dilluns, 3 d’octubre del 2016

Feminismo en clave de humor cruel

Natza Farré (2016) Curs de feminisme per microones. Barcelona: Ara Llibres (168 págs.)
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Natza Farré es una periodista autónoma (en el sentido fiscal, según ella misma aclara) de gran capacidad de comunicación. Por la originalidad de su trabajo, el desenfado de sus exposiciones, lo penetrante de sus juicios y su rara sensibilidad. De ese batido puede salir un libro tan particular como este. La autora lo concibe como un manual de instrucciones y lo considera un curso de feminismo. Escribir un ensayo sobre el feminismo, materia grave y de enjundia que suele motivar tratados de doctrina sociológica, filosófica, jurídica, histórica, recurriendo al manual de instrucciones de un microondas, requiere atrevimiento... y seguridad. Quizá solo pueda hacerse empleando el humor del principio al final. ¿Qué humor? Todos, el seco, el negro, el sarcástico, el irónico y hasta el sardónico. Vamos, que a fuerza de reír se sale llorando del libro. Por supuesto, de lo que menos se habla es del microondas.

El curso tiene cuatro niveles o grados. El nivel básico es como una declaración genérica de principios. El feminismo es la revolución  de hoy, en la que estaría bien que ayudaran los hombres. Pero no son imprescindibles. Basta con que no estorben. Es generosa actitud, pero desesperanzada. Los hombres estamos hechos para estorbar. Las mujeres también. Lo tenemos en común. Ayuda, es verdad, y Farré lo señala, que ya se nos empieza a encarrilar en los roles de género con los cuentos, los juegos y juguetes. 

En el nivel elemental se muestra lo irritante que es el juicio de las personas en función de sus atributos sexuales. Relata la impresión que le produjo un artículo titulado "10 cosas que tu vagina intenta decirte" y se imagina su vagina diciéndole cosas que no querría oír (p. 43). Me vino a la memoria un curioso libro de Diderot, en realidad su primera novela, escrita en 1749,Les bijoux indiscrets (Los dijes indiscretos). El sultán del Congo, Mangogul, desconfiando de la fidelidad de sus concubinas, se hace con una sortija mágica que, si se frota y orienta hacia las partes de una mujer, la vagina de esta comienza a hablar en voz alta sobre sus devaneos amorosos para corrimiento de su dueña e información del sultán. No hay acuerdo sobre el sentido exacto de la novela del ilustrado. Por lo demás, a los hombres también les pasa algo parecido: los penes parlantes aparecen de vez en cuando en la historia de la literatura. Una de sus últimas manifestaciones, Yo y él, de Alberto Moravia.

Los medios de comunicación perpetúan los prejuicios sobre las mujeres, a pesar de que el 60% de las estudiantes de periodismo lo son. Pero no pintan mucho por su condición femenina. En el orden mundial, solo el 27% de los cargos directivos en los medios son mujeres (p. 47). Como consecuencia. también el acceso de las mujeres a los espacios de opinión de los medios está restringido. Esto, a su vez, está relacionado con la llamativa brecha salarial por razón de sexo. Hoy se escucha una contracrítica en el sentido de que las ocupaciones con mayor responsabilidad las ocupan hombres porque están mejor preparados. Pero eso no es cierto y, aunque lo fuera, sería una prueba más de una situación circular: cobran menos por estar peor preparadas y están peor preparadas por cobrar menos.

El nivel medio aborda las contradicciones más claras de la situación. Aquellas en las que todo el mundo dice una cosa, hace la contraria y nadie porfía. El ejemplo con que abre el capítulo es apabullante: en el primer gobierno de Tsipras, esperanza blanca de la izquierda europea, ni una mujer (p. 71). Palinuro también lo hizo notar desde el primer día: un gobierno de siete machos y mucha gente argumentaba lo que siempre se aduce en estos casos, que hay cosas más importantes. Siempre hay cosas más importantes cuando se trata de cumplir con lo que se cree. Eso pasa mucho con las situaciones de conciliación (p. 79) o con la forma en que las mujeres perpetúan la sumisión cuando dicen que sus maridos las "ayudan". Los maridos, según la autora, no "ayudan", sino que cumplen con su deber (p. 102). La idea de que la mujer solo se realiza a través de la maternidad le parece a Farré tan falsa y tan persistente como la teoría geocéntrica. Incluso cita a Galileo (p. 94). Y puede llegar hasta hoy, cuando decimos que el sol sale y se pone. El lenguaje es el depositario de los errores de la especie. En lo cósmico, en lo social, en lo sexual, en todo.

Por eso, el nivel alto del curso de feminismo se refiere a la la cultura. Con especial hincapié en la lengua. El lenguaje condiciona nuestra vida. "Te vistes como una puta", "los hombres son más racionales, las mujeres , más emocionales". Dos ejemplos citados por la autora entre los cientos de miles que podría aducir. Por eso, concluye, los hombres matan a las mujeres (p. 139). Los diccionarios, depósitos de los dislates lingüísticos más ancestrales, hacen su aparición. El conocido ejemplo de las dos acepciones de "hombre público/mujer pública" (p. 136). Sin duda alguna; la lengua es misógina y su base es convertir al género masculino en la medida de todas las cosas. No el Hombre, como quería significar el filósofo, sino el varón, el vir que está en la raíz de virtud. Desde luego, corregir ese sesgo esencial es tarea ciclópea. Detiénese la autora brevemente a señalar con guasa los nombres de las mujeres: Misericòrdia, Consol, Empar, Dolors, Concepció, Socors (p. 139). Ignoro si existe "Angustias" o "Martirio" en catalán o son productos del maximalismo castellano o del cante jondo.  

Hacia el final, el humor que se ha derrochado a lo largo de la obra toma tonos más siniestros y trágicos. Se trata la violencia de género y de la situación de las mujeres como botín de guerra en todas partes (p. 149). Y en este momento hay más guerras que nunca por doquier y millones de desplazados. El 98% de víctimas de la explotación sexual de 4,5 millones en el mundo son mujeres. Respecto a la prostitución, los datos son escalofriantes: solo un 5% de las mujeres la ejerce libremente (p. 151). Que cada cual extraiga sus conclusiones.

Corona el libro un certificado cuyo punto central es una reflexión sobre el frecuente insulto de feminazi. (p. 159). Está claro que, cuando ese término se emplea en un debate, se aplica de inmediato la ley de Godwin y su consecuencia: el debate se ha acabado.

Lean el libro de Farré, respondan a los ejercicios de autoevaluación y sin hacer trampas, como pide la autora y vean en qué grado de feminismo se encuentran.


diumenge, 2 d’octubre del 2016

El PSOE y la cuestión española

El aquelarre de ayer en Ferraz fue algo más que la penúltima bronca en un partido muy acostumbrado a este tipo de movidas. Fue asimismo el preparativo de la batalla que el nacionalismo español se apresta a dar al catalán. Los prolegómenos de la confrontación en serio entre Cataluña y España. Y la posición que en ella corresponda al socialismo se dirimió ayer entre gritos y susurros en Ferraz. Lo de menos es ahora lo que pase en el PSOE y si será o no capaz de recomponerse. El nacionalismo español ha conseguido lo que se proponía: ponerlo al servicio del PP para que este encabece la respuesta española al reto catalán ya que no se fía de la organización socialista.

Claro ya como la luz del día: lo que costó la cabeza a Pedro Sánchez, hombre aupado por los socialistas de derechas (Rubalcaba, González, etc), fue encastillarse en el NO es NO y, sobre todo, levantar la sospecha de que estaba dispuesto a hablar con los indepes catalanes. ¿Quiénes se confabularon para cortársela? La derecha en pleno (PP, bancos, empresas, gentes de orden), los medios de comunicación, con El País como buque tabloide principal y los caciques socialistas de la España profunda, la que más tiene que perder si Cataluña se independiza: Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha sobre todo. Que esta cohorte de representantes de la España oligárquica, caciquil y parasitaria (sector progre, claro, aunque no mucho) esté encabezada por una persona tan de sainete como Susana Díaz es anecdótico. El daño al PSOE es inmenso, sí. Pero que este aparezca mangoneado por una pobre insensata portacirios es lo de menos. Más grave es que González haya perdido ya su última pretensión de estar por encima de banderías y aparezca ahora embarrado en la porquería de esta bajuna reyerta. Y aun así, tampoco es lo peor. González nunca tuvo la categoría que sus partidarios y él mismo le otorgaban. Siempre fue un tipo de bando. Ayer quedó claro, aunque él, astutamente, se quitó de en medio y dejó todo el protagonismo del lamentable espectáculo a Díaz.

¿Puede recuperarse el PSOE? ¿Por qué no? Dependerá de cómo se jueguen las bazas en el próximo y medio futuro. De si Sánchez vuelve a presentarse, si la militancia lo apoya y otros imponderables. El más complicado de todos es que escasamente podrá hacer algo si no se atreve a plantear un cambio doctrinal de importancia en el asunto que realmente está en juego: Cataluña. Pretender una vuelta en primarias con un programa de saneamiento interno y sin replantear la cuestión esencial fuera inútil. El problema es que será tarde pues, cuando esa regeneración interna quiera hacerse, el PSOE irá ya a remolque de la aventura en que el PP quiera meter al país a cuenta de Cataluña..

Los golpistas sacrificaron el PSOE y se sacrificaron a sí mismos para entregar el centenario partido a la derecha y ahora andan diciendo con la boca chica que NO seguirá siendo NO. Es mentira. Será que sí. No hay alternativa. La han dinamitado.

Como han dinamitado la posibilidad de unas terceras elecciones. Quieren el gobierno de la derecha para que esta sea quien encabece la reacción española anticatalana, que es el meollo de esta trifulca socialista. Es una pena que la izquierda española sea radicalmente incapaz de tener una visión del país distinta de la de la derecha franquista nacionalcatólica. Pero es así. Pregunten ustedes a un reaccionario convencido de ser muy progre como Rubalcaba qué fue de su "federalismo". El mismo Rubalcaba que probablemente haya redactado el editorial de hoy de El País, "la hora de la unidad", un prodigio de hipocresía y mala baba hacia un secretario general que, aunque sin muchas luces, acabó creyéndose la decencia de su papel, como el general della Rovere.

