dilluns, 7 de novembre del 2016

El despegue

Los últimos actos y gestos de Sánchez tienen un aire quijotesco. Aquí está el hidalgo, velando armas para ser armado caballero y salir por esos pueblos de las Españas a desfacer entuertos, socorrer a los menesterosos, amparar a las doncellas y acabar en posesión de la Secretaría Grial del PSOE.

La formación de la candidatura no se hace según usos habituales en el partido, pero tampoco desde fuera de él. Tiene un origen indirectamente plebiscitario en los miles de militantes que han suscrito una petición de Congreso extraordinario y primarias. Su baza evidente es su imagen de autonomía personal y voluntad de liderazgo. La autonomía la ha probado, el liderazgo es lo que está por ver.

Después de las melodramáticas escenas del golpe de mano del 1º vendimiario y, habiéndose explicado cuáles eran las motivaciones que lo impulsaban, el programa de la candidatura debe contener novedades al respecto y estas solo pueden ser la intención de negociar con la izquierda de Podemos y la de entenderse con los independentistas catalanes en un referéndum. Habiéndolo enunciado en el programa de Évole, Sánchez, sin embargo, no fue del todo claro. Reconoció, sí, que Cataluña es una nación, cosa que luego le copiaría Iceta, que es hombre disciplinado. Sin embargo, el líder in the making habló luego confusamente de "votación". Los eufemismos no funcionan y las cosas deben exponerse por sus nombres. "Votación" quiere decir referéndum.

Ya se sabe que una posición así suscitará fuerte rechazo en todo el nacionalismo español, incluido el del PSOE. Tanto que la candidatura de Sánchez (que sería recibida con palmas si se limitara al giro a la izquierda) puede no fraguar. Pero, antes de rendirse sin más al tradicionalismo hispánico, puede hacer dos peticiones:

La primera. En democracia debe hablarse de todo. Negarse al diálogo so pretexto de que ciertos temas son intangibles no es aceptable porque implica una presunción de infalibilidad.

La segunda (dependiente de la primera). Si la propuesta de llegar a un referéndum pactado en Cataluña, aceptable para los independentistas, no es aceptable para los nacionalistas españoles, que estos presenten otra que sí lo sea para todas las partes.

En el arduo caso de que la candidatura de Sánchez saliera ilesa de un contraataque nacional español, el giro a sinistra es más sencillo. Dos tercios de Podemos, Errejonistas y gentes de IU, verían con buenos ojos una colaboración con el PSOE en una oposición fuerte y activa. Eso dejaría a los bolcheviques del sorpasso acuñando frases revolucionarias, que se les da bien.

Sánchez tiene un punto fuerte: es el único socialista en quien no hace mella la amenaza de elecciones anticipadas. Al contrario, le convienen dado que ahora no es diputado y, si alcanza la SG le interesa sobremanera serlo.

diumenge, 6 de novembre del 2016

Buena noticia

Segunda edición de La República Catalana a menos de dos meses de la primera. Estoy muy satisfecho de la acogida que el libro ha tenido sobre todo en Cataluña. En España, silencio. La única que se atrevió a llamarme para hablar de él fue Susana Griso, en Espejo Público, de Antena 3. Y algún arriesgado periodista de prensa. A todos ellos les estoy agradecido pues sé los problemas que tanta audacia puede acarrearles. Parece mentira en nuestro mundo, pero así es: la esfera pública está controlada por la mentalidad y los intereses de la oligarquía nacionalcatólica y sus recientes aliados de la "izquierda" socialista. Y, si se trata de Cataluña, al silencio y al boicot se suma de grado la sedicente "verdadera" izquierda que, ciertamente, no es verdadera ni es izquierda desde el momento en que censura igual que la derecha.  Es lo normal en España: al tratarse de asuntos catalanes se hace un tupido silencio solo roto para propagar mentiras, fábulas chistes anticatalanes. Todo lo que interesa en Cataluña se silencia en el Estado, aunque la situación inversa no sea cierta. Es típico de las asimetrías y desequilibrios de este país, sometido y acobardado por la hegemonía secular de una derecha retrógrada, nacional católica, caciquil y ahora franquista a la que se somete una izquierda débil, pusilánime, denortada y, en buena medida cómplice del régimen de la III restauración y cuyo
único interés es mantener sus privilegios y el desastre de país que han organizado


La situación de la izquierda, I

La sociedad mediática vive a velocidad de vértigo. El "caso Espinar", del que aún nadie sabe en qué consiste en concreto, aparece ya cerrado para siempre, como el caso Madoff o el crimen de Cuenca. Lo interesante ahora no es si hay tal caso o no, sino los efectos en cascada que ha producido y que revelan las turbulencias de fondo en la gran alianza de IU y Podemos. Juicio condenatorio de Cayo Lara; réplica destemplada de Pablo Iglesias; contrarréplica indignada de Alberto Garzón. Y, de momento, nos quedamos aquí. La nueva política es idéntica a la vieja, al menos, la tradicional de IU: bronca a todas horas.

El señor Martínez Pujalte, exdiputado del PP, acaba de ser imputado por un juez por sendos presuntos delitos de falsedad y cohecho. Algo mucho más definido que "el caso Espinar". ¿Espera alguien escuchar a algún cargo del PP condenando al imputado? ¿Espera alguien siquiera un rumor de descontento? Esa es una diferencia marcada entre la derecha y la izquierda. En la izquierda, un indefinido "caso Espinar" que ni está ni es probable que esté en los tribunales, provoca un terremoto interno y saca a luz fracturas ocultas con amago de posteriores enfrentamientos. En la derecha algo mucho peor no suscita ni un suspiro.

Ese exagerado sentido crítico consigo misma de la izquierda es una de sus perdiciones. Sentido crítico no demasiado realista porque si hay algo humanamente probable es que la fuente del "caso Espinar" esté en el propio campo, en la candidatura que se enfrenta a la de Espinar por el Podemos de Madrid. Por supuesto, tal cosa ni se menciona directamente, pero se da a entender si, como dice Iglesias, se trata de una campaña de El País para hacerle daño a él, pues la candidatura de Espinar es la que él apoya. En el otro lado se hará caso omiso de la atribución de responsabilidad, pero habrá enfado por el hecho de que el líder se haya decantado públicamente por la candidatura de Espinar y quizá se pida un apoyo explícito de Errejón. Con lo cual ya tendremos montada un pelea de líderes por el mando, por equipos interpuestos, pero exclusivamente personal. La política aquí no cuenta y la ideología ni se sabe lo que es. Se trata de una lucha por el poder. ¿Qué otra explicación tiene montar una especie de primarias no de candidatos sino de programas dentro del mismo partido?

La situación de la izquierda, II

El otro sector de la izquierda ha jugado muy mal sus cartas, con mucha impericia. Cosa impropia de un partido que se precia de ser izquierda moderada, democrática, institucional, incluso dinástica y garante de la estabilidad tanto en el gobierno como en la oposición. Un partido con esa conciencia de sí mismo no puede valerse de un golpe de mano y de "sargentos chusqueros", según Borrell, porque eso es recurrir precisamente a aquello que se dice querer evitar. ¿El resultado? A la vista está: un caos presidido por una gestora presuntamente ilegal, que no sabe qué hacer y, además, toma las decisiones por un partido parlamentario que es rehén de la derecha. Si el PSOE saca los pies del tiesto en el Congreso, Rajoy disuelve, convoca elecciones anticipadas y pilla a los socialistas sin candidato y teniendo que improvisar uno en plena batalla campal dentro del partido. 

¿No se les había ocurrido a los conjurados del 1º de octubre que abrían la caja de Pandora con tanto éxito que ni la esperanza dejarían en ella? ¿No veían estos amantes del equilibrio, la estabilidad, el orden y la moderación que lanzaban su partido, en un precario esquife a los rápidos de un río tumultuoso? A lo mejor no valen tanto como ellos mismos creen.

En el mejor de los casos, cabe interpretar que la inoperancia e irrelevancia que esperan al PSOE en esta legislatura se verán como una especie de sabático para retirarse a los cuarteles de invierno a reanimar el languideciente cuerpo de su centenaria organización. Pero no será. Se prevé una larga y amarga batalla con varios fuegos cruzados entre candidatos que difícilmente resistirán la tentación de acudir al juego sucio. Y eso sin contar con el añadido de esa candidatura de Pedro Sánchez que está fraguándose extra portas, con el apoyo de una militancia indignada, el manejo de las redes sociales y, según tengo entendido, una campaña de microfunding, ya con aromas podémicos. 

Es difícil calibrar las perspectivas de una candidatura que se presenta al margen de los cauces habituales y como una peripecia con ínfulas de liderazgo personal. No sabemos cuánto aguantará Sánchez frente a los previsibles ataques de su partido y tampoco si consigue imponerse antes de que esos ataques empiecen. Pero será difícil que fragüe como tal candidatura sin presentar un programa que se distinga claramente del del PSOE que lo ha expulsado y del de Podemos, que ha intentado suplantarlo. Y ese programa tiene que incluir una propuesta de negociación con Cataluña con vistas a la realización de un referéndum.

