿Habían oído hablar alguna vez del capitalismo de amiguetes? Son las reglas del mercado: las empresas no se arredran en contratar auténticos inútiles por una millonada porque saben que se las recompensa por otro lado. La experiencia del nombrado en asuntos de energía viene de haber sido director general de la Guardia Civil, puesto al que fue ascendido sin merecimiento alguno, como decisión personal de su amigo Rajoy. ¿Paganos? Los contribuyentes.

La idea de que este nombramiento muestra falta de tacto es, en realidad, una simpleza. Los que proceden a hacer nombramientos caciquiles se pasan el día haciendo cosas parecidas. El Estado es de su propiedad y hacen con él lo que quieren. Nombran a la gente que les da la gana, amigos, allegados, parientes. ¿Para qué van a necesitar tacto o sentido de la oportunidad? Hacen lo que quieren porque es lo que quieren y nadie protesta y, lo más grave, nadie lo impide. Es una desvergonzada conciencia de impunidad. Después de 14 años de humillar la memoria de las víctimas del Yak42, sin pedir perdón por el inaudito atropello, los mismos que son políticamente responsables de él reciben a los familiares como si les hicieran un favor y siguen sin pedir perdón.

¿Por qué habrían de hacerlo? El país es suyo. Si hubieran de andarse con remilgos y cuestiones de oportunidad, ¿cómo iban a homenajear póstumamente a Rita Barberá? "Era buena, decente y trabajadora; la echo de menos", dice Rajoy. ¿Sentido de la oportunidad? Debe de ser el mismo Rajoy que la obligó a dejar la militancia cuando las cosas se le pusieron feas, pero que ahora, llevado por el entusiasmo, ha llegado a comparar a Barberá con los ediles muertos por atentados terroristas.

Todo eso y mucho más, cotidiano, permanente: latrocinios, expolios, estafas, malversaciones...la corrupción en España es estructural y todo lo que se hace es funcional a esa estructura. Que, por lo demás, sigue manteniéndose sobre las costillas de los más débiles, los jóvenes, los parados, los dependientes y, en esta ocasión los jubilados pues el PP y C's han conseguido paralizar la subida de las pensiones de un 1,2%, siendo así que la inflación en enero ha sido del 3%.

A esta situación de trapaza y corrupción cotidiana, aquilatadamente española, hemos llegado con el impagable auxilio del PSOE al permitir con su abstención este gobierno de la derecha. Andan por ahí los voceros de la gestora diciendo que lo controlan y que son una oposición útil a la ciudadanía. A la vista está, en la impunidad con la que el gobierno hace lo que quiere.

Ahora amenazan con no aprobar los presupuestos. Será de ver hasta dónde llevan su negativa, teniendo en cuenta que Rajoy dispone de la llave de elecciones anticipadas. Y si, para evitar elecciones anticipadas, se forzó una abstención del partido que lo dejó fracturado, ¿qué no se hará para evitarlas de nuevo? Por ejemplo, aprobar los presupuestos con estos o aquellos retoques que el gobierno se encargará de ignorar olímpicamente, como hace con todas las proposiciones no de ley del parlamento mientras él procede por decreto.

La dimisión de Vidal y las consecuencias

Mi artículo de hoy en elMón.cat, titulado "las personas y el proyecto", trata de las desafortunadas afirmaciones públicas del juez Santiago Vidal y sus consecuencias, tanto para él como para la causa que representa. Personalmente, su comportamiento ha sido correcto: la dimisión como senador de ERC. Eso es lo que se espera de un político democrático en Europa. No lo es en España, claro, país en el que, hagan lo que hagan, los políticos (especialmente los de la derecha) no dimiten jamás. Un guasón diría que es una prueba más de que Cataluña no es España porque en Cataluña se dimite. Y poco importa si esa dimisión ha sido a propia iniciativa del interesado o por presión de su organización. Eso es indiferente. El hecho objetivo, claro, incuestionable es que, si alguien actúa inadecuadamente, debe asumir su responsabilidad.

