dilluns, 3 d’agost del 2015

Cuenta atrás en Cataluña.


Los de El País tiran con bala. Titulan fracaso de hoja de ruta de Artur Mas, antes con el deseo que con el teclado. ¿Fracaso? Es difícil tildar de tal lo que no ha comenzado. ¿Hoja de ruta? La única que yo conozco es la que arrancará, si arranca, de las elecciones del 27 septiembre. Pongamos los pies sobre la tierra, no tan rápida como las nubes, pero más segura.

Con la firma del decreto de convocatoria de Elecciones, Mas activa una maquinaria compleja que terminará el 27 de septiembre próximo cuando se conozca la relativa fuerza parlamentaria de cada opción política. Entre tanto, el debate muy enconado es sobre al carácter plebiscitario o no plebiscitario de estas elecciones.
 
Hay un retén de guardia de juristas mientras Rajoy veranea na sua terra listo para impugnar el decreto de convocatoria si en él aparece el término "plebiscito" o similar. Admirable capacidad para las discusiones bizantinas. El decreto no contendrá la palabra porque no hay elecciones plebiscitarias en España y el efecto de convocarlas es el mismo que el de convocar "elecciones pachangueras", por ejemplo, nulo, cero, inexistente. Si las elecciones en cuestión son o no "plebiscitarias" dependerá de lo que en cada caso se entienda por plebiscito. Si se acepta la concepción tradicional, un plebiscito es una consulta excepcional con una pregunta específica que solo admite dos respuestas, "sí" o "no". Las elecciones en cuestión no pueden ser plebiscitarias desde el momento en que no hay una solución dicotómica sino una pluralidad de ellas en función de distintos matices. En consecuencia, es perder el tiempo impugnar decisiones que, de producirse, no son válidas en sí mismas.

Si las elecciones del 27 de septiembre son o no plebiscitarias dependerá de cómo las juzguen los participantes. Si a estos les da por decir que son plebiscitarias, lo serán en cuanto a sus resultados, según el teorema de Thomas. Por supuesto, no es difícil buscar una justificación racional para ello. Según el criterio de los soberanistas, las elecciones son un verdadero plebiscito, una opción dicotómica entre el "sí" y el "no" a la independencia. El "sí" son ellos, la lista por el sí y la CUP nacional. El "no", todos los demás. Cierto, estos querrán diferenciarse. No es lo mismo Podemos que el Procés constituent y así con los otros, muy celosos habitualmente de sus singularidades. Pero todos tienen un punto en común: de independencia aquí y ahora, de DUI, nada.

"Sí" y "no". Plebiscito al canto. Pero no importa. Rajoy ha dictaminado que las elecciones del 27 de septiembre no serán plebiscitarias, como se ve, con los mismo visos de acertar que cuando dijo que la consulta del 9N que se celebró el 9N, no se celebraría. Claro que, según él, no se ha celebrado y si el alguacil mayor del reino anda buscando a Mas para encarcelarlo será por algún otro misterioso motivo.

Vayamos ahora a los cálculos. Dice Iceta que si la Lista por el sí no obtiene más de 70 escaños (que fueron los de las autonómicas de 2012 para CiU y ERC, exactamente, 71) será un fracaso. Debiera contabilizar también los tres diputados de las CUP, lo que pondría el umbral del triunfo/fracaso de la lista, según Iceta, en 74. Hay sondeos que dan a ambos 75 diputados. En todo caso, la mayoría absoluta son 68 y no es disparatado pensar que los conseguirán, planteando de inmediato una DUI en España. Confían en una intermediación, intervención, advertencia de los demás países de la UE antes de que el gobierno español pase ya a ataques frontales a los derechos y libertades de los ciudadanos en algún (o algunos) lugar(es) de la misma capital catalana.

Efectivamente, como ya recitaban a coro los regeneracionistas, los de la generación del 98, los de la del 14, la solución a los males de la Patria se encuentra en Europa. En ese sentido, Cataluña es la más Patria de las tierras hispanas pues vive más pendiente de Francia que el resto del país, es más afrancesada. Y esa es la verdadera finalidad de las elecciones plebiscitarias/no plebiscitarias: contar los independentistas y los que no lo son para justificar la demanda de apoyo a los europeos, para que intervengan en el contecioso catalán y fuercen al nacionalismo español a negociar. Cosa bastante fácil, pardiez, ya que esta gran nación agibraltarada pinta menos en Europa que las tierras del Preste Juan.

Esa es la herencia que Rajoy va a dejar a su sucesor.

Aquí vale todo, en vídeo.

Como estoy aficionándome a esto de los videoblogs, ahí va el Palinuro de ayer sobre Aquí vale todo, a propósito del nombramiento de Wert. Creo que voy a inaugurar una sección nueva que, de momento, quizá pueda llamarse Videopunch. Más adelante, ya veremos.


En poco tiempo habré almacenado y clasificado estos vídeos en mi página web que, aunque aún "en construcción" (como se dice en la ciberesfera) ya está visible: http://www.ramoncotarelo.com

diumenge, 2 d’agost del 2015

Aquí vale todo.

Di que sí, Rajoy, que aquí vale todo.

Si tú has cobrado sobresueldos de procedencia dudosa durante veinte años. Si has incumplido todas tus promesas electorales y hecho lo contrario de lo que prometiste. Si nombraste ministra a una analfabeta funcional como Mato, incapaz de distinguir una aspirina de un todo terreno. Si estabas orgulloso de Camps. Si dijiste a Matas que harías en España lo que él en Baleares. Si animaste al presunto delincuente Bárcenas, compadre tuyo de sacrificios por la Patria. Si nombraste ministra a otra incompetente pero muy devota, que no sabía ditinguir a un trabajador de un parado o un inmigrante. Si hiciste ministro a otro beato algo fuera de sus goznes porque condecora trozos de madera policromados que él tiene por imágenes sagradas. Si también nombraste ministro a otro medio monaguillo misógino que se enfadó porque no pudo imponer por ley el cinturón de castidad. Si encabezas el gobierno más corrupto de la segunda transición. Si has reducido las pensiones de los jubilados, laminado las prestaciones a los parados, eliminado las subvenciones a los dependientes, puesto un IVA prohibitivo la cultura, esquilmado la educación pública, privatizado todo lo que podía rendir algún beneficio a tus amigos, allegados y a ti mismo. Si te burlas de los pensionistas con ese 0,25 % de subida, si te ríes de los funcionarios con ese falso 1% de aumento. Si todo eso y mucho más sucede sin que las protestas unánimes te hayan obligado a dimitir como hubiera hecho cualquier persona decente.

¿Por qué no vas a nombrar embajador en la OCDE al peor ministro de Educación de la democracia como premio por haber destruido el sistema educativo público y entregádolo a la Iglesia? Al fin y al cabo es un recio nacionalista español, puro especimen nacionalcatólico, con ribetes chulescos y fascistoides y con un corazón de oro para las corridas de toros a las que considera arte y obliga a subvencionar con cantidades millonarias de fondos públicos que nutrimos todos los contribuyentes. Los mismos dineros con que se lee va a pagar a este perfecto inútil (cuya única obra, la LOMCE ninguna autoridad educativa puede aplicar, ni las de su partido) un salario de 10.000 euros al mes más gastos de representación, un alquiler de 11.000 euros al mes, más coche, chófer, secretaria y dos personas de servicio. Los mismos fondos, aportados por los contribuyentes que sufragarán el salario de su esposa cuyos títulos, méritos y competencias para ocupar otro cargo en la OCDE son idénticos a los de su marido: ninguno.

Di que sí, Rajoy, mientras la nave vaya y la gente aguante, aquí vale todo y se pueden cometer estos abusos, estos atropellos, porque paga el generoso pueblo español, ese pueblo sumiso, callado, obediente, resignado, sin dignidad ni gallardía para sacudirse de una vez a esta banda de ladrones a la que a lo mejor vuelve a votar en una prueba más de enajenación y masoquismo colectivo.

Ese pueblo del que el poeta, con gran estro y escaso realismo y menos dotes proféticas, decía: "No soy de un pueblo de bueyes/que soy de un pueblo que embargan/yacimientos de leones,/desfiladeros de águilas/y cordilleras de toros/con el orgullo del asta./Nunca medraron los bueyes/en los páramos de España." Hoy medran no solo bueyes, también medran hienas, chacales, coyotes, cucarachas, buitres, sapos y sinvergüenzas franquistas haciendo lo que mejor saben hacer: robar.

Vísperas catalanas.

El nacionalismo español parece salir de la modorra, solo para percatarse de que, a fuer de irrelevante, puede quedar barrido del arco parlamentario catalán, fortaleciendo así la idea soberanista de que Cataluña debe ser independiente porque es otra nación. Hace meses, años, que Palinuro advierte de que en el contencioso catalán, el soberanismo lleva la iniciativa política y el nacionalismo español era incapaz de reaccionar no ya con habilidad o tacto, sino con un mínimo de cordura.

Y así sigue. Ahora vienen los novísimos (que ya no son poetas, sino políticos, una especie de poetas de fácil ripio) a pedir unidad al españolismo catalán. Inés Arrimadas, de Ciudadanos, tiene algo más de gancho que la pobre Sánchez Camacho, pero su discurso es el mismo: un frente españolista que ellas llaman "constitucionalista", a imagen del que funcionó en el País Vasco durante los años de plomo ardiente. Unir los tres partidos "españoles", PP, PSOE y C's, aun en el caso harto improbable de que se consiguiera, quizá no fuera una buena idea: si cada uno de ellos por separado es una magnitud parlamentaria insignificante, los tres juntos que pueden estar en torno a los 30 diputados, si llegan, pondrán más de relieve esa irrelevancia precisamente por ser de los tres juntos. 

