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dilluns, 4 de juliol del 2016

El comunismo de Podemos y sus difamaciones

En este vídeo de La Tuerka, Jorge Verstrynge, "explicando" las causas del fracaso de Podemos, argumenta que una de ellas es la acusación que se les hacía de ser comunistas. Como prueba, aduce que Ramón Cotarelo -o sea, yo- llevaba meses dándole la turrada con la manía anticomunista. Sí, efectivamente, cada vez soy más anticomunista viendo cómo las gastan estos difamadores. En este caso concreto, sin embargo, hay que hacer una precisión: ni meses, ni días, ni horas. Yo no he llamado ni hablado a Verstrynge para nada. Al contrario, a raíz de las elecciones del 20 de diciembre fue él quien estuvo bombardeándome con whatsapps y llamadas para que le dijera qué había que hacer en las votaciones de investidura y ofreciéndose a intermediar entre Iglesias y yo, cosa a la que me negué.

El vídeo de marras con esas trolas está aquí:




Un ejemplo más de las tácticas de propagar mentiras e infundios sobre los demás sin permitirles responder. El comunismo es eso: mentir, manipular, censurar y difamar.

Y ahora dicen que ellos son la socialdemocracia. Mucha risa.

diumenge, 3 de juliol del 2016

¿De quién es el PSOE?

Una de las monsergas más injustas con el PSOE dice que es lo mismo que el PP. Tiene muchas variantes pero, en lo esencial, procede siempre del campo de la izquierda comunista o cercana a él, y su finalidad generalmente es la misma: desplazar al PSOE hacia la derecha en la percepción de los votantes a los efectos de ocupar su lugar. Pretende así ganarse el favor de un electorado mayoritario tanto en España como en Europa que combina un igualitarismo reformista anclado en una justicia social redistributiva con un espíritu respetuoso con la libertad basada en las garantías del Estado de derecho. Es la codiciada fórmula del socialismo democrático, la socialdemocracia.

Tal fue el empeño del comunismo europeo en los años 70 del siglo pasado al que se incorporaron los partidos comunistas de España, Francia e Italia y recibió el nombre de Eurocomunismo. Ocupar el sitio de la socialdemocracia, empujando a esta a la derecha para ganarse a sus votantes. La verdad, sin embargo, es que esta táctica que podría llamarse "del cangrejo ermitaño" no ha funcionado nunca en ningún país europeo. El socialismo democrático, la socialdemocracia, ha sido siempre hegemónica en la izquierda en todos los países europeos, salva la excepción de Italia antes de la crisis de la I República y, quizá, en Grecia actualmente. 

Al fracasar en esta táctica de ocupación, la izquierda comunista española recurrió en los años 90 a la de la llamada "pinza", una unidad de acción con la derecha para sacar al PSOE de las instituciones. Este segundo recurso sirvió para privar del gobierno a los socialistas (poniendo a la derecha en su lugar) pero no para asegurarse la preferencia del electorado. El PSOE siguió siendo hegemónico y no había sorpasso.

Ahora bien, la irrupción de la crisis financiera en 2008, que resultó intratable con el viejo recetario keynesiano, sembró el desconcierto en el PSOE que, falto de argumentos contra el neoliberalismo, cedió en sus principios y se acomodó a aquel. La secretaría general de Rubalcaba  consolidó un proceso de deriva neoliberal en lo económico y conservador en lo político. Tanto este como su sucesor, Sánchez, convirtieron el viejo partido de Pablo Iglesias en uno dinástico, centralista y complaciente con los privilegios de la Iglesia católica. 

La conjunción de la devastadora crisis económica con la incompetencia de los líderes socialistas a la hora de articular un programa socialdemócrata de recuperación, convirtió en realidad palpable lo que hasta entonces solo había sido un deseo, un wishful thinking de los comunistas. Abrió a estos una "ventana de oportunidad". Los hechos eran irrefutables y del dominio común: la socialdemocracia española en el gobierno había hecho suyo el programa neoliberal, había abandonado la posición de la izquierda, se había rendido a la derecha. ¿No fue Carme Chacón quien abrió el camino a la avalancha de desahucios? ¿No fue la reforma laboral del PSOE la que inició el desmantelamiento de la protección jurídica del trabajo? ¿No fue Zapatero quien redujo los salarios de los funcionarios y congeló las pensiones? ¿No fue él quien, mano a mano con Rajoy, modificó el artículo 135 de la Constitución?

Por fin se probaba que el PSOE era igual al PP. Esa era la verdadera pinza y no la de Anguita con Aznar. 

La sumisión del PSOE a un PP avasallador y revanchista desde 2011 desnaturalizó el sistema parlamentario que funciona siempre como un equilibrio entre el gobierno y la oposición. El PSOE no osó presentar una moción de censura durante toda la X legislatura (2011-2015), aunque amagó con ella en una ocasión. En realidad no fue sombra, ni amago de oposición y no lo fue en el Parlamento ni en los demás niveles de gobierno. La derecha neofranquista campó por sus (escasos) respetos. Ello provocó dos consecuencias: a) generalizó la corrupción en las instituciones, faltas de control político y jurídico, convirtiendo España en un patio de Monipodio; b) hizo que la oposición se articulara al margen del Parlamento, que fuera una oposición extraparlamentaria. Esta oposición tomó dos formas muy distintas: de un lado se consolidó en el movimiento soberanista catalán y, de otro, se echó a las calles y plazas de las ciudades como rebelión de los indignados. Si los partidos institucionales, especialmente el PSOE, no hacían frente al gobierno autoritario y corrupto de la derecha, se lo harían el independentismo catalán y el movimiento espontáneo del "no nos representan".

La oposición había abandonado la Carrera de San Jerónimo y se había instalado en Cataluña y los indignados. A ello debe añadirse que, en el curso de su adaptación al neoliberalismo, el PSOE se había burocratizado y patrimonializado entre "familias" generalmente territoriales y se habia ido alejando no de la sociedad, pero sí de sus sectores juveniles. Además de burocratizarse, el PSOE se había esclerotizado.

Y aquí es donde surge la "ventana de oportunidad" por la que se cuela Podemos que quiere recoger el espíritu radical de la izquierda y el respeto a las libertades del Estado de derecho; que pretende por tanto una vez más, arrumbar al PSOE en el museo de la historia, en el pasado, y presentar en su lugar una forma nueva y convincente de socialismo democrático. De ahí la lluvia de primarias, horizontalidad, espontaneísmo, círculos y resto de parafernalia asamblearia. De ahí que si, de un lado, los portavoces de Podemos identifican al PSOE con el PP, Iglesias predique un nuevo evangelio verdaderamente socialdemócrata. 

La ocasión la pintan calva. Los trastornos de la crisis, la postración del PSOE, la desafección de la gente, la polarización política y la movilización ciudadana, la confrontación Estado/Cataluña, todo apuntaba a la oportunidad de revitalizar el viejo sueño comunista del sorpasso. Un pésimo resultado electoral en 2011 apuntaba a otro aun peor en las siguientes elecciones y abría la posibilidad de que la "nueva", la "verdadera", la "transformadora", la "auténtica" izquierda alcanzara una posición que llamaba de centralidad política.

Una sola precaución se imponía: ese nuevo intento de sorpasso no debía confundirse con los eternos perdedores del Partido Comunista y su hopalanda de IU. Había que marcar distancias. Las distancias se marcaron y, en las elecciones europeas de mayo de 2014 se dio la sorpresa de casi un sorpasso, pero no al PSOE sino a IU. Podemos entraba en combate con cinco eurodiputados. A partir de ahí, todos los medios difundieron la doctrina: una nueva izquierda se imponía y prometía dejar atrás a IU y el PSOE. El bipartidismo (curioso concepto que niega a IU la condición de tercer partido) estaba tocado de muerte. Los sondeos se volvieron locos y algunos pronosticaban un tercio de los votos para Podemos. La triste suerte del PSOE estaba escrita en el hundimiento del PASOK. Para ello era preciso que IU sucumbiera, cosa que esta hizo obedientemente para dejar via expedita al choque de gigantes, la pelea a dos en campo abierto en la que Podemos triunfaría sobre el PSOE  y honraría la memoria de Lenin, de José Díaz, de Pasionaria, Carrillo: reunificar el la izquierda bajo una sola bandera. Asaltar los cielos.

Las elecciones del 20 de diciembre de 2015, con un bisoño Sánchez al frente de un mortecino PSOE, carcomido por baronías de covachuelas, fueron un baño de dura realidad para Podemos que, con un ramaje de confluencias, quedó por detrás del partido del Pablo tipografo. Retirada a los cuarteles de invierno, crisis interna y cambio de táctica. Lo que sucedió en esos meses de diciembre a junio es de conocimiento universal. Ya no bastaba con destruir a IU. Era más práctico incorporarla y hacerse con ese millón de votos (pagando los millones de euros de deuda) para ir a nuevas elecciones. Dicho y hecho: Podemos devoró a IU como Zeus se tragó a Metis. Al cabo de un tiempo, con la ayuda de Hefaistos que le abrió gentilmente la cabeza, Zeus alumbró a Palas Atenea, igual que Podemos alumbró la nueva criatura Unidos Podemos, reina de todos los platós televisivos  alegremente ajena al hecho de que la confluencia con IU retrotraía a Podemos al ámbito comunista del que había querido separarse en un principio.

