divendres, 4 de novembre del 2016

Hoy, Palinuro inaugura el curso de la UNED en Nou Barris

Inauguración de curso académico en el centro asociado de la UNED en Barcelona-Nou Barris. Al propio tiempo, Palinuro presentará un curso que arrancará mañana también sobre el tema de los Hábitats y los habitantes. Se trata de una actividad multidisciplinar que hace el profesorado del centro, se desarrolla con apoyo de material filmado y que ya ha tenido muy buena acogida de público en anteriores ediciones sobre otros temas.

No hace falta subrayar el acierto en la elección del de este año. Pocos asuntos serán de naturaleza tan multidisciplinar y necesitados de enfoques mezclados y hasta híbridos como el de los hábitats. Los lugares en donde los seres humanos nos hacemos humanos (o inhumanos) y para cuya comprensión necesitamos una perspectiva con elementos históricos, políticos, antropológicos, sociológicos, geográficos, religiosos, filosóficos, económicos, etc. En definitiva, reflexionar sobre el hábitat es tratar de entendernos como buenamente podamos, una tarea que, como se sabe, no tiene fin, pero está llena de enseñanzas. Al fin al cabo, el ser humano tiene su residencia en la tierra

Voy por las tardes, llego
lleno de lodo y muerte,
arrastrando la tierra y sus raíces,
y su vaga barriga en donde duermen
cadáveres con trigo,
metales, elefantes derrumbados. (Neruda)

Palinuro ha preparado una presentación con un intento de describir algunos de los muy distintos (y extremos) hábitats de la especie con ayuda de varios "clips" de películas o documentales célebres, con una visión narrativa y crítica. Cierra la exposición un documental muy duro con nosotros mismos, que nos pone frente a nuestras responsabilidades y nos muestra hasta que extremos hemos llegado. Pero no dirá nada sobre él para no incurrir en spoiling.

Nos vemos hoy  a las 17:00 en UNED Barcelona, Av. Rio de Janeiro, 56-58 08016 - Barcelona

La entrada será libre. Para las sesiones posteriores, el curso tiene una matrícula de 50 € y en él se otorga un crédito ETCS para estudiantes.

dijous, 3 de novembre del 2016

Aventurarse a lo nuevo

Por más que los de Podemos batallen por ser el centro de la atención mediática, el foco de interés sigue siendo la crisis del PSOE. El País, cuyo grado de entusiasmo con Sánchez ha quedado demostrado en los últimos tiempos, descubre que, además, este buen hombre tiene nuevas opiniones. En general eso está mal visto en estos pagos. Está mal visto hasta tener opinión. Pero, si además, es sobre asuntos de la máxima importancia, como la tendencia a la izquierda y la cuestión catalana, el asunto es temerario. Ese es el meollo del drama en el PSOE: Podemos y Cataluña.

Se supone que el PSOE tiene que elegir entre aliarse a la derecha (PP) o a la izquierda (Podemos). Unos animan hacia la izquierda; otros, a la derecha y estos parecen ser poderosos porque han desencadenado la crisis con un golpe de mano o de fuerza, que viene a ser lo mismo. Sin embargo, no está nada clara esa obligación de optar. De hecho, aunque la abstención haya sido una claudicación, lo ha sido por la mínima, pues no obliga a la acción mancomunada. Hay un espacio de opinión y electoral entre la derecha del PP y la Izquierda de Podemos. La primera es heredera directa del franquismo, revestido de neoliberalismo y con una incontenible ansia de expolio del común. Los segundos, que llegaron al socaire del movimiento 15M, trayendo promesas de nueva política, se han adaptado al juego institucional y su discurso y su práctica son confusos. Reverdece en ellos la vieja izquierda comunista carente por entero de lo que siempre presume, un programa, y solo interesada en el sorpasso.

Entre estas dos posiciones hay un espacio considerable, agrandado por el hecho de que ellas, las posiciones, son extremas. Es el espacio que ha habido siempre, el del socialismo democrático, la socialdemocracia. Y aquí es donde aparece el proyecto de Sánchez que dice querer para el PSOE autonomía frente los poderes fácticos y la tentación populista. Si el PSOE se obstina en sus "viejas opiniones" y se mantiene como auxiliar del PP, es probable que cave su tumba electoral, al estilo PASOK. Pero no es seguro. Las "nuevas opiniones" de Sánchez ¿darían para fundar un tercer partido de la socialdemocracia renovada? Espacio hay, probables partidarios, también. La izquierda democrática, reformista que quiere parar a la derecha pero no a costa de aliarse con una izquierda cuya relación con la realidad es problemática. Lo que no está claro es si hay liderzgo y capacidad para articularlo.

Y luego está el otro asunto, el que de verdad importa, Cataluña. Muchos de quienes seguirían a Sánchez en su giro a la izquierda, lo abandonarán si el giro, además, afecta al Principado. De este asunto no se habla porque las ideas están clarísimas: de independencia, nada. Y así como el agonizante Franco se despidió de Juan Carlos diciéndole que guardara la unidad de España, ha bastado que Sánchez haya compartido alguna cerveza con Joan Tardà para que el poder en la sombra en el PSOE lo mande a él a ellas, camino del ostracismo.

El punto flaco de Sánchez es Cataluña. En realidad, es el talón de Aquiles del sistema de la III Restauración. En el PSOE es donde más se aprecia. Basta ver las complicadas relaciones con el PSC. Pero Sánchez no tiene otra opcion que formular una propuesta de negociación con los independentistas. Alguien tiene que hacerlo. Alguien tiene que explicar a la opinión que la política de cierre al diálogo y la negociación, la de la hostilidad permanente, no ha dado resultado sino que, al contrario, ha exacerbado el conflicto. Y cuando una fórmula fracasa, hay que buscar otra. Y rápido, porque la hoja de ruta de los independentistas sigue su curso y augura un futuro de mayor confrontación que nadie quiere y el Estado español, fácilmente presionable por las potencias europeas, no puede permitirse.

Para el nacionalismo español (el del PSOE incluido) lo más esperanzador en Cataluña es ese nuevo partido abanderado por la señora Colau, en clave izquierdista y pronunciadamente ambiguo en la cuestión de la independencia. El nuevo partido amenaza a sus rivales más próximos, el PSC y Podemos y quizá a sectores de un independentismo tibio. Pero eso son futuribles. Aquí y ahora, el PSOE tiene que decidir qué respuesta da al independentismo, si el cerrado "no" sin más del PP o una "nueva opinión" estilo Sánchez que incluya sentarse a negociar una salida civilizada y democrática al único conflicto real del Estado español.

La charla de Mollerusa del 30 de octubre


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Que Cataluña marcha hacia su independencia es cosa evidente desde hace tiempo. El  movimiento es popular, pacífico, democrático y transversal. Esto último es un hecho que a muchos cuesta realizar. Por ejemplo, Alberto Garzón critica a ERC que se enfade con el PSOE por aliarse con el PP cuando ella (ERC) lo está con los burgueses de PDC (antes Convèrgencia), cosa que le parece fatal. Los nacionalistas españoles no solo no entienden el nacionalismo catalán sino que, probablemente, no entienden nada de nada. ¿Cabe imaginar una emancipación nacional de una sociedad compleja como la catalana sin contar con sus clases medias y su burguesía? ¿Se puede hacer una nación (para que me entienda el señor Garzón: una nación, no el asalto al poder del partido "de vanguardia") sin contar con su buerguesía? Eso por un lado. Por otro, el señor Garzón viene a decir que no hay diferencia entre la burguesía y la derecha españolas y las catalanas. Con lo cual acaba de certificar que no tiene ni idea del mundo en que vive.

Para complicar más las cosas añado que el proceso independentista catalán no solo es transversal, sino inclusivo. Hasta los curas son partidarios. De hecho, la charla de Mollerussa tuvo lugar en una asociación de amigos del obispo Deig, escritor, poeta, humanista, independentista y...clérigo.

dimecres, 2 de novembre del 2016

La izquierda y sus medias verdades

La palinodia que cantó Sánchez en Salvados fue seguida sin solución de continuidad por una glosa coral en el programa de Ana Pastor, El objetivo. Seis miembros de distinto relieve de las principales fuerzas políticas se lanzaron sobre las revelaciones de Sánchez para ponerlo de chupa de dómine y ensalzar sus formaciones. Hasta el representante del PSOE, delegado de la Gestora, y comisionado para justificar lo injustificable. Seis políticos ejercientes contra uno al que han obligado a volver a la casilla de salida y amaga con salir. Lo que allí se dijo explica las posiciones más o menos oficiales de los partidos. Nos interesan las izquierdas porque, en definitiva, ya ha quedado claro que si gobierna la derecha es por la incapacidad de la izquierda para ponerse de acuerdo.

Empiezo con la izquierda independentista. El celebrado discurso de Rufian no fue adecuado. El recurso sistemático a la anáfora es desesperante y, en general, el tono y la actitud no son correctos. Otra cosa es el contenido. Los socialistas lo merecen. La forma no es afortunada; el fondo, sí. Garzón considera "hipócrita" el discurso de acusar en Madrid a alguien por hacer lo que el propio acusador, ERC, hace en Cataluña, esto es, aliarse con la derecha reaccionaria. El dirigente de IU no entiende el factor nacional en la política catalana, cosa habitual. No es habitual, sin embargo, faltar tan clamorosamente a la verdad: todo el mundo sabe que la derecha catalana no es ni de lejos la española.

