divendres, 29 de juny del 2018

Mañana, Palinuro en Riells i Viabrea

A las 19:30 en el Casal del Poble en la Plaça de la Vila. Será una xerrada grata y espontánea, sin duda, pues versará sobre "la situación actual", como reza la convocatoria. Imposible avanzar nada porque, a la velocidad de los acontecimientos, la "situación actual de hoy" no será la de mañana ni de lejos. Por ejemplo: es encomiable que el gobierno español decida acercar los presos políticos a sus casas. Pero no debe olvidarse que lo más cerca de sus casas que pueden estar los presos es en sus casas, que es en donde debieran estar y no como presos sino como personas libres.

¿Han visto ya el documental de Roures? Es la prueba evidente, aplastante, de que todo el procesamiento de los Jordis en concreto es una fabulación, una maquinación que contradice los hechos y se mantiene como un castillo de naipes de una interpretación retorcida que no se sustenta en nada. La violencia de que se los acusa no existió jamás y no existió precisamente porque los Jordis la impidieron.

¿Cabe mayor iniquidad?

dijous, 28 de juny del 2018

Hoy, Palinuro en Vidreres

En el contexto de unos cafés por la República, para hablar de ese hecho cuya inevitabilidad es cada día más abrumadora, el de que, mientras Catalunya avanza, España queda cada vez más atrás, embarrancada en su decadencia autoritaria. De nada sirve que cambie el gobierno central, que un partido de delincuentes sea substituido por otro de tan autoritario como el anterior aunque, en principio, menos delictivo. Pero quizá por eso mismo y por la pintoresca buena conciencia que trae con eso de que es "la izquierda", más peligroso para las libertades públicas.

En realidad, a cada instante, España aparece como más rezagada, más de otra época, de otro mundo. La intervención del impresentable Morenés ayer en Washington nos retrotrajo a los días más felices de esta tropa de hinchados, pretenciosos y petulantes franquistas, los de su amado caudillo. Es tan ridículo ver al traficante en armas Morenés insultando al MHR Torra como el cardenal Cañizares arrastrando sus cinco metros de cola cardenalicia, como M. Rajoy (a) "Sobresueldos" bailando, como las podridas vestales de la derecha, Cospedal y Santamaría con sus peinetas y mantos y crespones negros, como Casado luciendo títulos sospechosos que no pueden ocultar su infinita ignorancia...

En fin, de lo que se trata es de ver en qué momento la República Catalana se libra de esta siniestra rémora española. Nos vemos luego a les 20:00 al Teatre del Casino en Vidreres.

Los bárbaros ante portas

Dice el MHP Torra que Catalunya será pronto un Estado independiente. El Apocalipsis. Llegan los bárbaros. Termina de hundirse el imperio. Caveant Consules. Tal vez por eso el embajador español en Washington, Morenés, de los Morenés de toda la vida, fue a reventar la conferencia de Torra en el Smithsonian, llamándolo mentiroso por lo que los catalanes abandonaron la sala. Lo cuenta Laura Borràs en su tuiter.

El nerviosismo hispano crece por horas. Ese embajador Morenés recuerda a aquel otro Lojendio que, en 1960, se presentó por sorpresa en el plató de la TV cubana para encararse con Fidel Castro y llamarlo mentiroso. Castro lo declaró persona non grata. La honra de España estaba entonces en juego; como ahora en Washington. Y los embajadores son gente de mucha honra, sobre todo si la hacen valer frente a quienes consideran pueblos coloniales, antaño Cuba, hoy Catalunya.

La derecha ha dejado a los socialistas un campo de minas. Torra anuncia que el día 9, pedirá a Sánchez negociar un referéndum de autodeterminación. Es decir, preanuncia su reciente idea de proceder a un nuevo 1º-O. Los Comuns se le han puesto en contra y a la CUP no le hace especial gracia por entender que es seguir dando vueltas al atajo, como dice el poeta. Pero quien está más ferozmente en contra es el propio Sánchez que se ha permitido aconsejar a Torra desde Alemania que se olvide del 1-O. Una muestra palmaria de que no sabe ni por dónde se anda. Ni Torra ni nadie en Catalunya va a olvidar el 1-O. Por si le sirve de algo, cosa que dudo, le informo de que es una de las fechas con más posibilidades de convertirse en fiesta nacional de una Catalunya independiente. 

Más vale que el antiguo bloque del 155, con el PSOE ahora en cabeza, cambie la dirección de la nave antes de lanzarla contra los escollos de un movimiento independentista encabezado por unas instituciones legítimas pero hostilizadas, con un fortísimo apoyo social masivo y una constelación de símbolos vivientes en la cárcel y el exilio. 

El Tribunal Supremo echa una patriótica mano en la tarea de justificar judicialmente una persecución política. En clara muestra de conciencia nacional española antes que jurídica, admite el procesamiento de los indepes catalanes por los delitos que ha fabulado Llarena. La intención es obvia: situar a los procesados fuera del alcance de los gobernantes españoles de los que los jueces franquistas no se fían porque los consideran radicales, rojos peligrosos y vendepatrias. A los del PSOE. 

En efecto, al PSOE le corresponde un marrón del que no parece pueda salir indemne. Las presiones para una disolución  y convocatoria de elecciones anticipadas van a ser enormes. Pero, al mismo tiempo en una situación tan cómica que mueve a risa. Ninguno de los dos partidos que más vociferantes son en la exigencia de comicios, C's y PP, está en situación de concurrir a ellas. C's aun no ha conseguido explicarse a sí mismo cómo ha conseguido perder una moción de censura que se le hacia al otro. Y el otro, la banda de malhechores, porque se encuentra con el insospechado hecho de contar con más candidatos que electores en las primarias. 

El conflicto exterior es una prueba más de la existencia de un poder dual de facto, no de iure todavía, en España. Y para hoy hay previsto un acontecimiento que quizá deje chico el ridículo de los juegos del Mediterráneo, en concreto la llegada del rey a Girona a la entrega de los premios Princesa de Girona. Como prácticamente no puede pisar núcleo urbano alguno por ser persona non grata en diversos municipios, entre ellos Girona capital, parece que llegara en helicóptero y se marchará de igual modo. Tendrá un toque religioso pues  más que una llegada será un descendimiento y más que una marcha, una ascensión. No se sabe oirá los pitos que los CDRs tienen convocados. Si no los pitidos, a lo mejor percibe el aroma del estiércol que andan derramando los payeses con los tractores por el campo.

Hay algo tragicómico en este fin de ciclo español.

De República a República

Mi artículo de ayer en elMón.cat, titulado Joc entre republicans. Versa sobre esta delicada cuestión de la República. Durante años, Palinuro ha lucido en la columna de la derecha un Gif con una bandera republicana ondeante para proclamar su ardoroso republicanismo. Y muchas veces abordó el tema República, muy dolido de que la izquierda siempre adujera que no era el momento de plantear el asunto. Durante treinta años nunca fue el momento. Palinuro arrió la bandera de la república española y se sumó a la de la catalana. No por ello dejaba de simpatizar con la española, pero era y es evidente que no goza del apoyo de que debiera ni de quien debiera y sus perspectivas son más bien escasas. La República catalana es un hecho, en cambio. Y, por si alguno hubiere más purista del realismo de la lengua, cabe decir, una República in fieri. A partir de aquí, ese enclenque republicanismo español pudiera vigorizarse y ojalá que así fuera. Pero también podría suceder lo contrario. El republicanismo catalán es independentista y el español, me temo, a cambio de impedir la independencia de Catalunya está dispuesto a abandonar su ideal republicano.