Téngase además en cuenta que la invitación debiera cursarse asimismo a Podemos, tan español como los otros partidos, pero, contándose este entre los novísimos, la idea augura poco éxito. Por otro lado, esa invitación tiene poca posibilidad de prosperar en el PSC y C's debe valorar si se arriesga a ir en binomio cen el PP, el partido de la corrupción y el responsable principal de que la situación catalana sea la que es. Aunque pocos lo crean, la llamada a la "unidad de España" suena de forma distinta en el PP y en el PSOE y la gente se da cuenta de ello. El PSOE es español (lo lleva en el nombre) pero, por razón de su ideario y experiencia, más proclive a soluciones negociadas y pactadas, a diferencia de la derecha, más compuesta de monjes, guerreros y corruptos.

El problema es si la situación ha sobrepasado ya la expectativa de soluciones negociadas. David Fernández, de la CUP, responde a la cerrada negativa de Rajoy a la independencia y su recurso a la obediencia a la ley asegurando que: “ens declarem insubordinats a l'Estat espanyol, sense reconèixer cap mena d'autoritat política o moral a Rajoy”. No reconocer autoridad política o moral algunas a Rajoy es más o menos lo que hace el conjunto de la población del Estado que lo tiene conceptuado como el peor gobernante español desde la transición, un juicio compartido por la comunidad internacional que, como se ve repetidamente, lo desprecia.

Rajoy tiene un problema. Sin duda, el problema estaba ahí antes de que lo afectara personalmente. Pero, cuando se enfrentó a él, lo hizo con la habitual falta de conocimiento, la mezcla de impaciencia y desprecio y, sobre todo, la envidia del nacionalismo español frente a Cataluña. Desde recurrir al Constitucional el estatuto de 2006 y montar una campaña anticatalana pidiendo firmas contra el texto hasta echar a la fiscalía tras los pasos de Mas, por si puede meterlo en la cárcel con alguna apariencia de legalidad, la oligarquía mesetaria gobernante, corrupta e incompentente, ha mostrado no ser capaz de resolver la cuestión ni de encontrar una vía de solución, de acomodo, de negociación con Cataluña. Como los tiempos ya no permiten bombardear Barcelona, el viejo franquismo, reverdecido en el gobierno de Rajoy, no sabe qué hacer.

Tampoco tan extraño. Casi nadie se aclara en relación con Cataluña. Los únicos que, por llevar la iniciativa política, dan la impresión de saber a dónde van son los de la Lista por el sí. Los otros todavía tienen que encontrar un discurso propio. El PP confía todo a la represión y podría tratar de encarcelar a Mas, lo que sería un disparate, y mientras tanto y como máximo horizonte de flexibilidad, cocina una reforma constitucional reducida exclusivamente al Senado y, por lo que se sabe, no especialmente inteligente.

El PSOE tiene que acabar de pergeñar qué tipo de reforma constitucional pretende y cómo va a convencer al PP de que la secunde, cuenta habida de que su aportación será imprescindible. También habrá de especificar cómo piensa seducir a los soberanistas, en el sentido que dan al término en Podemos, esto es, el de ganarse la voluntad de alguien (el seducido) aunque es de suponer que con buenas artes, porque la definición ortodoxa de seducir es la de conseguir algo por malas artes.

IU y Podemos van juntas, han confluido en Cataluña, siendo así que no han podido hacerlo en el Estado, quizá otra prueba de ese carácter catalán, tan dificil de entender para los mesetarios. Su candidatura de confluencia se llama Catalunya sí que es pot pero no está claro que vaya a recibir un apoyo electoral masivo si no incluye el Procés Constituent de la monja Forcades y la plataforma de Barcelona en comú. Sus propuestas sobre Cataluña, siendo ilusorias, se justifican señalando que las de los demás lo son más. Si se les dice que una República dentro de una Monarquía es un unicornio, responden que firmar una DUI sin consecuencias jurídicas es como nadar en un barreño.

En realidad, los votos que pueden decidir el resultado de las elecciones plebiscitarias de septiembre están aquí, en el electorado catalán de izquierda no soberanista, pero sí partidario del derecho de autodeterminación. Así las cosas, los dos resultados más esperables, el de mayoría absoluta de la lista por el sí o el de mayoría absoluta de la lista por el sí con los demás soberanistas, son ganadores para el soberanismo que consigue su programa máximo (DUI) o su programa mínimo (referéndum).

Lo del nacionalismo español es mucho más difícil.

El mítico Franco.

Julián Casanova (Comp.) (2015) 40 años con Franco. Barcelona: Crítica. 403 págs.
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Hace aproximadamente un mes, Palinuro dio cuenta de una exposición sobre el franquismo que, comisariada por Julián Casanova, podía visitarse en Zaragoza. En la exposición cabía adquirir también el libro ahora en comentario, lo que quizá sea un catálogo bien original. Compilado por el comisario, en él colabora un grupo de especialistas en diversos campos del saber para dar una visión cruzada del franquismo. Paso a comentar las aportaciones:

Abre un ensayo de Paul Preston titulado Franco: mitos, mentiras y manipulaciones. Cuando se ha escrito lo que muchos consideran la biografía canónica del personaje, puede resultar difícil condensar tanto saber en unas cuarenta de páginas. Sobre todo si, como da la impresión, están escritas un poco a vuelapluma y con cierto descuido. La intención del trabajo es clara: trazar un cuadro, a modo de resumen, del conjunto de la persona de Franco y su obra. Desde la insistencia en la ignorancia científica (especiamente en economía) y la credulidad del caudillo, hasta el altísimo concepto que tenía de sí mismo como enviado providencial, el ensayo traza los episodios más conocidos de su vida: la autarquía; el sistema educativo como "una especie de lavado de cerebro nacional" (p. 21); el control férreo de la prensa; los ditirambos imperiales de los intelectuales del régimen; la corrupción de este, que fue una de sus garantías de pervivencia; el desembarco de los tecnócratas del Opus en el plan de estabilización; la transición y el "exorbitante precio que España pagó por los 'triunfos' de Franco" (p. 49). Es una visión de conjunto muy crítica, si bien da la impresión de estar matizada por una especie de leve síndrome de Estocolmo. Tantos años conviviendo con el objeto de estudio hacen que Preston atribuya a Franco algunas habilidades y cualidades que no suelen reconocérsele y, en principio, con razón.

Julián Casanova, La dictadura que salió de la guerra. Fue de hecho una dictadura de la "victoria". Lo fue hasta el final, y todavía hoy el arco del triunfo que se yergue en La Moncloa se llama oficialmente "Arco de la victoria". La Iglesia se encargó de fabricar el mito de la cruzada, Franco enviado providencial que salvó a España en una leyenda que se cultiva en el NO-DO (p. 58). Esa exaltación contrastaba con la represión que se vivió en el día a día. Entre fines de 1939 y comienzos de 1940 había 270.719 presos de los que 23.232 eran mujeres (p. 63). Toda la vida del país estuvo marcada por la "causa general", una monstruosidad jurídica que sirvió para alimentar el clima de odio, venganzas y rencor que se había impuesto (p. 66). Un Estado policial fascistizado en el que se había organizado la División azul, con el pleno dominio de la Iglesia. Esta forma parte de la triada que, con el ejército y la Falange, constituyó la base del régimen de Franco (p. 75).

Ángel Viñas, Años de gloria, años de sombra, tiempos de crisis. Viñas, un reconocido especialista, dedica su trabajo a revelar los contenidos de la politica exterior de Franco en sus diversas etapas: la autarquía, el fracaso de las fantasías imperiales (p. 86) y el comienzo de la "estabilidad" para el que algunos apologetas acuñaron el término más suave de "dictadura desarrollista" (p. 88). El "contubernio de Múnich" de 1962 y, por supuesto, las relaciones más importantes y humillantes para España con los Estados Unidos, acostumbrados a tratar a los militares españoles como "cipayos" (p. 97), porque, en realidad, España no podía aportar nada de interés para los estadounidenses fuera de su posición geoestratégica, mientras que estaba muy necesitada del reconocimiento internacional que los yanquies proporcionaban. En Europa, la política exterior española de Franco solo tenía límites (p. 100)  y era la única posible. Las otras políticas de apertura al Este y similares era un puro Ersatz, en expresión que Viñas toma prestada a Fernando Morán (p. 101). En realidad, toda la hagiografía que presenta a Franco como caudillo sapientísimo que supo dirigir siempre la nave del Estado por las procelosas aguas internacionales era la consabida mitología franquista (p. 111).

Borja de Riquer, La crisis de la dictadura. El ensayo se concentra en los años de 1973 a 1974, parte del llamado "tardofranquismo", la época de Carrero Blanco y Arias Navarro. Menciona al comienzo algunos puntos de interés, como los nerviosos debates en Consejo Nacional del Movimiento entre 1971 y 1973, muy ilustrativos de la mentalidad de la clase franquista y poco aprovechados hasta el momento (p. 117). Da importancia a la Asamblea Conjunta de Obispos y Sacerdotes que, bajo la dirección del Cardenal Tarancón, aprobó por gran mayoría (217 votos a favor y 26 en contra) una declaración sobre la independencia entre la Iglesia y el Estado. Otra declaración que pedía perdón por el comportamiento de la Iglesia en la guerra civil no prosperó (p. 119), lo cual debe tomarse en cuenta a la hora de aceptar la tesis de la oposición democrática católica sobrevenida en el tardofranquismo. El resto del capítulo se mantiene en los limites de la interpretación mainstream de la época, con una referencia (hoy de amargo recuerdo para sus protagonistas) de cómo el PCE y el PSOE propugnaban por entonces el derecho de autodeterminación de las naciones "periféricas" (p. 139). Se añade un interesante colofón: a pesar de los esfuerzos de la dictadura por "educar"  a la población, fracasó en el intento. Los sondeos del tardofranquismo muestran una cultura política democrática (p. 147). De Riquer no indaga en qué razones explican esta disonancia cognitiva y no ha lugar aquí a preguntar por ellas. Pero sí parece evidente hoy día que la afirmación final del autor de que la agonía de Franco fue la de su régimen "que ya era considerado anacrónico por una mayoría pasiva, pero esperanzada, de españoles" (p. 148) es aguda, pero quizá puede matizarse a la vista del apoyo que tiene el partido neofranquista PP.

Carlos Gil Andrés, Los actores, es un trabajo poco frecuente en estos libros, pero muy conveniente: una serie de breves semblanzas de algunos protagonistas del franquismo, especialmente el tardío y la transición. Se lee con gusto y se obtienen enseñanzas de las biografías de Arias Navarro, Carrero Blanco, Carrillo, Fraga, López Rodó, Muñoz Grandes, Pla y Deniel (con su pastoral sobre las dos ciudades, no las de Dickens, sino la celestial y la terrenal, con la que daba apoyo a la doctrina de la sublevación fascista como una cruzada), Pilar Primo de Rivera, Dionisio Ridruejo y Serrano Suñer.

Mary Nash, Vencidas, represaliadas y resistentes: las mujeres bajo el orden patriarcal franquista,  aporta la imprescindible perspectiva de género en este asunto. La represión franquista se cebó con las mujeres, las rojas, porque rompían la falsa imagen que pretendía acuñar de la función que les correspondía. El adoctrinamiento (la "fiel esposa", sierva del marido, recluida en el hogar para garantizar la reproducción) corría a cargo de la Sección Femenina de la Falange (p. 196). Por supuesto, la represión de las rojas (tanto las que se suponía lo eran por sí mismas como las que pagaban por el mero hecho de ser parientes de rojos) mostraba la hipocresía de esta ideología franquista y nacionalcatólica. Todavía era más patente la contradicción en el terreno laboral: la doctrina franquista de la mujer en el hogar, concentrada en la maternidad que trataba de sacar a las mujeres del mercado laboral tropezaba con el hecho de que, con pocos hombres disponibles (muertos en la guerra, exiliados o presos), los empresarios contrataban mano de obra femenina que, además, tenía la ventaja de percibir salarios inferiores a los de los hombres y no respetaban siquiera las normas franquistas de fomento del matrimonio y excedencia obligada de las casadas (p. 214).

José-Carlos Mainer, Letras e ideas bajo (y contra) el franquismo es un documentado trabajo sobre la producción literaria y ensayística bajo el franquismo, desde los primeros tiempos de lealtad imperial de Escorial, pasando por la literatura del "tiempo de silencio" hasta las obras ya claramente opositoras a partir de los años sesenta. Pero no hay nada sustancialmente nuevo en relación con el resto de la obra de Mainer en este campo. Es interesante, con todo, la rápida mirada lanzada a la literatura y cultura populares las revistas gráficas (de donde surgiría Triunfo), los tebeos y, cómo no, los seriales radiofónicos, especialmente de Guillermo Sautier Casaseca y Luisa Alberca, que están pidiendo a gritos un estudio semiológico (p. 244).

Agustín Sánchez Vidal, El cine español durante el franquismo tambien un ambicioso proyecto que queda algo desbordado por el alcance del tema. Desde el cine de la inmediata postguerra (y la Raza del caudillo) hasta las últimas películas de los años setenta, se pasa por muy diversas épocas, géneros  e intencionalidades nada fáciles de resumir. Filmes aparentemente realistas, abundante cine histórico ("de cartón piedra), temas intrascendentes (p. 282). Tratamiento especial reserva el autor a un espíritu incipientemente crítico, en concreto la obra de Berlanga (pp. 286 ss.), hasta el nuevo cine de los años sesenta (dentro del cual hay que contar el Franco, ese hombre, de José Luis Sáenz de Heredia, para festejar los "XXV años de paz")  y el destape. Lo que está claro es que la industria cinematográfica vencería los angostos límites de la organización institucional de la censura. Otra cosa sería la calidad de los productos, sobre todo si, como no suele hacerse en la bibliografía sobre cine español, se comparan sus producciones con las extranjeras.

Enrique Moradiellos, Franco y el franquismo en tinta sobre papel: narrativas sobre el régimen y su caudillo, es un trabajo en el que se encara el muy peculiar y a veces bizantino asunto de la naturaleza del régimen. El autor lo aborda tras recordar que el conocimiento científico depende de las tipologías y las clasificaciones y por eso es imprescindible tipificar correctamente el fenómeno en cuestión. No seré yo quien niegue esta resplandeciente verdad, pero sí me permitiré cuestionar su pertinencia para una perspectiva histórica ya que la historia, como ciencia, es el reino indiscutible de lo único, incomparable, irrepetible. Las tipologías y clasificaciones son sin duda imprescindibles para las ciencias sociales, que son "idiográficas", según los neokantianos, pero tienen menos importancia para la más idiográfica de todas, precisamente, la historia. De hecho, el autor no tarda en dar vueltas a la ya bastante vista cuestión de la tipificación del franquismo como totalitarismo o régimen autoritario (Linz) (p. 329), tras pasar en volandas por las caracterizaciones bonapartistas. Es como el asunto del elefante descrito por diez ciegos: cada uno de ellos toma la parte que palpa por el elefante entero. Algo similar cabe decir de un régimen tan longevo, tan proteico, oportunista y pragmático, capaz de contradecirse en 24 horas si lo creía necesario: el franquismo fue bonapartista, totalitario, autoritario, nacionalcatólico, seudoimperial, corporativo, militarista, etc, según el momento y el fondo de la cuestión. Y lo mismo cabe decir del propio Francisco Franco en persona, del que se ocupa una serie de biografías de un lado y del otro y de las que Moradiellos da cumplida cuenta. Sin olvidar que el de la biografía es un género interminable.

Hay al final una especie de epílogo a cargo de Ignacio Martínez de Pisón bajo el título Cuarenta años sin Franco, un texto interesante, en estilo de autobiografía y recuerdo, inteligente y con acierto. Recojo una última exclamación del escrito especialmente significativa, aunque no me parezca cierta: "El fracaso de la socialdemocracia es también (¡ay!) el fracaso de mi generación..." (p. 360). Habría bastante que hablar sobre qué se entienda por "fracaso", de qué "socialdemocracia" se hable y en cuanto a si afecta a su generación, eso ya es asunto de ella misma, si se reconoce como tal.

En resumen, un buen libro y actual sobre el franquismo, con las virtudes y los defectos de las obras compiladas, estén o no escritos los trabajos a propósito para la obra. Lo que se busca es analizar el mito (o los mitos) del caudillo por la gracia de Dios. Ese término de mito quizá sea el que más suena en todas las investigaciones sobre Franco. Aparece aquí, está en el título del capítulo de Preston, lo emplean otros autores de esta obra. Y no es casual: ya estaba en una de las más famosas, la de Herbert Routledge Southworth, El mito de la cruzada de Franco y también en otra más reciente de Alberto Reig Tapia, Franco caudillo: mito y realidad. Todo en el franquismo es mito. No es este lugar para ahondar en el asunto pero habrá que hacerlo algún día, aunque solo sea para librar ese hermoso concepto de mito de cualquier afinidad con esa basura espiritual que fue el franquismo en todos sus aspectos, militar, jurídico, civil, intelectual, religioso, etc. Esa vergüenza colectiva que arrastramos los españoles como un baldón por la historia: la de haber sido (y, en buena medida, seguir siendo) un pueblo al que se negó la libertad y se humilló, haciéndolo pasar por la indignidad de tratarlo como menor de edad. Como lo pretende hoy un gobierno de franquistas.

dissabte, 1 d’agost del 2015

Apoteosis de la mentira.

Fin de curso. Comienzo de las vacaciones. Mariano Rajoy, el de los sobresueldos, comparece en rueda de prensa por recomendación de sus asesores en materia de comunicación para colocar al sufrido público su habitual sarta de mentiras. El presidente peor valorado de la segunda restauración carece de todo crédito en la opinión, pero eso no obsta para que él siga mintiendo porque le va en ello la supervivencia. Gobernar es manipular y mentir sin descomponerse, como le enseñó su maestro, Fraga quien, a su vez, lo aprendió del suyo, Franco.

Esas comparecencias son un prodigio de psicología política del género pachorra, caradura y falta del sentido de ridículo, cuyos mandatos son los siguientes: 1ª) miente; la verdad es siempre mejorable. 2ª) alábate sin descanso, sin temor a resultar más ridículo de lo que ya eres; 3) de lo incómodo, de lo fasdioso, no se habla y, si se pregunta, no se responde.

La rueda de prensa de ayer tuvo abundantes muestras de esta retórica hecha de pachorra, caradura y falta de sentido del ridículo que no son términos clínicos, pero sí muy descriptivos de este insólito personaje.

La mentira viene de la mano de esa recuperación trompeteada sin parar que se limita a los porcentajes del PIB que el propio Rajoy y los organismos de su complacencia dictaminan a su libre capricho. Crecemos. La tasa de variación del PIB es positiva. Cierto que mucha gente no la ve. Desde luego que no. En concreto, quienes hacen colas en los comedores de Cáritas o buscan el condumio en los cubos de la basura. Esos no notan nada. Ni los parados, ni los contratados en precario, ni los pensionistas ni los dependendientes, ni los jóvenes con una tasa de paro de más del 50%. Nadie. Pero le da igual. Ya se verán los efectos de esa recuperación que solo anida en su angosta mente.

Asegura que se reduce el déficit, lo cual es decisivo para garantizar las inversiones, pero no dice nada de la deuda que, superando ya el ciento por ciento del PIB, es una losa que pesará sobre los hombros de las generaciones futuras. Una típica media verdad, en el fondo, una doble mentira, consistente en llamar "recuperacion" a aplazar los pagos para que los hagan otros.

El salario de los funcionarios sube un 1%. Al margen de que esto sea nada cuando los salarios de estos trabajadores llevan tres años congelados, lo interesante es la mentalidad que revela: la derecha neoliberal y nacionalcatólica (términos sinónimos en este predio de originalidad hispánica) considera que el Estado es su cortijo y los dineros públicos algo que le pertenece y otorga según su capricho. En este caso, el asunto está así: los funcionarios reciben un 1% más en sus salarios y el gobierno concede una subvención de 150 millones de euros a sus amigos, los concesionarios de la autopista de peaje Madrid-Toledo, en quiebra desde sus comienzos, con un sistema de capitalismo de enchufe y corrupción que no puede mantenerse, pero es el que pusieron en marcha con sus concesiones de corruptos y aprovechados en las legislaturas de Aznar.

Hay que cambiar. Por eso, el PP, anuncia que se aumentan las pensiones un 0,25%, lo cual es como decir nada cuando los pensionistas tienen que pagarse los medicamentos y el gobierno piensa abonar la paga extraordinaria esquilmando el fondo de reserva, que ya ha consumido en muy buena medida. No hay dinero para subir las jubilaciones, pero sí lo hay para que, en un acto de enchufismo y amiguismo asombroso hasta para España, el peor ministro de Educación de la historia se retire de embajador ante la OCDE a efectos de coincidir con su mujer y todo ello a cuenta de los contribuyentes. Dos auténticas nulidades que han destrozado el sistema educativo español en todos sus niveles son premiados con una estancia en París como recompensa por los servicios prestados a la Iglesia católica y pagada por la colectividad. Por supuesto, es indiferente que ninguno de ellos tenga  competencia específica para el trabajo que ha de desempeñar, si es que han de desempeñar alguno y no se dedican a pasear por el Sena. El erario pecha con estas sinvergonzadas porque, en el fondo, nadie espera que un español (uno de verdad que, como los toros, se crece "con el castigo") vaya a aportar nada a ningún sitio por concepto alguno.

El 53'5% de los presupuestos generales del Estado va destinado a fines sociales. Una advertencia que de nuevo delata la mentalidad clasista, elitista, de la derecha que considera que los dineros públicos son suyos y los administran en forma de nóminas, sobres, mordidas, comisiones, caridades, pagos no registrados. Lo habitual en la picaresca. Hablan de la "cuestion social" como el que podría hablar de las limosnas de los domingos, a cuenta de las familias más respetadas del lugar. Es su mentalidad. Los pobres no tienen derechos, solo el deber de pagar impuestos para que los ricos, que no los pagan, se gasten lo recaudado en juergas y otorguen las migajas ("la cuestión social") a los que lo necesiten.

Sobre la corrupción es muy poco lo que pueda decir un presidente sospechoso de haber sido quien la ha amparado y hasta se ha beneficiado de ella.  Sus divertidos circunloquios lo delatan: eso es el pasado y el pasado debe dejarse  atrás para edificar un buen futuro a costa de la recuperación que ya se ve. Vive en el pringue más actual de la corrupción, él, sus colaboradores y sus parentes, pero dice que el presente de la Púnica, que aún no ha terminado de aclararse pero define ya su gobierno como el más corrupto de la historia, es pasado. Y, lo que no quede sumergido en las brumas del pasado, junto a sus sobresueldos y sus achuchones a Bárcenas para que sea fuerte, se atajará con la ley de transparencia, una norma de lucha contra la corrupción que no sirve literalmente para nada porque la hicieron los corruptos, con la vista puesta en sus bolsillos y no en el bien común..

En lo tocante a Cataluña, a Rajoy se le cruzan ya las respuestas y, en breves instantes, mezcla los habituales embustes con las mezquindades y el silencio. No habrá elecciones "plebiscitarias", dice, porque lo prohíbe la ley. Es mentira. La ley no prohíbe tal cosa y que las elecciones sean o no plebiscitarias dependerá de cómo las entienda la gente ya que lo plebiscitario es subjetivo y no fácil de reconocer como las chirimoyas. Tampoco hubo referéndum el día 9N y, sin embargo, ha lanzado a la fiscalía en persecución de que quien lo organizó. Todo el mundo sabe que, en la problemátia razón de Rajoy, la realidad se desdobla: de un lado está la que "algunos" (término de impreciso y por tanto cómodo alcance en su legendaria pachorra) dibujan y de otro la que el conoce muy bien, anhela y está a punto de conseguir a nada que "las cosas" (otro término de obvia marrullería rajoyana) le vayan tiesas.

Por fin se hace algo de luz en las tinieblas mentales de quien lleva tanto tiempo dedicado a los sobresueldos, y reconoce que el reto soberanista es el más grave que hay en España. Eso era visible hace cuatro años, pero Rajoy no se enteraba porque, aunque ahora, asustado, se pase el día hablando de su amor a Cataluña, ni la entiende, ni la comprende, ni mucho menos la quiere. Y como nunca es tarde si la dicha es buena, el presidente de los sobresueldos reconoce la gravedad de la siuación a su manera, demostrando no entender nada y seguir tensando la cuerda con un "Cataluña no será nunca independiente", que tiene el valor de las afirmaciones y negaciones de Rajoy: no se celebrará el 9N, reduciré el paro a la mitad, no subiré los impuestos, no tocaré las pensiones ni la educación ni la sanidad, llamaré al pan, pan y al vino, Bárcenas. 

En la época de la publicidad y la comunicación sin límites es un verdadero lujo tener un presidente que, cuando comparece en público, miente sin parar porque, en el fondo, no sabe hacer otra cosa.

divendres, 31 de juliol del 2015

El poder y los jueces.

Para que haya justicia, como sabe todo el mundo, debe ser impartida por jueces libres, independientes e imparciales que, como decía un militar del ejército español, "nada tengan que esperar del favor ni temer de la arbitrariedad". Esos tres requisitos son de distinto calado. En cuanto seres humanos dotados de raciocinio, autonomía y libre albedrío, la libertad se les presupone. Nadie atendería a un juez que estuviera encadenado. Eso es obvio y vale también para el otro tipo de libertad, el moral. Los seres humanos somos libres. Lo somos incluso cuando decimos o hacemos el mal, pretextando que estábamos coaccionados. Fuimos libres y elegimos ceder a la coacción. Salvo los reducidos a cautiverio físico, los jueces son siempre libres. Libres de hacer justicia o hacer injusticia. Es cosa de su conciencia.

Los otros requisitos son más tornasolados. Dos de los jueces que, gracias a los equilibrios y normas de distribución y reparto de tareas, entenderán de los casos de la Gürtel y los papeles de Bárcenas, que afectan directamente al partido del gobierno, esto es, Enrique López y Concepción Espejel ofrecen motivos fundados para poner en cuestión su imparcialidad. Dos de las acusaciones particulares, el PSOE y la Asociación de Abogados Demócratas de Europa (ADADE) están elaborando los escritos de recusación. Tanto López como Espejel han dado suficientes muestras de familiaridad y hasta intimidad con los gobernantes. No es solamente que el PP los propusiera en su día para vocalías del Consejo General del Poder Judicial, pues eso en sí mismo no es significativo. Es lógico que estas designaciones que la ley reserva a los partidos se hagan con criterios de proximidad ideológica, pero eso no tiene por qué afectar a la imparcialidad de los nombrados. Y, sin embargo, en los dos casos, dicha imparcialidad es muy cuestionable porque los dos han dado sobradas muestras de cercanía, frecuencia de trato y simpatía con los gobernantes de la derecha. Espejel no se ha recatado en admitir su gran amistad con Cospedal, quien la condecoró. En cuanto a López, sería un desagradecido si no reconociera los esfuerzos ciclópeos que estuvo haciendo el PP para favorecerlo con un puesto en el Tribunal Constitucional incluso cuando no reunía los requisitos. Sería muy desleal por su parte no ser agradecido.

Podría decirse que, habiendo sido como hayan sido las previas relaciones entre los magistrados en cuestión y los gobernantes, llegado el momento de hacer justicia, a los jueces les ocurre lo que a a Thomas Beckett frente a Enrique II: muy amigos y compadres, pero, cuando se trata de la dignidad de la Iglesia y el interés de la Corona, ya no hay amistad ni compadreo que valgan. Y, llegado el momento, Beckett paga con su vida por su independencia. Siendo los nuestros tiempos más suaves, es poco probable que los magistrados pagaran con sus cabezas por sus actos, así que no hay razón para que estos no sean intachables. Y, si la hay, tendrán efecto las recusaciones de las partes.

A decir verdad, la turbulenta historia del juez López despierta preocupación no ya solo debido a su imparcialidad sino también a su independencia. Su intensa actividad de colaboración con la Fundación FAES, el think tank de la extrema derecha neoliberal, que posiblemente haya sido remunerada, plantea, efectivamente, una seria objeción al comportamiento de un juez que no solamente mantiene relaciones de amistad con el príncipe sino que se ha encomendado a su magnificencia.

Este es igualmente el problema que se plantea con ese presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, que cobra un plus de 1.300 euros al mes directamente del gobierno andaluz en concepto de dietas o viáticos o algo así. En principio, no es absurdo que un funcionario del Estado reciba un complemento de ese Estado del cual, por lo demás, también recibe el sueldo. Y no se olvide que la Junta de Andalucía es, a todos los efectos, el Estado en Andalucía. Por supuesto, tampoco es lo mismo que el magistrado cobre del Estado que de un partido vía Fundación, si cobró. Pero aun así no parece bien y precisamente porque no parece bien, la medida se tomó mediante acuerdo secreto. Por algo sería.