Llamativa ha sido la reacción unánime de Podemos a las semirrevelaciones de Sánchez. Estas avalan su interpretación de que no fueron ellos quienes impidieron un gobierno de izquierdas a raíz del 20D sino las oscuras fuerzas que no se presentan a las elecciones. Ellos están libres de responsabilidad. Esto no es enteramente cierto. Es una media verdad. Es cierto que las fuerzas actuaron, como ya se sabía desde la famosa decisión del CF de confiar en Sánchez con dos condiciones prohibitivas (hoy llamadas "líneas rojas"): nada de alianzas con Podemos y menos con los indepes catalanes; de estos, ni la abstención. Así fue. Pero también fue cierto que Podemos no quería un gobierno de izquierdas sino que, como todos, según dijo Sánchez en la entrevista, prefería segundas elecciones. Esas segundas elecciones traerían el sorpasso, la hegemonía de Podemos en la izquierda. Es más, hay una razón irrefutable: si Podemos hubiera querido un gobierno de izquierda, no habría votado en contra de Sánchez sino, al contrario, hubiera debido ir con él, precisamente para desbaratar el plan de la derecha.

No se olvide que ese plan no era impedir un gobierno con (o de) Podemos, sino asegurar el mantenimiento del gobierno del PP. Y así, Podemos, votó que no, haciendo justo lo que la derecha quería. Una metedura de pata colosal que no se desvanece porque una u otra profecía se hicieran realidad pues afecta al resultado. En lugar de reconocer el perjuicio causado por sus medias verdades, Podemos parece haber encontrado un nuevo motivo para intensificar su hostilidad al PSOE. Cuando el empecinamiento doctrinario quiere que las personas se estrellen, les hace creer que la realidad demuestra lo acertado de sus (pre)juicios.

Nunca había estado la izquierda más lejos de conseguir sus objetivos; nunca tan dividida.Tanto que, una vez investido, Rajoy ya ha hecho realidad el vaticinio de los contrarios a la abstención: abstenerse era constituir al PSOE en rehén del PP. O se vota a favor de lo que el gobierno quiere o se convocan elecciones anticipadas. Y allá va el PSOE -que no puede permitirse unas elecciones- uncido al carro de la derecha, por lo menos hasta el congreso y las primarias pendientes de convocatoria.

Este es el momento que Sánchez ha escogido para hacerse las fundaciones, en busca de una legitimidad cuasiplebiscitaria que lo sostenga en su postulación como candidato a la SG. Se dibuja aquí un relato romántico de cómo un líder elegido por el pueblo es descabalgado por las potencias oscuras con ayuda de los poderes mediáticos y el auxilio ejecutor de sus compañeros de partido. Una vez lanzado al ostracismo, el líder emprende la heroica tarea de reinventarse y proponerse de nuevo con un discurso distinto y cuenta algunas medias verdades en un programa de TV a modo de lanzamiento. Las medias verdades (por ejemplo, lo relativo a la Telefónica) harán más daño que beneficio, como siempre. El carácter distinto del discurso se refiere a las dos condiciones prohibitivas: Podemos y los indepes catalanes y, entre medias, el referéndum. El riesgo es que ahora le digan lo de las buenas horas mangas verdes.

Saben los dioses que tal fue siempre la idea de Palinuro, esto es, el entendimiento entre el PSOE, Podemos y los indepes catalanes. Resulta lamentable que todos, indepes catalanes, Podemos y PSOE, reaccionen con hostilidad creciente entre ellos. El camino que habrían de llevar es el inverso. Según parece, el que propone ahora Sánchez. El socialista ha dado un giro fenomenal y, aunque sigue siendo confuso en ciertos aspectos e iluso en otros, quizá merezca un voto de confianza.

La cuestión es si ese cambio de Sánchez obtiene el apoyo de su propio partido, cosa nada clara. También es cuestión si Sánchez tiene la consistencia, el temple y demás condiciones para liderar ese proyecto hasta el final. La impresión que ha dado hasta ahora es que no las tiene. Es de suponer que habrá otras candidaturas en competencia con la suya y el electorado tendrá tiempo de hacerse una idea sobre sus respectivos méritos y posibilidades. Al fin y al cabo esto es y no es un asunto de personas.

El reestreno

Merced a la implosión del PSOE, Rajoy ha vuelto a ser investido presidente del gobierno y ya ha jurado el cargo ante la Biblia, la Constitución, un crucifijo y varios personajes de esta ridícula comedia de la política española: el que hace de Rey, el que de ministro, el que preside el Senado, etc. Algún día habrá que analizar la naturaleza podrida y repulsiva del catolicismo español: una religión que admite que un embustero complusivo, un mentiroso sin escrúpulos, un falsario incapaz de cumplir una sola de esas promesas que va lanzando por ahí pueda jurar solemnemente delante sobre los Evangelios. Se me dirá que ese es asunto de la conciencia de cada cual y que el catolicismo como creencia colectiva es posible. Pero no basta. La vida de Rajoy es de dominio público y todo el mundo sabe que es un embustero, un cínico, un tipo capaz de engañar a la colectividad y provecharse de ella. ¿Imagina alguien algo más anticristiano que privar a los dependientes de las subvenciones que le corresponden pero financiar la atención al propio padre con el dinero público, como hace Rajoy? ¿Algo más inmoral y repugnante? No, el asunto no se zanja hablando de la "conciencia de cada cual". Aquí hay algo más: la complicidad de los católicos con estas odiosas prácticas. Por eso votan a Rajoy las monjas, los curas, todo el nacionalcatolicismo.

En realidad, mi artículo de hoy en elMón.cat versa sobre el primer encontronazo que ya se ha dado entre el recién estrenado presidente español y el catalán. Puigdemont pide una entrevista de presidente a presidente para tratar del referéndum, ese del que Rajoy no quiere oír hablar y Sánchez comienza a considerar tras liberarse de la retardataria y reaccionaria influencia de Rubalcaba.

Muy probablemente llega tarde. En esta legislatura de la derecha se producirá el definitivo encontronazo con Cataluña.

Aquí, la versión castellana del artículo:

LA INAUGURACIÓN

Tras la investidura de Rajoy por K.O. de los socialistas, vino la solemne toma de posesión en envenenado por la petición Puigdemont de celebrar una reunión de presidente a presidente para tratar la cuestión del referéndum y otras cuarenta más. Digamos que es una forma catalana de convertir un gesto protocolario como una felicitación por la investidura en algo de contenido práctico. Se invita al recién nombrado presidente del gobierno a ejercer sin más dilaciones su pleno Halloween y el juramento tuvo algo de “truco o trato”. Pero el momento estaba autoridad abordando una negociación urgente, indebidamente aplazada durante diez meses.

Todos los caminos conducen a Roma pero, para llegar hasta allí, hay que recorrerlos. El de Madrid, también. Cuantas veces haga falta. Para que quede claro que se han hecho todos los intentos posibles de diálogo y negociación. Es acumular bazas. Para reforzar la posición de la Generalitat, Puigdemont no asistirá a la reunión estatal de presidentes de CCAA sobre financiación autonómica que lleva ya tres años de retraso Acostumbrado a dejar pudrir los problemas sin que nadie proteste, Rajoy se encuentra que no puede aplicar esa táctica con Cataluña. El Estado no puede obligar a Puigdemont a asistir a la reunión y, sin Cataluña, poca será la financiación que acuerden los demás. Cataluña ejerce ya su soberanía de hecho negativamente.

La respuesta del gobierno de la derecha es sabida de antemano: la condición del referéndum es inaceptable y ello no imposibilita pero sí dificulta las negociaciones en otros ámbitos. Quizá sea una suposición prematura. No es de esperar que el nuevo gobierno modifique los criterios básicos de Rajoy pero quizá sí que los modifique el mismo Rajoy. Muchas veces le habrán dicho que tenga en cuenta el caso escocés que resta toda validez a la negativa española a hacer lo mismo en Cataluña. Pero eso es poco probable por razones hasta caracteriológicas.

El gobierno se siente fuerte pues cuenta con el bloque constitucionalista, de PP, PSOE y C’s. Mayoría parlamentaria abrumadora. La Generalitat también se siente fuerte, con un gobierno respaldado por una mayoría absoluta. No es previsible que ninguna de las partes ceda en su pretensión inicial referéndum sí, referéndum no. En consecuencia solo cabe augurar un futuro a corto y medio plazo de mayor confrontación, un tiempo en el que las dos partes van a medir hasta dónde está dispuesto a llegar el Estado y hasta dónde a resistir el Parlamento catalán.