Lo que no sea eso, ya ha fracasado.

dissabte, 5 de novembre del 2016

Un gobierno de triunfadores

Asombrosa la mala recepción del gobierno de Rajoy: la prensa más ilustrada, el PSOE -por boca de la Junta que lo desgobierna- hablan de "continuismo", según parece, muy decepcionados. ¿Qué esperaban? ¿Que Rajoy derogara su obra anterior y acometiera reformas que siempre rechazó? ¿Quién se las ha pedido? C's y el PSOE se han rendido a su pretensión sin condiciones. Los graznidos de disgusto de los miembros de la junta golpista por las redes, anunciando una dura oposición son pura farfolla. El PSOE es rehén del PP en el parlamento y se enfrenta a sus propias bases fuera de él. Él solo se ha borrado del panorama.

Naturalmente que Rajoy haría un gobierno "marianista", "continuista". Es más, no es un gobierno nuevo sino el mismo de la otra legislatura y a algunos muñecos les han cambiado el avatar. Pero sigue siendo el mismo pintoresco órgano poblado de gentes absurdas, salidas de los sueños y los ensueños de Rajoy, cada vez más parecidas a él, casi hasta el extremo de la clonación. ¿Cuáles son los rasgos más conocidos de Rajoy? Su ambigüedad, sus nulos escrúpulos, su altanería, sus sinsorgadas, su irresponsabilidad y su renombrada capacidad para mentir. Pues de eso mismo se ha rodeado. Y con un dato decisivo: el único criterio que se ha seguido en estos nombramientos ha sido el de asegurar el máximo nivel de incompetencia.

Guindos viene de contribuir al hundimiento de Lehman Brothers y no parece que en España le haya ido mejor. Cospedal a defensa es un premio a una gestión en Castilla La Mancha universalmente considerada como catastrófica y con un alto nivel de corrupción de todo tipo. Que el premio sea el mando de la tropa solo indica el escaso aprecio que La Moncloa tiene por los ejércitos. Porque el ministerio de Cospedal es político y su contenido es lo de menos. Nadal carece de perfil y el que da es deplorable en ese estilo libertarian que ya no se lleva ni en Manhattan. Se prevén agradables veladas con los movimientos ecologistas. Dastis, de quien todo el mundo espera mucho porque nadie tiene de qué acusarlo, pasa por ser un "mirlo blanco". Es "mirlo blanco" precisamente porque no se sabe nada de él ya que de los demás, lo que se sabe es malo. Méndez de Vigo, ese orondo sonriente, lleva dos años fracasando en la administración de la herencia de aquel otro inenarrable ministro, Wert, que ahora descansa en París a cuenta de los contribuyentes. Como premio al fracaso, otros cuatro años, para que pueda seguir fracasando y no quede en el país ni rastro de la educación pública. Rajoy, otro hombre milagroso, como Aznar, como Fraga, como Franco. La derecha siempre tiene un hombre milagroso a mano. Es el caso de este personaje del que todo el mundo se pregunta perplejo cómo ha llegado a presidente; en realidad, cómo ha llegado a nada. Sencillo, lo que busca en sus ministros, el máximo grado de incompetencia y, a ser posible, alguna quiebra o ruina. El señor Zoido, sustituye al injustamente despedido Fernández Díaz, sin darle tiempo a condecorar a las once mil vírgenes. ¡Detestable cinismo masón el de este Rajoy, falto de fe! La devoción de ambos es sublime, pero el sñor Zoido tiene en su haber una derrota electoral sin parangón en Andalucía, así como una semisecreta afinidad con Rajoy, esto es, aparecer en los papeles de Bárcenas como receptor de sobresueldos. El señor de la Serna es la mejor opción para fomento ya que elaboró un plan general de ordenación urbana siendo alcalde de Santander que los tribunales le han tumbado. Glorioso antecedente para quien se va a ocupar de la obra pública del país entero. Sáenz de Santamaría es también del escogido cogollo de los cargos con sobresueldos, asunto sobre el que jamás ha dado explicaciones, como es natural, dado que tampoco las daba su jefe. Báñez sigue siendo un beatífico visitante de otro planeta, al menos por lo que hace al empleo. Tanto dio que Báñez fuera o no ministra. El paro sigue igual, con ayuda de la virgen del Rocío, a no dudarlo. En donde no ha dado igual ha sido en las pensiones. La ministra ha hecho un efecto sifón y ha vacíado la hucha mientras el gobierno dedicaba el dinero a rescatar bancos que no tienen la menor intención de devolverlo. Catalá es un fracaso posmoderno. Ahí está, impertérrito, aunque no ha conseguido enmendar ni una sola de la pifias de su antecesor con su idea de una administración de justicia como privilegio de ricos, ni siquiera la que él mismo ha cometido con la reforma del procedimiento. Por eso y no por nada más, sigue, con la garantía de coronar su fracaso con un conflicto catalán que no está en condiciones de encarar. La empresa familiar de la señora Dolors Monserrat es morosa con una deuda a Hacienda de más de dos millones de euros con una quiebra por medio. La recompensa a tan magnífico fracaso es el nombramiento de ministra de Sanidad. Porque si algo necesita la sanidad en nuestro país, es un buen gestor empresarial, ¿verdad? Lo de menos es que la nombrada sepa algo de su ministerio. Si pudo ser ministra Mato, ¿por qué no ella? En García Tejerina, la gran amiga de Arias Cañete, el gobierno premia la contumacia en los conflictos de intereses entre su condición de política y su condición de empresaria. Cosa absurda porque, según se sabe, todos estos vienen al gobierno a hacer negocios. De Montoro realmente no vale la pena hablar. Este es el que respondió a una voz de alarma de alarma de que "se hunde España" con un "déjala que se hunda, que ya la levantaremos nosotros". Lo que se ha levantado aquí está a la vista de todos, pero hay que mirar hacia abajo.

Esto no es un gobierno, sino un grupo de amigos que van a lo suyo. Y así queda claro desde el principio. El gobierno hereda la corrupción del anterior porque, ya se ha visto, no es "anterior" sino básicamente el mismo. Hereda la corrupción pero no como responsabilidad política que haya de asumir porque el PSOE, en su cobardía, lo ha exonerado de ello. 

Y hereda el endiablado conflicto catalán, del que debiera saber algo más dado que lleva años enfrentado a él en la espera de que mermara o se redujera sin conseguir otra cosa que su aumento y consolidación. Pero no es Cataluña su principal obsesión porque sabe que, además del puñado de habilísimos consejeros en el gabinete, cuenta con el apoyo incondicional de C's y de PSOE, en ese frente nacional español que se yergue temible frente al independentismo catalán. La tradicional negativa del Estado a negociar nada con Cataluña se corona así con la firme decisión de romper todo diálogo que no sea en los tribunales. Queda claro que cuando, en los años de plomo, se decía a ETA que, callando las armas, en España podía hablarse de todo, se estaba mintiendo. El independentismo catalán es democrático, pacífico y abierto. Pero nadie está dispuesto a hablar con él. Ni siquiera a acudir a una conferencia de Puigdemont en Madrid en la que este exponía sus reclamaciones. Una asistencia que era obligada por mera cortesía. 

Por supuesto, en el centro de la foto, muy contento, está el Rey, feliz, sin duda, de que todos los ministros, sin fallar ni uno, hayan jurado sobre la Biblia y con un crucifijo. Un gobierno unido como una piña a los pies del altar y encomendado a Santiago y cierra España.

Hoy, Palinuro en Vilanova y la Geltrú

Vamos a hablar de la República Catalana con motivo de mi libro de idéntico tema. Presenta Quim Arrufat, de CUP, cuya candidatura apoyé con mis escasas fuerzas en las elecciones de 27 de septiembre. Aparte de la satisfacción que siento por tan estupendo presentador, me permito señalar que esta es una de esas ocasiones de mostrar de hecho cómo el proceso independentista es transversal. Y debe seguir siéndolo. Mientras no se haya llegado al final, todos somos todos: PDC, ERC, CUP. Cuando esto se corone cada cual irá con su querencia.

En realidad, de la República Catalana pienso no hablar mucho porque es tema ya bastante tratado. Voy a intentar un sendero relativamente nuevo, hablando de la democracia catalana. Es y no es lo mismo que la República Catalana. Por supuesto, esta será democrática, no elitista, ni oligárquica. Pero democrática con una forma especial de democracia: una democracia insurgente, rebelde, una democracia de la dignidad y la respuesta; una democracia activa. La ciencia política occidental puede seguir hablando de apatía, desafección y alienación de la ciudadanía y del desprestigio de las instituciones democráticas. Será verdad. Será verdad en todas partes menos en Cataluña, en donde hay una permanente, sostenida, consistente movilización social por un objetivo emancipador. Y, sobre todo, en donde hay una identificación del pueblo con las instancias de la sociedad civil, los partidos políticos y las instituciones. Es una fórmula aparentemente muy sencilla: si se quieren instituciones prestigiadas hay que ponerlas al servicio del pueblo; si se quieren unos partidos políticos útiles y leales al mandato popular, deben coordinarse con las aspiraciones de emancipación y cumplir su función de instrumentos.