La situación es de una curiosa complejidad. Hay quien dice que ofrece nuevas posibilidades a Podemos. Quizá pero estos todavía se encuentran en un estadio ideológico más primitivo que el de los socialistas y es dudoso que extraigan conclusiones válidas de la experiencia. Aunque sobre ellos, igual que sobre la reacción de los indepes catalanes, volveremos en breve chez Palinuro.

NO era SÍ, pero lo más difícil viene ahora

Dies irae/dies illa. Se cargaron a Sánchez. Los golpistas ya no son golpistas, sino la autoridad constituida. Se dirá como se quiera pero lo cierto es que un grupo, una claque, se ha cargado en un golpe de mano, a un Secretario General elegido por la militancia. Y ¿cómo lo ha conseguido? Era de suponer que Sánchez se habría asegurado una mayoría del Comité Federal antes de hacer sus propuestas.

Eso se verá en los próximos días. La exigencia de los dimisionarios y sus apoyos (esos que los medios llaman "críticos", queriendo decir protestarios o saboteadores, a elegir) de que la votación fuera pública, a mano alzada, es muy significativa. Sus amparos son muy poderosos y sus recursos, inmensos. Se trata de saber quién vota qué, en función de los juegos de influencias y lo dejo aquí por no ser más específico. Que podría. Este es un país clientelar y lo es también su izquierda.

Decíamos ayer que la posición de Sánchez era débil. No tenía argumento alguno para negociar con el CF y su promesa de procurar un gobierno alternativo al de Rajoy era vana porque no dependía de él sino también de Podemos y no es creíble que Podemos vaya a ninguna alianza con el PSOE si no es el socio mayoritario.

Así que la de ayer fue una jornada de extraordinaria tensión, digna de la naturaleza tempestuosa de la historia del PSOE. Un partido con memorias de enfrentamientos internos constantes pero que no se escinde. Lo más llamativo de la comparecencia de Sánchez para anunciar su dimisión, cinco minutos después de perder la votación fue la de veces que hizo referencia al partido, su preeminencia y el orgullo de militar en él. Para algunos espíritus suspicaces el alegato de despedida fue, al mismo tiempo el de la inauguración de su campaña para las primarias. Algo que podría ser La segunda venida de Sánchez, ya que esta defenestración ha dejado un poso de amargura en la militancia.

Un día larguísimo, dedicado casi todo a las cuestiones de procedimiento. Fuera, gentío, silbidos, abucheos, escraches, la policía apartando gente, muchos nervios, banderas, carteles. Alto voltaje de pasiones y emociones. Todavía más fuera, en la esfera mediática, programas monográficos en los que los fans animaban a los suyos, esto es, los rebeldes cuya acción beneficiaba al PP. Dentro, entre mociones, contramociones, puntos de debate, orden del día, finalmente se llegó a una conclusión, se votó y la militancia en la calle recibió la noticia como un chorro de agua de una manguera policial.

El PSOE no tenía Secretario General y se regiría por una comisión gestora. Quisieron conseguirlo de inmediato a raíz de la dimisión de los 17, pero se encontraron un ¡No pasarán! y, como la otra vez, pasaron. Dos o tres días más y una reunión tormentosa del CF que, en el fondo, pone al PSOE en el centro de la atención de los medios, lo cual suele ser bueno excepto cuando es malo, como ahora. Tapar, difuminar el escandalazo de las tarjetas blacks y los presuntos chorizos Blesa y Rato con el relato de Los últimos de Filipinas no es un acierto, pero es inevitable. Ver a los políticos poco menos que dándose de mamporros en público suele tener morbo pues son gente que, aunque se diga barbaridades, no suele llegar a las manos. Ayer casi llegan a los pies.

Con todo, esto no es más que l'écume des jours, pura apariencia cotidiana. Sánchez se ha desvanecido como una nube de verano o una brizna de paja al viento. Lo difícil, lo grave, lo temible viene ahora, en el momento de la investidura próxima, en la que el CF tiene que desdecirse de su decisión anterior y pedir la abstención del PSOE para dar el gobierno a Rajoy. Esa es la venenosa consecuencia  de propugnar la abstención. Y el problema más concreto es cómo se vende este propósito al electorado en una campaña.

Porque hay que venderlo. Toda la conspiración contra Sánchez tuvo siempre como objetivo estratégico, facilitar el gobierno del PP aunque no lo mereciera o, por lo menos, no impedir que lo formara. Sánchez se convirtió definitivamente en la pieza por batir cuando manifestó que no se abstendría y mantendría el NO es NO a todo gobierno del PP. Lo acusaron de mentiroso, engreído, egoísta, pero él sostuvo siempre que obedecía el mandato del CF. ¡Bastante que importa el CF al Ibex 35, las empresas con que se relaciona González o los ERES andaluces, que lastran de tal modo las posibilidades de Susana Díaz que quizá no vaya a primarias! Nada. Cero. El CF solo impresiona a la militancia y, justamente, la decisión de abstenerse ante Rajoy tiene pinta de producir una sangría de militantes y votantes.

Los rebeldes triunfadores ayer van a dar el gobierno al PP con el objetivo de cerrar el paso al ascenso de Podemos e impedir o, cuando menos, frenar la independencia de Cataluña. Podemos no iba a entrar en el gobierno (porque no le interesaba) y la independencia de Cataluña parece inevitable, según los datos de que disponemos hasta este momento. Quizá ocurra algo que cambie esta expectativa en un sentido u otro pero en todo caso no depende de lo que hagan los citados rebeldes. Y, detrás de ese mal trago de abstenerse en favor de Rajoy, cuatro años como mínimo, siendo responsables de haber propiciado un desastre sin parangón. Y eso mientras la militancia se les da de baja en masa y emigra hacia Podemos a falta de una opción más atractiva.

Se han quedado sin Secretario General y también sin partido y todo por el miedo a quedarse sin país.

dissabte, 1 d’octubre del 2016

De ratones y hombres

Tomo el título del famoso relato de Steinbeck, aunque rebajando varios enteros la intensidad del drama.

¡Qué espectáculo el del PSOE! Se lleva todos los titulares, abre los telediarios y los cierra. Pulula por las tertulias repletas, como se sabe, de especialistas en historia del PSOE, psicólogos, antropólogos, sociólogos y politólogos todos al cabo de la calle de lo que pasa. El rostro de Sánchez es ya más familiar a los españoles que la reproducción de la Última Cena que tienen en los comedores. Hasta ha eclipsado a los de Podemos y eso que se pasan el día en los platós. Es tal el exitazo de imagen que nadie se acuerda del proceso en marcha del expolio millonario de las black y del que se abre el lunes por la Gürtel con, cosa verdaderamente insólita, todos los tesoreros y casi todos los secretarios generales del partido del gobierno encausado. No están Cospedal Y Rajoy, también secretarios generales, por razones nada fáciles de entender aunque sí de imaginar.

Los periodistas, aficionados a la prosa colorida, dicen que "el PSOE arde", que está "en guerra abierta", que "quiebra", que está "roto", etc. Falta de perspectiva histórica. El PSOE ha estado así desde su fundación, hace 137 años: periodos de bronca y tumulto alternados con otros, los menos, de paz. Cuando los socialistas se ponen ditirámbicos, suelen decir que, en realidad, el PSOE es España. No solo que la vertebra, sino que España es él mismo. Es obvio que es el único de los partidos que ha estado en todos los momentos críticos de la historia del país: estuvo en la huelga general de 1917, con Largo Caballero en la cárcel y pasando de ahí al Consejo de Estado de Primo de Rivera; Prieto estuvo en el Pacto de San Sebastián a título personal; el partido apaoyó la República y la redacción de la Constitución de 1931; pero también estuvo en la revolución de 1934, en el Frente Popular de 1936 y en la Junta de Casado de 1939 que, mediante un golpe de Estado, entregó la República a Franco; estuvo en el Contubernio de Munich de 1962, en la Plataforma de Convergencia Democrática, luego en la "Platajunta" y, por fin, en el gobierno. Y en todas las veces hubo broncas: Largo Caballero y Prieto se detestaban y Negrín no iba en zaga y Besteiro a los tres y los tres a Besteiro. En el exilio las cosas no fueron mejor. Felipe González defenestró a Rodolfo Llopis y luego se enfrentó a la izquierda marxista del partido, como ahora este se enfrenta a la derecha abstencionista. Esta pelea de hoy es la enésima de la familia. Porque el PSOE no se escinde nunca duraderamente. Es un partido democrático en donde cabe gente muy distinta, a veces contraria.

La única escisión real que tuvo el PSOE fue la de los comunistas en 1921 y esa aún perdura. Las relaciones entre los dos siguen siendo pésimas. Como lo son con Podemos en la media en que en Podemos están los comunistas. Cierto que colaboraron en el Frente Popular y en la Platajunta, pero siempre mirándose por el rabillo del ojo,  poniéndose cual no digan dueñas y hasta entrematándose como durante el golpe de Casado.

Ayer compareció Sánchez en Ferraz en rueda de prensa para explicitar su posición ya que había decidido que no intervendrá en el Comité Federal de hoy. Y sin admitir preguntas. Mal hecho. Cuando un dirigente político no admite preguntas es porque no está seguro de las respuestas. O sea, no está seguro de sí mismo pues, obviamente, igual que las preguntas, las respuestas se fabrican. Nadie responde lo que no quiere responder salvo que no se controle.

En todo caso, dijo que hoy se votaría entre a) comisión gestora que abrirá camino al gobierno del PP, en cuyo caso él, al parecer, dimitiría; y b) gobierno alternativo a Rajoy.

Su posición es débil por dos razones. En primer lugar, carece de sentido imponer al CF una decisión sobre si el PSOE se abstiene o no. Si no recuerdo mal, el NO es NO fue una decisión de ese CF que, obviamente, está legitimado para reafirmarla o revocarla. En segundo lugar, Sánchez debe saber que el gobierno alternativo es imposible porque Podemos no quiere mientras el PSOE sea la parte más fuerte. Podemos también prefiere que el PSOE se abstenga porque así evita las terceras elecciones y se constituye en "verdadera" oposición frente a un PSOE claudicante. Y prepara la cuchilla del sorpasso.