Y así es difícil construir una República española.

Aquí el texto en castellano:

Entre republicanos anda el juego

El independentismo catalán es republicano y, por tanto, doblemente molesto, por independentista, para todos los españoles, y por republicano para los españoles monárquicos. No debiera serlo para estos últimos y, según sus esporádicas declaraciones, no lo es. Antes al contrario, se proclaman relaciones fraternales entre el republicanismo español y el catalán.

Ahora bien, así como el republicanismo catalán es consistente, pertinaz, masivo, transversal, mayoritario y muy activo y eficaz, el español es disperso, ocasional, minoritario y enclenque. No es un juicio despectivo ni apresurado. El pasado sábado hubo una consulta popular en el barrio madrileño de Vallecas para un referéndum a escala estatal sobre monarquía o república. Algo que venía a ser una especie de réplica de la mítica consulta independentista de Arenys de Munt en 2009, movida por la CUP, en la que votó más del 40% del censo y más del 92% lo hizo a favor del sí.

En el caso de Vallecas, y los datos son suyos, votó el 4,8% del censo y, de este, cerca del 90% lo hizo por la República. Señalar este dato no es malintencionado sino simplemente realista. Si en una zona como Vallecas esta consulta anima al 4,8% del electorado, en otros lugares será sin duda peor. Muchos arguyen que el referéndum vallecano se hizo sin medios, sin infraestructura, sin logística, cosa muy digna de tenerse en cuenta. Pero lo cierto es que ningún partido ni movimiento social de envergadura la apoyó. Y eso también tiene su significado a la hora de hablar del republicanismo español y calibrar sus posibilidades en comparación con el catalán.

Todos esperan que Vallecas funcione como una chispa que encienda la adormecida pradera republicana española. Pero ese deseo se formula sobre el fondo de una realidad muy desalentadora. Los datos son los que son. La causa republicana en España es de poco más que cenáculos literarios y depositarios de un viejo legado. Los partidos políticos son casi todos dinásticos. De modo directo (PP y C’s) o indirecto a través de algún descarado absurdo del tipo de que los republicanos se sienten muy a gusto con esta monarquía como en el PSOE. Quedan los indepes catalanes y los nacionalistas vascos y gallegos y queda Podemos, como siempre, nadando entre dos aguas. Piden que el rey someta su corona a referéndum, pero no mueven un dedo para hacerlo realidad, como se demuestra en el caso de Vallecas.

Y como el republicanismo español carece de vigor, se apunta el remedio de vincularlo a su rozagante hermano catalán utilizando diversos artilugios verbales como que la lucha por la República catalana es, en realidad, la vanguardia del republicanismo español. Y, aun más audazmente, el republicanismo español será el aliado natural del catalán.

Esta idea del republicanismo fraterno requiere reflexión. Por supuesto, el catalán aceptará siempre toda ayuda que proceda de España y demuestra –acaba de hacerlo- disposición a colaborar con la izquierda española, a la que presume más republicana que la derecha, de modo gratuito. Pero hasta ahí llega la colaboración. Porque, mientras no se demuestre lo contrario, el republicanismo español es más un desiderátum que una realidad.

Y sobre todo porque una hermandad más sentimental que real tropieza con dos inconvenientes que corresponde aclarar al republicanismo español, antes de incurrir en la habitual confusión que conduce al fracaso. Hay confusión histórica y confusión actual. La histórica no es preciso refrescarla, pues está en la memoria de todos: las relaciones de la Generalitat con la República españolas oscilaron entra malas y pésimas. Fue la República española la primera en encarcelar a Companys.

La confusión presente es más preocupante. El republicanismo español carece de pulso político. No hay siquiera un Partido Republicano en las Cortes. Los núcleos republicanos más activos suelen estar animados por comunistas y tanto estos como los que son más puramente republicanos son profundamente antindependentistas. El republicanismo español no existe y, en la medida en que existe, es antiindependentista e incluso anticatalanista.

No hay ni puede haber relaciones fructíferas entre los dos republicanismos, al menos mientras el catalán no deje de ser independentista o el español antiindependentista. Fraternales pueden ser. Siempre sin olvidar que hermanos eran Caíny Abel y Rómulo y Remo.

dimecres, 27 de juny del 2018

Hoy, Palinuro en Sant Hilari

Para hablar sobre la oleada de neofranquismo que nos invade y las tareas y oportunidades de la República Catalana. Tal ha sido el desarrollo de los últimos años. Franco regresaba de la mano de un partido de mangantes y estafadores, que lleva veinte años saqueando el país. A su vez, el independentismo catalán, hasta 2010, aproximadamente, sostenido por menos del 20% de la población catalana, escalaba hasta el 50% y seguirá haciéndolo. Ese éxito del movimiento republicano independentista se debe tanto a los méritos propios en organización, perseverancia y trabajo como a los deméritos del nacionalismo español, gobernado por granujas y auténticos merluzos de los de España una, grande libre y muy y mucho españoles.

Es el neofranquismo de la derecha española el que ha disparado las opciones de la República Catalana. Si el referéndum de autodeterminación en Cataluña se hubiera hecho hace diez años, lo habrían ganado los unionistas. Como están las cosas, tras la barbarie del 1-O, la prisión y el exilio de los líderes, el 155 y demás actos de tiranía, lo más seguro es que lo ganen los independentistas. Por eso no quieren hacerlo los españoles; porque saben que lo pierden. Pero tendrán que hacerlo, pues no hay otro remedio, por más que Sánchez ande a la desesperada en busca de algún ideólogo de esos que firman manifiestos que le fabrique una teoría para seguir negando los derechos de los catalanes pero sin transmutarse en M. Rajoy.

Quizá lo consiga; quizá no. Pero, en todo caso, nosotros a lo nuestro. La República Catalana tiene mucho camino que recorrer.

Nos vemos en St. Hilari,

A Girona, presentació de "España quedó atrás"

El proper dilluns, 2 de juliol, a les 19:00 h a la sala Montsalvage del auditori Palau de Congressos de Girona, el MHP Artur Mas i un servidor presentarem Espanya quedó atrás. Ens acompanyara la batllesa Marta Madrenas i ens moderara Xevi Xirgo, director d'El Punt Avui. A tots ells el meu més profond agraïment. 

Des del 1º-O està clar que Espanya va quedar enrere en la història de Catalunya. Per això vol Sánchez que ho oblidem. Dimarts, 2 de juliol parlarem de quant enrere.  

Ens veiem a Girona.

La edad de la razón

Tiene razón quien yo me sé. Es posible que Sánchez no traiga cambios en las líneas generales de gobierno del PP, pero parece haber infundido cierto valor y un ánimo más osado en diversos estamentos sociales. Casi como si estuvieran perdiendo el miedo. Es como si hubiera un despertar general del estado comatoso y hasta catatónico en que parecía encontrarse la opinión pública y hasta los sectores fabricantes de doctrina. 

Tengo registrados varios casos que avalan este juicio. Un magistrado dice ahora que sufrió tremendas presiones mientras se ocupaba de la Gürtel. No lo dudo, pero señalo que pudo haberlo dicho antes. Una asociación de juristas se querella contra una veintena de jueces y fiscales por entender que han faltado gravemente a sus deberes en defensa de la independencia de la justicia. El personal se rebela (de rebelión), ya no se deja callar y menos pisar, pero también podía haber actuado antes. 