Tiempo ha faltado a la oposición para exigir responsabilidades a todos los demás niveles: explicaciones, comparecencias, hasta una comisión parlamentaria de investigación. Produce cierta irritación ver que quienes no dimiten ni cuando los pillan con la mano en la caja sean ahora tan estrictos con los demás. Comportamiento típico de escribas y fariseos. Y, no obstante, el juez Vidal, ni ERC, ni el gobierno de la Generalitat pueden negarse o responder con un "y tú más". Esas explicaciones deben darse; esas comparecencias, producirse. Para que quede claro que el proyecto independentista no recurre a los mismos procedimientos de guerra sucia del Estado que quiere ahogarlo. Y si, de esas explicaciones se siguieran otras responsabilidades personales, también deben asumirse sin rodeos.

Las faltas, los errores, los cometen las personas, no los proyectos. Son las personas quienes deben arrostrar las consecuencias de sus actos y no los proyectos colectivos. Poco futuro cabe augurar a la hoja de ruta si recurre a los procedimientos del adversario. No solamente porque ello sería una inmoralidad sino también porque sería un error estratégico.

A continuación, la versión castellana del artículo:

Las personas y el proyecto

Se entiende por qué los políticos del PP no dimiten nunca, hagan lo que hagan, tanto si abusan de su poder como si impiden el ejercicio de derechos ciudadanos o cometen delitos. Saben que la dimisión no es nunca el fin de una aventura, sino su comienzo. A continuación vienen las exigencias de que se pida perdón, las peticiones de comparecencia o las comisiones de investigación. Es mucho mejor no dimitir y dejar que escampe.

Por eso no dimitió Trillo después de la catástrofe del Yak42 de la que es políticamente responsable. Por eso tampoco Rajoy pide perdón a los familiares de las víctimas 14 años después de aquel desastre acaecido cuando él era vicepresidente del gobierno y, por tanto, también responsable. Por eso igualmente tampoco dimitió Fernández Diaz aunque esté bajo vehemente sospecha de haber hecho todo tipo de juego sucio contra el independentismo catalán, incluida la presunta “hazaña” de intentar destruir la sanidad catalana. Dimitir es reconocer responsabilidad, quizá culpabilidad y eso no es práctica común de la derecha.

La dimisión de Santiago Vidal se aleja de la práctica hispana y se acerca a la europea. Se hacen declaraciones inoportunas o injustas o falsas y, en consecuencia, se dimite. Esta dimisión ha provocado la consabida avalancha de peticiones de la oposición, tratando de acorralar tanto al dimisionario como al gobierno catalán, principal afectado por las declaraciones del juez. Al margen de la torcida intención que tienen muchas de estas peticiones, es importante que el bloque independentista y especialmente ERC, organización a la que pertenece Vidal, continúen en el espíritu europeo iniciado por el juez, den todas las explicaciones que razonablemente quepa esperar y disipen la sombra de la duda en los procedimientos aplicados en la hoja de ruta.

Es irritante ver cómo quienes actúan de modo prepotente y a veces supuestamente ilegal, quienes recurren a las cloacas del Estado para conseguir fines ilegales e inmorales, quienes censuran y abusan, se erijan en paladines de la democracia y el Estado de derecho. Pero eso no justifica el recurso al “y tú más” por la muy sencilla y poderosa razón de que ambas partes no son iguales. Nunca serán iguales quienes luchan por la libertad y quienes lo hacen contra ella, quienes quieren emanciparse y quienes sojuzgar a los demás. Quienes aspiran al pleno uso de los derechos nacionales no pueden recurrir a los mismos procedimientos que quienes quieren suprimirlos
Las desafortunadas declaraciones de Vidal comprometen a ERC, a JxS y al conjunto del bloque independentista porque afectan al comportamiento de las instituciones. Los responsables no deben ser reticentes a la hora de disipar dudas, evidenciar la falsedad de las sospechas, mostrar la limpieza del gobierno y sus departamentos. La oposición, incluida la más reaccionaria y xenófoba, está en su derecho de exigir cumplidas explicaciones y el gobierno catalán está en el deber de proporcionarlas. Las comparecencias de las autoridades en sede parlamentaria no deben ser obligadas, sino voluntarias. Y si llegara a demostrarse, que incurrieron en ilegalidades o actitudes reprobables, deben asumir su responsabilidad ipso facto y actuar en consecuencia. Son las personas responsables quienes deben pagar por ello so pena de que lo haga el proyecto.