Entre tanto, el tiempo pasa. La desconexión catalana se consolida. Y el Estado sigue sin hacer propuesta alguna, no ya constructiva, sino mínimamente alentadora. Ninguna iniciativa cívica o política en España a favor de una solución pactada con Cataluña. Ni un foro, diálogo o encuentro promovido por esos intelectuales siempre tan activos en defensa de los derechos de los saharauis o los tibetanos. El cierre es total. En el caso del PP, el no rotundo desde el inicio al derecho a decidir no solo se ha mantenido sino que se ha hecho vociferante. Rajoy no quiere oír hablar de referéndum. Literalmente. Negociaciones sobre reformas del sistema de financiación siempre que no haya demanda de referéndum, las que se quieran. Nos quedamos como estamos y toda ruptura de la legalidad vigente con la motivación que sea será tratada como una cuestión de orden público por la vía penal.

En el PSOE, el discurso no es muy diferente. Los socialistas comparten el recio nacionalismo español del PP pero, el mismo tiempo, son favorables a formas etéreas de descentralización política, como el federalismo. La fórmula ha perdido toda credibilidad teniendo en cuenta que necesita la reforma de la Constitución. Por eso, Sánchez, dejó entrever de que la solución vendría “votando” y sobre una “reforma constitucional”. El federalismo era tan eficaz como el bálsamo de Fierabrás. La mención al voto apunta elípticamente al referéndum como si fuera una gran concesión. Sin embargo, al tratarse de una reforma de la Constitución, el referéndum es obligado, en unos casos por razón de lo que se reforma y en otros si así lo decide una décima parte de los diputados o senadores. Eso no es aceptar el referéndum catalán sino tratar de pasar el español de matute.

Los dirigentes españoles no tienen una idea clara del problema a que se enfrentan y sus recursos son muy limitados, pues ni siquiera cuentan con un proyecto común. No son un peligro real para el avance del proceso independentista. Ese peligro está comenzando a tomar forma en el interior de Cataluña, a través de la formación de un nuevo partido de izquierda que, no siendo independentista, puede propugnar diferentes grados de soberanismo.

dimarts, 1 de novembre del 2016

Represalias

El grupo parlamentario socialista expedientará a las 15 diputadas díscolas del "NO". 

Dos modestos comentarios al respecto:

Primero. Ya oigo a los de la correcta "incorrección política" clamando contra el progresismo paleto de emplear el femenino en los universales. Algo que solo puede hacer quien ignore que su carácter masculino está en la mente divina, la ley natural, el espíritu de la lengua y los usos de la raza. Será verdad. Mi intención es simplemente señalar que, de las 15 voces negativas, 9 son de mujeres, la mayoría, casi dos tercios. Va bueno: las mujeres siguen siendo invisibles, aunque sean mayoría porque así lo quieren aquellas excelsas autoridades. Solo hay una posibilidad de que Dios, la Naturaleza, la Lengua y los Usos nos autoricen a escribir las quince diputadas díscolas y es que las quince sean mujeres. 14/1 tampoco vale; vence el 1. Será divino, natural, lingüístico y consuetudinario; pero también ridículo.

Segundo. Sin duda el grupo parlamentario actúa dentro de sus poderes. Al parecer, la pena prevista es pecuniaria, de 600 euros; más o menos el SMI. Habrá quien exija algún tipo de represalia o castigo mayor. Lo relevante aquí no es si el grupo puede hacerlo o no. Lo relevante es clarificar quién toma las decisiones sobre la acción parlamentaria del PSOE, teniendo en cuenta que este está en una especie de limbo, al cuidado de una Comisión Gestora cuya función, caso de tener alguna que no sea pagar los recibos corrientes, es convocar un congreso extraordinario. ¿Toma las decisiones de este y mayor calado la Comisión Gestora? ¿En virtud de qué mandato? Sobre todo cuando, además, sabe fehacientemente que tiene en contra a la mayoría de la militancia.

Porque a su más que dudosa legalidad, la Comisión Gestora añade una descarada parcialidad. En realidad, la comisión es una especie de junta con un programa propio, al margen, bien se ve, del partido. No puede erigirse en juez porque es parte y todo lo que haga será nulo. Los expedientados podrán recurrir a los órganos pertinentes del PSOE y este tendrá que salir del limbo y actuar. No puede permitir, por ejemplo, que la Comisión Gestora haga una campaña sistemática de descrédito de la candidatura de Pedro Sánchez a la SG por la muy lamentable razón de que sea la candidatura de aquel a quien la comisión destituyó hace un mes de muy malos modos. Malísimos.

dilluns, 31 d’octubre del 2016

Borrón y cuenta nueva

Supongo que el Salvados de ayer habrá tenido gran audiencia, aunque se dé en mitad de un puente. De hecho desembocó sin solución de continuidad en un programa de Ana Pastor con seis políticos de partidos parlamentarios que se pusieron a largar como cotorras sobre lo que se acababa de ver y escuchar. Cada uno encerrado en su discurso, tanto que podían ahorrarse la presencia en directo enviando un pen drive

El Salvados estuvo muy bien. Gran trabajo de Évole dando voz de entrada a la militancia, incluida la andaluza, que parecía una delegada de Díaz. Y mejor aun la entrevista. Évole aprieta, pero no atosiga. Y Sánchez estuvo tranquilo, mezcló sentimiento y razón y salió airoso rumbo a su nueva empresa.

De ahí el título del post. El borrón fue el repaso al pasado hasta el día de las horcas caudinas. La cuenta nueva, el propósito de Sánchez de postularse a la SG.

El borrón quedó bastante patente. Desde el primer momento hubo una movilización de las empresas, los bancos y sus medios de comunicación para impedir un gobierno de izquierdas. Que esta campaña obtuviera éxito con la ayuda de Podemos al no votar la investidura de Sánchez es materia discutible. No es discutible, sin embargo, la campaña. Y menos lo es que estuviera encabezada por el grupo Prisa, Cebrián, González, con el ladino apoyo de Rubalcaba, para forzar el gobierno del PP con la abstención del PSOE. La beligerancia de El País ha sido absoluta, cerrada. Se ha valido de todo, de las ambiciones de la señora Díaz, la vanidad mandarinesca de Felipe González y las astucias de Rubalcaba, que lleva una temporada casi tan presente en los medios como los de Podemos pero también contra Sánchez. Palinuro venía comentándolo hace días, en un post titulado Previsiones felices y otro, Como Dios manda. Había que destruir a Sánchez al precio que fuera. ¿Razón? Por fin ya no duelen prendas y se hace público y patente: Cataluña. Con un objetivo grabado a fuego: de independencia, nada. El mensaje puede estar llegando de las habituales altísimas esferas de la Monarquía y la cuartelería, o tal cosa asegura el Diario 16, que el PSOE ha entregado el gobierno al PP por presiones de la Casa Real y círculos políticos y militares.

Parte del borrón fueron los juicios de Sánchez sobre los diversos compañeros de su partido que se le han enfrentado y se la han jugado: Díaz, González, Rubalcaba, Madina, Hernando. Asuntos de interés humano y cuestiones personales internas que afectan poco a la cuestión general. Esta es la cuenta nueva del título. Sánchez ha anunciado su intención de presentar su candidatura a la SG en primarias con un programa de reconstrucción del PSOE. Cada cual en su estilo. Díaz habla de la necesidad de coser el partido; Sánchez levanta la bandera de una causa. Por eso anuncia que cogerá su coche y se recorrerá España al tiempo que ha abierto una web de enganche que, según mis noticias, ha estado tumbada unas horas con uno de esos ataques de denegación de servicio. Vaya el flamante candidato tomando nota. Eso sin contar con que sus adversarios le criticarán la web por revestir un carácter plebiscitario.

En realidad, la candidatura de Sánchez debe descansar sobre una clara exposición de sus intenciones como SG y como candidato a la presidencia del gobierno. No habiendo funcionado el juego de la ambigüedad del primer intento de investidura, la nueva propuesta habrá de diferenciarse de la anterior y, a cambio, es de esperar, contar con una actitud menos rígida de Podemos y los indepes catalanes. Flexibilidad a cambio de comprensión.

Sánchez ha lamentado no haber entendido en un primer momento el significado de Podemos. Igualmente ha cambiado su concepción nacional española, reconociendo España como nación de naciones. Es un cambio apreciable que hay que sostener y no rechazar sin más con maximalismos poco oportunos. Ya se sabe que la opción por un gobierno de izquierda con Podemos es una necesidad táctica. Para Podemos también. Esta mentalidad tan poco española debe abrirse paso: carece de sentido pedir a un aliado una coincidencia programática absoluta porque, si se diera, ¿para qué iban a aliarse? Uno no se alía con uno mismo.

Lo de Nación de naciones también necesita un repaso. Magnífico que Sánchez haya dejado de lado el nacionalismo español único con el que comenzó su mandato al grito de ¡más España! a poca distancia realmente del ¡Santiago y cierra España! Está muy bien, desde luego, pero es insuficiente. La expresión nación de naciones es grata, antigua, suena bien, pero solo será posible bajo el consentimiento de las naciones que la componen y como este está por ver, la definición más acertada de España será la de un Estado plurinacional. Hay diferencias apreciables entre ambos conceptos y conviene que Sánchez se familiarice con ellas. Esa confusa previsión de resolver el asunto votando pero sobre una propuesta concreta de reforma de la Constitución se puede entender de muchas maneras. Pero no se debe rechazar sin más porque, sin ella ni ninguna otra fórmula viable, estaremos peor.