Pablo Iglesias va a visitar a los presos, gesto loable, desde luego. Pudo haber ido hace meses porque llevan más de seis injustamente encarcelados. El mismísimo Sánchez ha firmado un salvoconducto urgente para que la visita se realice. El Sánchez que hace poco pedía se prolongara el 155 y se reformara el Código Penal para convertir el independentismo en delito. Con Sánchez en el gobierno se anima a lo desconocido hasta el mismo Sánchez. Impulsado por este general envalentonamiento de la ciudadanía, Iglesias se postula como mediador en el conflicto catalán, facilitador del diálogo. Mediador entre Torra y... ¿quién? No será el PSOE cuando el PSC se suma al PP y a C's en el rechazo a una moción de ERC pidiendo diálogo "sin condiciones". La mediación a lo mejor consiste en establecer un diálogo "con condiciones". 

Al espíritu generalizadamente crítico se suma Domènech planeando otra visita a los presos políticos. Estos acabarán siendo punto de peregrinación, de seguir las cosas así. Otro que podría haber encontrado tiempo en seis meses de injusto cautiverio para ir a testimoniar su aprecio a los encarcelados. En seis meses se ha dicho que los presos políticos son políticos presos (como Zaplana, por ejemplo) y se les han negado reiteradamente sus derechos, habiéndose llegado a afirmar que era preciso aplicar el 155 porque los indepes se habían vuelto locos. Casi como un ejercicio de perspectiva foucaultiana: los locos, a la cárcel.

Desde la posición indepe, estos movimientos son siempre bienvenidos porque todo cuanto sea conocerse, hablarse y entenderse será beneficioso. Pero su acción autónoma es independiente de esa nueva red de contactos. La República Catalana lleva su propia vía e implementación. La dualidad de poder de hecho sigue funcionando. Torra abre una oficina diplomática privada en Washington. De inmediato, miriada de conjeturas: ¿es competente? ¿Se extralimita? ¿Está privatizando el servicio exterior de la Generalitat? ¿Se salta la ley?¿Qué ley? Y ¿qué pretende? ¿Organizar un lobby, seguramente con más éxito que los de Aznar? ¿Puede el Estado tolerar un servicio exterior de una parte de sí mismo que le hace la contra y le socava su propaganda externa? ¿Lo sabe el ministro de Asuntos Exteriores? ¿Se debe volver a intervenir? ¿Regresar al 155? 

Y esto no ha hecho más que comenzar.

Está bien que se pierda el miedo que inspiraba la banda pepera y sus anclajes en otros poderes del Estado, pero, a estas alturas, visitar a los presos es lo menos que cabe hacer, casi como si fuera una obra cristiana de caridad. Si Iglesias quiere recortar una figura de estadista, algo a lo que Sánchez ni se atreve, que vaya a visitar a Puigdemont en el exilio. Puede hacerlo cuando quiera, no dependerá del humillante salvoconducto del presidente Sánchez y es seguro que el presidente Puigdemont lo recibirá encantado.

dimarts, 26 de juny del 2018

Macartismo universitario

En los años cincuenta del siglo XIX, Karl Marx, exiliado en Londres desde 1849, solicitó la nacionalidad británica, que le fue denegada. Se conserva el informe que el policía que lo atendió elevó a sus superiores dando pie a la negativa porque, decía el probo funcionario, "el hombre no ha sido leal a su Rey y su País". No ser leal a un rey y una patria permite sin duda pensar por inferencia que tampoco se será a otro rey y otro país. No estoy muy seguro de si cabe vincular la nacionalidad de un país a la lealtad o falta de lealtad del solicitante a otro rey pero estoy dispuesto a admitir que, si se trata de conseguir la ciudadanía de un lugar, esta petición tiene algunos (pocos) visos de verosimilitud.

En donde no los tiene es en la actividad de la Academia, de la Universidad que, como su nombre indica, está por encima de estas obediencias terrenas. Salvo que se esté hablando de España y la Universidad española en donde a veces se aplican criterios políticos y partidistas para tomar decisiones que debieran obedecer a fines exclusivamente académicos; en donde los profesores actúan como comisarios políticos del régimen y purgan a los adversarios de este, no por razón de sus méritos de estudio, sino de su doctrina política.

Obviamente, no se trata de que esta tradición de inquisidores respete el principio de libertad de cátedra que es propia del Occidente civilizado, cuando las Universidades acogían generosas a estudiosos perseguidos en otros lugares por sus opiniones, como sucedió, por ejemplo con Campanella en la Sorbona y muchos otros. Ya se sabe que el liberalismo jamás germinó en el solar español, ni siquiera en sus universidades.

Pero, cuando menos, estaría bien que disimularan. Hace una fechas, mi departamento de la UNED acordó negarme la condición de "colaborador honorífico", imprescindible para renovar la de profesor emérito. Los promotores trataban de hacerme daño. Su argumento, el único que se expuso por boca de un profesor a tiempo parcial y plumilla de "El País" a tiempo completo (y al que, en el ínterín, han echado de su cargo en el diario), Torreblanca, fue que, en mi condición de funcionario público estoy obligado a mostrar la lealtad y el respeto a las instituciones españolas que a él le parezca bien y no puedo manifestar determinados puntos de vista que se le antojan condenables.

Sin embargo, nadie, al parecer, (yo, lógicamente, no estaba presente) levantó la voz para decirle al Macarthy de turno que, aunque eso fuera cierto, que no lo es, no corresponde a un departamento universitario tomar decisión alguna restrictiva de derechos de su profesorado por razones políticas y no académicas. Para eso están los jueces, a los que el departamento ha suplantado. El fondo de la cuestión, claro, es mi posición favorable a un República Catalana independiente que profeso con el mismo derecho con el que otros profesan que Catalunya debe ser una región de España o, incluso menos que eso: el derecho de la libertad de pensamiento y expresión que no se puede reservar a los amigos y negar a los adversarios  so pena de quedar como lo que se es, un franquista.

No tiene mayor importancia. El impulsor se limitó a sacarse una espina personal por una controversia que habíamos tenido en las redes y de la que, por supuesto, no informó a los otros miembros, aunque varios de ellos, sin duda, la conocían. Otro departamento, Sociología I, actuando con criterios de rendimiento profesional y no macartistas al servicio de la derecha (y de la derecha ciudadana), decidió acogerme.

Queda claro que, si en la Universidad española hay profesionales competentes que se atienen a los principios académicos, también sigue habiendo los inquisidores de siempre, sin mérito ni categoría, que solo tratan de hacer daño. Sin conseguirlo, porque ignoran la gran enseñanza de Sócrates de que vale más sufrir la injusticia que infligirla. 

dilluns, 25 de juny del 2018

El Valhalla franquista

Sigue sin estar claro si el gobierno se atreverá a exhumar a Franco y llevarlo a otro lugar. Los ministros discrepan, azorados. Tocar el Valhalla de la dictadura es mucho atreverse. Y verse en la obligación de hacer algo con este horror moral y estético debe de producir escalofríos. Aparte del recelo mítico está la cuestión de los muertos. En Occidente se ha perdido la tradición del culto a los difuntos que, sin embargo, forma parte de sus raíces culturales. En la antigüedad los muertos debían ser honrados y enterrados, so pena de que vagaran por el Hades eternamente. Los romanos los propiciaban bajo la forma de los dioses manes. Algo de esto queda. No al extremo de que se hagan libaciones en honor a los difuntos, pero sí lo suficiente para que nadie admita como justa una situación en que hay decenas de miles de muertos que no están enterrados dónde y cómo debieran.