La noche del 26 de junio fue la de las ilusiones rotas. La noche engendra terrores, monstruos, fracasos. Entre conciliábulos, comités, declaraciones, debates y consultas colectivas, los dirigentes de Podemos no entienden qué ha pasado y no entienden por qué no lo entienden. Su soberbia sigue sin dejarles ver la realidad. Su fracaso no se debe a sus actos u omisiones, sino a los del adversario, el PSOE. Y no por su inexistente agresividad hacia Podemos sino porque se ha mantenido, se ha atrincherado, ha resistido. No es el PASOK y tampoco el PP, por cierto. No es hacia dentro de Podemos hacia donde deben mirar estos en busca de errores. Es hacia fuera. 

Pero hacia afuera sabiendo lo que se ve y se dice. No es el miedo "a lo nuevo" lo que ha restado votos a Podemos. Es algo distinto. Es la lealtad a la socialdemocracia de los votantes del PSOE. Estos han acudido a salvar a su partido con todos los elementos en contra: los medios, los sondeos, la espiral del silencio, la mediocridad de la dirección, las maniobras diversionistas, las zancadillas y las intervenciones no pedidas de la colección de floreros, jarras y bacenillas de otro tiempo. Y lo han conseguido. No hay sorpasso, camarada. 

Aquí enlazamos con la pregunta del post, ¿De quién es el PSOE? Habrá quien diga que de sus militantes y tendrá buena parte de razón. Suelen ser militantes de larga data, con experiencia, bregados en las agrupaciones, con sus vicios y virtudes, pero que viven su partido, aunque no aparezcan en Twitter. Pero esos militantes son una pequeña fracción de los votantes. Estos son millones. A ellos ha ido dirigido un venenoso discurso de Podemos de que los verdaderos socialistas, los socialistas de corazón, votarían círculos morados o los corazones de la abeja Maya. Y también un clima general des desprestigio: votar a los socialistas es votar a la derecha, las puertas giratorias, la corrupción, el neoliberalismo, los desahucios. Y los votantes han aguantado sosteniendo que nada de eso es cierto y que no hay posibilidad alguna de que el PSOE facilite un gobierno de la derecha de ninguna forma. Esto último está por ver pues el espíritu humano es inconstante.

Pero, de momento, son los votantes quienes han salvado el PSOE. Por lo tanto, el PSOE es de ellos. Puede discutirse si más o menos que de los militantes. Pero, desde luego de la dirección y de los barones no es; no es de las corrientes, grupos, familias y "sensibilidades" y mucho menos de las glorias del pasado. El PSOE tiene historia (es uno de sus activos), pero no pertenece a ella y, si lejano es el siglo XIX, también lo es el XX y, en ciertos aspectos, más. El PSOE es de los militantes y, sobre todo, de los votantes. Son estos los únicos que pueden resolver el evidente problema de envejecimiento del PSOE, llevando el voto a las franjas más jóvenes.

Eso quiere decir que la necesaria refundación de la socialdemocracia deberá abordarse en el congreso previsto para septiembre u octubre. La reunión no debe servir solamente para elegir un secretario general, para buscar un "nuevo liderazgo", lo que es una simpleza, sino para replantear la doctrina socialdemócrata de hoy: neokeynesianismo basado en la renovación del modelo productivo en los campos en que es competitivo, inversión pública en investigación y desarrollo, economía social del mercado, sector público sostenible orientado a la cohesión social y la solidaridad,  republicanismo, separación de la Iglesia y el Estado, carácter plurinacional del Estado con respeto al derecho de autodeterminación de las naciones que lo integran, sociedad avanzada con perspectiva de género, fomento del uso de recursos alternativos (materiales, energéticos y de relaciones humanas) y conciencia ecológica.

Debe encontrarse la forma de que en los preparativos de ese congreso y en sus deliberaciones y conclusiones intervengan los votantes, los que han votado por el socialismo democrático. En la sociedad de la información y la comunicación, los partidos deben adaptarse y cambiar sus procedimientos. Si Islandia ha podido hacer una Constitución mediante debate abierto en la red y la República Catalana está prefigurandose en un proyecto de Constitución con una amplia participación de la red, bien puede el PSOE abrir a consulta ciudadana su proyecto de reforma de la Constitución.

dissabte, 2 de juliol del 2016

Hacia las terceras elecciones

A medida que pasan los días está más claro que el resultado de las elecciones del 26J es tan endemoniado como el de las del 20 de diciembre, si no más. Ningún partido alcanza la mayoría absoluta, y solo lo logra la combinación del PP y el PSOE, la Grosse Koalition de la que ningún socialista quiere oír hablar. Todas las demás posibles coaliciones necesitan un tercer partido o, cuando menos, su abstención. Peculiaridades del multipartidismo frente al paralizante y corrupto bipartidismo que todo dios quería quitarse de encima y ahora todos añoran porque empiezan a ver con espanto que la opción terceras elecciones no es tan descabellada. Nadie dice quererlas y todos aseguran estar dispuestos a dejarse la piel para que no se repitan. Nuestros políticos son como algunos reptiles: cambian de piel de cuando en cuando y no solo de camisa o chaqueta.

Eso es lo que dicen, pero no lo que piensan. Las elecciones son como los juegos de cartas para los ludópatas. Todo jugador empedernido que ha perdido una mano quiere que se reparta juego de nuevo porque la adicción lo impulsa a creer que esta vez sí ganará la votación, la apuesta, el monte, lo que sea y, de esta forma, acaba saliendo del casino en una barrica de amontillado. 

No obstante, dos factores les retienen a la hora de hacer públicos sus anhelos: a) el temor a que la opinión pública, cabreada con la reiteración, reaccione con virulencia y, relacionado con el anterior, b) que se exija cambiar los líderes dos veces fracasados por otros. Es decir, en el fondo quieren elecciones pero no quieren aparecer como los causantes y pretenden seguir presentando sus candidaturas por inverosímil que parezca.

Nos esperan pues dos meses con el habitual baile antes de la convocatoria en los que las distintas opciones irán fracasando. La primera de todas, la del PP que, no pudiendo convencer al PSOE de que se suicide en el sidecar de su moto, agumenta la peregrina teoría de que debe gobernar el partido más votado, o sea el suyo, por no otra razón que porque es el suyo ya que ni el sentido común ni la Constitución auspician en modo alguno semejante derecho en un regimen parlamentario. Finalmente quizá intente un gobierno en minoría si consigue convencer al joven flecha Rivera de que sume fuerzas con él. Esto le da 169 diputados pero, como el PNV afirma no sumarse, sus posibilidades de superar alguna votación que no sea la del reparto de prebendas en un parlamento muy hostil son nulas. En consecuencia, terceras elecciones.

Terceras elecciones quieren en realidad el PSOE y UP pero, lo dicho, no se atreven a pedirlas, de forma que harán lo posible para hacerlas inevitables a la chita callando, ya que les va en ello el prurito de la hegemonía en la izquierda. La alternativa que Palinuro ha visto siempre con mayor simpatía, esto es, PSOE+UP+ERC+CDC (ahora con PNV), que da 178 escaños, no es viable a causa del referéndum catalán que el PSOE considera tan inaceptable como un retrato de Pablo Iglesias Posse soplando un matasuegras. La suma PSOE+Podemos+C's, que daría una cómoda mayoría de 188 diputados y presentaría la indudable ventaja de limpiar los establos de La Moncloa de una barrida, aunque dejaría pendiente el referéndum catalán, tampoco es posible porque la combinación de Podemos con C's es tan exotérmica como la del potasio con el agua. Queda la idea de un acuerdo del PP con el independentismo catalán. Si este aplica un criterio pragmatico y don Pelayo concede el referéndum catalán, sería factible. Solo que antes quizá fuera necesario convencer a Rivera de que se hiciera el hara-kiri y no consta entre sus costumbres.

De este modo solo un milagro nos salvará de las terceras elecciones. Y ¿por qué son el PSOE y Podemos los más interesados en ellas? Porque un "a la tercera va la vencida" es el único modo de que una legislatura calentando la silla de la oposición no acabe con los dos tambaleantes liderazgos de Sánchez e Iglesias, cada uno por un motivo distinto. 

Cuatro años más de gobierno del PP en minoría con apoyos asimétricos permitiría a Susana Díaz articular una base de operaciones suficiente para desbancar de la secretaría general a un Sánchez a quien ya ha prohibido que entre en una gran coalición con el PP que pudiera fortalecerlo. 

En el caso de Podemos, la campaña de ejercicios espirituales en que se ha embarcado para oscurecer científicamente las razones de su derrota, deja bien claro que no tienen la menor intención de entender la realidad ni de asumir responsabilidades por una línea política tan incompetente como arrogante e insensata. El segundo escrito que Echenique ha remitido a las bases con ánimo indagatorio, aun más inenarrable que el primero (el de"cañones y mantequilla") no permite abrigar dudas acerca del absurdo de un planteamiento que parece sacado de una encuesta de un mundo feliz a fin de armar un argumentario de urgencia para epsilones, de forma que sus portavoces en los medios (sic) tengan algo que decir y sea siempre lo mismo. Afirma este buen hombre con no excesiva originalidad que el resultado de las elecciones del 26J "ha sorprendido a propios y extraños". Será a sus propios y sus extraños porque otros lo veníamos anunciando desde tiempo atrás. Igualmente afirma que en Podemos tienen una "inteligencia colectiva" como si los militantes de los círculos fueran corales de un arrecife o industriosas abejas de una colmena y no seres humanos plenos en los que la inteligencia es (y solo puede ser) un atributo individual. Termina este escrito casi dadaísta con una enumeración de 12 factores que a su juicio puedan haber sido causa de la derrota de sus muy justas aspiraciones a asaltar los cielos y, de paso, gobernar este país. Su lectura deja claro a cualquiera con algo de sentido crítico que falta el decisivo, el décimotercero: dirigentes capaces de redactar estas bobadas.

dimarts, 28 de juny del 2016

Lecciones de un fracaso

Cuando los niños juegan a algo y pierden es frecuente que, en lugar de aceptar su derrota, analizar sus causas y tratar de corregirlas, echen la culpa a la perversidad del adversario y cuestionen las reglas del juego. Si ganan, no; pero, si pierden, la culpa la tiene otro, generalmente las reglas del propio juego. Eso es lo que está pasando con Podemos: al no digerir sus infantiles líderes que la gente no los vota porque no los quiere, cuestionan la honradez del escrutinio. Por mi parte no creo que haya habido pucherazo y pienso que los de Podemos no son capaces de afrontar críticamente la ineptitud de su acción colectiva. Pero hay dos razones que me han llevado a firmar una petición de Avaaz que denuncia pucherazo en las elecciones: a) debe disiparse toda sombra de duda moral sobre el resultado de la votación; b) creo que estos sinvergüenzas del gobierno que han sumido el país en un desastre en todos los sentidos, son capaces de cualquier cosa, lo legal y lo ilegal. El mismo Palinuro apuntó a la posibilidad del pucherazo pepero hace unos días en un post titulado ¿Pucherazo en las elecciones?