Cataluña será una República. Pero, sobre todo, será una democracia. Una democracia republicana.

divendres, 4 de novembre del 2016

Mañana, Palinuro en Vilanova i La Geltrú

Vamos a hablar de la República Catalana con motivo de mi libro de idéntico tema. Presenta Quim Arrufat, de CUP, cuya candidatura apoyé con mis escasas fuerzas en las elecciones de 27 de septiembre. Aparte de la satisfacción que siento por tan estupendo presentador, me permito señalar que esta es una de esas ocasiones de mostrar de hecho cómo el proceso independentista es transversal. Y debe seguir siéndolo. Mientras no se haya llegado al final, todos somos todos: PDC, ERC, CUP. Cuando esto se corone cada cual irá con su querencia.

En realidad, de la República Catalana pienso no hablar mucho porque es tema ya bastante tratado. Voy a intentar un sendero relativamente nuevo, hablando de la democracia catalana. Es y no es lo mismo que la República Catalana. Por supuesto, esta será democrática, no elitista, ni oligárquica. Pero democrática con una forma especial de democracia: una democracia insurgente, rebelde, una democracia de la dignidad y la respuesta; una democracia activa. La ciencia política occidental puede seguir hablando de apatía, desafección y alienación de la ciudadanía y del desprestigio de las instituciones democráticas. Será verdad. Será verdad en todas partes menos en Cataluña, en donde hay una permanente, sostenida, consistente movilización social por un objetivo emancipador. Y, sobre todo, en donde hay una identificación del pueblo con las instancias de la sociedad civil, los partidos políticos y las instituciones. Es una fórmula aparentemente muy sencilla: si se quieren instituciones prestigiadas hay que ponerlas al servicio del pueblo; si se quieren unos partidos políticos útiles y leales al mandato popular, deben coordinarse con las aspiraciones de emancipación y cumplir su función de instrumentos.

Cataluña será una República. Pero, sobre todo, será una democracia. Una democracia republicana.

Camino de servidumbre

Tomo prestado el título de la célebre obra de Hayek, profeta venerado del neoliberalismo mundial y españolísimo en concreto. El austriaco la escribió en los años cuarenta del siglo pasado, pero su contenido sigue siendo pertinente, agudo, fresco como una rosa, perfectamente aplicable al presente...pero invirtiendo los términos. Todos los males que Hayek vaticinaba por la abolición del mercado, en la estela de su maestro Von Mises, son hoy patentes por la omnipresencia del mercado: baja productividad, empobrecimiento de las clases trabajadoras, paro, corrupción, etc. El neoliberalismo es eso. Todas las desgracias que el mismo Hayek pronosticaba a causa de la socialización están hoy a la vista a causa de la privatización: servicios pobres, malos y caros, prácticas monopolistas, confabulación y arbitrariedad en la formación de los precios, patrimonialización del Estado, captura de rentas.

El neoliberalismo es el verdadero camino de la servidumbre. El credo inapelable del nuevo gobierno del PP, formado a la hechura de su patrón que, a estas alturas, tiene la medida tomada a todo el país. La prueba está en el desconcierto de las reacciones a su anuncio. Unos hablan de gobierno de "marianistas", como si los anteriores hubieran sido de concepcionistas. Y como si en el PP -una organización peculiar- hubiera facciones o corrientes y no una lealtad berroqueña al líder/patrón. Los gobiernos de Rajoy son más unicelulares que los de Franco, en los que había militares, opusdeístas, alfonsinos, carlistas, juancarlistas, falangistas y los pelotas de turno. Los de Rajoy solo tienen pelotas de turno.

Otros análisis son más pintorescos. El País da la consigna del día: el gobierno es continuista y tiene escaso peso político y el cabo de guardia del PSOE la replica como el eco. A lo del continuismo se suman también los de C's y los de Podemos en tono decepcionado: más de lo mismo, sin cambio ni variación, no irá muy lejos. A lo mejor esperaban que Rajoy nombrara ministro a Pablo Echenique o a Begoña Villacís.

Rajoy lo ha dicho siempre: él es un hombre previsible. Y así es, perfectamente previsible. Siempre hace lo mismo; no lo que más convenga al país, ni a su partido, sino a él mismo. Su solo objetivo es seguir gobernando a cualquier precio. Para eso nombra un gobierno de amigos y amigas suyas. Como el anterior. Cierto es que no cuenta con un congreso de aplausos, al estilo de las Cortes del invicto, pero tiene a la mesnada de la oposición parlamentaria acogotada. C's es tan poco oposición que Rajoy ni los tiene en cuenta. Al PSOE le ha hecho claudicar y, de paso, lo ha reventado como opción electoral a corto plazo; es decir, lo tiene de rehén. Así que, según sus cálculos, la oposición de Podemos se agotará en la gesticulación.

Por si acaso el Parlamento se le soliviantara, Rajoy cuenta con la adhesión incondicional del Tribunal Constitucional, camino de convertirse en un tribunal político para un estado de excepción de hecho. El mismo tribunal que no ha dictaminado ni piensa hacerlo sobre el recurso interpuesto por la oposición en su conjunto contra el gobierno en funciones declarado en rebeldía, ese mismo tribunal acepta la facultad que le atribuye la reforma de su Ley, aprobada por el parlamento de mayoría absoluta del PP. El TC puede "suspender" a las autoridades que le desobedezcan; pero, si vuelven a desobedecerle, tendrá que hacer algo más que volver a "suspenderlas". Y por ahí no se sabe a dónde vamos a parar.

Sí se sabe que el gobierno controla el Tribunal Constitucional y tiene una razonable holgura en el Parlamento, no por su fuerza real, sino por la debilidad de sus adversarios. Ese es el camino de servidumbre vaticinado por Hayek pero con los papeles invertidos. Si se tiene en cuenta que, como ha quedado claro en las últimas peripecias, Rajoy y el PP cuentan con el apoyo casi unánime de los medios de comunicación (aunque hay alguno más cercano a Podemos) y los publicistas, el respaldo de la empresa, la banca y la Iglesia, ¿es mucho asegurar que España es una democracia autoritaria con prácticas dictatoriales? La falta absoluta de responsabilidad política de ninguna de las autoridades ante los innumerables casos de corrupción y la sospecha, incluso, de presuntos delitos, como el espionaje a adversarios políticos, son comportamientos dictatoriales por cuanto quedan impunes.

Todo eso permitido por una decisión del PSOE que, por cuanto está viéndose, puede haber sido su canto del cisne. Realmente, su situación es calamitosa. Ya desde la época de Rubalcaba, con la conversión del partido en partido dinástico, aceptación simbólica de la corrupción del turnismo, empezó el drenaje de votos. De hecho, fue Rubalcaba quien llevó al PSOE a sus más bajas cuotas históricas, aunque su aparato de propaganda se lo achaque a Sánchez. Con la hoja de ruta catalana, el nacionalismo español socialista se alarmó y exacerbó al mismo tiempo y el golpe de mano perpetrado el 1º de octubre se hizo para impedir todo intento de acercamiento al independentismo o negociación con él. Golpe que ha puesto en marcha una dinámica interna explosiva.

Desde el principio, Palinuro consideró la Gestora como una Junta -típica institución golpista hispana- que suplantaría al partido y actuaría dictatorialmente. Ahora nos enteramos de que, en efecto, así fue concebido este órgano a través de una decisión ilegal del CF pues se perpetró con nocturnidad, sin quórum y sin estar prevista en el orden del día. Ya se están ocupando de ello los jueces. La Gesto-junta es presuntamente ilegal y, si se obstina en imponer su criterio, acabará provocando una crisis profunda en el partido de la que este quizá no se recupere. El peligro de la "pasokización" no es un invento.

La intervención permanente de los barones cada vez con más espíritu de señores de la guerra frente a unas bases casi ya en estado insurrecional, da una imagen de desbarajuste difícil de superar. O quizá no tanto: el resistible ascenso de Susana Díaz tiene un elemento de auténtico populismo. Lo da la tierra. La izquierda andaluza da líderes como Cañamero o como Sánchez Gordillo. Es la tradición del espartaquismo agrario que estudiara Bernaldo de Quirós. Y algo de ese espartaquismo se le ha pegado a presidenta de Andalucía, bien que desmentido por una probada capacidad de intriga y maniobra y una fría obstinación en sus designios que añaden al espartaquismo unos trazos de lady Macbeth.

La aventura que parece Sánchez decidido a emprender (los dioses lo acompañen, que va a necesitarlos) puede calificarse como su "momento maquiaveliano" en la acepción del ilustre John Pocock. Es la reivindicación del espíritu cívico republicano del siglo XVI trasladado al presente, con una formulación de izquierda que se complementa con la separación de la Iglesia y el Estado y el replanteamiento de la estructura territorial de este mediante algún tipo de fórmula que sea de aceptación general. Tengo mis dudas de si Sánchez conseguiría el apoyo mayoritario del PSOE a un programa republicano, laico y plurinacional. Incluso tengo mis dudas hasta qué punto el propio Sánchez lo suscribe.

Y es eso o la servidumbre.

Hoy, Palinuro inaugura el curso de la UNED en Nou Barris

Inauguración de curso académico en el centro asociado de la UNED en Barcelona-Nou Barris. Al propio tiempo, Palinuro presentará un curso que arrancará mañana también sobre el tema de los Hábitats y los habitantes. Se trata de una actividad multidisciplinar que hace el profesorado del centro, se desarrolla con apoyo de material filmado y que ya ha tenido muy buena acogida de público en anteriores ediciones sobre otros temas.

No hace falta subrayar el acierto en la elección del de este año. Pocos asuntos serán de naturaleza tan multidisciplinar y necesitados de enfoques mezclados y hasta híbridos como el de los hábitats. Los lugares en donde los seres humanos nos hacemos humanos (o inhumanos) y para cuya comprensión necesitamos una perspectiva con elementos históricos, políticos, antropológicos, sociológicos, geográficos, religiosos, filosóficos, económicos, etc. En definitiva, reflexionar sobre el hábitat es tratar de entendernos como buenamente podamos, una tarea que, como se sabe, no tiene fin, pero está llena de enseñanzas. Al fin al cabo, el ser humano tiene su residencia en la tierra

Voy por las tardes, llego
lleno de lodo y muerte,
arrastrando la tierra y sus raíces,
y su vaga barriga en donde duermen
cadáveres con trigo,
metales, elefantes derrumbados. (Neruda)

Palinuro ha preparado una presentación con un intento de describir algunos de los muy distintos (y extremos) hábitats de la especie con ayuda de varios "clips" de películas o documentales célebres, con una visión narrativa y crítica. Cierra la exposición un documental muy duro con nosotros mismos, que nos pone frente a nuestras responsabilidades y nos muestra hasta que extremos hemos llegado. Pero no dirá nada sobre él para no incurrir en spoiling.

Nos vemos hoy  a las 17:00 en UNED Barcelona, Av. Rio de Janeiro, 56-58 08016 - Barcelona

La entrada será libre. Para las sesiones posteriores, el curso tiene una matrícula de 50 € y en él se otorga un crédito ETCS para estudiantes.

dijous, 3 de novembre del 2016

Aventurarse a lo nuevo

Por más que los de Podemos batallen por ser el centro de la atención mediática, el foco de interés sigue siendo la crisis del PSOE. El País, cuyo grado de entusiasmo con Sánchez ha quedado demostrado en los últimos tiempos, descubre que, además, este buen hombre tiene nuevas opiniones. En general eso está mal visto en estos pagos. Está mal visto hasta tener opinión. Pero, si además, es sobre asuntos de la máxima importancia, como la tendencia a la izquierda y la cuestión catalana, el asunto es temerario. Ese es el meollo del drama en el PSOE: Podemos y Cataluña.

Se supone que el PSOE tiene que elegir entre aliarse a la derecha (PP) o a la izquierda (Podemos). Unos animan hacia la izquierda; otros, a la derecha y estos parecen ser poderosos porque han desencadenado la crisis con un golpe de mano o de fuerza, que viene a ser lo mismo. Sin embargo, no está nada clara esa obligación de optar. De hecho, aunque la abstención haya sido una claudicación, lo ha sido por la mínima, pues no obliga a la acción mancomunada. Hay un espacio de opinión y electoral entre la derecha del PP y la Izquierda de Podemos. La primera es heredera directa del franquismo, revestido de neoliberalismo y con una incontenible ansia de expolio del común. Los segundos, que llegaron al socaire del movimiento 15M, trayendo promesas de nueva política, se han adaptado al juego institucional y su discurso y su práctica son confusos. Reverdece en ellos la vieja izquierda comunista carente por entero de lo que siempre presume, un programa, y solo interesada en el sorpasso.

Entre estas dos posiciones hay un espacio considerable, agrandado por el hecho de que ellas, las posiciones, son extremas. Es el espacio que ha habido siempre, el del socialismo democrático, la socialdemocracia. Y aquí es donde aparece el proyecto de Sánchez que dice querer para el PSOE autonomía frente los poderes fácticos y la tentación populista. Si el PSOE se obstina en sus "viejas opiniones" y se mantiene como auxiliar del PP, es probable que cave su tumba electoral, al estilo PASOK. Pero no es seguro. Las "nuevas opiniones" de Sánchez ¿darían para fundar un tercer partido de la socialdemocracia renovada? Espacio hay, probables partidarios, también. La izquierda democrática, reformista que quiere parar a la derecha pero no a costa de aliarse con una izquierda cuya relación con la realidad es problemática. Lo que no está claro es si hay liderzgo y capacidad para articularlo.

Y luego está el otro asunto, el que de verdad importa, Cataluña. Muchos de quienes seguirían a Sánchez en su giro a la izquierda, lo abandonarán si el giro, además, afecta al Principado. De este asunto no se habla porque las ideas están clarísimas: de independencia, nada. Y así como el agonizante Franco se despidió de Juan Carlos diciéndole que guardara la unidad de España, ha bastado que Sánchez haya compartido alguna cerveza con Joan Tardà para que el poder en la sombra en el PSOE lo mande a él a ellas, camino del ostracismo.

El punto flaco de Sánchez es Cataluña. En realidad, es el talón de Aquiles del sistema de la III Restauración. En el PSOE es donde más se aprecia. Basta ver las complicadas relaciones con el PSC. Pero Sánchez no tiene otra opcion que formular una propuesta de negociación con los independentistas. Alguien tiene que hacerlo. Alguien tiene que explicar a la opinión que la política de cierre al diálogo y la negociación, la de la hostilidad permanente, no ha dado resultado sino que, al contrario, ha exacerbado el conflicto. Y cuando una fórmula fracasa, hay que buscar otra. Y rápido, porque la hoja de ruta de los independentistas sigue su curso y augura un futuro de mayor confrontación que nadie quiere y el Estado español, fácilmente presionable por las potencias europeas, no puede permitirse.

Para el nacionalismo español (el del PSOE incluido) lo más esperanzador en Cataluña es ese nuevo partido abanderado por la señora Colau, en clave izquierdista y pronunciadamente ambiguo en la cuestión de la independencia. El nuevo partido amenaza a sus rivales más próximos, el PSC y Podemos y quizá a sectores de un independentismo tibio. Pero eso son futuribles. Aquí y ahora, el PSOE tiene que decidir qué respuesta da al independentismo, si el cerrado "no" sin más del PP o una "nueva opinión" estilo Sánchez que incluya sentarse a negociar una salida civilizada y democrática al único conflicto real del Estado español.

La charla de Mollerusa del 30 de octubre


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Que Cataluña marcha hacia su independencia es cosa evidente desde hace tiempo. El  movimiento es popular, pacífico, democrático y transversal. Esto último es un hecho que a muchos cuesta realizar. Por ejemplo, Alberto Garzón critica a ERC que se enfade con el PSOE por aliarse con el PP cuando ella (ERC) lo está con los burgueses de PDC (antes Convèrgencia), cosa que le parece fatal. Los nacionalistas españoles no solo no entienden el nacionalismo catalán sino que, probablemente, no entienden nada de nada. ¿Cabe imaginar una emancipación nacional de una sociedad compleja como la catalana sin contar con sus clases medias y su burguesía? ¿Se puede hacer una nación (para que me entienda el señor Garzón: una nación, no el asalto al poder del partido "de vanguardia") sin contar con su buerguesía? Eso por un lado. Por otro, el señor Garzón viene a decir que no hay diferencia entre la burguesía y la derecha españolas y las catalanas. Con lo cual acaba de certificar que no tiene ni idea del mundo en que vive.

Para complicar más las cosas añado que el proceso independentista catalán no solo es transversal, sino inclusivo. Hasta los curas son partidarios. De hecho, la charla de Mollerussa tuvo lugar en una asociación de amigos del obispo Deig, escritor, poeta, humanista, independentista y...clérigo.

dimecres, 2 de novembre del 2016

La izquierda y sus medias verdades

La palinodia que cantó Sánchez en Salvados fue seguida sin solución de continuidad por una glosa coral en el programa de Ana Pastor, El objetivo. Seis miembros de distinto relieve de las principales fuerzas políticas se lanzaron sobre las revelaciones de Sánchez para ponerlo de chupa de dómine y ensalzar sus formaciones. Hasta el representante del PSOE, delegado de la Gestora, y comisionado para justificar lo injustificable. Seis políticos ejercientes contra uno al que han obligado a volver a la casilla de salida y amaga con salir. Lo que allí se dijo explica las posiciones más o menos oficiales de los partidos. Nos interesan las izquierdas porque, en definitiva, ya ha quedado claro que si gobierna la derecha es por la incapacidad de la izquierda para ponerse de acuerdo.

Empiezo con la izquierda independentista. El celebrado discurso de Rufian no fue adecuado. El recurso sistemático a la anáfora es desesperante y, en general, el tono y la actitud no son correctos. Otra cosa es el contenido. Los socialistas lo merecen. La forma no es afortunada; el fondo, sí. Garzón considera "hipócrita" el discurso de acusar en Madrid a alguien por hacer lo que el propio acusador, ERC, hace en Cataluña, esto es, aliarse con la derecha reaccionaria. El dirigente de IU no entiende el factor nacional en la política catalana, cosa habitual. No es habitual, sin embargo, faltar tan clamorosamente a la verdad: todo el mundo sabe que la derecha catalana no es ni de lejos la española.

Llamativa ha sido la reacción unánime de Podemos a las semirrevelaciones de Sánchez. Estas avalan su interpretación de que no fueron ellos quienes impidieron un gobierno de izquierdas a raíz del 20D sino las oscuras fuerzas que no se presentan a las elecciones. Ellos están libres de responsabilidad. Esto no es enteramente cierto. Es una media verdad. Es cierto que las fuerzas actuaron, como ya se sabía desde la famosa decisión del CF de confiar en Sánchez con dos condiciones prohibitivas (hoy llamadas "líneas rojas"): nada de alianzas con Podemos y menos con los indepes catalanes; de estos, ni la abstención. Así fue. Pero también fue cierto que Podemos no quería un gobierno de izquierdas sino que, como todos, según dijo Sánchez en la entrevista, prefería segundas elecciones. Esas segundas elecciones traerían el sorpasso, la hegemonía de Podemos en la izquierda. Es más, hay una razón irrefutable: si Podemos hubiera querido un gobierno de izquierda, no habría votado en contra de Sánchez sino, al contrario, hubiera debido ir con él, precisamente para desbaratar el plan de la derecha.

No se olvide que ese plan no era impedir un gobierno con (o de) Podemos, sino asegurar el mantenimiento del gobierno del PP. Y así, Podemos, votó que no, haciendo justo lo que la derecha quería. Una metedura de pata colosal que no se desvanece porque una u otra profecía se hicieran realidad pues afecta al resultado. En lugar de reconocer el perjuicio causado por sus medias verdades, Podemos parece haber encontrado un nuevo motivo para intensificar su hostilidad al PSOE. Cuando el empecinamiento doctrinario quiere que las personas se estrellen, les hace creer que la realidad demuestra lo acertado de sus (pre)juicios.

Nunca había estado la izquierda más lejos de conseguir sus objetivos; nunca tan dividida.Tanto que, una vez investido, Rajoy ya ha hecho realidad el vaticinio de los contrarios a la abstención: abstenerse era constituir al PSOE en rehén del PP. O se vota a favor de lo que el gobierno quiere o se convocan elecciones anticipadas. Y allá va el PSOE -que no puede permitirse unas elecciones- uncido al carro de la derecha, por lo menos hasta el congreso y las primarias pendientes de convocatoria.

Este es el momento que Sánchez ha escogido para hacerse las fundaciones, en busca de una legitimidad cuasiplebiscitaria que lo sostenga en su postulación como candidato a la SG. Se dibuja aquí un relato romántico de cómo un líder elegido por el pueblo es descabalgado por las potencias oscuras con ayuda de los poderes mediáticos y el auxilio ejecutor de sus compañeros de partido. Una vez lanzado al ostracismo, el líder emprende la heroica tarea de reinventarse y proponerse de nuevo con un discurso distinto y cuenta algunas medias verdades en un programa de TV a modo de lanzamiento. Las medias verdades (por ejemplo, lo relativo a la Telefónica) harán más daño que beneficio, como siempre. El carácter distinto del discurso se refiere a las dos condiciones prohibitivas: Podemos y los indepes catalanes y, entre medias, el referéndum. El riesgo es que ahora le digan lo de las buenas horas mangas verdes.

Saben los dioses que tal fue siempre la idea de Palinuro, esto es, el entendimiento entre el PSOE, Podemos y los indepes catalanes. Resulta lamentable que todos, indepes catalanes, Podemos y PSOE, reaccionen con hostilidad creciente entre ellos. El camino que habrían de llevar es el inverso. Según parece, el que propone ahora Sánchez. El socialista ha dado un giro fenomenal y, aunque sigue siendo confuso en ciertos aspectos e iluso en otros, quizá merezca un voto de confianza.

La cuestión es si ese cambio de Sánchez obtiene el apoyo de su propio partido, cosa nada clara. También es cuestión si Sánchez tiene la consistencia, el temple y demás condiciones para liderar ese proyecto hasta el final. La impresión que ha dado hasta ahora es que no las tiene. Es de suponer que habrá otras candidaturas en competencia con la suya y el electorado tendrá tiempo de hacerse una idea sobre sus respectivos méritos y posibilidades. Al fin y al cabo esto es y no es un asunto de personas.

El reestreno

Merced a la implosión del PSOE, Rajoy ha vuelto a ser investido presidente del gobierno y ya ha jurado el cargo ante la Biblia, la Constitución, un crucifijo y varios personajes de esta ridícula comedia de la política española: el que hace de Rey, el que de ministro, el que preside el Senado, etc. Algún día habrá que analizar la naturaleza podrida y repulsiva del catolicismo español: una religión que admite que un embustero complusivo, un mentiroso sin escrúpulos, un falsario incapaz de cumplir una sola de esas promesas que va lanzando por ahí pueda jurar solemnemente delante sobre los Evangelios. Se me dirá que ese es asunto de la conciencia de cada cual y que el catolicismo como creencia colectiva es posible. Pero no basta. La vida de Rajoy es de dominio público y todo el mundo sabe que es un embustero, un cínico, un tipo capaz de engañar a la colectividad y provecharse de ella. ¿Imagina alguien algo más anticristiano que privar a los dependientes de las subvenciones que le corresponden pero financiar la atención al propio padre con el dinero público, como hace Rajoy? ¿Algo más inmoral y repugnante? No, el asunto no se zanja hablando de la "conciencia de cada cual". Aquí hay algo más: la complicidad de los católicos con estas odiosas prácticas. Por eso votan a Rajoy las monjas, los curas, todo el nacionalcatolicismo.

En realidad, mi artículo de hoy en elMón.cat versa sobre el primer encontronazo que ya se ha dado entre el recién estrenado presidente español y el catalán. Puigdemont pide una entrevista de presidente a presidente para tratar del referéndum, ese del que Rajoy no quiere oír hablar y Sánchez comienza a considerar tras liberarse de la retardataria y reaccionaria influencia de Rubalcaba.

Muy probablemente llega tarde. En esta legislatura de la derecha se producirá el definitivo encontronazo con Cataluña.

Aquí, la versión castellana del artículo:

LA INAUGURACIÓN

Tras la investidura de Rajoy por K.O. de los socialistas, vino la solemne toma de posesión en envenenado por la petición Puigdemont de celebrar una reunión de presidente a presidente para tratar la cuestión del referéndum y otras cuarenta más. Digamos que es una forma catalana de convertir un gesto protocolario como una felicitación por la investidura en algo de contenido práctico. Se invita al recién nombrado presidente del gobierno a ejercer sin más dilaciones su pleno Halloween y el juramento tuvo algo de “truco o trato”. Pero el momento estaba autoridad abordando una negociación urgente, indebidamente aplazada durante diez meses.

Todos los caminos conducen a Roma pero, para llegar hasta allí, hay que recorrerlos. El de Madrid, también. Cuantas veces haga falta. Para que quede claro que se han hecho todos los intentos posibles de diálogo y negociación. Es acumular bazas. Para reforzar la posición de la Generalitat, Puigdemont no asistirá a la reunión estatal de presidentes de CCAA sobre financiación autonómica que lleva ya tres años de retraso Acostumbrado a dejar pudrir los problemas sin que nadie proteste, Rajoy se encuentra que no puede aplicar esa táctica con Cataluña. El Estado no puede obligar a Puigdemont a asistir a la reunión y, sin Cataluña, poca será la financiación que acuerden los demás. Cataluña ejerce ya su soberanía de hecho negativamente.

La respuesta del gobierno de la derecha es sabida de antemano: la condición del referéndum es inaceptable y ello no imposibilita pero sí dificulta las negociaciones en otros ámbitos. Quizá sea una suposición prematura. No es de esperar que el nuevo gobierno modifique los criterios básicos de Rajoy pero quizá sí que los modifique el mismo Rajoy. Muchas veces le habrán dicho que tenga en cuenta el caso escocés que resta toda validez a la negativa española a hacer lo mismo en Cataluña. Pero eso es poco probable por razones hasta caracteriológicas.

El gobierno se siente fuerte pues cuenta con el bloque constitucionalista, de PP, PSOE y C’s. Mayoría parlamentaria abrumadora. La Generalitat también se siente fuerte, con un gobierno respaldado por una mayoría absoluta. No es previsible que ninguna de las partes ceda en su pretensión inicial referéndum sí, referéndum no. En consecuencia solo cabe augurar un futuro a corto y medio plazo de mayor confrontación, un tiempo en el que las dos partes van a medir hasta dónde está dispuesto a llegar el Estado y hasta dónde a resistir el Parlamento catalán.


Entre tanto, el tiempo pasa. La desconexión catalana se consolida. Y el Estado sigue sin hacer propuesta alguna, no ya constructiva, sino mínimamente alentadora. Ninguna iniciativa cívica o política en España a favor de una solución pactada con Cataluña. Ni un foro, diálogo o encuentro promovido por esos intelectuales siempre tan activos en defensa de los derechos de los saharauis o los tibetanos. El cierre es total. En el caso del PP, el no rotundo desde el inicio al derecho a decidir no solo se ha mantenido sino que se ha hecho vociferante. Rajoy no quiere oír hablar de referéndum. Literalmente. Negociaciones sobre reformas del sistema de financiación siempre que no haya demanda de referéndum, las que se quieran. Nos quedamos como estamos y toda ruptura de la legalidad vigente con la motivación que sea será tratada como una cuestión de orden público por la vía penal.

En el PSOE, el discurso no es muy diferente. Los socialistas comparten el recio nacionalismo español del PP pero, el mismo tiempo, son favorables a formas etéreas de descentralización política, como el federalismo. La fórmula ha perdido toda credibilidad teniendo en cuenta que necesita la reforma de la Constitución. Por eso, Sánchez, dejó entrever de que la solución vendría “votando” y sobre una “reforma constitucional”. El federalismo era tan eficaz como el bálsamo de Fierabrás. La mención al voto apunta elípticamente al referéndum como si fuera una gran concesión. Sin embargo, al tratarse de una reforma de la Constitución, el referéndum es obligado, en unos casos por razón de lo que se reforma y en otros si así lo decide una décima parte de los diputados o senadores. Eso no es aceptar el referéndum catalán sino tratar de pasar el español de matute.

Los dirigentes españoles no tienen una idea clara del problema a que se enfrentan y sus recursos son muy limitados, pues ni siquiera cuentan con un proyecto común. No son un peligro real para el avance del proceso independentista. Ese peligro está comenzando a tomar forma en el interior de Cataluña, a través de la formación de un nuevo partido de izquierda que, no siendo independentista, puede propugnar diferentes grados de soberanismo.

dimarts, 1 de novembre del 2016

Represalias

El grupo parlamentario socialista expedientará a las 15 diputadas díscolas del "NO". 

Dos modestos comentarios al respecto:

Primero. Ya oigo a los de la correcta "incorrección política" clamando contra el progresismo paleto de emplear el femenino en los universales. Algo que solo puede hacer quien ignore que su carácter masculino está en la mente divina, la ley natural, el espíritu de la lengua y los usos de la raza. Será verdad. Mi intención es simplemente señalar que, de las 15 voces negativas, 9 son de mujeres, la mayoría, casi dos tercios. Va bueno: las mujeres siguen siendo invisibles, aunque sean mayoría porque así lo quieren aquellas excelsas autoridades. Solo hay una posibilidad de que Dios, la Naturaleza, la Lengua y los Usos nos autoricen a escribir las quince diputadas díscolas y es que las quince sean mujeres. 14/1 tampoco vale; vence el 1. Será divino, natural, lingüístico y consuetudinario; pero también ridículo.

Segundo. Sin duda el grupo parlamentario actúa dentro de sus poderes. Al parecer, la pena prevista es pecuniaria, de 600 euros; más o menos el SMI. Habrá quien exija algún tipo de represalia o castigo mayor. Lo relevante aquí no es si el grupo puede hacerlo o no. Lo relevante es clarificar quién toma las decisiones sobre la acción parlamentaria del PSOE, teniendo en cuenta que este está en una especie de limbo, al cuidado de una Comisión Gestora cuya función, caso de tener alguna que no sea pagar los recibos corrientes, es convocar un congreso extraordinario. ¿Toma las decisiones de este y mayor calado la Comisión Gestora? ¿En virtud de qué mandato? Sobre todo cuando, además, sabe fehacientemente que tiene en contra a la mayoría de la militancia.

Porque a su más que dudosa legalidad, la Comisión Gestora añade una descarada parcialidad. En realidad, la comisión es una especie de junta con un programa propio, al margen, bien se ve, del partido. No puede erigirse en juez porque es parte y todo lo que haga será nulo. Los expedientados podrán recurrir a los órganos pertinentes del PSOE y este tendrá que salir del limbo y actuar. No puede permitir, por ejemplo, que la Comisión Gestora haga una campaña sistemática de descrédito de la candidatura de Pedro Sánchez a la SG por la muy lamentable razón de que sea la candidatura de aquel a quien la comisión destituyó hace un mes de muy malos modos. Malísimos.

dilluns, 31 d’octubre del 2016

Borrón y cuenta nueva

Supongo que el Salvados de ayer habrá tenido gran audiencia, aunque se dé en mitad de un puente. De hecho desembocó sin solución de continuidad en un programa de Ana Pastor con seis políticos de partidos parlamentarios que se pusieron a largar como cotorras sobre lo que se acababa de ver y escuchar. Cada uno encerrado en su discurso, tanto que podían ahorrarse la presencia en directo enviando un pen drive

El Salvados estuvo muy bien. Gran trabajo de Évole dando voz de entrada a la militancia, incluida la andaluza, que parecía una delegada de Díaz. Y mejor aun la entrevista. Évole aprieta, pero no atosiga. Y Sánchez estuvo tranquilo, mezcló sentimiento y razón y salió airoso rumbo a su nueva empresa.

De ahí el título del post. El borrón fue el repaso al pasado hasta el día de las horcas caudinas. La cuenta nueva, el propósito de Sánchez de postularse a la SG.

El borrón quedó bastante patente. Desde el primer momento hubo una movilización de las empresas, los bancos y sus medios de comunicación para impedir un gobierno de izquierdas. Que esta campaña obtuviera éxito con la ayuda de Podemos al no votar la investidura de Sánchez es materia discutible. No es discutible, sin embargo, la campaña. Y menos lo es que estuviera encabezada por el grupo Prisa, Cebrián, González, con el ladino apoyo de Rubalcaba, para forzar el gobierno del PP con la abstención del PSOE. La beligerancia de El País ha sido absoluta, cerrada. Se ha valido de todo, de las ambiciones de la señora Díaz, la vanidad mandarinesca de Felipe González y las astucias de Rubalcaba, que lleva una temporada casi tan presente en los medios como los de Podemos pero también contra Sánchez. Palinuro venía comentándolo hace días, en un post titulado Previsiones felices y otro, Como Dios manda. Había que destruir a Sánchez al precio que fuera. ¿Razón? Por fin ya no duelen prendas y se hace público y patente: Cataluña. Con un objetivo grabado a fuego: de independencia, nada. El mensaje puede estar llegando de las habituales altísimas esferas de la Monarquía y la cuartelería, o tal cosa asegura el Diario 16, que el PSOE ha entregado el gobierno al PP por presiones de la Casa Real y círculos políticos y militares.

Parte del borrón fueron los juicios de Sánchez sobre los diversos compañeros de su partido que se le han enfrentado y se la han jugado: Díaz, González, Rubalcaba, Madina, Hernando. Asuntos de interés humano y cuestiones personales internas que afectan poco a la cuestión general. Esta es la cuenta nueva del título. Sánchez ha anunciado su intención de presentar su candidatura a la SG en primarias con un programa de reconstrucción del PSOE. Cada cual en su estilo. Díaz habla de la necesidad de coser el partido; Sánchez levanta la bandera de una causa. Por eso anuncia que cogerá su coche y se recorrerá España al tiempo que ha abierto una web de enganche que, según mis noticias, ha estado tumbada unas horas con uno de esos ataques de denegación de servicio. Vaya el flamante candidato tomando nota. Eso sin contar con que sus adversarios le criticarán la web por revestir un carácter plebiscitario.

En realidad, la candidatura de Sánchez debe descansar sobre una clara exposición de sus intenciones como SG y como candidato a la presidencia del gobierno. No habiendo funcionado el juego de la ambigüedad del primer intento de investidura, la nueva propuesta habrá de diferenciarse de la anterior y, a cambio, es de esperar, contar con una actitud menos rígida de Podemos y los indepes catalanes. Flexibilidad a cambio de comprensión.

Sánchez ha lamentado no haber entendido en un primer momento el significado de Podemos. Igualmente ha cambiado su concepción nacional española, reconociendo España como nación de naciones. Es un cambio apreciable que hay que sostener y no rechazar sin más con maximalismos poco oportunos. Ya se sabe que la opción por un gobierno de izquierda con Podemos es una necesidad táctica. Para Podemos también. Esta mentalidad tan poco española debe abrirse paso: carece de sentido pedir a un aliado una coincidencia programática absoluta porque, si se diera, ¿para qué iban a aliarse? Uno no se alía con uno mismo.

