divendres, 10 de març del 2017

Lecciones de corrupción

Los analistas políticos tienen un motivo más de agravio con el PP y su jefe, Rajoy, pues los están dejando sin trabajo, que pasa a los cronistas de tribunales. La política en España hace años que se ventila en procesos judiciales de todo tipo. Ahora se añaden los juicios políticos contra el independentismo catalán para echar más picante al guiso. El Parlamento no cuenta y el gobierno tampoco y, cuando cuenta, es por otro punto de escándalo, como el reciente decreto aprobado por el Consejo de Ministros presidido por Rajoy y en el que eliminaban unos cuantos registros de la propiedad de España, entre ellos el de Santa Pola II, el directo competidor de Rajoy. ¿Política? Todo lo que tenga de política el juzgado de guardia.

El último giro judicial de la Púnica que enlaza con la Gürtel muestra que el gobierno de la Comunidad de Madrid era un lodazal de corrupción desde el primer momento. Y ahí está Esperanza Aguirre diciendo ser la primera víctima de la corrupción. La que aseguraba haber destapado la Gürtel. La que dice cualquier cosa con su habitual altanería e impaciencia, como si presidir durante años un gobierno corrupto hubiera sido un castigo y no una decisión suya que renovaba con campañas electorales financiadas ilegalmente. Es pasmoso que alguien con ese historial (o es tonta o es corrupta o ambas cosas a la vez) ose salir a los medios regañando a todo el mundo, perdonando la vida a los demás y muy ofendida de que se ponga en cuestión su integridad. De su eficacia ya no habla. 

Es un comportamiento colectivo de la asociación de presuntos malhechores a la que llaman partido político: dar lecciones de lo contrario de lo que ellos practican. Cospedal pone en guardia ante las intenciones totalitarias de Podemos en relación a los medios. Eso lo dice desde la altura moral que proporciona haber tenido a Nacho Villa de jefe de televisión de Castilla La Mancha durante cuatro años. 

Rajoy quiere boicotear a toda costa la comisión de investigación sobre la caja B del PP (esa que no constaba, ni consta ni constará a Aguirre) y amenaza con otra para investigar la financiación de todos los partidos en el Senado, en donde tiene la mayoría absoluta que le falta en el Congreso. Al margen de otras cuestiones, ¿no es obvio que tratar de impedir una comisión de investigación sobre la caja B del PP equivale a reconocer su existencia? La caja B con la que se han financiado elecciones fraudulentas, pagado sobresueldos a los dirigentes de la asociación, con Rajoy a la cabeza, y perpetrado quién sabe cuantas fechorías más. No importa: ellos saben como nadie que es mejor no remover el pasado. Y así lo dicen. 

Lo que parece haber sucedido es que esta asociación, fundada por un exministro de Franco y llena de franquistas reciclados o sin reciclar, viéndose con mayoría absoluta ya en época de Aznar II y, por supuesto, en la de Rajoy I, se lanzó de lleno a su destino en lo universqal: robar. Pero olvidó algo: en tiempos de Franco se robaba impunemente porque no había prensa. Aquí el caso es distinto y, aunque a trompicones y con unos medios comprados y/o amordazados, los delitos del poder salen a la luz y, aunque a trompicones y con muchos palos en las ruedas, la justicia avanza. Así que no es descartable que en un futuro cercano Rajoy sea llamado a declarar en el proceso de los papeles de Bárcenas, en los que figura como receptor de cuantiosos sobresueldos durante largos años. 

En todo caso, este es el gobierno que debe gestionar la mayor crisis constitucional de España desde la Transición. Quizá desde antes.


dijous, 9 de març del 2017

Hay que ilegalizar a esta banda de ladrones

Y proceder judicialmente contra su responsable, Mariano Rajoy, presidente del gobierno, que, al parecer, estuvo años cobrando sobresueldos con cargo a esa caja B del partido a donde iban a parar las mordidas, se dejó pagar viajes y trajes por la Gürtel y tiene a su padre dependiente a cargo del erario mientras niega las ayudas a los demás dependientes. O sea, un personaje inmoral y puede que presunto delincuente al frente del gobierno desde hace más de cinco años.

Un quinquenio que corona la etapa de mayor corrupción de la historia de España desde la Transición. Porque, al parecer, no era solamente Rajoy quien cobraba los sobresueldos, sino una nutrida representación de cargos y dirigentes del partido que se repartían así entre ellos una cantidad importante de los caudales que los empresarios pagaban a cambio de contratas públicas y con el objetivo último de financiar ilegalmente el PP. Una orgía de dinero sucio que se canalizaba por diversas vías, por ejemplo, la Fundación FUNDESCAM, juguete preferido de Esperanza Aguirre y el presidiario Díaz Ferrán, gran amigo suyo. Esa financiación ilegal servía para los sobresueldos, para pagar las campañas electorales del PP (cuyos resultados debieran anularse por haberse obtenido con trampas, con tongo) y, sin duda, también para comprar voluntades en los medios y hasta los mismos medios.

Y así, gracias a la mayoría absoluta del PP en la Xª legislatura, la injerencia permanente en la administración de justicia y el control de los medios, España se ha convertido en el país de la corrupción, mientras la gente pasa necesidades, o no tiene para comer y los niños van a clase en barracones.

Varios jueces consideran el PP como una presunta asociación para delinquir. Con las nuevas revelaciones en sede judicial quizá pueda empezar a considerársele como un ejemplo de delincuencia organizada. Un partido sin ideología oficial (porque el neofranquismo no puede confesarse en público) cuyo único objetivo es conseguir el poder para saquear el erario, malversar, malvender lo público a los amigos del sector privado esgrimiendo filosofías neoliberales mientras captura el Estado y lo esquilma.

Hay que recordar a Aznar afirmando en 2010 que el PP era incompatible con la corrupción. Calíbrese la sinceridad del amigo: Rodrigo Rato había sido ministro de Hacienda y luego vicepresidente del gobierno con él y ya por entonces, según parece, era un corrupto. También merece la pena recordar a Mariano Rajoy en 2009 rodeado de la plana mayor del PP, en la que ya había varios corruptos, afirmando muy serio que la Gürtel no era una trama del PP sino una trama contra el PP. Así, con todo el morro.

Y ahí sigue de presidente del gobierno, gracias al PSOE, por cierto. Gobernando como si todavía tuviera mayoría absoluta y haciendo lo que le da la gana. Ya veremos qué pasa con esa comisión de investigación en el Congreso que no les ha quedado más remedio que exigir a los partidos de la oposición, PSOE, Podemos, C's. 

Los nuevos datos vinculan la Gürtel con la Púnica, eliminan la prescripción de muchos presuntos delitos al establecer su continuidad entre 2004 y 2011, dibujan una actividad delictiva permanente, especialmente en la Comunidad Autónoma de Aguirre/González y en el pináculo de todo ello, como responsable político, sitúan a Mariano Rajoy. 

Es insólito que este hombre sea presidente del gobierno.  


dimecres, 8 de març del 2017

Compañeros socialistas

Las vicisitudes de las aun no convocadas primarias del PSOE son un rico filón para el pobre analista, siempre a la caza de algún temilla que no sea hablar de la Gürtel o de lo bien que se llevan en Podemos. Solo con seguir los pasos de los dos candidatos y el ectoplasma de Susana Díaz hay materia para reflexionar sobre la vanidad de las cosas del mundo y los derroteros que puede llevar un venerable partido centenario.