No se entiende porqué Sánchez no remedia ese punto débil de su opción, hablando de las terceras elecciones. González y Rajoy coinciden en calificarlas de "ridículas", poco menos que la irrisión del mundo entero. Los dos presuponen, ignoro por qué, que no lo somos ya. Pero de ridículas, nada. Ahora hay mucha más información, ha quedado todo muy claro, se sabe que Rajoy es el verdadero tapón del bloqueo, que Rivera es una moda pasajera y Podemos lleva camino de serlo también. Y Sánchez emerge como el único líder consistente en su NO es NO y el que está dispuesto a jugarse el cargo para que prevalezca su propuesta. Imposible, por tanto, acusarle de anteponer sus intereses personales a los del partido y el país, como parece dispuesta a hacer la señora Díaz, siempre tan acertada en sus juicios.

Pero esa debilidad de Sánchez es su fuerza moral. Déjenle intentar su fórmula. No se rindan prematuramente entregando el gobierno a Rajoy el PP porque eso significa: 

1) amnistiar, olvidar, la pesadilla de la Xª Legislatura;

2) colaborar con otra, la XIIª que tiene pinta de ser peor que la otra, pues no hay un solo propósito de la enmienda. Ni siquiera se va a derogar la "Ley Mordaza", digna sucesora de la "Ley de Orden Público" de Franco y, por supuesto, el ministro responsable no tendrá que dar cuenta de sus confabulaciones presuntamente delictivas contra el catalanismo;

3) permitir que gobierne un partido que pasa más tiempo en el banquillo de los acusados que en los cargos públicos. Metido hasta los zancajos en una miriada de procesos penales por comportamientos que son literalmente de novela de Mario Puzzo. Somos el pasmo del universo. Y lo seremos durante meses ahora que el cerebro de la Gürtel, el señor Correa, ha decidido "colaborar" con la justicia. A saber la consecuencias de esa "colaboración". Van a dar para titulares de prensa durante meses.  

Es obvio que ningún ciudadano puede querer algo así. ¿Por qué, sin embargo, los urdidores de este plante-complot, sí? Las razones que han aducido son todas irrelevantes: el 24 % de escaños es insuficiente para gobernar (ellos gobiernan incluso con menos); Sánchez lleva dos años hundiendo más y más el PSOE (no es cierto; el que lo hundió fue Rubalcaba; Sánchez remonta); un gobierno en minoría del PP se podrá controlar en la cámara (suma 170, a falta de seis; de controlar, nada). Finalmente, El País, que es la nave capitana de la flota "crítica" (en realidad, golpista pues no solo critica sino qu ejecuta lo criticado), añade que debe gobernar el partido más votado. Pura doctrina Rajoy.

La razón reservada pero poderosa parece ser que, según los urdidores de la artimaña, Sánchez tenía propósito de pactar con Podemos y los indepes catalanes. Pero eso es un juicio de intenciones. También puedo suponer que Sánchez iba a pactar con los Rosacruces. Aparte de ello, el CF que aprobó el NO es NO prohibió al tiempo a Sánchez estos pactos "tenebrosos". Si este los intentara, iría en contra del CF. Así que, para que no se rebele contra el CF, se rebelan ellos con el plante. Si hay algo indigno en esta tierra es el ataque "preventivo".

¿Por qué, pues, los urdidores quieren forzar la abstención en contra la decisión anterior del CF? La pista la dio hace días González cuando conminó a sus huestes antañonas a permitir un gobierno de Rajoy y el PP aunque no lo merezcan. La cuestión es curiosa: ¿por que van a gobernar si no lo merecen? La respuesta solo puede ser una: porque, si no es así, sucederá algo peor.

¿Qué puede ser peor que un gobierno del PP para González, Díaz, Vara, Corcuera y otros? El proceso independentista catalán o, como dicen sus medios, el reto catalán. Los urdidores del pintoresco plante, cuya dimensión kafkiana dio la señora Verónica Pérez, presentándose a las puertas de la ley, con las que las autoridades en funciones le dieron en las narices. (Incidentalmente, ¿no es delicioso que un gobierno en funciones se enfrente a una oposición en funciones?). Aquellos no temen a los bolivarianos, ni a la gente, ni a los referentes llenos o vacíos. Temen al independentismo catalán. Temen que en el vacío de poder instalado en España hace más de un año, los indepes avancen en la construcción político-jurídica de su Estado y acaben confrontando al hipotético gobierno español con un hecho consumado, un RUI o una DUI. Por eso, ellos se han adelantado y han querido confrontar al Secretario General con el hecho consumado de su destitución por una retirada al Aventino. Ante esta perspectiva, casi certidumbre, los urdidores de la trama, prefieren entregar el poder al PP. Este se encargará de habérselas con la rebelión catalana y ellos apluadirán desde los bancos de la oposición. 

¿Recuerdan el famoso dictum de "antes roja que rota"? Tiene mensaje de vuelta: "antes azul que rota".

Hoy, Palinuro con los jóvenes socialistas en Castellón

Un verdadero honor que agradezco de corazón a las juventudes socialistas de Castellón. Un encuentro sobre el muy candente tema de El futuro del socialismo en el contexto europeo y en una fecha especialmente crítica, cuando las autoridades de su partido debaten acerbamente cuál será el destino de este. El encuentr tendrá lugar a las 12:00 en el Centro Cultural "La bohemia", en la calle Císcar, 14. 

Innecesario decir que voy muy motivado y muy dispuesto a hablar de la situación europea y española y el necesario papel de la socialdemocracia. Debe esta retornar a su posición central en el devenir de nuestras sociedades porque es la única que garantiza democracia y justicia social, una sociedad abierta y progresista, la única que de verdad compatibiliza libertad e igualdad. Por eso hay tanto interés en que ese discurso socialdemócrata radical no se escuche porque es el único que ha conseguido cambios decisivos en nuestras sociedades, cambios que el neoliberalismo trata de revertir. Se vale para ello del inmenso ruido mediático y la propaganda e ideología difundidas por unos intelectuales orgánicos de distintas escuderías. Por eso, los debates deben ser a fondo, sin tabúes, con sinceridad y valor, rasgos propios del espíritu de la izquierda.

Pero todavía voy más dispuesto a escuchar y a aprender.

Sobre todo en el supuesto práctico que sin duda se planteará: ¿se debe/puede permitir un gobierno del PP/Rajoy en España?

A las 12:00 nos vemos.

divendres, 30 de setembre del 2016

Corte y confección

Menudo éxito han obtenido los 17 dimisionarios y sus poderosísimos animadores, instigadores y protectores. Querían destituir a Sánchez y lo han fortalecido. Lo han convertido en un símbolo sin debilitar su posición orgánica. 

Todo tiene su explicación: el plante se urdió a toda prisa entre las elecciones gallegas y vascas y la reunión del Comité Federal. Los urdidores daban por descontado que Sánchez dimitiría entonces. Por eso repetían la falsedad de que seguía perdiendo votos y no remontaba. Lo cierto, sin embargo, es que sí remonta en condiciones muy difíciles con respecto a la etapa de Rubalcaba, que fue quien hundió al PSOE. Total, Sánchez no dimitía, así que se montó el plante de los 17 entre rayos y centellas en escena, con declaraciones explosivas de González y editoriales incendiarios de El País, portaestandarte de la nueva Brunete. Es decir, como siempre, mucho ruido y pocas nueces. La confesión de González de "sentirse engañado" por Sánchez (una forma como otra cualquiera de llamarlo mentiroso) se hacía revelando el contenido de una conversación privada. Algo en verdad de baja calaña y visto como tal por la opinión. En cuanto a El País, hasta la redacción se le ha sublevado por los insultos al Secretario General socialista. El director ha respondido que en la casa manda él. No es cierto pero, si le consuela, se puede dejar en mero exabrupto.

El plante terminó a lo largo de la jornada de ayer que vivió momentos sublimes. En su arrogancia, no dudando de que esta vez Sánchez tendría que ceder, los urdidores no tenían plan B. Así que no se les ocurrió nada mejor que enviar a la señora Verónica Pérez a hacer el ridículo a la puerta de Ferraz, tratando de imponer una autoridad de la que carecía. Este broche de oro puso fin a un episodio que empezó siendo dramático y terminó en chusco. Ahora es de esperar que las consecuencias no se desmadren. Susana Díaz habla de coser. Ya solo el verbo escogido demuestra que la dama no da para mucho. Sin contar con la duda razonable de que pueda coser la responsable del desgarro. No es preciso coser nada. Basta con sentarse a hablar, deliberar, razonar, exponer los motivos y llegar a la mejor decisión colectiva posible de acuerdo con unos principios que en teoría se defienden. Y aquí se perfilan tres diálogos: a) con los 17 del plante; b) con los dos instigadores interiores, Díaz y González; c) con los instigadores exteriores, los medios, singularmente El País.

El diálogo con los 17 es muy simple. Han dimitido de unos cargos orgánicos. Sus razones tendrán. Pero eso ya no importa. Que vuelvan a sus destinos y hagan su tarea. En el fondo, no tienen culpa. Han sido piezas de un designio erróneo pero superior.

El diálogo con los dos instigadores interiores es más complicado. Según va sabiéndose, justificaban su actitud sabedores de que Sánchez tenía la intención de pactar con Podemos y los indepes catalanes. En realidad esa alianza es imposible porque Podemos nunca aceptará ser muleta de un gobierno PSOE. Lo han dicho muchas veces. Siempre encontrará una razón para votar "no". Haría bien Sánchez en propugnar esa alianza porque, si saliera, sería un acierto. Si no sale, él va cubierto a las terceras elecciones. Pero no es necesario discutir estas cosas. Sánchez no ha dicho que quiera esa alianza. Los instigadores dicen que tiene la intención. O sea, por un juicio de intenciones pasan por encima del CF y pretenden cepillarse al SG.