Pero, al margen de este comportamiento infantil, producto de una rabieta de crío mal educado, conviene buscar respuestas a las preguntas que se plantean tras un batacazo de esta magnitud. Lo primero, desde luego, es reconocer que se trate de un batacazo y no de un triunfo. Porque ahí tienen ustedes a Teresa Rodríguez, portavoz de Podemos en Andalucía, para quien de fracaso aquí nada: hay 71 diputados del pueblo, de lo cual se dice orgullosa. Con semejante lumbrera no hay nada que explicar sino estar orgullosa de conseguir un tercer puesto cuando se aspiraba al primero o el segundo, ocupado por el odiado PSOE. 

Para los demás, no es tan sencillo sentirse orgullosos de semejante traspiés. Así pues, la Comisión Ejecutiva de Podemos, cuyo portavoz es ese otro ejemplar de insufrible logorrea, Pablo Echenique, se reunió el lunes por la mañana para ponderar las razones de una derrota tan grave y para mostrar su desconcierto absoluto. A  primera vista, no hay razones reales para que la ciudadanía les haya hecho tal corte de mangas. 

Antes de que, así como algunos culpan a las reglas del juego, otros cuestionen  la capacidad mental de los electores juzgando, sin duda, que la suya es muy superior, Palinuro apunta algunas vías de indagación para que los altos dirigentes de Podemos salgan de su "desconcierto" y, quizá, entiendan el resultado de sus actos. 

En primer lugar, el uso de los medios audivisuales y las redes sociales, especialmente la televisión y Twitter. La tesis es que hay que contar con ellos, disponer de ellos, tenerlos a su servicio, moverse con ellos. Eso es verdad y Podemos lo hace de maravilla. Sus dirigentes están día y noche en la pantalla, con el motivo que sea y sus trolls controlan las redes sociales y se lanzan como nubes de pirañas sobre los discrepantes.

Pero con controlar la televisión y las redes sociales no basta. Es preciso tener un mensaje, un discurso, un contenido, algo que interese a la ciudadanía, aparte del careto y el porte. Sin mensaje, los medios de comunicación son un puro circo y los periodistas que se han puesto al servicio de Podemos, Ferreras, su señora, Évole, Wyoming, los payasos. Sin mensaje, de nuevo, las redes sociales no pasan de ser gallineros y los trolls de Podemos, gallinas cluecas.

Y no, no había ni hay mensaje alguno o discurso con alguna consistencia. La prueba es que no se expone una sola posición política o moral sino que se respaldan todas, sean o no contradictorias y tengan el efecto que tengan. Por eso, los de Podemos dicen ser socialdemócratas y comunistas, marxistas y libertarios, populistas y doctrinarios, nacionalistas e internacionalistas, patriotas y cosmopolitas, keynesianos y liberales, librepensadores y escolásticos, laicos y religiosos, republicanos y no republicanos, el todo y la nada. Sobre todo, la nada.  El caso es no perder votos.

Así que verlos aparecer a todas horas en la tele con sus empalagosos discursos de todas las facturas, acabó produciendo hastío y hasta hostilidad. Algo que los pelmazos de Podemos, incapaces de elaboración conceptual más allá de repetir un catón a la altura de Marta Harnecker, no consiguen entender.

Y eso en cuanto al contenido. Vamos ahora al talante, la filosofía práctica, esa arrogancia intelectual absolutamente injustificada porque no dicen más que sinsorgadas y vulgaridades. Vamos a la pedantería de expresiones como "núcleo irradiador", "construir pueblo", "referentes vacíos", o cursilerías relamidas como "asaltar los cielos", "la sonrisa de un país", etc. Vamos a la mezcla de prepotencia ("gobernaremos este país"), mala fe y peor uva ("el partido de la cal viva") , chulería ("Sánchez tendrá que elegir entre hacer presidente a Rajoy o a mí") y pura idiocia (el feminismo, el aborto, la república, la Iglesia no son cuestiones de importancia hoy en España) para completar el cuadro de un puñado de narcisistas privilegiados, sin contacto verdadero con la realidad y acostumbrados a que en las asambleas de la facultad les aplaudan las gracias. 

El proyecto originario del puñado de amigos supo ver la ventana de oportunidad para articular como partido político sus ambiciones personales al amparo de la crisis sistémica de 2008 en adelante. Fue audaz y rápido a la hora de ridiculizar la insuficiencia de los argumentos hasta entonces en vigor y, muy especialmente, supo aprovechar las carencias del sistema de partidos; en concreto, la profunda decadencia de un PSOE dirigido por los tres últimos secretarios generales, Zapatero, Rubalcaba y Sánchez, a cual más incompetente y entregado a la política reaccionaria de la dinastía borbónica. Pero, si ver las deficiencias de un sistema es fácil, ya no lo es proponer alternativas que le gente vote y, desde luego, no surgen solas del hecho de que los líderes sean bien parecidos, se peinen de una u otra forma o parezcan más despiertos. Hacen falta ideas, proyectos, planes que puedan estudiarse, aquilatarse, analizarse.

Este es el handicap esencial de Podemos: su absoluta vaciedad conceptual y doctrinal. No digo ya que no tengan una sola idea nueva pues todas las que adelantan son meros plagios. Digo que no tienen una sola idea propia, sea nueva o vieja. Y, como no la tienen, han ido a buscarla allí donde su querencia de mozos les decían que estaba: al viejo comunismo agazapado en IU. De eso modo, tiraron por la borda los réditos que pudieron haber obtenido acentuando la novedad de un discurso de izquierda original y se echaron en brazos de las viejas monsergas comunistas estilo Anguita. Todos veneran a este pomposo personaje como si fuera un gurú, aunque no se le conozca una sola idea digna de reseñar como no sea la jaculatoria "programa, programa, programa", de la que se olvidó en un abrir y cerrar de ojos cuando vio que podía confluir (otra cursilería) con Podemos.

Advertidos de que la resurrección de Anguita no garantizaría el éxito electoral, los de Podemos se abrazaron a las nuevas generaciones comunistas, estilo Garzón, cuya única virtud consiste en ser cincuenta años más joven que Anguita y medio siglo más viejo en cuanto a sus concepciones político-sociales. Al  final estas se han resumido en una campaña electoral en la que, para disimular el comunismo de base han sustituido la hoz y el martillo por un corazoncito con los colores de la abeja Maya. 

Por último, si los dirigentes de Podemos hubieran tenido no ya un ápice de modestia (que no saben qué sea) sino de pura racionalidad, habrían mostrado algún interés por conocer otros puntos de vista, contrastarlos con los suyos y, si acaso, refutarlos. Hubieran querido escuchar puntos de vista críticos y hasta discrepantes con los suyos. Pero eso es imposible. Tienen miedo a contrastar y debatir sus concepciones con los que sostienen otras. Piden, sí, debatir con adversarios de chicha y nabo a los que ya saben de antemano que van a refutar, pero censuran y ocultan las posiciones críticas de gente con más peso y mejores razones. Les tienen miedo. Solo quieren escuchar a sus palmeros.

Esto es lo que explica ese pintoresco titular de la ilustración: Garzón (y, con él, los estrategas de Podemos) está convencido de que "el camino de la confluencia es el correcto". Gracias a esa "corrección" han perdido más de un millón de votos y si, en democracia, la corrección o incorrección se mide en número de votos, la decisión de Podemos era un verdadero desatino. 

Pero es imposible hacer ver estos extremos a una generación que no ha hecho nada por mejorar el mundo en que vivimos salvo presentarlo como más deseable que el que ellos bosquejan sin oficio ni interés alguno.

dilluns, 27 de juny del 2016

El oso sigue vivo y el partido de la cal muerta

Hicieron todos los juegos malabares posibles y los imposibles; retorcieron el significado de los conceptos; cambiaron de ideología cuando fue necesario; se valieron de referentes ambiguos y resbaladizos; fueron aprovechados carentes de escrúpulos; utilizaron la demagogia; hicieron populismo; entregaron la comunicación a sedicentes expertos, más inútiles y cursis que los cuentos de Disney; colonizaron los medios de comunicación y pusieron a varios a su servicio; censuraron y acallaron a las personas críticas o simplemente independientes; dieron pábulo a los más inútiles pero obedientes.

Boicotearon desde el primer momento cualquier acuerdo de gobierno de progreso con el PSOE desde el 20 de diciembre, pretextando buscar un pacto por el qe jamás hicieron nada; insultaron y difamaron a los socialistas con la máxima virulencia; cuando les interesó volvieron a hablar de pactos, pero sin dejar de atacar al PSOE; trataron de dividir y sembrar cizaña en el PSOE enfrentando a unos militantes con otros.