Los jueces son uno de los estamentos peor valorados por la opinión pública, escasamente por encima de los políticos, que ya es decir. Y con casos como los considerados es poco probable que mejoren su posición. Sobre todo frente a una opinión pública que contempla desmoralizada cómo los jueces que se atienen a su deber en conciencia y se enfrentan al príncipe, acaban expulsados de la carrera.

Y sin jueces justos no hay democracia.

dijous, 30 de juliol del 2015

El Frente Nacional.

El nombramiento de Albiol obedece a razones estratégicas de la derecha, no meramente tácticas; tiene un elemento de vaga advertencia: la derecha que simula ser centro-derecha alberga a la derecha más extrema. En España, el Frente Nacional está en el partido del gobierno, está en el gobierno. Albiol es el procónsul que va a imponer orden en las provincias. Para que no se mueva nada.

Tiene un discurso racista vergonzante. No es de la raza (concepto en el que no creemos) de lo que tenemos que resguardarnos, sino de la cultura. Somos culturas diferentes y convivir con extraños es arduo. El discurso de Albiol es peligroso en tiempos de crisis y, por tanto, tensiones y crispaciones en barrios de fuerte inmigración. Peligroso porque bastante gente le presta oído. Lo que no parece muy medido es el intento de utilizar la xenofobia como aglutinante de naciones distintas.  Puede que los catalanes sean tan xenófobos como los castellanos, pero eso no los hace castellanos.

Hay en estas cavilaciones una especie de ideal primitivo común que, de haber sido otro el rumbo de la historia, quizá hubiera rezado "América para los españoles". Pero fue al revés, España para los americanos.  

España es una especie de protectorado de Occidente, en lo esencial de Francia con concurso de otros países europeos, como Inglaterra o Alemania. Desde la guerra fría han intervenido también los Estados Unidos, que son los que más tajada han sacado, pues tienen bases en el país que, de hecho, son verdaderos exclaves de soberanía.

Esta idea de "Frente Nacional" con su gran aroma francés a la Le Pen, aglutina en Barcelona a los héroes numantinos en la defensa de la hispanidad, pero tiene un fuerte poder de convocatoria en España. Son los españoles quienes se ven formando parte de un Frente Nacional. Ya que en Cataluña la expectativa de votos del PP es escasa, por lo menos que esa escasez, brille como una chispa que encienda luego la batalla por la resurrección de España. Y en esto de brillar y tener chispa, Alicia Sánchez Camacho no lo bordaba.

El Frente Nacional apunta a superar el famoso eje izquierda/derecha. Primero es la nación, para saber en dónde estamos y luego ya veremos en dónde nos situamos, según qué sea la izquierda y la derecha. Esto quiere decir que en las elecciones catalanas es poco previsible que haya un "frente nacional" del PP y el PSC. Pero, después, habrá que estar a lo que salga de las elecciones del 27 de septiembre si, finalmente, se convocan

Porque venimos diciéndolo: las elecciones catalanas serán decisivas en España. Meras elecciones autonómicas, avisa Rajoy sabiendo, porque se ve, que no es así.

¿Hay censura en Facebook?

Ayer me hackearon la cuenta de FB. Los hackers se hicieron con el control de mi muro y de mi página y empezaron a mandar pornografía en mi nombre. Algunos amigos me avisaron por email. Corrí a comprobarlo, pero ya no pude entrar en el muro. Supuse que FB, alertada por otros usuarios, lo habría bloqueado. Intenté desbloquearlo y no pude. Traté de cambiar la contraseña y tampoco me dejó. Alguien me comentó que podía tratarse de una censura de FB, a quien no habría gustado nada la carta abierta a Felipe VI, publicada en Palinuro y subida a FB el 24 de julio y mucho menos que la convirtiera en vídeo y la subiera asimismo a Face el 29 de julio, así como a You Tube. Entra dentro de lo posible, pensaba yo, pero no probable. ¿Qué le importa a FB que un correoso republicano largue una critica al monarca, por dura que sea? Seguí pensando que la cuenta habia sido hackeada, el bloqueo era una medida protectora de FB y yo solo tenía que esperar 24 horas para recuperar el control de mi página, tranquilizado, por lo demás de que el sinvergüenza que la hackeó no pudiera seguir distribuyendo su ñorda en mi nombre.

Decidí esperar. Incidentalmente, sin embargo, pude comprobar con desconsuelo que los usuarios de FB no tenemos ninguna posibilidad de contactar directamente con nadie de la plataforma. Hay una serie de casos resueltos y preguntas más frecuentes que tratan con las situaciones y problemas más habituales, así como un foro en donde unos facebuqueros debaten con otros e intercambian información sobre sus cuitas. Pero nada de explicar a quienes dirigen la red lo que nos pasa. Cuando, transcurridas las 24 horas, comprobé que seguía sin poder entrar en mi muro ni en mi página de comunidad, decidí abrir otra cuenta de FB también a mi nombre, con mi perfil, pero con otra cuenta de correo. Pude hacerlo entonces, muy contento, lo comuniqué en Twitter y en Palinuro, dando la dirección URL de la cuenta por si alguien quería migrar a mi nueva página que, por cierto, lucía una preciosa bandera republicana. Mucha gente lo hizo. Pero, para mi sorpresa mayúscula, un par de horas después, también esta cuenta desaparecía y quedaba bloqueada. Todos mis intentos por entrar en mi muro fueron inútiles. Bloqueado por segunda vez y sin hackers ni pornografía, por nada. Simplemente porque sí

Ahora ya no estoy tan seguro de que FB no censure en cuestiones políticas.Por mi parte, de momento, he decidido abandonar esa red porque no estoy dispuesto a perder horas en los bucles de indentificación que no sirven para nada porque está todo hackeado y/o bloqueado. Si puedo volver a la red sin necesidad de perder tiempo y nervios lo haré. De momento, me quedo con Palinuro y seguiré subiéndolo a Twitter.

dimecres, 29 de juliol del 2015

Cuenta de Face Book hackeada

Me han hackeado la cuenta de FB y no puedo entrar en ella. Es imposible contactar con FB para arreglarlo. Lo único que se puede hacer es bloquearla, con lo cual te entra la duda de si es hackeo o censura. Pero, como no voy a estar perdiendo el tiempo tratando de sortear el bucle que los granujas que la hackearon me han dejado, he creado otra. Espero recuperar la mayor parte de mis amigos, cuyas peticiones de amistad aceptaré según vayan llegando. Si, más adelante, recupero el control de mi página, ya avisaré.

Se ruega difusión. La dirección de la nueva cuenta es: https://www.facebook.com/profile.php?id=100010072236294

La era de los huevos mediáticos.

Hace bien el PP sustituyendo a Sánchez Camacho por Garcia Albiol en Cataluña. Cuanto más absurda, más inverosímil, más inmoral sea una medida, más atención mediática recibirá. Ya solo la corpulencia y la altura, de 2,04 metros de este chavalón le hace ocupar toda la pantalla, lo cual es esencial en la era de la imagen. Le ayuda su sonrisa picarona y su rostro de pillastre del barrio, de quien nadie puede esperarse nada malo. Todo ello sirve para neutralizar la evidencia de que se está defendiendo y amparando la xenofobia, cosa hasta la fecha poco recomendada.  La noticia está en la xenofobia pero una xenofobia popular, alegre, nada de campo de concentración o vallas con cuchillas. Una resistencia al dark stranger que se alimenta con los sanos prejuicios de la calle. El nombramiento es casi una provocación equivalente a decir que la opción propugna el maltrato animal. Lo malo siempre es noticia.

El diputado que se toca los huevos es también pura noticia. De no haber hecho ni dicho nada relevante, este hombre sería un don nadie. De haber robado algunos millones que es, al parecer, de lo se se le acusa, pasaría a ser un nombre que sus compañeros de partido olvidarían al instante, como le sucedía a Rajoy con los de Bárcenas y Rato. Pero, si además de robar, dice algo suficientemente absurdo, tiene asegurada la publicidad y el alborozo popular. O sea, audiencia. La audiencia de los huevos.

Aguirre, que anda siempe aplicando la disciplina de las disciplinas si son otras las espaldas pide la dimisión del diputado huevón porque sus expresiones (la de que se toca los huevos y la de que chupa la polla al jefe), según ella, la avergüenzan y abochornan. Sin embargo, ella no parece mucho mejor hablada. En cierta ocasión, de esas de micrófono abierto inadvertidamente, presumía de haberle quitado un puesto de designación en algún órgano de Cajamadrid, esa entidad que acabaron quebrando por su fabulosa incompetencia, al hijo puta, en el que los conocedores de las bambalinas creían detectar al mínimo, pío y devoto Ruiz Gallardón.

Es un mecanismo bastante conocido. Los políticos viven de la política. Para ello necesitan ser elegidos y, para ser elegido es necesario ser conocido. La política dilucida entre publicidades alternativas. Por eso se pregunta a la gente en los sondeos de opinión si conoce a los candidatos y estos tienen garantizado el conocimiento si dicen disparates; otra cosa será la valoración, pero esa es aquí poco relevante. ¿Quién imaginaría que un menda, alcalde de un pueblo gallego, diría que los asesinados de Franco se lo merecían? Igualmente el cura que canta misa en los Jerónimos el 18 de julio impetra la aparición de una figura cristiana, mesiánica, que rescate al país de nuevo del marasmo desastroso en que se halla. O sea, un cura pidiendo un golpe de Estado. Pura noticia: la esencia misma de la raza.

¿Cuándo te llaman dede los medios? Cuando eres noticia. Si un empresario dice, por ejemplo, que los trabajadores, en vez de cobrar salarios, debieran pagar a la empresa a cambio de trabajar, sería noticia inmediata, entre otras cosas porque, de ponerse en práctica tan ingeniosa doctrina, por fin se habría demostrado la falsedad de la teoría marxista de la plusvalía. Aunque alguien del partido popular, siempre relacionado con los huevos, pudiera pensar: "¡manda huevos, acabar con los huevos de oro asesinando a la gallina!"

Carta abierta a Felipe VI de viva voz.

El post que subí el otro día sobre la Carta abierta a Felipe VI, tenía a día de hoy más de 59.000 visitas únicas en Palinuro, sin contar las que haya recibido a través de otros medios digitales, como Vilaweb o el Eco Republicano. Por ello, me he animado a convertirlo en vídeo y subirlo a You Tube, para tentar la suerte. Me parece que no me ha quedado mal pero el lector, en este caso espectador, juzgará.



Por cierto, quien quiera documentarse algo más sobre los puntos de vista de Palinuro acerca de la cuestión catalana que, en realidad, es la cuestión española porque constituye el elemento esencial del ser de España, puede consultar mi reciente libro sobre La desnacionalización de España. De la nación posible al Estado fallido. Valencia: Tirant Lo Blanch, 20015.

dimarts, 28 de juliol del 2015

La atomización de la izquierda catalana.

Ríanse ustedes de la división de la izquierda española, singularmente madrileña. Quien quiera hacerse una idea de cómo encara la catalana las próximas elecciones del 27 septiembre, que siguen sin estar convocadas, necesitará un plano, un gráfico, un "quién es quién" en este campo. Aquí lo ofrece Palinuro con sucinta valoración. Tengo registradas   seis formaciones  separadas que pueden llegar a ser cinco si el Procés Constituent de la hermana Forcades renuncia a presentarse, como afirma y, a pesar de todo, ser de nuevo seis si, lo que no es de descartar, surge también una candidatura propia de Barcelona en Comú.

La lista por la independencia (CDC, ERC, Ómnium, ANC, AMI y Súmate) es la que parte con mayores expectativas por razones de todos conocidas. En ella aparece ERC, la izquierda independentista más antigua de Cataluña. Su cabeza de lista, Romeva, igualmente procede de la izquierda, aunque no la republicana y es reclamo para votos izquierdistas independentistas.

Catalunya sí que es pot, reúne a Podemos (Podem), EUiA (o sea la IU catalana ) e ICV. La asamblea de Podemos aprobó por un 80% la confluencia con estas dos organizaciones de izquierda en flagrante contradicción con su negativa a confluir con sus equivalentes en el resto del Estado en donde otra consulta asamblearia también ha aprobado no confluir con nadie y presentarse bajo la propia vitola. Palinuro ya ha señalado que Cataluña es una de las piedras del previsible fracaso de Podemos. La acusación de hacer y decir una cosa en Cataluña y otra en España es una de las que peor llevan los nacionalistas españoles que, con su tradicional complejo de inferioridad frente a Cataluña, temen que quieran manipularlos o despreciarlos. Y poco disipará Podemos esta inquietud si sigue con su ambigüedad porque no puede hacer otra cosa que sacar de necesidad virtud. Catalunya sí que es pot tiene de cabeza de lista a Lluís Rabell, un histórico del movimiento vecinal, procedente de Guayem Barcelona como un reclamo a su vez para recoger votos de Barcelona en Comú.

El citado Procés Constituent, de sor Teresa Forcades, se ha desvinculado de la confluencia anterior en lo que parece una típica pelea de egos enfrentados pero se disfraza de razones para salir del paso. Afirma Oliveres, quien estaba previsto que encabezara la lista de Catalunya sí que es pot, que han descubierto que los componentes de esta son mayoritariamente unionistas. Esa misma acusación hacen los independentistas al Procés, cuyos planteamientos respecto a la independencia son todavía más confusos que los de Podemos. En todo caso, quedará fuera de cómputo si lleva adelante su propósito de no concurrir a las elecciones.

La CUP nacional, una izquierda de base, tipo grass roots y cierta alergia a la política que trae efluvios anarquistas, es radicalmente independentista, pero rechaza lo que considera pasteleo de ERC de poner la independendencia por encima del enfrentamiento de clase. Propone, si es que no lo ha hecho ya, como cabeza de lista al periodista de Súmate, Antonio Baños. La intención es clara: no es un independentismo etnicista y da notable presencia a esta organización de castellanoparlantes que está presente en las dos candidaturas más nítidamente independentistas.

Los críticos de Podemos, EUiA e ICV lanzaron ayer una nueva plataforma de confluencia (no hay escisión de la izquierda, que no se haga invocando la unidad), Guayem Catalunya, que tiene dos elementos en común con la confluencia del Podemos "oficial", la afición a copiar o casi plagiar nombres, marcas, enseñas que hayan tenido éxito y la de llevar la ambigüedad al paroxismo. Si al oír a los líderes de Podemos hablando de Cataluña tiene uno la impresión de estar escuchando a Groucho explicando un contrato a Chico Marx, al escuchar a los de la nueva plataforma, la impresión es la que produce a veces Cantinflas. El cabeza de lista, Pablo Barreneche riñó la supremacía de Podemos en Barcelona a la actual jefa, Gema Ubasart, con un resultado aplastante, algo así como 15 o 16% del voto, frente al 84 u 85% de Ubasart. Este Guayem Catalunya, criado a las ya exhaustas ubres de Podemos a toda velocidad no entra aun en los sondeos, pero es previsible que no obtenga tanto apoyo como el que restará a la otra confluencia.

Por último, el PSC, una izquierda tan nítida como la independentista en sentido contrario. Su cabeza de lista será Carme Chacón para las generales y Miquel Iceta para las autonómicas/plebiscitarias, aunque a él no le guste el calificativo. Ambos están encantados con haber renunciado expresamente al derecho a decidir. Estará mejor o peor (a Palinuro le parece un dislate) pero, cuando menos, evita la acusación de estar nadando en la ambigüedad y la marrullería, como otras fuerzas de la izquierda, lo cual suele ser ventajoso en situaciones muy polarizadas como la actual. Lo que está por ver -y es decisivo para el conjunto del socialismo español- es cuán ventajoso.

Este abigarrado y polícromo cuadro de partidos en Cataluña (y faltan el PP y Ciudadanos porque el post va de izquierdas) es una prueba evidente de que la nación catalana tiene, en efecto, una dinámica propia y peculiar. Ningún otro territorio español presenta esta pluralidad, este fraccionamiento, este multipartidismo. Y eso es porque en el Principado hay dos ejes, dos cleavages que están muy vivos: el nacional (independencia vs no independencia más o menos disimulada) y el orgánico (partidos vs movimientos sociales), que dan una imagen muy compleja porque las líneas se cruzan. Independentistas son la lista por la independencia y la CUP nacional con votos sueltos de otra formaciones. No independentistas son Catalunya sí que es pot, Procés Constituent, Guayem Catalunya, PSC y, ça va de soi, PP y Ciutadans. Partidos son CDC, ERC, PSC, PP y C's, mientras que funcionan como movimientos sociales o plataformas, Catalunya sí que es pot, Procés Constituent, CUP y Guanyem Catalunya, por supuesto, a veces con partidos dentro de las plataformas. La decisivo de la lista por la independencia es que haya tenido la habilidad de mezclar los dos criterios en pie de igualdad: partidos y movimientos sociales.

La conclusión más obvia de este análisis es que quien presenta una imagen más borrosa, contradictoria y, en defintiva, poco de fiar, es Podemos, tanto en la formación principal como en la hijuela. Y si el resultado en las elecciones catalanas del septiembre es el decepcionante que cabe deducir de esta situación, será un golpe muy fuerte para las expectativas de una formación a la que los dioses parecían prometer no hace mucho un paseo por los campos elíseos. Tan fuerte que quizá no se recupere para las generales de noviembre.

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NB: tenía mal apuntada la información del PSC. La he corregido gracias a Sergio Cajal (@SirBlonde). Gracias, Sergio.

dilluns, 27 de juliol del 2015

Catalunya no es pot.

Exclaustrarse ha venido bien a la monja Forcades que parece haber recuperado el tino. Porque, si no recuerdo mal, fue ella precisamente quien primero llamó a la confluencia con Podem y hasta con la CUP, por sorprendente que parezca, bajo la advocación de un procés constituent que era algo inefable, como la visita del Espíritu Santo en Pentecostés, pero poco tangible.
 
Quizá por esa intangibilidad, en realidad inconcreción, se sumó a él rápidamente Podem, incluso rompiendo su animadversión a los "pitufos gruñones" de IU, porque, siendo catalanes, serían menos pitufos o menos gruñones. Además, el nombre de Catalunya sí es pot recoge en parte el suyo. De este modo, la correspondiente asamblea de Podem ha ratificado la confluencia con un 80% de los votos. Lo que no sé es cuál será el total de votos emitidos sobre el de votantes. El abstencionismo en Podemos es pavoroso. Que a Pablo Iglesias o su lista lo haya elegido el 92% de los votantes, siendo estos el 16% del censo quiere decir que lo ha elegido el el 14% del censo o algo así.
 
El caso es que el Procés constituent de la señora Forcades, que iba sexta en la lista de Catalunya sí es pot, no confluye, se queda fuera de la plataforma que iba a presidir Arcadi Oliveres, quien se negó a ello. Como ahora la asamblea rechaza confluir con la izquierda. No tengo muy claras las razones. Parece que en el Procés acusan a Podem de no tomarse muy en serio el procés, pero tampoco estoy seguro. La razón más esgrimida es que la plataforma de Forcades/Oliveres es un movimiento social, pero no un partido político. Es poco convincente. No hay ninguna razón para que un movimiento no pueda confluir con un partido. Dependerá de lo que acuerden. No obstante, el Procés avisa de que no será opción votable, lo que deja libre la imaginación para saber a quién votarán los que se han negado a confluir con Podem y los partidos de la izquierda catalana.
 
Los partidos de la izquierda catalana excluido el PSC que, a su vez, también ha rechazado otra confluencia, esta más a la derecha, entre el PP, C's y el PSC. Incluso duda de que PP y C's puedan aliarse. El PP catalán, en pleno fervor patriótico español, ofrece un pacto con un término de clarísima raigambre del catalanismo político, un pacto por la concordia, como Cambó.
 
ERC, por nadar contra la corriente, ha reafimado su pacto con CDC, su enemigo de clase, pero aliado de nación, al tiempo que Junqueras reafirma la orientación izquierdista de su partido. La alianza con la burguesía catalana es transitoria, mientras se consigue el Estado propio. Luego, cada cual volverá a su lugar.
 
Los de la CUP consideran que esta alianza es innecesaria y mantienen su voluntad independentista pareja con su pureza ideológica.
 
La evidente hegemonía del soberanismo induce a preguntar por la suerte de Catalunya sí es pot en las elecciones, después de la defección de Forcades/Oliveres. Podría pensarse que, al no sumarse el Procés, la plataforma ganaría en nitidez programática y claridad ideológica. Pero sería falso. La confusión, la indeterminación, la falta de claridad está en Podem y las dos formaciones de izquierda que lo acompañan. Quedando poco tiempo y estival para mejorar la imagen y hacer convincente el discurso antes de las elecciones, lo verosímil será que su voto se desplace hacia el PSC que, por lo menos, ya ha dejado claro que no quiere ni oír hablar del derecho a decidir o a la CUP que tiene también espíritu de movimiento social, pero permite votar. Y hacerlo por la independencia. 

El viaje no ha terminado.


Geoffrey O'Brien (2015) Tiempo de soñar. Episodios de los sesenta. Barcelona: Alpha-Decay. Traducción de Albert Fuentes.
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En 1988, para celebrar el vigésimo aniversario del 68, el poeta, ensayista, literato O'Brien publicaba esta original obra, especie de explicación del espíritu y la contracultura de los sesenta desde dentro. Se edita ahora en castellano, a más de un cuarto de siglo de su aparición, lo que demuestra que tiene vigencia. Es un conjunto de impresiones, mejor o peor agrupadas en cuadros, escritas en un lenguaje poético, a veces alambicado y con un ritmo muy rápido. Muy en el espíritu de la literatura on the road, con toques de H. Miller, Ginsberg o Hoffman. Realmente, el traductor ha hecho un trabajo encomiable dada la gran dificultad del texto.

Lo lei a poco de su publicación y creo que lo tomé como una especie de canto del cisne de aquellos años tumultuosos que, sin embargo,  venía a ser la prueba de la pervivencia del espíritu hippy: la carretera, el símbolo de un proceso espiritual consiste en una serie de encuentros ocultos, mensajes escondidos, rituales prohibitivos pero necesarios. El tiempo de soñar se prolongaba. Me he acercado de nuevo a él, otros veinte años más tarde con la curiosidad acrecida de qué quedaría vivo.  Todo.

Guy Debord lo había dicho: es la sociedad del espectáculo. Los políticos eran entonces, como hoy, perfectamente intercambiables y previsibles. Los únicos que sucitaban algo de interés por ofrecer innovación y originalidad eran las estrellas de cine. Al respecto John F. Kennedy tenía cabeza de Jano. Siendo político, era un espectáculo coronado con el de su muerte. No deja de ser irónico que, cuando O'Brien publica su obra estaba ya en su segundo mandato Ronald Reagan, un político que era actor. Tan mal actor como político. De todas formas, es cierto, el asesinato de Kennedy es la sombra, o la luz, según se quiera, que acompaña los años sesenta. Yo añadiría el también asesinato, aunque mucho más previsible, de Patricio Lumumba.
 
Esto es lo que alimentaba la idea muy generalizada de haber nacido en el seno de potentes aparatos de destrucción. Se originaban en ella dos líneas de pensamiento que llevaban, cuando llevaban, a acciones políticas distintas y que aun hoy están separadoas. De un lado, la de que siglos de auto-odio, de represión sexual, de odio a la naturaleza amenazaban ya con la destrucción del planeta, en el que no parecía haber más realidad que el genocidio, la guerra, el crimen. De otro lado, esa sociedad, a la que la razón, la ética y la estética mandaban combatir era la que proporcionaba la conciencia a los de los sesenta de ser los adolescentes y jóvenes más felices de la historia. los privilegiados hijos de la burguesía, los hijos de Marx y la Coca-Cola. 
 
Hay dos elementos esenciales en la constitución de la contracultura hippy, que es de lo que el libro trata y desde una perspectiva exclusivamente estadounidense: la liberación sexual y las drogas. La primera fue casi un estallido provocado por la píldora y se afianzó con las lecturas apropiadas que solían contener fuertes dosis de Wilhelm Reich, aunque sospecho que el Reich del continente no incluía el Reich último, el de la etapa norteamericana, el de El asesinato de Cristo y cosas similares. Pero a ambos lados del Atlántico, la píldora significó que la contraposición entre hacer el amor o la guerra dejaba de ser una opción ilusoria entre un deseo y una realidad posible para convertirse en otra entre dos realidades posibles.
 
 A su vez, las drogas, más que aparecer, reaparecían de la mano de una tradición literaria con una constelación de autores que iban de Coleridge y De Quincey a Leary, pasando por Baudelaire, Rimbaud, Cocteau, Huxley, etc. Una de las aficiones del personal era bucear en la tradición literaria en busca de afinidades electivas: San Juan de la Cruz, Teresa de Jesús y algún que otro místico. Los que habían derivado hacia otro misticismo de raíz oriental, budista, buscaban su alimento en Hermann Hesse o se aventuraban por los jardines hindúes o se iban directos al Libro de los muertos del Bardo Todol. 
 
Pero la liberación sexual o, cuando menos, la ruptura de las pautas morales sexuales burguesas, heredadas de la revolución industrial y la sociedad victoriana y la popularización del consumo de drogas, por sí solos, no llevarían a los hippies a ningún tipo de acción colectiva digna de mención. De buscar alguna inspiración irían a las doctrinas anarquistas de la acción directa y la propaganda por el hecho. Si acaso, algún happening que, por las razones que fueran, tuvo especial resonancia, como el festival de Woodstock. No siendo eso, lo más colectivo que llegaron a hacer fueron comunas. De esas, sí, hubo y hay muchas.
 
De las drogas convencionales, tradicionales, los hippies pasaron a las químicas y se abrió la experiencia psicodélica, cuyos gurús fueron Timothy Leary y Abbie Hoffman, de quienes hay mucha huella en el libro. La reflexión de O'Brien está muy en su punto. La experiencia psicodélica es un umbral de iniciación cuya esencia es incomunicable e indescriptible. Lo cual no obsta para que sean frecuentes los deseos de comunicarla y describirla, cosa que también intenta O'Brien cuando dice algo muy común en la época, esto es, que nada tiene sentido hasta que se toma ácido.  Hay un eco de esta cuestión en términos trascendentales en la famosa pregunta que lanzaba el East Village Other ¿puede considerarse ser humano a quien no tenga experiencia psicodélica?

Gracias a esta iniciación, el rebelde sin causa, el  aficionado al chicken run, lleva su audacia a dotarse de su propia religión, como recomendaba Allen Ginsberg y, como buena religión, provista de un catálogo de observancias y mandamientos. Recojo varios que me parecen  decisivos de los años sesenta, de hoy y, quién sabe, para siempre: mirar el reloj es un acto de destruye la vida. Tienes miedo de la verdad. No vamos a llegar a ningún sitio. No hay destino. Este tránsito perpetuo es nuestra morada. No intentes ocultarte. Quizá me parezcan decisivos porque ya me lo parecieron entonces.
 
No habrá destino, pero el viaje no ha terminado. 

diumenge, 26 de juliol del 2015

Una banda de ladrones y su comparsa.

El caso Púnica viene a cerrar el círculo y probar lo que Palinuro lleva tiempo diciendo: que el PP no es un partido político en sentido estricto, sino una presunta asociación de malhechores para expoliar el erario, esquilmar el país, robar hasta las cucharillas, enchufar a todos los amigos, parientes y allegados y vivir a cuerpo de rey (véanse los casos escandalosos de Blesa y Rato) a costa de la gente a la que estafan y a la que aplican sus políticas de recortes, sacrificios, sisas y trampas.

Una supuesta asociación de delincuentes organizada empresarialmente. En Valencia y Madrid, en donde las tramas Gürtel y Púnica han robado a mansalva, lo han hecho de modo sistemático, con contabilidades dobles y triples, cuentas en Suiza, sociedades pantalla. En otras partes, como Castilla y León, Galicia, Baleares, etc., lo han hecho con menos oficio mercantil, pero idénticos fines de latrocinio voraz. Han corrompido las instituciones por doquier, expoliado los bienes públicos, manipulado datos y estadísticas y comprado y puesto a su servicio hasta la judicatura .

Lo del programa, los incumplimientos, las medidas, las políticas públicas, etc., pura palabrería para engañar a la gente con ayuda de unos sicarios a sueldo a quienes llaman periodistas. Estos mangantes no han gobernado ni el gobierno les importa un pepino y por supuesto, mucho menos la opinión pública. Su único interés es llegar al poder como sea, mintiendo, engañando, financiando ilegalmente sus campañas electorales para robar lo que puedan. Y, mientras roban, con la seguridad que da el saberse impune por el régimen neofranquista que han impuesto, se expresan en los términos que los retratan. Según un exdiputado del PP, los políticos de este partido están a chupar la polla del que manda para pillar pastuqui. Lo dicen ellos, no Palinuro. Así que cabe conceptuar el PP como un partido de presuntos ladrones chupapollas. Son los que marcan el nivel cultural de la gran nación. Efectivamente, no hay solución de continuidad entre un diputado chupapollas y un presidente que solo lee el Marca. Son el mismo tipo humano. El españolazo de derechas de toda la vida.

