divendres, 10 de juny del 2016

Entrevista: el comunismo de Podemos


Siempre he nadado contra corriente.  Ahora, también. Cuando el CIS condena al PSOE al baúl de los recuerdos en beneficio de esta adorable tropa tan consistente y responsable; cuando todo el mundo se rinde a la evidencia de que la razón asiste a quien ninguna prueba de ello tiene salvo su desparpajo; cuando el gobierno, secretamenete satisfecho de que el CIS siga garantizándole el primer puesto contra todo sentido común, pero muy a favor del sentido de la propia conveniencia, se regocija del triste sino de los socialistas; cuando los medios entonan el gori-gori del partido del viejo Iglesias y los laudes del del nuevo Iglesias; cuando los finos analistas advierten de cómo el viento de la historia se ha rejuvenecido y limpia los hediondos establos de la "vieja" izquierda mientras deja incólumes los de la no menos vieja derecha; cuando los profetas del pasado anuncian un porvenir que nace muerto; cuando todo eso pasa, encuentro razonable publicar esta entrevista que me hizo un medio andaluz hace un par de días.

La musique qui marche au pas, cela ne me regarde pas, que decía Brassens. Moi, non plus.

La entrevista es esta. Ya sé que no va a ganarme muchos amigos entre los prebostes de la nueva situación, especialmente los que predican hoy con la seguridad que da haber sido hasta ayer partidarios acérrimos del neoliberalismo de C's.

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No es sospechoso de derechista precisamente. Fue ideólogo del PSOE en la época de Felipe González. Luego apoyó a Podemos, pero ahora es el primer gran disidente de la formación morada. Desde hace algún tiempo el catedrático de Ciencias Políticas es el azote de Pablo Iglesias, al que acusa de desleal y de ser el instrumento con el que Julio Anguita se cobra sus venganzas del pasado. “¿Va quedando claro que este hombre además de narcisista es tonto?”, le soltó al líder podemita en Twitter.

Cotarelo, recordemos, fue ideólogo de González y apoyó la entrada de España en la OTAN. Hace un par de años se ilusionó con la creación de Podemos, pero fue de los primeros en caerse del caballo. Su diagnóstico: es el viejo comunismo de siempre. “Pablo Iglesias nunca quiso pactar con el PSOE”, dice como quien muestra la prueba del algodón.

Nadie está exento de contradicciones, y este profesor universitario se considera “nacionalista español”, al tiempo que es partidario de un referéndum sobre la independencia de Cataluña. Pero diga lo que diga, ya es un maldito para los podemitas que caen en aluvión sobre él cada vez que incendia Twitter con sus reflexiones sobre el partido morado, del que dice que tiene un apoyo mediático exagerado. Aún así -o precisamente por esto- asegura que “a Iglesias le molestan los periodistas que no lo ensalzan. Lo de siempre en España”.

¿Qué es lo que ha cambiado en Podemos?
No me parece correcto que un proyecto que pretendía ser autónomo entre las dos izquierdas tradicionales -la comunista y la socialdemócrata- en lugar de mantener su autonomía se haya fusionado con IU. Si uno critica el régimen de 1978 debe saber que tan régimen son los socialistas como los comunistas.

¿Quizá esperaban mejores resultados el 20 de diciembre?

Tras el 20-D les entró miedo porque se dio cuenta de que las cosas no son tan fáciles, que no iban a barrer. Bajaron en las encuestas, se asustaron y se abrazaron a los comunistas. Al echarse en los brazos de IU lo que está diciendo es que ellos también son comunistas. Que digan ahora que no hay que asustar hablando de ‘que vienen los comunistas’ ya quiere decir algo.

¿Acaso no es la alianza de Podemos con IU más natural que con el PSOE? Ambos son comunistas, ¿no?

Totalmente. Pablo Iglesias militó en las Juventudes Comunistas, es amigo de Anguita y ahora éste lo usa como instrumento para sus venganzas.

¿Y por qué Iglesias niega ser comunista?

Unas veces sí lo reconoce y otras no. Claro que es comunista, hace tres años lo decía abiertamente. Pero son tácticas que no engañan a nadie. En estos tiempos no puedes decir algo falso cuando llevas hablando no sé cuántos años en televisión porque viene alguien y lo demuestra. Lo que muchos creemos es que Iglesias, que pretendía hacer algo nuevo, al final no lo ha logrado.