La incursión de Patxi López en Cataluña ha sido una lección de recio españolismo. Tras aventurar la posibilidad de otorgar a los catalanes el codiciado estatus de "nación cultural", ha propuesto a ambas partes (el Estado inmovilista y el fervoroso independentismo) "parar máquinas" a fin de darnos todos un tiempo para reflexionar e intentar llegar a una solución pactada, o sea, civilizada. Justo lo que llevan años pidiendo los independentistas catalanes sin que nadie les hiciera caso, incluido Patxi López que, en lo referente a Cataluña, era y, por lo que sé, es, partidario de aplicar y acatar la ley. Lo mismo que dice Rajoy. Tras los desvaríos catalanes, López ha bajado de los cielos, como Moisés del Sinaí, con un decálogo de recomendaciones para un debate limpio en las redes sociales. Da la impresión de que, como le sucede en Cataluña, es el último en enterarse del busilis del asunto. Se le ha olvidado el debate fuera de los redes sociales. Para ese no hay decálogo. La junta gestora puede hacer lo que quiera, por ejemplo, mandar representantes del PSOE a reuniones internacionales a explicar que Sánchez no tiene nada que hacer, que está muerto (pues así lo quiso la caudilla el 1º de octubre) y ahora está enterrado.

En el campo de doña Susana, todo agitación, se abre paso el temor de que la imagen de héroe justiciero, la leyenda del príncipe destronado por algunos felones y villanos, haya prendido en la militancia hasta el extremo de augurar un triunfo en las primarias. Tampoco son despiertos los asesores. Eso se vio venir desde el primer momento: un plante de las bases que ha corrido como la pólvora gracias a las redes sociales, despertando un orgullo socialista que parecía aletargado hacía muchos años. Sí señor, una rebelión de las bases frente a las maniobras del aparato. Y frente a ello, la competencia institucional, lastrada por una mala imagen de conspiradora, cacique y victimaria del joven líder. Si a ello se añade que es la opción preferida por los votantes del PP y el más amplio frente mediático, es fácil perfilar un escenario de enfrentamiento entre dos concepciones del PSOE y, por ende, dos de España. La de Susana Díaz está a la vista en la realidad de Andalucía, mientras que la de Pedro Sánchez aun no ha podido manifestarse ni mucho menos llevarse a la práctica. Eso le da ventaja.

De momento, sigue pendiente la formalización de la candidatura de Susana Díaz, a la que no llaman "la deseada" en similitud con Fernando VII, por no prestarse a equívocos.

Entrevista a Palinuro y M. Seguró sobre Europa

En la "Alacena Global". No estoy muy seguro de haber subido bien el podcast, pero se oye.

López quiere "parar máquinas"

A buenas horas, mangas verdes. A cinco meses de la realización del referéndum en Cataluña, el candidato a la SG del PSOE, Patxi López, visita Cataluña. se asusta y empieza a decir que hay que parar máquinas ante del choque de trenes para darnos tiempo y encontrar una solución. Sobre eso, mi artículo de hoy en elMón.cat, titulado Parlar per parlar. Cuando el independentismo lleva años pidiendo diálogo y negociación sin obtener otra cosa que burlas, desplantes, silencios y un cierre total, ahora que ya la cuestión nos aboca a una confrontación, se acuerda el vasco de la necesidad de "ganar tiempo" para encontrar una solución. Rápido no es el pavo. A lo mejor por eso se presenta candidato al PSOE. En la misma tónica, aunque con varios grados más de estupidez, la vicepresidenta del gobierno advierte de que la aprobación de la vía rápida de la desconexión en la mesa del parlamento es una huída hacia delante y que la Generalitat vive "una realidad paralela que nada tiene que ver con los deseos de los catalanes". De catalanes sabe este gobierno mucho. No en balde su partido gobierna en un municipio de los 900 que hay en Cataluña; un conocimiento que puede medirse en un 1/900 de la realidad catalana. Abrumador, como siempre con la derecha. No se preocupen López y Sáenz, Sáenz y López. La hoja de ruta irá adelante y los catalanes conseguirán ser lo que quieran ser gracias a su propio esfuerzo. Ojalá los españoles pudieran decir lo mismo.

Aquí, la versión castellana del artículo:

Hablar por hablar

En su precampaña a las primarias del PSOE, Patxi López ha hecho escala en Cataluña y ha hablado de la “cuestión catalana”. Muy típico de los políticos españoles: hablar de Cataluña cuando están en ella, pero nada más. El resto del tiempo, cuando están en España, es como si Cataluña no existiera. Creen que pueden proponer un futuro para el conjunto del país sin contar con los catalanes. Grave error.

En Cataluña se hacen las propuestas y en Cataluña se quedan sin que nadie las recoja o actúe en consecuencia. López vino a Cataluña a decir que es preciso parar las máquinas para evitar el choque que muchos vaticinan y darse tiempo para buscar una solución. Parece una actitud equidistante, arbitral, prudente, respecto a dos partes en igualdad de condiciones. Solo que no están en igualdad de condiciones. La hoja de ruta, las máquinas son la única garantía con que cuenta el independentismo, su única posibilidad de imponerse. Si las para, desaparece.

En el gobierno central hay más opciones. Además de las máquinas que puede parar (los procesos judiciales, por ejemplo) puede poner en práctica medidas políticas y abrir vías de negociación, cosa que no ha hecho hasta ahora. Pero eso es asunto suyo.

El alcance de la petición de López de “parar máquinas” se observa en su propuesta de reconocer a Cataluña como nación “cultural”. Un verdadero anacronismo, poco atento al estado de las posiciones hoy día en un proceso de crisis constitucional. Reconocer una evidencia para no reconocer una necesidad: que Cataluña es una nación política y que la famosa sentencia del Tribunal Constitucional de mayo de 2010 es un disparate jurídico y un abuso político.

Parar las máquinas para negociar es algo que el nacionalismo español debió hacer mucho antes de la actual hoja de ruta, quizá a raíz de aquella sentencia o de las reacciones posteriores. Pero, para eso, se hubieran necesitado dirigentes capaces de comprender lo que estaba pasando.

Sin duda, el gobierno central tiene muchas máquinas para parar. Los procesos judiciales los primeros, sobre todo porque no son tales, sino puros juicios políticos disfrazados de actos jurídicos. Las presuntas actividades de guerra sucia del Estado contra el independentismo y contra personas en concreto. La política de recentralización del Estado y estrangulamiento de la autonomía catalana.
La cuestión es qué implica el “parar máquinas”. No puede ser aplazar el referéndum porque es el compromiso de la mayoría parlamentaria catalana. En el nacionalismo español se argumenta que no es posible negociar nada cuando una condición inexcusable es la realización del referéndum o referéndum “sí o sí”. Pero no se ve por qué esta posición ha de ser más inadmisible que la contraria, la que pone como condición inexcusable la no realización del referéndum o referéndum “no o no”. De no darse esta negativa cerrada, bien podrían pararse las máquinas siempre y cuando fuera para establecer la fórmula de un referéndum pactado.

De no ser así, la petición de “parar las máquinas” es completamente irrealizable. Una de las partes, la catalana, no puede y la otra no quiere. Al carecer de toda voluntad de entendimiento con Cataluña, se cierra en una actitud intransigente, avisando de que, según se desarrollen los acontecimientos, se aplicará la legislación vigente. No hay un problema político; hay un problema judicial y de orden público. La parsimonia del gobierno central en todo lo referente a Cataluña apunta a la voluntad deliberada de dejar que los acontecimientos lleguen a la confrontación institucional y ver a continuación, que vía represiva resulte la más adecuada según sea la reacción.

Ante la parálisis del nacionalismo español, la iniciativa cae de nuevo del lado del independentismo. La mesa del Parlament da vía libre a la tramitación de urgencia de la ley de desconexión. La vía está abierta, el referéndum espera. El Estado solo puede prohibirlo y la cuestión será qué reacción tendrá la sociedad catalana ante la enésima prohibición arbitraria y despótica.

dimarts, 7 de març del 2017

Cuando los fines son los medios

Podemos es una organización política surgida prácticamente al amparo de los medios. Desde el primer momento consideró que estos, los medios, eran en realidad el fin de su acción.  O parte del fin, que seguía siendo gobernar el país desde la izquierda, pero llegando al gobierno a través de los medios.  Por eso son estos medio y fin de su acción. Y, además del fin, el vehículo que utiliza, la plataforma desde la que se expresa. 