La Constitución de la República Catalana, de la que el juez Vidal es uno de los corredactores, como el proyecto de emancipación nacional a que aspira no puede fundamentarse en comportamientos dudosos y actividades que no puedan hacerse públicas sin suscitar la suspicacia y el temor de la ciudadanía.

Vidal-Quadras explica en twitter que, cuando se abandona la protección del Estado de derecho, cuando se va contra la ley, la única solución es la fuerza. Es una amenaza obvia. Aunque cabe discrepar de la idea de la ley y el Estado de derecho que profesa el exeurodiputado del PP, en un sentido realista solo cabe darle la razón. Ir contra ley, por inicua que esta sea, es arriesgarse a sufrir el uso de la fuerza, que a nadie agrada.

Por eso es muy importante que todas las actuaciones del gobierno catalán sean escrupulosamente legales, para ajustarse al enunciado de Puigdemont “de la ley a la ley”. Es esencial que, al llegar el momento crucial de la confrontación política del referéndum, el Estado no haya recurrido al uso de la fuerza, amparado en una supuesta ilegalidad previa. Que se atreva a declarar ilegal el referéndum, a su vez amparado en una legitimidad que tiene un amplio reconocimiento interior y exterior.

La República Catalana hoy en Madrid

Hoy llegará La República Catalana a Madrid, a la emblemática librería Blanquerna, sita en la calle Alcala, 44, a las 19:00. Presentará el acto Ferran Mascarell, delegado de la Generalitat en Madrid e intervendrá Joan Tardà, diputado de ERC en el Parlamento español, y Palinuro, el autor del libro.

El encuentro promete ser interesante. Se quiera o no reconocer, el proceso independentista catalán es el problema más importante que tiene planteado el sistema político español. Llevo años diciéndolo y defendiendo el derecho de autodeterminación de los catalanes. Al principio, todos me miraban como un extraterrestre, por insistir en algo que parecía una quimera o completamente irrelevante, algo a lo que ninguno prestaba atención. La incapacidad de los políticos y de lo intelectuales españoles para ver lo que tienen delante de las narices es fabulosa. Y así siguen. Todavía hoy asombra el silencio de la clase política, incapaz de tomar una sola iniciativa, y del estamento pensante, dándose pote en sus columnas en los periodiquitos y en sus enchufes en la tertulias audivisuales en donde llevan años diciendo las mismas sinsorgadas. Ninguno dice o hace nada constructivo en relación a Cataluña salvo repetir como carracas que la autodeterminación es ilegal. Como lo fue la independencia de los Estados Unidos, por supuesto, y la de todas las posesiones españolas hasta la fecha, exceptuada la de Guinea, que fue legal, y la del Sahara que, además de ilegal, fue una traición. 

Seguro que alguien en el público se pregunta en voz alta en dónde están los intelectuales españoles en estas circunstancias. No es difícil responder: están con el poder español, como siempre. Y lo están también los de izquierdas, incapaces de reconocer una revolución como la que está dándose en Cataluña porque no se hace según sus apelmazadas consignas.

dimarts, 31 de gener del 2017

Cuando se quiere hacer historia

El fastuoso guirigay montado en los dos partidos de la izquierda (el dinástico y el antisistema, para entendernos), en realidad se reduce a cuatro nombres: Susana Díaz, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón. Cuatro nombres en lucha por el poder en sus respectivas militancias. Ninguno de ellos, excepto Errejón, es conocido por elaboración teórica o ideológica digna de mención. Su plataforma solo es personal. Es eso que se llama la americanización de la política pero que, en el fondo, también aquí ha sido casi siempre así. En la izquierda, la costumbre generalmente fue dejar a los partidos la tarea de elaboración teórica e ideológica, sobre todo a través de los congresos, y fabricar de este modo la plataforma para el candidato personal. También la derecha acostumbra a hacerse presente en los congresos pero en ellos prácticamente no hay intercambio teórico ya que su actitud suele ser pragmáticamente conservadora.