El franquismo es doblemente deudor a los españoles: una vez por los caídos sepultados en la basílica sin permiso de nadie y otra por los asesinados y enterrados de cualquier forma en cunetas o fosas anónimas. Eso es también lo que hay que decidir, aparte de llevarse los restos del genocida a cualquier otro lugar. Y no se apuren por el emplazamiento: no hay riesgo de que se convierta en lugar de peregrinación.

Las bandas franquistas habituales se han hecho oír por varios medios, protestando muy indignadas y amenazando de muerte a quienes osen tocar un hueso de su caudillo. Forma parte del espectáculo y no hay que prestar mayor atención. Al fin y al cabo, hasta los beneficiarios directos de la dictadura admiten que esa mole ridícula, ese monumento a la tiranía nacional-católica, carece de sentido. Con Franco, por cierto, debe irse la cruz, que es un atentado a la naturaleza, al paisaje, al skyline, que dicen los viajados. 

Sin duda, sacar a Franco de su tumba tieneun gran valor simbólico, aunque muy tardío. Pero tal cosa es el inicio de una actividad más amplia: hay que ilegalizar la Fundación Nacional Francisco Franco y cualesquiera otras asociaciones y organizaciones cuyo objeto sea embellecer la memoria del genocida. La activación de la Ley de la Memoria Histórica, esa que el franquista M. Rajoy dejó de aplicar, debe acelerarse y ampliarse a todos los aspectos de reparación y justicia postransicional que han estado abandonadas.

Pero, sobre todo, hay que proceder en el campo práctico. El Estado debe vigilar las bandas franquistas de todo pelaje en sus actuaciones, casi todas ellas concentradas en Catalunya; investigar si cuentan con ayuda directa o indirecta de organismos del Estado o en ellas participan miembros de las fuerzas de seguridad del Estado o militares, como en el caso de La manada. El gobierno tiene que poner coto a la impunidad franquista en las calles.

Es a los franquistas a quienes hay que aplicar ese código penal que Sánchez quería reformar para perseguir a los independentistas. Con los franquistas lo tiene más fácil. No es preciso reformar el código penal. 

Basta con aplicarlo.

Mañana, Palinuro en Barbastro

En un curso de verano de la UNED sobre España: retos y oportunidades. 40 años de Constitución, bajo la ilustrada dirección de David Lafuente Duran e Irene Delgado Sotillos. Por mi parte disertaré sobre "40 años de travesía" de 12:00 a 13:30 del martes, 26 de junio.

Tiene su valor que hayan invitado a un "enemigo de la Constitución" a celebrar su cuadragésimo aniversario. Sobre todo porque recientemente, mi departamento en la Universidad, decidió expulsarme a partir de octubre próximo por no ser leal a la Constitución, el Jefe del Estado, los tribunales de justicia, los profesores  enchufados de plumillas en El País y los grandes expresos europeus. Como si tuvieran autoridad para hacerlo y no estuvieran cometiendo una vergonzosa arbitrariedad perfectamente denunciable. No obstante, debo decir en honor de mi Universidad, que otro departamento, Sociología I, que se rige por criterios académicos y no de persecución macartista, me ha acogido en su seno. 

Hay algo curioso en la coincidencia: un curso en celebración de los 40 años de una Constitución que hasta ayer estaba en suspenso por el artículo 155 y un conferenciante víctima de los abusos de los típicos representantes del constitucionalismo. Este es el secreto de la operación: "que parezca una democracia" lo que ha sido y sigue siendo un régimen oligárquico y corrupto donde continúan mandando los mismos franquistas que ahora hablan de Estado de derecho. 

Mi mensaje en la intervención será muy sencillo: los 40 años de franquismo destruyeron España; los 40 años de posfranquismo "constitucional" la han enterrado. 

Esto no es un aniversario. Es un akelarre. Allí nos vemos.

Demà a la tarda Palinuro fent República a Guissona

Sí senyor, el mateix dimarts 26, en Guissona, a les 20:00 hores, una xerrada sobre com anem en això d'implementar la República a casa nostra. A vegades em demanen com veig les relacions entre nostra República i la espanyola. Y la resposta sol pot ser que n'en veig cap relacions. 

No crec qu'hi hagi un republicanisme sencer a Espanya. No crec qu'hi hagi republicans disposats a donar la cara per la República. La prova: el referendum d'ahir sobre monarquia/república a Vallecas, barri molt esquerrà de Madrit. Sobre 150.000 censats, van votar 4,8% per cent, dels quals gairebé 90% van votar república, és a dir, un 4,3% de vots (sis mil i escaig) per la República. A Vallekas. Imagineu al barri de Salamanca o la Castellana. Res a veure amb la consulta de Arenys de Munt de 2009. 

Cap partit de l'esquerra (PSOE, UP, etc) va donar suport al referendum republicà, per si el Borbó es mosqueja. Cap organizació social. Ningú. A Espanya gairebé no hi ha republicans. 

En tot cas, nosaltres anem per feina i el veïns ja s'ho faran.

diumenge, 24 de juny del 2018

El martes, Palinuro en Barbastro

En un curso de verano de la UNED sobre España: retos y oportunidades. 40 años de Constitución, bajo la ilustrada dirección de David Lafuente Duran e Irene Delgado Sotillos. Por mi parte disertaré sobre "40 años de travesía" de 12:00 a 13:30 del martes, 26 de junio.

Tiene su valor que hayan invitado a un "enemigo de la Constitución" a celebrar su cuadragésimo aniversario. Sobre todo porque recientemente, mi departamento en la Universidad, decidió expulsarme a partir de octubre próximo por no ser leal a la Constitución, el Jefe del Estado, los tribunales de justicia, los profesores  enchufados de plumillas en El País y los grandes expresos europeus. Como si tuvieran autoridad para hacerlo y no estuvieran cometiendo una vergonzosa arbitrariedad perfectamente denunciable. No obstante, debo decir en honor de mi Universidad, que otro departamento, Sociología I, que se rige por criterios académicos y no de persecución macartista, me ha acogido en su seno. 

Hay algo curioso en la coincidencia: un curso en celebración de los 40 años de una Constitución que hasta ayer estaba en suspenso por el artículo 155 y un conferenciante víctima de los abusos de los típicos representantes del constitucionalismo. Este es el secreto de la operación: "que parezca una democracia" lo que ha sido y sigue siendo un régimen oligárquico y corrupto donde siguen mandando los mismos franquistas que ahora hablan de Estado de derecho. 

Mi mensaje en la intervención será muy sencillo: los 40 años de franquismo destruyeron España; los 40 años de posfranquismo "constitucional" la han enterrado. 

Esto no es un aniversario. Es un akelarre. Allí nos vemos.

Dimarts a la tarda, Palinuro, fent República

Sí senyor, el mateix dimarts 26, en Guissona, a les 20:00 hores, una xerrada sobre com anem en això d'implementar la República a casa nostra. A vegades em demanen com veig les relacions entre nostra República i la espanyola. Y la resposta sol pot ser que n'en veig cap relacions. 

No crec qu'hi hagi un republicanisme sencer a Espanya. No crec qu'hi hagi republicans disposats a donar la cara per la República. La prova: el referendum d'ahir sobre monarquia/república a Vallecas, barri molt esquerrà de Madrit. Sobre 150.000 censats, van votar 4,8% per cent, dels quals gairebé 90% van votar república, és a dir, un 4,3% de vots (sis mil i escaig) per la República. A Vallekas. Imagineu al barri de Salamanca o la Castellana. Res a veure amb la consulta de Arenys de Munt de 2009. 

