Para hablar sobre la oleada de neofranquismo que nos invade y las tareas y oportunidades de la República Catalana. Tal ha sido el desarrollo de los últimos años. Franco regresaba de la mano de un partido de mangantes y estafadores, que lleva veinte años saqueando el país. A su vez, el independentismo catalán, hasta 2010, aproximadamente, sostenido por menos del 20% de la población catalana, escalaba hasta el 50% y seguirá haciéndolo. Ese éxito del movimiento republicano independentista se debe tanto a los méritos propios en organización, perseverancia y trabajo como a los deméritos del nacionalismo español, gobernado por granujas y auténticos merluzos de los de España una, grande libre y muy y mucho españoles.
Es el neofranquismo de la derecha española el que ha disparado las opciones de la República Catalana. Si el referéndum de autodeterminación en Cataluña se hubiera hecho hace diez años, lo habrían ganado los unionistas. Como están las cosas, tras la barbarie del 1-O, la prisión y el exilio de los líderes, el 155 y demás actos de tiranía, lo más seguro es que lo ganen los independentistas. Por eso no quieren hacerlo los españoles; porque saben que lo pierden. Pero tendrán que hacerlo, pues no hay otro remedio, por más que Sánchez ande a la desesperada en busca de algún ideólogo de esos que firman manifiestos que le fabrique una teoría para seguir negando los derechos de los catalanes pero sin transmutarse en M. Rajoy.
Quizá lo consiga; quizá no. Pero, en todo caso, nosotros a lo nuestro. La República Catalana tiene mucho camino que recorrer.
Nos vemos en St. Hilari,