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dimarts, 9 de febrer del 2016

Copiar está feo

En su denodado esfuerzo por hacer imposible el pacto de las izquierdas en España, que tanto dice anhelar, a fin de provocar elecciones nuevas sin que parezca que lo hace, Iglesias acusa a Pedro Sánchez de copiarle el programa electoral. Lo dice con finura, aunque claramente: el conjunto de propuestas socialistas "se parece mucho al programa de Podemos" y remacha luego, por si alguien no se hubiera enterado  que se "alegra" de que Sánchez 'se inspire' en las propuestas de Podemos."

Vaya, que el tal Sánchez es un copiota que se ha apropiado descaradamente de ideas ajenas como si fueran propias.

En política no hay propiedad intelectual ni copyright que valgan. Ahí tienen ustedes a Dolores de Cospedal diciendo que el PP es "el partido de los trabajadores", como si fuera Dolores Ibarruri rediviva y nadie ha dicho esta boca es mía. O a Rajoy afirmando que los "españoles son mucho españoles", como si fuera Forrest Gump.

No, no hay copyright y los partidos se apropian de las ideas y fórmulas de los otros como los comediógrafos de todos los tiempos han entrado a saco en la rebotica de la competencia. Pero, precisamente, cuando uno señala en otro una copia o plagio, uno deberá estar libre de que le devuelvan el tiro cruzado. Y no es el caso, tratándose de Pablo Iglesias y Podemos que:
  • ha copiado hasta el nombre del dirigente del del fundador del socialismo;
  • ha copiado el nombre del partido, Podemos, del Yes, we can de Obama quien, a su vez, lo había copiado del del líder agrícola César Chávez en los ochenta;
  • ha copiado a Zapatero su eslogan o consigna en la campaña de 2008 de "por cada insulto, una sonrisa, una propuesta";
  • ha copiado el color del partido al movimiento feminista;
  • ha copiado los círculos de los círculos bolivarianos;
  • ha copiado el "asaltar los cielos" de la definición de Engels de los Communards de París de 1871;
  • ha copiado el "tic-tac" al Capitán Garfio de Peter Pan;
  • y, ya puesto, ha copiado la etiqueta de socialdemócrata al PSOE al afirmar que, para socialdemócratas de verdad, los de Podemos y, con la etiqueta, le ha copiado el programa entero, para ofertar una socialdemocracia de izquierda;
Si esta vía de ultimátums y labor de zapa contra los pactos de un gobierno de izquierda continúa, veo a Podemos al final votando con el PP en contra de ese gobierno porque no se ha hecho con él.

Y eso también sería una copia: la de la "pinza" de Anguita y el PP en los años 90. Y ya me dirán si para este viaje hacían falta alforjas.

dilluns, 8 de febrer del 2016

Malabarismos

No va a ser fácil la constitución del gobierno. Va a ser muy difícil. Una filigrana. Casi juegos malabares. Pero los partidos, sus dirigentes, tienen que conseguirlo. El país debe cerrar esta etapa de saqueo mafioso y no prolongar cuatro o cinco meses más la agonía de un partido de presuntos forajidos, la patulea valenciana, la balear, los Rato, Blesa, Granados, etc. y los que sin duda engrosarán en próximas fechas la lista de ladrones. Los negociadores tienen una responsabilidad inexcusable de poner punto final a esta era de latrocinio e involución franquista.

Y tienen también la de constituirse en un gobierno que pueda entablar relaciones con el de la Generalitat para tratar de buscar una solución civilizada, democrática y pacífica al desbarajuste que la imbecilidad de la oligarquía nacional española ha provocado.

Son dos retos que no admiten demora.

La semana parece comenzar bien. El PSOE negocia con Ciudadanos, con IU, con Compromís, con el PNV y Coalición Canaria. Solo ha excluido al PP, cosa que me parece correcta pues no hay nada de qué hablar con esa asociacion de presuntos malhechores, y a los partidos independentistas, ERC y DiL, cosa que no me lo parece por cuanto aunque reivindiquen objetivos a los que el PSOE se opone frontalmente, están en su derecho, lo hacen dentro de la legalidad (a diferencia del PP) y debieran recibir el mismo trato que los demás.

Excluido, mejor dicho, autoexcluido, está Podemos quien lanzó un ultimátum bastante inepto e  imposible de recoger y, de ese modo, bloqueó unilateralmente las negociaciones. El PSOE, con mayor sentido de la diplomacia, sin embargo, mantiene abierta la línea del diálogo y serán los otros quienes tendrán que dar algún paso.

De momento siguen encerrados en la triquiñuela de que el PSOE debe elegir entre ellos y C's. Ya no dicen el PP porque resultaría chusco, pero es curiosa la contumacia de esta gente en el error. Es como si creyeran que, a base de reiterarlo, dejara de ser un error para convertirse en un acierto. Como esa afirmación que siguen largando de los cinco millones de votos que nunca fueron tales, igual que los 69 diputados tampoco lo fueron y ahora ya va estando claro que no lo son. Como si el hecho de repetir que han de "hablar con una sola voz" ocultara que no la tienen y que están tan fraccionados como es habitual en los ámbitos de esta izquierda neocomunista, al estilo de IU, de la que muchos de ellos proceden

Un mal asunto, desde luego. Ya a cierta distancia del 20D y los humos del momento, algunas cosas empiezan a estar claras: el bipartidismo no se ha hundido y el PSOE ha aguantado bastante bien una arremetida fuerte en circunstancias adversas. Tan bien que es la pieza de la centralidad política, la única en torno a la cual puede fraguarse una coalición y a la que estos recién llegados pretenden confundir mediante logomaquias de principiantes. En esas condiciones y aunque les humille confesarlo, es Podemos quien tiene que elegir entre seguir en su estrategia de acabar con el PSOE (provocando nuevas elecciones) o pactar con él. Y cada día que pasa, esa elección anuncia peores consecuencias por cuanto, en efecto, el PSOE no se hunde ni se "pasokiza".

Y, por cierto, los sondeos y encuestas, por mucho que las terminales mediáticas de Podemos, como Público o la Sexta, las "interpreten", cada vez pintarán peor para la formación morada. 

Una nuevas elecciones, sin duda, serán un desastre para el país pero, tal como van las cosas, no, precisamente, para los partidos que muestran ánimo de pactar y evitarlas. 

Es elemental.

dissabte, 6 de febrer del 2016

Para poder hay que poder

Comienzan las conversaciones para formar gobierno. La parroquia estará entretenida quizá hasta la Pascua, aunque algunos ya quieren abreviar los plazos. El PP pretende pleno de investidura el 22 de febrero. Quienes pensaban dilatarlo a calendas griegas tienen prisa por convocar nuevas elecciones, a ver si Rajoy consigue más millones de votos y puede gobernar en solitario, la única forma de gobernar que conoce. Ya sabe que no pactará con nadie porque nadie quiere pactar con él. Así que elecciones y a ver qué pasa.

El PSOE ha iniciado conversaciones con C's, de esas de equipos de expertos. Rivera no quiere oír hablar de Podemos y ya anuncia su voto en contra. A la par, pretende incorporar al PP de algún modo al acuerdo con el PSOE. Parecen condiciones duras, pero Rivera es hombre flexible y ambas pueden quedar en nada. La prueba es que ya están negociándolas. No puede descartarse sin más un gobierno PSOE + Podemos + IU, que es el preferido por Palinuro desde tempranas fechas, con la abstención de C's que sería necesaria si los indepes catalanes votaran en contra. Lo único en que C's tiene una actitud rígida es en la unidad de España frente a esos independes. Y ahí cuenta con el acuerdo de PP y PSOE al unísono de clarín patriótico. En ese toque hay un punto decisivo.

La chispa saltó en el encuentro entre Sánchez e Iglesias. Este se había adelantado y servido unas declaraciones de aperitivo, pidiendo a PSOE que "se aclare" entre las dos únicas opciones: gran coalición o gobierno de progreso. Le faltó la tercera: o elecciones. La entrevista sirvió para dejar constancia de un desacuerdo. Iglesias informó de que le había puesto tres condiciones a Sánchez para negociar: 1ª) nada de hablar con C's; 2ª) Iglesias de vicepresidente; 3ª) referéndum catalán. Minutos después comparecía Sánchez a comunicar que no aceptaba el ultimátum y seguiría hablando con todo el mundo, incluido Iglesias, si lo tiene a bien.

Sí, en realidad, las tres condiciones son un ultimátum por la forma. La forma pierde a los mediáticos. Porque no puede serlo en el fondo. El ultimátum es la forma a que se recurre cuando ya se han agotado todas las otras vías de entendimiento. Pero aquí no se han agotado porque ni han empezado. Para que empiecen, lo primero que habrá que hacer será retirar el ultimátum. Buen comienzo.

Lo de ir por todos los mentideros diciendo que el PSOE tiene que elegir entre Málaga y Malagón es hábil porque pone al interlocutor en una posición incómoda. Cuando consigo que aceptes estar en un dilema, puedo ofrecerte, además, una salida a través de eso que los teóricos de negociaciones llaman nudges, esto es, gestos, guiños sutiles, algún codacito para que te decidas. Pero, como estamos en España, los nudges se convierten en porrazos: veto a C's, yo vicepresidente y trágala del referéndum.

La respuesta que cabía esperar sin tener muchas luces es "no". Y "no" ha sido. Los estrategas de Podemos aplican tácticas muy refinadas a base de elaborar siempre relatos con antelación por si cuelan. Se saben la teoría, sin duda. ¿Por qué no pueden conseguir lo que quieren o dicen querer? Justamente por eso, por falta de poder. ¿Cómo es posible si ya Bacon había dicho que "saber es poder"? Pues porque, como matizaba el correoso Hobbes al Duque de Verulam, para que el saber dé poder tiene que tener poder antes. El poder no es el efecto, es la causa y cuando no se tiene por mucho que uno se llame "Podemos", algo tendrá que hacer.