Cap partit de l'esquerra (PSOE, UP, etc) va donar suport al referendum republicà, per si el Borbó es mosqueja. Cap organizació social. Ningú. A Espanya gairebé no hi ha republicans. 

En tot cas, nosaltres anem per feina i el veïns ja s'ho faran.

46 - 1

¿A que se entiende el título? 

La flamante nueva directora de El País, Soledad Gallego-Díaz, en compañía de Carlos E. Cué, ha entrevistado al no menos flamante presidente, Pedro Sánchez. Casi una ceremonia iniciática para ambas. El antaño vilipendiado Sánchez ritorna vincitore y la casa lo acoge previa limpieza interna de gérmenes del pasado. Quizá una nueva época dorada para el gobierno y el diario. Suerte a los dos.

La entrevista arranca con pistoletazo de salida catalán. ¡Ah! Catalunya triomfant! ¿Qué quieren ustedes? Catalunya manda. Rajoy no cayó por corrupto, incompetente o reaccionario, aunque debiera. Cayó por los indepes catalanes. Y Sánchez está en donde está por la misma razón. Lógico que se arranque hablando de lo que más le importa (aunque lo disimule) y que lo haga con este repentino ánimo conciliador, tranquilizante con la repentina voluntad de entendimiento político que ha invadido al nacionalismo español. Sánchez está dispuesto a hablar de todo. Sin olvidar que ese "todo" excluye el procés. Nada de referéndum ni autodeterminación. Pero, de todo lo demás puede hablarse. 

¿Un avance frente al cierre de M. Rajoy? Ni avance ni retroceso. Punto igualmente muerto. Ese todo son las cuarenta y seis propuestas presentadas por Puigdemont a Rajoy en febrero de 2017 . Rajoy excluía una, la del referéndum. Igual que Sánchez. 45 propuestas negociables. Una, no. A continuación, Sánchez desgrana una serie de intenciones, juicios, propósitos y hasta profecías  con distintas formas de contacto con la realidad.

Propugna fórmulas que debe de considerar audaces y prometedoras como reunir la Comisión Bilateral Generalitat-Estado, un órgano estatutario en un marco autonómico que la Generalitat rechaza expresamente. Revisar financiación, infraestructuras, etc.,los 45 puntos de Puigdemont con el vagaroso añadido de un cambio a medio plazo de lo que llama el pacto constitucional porque ya ni de reforma de la Constitución osa hablar. 

El soufflé se desinfla solo con el vaticinio del presidente de que el "problema" catalán no se resolverá en un año, ni en dos, ni en cinco. Habla hasta de un decenio. Qué entiende Sánchez por "resolver" no necesita aclaración. Que no sepa cuándo lo conseguirá, incluso si lo conseguirá en su mandato, demuestra su fracaso como político, su carencia de proyecto.

Los tiempos del nacionalismo español no son los del independentismo. Tampoco los del nacionalismo español de más izquierda que el PSOE, UP. La propuesta de celebrar un referéndum pactado con el Estado fija su realización en el próximo milenio. 

El tiempo independentista, es muy distinto. El republicanismo plantea un reto aquí y ahora a la jefatura del Estado que es un reto de un órgano del Estado (la Generalitat) al propio Estado y en su forma simbólica más importante. Si el gobierno acepta esta situación, por mor de la "tregua" de Iceta, resultará que el Jefe del Estado solo podrá pisar territorio catalán como ciudadano privado. 

La normalidad que el gobierno aspira a establecer (y que se nota en la entrevista pues el periódico llama "políticos presos" a los "presos políticos") es imposible mientras haya rehenes políticos del Estado en la cárcel y en el exilio. Sánchez no sabe con exactitud qué va a decir a Torra el próximo día 9. Torra sí sabe lo que dirá a Sánchez. La distancia es abismal. Sánchez cree impensable que la Generalitat no acuda al Consejo de Política Fiscal. Torra cree impensable lo contrario.

Hay de hecho una situación de poder dual que el gobierno se obstina en ignorar para no verse obligado a reprimir. Su insistencia en "desjudicializar" el problema y tratarlo políticamente traduce su miedo a verse obligado a seguir los pasos de M. Rajoy, enviando al nuevo govern a la cárcel. Aquí ya no le valdría ni el argumento del maltratador, que empleó con el 155. 

La dualidad de poderes corresponde a la existencia de dos países distintos. Un ejemplo: ayer se celebró en Vallecas un referéndum sobre monarquía o República, a imitación del primero que se hizo en Catalunya sobre independencia sí o no en Arenys de Munt, en 2009. Mientras que en este pueblo hubo una participación de un 41%, con un 94% (más o menos) de síes, en Vallecas ha habido una participación del 4,8% con un 4,3% a favor de la República, equivalente a un 90% del voto depositado. Hay dos puntos en esta consulta dignos de resaltarse: uno es que no ha gozado, que yo sepa, de apoyo de los partidos de izquierda; el otro que cabe esperar una difusión de la idea y quizá otros referéndums en otros municipios; pero es una débil esperanza.  

Catalunya es republicana; España, no. 

dissabte, 23 de juny del 2018

La tregua

La idea es de Miquel Iceta, quien pide aprovechar los juegos olímpicos del Mediterráneo para declarar una tregua olímpica. Se aprecia la buena intención de este político tan polifacético. Solo que la figura parece desmesurada y fuera de lugar. La tregua olímpica original era verdadera: se suspendían las frecuentes y continuas hostilidades para garantizar la seguridad de los atletas. Actualmente, dadas las circunstancias, la tregua olímpica es meramente simbólica. El mundo está en perpetua guerra. No así en España, es de suponer. Pedir la tregua es reconocer que hay una guerra, lo cual es falso. Hay un conflicto político. Para convertirlo en guerra es necesario que ambas partes estén armadas, si no paritaria, asimétricamente. No es el caso de Catalunya. Por tanto no puede haber tregua en donde no hay guerra. En los juegos del Mediterráneo falta la guerra; como falta el corredor del Mediterráneo, una de las facetas del conflicto.

No obstante, se entiende, la idea es lograr un cese de hostilidades incruentas para posibilitar el paso a la segunda parte de la tregua olímpica clásica: negociaciones, acuerdos, pactos. Tampoco es mala ocurrencia, pero igualmente inoportuna. Cualquier negociación precisa tranquilidad, seguridad, normalidad. Es imposible aceptar como normal una situación con presos y exiliados políticos. Su liberación y exoneración es un requisito de cualquier negociación y, mientras se decide, su inmediato traslado cerca de sus familias. 

Parte del nacionalismo español parece dispuesto a explorar vías de entendimiento con los indepes. El gobierno, escasamente, la verdad. La tregua de Iceta no tiene contenido y, en el contencioso simbólico entre la Generalitat y la Corona, la ministra Celaá, ha expresado el apoyo del gobierno al Monarca. En su opinión los desaires a la Corona lo son en realidad a la Generalitat que demuestra no representar a todos los catalanes. Sin duda, ministra, pero a menos catalanes representa el rey y a muchísimos menos su gobierno de usted y no para usted de hablar.

Podemos piensa exponer al lunes al MHP sus planes para conseguir una España plurinacional en la que Catalunya se sienta a gusto. Es una base razonable de negociación, sobre todo si viene acompañada de la aceptación de un referéndum pactado de autodeterminación, como parece ser. Es una base razonable e inteligente. No hay otra salida. Sin embargo, el plan de la plurinacionalidad y referéndum a quien tiene que convencer no es a los indepes, sino a los demás partidos nacionales españoles, PP, PSOE, C's. Tarea hercúlea cuya imposibilidad es el punto débil de la propuesta de los morados y por lo que es poco probable que ascienda en votos a costa de los otros extremos, el unionista y el independentista. El suyo seguirá siendo el voto de la ambigüedad

El conflicto político no admite treguas ni conoce descanso. Todo lo que se haga institucionalmente en España y Catalunya llevará la huella del enfrentamiento. Y a extremos duros. Torra anuncia que la Generalitat rompe relaciones con la Corona y enciende una nueva crisis constitucional porque, aunque sea simbólica, es muy representativa. Desde un punto de vista de teología constitucional, es un sacrilegio. 

Pero está en la calle. El estadio se encontraba medio vacío y hubo abucheos y pitidos para repartir. Predominaban las banderas rojigualdas, prueba de que, probablemente, así como los indepes optaron por boicotear el acto, los tabarnianos hicieron acto de presencia. Si el apoyo de la dinastía en Catalunya es Tabarnia, la corte puede trasladarse a un plató de televisión en un programa magazine de la mañana. 

El independentismo tiene dos agravios recientes frente al Estado, los dos abundantemente expuestos,  los dos ignorados, uno, el de los presos políticos, ignorado por el gobierno y el otro, las disculpas por el discurso del tres de octubre, ignorado por el rey. 

El problema no es que las partes sean capaces de articular propuestas de convivencia alternativas a la actual, incluida la independencia, por supuesto. El problema es que esas propuestas ganen en un referéndum.

divendres, 22 de juny del 2018

El unicornio muerto

Cuenta una vieja leyenda que un día, los discípulos de Confucio encontraron un unicornio muerto en una cacería. Cuando el maestro lo vio comprendió que sus enseñanzas no se habían seguido y murió un año más tarde. 

No me extraña. Tienes la fortuna de encontrar un animal que no existe, pero está muerto, que es otra forma de no existir. La muerte de Confucio es como la conversión de Francisco de Borja quien, ante el cadáver de la bellísima Isabel de Portugal, juró "no más servir a señor que se me pueda morir". 

Este año de gracia de 2018 trae algunos aniversarios curiosos: centenario del nacimiento de Karl Marx y de la publicación de Frankenstein o el Prometeo moderno. Y el cincuentenario de 1968, año revolucionario; revolución de estudiantes y sabelotodos de varias capitales, singularmente, París. Revolución de intelectuales medio surrealistas o surrealistas por entero, con pizcas dadaístas. Los situacionistas lo juntaban todo y añadían el relato revolucionario del comic y el pop-art. La contracultura.

El unicornio muerto. 

Provisional

La decisión de la Audiencia navarra ha provisionalizado todo, aunque sin darse cuenta y eso es aun más grave.  Ha dejado en libertad provisional a los cinco sujetos de "la manada". Y, por lo mismo, ha dejado en situación de seguridad también provisional al resto de la sociedad; en especial a las mujeres; especialísimamente a la víctima. Porque ¿se han arrepentido de su delito? ¿Han pedido perdón? ¿Han prometido no reincidir? A los presos políticos catalanes se les ha requerido de modo inquisitorial que abjuren de sus convicciones y a estos cinco delincuentes, se les suelta a riesgo de que sigan agrediendo a la gente. Ahí está la gravedad, en que los jueces aplican un criterio estrecho de legalidad, sin tener en cuenta los derechos de sus potenciales víctimas, las citadas más arriba y el conjunto de la sociedad en cuyo interés se supone que actúan.

¿En dónde está el fallo? En las necesarias reformas mentales que dice la ministra de Justicia. Reformas mentales. Cambio de mentalidad, cosa que no se logra en un pispas. Y sí, es cosa de mentalidad. De la mentalidad reaccionaria y patriarcal de los jueces españoles, criados en la cultura jurídica del franquismo; mentalidad, por cierto, que comparten con la manada. Eso es lo que explica la estructura misma de los razonamientos del tribunal y el famoso voto particular. Los ahora condenados en libertad no veían delito y los jueces, en el fondo, tampoco. Cosa de mentalidad que ve la mujer como objeto de satisfacción del hombre. La tosca teoría se complica con algunas cesiones al espíritu del tiempo, cuidando de que el objeto no sea maltratado, que no afectan a la convicción profunda de que estas situaciones se definen siempre en términos no solo patriarcales sino machistas. 

En realidad, en Navarra, "la manada" se juzgó a sí misma y no se encontró culpable de violación. No se encontró culpable de nada pero, cediendo al ánimo público, se autocondenó ligeramente y ahora se pone a sí misma en libertad porque sabe que terminará ganando en la apelación, y siendo absuelta.

Los jueces que, ante una situación enmarcada en un contexto de dominación (que, en el fondo, comparten), no acuden a la equidad sino que se refugian en la literalidad de la norma no están haciendo justicia, sino perpetuando la injusticia.

Carta de Palinuro a Carme Forcadell, presa política

Viene Vila Web publicando una sección de cartas a las presas y presos políticos catalanes y una de ellas ha tocado en suerte -y muy buena suerte- a Palinuro. Y destinada a Carme Forcadell. Hela aquí como la publica el periódico.

Desde hace siglos, milenios, las cartas han sido un género al que siempre se ha recurrido para facilitar la comunicación entre gentes separadas por kilómetros, rejas, mares, gobernantes tiránicos, ríos, jueces prevaricadores, montañas, anatemas de los curas. Han servido para contar desgracias (x ej., la Séptima carta de Platón) o resignación filosófica (las de Abelardo a Eloísa). Con la invención de la imprenta, dieron origen a un género literario por derecho propio (Cartas persas, Cartas marruecas, Relaciones peligrosas, Carta al padre, etc) que llega hasta hoy (La breve carta para una larga despedida) y seguirá mañana. Siempre que haya alguien queriendo comunicar algo salvando distancias de espacio y/o tiempo, habrá cartas.

Esta es una de ellas.

Aquí la versión castellana:


Querida Carme:

Agradezco mucho a Vila Web que me permita entrar en contacto con vosotras, las presas y presos políticos. Aunque os tenga continuamente presentes, no basta con el pensamiento; y aunque también aprovecho todas las ocasiones para hacer realidad el pensar, la oportunidad de escribir una carta personalizada es de las que se agradecen especialmente. Sobre todo, si es una carta a una de vosotras, las mujeres presas, y a ti, a quien tengo el orgullo de conocer personalmente.

Así pues y ante todo, salud, Carme.

