divendres, 3 de juliol del 2009

Apoteosis del color.

En el Thyssen de Madrid tienen una interesante exposición de Matisse en su conocido como "periodo medio", entre 1917 y 1941. Sea del tiempo que sea, la exposición ilustra también sobre los comienzos del artista y hay muestras del primer fauvismo, así como alguna de influencia postimpresionista y varias referencias al cubismo. Luego, ya genera Matisse su propio estilo, aunque seguirá teniendo hasta su muerte una vinculación estrecha con el espíritu impresionista, cosa que se ve por el hecho de que su pintura es sobre todo, desde el comienzo al final, pintura de colores.

En la obra de Matisse, me parece, se ven más las personas que los estilos, aunque no siempre. Cuesta detectar en ella rasgo alguno del alumno de Moreau o, lo que es más llamativo, de Bouguereau. En cambio, Cézanne surge casi de inmediato, nos llama desde un paisaje. La exposición incluye el cuadro de éste, Las tres bañistas que Matisse tuvo treinta y siete años en su posesión y que debía de saberse de memoria, por lo que él mismo decía. Pero también aparecen claras influencias, como homenajes o improntas de Derain con quien convivió bastante tiempo, Dufy, Van Gogh, Picasso, también amigo de numerosas ocasiones, Vlaminck, etc.

Matisse era un hombre esponja, capaz de absorber estilos y de concentrarse en temas. La exposición, que tampoco es muy extensa pues puede constar de unas setenta piezas, se concentra en tres puntos: a) escenas íntimas, b) ventanas y c) orientalismo. En las escenas íntimas, bodegones, retratos, interiores es donde rompe más violentamente con las normas clásicas de la perspectiva y la profundidad del arte pictórica como puede comprobarse en el famosísimo Armonía en rojo, que es de 1908, razón por la cual no forma parte de la exposición, pero yo no me resisto a incluir aquí porque me parece una obra exquisita. Y muy ejemplar de lo que se dice: trátese de averiguar en qué plano se sitúan la silla, la mujer y la ventana.

El segundo grupo es el de las ventanas, ventanas a Niza, a Collioure, a Tanger, a Saint-Michel. Hay que ver qué cantidad de ciudades y lugares ha retratado Matisse a través de ventanas que es una forma de pintar un cuadro con dos marcos. Y además de protagonista de la obra, la ventana es, en muchas ocasiones, elemento de la composición. Desde que se introdujo la perspectiva, una visión del mundo exterior, otro mundo, lo que sirve para dar profundidad a la composición o sentido. Porque pronto la importancia de la ventana se hizo patente por su color simbólico. Puesto que se abre a otro mundo, nada cuesta ya decir que se trata del Otro Mundo; la ventana abierta, símbolo de la eternidad. Y junto a la ventana, el segundo gran hacedor de otros mundos, aunque Matisse le dedica escasa atención, el espejo. Dos de los más interesantes cuadros de la muestra, creo, son sendas imágenes dobles de mujeres frente a un espejo, de forma que vemos en la composición, por ejemplo, la modelo real de frente y de perfil la virtual. Contemplándolo se le viene a uno a la cabeza la idea de que la chispa de Picasso consistió en superponer el frente y el perfil en una sola oferta, como si fuera una imagen doble.

Por último, el exotismo, presente en los temas morunos. El norte de Marruecos, al que viajó, es para Matisse más o menos como la España por la que anduvo Manet, tierras excitantes por lo exóticas. El orientalismo de Matisse se advierte en sus muchos cuadros de odaliscas, un tipo de desnudos cargados de sensualidad que, por cierto, nada tiene que ver con la de su maestro Bouguereau ya que está basada también en la pincelada. Como puede verse en la imagen del folleto de mano, la Odalisca con pandereta, aunque los colores estén desvaídos y, desde luego, en la de Las dos odaliscas, en el recordatorio de que la sensualidad de la pincelada puede estar fuera del cuerpo de las mujeres.

La exposición contiene también algunas tallas, bronces, un par de ellos muy curiosos: unos torsos en bronce que sobresalen en mediorrelieve de una plancha y que parecen emerger de ella, como sucede con la piedra en los esclavos de Miguel Ángel. Los dibujos son muy ilustrativos de la forma de trabajar de Matisse: de trazo sencillo y muy simple es una silueta, pero en ella está la posterior silueta pictórica que nos es tan familiar: el desnudo azul, por ejemplo.

Hay quien acusa a Matisse de superficialidad y de hacer una pintura ornamental. En verdad, no será él quien lo niegue, habiendo sido quien introdujo el arabesco en la pintura, es decir, quien reconoció el arte que había en las inscripciones islámicas al tener prohibido reproducir las figuras. Las suras coránicas son formas artísticas allí donde la figura humana o del mundo en general no puede serlo. Por lo demás, nunca he entendido bien esa acusación de ornamental tratándose de pintura que es un arte esencialmente ornamental. Parece como si quisiera decirse que es pintura que sólo es ornamental, que no tiene significado profundo. Esto, por lo demás, puede decirse de todas las artes. Por ejemplo, la música. De algún autor se dice que es superficial porque sus composiciones suenan bien queriendo decir que "no aspiran a nada más que" a sonar bien, sin impulsar al espíritu de los oyentes a algún tipo de peligrosa aventura interior. De todas formas, es difícil no ver la Armonía en rojo de más arriba como un cuadro típicamente modernista, que es una tendencia básicamente ornamental y, al mismo tiempo, lo hemos visto, es una especie de ruptura de paradigma artístico.

dijous, 2 de juliol del 2009

Difícil solución en Honduras.

El curso de acción que está tomando la comunidad internacional en el caso de Honduras parece ser, en principio, el correcto: ante todo restablecer en su puesto al presidente legítimo, señor Zelaya, porque, con independencia de los muchos errores que este oligarca reconvertido en izquierdista seguidor de Chaves haya podido cometer (convocar consultas ilegales, dividir a la población y enfrentarse con las demás instituciones del Estado) peores han sido los de sus rivales, que han puesto en marcha un golpe de Estado delictivo que empezó con el secuestro y deportación del presidente y ha seguido con medidas excepcionales en contra de la población hondureña, singularmente la residente en Tegucigalpa.

Ahora bien, es cosa de preguntarse si las medidas hasta ahora propuestas para alcanzar el objetivo señalado son las más adecuadas. Según muestra la experiencia, los ultimata no sirven para nada, salvo que haya una apabullante diferencia de fuerzas entre quien lo pronuncia y quien lo recibe, que no es el caso en esta circunstancia ya que el ultimatum procede de la Organización de Estados Americanos (OEA) que no tiene más que una fuerza simbólica frente a Honduras. Advierte la OEA de que si en setenta y dos horas Honduras no ha repuesto al señor Zelaya, quedará expulsada de la organización. Pero ¿es esta expulsión una amenaza suficiente teniendo en cuenta que Cuba lleva cuarenta años fuera de la OEA sin que ello la haya afectado en nada? Obviamente, no. Además, ¿por qué setenta y dos horas y no veinticuatro? ¿Para qué hacen falta las otras cuarenta y ocho? Ciertamente para dejar tiempo a las maniobras diplomáticas antes de tener que tomar otras decisiones. Algunas de estas maniobras ya están produciéndose, como la llamada a consultas de los embajadores de España, Francia e Italia. Es un aviso de que lo que viene después puede ser peor. Pero la verdad es que, mientras no sea la Unión Europea quien tome la iniciativa diplomática, Honduras no tiene mucho que temer.

En realidad, algo de estas vacilantes medidas trata de restar importancia al patinazo del señor Zelaya de anunciar su retorno al país para hoy, jueves, lo que hubiera sido un desatino, pues los gobernantes de facto actuales ya habían anunciado que, si cruzaba la frontera, lo detendrían. Y es que, digan lo que digan los medios de izquierda, tan mentirosos como los comerciales, que presentan a una Honduras ardiendo por los cuatro costados con una insurrección generalizada de partidarios del señor Zelaya, el presidente ignominiosamente depuesto no suscita fervorosos ni masivos apoyos en el país en el que sus seguidores no parecen ser muy numerosos. De ahí que no quepa confiar a la indignación de los simpatizantes de Zelaya el restablecimiento de éste en su legítimo mandato.

A continuación de las medidas diplomáticas y si éstas no producen efecto debe recurrirse a las sanciones de todo tipo, sobre todo las económicas, cosa que ya están haciendo los Estados Unidos. Pero lo cierto es que si éstas tampoco son eficaces las consecuencias son contraproducentes porque, por un lado, es la población y sobre todo los sectores menos favorecidos quienes pagan el pato y, por otro, permiten al Gobierno presentarse como víctima de una campaña de acoso y consolidar su apoyo popular allí donde el señor Zelaya está perdiéndolo o no lo ha tenido nunca. Incidentalmente, la mención de los Estados Unidos permite comentar algo acerca de la peculiaridad de este golpe: no ha tenido el apoyo cuando menos expreso o tácito de los gringos. Algo tan extraño que ha dejado a lo analistas del piñón fijo, los que culpan de todo al imperialismo yankee, colgados de la brocha y sin escalera repitiendo como loros mecánicos sus sospechas de intervencionismo estadounidense.

Y si las sanciones, como es de temer, tampoco funcionan, ¿qué? Pues, guste o no guste, se abandona el propósito inicial de restablecer al señor Zelaya en su cargo legítimo cosa que, por supuesto, puede pasar, o se considera en serio la posibilidad de la intervención militar para retornar al statu quo ante. La cuestión que se plantearía en tal caso es en qué marco multilateral podría tomarse esta decisión. Sin duda el que primero se postularía sería ALBA, pero lo más probable es que no prospere por el veto que interpondrán otros Estados de América, empezando por los EEUU. El siguiente podría ser la misma OEA pero ésta carece de experiencia en estos menesteres y no es una de sus funciones. Así que sólo quedaría la muy lógica posibilidad de la ONU que no solamente es el marco adecuado para estas decisiones sino que, en caso de adoptarse, se relegitimaría considerablemente. Autoridad para ello tiene toda la que le haga falta y experiencia también. La última vez que se dio una intervención militar auspiciada por la ONU en un país latinoamericano fue en 2004 en Haití (la misión llamada MINUSTAH, que ahí sigue) y, dadas las circunstancias, es una especie de mal menor. Algo así debería ir preparándose ya si es que de verdad se quiere que el señor Zelaya regrese a la presidencia de la república centroamericana. Cosa que tampoco está tan clara.