Podemos es un partido básicamente digital y mediático. Aparte de los instrumentos con que ya cuenta, su doctrina de la democratización de los medios apunta directamente a los comerciales, públicos y privados. Que los medios son empresas y, como empresas tienen unos intereses que raramente coincidirán con los de una organización de izquierda es algo obvio. También debiera serlo que pedir la "democratización" de estos medios no quiere decir nada o quiere decir algo siniestro. Mientras nadie consiga tener medios al margen de la estructura empresarial, la idea de la democratización será un absurdo y probablemente una hoja de parra para disimular el auténtico fin de someter los medios a control. 

De ahí que Podemos sea tan sensible al ámbito mediático y ande siempre enzarzado en conflictos con los medios. Estos son sus aliados o sus grandes adversarios, según que propaguen sus posiciones, ideas y acciones o critiquen sus defectos, faltas, errores. En este terreno se da otro dato que hace aun más crítico el enfrentamiento: Podemos es una especie de secta, compuesta por auténticos creyentes, casi fanáticos. Es curioso y hasta tiene gracia porque se trata del fanatismo de quienes están convencidos de poseer la verdad absoluta en forma de pensamiento abierto, crítico, libre y plural.

La explicación de este fenómeno es doble: de un lado, Podemos prosigue la herencia comunista, hipercrítica con todo el mundo menos consigo misma con quien es empalagosamente ditirámbica; y, de otra, recoge las aspiraciones de una juventud indignada, impaciente con las vacilaciones ajenas, desdeñosa con los escépticos y muy agresiva con los críticos. Los encendidos seguidores de este movimiento responden virulentamente a toda crítica, por razonable que sea, insultan y zahieren al crítico y le atribuyen todo tipo de siniestras intenciones y complejos. Y en ese comportamiento sectario rivalizan los jóvenes con los de todas las edades, a ver quién anatematiza, injuria y calumnia más en defensa de su líder y su pintoresca razón en marcha. Más de un viejo conozco que, arrebatado en una segunda juventud, estaría dispuesto a quemar vivo al disidente de su nueva fe.

O sea, los periodistas a los que ampara la APM han experimentado en sus carnes el espíritu de linchamiento que respiran las reacciones de las gentes de Podemos a toda crítica  y que deslegitimarían su proyecto político si tuvieran uno.  ¿Y qué más? Quizá podrían los periodistas aprovechar la ocasión para extraer algunas enseñanzas sobre su propio comportamiento. No se trata de recurrir al consabido "y tú más", pero sería bueno que reflexionaran sobre cómo se sienten las gentes (políticos, comunicadores, dirigentes, figuras públicas en general) a las que bastantes periodistas agreden, injurian e insultan continuamente en los medios escritos y audiovisuales, a las que se llama "mamarrachos" y cosas peores y a las que se amenaza con pegarles un tiro llegado el caso. Y estas gentes no tienen una asociación a la que demandar amparo.

Lo que Podemos hace a los medios es nada comparado con lo que los medios hacen a Podemos y no solo a estos sino a muchas otras organizaciones y empeños, como el PSOE, especialmente Pedro Sánchez y, por supuesto, los independentistas catalanes. Empezando por la noticia misma completamente descontextualizada para utilizarla en contra del protagonista. La APM hace público su comunicado amparando a los periodistas que se sienten amedrentados por Podemos en el momento en que sabemos que la SICAV de que dispone ha perdido 118.000 euros en siete meses y, además, los partidos de la oposición (PSE, Podemos y C's) han obligado a la Comunidad de Madrid a retirar 8.6 millones de euros de subvención a la APM para financiar el seguro médico privado de los asociados.

Una prensa subvencionada por el poder político le será siempre sumisa y una de sus funciones será atacar a los adversarios a ese poder político, a la oposición. Lo nuevo ahora es que los atacados responden y responden en su mismo terreno, lo que obliga a los periodistas a pedir amparo. Las redes han cambiado mucho el carácter del debate colectivo. Los medios han perdido el monopolio y tienen que competir con otras instancias, incluso con personas, en la formación de la opinión pública.

dilluns, 6 de març del 2017

Contra la corriente

Las vísperas de primarias del PSOE están siendo un curioso episodio que desmonta parte del saber convencional político contemporáneo. Por ejemplo, que en una partitocracia como la española, el dominio de los aparatos (engrasados con dineros públicos y dueños de los procesos electorales) sobre las bases en absoluto. Falso. Hace meses que el PSOE vive una rebelión de la militancia contra el aparato en todos sus niveles, incluidos los barones y señores de las tertulias.

Otro ejemplo: que en una sociedad mediática, democracia de audiencias, la condena al ostracismo por los medios equivale a un certificado de defunción civil. Falso. La candidatura de Sánchez sufre una mezcla de silencio y sistemático boicoteo que incluye la publicación de noticias falsas. Y, sin embargo, ahí está, doblando en expectativas la rivales. Más viva que nunca y, me atrevo a apuntar, por dos razones: la forma y el fondo.

En la forma, la campaña de Sánchez es la más digital. La presencia en las redes del ex-secretario general es muy superior a la de los otros dos, mucho más movilizadora por espontánea. El equipo de Sánchez, si es que lo tiene, no debe de contar con expertos digitales, de esos capaces de manejar hordas de bots para viralizar consignas favorables. Y, sin embargo domina las redes. De hecho, en muy buena medida, se ha articulado  través de estas. Incluso se financia mediante crowdfunding porque, contando únicamente con el apoyo de las bases en forma de pataformas, no tiene acceso a los recursos del partido para organizar sus actos, como sí parece hacer Susana Díaz.

En el fondo, el asunto es muy claro. El golpe de mano del 1º de octubre ha provocado el efecto contrario al que buscaba. Vuelve el SG defenestrado innoblemente y vuelve con una leyenda de víctima de una conjura. Planta cara a los conjurados y vuelve con una imagen de justiciero y hombre cabal, capaz de cumplir con su palabra y con el apoyo entusiasta de las bases en algo que no es difícil proyectar como un proceso de regeneración del partido, espontáneo y abierto. 

Frente a esa candidatura, con esa aura tan positiva del retorno a las verdaderas esencias de la socialdemocracia de izquierda, hay una confusa amalgama de inercias burocráticas, intereses creados, clientelismos diversos, camarillas y grupos todos ellos representandos por la candidatura de Susana Díaz, cuya única justificación es que no salga Sánchez. De aquí a mayo, la campaña de Díaz no será la campaña de Díaz, sino la campaña contra Sánchez.  

Spy vs Spy

El título es un homenaje a una serie muy graciosa de espías que se publicaba el magazine MAD allá por los sesenta, obra de un exiliado cubano. Y tiene que ver con la nueva historia de espías en la Casa Blanca. 

Trump acusa a Obama de haberle pinchado los teléfonos de la torre Trump y dice que es un nuevo Watergate. Por razones obvias, Obama desmiente tajantemente aseverando que "nunca se vigiló a un ciudadano estadounidense". ¿Qué va a decir? Seguramente no haya estado en el ánimo del presidente, pero afirmar que en ocho años de mandato el FBI no ha pinchado el teléfono de ningún ciudadano en los EEUU, con la obsesiones de seguridad que hay por ahí es difícil  de tragar. El hecho es, sin embargo, que el director del FBI pide al gobierno que desmienta a Trump. Eso suena algo más razonable. Es poco creíble que alguien se haya empeñado en pinchar los teléfonos de este personaje que ya dice en público y a gritos lo que otros callan ladinamente.

Por razones que no hacen al caso ando estos días enfrascado en el asunto Watergate. Y lo gordo de aquello no fue el pinchazo de las oficinas del partido demócrata, con el que arrancó el escándalo, sino lo que a raíz de ello se descubrió: toda la administración Nixon estaba corrompida de arriba abajo, las instituciones, los ministerios, el FBI, todo se empleaba para vigilar y espiar a los adversarios, chantajearlos, amenazarlos. Es poco probable que haya sido el caso de la administración demócrata de Obama. 

De cualquier forma, la acusación de Trump ya está lanzada. Ahora tiene que probarla. O irán por él. Y harán bien.

diumenge, 5 de març del 2017

Esperando a Godot

Que, por cierto, tiene un curioso parecido con Ubú Rey. ¡En qué hiperbólica hora se me ocurrió compararla con Lady Macbeth! Ubú Rey cuadra mucho mejor porque, además, su discurso tiene mucho de patafísico. Lleva la dueña más de tres meses haciendo campaña a la SG sin postularse formalmente, que para eso ha dicho a sus chicos en la gestora que aplacen las primarias hasta el Rocío, primer lunes de Pentecostés. Así, el discurso populista y caudillesco de la candidata in péctore, se corona con su proclamación solemne en el acto simbólico de la venida del Espíritu Santo. Y sin perder de vista eso que se llama la devoción popular por su Virgen del Rocío, fiesta a la que acuden numerosísimos peregrinos, que no todo ha de ser el camino de Santiago.

Dice Díaz que los están esperando. Dado que su campaña sotto voce es a la SG del PSOE no hay duda de quiénes son los que están esperando, López y Sánchez, a quienes muchos desean ver convertidos en Hernández y Fernández. Lo que no está tan claro es el "nos" del que habla: ¿sus amigos; los cargos electos del PSOE; los militantes susanistas; el PSOE andaluz; el PSOE en pleno; Andalucía entera?  ¿En nombre de quién habla la precandidata?

Cunden los nervios en el partido socialista, en donde todos tiran con bala contra todos al tiempo que dicen amarse tiernamente. Como los de Podemos. Hasta se inventan noticias, como esa de que López y Sánchez buscan un entendimiento para hacer frente al huracán meridional, desmentida en Twitter por su supuesto autor, Odón Elorza. El donostiarra apoya decididamente a Sánchez, casi más que el propio Sánchez, y no es verosímil que ande en cambalaches porteños. 

Sánchez mantiene un apoyo masivo, espontáneo, consistente, de la militancia que se está sufragando por crowd funding. Y tiene también buena imagen y buen discurso. Este apoyo de las bases, combinado con el cuasi ostracismo a que lo tienen sometido los medios, contribuyen a la leyenda del líder justo y justiciero. Es un activo poderoso que, además, proyecta un discurso de izquierda todavía en ciernes, pero que parece innovador, aunque prudente. La verdad, de las tres opciones, por ahora, la suya me parece la más convincente. Sobre todo por el anuncio de buscar la unión de la izquierda.

Frente a él, López no mueve ni de lejos tantas adhesiones militantes y su discurso, casi exclusivamente en clave interna a las propias primarias, no tiene gran interés. Y, cuando dice algo, revela estar en una onda muy pasada, como ese arranque de proponer a Cataluña la consideración como nación cultural. Es tan extemporáneo que parece un chiste.

La presidenta andaluza, toda ella brío y empuje, cuenta con formidables apoyos en la estructura del partido, cuadros intermedios, cargos públicos, los barones y las viejas glorias y desgracias del socialismo, intrigando desde trincheras mediáticas. Cuenta también con las simpatías del sistema de la tercera restauración, incluidos los votantes del PP a quienes cae más simpática que Sánchez. El duelo parece definido: la oligarquía amplia del partido contra sus propias bases. 

Es una pena que no haya en España la costumbre inglesa de las casas de apuestas (al menos yo no las conozco) porque son unos sondeos muy fidedignos ya que reflejan  los apoyos que tienen las distintas opciones clasificadas por el dinero que la gente está dispuesta a arriesgar por su opción. Y con el dinero no se juega.

dissabte, 4 de març del 2017

En España rige el antiguo régimen

A mediados del siglo pasado se encendió una polémica en la historiografía acerca de si en España había habido revolución burguesa en el XIX, como en otros países. La abría Jordi Nadal con su tesis del fracaso de la revolución industrial en España; la polémica llenaría lo que quedaba del siglo XX y por aquí sigue, más o menos como siempre. Hay razones a favor y en contra. Y hay datos, aunque también la tendencia a interpretarlos según las previas razones. Será la conclusión que se quiera pues, al fin y al cabo, las interpretaciones son libres, pero hay algún hecho que merece cierta consideración.

La Revolución francesa se ha alzado como símbolo universal de la revolución burguesa sin serlo en absoluto pues son previas la independencia de Holanda, la revolución inglesa del XVII y la independencia de los Estados Unidos. Con todo, son los franceses quienes universalizan el mandato de abolir el antiguo régimen en favor de la nación. El antiguo régimen se caracterizaba por ser un Estado en el que el clero y la nobleza no pagaban impuestos que recaían todos en las clases burguesas y con rasgos de exacción en las campesinas. Las clases dominantes vivían en el privilegio y a costa de una población trabajadora que no solo no tenía privilegios sino que no tenía derechos. Los súbditos estaban expuestos a la arbitrariedad de los señores.

Más o menos, la situación actual en España. La Iglesia no solamente no paga ningún gravamen sino que recibe una elevada asignación de los presupuestos generales del Estado y, además, realiza numerosas actividades mercantiles por cuyos beneficios tampoco paga impuestos. Ello le permite financiar unos medios audiovisuales de propaganda, que son deficitarios, pero cumplen su función. Sin contar con el negocio de la enseñanza concertada, también a costa de los dineros públicos y, sobre todo, de la educación pública. La Iglesia en España es un Estado dentro del Estado, en una actitud de permanente beligerancia contra la ampliación de los derechos civiles de la gente y el avance en todos los terrenos de la actividad científica. Y siempre a cuenta del erario. La liberal Aguirre financió la fundación ultrarreaccionaria Hazte Oír con los fondos de la Agencia de Cooperación e Inmigración. Este es el problema: el Estado dentro del Estado vive de parasitar el Estado. 

Junto a la Iglesia, los nobles y los ricos en general tienen un tratamiento fiscal cercano a la gratuidad. Solo con recordar que las rentas del capital tributan menos que las del trabajo está dicho todo. Y eso cuando tributan, que también suelen tener sus dineros en los paraísos fiscales o en alguna SICAV, de esas que permiten pagar a Hacienda el 1% que es como no pagar nada. Y la oligarquía española, siempre nacionalcatólica, hace lo que le da la gana con el Estado. Lo esquilma, lo pone a su servicio y el de sus allegados y clientes en general. Para el personal a sus órdenes, el servicio al Estado es una forma de enriquecimiento personal, licito o ilícito.  

Es decir, el país lo mantienen los trabajadores, los únicos que pagan impuestos y lo bendicen y gobiernan los que no los pagan. Y no solamente eso sino también los que, mientras bendicen y gobiernan, roban a manos llenas. Y lo hacen sabedores de que después hay un generoso régimen de privilegios y hasta hace nada de indultos a los correligionarios que hubieran sido pillados y condenados. En cuanto a los privilegios, que son como marcas de fuego de la desigualdad incrustadas en la dignidad de la ciudadanía, abundantes casos: la infanta  Cristina absuelta no porque sea inocente en el sentido penal sino porque lo es en el del 28 de diciembre, cosa que no debiera constituir eximente; su marido, condenado a seis años no ingresa de momento en prisión y puede ir a vivir a Suiza;  Blesa y Rato, condenados en principio por estafadores, tampoco entrarán de momento en la cárcel porque ambos son personas cabales, unos caballeros que afrontarán sus responsabilidades, si llegan, y no unos vulgares rateros capaces de poner pies en polvorosa, quién sabe, quizá a Suiza.

Exención fiscal, impunidad, desigualdad, privilegio, latrocinio. Y todo consentido porque la gente vota mayoritariamente al partido más típico del antiguo régimen

El misterio del Discurso de la servidumbre voluntaria.

divendres, 3 de març del 2017

Un gobierno bajo sospecha

La costumbre democrática, desconocida en España, de dimitir ante las irregularidades cometidas, tiene la ventaja de ahorrar a los países la vergüenza de estar gobernados por gente que gasta más tiempo en las estrategias procesales en su propio provecho que en las políticas en provecho de la comunidad. Aquí no dimite nadie. El resultado es un gobierno al que ahora se le abre un segundo frente judicial a través de la caja B de Bárcenas. Una situación en que no es descabellado que alguna parte pida la comparecencia de Mariano Rajoy. Ya ha sucedido, pero sin resultado de momento.

De aquí puede salir cualquier cosa. Correa tiene ya una condena de 13 años y si no acorta lo que se le viene encima, van a darle las uvas del siglo en la trena. La cuestión es quién cae si Correa habla. 

Este clima general de cuentas judiciales por el gran latrocinio perpetrado en el país en los últimos años abarca todas las instituciones, estamentos y partidos. La historia de los procesos Noos, Gürtel, Púnica, etc., etc., es la historia de la corrupción en España. La corrupción, el privilegio, la impunidad, la injusticia. Este gobierno, el reino del clientelismo más desaforado, es seguidor de los anteriores de su partido que entiende el Estado como un cortijo con el que hace lo que quiere. 

Los tribunales, por otro lado, están empeñados en una batalla politica (ellos dicen que jurídica) en contra del independentismo catalán. Lo hacen instigados por este gobierno en el tiempo que le queda después de comparecer ante los otros tribunales por presuntos delitos comunes. 

Arte en dos mundos y cuatro lenguajes

Magnífica exposición retrospectiva del olvidado Lyonel Feininger (1871-1956) en la Fundación Juan March, en Madrid. 400 obras de este germano-americano que cultivó cuatro géneros: música, pintura (y dibujo y grabado), fotografía y talla de madera. Supongo que, si sinestesia significa algo, este es un ejemplo de manual. Están todos mezclados, aunque por vías muy diversas. La música (interpretación y composición) le ocupó intermitentemente en su vida, en un segundo plano, pero presente en su pintura. La abundante obra fotográfica solo la vio él y solo a su muerte salió a la luz. Es un lujo contemplar una excelente selección en la expo. La talla de figuritas coloreadas también está siempre presente y concentra ese extraño proyecto de una "ciudad en los confines del mundo", que se iba enriqueciendo y haciéndose más abigarrada con el tiempo, un espacio íntimo, suyo, un refugio, supongo, del que daba frecuentes noticias en exhibiciones de muñecos.

Realmente, un hombre raro este Feininger. Neoyorkino, hijo de inmigrantes alemanes, viene a Hamburgo a estudiar música y ya se queda en Europa, plenamente dedicado a la producción plástica (sobre todo tiras cómicas en la prensa estadounidense y alemana de principios del siglo XX) y a la enseñanza en la Bauhaus, para la que lo fichó Gropius en 1919, hasta que, al ser catalogada su obra como "arte degenerado" por los nazis en 1936, con muy buen criterio, decide cruzar de nuevo el charco en 1937 y ya no vuelve a salir de los EEUU. 

Lo más fascinante de Feininger, me parece, son las tiras cómicas, los personajes que crea y se publican en el Chicago Tribune y otros diarios de gran tirada en EEUU y Alemania. Son de una enorme riqueza y variedad formal y, siguiendo una estética muy de aquellos años, se proyectan en los tiempos venideros e influyen en el arte psicodélico de los años 60. Hay dibujos y personajes que traen directamente a la memoria parte del ejército de los Blue Meanies en el Submarino Amarillo. Y ya tiene mérito.

Con tanto éxito comercial, las ilustraciones de libros, el hombre quería pintar. Esa era su vocación. Por ello perteneció militantemente a todas las escuelas de vanguardia alemana a primeros de siglo. Estuvo en el grupo Sezession y también en el Blaue Reiter y Die Brücke, entre otros y su primera exposición fue en una galería berlinesa de la revista Der Sturm (la tormenta) en 1917. En cierto modo, una pintura de ataque.

Era hombre metódico. Su obra es extensa y refinada. Anduvo merodeando entre el expresionismo, el futurismo y el abstracto pero en todos ellos suele haber un elemento en común: tienen una armonía cromática musical. Ayudan las líneas futuristas que se ven en los rascacielos de Manhattan, luego se desmaterializan con el abstracto y finalmente se diluyen en colores, en composiciones de colores. Eso les da equilibrio, serenidad, pero también frialdad. Al dibujo le pasa más o menos lo mismo y hasta las xilografías.

Las fotografías son impresionantes. No me extraña que el artista no quisiera exponerlas en vida. Debía de considerar que sería como exponerse desnudo; pero desnudo por dentro.

dijous, 2 de març del 2017

La destrucción de España

Al final tendrá razón el procesado Homs en su vaticinio del fin del Estado español. A estas alturas, las mentes más lúcidas dan el referéndum por inevitable y, con ellas, mucha otra gente, aunque no lo diga. No está mal para un problema que hace dos o tres años no existía o era una mera algarabía, según el muy previsible Rajoy. Pero ya es poco. La cuestión es si, a fuerza de no transigir, no negociar, no dialogar, no proponer nada, el nacionalismo español, carente de toda iniciativa, ha hecho inevitable también la independencia de Cataluña.

Voluntad catalana no falta y la hoja de ruta de JxS con el apoyo de la CUP propone un escenario de confrontación total de aquí a breves meses. Se asume que el Estado intervendrá la autonomía catalana y que en Cataluña habrá una reacción. A partir de aquí, el territorio no está cartografiado.

El problema de fondo es la falta de proyecto del nacionalismo español, incapaz de proponer nada salvo la continuidad de una situación que disgusta a todos. Falta el proyecto porque falta el nacionalismo que ha de empujarlo. El franquismo, al apropiarse durante 40 años de dictadura los significados nacionales, deslegitimó de tal modo el nacionalismo español que este debe de ser el único en el mundo cuyos seguidores afirman siempre no ser nacionalistas de nada.

Franco murió, cierto. Pero el franquismo sigue, los franquistas siguen. Los gobernantes del PP, un partido fundado por seis ministros de Franco, nunca han repudiado de modo solemne y convincente la dictadura de la que provienen. Les van en ello intereses ideológicos y materiales considerables. Los últimos, sobre todo, unen mucho. Para formar esta clase gobernante que, como dice García Montero tiene como único negocio el Estado. Así ha sido siempre con la oligarquía española ya desde el Siglo de Oro, una clase de parásitos que vive a costa del Estado hasta que lo arruina. 

No solamente no condenan el franquismo sino que lo conservan, amparan y protegen. El Tribunal Supremo acaba de rechazar la petición del juez Garzón y otros de remover los huesos del tirano del Valle de los Caídos. Léase el atinado artículo de Carlos Hernández ¿Democracia franquista? El franquismo sigue vivo. Entre nosotros. A tiro de piedra del otro monumento imperial español, el Escorial, este innoble memorial fascista es una especie de símbolo del arco vital español, el alfa y el omega de España: del Escorial al Valle de los Caídos, construido con mano de obra esclava de presos políticos.

Es poca la legitimidad de que puede tirar el nacionalismo español a la hora de proponerse frente al catalán. Y queda reducida a la nada cuando coincide con las peripecias procesales de un verdadero laberinto judicial de casos de corrupción que muestran cómo los franquistas herederos de los franquistas siguen considerando que el Estado es suyo y sirve para enriquecerse por todas las vías, legales e ilegales. Y, con la corrupción, los privilegios de los corruptos que todavía hieren más a la opinión pública. La sentencia del caso Noos muestra una justicia sometida al poder político.

Los privilegios de la Casa Real escandalizan (seguimos sin saber nada del origen de la fortuna de Juan Carlos, de 2.000 millones de dólares) en verdad porque es la Casa Real. Pero privilegios hay continuamente a lo largo de esta aventura. El mismo presidente que está hablando siempre del cumplimiento de la ley tiene el privilegio de haber estado cobrando presuntamente jugosos sobresueldos de un caja B; el mismo que habla de la igualdad de todos los españoles tiene a su padre gran dependiente a cuenta de los dineros públicos, esos que dice el hijo que no dan para los demás dependientes.

Y de privilegios va la Iglesia católica, verdadero Estado dentro del Estado, infiltrada en todos los poderes públicos, especialmente el judicial, así como en una densa red de instituciones sociales de todo tipo. Además de franquista y, por ende, corrupto, el gobierno es también clerical con puntos de nacionalcatolicismo

Añádase a todo ello el aparente recurso del Estado a la guerra sucia, que se evidencia en la Operación Cataluña y ya se habrá llegado a la conclusión de por qué el marasmo actual de España propicia la independencia del Principado. En ese marasmo, nadie se atreve a poner coto a los desmanes de esta oligarquía corrupta, expoliadora, clerical y franquista excepto el independentismo catalán. Casi como si la oposición a la oligarquía se hubiera territorializado en Cataluña. Y como la reacción acabará siendo la fuerza bruta, terminarán votando por la independencia hasta los catalanes no independentistas.

dimecres, 1 de març del 2017

La prensa y el poder

Una relación conflictiva, como debe ser. Cuando no lo es, algo falla. Es justamente célebre la contundente afirmación de Thomas Jefferson, "padre fundador" y redactor de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos hacia 1786 de que "si tuviera que elegir entre un gobierno sin prensa o una prensa sin gobierno, elegiría lo último sin dudarlo por un momento". El que llegara a tercer presidente de los EEUU tenía la peor opinión de los gobiernos (incluido el suyo), a los que consideraba compuestos por lobos prestos a devorar a los pueblos que eran como ovejas. Si alguien o algo podía evitarlo era una prensa libre. 216 años más tarde, el 45º presidente, Donald Trump, ha invertido los términos, pues considera que la prensa es la enemiga del pueblo. La "canallesca", que decían los franquistas. El sucesor de Jefferson, en su animadversión a los medios, se identifica a sí mismo con el pueblo. O al revés: al pueblo consigo mismo. Él es el pueblo y la prensa su enemiga y de ahí la siniestra expresión de "enemigo del pueblo", utilizada en todos los tiempos por las más diversas formas políticas revolucionarias con vocación de tiranías.

Pero eso es en los Estados Unidos. En España, la relación entre el poder político y los medios es, por lo general, idílica. Los medios públicos están íntegramente al servicio del partido gobernante en su ámbito territorial y lo mismo sucede con los privados, especialmente los periódicos de papel (y sus versiones digitales) que dependen en gran medida de la publicidad institucional y un régimen de subvenciones generoso que las autoridades políticas interpretan según criterios del más estricto clientelismo. Las televisiones privadas se salvan algo más porque diversifican sus fuentes de financiación, dado que su consumo es muy alto. 

Así resulta que en el mes en que nos enteramos de que El País sigue perdiendo lectores a granel (26,4% menos que en enero de 2016) y que está a punto de descender de la barrera de los 100.000 lectores, la Junta de Andalucía le otorga un galardón, la medalla de Andalucía 2017. No hay duda: cuando el poder político alaba, halaga, premia, condecora a un periódico es porque le interesa, porque le es cómodo, le canta las alabanzas o, cuando menos, no le saca a relucir sus vicios. El País ha tomado partido desde el principio en el conflicto del PSOE en contra de Sánchez como SG y en contra de Sánchez candidato a SG y a favor de la junta gestora y la candidatura de Díaz. Cuenta en su consejo editorial con Felipe González y Pérez Rubalcaba, lo cual explica algunos de los editoriales más venenosos contra Sánchez. El País se ha puesto al servicio de la junta gestora y de la candidatura de Díaz a la SG.

Esa decisión merece un premio: la medalla de Andalucía que va a costar más lectores de El País y más votantes de Díaz.  Para nada porque, por mucho que el diario editorialice, Díaz sigue saliendo la tercera en prácticamente todas las encuestas, sondeos y vaticinios.

Juzgan ideas, como siempre

El artículo de Palinuro en elMón.cat de hoy, titulado Què es jutja? sobre la interesante cuestión de qué se juzga en el Tribunal Supremo (Homs) y el Superior de Justicia de Cataluña (Mas, Rigau, Ortega), si la comisión de unos supuestos delitos de desobediencia y prevaricación o unas ideas políticas acerca de la independencia de Cataluña y su posible forma republicana de gobierno, esto es, si es un proceso judicial o político. Desde el punto de vista de Palinuro es un proceso político, incluso inquisitorial, para seguir con las gloriosas tradiciones de la patria. De eso se habla en el artículo, cuya versión castellana viene a continuación:


¿Qué se juzga?

El proceso al exconseller y actual diputado Homs es un proceso político del principio al final. Como lo es el que afecta a Mas, RIgau y Ortega ante el TSJC. El mero hecho de darse estos procedimientos indica que la calidad del Estado democrático de derecho es baja en España. El propio Homs así lo valora con algo de dramatismo pues supone que, si hay sentencias por el 9N, serán el fin del Estado español. Eso es dudoso. En el Estado español actual las cosas siguen “bien atadas”, como las dejó su auténtico fundador, el que descansa en el Valle de los Caídos. No es tan dudoso, en cambio, si se trata del Estado de derecho.

Para el gobierno central, sus aliados y los medios en general, estos procesos son actividades puramente judiciales que demuestran, según dicen en el PSOE, el buen funcionamiento de la justicia. No hay nada político. No se juzga a Francesc Homs por independentista; eso sería un atentado a la libertad de pensamiento y de expresión. Se le juzga por desobediencia al Tribunal Constitucional. En concreto por haber desobedecido una prohibición de ese Tribunal. ¿Cuál? La de hacer o dejar de hacer algo en beneficio del independentismo. Luego sí se procesa el independentismo; sí, son juicios políticos contra el independentismo disfrazados de otra cosa.
Se ha dicho hasta la saciedad: judicializar un problema político es agravarlo. La instrumentalización de la justicia no hace ningún favor a esta y encona el conflicto.

Pero, al mismo tiempo, aclara suficientemente el panorama. El Estado no tiene la menor intención de negociar nada en tanto la Generalitat no retire la previsión del referéndum. La reciente retórica del “diálogo” también exigía renuncia previa al referéndum. En consecuencia cabe suponer que su cálculo estratégico sea provocar una situación de choque, poner al adversario, el independentismo, en situación de oposición a la ley, de rebeldía. De esa forma podría justificarse una acción represiva.

El problema a continuación es determinar el alcance de esa acción represiva y, a ser posible, sus consecuencias. El Estado se resiste a emplear los medios coercitivos más fuertes (aunque diversos publicistas adviertan de que si las normas de excepción están previstas, lo están para usarlas), pero, al mismo tiempo, es incapaz de ofrecer soluciones alternativas.

En esas condiciones lo más probable es que los sectores radicales del independentismo pidan adelantar la convocatoria del referéndum, una idea con la que la Generalitat ha jugado. La justificación, bastante cómoda, es que carece de sentido agotar el plazo y dejar pasar unos meses en los que habrá todo tipo de juego sucio, amenazas y tensiones. Si no se hace así, si no se acortan los tiempos, según se dice, es para elaborar un buen corpus legislativo que sirva de transición de la autonomía a la independencia. Pero la situación viene a ser similar: la aprobación de esas leyes será el punto de ruptura del todo igual al que se daría con la convocatoria del referéndum.