Seamos claros, el objetivo verdadero, desde el primer momento de los abstencionistas en el PSOE ha sido un gobierno del PP. Lo justifican señalando que, al no tener mayoría absoluta, sería controlable en el Parlamento. Saben que no es cierto, entre otras cosas porque ahora mismo, declarado en rebeldía, no lo es. Los ministros no acuden a las sesiones del pleno de control del gobierno. Es de risa. La pregunta es, ¿por qué ese empeño en facilitar un gobierno de Rajoy, de no pedir siquiera un cambio de candidato? No se sabe. Se murmura algo sobre la estabilidad, pero nadie lo toma en serio. ¿Por qué, pues? En el caso de la señora Díaz o explica por qué afirma que lo primero es constituir gobierno (del PP, claro) o tendremos derecho a pensar que ahí hay algún posible chantaje del PP. Conociendo a este partido, no sería de extrañar; ha hecho cosas peores. Pero, conociendo a la señora Díaz, algo así sería impensable. Por eso interesa conocer sus razones.

Las de González son más claras. El ambiente en que se mueve desde hace años, cancillerías, gobiernos, congresos, empresas, negocios, es profundamente de derechas y él se ha mimetizado. Muchos opinarán que fue de derechas siempre. No me lo parece, aunque admito que es discutible. No lo es que, desde hace unos años, razona entre Pinochet y George Soros. Además hay un elemento caracteriológico, una arrogancia cada vez más bombástica, anclada en la convicción de que en el PSOE se hace lo que él dice. Cuando pugnaba por conseguir la abstención de Sánchez era evidente que contradecía la decisión del CF, que había dicho que NO es NO. Y González cree seguir siendo Felipe. Y tampoco.

¿Qué decir de los medios? ¿Qué de El País? El diario parecía una lista de conscripción con un solo conscripto: Sánchez. Allí en donde se lo encuentre, oblíguesele a dimitir. El País se ha convertido en un simpático tabloide. Y el conjunto de los medios, todos ferozmente partidarios de una gobierno del PP, se han lucido con Sánchez. Incluso los teóricamente situados en la esfera de la "verdadera" izquierda: una desvergüenza que Sánchez no dimita, se dé así paso a un gobierno del PP y Podemos quede de única oposición, engordando, a la espera del anhelado Sorpasso que no le deja vivir.

Por cierto, los de Podemos tampoco esta vez han estado a la altura. Siguen sin pintar gran cosa porque todo lo que pasa pasa en torno al PSOE y hacen análisis que parecen de los mitos de Cthulhu, por lo verosímiles. Hubieran quedado como los ángeles de haberse manifestado en el conflicto del PSOE a favor de Sánchez. De hecho, siempre están hablando pestes de él. Buena ocasión para mostrar cierto espíritu caballeresco del que carecen por entero, siendo así que todo el mundo lo valora mucho.

Y de valores acabará yendo el asunto porque cada vez es más claro que vamos a las terceras elecciones. Tengo para mí que, de producirse estas ahora mismo, la gente votaría en masa a Sánchez. Desde luego, las primarias las tiene ganadas de calle. Pero también las generales.

Un éxito el plante.

Mañana, Palinuro con los jóvenes socialistas en Castellón

Un verdadero honor que agradezco de corazón a las juventudes socialistas de Castellón. Un encuentro sobre el muy candente tema de El futuro del socialismo en el contexto europeo y en una fecha especialmente crítica. Tendrá lugar a las 12:00 en el Centro Cultural "La bohemia", en la calle Císcar, 14. 

Innecesario decir que voy muy motivado y muy dispuesto a hablar de la situación europea y española y el necesario papel de la socialdemocracia. Debe esta retornar a su posición central en el devenir de nuestras sociedades porque es la única que garantiza democracia y justicia social, una sociedad abierta y progresista, la única que de verdad compatibiliza libertad e igualdad. Por eso hay tanto interés en que ese discurso socialdemócrata radical no se escuche porque es el único que ha conseguido cambios decisivos en nuestras sociedades, cambios que el neoliberalismo trata de revertir. Se vale para ello del inmenso ruido mediático y la propaganda e ideología difundidas por unos intelectuales orgánicos de distintas escuderías. Por eso, los debates deben ser a fondo, sin tabúes, con sinceridad y valor, rasgos propios del espíritu de la izquierda.

Pero todavía voy más dispuesto a escuchar y a aprender. 

En Castellón nos vemos.

dijous, 29 de setembre del 2016

El golpe de mano ya ha fracasado

Estas cosas son así: unos conjurados urden un golpe y fían su éxito a la rapidez. La maniobra triunfa si hay una rendición inmediata, en este caso, la dimisión ipso facto del Secretario General. Si no la hay, las cosas se ponen chungas para los golpistas, que no suelen ser personas de principios, ni capaces de resistir. Y no la ha habido, sino todo lo contrario: un rápido contraataque, una reacción fulminante que ha dejado a los dimisionarios boqueando de asombro.

El País, o lo que queda de él, no da crédito. ¡Qué desfachatez! Sánchez no claudica ni se doblega a la insolencia y la arrogancia de esta gente de la derecha moderada, convencida de que todo el mundo la obedece y nadie le rechista. Todavía menos entiende que la dirección del PSOE ignore el nuevo truculento editorial, Salvar al PSOE en el que, so capa de ir en auxilio del partido, se insulta a Sanchez de modo grosero y se le amenaza en el más puro estilo pedante de Cebrián. El editorial sin duda es suyo, con algún añadido de Rubalcaba, ese hombre del PP dispuesto a destruir su partido desde las páginas de un periódico de la derecha. Ninguno entiende de dónde ha sacado Sánchez la fuerza y la entereza para hacer frente a esta maniobra de intrigas, pasillos, traiciones y alevosías propias de gentes que solo sirven para ejecutar (y mal) las órdenes que les dan.

Tampoco entiende Felipe González que alguien en el PSOE se atreva a no seguir sus mandatos, generalmente disfrazados de consejos de estadista de alto nivel. No contento con haber cometido la villanía de revelar una conversación privada con un compañero con la intención de hacerle daño, ahora le exige, furioso, que actúe de acuerdo con sus responsabilidades. No veo las responsabilidades de Sánchez por lado alguno. Pero sí veo las de los 17 ejecutores del plan de zapa que ha urdido el cogollo de Prisa y los barones del PSOE. Y, sobre todo, veo las de los dos principales responsables de la lamentable artimaña, Susana Díaz y Felipe González. Los dos debieran pedir perdón por su deslealtad y retirarse de la vida pública.

Tendrán que hacerlo porque, al no producirse la dimisión inmediata ni un cese fulminante (pues los conjurados no tienen fuerza para provocarlo) el golpe prácticamente ha fracasado.

Ya se sabe que los dimisionarios tratarán de enredar el asunto con sutilezas interpretativas, estatutarias y hasta es posible que hayan preparado algún truco de leguleyo para embarrancarlo en los tribunales porque ya están viendo que han fracasado y que se han dado la castaña de su vida. Porque el asunto es muy sencillo: frente a los golpes de efecto de los covachuelistas, sus marrullerías de filisteos, hay un hecho que ni ellos ni nadie puede soslaya: a Sánchez lo eligieron las bases en primarias y en votación democrática. Por supuesto, siempre hay quien cuestiona la limpieza de esas elecciones pero se estará de acuerdo en que, al lado de los tejemanejes de estos burócratas, fueron transparentes. A Sánchez lo eligió la militancia, ¿quienes son estos 17 de la infamia para destituirlo? Y, mejor aun, ¿quiénes se han creído que son? Está claro, los trujamanes de unos cabalistas que tratan de torcer la voluntad y el criterio del único secretario general del PSOE que ha tenido el valor de enfrentarse a la derecha.

Entre los 17 firmantes a golpe de silbato y los que han escurrido el bulto pero inspiran la operación -los González, Díaz, Rubalcaba- hay dos acuerdos que pasan por encima de cualquier consideración, por encima de la voluntad popular o los deseos de los militantes: a) a Podemos y a los indepes catalanes, ni agua. Sobre todo a los indepes; b) hay que permitir que gobierne el PP con Rajoy a la cabeza. Esto último es lo que produce mayor repugnancia: que se pretenda dar un cheque en blanco a un partido corrupto que lleva veinte años robando al erario, mandado por un tipo sin escrúpulos, embustero, franquista y responsable del mayor índice de corrupción que ha vivido el país; que se quiera que continúe el máximo responsable del enfrentamiento con Cataluña y, por tanto, de la fractura de España merced a su concepción franquista del Estado. Es inexplicable.

Por descontado los 17 ocultan el fondo real de la cuestión y la reducen a la necesidad de cambiar la dirección del PSOE ante su sucesión de derrotas electorales en los últimos dos años. Sin duda se les alcanza que no es justo cargar sobre los hombros de Sánchez las consecuencias de una herencia catastrófica, la que le dejó Rubalcaba, al convertir el PSOE en una comparsa del PP. Pero prefieren no verlo. Y no es lo único que no ven. 

Ciegos de poder, embriagados por las continuas lisonjas, adormecidos en los lujos de los despachos, engañados por las más elementales apariencias, estos conjurados llevan años alejados de la realidad miserable y sórdida de un país sometido a saqueo por una asociación de presuntos malhechores. Tampoco ven a los millones de parados, ni a los jóvenes emigrando, ni a los dependientes abandonados. No ven nada más que sus sueldos, sus coches oficiales y sus privilegios de todo tipo. No ven a los militantes ni a los votantes.

Pero estos se alzan y resisten. No van a permitir que 17 individuos, por muy importantes que crean ser, destituyan a su secretario general y obliguen al partido a hacer lo que los militantes no quieren hacer. Y con los militantes, una parte muy importante de la opinión pública. Resistiendo a los golpistas, Sánchez está haciendo más por regenerar al PSOE que todos los demás secretarios generales, incluido González, quien tuvo su momento, también padeció innoble persecución, pero ya tomó partido hace tiempo por todo lo que en teoría decía haber combatido de joven.

Lo dicho. El golpe ha fracasado. El Comité federal del sábado decidirá y allí habrá una batalla campal. Justo la que querían evitar los 17 con su triquiñuela de la dimisión en grupo. Y si la militancia se alza en defensa de su secretario general, el fracaso será rotundo, el PSOE saldrá muy fortalecido, NO seguirá siendo NO, quizá haya gobierno de progreso y los golpista tendrán que encajar su derrota, los 17, Díaz, González, Cebrián y Rajoy, en cuyo beneficio se ha montado este espectáculo.