Retornaron a IU porque, en el fondo, seguían y siguen siendo comunistas. La advertencia, que tantas veces ha hecho Palinuro, de que los comunistas jamás han ganado ni ganarán unas elecciones democráticas, se echó en saco roto porque era preferible volver a engañar con una doctrina acartonada, amojamada, dogmática y falsa como el comunismo, en lugar de afrontar la verdad y ser críticos. Se echaron en brazos de una huera nulidad como Anguita, consumido por su odio al PSOE, a quien Pablo Iglesias considera su "referente intelectual". Adoptaron la necia estrategia de este: plantear la batalla no contra la derecha, sino contra la izquierda; no contra el PP, sino contra el PSOE. Lo que querían era ganar las elecciones al PSOE desde la izquierda y si, para ello, es necesario que siga gobernando el PP, que lo haga. Es la famosa pinza entre comunistas y derechas que funcionó en los años 90 del siglo XX para desalojar a Felipe González y ahora se quiere que funcione para no permitir que la izquierda gane votos y pueda enfrentarse a la derecha.

Y ¿qué han conseguido? Ni hegemonía, ni sorpasso ni nada. Lo que siempre hacen los comunistas: han propiciado una abstención altísima por hartazgo y han abierto el camino a un gobierno de la derecha que el 20 de diciembre no era posible y hoy, sí. Cabe, incluso, preguntarse si una táctica tan estúpida no esta elaborada en los despachos de la derecha y puesta luego en circulación en los circuitos de la izquierda, sobre todo de los más bocazas, con más medios y periodistas comprados a su servicio. Tambien han conseguido un desgaste del PSOE, pero sin llegar a destruirlo, sin alcanzar el sorpasso. Ahora se dan cuenta de que el PSOE no es el PASOK, que tiene una historia, una trayectoria, una militancia que ellos no saben ni lo que es.

Otra vez estos aprendices de brujo han vendido la piel del oso antes de cazarlo y se han quedado sin el cántaro del cuento de la lechera. Su desconocimiento de la realidad en que viven, su pedantería, arrogancia y petulancia no les dejan tomar conocimiento de ella. Viven como en una burbuja, ensoberbecidos en su vanidad y en la que ningún consejo ni advertencia pueden entrar. Si le añadimos los insufribles slogans de la campaña electoral cursis sin remedio, se comprenderá hasta que grado de sadismo se puede llegar en la política.

Asimismo han hecho algo peor, esto es, han traído un gobierno de la derecha más mojigata, autocrática y cavernícola, un gobierno que, de haber hecho las cosas bien desde el principio, nos podríamos haber ahorrado. Esta convergencia objetiva de intereses entre la derecha y los comunistas, el PP y Podemos, funciona siempre. En el caso del PP, la pinza está muy justificada porque lo que quiere es gobernar, o sea, sacar tajada. En el de Podemos no está tan claro porque, aunque triunfe esta maniobra, él, Podemos, no tendrá acceso al gobierno. Porque en él, la cal ya está muerta.

Y todavía han hecho algo peor: en diciembre pasado no se quiso que hubiera un acuerdo entre las izquierdas pero el grupo parlamentario decisivo en el Congreso era el de Junts pel Sí, sin cuya aquiescencia por activa o pasiva, ningún gobierno de España era posible. Hoy, gracias a la ineptitud de Podemos este ya no es el caso. Lo diputados de JxSí ya no son relevantes porque ni con ellos podría la izquierda formar gobierno.

Podemos es lo peor que ha pasado a la izquierda española desde 1975.

Menos mal que Cataluña, en donde el independentismo sigue su camino, En Comú-Podem no ha hecho mella en la hegemonía de Junts pel Sí.

Desastre sin paliativos de la "verdadera" izquierda y Cataluña

Y no será porque no se les advirtiera, porque no se les argumentara que iban por el camino equivocado, porque no se les recomendara que parasen y tomaran perspectiva de lo que estaban haciendo. Está escrito: aquellos a quienes los dioses quieren perder primero los vuelven locos, y ciegos y sordos. Envueltos en la más injustificada arrogancia, en una petulancia sin límites, borrachos de halagos autopronunciados, enfermos de narcisismo y egotismo; rebosantes de oportunismo sin principios que los llevaba a instrumentalizarlo todo, personas, ideas en pro de su desmedido afán de poder; carentes de auténticas referencias morales; controlados y manipulados por el revanchismo comunista de un personaje como Anguita, que solo respira odio y anhelo de venganza; comidos por la cursilería y la hipocresía, se han dado una castaña mayúscula, de proporciones, estas sí, históricas.

Y no solo eso, han destrozado las esperanzas de buena fe de mucha gente.

Y no solo eso: han traído ellos solitos un gobierno de la derecha en el enésimo ejemplo de la pinza comunistas/derechas de toda la vida.

En fin, aquí mi articulo de hoy en elmon.cat.

Y aquí, la versión castellana: 

Rotundo fracaso de la izquierda
                                                                                         
Las izquierdas no se pusieron de acuerdo tras el 20 de diciembre y forzaron la repetición de elecciones cuando había varias fórmulas posibles de gobiernos de más o menos progreso (PSOE-Podemos-JxSí; PSOE-Podemos-Ciudadanos). El resultado de esa repetición es un fracaso mayor si cabe, prácticamente una catástrofe para la izquierda.

La derecha que no podía formar gobierno el 20 de diciembre, sale ahora reforzada y, con  el 98,5% del voto escrutado, se sitúa en 169 diputados (sumando PP y C’s) a siete de la mayoría absoluta, que, de obtener un diputado más, podría negociar con el PNV y Coalición Canaria.

C’s se ha desinflado, pero adquiere una relevancia insospechada como partido junior en una coalición de la derecha. Si el PP acepta la condición impuesta por Rivera de licenciar a Rajoy habría un gobierno de coalición de la derecha en minoría que solo necesitaría una geometría variable de abstenciones de los demás grupos, algo perfectamente practicable.

El PSOE y Sánchez en especial, han quedado por debajo del resultado del 20 de diciembre, que ya era el más bajo de su historia democrática. Para Sánchez, sin  duda, un  fracaso que pone en cuestión su liderazgo en el partido. No es probable que un nacionalista español tan  obcecado y rígido como este admita la posibilidad de que el jacobinismo socialista sea el responsable del desastre del PSC, que no levanta cabeza. Pero es un  hecho: Cataluña, el otro baluarte socialista en el Congreso junto a Andalucía, se ha convertido en un territorio residual. Y el PSc en un partido prácticamente simbólico en Cataluña, como el PP, cosa que debiera hacer reflexionar a sus líderes si fueran capaces de ellos.

Pero el batacazo mayúsculo se lo ha llevado Podemos que aburrió a la cabaña nacional con una campaña de diseño de una cursilería insoportable, hecha de colorines, sonrisas, ilusiones y pura demagogia populista, orientada al sorpasso que iba a garantizarle, por fin, la hegemonía de la izquierda. Y con la hegemonía, el regreso a las esencias patrias, la recuperación de la democracia y la dignidad, el progreso y la modernidad de formas e ideas. Todo pura balumba.

Ni sorpasso, ni hegemonía, ni nada. En resumidas cuentas, lo único que ha conseguido Podemos al provocar las elecciones repetidas ha sido traer una gobierno de la derecha más cavernícola que ha habido en el país desde la muerte de Franco. Es el resultado habitual de la pretensión comunista de derrotar a la socialdemocracia, en buenos o malos términos, con más o menos argucias teóricas. En el fondo, guste o no guste, es el resultado de la eterna pinza entre el comunismo y la derecha para impedir el gobierno del socialismo democrático.

Pero hay más y más grave. Con el resultado del 20 de diciembre era muy difícil pero posible formar un gobierno de izquierda, siempre que se propiciara el voto favorable o la abstención de los independentistas catalanes, que tenían la llave de la gobernabilidad de España. Ahora, con este desastre provocado por la arrogancia, la petulancia y la ignorancia de Podemos, no puede formarse gobierno de izquierda ni con el apoyo activo o pasivo de Junts pel Sí. La incompetencia de Podemos ha conseguido lo que parecía imposible: hacer irrelevante la minoría catalana en el Congreso y entregar el gobierno de España a la derecha. JxSí ya no tiene la llave de la gobernabilidad de España.

Pero se mantiene muy bien en la extrapolación del resultado electoral al interior de Cataluña. El independentismo sigue siendo dominante y sólido y, no habiendo sufrido mella alguna proveniente de la ambigüedad de Podemos, puede encarar la cuestión de confianza del próximo septiembre con tranquilidad y proseguir con la hoja de ruta.

La gran derrota de estas innecesarias elecciones del 26 de junio la ha sufrido Podemos que, como En Comú-Podem, no ha conseguido ganar al PSOE en España ni al independentismo en Cataluña.

dimarts, 21 de juny del 2016

Mi pálpito para el 26J

A cinco días de las elecciones prácticamente está todo dicho, a reserva, naturalmente, de que algún imprevisto todavía provoque más juego sucio, algún otro golpe bajo, más insultos, difamaciones y agresiones. Muy en especial, los dos protagonistas del enfrentamiento, el PSOE y Podemos, que llevan días enzarzados, destrozándose mutuamente, mientras deslizan embustes e hipocresías acerca de que su auténtico enemigo es el PP. Desde luego, a veces, reafirman su interés en vencerlo, pero como de pasada porque en seguida vuelven a sus ataques mutuos.