Y así es, Iglesias ofrece negociar con los irredentos indepes catalanes de ERC y DiL para que posibiliten un gobierno "de progreso" en España. Eso es algo que toca el punto decisivo más arriba mencionado. Solo que no es cierto. Él no negocia nada con los independentistas; eso lo hace el líder del grupo parlamentario de En Comú Podem, Domènech, quien, de momento ha velado armas con Iceta, el del PSC, en busca de argumentos, probablemente. Porque los indepes de ERC y CiL tienen la llave del gobierno de progreso. Si votan en contra, no lo habrá. Tendrían que abstenerse y va a costar a Domènech encontrar algún argumento para convencerlos de que no voten en contra, primero porque se sacan la espina de que QWERTY votara contra el gobierno de JxS y los arrojara al patio de los leones cupaires, y segundo porque cuanto menos gobierno haya en España, mejor para el proyecto independentista.

Es decir, como siempre les pasa, Podemos vende la piel del oso antes de cazarlo. Nada claro que pueda conseguir de los indepes catalanes algo que no pueda conseguir también Sánchez, según como se ponga.

En realidad, las tres condiciones son tan absurdas para dichas con tanta facundia que más parecen pretextos para evitar gobierno alguno de coalición e ir a nuevas elecciones. Respecto a C's es ridículo decirle a la gente con quién tiene que hablar pero lo es mucho más con quién no tiene que hacerlo. ¿Nadie en Podemos tiene la capacidad mental para entender que en ningún caso podía Sánchez aceptar esa imposición sin quedar desautorizado ipso facto? ¿Es tan difícil?

La condición de que Podemos le hace el gobierno a Sánchez es consecuencia lógica de la primera. Si Sánchez tolera que otro le diga con quién no puede hablar, lo lógico es que presida un gobierno con ministros que también le ha nombrado otro. Muy astuto.

Por último, el referéndum. Palinuro cree que es una petición razonable y el PSOE debiera revisar su actitud frente a Cataluña, permitiendo la realización de un referéndum como se ha hecho en otras partes sin que se hunda el mundo. Pero eso de momento, con el frente españolista a punto de romperse, según cuenta con gran alarma "El País", parece quimérico.

Supongamos que al final se forma un gobierno de PSOE y C's. La única posibilidad de derribarlo sería si Podemos votara "no" con el PP. A continuación, nuevas elecciones y a contar a los electores que hay nuevos comicios porque Podemos votó con el PP, por aquello del sorpasso para evitar un gobierno, y un gobierno con un discurso centrista. 

dijous, 4 de febrer del 2016

Con estos mimbres, pocos cestos

Al aceptar el encargo de formar gobierno, Sánchez ha desbaratado la táctica del sobresueldos de bloquear la situación hasta que la investidura le cayera como fruta madura. El designado se puso a trabajar de inmediato y las primeras reacciones ya permiten atisbar qué sucederá finalmente con este hipotético gobierno de la izquierda:

Del PP solo cabe esperar un "no" cerrado a Sánchez pues su interés es que haya elecciones nuevas. De los independentistas catalanes otro "no" cerrado en virtud de otra estrategia, consiste en que no haya gobierno en España para que el suyo en Cataluña tenga las manos más libres, estrategia qu veremos en el post siguiente. En IU, encantados con la idea, se sacan la espina de los desprecios de Podemos. Coalición Canaria también se apunta y el PNV ve con buenos ojos un posible acuerdo para apoyar a Sánchez. Hasta los de C's, asustados por unas elecciones nuevas, dan a entender que negociarían una posible abstención.

La reacción más virulenta viene de Podemos y no solo por el rebote de Iglesias, cuyo narcisismo soporta mal que no lo llamen a él y que no sea la "centralidad política", sino porque están atrapados en sus propios problemas, que tratan de presentar como problemas ajenos. Ayer salieron todos en todas las televisiones y radios que controlan afirmando que Sánchez solo tiene tres posibilidades: a) un gobierno de Gran Coalición con el PP; b) un gobierno de progreso con Podemos e IU (y, por supuesto, bajo las condiciones leoninas impuestas por ellos); c) nuevas elecciones. De C's no quieren ni oír hablar.

Enfrentar a tu interlocutor con una dilema (o trilema), si cuela, es una vieja estratagema de toda polémica o combate para llevar al otro a tu territorio. Tan vieja que ya no funciona para lo que se pretende, que es otra cosa.

No es Sánchez ni el PSOE quienes están ante un dilema (o trilema) sino Podemos, entre: a) seguir en la política del sorpasso y tratar de aniquilar al PSOE, como le pide su referente anguitiano y su alma neocomunista, lo cual conduciría a nuevas elecciones; y b) gobierno de coalición en unas condiciones no impuestas por el diktat de Iglesias, sino surgidas de un acuerdo con un PSOE dirigiendo. Hace un par de semanas, la opción a) llevaba las de ganar porque pensaban los morados que unas nuevas elecciones los pondrían, por fin, en la cabeza hegemónica gramsciano-laclauana. Pero, desde que se ha decubierto el pastel de la fragmentación interna de la organización, eso ya no está tan claro y mucho menos si, finalmente , tienen que ir a unas elecciones con el sambenito de haber sido ellos quienes las han provocado. Eso será el fin de la partida.

Porque no es el PSOE el que tiene que elegir. Es Podemos.

dijous, 28 de gener del 2016

El garrapata

La primera línea del famoso libro de Jean François Revel, El conocimiento inútil, publicado en 1988 reza: La mentira es la primera fuerza que dirige el mundo. Una verdad como un castillo que, en el caso del Sobresueldos se convierte en una montaña. La mentira rige la vida de Rajoy las veinticuatro horas del día. Vive mintiendo. Vive para mentir. No hace otra cosa que mentir. Ganó las elecciones de 2011 mintiendo como un bellaco y mintiendo ha seguido hasta el día de hoy. Es tan obvio y evidente y hasta tal punto del conocimiento general que nadie da crédito jamás a lo que dice y por eso su calificación es la más baja de todos los presidentes democráticos.

Un mentiroso compulsivo que miente incluso cuando no sería necesario, que es bien pocas veces, quizá cuando le pregunten por el tiempo. De este modo, las entrevistas que se le hacen -y en las que ahora se prodiga, tras haber pasado cuatro años sin darlas, sin contestar a las preguntas de los periodistas e, incluso, sin dejar que las hicieran- no son otra cosa que retahílas de mentiras, de mentiras desvergonzadas, mentiras patentes. Miente. La gente sabe que miente. El sabe que la gente sabe que miente. Pero le da igual. Lo suyo es mentir y mentir a ver si consigue continuar al frente del gobierno para seguir destruyendo y esquilmando el país al frente de un partido que no es otra cosa que una banda de ladrones. Para seguir empobreciendo a la gente, desahuciándola, dejándola sin trabajo, sin ingresos, sin pensiones, en beneficio del 1% de la población, en pro del que gobierna.

La entrevista de la TV de ayer, una pura antología de la mentira: el PP no está imputado (dice), cuando sí lo está; todas las empresas borran los discos duros de los ordenadores (dice), cuando es mentira y muy probable que ni siquiera sepa qué quiera decir "disco duro"; Barberá y Camps están "limpios" (dice) cuando están de lodo de corrupción hasta las cejas; no sabe nada de Rato (dice) y era su amigo del alma y lo puso él en Caja Madrid.

Podríamos seguir. No merece la pena. Un tipo indigno y despreciable que, viéndose ya en la puerta de la calle, se arrastra implorando una investidura que ni el país puede permitirse ni los españoles tolerar. Después de cuatro años de autoritarismo, chulería, trágala e imposición de leyes retrógradas como la Ley Mordaza, la reforma laboral o la LOMCE que hace una semana no estaba dispuesto tocar, ahora ofrece modificarlas en lo que sea a cambio de pacto. Está dispuesto a ofrecer un riñón para seguir desgobernando España y no ser el único presidente que no ha repetido mandato.

Y está también dispuesto a instrumentalizar las instituciones al servicio de sus indignos fines, bloqueando el sistema democrático, como ha hecho siempre que le ha convenido, como tuvo bloqueado el Tribunal Constitucional durante años, como retrasó la aprobación del presupuesto de 2012 para no perder las elecciones de Andalucía. Un caradura que de todo se aprovecha para mantenerse en el poder como las garrapatas se aferran a los perros.

Hay que decir que le ayuda mucho una parte de los socialistas. Imbuidos estos de un falso sentido de Estado, sostienen que, debiendo haber un gobierno en España, el PSOE ha de posibilitar a la banda de mangantes seguir con sus latrocinios. Ese grupo de viejos dirigentes, todos correosos reaccionarios, solo miran por sus intereses personales e ignoran -o simulan ignorar- que este gobierno que quieren perpetuar ha sido un ataque sistemático a los derechos y el bienestar de la gente, una agresión franquista y nacionalcatólica a las libertades públicas, un indignante atropello de la dignidad de las personas, un insulto constante a los catalanes y un saqueo universal del erario, en provecho de auténticos truhanes militantes y dirigentes del partido del gobierno, empezando por su presidente.

Ignoran que este, el mentiroso compulsivo presidente de los sobresueldos suscita no ya rechazo general sino auténtico odio.