Pero la crisis de la izquierda es más profunda de lo que parece porque afecta a los mismos partidos. Podemos todavía no lo es y está por verse qué estructura, que tipo de organización, con qué práctica saldrá del congreso próximo. La intensa conciencia de los primeros tiempos de estar haciendo historia en el país (pues todo cuanto emprendían era "histórico") se ha convertido en la asustada comprobación de haber sido engullidos por un presente al que es muy difícil engatusar con promesas por mucho que uno se autoatribuya una veracidad nacida, quizá, de la bisoñez.

El PSOE está fracturado en un enfrentamiento interno que nada tiene que envidiar al que se vive en Podemos. En la confrontación hay elementos interesantes. Los autores del golpe de mano del 1º de octubre van a quedarse roncos pidiendo el reinado de la paz, el compañerismo, los buenos modos y otras pamplinas. Su golpe de mano fue el mayor de los atropellos y nada ni nadie podrá dotar de autoridad la palabra de quien ha jugado sucio para defenestrar al SG e imponer su criterio en un asunto de importancia mayúscula como era la continuidad del gobierno del PP. Por supuesto, de considerar el contexto, se entiende que el PSOE haya quedado en la sombra mientras se decide el próximo duelo entre Díaz y Sánchez. Un duelo de personas acerca de cuyas intenciones nadie puede tener las ideas claras porque o no las explicitan o, si lo hacen, es solo para confundir más. En este momento la decisión entre Díaz y Sánchez está movida básicamente por intereses (los seguidores de Díaz) y sentimientos (los seguidores de Sánchez). Si el debate no se lleva a la confrontación de programas, el voto de primarias vendrá dado por las campañas de comunicación e imagen de los candidatos Y ahí Sánchez lleva alguna ventaja a Díaz. Ventaja que aumenta proclamando su socialismo "de izquierda" que, después del triunfo de Hamon en Francia y el acceso de Martin Schulz al SPD, parece presentar buenos augorios.

Más o menos lo mismo sucede en Podemos. Los dirigentes siguen sin admitir la realidad de los hechos, siguen negándolos y atribuyendo su comunicación a campañas diabólicas para apagar el faro, la luz que ilumina en las tinieblas. Es más que una mera disonancia cognitiva. Es un cierre dogmático en banda: esto no puede estar pasándonos a nosotros. "Esto" es el conflicto, inevitable en toda asociación, sobre todo en la que pretende alcanzar el Poder de forma que la acción de este se hace sentir en el partido. "Nosotros" somos eso, nosotros, los mejores, más críticos e incorruptibles. Al propio tiempo, los modelos "históricos", rechazables por ser del pasado, son sin embargo muy atractivos porque forman parte del universo mental de la izquierda de Podemos. El partido bolchevique salió de un congreso de confrontación. Esa imagen es poderosa y actúa en el Super Yo de los dirigentes. Cuando todavía negaban que hubiera conflicto en la organización, corría el chiste de que en Podemos había bolcheviques, mencheviques y echeniques. Venía a ser un recordatorio de que, en el mosaico de Podemos (en donde también habita IU y, con ella, el PCE) actúa el grupo de Anticapitalistas. El chiste está desactivado porque Echenique obviamente se ha hecho bolchevique, si bien Anticapitalistas subsiste, quizá como lo más coherente de Podemos. Pero aquí arrasa el duelo singular de las dos figuras mediáticas y -no se olvide- su presencia en las redes.

La historia se hace sola.