La candidatura de Sánchez quiere aparecer amparada en el apoyo de la militancia. Por eso precisa dejar bien claro su programa que consiste en buscar una salida a la crisis del sistema por la izquierda y con propuestas innovadoras. Justo lo que más temen los oscuros poderes de los despachos y los medios a su servicio.

La tertulia de Gràcia del pasado 14 de octubre



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Hubo problemas de sonido con el streaming y hasta hoy no ha estado disponible el vídeo que comparto. Recuérdese: es de hace 15 días y, a la velocidad que van la cosas, podrían ser 15 meses.



diumenge, 30 d’octubre del 2016

Las horcas caudinas del PSOE

Los samnios de Mariano Rajoy obligaron ayer a las legiones a pasar por las horcas caudinas haciéndolo presidente con una vergonzosa abstención. Solo quince romanos, creo, estuvieron a la altura de su condición ciudadana y votaron "no". Las legiones retornan humilladas y piden organizarse para el desquite. Piden un Cincinato que salve a la República. La ausencia por dimisión de Pedro Sánchez hace presagiar que se reserve la noble función de aquel patricio. Aunque da la impresión, por el discurso que hoy explicitará, es de esperar, en Salvados, más parece inclinarse por uno de los dos hermanos Graco. Se perfila aquí un discurso regenerador y quién sabe si refundador del PSOE.

La Gestora, la Ejecutiva o quien tome las decisiones, deberá convocar ese congreso extraordinario aunque, desde luego, arrastrará los pies cuanto pueda. Pero no tiene otro remedio que hacerlo. Y con el Congreso vendrán unas primarias o habrá una nueva trifulca. Según se dice en los mentideros, Felipe González, gran muñidor de esta operación Boabdil, pide a Javier Fernández que se las arregle con la revuelta del PSOE y deje a Susana Díaz en la penumbra para que no la pongan como una Ecce Mulier en las primarias.

En estas primarias, la opción Pedro Sánchez tiene las de ganar por el apoyo que están demostrándole las bases, pues son ellas las que han provocado el congreso extraordinario. Ciertamente podrán presentarse otras opciones. La de Díaz se da casi por descontada y se rumorea alguna otra candidatura. En todo caso, los candidatos tendrán que explicar su programa, no solo como SG sino como presidente del gobierno. El programa de Sánchez debe ser flexible y no cerrarse de antemano a ninguna posibilidad en tanto no se conozcan los resultados electorales. Esto quiere decir que caben varias posibilidades y su concreción dependerá de la fuerza parlamentaria que tenga. En el entendimiento de que, de no poder gobernar en solitario, las alianzas se buscarán preferentemente en la izquierda, incluidos los independentistas catalanes. Alguien dirá que no preferente sino necesariamente. Eso dependerá de la correlación real de fuerzas.

La jornada de ayer fue de horcas caudinas, de verdadera humillación colectiva del PSOE, sus militantes, sus votantes y hasta el árbitro. Lo cantaban los rostros de los abstenidos, todos más propios de un tanatorio; incluso peor, porque en los tanatorios se cuentan chistes. Aquí solo se lanzaron algunas balbucientes excusas del tipo de "nos abstenemos, pero ahora empieza el combate de verdad; ni un respiro les vamos a dar" a correr por las redes para provocar la irrisión más generalizada del ciberespacio. 

Las sesiones prometen ser animadas a causa de la rivalidad entre PSOE y UP por hegemonizar la oposición. Nada está escrito. Sobre todo si sale Sánchez elegido SG en las primarias. A lo mejor la rivalidad se convierte en unidad de acción que resultaría mucho más eficaz. En cualquier caso, el PSOE tiene que sacarse la espina envenenada de la abstención. Si no lo hace, perderá el escaso electorado que le quede  por haber regalado el gobierno al partido más corrupto de la democracia. 

Lo que pudo ser

La Facultad de Educación de la UNED (c/ Juan del Rosal, 14, Madrid 28040) tiene en su segunda planta una exposición sobre la historia del Centro de Zona, Andrés Manjón. Este centro se había fundado en 1933 como parte de la primera tanda de escuelas de las más de 25.000 que la II República planeó construir en su política educativa. Cuando estalló la guerra civil se habían levantado, creo, unas 16.000. Claramente la República hacía suyo el apotegma de Joaquín Costa: despensa, escuela y siete llaves al sepulcro del Cid

Esta escuela en concreto se llamó en su comienzo "Francisco Giner de los Ríos" en honor del jurista, filósofo y pedagogo que llevó el ideal krausista heredado de sus maestros a las más interesantes prácticas. Fue fundador de la Institución Libre de Enseñanza e impulsor de otras iniciativas como la Junta para la Ampliación de Estudios, de la que salieron realizaciones tan importantes como la Residencia de Estudiantes, entre otras. Residencia por la que pasaron Lorca, Buñuel, Dalí, etc. Dentro del espíritu krausista que ya había empezado a llamarse institucionista hubo logros no menos importantes, como las Misiones Pedagógicas, posteriores a la muerte de Giner. También como herencia de ese espíritu, el colegio de que aquí se habla, sito en la calle de Francos Rodríguez.

Es verdad que la exposición es muy modesta pues apenas consta de un par de vitrinas con no más de seis o diez objetos de la época y dos o tres muebles también de entonces. Lo más curioso, un mueble destartalado que debió de servir como cajista o clasificador de tipos de imprenta, oficio que allí se enseñaría. Algunos plumieres, cuadernos, libros, mapas, escasas fotografías y poco más. Lo que, al parecer, se pudo rescatar en los desvanes. La razón de esa parquedad es que, al estallar la guerra, el colegio Gíner de los Ríos quedó en primerísima línea de fuego en la batalla de la ciudad universitaria, que duró toda la contienda. Además de los destrozos de la artillería, los que hicieron las distintas milicias que en ella se acuartelaron y que, según dice su antigua directora, María Sánchez Arbós, en un diario, usaban los muebles y los libros para encender fuegos. 

No obstante, la escasez de material la compensa sobradamente la parte documental de la exposición, un relato pormenorizado de la historia del colegio con abundante ilustración gráfica y todo muy interesante pues la exposición la ha organizado el Departamento de Historia de la Educación que tiene un conocimiento exhaustivo y riguroso de la cuestión. Y lo expone de modo muy grato, así que los profanos aprendemos mucho. ¡Ah y con gran exactitud en el orden semántico! Llaman a las cosas por su nombre y se niegan a hablar de tropas "nacionales" con más que sobrados motivos.

Por supuesto, la escuela original, mixta, aunque con separación de pabellones, incorporaba los principios más avanzados de la pedagogía de la época. El intríngulis de la exposición es el relato del cambio de la escuela al acabar la guerra. Todo el claustro depurado. La directora y algunos otros profesores incluso encarcelados y luego expedientados e inhabilitados para el ejercicio de su profesión, castigo que solo se les levantó muchos años después. La escuela pasó a llamarse Andrés Manjón, que es el nombre con el que recibió los edificios la UNED cuando tras cerrar el colegio, el Ayuntamiento se los cedió. Por lo menos no lo llamaron Ramiro Ledesma Ramos o algo así, porque podían hacerlo. Eligieron también un pedagogo y un innovador, como los krausistas, pero del otro lado del espejo de las dos Españas: un cura (jurista y filósofo también) fundador de las escuelas del Ave María (movimiento que se extendió por todo el mundo) , donde se instruía a los niños en el espíritu del dogma católico y las demás concepciones de la Iglesia. Donde la escuela mixta Giner de los Ríos educaba en una moral cívica, laica, crítica y en contacto con la naturaleza; la escuela unisex masculina Andrés Manjón los educaba en la fe de Cristo, la obediencia y la sumisión con métodos librescos. Lo dicho, las dos Españas. Cada una tratando de educar a las sucesivas generaciones en sus creencias y doctrinas. La primera es ingenua; la segunda, malvada. Y así seguimos.

Fue la UNED la que movió el retorno del nombre original, Giner de los Ríos. Pero como los tiempos de la transición son de consenso y flexibilidad, han conservado el de Andrés Manjón para la biblioteca. Los fascistas quitaron sin más un nombre y pusieron el suyo. Los de la Restauración han reequilibrado ambos nombres. Pero la historia del lugar, escrita y descrita queda. Y con una clara moral. Su enseñanza consiste en permitirnos especular cómo hubiera sido España si aquel intento pedagógico de la República no hubiera sido ahogado en sangre.

dissabte, 29 d’octubre del 2016

La incompetencia solo tiene una salida

A la espera de las novedades que pueda aportar la anunciada comparecencia de Pedro Sánchez antes de la votación de investidura, la situación parlamentaria y política en general es realmente lastimosa. Apenas empieza a entreverse la auténtica dimensión catastrófica de la abstención decidida por el CF tras el golpe de mano de los dimisionarios el 1º de octubre. Porque no es solamente que con ella se haya desgarrado el PSOE para facilitar el gobierno a un partido y una persona que no lo merecen, sino que ese desgarro del PSOE puede quizá desembocar en una ruptura del partido y, en todo caso, en su incapacitación para el gobierno del Estado durante más de cuatro años. Y si el PSOE, el único partido de la izquierda con experiencia de gobierno, se hunde, esté quedará casi como monopolio de la derecha para vaya usted a saber cuán largo.