Es la vieja cantinela de la izquierda española. Viene de antiguo y, aunque todos maldicen este enfrentamiento, nadie hace nada por evitarlo o ponerle término. El odio que se profesan respectivamente es muy superior a la necesidad de acabar con un gobierno de la derecha antipopular, corrupto, franquista y clerical. Y así le va al país. Y, a todo esto, mientras la derecha mira la bronca encantada y haciendo risas, muy segura de que la izquierda española jamás llegará a una unidad de acción porque su antagonismo es incorregible, mortal.

Acabamos de pasar seis meses inenarrables de bronca, ataques, desplantes, agravios, infundios, etc., todo ello regado con encuestas y sondeos hechos sur la tête du client, según el medio en que se publicaban. Prácticamente todos vaticinan el "sorpasso" de Unidos Podemos al PSOE -el viejo sueño comunista-, dejan al PP en primera posición, elevan a los morados a la segunda y dejan al PSOE en tercer lugar. Es bastante posible, ¿por qué no? Y coincide con el aluvión de artículos, análisis, columnas, vídeos, películas y demás vehículos de propaganda del PP y de Podemos que, en esto, tienen un interés convergente: el más votado, el PP; después, Podemos y, de ese modo se espera que, asustado, el PSOE facilite un gobierno de la derecha si no acepta la generosa oferta del Sobresueldos de formar una gran coalición cuyo cometido principal es salvarlo de un futuro penal cada vez más claro.

Los de Podemos dan crédito a estos sondeos y los airean en las redes, literalmente infestadas de trolls, como si se los creyeran. Por supuesto, no hay sondeos ni encuestas que los contradigan porque, como se sabe, el PSOE no tiene una batería de medios de comunicación a su exclusivo servicio, como tienen el PP y Podemos. Así, su destino es el de ser atacado por todos, sin más posibilidades de defenderse de las que pueda tener el bueno de Sánchez en los mítines. Y esto mientras los de Podemos gritan a los cuatro vientos desde sus canales de televisión y sus periódicos digitales que son el partido más atacado por los demás. Algo obviamente falso: los trolls de Podemos no paran de atacar al PSOE en todos los medios y frentes. Tómese el ejemplo de la repugnante campaña contra Sánchez por racista, secundada con absoluto desparpajo por xenófobos como Albiol. En su última entrevista a Ana Pastor (uno de los grandes escaparates mediáticos de Podemos), Iglesias aseguró que ningún dirigente ni cuadro de Podemos había secundado esa infamia. Falso: las redes reververaban de ataques de trolls de Podemos a Sánchez.

Palinuro es socialdemócrata de izquierda (y republicano) desde mucho antes de que Pablo Iglesias encontrara conveniente atribuirse esta condición con la misma originalidad con que hace todo lo demás. Por ello, no profesa simpatía alguna por Sánchez ni por ese PSOE partidillo dinástico, semiclerical y lacayuno en que Rubalcaba y su discípulo han dejado reducido el viejo partido de Pablo Iglesias, el de verdad. Pero que no sienta simpatía por él no quiere decir que no le reconozca sus méritos pasados y su condición residual de partido de izquierda, así como reconoce en Podemos un rescoldo del fracasado intento de constituirse en una nueva izquierda libre de las ataduras dogmáticas del comunismo de catón y tentetieso del camarada Anguita. Y mucho menos que pase por alto un hecho , ya mencionado, que nadie con un mínimo sentido de la nobleza puede ignorar: esta campaña ha sido la de todos contra el PSOE, incluso por parte de algunos socialistas más abruptos que la media, que no ha podido defenderse por falta de recursos mediáticos, monopolizados por los otros partidos, especialmente Podemos.

Pues bien, llegados aquí, con esta batería de encuestas a la vista, el pálpito de Palinuro respecto al 26J es distinto. Todas estas encuestas y el ruido mediático que las acompaña de los "intelectuales orgánicos" de la derecha y la izquierda registran los movimientos superficiales de la opinión: estos suben dos décimas, aquellos bajan cuatro, Podemos se acerca al PP, etc. Sin embargo, a la opinión, como a las aguas de los océanos y hasta el clima de la tierra, los  mueven la corrientes submarinas profundas, las que no se ven, pero cuyos efectos pueden sentirse de forma abrumadora cuando menos se piense. Según esta imagen, el pálpito de Palinuro es que, así como en un un par de días, en el Reino Unido, ganarán los contrarios al "Brexit",  el 26 de junio no habrá sorpasso de Podemos al PSOE, que este se mantendrá, ya veremos a qué distancia y que tanto PP como Ciudadanos bajarán  alejando definitivamente la posibilidad de un gobierno de la derecha y abriendo la de un gobierno de la izquierda.

En mi opinión, los ataques bajunos al PSOE (desde la cal viva al racismo de Sánchez) han conseguido lo contrario de lo que buscaban: movilizar al electorado socialista, herir en el orgullo a la militancia y provocar una reacción contraria que se verá en la votación. De igual modo, la omnipresencia de los ideólogos, dirigentes y simples comparsas de Podemos en todos los medios audiovisuales hasta el hartazgo, la vaciedad de su discurso, su petulancia, arrogancia y cursilería, han provocado y provocan cada vez más reacciones de rechazo de un pueblo ya muy escarmentado a quien vienen a salvar unos perdonavidas cuya única tarea parece ser sonreír. 

No obstante, y ello es para felicitarse sobremanera, parece incontrovertible que las dos fuerzas de la izquierda rozarán la mayoría absoluta. En qué respectiva proporción es ahora ya irrelevante. Lo esencial es empujar a ambas para acercarse al objetivo de esa mayoría absoluta. Se trata de no estropearlo, de dejar los odios cainitas, las envidias, los rencores y los narcisismos heridos. Unidos Podemos ha tenido el acierto de ocultar el fantoche de Anguita (tras los errores de los primeros momentos de dejar que largara sus simplezas en público), igual que los socialistas se han olvidado de Felipe González y solo han tirado de Zapatero, para no ofrecer mucho flanco desguarnecido a los posibles ataques a la corrupción y la decadencia moral del que antaño simbolizara el cambio en España.

Así se debe seguir. En el resto de la campaña es preciso explicar a la gente el desastre pasado, presente y futuro de una derecha franquista de afición y ladrona de convicción. Hay que ir juntos a todas partes y afirmar que habrá un gobierno de izquierda que este país necesita si quiere sobrevivir con dignidad.

Y los electores de izquierda debemos ir a votar, igual que la derecha irá a votar por los suyos. La izquierda no puede, no debe abstenerse. En España debe votar por una de las dos opciones de la izquierda. En Cataluña, Palinuro tiene un pálpito distinto, claro es, y encuentra mucho más recomendable votar por CDC o ERC, especialmente ERC por su carácter inequívocamente republicano con el que simpatiza. 

Esta dualidad España/Cataluña plantea un problema decisivo con el que se cerrará este post, tras insistir en la necesidad de que la izquierda española no se quede en casa. Si los de Unidos Podemos quieren el sorpasso al PSOE (y están en su derecho, como siempre hemos dicho aquí), que voten a su organización. Si los socialistas quieren evitar ese sorpasso (con no menor derecho que el de los otros) deben acudir en masa a votar a su partido.

La izquierda puede ganar. Esta ocasión de mandar a la derecha a cuidar su calendario procesal no debe pasar de largo.

Solo hay un problema: el compromiso de Unidos Podemos con el referéndum de Cataluña y la oposición cerrada del PSOE a que se celebre, con amenaza incluida de que, si se insiste en aquel, no habrá gobierno de izquierda en España. Es realmente patético porque esta feroz intransigencia prueba que, en definitiva, el verdadero obstáculo al gobierno de progreso en España es el PSOE.  Por supuesto, si se alcanza la mayoría absoluta uno de los dos socios tendrá que ceder y, según parece, lo más probable es que sea Unidos Podemos, para quien el referéndum no fue nunca una "línea roja". Las consecuencias de esto son difíciles de calibrar y tampoco relevantes de momento porque esta poibilidad de mayoría absoluta es dudosa.

 Pero, ¿y si se alcanza una mayoría relativa que podría convertirse en absoluta con los votos de los independentistas catalanes? ¿También aquí pondría el PSOE la línea roja en el referéndum? Si así fuera no se ve cómo los socialistas convencerían a sus compatriotas de que el principal obstáculo a un gobierno de izquierda es, precisamente, su partido. 

La verdadera razón que subyace en el PSOE para su cerrada negativa a un referéndum catalán de autodeterminación es el temor a perder votos en España. Se trata, sin embargo, de una apresión infundada. Podemos lleva meses propugnando ese referéndum (otra cosa es en qué condiciones reales) y eso no le hace perder votos sino, al contrario: los gana. 

No. El problema no son los votos. El problema es una cuestión de principios que el PSOE comparte con el PP y Ciudadanos: su idea de la nación española eterna, inmutable y, por lo que se ve, monárquica y clerical. Llegados a ese punto en que el nacionalismo español de derechas, centro e izquierda se manifiesta, o pone en pie un gobierno de gran coalición o vamos a unas terceras elecciones, quizá con un interregno tecnocrático, para dar tiempo a cambiar los gallos del gallinero. 

Entre tanto, los catalanes podrían aprovechar para constituir su República Catalana. Pero de eso hablaremos en el post de mañana.

divendres, 17 de juny del 2016

Podemos o la mistificación comunista

La bajísima categoría de los dirigentes del PSOE se echa de ver en sus histéricas protestas por las mistificaciones de Podemos y su incapacidad para defenderse de ellas. Es obvio que los elogios de Iglesias a Zapatero como el mejor presidente de la democracia pretenden sembrar cizaña entre los socialistas a base de tirar contra la memoria de González y dejar en ridículo a Sánchez. Es patente. Para responder bastaría con preguntar a Iglesias si ese juicio se lo ha inspirado su referente intelectual, Anguita, y recomendarle que se espere a ver cómo funciona Sánchez, sin impedir su investidura, como ya ha hecho.