Por cierto, la portada de El País trae otra noticia aun más trascendental para España. En su discurso en el debate sobre la cuestión de confianza en Cataluña, Puigdemont ha reafirmado su propósito de convocar un referéndum de autodeterminación en septiembre de 2017. A finales de junio, estará preparada la maquinaria del nuevo Estado Catalán. Como siempre, los españoles no quieren enterarse y, claro, no se enteran. Lo convertirán en objeto de alguna de esas tertulias a base de alaridos. Y nada más. No quieren enterarse de que Puigdemont ofrece la posibilidad de negociar el referéndum prácticamente en todos sus términos, excluido, supongo, su carácter vinculante. Entretenidos como están en la no formación del gobierno, dejarán escapar la última oportunidad de negociar un referéndum más favorable a sus posiciones y, al final, tendrán que habérselas con el menos favorable.

Pero no importa. Aquí lo único que importa es que sigan gobernando Rajoy y el PP que, como puede verse, lo han hecho de cine.

El perro andaluz

Recuérdese que, preguntados Buñuel y Dalí por qué su película se llamaba El perro andaluz, contestaron que no tenía nada que ver con perros ni con Andalucía. Lo mismo este post sobre el golpe de mano de los socialistas peperos en contra de Sánchez no tiene nada que ver con Andalucía.

Que Susana Díaz y Felipe González, los dos instigadores de esta maniobra de sombras y puñales por la espalda, sean andaluces, no es aquí relevante. Podrían ser marcianos. En realidad, lo son.

Mientras se ha cocido esta conjura dirigida por Rubalcaba desde El País, el PP estuvo muy callado. Lógico. Informado al detalle por sus submarinos en el PSOE, empezando por sus antiguos militantes, estilo Fernández Vara en Extremadura, comprendió que lo mejor era no hacerse notar porque la gente no sospechara que este plante de los 17 venía movido por su afán para que el Sobresueldos vuelva al gobierno.

Que vuelva el Sobresueldos y el PP, el partido con cinco causas judiciales abiertas. Que vuelvan sin responsabilidad alguna, exonerados de sus fechorías pasadas y dispuestos a cometerlas más gruesas porque, gracias a estos individuos, no hay  modo de librar al país de ellos. Por supuesto, al país, que le den. Esas 17 personas no tendrán que padecer personalmente las consecuencias de las políticas antipopulares e injustas del PP. Y se llaman socialistas cuando son meros vividores de lo público en un clima de corrupción consentida que quieren prolongar porque los favorece.

Supongo que los de Podemos estarán celebrando la quiebra del PSOE, convencidos de que, por fin, ya que ellos no fueron capaces de conseguirlo, los mismos socialistas les facilitaron el sorpasso. Eso ya se verá porque, aunque no lo crean, la razón de que la gente no los prefiera no reside en que los socialistas les "robaran" votos, sino en que, simplemente, no los prefieren y cada vez los preferirán menos por razones de su discurso, tanto en el fondo como en la forma. Pero esto es asunto de menor interés.

El mayor interés reside en ver cómo repercute esta fractura socialista en el único problema real, verdadero, que hay en España: Cataluña. Desde la perspectiva catalana, la situación del PSOE que prácticamente garantiza ya un gobierno del PP con Rajoy a la cabeza, en principio, no tiene consecuencias. La Generalitat proseguirá con su hoja de ruta y, referéndum mediante o no, proclamara la independencia unilateralmente en el último tercio de 2017. ¿Vemos a los neofranquistas, con su retórica imperial y nacionalcatólica, aceptando sin más la separación de la República Catalana? Francamente, no. ¿Los vemos recurriendo a su típico argumentario de la provocación, el matonismo, el porrazo, el pistolerismo y, si es necesario, los tanques? Lo primero (la represión de "baja intensidad") es muy probable; lo segundo (recurso a la fuerza militar), no. ¿Entonces? Entonces, el Sobresueldos descubrirá que la política es algo más que cuidar a tu padre con cargo al Estado, enchufar a tus parientes, ver partidos de fútbol y decir necedades sentenciosas. Descubrirá que ya no basta con robar a mansalva para callar bocas,porque hay bocas que no se callan. Descubirá que hay que tener ideas, extraños entes de imposible comprensión que jamás han visitado su magín. Y, como no las tiene y tampoco tiene fuerza para imponerse, tendrá que tolerar la mediación internacional y tragarse el referéndum que nunca quiso.

Esa es la verdadera razón de la fractura del PSOE y de la inexistencia de gobierno en España: Cataluña rebelde. Lo que une a González y Rajoy es la convicción de que hay que sojuzgar a los catalanes. Lo que los 17 mindundis no toleran a Sánchez es que haya intentado entenderse con los independentistas. Algún día, relativamente pronto, descubrirán que en su aterrorizado rechazo a la perspectiva de que los catalanes decidan y toda la tramoya de la Restauración salte por los aires, se han cargado el país. Dicho claramente: las ambiciones desmesuradas de Díaz, las complicidades de González, el reaccionarismo de Rubalcaba, el derechismo de muchos de ellos y el clientelismo de los más, que deben votar lo que les dicen sus jefes de filas, han cerrado la última posibilidad de un entendimiento civilizado entre España y Cataluña.

Son tan cobardes, lerdos y serviles que no solo se han quedado sin partido. Se han quedado sin país.

dimecres, 28 de setembre del 2016

La cacería

Ayer todas las televisiones comerciales sacaron a la recua de peperos disfrados de socialistas para arremeter a una contra Sánchez, vilipendiarlo, zaherirlo, forzarlo a dimitir. La Sexta fue un verdadero carnaval de estos estafermos con la complacencia del magnate Roures, dispuesto a financiar todo cuanto pueda destruir al PSOE. No sé cuánta gente seguirá dispuesta a ver este innoble espectáculo de una jauría de despechados, envidiosos y amargados, lanzados contra el único hombre que ha tenido el valor de plantar cara a la derecha en este país. Y todos quieren partírsela. Especialmente sus "compañeros".

Es táctica vieja. La derecha siempre lleva a sus numerosas radios y televisiones a topos peperos en el PSOE, de los que dice que "equilibran" el pluralismo de las emisiones y cuya tarea es atacar a su propio partido. Lo hicieron Pablo Castellanos, García Damborenea, Inés Alberdi, Rosa Díez, Edurne Uriarte y, ahora, Corcuera, Leguina, Chacón, Madina  e tutti quanti, tod@s convers@s al sol que más calienta. 

Tampoco es nuevo que la "verdadera izquierda" de Podemos, que tanto se ha quejado de ser objeto de maltrato en los medios sin que esto sea cierto, no diga nada de esta injusta cacería de un hombre solo a manos de nubes de frustrados capaces de decir cualquier cosa con tal de hacer daño a su Secretario General y su partido. Y en interés obvio, descarado, de la derecha.

Es la cuestión: que gobierne la derecha, que siga en el poder Rajoy con sus sobresueldos, al frente de un gobierno de franquistas corruptos. Eso lo apoyan todos: los caciques del PSOE, los peperos del PP, los medios al unísono y, vergonzantemente, también Podemos, que espera sacarse así el Sorpasso gracias a estos transfugas de hecho antes que a sus propios méritos.

La imagen que todos ellos venden es una pura invención: Sánchez obstáculo a la formación de un gobierno en España; Sánchez tapón; Sánchez anteponiendo sus intereses a los generales. Sánchez, culpable. Es mentira. Lo saben, pero no les importa porque, al tener el dinero y el poder, creen que podrán vencer la resistencia que oponen la razón y la gente. Recordemos brevemente unos datos.

La acusación que hacen a Sánchez responsable de la "débacle" socialista (que, además, no es tal) es una injusticia que da vergüenza. Él no ha provocado la crisis del PSOE. La ha heredado. El PSOE se torció con Zapatero y acabó de hundirse con Rubalcaba y su inexistente oposición a la mayoría del PP. Fue Rubalcaba quien lo convirtió en un partido domado, dinástico, nacional-español y al servicio de la derecha. Gracias a ese abandono de misión, el PSOE hizo que apareciera Podemos y, al socaire de este, se reconstituyera IU. El verdadero responsable del desastre socialista es Rubalcaba, precisamente el que más ataca a Sánchez.

¿Por qué? Porque Sánchez ha recogido la herencia y, aunque sigue en declive, este se ha atenuado y, sobre todo, ha conseguido conquistar la centralidad política. El solo, en contra de todos. En contra de la derecha, el capital, los medios y su propia gente. Manda narices que nadie tenga agallas para salir en su defensa dada la injusta desigualdad de fuerzas excepto los militantes, los votantes y algún bloguero despistado que ni siquiera es de su partido. Solo y todo, Sánchez ha frenado en seco a Podemos. Este forzó las segundas elecciones con la intención de fagocitar al PSOE y salió mal parado. Ahora trata de evitar las terceras porque ya ve que su resultado será aun peor: un partido de tantos por cientos, escaños, comisiones y política parlamentaria más bien múrida. Por eso empezó diciendo que el PSOE pactaría con el PP (esa sucia afirmación ya no se oye) porque, en el fondo son iguales. Tal como están las cosas, frente a Rajoy, antes se abstendrá Iglesias que Sánchez. Pero nadie está dispuesto a reconocer el mérito y el aguante del socialista.

No sé lo que pasará en el PSOE. Son muchos, hábiles trujimanes de las peleas internas, los reglamentos y los estatutos, gentes sin escrúpulos y desesperadas porque Sánchez claudique para seguir conservando sus sillones, privilegios y prebendas. Empezando por la presidenta de Andalucía, cuya labor de zapa de su secretario general la califica y la descalificaría para siempre para representar a nadie en parte alguna. Uno de sus argumentos preferidos es que no puede gobernarse España con 85 diputados y que Sánchez no ha hecho más que cosechar fracasos. A ellos les sucede lo mismo o peor: tienen menos diputados proporcionalmente hablando en sus feudos y llevan más tiempo cosechando resultados electorales cada vez menores. Debiera darles vergüenza.

Sí sé, como lo sabemos todos, qué pasará en España si este frente antisánchez se sale con la suya: cuatro años más de un gobierno que es el hazmerreír fuera y el hazmellorar dentro, compuesto por un manojo de franquistas ineptos y corruptos, apoyado en un partido con cinco procesos judiciales abiertos y compuesto por presuntos ladrones meapilas. O sea, lo de siempre en España para nuestra desgracia. Y esto es asunto importante: si se actúa mal no será el PSOE el que se hunda, sino el país.

Tómese la cuestión catalana como ejemplo. Para Palinuro, Sánchez y los suyos no han entendido nada de Cataluña y su respuesta al asunto es tan absurda y errónea como la de la derecha. No obstante, ¿hay duda alguna de que un nuevo gobierno del PP sería ya definitivamente catastrófico para la posibilidad de encontrar una vía de negociación en Cataluña? ¿Alguna de que, a pesar de su arcaico nacionalismo español de hojalata, Sánchez ofrece un resquicio mayor de esperanza para que España resuelva este contencioso de modo pacífico y democrático?

Tengo entendido que Sánchez negociará con Podemos y los indepes. No sé si será cierto o parte de los bulos en circulación estas fechas. De serlo, Palinuro se felicitaría porque es lo que siempre ha propuesto, pero últimamente había cambiado de opinión porque, a su parecer, los de Podemos no son de fiar y es mejor ir a terceras elecciones. Desde luego, lo que no haría Palinuro en ningún caso sería pedir a los indepes que renunciaran (aunque fuera de momento) al referéndum para permitir la formación de una gobierno en España.

Pues esa es la ironía de esta estrambótica historia: el gobierno y la estabilidad de España dependen en gran medida de los independentistas catalanes. Pero estos no pueden renunciar al referéndum en ningún caso. De hacerlo, habrán perdido toda su fuerza, como Sansón cuando lo de su cabellera y Dalila, y crearán el caos en el proceso independentista.

Los socialistas españoles podrán contar con la lealtad de los catalanistas (de la que me fío más que de la de Podemos) siempre que ellos estén a la recíproca. Es justo.

Vía libre a la independencia catalana

Hace un año, más o menos, cuando, a raíz de las elecciones de 27S los indepes catalanes se vieron en apuros para formar gobierno, las risotadas de los analistas políticos madrileños (que saben tanto de Cataluña como de la vida religiosa de las orugas) se oían en todos los confines de la Gran Nación. Los indepes tuvieron su gobierno en tiempo y forma y llevan ocho meses funcionando a pleno rendimiento. En España, en cambio, tras dos elecciones generales indecisas y diez meses de barullo, inepcia y parálisis, vamos camino de terceros comicios con muy escasas seguridades de que resuelvan la situación.

Es una burla del destino. A los muy y mucho españoles no les apura quedar en ridículo, siempre que no sea ante los catalanes a los que los muymuchos odian porque los envidian. Cataluña iba a vagar por espacios siderales, en ingeniosa expresión de uno de estos linces del gobierno de los sobresueldos. No sé cual porque todos se parecen mucho y dicen las mismas manidas gansadas. Es España la que vaga y no por los "espacios siderales" sino por el pudridero de una política corrupta hasta el alma, administrada por franquistas esencialmente contrarios a toda idea de libertad y democracia.

Cataluña sigue su hoja de ruta y va camino a la constitución de una República Catalana. Es decir, tiene via libre a la independencia y, a partir de hoy, cuando el Parlament otorgue la confianza al Presidente Puigdemont, esa vía libre se acelerará, mientras en España nadie puede darle réplica alguna porque no puede formarse gobierno.

Aquí, la versión castellana:

Vía libre

Pasadas las elecciones autonómicas gallegas y vascas, puede verse que las cosas no han cambiado nada en el conjunto del Estado, que Rajoy no está más cerca de formar gobierno ni tampoco Sánchez. Si acaso, este último, está más cerca del despido porque su voluntad de cerrar el paso al gobierno de la derecha, ha puesto histérico al establecimiento mediático. Lo atacan también los demás partidos, incluido Podemos, muy interesados en que el PSOE deje camino expedito a Rajoy para que haya un gobierno de la derecha. Es una actitud inmoral la de los dirigentes de la oposición, porque, al fin y al cabo, no son ellos quienes padecerán los resultados de las medidas reaccionarias de Rajoy. Las padecerá la gente de la calle, la que paga sus impuestos (no evade), no tiene chollos opacos con tarjetas black, ni cobra sueldos de ensueño, ni subvenciones otorgadas por enchufe, ni tiene pensiones altísimas garantizadas por vida.

Es imposible que los políticos españoles sean tan estúpidos que estén tirando piedras contra su propio tejado por no ser capaces de encontrar un acomodo que satisfaga al mismo tiempo su obligación y sus intereses. Apenas se entiende. Salvo que, en realidad, se trate de otra forma de actuar, esto es, los políticos españoles no llegan a ningún acuerdo de gobierno porque, en el fondo, nadie quiere ser investido ya que quien lo sea tendrá que bregar con la tropa independentista catalana y se puede encontrar en la desairada posición de presidir sobre la desmembración del país.

Porque la hoja de ruta del movimiento independentista sigue su curso a su ritmo, aplicada por un gobierno con voluntad de hacerlo y un presidente que ha resultado tener una cantidad de recursos que pocos le imaginaban. En el día de hoy se vota la cuestión de confianza. Antes de aquilatar su importancia, una sola reflexión: ¿se recuerda cuando se decía hace seis meses que llegaría un momento en que el gobierno catalán tendría firme base parlamentaria mientras que España carecería de gobierno y de ideas y/o planes para hacer frente al movimiento independentista? Aquel momento es este.

Superada la cuestión de confianza como es previsible que suceda, Cataluña inicia la desconexión de España. De hecho, ya se ha comenzado con el primer proyecto de ley de desconexión, que anula el conjunto de las actividades penales del franquismo. El mensaje que este proyecto -que también saldrá aprobado en su momento y ya veremos con qué voto del PSC, si a favor o en contra- envía a las autoridades del Estado, así como a su clase política, a los intelectuales y a todo el mundo consiste en probar fehacientemente que, para salir del franquismo hay que separarse de España. No merece la pena seguir discutiendo sobre si España es solo circunstancialmente franquista o el franquismo es condición esencial de lo español. Tiempo habrá der averiguarlo. De momento, romper por fin con el franquismo es romper con España.

Había poca duda de que la derecha sigue siendo franquista, a pesar de su desganado intento de disimularlo. Pero tampoco la había acerca del antifranquismo de la izquierda. Sin embargo, con esta primera ley de desconexión, es la izquierda la que tiene ahora que decantarse. Será cosa de ver qué votará el PSC cuando el proyecto esté listo para aprobación. Puede votar que sí, que no o abstenerse aduciendo, quizá, que la ley excede las competencias del Parlament. Pero una abstención equivale a un “no”, igual que una abstención en la investidura en España equivale a un “sí”. Y esa misma situación se repetirá con el PSOE en el caso de que sea necesario votar sobre esta ley de desconexión en el Parlamento español. El PSOE no puede votar que no. Pero si vota que sí, será como una enmienda a la totalidad de la transición y a su aportación en ella.

La confianza de la Cámara abre el último tramo de la hoja de ruta y lo hace de un modo demoledor pues, al declarar nulo lo actuado por el franquismo, se cuestiona la transición misma y se deja en el aire la propia situación actual ya que la legitimidad de las instituciones de hoy depende de lo actuado entonces. En otros términos si el franquismo es nulo, el Tribunal Constitucional actual es ilegítimo y carece de autoridad sobre el Parlamento. Este deriva la suya del Estatuto de Nùria, de 1932 ilegalmente derogado por un grupo de golpistas. El pasado no puede modificarse, desde luego, pero puede reinterpretarse y, en función de esta reinterpretación se actuará posteriormente.

Con la denuncia y anulación del franquismo –cuestión ante la que los demás partidos en España no pueden permanecer indiferentes- el independentismo catalán adquiere una legitimidad de origen que nadie puede negar. Lo que se actúe después, durante la hoja de ruta, dará la medida de la legitimidad de ejercicio. Al final de ese trayecto, de aquí a menos de un año, tiene que haber un referéndum vinculante. Si ese referéndum es o no pactado con el Estado, depende del mismo Estado. Y de que sea o no pactado dependerá que luego haya una declaración unilateral de independencia o no.

dimarts, 27 de setembre del 2016

¿Resistirá?

Una pena. En un día tan glorioso como este, en que podemos disfrutar de la imagen de una banda de presuntos chorizos multimillonarios en el banquillo de los acusados, hemos de dedicarnos a otros menesteres porque la urgencia del momento así lo exige. Y es lo que haremos. Pero no me dirán ustedes que no es grato completar a estos pájaros sentados con rostro grave y hasta amargado. ¿No les vienen a la memoria las fotos de todos ellos sonriendo o riendo a mandíbula batiente, exhibiendo su poder y su riqueza? ¿No los recuerdan a bordo de yates de lujo, cazando piezas mayores en el África, entrando y saliendo de suntuosos comedores, inaugurando jolgorios, todo con nuestro dinero? Ignoro en qué medida afecta a estos payos el hecho de que los demás pensemos de ellos que son unos granujas y unos malnacidos. Pero supongo que lo tendrán presente. Y ojalá la justicia cumpla con su deber y les haga pagar sus supuestas fechorías.

Y vamos a lo nuestro. El País sigue inmisericorde en la cruzada antisánchez más destructiva. No sé si algún otro dirigente ha tenido que soportar otra portada tan agresiva como esta en la que no solamente se le pide la dimisión sino que su misma propuesta de convocar primarias se convirte en causa de que se pida esa dimisión con ese tono bronco, casi histérico, a través de un titular de periódico en el que no se informa, sino que se difunde una consigna: Como no cede, dimisión.

No es imposible que El País caiga más bajo; pero es difícil. Ese titular es un pasquín.