(La imagen es una foto de Presidencia de la República del Ecuador, bajo licencia de Creative Commons).

Imago patris.

Vaya melodrama en dos tiempos que se ha marcado Francis Ford Coppola. En dos tiempos porque es un melodrama dentro del melodrama o un "más difícil todavía". A primera vista la peli va de padre dominante, tiránico, egoísta, soberbio. De padre, en fin. Y de hijo rebelde que pone tierra por medio y no quiere saber nada de su familia. Ya sólo esto justificaría la situación que nos encontramos en el arranque de esta por lo demás prolija y algo lenta peli: un yankee expatriado, varado en La Boca, en Buenos Aires, que convive con una Miranda (Maribel Verdú), doctora en un psiquiátrico en el que él, Tetro, estuvo internado y que se ha enamorado locamente de él porque piensa que es un genio. En verdad, Tetro lleva siempre consigo un misterioso manuscrito, escrito en clave, una obra teatral que no quiere publicar y que oculta a todos y que es la que le da la imagen de genio a los ojos de su amante amada. Tetro, cuyo verdadero nombre es Angelo, lucha por superar sus conflictos del pasado. Dentro de este melodrama se inserta otro que es con el que arranca el film. Según se nos hace saber, un buen día se presenta en casa de Tetro un hermano mucho menor, Bernardo, Bennie, de diecisiete años, camarero en un buque de línea gringo que ha hecho escala en Buenos Aires con una avería de motor que llevará una semana reparar. Contra la inicial resistencia de Tetro que acaba de sufrir un atropello y lleva una pierna escayolada y no quiere saber nada de su familia, Bennie se queda en principio durante esa semana que luego se prolongará porque sufre otro accidente de coche que lo obliga a hospitalizarse y pierde su barco. Esto de los accidentes de coche trae malos presagios porque la madre de Tetro murió en uno de ellos conduciendo el vehículo su hijo. El padre, un famoso director de orquesta (Karl Brandauer, que hace un papel estupendo) se vuelve casar con la que será la madre de Bennie que, unos ocho años antes del comienzo de la acción del film cae en un coma del que no se ha repuesto. Aquí se esconde el segundo melodrama, el que da las claves reales del extraño comportamiento de Tetro y que no puedo revelar por no destripar la peli.

El caso es que, con la complicidad de Miranda (Maribel Verdú)y la furibunda oposición de Tetro, Bennie reescribe la pieza de éste que consiste en una historia de rivalidad entre dos hermanos (de hecho la del padre de ambos y su hermano mayor a quien aquel debe todo cuanto es pero no lo reconoce) y le pone el final que encuentra más lógico ya que la obra no lo tiene, esto es, el protagonista mata al padre. La obra se representa en el Festival de la Patagonia, dedicado al parricidio y, en el ínterín, el padre real aprovecha para morirse de resultas de un infarto sin que ninguno de los dos hijos acuda a su lecho de agonizante a pesar de que están cumplidamente informados y tienen los pasajes a su disposición.

Maribel Verdú dice que no se gusta en Tetro y hace bien porque no está en su mejor papel. Vincent Gallo (Tetro) y sobre todo Alden Ehrenreich (Bennie) le roban el protagonismo. Coppola se luce a mansalva en una peli repleta de flash backs que rompen con el uso convencional ya que las escenas actuales están rodadas en blanco y negro y las del pasado, en color. Un efecto muy logrado. Y no es el único. Lo mejor, para mi gusto, es la vida de expatriado de Tetro en Buenos Aires y que tampoco es tanto ya que la capital de la Argentina es la ciudad en la que nació su padre precisamente y cómo está captado el ambiente de La Boca e, incluso, los tipos porteños que se relacionan con Tetro, todos gentes de la farándula. Coppola reconoce la influencia de Elia Kazan en su obra. El minúsculo apartamento en el que viven Tetro y Miranda recuerda mucho el de Stella y Stanley Kowalsky en Nueva Orleans, en Un tranvía llamado deseo. Pero la visión de Buenos Aires, con las inevitables escenas en el inevitable Cafe Tortoni es agradable aunque fugaz. Imprsionantes, desde luego, los paisajes de la Patagonia, que contemplamos en el viaje en coche que realizan los protagonistas para asistir al estrenpo absoluto de la obra de teatro, llamada El deseo de viajar.

La peli se hace un poco larga, aunque sea muy variada no solamente por los flash backs sino también por las escenas de una pieza de teatro que se representa en La Boca, una versión del Fausto llamada Fausta, una especie de cabaret burlesco. La mezcla de lenguas, inglés y español y de acentos, argentino y castellano es agradable y en general la peli se sigue con agrado aunque sea algo tediosa por momentos. Y tomando el conjunto narrado con sus dos melodramas superpuestos, se obtiene una idea muy clara y patente en las escenas semifinales del funeral del viejo Carlo Tetrocini acerca del mundo morboso de la familia que pretende ser como una lección moral que habla de todas las familias. En un par de ocasiones los dos hermanos Tetrocini por separado, definen el drama de la suya como un asunto de rivalidades dentro de la familia. Pero la verdad es que la película se las ingenia para ir más allá de las rivalidades y mostrar un mundo pasional y oscuro, mucho más interesante, aunque coronado por un inverosímil final feliz que produce el efecto de un deus ex machina bastante chapucero.

dimecres, 1 de juliol del 2009

Malas noticias para los correveidiles de ETA.

Por fin es ya evidente, es verdad judicialmente establecida, lo que todo el mundo sabía: que Batasuna, Herri Batasuna, Herritarren Zerrenda y todas cuantas organizaciones, coaliciones, grupos, pandillas y peñas ha ido inventándose la izquierda abertzale para burlar la ley de partidos son correas de trasmisión de ETA, parte del entramado terrorista; que ilegalizarlas y prohibirlas no solamente no es antidemocrático sino que es el modo de proteger la democracia frente a quienes quieren acabar con ella; que la ley de partidos no solamente no atenta contra los derechos fundamentales sino que es un instrumento esencial para defender la democracia y el Estado de derecho de los ataques de sus enemigos los terroristas y sus correveidiles, los que les bailan el agua y que por más logomaquias y sofismas que empleen sobre si condenan o no condenan esta o aquella violencia, también la falta de condena al terrorismo, en ciertas circunstancias es recriminable.

Al mismo tiempo, según el fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, España es un Estado de derecho y una democracia en todos los sentidos del término y hace muy bien en protegerse del ataque del entramado etarra que, a través de organizaciones-tapadera como las citadas, trata de estar en las instituciones para condicionar su funcionamiento y, en la medida de lo posible substituir la democracia por algún tipo de dictadura "popular", que es lo que gusta a los terroristas y su mariachi.

Y todo lo anterior no lo dice la Audiencia Nacional, órgano de excepción continuador del siniestro Tribunal de Orden Público, ni el Tribunal Supremo del podrido reino borbónico, ni el Tribunal Constitucional, instrumento al servicio del fascismo español. No. Lo anterior lo dice un tribunal de siete jueces presidido por un danés y compuesto por magistrados de Estonia, República Checa, Alemania, Liechtenstein, Mónaco y España. O sea, lo dice el mundo.

Se acabó el rollo de atacar a la democracia con el cuento de la libertad de expresión reprimida por el fascismo español; se acabó la monserga de que la interpretación del juez Garzón de que ETA es también su entorno que la sostiene, ampara, financia, ayuda y encubre, es un atropello; se acabó el cuento de que las ilegalizaciones del Tribunal Supremo eran atentados contra los derechos fundamentales; se acabó la melopea de que el Gobierno español pretenda asfixiar el debate independentista en el País Vasco. Ahora ya estamos todos al cabo de la calle.

Quienes en el pasado sostuvimos que había que ilegalizar todo lo que sirviera directa o indirectamente a ETA y que se hiciera con todas las garantías del Estado de derecho y de protección a los derechos de los ciudadanos, estamos de enhorabuena. Ya no tendremos que escuchar más insultos de los majaderos "izquierdistas", esos para quienes un sinvergüenza y un asesino, si dice ser de izquierda, ya no es un sinvergüenza ni un asesino.

Como comprendo la decepción de los justificadores, embellecedores y animadores de ETA y de todos los "izquierdistas" peninsulares que les hacen el juego, les ofrezco algunas vías discursivas para salir del atolladero en el que están: 1ª) en realidad, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) está compuesto por fascistas y enemigos del pueblo vasco; 2ª) los jueces del TEDH son una manga de prevaricadores comprados por los agentes españoles al servicio del Borbón; 3ª) los verdaderos jueces del TEDH han sido secuestrados por los fascistas españoles y en su lugar han puesto estos clones, dispuestos a justificar el genocidio de España en el País Vasco. Que por fabular no quede.

No obstante, como frente a esta decisión de sala del TEDH queda una vía de recurso ante el pleno del Tribunal, es de esperar que los estrategas que han conseguido este exitazo judicial la pongan en marcha. De esa forma quedarán en evidencia por segunda vez como lo que son: correveidiles de ETA.


(La imagen es una foto de My Web Page, bajo licencia de Creative Commons).

Madre e hija.

Estamos (o, cuando menos, estoy) tan acostumbrados a ver cine gringo que, cuando ponen una peli que no lo es, una peli europea, por ejemplo, la diferencia llama muchísimo la atención. Se agradece una historia que no se base en espectaculares efectos especiales, incluida la casquería, no esté repleta de androides, no contenga una frenética persecución de coches por Nueva York y no se dirima al final con una pelea de artes marciales. Se agradece mucho ver una peli en la que se cuentan historias verosímiles con gente normal de la que encuentra uno por la calle y a la que le sucede lo que sucede a todo el mundo.

Aunque sea una historia trivial, como ésta, y repleta de tópicos, casi todos, por cierto, copiados de los estadounidenses (peripecias de adolescentes en un instituto de enseñanza media en París) y con un final feliz casi como de cuento de hadas. O quizá por ello: la siente uno como más próxima y más auténtica.