Lo de Nación de naciones también necesita un repaso. Magnífico que Sánchez haya dejado de lado el nacionalismo español único con el que comenzó su mandato al grito de ¡más España! a poca distancia realmente del ¡Santiago y cierra España! Está muy bien, desde luego, pero es insuficiente. La expresión nación de naciones es grata, antigua, suena bien, pero solo será posible bajo el consentimiento de las naciones que la componen y como este está por ver, la definición más acertada de España será la de un Estado plurinacional. Hay diferencias apreciables entre ambos conceptos y conviene que Sánchez se familiarice con ellas. Esa confusa previsión de resolver el asunto votando pero sobre una propuesta concreta de reforma de la Constitución se puede entender de muchas maneras. Pero no se debe rechazar sin más porque, sin ella ni ninguna otra fórmula viable, estaremos peor.

La candidatura de Sánchez quiere aparecer amparada en el apoyo de la militancia. Por eso precisa dejar bien claro su programa que consiste en buscar una salida a la crisis del sistema por la izquierda y con propuestas innovadoras. Justo lo que más temen los oscuros poderes de los despachos y los medios a su servicio.

La tertulia de Gràcia del pasado 14 de octubre



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Hubo problemas de sonido con el streaming y hasta hoy no ha estado disponible el vídeo que comparto. Recuérdese: es de hace 15 días y, a la velocidad que van la cosas, podrían ser 15 meses.



diumenge, 30 d’octubre del 2016

Las horcas caudinas del PSOE

Los samnios de Mariano Rajoy obligaron ayer a las legiones a pasar por las horcas caudinas haciéndolo presidente con una vergonzosa abstención. Solo quince romanos, creo, estuvieron a la altura de su condición ciudadana y votaron "no". Las legiones retornan humilladas y piden organizarse para el desquite. Piden un Cincinato que salve a la República. La ausencia por dimisión de Pedro Sánchez hace presagiar que se reserve la noble función de aquel patricio. Aunque da la impresión, por el discurso que hoy explicitará, es de esperar, en Salvados, más parece inclinarse por uno de los dos hermanos Graco. Se perfila aquí un discurso regenerador y quién sabe si refundador del PSOE.

La Gestora, la Ejecutiva o quien tome las decisiones, deberá convocar ese congreso extraordinario aunque, desde luego, arrastrará los pies cuanto pueda. Pero no tiene otro remedio que hacerlo. Y con el Congreso vendrán unas primarias o habrá una nueva trifulca. Según se dice en los mentideros, Felipe González, gran muñidor de esta operación Boabdil, pide a Javier Fernández que se las arregle con la revuelta del PSOE y deje a Susana Díaz en la penumbra para que no la pongan como una Ecce Mulier en las primarias.

En estas primarias, la opción Pedro Sánchez tiene las de ganar por el apoyo que están demostrándole las bases, pues son ellas las que han provocado el congreso extraordinario. Ciertamente podrán presentarse otras opciones. La de Díaz se da casi por descontada y se rumorea alguna otra candidatura. En todo caso, los candidatos tendrán que explicar su programa, no solo como SG sino como presidente del gobierno. El programa de Sánchez debe ser flexible y no cerrarse de antemano a ninguna posibilidad en tanto no se conozcan los resultados electorales. Esto quiere decir que caben varias posibilidades y su concreción dependerá de la fuerza parlamentaria que tenga. En el entendimiento de que, de no poder gobernar en solitario, las alianzas se buscarán preferentemente en la izquierda, incluidos los independentistas catalanes. Alguien dirá que no preferente sino necesariamente. Eso dependerá de la correlación real de fuerzas.

La jornada de ayer fue de horcas caudinas, de verdadera humillación colectiva del PSOE, sus militantes, sus votantes y hasta el árbitro. Lo cantaban los rostros de los abstenidos, todos más propios de un tanatorio; incluso peor, porque en los tanatorios se cuentan chistes. Aquí solo se lanzaron algunas balbucientes excusas del tipo de "nos abstenemos, pero ahora empieza el combate de verdad; ni un respiro les vamos a dar" a correr por las redes para provocar la irrisión más generalizada del ciberespacio. 

Las sesiones prometen ser animadas a causa de la rivalidad entre PSOE y UP por hegemonizar la oposición. Nada está escrito. Sobre todo si sale Sánchez elegido SG en las primarias. A lo mejor la rivalidad se convierte en unidad de acción que resultaría mucho más eficaz. En cualquier caso, el PSOE tiene que sacarse la espina envenenada de la abstención. Si no lo hace, perderá el escaso electorado que le quede  por haber regalado el gobierno al partido más corrupto de la democracia. 

Lo que pudo ser

La Facultad de Educación de la UNED (c/ Juan del Rosal, 14, Madrid 28040) tiene en su segunda planta una exposición sobre la historia del Centro de Zona, Andrés Manjón. Este centro se había fundado en 1933 como parte de la primera tanda de escuelas de las más de 25.000 que la II República planeó construir en su política educativa. Cuando estalló la guerra civil se habían levantado, creo, unas 16.000. Claramente la República hacía suyo el apotegma de Joaquín Costa: despensa, escuela y siete llaves al sepulcro del Cid

Esta escuela en concreto se llamó en su comienzo "Francisco Giner de los Ríos" en honor del jurista, filósofo y pedagogo que llevó el ideal krausista heredado de sus maestros a las más interesantes prácticas. Fue fundador de la Institución Libre de Enseñanza e impulsor de otras iniciativas como la Junta para la Ampliación de Estudios, de la que salieron realizaciones tan importantes como la Residencia de Estudiantes, entre otras. Residencia por la que pasaron Lorca, Buñuel, Dalí, etc. Dentro del espíritu krausista que ya había empezado a llamarse institucionista hubo logros no menos importantes, como las Misiones Pedagógicas, posteriores a la muerte de Giner. También como herencia de ese espíritu, el colegio de que aquí se habla, sito en la calle de Francos Rodríguez.

Es verdad que la exposición es muy modesta pues apenas consta de un par de vitrinas con no más de seis o diez objetos de la época y dos o tres muebles también de entonces. Lo más curioso, un mueble destartalado que debió de servir como cajista o clasificador de tipos de imprenta, oficio que allí se enseñaría. Algunos plumieres, cuadernos, libros, mapas, escasas fotografías y poco más. Lo que, al parecer, se pudo rescatar en los desvanes. La razón de esa parquedad es que, al estallar la guerra, el colegio Gíner de los Ríos quedó en primerísima línea de fuego en la batalla de la ciudad universitaria, que duró toda la contienda. Además de los destrozos de la artillería, los que hicieron las distintas milicias que en ella se acuartelaron y que, según dice su antigua directora, María Sánchez Arbós, en un diario, usaban los muebles y los libros para encender fuegos. 

No obstante, la escasez de material la compensa sobradamente la parte documental de la exposición, un relato pormenorizado de la historia del colegio con abundante ilustración gráfica y todo muy interesante pues la exposición la ha organizado el Departamento de Historia de la Educación que tiene un conocimiento exhaustivo y riguroso de la cuestión. Y lo expone de modo muy grato, así que los profanos aprendemos mucho. ¡Ah y con gran exactitud en el orden semántico! Llaman a las cosas por su nombre y se niegan a hablar de tropas "nacionales" con más que sobrados motivos.

Por supuesto, la escuela original, mixta, aunque con separación de pabellones, incorporaba los principios más avanzados de la pedagogía de la época. El intríngulis de la exposición es el relato del cambio de la escuela al acabar la guerra. Todo el claustro depurado. La directora y algunos otros profesores incluso encarcelados y luego expedientados e inhabilitados para el ejercicio de su profesión, castigo que solo se les levantó muchos años después. La escuela pasó a llamarse Andrés Manjón, que es el nombre con el que recibió los edificios la UNED cuando tras cerrar el colegio, el Ayuntamiento se los cedió. Por lo menos no lo llamaron Ramiro Ledesma Ramos o algo así, porque podían hacerlo. Eligieron también un pedagogo y un innovador, como los krausistas, pero del otro lado del espejo de las dos Españas: un cura (jurista y filósofo también) fundador de las escuelas del Ave María (movimiento que se extendió por todo el mundo) , donde se instruía a los niños en el espíritu del dogma católico y las demás concepciones de la Iglesia. Donde la escuela mixta Giner de los Ríos educaba en una moral cívica, laica, crítica y en contacto con la naturaleza; la escuela unisex masculina Andrés Manjón los educaba en la fe de Cristo, la obediencia y la sumisión con métodos librescos. Lo dicho, las dos Españas. Cada una tratando de educar a las sucesivas generaciones en sus creencias y doctrinas. La primera es ingenua; la segunda, malvada. Y así seguimos.