En todo caso, esas cotillerías personales son de poco fuste comparadas con la verdadera mistificación de Podemos, consistente en la pretensión de apropiarse la condición de socialdemocracia y despojar de ella al PSOE. La verdad es que esta es una historia tan antigua y apolillada que no se explica cómo los socialistas no tienen una respuesta ya hecha, prêt à porter. Los dirigentes de Podemos vienen del comunismo, aunque traten de emborronar su pasado, y se han aliado con IU, que es una organización dirigida y controlada por los comunistas.

¿Desde cuándo son socialdemócratas los comunistas? Desde luego que no lo son ni lo han sido nunca. Socialistas, es posible; demócratas, nunca. Donde han gobernado, han establecido dictaduras. Otra cosa es que lo digan para sembrar la confusión y conseguir votos entre quienes no los votarían si reprodujeran su discurso tradicional sobre la socialdemocracia. Y ¿cuál es este? Que la socialdemocracia es una traición al movimiento obrero y una venta a los intereses del capital. Es lo que siempre han dicho los comunistas de los socialdemócratas, a los que han llamado de todo: desde socialfascistas a socialpatriotas, cuando eso de ser patriotas estaba mal visto en el comunismo; ahora está bien visto. Es más, cuando los socialdemócratas pusieron en marcha el Estado del bienestar en Europa, los ataques más furibundos procedían de la sempiterna pinza entre la derecha neoliberal y los comunistas, la misma que la de IU y el PP en los años noventa. El Estado del bienestar era un engaño para traicionar a la clase obrera y llevarla al redil del capitalismo.

Con esos discursos tan absurdos, los comunistas no consiguieron jamás ganar unas elecciones libres en ningún país de Europa, con lo cual tampoco tuvieron nunca experiencia de gobierno. Hablaban, como siempre, de oídas. Hasta que empezaron a comprender que, si querían ganar elecciones, tenían que moderar su radicalismo y dejar de insultar a la socialdemocracia. Fue el intento de Carrillo -uno de los comunistas más espabilados- con el Eurocomunismo en los años setenta del siglo XX. La idea era ingeniosa: se acusaba a los socialdemócratas de entonces de no serlo suficientemente, de haber traicionado la esencia misma de la socialdemocracia, de haberse pasado a la derecha, con el objetivo de ocupar su lugar proclamándose los comunistas los "verdaderos" socialdemócratas. No pudieron porque no lograron que la gente identificara la socialdemocracia con la traición a los intereses de las clases trabajadoras. No había crisis, la sociedad era menos conflictiva y a los comunistas se los veía a la legua, aparte de comprobar que hablaban mucho pero no habían gobernado jamás y carecían de experiencia.

Justo la situación actual con algunas variantes: en Unidos Podemos, el comunismo está más oculto y, en la medida en que los aliados de IU hacen gala pública de él, eso sirve para que los de Podemos de estricta observancia se presenten limpios de polvo y paja comunista. La idea, si se escuchan la afirmaciones de Iglesias sobre el PSOE, es la misma que la de los comunistas de siempre: el PSOE ha traicionado a la "verdadera" socialdemocracia desde que los malandrines Tony Blair y Gerhard Schröder vendieron el cuento de la tercera vía y el nuevo centro y ahora el espíritu de la auténtica socialdemocracia visita el alma de los seguidores de Podemos. Por supuesto, estos siguen sin haber gobernado jamás y sin haber ganado unas elecciones, pero son la "verdadera" socialdemocracia frente a la traición del PSOE.

Para contrarrestar esta argucia bastaría con acudir a una práctica del saber común condensada en el definitivo "dime de qué presumes y te diré de qué careces". Cuando se es socialdemócrata, como cuando se es musulmán o filatélico no hace falta ir predicándolo. Se practica en la realidad sin más y se deja funcionar el principio de Vico, de verum ipsum factum. La verdad es lo que hacemos. Él se las tenía tiesas a Descartes: lo que hacemos; no lo que pensamos y, en fin, no lo que decimos que puede ser distinto tanto de lo que hacemos como de lo que pensamos, con permiso de Austin.

En realidad, aunque los socialistas se enfadan mucho por este intento de negarles su condición y arrebatarles al título de socialdemócratas que juzgan suyo por derecho propio, lo cierto es que la campaña de mistificación de Podemos no puede cuestionarse en términos morales. Los nombres de las ideologías no tienen copyright y los de la formación morada hacen muy bien en atribuirse las plumas que creen que pueden camuflar mejor sus auténticas intenciones si es que las tienen y su objetivo no se reduce al típico "quítate tú para que me ponga yo". Si el PSOE no quiere que el sorpasso se produzca por un método tan elemental y pedestre como arrebatarles su titulación, que la defiendan, que demuestren que ellos son la verdadera socialdemocracia por su pasado y presente mientras que estos neocomunistas de podemos no son sino unos mistificadores.

La cuestión es si pueden porque, como decíamos más arriba, la incompetencia de la actual dirección del PSOE es abrumadora.

diumenge, 12 de juny del 2016

Dialéctica de la hipocresía

Consideren el titular del periódico Público, la hoja parroquial de Podemos, desde la que este derrama su interesante visión del mundo: "Errejón: "Sánchez se equivoca dirigiendo su campaña contra nosotros". ¿No les llama nada la atención? Es evidente: el verbo equivocar no está en su sitio. ¿Desde cuándo preocupa a un partido político que un adversario se equivoque y hasta se lo advierte noblemente? Desde nunca. Cuantos más errores y equivocaciones cometa el adversario mejor para uno que, así, además, aprende de las insuficiencias ajenas.

Efectivamente, la compungida advertencia de Errejón es un ejercicio de hipocresía en niveles. En primer lugar aparece la siniestra  vía del "y tú más". No me creo que Sánchez dirija su campaña contra Podemos. Sí me parece, sin embargo, que es Podemos quien ataca sistemáticamente al PSOE. En las redes sociales está muy claro, sobre todo en twitter. Hay verdaderos especialistas en pasarse el día insultando los socialistas en 140 caracteres. Supongo que son los trolls que Podemos contratan quizá incluso a destajo. Cien tuits, por ejemplo, 10 euros. Que lo hagan mindundis fanáticos a las órdenes de sus caudillos no quita un ápice del hecho de que quien de modo sistemático, permanente y retirado ataca al PSOE es Podemos. Y no solo en Twitter, también en Facebook y en los discursos y alocuciones de sus dirigentes: "el PSOE es la derecha, el IBEX 35 no le deja pactar con Podemos, es partidario de los recortes, no quiere un gobierno de iquierdas, pacto en cambio de C's, aprobó el 135, está lleno de cal viva", etc, etc.

En segundo lugar, al hablarse de "equivocación", no se hace de falta, atentado o delito. No es necesario. El PSOE no puede agredir en serio a Podemos porque este está muy arriba en el sorpasso o tal cosa aseguran sus líderes y la corte de periodistas que les bailan el agua. No puede hacer daño al partido morado. Este lleva ya mucha delantera. ¿Acaso no aseguran que el 27 de junio Sánchez tendrá que decidir entre hacer presidente al Sobresueldos o al amado líder de Podemos? Esto, por descontado, no es dirigir la campaña contra el PSOE. Es, simplemente, intentar ningunearlo, anularlo ya que, en realidad, está condenado por el viento de la historia a ser el PASOK español.

En tercer lugar al hablar de "equivocación" el de Podemos se entristece al ver cómo, por su mala cabeza, los socialistas meten la pata y pierden el tiempo. Podemos es inatacable e invencible y más vale que los adversarios lo reconozcan, si no quieren tener un final más amargo del que les espera. Lo mejor es que no queden en evidencia con estos intentos inútiles de atacarlos.

En cuarto lugar, Podemos perdona la vida al PSOE. Es absurdo dirigir su campaña contra él, que es inatacable. Más atinaría si la dirigiera contra el PP, pero, por desgracia, no puede hacerlo ya que, en el fondo, son aliados. Este es el mensaje que, a la chita callando, por lo bajinis, pretende trasmitir la hipócrita afirmación de que duele ver cómo es cierto el conjunto de fábulas que propagan los de Podemos sobre los demás.

En quinto y último lugar, la hipocresía de la afirmación vuelve sobre sí misma, como la pescadilla que se muerde la cola. ¿O no es atacar al PSOE afirmar que ataca a Podemos? Advertir con gesto desolado que el PSOE se equivoca al atacar a Podemos, lo que se está haciendo es atacar al PSOE.

Los procesos mentales de la gente de Podemos son como el alma de los cántaros.

divendres, 10 de juny del 2016

Entrevista: el comunismo de Podemos


Siempre he nadado contra corriente.  Ahora, también. Cuando el CIS condena al PSOE al baúl de los recuerdos en beneficio de esta adorable tropa tan consistente y responsable; cuando todo el mundo se rinde a la evidencia de que la razón asiste a quien ninguna prueba de ello tiene salvo su desparpajo; cuando el gobierno, secretamenete satisfecho de que el CIS siga garantizándole el primer puesto contra todo sentido común, pero muy a favor del sentido de la propia conveniencia, se regocija del triste sino de los socialistas; cuando los medios entonan el gori-gori del partido del viejo Iglesias y los laudes del del nuevo Iglesias; cuando los finos analistas advierten de cómo el viento de la historia se ha rejuvenecido y limpia los hediondos establos de la "vieja" izquierda mientras deja incólumes los de la no menos vieja derecha; cuando los profetas del pasado anuncian un porvenir que nace muerto; cuando todo eso pasa, encuentro razonable publicar esta entrevista que me hizo un medio andaluz hace un par de días.