La directora, Lisa Azuelos, hija de Marie Laforet (a su vez, un ídolo de mi adolescencia) imprime un ritmo vertiginoso a su narración y consigue introducir una ingente cantidad de material en la trama: conflictos en las relaciones amorosas entre adolescentes, enfrentamientos generacionales entre padres e hijos, una visión sintética de Londres con ojos de francés (tan tópica como el resto de la peli), problemas de familias, un par de historias de amor. Realmente no se puede pedir más. Encima los chavales son todos guapísimos y actúan de cine, muy bien dirigidos por Azuelos que muestra consumada maestría en este su tercer film.

Al final nos enteramos de que la peli está parcialmente basada en hechos reales y, según parece, tiene elementos autobigráficos: ella, como su protagonista, Sophie Marceau, está en torno a los cuarenta y tiene una hija adolescente como la Lola que interpreta Christa Theret. Sospecho, además, dado el apellido de Lisa Azuelos que también su padre sea español, como el marido divorciado de la madre de Lola Delgado en la peli. No hacía falta advertirlo, en todo caso pues cuanto sucede en LOL es perfectamente verosímil. Otra cosa es la representatividad social de los personajes. El carácter trepidante del argumento, los líos con las drogas, la música, el cachondeo en la educación requerían un instituto público pero el origen social de los chavales casa mal con esa enseñanza, aunque se trata de una cuestión menor. Lo importante es también el sentido del humor con que se presentan los distintos episodios. La relación de la madre con la hija, a veces un poco cursi, está muy lograda y ese policía de la brigada de estupefacientes que aparece ocasionalmente es un acierto.

Los adolescentes se relacionan a base de SMSs y de servicios de messenger de un modo casi compulsivo lo cual impone un ritmo de relaciones entre ellos que puede resultar agotador para un adulto pero que explica mucho de sus claves simbólicas y de su forma de enfocar la vida. El sexo tiene una importancia capital. En la división de funciones, siguen mandando ellos: el conjunto de música con estética Rolling Stone son chicos únicamente y cantan en inglés, porque todo lo anglosajón los influye mucho. Pero ellas toman igualmente la iniciativa. El lenguaje, por cierto, es unisex y los diálogos están muy conseguidos.

En definitiva, una comedia sobre el lado amable de la vida, alegre, despreocupada y risueña. Parece normal que haya tenido cuatro millones de espectadores en Europa.

dimarts, 30 de juny del 2009

Viva el Ayuntamiento.

El Ayuntamiento de Madrid, en un gesto histórico que honra a la capital como baluarte de la lucha por las libertades democráticas, ha decidido por unanimidad despojar de todos sus títulos, honores, menciones y prebendas al difunto Francisco Franco... a los treinta y cuatro años de su fallecimiento. Más que nada por si resucitaba y se enfadaba, que el General era de malas pulgas y sus súbditos le tenían un miedo cerval. Basta con recordar que, cuando estaba con vida y todos le deseaban la muerte, nadie se atrevía a decirlo y hubo que acuñar dos categorías inefables con las que se desataría ese fenómeno de insólitas repercusiones que se llamó la transición, según se fuera franquista o antifranquista, las categorías de "las previsiones sucesorias" y "el hecho biológico".

Aun así, hay que dar la gracias a la Corporación por el ejemplo que supone haber cumplido la ley. España sigue siendo un lugar en el que cumples la ley y sales en los papeles y hasta te dan el Príncipe de Asturias. Y no es baladí lo anterior: en Almendralejo de los Gorrinos, el alcalde, un tipo bragado del PP desde el año 39, Año de la Victoria, ha dicho que no hay cataplines en España para quitarle a él la placa a Franco que adorna la Plaza del Caudillo. Y en Sequillo del Valle, el cura párroco, hijo de un cruzado del 36, dice que el chafarrinón de la fachada de la iglesia glorificando exclusivamente a veintitrés caídos rebeldes es una obra de arte como los frisos del Partenón y no se le puede aplicar la piqueta que prevé la ley.

Y cuentan las crónicas que, ya lanzado por la senda nefanda de las luces, el racionalismo y la masonería, el Consistorio reprobó, condenó o maldijo la dictadura del general ferrolano como un régimen indigno. Están las cosas muy revueltas en la corrala cañí. Desde luego que con esta condena, así como el expolio simbólico, Micer Ruiz Gallardón tiene ganadas de calle las elecciones municipales de 2011 con una mayoría que hará saltar de rabia a su querida compañera de partido, señora Aguirre. No sé si a ésta se le habrá ocurrido la posibilidad de rivalizar con el Ayuntamiento en antifranquismo: que investigue en las decisiones de la antigua Diputación Provincial de Madrid, absorbida en su día por el Gobierno de la Comunidad Autónoma pero con un pasado en el que seguro que le fueron concedidos honores al General Franco. Sultán de la provincia, por ejemplo. Que a saber.

El signo de los tiempos.

Ciento cincuenta años de prisión. Le han caído a Bernie Madoff. Podían haberle caído a otro...

¿A quién?

A cualquiera, a un banquero cualquiera.

Hombre, lo que sucede es que Madoff es un estafador.

Y los banqueros ¿qué son? ¿Filántropos?

No; pero tampoco estafadores.

¿No? ¿Cuál es la diferencia con Madoff?

Lo de Madoff era un esquema Ponzi.

Como todos los bancos, como el banco central, como el sistema monetario mismo; todo esquema Ponzi. El capitalismo financiero es esquema Ponzi, una estafa.

Pero eso es una metáfora y en el caso de Madoff era the real thing.

Como en los bancos. Lo que sucede es que, cuando el pastel se descubre, los Madoff van al trullo y los banqueros, a un fondo de rescate y/o reestructuración.

O sea que, según tú, en lugar de ir a la cárcel Madoff debiera ir...

A dónde ya estuvo una vez y como presidente: al Nasdaq. Es el hombre que precisa la bolsa.

¿Y las víctimas?

Daños colaterales.

(La imagen es una foto de Shiny Things, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 29 de juny del 2009

El derecho de injerencia en Honduras.

El Congreso de Honduras ha nombrado por unanimidad presidente interino de la República al señor Roberto Micheletti, aceptando al mismo tiempo una supuesta carta de renuncia del mandatario legítimo, señor Zelaya. A su vez la Corte Suprema respaldó y hasta ordenó la acción del ejército de detener al dicho presidente legítimo bajo la acusación de intentar un referéndum ilegal. Todo ello da idea del complicado y confuso conflicto institucional que se produjo la semana pasada en el país centroamericano. Clarificadas las cosas con una intervención militar fuera de toda proporción y manifiestamente ilegítima, que se configura como un clásico golpe de Estado en contra de la democracia, sólo queda exigir el retorno al país del presidente Zelaya, su restablecimiento en el cargo y el correspondiente castigo de los culpables de haber alterado el funcionamiento de las instituciones democráticas.

Esa debe ser tarea de la comunidad internacional a través de sus organizaciones representativas, ALBA, la OEA y, en último término la ONU, quienes deben exigir el restablecimiento de la normalidad institucional en Honduras en función de un derecho de injerencia que aquella posee ante atropellos tan evidentes a la legalidad democrática. Dicho derecho de injerencia debe materializarse en primer lugar por la vía diplomática. Si no se obtienen resultados satisfactorios de inmediato, convendrá pasar a la aplicación de sanciones y si tampoco éstas fueran eficaces en un plazo razonable, no habrá otro remedio que contemplar la opción de la intervención militar.

Es cierto que este derecho de injerencia, planteado en esta forma de escalada, plantea el sempiterno problema de si se aplicaría frente a países más poderosos que esta pequeña república de siete millones de habitantes y de si la comunidad internacional no estará empleando dos varas de medir. Teniendo este reparo en cuenta, que hace patente la necesidad de poner en marcha algún mecanismo internacional de alcance universal para los casos de ruptura del Estado de derecho, preciso será convertir en realidad en algún momento la convicción general de que hay que erradicar de una vez para siempre el fantasma de las asonadas militares en América Latina, sea cual sea el pretexto que invoquen.

(La imagen es una foto de Presidencia de la República del Ecuador, bajo licencia de Creative Commons).

¿Hasta dónde llega la trama Gürtel?

A medida que van sabiéndose más cosas sobre la trama de presunta corrupción dirigida por el señor Francisco Correa se comprende mejor el desconcierto del PP y sus extrañas reacciones: el asunto parece ser mucho, pero mucho más grave de lo que se presumió en un principio, cuando se pensaba que se trataba de unos cuantos negocios más o menos ilegales que había hecho la trama Gürtel en connivencia con algunos ayuntamientos gobernados por el PP en el rico noroeste de Madrid y, si acaso, con la Generalitat valenciana y la Comunidad Autónoma de Madrid De hecho, sin embargo, ya unas primeras declaraciones del señor Rajoy a poco de destaparse este escándalo, ponían sobre la pista de lo que podía ser un terremoto. Según él, los Gürtel habían operado hasta 2004, cuando él toma el mando de la nave, se entera de que no todo es trigo limpio y ordena que cesen las actividades de la sede central del PP con las empresas del señor Correa, hoy encarcelado. Esta decisión explica por qué los implicados en la trama concentraron entonces sus esfuerzos en la administración local y autonómica, ya que ambas quedaba fuera del alcance de las decisiones depuradoras del aparato del partido. Y en esto empezaron los avatares del señor Camps en Valencia así como algunos diputados autonómicos del PP en Madrid y algunos alcaldes como los de Boadilla del Monte, Pozuelo o Majadahonda.

Pero de las actividades de los Gürtel con el PP central en los años anteriores a 2004, en plena legislatura con mayoría absoluta del partido conservador, no se decía nada. Sin embargo, según la información de hoy de El País, en un reportaje titulado La investigación a Bárcenas revela una red de facturas falsas de una constructora del AVE, las actividades corruptas, el expolio de las arcas públicas, los cohechos, etc pueden tener un alcance mucho mayor de lo que se suponía y afectar al Gobierno de José María Aznar (al cual el señor Correa organizó, según parece, una gran cantidad de actos oficiales) y a la gestión del señor Álvarez Cascos, por entonces ministro de Fomento y responsable último de las obras del AVE a Barcelona y Valencia, sobre las que llovió una pila de millones de euros en forma de concesiones ilegales y actividades fraudulentas de todo tipo. De ello parece haberse beneficiado directamente el señor Correa, pero los gobernantes de entonces no pueden llamarse andana, dado que tienen una responsabilidad política directa de lo que se hizo. En especial el señor Álvarez Cascos con las obras del AVE que parece haber sido un verdadero festín de comisiones millonarias ilegales.

