¡Qué dura es la vida! Quienes iban a asaltar los cielos y echar a patadas a la casta, no han llegado ni al entresuelo y son ellos mismos casta. Ya están cambiando cromos: la presidencia de la mesa del Congreso contra cuatro grupos parlamentarios, un puesto en mesa a cambio de que no me armes un lío. Aprenden rápido. Pero les queda un trecho. Ayer mostraron su bisoñez y, por pedir demasiado (un defecto que los caracteriza) se quedaron sin nada, casi sin mesa y sin grupos parlamentarios para sus tres franquicias. Los demás grupos, (PP. PSOE y C's) más avezados, se repartieron las tajadas y dejaron a Podemos el privilegio de patalear ante las cámaras, hablando de que "los tres del búnker comienzan a cabalgar". Es de esperar que cuando adquieran más experiencia acudan a metáforas menos estrambóticas porque eso de ver un búnker cabalgando choca.
¿Qué pasa con esos cuatro grupos parlamentarios que quiere Podemos? El lector encontrará una explicación en un post anterior de Palinuro, El cuarteto de San Jerónimo.
No es un capricho, no; ni un acto de codicia; ni ganas de fastidiar. Podemos necesita los cuatro grupos para sobrevivir y que no se descubra (demasiado) la superchería que ha montado con los 69 diputados que proclama como suyos cuando suyos son solo 42. Los otros 27 son de sus franquicias gallega (6 En Marea; Beiras), catalana (12 En Comú Podem; Colau) y valenciana (9 Compromís Podem; Oltra) y ninguna de las tres quiere formar grupo con Podemos por la muy sencilla razón de que no son de Podemos. Los grupos distintos son para disimular la engañifa, que ya empezó la nocha electoral del 20 de diciembre; engañifa, típica de la vieja política, de vender una derrota como una victoria. Otra prueba más de que se trata de una engañifa es que las franquicias ya están negociando con otros partidos (ERC, IU) la formación de grupos. Todo antes que ir al de Podemos.
Se entiende que los morados, muy nerviosos, amenacen al PSOE con no formar gobierno si no cede en lo de los grupos. Amenazas, cambalaches, negociaciones. Muy nueva política. Pero sea nueva o vieja la política, ¿podrían aclarar los de Podemos exactamente cuántos diputados tienen? No, no pueden porque no lo saben ni ellos. Situación esta no ya pintoresca sino claramente chusca, producida por su inveterada costumbre de vender la piel antes de matar al oso.
No ganaron las elecciones; las perdieron. E inventarse 69 diputados donde solo hay 42 (dos más que Rivera, el de C's) no les hará ganarlas.