La musique qui marche au pas, cela ne me regarde pas, que decía Brassens. Moi, non plus.

La entrevista es esta. Ya sé que no va a ganarme muchos amigos entre los prebostes de la nueva situación, especialmente los que predican hoy con la seguridad que da haber sido hasta ayer partidarios acérrimos del neoliberalismo de C's.

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No es sospechoso de derechista precisamente. Fue ideólogo del PSOE en la época de Felipe González. Luego apoyó a Podemos, pero ahora es el primer gran disidente de la formación morada. Desde hace algún tiempo el catedrático de Ciencias Políticas es el azote de Pablo Iglesias, al que acusa de desleal y de ser el instrumento con el que Julio Anguita se cobra sus venganzas del pasado. “¿Va quedando claro que este hombre además de narcisista es tonto?”, le soltó al líder podemita en Twitter.

Cotarelo, recordemos, fue ideólogo de González y apoyó la entrada de España en la OTAN. Hace un par de años se ilusionó con la creación de Podemos, pero fue de los primeros en caerse del caballo. Su diagnóstico: es el viejo comunismo de siempre. “Pablo Iglesias nunca quiso pactar con el PSOE”, dice como quien muestra la prueba del algodón.

Nadie está exento de contradicciones, y este profesor universitario se considera “nacionalista español”, al tiempo que es partidario de un referéndum sobre la independencia de Cataluña. Pero diga lo que diga, ya es un maldito para los podemitas que caen en aluvión sobre él cada vez que incendia Twitter con sus reflexiones sobre el partido morado, del que dice que tiene un apoyo mediático exagerado. Aún así -o precisamente por esto- asegura que “a Iglesias le molestan los periodistas que no lo ensalzan. Lo de siempre en España”.

¿Qué es lo que ha cambiado en Podemos?
No me parece correcto que un proyecto que pretendía ser autónomo entre las dos izquierdas tradicionales -la comunista y la socialdemócrata- en lugar de mantener su autonomía se haya fusionado con IU. Si uno critica el régimen de 1978 debe saber que tan régimen son los socialistas como los comunistas.

¿Quizá esperaban mejores resultados el 20 de diciembre?

Tras el 20-D les entró miedo porque se dio cuenta de que las cosas no son tan fáciles, que no iban a barrer. Bajaron en las encuestas, se asustaron y se abrazaron a los comunistas. Al echarse en los brazos de IU lo que está diciendo es que ellos también son comunistas. Que digan ahora que no hay que asustar hablando de ‘que vienen los comunistas’ ya quiere decir algo.

¿Acaso no es la alianza de Podemos con IU más natural que con el PSOE? Ambos son comunistas, ¿no?

Totalmente. Pablo Iglesias militó en las Juventudes Comunistas, es amigo de Anguita y ahora éste lo usa como instrumento para sus venganzas.

¿Y por qué Iglesias niega ser comunista?

Unas veces sí lo reconoce y otras no. Claro que es comunista, hace tres años lo decía abiertamente. Pero son tácticas que no engañan a nadie. En estos tiempos no puedes decir algo falso cuando llevas hablando no sé cuántos años en televisión porque viene alguien y lo demuestra. Lo que muchos creemos es que Iglesias, que pretendía hacer algo nuevo, al final no lo ha logrado.

¿Fue un error que Iglesias no quisiera llegar a un acuerdo con el PSOE?

Fue una sinvergonzonería. Él nunca tuvo intención de llegar a un acuerdo con el PSOE porque Anguita no le iba a dejar, volvió a engañar a todo el mundo. Por su culpa tenemos nuevas elecciones generales y cuatro meses más de gobierno brutal de la derecha y la amenaza de que además haya otro Gobierno del PP cuatro años más. Lo que ha hecho Iglesias es de una inmoralidad y una irresponsabilidad tan absoluta que merecería la reprobación pública de toda la izquierda, es una traición.

¿Es Julio Anguita la persona que tiene mayor influencia sobre Pablo Iglesias?

Sí. Desde siempre. Lo ha tenido oculto, pero siempre ha sido así. Incluso Iglesias ha dicho que Anguita es su referente intelectual… ¡imagínese, Anguita intelectual!

¿El Pablo Iglesias del discurso de la cal viva es el más auténtico?

Fue una provocación típicamente comunista con manipulación, infundio y engaño, porque eso se lo dijo a quienes no tienen nada que ver con aquello.

¿Quizá usó palabras tan gruesas para bloquear el acuerdo con el PSOE y al mismo tiempo mandar un mensaje interno a los que en Podemos, como Errejón, querían el pacto?

No creo que llegara a tanto, me da la impresión de que se le calentó la boca. La consecuencia fue lo que transmitió a la gente más razonable de Podemos: que abandonen toda esperanza de pacto. La intención de Podemos de fagocitar al PSOE es lo que ya intentó Carrillo en los años 70 con el eurocomunismo y Anguita en los 90. Quítate tú para que me ponga yo.

Se habla mucho de Venezuela. ¿Nota influencia chavista en Podemos?

No tengo ni idea. En términos prácticos no lo sé, porque de Venezuela lo ignoro todo. En términos teóricos sí tengo un poco más de idea: me da la impresión de que al tratar de fabricar una renovación ideológica han cometido el típico error de los movimientos de izquierda de las sociedades industriales europeas, que es rendirse a las elucubraciones teóricas tercermundistas, en el caso de España las latinoamericanas.

Entonces, ¿han copiado el modelo chavista?

Están siempre dispuestos a importar las formas que vengan de América Latina porque les parecen innovadoras. No se dan cuenta de que hay dos factores que destruyen esa pretensión: primero, los discursos latinoamericanos no son más que los discursos europeos mal copiados; segundo, lo que tenga de genuino el discurso teórico latinoamericano no es extrapolable a Europa. No hay más que escuchar a Errejón (especialmente cuando habla de “la gente”) para darse cuenta de que es un intento de importación de unos elementos teóricos populistas que aquí no encajan.

¿Qué va a suceder el 26-J? ¿Habrá sorpasso?
El porcentaje de indecisos es altísimo. Y esto cambia mucho día a día. Parece que hay un interés en que se produzca un sorpasso controlado, algo que persiguen medios como La Sexta, que es un canal de Podemos, o digitales como Público o Diario.es, que son el BOE de Podemos. Coinciden con la derecha en lo del sorpasso. Podemos dice que va contra el PP, pero no es verdad: va contra el PSOE. No digo que las encuestas estén falsificadas, pero sí clarísimamente cocinadas. Además hay un dato que ignoran: el PSOE tiene mucho voto oculto.

¿No le parece llamativa la sobreexposición mediática de Podemos?
Es un bullying mediático. La presencia permanente de Podemos en los medios es un abuso. Roures reconoció el otro día que su cadena, La Sexta, ha aupado a Podemos. Podemos es un producto de la televisión igual que Bertín Osborne.

¿Qué efecto va a producir en la campaña?

Es contraproducente para Podemos porque ya han aparecido mucho. Me gustaría saber cuáles son las cifras de audiencia del debate del domingo pasado entre Rivera e Iglesias porque no conozco a nadie que lo viera. Sería cuestión de comparar la audiencia con la del primer cara a cara entre ambos en octubre. Si mi hipótesis es correcta, ha habido un bajón fuerte de Podemos que anuncia una tendencia de hartazgo. En mayo leí que Pablo Iglesias había aparecido 16 veces en televisión, Rivera 14, Sánchez seis y Rajoy una.

dijous, 9 de juny del 2016

Los intelectuales contra Podemos

Es curioso. De un tiempo a esta parte vengo leyendo artículos de intelectuales reconocidos que comparten un punto crítico muy fuerte hacia Podemos. Que yo recuerde y sin esforzarme mucho, por lo cual me estaré dejando muchos nombres fuera, me vienen a la memoria Félix de Azúa, Javier Marías, Antonio Elorza, Santos Juliá y ahora esta última pieza de Alberto Corazón. Alberto Corazón viene a ser aquí lo que se llamaba un pentito, aunque en sentido muy, muy amplio. Votante de Podemos, se desengaña y escribe una crítica demoledora contra la organización, a la que como muchos otros intelectuales, acusa de haber traicionado sus orígenes y haber evolucionado en un sentido partidista, oligárquico y autoritario. Rechaza igualmente el carácter caudillista del liderazgo de Iglesias. De nuevo, coincidencia con los otros intelectuales.

Reconozco en estos un gran trabajo y el hecho de haber de haber sido capaces de poner en marcha un aparato de juicio crítico que será muy útil a mucha gente. Por supuesto y como a todo el mundo, estos intelectuales me merecen juicios muy diversos pero todos ellos tienen una obra respetable y reconocida en diversos campos. No son unos cualquiera en el ámbito del pensamiento y la creación y da que pensar que gente dedicada al mundo de las ideas, los  conceptos las teorías, etc, no se tomen en serio las de Podemos, que consideran como un batiburrillo de trivialidades, acumuladas de prisa y corriendo para hacerlas pasar por un programa de partido. 