Pero ellos no lo ven porque no saben cómo lo está pasando la gente en la calle. Si no están en las puertas giratorias, cobran saneados emolumentos por cargos públicos y desconocen la situación real del país. Solo cuenta su egoísmo. Y por eso pueden hacerse propuestas moralmente tan repugnantes como la de que el PSOE (que, de todas formas, no ha sido capaz de oponerse a los atropellos de los últimos años) permita con su abstención un gobierno del PP, el partido de la corrupción, en alianza con C's, el partido del programa últraliberal para terminar de arrebatar a los trabajadores sus últimos derechos.

Si tanto preocupa a estos padres de la patria, empezando por Felipe González, la gobernación de España, les propongo otra fórmula: un gobierno de PSOE y Podemos con la abstención de C's. Para garantizar esta basta con que los magnates que pagan a los Gonzáleces llamen a Rivera y le den la orden. Fácil, ¿verdad?

No querrán, claro, porque, en el fondo, prefieren a los franquistas. Pero, por si acaso se impusiera esta opción, un último ruego a Podemos: estaría bien una cura de humildad, después de llevar meses haciendo el ridículo, el pedante y el prepotente. Si quieren sobrevivir, tienen que aliarse con el PSOE, bajar sus estúpidos humos y garantizar un gobierno serio y responsable a la par que radical en las medidas en favor de la regeneración democrática y la recuperación de los derechos arrebatas por esta derecha a las gentes del común.

Y si no lo hacen y siguen tratando de destruir al PSOE con tácticas de catón de tercera, nuevas elecciones, en las que desaparecerán porque no podrán reproducir sus franquicias ni siquiera en Andalucía. No darse cuenta de esto ahora que están a tiempo y esperar a hacerlo tardíamente será dar la razón al Revel con el que empezaba este post cuando, en el libro citado, señalaba que comprender las cosas tarde equivale a no comprenderlas.

dimarts, 26 de gener del 2016

Sin referéndum no hay salida

Por enésima vez: no hay una "cuestión catalana"; hay una "cuestión española".

Como sabíamos desde el inicio de 2015, un año con cuatro consultas electorales, lo decisivo en todas ellas sería Cataluña. Así ha sido y sigue siendo. Y agravado. Sin resolver el problema en Cataluña, España no es gobernable. Y ahora, para mayor claridad, desde las elecciones del 20D, el gobierno del país depende de los partidos independentistas catalanes, ERC y DiL. Hace cuatro o seis años, esta situación no hubiera sido un problema grave porque los nacionalistas  no eran entonces tan claramente soberanistas. Los últimos cuatro años del infame desgobierno de una partido corrupto, dirigido por una persona a todas luces indigna de ocupar el cargo, han convertido a los nacionalistas en independentistas y aumentado la cantidad de estos en Cataluña hasta la mitad del electorado. Antes los catalanistas solían achantarse. Ahora, no; ahora no se achantan; ni se callan. Piden un referéndum de autodeterminación. Y van a hacerlo.

Sin en ese referéndum, España es ingobernable.

¿Cómo hemos llegado aquí? Por la fabulosa incompetencia de una clase política que, una vez más, está a la bajura de la tradición histórica de la oligarquía española, cuya estupidez, egoísmo y ceguera son proverbiales. Todo este vodevil de los pactos y las coaliciones; todas las triquiñuelas de registrador de Rajoy, las ansias de niñato de Iglesias, los titubeos de burócrata de Sánchez, sirven para que los periodistas se las den de enterados sin que sepan de la misa la media, como los mismos protagonistas ya que, si los 17 diputados de Junts pel Si, votan en contra, en España no puede haber gobierno de izquierda alguno, pues no da la aritmética y solo unos gobiernos de derecha que llevarían al sistema al colapso.

Con el voto en contra del independentismo catalán solo hay cuatro fórmulas posibles y todas de derechas: un gobierno de gran coalición (PP y PSOE), uno de "concentración nacional" (PP, PSOE y C's) y dos minoritarios de la derecha (uno del PP y otro del PP y C's) y estos dos últimos, solo contando con la abstención del PSOE. Los cuatro simbolizarían el colapso de la segunda restauración por la desnaturalización de la política parlamentaraia, la falta de perspectivas y la incapacidad de evitar el choque con Cataluña que España no puede reprimir porque la UE no la dejará.

Mientras PP, PSOE y C's sigan aferrados al "no" al referéndum catalán, la única alternativa al escenario anterior serían nuevas elecciones. Según los gurús al uso estas serían desaconsejables porque su resultado no diferiría de la situación actual. No sé de dónde sacan esa conclusión. El resultado puede ser mucho peor que el actual. El partido de Iglesias puede estallar. Los andaluces no quieren ser menos que los catalanes de En Comú Podem y también piden "voz propia" en el grupo parlamentario de Podemos. O estos entran pronto en el gobierno (de ahí sus prisas frenéticas por pillar ministerios) o, al final, a Iglesias le va a quedar un grupo de cuatro incondicionales.

La pregunta obligada es: ¿por qué se empecina el PSOE en negar el referéndum catalán que, sin embargo, es compatible con sus antiguos documentos programáticos de la época anterior a Suresnes? A estas alturas del debate, vistos todos los argumentos doctrinales, políticos, jurídicos, históricos, etc, está claro que la única razón por la que el PP, C's y el PSOE se oponen al dicho referéndum es la razón de la fuerza. No porque no.

Debiera darles vergüenza, al menos a los socialistas. ¿No creen estos que España es una nación y, probablemente, muchos  ellos coincidan con el de los sobresueldos en que es una "gran nación"? Pruébenlo. Una gran nación, como el Canadá o la Gran Bretaña, no tiene miedo a reconocer el derecho de autodeterminación de sus naciones integrantes. Y estas, pudiendo decidir, no se separan. ¿Por qué no puede ser igual en España? Porque los nacionalistas españoles, en el fondo, desconfían de la nación que predican, no creen en ella y se malician que perderían el referéndum. Son falsos e hipócritas. Por ello prefieren mentir y obligar a las naciones del Estado español a permanecer en él en contra de su voluntad antes que correr el riesgo de que se descubra su superchería, que dura siglos.

Esa desconfianza, ese miedo cerval a quedarse sin un país heredado, tradicionalmente maltratado y administrado como un cortijo, los lleva a creer que, si se presentan a las elecciones en España con el referéndum catalán en el programa, las perderán. Tienen miedo. No se atreven. 

Las naciones no se han hecho nunca con cobardes. Confíen en el electorado español que es mayor de edad, demócrata e ilustrado. Incluyan el referéndum catalán en sus programas. Pruebe Podemos y haga pedagogía de la necesidad del referéndum. Ojalá el PSOE se liberara del peso muerto de sus dirigentes más reaccionarios y tuviera el valor de incluirlo igualmente, con la misma pedagogía. De ser eso así, esas elecciones serían tan plebiscitarias como fueron las del 27 de septiembre de 2015 en Cataluña; serían ese referéndum a nivel de toda España sobre la autodeterminación de Cataluña que los nacionalistas españoles (esos que dicen no ser nacionalistas) usan siempre para boicotear una salida civilizada y democrática a la cuestión catalana  que, repito, es la cuestión española. 

De esta forma también se desbloquearía la situación y se abriría la posibilidad de un referéndum vinculante catalán con una pregunta negociada con el Estado. Dicho sea, de paso, en memoria del recientemente fallecido jurista Francisco Rubio Llorente, quien aconsejaba asimismo la celebración de ese referéndum.

Y esto no sería una "segunda transición", esa tontería que repiten los políticos españoles incapaces de ver un palmo más allá de sus intereses personales. Sería algo mucho más profundo y duradero. El comienzo de la solución del viejo contencioso territorial que tiene al país postrado hace 300 años.

dilluns, 25 de gener del 2016

IIª transición: el carcunda, el petulante y la cínica

La transición, la famosa transición, como todos los empeños humanos, no fue modélica, pero acabará reconociéndosele tal condición si siguen los desaforados ataques que sufre y se continúa propugnando su superación no a base de enterrarla bajo el manto de la crítica y el olvido sino, paradójicamente de propugnar una reedición en forma de IIª transición. No sé si quienes la postulan tienen base lógica para criticar la primera cuando quieren repetirla.

He oído invocar la necesidad de la IIª transición a tres personas muy significativas: Aznar, Pablo Iglesias y María Dolores Cospedal.

Aznar, desde su espíritu de carcunda, falangista independiente y franquista por convicción y destino, estuvo siempre en contra de la primera transición. El Estado autonómico le parecía una charlotada y, para mostrar su apego al franquismo se afilió a Alianza Popular, luego PP, un partido fundado por el ministro de propaganda de Franco, Fraga Iribarne. Para acabar con la democracia de la Iª transición se inventó una IIª que solo existía en su cabeza y en la de su aliado en los años noventa, Anguita, con quien fraguó una pinza que trataba ante todo de destruir a Felipe González y al PSOE, al que ambos odiaban. Como sé que quedan algunas gentes aún convencidas de que no hubo aquella más que evidente pinza, les aconsejo escuchar la entrevista de 2012 de Periodista Digital a Cristina Almeida, por aquel entonces afiliada al PCE y a IU que lo explica con toda claridad en el minuto 28:20.

Dispuesto a tomar el relevo de Anguita (no en la pinza pero sí en el deseo de aniquilar al PSOE por sorpasso), Iglesias habla de otra IIª transición. Es imposible saber si es la de Aznar porque ninguna es real sino un mero flatus vocis demagógico, pero sí apunta a su objetivo: la Iª transición, que ahora es el régimen turnista. Las propuestas del líder de Podemos rebosan petulancia, pedantería, bisoñez y afán por desplazar al PSOE. Algunos dirigentes de este se han sentido molestos y hablan de "humillación" y "chantaje". Son vagidos de impotencia. En la política no hay sensiblería (salvo si da votos) y los de Podemos hacen bien en apretar. Es su derecho. Y el PSOE, en lugar de quejarse, debe responder ganando a su adversario, cosa que se consigue con relativa facilidad. Basta con decirle que respete los tiempos antes de aplicar su receta de un descarnado "quítate tú para que me ponga yo".