Fue la UNED la que movió el retorno del nombre original, Giner de los Ríos. Pero como los tiempos de la transición son de consenso y flexibilidad, han conservado el de Andrés Manjón para la biblioteca. Los fascistas quitaron sin más un nombre y pusieron el suyo. Los de la Restauración han reequilibrado ambos nombres. Pero la historia del lugar, escrita y descrita queda. Y con una clara moral. Su enseñanza consiste en permitirnos especular cómo hubiera sido España si aquel intento pedagógico de la República no hubiera sido ahogado en sangre.

dissabte, 29 d’octubre del 2016

La incompetencia solo tiene una salida

A la espera de las novedades que pueda aportar la anunciada comparecencia de Pedro Sánchez antes de la votación de investidura, la situación parlamentaria y política en general es realmente lastimosa. Apenas empieza a entreverse la auténtica dimensión catastrófica de la abstención decidida por el CF tras el golpe de mano de los dimisionarios el 1º de octubre. Porque no es solamente que con ella se haya desgarrado el PSOE para facilitar el gobierno a un partido y una persona que no lo merecen, sino que ese desgarro del PSOE puede quizá desembocar en una ruptura del partido y, en todo caso, en su incapacitación para el gobierno del Estado durante más de cuatro años. Y si el PSOE, el único partido de la izquierda con experiencia de gobierno, se hunde, esté quedará casi como monopolio de la derecha para vaya usted a saber cuán largo.

Llama la atención lo callados que están los bonzos y los barones desde el comienzo de la crisis. Mudos como tumbas. González no ha abierto la boca, a pesar de su garrulería en los tiempos anteriores. Rubalcaba se limita a inspirar editoriales en contra de su partido en el País, el sector monaguillos también está silente. Todos ellos, que son personas inteligentes y bien informadas, no tertulianos de tres al cuarto, saben que han montado un quilombo, que han empujado al PSOE hasta el abismo y que su supervivencia está en juego. Es inverosímil que gente tan avezada y bien informada no imaginara que en los tiempos del 15M y de Podemos, una maniobra autoritaria, un golpe de mano como el que han dado sus secuaces los barones, podría acabar en una rebelión democrática de las bases que exigen un congreso extraordinario. Y un retorno de Sánchez a la secretaría general, esto es, al poder.

Que no lo imaginaran los secuaces, la señora Díaz, el señor Fernández, el señor Madina, etc, no tiene mucho de extraño pues da la impresión de que su capacidad para entender la realidad es limitada. Y su incapacidad para prever consecuencias, amplísima. Basta con ver el desastre que han organizado en el PSOE, sus órganos, el grupo parlamentario en menos de un mes. Si se estableciera un premio a la incompetencia, estos gestores de la crisis del PSOE se lo llevaría en todas sus modalidad: incapacidad a la hora de dialogar, razonar, justificar, transigir. Le ha regalado la investidura a Rajoy con la oposición de la militancia de su partido y el apoyo del electorado del PP, al que la gestora respeta inexplicabemente por encima del de su propio partido.

Misión cumplida: la gestora ha impuesto la abstención a costa de cargarse el PSOE. Tan majestuosa incompetencia debiera tener alguna compensación. Lo más lógico es que estos dimisionarios del golpe volvieran a dimitir. Si ya lo hicieron una vez con motivos torcidos, háganlo ahora con motivos rectos. Presenten todos sus dimisiones, Díaz, Fernández, Blanco, Negro o Azul y retírense a algún apartado paraje a hacer penitencia y a ver si las potencias celestiales los iluminan.

Entre tanto, lo mejor que puede pasarle al país es que el PSOE revoque su decisión anterior y vuelva a la política del NO es NO.

Los fieras son solitarios

Excelente idea de la Fundación Mapfre de Madrid la de una exposición de los pintores fauves a los que no suele prestarse atención como movimiento en su conjunto. Algunos de sus representantes son muy conocidos, pero por derecho propio, no como miembros del grupo o tendencia: Matisse en primer lugar, Braque, Van Dongen, Vlaminck, Rouault o Derain. Los demás tienen mucho menor renombre, pero su calidad media es muy alta. En todo caso, una ocasión única para ver la efímera unidad de un movimiento y estilo que están muy disperas y sus cultivadores no son figuras de universal reconocimiento. Unas cien obras, procedentes de muy diversos y distantes museos así como de colecciones particulares, nos ilustran sobre similitudes e influencias recíprocas entre pintores que raramente se exhiben juntos y que, sin embargo, formaron una especie de comunidad, una hermandad en la que compartían experiencias, recursos, puntos de vista y hasta modelos. Cosa que se aprecia cuando se contemplan sus obras conjuntamente. Por ejemplo, la exposición reúne una veintena de retratos de unos fauves a otros y de autorretratos que permiten entender muchas de sus características viéndolos juntos.

La denominación les fauves les viene de una crítica ferozmente negativa que se les hizo en el famoso Salón  de otoño de 1905. Las obras allí expuestas, verdaderos estallidos de color, sin ningún respeto por nada más, fuera dibujo, perspectiva o equilibrio, provocaron indignación y escándalo y uno de los críticos los acusó de ser fauves, fieras, queriendo insultarlos. Tal fue el nombre que ellos mismos adoptaron. El movimiento se consagró, pues dando la vuelta a una determinación negativa: fieras parecían ser y ellos convirtieron en estilo esa fiereza. Ils étaient fiers d'être fauves.

Pero el momento, último decenio del XIX y primero del XX, era muy difícil por la proliferación de vanguardias. El inmpresionismo estaba ya dando paso al postimpresionismo y el simbolismo también desaparecía, si bien el gran maestro de algunos de los fauves fue, precisamente, Gustave Moreau, quizá el representante más acabado del simbolismo, incluso ya sublimado. Desde luego es quien más influyó en Matisse que posteriormente sería líder espiritual del estilo. Otras muy variadas influencias que en esta exposición quedan patentes, gracias a un buen comisariado, fueron fuerzas que lo orientaron luego en sentidos muy dispares: Van Gogh, Gauguin, el puntillismo de Seurat y, desde luego, Cézanne (algunos de los cuadros expuestos parecen pintados por él) aparecen más o menos obviamente en gran parte de la producción del grupo. Este se mantiene a duras penas en el agitado ambiente de las vanguardias y acaba cediendo a varias de las más significativas en torno a la primera guerra mundial, el postimpresionismo, el cubismo o el expresionismo. Braque se va con Picasso, Vlaminck y Kees van Dongen, cada uno en su estilo, hacia un expresionismo combativo.

Por eso, para conservar su existencia como movimiento, los fauves se constituyeron en hermandad, casi en comuna. Viajaban juntos, iban de vacaciones de a dos o de a tres, trabajaban en grupo, a veces con el mismo modelo. Pero la época no ayudaba a la consolidacióin del grupo, cohesionado menos por solidaridad orgánica que mecánica, como diría Durkheim. Añádase a ello que esta vieja costumbre de constituir hermandades o asociaciones de artistas, especialmente pintores, es una especie de tradicionalismo, casi atavismo, del arte pictórica, probablemente del tiempo de los gremios y corporaciones medievales para la protección de ciertas actividadees artísticas. Cuando el mercado se desarrolló y evolucionó, estas colectividades perdieron gran parte de su razón de ser sobre todo porque, además, la capacidad creadora del arte no procede de actividad colectiva alguna sino del genio del individuo. Aportar visiones nuevas, desconocidas, que cambian nuestra forma de ver las cosas es un atributo del espíritu individual. Y este exige seguir su camino, librándos, incluso de la influencia de sus maestros.

Yendo a los artistas expuestos, Matisse es el más venerable y venerado del grupo, pero su obra es tan vasta que representarla aquí aunque fuera a título de muestra, sería temerario. Del resto reconozco especial debilidad por Vlamick y Rouault, dos extremos opuestos, pues lo que en Vlaminck es casi una tempestad de colores, en Rouault se reduce a unos cuantos sombríos. Pero los dos tienen mucha fuerza. Los abigarrados colores de Vlaminck le hace rayar con cierta cursilería pastel estilo Dufy. Y Kees Van Dongen tiene algo de los dos.

Los paisajes, las escenas urbanas, los desnudos, loa retratos se manifiestan siempre a base de colores amontonados, muchas veces puros. La desestructuración de las formas facilitaría luego el tránsito al expresionismo y el abstracto, como por otro lado, lo haría al cubismo. La multiplicidad de influencias en el origen y la diversidad de manifestaciones posteriores harían que el fauvisme subsistiera durante un par de años y se disgregara después como si nunca hubiera existido. Por eso hablaba al principio de estilo efímero y por eso es muy de agradecer esta exposición que nos permite explicarnos su carácter efímero. Cegados por la fuerza del color, del aire libre, la luz del midi francés,los fauves se olvidaron de los contenidos. Pero son los contenidos los que vinculan un estilo artístico con una realidad social y los hacen perdurables. Los mejores fauves acabaron siendo fieras solitarias, como el lobo solitario de Hesse.