Llama la atención lo callados que están los bonzos y los barones desde el comienzo de la crisis. Mudos como tumbas. González no ha abierto la boca, a pesar de su garrulería en los tiempos anteriores. Rubalcaba se limita a inspirar editoriales en contra de su partido en el País, el sector monaguillos también está silente. Todos ellos, que son personas inteligentes y bien informadas, no tertulianos de tres al cuarto, saben que han montado un quilombo, que han empujado al PSOE hasta el abismo y que su supervivencia está en juego. Es inverosímil que gente tan avezada y bien informada no imaginara que en los tiempos del 15M y de Podemos, una maniobra autoritaria, un golpe de mano como el que han dado sus secuaces los barones, podría acabar en una rebelión democrática de las bases que exigen un congreso extraordinario. Y un retorno de Sánchez a la secretaría general, esto es, al poder.

Que no lo imaginaran los secuaces, la señora Díaz, el señor Fernández, el señor Madina, etc, no tiene mucho de extraño pues da la impresión de que su capacidad para entender la realidad es limitada. Y su incapacidad para prever consecuencias, amplísima. Basta con ver el desastre que han organizado en el PSOE, sus órganos, el grupo parlamentario en menos de un mes. Si se estableciera un premio a la incompetencia, estos gestores de la crisis del PSOE se lo llevaría en todas sus modalidad: incapacidad a la hora de dialogar, razonar, justificar, transigir. Le ha regalado la investidura a Rajoy con la oposición de la militancia de su partido y el apoyo del electorado del PP, al que la gestora respeta inexplicabemente por encima del de su propio partido.

Misión cumplida: la gestora ha impuesto la abstención a costa de cargarse el PSOE. Tan majestuosa incompetencia debiera tener alguna compensación. Lo más lógico es que estos dimisionarios del golpe volvieran a dimitir. Si ya lo hicieron una vez con motivos torcidos, háganlo ahora con motivos rectos. Presenten todos sus dimisiones, Díaz, Fernández, Blanco, Negro o Azul y retírense a algún apartado paraje a hacer penitencia y a ver si las potencias celestiales los iluminan.

Entre tanto, lo mejor que puede pasarle al país es que el PSOE revoque su decisión anterior y vuelva a la política del NO es NO.

Los fieras son solitarios

Excelente idea de la Fundación Mapfre de Madrid la de una exposición de los pintores fauves a los que no suele prestarse atención como movimiento en su conjunto. Algunos de sus representantes son muy conocidos, pero por derecho propio, no como miembros del grupo o tendencia: Matisse en primer lugar, Braque, Van Dongen, Vlaminck, Rouault o Derain. Los demás tienen mucho menor renombre, pero su calidad media es muy alta. En todo caso, una ocasión única para ver la efímera unidad de un movimiento y estilo que están muy disperas y sus cultivadores no son figuras de universal reconocimiento. Unas cien obras, procedentes de muy diversos y distantes museos así como de colecciones particulares, nos ilustran sobre similitudes e influencias recíprocas entre pintores que raramente se exhiben juntos y que, sin embargo, formaron una especie de comunidad, una hermandad en la que compartían experiencias, recursos, puntos de vista y hasta modelos. Cosa que se aprecia cuando se contemplan sus obras conjuntamente. Por ejemplo, la exposición reúne una veintena de retratos de unos fauves a otros y de autorretratos que permiten entender muchas de sus características viéndolos juntos.

La denominación les fauves les viene de una crítica ferozmente negativa que se les hizo en el famoso Salón  de otoño de 1905. Las obras allí expuestas, verdaderos estallidos de color, sin ningún respeto por nada más, fuera dibujo, perspectiva o equilibrio, provocaron indignación y escándalo y uno de los críticos los acusó de ser fauves, fieras, queriendo insultarlos. Tal fue el nombre que ellos mismos adoptaron. El movimiento se consagró, pues dando la vuelta a una determinación negativa: fieras parecían ser y ellos convirtieron en estilo esa fiereza. Ils étaient fiers d'être fauves.

Pero el momento, último decenio del XIX y primero del XX, era muy difícil por la proliferación de vanguardias. El inmpresionismo estaba ya dando paso al postimpresionismo y el simbolismo también desaparecía, si bien el gran maestro de algunos de los fauves fue, precisamente, Gustave Moreau, quizá el representante más acabado del simbolismo, incluso ya sublimado. Desde luego es quien más influyó en Matisse que posteriormente sería líder espiritual del estilo. Otras muy variadas influencias que en esta exposición quedan patentes, gracias a un buen comisariado, fueron fuerzas que lo orientaron luego en sentidos muy dispares: Van Gogh, Gauguin, el puntillismo de Seurat y, desde luego, Cézanne (algunos de los cuadros expuestos parecen pintados por él) aparecen más o menos obviamente en gran parte de la producción del grupo. Este se mantiene a duras penas en el agitado ambiente de las vanguardias y acaba cediendo a varias de las más significativas en torno a la primera guerra mundial, el postimpresionismo, el cubismo o el expresionismo. Braque se va con Picasso, Vlaminck y Kees van Dongen, cada uno en su estilo, hacia un expresionismo combativo.

Por eso, para conservar su existencia como movimiento, los fauves se constituyeron en hermandad, casi en comuna. Viajaban juntos, iban de vacaciones de a dos o de a tres, trabajaban en grupo, a veces con el mismo modelo. Pero la época no ayudaba a la consolidacióin del grupo, cohesionado menos por solidaridad orgánica que mecánica, como diría Durkheim. Añádase a ello que esta vieja costumbre de constituir hermandades o asociaciones de artistas, especialmente pintores, es una especie de tradicionalismo, casi atavismo, del arte pictórica, probablemente del tiempo de los gremios y corporaciones medievales para la protección de ciertas actividadees artísticas. Cuando el mercado se desarrolló y evolucionó, estas colectividades perdieron gran parte de su razón de ser sobre todo porque, además, la capacidad creadora del arte no procede de actividad colectiva alguna sino del genio del individuo. Aportar visiones nuevas, desconocidas, que cambian nuestra forma de ver las cosas es un atributo del espíritu individual. Y este exige seguir su camino, librándos, incluso de la influencia de sus maestros.

Yendo a los artistas expuestos, Matisse es el más venerable y venerado del grupo, pero su obra es tan vasta que representarla aquí aunque fuera a título de muestra, sería temerario. Del resto reconozco especial debilidad por Vlamick y Rouault, dos extremos opuestos, pues lo que en Vlaminck es casi una tempestad de colores, en Rouault se reduce a unos cuantos sombríos. Pero los dos tienen mucha fuerza. Los abigarrados colores de Vlaminck le hace rayar con cierta cursilería pastel estilo Dufy. Y Kees Van Dongen tiene algo de los dos.

Los paisajes, las escenas urbanas, los desnudos, loa retratos se manifiestan siempre a base de colores amontonados, muchas veces puros. La desestructuración de las formas facilitaría luego el tránsito al expresionismo y el abstracto, como por otro lado, lo haría al cubismo. La multiplicidad de influencias en el origen y la diversidad de manifestaciones posteriores harían que el fauvisme subsistiera durante un par de años y se disgregara después como si nunca hubiera existido. Por eso hablaba al principio de estilo efímero y por eso es muy de agradecer esta exposición que nos permite explicarnos su carácter efímero. Cegados por la fuerza del color, del aire libre, la luz del midi francés,los fauves se olvidaron de los contenidos. Pero son los contenidos los que vinculan un estilo artístico con una realidad social y los hacen perdurables. Los mejores fauves acabaron siendo fieras solitarias, como el lobo solitario de Hesse.

divendres, 28 d’octubre del 2016

Contraataque por la retaguardia

Foucault, sabido es, da la vuelta a Von Clausewitz y dice que la política es la continuación de la guerra por otros medios. Una de las estratagemas que señalan todos los teóricos de la guerra es retirarse a tiempo, si es posible fingiendo una derrota para contraatacar después con fuerza renovada. Y hacerlo cuando el enemigo está debilitado por los destrozos que le dejara la victoria de la abstención, que es un caso típico de victoria pírrica.

El movimiento táctico de Sánchez parece estar articulado por un triunvirato compuesto por Sánchez, Borrell y Patxi López, lo que le da mucha solidez. Y parece asimismo sustentado en las 94.000 firmas, recogidas por José Antonio Rodríguez, el mítico alcalde de Jun, exigiendo congreso extraordinario como mandan los estatutos. No tengo muy claro qué pueda hacer el campo contrario, hoy compuesto por una confusa amalgama de la Comisión gestora, la Comisión Ejecutiva y la señora Díaz, que ya es un cargo en sí misma.
Si esta noticia se confirma y parece que se confirma de la forma más contundente y fulminante que cabe hoy día, esto es, a través de un tuit. En él Jordi Évole anuncia que Sánchez estará en el Salvados del domingo. El tuit es este: "dar la cara" es lenguaje castizo, por cierto. Das la cara para que te la partan. Como de pugilato. Pero el retorno de Sánchez toca la fibra romántica del personal, es como el retorno de Edmond Dantès, el Conde de Monte Cristo, a tomar cumplida venganza. Es la recuperación del liderazgo político tras una derrota. Una astucia o un destino. 

Los de la amalgama lo tienen crudo. Exigir mandato imperativo es inconstitucional y, para separar a los votantes en conciencia de la condición de diputado o militante del PSOE habrá procedimientos y no será posible que lo decida una comisión gestora o gestante por mucho que geste, ni una Comisión Ejecutiva por mucho que ejecute, ni la señora Díaz por mucho que señoree.

Si es inevitable un congreso extraordinario exprés, será para zanjar el conflicto interno y convocar primarias a la secretaría general. La petición de la militancia habrá de entenderse como un acto soberano del cuerpo electoral y lo primero que hace un cuerpo electoral es votar. Primarias, pues. Y a ellas se presentaría Pedro Sánchez, ahora quizá en singular lid con la presidenta de Andalucía. Procedimiento abreviado de dirimir un conflicto sin llegar a la batalla campal.

Supongo que Sánchez, el triunvirato, ganaría las primarias holgadamente. Eso significaría retorno del PSOE a la política de NO es NO. El acuerdo de la abstención se hizo con un PSOE pero ahora el PSOE ha cambiado; el acuerdo cambiará. La amenaza de ir a terceras era una baladronada disfrazada de benevolencia al modo jesuita. Bajo ningún concepto querría Rajoy ir a unas elecciones habiendo de enfrentarse a un PSOE reunificado en la voluntad de impedir un gobierno de la derecha y con un liderazgo, el de Sánchez, que se ha ganado cuantiosos apoyos entre el electorado y no solo del PSOE.   

Descubierta la baladronada -mala táctica militar- el baladrón pasa a ser rehén de aquel a quien quería intimidar. Para evitar terceras elecciones, el PP hará lo que sea, incluso derogar su legislación anterior. Y si no... elecciones anticipadas. 

¿Y si, a pesar de todo, no las convoca y deja que la legislatura languidezca sin más? Y eso bajo un gobierno que ya ni en funciones está pues no puede sacar adelante su programa si es que lo tiene, que no parece. En ese caso, la oposición, PSOE, Podemos e indepes catalanes podría ponerse de acuerdo en un programa mínimo para forzar la salida del gobierno: una moción de censura con el compromiso de que el primer acto del nuevo gobierno fuera convocar las aplazadas terceras elecciones.

Y permítaseme llevar mi optimismo un poco más allá, acercarme al terreno utópico ahora que celebramos el 500 aniversario de la publicación de la Utopia de Moro. Imagínese que esas tres fuerzas políticas llegan a un acuerdo de formar un gobierno de izquierda, previa aceptación del PSOE de abrir un proceso de negociación entre España y Cataluña. 

Solo la idea tiene un rechazo muy amplio entre los socialistas, ciertamente. Pero digan estos qué alternativa hay a abrirse a la izquierda cuando es evidente que la militancia está en contra de la apertura a la derecha. El terreno queda expedito y lo único que se precisa es que esa militancia sea consecuente consigo misma y apoye la apertura de una proceso de negociación entre España y Cataluña en los términos que enuncia el señor Tardà en el debate de investidura que yo titularía referéndum o referéndum, para mí la mejor de la sesión. Una intervención abrumadora y emocionante. Ninguno de los otros políticos representa una causa con el grado de pasión, de comedimiento, de contundencia y orgullo con que lo hace este hombre. 

La propuesta de Tardà es meridiana: seguiremos la hoja de ruta hasta el referéndum unilateral de 2017, salvo que haya negociación. Voluntad explícita de negociación, sin duda. Pero el problema no es el principio, sino su articulación: la negociación bilateral España-Cataluña (supuesto que los nacionalista españoles puedan asimilar este binomio) plantea de inmediato el sempiterno problema de qué sea España. Porque será raro que los vascos, los gallegos, los valencianos, los baleares, los canarios y hasta es posible que los andaluces se sientan individualmente representados por una confusa entidad llamada "España" administrada por una oligarquía saqueadora que entiende el Estado como un cortijo y lo público como sus olivares.

¿Qué hacer, entonces? Quizá no sea mala idea separar el proceso negociador del Parlamento, para no distraerse y convocar al efecto un órgano deliberante, una convención de todos los territorios en igualdad de condiciones para llegar a un acuerdo sobre la organización territorial del Estado por unanimidad, que satisfaga a todos. De no ser así, apoyar la propuesta que haya sido mayoritaria. Sea por unanimidad, sea por mayoría, esa propuesta será sometida a referéndum en las Comunidades Autónomas que lo requieran. Y de ello se sigue que el referéndum puede contener dos opciones: 1. ¿Aprueba usted la propuesta de la Convención Territorial? 2. ¿Prefiere usted la independencia de  su Autónoma? Podrían ser tres si se añade la de ¿prefiere usted que las cosas sigan como están?

Ya reconozco andar por barrios utópicos. Pero, velay, a lo mejor el secreto del liderazgo está en la capacidad para poner a la gente a pensar utopías.

Palinuro, hoy en Mollerussa

Y digo bien, Palinuro, porque los convocantes han tenido el detallazo de invitarlo a él también. A Palinuro, digo. Está en el cartel. Es la primera vez que le pasa. Casi rompe a llorar de emoción. Y yo muy contento de que mi otro yo tenga tan buena prensa. Troya puede esperar. Primero hay que hacer en Cataluña.

El acto consistirá en una animada charla con Josep Miquel Varea y Josep Labranya y todos cuantos quieran acercarse a compartir coloquio. El tema es una reflexión sobre la actualidad, el presente, de forma que ya sabemos más o menos de qué hablaremos: el gobierno del PP, con Rajoy siendo investido el día siguiente, el terremoto en el PSOE, el amago de divorcio entre el PSOE y el PSC, la llamada nueva ventana de oportunidad de Podemos, el proceso catalán (el político en el Parlamento y el judicial en los tribunales), el RUI, la DUI, la reacción del Estado español, la previsible desobediencia catalana, la correlación de fuerzas en el independentismo, con la CUP en el horizonte, la estatua der Franco en el Born y el nacimiento del partido de Colau - Comunes, así como su incidencia en el proceso, la República Catalana. 

Como siempre, nos faltará tiempo porque son muchos los temas. El presente, la actualidad, estan preñados de un futuro emocionante. Nunca estuvo tan claro que depende de que nos lo ganemos ahora.

A las 21:00 en el Saló d'Actes del Centre Cultural.   

dijous, 27 d’octubre del 2016

Al Andalus

Menudo espectáculo el del PSOE. Con un pelín más de genio las figuras y de grandeza el objetivo final, podría ser una tragedia sheakesperiana. Hay puñales florentinos. Hernando se da un aire a Yago. Fernández trae a la memoria a Falstaff, no por el físico, pues este es enteco y grave, sino por el psíquico. Ese mandato imperativo que se ha sacado de la manga es ciscarse directamente en la Constitución que blande todos los días. Madina es unas veces Rosencrantz y otras Guildenstern pero siempre el que lleva la peor parte. José Blanco, como Nick Bottom, quiere interpretar todos los papeles. Odón Elorza, Margarita Robles y otros posibles refuseniks semejan a la inocente Cordelia, que sufre en silencio las injusticias del mundo. Esperan la llegada salvífica de Pedro Sánchez, que es como una mezcla de Bruto y Marco Antonio si tal cosa fuera posible. Pero tenga cuidado el héroe de la libertad porque del sur viene con iracundo porte Lady Macbeth ajustando cuentas al bueno de Iceta, quien ya parece el fantasma de Banquo. 

De "divorcio" se tilda la relación entre el PSOE y el PSC, lo cual es muy adecuado para quien cree que el PSOE se arregla cosiéndolo, aunque no se sabe qué camisa le coserá porque la misma señora Díaz sostiene que los socialistas no son de izquierdas ni de derechas. Pues de divorcio va la cosa. Un amor roto. Claro, lo decía Balzac: En amour, il y en a toujours un qui souffre et l’autre qui s’ennuie. Aquí el sufriente parece ser el PSC e Iceta, que ya no baila tanto, y la que se aburre, la señora Díaz que no está para contemplaciones con esos catalanes, siempre absorbiendo los recursos humanos y de capital de Andalucía.

El PSOE tiene duro trabajo de recomponerse si consigue destruir la amenaza de escisión. Un partido tan celoso de su nacionalismo español que no tolera hablar de un referéndum en Cataluña está luego fraccionado territorialmente en una tradición de taifas. La recomposición exige al partido plantearse como partido español, que es lo que quiere ser. Y, en principio, para él, España incluye Cataluña. También puede decirse que lo verdaderamente español es el fraccionamiento, pero eso no ayuda mucho. Porque, además, esas taifas son belicosas. De ellas ha venido una rebelión y un golpe de mano tan solo ante la sospecha de una querencia a la izquierda del SG defenestrado. Si el PSOE quiere refundarse como partido español y, además, distinguirse del PP, no tiene más remedio que buscar una salida razonable a la cuestión catalana, referéndum mediante, y poner coto a las rebeliones de las taifas, que más parecen ya rebeliones de vandeanos y chuanes.

Como Dios manda

Y la Santa Madre Iglesia recomienda. El País sigue en su autoimpuesta tarea de construir la realidad. No socialmente, como dicen Berger y Luckmann, ni siquiera culturalmente, sino mediáticamente. Supongo que en el máster de periodismo que el diario ampara habrá un curso destinado a explicar el construccionismo social. La idea es bastante evidente: consiste en primer lugar en facilitar el gobierno de Rajoy (trámite ya cumplido a costa de cargarse el PSOE). En segundo lugar, construirle (a Rajoy) un gobierno, no en la sombra, pues en la sombra ya está él, sino en la luz. La luz de la feliz vuelta a la normalidad. En el triunfante titular, Rajoy compromete a todo el Congreso en la gobernabilidad, lo único inequívoco es la palabra "Rajoy". Todo lo demás son anfibologías, ambigüedades y equívocos. El verbo comprometer tiene varios significados y uno de ellos es "poner en un compromiso". Se esperan abundantes votos "NO", en principio, Podemos, los indepes catalanes, los nacionalistas vascos y los heroicos diputados socialistas que arrostren las iras del nuevo guardián de la ortodoxia, el inflexible Hernando así como el federado canario. O estos diputados no forman parte del Congreso o Rajoy no ha comprometido a "todo el Congreso". Y que lo haya hecho para la "gobernabilidad" del Reino es ya una clamorosa fábula. Lo ha hecho para tapar la Gürtel, la Púnica, la Taula, las blacks y el resto de puntos de este baedeker de la corrupción hispánica. Y, una vez exonerado de sus responsabilidades por la Absolución/Abstención del PSOE, para seguir desgobernando el país, cuya deuda es mayor que el PIB y cuya hucha de las pensiones ha esquilmado.

Es decir, en su inenarrable comparencia de ayer, Rajoy hizo lo único que sabe hacer, mentir. No lo digo yo solo. También lo dice con pelos y señales Ignacio Escolar en el diario.es, Las mentiras de Mariano Rajoy en su discurso de investidura. Una por una. Si algún diputado tiene el coraje de leerlo en la tribuna, hará añicos el discurso presidencial. En lo que hace a las mentiras.

En lo que hace a las amenazas, siempre presentes en los discursos de este presidente, las habituales dirigidas a Cataluña ni se han notado. Está el hombre más ocupado en agitar el espantajo de las terceras elecciones para asustar al conejillo socialista. Lo hace esquinadamente, pero amenaza. O sea, "compromete".

Yendo más a fondo, el titular refleja un autoritarismo neoliberal que casi parece una caricatura. Ya de entrada siempre que suena el término "todo" reverberan ecos siniestros. Lo que se insinúa aquí es un gobierno monopartido dirigido por ese prodigio de espíritu dialogante y rectitud moral que es el presidente de los sobresueldos. O sea, una especie de dictadura comisaria disfrazada de democracia. Pero además, para que no haya duda del carácter claramente neoliberal del proyecto, se garantiza la "gobernabilidad". No el gobierno. Eso es una antigualla. La "gobernabilidad", o sea, el funcionamiento de lo público con criterios de empresarios. Estos van a la rapiña, si pueden y algunos están en la cárcel, pero son quienes, según Rajoy, crean empleo. Como ha podido verse en estos cinco años de mandato venga a crear empleo.

Palinuro mañana en Mollerussa

Y digo bien, Palinuro, porque los convocantes han tenido el detallazo de invitarlo a él también. A Palinuro, digo. Está en el cartel. Es la primera vez que le pasa. Casi rompe a llorar de emoción. Y yo muy contento de que mi otro yo tenga tan buena prensa. Troya puede esperar. Primero hay que hacer en Cataluña.

El acto consistirá en una animada charla con Josep Miquel Varea y Josep Labranya y todos cuantos quieran acercarse a compartir coloquio. El tema es una reflexión sobre la actualidad, el presente, de forma que ya sabemos más o menos de qué hablaremos: el gobierno del PP, con Rajoy siendo investido el día siguiente, el terremoto en el PSOE, el amago de divorcio entre el PSOE y el PSC, la llamada nueva ventana de oportunidad de Podemos, el proceso catalán (el político en el Parlamento y el judicial en los tribunales), el RUI, la DUI, la reacción del Estado español, la previsible desobediencia catalana, la correlación de fuerzas en el independentismo, con la CUP en el horizonte, la estatua der Franco en el Born y el nacimiento del partido de Colau - Comunes, así como su incidencia en el proceso, la República Catalana. 

Como siempre, nos faltará tiempo porque son muchos los temas. El presente, la actualidad, estan preñados de un futuro emocionante. Nunca estuvo tan claro que depende de que nos lo ganemos ahora.

A las 21:00 en el Saló d'Actes del Centre Cultural.   

dimecres, 26 d’octubre del 2016

Previsiones felices

El País continúa en su campaña pro Rajoy, PP, partido más votado, mal menor, aunque no se lo merezca, que todo se ha esgrimido en esta batalla de la comunicación. Ahora es el único que habla de la debilidad de Rajoy. Sigue sin informar de la realidad. La ha cambiado por su fantasía y su deseo. El propio Rajoy lo desmiente, pues se da por vencedor, aunque tenga casi cien diputados menos que en la Xª Legislatura.

En realidad, la Santa Abstención del PSOE ha tenido un efecto euforizante en todos excepto en él mismo. C's ve que sus diputados son necesarios y recuerda orgulloso su pacto con el PP al tiempo que se ofrece a mediar formas de colaboración más estrecha con quien se ponga a tiro. Podemos se considera ya legítimo adalid de la "verdadera" oposición. Eso, por supuesto, lo confina a la irrelevancia parlamentaria. No ha asaltado los cielos, pero ha conseguido un cuarto con derecho a cocina y televisión. El resto habrá de hacerlo en la calle. Así se lo ha comunicado Garzón al Rey, esto es, que ellos serán oposición parlamentaria y extraparlamentaria. Él mismo puede estar en el Parlamento, criticando al gobierno, o en la calle, junto a los que rodean el parlamento, y en ambos sitios pinta lo mismo: nada. En el hemiciclo, porque sus escaños no se lo permiten y fuera del hemiciclo porque él es precisamente un representante de esos de los que los movilizados dicen que no los representan.

¿Y Rajoy? Debilidad, ninguna. Exultante. La Santa Abstención del PSOE ha sido su bautismo en el Jordán. Ha salido un hombre nuevo, un Rajoy distinto. No hay más que oírlo: reclama a los partidos colaboración para la nueva legislatura. Basado en la mucha que él ha prestado a los demás. Promete diálogo para tener un gobierno estable y duradero. Oír a Rajoy prometiendo algo es como viajar en el tiempo, hasta aquellas elecciones que ganó por goleada prometiendo lo contrario de lo que iba a hacer. Y prometiendo diálogo. Menos mal que no piensa cumplir la promesa porque su capacidad ingénita para el diálogo se acaba detrás de una pantalla de plasma.

En todo caso, se las promete muy felices. El PP rebosa satisfacción y lleva su generosidad a ofrecer a C's un puñado de altos cargos de la administración, así como de director general. Lo importante es participar en el banquete. Porque este sigue, según prueba el goteo diario de casos de carácter penal. Lo mejor de la Santa Abstención es, además, que ha sido una absolución (política) de los pecados del pasado. Efectivamente, son pasado. Los jueces juzgan el pasado. Es nuestro pasado, claro que sí pero, una vez bañados en el Jordán de la Abstención, ahora somos otros. Rajoy es otro. Tan otro que El País le atribuye debilidad. Pero no por la Gürtel o por ser el presidente del partido más corrupto de Europa, una presunta asociación de malhechores. Eso son futesas, tonterías de las que ya nadie se acuerda, gracias al PSOE. Su debilidad viene de que precisa dialogar. A la necesidad de dialogar llama El País "debilidad", lo cual lo dice todo sobre España, sus derechas, sus "izquierdas" y sus clases pensantes.

Para debilidad y debilidad extrema, el PSOE. La bronca en su interior es descomunal. Es de esperar que sus señorías, cuando haya que abstenerse disciplinadamente, no lleguen a las manos, como esos parlamentos de por ahí en donde los diputados se agarran a mamporros. Superado ese amargo trance del "no" al "no sabe/no contesta", los socialistas tienen por delante tiempos turbulentos. La relación entre el PSOE y el PSC en primerísimo lugar, fiel reflejo de la que hay entre España y Cataluña. Luego, el famoso congreso extraordinario y las no menos famosas primarias, incluida la posibilidad de que el Congreso decida abolirlas y volver a un sistema de selección oligárquica del líder. Todo abierto y con el partido en acefalia, cosa más complicada de lo que parece. Comienza la legislatura y ¿quién va a decidir la política parlamentaria del PSOE? ¿Quién va a articular la oposición a los proyectos del gobierno? ¿Quién las proposiciones del grupo socialista? ¿La Gestora? Es imposible evitar la convicción de que la Gestora es, en realidad, un consejillo de la señora Díaz, un instrumento en su camino hacia la SG. No deja de tener su grandeza este proyecto, acaudillado por alguien para quien el socialismo es una unidad de significado propio sin nada que ver con la derecha ni con la izquierda. Suena, ¿verdad? Eso tiene al resto del PSOE encendido con un futuro bastante negro a corto plazo.