Se trata de una oganización fundada básicamente por profesores universitarios, convencidos de estar elaborando una nueva orientación  política a base de una renovación teórica de calado. Sin embargo, curiosamente, es recibido por un bloque de animadversión entre los intelectuales que debieran sus referentes intelectuales. En cambio tienen muy buena acogida en el ámbito mediático y se entienden a la perfección con algunos periodistas   de esos que tienen nombre y proyección propia. Estos han puesto a su servicio un formidable aparato mediático que convierte a Podemos prácticamente en un espectáculo televisivo. Le han dado una voz y una resonancia que los demás partidos no tienen. Si se recuerda que un saber convencional generalizado en nuestra sociedad sostiene que la televisión es el medio por el que la inmensa mayoría de los ciudadanos se informa y se forma una opinión política, la conclusión es obvia: habiendo conquistado los medios audivisuales, Podemos debe tener garantizado el triunfo electoral.

Desde luego, Podemos es un fenómeno mediático, aupado por lo medios con el objetivo de establecer su hegemonía en la izquierda y de conquistar el alma de nuestros conciudadanos. Los medios están claros. ¿Y los contenidos? Ahí el asunto es distinto. Por mi parte considero que Podemos no es otra cosa que una organización de oportunistas que, habiendo llegado en un momento feliz por coincidir en él una aguda decadencia del PSOE con el auge de los movimiento contestatarios relacionados con el 15, pretende abrirse un  hueco en el sistema español de partidos, sosteniendo que representa una nueva izquierda, sin las viejas ataduras del comunismo y la democracia. En un primer momento, mucha gente, entre ella el propio Palinuro, prestó oídos de buena fe a este proyecto de renovación pero en muy poco tiempo, su fabulosa miseria intelectual quedaría clara en un discurso abigarrado, confuso, lleno de simplezas y ambigüedades cuya vaciedad conceptual pone de manifiesto la intención casi obsesiva de ganar votos al precio que fuera.

Esa misma convicción anidó pronto en las esferas dirigentes de Podemos que, asustadas ante la perspectiva de una decadencia prematura, decidieron retornar al seno nutricio del viejo comunismo de IU que, en un principio, habían despreciado y a la que se aferraban ahora como medio de establecer un  nuevo espectáculo que fuera de debate social.

Esa recuperación de los viejos postulados comunistas, en los que los fundadores de Podemos militaron en su día, se complementaba con otra tendencia inherente a la formación: la del plagio. Prácticamente ninguna de las innovaciones, lemas, consignas o formas de la organización es propia u original; todo está copiado o plagiado. La ironía de la historia quiere que hasta el nombre del máximo líder esté plagiado del del venerable fundador del socialismo español; el nombre de la organización es una traducción del yes we can de Obama que, a su vez lo había copiado del del líder sindicalista chicano, César Chávez en los ochenta; el concepto de casta procede de un periodista italiano; las lucubraciones teóricas están saqueadas de Laclau; la petición de sonrisas viene de Rodríguez Zapatero y de la "revolució de les somriures" del independentismo catalán y ahora acaban de sacar un programa plagiando el de Ikea.

¿Puede ganar las elecciones una agrupación de gente tan vacía y liviana por mucho que quieran ocultar sus raices comunistas? En mi opinión, no. Por no debe olvidarse que esto es España.

diumenge, 5 de juny del 2016

¿Por qué no hay gobierno en España?

Aquí está la segunda parte del artículo/entrevista del ABC. Quien la lea observará que el periodista, Enrique Delgado Sanz, se ha documentado bien antes de hacerla. Entre otras cosas, encuentra paralelismos entre la situación actual y la que se dio entre 1993 y 1996 cuando Anguita creyó que, por medio de aquella su lamentable pinza con el PP, conseguiría el sorpasso al PSOE que era, y es, lo único que le interesa. Lo ha visto en un programa de Jesús Hermida en la tele en 1993, en la que un grupo de periodistas y politólogos, hablábamos con Julio Anguita durante más de una hora. En ese programa, que dura una hora y cuarto o algo así, se produjo un diálogo entre Anguita y yo muy revelador. De él extrae Enrique Delgado ese párrafo mío de que el programa económico de Anguita para las inmediatas elecciones era una mezcla curiosísima entre el despilfarro verdaderamente alegre y un programa miserabilista del tercer mundo

Lo curioso es que algunos militantes comunistas, siguiendo la inveterada costumbre de su partido -hoy heredada por Podemos- de manipular y falsificar la realidad para confundir a la gente, han extraído unos ocho minutos de ese vídeo en los que el entonces coordinador de IU se expresa con su habitual vaciedad y facundia. Y eso es lo que han subido a Youtube anunciando a trompeta abierta cómo ya en los años 90, Anguita triunfaba y me propinaba un soberano varapalo dialéctico. Yo no diré nada porque ese estilo de infundio y propaganda no es el mío. Me limito a poner el enlace al programa íntegro de Hermida, sin extraer ni manipular nada, a fin de que cada cual tenga fundamento para hacer su composicion de lugar y emitir su juicio. Que ya somos mayores de edad para que vengan estos Torquemadas de vía estrecha a engañar con trozos manipulados. Cosa, por lo demás que colgaron igualmente de mil amores en su página los de La Tuerka, cuya afición por censurar, engañar y difamar es análoga a la de sus camaradoskis y por eso se han unido.

(Quien tenga curiosidad por ver la primera parte de la entrevista, la tiene aquí).

Contra la corriente

No pongo en duda la profesionalidad de Metroscopia ni el crédito de sus sondeos. Si la empresa dice que al PP lo votará el 28,5% de la ciudadanía, a Podemos el 25,6%, al PSOE el 20,2% y a C's el 16,6% no desconfío en absoluto de que eso es lo que los ciudadanos han contestado a las preguntas del sondeo. Lo que no creo es que el 26 d junio voten de acuerdo con lo que dicen ahora. En absoluto. Lo que sucede, probablemente, es que la ciudadanía está harta de que la mareen unos políticos que no sirven ni para atarse el cordón de los zapatos y son incapaces de hablar entre ellos y llegar a un acuerdo factible; y, para no colaborar al desbarajuste general, ha decidido decir a los encuestadores lo primero que se le pasa por la cabeza.

Es verdad que el electorado de la derecha es fiel, bovinamente fiel. Pero no tanto que la banda de ladrones bajo fianza judicial vaya a mantener sus siete millones de votantes, después de lo que ha sucedido desde el 20 de diciembre en que prácticamente no quedan cargos del PP que no estén en prisión. El propio Sobresueldos sabe que su presencia en los mítines del PP, más que incorporar voluntades o lealtades, las espanta. Si todavía no tiene un sustituto en el PP se debe a que los demás son peores que él, lo cual es maravilloso pues no parece posible. El hombre nunca defrauda. Ha vuelto a recurrir a su único recurso metafórico, acusando a los demás de sacarse conejos de la chistera. Con esa misma necedad trató de parar hace años el pacto antiterrorista que proponía Rodríguez Zapatero y del que, como siempre, se ha adueñado ahora. La derecha lo hace sistemáticamente: boicotea la ley de divorcio y luego es la gente que más se divorcia; vota contra el aborto y lo práctica después; contra el matrimonio gay y son los primeros en beneficiarse de él.

A su vez, el llamado emergente, ahora asociado con el pecio de IU, disfruta de la popularidad que le da el hecho de qus dirigentes estén perpetuamente en la TV y nos los encontremos ya en todas partes, como al gran hermano orwelliano. Tienen un estilo gótico-flamígero de celebrar sus aparentes triunfos y encargan a sus legiones de trolls en los medios que repitan incansablemente sus consignas que, habitualmente, están plagiadas. Así como el "Podemos" está plagiado de una consigna yanqui en las elecciones de Obama de 2008, lo de las "sonrisas" está plagiado de la campaña independentista catalana de la revolución de los somriures. Echan las campanas al vuelo en elecciones que, como las europeas de mayo de 2014, no significaban gran cosa o lanzan trinos de satisfacción ante los buenos vaticinios de las sondeos. Esa cifra de 25,6% del voto que le augura Metroscopia todavía es menos del más de 28% que le adjudicaba en enero de 2016 y luego se quedó en la mitad. Por fastidiar, la gente dice cualquier cosa, sobre todo la que está harta. Pero luego hará algo distinto. Porque una cosa es escuchar a estos zangolotinos largando todo el día por la televisión y otra muy distinta, votar para administrar un  país a quien no está preparado para gobernar, ni siquiera para gobernarse a sí mismo. 

Por último, ese 20,2% del voto al PSOE tampoco es correcto. En el PSOE se concentra siempre el voto del miedo, el que se explica por la espiral del silencio. Ha sido así siempre y seguirá siéndolo. El PSOE tiene un voto oculto muy numeroso y, al final, comparecerá para evitar el sorpasso. Tiene una clientela muy fiel, histórica, que acaba siempre votándolo, aunque diga que no va a hacerlo. Y es así porque este partido se  configura como la única opción de centro izquierda válida, entre los dos extremos de los insoportables de la derecha y los advenedizos de la izquierda. Si el PSOE no tiene un porcentaje mucho más alto de votos se debe a la fabulosa incompetencia de sus dirigentes actuales, a su ineptitud para generar relatos que interesen, a su incapacidad para entender sus propias miserias y hacer crítica realista. Se debe igualmente a la corrupción que ha prendido en su baluarte andaluz y a la presencia asfixiante de los llamados barones territoriales. Al PSOE lo salvan sus afiliados y votantes y lo condenan sus dirigentes. Sin embargo, está claro que, después del 26 de junio, le tocará reinventarse o incluso, refundarse si quiere sobrevivir.

No es frecuente que en unas elecciones haya tanto indeciso, tanto voto oculto, tanta espiral del silencio, tanto ruido mediático irrelevante. Estos vaticinios no sirven para nada.   


dissabte, 4 de juny del 2016

La Internacional etílica y psicodélica de Podemos


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Podemos es esto.

Sin palabras.

Beodos.

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Y ahora esto: