dimecres, 30 de novembre del 2016

Desamordazando

La infausta X Legislatura con mayoría absoluta del PP entre 2011 y 2015 consagró una involución democrática en el país de tales dimensiones que muchos empezaron a hablar de la "ruptura de los consensos básicos de la transición". Arrullados por los años de bonanza y la legislación esclarecida y generosa del primer gobierno de Zapatero y su problemática continuación en el segundo, los españoles se despertaron de repente ante un intento de retrotraerlos al franquismo. El mandato de Rajoy, con sus 186 diputados le permitió ignorar de hecho al Parlamento y gobernar por decreto ley con un autoritarismo que no solo se evidenciaba en las formas sinbo también en los contenidos. Los cuatro años en cuestión abundaron en normas arbitrarias, reaccionarias y nacionalcatólicas, pero cuatro de ellas tenían una importancia especial porque respondían al sentimiento más profundo de la derecha tradicional española, hoy maridada con una corriente neoliberal de procedencia anglosajona. Los cuatro puntos eran: la reforma laboral (que permitiera aumentar la tasa de explotación de los trabajadores activos o en el paro); la reforma educativa (que aumentara los privilegios de la enseñanza concertada y diera a la Iglesia de nuevo el poder en el sistema educativo); la reforma del aborto (que devolviera a las mujeres a la situación de subalternidad en la sociedad patriarcal); y el orden público (que estableciera un régimen de "seguridad ciudadana" represivo). Se añade a esto la actitud de hostilidad cerrada hacia Cataluña y el carácter estructural y generalizado de la corrupción y ya tenemos un régimen que cabe calificar tranquilamente de neofranquista. El que el PSOE ha permitido seguir en el poder merced a su abstención.

Pero hasta el granito escurialense que compone la mentalidad de la derecha española acusa el paso del tiempo. No fue necesario que el PP perdiera su mayoría absoluta en 2015 y 2016 para que alguno de sus ataques a las libertades y derechos de los ciudadanos se estrellaran contra la realidad. Tal el proyecto de Ley que el ex-ministro de Justicia, Ruiz Gallardón perpetró en contra de los derechos de la mujeres so pretexto de "emanciparlas" prácticamente prohibiendo la interrupción voluntaria del embarazo. Era tan retrógado, tan misógino, tan clerical el proyecto que hasta los compañeros de Gallardón se lo boicotearon y lo echaron para atrás. Así, de paso, nos quitamos de encima a quien, por otro lado, estaba dispuesto a poner la administración de justicia fuera del alcance de los justiciables que no fueran millonarios.

La situación actual del gobierno en minoría parlamentaria ya ha tocado los otros puntales del régimen involucionista de 2011: la reforma laboral, la educación y la seguridad ciudadana. Sobre la reforma laboral tenemos dos opiniones de dos empresarios radicalmente opuestas. Una, un catalán del gremio de hostelería que pide que se derogue y otra del dueño de las pipas "Facundo" que pide que se quede como está. El tal Facundo, según parece, está o ha estado en deuda con la Hacienda Pública. Juzguen ustedes quién tiene más autoridad moral al pronunciarse.

Las barbaridades de la LOMCE están siendo ya atendidas en una comisión tripartita del PP, el PSOE y C's. Las reválidas han quedado sin efecto. En realidad, toda la LOMCE ha quedado en el basurero de la historia y la legislatura apenas ha empezado. El gobierno ha hecho algún amago de defenderla, pero sin auténtica convicción.

Ahora le toca el turno a la desgraciada Ley Mordaza que probablemente sea la más simbólica de esta derecha neofranquista. La cúpula del ministerio del Interior, que la alumbró, especialmente el ministro Fernández Díaz, no solamente no era competente para el cargo sino que su conducta, su incapacidad para distinguir entre sus deberes públicos y sus alucinaciones privadas, lo hacía más idóneo para pasar una consulta psiquiátrica. Es una norma que muestra un espíritu cerrado, autoritario, arbitrario, reacio a la misma idea de derechos y libertades públicas y un desprecio por la dignidad del ciudadano. Otorga todo tipo de facultades discrecionales a los policías y despoja de sus derechos y libertades a lo ciudadanos, a los que apenas deja margen de recurso y a los que multa por comportamientos prohibidos con cantidades inverosímiles. Ese espíritu es el que compartían por aquellos años el ministro en cuestión y la delegada del gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, hoy presidenta de la Comunidad. La gestión de esta en orden público estaba a tono con lo dispuesto luego en la ley: la policía podía hostigar a los ciudadanos pacíficos en la calle, se reprimía a voleo, poniendo multas a los viandantes a ojo de los agentes a los que no se podía ni fotografiar.

En fin esa norma abusiva, dictatorial (y eso que ha sido muy dulcificada al pasar por el Parlamento) es la que se pretende ahora derogar con el muy encomiable fin de devolver a las personas que vamos por la calle la condición de ciudadanos titulares de derechos, entre ellos, el de no ser hostigados a capricho por los agentes de la autoridad. Hay quien dice que no se puede derogar por completo porque se generarían vacíos legales. No tiene por qué. Si se deroga la Ley Mordaza puede volver a entrar en vigor la anterior Ley Orgánica 1/1992, de 21 de febrero, sobre Protección de la Seguridad Ciudadana que esta mordaza había sustituido. En todo caso, tampoco es imprescindible derogar. Bastará con que la comisión la reforme a fondo y elimine de ella todos los ataques a la seguridad jurídica de los ciudadanos, todas las posibles arbitrariedades de la policía y los poderes públicos y todo ataque a los derechos y libertades públicas de los ciudadanos.

Los otros dos asuntos fuera de programa, la cuestión catalana por un lado y la de la corrupción por otro, siguen su curso y no está claro que el Parlamento español vaya a hacer algo al respecto. La cuestión catalana depende casi exclusivamente de la iniciativa política del independentismo. La de la corrupción, de la acción judicial. En los dos casos, el gobierno tiene poco que hacer.

Las tornas han cambiado mucho entre la X y la XII legislaturas. Lo que esta augura es una derrota tras otra del gobierno en todos los asuntos excepto, probablemente, en la cuestión catalana en la que la oposición presumiblemente votará con el ejecutivo. Y no está claro que con su estilo soberbio y arrogante, Rajoy sea capaz de aguantar mucho la labor de deconstrucción de un parlamento con mayoría absoluta de la oposición. Acabará convencido de que, si no convoca elecciones, no podrá gobernar.

Pero la convocatoria de elecciones es arma de dos filos. La presunción de que, de convocarse, favorecerían al PP no se basa en nada y, en consecuencia, se tratará de estirar algo el tiempo, hasta tener más seguridad. Ese interés dilatorio es el que comparte el gobierno del PP con la junta golpista del PSOE que, saltándose una vez más su deber a la torera, ha aplazado la reunión del Comité Federal prevista para diciembre a enero de 2017. Es difícil hacer oposición a un gobierno con el que se tienen tantos intereses comunes.

Pero el mayor de todo y el que permite suponer que, aunque el cuerpo le pida otra cosa, Rajoy no convocará elecciones, vuelve a ser Cataluña. El nacionalismo español no puede permitirse el lujo de andar sin gobierno en 2017, mientras la hoja de ruta del independentismo va avanzando.

dimarts, 29 de novembre del 2016

La guerra sucia en el PSOE

En política, las casualidades no existen. Tras el doble resonante éxito de Pedro Sánchez en Xirivella y Sueca, su taimada rival, Susana Díaz, que quiere ser candidata a la Secretaría General pero sin decirlo todavía, aprovecha su posición institucional para obtener ventajas con trampas y juego sucio, en los que, como buena política profesional que no ha trabajado nunca en la vida civil, es muy ducha. Para oscurecer el posible acto de masas que Sánchez y los suyos pretenden organizar en Sevilla el 16 de diciembre próximo, el gobierno de Andalucía, presidido por esta oportunista sin escrúpulos, está organizando otro acto en Jaén el mismo día, aprovechando que es el 10º aniversario de la aprobación de la Ley de Dependencia por un gobierno socialista. Podía haberse valido de cualquier otra circunstancia. El caso es contraprogramar a Sánchez. En el acto de Jaén quieren los seguidores de Díaz matar tres pájaros de un tiro: 1º) montan un acto institucional con uso (y probable abuso) de los medios públicos para ello; 2º) también es un acto de partido en la federación jiennense -caninamente fiel a Sánchez- con los medios del propio partido que fletará autobuses de todas partes mientras que no dará ni un euro para Sánchez; 3º) será un acto a la mayor gloria del personaje, presentado como alguien con liderazgo y apoyo entre las bases y no solo entre sus clientes y paniaguados.

No, no hay casualidades. El interés de Díaz está claro: terminar la sórdida faena que empezó con el golpe de mano de 1º vendimiario para postularse a su vez como la única salvadora de un PSOE que ella misma ha destruido. No tan clara parece ser la participación de Rodríguez Zapatero en el acto de Jaén. La excusa oficial es que la dicha ley de Dependencia se aprobó en su gobierno pero parece más cierto que le mueve el despecho y la envidia personales. Zapatero está al servicio del descarado arribismo de la andaluza porque le fastidia que otro -Sánchez- sea mejor que él en todos los sentidos y trata de destruirlo como pueda. Obedece así también los designios del cogollo de ex-mandatarios del PSOE, los González, Rubalcaba, Leguina, Bono, Corcuera, etc., esto es, gente convertida en aliada objetiva (y también subjetiva) de la derecha, auténticos submarinos del PP en el PSOE, pero que no puede aparecer en público porque se notaría mucho que están todos movidos por igual odio a Sánchez y la pretensión de este de rescatar un PSOE de izquierdas.

No. no hay causalidades. La burócrata andaluza necesita tiempo para mostrar que también tiene apoyo de las bases antes de anunciar su candidatura a la SG. Y tiempo es lo que le dan los criados que tiene en la Junta de golpistas,  cuyo presidente ya ha aplazado el próximo Comité Federal, previsto para diciembre, a mediados de enero. Así. su jefa, dispondrá de un plazo mayor para seguir practicando el juego sucio institucional contra su rival, Sánchez, que no tiene los recursos de un gobierno autonómico y a quien el aparato del partido no quiere ayudar en modo alguno.

Es un juego sucio, un abuso de poder descarado y detestable, un desequilibrio tan evidente que será extraño no consiga lo contrario de lo que se propone, esto es, que la militancia cierre filas más estrechamente aun con Sánchez. 

En la actual crisis del PSOE emergen los habituales tres bandos en estos casos: los apoyos y partidarios de Díaz, clientes de sus prácticas de gobierno, cargos del partido directa o indirectamente dependientes de ella y paniaguados en general de la estructura del PSOE, también con intereses personales y materiales que guardar en otros lugares y gentes del aparato. Todos ellos en nómina de la habitual oligarquía coronada por las mencionadas viejas glorias, que son quienes mueven los hilos en las sombras. 

Por otro lado, los seguidores de Sánchez, sin una estructura a la vista, sin ninguna base de poder, perseguidos por el aparato, unidos por la indignación al ver que el "NO es NO" de la dignidad del partido se convertía en su contrario a cambio de un plato de lentejas. Gentes movidas por la indignación de verse burladas por una oligarquía partidista que, en el fondo, quiere ponerlo al servicio de la derecha y hasta ahora va consiguiéndolo. Y gente por tanto que quiere elegir un SG de izquierdas para dar un golpe de timón antes de que el PSOE se hunda del todo.

Por último, el habitual grupo de "equidistantes". Tengo buenos amigos entre ellos (y entre los seguidores de Sánchez y hasta algún "susanista") y escucho atento sus razones sensatas, equilibradas, amparadas en la experiencia, el sentido común y la preocupación por su partido. Pero no puedo por menos de observar que, si este ánimo podía ser razonable al comienzo del conflicto, cuando ambas partes estaban más o menos escindidas pero tenían similar poder, no lo es ahora, cuando una de las partes -la agresora- tiene medios en abundancia, recursos de todo tipo y a su exclusivo servicio. Decir que se es equidistante entre dos contendientes uno de los cuales tiene todo el poder, la institución detrás de  él y la fuerza de la costumbre y el otro nada, no es una posición éticamente sostenible. Por supuesto, el hecho de encontrarte en inferioridad de condiciones en una contendienda no te convierte en portador de la razón, pero sí en digno de que se te respete y no se abuse de ti y el hecho de combatir en manifiesta superioridad de medios materiales tampoco te priva de ella, pero sí te convierte en cómplice y quién sabe si beneficiario de una injusticia.

Es posible que la aventura de Sánchez falle, que le falten fuerzas o que no disponga de los recursos necesarios para hacer frente a la guerra sucia del aparato institucional, los intereses creados y el sistemático boicoteo a que ya lo están sometiendo. La injusta desigualdad de posibilidades es patente en la orientación de los medios. Casi todos apoyan a Susana Díaz a pesar de ser de la derecha (o quizá por ello)  y el resto a Podemos. Pero todos están unidos en la hostilidad hacia la candidatura de Sánchez, enfrentada a un escandaloso silencio mediático. Sin embargo, si el PSOE tiene alguna posibilidad de reconstruirse como un partido de izquierda hegemónico con vocación de gobierno será mediante el triunfo de esa candidatura. Cosa que se dará si se confirma la tendencia iniciada en Xirivella y Sueca, esto es, que cuenta con el apoyo de las bases.

dilluns, 28 de novembre del 2016

Entrevista a Palinuro en "Ara Balears"

Había un resol tremendo y parezco medio cegato, pero no es así. Tengo buena vista.

El título, "El triunfo de la extrema derecha es la derrota de la globalización" está acertadamente escogido. La extrema derecha es nacionalista también extrema, excluyente, nada partidaria del multilateralismo, menos del multiculturalismo y lleva muy mal la globalización. Admito, claro, que esto debe matizarse mucho.

Releyendo la entrevista solo matizaría otra respuesta. A la pregunta de si preveo una legislatura corta respondo "cortísima". Demasiado contundente para un vaticinio. También puede ser larga y, ¿quién sabe? hasta completarse. El inicio augura mucha turbulencia parlamentaria, pero todo dependerá de cómo los actores la gestionen. Teniendo en cuenta que uno de ellos, el PSOE, atraviesa una crisis profunda y otro, Podemos, es novato. Además, en el horizonte está la cuestión catalana, que no sabemos en qué sentido influirá. Así pues, matizada queda la respuesta. Casi me atrevería a decir, anulada. 

El resto de la entrevista está aquí

Sigue la traducción al castellano:

¿Tiene futuro la socialdemocracia?
Por supuesto. Es la doctrina política más rica y más integradora. La prueba es que está en la centralidad política.

¿Hablamos de una socialdemocracia teórica o de lo que tenemos ahora, algo más diluida?
Siempre lo ha sido. Quizás al principio hubo un excesivo optimismo por la parte más radical de la socialdemocracia. Pero el capitalismo probablemente no es superable porque no es un modo de producción que se haya sacado alguien de la cabeza, como le ocurre al comunismo; es una forma natural de organización de las sociedades humanas desde hace cientos de años. Es un sistema muy injusto y requiere reformas y hay un sector de la socialdemocracia que dice que lo que hay que hacer es ordenar el capitalismo, en un sentido de igualdad. Y esto tiene muchísimo futuro porque al capitalismo también le va bien.

Más allá de la socialdemocracia, la izquierda europea está cambiando.
No hay una izquierda europea, hay muchas. El mismo enunciado de izquierda europea te desconcierta un poco porque ... ¿De qué Europa estamos hablando? Hemos tenido la izquierda espartaquista, la revolución alemana, la soviética, 68 ... Ahora mismo, en el Bundestag alemán hay un partido de izquierdas que se llama Die Linke, La Izquierda. Claro, es el eterno problema: los de Podemos también dicen que los del PSOE no son de izquierdas y los de PSOE dicen lo mismo de los comunistas. Creo que las izquierdas europeas están estupendamente. Por otra parte, esta reacción de la derecha, este desbarajuste de la extrema derecha triunfante demuestra el fracaso de la ideología de la globalización. Quién se cargará la globalización serán Le Pen, Trump ... Han puesto en marcha un monstruo y ahora se los comerá porque la globalización es el fin del estado nacional. Nos harán el trabajo.

Sigue habiendo quien reivindica la internacionalización de la izquierda, como Varoufakis. ¿Es un acierto?
Esto es antiquísimo, ya sale al Manifiesto Comunista. La idea era que la clase obrera se internacionaliza, pero finalmente lo que se ha internacionalizado es el capital. Seguimos pensando en los límites de las fronteras de nuestros Estados y esto es un fracaso para la izquierda.

¿Lo que es nuevo es la forma de hacer política, quizás ahora sí que traspasa fronteras y interpela más directamente a la gente?
La ciberpolítica afecta a todos los países. Las redes dan voz a los ciudadanos y obligan a la clase política a actuar en un contexto de constante acción-reacción. Los políticos están en las redes por obligación, como Pedro Sánchez, quien tuitea todos los días. Y claro, cuando uno tuitea se expone a que cualquiera le conteste. Las redes han establecido un diálogo o "multílogo" entre políticos y ciudadanía.

Mencionaba a Pedro Sánchez. ¿Qué ha pasado con él?
Demuestra que alguien stá vivo, que reacciona. Yo lo comparo mucho con la fabula del General della Rovere. Los alemanes están luchando contra la resistencia italiana y matan a su jefe, el general della Rovere. Ven que han metido la pata porque han matado una fuente de información y deciden encontrar a alguien que se le parezca, meterlo en la cárcel y hacer que él dirija la resistencia desde allí para pasarlos información. Hacen el trato con un estafador, que va a la cárcel y poco a poco va viendo que la resistencia tiene una fibra moral muy fuerte. Acaba convirtiéndose en el General della Rovere de verdad y, incluso, se deja fusilar por los alemanes. Esto es lo que le ha pasado a Pedro Sánchez. Entró de la mano de Rubalcaba y cuatro más que querían tapar el camino a Madina, pero se ha ido incorporando al papel del general. Es el momento en que el defenestrado se crece.

De hecho, ya comenzó su campaña hablando de los poderes fácticos la misma semana que le hicieron dimitir
Dijo otras cosas ...! Le preguntaron si Cataluña era una nación y él dijo "sí". Se ha lanzado a una piscina llena de tiburones!

Puede haber un presidente del gobierno que defienda el derecho a la autodeterminación?
Claro. Es lo que pasa, pero no se atreven a decirlo. Es obvio que Cataluña es una nación: el 70% de la población quiere un referéndum y el 50% quiere la independencia. Si no es una nación, qué es, ¿una pedanía?

Sánchez también decía que debería haber pactado con Podemos. ¿Le habría beneficiado?
Sí, pero no era posible. Podemos nunca ha buscado la alianza con el PSOE, sino destruirlo. Y esto es un error.

Hay territorios donde gobiernan juntos, como en Mallorca. Podría funcionar a nivel estatal?
Mientras la cuestión sean peculiaridades locales es posible, pero hay un eje central, que es la concepción leninista que late en el fondo de las propuestas de los dirigentes de Podemos, básicamente el sector que dicen pablista. Ahí hay una idea centralista, bolchevique, jacobina que desde el primer momento vio el PSOE como algo por destruir

Ha criticado abiertamente la figura de Iglesias, ¿es él la gran error?
Si caes mal a la gente cuando le pides el voto, la culpa es tuya y un 50% de la población dice que nunca votaría a Podemos. Pero el error principal está en la misma constitución de Podemos, basada en el oportunismo de tratar de constituirse en los herederos del 15M para luego recuperar el viejo discurso comunista leninista. Además, Podemos es fruto de una casualidad. Si en las primeras elecciones a las que se presentaron no hubieran sido las europeas, no habrían salido. En las europeas hay colegio nacional y la gente vota para fastidiar. Como eran los freakies, los votaron y ellos, a pesar de ser politólogos, acabaron pensando que tienen un soporte que no tienen.

Los ha visto nacer. Fue profesor de Iglesias, Errejón y Monedero. ¿Qué les hizo lanzarse a por las europeas?
La idea de que tanto la izquierda comunista como la socialdemocracia habían fracasado y que ahora venían ellos a dar una respuesta que aún está pendiente. La respuesta podría salir del PSOE. Si Sánchez demuestra tener valor, puede plantear una lucha por las siglas y reorientar el PSOE o formar un partido como Die Linke. Creo que no tiene capacidad, pero se está rodeando de gente que sí la tiene. Hay un aburguesamiento de la socialdemocracia muy claro: falta significarse.

En la última campaña, Podemos se definió como socialdemócrata ...
Sí, pero era una mentira pablista. La socialdemocracia tiene una capacidad para tejer entendimientos en las sociedades que no tienen otras ideologías. Pero no deja de ser una impostura, sobre todo si dices que tu referente intelectual es Anguita.

Politològicament ¿tenía sentido querer crear un movimiento aglutinador y populista, de las clases populares?
Ya estamos con el populismo. Populista era Vera Zasulich, Theodore Roosevelt, Berlusconi, Perón ... ¿Qué tienen en común? Nada. ¿Qué es el populismo? Nada. Un cajón de sastre. Funciona allí donde, como y cuando funciona. No se pueden trasplantar los modelos como quien trasplanta geranios.

¿Prevé una legislatura corta o larga?
Cortísima.

Y ¿qué pasará en las nuevas elecciones?
Depende de cuando se convoquen. Si el PSOE se recompone y lo hace bien (con una secretaría general que dé seguridad y confianza, con un programa claramente de izquierdas ...) veo un resultado bastante aceptable para el PSOE, un estancamiento del PP y un retroceso de Podemos.

¿Volveríamos al bipartidismo?
Nadie quiere salir del bipartidismo. Los de Podemos, que se lo quieren cargar, en realidad quieren cargarse el PSOE y ser ellos la segunda pata del bipartidismo. Pero ¿qué tiene la gente contra el bipartidismo? ¡Hay que ser ignorante! Algunos de los países más importantes del mundo son bipartidistas. En un país multipartidista puedes tener un partido donde todos piensen como el jefe, pero en un país bipartidista tendrás dos partidos que en realidad serán dos conglomerados. La riqueza de las manifestaciones políticas no tiene nada que ver con el número de partidos.

Filosofía y utopía de la democracia salvaje

Scheherezade Pinilla Cañadas y José Luis Villacañas Berlanga, Eds. (2016) La utopía de los libros. Política y Filosofía en Miguel Abensour. Madrid: Biblioteca Nueva, 221 págs.
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Amplia y polifacética obra la de Miguel Abensour. Él mismo un hombre de extensos saberes, politólogo, filósofo, historiador de las ideas, crítico literario, erudito, teórico político. Su obra se ha ido construyendo en diferentes diálogos con pensadores y teóricos de distintos siglos. Predomina una orientación izquierdista marxista (explícitamente ubicada en el "joven Marx") con un fuerte elemento antiestatista, bordeando en el anarquismo, todo entreverado con una lectura/diálogo permanente con E. Lévinas y sus reverberaciones heideggerianas. Y hay muchas más cosas. Tantas que el autor ha renunciado a integrarlas en algún tipo de sistema, dejándolas más bien en un mosaico complejo, e irregular, un poco al estilo de Montaigne, como la obra que se va haciendo. Abensour, además, la dota de unos indicadores (no necesariamente suyos) que se repiten a modo de repères para orientar en diferentes direcciones entrecruzadas: el momento maquiaveliano, la intriga de lo humano, la epojé fenomenológica, la alteridad levinasiana, la democracia insurgente, la democracia contra el Estado, la filosofía crítica, la sin arkhé, la utopía como una de las raíces y elementos del marxismo, el todos-uno o el todos-unos, la "hipótesis inconcebible", la conversión utópica. Y, por supuesto, el faro maldito que luce desde hace 500 años iluminando la incapacidad humana de encontrar una respuesta al Discurso de la servidumbre voluntaria, de Etienne de la Boètie, el gran amigo de Montaigne.

De la Boètie trastorna de tal modo los presupuestos de toda teoría política que casi puede entenderse esta como la búsqueda de una respuesta aceptable a aquel discurso. Al menos la de los teóricos del círculo de Abensour que se han ocupado de la misma cuestión, Pierre Clastres y Claude Lefort, entre otros. En la antropología de Clastres aparecen unas sociedades "contra el Estado" que, por así decirlo, dejarían a cubierto la retaguardia. A continuación, el discurso se empareja con el espíritu republicano en el momento maquiaveliano, se pasa en forma dubitativa por el tratado Teológico-Político spinoziano y se acaba aventurando la hipótesis de que ese espíritu de emancipación que llevaría (lira utópica) a la situación en que no hay servidumbre porque los seres humanos solo se obedecen a sí mismos es la movida por la "verdadera democracia" marxiana. Por supuesto, ese itinerario del espíritu en libertad, que da esquinazo al estatismo hegeliano gracias a una interpretación de la crítica de Marx a Hegel (en los llamados Manuscritos de Bad Kreuznach, obra no del joven, sino del jovencísimo Marx) se puede interpretar de muchas formas y así suele hacerse. En todo esto aparece la sombra de Rousseau y su incómoda volonté générale. Cierto que se vapulea a Hobbes por lo unilateral (y "antirrousseauniano") de su estado de naturaleza, pero apenas se dedica atención al verdadero padre de la teoría política liberal, John Locke, cuya doctrina esencial consiste en convertir el consentimiento (se entiende que libre) en base de legitimidad del poder, lo cual confirma el punto de vista de La Boètie con la servidumbre voluntaria. Algo patente.

El libro, escrito por once especialistas con orientaciones distintas y un interés común en Abensour, del que ofrecen lecturas estimulantes, se abre con un breve ensayo del propio Abensour, "Spinoza y la espinosa cuestión de la servidumbre voluntaria". Trata de averiguar si en Spinoza encontramos la hipótesis de la servidumbre voluntaria. No se atreve a decir que no por cuanto hay una mención a la obra de La Boètie en el Tratado Teológico-Político de la que se sigue una dificultad del conatus, una grieta en él, una inversión del deseo, algo grave. Recuérdese que, según La Boètie, el pueblo de Israel y sus tiránicas instituciones serían un ejemplo perfecto de servidumbre voluntaria. Y tanto: el trato que dispensa el autor a Israel es tan despreciativo y hostil que casi parece antisemita. Dice La Boètie: No puedo leer la historia de ese pueblo sin sentir un gran despecho, que podría incluso llevarme a mostrarme inhumano con él, hasta el punto de alegrarme de todos los males que más tarden padecieron. Entiende Spinoza que hay servidumbre voluntaria cuando la práctica del contra sí mismo lleva al hombre a renunciar a su reserva de derecho natural que pertenece a la voluntad del sujeto. Esta sería la "hipótesis inconcebible". Pero, si es tan inconcebible, dice Abensour, ¿por qué Spinoza la menciona y la trata?  El pueblo hebreo funciona con dos pactos: el primero con Dios y establece una teocracia, basada en la servidumbre voluntaria porque les permitía relacionarse directamente con él y no depender de sus semejantes. Pero Dios los asusta y se ponen en manos de Moisés, a quien mandan a hablar con él y que instituye otra teocracia. En los dos casos, apunta la "hipótesis inconcebible": la servidumbre voluntaria (p. 39). No hay salida. Kant, como buen ilustrado, había dulcificado bastante esta servidumbre manteniendo los dos pactos a los que llamó "el de la unión civil" y el de "sujeción". Pero sujeción es, al fin y al cabo. Y voluntaria.

Tres trabajos en el ámbito político.

Antonio Rivera García, "El contra-Leviatán de Miguel Abensour". Se centra en la obra más famosa de Abensour, La Democracia contra el Estado. El enemigo de Leviatán no es el concepto moderno de libertad, sino el de vida activa, el republicano. De ahí el primer momento maquiaveliano. que se encuentra en el joven Marx, el de la "verdadera democracia". La democracia no debe cosificarse en leyes constitucionales, sino que debe abrirse a la continua autoconstitución del pueblo. La Comuna de París fue el segundo momento maquiaveliano de Marx.  En su libro, Abensour termina conectando la democracia con el pensamiento libertario, la sin arkhé, lo que no está mal si se delimita el concepto del de sinarquía, una forma de gobierno oligárquica clásica directa o indirecta que responderá o no al sentido que Abensour le dé. La referencia al Saint Just de Les institutions républicaines, es importante (distinción entre instituciones/leyes) pero aquí está off limits.

Jordi Riba, "Democracia y Modernidad", va directo a la "democracia insurgente": la democracia es movimiento. El sentido de la democracia es la desaparición de la dominación y la destrucción del Estado. La utopía y la democracia son dos fuerzas indisociables de las que se ha alimentado el movimiento emancipatorio moderno. Es posible, pero no necesario. La utopías como formulaciones son casi monopolio absoluto de los ámbitos culturales anglosajón y francés. No hay utopías alemanas. Tampoco la tradición democrática alemana ha sido de lo más espléndido y, sin embargo, de Alemania surgió la más potente doctrina emancipadora que ha enarbolado le izquierda de una u otra forma durante más de siglo y medio. Hay quien dice que adjetivar la democracia es siempre sospechoso y se acuerda de la democracia orgánica o la democracia popular. Pero eso no quiere decir nada. Es solo una prueba de que la democracia es un universal que luego se concreta y autodesigna como le parece. ¿Por qué no insurgente o salvaje, como las huelgas?

Interesantísima nota de Anne Kupiec, "El héroe revolucionario" y sus metamorfosis. Abensour ha investigado la "identidad enigmática del revolucionario moderno" en un mundo que ha quedado vacío desde los romanos (p. 87). Nunca ha pretendido escribir un tratado sobre el heroísmo. Cierto. Si algo se aleja de la consideración sistemática es el heroísmo, que está basado en el "valor", esa cualidad que, según Napoleón, no se puede fingir, pero que tiene infinitas manifestaciones. Ojéese el índice del tratadillo de Carlyle, Sobre los héroes, el culto al héroe y lo heroico en la historia. Ahí aparecen Odín, Mahoma, Lutero, Cromwell, Rousseau, etc. Descorazonador.