Recuerdo que una de las veces en que intercambiamos impresiones estaba también presente la inolvidable Muriel Casals que, de no ser por aquel accidente, hoy estaría haciéndoos compañía en Alcalá-Meco. Eran jornadas intensas, agotadoras, en mitad de un proceso que estaba encarrilándose a toda velocidad. Quienes encabezabais las organizaciones sociales, tan decisivas en la articulación del movimiento independentista, no dabais abasto y por eso, robaros unos minutos de charla era un privilegio. Y yo lo aprovechaba pues tenía interés en conocer de primera mano cómo se aplicaba en la práctica aquella idea que ambos compartíamos con millones de gentes más. Cómo la idea se hacía acción. Cómo la teoría se convertía en un poder material cuando encarnaba en las masas, como decía Marx. Tú eras independentista; yo, no. Ahora, sí. Me fui haciendo por el camino, y una de las referentes eras tú

La primera vez que te vi fue en unas noticias de alguna televisión; quiero decir que te vi y te identifiqué. Acababas una alocución diciendo “President, posi les urnes!” y yo pensé “esta mujer está haciendo historia”. Esa expresión debiera ser el lema del procés. El president estuvo a la altura, puso las urnas y las masas convirtieron la idea de la independencia en un poder material. Entre tanto tú, que eras presidenta del Parlament, representabas la legitimidad de la acción de un govern que estableció una hoja de ruta de dieciocho meses, para llevar a Catalunya de la autonomía a la pre-independencia y que cumplió estrictamente. En aquel año y medio actuaste con singular acierto, dignificando la magistratura, haciendo de pararrayos de las cóleras de la oposición y simbolizando la imagen de una República que, a partir del 1º O pasaba a realizarse. Y de eso también te encargaste tú.

Estuve presente en el pleno del Parlament del 27 de octubre y lo seguí atentamente, vi con qué firmeza conducías una sesión que todos intuían histórica, aunque todos trataban de disimularlo. La procesión y el peán de la victoria iban por dentro. Seguí la votación y escuché los resultados. Estuve a punto de escribirte un panegírico como Marianne republicana. Nunca lo he hecho porque pienso que uno de tus rasgos es tu seriedad, tu gravedad y lo profundo de tus convicciones, que no precisan hipérboles.

La respuesta del Estado, ciega y violenta, no ha conseguido aplastar el movimiento independentista. Antes al contrario, lo ha consolidado, profundizado, ampliado. Vosotros, las y los presos tenéis una doble función que se funde en una. Sois las rehenes del Estado español y, por eso mismo, el objetivo inmediato del independentismo. Las dos en una, pues sois el símbolo de la revolución catalana y tú, si me lo permites, especialmente relevante, pues representas el Parlament, esto es, el depositario de la soberanía del pueblo catalán.

Quienes hayan diseñado la política de represión son unos incompetentes porque ignoran la fuerza de cohesión que tiene la lucha por una causa noble. Todo el mundo, aquí y fuera de aquí contempla hoy cómo esa incompetencia –mezclada de crueldad, hay que decirlo- ha acabado consiguiendo lo contrario de lo que se proponía. El plan originario era muy claro, era el plan de los halcones del 155: un golpe contundente que desbaratara todos los equilibrios y las instituciones, suspensión de hecho de la Generalitat, encarcelamiento y exilio de sus representantes. Nuevas elecciones de inmediato, de las que se esperaba un resultado que validara la corrección de aquellas medidas autoritarias y represivas. Aplicando las “enseñanzas” del País Vasco: si encarcelas (o “descabezas”, en expresión de la vicepresidenta Sáez de Santamaría) a los dirigentes independentistas, si das un escarmiento, hay algunas protestas al principio pero, luego, la vida cotidiana manda, la normalidad se impone y de los presos ya no se acuerda nadie. Se acaba aceptando la situación. Se obedece al mando.

Justo al revés. El resultado de las elecciones fue el contrario al que esperaban, razón por la cual decidieron no respetarlo. Pero, además, es visible, patente para todo el mundo que los y las presas y las y los exiliados son motivo de movilización permanente a lo largo y a lo ancho de Catalunya. En todas partes se realiza todo tipo de actos en defensa de vuestra liberación y se toman las más diversas iniciativas. Tenéis el cariño y el apoyo de un pueblo entero que no solo no os olvida sino que se cuida de vosotras, piensa en vosotras y se preocupa por atenderos en cuanto necesitéis. Este fracaso de los represores es especialmente llamativo: no entienden que la relación mutua de apoyo entre la gente y vosotras no es solamente política sino también humana, cultural, popular. Al proceder contra vosotras como personas individuales, además de vuestra faceta política, tenéis la familiar. La gente se preocupa y se trasmite noticias sobre vuestros estados de ánimo.

Si querían sembrar la indiferencia, han incrementado la cercanía y el afecto. La gente canta, baila, reza, come, hace concursos y excursiones pensando en vosotras. Sois un faro que guía las esperanzas de un pueblo y las concreta en vuestras personas, no de forma abstracta o mística sino humana y de proximidad. Estáis en el centro del debate político y social. El lazo amarillo se ha convertido en un símbolo de resistencia pacífica de un pueblo. Es un gran mensaje: no hay liberación colectiva si no hay liberación personal.

Al no conseguir aplastar el independentismo, esa respuesta violenta, represiva, no puede perpetuarse. Y el gobierno que apostó todo a esa carta y se encontró con semejante respuesta tuvo que irse. Verdad es que no se fue por sí mismo sino que lo echaron las otras fuerzas políticas. Pero solo el hecho de ponerse estas de acuerdo en algo (Rajoy, no) era suficientemente milagroso. La cuestión que se abre ahora mismo es el talante, las intenciones del nuevo gobierno en condiciones de todos conocidas, esto es, 85 diputados y menos de dos años de mandato efectivo Los inicios son malos tirando a pésimos. Parece haber un sector de “dialogantes”, animado por el presidente, que ofrece negociar en el horizonte de una reforma de la Constitución en sentido federal. Y un sector de “beligerantes”, también apoyados por el presidente, partidarios de no dialogar ni negociar nada y de aplicar la Constitución como si fuera la purga de Benito o el bálsamo de Fierabrás.

Las diferencias son ligeras y ambos sectores coinciden en no cuestionar el enfoque ni las medidas adoptadas hasta la fecha por el bloque nacional del 155 a pesar de que, probado queda, han sido un fracaso tremendo, que causa más destrozo, mayor sufrimiento sin sentido alguno. Pretenden mantener como normal una situación en la que hay presos políticos, causas generales, represión constante. Es literalmente absurdo querer pasar por Estado de derecho una situación de excepcionalidad con presas y exiliadas políticas.

De chocar esta actitud, como chocará, con la resistencia catalana, es poco probable que el gobierno cambie de actitud y se avenga a un diálogo que no sea una imposición de antemano. Poco probable porque teme una repercusión negativa en su electorado español cuando falta poco tiempo hasta las próximas elecciones. Si no hay cambios, deberá prepararse para una situación de poder dual de hecho en España, entre esta y Catalunya. Como el Estado no puede admitir la dualidad de poder, hará como que la ignora mientras pueda. Llegará un momento en que no pueda y tendrá que convocar elecciones. En esas elecciones el independentismo tendrá que tomar una decisión entre las dos opciones que se le abren de participar o no en las elecciones parlamentarias de un país del que se considera independiente. Se abren muchas posibilidades pero es un debate que deberá quedar para el caso de que la circunstancia se dé. La sola posibilidad de incluiros en una lista única de país a las generales del Estado español es un buen argumento en favor de la opción de participar en ellas.

Entre tanto, con respecto a la política de represión, todos admiten hoy, incluso lo desean, que se trate de un paréntesis. Al margen de las peripecias que, sin duda, se vivirán, en algún momento ese paréntesis se cerrará. El Estado no tiene salida alguna para Catalunya que no sea la negociación de un referéndum, a la que se ha negado siempre, contra toda razón y justicia. Y contra la voluntad expresa de la mayoría de las catalanas, expresada en cuatro ocasiones a nivel nacional y en muchas otras más a nivel local. Cuatro ocasiones nacionales, 2014, 2015, 2017 (octubre y diciembre) que han dado mayoría política y moral al independentismo. El Estado no tiene base para negarse a un referéndum vinculante con mediación internacional. No hay otra. Catalunya no puede volver al estado autonómico y el Estado no puede impedir el arraigo de los instituciones republicanas salvo intensificando la violencia y no parece que haya lugar.

Ese referéndum no podrá celebrarse teniéndoos encarceladas.

Vuestra liberación es el empeño de todo un pueblo que la identifica con la suya propia como pueblo.

dijous, 21 de juny del 2018

Catalunya y el Rey

Aquí mi artículo de ayer en elMón.cat, titulado El poder dual i el triangle, en el que junto la idea del "poder dual" (gobierno español, gobierno catalán) con la figura triangular de las instituciones españolas: Corona, gobierno español y gobierno catalán. Innecesario decir que el interés se centra no solamente en las relaciones entre los dos gobiernos sino entre la Corona y el gobierno catalán. Aunque el carácter republicano de este es contrario al monárquico del central, en el caso de la Corona, la oposición es básica y esencial. La monarquía y la República son mutuamente excluyentes. De eso se trata.

Aquí la versión castellana: 


El poder dual y el triángulo
                                                                                                          
El llamado conflicto o reto catalán o cuestión o matraca catalana, según el comunicador, se mueve como un poder dual, el del gobierno central y el del govern en términos efectivos y reales. Otra cosa será su calificación jurídica. Es obvio que, desde el punto de vista de la legalidad española el concepto mismo de “poder dual” es inaceptable. Pero funciona.

Y funciona en una estructura triangular. Los poderes reales (aunque desequilibrados) son el gobierno central y la Generalitat, pero, a su vez, se relacionan con el tercer vértice que carece de poder real (al menos nominalmente), pero no de existencia, esto es el rey, la Corona. Cada uno de los tres puntos se relaciona con los otros dos si bien uno de ellos es simbólico y el poder real es dual.

Las relaciones recíprocas dibujan las expectativas del sistema político español y la República Catalana. Las más obvias, las que se dan entre el gobierno central y la Generalitat están presididas por un obstáculo insalvable, al estilo de la polémica de los universales. Para el Estado español, el pueblo catalán no puede autodeterminarse porque no existe como tal pueblo en sentido político y jurídico, aunque sí cultural, folklórico, lingüístico o religioso. No puede haber referéndum alguno porque una parte del pueblo español (que es el universal del catalán) no puede autodeterminarse frente al todo. O no debe, porque, por poder, los cánceres pueden.

El empeño del independentismo en gobernar con el máximo grado posible de autonomía, de independencia republicana, tarde o temprano provocará una nueva crisis con el Estado, tanto si se trata de la investidura de Puigdemont como de la restauración de las actividades que fueron intervenidas y bloqueadas por el 155 y todo lo más allá que se pueda. Y, ¿hasta dónde se podrá? Eso dependerá de la correlación de fuerzas parlamentarias. El gobierno necesita los 17 votos independentistas no para ir contra ellos (pues para eso cuenta con todos los demás) pero sí cuando vaya contra la derecha.

Así que las relaciones entre los dos polos del poder dual gobierno/govern estarán repletas de ficciones. Cuando el gobierno central habla de “debate sobre el estado de la Nación” los independentistas lo consideran “debate de política general” y se refieren a lo mismo. En otros terrenos se recurrirá a ficciones similares. El govern se titulará govern de la República Catalana pero el Estado leerá govern de la Generalitat.

A su vez, las relaciones entre el gobierno central y la Corona parecen en buen momento a fuer de vacías. Sánchez se ha puesto al servicio del trono, en garantía de que no se tonteará con propuestas de referéndum sobre monarquía/república. No toca ni tocará jamás mientras haya derechas e izquierdas españolas, unidas en amor a la Patria, identificada con una bandera, una cruz y una corona. Sale barato al rey el apoyo socialista. Si acaso una brumosa reforma de la Constitución en sentido federal cuyo último techo sería la monarquía belga. Porque ella como tal, como Corona, no tiene nada que decir. No que no deba sino que no se le ocurre. Su último pronunciamiento fue la lamentable arenga de parte del 3 de octubre de 2017 y hasta el mismo rey, quizá, entenderá que no se le puede dejar solo.

Las relaciones más interesantes son las de los dos otros vértices, la Generalitat y la Corona. Aquí se tropieza con una nueva imposibilidad metafísica pues ninguna de ellas reconoce el principio mismo de legitimidad de la otra. La Generalitat es una institución republicana y la República es el antónimo directo de la monarquía. El presidente Torra anuncia que, cuando se lo encuentre, reclamará al rey disculpas por su discurso del 3 de octubre amparando la violencia del 1º-O. Por lo demás, tampoco es fácil que se lo tropiece por la calle dado que se multiplican los lugares cuyas autoridades y órganos representativos declaran al monarca “persona non grata”. Al final van a llamarlo el rey del chotis porque se baila sobre una baldosa.

Cierto, son relaciones Corona/Generalitat en un terreno puramente simbólico pero, por eso mismo con un enorme impacto político. Es difícil gobernar un país cuyo jefe de Estado no tiene libertad de circulación por el territorio que domina y no domina. Las proscripciones institucionales del monarca son una muestra palpable de la crisis constitucional del Estado español. Se añaden ahora dos “retos” más: la transferencia de la vía catalana a Euskadi y consiguiente petición de referéndum de autodeterminación y la reclamación de un referéndum digamos ordinario sobre monarquía/República a escala estatal movido por los navarros.

El Estado español no parece capaz ni de negociar su supervivencia.

Hoy, retorno a los Indignados

El movimiento 15 M, los Indignados, la Spanish Revolution, un inesperado estallido de revuelta que se produjo en 2011, a los tres años de comenzada una crisis de ciclo largo. Hubo formas innovadoras de protestas. El movimiento se hizo con plazas emblemáticas, okupandolas, pues en muchos casos la permanencia se hacía con tiendas de campaña. Reinaba la espontaneidad, la coordinación a través de las redes y se rechazaban los partidos políticos, algunos de los cuales pasaron por allí a hacerse la foto.

El movimiento suscitó una cantidad de libros de diverso empaque al principio y algo de teorías sobre la acción política institucional, el espontaneísmo, la democracia asamblearia etc. Todos productos efímeros. Siete años más tarde, a modo de jubileo y con la consabida distancia, Richard Weiner e Iván Lópe nos brindan hoy esta obra en inglés, en la que Palinuro añadió un breve epílogo a petición de los autores. Y nuestra intención es presentarlo a las 19:00 en el salón de actos de la OEI, c/ Bravo Murillo, 38. Con el elenco que figura a la izquierda. Nos quedó colgando el nombre de Carolina Bescansa por falta de tiempo para incluirlo en el cartel. La presentación tendrá el tono académico que cabe esperar de los autores. Su enfoque teórico está ya en el título: oleadas de inserción social en España. Eso es poner el dedo analítico en la llaga: procesos de inserción, de ubicación social. Los Indignados se hacían notar y, unos años después, sus herederos, o albaceas, o seguidores o ellos mismos se han abierto un hueco político y mediático acompañado por una controversia de hasta qué punto son fieles a sus principios. 

Habrá también parte de crónica vivida del momento, espero. Isabel Paz y un servidor nos conocimos precisamente en la acampada de Sol que tantos recuerdos dejó.

En fin, que nos vemos en la OEI.