En cualquiera de los dos casos se apunta a situaciones de inestabilidad permanente. No es razonable que las relaciones ordinarias entre el gobierno central y una autonomía pasen por los tribunales. Es una situación muy perjudicial en todas las esferas de la acción social y un despilfarro de recursos de todo tipo.

El independentismo catalán no es una decisión personal de los encausados, ni un capricho de una minoría, ni siquiera una acción de partido. Es un movimiento social con un tipo de solidaridad mecánica, que diría Durkheim, la de la gente que se conoce, con la que se simpatiza, que tiene también un objetivo ideal, dentro de otro conjunto más amplio, que abarca a las cuatro quintas partes de la sociedad catalana, que reclama su derecho a decidir, su derecho a tener derechos.

El procesamiento de Homs es político, como lo son los de Mas, Rigau y Ortega y no se hable ya de los de Forcadell. Se los juzga por independentistas, aunque se diga otra cosa y, a través de ellos, se pretende el absurdo de juzgar y condenar el independentismo, es decir, un movimiento social de amplia base.

dimarts, 28 de febrer del 2017

La concordia por whatsapp

Acontecimiento de primera magnitud, el Mobile World Congress, una feria internacional de tecnología móvil que reúne a más de 100.000 participantes. Un momento único para que los usuarios de lo digital, los blogueros, los internautas, los administradores de redes, los tuiteros en todas sus ya diversas manifestaciones, intercambien información e ideas, incorporen novedades, reprogramen. De no ser en Barcelona, no me la hubiera perdido. Otra razón para envidiar a los catalanes que siempre montan estos acontecimientos rompedores, mientras aquí, en la corte, tenemos ARCO.

El evento atrajo una representación de las fuerzas e instituciones del Estado en la parte más conflictiva de este, Cataluña. El Rey y la virreina o vicepresidenta del gobierno central. Del lado catalán, Puigdemont, un descorbatado Junqueras, Forcadell y Colau. Ignoro si en los séquitos había alguien que entendiera realmente de móviles. Pero eso es indiferente. No estaban allí como usuarios directos de estas tecnologías sino como representantes políticos. La presencia del jefe del Estado testimonia la gran importancia que la autoridad concede a las llamadas TICs. La de la vicepresidenta del gobierno personificaba el nuevo espíritu de diálogo, cuyos efluvios llegan a Cataluña en forma de interesantes entrevistas que Sáenz de Santamaría celebra de vez en cuando con cargos de diversos gobiernos locales y solo ahora medita incluir en tan laudable actividad al gobierno de la Generalitat.

El día anterior, en una cena -esta gente pasa la vida entre cenas, galas y festejos- el rey pidió colaboración leal entre las administraciones. Hasta ahí llega el compromiso del monarca con las aspiraciones de los catalanes que, mientras las cosas no cambien y mucho, son tan súbditos suyos como los extremeños. Tiene gracia, además, que estas invocaciones se hagan siempre dirigidas a unas administraciones más que a otras. Felipe VI no se acuerda de la colaboración entre administraciones cuando habla en Madrid.

Claro, a su lado vigilaba la temible vicepresidenta del gobierno, dispuesta a imponer su forma de diálogo, consistente en un enunciado seco y negativo: "referéndum, no". Escaso es, por tanto, lo que la parte española puede aportar a diálogo o negociación algunos. Y tampoco la otra parte, la catalana, parece propensa a la comunicación en los casi infinitos campos de la actividad humana que no estén relacionados con su rotunda posición de "referéndum, sí". Si son políticos que van a un acto de tecnologías que no controlan y no hablan de política, ¿de qué hablan? De nada, claro. Y de ahí esa foto que parece un funeral con gente cariacontecida excepto el payo de segundo plano que parece haber reconocido a un pariente del pueblo. El humor lo pusieron los del Mundo Today avisando de que el Mobile World Congress era un caos porque sólo había un enchufe para cargar el móvil.

La realidad era que ese encuentro de reyes, gobernantes, autoridades estaba a la sombra de un acontecimiento que se producía a 600 kilómetros de allí: la comparecencia de Francesc Homs ante el Tribunal Supremo, acusado de desobediencia y prevaricación por la convocatoria del 9N. Un hecho tan insólito que llevó a Homs a decir que, si hay sentencia por el 9N será "el fin del Estado español". Era el titular de El País. Al ver en la crónica, sin embargo, que Homs hablaba del "fin del Estado de derecho en España", Palinuro publicó un post, Por la tremenda, entendiendo que El País manipulaba la información. Y no era así, Homs habló del "fin del Estado español". Procede, pues, disculparse ante el periódico.

Los juicios por el 9N son un auténtico disparate. Para refutar el argumento de que se trata de juicios políticos se señala que la acusación es desobediencia, no por razones políticas o ideológicas, porque los acusados sean independentistas. Pero desobediencia ¿a quién? Al Tribunal Constitucional y a su prohibición de adoptar medidas independentistas. Lo que se prohíbe es el independentismo. Es un intento de disimulo ridículo: se judicializa un proceso político pero luego se utiliza políticamente a los jueces.

En esas condiciones de diálogo efectivamente bloqueado, procesos abiertos, otros por abrir, quizá docenas, cientos, si entran en danza las autoridades municipales, y con una hoja de ruta que fija un referéndum en menos de siete meses, no están los ánimos para muchas celebraciones, como puede verse en la foto del Congreso Mundial de Móviles.

dilluns, 27 de febrer del 2017

Por la tremenda

Periodismo de trinchera el de El País. El diario está tan ofuscado con lo que suele llamar el desafío independentista y tiene tanta tirria a quienes lo protagonizan (a los que sigue culpando personalmente, como si fuera un capricho de media docena de personas), que se le va la pinza de colgar titulares. Hace decir a Homs, y lo entrecomilla, que, si hay sentencias por el 9N, eso será "el fin del Estado español".

El lector que haya deglutido con el café tamaño sórdido vaticinio y siga leyendo la crónica, verá que hay algo de exageración y lo que Homs dijo, y El País sigue entrecomillando, es que será "el fin del Estado de derecho en España".

No es lo mismo, ¿verdad? A El País se le ha ido la pinza por el tremendismo. Había que añadir algún elemento dramático a la comparecencia de hoy de Homs ante el Supremo. Nada menos que la supervivencia del Estado.

Profetizar el fin del español por una sentencia es un absurdo; profetizar el del Estado de derecho es redundante, innecesario. Probablemente Homs piensa que el mero hecho de verse encausado por el 9N es una muestra de que ya no hay Estado de derecho en España. 

Y algo de eso sucede en la medida en que el el poder responde a un conflicto político judicializándolo pero a su vez utiliza la justicia políticamente.

Redes rebeldes

Fenomenal el patinazo de la junta gestora del PSOE al aplazar primarias y congreso para que la caudilla sureña se deshiciera de la imagen de killer y adoptara la de gran costurera del PSOE. Quería un plazo de "enfriamiento" y lo ha sido de "calentamiento". No cayó en la cuenta de las redes, que están vivas y pueden mantener una causa el tiempo que quieran. No habían terminado los miembros de la gestora de redactar su propuesta de documento salvífico y ya bullían las críticas en las redes. Muy atribulada, la gestora ya ha cedido en pedir la derogación de la reforma laboral del PP. Lo ha hecho con una carga de profundidad a Sánchez, al recordar que en el programa que este acordó con C's cuando su fracasada investidura, no se preveía la derogación. 