Vienen luego cuatro ensayos sobre la dimensión de utopista (no utópico, claro) de Abensour.

Patrice Vermeren, en "El mapa del mundo y el ataúd de la utopía" concluye que leer a Abensour es leer a Abensour leyendo o releyendo otros textos. Así que cuando el autor habla de la  persistencia de la utopía y la conversión utópica, a través de dos paradigmas: la epojé fenomenológica  (despertar de la subjetividad) y la imagen dialéctica, tomada de Walter Benjamin, lo hace tras haber meditado sobre una larga serie de autores y obras. 

Francisco Serra Giménez, avisa de la "extrañeza de lo humano" y, tras pasar la utopía por la teoría crítica, la confronta con la alteridad en la consideración de la utopía como ucronía en Noticias de ninguna parte, de William Morris. Esto de las ucronías es interesante en sí mismo. El año anterior al de Morris apareció Un yankee de Connecticut en la corte del Rey Arturo, de Mark Twain. Bien es verdad que era humorística y una ucronía hacia el pasado, mientras que la de Morris nos lleva al futuro. Igual que hacía la que publicó hacia 1776 Louis Sébastien Mercier, L'An 2440, libro curiosísimo.

Georges Navet, encuentra "El método de la utopía" en la "ciencia nueva" de Vico, guía para la "utopía de los libros" levinasiana que Abensour admira.

Claudia Gutiérrez Olivares, en "Animal utópico: ¿un animal sentimental?" retoma la epojé que, con la "conversión utópica" deviene en "animal sentimental" 

Tres muy interesantes reflexiones de carácter estético:

Miguel Corella, "Más allá de la política: estética y an-arquía. La ciudad en Miguel Abensour y Jean-Luc Nancy". Corella analiza la arquitectura de Speer, el arquitecto preferido de Hitler a la luz de Canetti, Arendt y Benjamin.  La Boètie mediante, la dinámica utopía/democracia puede llevar a algo que más sea "distopía", por la famosa alternancia de lo heimlich/unheimlich que ya había preocupado a Freud, si no ando equivocado. 

Ana Carrasco-Conde, "La estética de la permanencia y la petrificación del espacio público: Sobre la arquitectura de las formas totalitarias". Es una reflexión sobre los dos escultores nazis por excelencia, Arno Breker y J. Thorak. La autora lo exlica muy bien: el cuerpo de la masa y el cuerpo del Führer, todo en uno. La pintura de alemana de la época era igual de relamida, ambigua y cursi. En definitiva, la política de erradicación del arte degenerado hacía sitio al reinado del arte sencillamente monstruoso e inhumano, por titánico y kitsch al mismo tiempo.

Del trabajo de Scheherezade Pinilla-Cañadas, "Un largo viaje: De l'être-rivé à l'évasion" subrayo la importancia que se da a la aportación de Levinas al Sein zum Tode heideggeriano con un Mit-sein-zum Tode y su impacto en la obra más importante de un deportado, Semprún, El largo viaje. La autora anuncia la redacción de un trabajo más extenso sobre el mourir ensemble levinasiano.

Una palabra de clausura a cargo de José Luis Villacañas Berlanga, "Miguel Abensour y Pierre Clastres: sobre antropología política". El mérito de Clastres no es descubrir que haya sociedades sin Estado, sino sociedades orientadas a impedir que surja el estado. Acontecimiento Clastres, "la democracia contra el estado" (Abensour) y la "democracia insurgente". Al refuerzo Lefort con el "Contra Hobbes": el Estado es la destrucción de una sociedad política constituida para evitarlo. Para ello se necesita un malencontre", ese es el inicio de la autoridad política. Con todo, la reconciliación de la insurgencia y la institución es posible si vemos que el Estado no es la principal fuente del derecho. En realidad el Estado nunca ha sostenido tal cosa ya que suele respetar los usos y costumbres; algunos se han constituido sobre ellas. No obstante, para que el Estado sea o no principal fuente de derecho, ha de haber un Estado constituido con arreglo ¿a qué derecho? Quizá al que Abensour llama "derecho social". La cuestión está entonces en sobre qué fuerza coactiva decansa ese derecho. Y aquí es donde entran todos los momentos maquiavelianos, las "verdaderas democracias", los "contra Uno", las insurgencias, en apoyar la obligación en la condena por acuerdo unánime de la colectividad, incluso por acuerdo mayoritario. Y entonces se yergue siempre el fantasma de Sócrates.

Por cierto, me toca presentar el libro esta tarde en el centro Sefarad de la calle del Arenal según convocatoria que voilà. Espero no repetirme y aburrir al respetable. 

Hoy, en Sefarad, hablando de filosofía, libros y utopía

Con motivo de la reciente publicación del libro colectivo editado por Scheherezade Pinilla Cañadas y José Luis Villacañas Berlanga, La utopía de los libros. Política y Filosofía en Miguel Abensour, hoy, lunes, 28 de noviembre nos reuniremos a las 19:00 en el Centro Sefarad-Israel de la calle Mayor, nº 69, para comentar y debatir amigablemente sobre su interesante cuanto variadísimo contenido. Seremos cuatro: el profesor Jaime Ferri, los coeditores de la obra y Palinuro. Y quienes tengan curiosidad y quieran sumarse pues la entrada es libre.

Se trata de un estudio a modo de mosaico o cruce de caminos desde múltiples perspectivas de la obra de Miguel Abensour, un politólogo francés especializado en filosofía política y, más concretamente en pensamiento utópico y en la obra de algunos otros teóricos y filósofos, como Emmanuel Levinas, pero también Moro, Saint Just, Marx, Morris y otros. Este enfoque poliédrico está muy justificado precisamente por el carácter multifacético de nuestro autor que lleva el empeño posmoderno de la filosofía contemporánea, enemiga de todo sistema de pensamiento, a sus últimas consecuencias. Casi me atrevería a decir que la doctrina de Abensour -desarrollada en diálogo con vivos y muertos, con algunos de los cuales, más o menos contemporáneos, colaboró en empresas colectivas, como Pierre Clastres o Claude Lefort- es una acumulación de repères, de señales que han ido acumulándose a lo largo de una vida de incansables lecturas de clásicos y modernos. Es la "utopía de los libros" de la que habla el de Pinilla/Villacañas y que abarca un campo realmente inmenso y abierto. En él Abensour ha ido interrogando, matizando y concluyendo de obras de todos los tiempos y orientaciones para aproximarse a una propuesta de emancipación humana que da una dimensión utópica pero necesaria a la filosofía política contemporánea, para nuestro autor, necesariamente crítica.

La obra en cuestión, de la que Palinuro publica hoy una recensión, aborda los aspectos entrecruzados del ámbito abensouriano con lo que supongo que el coloquio que tendremos en Seferad será ilustrativo y enriquecedor.

diumenge, 27 de novembre del 2016

Dos estilos

Uno es el de los secreteos, las intrigas, las covachuelas, el juego sucio, las maniobras, las zancadillas, las trampas, los comités, las votaciones trucadas, las amañadas, la compra de voluntades, los enchufes, los chantajes, las complicidades, la marrullería, los pactos sotto voce, los infundios, los pelotas, las traiciones, los favoritismos, la ocultación, las decisiones oligárquicas, la censura, el abuso, el silenciamiento de la militancia, el interés de los viejos bonzos, la falsedad, la mentira, la manipulación, el abuso de poder, la miseria moral, el miedo a la competencia y la libre confrontación, los resultados falseados, la protección de los poderosos.

Es el estilo de Susana Díaz y quienes la han convencido de que, poniendo todas las malas artes y chapucerías posibles tras un golpe de mano de auténticos truhanes, puede ahora escalar la máxima responsabilidad del PSOE y su máxima incompetencia.

El otro es el estilo abierto, franco, sincero, democrático, dialogante, íntegro, la palabra dada, los acuerdos, las decisiones consensuadas, el reconocimiento de los errores, la modestia, el juego limpio, la asunción de responsabilidades, el recurso a la militancia, la confianza en las bases, la implicación personal, la lealtad, el respeto, el poder compartido, la moralidad en la acción, el libre juego de la competencia, el respeto a los resultados, el enfrentamiento con los intereses creados, el desafío a los poderosos, el logro de la autonomía, la originalidad de planteamientos, las decisiones compartidas, la asunción de riesgos.

Es el estilo de Pedro Sánchez y quienes, afrontando las decisiones represivas de la junta de golpistas y los castigos arbitrarios así como las campañas mediáticas movidas por los agentes del PP en el socialismo, los incrustados en los medios a su servicio y los "intelectuales" orgánicos, se han puesto a su lado para reconstruir el PSOE como un partido de izquierdas, autónomo, socialdemócrata, radical, independiente de la derecha y no rehén de ella.

Y, de momento, en la primera confrontación, el resultado ha sido triunfo para el sector renovador, democrático, apoyado por las bases de Sánchez. Y una derrota humillante para los paniaguados del aparato del partido, con ese espantajo al frente que es Susana Díaz, pertrechada por todos los apoyos de los barones (aunque a distancia porque ya empiezan a maliciarse que esto no terminará bien) y los mediáticos de la derecha. Y, por supuesto, derrota de ese sector a la sombra de los veteranos del PSOE, González, Bono, Rubalcaba, hoy convertidos en carcamales voceros de la derecha.

Una pequeña e irónica reflexión: ¿quién iba a decirle al decrépito Isidoro que, andando el tiempo, él sería el reaccionario Llopis, defensor de un PSOE desdentado, tratando de cerrar el paso a la renovación del proyecto de una izquierda democrática y socialista? ¿Quién que el Isidoro de entonces se llama hoy Pedro y la anquilosada y vieja guardia del exilio de antaño es la media docena de submarinos peperos, los Rubalcaba, Madina, Díaz, etc que tratan de impedir la renovación del único partido de la izquierda democrática que ha hecho algo positivo y volverá a hacerlo en España?

Por supuesto, esta aventura de recuperación del PSOE para su militancia, con un programa de izquierda sin tapujos ni temores puede frustrarse. Puede que a Sánchez le falte constancia, iniciativa, tesón o no tenga clara las ideas o fracase en el cálculo de sus apoyos, en cuyo caso perderá y, con el, desaparecerá la última posibilidad de reconstrucción del PSOE porque lo que aportan sus contrincantes no merece la pena ni la consideración.

La inmoralidad de sus adversarios, dentro y fuera del PSOE, puede hacer descarrilar el proyecto. Pero algo ha quedado ya claro: todas las mentiras de esta reata de burócratas acobardados, voces de sus amos, enchufados y aprovechados al servicio de un sistema corrompido, han quedado al descubierto. El tiempo pertenece al proyecto de Sánchez quien, si mantiene el rumbo y el tesón, reconstruirá un partido independiente de la derecha y hegemónico de la izquiera. Contará con la lealtad de mucha otra gente que ahora conmenzará a sumarse a la empresa y contará también con la deserción de todos los supuestos "aliados" de Díaz que la abandonarán al ver el cariz que van tomando las cosas. A saber cuántos barones -además de sus siervos extremeño y  castellano-machego- acuden al próximo llamado de esta impresentable aspirante a un puesto para el que a todas luces no vale.

El hombre que sabía intrigar

La fundación Telefónica, sita en la Gran Vía madrileña ha tenido la estupenda idea de hacer una exposición sobre el director de cine anglo-americano Alfred Hitchcock (1899-1980), llamado el mago del suspense. El cine es un arte tan espectacular y de tal potencia plástica que no abundan las exposiciones acerca de él en ninguna de sus múltiples facetas. Y tiene muchas. Una de ellas, que ha ido ganando en importancia en los últimos años es la del cine de autor. El incuestionable predominio de Hollywood en el mundo cinematográfico venía imponiendo el criterio de que lo que "pegaba" en el mercado, en la taquilla, no era el director de los films, del que casi nadie sabía gran cosa, sino los actores y actrices, las llamadas "estrellas", de las que todo el mundo estaba informado a través de la prensa especializada o no hasta en los menores detalles de sus vidas personales. Fue el llamado Star System. Eran Gregory Peck, Gary Cooper, Olivia de Havilland, Bette Davies, etc, quienes ganaban el corazón de los espectadores y canalizaban millones de dólares en los bolsillos de las empresas productoras. No los directores, a los que nadie conocía.

Todo esto comenzó a cambiar precisamente con Alfred Hitchkock. Cuando la exigente crítica francesa de la nouvelle vague revolucionó los gustos cinematográficos del continente, revisando los acartonados juicios sobre el cine de Hollywood, especialmente los Westerns, pero también el "cine negro" y las comedias de costumbres, una de las primeras figuras que quedó consagrada fue Alfred Hitchkock. Eran los inicios del decenio de 1960 y, por entonces, el autor de "los 39 escalones" había emigrado de Gran Bretaña a los Estados Unidos y llevaba cuarenta años haciendo películas. Fue así uno de los pioneros del "cine de autor". Uno de sus amigos y admiradores, François Truffaut, lo consagró y, ya en los últimos 15 años de su vida, cada nuevo film suyo, era la "última película de Hitchkock" y eso que en sus obras seguía contando con grandes estrellas: James Stewart, Grace Kelly, Cary Grant, Doris Day, James Mason, Eve Marie Saint, Anthony Perkins, Kim Novak, etc. Lo que también había hecho en la primera parte de su carrera: Peter Lorre, Robert Donat, Maureen O'Hara, Charles Laughton, Joan Fontaine, Lawrence Olivier, Ingrid Bergman, etc, con muy otros resultados.

Confieso que encuentro un gran placer al recitar estas listas de nombres porque todos ellos me traen memorias de films inolvidables, alguno de los cuales he visto varias veces. Por ejemplo, mi favorito, "con la muerte en los talones", nombre que se puso en España a North by Northwest. Puedo haber visto una veintena de películas de Hitchkock, lo cual no me convierte en absoluto en un especialista de la obra de un hombre que llegó a rodar 60 films, sin contar los 140 (aprox.) episodios cortos de TV que también hizo, de los cuales una docena larga fueron suyos y que se pusieron en casi todas las cadenas del mundo, convirtiendo su oronda figura y doble papada como sombra chinesca en algo familiar a cientos de millones de personas en todos los continentes. Por eso, mi agradecimiento a Telefónica por una exposición inteligentemente comisariada por Pablo Llorca y con mucha información sobre el autor de Vértigo, fotos, "stills", vídeos, gadgets, carteles, historias, libros, etc., es mucho.

Aquí se confirman algunos de los viejos saberes sobre la personalidad de Hitchkock, el hombre que más inteligentemente maridó preocupación artística (sus películas son prodigiosas obras visuales cuidadas en sus mínimos detalles, riquísimas de sugerencias y con un ritmo sutil y elegante así como un irónico distanciamiento que son verdaderos placeres) con éxito comercial: sus breves apariciones mudas en muchas de ellas, a modo de firma; el parecido de gran parte de sus protagonistas femeninas, todas rubias, con una punta de encanto fatal; sus frecuentes y ambiguas referencias a las relaciones entre los géneros (no solo entre hombres y mujeres en el plano erótico sino también en las relaciones familiares de madres e hijos, etc); su no menos frecuentes recursos a los equívocos de identidad en los que un personaje es confundido con otro, de donde se siguen innumerables peripecias que te tienen atornillado al sillón; sus protagonistas masculinos, muchas veces verdaderos títeres, casi "hombres sin atributos". Y, además de todo esto, su también frecuentes incursiones en dominios intelectuales, artísticos y literarios, nada habituales en el cine de suspense: Daphne du Maurier, Patricia Highsmith, John Buchan, Joseph Conrad, Ethel White, Cornell Woolrich, Boileau-Narcejac, Leon Uris son algunos de los escritores cuyas obras adaptó a la pantalla. El psicoanálisis, el surrealismo, la psiquiatría y los grandes avances de la ciencia y los descubrimientos de la época también están presentes en su mundo. Y la música, por cierto, parte esencial de sus relatos.

Es más, su visión de los años decisivos de la guerra fría y los estereotipos de agente y contraagentes son también elementos componentes de las intrigas. Como lo es su, voluntaria o involuntaria, aunque siempre con un punto de ironía, propaganda del American Way of Life. Y ahora que acaba de morir Fidel Castro, viene a la memoria uno de sus últimos (y no de los mejores) films de propaganda anticomunista, localizado en Cuba, durante la llamada "crisis de los misiles", cuando el mundo estuvo al borde de la guerra nuclear.

dissabte, 26 de novembre del 2016

Derogar las leyes inicuas

La oposición comienza a tumbar una tras otra las leyes tiránicas que la mayoría absoluta del PP impuso sin diálogo alguno en la pasada legislatura. Normas arbitrarias, autoritarias, represivas, profundamente reaccionarias, producto de mentes enfermas, bien por su fanatismo religioso (Fernández Díaz), bien por su repulsivo cinismo jesuítico (Wert), que fueron el puntal de aquel gobierno compuesto básicamente por franquistas nacionalcatólicos y ultrarreaccionarios. Cualquiera pensaría que, así las cosas, si la oposición prosigue su excelente tarea de derogar todas las barbaridades del gobierno anterior, Rajoy podría hartarse, disolver las Cortes y convocar elecciones nuevas (dice, en tono amenazador, que no le faltan ganas). Pero no se dará el caso. Este hombre carece de principio alguno que no sea amparar corruptos y ampararse a sí mismo de paso y, con tal de seguir en el poder, le da igual que le deroguen todo lo legislado. Protestará pro forma, pero nada más. Su falta de conciencia y escrúpulos morales -bien patentes en el ejercicio de hipocresía en la muerte de Barberá- le permite gobernar con una ley de educación favorable a los curas o contraria a ellos. Le es indiferente porque, en realidad, tampoco sabe qué sea eso de la educación.

Con Wert bien enchufado a costa de los contribuyentes en París, a Rajoy  no le importa lo que pase con su ley. Méndez de Vigo, el ministro de turno, con tanta idea de educación como del sistema nervioso de la anguila, tampoco está dispuesto a dejarse la piel por los intereses de los curas porque, a fuer de católico, sabe de sobra que estos, los curas, tampoco son de fiar y pueden dejarte tirado en un momento de apuro.

El mismo destino aguarda a la Ley Mordaza, criatura de los dos desequilibrados que dominaron Interior durante cuatro años, Fernández Díaz y Cosidó.  Una norma monstruosa que daba impunidad a la policía en la calle y criminalizaba y castigaba con penas enormes el ejercicio de los derechos ciudadanos, una ley que avergüenza a quien la lea. Queda así claro que, al menos de momento, los partidos de la oposición podrán impedir que se consolide este revival del franquismo, algo digno de encomio. No hemos podido quitarnos de encima al Sobresueldos debido a la impericia de la izquierda pero, con un poco de suerte, no tendremos que padecer las consecuencias de su insoportable neofranquismo.

Por lo demás, esta práctica derogatoria parece que imprimirá carácter a la legislatura. No en el sentido en que prometían los golpistas del PSOE cuando echaron a Sánchez, sino de forma muy distinta. Con la LOMCE en el punto de mira de una especie de triple entente entre PP, PSCE y C's, parece configurarse una especie de frente derogatorio que aislará a Podemos, dejándolo en la irrelevancia. Este podrá presumir de ser la única oposición real a la derecha y acusará al PSOE de subalternidad frente al PP. Y se quedará corto. El PSOE, descabezado, desnortado y a punto de caer en manos de una mujer cuya inteligencia es inversamente proporcional a su ambición, en realidad el PSOE es un rehén del PP. Por eso tampoco cree el Sobresueldos que le convenga convocar elecciones. La amenaza de estas ya tiene a los socialistas paralizados, dispuestos a aceptar y apoyar todas las barbaridades que haga la derecha en el asunto catalán que, en realidad, es lo único importante en este momento. Mientras el PSOE siga siendo, antes que nada, profundamente español en sentido centralista y reaccionario, el PP le permitirá derogar sus leyes más tiránicas y absurdas. Y el PSOE venderá esas derogaciones que, en todo caso, lo serán "controladas" como prueba de su valiente y decidida oposición al Gobierno frente a Podemos, a quien acusará de demagogo e irrelevante. Y también con acierto.

Es lo malo de la división de la izquierda: que todos los bandos aciertan en las críticas que se hacen mutuamente. Razón por la cual seguirán divididos. Razón por la cual seguirá gobernando la derecha. Razón por la cual los catalanes se largarán. Y harán bien.

Pintura de la pintura

El Museo del Prado ha dado con una buena idea que ha convertido en una exposición de nombre Metapintura. Un viaje a la idea del arte, comisariada por Javier Portús, jefe de conservación de pintura española de dicho museo. Como el nombre indica, se trata de concentrarse en aquellos aspectos que trascienden la pura expresión artística y plástica de las obras para llegar a otras regiones, más allá de la pintura. Algo para lo que esta es instrumental o vehicular. Obviamente, desde un punto de vista semántico estricto, toda pintura es metapintura puesto que toda ella es un símbolo, un significante que remite siempre a un significado. Recuérdese el famoso cuadro de Magritte en el que se ve una cachimba perfectamente pintada y, como título: Ceci n'est pas une pipe, que contradice y no contradice al mismo tiempo la imagen. En el caso de esta exposición, las pretensiones son filosóficamente más modestas, pues se limitan a mostrarnos diversos ejemplos de ese carácter vehicular de la pintura. Algunos se refieren a la composición misma de la obra de arte y otros a su contenido o mensaje. Esto es, unos al impacto visual simultáneo y otros al contenido narrativo de la imagen que nos remite a otras historias.

Los casos referidos son bastante conocidos, Palinuro siente especial atracción por ellos y, grosso modo podemos referirnos a los siguientes: 1) el relato sobre el origen de la pintura y la figura del artista. 2) En relación con ello, el arte del retrato y, en especial, del autorretrato, una de las fascinaciones de Palinuro. 3) La aparición de los espejos en los cuadros, objetos misteriosos, llenos de posibilidades y otra de dichas fascinaciones; recuérdese que todo espejo lleva la semilla del doble en él, el Doppelgänger, excepto en el caso de los vampiros. 4) Los trampantojos, muy de moda en los siglos XVI y XVII a partir del descubrimiento de la perspectiva. 5) Los cuadros dentro de los cuadros. 6) Los relatos mitológicos que tienen o no que ver con el origen del arte.

Enseguida se ve que es un programa muy ambicioso. Demasiado. Cada uno de estos casos daría para una amplia exposición por derecho propio. Así que no es posible evitar cierta frustración en la visita, sobre todo porque la inmensa mayoría de las piezas proceden de los fondos mismos del Prado, son casi todas muy familiares y, lógicamente, guardan escasa relación entre sí. Si añadimos que préstamos de otros lugares solo se cuenta una veintena, acordaremos que la exposición parte de una buena idea, pero la desaprovecha por querer abarcar demasiado sin medios. Ello es visible cuando el hilo narrador, problemático en todo momento, se diluye ya en la etapa final en la que se exhiben conocidísimas telas del XIX español, muchas goyescas, incluidos grabados que tienen poco que ver unas con otras. Si añadimos que, al ser el Prado, no hay obra contemporánea, en donde más han impactado estos asuntos (piénsese en el simbolismo o el surrealismo), veremos que la exposición, como tal, siendo apreciable, es un "quiero y no puedo".

El origen de la pintura aparece en la insistencia de los pintores en seguir la leyenda evangélica de hacer a San Lucas pintor y de especial devoción mariana. En tiempos precristianos, el origen de la pintura se atribuía al dibujo de contornos de las sombras sobre paredes. La función de la sombra en la historia de la pintura es descomunal y autorizaría a dedicarle una monográfica. Por cierto, la idea de que a ella se deba el origen del arte está empíricamente refutada por las pinturas rupestres del paleolítico.

Retratos y autorretratos. Su cabida en este concepto de "metapintura" es problemático, pero, al mismo tiempo, ha de reconocerse su importancia. Quizá el retratístico haya sido el género más cultivado en Occidente y está indirectamente vinculado al origen del arte en la muy frecuente referencia al mito de Narciso. En todo autorretrato hay algo de narcisismo. O quizá no en todos. Hay autorretratos estremecedores (Rembrandt, Hodler, Edvard Munch, Picasso, Bacon, etc) en los que nadie puede complacerse y menos que nadie, el propio pintor.

Los espejos. Otro tema monográfico para exposiciones. Los espejos están, además, casi siempre indirectamente presentes (a fuer de ausentes) en los autorretratos. Algunos son hitos en la historia del arte: Los Arnolfini, de Van Eyck; el autorretrato del Parmigianino en un espejo cóncavo; la Venus del espejo de Velázquez, aquí ausente o el de Las Meninas, que figura en la exposición, pero en otro aspecto.

Los trampantojos. Hay muchos por haber sido truco muy popular en el XVI y XVII. No son elemento del agrado de Palinuro, a quien parecen gustos de un realismo elemental y de tosco refinamiento. La inevitable mosca en los bodegones flamencos me parece tan detestable como la que me molesta cuando escribo en verano; los cuchillos con el mango fuera del marco, o los manojos de puerros de Sánchez Cotán son descorazonadores. Hasta el más famoso de todos, que figura, claro, en la exposición, el del mozo escapándose del cuadro de Pere Borrell i del Caso (1874) me resulta excesivo y rebuscado.

Los cuadros dentro de los cuadros. Vemos uno de los más famosos, uno de los lienzos que David Teniers pintó para el Archiduque Leopoldo Guillermo, reproduciendo las obras que este coleccionaba en su exquisita galería de Bruselas. De este modo, Teniers probaba su mano reproduciendo a pequeñísima escala, obras celebérrimas de Giorgione, Tiziano, Tintoretto, etc. Un diálogo de la pintura consigo misma.

La mitología. Por supuesto, al amplio universo. La mitología fue, es y será fuente inagotable de temas, motivos, estilos, mensajes artísticos. Las versiones de los artistas, pueden ser libres y corresponder con su genio especial (como el de las Parcas en las Hilanderas velazqueñas o la caída de Ícaro, por no hablar de la abigarrada vida de los olímpicos y sus relaciones con los y las mortales: Rapto de Europa, de Rubens, Dánae, de Tiziano, en uno de los cuadros que pinta Teniers), etc. El alcance de la mitología llega a hoy mismo: la Leda atomica de Dalí o el oscuro, indómito y avasallador Minotauro picassiano es lo mismo.

Con todo, es muy interesante esto de la metapintura. Sin olvidar que toda pintura es metapintura porque toda obra de arte nos lleva a otro lugar. Lo que sucede es que ese lugar está en nosotros mismos, como dice Omar Kayyam: "Más allá de los límites de la Tierra,/más allá del límite Infinito,/buscaba yo el Cielo y el Infierno./Pero una voz severa me advirtió: "El Cielo y el Infierno están en ti."

Hoy, Palinuro en Palma


El PSOE/PSIB ha invitado a Palinuro a su Escola de Tardor que se celebra ayer y hoy sábado en el Casal de Barri des Jonquet, c/ del Terrer, 10, a partir de las 10:30. Es una muestra de confianza y apertura del PSIB al invitar a hablar a un humilde analista político independiente que tiene, desde luego, en muy alta estima a la socialdemocracia -sobre la que ha escrito un par de obras- pero no pertenece a ningún partido. Es mucho más de lo que todas las demás fuerzas políticas hacen, pues solo invitan a sus militantes... y si son obedientes al mando. Solo los socialistas se atreven a invitar a gente de fuera, crítica e independiente para contrastar ideas. Es algo que favorece al partido, sin duda el de más democracia interna hoy, y sirve de reto y acicate al invitado. En este caso, Palinuro.

El tema que se le ha asignado es El futuro de la socialdemocracia, una asignatura difícil e importante porque algo ha quedado claro en el último siglo en política: con la socialdemocracia es posible que no se alcance plena emancipación ni justicia social ni redistribución de la riqueza ni igualdad. Pero sin ella es seguro que ni uno solo de esos objetivos puede plantearse. La socialdemocracia tiene muchos defectos pero es la mejor opción con mucho a ojos de Palinuro. Una socialdemocracia de izquierda reformista, radical y moderada al mismo tiempo. Esto no es una contradición sino algo muy sencillo: moderada en las reformas sociales y económicas para no alterar el mercado con ilusiones irrealizables. Radical en los aspectos políticos y morales y audaz e imaginativa en los territoriales.

Como dado la apretado de la agenda del evento, me han asignado un tiempo relativamente breve para exponer mis conclusiones, incluyo aquí la sinopsis de lo que mañana expondré con más detalle en la Escola de Tardor y eso que llevamos ganado. La exposición se divide en cuatro bloques:

1.- La reivindicación crítica del pasado. La socialdemocracia tiene una historia y debe reivindicarla sin ocultar o disimular los errores que se han cometido, que no son tantos como los aciertos, pero sí demasiados y deben corregirse.

2.- Propuestas de presente

  • Ámbito institucional: reforma constitucional sobre las cuestiones que mañana se expondrán.



  • Ámbito económicoConstitución económica nueva o reforma Título VII CE.



  • Ámbito social: nuevo pacto social entre capital y trabajo, perspectivas de género y ecológica.



  • Ámbito territorial: Negociación de una referéndum de autodeterminación en Cataluña.



  • 3.- Reconstitución del partido.

  • Formulación del programa de la izquierda socialdemócrata.



  • Recuperación del voto sectorial perdido.



  • Recuperación del voto generacional perdido.



  • 4.- Nuevas formas de comunicación

  • Política de medios de comunicación.



  • Ciberespacio, internet, redes.



  • Participación colectiva.



  • Alli nos vemos.

    divendres, 25 de novembre del 2016

    Barberá

    Es inevitable hablar de Rita Barberá. Vaya por delante que Palinuro profesa a rajatabla el principio del respeto a los muertos. De los muertos no debe hablarse ni bien ni mal porque no pueden responder. Eso debiera bastar. Y aquí no se hablará en absoluto de la difunta, sino del insólito guirigay que han montado los vivos a su costa. Empezaron los de su propio partido a buscar de inmediato culpables de la muerte por infarto. Todavía córpore insepulto, el ministro de Justicia empezó hablando de "conciencia" y, con claro sentido de culpabilidad que los psicólogos llaman de "proyección", se refirió a la conciencia intranquila de unos otros innominados pero claramente situados en la izquierda a los que, de este modo hacía responsables del óbito. La derecha se ha civilizado mucho. Ya no acusa del hecho material, sino solo de la responsabilidad intelectual.

    No solo es injusto. También es absurdo y como el absurdo es más contagioso que la risa numerosos dirigentes del mismo partido se han animado a repartir culpabilidades como una máquina de riego automático fuera de control: la "cacería" de los medios, la "pena de telediario", el "linchamiento de la opinión pública", las "hienas" (cosecha de Rafael Hernando), la maldad intrínseca de la izquierda. Todo con tal de no reconocer que los primeros candidatos a esa poco honrosa plaza de haber acosado a su antiguo referente y modelo en el que todos decían mirarse son los que acusan a los demás. Fue fortísima la caída: los mismos que la adulaban le esquivaban el saludo en público, como a una apestada.

    Todo esto es absurdo. Toda muerte cierra un escenario. Es un hecho mudo. No plantea problemas morales. Se acepta porque no es posible hacer otra cosa. Buscar culpables que no sean los autores materiales si tal hubiera sido el caso es absurdo. Que cada cual le dé la interpretación que quiera. Es culpable la sociedad entera. Y en la configuración de esa sociedad fue muy relevante la fallecida. Los problemas morales, el ruido, los plantean los vivos, especialmente los políticos cuando la situación se presta que es justo cuando dicen que no se presta. Y lo hacen en el terreno habitual de la desmesura, la mendacidad, la agresividad, el ridículo no solo entre sí, sino también hacia la población. Pero, al darse contra el fondo del hecho trascendental de la muerte, lo ridículo se convierte en grotesco. Algo que interpretaría muy bien El Bosco.

    La consolación de la poesía

    Marcos Ana no se llamaba Marcos Ana, sino Fernando Macarro Castillo. A mediados de los años 50, cuando llevaba diez o quince de prisión en condiciones terribles, creó este seudónimo con los nombres de su padre y su madre. Y el seudónimo se convirtió en su nombre. Un tributo a la memoria de sus padres, sin duda profundo.

    Marcos Ana no era poeta. Al comenzar su cautiverio, había sido, entre otras cosas, comisario político comunista, pasó por los campos de prisioneros de los Almendros y Albatera (y quien sepa algo de la historia de la posguerra sabe la que allí pasaba), fue condenado y recondenado a dos penas de muerte, no simultáneas, sino consecutivas. Imagínese. Salvó la vida por ser menor de edad cuando los hechos. En su largo confinamiento (23 años, nada nuevo en España: el bueno de Campanella pasó 27 años en una cárcel de la Inquisición española en el XVI/XVII) se hizo poeta. Devino poeta. Se hizo poesía. Vivió la poesía. Además, también como arma de lucha. Eso es lo que lo distingue de su ilustre predecesor en el infortunio, el sabio Anicio Manlio Torcuato Severino Boecio a quien un poder igualmente tiránico condenó a morir en el siglo VI, mil años antes. Esperando la muerte (que, en su caso, se consumó), Boecio escribió La consolación de la filosofía, un libro que sigue leyéndose hoy con gran provecho pues edifica el alma. Marcos Ana encontró la consolación, la fortaleza para afrontar su destino en la poesía: su autobiografía, Decidme cómo es un árbol. Memoria de la prisión y la vida así lo atestigua. La contraposición "prisión" y "vida" es elocuente: la prisión es la muerte (pregúntesele a Dostoievsky), pero desde la muerte se habla a la vida para cambiarla. En Marcos Ana no hay resignación, como en Boecio, sino lucha. Ni mejor ni peor que la resignación. Simplemente distinto.

    dijous, 24 de novembre del 2016

    El héroe dubitativo

    Vaya, vaya. El drama del PSOE, ya casi culebrón, da siempre alguna sorpresa. La entrada en campaña de los dos contendientes putativos, Díaz y Sánchez, no ha podido ser más dispar: la de Díaz, planificada, con asesoría de comunicación, apoyo y difusión en los medios, planes de altura para Andalucía, España y Europa. Campaña clásica, doctrinal, en la que no se dice literalmente nada.

    Sánchez, que no cuenta con los medios de Díaz, pues es un afuereño al aparato (que controla el acceso institucional a las redes) ha ido más por lo personal, íntimo y sincero. Pero con ideas y ánimo rompedor. Es otro mundo. Los medios lo comparan con don Quijote, por eso de hacerse la carretera. Pero don Quijote estaba armado de una convicción firmísima en la bondad de su propósito. Ni una duda le hizo jamás tomar los gigantes por molinos. Mientras que Sánchez ha mejorado de cabalgadura (ahora tiene coche) pero ha empeorado de ánimo. Duda. Es un héroe dubitativo, como Orestes dudaba si matar a su madre o no; como Hamlet si hacer lo propio con la suya y su amante, asesino de su padre; como Raskolnikov si matar o no a la vieja usurera y es de esperar que nadie vea aquí alusión alguna; como Emanuele Bardone duda entre morir como Emanuele Bardone o como el General della Rovere.Tanto duda que casi parece un antihéroe. Y eso que cuenta con el explícito respaldo de Pérez-Tapias, antaño su adversario y que hoy puede ser el Pílades de Orestes, el Horacio de Hamlet, la mujer a quien Raskolnikov confiesa su crimen, su alter ego.

    Aun así, Sánchez duda y quiere pulsar la actitud de la militancia antes de proclamar su candidatura. Eso está bien e indica prudencia y realismo. Pero, para que la militancia tenga alguna actitud que pulsar es preciso ofrecerle algo sobre lo que pronunciarse. Ideas, vamos, propuestas. Y aquí es donde el candidato a candidato debe pararse a pensar y elaborar un discurso (un relato, según se dice hoy) coherente para la mayoría del personal. Esto es, algo armado, congruente, identificable como parte de un proyecto y no consignas aisladas carentes de significado. Eso del proyecto colectivo, que huele a Podemos por la vía asamblearia, hay que dejarlo para el final. Si el pretendiente presenta sus propuestas, ya se animará la gente (o no) a tomar decisiones colectivas. Y si ese programa no es el de una izquierda socialdemócrata reformista de izquierda moderada (que no conservadora) que Palinuro viene proponiendo, sería estupendo conocer cuál es el programa. Sobre todo para que el héroe dubitativo saque de la duda a sus posibles apoyos, que son muchos, a juzgar por lo que se detecta en las redes.

    Por cierto, si quieren encontrar un contexto histórico para simbolizar el momento, lo tienen en la sublevación contra el francés de 1808 y la consiguiente guerra de independencia. Las juntas provinciales, negando obediencia al rey, pedían la convocatoria urgente de una Asamblea Nacional o Cortes Constituyentes. Igual que las federaciones y agrupaciones del PSOE, negando obediencia a la Gestora, exigen un Congreso urgente y primarias. Si hay que aconsejar a nuestro dubitativo héroe un modelo por imitar, nadie mejor que Juan Martín Díez, El Empecinado, héroe del momento y notable ejemplo de obstinación hasta el martirio en su lucha contra el invasor y luego contra el absolutismo, que era otra forma de invasor. Pero no llegarán las cosas a esos extremo. Es de suponer que en el PSOE haya la flexibilidad suficiente para apoyar un programa de este tipo frente al acartonado colaboracionismo con la derecha que proponen la actual dirección material e intelectual así como sus grandes focos mediáticos y sus intelectuales orgánicos.

    La primavera del Frente Popular

    Otro acierto de la biblioteca de mi Universidad, la UNED, con una exposición sobre los meses del Frente Popular (FP) en Madrid entre febrero y julio de 1936. La organizan la propia biblioteca, el Departamento de Historia Contemporánea y la Universidad Carlos III. Hay que ver las cosas que pueden hacerse con escasos recursos cuando se tiene voluntad y pericia.

    Porque es una exposición escueta, con carteles electorales, octavillas, panfletos y libros, algunos de la época y otros de historiadores que han tratado la época con maestría, como Santos Juliá. Y fotos, sobre todo fotos, muchas de ellas muy poco conocidas. Se añaden diversos tipos de objetos, cajas de cerillas y hasta envoltorios de caramelos politizados (los envoltorios, no los caramelos, es de suponer), algún uniforme, objetos de la vida cotidiana, naipes, etc. Pero está admirablemente estructurada, con oficio pedagógico: son cuatro bloques: las elecciones, el triunfo, el boicot de las derechas y la vida cotidiana. Todo ello en Madrid. 

    Y, desde luego, es un éxito. El visitante es atrapado desde el primer momento por un relato vivo que empieza en la incertidumbre de la votación, sigue luego con la explosión de alegría por la victoria del FP y tropieza de pronto en el clima de pistolerismo, violencia callejera, provocaciones de las derechas, respuestas de las izquierdas quemando iglesias, que adquiere un tinte más macabro cuanto que el visitante ya sabe cómo acabó aquello. Pero los protagonistas, no y, en esta exposición, parece milagroso, pero los protagonistas hablan, nos hablan. La cuarta sección, el Madrid cotidiano, algo verbenero, dado a fiestas y toros en tiempos nuevos. En la foto de la caravana electoral de coches de Recoletos vemos cuatro muchachas de pie repartiendo propaganda. Las mujeres podían votar gracias a la propuesta de 1931 de Clara Campoamor quien, por cierto, murió exiliada en Suiza, justo castigo a su inmundo pecado de querer emancipar a las mujeres. Así pensaban entonces los que hoy están en contra de la discriminación positiva. No falla. Hasta Victoria Kent, mujer y socialista, se opuso a la propuesta de Campoamor.

    El FP fue una fiesta, a pesar de todo, a pesar de los atentados y la violencia callejera, una fiesta de primavera. El FP nació "a la sombra de las muchachas en flor". Ustedes me perdonarán la cursilería. Tengo una foto de mi madre en uno de esos coches, por ese lugar, en aquel tiempo. Fantástica también la foto de los madrileños apiñados en un tranvía y viajando en el tope, sin pagar. Sin saberlo, esos paisanos serían convertidos en los free riders de la teoría de la decisión racional con la que se castiga hoy el horrible descontrol del Estado del bienestar. 

    De eso se enteraron los viajeros de matute más tarde, cuando ya no quedaron ni tranvías.

    dimecres, 23 de novembre del 2016

    Por Andalucía libre, España y la Humanidad

    Allá va la nación andaluza a competir con las otras naciones españolas pero algo renegadas. Al impulso se ha sumado Teresa Rodríguez, la líder de Podemos, avisando de que Andalucía es de algún modo una nación. Como si no supiera en dónde está o en qué consiste. Y le interesa encontrarla pronto porque, para cuando lo haga, Díaz está ya en Bruselas, a hacerse ver en la Humanidad del himno de Blas Infante, el de "tierra y libertad".

    El País, convertido en gaceta oficial de la campaña de Díaz por la SG, hace lo que puede por darle imagen Y para ello nada mejor que mostrarla sumergida en un mar de cámaras y micrófonos, como si fuera Clinton. No solo informa sobre el presente de su pupila sino también sobre el futuro, pues anuncia una viaje nada menos que a la UE que, como tal, carece de toda localización precisa por ser un ente de razón que habita en lugares tan distantes como Helsinki o Atenas. El problema de El País es que a la candidata a la SG no la votan los electores ni sus lectores, sino los militantes. Entre estos, Díaz tiene malísima prensa por el golpe de mano que lideró para deponer a Sánchez. Y eso no se arregla yendo a Bruselas, si es a Bruselas a donde va.

    En todo caso, parece perfilarse, de momento, un duelo a dos por la SG. El otro, Sánchez, que se estrena el sábado, casi como si fuera un rally, el comienzo de una cruzada. Todavía puede añadirse alguien más a la contienda (y no es descartable la posibilidad de Pérez-Tapias, quien ya compitió contra Sánchez en otra ocasión) y hacerla más reñida.

    La candidatura de Sánchez parece tener el apoyo de las bases que no están con su adversaria. Pero solo lo parece. Ahora hay que materializar ese apoyo de algún modo, hacerlo visible durante cuatro o cinco o seis meses, hasta la convocatoria de las primarias. Es decir, Sánchez necesita nombres, símbolos, una identidad, un logo. No puede ser solamente "el hombre que devolverá el PSOE a los militantes". Porque, sobre no decir nada, no es lo que los militantes quieren; quieren elegir un SG del que no tengan que avergonzarse. Además de la identidad el llamado "proyecto" de Sánchez necesita un programa. Sucinto y claro: regeneración del Estado, fin de la corrupción y profundización democrática. Reforma constitucional que afecte a la Corona (con inclusión de un referéndum) y al status de la iglesia católica. Constitución económica en la que se establezca un sistema de protección de las nuevas capas de trabajadores en una etapa de intensificación de la explotación capitalista. En cuanto a Cataluña, apertura de una negociación para un referéndum pactado de autodeterminación de los catalanes.

    Un programa de izquierda moderada, reformista, típicamente socialdemócrata.

    La inútil represión

    Mi artículo de hoy en elMón.cat, titulado "L'ésser i el voler ser", en el que sostengo que el diálogo aparentemente ofrecido por el gobierno central a la Generalitat es falso pues ni siquiera tiene el gesto de paralizar los procedimientos penales que él mismo pone en marcha. El artículo glosa el caso del juez Vidal, a quien el Supremo confirmó ayer su pena de tres años de suspensión de empleo y sueldo. En él se sostiene que afrontar la cuestión catalana como un problema de orden público con medios exclusivamente represivos no servirá para nada al nacionalismo español y, al contrario, avivará el independentismo catalán.

    No había terminado de escribir el artículo y ya se conocían los siguientes pasos en este peculiar diálogo en dos dimensiones absolutamente distintas, como en diferentes galaxias. El juez Vidal, trocado en senador Vidal, intervino en la sesión de ayer en presencia del gobierno y pronunció un alegato impecablemente razonado, con lógica judicial, de la absoluta falta de legitimidad del gobierno y el Estado españoles en materia de independencia de la justicia. Un alegato demoledor, avalado por el hecho de que quien lo pronunciaba es víctima directa de lo que denuncia. Merece la pena ver el vídeo del juez Vidal y las caras y los gestos de Rajoy y Sáenz de Santamaría.

    Pero no se quedó ahí la cosa. Ayer, el Congreso votó en votación secreta conceder el suplicatorio para que el Tribunal Supremo proceda contra el diputado Homs por presunta desobediencia, creo. Si no he leído mal vino Puigdemont a Madrid a apoyar a Homs. Eso es mucho. El gobierno y toda la clase política debieran pensar a dónde conducen el país por la senda del sostenella y no enmendalla. Porque ahora viene otra andanada mediática: Forcadell citada a declarar en el procedimiento que también se le sigue y del que puede resultar una inhabilitación. La única respuesta que tiene el Estado a la demanda de un referéndum sostenida por más del 70% de los catalanes es procesar a sus representantes, democráticamente elegidos por cumplir el mandato de sus electores. Y eso no tiene salida. Solo la unilateral. 

    A continuación, la versión castellana del artículo.

    El ser y el querer ser

    El Tribunal Supremo mantiene la sanción al juez Vidal de tres años de suspensión de la carrera judicial por haber contribuido a la redacción de un proyecto de Constitución para la República Catalana. No se han considerado sus razones de que la sanción no tiene fundamento jurídico sino ideológico y de que, en todo caso, la posible falta ya había prescrito cuando se le sancionó. Por supuesto, lo esencial es la primera razón, si motivaciones jurídicas o ideológico/políticas.

    Para decidir habría que saber qué carácter reviste ese proyecto de Constitución, si es un panfleto, un comunicado, un llamamiento a la movilización. Teniendo en cuenta que es una Constitución de la República Catalana, es decir, un futurible, hasta podría tratarse de una utopía. Las utopías no han gustado nunca al poder. A modo de aviso, el fundador del género, Tomás Moro, murió decapitado.

    Hasta aquí no se llegará en la presente ocasión, pero es conveniente saber hasta dónde se llegará. Por supuesto que en la sanción al juez Vidal hay una gran carga ideológica. Pero es una ideología básica del Estado español, que lo ve como única nación y a la mayoría de los jueces no le parece ideología sino el fundamento mismo de legitimidad de su actuación. Lo mismo le sucede, aparentemente, al juez Vidal, tan movido por su idea de la legitimidad de la nación catalana como sus colegas sancionadores por la española.

    Es un conflicto de legitimidad que se está dirimiendo en un terreno de legalidad, mucho más estrecho. En este, cada una de las partes no puede sino hacer lo que hace. El juez Vidal propugnar la independencia de Cataluña; los tribunales españoles sancionarlo por ello. Los dos saben que es un proceso de acción-reacción que se autoalimenta hasta conducir a situaciones (más) indeseables. Pero no pueden evitarlo, como en las tragedias griegas.

    Actualmente el juez Vidal es senador. Desde el Senado, en representación de ERC, seguirá argumentando en pro de la independencia de la República Catalana. Es más, al encontrarse “suspenso” de la carrera judicial, podrá intervenir también en la vida pública catalana, incluso reanudar sus tareas redactoras del proyecto. Habrá quien sostenga que, estando “suspenso”, sigue en la carrera judicial y, por lo tanto, podría solicitarse ya su expulsión completa. Pero eso sería una arbitrariedad ya que el senador podría argumentar que está redactando un proyecto de Constitución de la República Catalana para presentarlo a la consideración de las Cortes españolas, por si tuvieran a bien aprobarlo. Entra dentro de lo filosóficamente imaginable que el Estado que es, deje lugar para el Estado que quiere ser.

    Es obvio que la política meramente represiva no va a bastar para aquietar el impulso independentista. Al contrario, va a avivarlo. La experiencia, el sentido común, el realismo, así lo muestran. El independentismo se ha ganado el ser tratado como una cuestión político-constitucional que está pidiendo negociación bilateral urgente. El considerarlo, cual ha hecho hasta ahora el gobierno central, como un mero problema de orden público, solo da como resultado aumentar la movilización independentista fabricándole un panteón de héroes y mártires, Vidal, Mas, Forcadell, etc, tienen una enorme proyección simbólica, son referentes que focalizan una voluntad colectiva.

    Parece atisbarse un nuevo talante en el gobierno del PP, un mayor empeño por entenderse con Cataluña y la Generalitat lo ha acogido con gran celeridad por iniciativa del vicepresidente. Justamente ahí parece haberse introducido un equívoco, si es un equívoco y no una manipulación infantil cuando se insinúa que los independentistas cambiarían la hoja de ruta y el referéndum por unas conversaciones del nivel que fuera con el Estado.

    La negociación posible que el gobierno apunta y la Generalitat acepta tendrá que empezar con la cuestión del referéndum ¿Con qué, si no? La feroz oposición de principio del PP del “carácter innegociable de la soberanía nacional” se elimina a base de negociar un referéndum catalán y someterlo a la aprobación de las Cortes españolas, que son las depositarias de dicha soberanía. Si el gobierno se presentara ante el Parlamento con un proyecto de referéndum negociado, con una pregunta binaria clara, “sí” o “no”, las mayorías necesarias también negociadas y negociado asimismo el plazo de carencia hasta el siguiente referéndum, ¿por qué no iba a aceptarse si es la única forma democrática y civilizada de encauzar este conflicto?