¿Fue un error que Iglesias no quisiera llegar a un acuerdo con el PSOE?

Fue una sinvergonzonería. Él nunca tuvo intención de llegar a un acuerdo con el PSOE porque Anguita no le iba a dejar, volvió a engañar a todo el mundo. Por su culpa tenemos nuevas elecciones generales y cuatro meses más de gobierno brutal de la derecha y la amenaza de que además haya otro Gobierno del PP cuatro años más. Lo que ha hecho Iglesias es de una inmoralidad y una irresponsabilidad tan absoluta que merecería la reprobación pública de toda la izquierda, es una traición.

¿Es Julio Anguita la persona que tiene mayor influencia sobre Pablo Iglesias?

Sí. Desde siempre. Lo ha tenido oculto, pero siempre ha sido así. Incluso Iglesias ha dicho que Anguita es su referente intelectual… ¡imagínese, Anguita intelectual!

¿El Pablo Iglesias del discurso de la cal viva es el más auténtico?

Fue una provocación típicamente comunista con manipulación, infundio y engaño, porque eso se lo dijo a quienes no tienen nada que ver con aquello.

¿Quizá usó palabras tan gruesas para bloquear el acuerdo con el PSOE y al mismo tiempo mandar un mensaje interno a los que en Podemos, como Errejón, querían el pacto?

No creo que llegara a tanto, me da la impresión de que se le calentó la boca. La consecuencia fue lo que transmitió a la gente más razonable de Podemos: que abandonen toda esperanza de pacto. La intención de Podemos de fagocitar al PSOE es lo que ya intentó Carrillo en los años 70 con el eurocomunismo y Anguita en los 90. Quítate tú para que me ponga yo.

Se habla mucho de Venezuela. ¿Nota influencia chavista en Podemos?

No tengo ni idea. En términos prácticos no lo sé, porque de Venezuela lo ignoro todo. En términos teóricos sí tengo un poco más de idea: me da la impresión de que al tratar de fabricar una renovación ideológica han cometido el típico error de los movimientos de izquierda de las sociedades industriales europeas, que es rendirse a las elucubraciones teóricas tercermundistas, en el caso de España las latinoamericanas.

Entonces, ¿han copiado el modelo chavista?

Están siempre dispuestos a importar las formas que vengan de América Latina porque les parecen innovadoras. No se dan cuenta de que hay dos factores que destruyen esa pretensión: primero, los discursos latinoamericanos no son más que los discursos europeos mal copiados; segundo, lo que tenga de genuino el discurso teórico latinoamericano no es extrapolable a Europa. No hay más que escuchar a Errejón (especialmente cuando habla de “la gente”) para darse cuenta de que es un intento de importación de unos elementos teóricos populistas que aquí no encajan.

¿Qué va a suceder el 26-J? ¿Habrá sorpasso?
El porcentaje de indecisos es altísimo. Y esto cambia mucho día a día. Parece que hay un interés en que se produzca un sorpasso controlado, algo que persiguen medios como La Sexta, que es un canal de Podemos, o digitales como Público o Diario.es, que son el BOE de Podemos. Coinciden con la derecha en lo del sorpasso. Podemos dice que va contra el PP, pero no es verdad: va contra el PSOE. No digo que las encuestas estén falsificadas, pero sí clarísimamente cocinadas. Además hay un dato que ignoran: el PSOE tiene mucho voto oculto.

¿No le parece llamativa la sobreexposición mediática de Podemos?
Es un bullying mediático. La presencia permanente de Podemos en los medios es un abuso. Roures reconoció el otro día que su cadena, La Sexta, ha aupado a Podemos. Podemos es un producto de la televisión igual que Bertín Osborne.

¿Qué efecto va a producir en la campaña?

Es contraproducente para Podemos porque ya han aparecido mucho. Me gustaría saber cuáles son las cifras de audiencia del debate del domingo pasado entre Rivera e Iglesias porque no conozco a nadie que lo viera. Sería cuestión de comparar la audiencia con la del primer cara a cara entre ambos en octubre. Si mi hipótesis es correcta, ha habido un bajón fuerte de Podemos que anuncia una tendencia de hartazgo. En mayo leí que Pablo Iglesias había aparecido 16 veces en televisión, Rivera 14, Sánchez seis y Rajoy una.