He leído en alguna ocasión que Pablo Iglesias acusa a El País de buscar la destrucción de Podemos, igual que he escuchado a los de Podemos repetir muchas veces que el "PSOE y el PP la misma mierda es". Ignoro si los que decían esto habrán rectificado porque la estupidez suele ser tan densa como tarda, pero es obvio que a quien el El País quiere destruir de verdad es a Sánchez y al PSOE. De Podemos, ni se acuerda. Pero estaría bien que alguien de la "verdadera" izquierda dijera algo sobre esta persecución de un dirigente de la izquierda, este mobbing periodístico, típico de los tabloides y la prensa amarilla.

Junto al titular, otro editorial cargado de agresividad y verdadero odio, Un partido secuestrado. Un texto tan injusto e inmoral que seguramente lo habrán redactado a cuatro manos Cebrián y Rubalcaba. Todos ven que el país sufre un presidente del gobierno en funciones, declarado en rebeldía ante el parlamento, que lleva ocho meses chantajeando a las instituciones, a los demás partidos y a la opinión pública, que tiene a su propio partido forzado al silencio, que se niega a retirarse pero tampoco hace nada por presentar su candidatura. Pues bien, para El País no es el presidente de los sobresueldos el responsable de esta situación sino que lo es el líder de la oposición que, como es evidente, juega en inferioridad de condiciones.

Si había alguna duda sobre la necesidad de mantenerse firme en el NO es NO y echar a esta peste de mangantes, corruptos e ineptos del gobierno, la clara complicidad de los medios con este desbarajuste es ya suficiente para no hacer caso a sus exabruptos. Repásese el editorial. En esa breve pieza se trata a Sánchez de tramposo, chantajista, de tratar de organizar un plebiscito a su medida, de traicionero, marrullero y de hacer una fuga hacia delante. Ignoro cuál será la capacidad de resistencia de Sánchez ante esta agresión pero, si quiere, puede verla con otro ánimo a base de preguntar a quien insulta con tanta ferocidad en petición de una dimisión, ¿quiénes serían las personas que propugnaria como sustitutas? ¿Susana Díez? ¿Carme Chacón? ¿Eduardo Madina? Eso es un chiste. Quienes han estado torpedeando la campaña electoral de Sánchez no debieran alzar mucho la voz y, de hecho, no la alzan, salvo Fernández Vara, que le viene de casta pepera.

Estos ataques tan desmesurados (producto de la histeria de la derecha, que quiere resolver la interinidad antes de que fragüe algo peor) pasan por alto el hecho de que la resistencia y el coraje de Sánchez cuentan con un apoyo fuerte en la militancia, que ha encontrado una razón sobrevenida para movilizarse orgullosamente por su partido: apoyar a su dirigente e impedir que las fuerzas oscuras de los oscuros despachos y los bancos a través de sus lacayos en los medios, decidan quién gobierna España y quién no. En realidad, la audiencia que El País quiere tocar son los llamados "barones", ese puñado de dirigentes territoriales que, por razones personales, hacen el juego al PP y cargan contra su propio secretario general. O militaron en el PP (caso de Fernández Vara) o son amigos de los peperos (caso Rubalcaba) o tienen corazón pepero (caso Bono, Leguina, etc) o simplemente no pueden soportar que nadie los haga caso porque, en el fondo, no son nada; caso Díaz.

Sánchez sostiene que las medidas que parecen "un chantaje" a El País, esto es, la convocatoria del Comité, las primarias, el congreso, son necesarias para dar respuesta a la derecha en asuntos de gobierno y con el lenguaje que aquella entienda y para que su partido hable "con una sola voz". Eso en el PSOE nunca será posible porque no es el PCE, pero es bueno que se formule. Y que quienes tienen otras voces calibren la responsabilidad en que incurren si, por tratar de imponerlas, permiten que el país siga gobernado por el mismo partido corrupto y el mismo gobierno de ineptos y franquistas, con el Sobresueldos a la cabeza, es decir por aquellos que lo han traído al estado de crisis y postración en que se encuentra.

Porque la cuestión no ofrece dudas: si Sánchez se va o lo echan, son cuatro años más de Rajoy y quién sabe cuántos más del PP con sus sucesores, por ejemplo, Feijóo. Dice El País que Sánchez no puede poner a los ciudadanos ante la disyuntiva de Rajoy sí o no. Él prefiere librarlos de esa angustia con un "Rajoy sí o sí". 

Teorías y conflictos

Gary S. Schaal y Felix Heidenreich (2016) Introducción a las teorías políticas de la modernidad. Valencia: Tirant Lo Blanch. (374 págs).
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Habitualmente se supone que los críticos de libros han leído los libros que critican. Puede ser mucho suponer. También habrá críticos que no los hayan leído o no los hayan leído del todo, incluso que no sepan de lo que hablan. La regla general seguramente será la de los críticos honrados. Hay un caso, sin embargo, en el que el recurso a esta regla es innecesario: el del crítico que, además, es el traductor del libro que critica. Eso no ofrece lugar a dudas: el crítico tiene que haberse leído el libro a base de bien porque lo ha traducido.

Es el caso de la obra hoy en comentario de los profesores alemanes Schaal y Heidenreich, traducida por Palinuro. No obstante, debo advertir a quien se haga con la obra en esta su primera impresión, que si busca el nombre del traductor en ella, no lo hallará. Hemos olvidado incluirlo. Estas cosas pasan a veces en las editoriales. Uno cree que entrega el manuscrito después de haberlo mirado y remirado mil veces y, cuando lo tiene impreso en las manos, repara en que falta un nombre: el suyo. Cuando menos, no se me podrá acusar de ser un presumido, aunque esta modestia casi franciscana, tampoco sea de mi gusto. Ya me he cerciorado de que en la primera reimpresión que se haga, aparecerá mi nombre como traductor. Tengo un respeto y vocación casi míticos por el oficio de traductor y me considero tal con el mismo espíritu con el que soy profesor, escritor o bloguero, que es también actividad exigente.

Los dos profesores alemanes han escrito una obra sistemática y bien organizada, como era de esperar, con una clara intencionalidad propedéutica. Es algo muy de agradecer cuando se aborda un asunto tan complejo como el del libro,  una exposición sobre la(s) teoría(s) política(s) contemporánea(s). En la segunda mitad del siglo XX a raíz del famoso pronunciamiento de Peter Laslett, de que la filosofía política había muerto, también se dio por difunta a la teoría política que no sabría encontrar un lugar cómodo entre aquella filosofía y la Ciencia Política. Esta última dominaba el escenario desde que, primero conductista, luego funcionalista, finalmente se hizo empírica de la cabeza a los pies, quiso enseñorearse del campo todo y dejó en el sepulcro a la vieja teoría política y, sobre todo, a la teoría política normativa.

Pero pasó el tiempo y, con la crisis de la teoría del Estado del bienestar y el colapso del comunismo, ya en el último tercio del siglo XX, la ilustre difunta comenzó a dar nuevas señales de vida. La Teoría de la Justicia, de John Rawls, una obra de los años setenta, rabiosamente teórica y normativa quizá pueda calificarse como el libro político-académico más importante del siglo XX. Y, abiertas las compuertas, por ellas entró un alud de teoría política finisecular y del siglo XXI con tal vitalidad y abundancia de enfoques y perspectivas que, de no publicarse libros como el de Schaal/Heidenreich, sería imposible moverse en esta frondosa jungla en la que conviven en no siempre alegre compaña liberales, conservadores, contractualistas, neoliberales, comunitaristas, republicanos, cosmopolitas, teóricos de la decisión racional, críticos, postmodernos, feministas, ecologistas, pluralistas, neocorporativistas, sistemistas, institucionalistas, y quedan algunos más. 

El hecho de que los autores sean alemanes presenta también su interés. Es cierto que Alemania tiene una más que regular producción en el campo de la teoría política y su historia (según atestiguan nombres como (von Beyme, Nohlen, Fenske, Llanque, Hartmann, Habermas, Offe, Ottmann, etc) pero en el ámbito castellano-parlante este territorio aparece casi dominado por los anglosajones con una nota francesa. Y el hecho no es inocente. Las selecciones de autores y escuelas varían, según sea la nacionalidad de los responsables. Pasa siempre con todas las historia culturales. Las primeras figuras son tratadas en todas las historias (Hobbes, Locke, Rousseau, Kant, Hegel, Marx, etc) pero estas admiten variedad en las figuras menores. De no ser por la germanidad de los autores es difícil que Habermas hubiera encontrado un sitio y seguramente, no se hablaría de Luhmann.

Los autores parten de un supuesto metodológico que les sirve para clasificar el conjunto de las teorías políticas de la modernidad en dos grandes grupos cuyos presupuestos son antagónicos: la tradición de las teorías liberales y la de las republicano-comunitaristas. Ambas resumen en sus postulados dos respectivas visiones del mundo en buena medida excluyentes. La teorías liberales son las que tienen un origen pactista más obvio y así han llegado al neocontractualismo de Rawls y la idea poliárquica de Dahl. Encajan en la tradición, aunque algo forzadamente para mi gusto, los libertarianos (estilo Nozick o Bookchin) y, desde luego, los de la decisión racional, Buchanan, Tullock y sus parientes lejanos de la teoría económica de la democracia, Downs y el inevitable Olson, con sus apotegmas sobre los bienes públicos, los gorrones y la lógica de la acción colectiva.

La otra gran rama de la teoría política contemporánea, la republicano-comunitarista, también tiene un origen pactista (Rousseau), pero se aparta pronto de él para indagar perspectivas más radicales (como Marx o, recientemente, Barber) y, por supuesto, para plantear unos presupuestos antropológicos y unos procesos de socialización así como relación entre la colectividad y el individuo muy distintos de los liberales. El comunitarismo como fundamento de una concepción de la justicia, la moral y el buen gobierno culturalmente determinados (Walzer, Kymlicka, etc) implica una negación rotunda al principio poco menos que incuestionado de la universalidad de los valores occidentales, sostenida por el liberalismo.

Junto a estos dos grandes grupos, los autores hacen al final hueco para otros dos que, teniendo concomitancias con los anteriores, presentan caracteres específicos que autorizan a un tratamiento diferenciado. De un lado dedican su atención a un manojo de teorías actuales que engloban bajo la denominación de teorías "deliberativas" que comprenden los postulados de democracia participativa, muy en boga en los años 70 (Paterson) y revividos en los primeros del siglo XXI, a través de unos movimientos que cuestionaban los cauces representativos tradicionales. Se trata, en realidad, de la venerable etiqueta de teorías "emancipadoras" y en ellas destaca la presentación y el estudio de la acción comunicativa de Habermas, así como sus referencias.

Por último, un apartado muy de agradecer por abordar una serie de teóricos y teorías de ahora mismo, englobándolas bajo el paraguas de la postmodernidad, desde Lyotard, que acuñó el término hasta Rorty, cuyo vitriólico escepticismo le lleva a vaticinar de nuevo la muerte de la filosofía (y, desde luego, de la filosofía política), convertida en una especie de diálogo culto entre gentes ociosas. Revista se pasa asimismo a Foucault, Butler, Luhmann y Derrida, a cuya cuenta se hacen las únicas observaciones semihumorísticas que se permiten nuestros autores.

En resumen, una lectura interesante, ilustrativa y muy completa, de la que se aprende bastante. Una guía para moverse a cierta altura por un complejo panorama en el que muchas veces la misma exposición de las teorías políticas presenta sesgos difíciles de admitir. Y escrita, además, en un estilo de lectura ágil, sin merma de su rigor. Lo sé porque lo he traducido. Por cierto, ya había subido una crítica anterior del mismo libro aún en alemán y que, en parte, coincide con las observaciones de ahora: La teoría política hoy.

dilluns, 26 de setembre del 2016

Decíamos ayer...

Se han cerrado las urnas. Se ha hecho el recuento. Todo queda más o menos como estaba. Pero ahora vienen las interpretaciones, los deseos, las ascuas para arrimar sardinas. Nadie ha perdido, por supuesto. Los cálculos extrapolan al Estado los datos de dos CCAA tan atípicas como Cataluña, ambas también históricas y con peculiaridades intransferibles ni siquiera entre sí. Y no tienen en cuenta la diversidad de objetivos de los contendientes. Ni su muy distinta composición. Ni la posición real en que quedan en la legislatura. Se manejan las cantidades, los porcentajes, sin matizar su alcance. De lo que se trata no es de entender qué haya pasado sino de interpretarlo como justificación para la actitud que se adopte en el conjunto del Estado. Las opiniones, ya se sabe, son libres.

La de Palinuro:

C's: No cuenta. En el PV ha empeorado los resultados de UPyD, cuya alma había pretendido robar, según dolido sentir de la fundadora, Rosa Díez. Es difícil sacar diputados en Galicia y el País Vasco con un discurso casi exclusivamente anticatalanista. Es imposible. En España, todavía, aunque cada vez menos. C's tiene un problema de invisibilidad por indefinición. Dos pactos, dos fracasos; casi es mejor que deje de pactar.

PP Mayoría absoluta en Galicia y el último de la cola en el País Vasco, en comandita con el PSE. Gobierno sin trabas en Galicia e irrelevancia en Euskadi. Dicen los medios que se refuerza la posición de Rajoy. No se ve por qué salvo por la nada desdeñable razón de que eso coincide con los intereses casi universales de la política en España, hoy. Que gobierne Rajoy. A eso no ayuda nada ser irrelevante en el País Vasco o seguir siendo el dueño incontestado de Galicia. Ya lo era. Si acaso, al haber crecido la mayoría absoluta de Feijóo (y eso sí que es "marea"), se atisba una amenaza. Feijóo podría ser la alternativa que el PP ofreciera a cambio de que le dejen seguir gobernando.

PSOE Todas las miradas puestas en él. El dictamen del establecimiento mediático (que es también el de los otros partidos, sobre todo PP y UP) es unánime: enésimo fracaso de Sánchez; la que te espera en el Comité federal; los barones aprestan las huestes. Basta escuchar a Fernández Vara, cabeza del sector derrotista, partidario de "pasar a la oposición" o sea, dejar gobernar al PP con el presidente de los sobresueldos. Dice el extremeño que el PSOE "ha dejado de ser referencia". Será para él y sus correligionarios. La militancia piensa que es al revés: ahora es referencia. Sánchez no sale capitidisminuido de estas elecciones. Los resultados se esperaban malos y lo han sido, pero no mucho. En el País Vasco, los votantes se le han ido a Podemos que, sin embargo, ha quedado en tercer lugar y no pinta nada. Igual que el PSE. Juntos en la nada. El sorpasso es esto: la nada. En Galicia, el PSG ha aguantado y ni sorpasso ha habido, salvo para los auténticos creyentes. La posición de Sánchez en las cuestiones internas de su partido (que son muy externas) no se ve mermada ni debilitada por estas elecciones. Por lo demás, es un asunto que compete al PSOE y que este arreglará como pueda. Pero lo urgente ahora es decidir si ha de haber un gobierno o vamos a terceras elecciones. Visto lo visto y leído lo leído, si yo fuera el PSOE, iría sin dudarlo a terceras elecciones. ¿Por qué? Porque mantiene la centralidad política, reconocida por todos. Se puede gobernar sin el PSOE, pero no contra el PSOE. Y querer forzar la voluntad del partido para que claudique ante quien no lo merece es ir contra él. Por lo demás, el fementido bipartidismo aguanta.

Podemos Estaban los recuentos aún en el aire y ya rodaban tuits triunfalistas del esclarecido guía vistiendo de victoria la derrota. Podemos es principal fuerza de la oposición aquí y allí no tanto pero casi. De la oposición. No del gobierno. En realidad, Podemos no pinta nada en ninguna de las dos comunidades. En Galicia porque comparte esa nada en el pintar con las otras fuerzas de En Marea y en el País Vasco porque Podemos no lidera nada, ni la oposición y el gobierno no necesita a nadie. De hecho, el triunfalismo se matiza con derrotismo: otro dirigente, Ramón Espinar, reflexiona que Podemos pierde votos en donde no va Iglesias de candidato. Este parece reconocer que, en realidad, siguen perdiendo. Pero al estilo pelota de la vieja política, no quiere acordarse de que el 26J, con Iglesias de candidato, perdieron más de un millón de votos. Nada ha cambiado con Galicia y País Vasco y menos que nada, Podemos. Parece que se impone la línea dura con el PSOE, esto es, zarandearlo y poco menos que ordenarle que se avenga a una coalición, retándolo, incluso poniendo en duda casi la virilidad de Sánchez por achantarse ante los barones. Es la vía más rápida hacia las terceras elecciones en la esperanza de que el PP aumente su porcentaje. Así, cuanto peor, mejor. Si l@s de Podemos quieren evitar terceras elecciones, que se abstengan ell@s.

Mendo y la astracanada de España

En el Teatro Fernán Gómez de Madrid, una buena versión de La venganza de don Mendo, dirigida por Jesús Castejón, con Ángel Ruiz y Cristina Goyanes en los papeles de Mendo y Magdalena, sin hacer de menos a los demás. Don Nuño, el padre de la sinvergüenza de Magdalena, es estupendo. Don Pero, el marido cornamentado de la misma Magdalena, simplemente genial. Quien quiera reír de buena gana y sin mayores preocupaciones, que vaya a verla.

La venganza de don Mendo es la obra más representativa, la  cumbre del subgénero de la comedia llamado astracanada, puesto de moda por Pedro Muñoz Seca, que fue muy popular en España a fines del XIX y primer tercio del XX. La venganza...es el que mejor lo  representa:  un teatro de chistes gruesos, trama simple, situaciones absurdas, juegos de palabras que movían la hilaridad, falta de respeto por todas las convenciones. Pero con tiento y cuidado; nada de bromas con la Iglesia o de cuestionar el orden constituido. La astracanada es humor, pero humor de derechas. Sarcasmo y parodia de los géneros más respetables de la tradición española: comedias de honor, de venganza, celos, capa y espada, enredo, etc. Se estrenó en Madrid en 1918 y tuvo un resonante éxito, que se ha mantenido a lo largo de los años, de forma que es una de las obras más representadas, junto a Fuenteovejuna, La vida es sueño y Don Juan Tenorio. Un éxito permanente que, en cutre, ramplón y poca cosa, responde al mismo espíritu que el movimiento dadaísta, floreciente por aquellos años en Europa, a raíz de la  conmoción de la contienda que puso en crisis un modo tradicional de entender el mundo. Dada también ponía en solfa los valores del orden constituido, pero era revolucionario y de izquierda. En verdad España no entró en la guerra, pero el modo tradicional de entender el mundo hizo crisis igualmente. Y, sobre esa crisis, cabalgaron los sempiternos monárquicos españoles.

Muñoz Seca era un dramaturgo con capacidad para hacer otro tipo de teatro, pero el mucho éxito de la astracanada y el hecho de que fuera asesinado apenas comenzada la guerra civil en Paracuellos del Jarama, no le dejaron ocasión de probarlo.

Para probarlo se basta y sobra este soberbio don Mendo. Ripios, risas, chistes malos, burlas y absurdos, se carcajean del pesado manto borgoñón de la ideología española y sus vicios: la virtud de las mujeres, el honor de los hombres, la fidelidad matrimonial, las clases sociales, el servicio del Rey, los lances de amor, el paternalismo de la época, las cuestiones de género, etc., etc. Al fin y al cabo, la venganza de don Mendo es un intento de lo que hay llamaríamos crimen machista. Y su realización, la más disparatada parodia de una tragedia ya que en ella mueren prácticamente todos los intervinientes excepto los reyes y el duque de Moncada. 

La razón de la permanencia de don Mendo: su burla de los temas de la España eterna pone de manifiesto que, si ya en su momento, resultaban exagerados, traídos al siglo XX, eran francamente ridículos. Todos en la obra son irrisorios y el diálogo, que navega por su cuenta al soplo de un portentoso talento lírico del autor, hecho de juegos de palabras y absurdos, a fuer de chabacano a la par que popular, es de una gran actualidad.

Reírse en La venganza de don Mendo es reírse de España. De la España de ínfulas imperiales y realidades miserables, de la España del orgullo y la humillación, del oropel y el andrajo. Reírse de la España de la gran nación y de la marca España. El Rey vine a ser como el actual y los rimbombantes personajes, los que pueblan hoy el ámbito público. Hasta los espectadores, voto a tal, somos los mismos.