Con razón insiste el señor Álvarez Cascos en que el señor Bárcenas no dimita y luche hasta el final. Es un modo de retrasar que la investigación judicial de la trama Gürtel llegue hasta él y hasta el señor Aznar.

(La imagen es una foto de Cuqui24, bajo licencia de Creative Commons).

Reflexiones vascas.

Publica el señor Otegi un artículo en el diario Gara, titulado Construir una estrategia para el cambio político de muy útil lectura y no menos provechoso comentario. En él se mezclan consideraciones teóricas globales sobre el estado del mundo, con análisis de la situación económica y laboral en Euskadi, una valoración sobre las relaciones de las distintas fuerzas políticas entre sí y una especie de vaticinio o anhelo a corto y medio plazo. Las consideraciones teóricas dejan bastante que desear por su imprecisión y hasta carencia de sentido. Empezando por el título que habla de "construir una estrategia para el cambio político" porque si, a estas alturas, todavía hay que construir una estrategia para ese cambio político que el señor Otegi reclama y consiste en lo esencial en independencia más socialismo, ¿qué ha estado haciendo la llamada izquierda abertzale hasta hoy? En realidad la estrategia está clara, al menos desde el acuerdo de Lizarra: forjar un frente de todas las fuerzas soberanistas/independentistas, sin necesidad de asegurarse el fin del terrorismo y que fuercen una salida negociada al "conflicto" planteado bajo la forma de un proceso de independización de los territorios vascos. Lo que habrá que construir es la táctica para lograrlo porque todas las fórmulas aplicadas hasta la fecha han fracasado y hasta cabría argumentar que un resultado de ese fracaso ha sido, precisamente, el hecho de que el nacionalismo burgués del PNV haya perdido el gobierno de la Comunidad Autónoma Vasca.

El artículo contiene asimismo una evaluación sobre la correlación de fuerzas políticas tanto en Euskadi como en el conjunto de los Estados español y francés que resulta bastante razonable en parte. Parece claro que el PNV ha quedado en una posición incómoda después de las elecciones y no sabe cómo conciliar sus dos almas, la autonomista y la soberanista y también lo parece que la alianza (que él llama contra natura, haciéndose eco del calificativo de un irritado señor Urkullu cuando se anunció el pacto PSOE/PSE-PP) entre los dos partidos constitucionalistas (sic) no cuenta con suficiente apoyo social para llevar a cabo un proyecto integracionista. No cuenta con él... de momento, añado yo. Pero contará si sigue gobernando como hasta la fecha, no se escinde y aprende a capitalizar el cansancio y confuso descontento de un sector importante de la sociedad vasca con la situación en Euskadi.

Entiendo que el autor es muy subjetivo en su valoración tanto de la fuerza electoral de la izquierda abertzale que él representa como de la que no representa, esto es, Aralar, y parece mentira que no se dé cuenta de que la que él representa no tiene perspectivas en tanto no acepte las reglas del juego, como Aralar, y se desvincule explícitamente de la violencia, es decir, se independice a su vez de la tutela ideológica que sobre ella ejerce la organización terrorista.

En realidad, como se ve, el artículo del señor Otegi se va alejando de la realidad a medida que cree estar acercándose a ella, asunto que queda claro cuando uno cae en la cuenta de que la pieza pretende ser un repaso de la situación política y social de Euskadi en el último año pero en él no aparece ni se menciona una sola vez la función que cumple el terrorismo en la sociedad vasca; ni una sola vez aparecen las siglas ETA y eso a menos de una semana de que ésta haya asesinado a un policía. ¿Cómo puede decirse que va a analizarse la situación concreta de una sociedad cuando se omite toda referencia al factor que es único responsable de que la izquierda que el señor Otegi representa no esté presente en las instituciones y el mismo señor Otegi no sea diputado autonómico? De ahí que su alegato final no sea una conclusión que se siga del análisis sino una muestra de lo que los anglosajones llaman wishful thinking, es decir, un mero deseo.

(La imagen es una foto de www.ukberri.net, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 28 de juny del 2009

Honduras: reconsideración.

Ayer sábado colgué una entrada sobre la situación política en Honduras que estaba muy confusa. Sigue estándolo, pero algunas vicisitudes ya permiten un pronunciamiento con más sosiego.

Partía en mi entrada de mi desconfianza hacia el presidente Zelaya. No me gusta que un hombre elegido para la presidencia en un partido con una ideología claramente conservadora, cambie de bando en mitad de su mandato, aunque sea para hacerse de izquierda porque eso equivale a un fraude a los electores. Tampoco me gusta que un presidente en el curso de su mandato pretenda cambiar la Constitución, esto es, las reglas del juego, en beneficio propio. Eso es lo que han hecho casi todos: Correa, Chávez, Morales y Uribe, pero no lo encuentro de recibo y me parece un doble fraude.

Por todo ello decía yo en la entrada del sábado que el golpe de Estado estaba dándolo el propio presidente Zelaya en contra del Parlamento, del Tribunal Supremo y del ejército. Y, de hecho, la situación no estaba clara. Enseguida hubo quien acusó a los Estados Unidos de estar detrás del golpe cuando parece ser que no es cierto. Lo cierto es lo contrario. Por lo demás, el ejército actuaba a las órdenes del Tribunal Supremo.

Pero todo ello no puede ser excusa para romper la legalidad democrática y tomar el poder por la fuerza porque eso es lo que convierte un intento plebiscitario como el que pretendía el señor Zelaya a imitación de sus colegas izquierdistas en un verdadero golpe de Estado con todas sus consecuencias.

Algo que condeno sin paliativos.

Deseo que lo anterior quede claro para evitar confusiones. Por supuesto, creo que la entrada de ayer pecaba de precipitación por lo que pido disculpas por ella y procedo a suprimirla porque me fastidia haber metido el patoncio.

(La imagen es una foto de Presidencia de la República del Ecuador, bajo licencia de Creative Commons).

Los católicos y el aborto.

El señor José Bono dice con mucho tino que la Iglesia católica en España tiene derecho a decir lo que piensa, pero no a imponerlo y ello en relación con la furibunda oposición eclesiástica a la ampliación de los supuestos del aborto en la reforma de la correspondiente ley. Matiza el señor Bono que él distingue entre su voto y su conciencia, lo que no es una expresión muy afortunada porque viene a decir que puede no votar en conciencia, pero se entiende que debe de querer explicar que el asunto del aborto pertenece a su fuero íntimo y los obispos no tienen nada que decir en él porque le corresponde "vivir su fe" a su manera.

Por otro lado, sin embargo, el secretario general de la Conferencia Episcopal Española, el atildado petimetre Monseñor Martínez Camino, habla de excomunión automática para quienes aborten y, supongo, todos aquellos que los encubran o amparen. Y no sé yo si el señor Bono o cualquier otro puede "vivir su fe" en el catolicismo estando incursos en causa de excomunión.

En verdad, el catolicismo tiene un problema con el aborto que hasta ahora se ha venido resolviendo mal que bien haciendo la vista gorda: a pesar de las severas y apocalípticas condenas de la Santa Sede los católicos controlan su natalidad y, cuando les es preciso, abortan. Son sepulcros blanqueados; pero no por culpa suya sino por la incompetencia y la intolerancia de su jerarquía.

(La imagen es una foto de Chesi - Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons).

El peso de la corrupción.

Los resultados de las recientes elecciones europeas llevaron a muchos analistas a concluir que los casos de corrupción en las filas del PP no hacían mella en su electorado. Algunos, incluso, sostenían que es al revés: la corrupción da votos a la derecha. Pero ésta es una conclusión atolondrada y superficial. Pasa por alto que las elecciones europeas son sui generis por muchas y conocidas razones; también se supone que castigan al partido en el Gobierno, en especial en condiciones económicas y laborales tan desastrosas como las actuales. Pasa también por alto que las corruptelas del PP se encuentran aún en estado indiciario, que hay algunas imputaciones, pero ninguna condena y que el partido ha esgrimido a fondo su legítima baza de la presunción de inocencia. Pasa por alto que, con unos seis millones y medio de votantes, el PP ha tenido tres millones y medio menos (cantidad similar a la del PSOE) y no hay motivo para pensar que, si no han votado, pueda haber sido a causa de la corrupción. Por último, pasa por alto la posibilidad de que entre los seis millones y medio de votantes haya gente honrada.

Mucho pasar por alto. Tengo tendencia a pensar que, aunque el electorado de la derecha esté más movilizado y se implique más en las fortunas de su partido, la corrupción hace mella en él, como en cualquier otra colectividad y se verá en su momento si se prueba en los tribunales. De hecho, ante la pasividad de la dirección del PP frente a la creciente acunmulación de pruebas en contra del señor Bárcenas, hay un verdadero movimiento de protesta en el interior del partido.

En Valencia, en ese acto conmemorativo de su exaltación a la presidencia del PP, el señor Rajoy, rodeado de personas imputadas formalmente o en proceso de serlo y que cada vez despiertan menos simpatías entre sus propios electores, optó por no mencionar ni de pasada el caso penal que más afecta a su partido, el caso Gürtel. Pero hay ausencias que son agobiantes presencias. El señor Rajoy no lo menciona y, por el contrario, truena que la necesidad de alternativa en España es hoy más urgente que nunca mientras que el imputado señor Camps afirma que el PP ganará La Moncloa en 2012 porque ya ha efectuado su particular "desembarco de Normandía" en las últimas elecciones europeas.

Todo eso son fuegos de artificio, tracas, vana palabrería frente al lento y demoledor trabajar de la justicia de aquí al 2012. Si, como es muy probable, según todos los indicios, la miriada de imputados en corruptelas del PP, son finalmente condenados, si quedan dos años y medio de procesos, comparecencias, declaraciones y sentencias, el PP llegará a las elecciones hecho unos zorros y las perderá.