Sí, este Sánchez parece haber cambiado bastante y quiere pasar de haber sido un SG marcado de cerca por el Comité Federal y sin margen de actuación a obtener una especie de confianza casi plebiscitaria para un liderazgo de izquierda en un contexto muy difícil.

diumenge, 26 de febrer del 2017

Legislar y pasar la gorra

¡Hay que ver qué generosos son los diputados al interpretar la normativa de incompatibilidades cuando les afecta en el bolsillo! Solo el PSOE se opone al pluriempleo de los representantes del pueblo. Sin duda estos aducen muy oportunas razones para simultanear su labor de legisladores y controladores dele gobierno con otras actividades lucrativas legales. Para las ilegales no suele pedirse permiso. Y sin duda también dichas razones merecen una consideración reposada no movida por la demagogia, la envidia o las simples ganas de fastidiar y así lo haremos.

Pero antes, séanos permitido señalar una paradoja bastante vergonzosa a primera vista. Los mismos diputados que interpretan laxamente las incompatibilidades propias mantienen incompatibilidades estrictas, arbitrarias, injustas para otras colectividades. Por ejemplo, los jubilados. No pueden estos compatibilizar el cobro de su pensión con las ganancias que obtienen en el mercado libre por su obra o como derechos de autor de sus producciones. Resulta así que dibujantes como Forges, novelistas, músicos, no pueden percibir esos ingresos cuando sobrepasen una cantidad anual que es muy baja (tres veces el SMI). Es sangriento porque la prohibición ignora que la pensión no es un salario ni una donación graciosa del gobierno, sino un derecho por el que se ha cotizado a lo largo de la vida. Un derecho que debiera ser tan intangible como los títulos de propiedad de bienes inmuebles. Además, el público en general no puede beneficiarse con la creatividad de los autores, muchas veces en su mejor etapa, porque no se lo permiten sus representantes que, sin embargo, pretenden compatibilizar sus suculentos sueldos (muy superiores a las pensiones, incluso la máxima) con otras actividades que, salvo excepciones, son puramente mercantiles y poco o nada tienen que ver con la creación.

Aun suponiendo que entre los diputados solicitantes de compatibilidad los haya simpatizantes con la causa de los jubilados, lo menos que puede decirse de ellos es que anteponen sus intereses a los de sus repressentados.

Y ahora, a las compatibilidades de los diputados. El criterio que debe tomarse en consideración para decidir y el único es la condición genérica de legisladores de todos los compatibilizables. Esto aclara muchas cosas. Parece lógico que quien impone las normas universales y generales de obligado cumplimiento, las leyes, en nombre del interés general (pues los diputados lo son del conjunto del electorado) no esté en actividades lucrativas en defensa de intereses particulares. Esto incluye la abogacía, la asesoría de empresas y ocupaciones de este jaez, esto es, las actividades profesionales que impliquen contratación con esos intereses. Del otro lado compatibles debieran ser las labores creativas: los libros, los cuadros, las composiciones musicales,las patentes así como las conferencias y alguna actividad docente y, por supuesto la conducción y realización de programas de televisión siempre que no estén financiados por intereses particulares internos o foráneos ni emitan su publicidad. Benefician a la colectividad y no es injusto que obtengan remuneración.

La participación en los medios, las tertulias y formatos análogos es un asunto más delicado. Se parte de que en los medios públicos no se cobra, pero en los privados, sí. Eso está bien, aunque quizá no sea suficiente. El problema está en la permanencia, en la continuidad en que los diputados fijos en estos programas acaban convertidos en portavoces oficiosos de sus partidos y no porque ello esté mal en sí mismo, sino porque necesariamente interfiere en su rendimiento como legisladores. A lo mejor es más sensato que los partidos alternen las personas que envían a las tertulias.

En resumen, está bien que los diputados luchen por compatibilizar su condición con ciertas actividades remuneradas, pero, antes, cuídense de que la gente podamos seguir disfrutando de las creaciones de Mendoza (premio Cervantes 2016), Caballero Bonald, etc. sin arruinarlos.

La charlatanería de los golpistas

En las jornadas, diz que de debate teórico de los golpistas, este fin de semana en Madrid, está debatiéndose un documento que se pretende sea aprobado por el próximo congreso. Al parecer, procede de la minerva de ese gurú de la ciencia económica, José Carlos Díez, fichado por la caudilla andaluza como asesor quien, a pesar de presentarse como profeta, no ha dado ni una ni de lejos en los últimos diez o doce años (ver ilustración más abajo) y es el hazmerreír de las redes.

Creo haber dicho ya que tengo la peor opinión de estos documentos, normalmente apresuradas colecciones de lugares  comunes, vanas promesas y pura demagogia revestidos de falsa dignidad teórica, con la vista puesta en las siguientes elecciones y una indiferencia absoluta hacia los criterios elementales de interés, originalidad, coherencia, audacia y carácter positivo. Lo mismo más o menos pasa con el otro documento de otros gurús del campo de Sánchez, Una nueva socialdemocracia, otro conjunto de vulgaridades y frases vacías que ya lo eran en los tiempos del "Programa 2.000", cuyo espíritu quiere resucitar. Pero este de la junta golpista es todavía peor, más ramplón, embustero y, además, de derechas.

La cosa comienza ya con la presentación del jefe de la junta gestora, Javier Fernández pidiendo tanto mercado como sea preciso y tanto Estado como sea necesario.Ya contará este lumbrera cuál sea la diferencia entre "preciso" y "necesario". Y es que son tan ineptos que ni copiar saben. La venerable frase tiene casi 60 años, se debe al que economista del SPD, luego ministro de Economía, Karl Schiller en el congreso de Bad Godesberg, de 1959, y su tenor literal es "tanto mercado como sea posible y tanto Estado como sea necesario". Posible/necesario teiene sentido; preciso/necesario, ninguno. Lo de Ferrnández es pura charlatanería. Pero no haya cuidado: sin arredrarse ante las dificultades, este buen hombre pretende nada menos que reformular el socialismo democrático. En verdad ni él ni los demás aprovechateguis que lo rodean al servicio de Susana Díaz con el exclusivo objetivo de conservar sus prebendas saben de lo que hablan. Como si el "socialismo democrático" una de las teorías políticas más vigorosas, universales y llenas de posibilidades pudiera "reformularse" gracias a las perogrulladas y simplezas de cuatro intrigantes que solo piensan en su medro personal.

Los golpistas del PSOE no se reúnen a hacer algo razonable y constructivo sino a contar cuentos a ver si consiguen engañar a la militancia para que elija  la caudilla andaluza, cuya campaña están apoyando y financiando y a ver si pueden descalificar a Sánchez ahora que descubren que, tras haberlo defenestrado de forma indigna, está más vivo que nunca.

Es recomendable leer las 12 páginas de esta sarta de cosas archisabidas, envueltas en las brumas la más aburrida especulación económica y financiera. Pura palabrería. Lo más interesante, curiosamente, es lo que no está en ellas, lo que ni se menciona porque, obviamente, no está en los objetivos de estos amigos y ayudantes del PP bajo cuerda: ni palabra de derogar la reforma del 135; ni palabra de derogar la reforma laboral de la derecha, legislada al dictado de los patronos para conseguir mano de obra esclava; ni palabra de obligar a la Iglesia a autofinanciarse y pagar sus tributos como todo el mundo; ni palabra de luchar contra la corrupción en todas sus manifestaciones, desde los sobresueldos de los políticos del partido del gobierno, empezando por Rajoy, hasta los paraísos fiscales, pasando por las malversaciones y comisiones que ha están cobrando los miembros de la asociación dee presuntos ladrones llamada PP; ni palabra de luchar contra los privilegios; ni palabra sobre la República; ni palabra sobre Cataluña.

Sin duda, el PSOE es un partido muy antiguo y saldrá de esta. Pero antes hay que quitar el poder a la manga de golpistas cuyo objetivo es ponerlo al servicio del PP.