Este carácter sistemático, organizado, empresarial del trinque, el robo, la mordida, la comisión, los sobresueldos, abarca todos los órdenes del partido, en todas las esferas y niveles del gobierno. No hay decisión de estas autoridades que no lleve un (o varios) beneficiarios bajo cuerda. El ministro De Guindos chanchulleaba con el infame Granados hasta días antes de que a este pájaro lo metieran en el trullo. Un primo de Rajoy, el de los sobresueldos y otras bicocas de la Gürtel, aparece involucrado en la Púnica. Al final se va a realizar un barrunto de Palinuro de hace unos meses: que bien pudiera ser que un juez pidiera un suplicatorio para imputar a Rajoy, cuya responsabilidad en la corrupción de su partido es total. Políticamente por supuesto, ya que ha sido todo en él, tesorero y presidente. Si también hay responsabilidad penal está por ver.

Lo evidente aquí es que este país está gobernado por una manga de sinvergüenzas, dedicados a llenarse los bolsillos, insultar a la gente, dejarla sin recursos, expulsarla al extrajero, acallarla mediante medidas represivas, manipular los medios y amenazar a los soberanistas catalanes.

Eso a la gente. A la oposición, pedorretas, mofas y burlas. Con su mayoría absoluta en el Congreso, la presunta asociacion de delincuentes se permite el lujo de ignorarla y despreciarla. Rajoy no comparece en el Parlamento nunca, ni da explicaciones, ni se admiten comisiones de investigación sobre los casos de saqueo que protagoniza la banda de sinvergüenzas que parasitan la administración pública y los negocios privados hechos a base de enchufes y corrupción.

Mientras la banda campa a sus anchas, deja a los pensionistas sin el fondo de reserva de las pensiones, cierra hospitales tras haberlos esquilmado, privatiza servicios públicos con el fin de quedarse con ellos, la oposición es incapaz de adoptar una actitud clara en defensa de los intereses de la gente que la ha votado y que paga sus impuestos. Pedro Sánchez saca un hilillo de voz en Asturias para pedir tímidamente a Rajoy que acuda al Congreso a dar explicaciones sobre la Púnica. Sabe de sobra -y está resignado a ello- que Rajoy no le hará caso alguno, que no dará explicación ninguna y, si se pone tonto, es posible que le haga una pedorreta y lo mande a freír vientos porque la actitud de estos franquistas, crecidos en el expolio y la impunidad, es la del desprecio cuartelario hacia la oposición.

Y la oposición, en concreto en PSOE, a tragar. Sabe de sobra que pedir talante democrático a quien está educado en el fascismo es ridículo. Pero lo pide para disimular delante de sus votantes y simular que hace algo. Mas no lo único que tendría que hacer si fuera un líder y no un don nadie sonriente, tratando de caer bien a todo el mundo: presentar una moción de censura a esta supuesta banda de ladrones.

Ahórrense los maestrillos la advertencia de que esa moción no se ganaría. Es obvio. No se presenta para ganarla. Si en el Congreso, hoy, hubiera una posibilidad real de ganar una moción de censura, no estaríamos llamado cobarde a la oposición, sino algo mucho peor: cómplice del latrocinio pepero.

No, la moción no se va a ganar en la Cámara. Se ganará en la calle, en los medios, en la opinión pública que, por fin podría ver que hay alguien en el Parlamento dispuesto a devolver la dignidad a una población humillada por tantos golfos y ladrones generalmente muy devotos, chupacirios y meapilas. Como esa Lucía Figar, consejera de Educación de la Comunidad de Madrid (Gürtel/Púnica), que destruyó la enseñanza pública en beneficio de la privada de curas a los que regalaba terrenos públicos, mientras ella se aprovechaba de unas becas que no necesitaba y estaba en tratos con la Púnica cuyo alcance determinarán los tribunales. Si lo hacen porque, siendo la señora del Opus, pertenece a la misma secta que un tercio de los jueces de España y es posible que se vaya de rositas.

La moción de censura pararía lo pies al gobierno en su último intento de pucherazo con la reforma de la ley electoral, lo obligaría a moderar sus abusos y, sobre todo, daría visibilidad a la oposición democrática y permitiría a la gente no solo recuperar su dignidad ciudadana, sino, además, conocer el programa político alternativo que puede sacarnos de este basurero en el que el país lleva cuatro años gracias a la presunta banda de ladrones.

Pero no lo hará. La oposición socialista no se atreve a cumplir con su deber por razones que, no siendo públicas, probablemente sean inconfesables. O sea, una vergüenza de país.

Apostillas a la normalidad.

Con ligeras variantes, este gráfico de Metroscopia viene repitiéndose en los últimos meses. Va ya para tendencia. El bipartidismo se corrige a la baja en el sentido de que los dos partidos mayoritarios encajan una merma considerable de voto que va a las formaciones emergentes. Pero condena a otras dos a la irrelevancia: a UPyD la borra del encerado parlamentario y el destino de IU es incierto. Es decir, se mantiene el sistema de partidos del régimen del 78 con algunas correcciones al alza en el bloque de los menores. Obviamente, que vuelva a haber una mayoría absoluta es cosa difícil, pero no imposible.

Aun perdiendo casi la mitad del voto, llama la atención que el PP conserve un porcentaje de apoyo muy notable. Un 23,1% es mucho, dadas las lastimosas circunstancias del gobierno y su partido. Ahí tiene que haber gran cantidad de voto ficticio, más dictado por la desconfianza que por la convicción. El penúltimo escándalo de la Púnica deja al descubierto una forma de gobernar literalmente basada en el delito. Y va a estar vivo hasta las elecciones. Lo lógico será que el PP obtenga un porcentaje de voto menor que el vaticinado por Metroscopia. Su líder es el peor valorado de todos. Porque, aunque Mas aparece por debajo de él, este dato es erróneo, ojalá que sin mala intención. Si la muestra es "nacional", el índice de desaprobación de Mas es el más alto y el de aprobación el más bajo. Pero eso no quiere decir nada. Para ser justo el dato, en el caso de Mas la muestra debiera ser exclusivamente catalana. Por lo demás llama mucho la atención que el porcentaje de ciudadanos que conoce a Mas es superior a los de Alberto Garzón, Pedro Sánchez y Albert Rivera, excusado es decir el nombre del presidente de La Rioja. Sobre todo, el PP es el partido que suscita mayor rechazo. Un 52% del electorado no lo votaría en ningún caso. Obtiene mayoría absoluta en contra.

El caso del PSOE es muy curioso. Se recupera del vapuleo de 2011, pero no a consecuencia de iniciativas o propuestas que le ganaran el favor popular sino por la mera incompetencia de sus adversarios. El PSOE como tal no ha hecho nada en materia de propuestas para conseguir la mejora en los resultados, fuera de elegir un secretario general que desde el primer momento ha entendido que lo suyo era estar en campaña electoral permanente con un vago eco de Kennedy, Clinton, Obama, muy en la linea de los demócratas. Su líder aparece en segundo lugar en índice de aprobación popular, por detrás de Rivera y la intención directa de voto es la más alta, el 16%. Y lo más importante es que suscita un porcentaje de rechazo reducido, de un 13% de gente que no lo votaría en ningún caso.

Lo de Podemos se perfila como un descenso mantenido. No le ayuda nada la permanente bronca con la confluencia con IU y la errática política de alianzas. Pero lo que verdaderamente está destruyendo aceleradamente las expectativas electorales de Podemos es la ambigüedad y la confusión de su actitud ante la cuestión catalana. Esa ambigüedad se le tolera a los partidos dinásticos, sobre todo al PP porque, siendo partidos de intereses, ya se sabe que su discurso es falso o tiende a la falsedad. Pero no puede ser el caso de Podemos, adalid de la nueva política. Y su indefinición no le gana aliados en Cataluña, pero le hace perder votos en España. Pablo Iglesias es el líder peor valorado en la izquierda, solo por delante de Rajoy, la intención directa de voto es un modesto 11,1% y, lo más grave, es el partido que tiene mayor índice de rechazo, el 37% de los electores no lo votaría en ningún caso. Si la técnica es la seducción, habrá que cambiar de modos y maneras, aunque solo sea para no seguir cayendo antipáticos.  Esos datos negativos van a seguir siéndolo o incluso a aumentar su negatividad según acabe valorándose el estilo de liderazgo de Iglesias como autoritario, no democrático y puro culto a la personalidad.

En el caso de Ciudadanos, supongo que la altísima valoración positiva está más que nada basada en el desconocimiento del personaje, cosa obvia dado que este ostenta el índice de conocimiento (86%) más bajo de todos los políticos. Suscita escaso rechazo. Solo un 7% no lo votaría en ningún caso, pero su intención directa de voto es de poco más del 10%. No parece que Ciudadanos pueda configurarse como el partido del centro en la tradición suarista porque ese espacio está ya ocupado en buena medida por el PSOE.

Lo más verosímil viene a ser una victoria ajustada del PSOE que verá así justificado su enorme interés en no hacer nada. Si, además, hiciera algo, por ejemplo, de oposición real, no puramente legitimatoria, es de suponer que su expectativa de voto seguiría subiendo. Pero ese no parece ser el criterio de la dirección actual que prefiere sentar plaza de partido de orden, con sentido del Estado y  ajustado a las exigencias del sistema frente a los maximalismos estériles.