El hecho de que el señor Bárcenas, que parece ser la clave del arco de toda la trama corrupta del PP, no haya dimitido ya demuestra que da su caso por perdido. El no menos ominoso de que haya reaparecido el señor Álvarez Cascos asesorando al señor Camps que no dimita es otra prueba más de lo mal que están las cosas. Porque el florecimiento y la prosperidad de la trama presuntamente delictiva del señor Correa se dieron en tiempos del gobierno de José María Aznar, siendo ministro de Fomento el señor Álvarez Cascos. A estos les interesa poner la línea de defensa lo más lejos posible de ellos, pero es posible que esa línea los alcance.

(La imagen es una foto de Contando Estrelas, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 27 de juny del 2009

Miscelánea.

El último número de la revista Sistema (nº 210, Madrid, mayo 2009, 143 págs) trae varios artículos de diversa temática y desigual valor.

El primero, de Andoni Eizagirre (Las nuevas iniciativas europeas sobre ciencia y sociedad) es un interesante trabajo sobre el modo en que se articulan las políticas públicas de orientación y fomento de la ciencia y la tecnología en Europa. Las políticas públicas en materia de ciencia dependen en gran medida de la percepción social de la ciencia y del nivel de legitimación social de las políticas científicas (p. 4). El estudio Eurobarometer 55. 2 Europeans, Science and Technology, del 10 de mayo al 15 de junio de 2001, puso en guardia frente a los riesgos del déficit de conocimiento (p. 8) y el de confianza (p. 9). La situación obliga a distinguir dos dimensiones distintas: la técnica y la moral de la ciencia. Actualmente hay nuevas iniciativas; en concreto, tres: a) un mayor control de los expertos; b) la apertura y coordinación de nuevos espacios de investigación, y c) el acercamiento de los temas científicos a los ciudadanos (p. 12). Hay una paradoja en Europa: los ciudadanos esperan que los políticos resuelvan los problemas de la sociedad, pero no confían en las instituciones ni en los políticos. En el White Paper on European Governance, la Comisión europea plantea cuatro cambios generales: 1) fomentar la participación y la apertura;2) mejorar las normativas, las políticas y los resultados; 3) mejorar la gobernanza mundial; 4) detallar una política estratégica global. A su vez, hay cinco principios de buena gobernanza, comunicación activa, participación, responsabilidad, eficacia y coherencia. Estos dan luego origen a seis funciones principales para reconfigurar las relaciones entre la Unión Europea y la sociedad civil: las funciones de los expertos, la obligaciones de las instituciones, etc. Cara al futuro, el autor enumera varias medidas que deben debatirse en relación con políticas científicas: 1) medidas para mejorar las relaciones entre expertos, políticos y ciudadanos; 2) los criterios básicos para cubrir el cargo deben ser numéricos y plurales; 3) el logro de los objetivos requerirá que se aborde una serie de reformas desde la guía de la selección de experto. (p. 20).

Antonio Martínez (Para una crítica de las teorías de los recursos humanos y la reconstrucción de una sociología del hecho económico) hace una lectura crítica del paradigma de la teoría económica dominante en el campo de las teorías sobre el paro en la obra de Gary Becker estructurado en tres momentos: a) presentación y crítica de las teorías del capital humano de Gary Becker; b) presentación de algunas teorías que rivalizan con ellas o las matizan; c) lectura alternativa del hecho económico y laboral a través de la obra de Pierre Bourdieu (p. 24). La teoría de Becker nace de la teoría económica pura del equilibrio general (p. 27) con tres asunciones: 1) que haya un sistema de precios que asegure el equilibrio entre oferta y demanda en todos los mercados; 2) que se realice espontáneamente; y 3º) que sea estable (p. 28). La teoría de los "recursos humanos", de Gary Becker se incardina aquí en el campo de las teorías de la oferta (p. 29). Maurice Allais hace una crítica al paradigma del pensamiento neoliberal en economía que considera demasiado centrado en la búsqueda de un rigor formal, apriorísitico (p. 33). Blaug y Piore también son críticos y, desde el punto de vista marxista, Bowley y Gintis. (p. 35). La propuesta alternativa de P. Bourdieu la extrae el autor de tres fuentes: El oficio de sociólogo, el artículo Avenir de classe et causalité du probable y las Estructuras sociales de la Economía. En definitiva, para Bourdieu las predisposiciones universales para el comportamiento económico racional no son más que una forma de etnocentrismo, basada en una simplificación de los espacios e historia (p. 37). Bourdieu tiene un sistema sustitutivo de conceptos: campo económico por mercado; hábitus por cálculo racional, illusio por inversión económica (pp. 40/41), capital cultural frente al capital humano, estructuración de varios tipos de capital frente al simplificador concepto de que siempre sea capital económico (p. 42). El artículo es contundente, a mi ver, en las críticas al paradigma de la teoría clásica pero no lo es tanto, ni muy convincente, en la capacidad del modelo alternativo Bourdieuno para elaborar un modelo alternativo.

Gustavo Pereira (Auntonomía, intersubjetividad y consumo). El concepto de autonomía es clave en la Filosofía moral contemporánea (p. 53). Indaga la prolongación de la autonomía en autorreflexión en la obra de Harvey Frankfurt, Gerald Dworkin y Charles Taylor. Sitúa la autonomía en los requerimientos de la racionalidad práctica. Habermas dice que hay tres tipos de comportamiento racional y según las exigencias de la situación, darán respuesta en términos programáticos, éticos o morales (p. 57). La posibilidad de constitución del sujeto autónomo radica en lo que el autor llama la "fricción moral", esto es, la capacidad de experimentar circunstancias éticamente problemáticas como una disonancia al interés del conjunto de creencias del sujeto y que permite activar la lógica autorreflexiva (p. 59). Se trata de la introducción de la alteridad, el otro como alguien que tiene valor en sí y puede tener razón en un debate, lo que pone de relieve mi propio falibilismo. (p. 60) El paso siguiente es el concepto de colonización del mundo de la vida y, luego, del consumismo.

Manuel Martínez Nicolás y María Luisa Humanes, (La gestión informativa del debate sobre la guerra ) . Se trata de averiguar cómo intervienen los medios de comunicación en la construcción de una crisis internacional que puede resolverse por vía de guerra o diplomática (p. 72). La crisis del Irak comenzó a fraguarse el 11 de septiembre de 2001. Los argumentos centrales para justificar el ataque al Irak fueron la supuesta connivencia de Sadan Husein con Al Qaeda y la existencia de armas de destrucción masiva (adm) en el Irak (p. 76). Los autores han escogido ocho diarios de referencia en varios países europeos y en los EEUU y son: Washington Post y New York Times en los Estados Unidos, The Times y The Guardian en Gran Bretaña, Le Figaro y Le Monde en Francia y Frankfurter Allgemeine Zeitung en Süddeutsche Zeitung en Alemania. Uno más o menos conservador y el otro más o menos progresista. Se analizan los textos informativos y y los artículos firmados de opinión y se excluyen los editoriales (p. 77) Se demuestra que del Irak empezó a hablarse en la prensa en serio en agosto de 2002 (p. 81). Fue entonces cuando el Gobierno de los EEUU decidió promover una crisis internacional a cuenta de las adm y se publicó el documento sobre la Seguridad Nacional de los Estados Unidos, en donde se repiten los conceptos de "Estado canalla" y de guerra preventiva (p. 83). En el tratamiento de las adm en la prensa no se manifiestan dudas. Es la época en que Paul Kagan compara a los EEUU como el dios Marte y a la vieja Europa con Venus queriendo hacer una gracia e ignorando que precisamente Marte y Venus tuvieron una hija que se llamó, precisamente, Armonía. El auge del tratamiento mediático del conflicto viene determinado por la ofensiva discursiva del gobierno.

Antonio García Santesmases (La actualidad política del pensamiento de Pedro Laín Entralgo) es una pieza en la que se reivindica la figura de Pedro Laín Entralgo y, con él, la de los "exiliados del interior", entre otros, Tovar y Ridruejo. Es un punto de vista muy empatético. El autor se queja de que hay juicios muy negativos sobre estos autores, especialmente Laín. Es posible, aunque no sé si relevante. El propio autor da la impresión de olvidarse del título de su artículo en el que se habla del pensamiento de Padro Laín, pero no se prueba, a mi entender, que ese pensamiento sea "actual". La preocupación de Laín con el ser de España no es actual ni no actual sino que es eterno, el hobby de los españoles y su idea de la memoria es por completo insuficiente para relacionarla con la política de la memoria del Gobierno y el debate hoy en España.

divendres, 26 de juny del 2009

Eso de la jurisdicción universal.

El Congreso acaba de aprobar una enmienda a la vigente Ley Orgánica del Poder Judicial que limita drásticamente la jurisdicción de la justicia española en el extranjero a los casos en que estén implicados ciudadanos españoles. Se acabó perseguir presuntos delitos de genocidio a lo larcho y ancho del planeta, proteger los derechos humanos en otras latitudes y hacer la vida imposible a los torturadores y asesinos allí en donde se encuentren. Frente a esta decisión parlamentaria lo sencillo es poner el grito en el cielo, protestar de que los derechos humanos queden abadonados en muchos puntos del mundo al capricho de cualquier sátrapa o tirano y lamentarse de que la reforma sea un paso atrás en el progreso de la conciencia jurídica de nuestro tiempo. Una vez más, para nuestra vergüenza, se ha impuesto la sórdida razón de Estado frente al bello proyecto de una justicia universal.

Lo sencillo y lo tópico. Porque el asunto es más complicado de lo que parece. Desde luego, el ideal de una jurisdicción universal es irrenunciable. Pero es un ideal, no una realidad. La realidad es que el derecho sigue atado al principio de territorialidad, lo que quiere decir, crudamente, que las normas jurídicas valen lo que vale la fuerza que lleven detrás capaz de imponerlas. Si no hay tal fuerza coactiva, no hay normas jurídicas, ni jurisdicción, ni nada. Habrá moral, si se quiere, pero no derecho porque el derecho se apoya en la fuerza. Por supuesto que España ha firmado tratados, acuerdos y convenciones internacionales comprometiéndose al principio de jurisdicción universal y que está obligada a tratarlos como derecho positivo. Pero que los trate como tal no quiere decir que lo sean. Porque el derecho positivo se llama así porque se aplica en la realidad a la fuerza.