Recientemente, Cospedal ha enarbolado la misma bandera de Aznar e Iglesias de la IIª transición. Por supuesto, es un ejercicio de cinismo que supera el que la señora se ha gastado en estos atroces cuatro años que ha infligido a los castellano-manchegos. IIª transición, en realidad como recuperación de la primera, con su espíritu de diálogo, consenso y acuerdo. Es imposible imaginar cara más dura cuando se recuerda cómo ha tratado a patadas a todo el mundo en la región, ha menospreciado a la oposición, dejado sin servicios sociales a los más necesitados, amparado todo tipo de chanchullos y presuntas corrupciones, protegido una pandilla de auténticos facinerosos que pasaban por periodistas, regiamente pagados con el dinero de todo pero a su exclusivo servicio.

Ninguna de las tres peticiones de una IIª transición pasa de ser una consigna para fieles pero las dos últimas, la del petulante y la cínica tienen un elemento en común: las dos tratan de forzar la mano al PSOE que, guste o no al heredero de Anguita y la heredera de Aznar, es el partido de la centralidad política y el que, a pesar de su desastroso resultado electoral del 20D es imprescindible en cualquier fórmula de gobierno. Y ninguno de los dos atina ni de lejos con el tono que debería utilizar para convencer a quien necesita de que se avenga a ir a su lado: el petulante menosprecia, insulta y provoca y la otra, adula, miente y amenaza. Los dos dicen querer gobernar con el PSOE, pero lo que en el fondo quieren los dos es destruirlo.

Ignoro si el PSOE "estará a la altura" (que no es la que Iglesias le señala con aviesa intención) porque en él proliferan los barones y gerifaltes de antaño, todos con más conchas que los galápagos, empeñados en batallas internas, sin proyecto, sin ideas, sin respuestas y que pueden hacer mucho daño. Sobre todo a una estructura de dirección que ha improvisado bastantes soluciones pero arrastra un complejo agudo por su falta de audacia en los cuatro años pasados en una oposición subalterna y que se hacen notar hoy en su carencia de originalidad e iniciativa.

No habrá IIª transición pero sí es posible que haya nuevas elecciones para resolver una disfunción temporal de la Iª.

dissabte, 23 de gener del 2016

Drácula nunca muere

Nunca. Hay que matarlo clavándole una estaca en el corazón. Mientras tanto, vuelve siempre. Huyendo de la luz del sol, al amparo de la noche y el sueño; el sueño de la razón, que engendra monstruosidades, como el gobierno del PP de los últimos alucinantes cuatro años.

¿Qué significa el adverbio ahora? Es una ilocución pobre, como si no quisiera expresar todo lo que el hablante pretende. Sería quizá más justo que dijera que renuncia por ahora, de donde se sigue que puede volver, que no se va del todo. Drácula no muere. Hay que ir a matarlo. ¿Y cómo va a volver? Rajoy tiene un método de afamado prestigio: se queda uno en la penumbra, en silencio, viéndolas venir y espera uno mejores momentos. Aunque sea a costa no ya de la estabilidad del sistema, sino de su misma racionalidad. ¿Acaso no lo hizo en aquel episodio de la renovación del Tribunal Constitucional, que bloqueó durante años hasta obtener una composición favorable de esa alta instancia? Con la semirrenuncia de Rajoy, el Rey reabre consultas la semana que viene. Si tampoco se resuelve, será preciso abrir más consultas. Y en todas vendrá Rajoy, a decir que "por ahora", renuncia.  A lo mejor se llega antes a unas elecciones nuevas por sucesivos fracasos que experimentando un gobierno polícromo y minoritario de la izquierda que también fracasará en cosa de meses.

Por eso Rajoy no ha preparado su investidura. Se ha preparado su nombramiento como candidato al gobierno de su partido en caso de nuevas elecciones. Si las hay, Drácula-Rajoy regresará a vampirizar de nuevo el sistema.

La única forma de evitarlo es el gobierno de coalición PSOE-Podemos. Como es obvio. Con los dos náufragos de IU. Es la fórmula que Palinuro ha propugnado siempre y en unas proporciones muy realistas. Sin olvidar algo esencial: con sus 90 diputados, el PSOE es el partido de la famosa centralidad política por más que los de Podemos sigan poniéndose plumas de farol, como ese último de que la retirada de Rajoy es obra suya. Todos los pactos posibles pasan por el PSOE. Si "centralidad" quiere decir algo, supongo, es esto. No hay coalición PP - PSOE porque el PSOE no quiere. Puede haber coalición PSOE - Podemos con mayor probabilidad que la de PSOE - C's. Quizá podrían los supuestos izquierdistas, esos de la transformación imaginaria, dejar la cantinela de la igualdad entre el PP y el PSOE a la luz de los datos. Pero da un poco igual. En el fondo, nadie racional lo cree. Lo dicen los fanáticos, pero esos pueden decir cualquier cosa.

El pacto PSOE - Podemos se lo ha enunciado Iglesias al Rey ex abundatia cordis y el Rey, que está aquí de correveidile, se lo ha soplado a Sánchez. Son verdaderos cortesanos: se comunican a través del Rey, no directamente de tú a tú como hacemos los ciudadanos. Tiene gracia. Estos tienen de republicanos lo que Palinuro de jesuita. El anuncio responde a una táctica que parece afirmativa, performativa, provocadora, tiene un tufo a petulancia de novato que echa para atrás. Iglesias pide para sí la vicepresidencia a la que había renunciado expresamente hace un par de semanas (sin que en ningún caso se la hayan ofrecido) y reparte a voleo varios ministerios entre su guardia pretoriana en Podemos. Por cierto, podían dejar de aparecer en piña, prietas las filas, como en una sesión del soviet. Para decir lo que dice Iglesias, basta con él. El mudo coro detrás con caretos de guiñol en descanso, es ridículo. Y el mejor ministerio, uno que han excogitado, llamado ministerio de la plurinacionalidad que no estaría mal si alguien consiguiera determinar de forma comprensible cuál sea su ámbito, contenido o competencia. Hay quien ve en la propuesta de Podemos un intento de "humillar" al PSOE. Me parece un vocabulario trasnochado, como tomarse el debate político en términos melodramáticos. Los de Podemos hacen bien en plantear sus exigencias. Lo que no parece es muy inteligente. Lejos de quedar humillado, el PSOE queda "avisado".

La cuestión es si entiende el aviso. Podemos ofrece formar gobierno porque la presión de la izquierda social para ello es irresistible y, si hay ruptura y nuevas elecciones, es muy probable que el responsable lo pague caro. La idea de "nuevas elecciones" no es grata a nadie. No lo es al PSOE y tampoco a Podemos que quizá no pueda reproducir las franquicias. Solo le interesan al PP. Razón de más para no hacerlas. No hacerlas, formar un gobierno y gobernar es clavar la estaca en el corazón de Drácula, impedir que Rajoy vuelva. Es dar tiempo a que en su partido se organice la resistencia y se le busque sustituto. 

El PSOE tiene muy fácil la negociación con Podemos. Si esta es buena noticia o no en Andalucía y entre los barones es otro asunto de importancia relativa porque, hecha la coalición, el posible malestar interno sería de partido, pero no de Parlamento, mientras que una hipotética rebelión interna en Podemos sería más de Parlamento que de partido y tendría otro carácter. El PSOE tiene que negociar un gobierno capaz de derogar la legislación más antipopular, injusta y troglodita de esta derecha neofranquista, combatir la corrupción en todas las esferas que, como se ve, son todas, y atender a las necesidades más urgentes de la gente: el paro, las condiciones laborales, los servicios públicos de todo tipo, la reforma fiscal.

La dificultad mayor de ese gobierno de izquierda es el referéndum de autodeterminación en Cataluña. Ignoro si Podemos lo mantendrá o no. Supongo que En Comú Podem lo exigirá y ahí aparecerá la primera grieta en el gobierno de la izquierda. Este encontrará apoyo seguramente en C's ante cualquier eventualidad referente a la autodetermación catalana. El gobierno estará obligado a pactos de geometría variable y no son descartables crisis periódicas que pondrán en riesgo la coalición. El mantenimiento de esta coalición es imprescindible si se ha de clavar la estaca en el corazón de Drácula e impedir el retorno de ese súcubo de la vulgaridad que es el presidente de los sobresueldos.

Paradójicamente, casi diríamos que es un sarcasmo del destino, la estabilidad del gobierno de España depende del apoyo que le preste la minoría catalana de ERC (nueve diputados) y DiL (ocho). Ese gobierno podría apoyarse, en el mejor de los casos, y sumando los seis diputados del PNV y los dos de Bildu, en 165 escaños. Lo suficiente para ganar a un voto unitario de PP y C's y necesitando la abstención de los catalanes. Con su voto positivo, el gobierno de coalición llegaría a la mayoría absoluta.

En resumen, el gobierno de España depende del voto y/o la abstención de quienes pretenden independizarse de España. Tiene su ironía.

divendres, 22 de gener del 2016

Repalinuro

La noticia de la disposición de PSOE y Podemos a formar gobierno contando con IU es tan buena y alentadora que no resisto la tentación de subir un post de urgencia para celebrarla porque coincide con lo que Palinuro lleva pidiendo desde hace mucho tiempo. Véase, por ejemplo, el 25 de marzo de 2015
Pedro y Pablo, apóstoles en falta. Mañana intentaré un análisis más reposado. Este es solamente para señalar algunos puntos a los que habrá que prestar atención:

El acuerdo es muy conveniente en interés de los dos partidos y de la gente en general. El 20D ha dejado ver que el país está harto de esa pandilla de ladrones, meapilas y franquistas que le han amargado la vida a todo el mundo mientras rompían España (por usar su terminología) a base de su incompetencia. Ahora toca un gobierno de izquierda para retornar a la senda de la democracia, los derechos, la dignidad y el bienestar.

La oferta ha sido transmitida por Felipe V + I de Pablo a Pedro. Mal hecho. ¿No pueden hablar entre ellos? Al final resulta que los verdaderamente cortesanos son los supuestos republicanos.

Pablo ha tomado la iniciativa. Eso está bien, aunque sigue revelando bisoñez. Por un lado se le ven en exceso los deseos de ocupar poltronas (ya se lo están echando en cara en las redes) y de presionar a Pedro, lo cual es todavía más ingenuo porque da tiempo a este a responder con el lema del arte de Cúchares: parar, templar y mandar. Pero, sobre todo, lo que entierra, es de esperar que definitivamente, es toda la demagogia de PP = PSOE, el búnker y otras imbecilidades para consumo de fanátic@s. Cómanse ya el antisocialismo "visceral" estilo Anguita.

Pedro ha reaccionado con Mesura y hasta cierto sorprendente sentido del humor. Dice que ya le han hecho el gobierno y se permite el lujo de señalar que la cuestión no son los cargos sino las políticas. Pero, si lo piensa bien, su posición no es tan fácil. Podemos viene dispuesto a presionar por la izquierda y hace muy bien. Y por la izquierda plurinacional y hace mejor. Pero él tendrá que bregar con la señora Díaz, cuya baza sigue siendo Santiago y cierra España, como en el PP. Y, sobre todo, tendrá que administrar sabiamente sus relaciones con C's que, en lo que al PSOE respecta actuará como el Doctor Jeckyll y Mr. Hyde, según le interese.

A su vez, los dos necesarios aliados, PSOE Podemos, no pueden olvidar que, paradójicamente, dependen de la benevolencia de los independentistas catalanes, como también señaló Palinuro el mismo 20D. Pero de todo esto hablaremos mañana.

De momento, saludemos el primer paso hacia la formación de un gobierno de izquierda, de personas normales, que se dedique a resolver los problemas de la gente en lugar de robarle e insultarla que es lo que lleva cuatro años haciendo esta asociacion de sinvergüenzas y malhechores a los que el juez ya ha imputado por la destrucción de los discos de Bárcenas, o sea por un presunto delito de obstrucción de la justicia.

dijous, 21 de gener del 2016

El trilero de Dios

El Plural de ayer traía esta noticia: Pablo Iglesias marca la casilla de la Iglesia en su declaración de Hacienda. Puede parecer algo trivial, pero no lo es. Tiene una importancia inmensa. Tanta que requiere una explicación inmediata. Mientras llega, que ha de llegar porque, si no lo hace, quedará clara una superchería y estafa mayores que las que se han practicado con los de las franquicias para los grupos, enumeremos las posibilidades:

1ª.- Es una noticia falsa, una superchería, un bulo, un fake. Desde luego, El Plural es un digital muy favorable al PSOE igual que otros lo son al PP, a Podemos, etc. En España no existen los medios independientes. Pero el diario tiene cierto nivel de seriedad. Es improbable que recurra a procedimientos tipo La Razón. Pero pudieran haberles colado una patraña. Si es así, que lo aclaren cuanto antes.

2ª.- La noticia es cierta, pero Iglesias no tiene nada que ver con ella. Un gestor, que le hace la declaración, ha tachado la casilla de la Iglesia sin saberlo el declarante. Es poco verosímil, aunque podría darse. Que también lo aclare cuanto antes.

3ª.- La noticia es cierta. Si es así, aquí hay una estafa de proporciones bolivarianas. Podría decirse que estamos exagerando y que tachar la casilla de la Iglesia católica es una tontería sin importancia ninguna. Mentira. Hacerlo es contribuir a la hipocresía y el expolio de la gente perpetrado sistemáticamente por los curas. Cualquiera sabe que tachar la casilla es voluntario, pero lo que no es voluntario es que, todos los que tachan la casilla obligan a los demás a financiar a los clérigos y su empresa de acumulación de dinero, la Iglesia, porque lo que ellos no aportan a la caja común del Estado, tenemos que pagarlo los demás, seamos católicos o no. O sea, un robo y un robo hipócrita. Obviamente, Iglesias tiene derecho a ser católico, por supuesto, pero no con el dinero ajeno, sino con el suyo.

Pero hay más, Iglesias está ahora obligado a aclarar si es o no católico para que no se le pueda acusar de trilero, a él, que empezó acusando de trileros a los de izquierdas. Y aclararlo de forma tajante, puesto que esto no es un asunto privado. Y no basta con salir diciendo que él fue comunista. Con todos mis respetos, la similitud entre católicos y comunistas, es innegable, sobre todo el comunismo leninista. Tampoco vale que se diga que, en el fondo, a pesar de todas las tonterías sobre el "ni de derechas ni de izquierdas", es de izquierdas. América Latina está llena de "izquierdistas" (estilo Correa del Ecuador), que tanto gustan a los de Podemos y son auténticos meapilas en cuyos países el aborto está prohibido.

De darse esta circunstancia, ahora sí estaría claro por qué en Podemos no hablan del aborto (excepto aquella vez en que Bescansa dijo que "no era una prioridad" para callarse a continuación seguramente cuando comprendió que no convenía levantar la liebre); por qué no hablan de potenciar la educación pública y suprimir la concertada, que es una estafa por la que los curas drenan recursos públicos a favor de las clases privilegiadas mientras se destruye la educación pública; y por qué no hablan de la separación entre la Iglesia y el Estado en una país nacionalcatólico, gobernado por los clérigos.

Hay que aclarar esto porque tiene toda la pinta de ser la mayor estafa de los últimos años a la ya muy castigada y baqueteada izquierda española. Dado el aportunismo ilimitado de los de Podemos, probablemente este silencio es un cálculo táctico, de esos de no hablar de cosas que hagan perder votos. Pueden encubrirlo con la habitual mentira de la derecha de hablar de las cosas "que verdaderamente interesan a los españoles". 

Que hagan lo que quieran. En menos de un mes ya han demostrado que lo que querían era participar de la vieja política (aunque todavía sean tan inexpertos que les cuelan todos los goles), pero que dejen claro si el líder máximo es o no católico, y qué piensan respecto al aborto, la enseñanza concertada y la separación de la Iglesia y el Estado. 

Porque lo que ya no pueden hacer es seguir engañando a la gente.

dimecres, 20 de gener del 2016

Un gobierno de progreso y un grupo "confederal"

Ojalá se hiciera realidad el optimismo que respira el titular de El País, pues ese pacto es el que Palinuro viene pidiendo hace meses: PSOE y Podemos. El PSOE, un partido socialdemócrata, se ha aburguesado bastante, hasta el punto de que muchos aseguran que, en realidad, no es un partido de izquierda. No vamos a discutir sobre esa generalizada afición en nuestro país a sentar doctrina otorgando vitolas de buenos y malos, de  izquierda y de derecha porque forma parte de su misma esencia tradicional desde los tiempos del Santo Oficio y, la verdad, cansa un poco. Que el PSOE se ha apoltronado, olvidado de sus bases, burocratizado y, en los ultimos años, ha mostrado tener en su seno más pollinos, trepas y corruptos de lo cabría esperar es bien visible y se nota en su descenso del voto. Por eso le interesa aliarse con Podemos, que lo espolee más a la izquierda, le exija mayor compromiso, políticas mas audaces y sociales. Le obligue a  "izquierdizarse"

A su vez, Podemos, que vende la imagen de albacea del 15M será, probablemente, porque da a este movimiento por difunto, ya que en su organización, programa, comportamiento, militancia y dirección, ha dejado de ser una organización asamblearia para convertirse en un partido leninista de ordeno y mando y con un patente culto al líder. Todo ello conjugado con un oportunismo tan carente de principios que dan ganas de enviarles alguno con porte gratuito. También a esta organización autoritaria, populista y pelín demagógica, le viene bien la alianza con el PSOE que, al fin y al cabo, es el legítimo representante en España del socialismo democrático y subrayo el "democrático" porque es de lo que todo el mundo presume pero escasamente practica.

El gobierno de izquierda (contra el que no tardará nada en lanzar rayos jupiterinos el bueno de Anguita, a quien solo mueve el objetivo de torpedear todo acuerdo con el PSOE) no solamente es posible y conveniente sino que es una necesidad. Este país tiene que dejar atrás estos cuatro años de humillación, saqueo, imbecilidad y carcunda; olvidarse de que alguna vez un personajillo tan ruiz como inútil tuvo mando en él; recuperar los derechos sustraídos, la dignidad hollada y el bienestar negado. Y eso solo es capaz de hacerlo la izquierda.

Pero ¿podrá, numéricamente hablando? Muy probablemente. Se verá cuando Sánchez, una vez haya fracasado Rajoy a quien no quiere nadie, comience sus consultas. La suma de diputados de PSOE, Podemos, IU, seguramente el PNV y con bastante probabilidad algunos otros y la abstención de los demás con el inevitable voto en contra del PP, permitiría formar un gobierno minoritario. Seguramente será una legislatura corta porque la derecha se empleará a fondo, con ese estilo bronco y jabalí que la caracteriza, hasta conseguir las elecciones anticipadas que siempre pide a gritos al día siguiente de haber perdido las anteriores. Por eso interesa que, una vez constituido el gobierno, acometa la labor de regeneración más urgente que está esperando el país para salir de este agujero en que lo ha metido un verdadero inútil que solo ha gobernado en provecho propio en sentido estricto y de los suyos, muchos de los cuales son una banda de ladrones. Y concreto: medidas urgentes de remedio social para situaciones angustiosas, derogación de la reforma laboral, derogación de la Ley Mordaza, derogación de la LOMCE, saneamiento de la vida pública, regneración democrática, recuperación de lo público en todos los órdenes, desde unos medios secuestrados y manejados por verdaderos sicarios políticos y morales, hasta los servicios públicos que la derecha ha arrebatado a la gente por vía de privatizaciones, o sea, de saqueo y expolio.

Hay mucho por hacer y poco tiempo que, obviamente, no hay que perder en peleas internas exasperantes, de esas que han destruido a IU y pueden destruir a Podemos, en donde han encontrado refugio muchos tránsfugas de IU que ya está impartiendo lecciones morales. Para eso es imprescindible que el PSOE se aquiete en su interior, los barones dejen de morder las canillas de Sánchez y, sobre todo, no le torpedeen convirtiendo la cuestión del referendum en un shibolet de la intransigencia hipócrita y eso en la medida en que el mismo Sánchez no esté de acuerdo con ello. Es decir, es absurdo exigir a los de Podemos una renuncia expresa al referéndum catalán, como una abjuración medieval y solo sirve para hacer imposible lo que todo el mundo reputa necesario, aunque nunca se sabe. Las gentes somos muy retorcidas. El PSOE puede -y debe- llegar a un acuerdo de gobierno grosso modo, dejando de lado el referéndum. Con decir que él no lo acepta y que no moverá un dedo para hacerlo posible, queda salvo de responsabilidad. Entre tanto, que Podemos haga lo que quiera en favor de ese mismo referéndum (que, de todas formas, no va a salirle) como, por lo demás, también haría aunque no estuviera en alianza con los socialistas.

A su vez, Podemos tampoco puede exigir al PSOE que transija con el referéndum porque a más de uno y de una le parecerá un casus belli. Puede aplicar el mismo relativismo y la misma tolerancia con el PSOE que el PSOE con él. Hay muchos más asuntos sobre los que discutir y que no son tan cenagosos como este. Hipostasiar el referéndum (cuando ni los independentistas lo quieren ya) es ridículo y solo lleva a un callejón sin salida. No renuncien al referéndum, al que últimamente, por las razones que sean, tienen en gran estima, pero no condicionen su colaboración con el gobierno a que el PSOE se lo trague, como cuando Sapor I obligó al emperador Valeriano a tragar oro fundido.

El problema estará más bien en las tensiones internas que esa colaboración despertará en ambos partidos. En el PSOE a cargo de esa fronda de barones bastante hirsutos que vigilan los pasos del secretario general y en Podemos, de los guardianes de la pureza revolucionaria espontaneísta y asamblearia. Aun así, ambas dificultades serán salvables.

La cuestión verdaderamente peliaguda, sin embargo, estará en el contenido de las palabras definitorias del grupo parlamentario de Podemos. Después del rigodón de los últimos días, cuando quedó claro que, al prometer a sus franquicias cuatro grupos parlamentarios propios, algunos se habían pasado de listos, la cosa ha terminado en un grupo único de Podemos con 65 diputados (cuatro se han quedado fuera) calificado como plurinacional y confederal. Ahí es nada. Palinuro estaba equivocado: los adalidades de la plurinacionalidad del Estado sí son capaces de reconocerla en la práctica. Es más: las diputadas de En Comú y los de En Marea, ya han comunicado a sus gentes muy contentas que tendrán voz propia y voto propio, que no habrá disciplina de voto. ¿Seguro? ¿No será como la promesa de los cuatro grupos? Vale, la legislatura aún no ha comenzado. Veremos cómo funciona esa libertad de voto cuando haya que decidir cuestiones sensibles, sobre todo de orden territorial importantes para Galicia y Cataluña.

Imaginemos que en alguna votación (y habrá muchas), los diputados de En Comú votan en contra del gobierno que ellos mismos apoyan. A lo mejor se pierde la votación. O a lo mejor, no, pero lo que sí está claro desde ahora mismo (y esto no es un juicio negativo sobre la situación sino absolutamente objetivo) es que el gobierno nunca sabrá de antemano con exactitud con cuántos votos cuenta. Tampoco está mal. Las votaciones con disciplina de voto son seguras, pero poco emocionantes. Esto es más emocionante, pero no sé si no planteará infinidad de problemas y acabe con divisiones, escisiones y fraccionamientos en el grupo de Podemos, en la más acrisolada tradición de IU, de la que proceden muchos de ellos.

Si se me apura, tampoco este supuesto, muy verosímil, es excesivamente grave. Cabe suponer que, cuando las cosas se tensen y los diputados de En Comú, o los de Anova en Galicia, vayan a votar en contra de su propio gobierno, este habrá conseguido el apoyo de los de Ciudadanos. Tal situación obligará a Sánchez a gobernar mediante prácticas de geometría variable. Pero eso no está mal. Quizá aprenda política.

dimarts, 19 de gener del 2016

Agrupémonos todos

A estas alturas dudo de que haya alguien que entienda el confuso lío organizado por Podemos, sus franquicias y los grupos parlamentarios (GP). Ni ellos mismos. Y hoy por la tarde se cierra el plazo de presentación de peticiones.

Pero en esta historia hay algunos momentos decisivos que sirven como jalones para ir entendiendo de qué se trataba aquí.

I.- En la misma noche electoral del 20D estuvo ya claro que los resultados eran una bomba de efecto retardado. Podemos salió celebrando a bombo y platillos sus 69 diputados. Palinuro lo advirtió esa misma noche en un post titulado "Todos pierden menos los catalanes" y en el que se decía que los líderes de Podemos creen que, con 42 diputados son alguien. Sus fieles más pelotas (por ejemplo, García Ferreras, de la Sexta) suman a los 42 diputados propiamente dichos de Podemos, los 27 más de las confluencias, o sea, los de Beiras, Ada Colau y Mónica Oltra. Y eso es mucho sumar, además de que, con 69 escaños tampoco pintan gran cosa. Y la bomba estallaría con la constitución de los grupos parlamentarios, como ha sucedido.

II.- Podemos sabía que las franquicias no podrían constituir GP propios. Lo dijo Bescansa meses antes de las elecciones. Pero no les importó. Todos estaban a aprovecharse de todos (Podemos de los partidos locales; los partidos locales de Podemos) y esperaban luego forzar la mano en el Congreso.

III.- El Reglamento de la Cámara, que es taxativo, activó la bomba o pinchó el globo. Todo era mentira. El propósito de Iglesias de quedarse señor de un grupo único de 69 diputados saltaba por los aires. La superchería, al descubierto. De ahí su desproporcionada reacción. No solo no podía cumplir su promesa sino que se veía que ya sabía que no podría cumplirla cuando la hizo.  

IV.- Los innúmeros intentos de hacer alguna chapuza que permita mantener la patraña de los 69 diputados no han servido de nada. La realidad se impone: un grupo de Podemos, con sus 42 y los que se vayan de las franquicias (ocho o diez)  y los demás, tendrán que incluirse en otros grupos  o irse al mixto o formar uno único propio si reúne las condiciones. La desbandada ha comenzado ya.

V.- ¿A qué recuerda eso? Está clarísimo, al negociado habitual de IU, en donde siguen los referentes intelectuales de los líderes de Podemos, según su propia confesión. Por eso, la persecución a que los morados han sometido a los dos diputados de IU hasta el último momento tiene un carácter edípico muy fuerte.

VI.- La acariciada (y asimismo oculta) intención de Podemos de ir a nuevas elecciones porque, en el fondo, lo que pretende es el sorpasso del PSOE ya no está tan clara. Pretendían repetir los comicios culpando a los socialistas de todo, incluso de que ellos no puedan incumplir el Reglamento y contaban con que les saliera bien. Pero los territorios se les han sublevado, su patraña ha quedado al descubierto y es altamente improbable que puedan repetir las confluencias en ellos. Es decir, si van a nuevas elecciones no ganarán; perderán. Y esta vez, no podrán disimularlo.

VII.- En definitiva, ¿a qué ha venido Podemos? A dividir más a una ya exhausta y fragmentada izquierda y hacer más posible un gobierno de la derecha. Como siempre. 

VIII.- Al final habrá unas elecciones que nadie quiere pero de las que, paradójicamente, puede salir beneficiado el partido al que los sondeos auguran peor resultado: el PSOE. Tiene bemoles. Hasta en eso mantiene el antiguo partido de Pablo Iglesias (el de verdad) la centralidad política. Y por ello quiere el nuevo partido de Pablo Iglesias (el del plagio) ocupar su sitio.

dilluns, 18 de gener del 2016

Rajoy, no; el PP, tampoco

Cinco segundas figuras de los partidos con mayor representación parlamentaria se vieron ayer las caras en el plató de el objetivo de Ana Pastor en la Sexta. E hicieron poco más que verse las caras porque entre lo que ellos se interrumpían recíprocamente y lo que les interrumpía el mando pastoril apenas pudieron decir gran cosa. 

Ignoro si la señora admite sugerencias, pues parece bastante pagada de sí misma, pero, por si acaso, ahí va una: suprima esas morcillas de la "maldita hemeroteca" y otras triquiñuelas aparentemente objetivas. Sirven para que ella se luzca, sí, pero: a) desestructuran el programa dando una patada innecesaria a una de las tres unidades del teatro clásico; b) son una parodia manipuladora. Ayer fue patente que se trataba de destrozar la imagen de Sánchez en provecho de la de Iglesias. Pero, aunque fueran menos manipuladoras, serían igual de inútiles porque ese trabajo de contraste (y contexto) no puede hacerse en el medio televisivo. No puede hacerse en serio, claro, aunque sí cabe montar esa ridícula chirigota para solaz de necios.

De lo poco que cupo entender a los contertulios -que no se dejaban hablar, por cierto- se sigue una conclusión evidente: nadie quiere al PP y mucho menos a Rajoy. Me atrevo a sospechar que ni Monago. Por supuesto, la cuestión de los pactos y las nuevas elecciones es un verdadero lío. Pero el terreno firme está claro: Rajoy no.

El presidente de los sobresueldos ya sabe que su coalición preferida, su propuesta estrella  (PP+PSOE+C's) no va a salir. La invoca por si cuela, pero en su fuero interno, la voz interior de Husserl lo tiene convencido de que es imposible  y prefiere que no haya coalición alguna y se convoquen nuevas elecciones. Por eso, en lugar de contactar con los otros líderes parlamentarios prefiere trabajarse a su partido para ser el candidato otra vez .

El PP no puede pactar con el PSOE ni con nadie porque, diga Monago lo que diga, después de este desastre de cuatro años de abuso, robo, dislate y corrupción y todo ello a la brava, por ordeno y mando, nadie quiere ni acercársele. Además, ¿cómo iba a gobernar una hipotética coalición PSOE+PP sabiendo que hay que derogar todo lo que el PP ha hecho en cuatro años? Sería ridículo hasta para los políticos españoles.

La pelota de la famosa centralidad política está en el tejado del PSOE. El pacto más natural, el que Palinuro siempre ha defendido es el de PSOE+Podemos. Tampoco llega a la mayoría absoluta. Tendría que sumar los 2 de IU y quizá los 6 del PNV y seguiría en minoría. Tendría que contar con la abstención de los catalanes. Tal es el punto neurálgico de este problema, como siempre. El PSOE no está dispuesto a pactar nada con partidos independentistas y tampoco con quienes defienden el referéndum de autodeterminación en Cataluña o, en palabras de Suzana Díaz y Rajoy al alimón, "quienes quieren romper España". En el caso de C's más rechazo, si cabe,  

O sea, el gran obstáculo es el referéndum catalán. Si Podemos se obstina en mantenerlo (cosa bastante razonable porque esa propuesta es muy sensata), no habrá gobierno de coalición en España. Si lo retira, perderá una cantidad imprecisa de votos de las franquicias (entre 10 y 15) y sus flamantes 69 diputados se reducirán a 55 más o menos. Aun sumando los 2 de IU y los 6 del PNV, necesitaría de nuevo la abstención de los independentistas catalanes.

Paradoja: el gobierno de España depende de los votos de quienes quieren romper con España, como señaló Palinuro la misma noche de las elecciones y modestia aparte.

El modo de salir del laberinto sería que el PSOE fuera menos intransigente y menos estirado con el referéndum. ¿Por qué es tan dificil llegar a un acuerdo? Por eso, por la intransigencia y el extremismo. ¿Por qué no pueden PSOE y Podemos llegar a un  pacto en el que el referéndum quede fuera, pero sin que Podemos tenga que renunciar expresamente a él como los judíos tenían que abjurar de su fe en la Inquisición? Porque seguimos siendo tiesos e intolerantes como la Inquisición.

Reúnanse en buena hora PSOE y Podemos; acuerden un programa de gobierno común y especifiquen en hoja aparte sus discrepancias. Por ejemplo, esta del referéndum. ¿Qué inconveniente hay en que Podemos trabaje en su favor en las instituciones sin que ello suponga ayuda o connivencia del PSOE? Al fin y al cabo, las mismas gentes de Podemos piden un referéndum en Cataluña pero advierten de que votarán "no" a la independencia. Hagan asimismo pedagogía con su posible aliado socialista, traten de convencerlo de algo que, por lo demás, es perfectamente honroso y hasta conveniente. En algún momento, cuando el PSOE recapacite, se convencerá de que es lo más razonable.

Y para entonces habremos ganado mucho tiempo en desmontar la bestial involución de cuatro años de PP: reforma laboral, Ley Wert, Ley Mordaza, privatizaciones, todo a la basura. Y, en ese interín, a su vez, el gobierno catalán, que también estará aplicando su hoja de ruta, acabará convocando un referéndum sobre la Constitución de la Repúbica catalana. Sería extraordinario y muestra cierta de que las cosas han cambiado en este país, que el gobierno español se sentara a negociar con el catalán ese referéndum.

dissabte, 16 de gener del 2016

La aporía de la unidad

Cuando, en la misma noche electoral del 20D, Palinuro advirtió de que pasaría lo que hoy trae en portada El País, se le echó encima la legión de trolls de Podemos con la habitual sarta de improperios de linchaflautas.

Esa misma noche, Iglesias daba la interpretación canónica y falsa del resultado electoral: Podemos = 69 diputados y tercera fuerza política. Algo había que decir para disimular la verdadera situación: 42 diputados (los otros 27 eran de las franquicias locales) y de sorpasso al PSOE, nada. Una derrota en toda línea en comparación con las expectativas. Desde entonces, las terminales mediáticas de la formación morada -Público, la Sexta- y los fieles creyentes siguieron con la patraña con fervor doctrinal: 69 diputados. Y quien dijera lo contrario era un fementido traidor, un envidioso, un facha, un... En fin.

La dura realidad se ha impuesto y, aunque lo intentaron, los de Podemos no consiguieron los cuatro grupos que necesitaban vitalmente para que el conflicto en su seno no estallara y se hiciera patente. (De todo esto ha dado cuenta Palinuro en posts anteriores). De ahí el exabrupto de Iglesias cuando finalmente le dijeron que no: era el fin de la patraña del 69. Una patraña típicamente española y no de vieja política sino antediluviana: el adalid de la España plurinacional es incapaz de reconocer esa plurinacionalidad en su propia casa. Como siempre: se venden recetas que no se tienen, pieles que no se han cazado, fantasías, castillos en el aire.

Aquí cabría una pequeña consideración aquilatando lo que realmente han traído de nuevo a la esfera pública española estos innovadores. Muy poco. Nada. Llaman comunicar a contar mentiras e invenciones; los análisis independientes no se escuchan y se pretende ahogarlos con manadas de trolls rabiosos; los discursos del mando están alimentados de propaganda y falsedad; la autocrítica no existe y la crítica es pura conveniencia táctica; solo cuenta el efecto mediático inmediato; autenticidad, sinceridad, verosimilitud: cero. 

Pero no merece la pena. Esta legislatura no ha hecho sino arrancar. Habrá más ocasiones de hablar. De hecho, ya vuelve la canción unitaria que acunó los primeros vagidos de estos guerreros de la nueva política en la vieja IU. En Oviedo, algunos cargos de Podemos, que sienten la querencia unitaria celebran una reunión  con los restos del pecio comunista y algunos de sus más gloriosos capitanes, como Anguita, Gerardo Iglesias y Manuel Monereo, todos ellos en busca del sempiterno Eldorado de IU, esto es, la formación de una alternativa unitaria (la unidad jamás desaparece de los discursos de estos escisionistas compulsivos) a la fementida socialdemocracia. 

Es de esperar, por el bien de Podemos, que esta reunión de comunistas y excomunistas se reduzca a amargar el fin de semana a Llamazares porque, como vaya más allá y crezca y se plantee una unidad real con tan recalcitrantes fracasados, los 42 diputados de Podemos de ahora pueden no llegar a la veintena  en las siguientes elecciones y la casta solo les habrá durado una legislatura.

dimecres, 13 de gener del 2016

El oso y su piel

¡Qué dura es la vida! Quienes iban a asaltar los cielos y echar a patadas a la casta, no han llegado ni al entresuelo y son ellos mismos casta. Ya están cambiando cromos: la presidencia de la mesa del Congreso contra cuatro grupos parlamentarios, un puesto en mesa a cambio de que no me armes un lío. Aprenden rápido. Pero les queda un trecho. Ayer mostraron su bisoñez y, por pedir demasiado (un defecto que los caracteriza) se quedaron sin nada, casi sin mesa y sin grupos parlamentarios para sus tres franquicias. Los demás grupos, (PP. PSOE y C's) más avezados, se repartieron las tajadas y dejaron a Podemos el privilegio de patalear ante las cámaras, hablando de que "los tres del búnker comienzan a cabalgar". Es de esperar que cuando adquieran más experiencia acudan a metáforas menos estrambóticas porque eso de ver un búnker cabalgando choca.

¿Qué pasa con esos cuatro grupos parlamentarios que quiere Podemos? El lector encontrará una explicación en un post anterior de Palinuro, El cuarteto de San Jerónimo.

No es un capricho, no; ni un acto de codicia; ni ganas de fastidiar. Podemos necesita los cuatro grupos para sobrevivir y que no se descubra (demasiado) la superchería que ha montado con los 69 diputados que proclama como suyos cuando suyos son solo 42. Los otros 27 son de sus franquicias gallega (6 En Marea; Beiras), catalana (12 En Comú Podem; Colau) y valenciana (9 Compromís Podem; Oltra) y ninguna de las tres quiere formar grupo con Podemos por la muy sencilla razón de que no son de Podemos. Los grupos distintos son para disimular la engañifa, que ya empezó la nocha electoral del 20 de diciembre; engañifa, típica de la vieja política, de vender una derrota como una victoria. Otra prueba más de que se trata de una engañifa es que las franquicias ya están negociando con otros partidos (ERC, IU) la formación de grupos. Todo antes que ir al de Podemos.

Se entiende que los morados, muy nerviosos, amenacen al PSOE con no formar gobierno si no cede en lo de los grupos. Amenazas, cambalaches, negociaciones. Muy nueva política. Pero sea nueva o vieja la política, ¿podrían aclarar los de Podemos exactamente cuántos diputados tienen? No, no pueden porque no lo saben ni ellos. Situación esta no ya pintoresca sino claramente chusca, producida por su inveterada costumbre de vender la piel antes de matar al oso. 

No ganaron las elecciones; las perdieron. E inventarse 69 diputados donde solo hay 42 (dos más que Rivera, el de C's) no les hará ganarlas.

dissabte, 9 de gener del 2016

El cuarteto de San Jerónimo

Cuatro grupos parlamentarios pide Podemos para él mismo (violín), En Marea (clarinete), Compromís Podem (cello) y En Comú Podem (piano). Una petición que choca con el rechazo de los demás grupos parlamentarios y, sobre todo, con el reglamento de la Cámara, artículo 23.

¿Y por qué querrá Podemos pedir algo tan estrafalario -recuérdese que asegura ser un solo partido con 69 diputados- aparte de por la muy respetable razón de entrar por costumbre en todas partes armando el pollo para llamar la atención?

Según los análisis más solventes de la prensa, por tres razones. Primera: para pillar cuartos, ya que, con cuatro grupos, los 69 diputados se levantan una pastuqui similar a la del PP, que tiene 123. No creo, sin embargo, que sea esta la razón. Los de Podemos, gracias a los dioses, tienen una relación distinta con el dinero que la del PP. No se les pega a las manos ni se les desliza en el bolsillo sin que se den cuenta. Son gente desprendida y austera. Definitivamente, no es la razón.

La segunda, se dice, es que, al ser cuatro, les corresponden cuatro veces más asesores y personal de apoyo que a los demás grupos. En el fondo, es igual a la primera: apunta a la codicia, aunque esta vez en especie, en kilo de asesor más que en metálico. Y tampoco me parece cierta. Los de Podemos no son codiciosos, al menos de bienes materiales. Quizá de gloria, pero eso no está mal.

La tercera apunta a que, al ser cuatro grupos, aumenta el tiempo de intervenciones que les corresponden en la actividad ordinaria, sobre todo en el pleno. Aquí sí puede haber algo de motivación por cuanto a los morados les gusta mucho hablar, sobre todo si hay cámaras cerca. Es lo que mejor saben hacer. Algunos dicen que lo único, pero es maledicencia. No obstante tampoco creo que sea toda la causa porque los de Podemos saben que, al estar el tiempo tasado en el Parlamento, se lo distribuyen entre los grupos y lo que de más le corresponda a él será de menos para los otros. Y eso no es elegante ni juego limpio. No estoy seguro porque, según mi experiencia, eso del juego limpio, les suena un poco a tagalo.

En realidad, la verdadera razón es más profunda, se mantiene oculta y, en principio, es de imposible solución o de solución metafísica, que viene a ser lo mismo. Se explica así: los 69 diputados de Podemos y las confluencias de taifas quieren cuatro grupos porque no son un solo partido, sino cuatro, con lo cual cumplirían con el art. 23,1 del Reglamento, que prohíbe taxativamente grupos distintos a diputados del mismo partido. No son el mismo partido.

Pero eso choca con el discurso oficial, consistente en contabilizar los 69 diputados en un solo rebaño, pastoreado por Podemos. Así lo dijo Iglesias en la noche electoral y lo repiten todos, dirigentes y medios afines: Podemos tiene 69 diputados.

Entonces, exactamente esas 69 señorías ¿a cuántos partidos pertenecen? ¿A cuatro o a uno? Si pertenecen a uno, como dice la dirección de Podemos, solo puede tener un grupo parlamentario, según el reglamento. Si pertenecen a cuatro, como sostienen las taifas-confluencias, pueden tener cuatro grupos, pero eso contradice el discurso oficial y, no pudiendo decirse eso de "tres personas y un solo dios verdadero", pues son cuatro, hay que aclarar el embrollo. Para complicarlo, cada una de las confluencias tiene el partido de los círculos (o sea, que sí son el mismo partido) pero también tienen otros partidos, grupos, asambleas (o sea, que no son el mismo partido). ¿Ven como la solución es metafísica?

En el fondo, la que Podemos propone es lo que podría llamarse de razón cínica y consiste en lo siguiente: los lideres pueden seguir hablando de los 69 diputados de su partido, pero los interesa que haya los cuatro grupos parlamentarios porque así se disimula más que no son 69 diputados sino 42 (de Podemos) y los 27 restantes se reparten entre las confluencias/taifas. De esa forma a nadie le extrañará mucho que los 12 de En Comú Podem voten contra un posible gobierno de Podemos si no hay referéndum o que hoy el clarinete vote contra el violín y mañana lo haga el cello. Si estuvieran todos en el mismo grupo no sería un cuarteto sino un gallinero, lo cual pude resultar vistoso y entretenido, pero es poco leninista. .

La solución es un algo descarada pero a los de Podemos les va de entrada que se los tomen en serio. Por ese motivo ya han empezado las negociaciones para la constitución del Parlamento y, según mis noticias, en este momento, ofrecen al PSOE la presidencia de la Cámara a cambio de que se les den los cuatro grupos.

Un ejemplo vivo de nueva política.

divendres, 8 de gener del 2016

El referéndum lo carga el diablo

Esto no ha hecho más que empezar y ya lleva una velocidad de vértigo. Rajoy desayunó ayer su correspondiente sapo: el PSOE no lo inviste y se niega a facilitarle la investidura. Empieza a comprender que la realidad no es como él quisiera y se le ha agriado el ya torcido gesto que luce habitualmente. Cuatro años de gobierno de abusos, arbitrariedades, mentiras e inmoralidades, a cargo de unas gentes que lo que tienen de estiradas lo tienen de patibularias, agrediendo a todos los sectores sociales, excluida la oligarquía de banqueros y empresarios y sus apoyos, los curas y los militares; cuatro años esquilmando el erario (legal e ilegalmente, pues la densidad de ladrones en el PP es pavorosa), destruyendo los servicios públicos, reprimiendo a la gente a palos y multas y dejándola sin derechos han servido para que el país entero esté deseando perder de vista a esta cuadrilla de indeseables y que no tengan ni un apoyos para formar gobierno, no ya con mayoría absoluta sino en minoría aunque lo intentara. Los 178 diputados del PSOE, Podemos, IU, ERC y DiL quizá no serán capaces de ponerse de acuerdo para formar un gobierno de izquierdas, pero sí para tumbar uno de derechas.

Estoy esperando el momento en que Rajoy vaya a ver al Rey a poner su cargo a disposición y confesarle que no tiene posibilidad de formar gobierno. Lo disfrutará el país entero que, por fin se librará de la vergüenza de tener a este inútil y presunto corrupto de presidente. A ver si esto se normaliza un poco y el presunto se convierte en una ridícula memoria.

Luego tocará la vez a Sánchez. Desde el máster en gobierno de izquierda que está haciendo en Portugal, pidió un "gobierno de progreso" para España. Contaría con Podemos, siempre que se olvidara del referéndum, cosa que este pareció aceptar por la mañana, solo para desdecirse por la tarde y sostener, aunque sin mencionar la terrible palabra, que el carácter plurinacional de España debe respetarse. Mucha gente, entre ella, "El País", pide a Podemos que renuncie al referéndum. No se da cuenta de que, como era de esperar, en lo tocante a este asunto, Podemos es No Podemos porque, si se desdice del referéndum, los 12 diputados catalanes de En Comú Podem y algunos de otras confluencias de taifas se rebelarán, votarán en contra, no habrá gobierno de izquierda y dejarán al descubierto la superchería de Podemos que, en verdad, tiene 42 diputados. Los otros 27, depende de lo que se trata, pueden hasta votar en contra.

Con claridad meridiana: si se pide referéndum el PSOE no formará gobierno con Podemos; si se niega el referéndum, el gobierno "de progreso" contará con 90 diputados del PSOE, (más o menos) 52 de Podemos y 2 de IU, o sea 144, porque tampoco se sumarían los 9 de ERC y los 8 de DiL. Y 144 son menos que los 163 que sumarían PP y C's.

Como están las cosas, no hay gobierno posible en España, salvo el de la gran coalición que, según parece, propugna Felipe González a quien hacen hoy más caso en el PP que en el PSOE. O sea, debemos prepararnos para nuevas elecciones en mayo.

Palinuro desiste de la idea de convencer a la dirección socialista de la necesidad de aceptar la idea del referéndum por ser lo democrático y lo que, al final, habrá que hacer cuando hasta los socialistas comprendan que no hay otra salida en Cataluña. Vamos, pues, a nuevas elecciones.

Sin embargo, de aquí a la disolución de las cortes, la izquierda, aunque no pueda formar gobierno por causa del referéndum, sí puede hacer algo útil por el bien común y, de paso, demostrar que este le importa. Los 178 diputados de la izquierda tienen la obligación moral de derogar ipso facto la Ley Mordaza, la LOMCE y la reforma laboral. No es de recibo que los españoles no puedan manifestarse en los espacios públicos sin que los forren a palos y multas por decisión de una pareja de psicópatas; tampoco que los niños tengan una enseñanza disparatada, manejada por lo curas; ni que los trabajadores hayan de seguir sufriendo un minuto más las condiciones de arbitrariedad y explotación a que están sometidos.

Hagan algo, ya que no consiguen formar gobierno.