Desobediencia civil

En Cataluña se dibuja un horizonte de desobediencia civil generalizada alimentada no tanto por el afán de la población por buscarse problemas como por la obstinación de la derecha de considerar que el independentismo catalán es un problema de orden público que se resuelve con cuatro guantazos o, como dicen en público, aplicando la ley. La ley de la porra, se entiende. En este actitud, tan autoritaria y absurda, la derecha cuenta con la entusiasta complicidad del PSOE, capaz de suicidarse al pie de la gloriosa nación hispana. O de lo que queda de ella después de que la la inepta y corrupta oligarquía española haya ido dejándose a lo largo de los siglos jirones del mayor imperio que vieron los tiempos, hasta quedar reducido a una parte de una península en la periferia de Europa y a punto, además, de perder su propia periferia. Porque "Castilla miserable ayer dominadora...", etc. De eso trata mi artículo de hoy en elMón.cat, titulado, Comença el ball y cuya tradución al castellano viene a continuación.


Comienza el baile

Mientras en Madrid el PSOE obedecía al destino, en Vic, un concejal de la CUP obedecía a su conciencia. Por su parte Rajoy aseguraba que lo que hay que obedecer es la ley, de la que él es y será legítimo guardián.

Cualquiera ve que este es el inicio de una actitud colectiva que, probablemente, irá a más. Cuando un concejal actúa según su conciencia y, con ello, se sitúa fuera de ley despierta más simpatías que otro que, por ejemplo, se haya puesto fuera de la ley por haberse apropiado indebidamente unos cuantos millones. Con el primero se solidarizan muchos ciudadanos y algunos hasta lo manifiestan; con el segundo no suele solidarizarse nadie ni manifestarse, aunque a veces pasa, pues España es un país peculiar.

La insistencia de Rajoy en obedecer y hacer obedecer la ley es una perogrullada. Los gobiernos están para eso. Pero también están para aplicar soluciones políticas, negociadas que permitan mejorar la ley cuando esta es cuestionada por medios pacíficos por una colectividad con sus instituciones a la cabeza. De eso, sin embargo, no hay nada en el discurso de la derecha. Y no lo hay porque, para ella, los actos movidos por la conciencia independentista son un mero problema de orden público. Y el orden se mantiene con la aplicación estricta de la ley.

Este criterio convierte toda la política del Estado en relación al independentismo catalán en política represiva. Se moviliza la policía, los tribunales y, si es, necesario, se preparan las cárceles. En ese hilo procesal se encuentran ya un diputado de las Cortes, un expresidente y dos exconsejeras de la Generalitat y la actual presidenta del Parlament. Es difícil no ver que estas actuaciones son contraproducentes para el objetivo de hacer desistir a los independentistas. Cada nuevo acto de represión generará mayor respuesta de desacato y desobediencia, con más frecuentes llamadas a las fuerzas del orden autonómicas a desobedecer a su vez.

Teniendo en cuenta que el gobierno de la Generalitat tiene propósito de seguir con la hoja de ruta, como ha manifestado Homs al Rey y que el bloque independentista en el Congreso votará “no” a Rajoy, lo que se prevé es una escalada de acción (represión) – reacción (desobediencia) de consecuencias imprevisibles. Alguno de los posibles escenarios es que se produzca algún tipo de intervención exterior en forma de mediación, cosa que beneficiará a los independentistas y enfurecerá a los nacionalistas españoles.

De hecho, estos ya han cavado sus trincheras gracias a la abstención del PSOE y formado una línea defensiva de los partidos de la “unión nacional”. Una gran coalición disimulada como gobernabilidad de España. Y con eso se prueba que la situación está tan bloqueada como siempre. Esta vez no por un enfrentamiento entre la derecha y la izquierda, sino entre España y Cataluña.
Imposible abordar esta cuestión con el código penal en la mano. No es un problema de legalidad, sino de legitimidad, que requiere soluciones políticas negociadas y pactadas. La más evidente de todas, la que lleva planteándose desde el inicio es la realización de un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Es algo tan evidente, sobre todo después del ejemplo de Escocia, que no se explica por qué no se ha realizado ya.

Pero el hecho es que no se ha producido y la situación sigue tan bloqueada como antes. Hay una evidente crisis constitucional. Está claro que los políticos llevan el asunto a la confrontación. A lo mejor sería razonable que interviniera el Rey. Al fin y al cabo, está para eso, para arbitrar y moderar el funcionamiento de las instituciones. Y quizá una buena forma de conseguirlo sea sugerir a los partidos nacionales españoles la idea de que es mejor un referéndum pactado que uno sin pactar.

dimarts, 25 d’octubre del 2016

El otro

Después del espectáculo de los socialistas el domingo era de esperar alguna reacción de la derecha. Rajoy, en la presentación del señor Albiol en unos desayunos (en España, la política es muy culinaria) ha hecho unas declaraciones insólitamente largas y hasta inteligibles. Otra cosa es, como siempre, que sean creíbles. Pero, en todo caso, han sido manifestaciones de moderación, reconocimiento y respeto por "el otro". Nada de cantar victoria, como una tribu de indios. Eso se lo dejan a los de Podemos porque ellos se tienen por gente comedida.

Rajoy a lo suyo: la sapientísima abstención del PSOE abre la vía a un gobierno presidido por él, que tendrá muy en cuenta a Cataluña y se caracterizará por su actitud dialogante y negociadora. De este modo, de embuste en embuste, llega a la mitomanía habitual: así España, tendrá un gran gobierno. ¿Qué menos para una gran nación? Y todos en pie, aplaudiendo, el primero el ministro Fernández Díaz, especie de Beria en torpe, que ya se ve cesado por su majestuosa, aunque devota, incompetencia. 

 Lo más llamativo de Rajoy ha sido ese "ponerse en el lugar del otro". Es el abc de toda interpretación hermenéutica: para entender algo del otro, hay que ponerse en su lugar. Aunque él parezca darle un tono conmiserativo hacia los socialistas, quizá alguno de sus innumerables asesores, dado al cultivo de la ética, le haya informado de la importancia y trascendencia de reconocer y reconocerse en el otro, según enseña Lévinas. A lo mejor así comparten entre los dos el pesado fardo de la corrupción. Porque no creo que las tribulaciones del momento, con tanto fútbol que ver, lleve al presidente de los sobresueldos a incurrir en la divina locura de Rimbaud, cuando escribía a un su amigo aquello tan célebre de car je est un autre.

El PSOE tiene un otro dentro de sí mismo y anda autoflagelándose para sacarse ese demonio del cuerpo. Estudia todas las fórmulas posibles para aplicar su decisión sin quedar francamente mal y, encima, ridículo: abstención técnica, de once o de alguno más, para disimular; elegidos a dedo, o por sorteo; en bloque y punto en boca; que cada cual haga lo que quiera y salga el sol por Antequera. En los límites, los guardianes del templo de los horiacios, Javier Fernández y Susana Díaz, no dan cuartel. El primero dice que los diputados deben votar por mandato imperativo. La segunda que, quienes voten otra cosa, deben entregar el carné del partido. Lo del mandato imperativo es anticonstitucional; lo del carné no es cosa que competa a la señora Díaz. Y ahí están los dos PSOEs con sus dos almas de siempre, mirándose sañudamente. El congreso extraordinario promete ser una fiesta. 

Además del otro interno, el PSOE cuenta con un otro externo, un verdadero doble en Podemos. Un doble que se ve a sí mismo como la recta conciencia que muestra su depravación al sujeto, como en el William Wilson de Edgard A. Poe. Podría decirse que entona un peán de la victoria: Podemos es la verdadera izquierda frente a un PSOE rendido a la derecha por voluntad propia. La oposición es nuestra y la haremos en las instituciones y en la calle, como ha comunicado Garzón al Rey.

Es tanto el alborozo en las filas moradas que su figura se acerca más a la del doble de la leyenda del Doppelgänger, ese sosias siniestro que busca la destrucción del sujeto. O así lo experimenta el PSOE que lucha por su supervivencia contra un adversario salido hace nada de la nada pero dotado de armas poderosas: mucho mejor manejo de los medios, incluidos los digitales, un adanismo simpático, un atractivo entre los sectores más juveniles del electorado y un discurso regenerador, omnicomprensivo que nunca se ha puesto a prueba. 

En opinión de Palinuro, en la medida en que Podemos siga siendo un trasunto de IU, retornará a los porcentajes de voto de aquella, pase lo que pase con el PSOE. Mantener movilizada durante tres o cuatro años una sociedad como la española es una quimera. Sobre todo porque la movilización no tiene un objetivo definido, salvo que gobierne la gente. Al propio tiempo, como es de esperar, el PSOE intentará su recomposición. Si lo consigue -cosa nada fácil- asistiremos a la batalla final en la lucha por la hegemonía de la izquierda. Si no lo consigue, no es descartable la aparición de un tercer partido socialista de izquierdas en este sistema político español que ahora queda desbloqueado. Y gracias a esa decisión del CF con la que, en el fondo, nadie está enteramente de acuerdo pues, se recordará, sus partidarios la defendían como el mal menor.