Sólo existe una posibilidad de que se dé una jurisdicción universal: que haya un Gobierno universal. A su vez, esta idea del Gobierno universal se puede entender de dos modos al menos desde el Proyecto de paz perpetua de Kant: el primero como un Gobierno mundial único; el segundo como una confederación de gobiernos nacionales que acordaran un régimen común. El primer caso, obviamente, excluye el hecho de que un único gobierno nacional, por razón de su poderío, se erija en Gobierno mundial de hecho, en una especie de sheriff del condado. El Gobierno mundial único habría de ser una estructura cosmopolita, no nacional, esto es, de momento al menos, una quimera. Hasta Kant lo vio así y por eso se apuntó a su "programa mínimo": la confederación de repúblicas nacionales. Éstas tendrían que establecer el gobierno mundial por una especie de acuerdo o pacto entre ellas. Lo cual significa, a los efectos de nuestra jurisdicción universal, que ésta podría darse si todos los gobiernos confederados aceptaran someterse a ella voluntariamente. Pero no es el caso. Bien se ve en el proyecto de una Corte Internacional de Justicia Penal que no todo el mundo admite. Por ejemplo, no la aceptan los Estados Unidos y la República Popular China, entre otros Estados. Al no darse esta aceptación, la hipotética jurisdicción universal de los tribunales de un tercer país (España en este caso) es inexistente porque sólo podría realizarse si pudieran obligar a la China o los Estados Unidos al cumplimiento de sus decisiones incluso en contra de ciudadanos suyos, seguramente juzgados en España "en rebeldía". Y no es probable que, en el futuro previsible los tribunales españoles puedan imponer sus sentencias en los Estados Unidos o llevar a la cárcel a los dirigentes chinos responsables de la represión en el Tibet.

Se dirá que esto no obsta y que la objeción realista no es un argumento en contra de la jurisdicción universal sino en contra de quienes no permiten que se aplique. Y es cierto. Pero no hay nada que hacer. Sin fuerza de obligar, las decisiones de los tribunales no son actos jurídicos sino morales. Todo lo resplandecientes que se quiera, pero ineficaces salvo, claro es, en el terreno de los principios y los respetos humanos. Lo que sucede es que ese capítulo de las condenas mundiales a responsables concretos de delitos especialmente odiosos, ya lo teníamos cubierto hace muchos años con ejemplos como el Tribunal Russell, que condenó repetidamente a los Estados Unidos por su política de agresión y guerra en el Vietnam pero sin que ninguna sentencia llegara a ejecutarse. Ni siquiera la hubo. Lo que se pretende aquí es evitar esta vía porque, al ser dichos "tribunales" órganos políticos son fácilmente atacables por vía política. Por eso se prefieren los tribunales ordinarios ya que aportan el marchamo de la imparcialidad. Pero eso se paga al precio de la coactividad garantizada de sus decisiones y, si ésta no se da, es mejor volver a la fórmula anterior.

Sin embargo, la insistencia en que la jurisdicción universal la ejerciten los tribunales ordinarios de justicia también trata de mantener la ilusión de que existe un ordenamiento jurídico mundial en el que las sentencias de esos tribunales, en ciertos casos, tienen fuerza de obligar allende las fronteras de los Estados en los que se formulan. Pero eso es justamente lo que no se da ni lleva visos de darse en un futuro inmediato. Dichas decisiones tienen un indudable valor moral, como se puso de manifiesto cuando el juez Garzón reclamó al ex-dictador Augusto Pinochet, por entonces de viaje en Gran Bretaña, pero no cabe imponerlas coactivamente y, además, pueden ser objeto de conflictos sin cuento. Imagínese qué pasaría si un ciudadano estadounidense o chino, condenado en rebeldía por genocida por un tribunal español, pasa unas vacaciones en un tercer país que sí reconoce la tal jurisdicción universal y decide extraditarlo para que cumpla su sentencia en España. En el límite, esta situación podría dar lugar a un casus belli que dejaría pocas dudas en el supuesto de un enfrentamiento entre los Estados Unidos o la China y España respecto al resultado que quepa esperar. Por lo demás, nada daña más a la justicia que el hecho de que sus sentencias no se cumplan.

El Congreso no ha hecho, pues, otra cosa, que evitar situaciones embarazosas en el futuro o insostenibles o, incluso, conflictos de desastrosas consecuencias. Hasta el portillo que ha dejado abierto de autorizar la actuación en el caso de que estén implicados ciudadanos españoles me parece problemático. Cuando el mando militar estadounidense tuvo conocimiento de que un tribunal español pedía la comparecencia de los soldados gringos presuntamenre responsables de la muerte del cámara José Couso, una alta jerarquía comentó cínicamente que "nevará en el infierno antes de que un soldado estadounidense comparezca ante un tribunal penal español". Esto es lamentable y condenable. Pero ¿merece la pena insistir en la jurisdicción universal a instancia de parte -en este caso española- para obtener un fin de resarcimiento moral?

Todo lo cual plantea asimismo el problema de qué sucede cuando un Estado dispone de la fuerza para imponer las decisiones de sus tribunales saltándose el principio de territorialidad, como hicieron, por ejemplo -y no es un caso único- los Estados Unidos en Panamá cuando invadieron el país, detuvieron a su presidente, se lo llevaron a Gringolandia, lo juzgaron, lo condenaron y en la cárcel sigue. Pero esto sería objeto de una segunda -y melancólica- meditación.

Por último menciono otro asunto que podría poner el problema de que aquí se trata en unas dimensiones francamente ridículas sino afrentosas: ¿qué crédito merece el principio de jurisdicción universal invocado por los españoles que, después de setenta años, no han conseguido hacer justicia en un crimen de genocidio continuado que se cometió en España durante cerca de cuarenta años y en el que hay numerosas víctimas (no todas) identificadas así como numerosos victimarios, empezando por el responsable de todos ellos, el general felón, traidor y genocida Francisco Franco? Y ¿qué crédito recordando además, que la imposibilidad de investigar dicho genocidio y hacer justicia en consecuencia, la amparan y sostienen precisamente los tribunales de justicia en España?

(La imagen es una foto de woodleywonderworks, bajo licencia de Creative Commons).

El rey del claroscuro.

La magnífica exposición de Sorolla en El Prado sigue abierta hasta el seis de septiembre y ya no tiene las larguísimas colas de los primeros día, de forma que puede visitarse con relativo sosiego. Y merece la pena porque es la más amplia recopilación de la obra del pintor valenciano que haya visto hasta la fecha ya que incluye desde su obra juvenil a los famosos murales de la Hispanic Society of America en Nueva York, poco antes de su muerte. Los fondos proceden de tres fuentes principalmente, la dicha Society, el propio Prado y el Museo Joaquín Sorolla, que se encuentra en su casa en Madrid, calle General Martínez Campos y es poco conocido y menos frecuentado y eso que tiene muy famosos cuadros del pintor.

Joaquín Sorolla es uno de esos artistas a los que sonríe la vida, que ha triunfado en ella y es hombre reconocido en sociedad, lo que le permite vivir desahogadamente. Lo cual explica la evolución temática de su obra, desde los primeros cuadros de crítica social un poco llorones hasta los espantosos murales por encargo de Mr. Huntington, el fundador de la citada Hispanic Society of America, pasando por los retratos de gente acomodada o los temas que le pemitían lucir su virtuosismo con dos de los elementos de la filosofía eleática: la luz (trasunto del fuego) y el agua y que tan bien se colocaban ya entonces en el mercado. Los murales, en cambio, como obra de encargo, de mecenas, responden a un programa iconográfico fijado desde fuera y que el artista ejecuta tratando de satisfacer al cliente lo que hace que, aun siendo de gran factura, con técnica depurada y mucho acierto, resulten lejanos, fríos y acartonados, casi como si viéramos postales gigantescas de una colección de los nobles pueblos y no menos nobles tierras de España. Por cierto, reflexión a tono con los tiempos, puesto a imaginar una presentación de España al pintor se le acabó ocurriendo que la mejor imagen de la España unitaria era la suma de las Españas locales. Aquí encontramos Cataluña, Valencia, Castilla, Guipúzcoa, Andalucía, Navarra, Galicia y Extremadura. Pero no hay un mural que se llame "España" con lo que nos hemos quedado con las ganas de saber cómo lo hubiera visualizado el artista.

Precisamente fue uno de temática social (¡Triste herencia!) el que, al hacerle ganar el Grand Prix de la exposición de París, ya lo consagró como pintor de fama internacional. Ello desembocó, por ultimo, como se sabe, en su reconocimiento en el mercado estadounidense de forma que cabe decir que Sorolla es el único español de su generación a quien la guerra de 1898 benefició objetivamente, así que su carácter era muy distinto al de pesimista de la generación del 98.

El mejor Sorolla para mi gusto es el intermedio entre los temas sociales y los murales, su periodo más rico, creativo e imaginativo. Hay algunos temas soberbios. Me fascinan los cuadros de bueyes entrando o saliendo de la mar para fondear o desfondear barcos de pesca. Es un asunto que no he visto tratado en otros pintores y, sin embargo, está lleno de intensidad evocadora, al contrastar dos fuerzas casi telúricas que rara vez entran en contacto: la del poderoso mar y los pesados bueyes, muchas veces pintados, sí, pero en su elemento más habitual, en la tierra.

La pintura de Sorolla es una forma de impresionismo, adaptado a la idiosincrasia de su público y del mismo artista. Muchas escenas populares, figuras humanas, desnudos de críos en la mar, un mundo vivo de destellos, de luces refulgentes, de brillos. El propio artista reconocía la indudable influencia de Velázquez a quien admiraba y llegaba a imitar, como en el famoso retrato de María Guerrero o el desnudo de la mujer en la playa. Pero donde alcanza el cénit es en aquellos trabajos en que es él mismo, el hombre del claroscuro. Un último detalle con acento de nostalgia: la obra de Sorolla es una mirada personalísima, creadora, genial, a un mundo que ya no existe porque muchas, casi todas las actividades humanas que el artista representa (remiendos de velamen, fondeo de barcas, pesca, recolecciones, etc) las realizan hoy máquinas. Si toda la pintura, a fuer de arte, testimonia del tiempo en que se hizo, en el caso de Sorolla ese testimonio toma carácter de documenta; un documental con una factura personalísima.

Los retratos de Sorolla (incluida la serie de autorretratos) son un mundo también distinto en el conjunto de su obra. Los hay por encargo, ajenos a la familia, y de la familia. Dentro de estos últimos, llaman la atención los retratos de su mujer, Clotilde, de quien decía estar muy enamorado y que, por lo que se ve en sus efigies (y Sorolla la pintó de todas las maneras) era una mujer de carácter fuerte, muy fuerte. De hecho, el pintor vivía en buena parte dominado por la señora, que se vestía y vestía a sus hijos a la moda fin de siglo, últimos coletazos de la época victoriana con una estética femenina marcada por la Reina María Cristina.

El curioso visitante podrá admirar y readmirar los cuadros más famosos del pintor, desde el célebre ¡Y aun dicen que el pescado es caro! hasta los retratos de la familia en Zarauz, a donde iban a veranear desde que Sorolla se había hecho famoso. Y también contemplar a algunos de los intelectuales más importantes de la época, desde don José Echegaray a Benito Pérez Galdós, pasando por Aureliano Beruete, Raimundo Madrazo o Ramón y Cajal.

En resumen, un valenciano de su tiempo y de todos los tiempos.

dijous, 25 de juny del 2009

A los pies del Supremo.

El señor Bárcenas se encuentra a los pies del Tribunal Supremo, que no es como estar a los pies de los caballos pero tampoco prosternado ante los del Altísimo. Una cosa media. Se le presumen un delito fiscal y uno de cohecho. Dice la señora Aguirre que no ve cómo pueda imputarse al señor Bárcenas cohecho alguno cuando no es funcionario. Pero es que no sólo pueden cometerlo los funcionarios sino cualquier "autoridad", dice el Código Penal, o sea un cargo público, sea o no funcionario.

Lo que aquí se discute ya no es si el señor Bárcenas es o no inocente, sino si se le procesa o no, que no es exactamente lo mismo, aunque debiera. Si alguno de los delitos (o todos) hubieran prescrito, aquí no habría delito que castigar, lo que es un ejemplo claro de disonancia entre culpabilidad y procesamiento.

La situación del señor Rajoy en este momento es lo más parecido que veo a las penas de San Lorenzo en la parrilla. Lo van a asar a fuego lento o cocer en la vitrocerámica que ha comprado mamá. Y lo verdaderamente impactante, entiendo, es el hecho de que no sea el propio señor Bárcenas quien cause baja voluntaria en su trabajo para defenderse. Eso debe de querer decir que se da por vencido, en una mala situación procesal. Y sea cual sea esa, la política es peor. Y la cuestión parece ser que tanto el caso Bárcenas como el Camps en el Tribunal Superior de Justicia de Valencia se tomarán su tiempo. Un cálculo elemental aconseja que ambos imputados dimitan a efectos de que el procesamiento no esté presente en todas sus apariciones públicas. Algo fácil de entender. Pero no sé si el señor Camps y el señor Bárcenas tomarán en cuenta este criterio estratégico o sólo piensan en salvar sus personales pellejos. En fin, como están las cosas, deseo a ambos procesados, cómo no, la absolución con todos los pronunciamientos favorables pero también eficacia, exactitud y, sobre todo, rapidez en la substanciación de los hechos para salir de la incertidumbre de si la Comunidad Autónoma de Valencia y los tesoros del PP han estado en manos de dos personas honorables o dos delincuentes.

(La imagen es una foto de calafellvalo, bajo licencia de Creative Commons).

La buena vida

"¿A qué se va al cine?" preguntaba retóricamente mi abuela cuando acababa de disponer que todos los nietos íbamos a ver una película y ante mi insistencia de adolescente lleno de preocupaciones sociales de que fuéramos a ver El general della Rovere. "Al cine se va a pasar un buen rato, a divertirse, que para ver desgracias y sufrimientos ya está la vida." Y no sabía nada de El general della Rovere. Sólo que la había propuesto yo. Luego era un peli de sufrimiento. Y para sufrir ya está la vida. Y no le faltaba cierta razón.

El director de esta película, Remy Bezançon, a pesar de su juventud, es un poco como mi abuela. Hace una película amable, una comedia ligera y divertida que habla a favor de la institución familiar más que una prédica del Padre Peyton, aquel de "la familia que reza unida, permanece unida", que es al "pueblo unido, jamás será vencido" lo mismo que la Última Cena al Guernica de Picasso. O al revés.

Porque el protagonista de esta historia es ese ente magmático que se llama la "familia". Hasta tres generaciones, abuelo, padre, hijo vemos en escena e incluso se invoca una cuarta, los nietos que aún no han llegado pero cuya llegada anunciada cierra el ciclo de la película que por semejanza con el Roman fleuve y las movie roads podríamos llamar movie river.

En fin, una historia sentimental, a veces un poco tópica sobre algunos momentos decisivos por distintos motivos a lo largo de la historia de la familia. Los días en que los hermanos se emancipan, el que la hermana folla por primera vez o el día en que la madre está a punto de engañar al padre con otro hombre, pero no lo hace. La narración está muy bien y el director trabaja estupendamente, con mucho oficio, a pesar de ser ésta, creo, su tercera peli. Claro que sabe mucho de cine porque ha visto mucho. Se nota: en dos largos homenajes que se rinden a Los siete magníficos y Apocalypse Now. Todo ese oficio saca el mejor partido posible a unas tramas convencionales: el ruido y la furia de las crisis de los adolescentes (sus enfrentamientos, sus radicalismos y rupturas), la llamada crisis de la mediana edad en el caso de la madre.

La propaganda familiar se echa de ver en que, aunque las historias concretas que narra lo son de enfrentamientos, conflictos, incomprensiones, la institución en sí misma y en conjunto,es beneficiosa para el ser humano. Incluso llega a decirse en algún momento. Las ventajas de la familia. Cada uno de los personajes tiene una historia que es el primer día de la vida que lo espera después de un momento decisivo en ella: el primero en que se va de su casa, el primero en que se acuesta con un hombre, el primero en que estuvo a punto de engañar a su marido. Excepto en el caso de éste, del marido, cuya historia es el primer día después de enterarse de una noticia según la cual ya no le quedan muchos. Porque él es el espíritu de la familia, el Pater familias, en cierto modo el que la mantiene unida porque es el punto de referencia de sus hijos igual que su mujer tiende a ser más punto de referencia de su hija. Por cierto, algo de lejano eco machista veo en el hecho de que el primer día de la vida posterior en el caso de las mujeres gire en torno a sus sentimientos sobre un hombre mientras que los de estos tienen más que ver consigo mismos. Excepto, quizá, el caso del padre, que simboliza la unidad de conjunto. De hecho mueren dos hombres en la historia, el padre y el hijo y ambas muertes son de importancia aunque de lejos lo sea más la del hijo. La prueba es que es el fin de la peli y va acompañada del ritual de despedida con las cenizas arrojadas al mar y conectada misteriosamente a una proyección de futuro con el anuncio de que la hija está embarazada, que es la última escena.

Es decir, una película ligera que exalta los valores de la familia, pero escarba también en su significado más profundo para que veamos que las historias de familia son agregados de historias de cada uno. Y son los padres (padre y madre) los que tienen una visión más de conjunto, que tampoco quiere decir que haya de ser lo mejor. Pero matiza la posible calificación de la peli como "género: La familia Trapp". Hubiera encantado a mi abuela. Y en todo caso, caramba, es un descanso ver cine europeo; un descanso del cine gringo, claro.

dimecres, 24 de juny del 2009

Puttanopoli.

¿Quieren tener una idea clara, resumida, certera, ágilmente presentada, justa, crítica y completa de lo que está pasando en Italia con ese indescriptible presunto putañero que preside el Consejo de Ministros, amigo del señor Aznar? Vean y escuchen el vídeo grabado por el periodista Marco Travaglio y colgado en Youtube. Está en italiano pero se le entiende tutto.

Encuentro especialmente revelador que Travaglio denuncie la situación en cuanto al derecho a la información en Italia: sólo algunos periódicos informan de lo que está pasando con il Cavaliere y de las televisiones, ni una. Las de propiedad de Berlusconi no mencionan el asunto y las públicas tampoco. Queda un pequeño canal independiente y poco más. En el aspecto informativo, como denuncia Travaglio, los italianos están al nivel de los iraníes o los rusos, esto es, sometidos a la desinformación sistemática y a la censura.

Va siendo hora de que la Unión Europea se dé por enterada del comportamiento autoritario, antidemocrático y censor de este majadero, con sus chanzas y sus bromas de sobremesa de machos. Y si no la UE, el Consejo de Europa, que tan celoso se muestra siempre de las cuestiones relativas al Estado de derecho. Desde luego que la libertad de expresión y la libertad de prensa están muy relacionadas con aquel, y en Italia brillan por su ausencia.

Tampoco estaría nada mal que las primeras damas de los EEUU, Gran Bretaña, Francia, etc que están a punto de asistir a la reunión del G8 en Aquila, Italia, con el mismo Berlusconi de anfitrión, se negaran a hacerlo en protesta por el grosero machismo del Cavaliere y en respuesta a la petición que ha lanzado un grupo de mujeres académicas a este respecto. La petición, con todos mis respetos, me parece corta y contaminada de cierto machismo. ¿Por qué dirigir el llamamiento a las "primeras damas" solamente? Igualmente está previsto que acuda Frau Angela Merkel a la cumbre del G8 y Frau Merkel es también una mujer a la que habrá que suponer cierta sensibilidad frente a las chocarrerías de este impresentable. También ella debiera boicotear el G8 en tanto, al menos, il signore Berlusconi no aclare sus andanzas con menores, veline, aspirantes a actriz y putas; aclaraciones que ya está pidiéndole todo el mundo en Italia, incluida la muy tolerante Iglesia católica... tolerante con las demasías de los ricos, por supuesto.

Grazie, Natalino.

Los principios marxistas del PSOE.

Créame Vuesa Merced cuando le digo que día a día veo crecer en la capital del Reino más signos de que el país camina hacia el fin del mundo. Antaño teníase por costumbre proclamar una demanda y a ella se atener toda la vida, en lucha permanente con el enemigo y jocunda alianza con el amigo y el dios de ambos a cuya sombra cometimos los más terribles crímenes. Hoy ya nadie da un ardite por una causa. Todo está en venta, que ya es lamentable situación como en aquellos tiempos de lenocinio y vituperio eternos, pero es aun peor si peor cabe ya que, sobre andar todo en venta, no hay compradores. Así no es extraño ver que haya gente dispuesta a venderse gratis, lo que es un contrasentido, según nos enseña Aristóteles con el principio de la no contradicción, pero ayuda a capear la crisis.

Mas héteme aquí, Señor, que es el mismo Gobierno de Su Majestad Católica el que se pliega a los tiempos que corren sin más cálculo ni reflexión que lo que ello le acarree de bueno. Coaligóse el Gobierno con los dos diputados del partido de Los últimos de Filipinas quienes, a cambio de sus dos votos, pidieron y obtuvieron que el Rey nuestro señor aumentara las rentas, alcabalas y otras socaliñas con que grava al estamento nobiliar pues ya sabe Vuesa Merced que esos últimos de Filipinas están infectos del miasma albigense y defienden la satánica idea de la propiedad común de todo. Según narran testigos presenciales, el menestral del PSOE aceptó la encomienda en campo descubierto y comprometió sus colores a que se aplicaría el principio dizque evangélico de que paguen más quienes más tienen porque era un principio del PSOE.

¿Querréis creer, no obstante, Señor, que no habrían pasado dos horas de San Benito, por cuanto el solemne pacto se selló en la tercia cuando para las vísperas estaba ya roto? Un río de azufre corrió de pronto por el atrio del templo y una estatua de doña Veneranda Risueña que el pueblo tenía por milagrera habló por fin preguntando si la gallina estaba clueca. Estigmatizado con el signo de la Bestia, el PSOE acudió sumiso al regazo siempre eclesial del catalanismo moderat y se ganó, parece, el apoyo de estos burgueses engreídos a cambio de olvidarse del compromiso de incrementar las gabelas a los ricos; de olvidarse de todo, que pareciera que el gran valido leonés, que tiene ganado el oído del Rey, no sólo hubiera bebido sino que se hubiera bañado en las aguas del Leteo. Tampoco ello es tan grave. Cuando lo tuve cerca de mí le pregunté por qué había cambiado de principios y me dijo que los suyos eran como los de Groucho Marx: muchos y variados.

Racismo, democracia y terrorismo.

El número 125 de la Revista Española de Investigaciones Sociológicas (Madrid, CIS, enero-marzo de 2009, 206 págs.) trae unos trabajos de investigación empírica de bastante interés tanto por su metodología como por los temas que abordan y son de indudable importancia y actualidad.

Mª Ángeles Cea D'Ancona (La compleja detección del racismo y la xenofobia a través de encuesta. Un paso adelante en su medición) se encara con el conocido problema de cómo detectar las pautas de racismo y xenofobia, difíciles de medir en encuestas tradicionales dado el fuerte rechazo que suscitan y el poco deseo de los entrevistados de aparecer configurados como racistas o xenófobos. Para ver en dónde reside el problema la autora emplea técnicas analíticas multivariantes en muestras de análisis y validación para evaluar la efectividad de los indicadores tradicionales en las encuestas del CIS, que se comparan con otros "nuevos", aplicados en la Encuesta Social Europea de 2202 - 2003, que muestran mayor efectividad en la medición de algo muy importante como el rechazo a la inmigración. El racismo tradicional ha dejado paso al racismo cultural y al simbólico, aquel en el que el rechazo a la inmigración se justifica por sus efectos negativos para la identidad nacional allí en donde hay resentimiento por lo que se juzga como trato de favor al inmigrante (p. 19). De sus análisis extrae la autora cinco conclusiones principales: 1ª) la radiografía de las actitudes sobre la inmigración varía según los indicadores que se empleen, cómo se formule la pregunta. Cuestión que, por lo demás, es cierta para la medición de cualquier tipo de actitudes. 2ª) Los indicadores relativos a derechos sociales y de ciudadanía siguen influyendo en la gradación de actitudes hacia la inmigración. 3ª) Sería conveniente incidir no ya en la concesión de derechos a los inmigrantes sino en los factores de acción o discriminación positiva (p. 37) 4ª) Hay que optar por indicadores y preguntas que generen una elevada variabilidad en las respuestas sobre ejes discursivos predominantes en el rechazo a la inmigración como: a) temor a la erosión de la identidad nacional; b) miedo a la competencia por recursos escasos; c) relacionar la inmigración con la generación de problemas sociales. En definitiva, hay que innovar la metodología de la encuesta para reducir la incidencia negativa del sesgo de deseabilidad social.

Antonio M. Jaime Castillo (Actitudes cívicas y dimensiones de la ciudadanía democrática en Europa) atiende al curioso problema, muy de moda también, de la llamada "paradoja democrática", consistente en que mientras la democracia se extiende por el mundo entero, en las democracias modernas crece la desilusión con el proceso político democrático. Es lo que otros llaman el problema de los "demócratas desafectos". De lo que se trata aquí es de saber cuál es la concepción de la ciudadanía que tienen los ciudadanos democráticos (p. 49). En un repaso teórico recuerda que Held distingue cuatro teorías normativas de la democracia de las que se desprenden sendas concepciones normativas de la ciudadanía: la democracia clásica, la liberal, la tradición del republicanismo y la democracia directa (p. 50). A su vez Araujo distingue tres ideales normativos en el concepto de ciudadanía moderna: civismo, pluralismo e igualitarismo. En el debate contemporáneo se enfrenta una "democracia liberal" a una "democracia deliberante" que, según Cohen en la estela de Habermas, debe ser libre, razonada, formal, substantivamente igualitaria y cuyo fin sea llegar a un "consenso racionalmente motivado" (p. 51). Dentro de este marco, el autor parte de dos hipótesis con las que juega a lo largo del trabajo: a) la explicación de las concepciones individuales de la ciudadanía ha de buscarse en el sistema de creencias individuales de cada sujeto; b) o bien en la dependencia del sistema político y la percepción que los ciudadanos tienen de él (pp. 52-53). Se consideran las medias de importancia que los ciudadanos europeos atribuyen a los deberes cívicos que mencionan y las mayores diferencias no son entre países sino en la importancia relativa de cada cualidad cívica dentro de un mismo país. Aparecen así dos grupos de valores cívicos, aquellos a los que se atribuye más importancia (formarse una opinión independiente, obedecer las leyes, votar en las elecciones) y los de menos (participar activamente en política, ser activo en organizaciones voluntarias) (p. 54). Los primeros factores responden al modelo de ciudadanía liberal clásica; los otros a los de ciudadanía participativa (57) y de este modo llega al cuadro de la derecha que le permite clasificar a los ciudadanos en las cuatro opciones que tiene el cuadro entre compromiso normativo y compromiso comunitario. Se cruzan luego estos datos con diversos factores que afectan a la concepción de la ciudadanía como la disyuntiva izquierda-derecha" (p. 63), el sistema político, el comportamiento religioso (p. 64), el nivel educativo (p. 67), la ideología y la confianza generalizada. Del análisis multivariante y los resultados de las determinantes de orientaciones cívicas en Europa (en las dos formas de compromiso normativo y comunitario) hay varias consecuencias: 1ª) la mayor parte de la variabilidad del compromiso cívico (en ambas dimensiones) se debe al efecto de factores individuales. 2ª) Aunque hay diferencias de comportamiento cívico por confesiones religiosas, las más importantes son las que se siguen del agregado nacional. 3ª) El efecto del nivel de religiosidad es relativamente constante a través de las confesiones religiosas y de los países. Pero es. Una pieza importante de investigación que aporta mucho al renovado interés que despiertan los enfoques politológicos sobre el impacto de la confesión religiosa en el proceso político.

Enric Martínez-Herrera (Receptividad y extremismo nacionalista en el País Vasco (1977-2007): una evaluación multivariante) aplica está técnica al análisis de la forma española del terrorismo. La idea del autor es que la mitigación del extremismo nacionalista se explica por una combinación de una reestructuración substancial del Estado y unas políticas represivas de inspiración democrática, esto es, una sabia combinación de políticas receptivas y políticas represivas. En el orden teórico entre las receptivas se cuenta la teoría consocional de A. Lijphart, el federalismo, las cuestiones distributivas y la democratización (p. 87). Recuerda el autor que la organización de ETA es un sistema de círculos concéntricos y su época de mayor mortalidad entre 1978 y 1981 (pp. 90/91). En la política receptiva concede la mayor importancia a la descentralización política y para operacionalizarla desarrolla una medida del porcentaje del gasto público regional sobre el total del gasto público correspondiente al País Vasco, que es un indicador proxy, útil para medir el grado de descentralización del País Vasco en relación con otros (p. 94). Para el estudio de la evolución de la violencia recurre a un análisis empírico multivariante que modeliza las variaciones anuales en los asesinatos de ETA y en el rechazo de los habitantes del País Vasco a la comunidad política española (p. 101). También mide los efectos de las políticas represivas. En opinión del autor el extremismo nacionalista vasco ha disminuido mucho en los últimos 25 años en gran parte debido a la descentralización política (p. 109) y en parte a una mayor eficacia policial (p. 110). En todo caso, yo daría mucha más importancia a la mayor eficacia de la policía. Al fin y al cabo, la descentralización política vasca, que es amplísima, no ha variado sustantivamente en estos 25 años, en parte porque, como pasa con los fueros, proviene de tiempos preconstitucionales y en parte porque, para mal o para bien, todos los gobiernos españoles se han resistido a concluir las transferencias del Estatuto de Gernika. De ahí que haya presiones en favor de la reforma del Estatuto y presiones para dejarlo como está a la espera de la "gran consulta". En cambio, la eficacia policial no ha hecho sino aumentar en los últimos veinticinco años. Junto a la eficacia policial no hay que echar en saco roto el giro en el enfoque judicial del terrorismo que ha coadyuvado sobremanera al declive de éste.