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dimecres, 8 de desembre del 2010

WikiLeaks: la revolución en marcha.

Hasta de la crisis se han olvidado. Todos los medios, todos los focos se concentran hoy en la figura del activista detenido ayer en Londres. Los gobiernos no gobiernan; las bolsas, los bancos han pasado a segundo plano. Hay una crisis del euro en marcha y no consigue captar la atención. La batalla es ahora por el alma, el corazón mismo de la cultura y la civilización humanas; es por la libertad de expresión. O sea, por la libertad a secas, esa que, al decir de Azaña, nos hace hombres, esa por la que la vida se ha de dar, según don Quijote. Es una revolución, pero no es nueva sino una batalla más en la larga lucha de la humanidad por liberarse a sí misma de sí misma. A un lado, la Grecia clásica, la revolución inglesa, la Ilustración, el racionalismo, el positivismo, internet; al otro, las diversas formas que los despotismos han ido tomando a lo largo de la historia, desde las tiranías griegas o persas hasta los totalitarismos del siglo XX, pasando por la Inquisición o la Santa Alianza. A un lado Platón (en la Apología de Sócrates), Milton, Locke (el padre espiritual de los Estados Unidos), Mill, Russell, Assange y al otro Aristófanes, Jerjes, Filmer, Torquemada, Calvino, De Maistre, Stalin, Hitler y Bolton, el ex-embajador yanqui en la ONU que traía Palinuro ayer, un hombre tan enterado que piensa que se puede cerrar internet "apagándole los electrones".

Sé que suena algo grandielocuente, pero esos son los stakes. Ya lo ha dicho Naughton: o aceptamos vivir en un mundo transparente o cerramos internet que es como apagar el mundo. Ahora que se estaba poniendo apasionante. De un golpe como de relámpago, en menos de seis meses, con más de 400.000 documentos en diversos grados de secreto circulando en el ciberespacio, ha quedado clara la verdadera naturaleza del poder de los EEUU, un Estado al que cabe clasificar de Estado que fomenta el terrorismo de acuerdo con su propia definición. La verdad, siente uno tristeza por esos sesudos analistas que llevan años estudiando la naturaleza del poder de los EEUU, como Joseph Nye y su bendita teoría del "poder suave o blando", frente al "poder fuerte o duro" que, de todas formas tampoco era tan nueva. Ya el bueno de Teddy Roosevelt, a comienzos del siglo XX, decía que había que hablar suavemente y blandir un buen garrote. Lo que WikiLeaks ha puesto en claro es la esencia de ese garrote o de esa suavidad: todo tipo de trampas, chanchullos, ilegalidades y delitos. Para los EEUU el Estado de derecho, the rule of law es una filfa.

A estas horas, la peripecia personal de Assange, su via crucis legal, sigue su curso. Porque el hombre, respetuoso con la ley, se ha entregado pero no quiere que lo extraditen a Suecia pues tiene fundadas sospechas de que la causa sueca no es más que un montaje político en el que están involucrados los EEUU a través de sus organizaciones anticastristas. Veremos qué sucede pero vaya por delante que Assange no es un delincuente sino un desobediente civil que acata las decisiones de la justicia. Esto es muy importante para que sepamos cómo valorar en su justa medida la avalancha de criminalizaciones e invitaciones al asesinato de que Assange ha sido víctima en los últimos días, algo increíble.

Y, sin embargo, por bochornosa, inquisitorial y odiosa que sea esta persecución contra un hombre y una organización que están defendiendo la libertad de expresión, lo más llamativo del asunto es que, además, es inútil. En este terreno, el baranda mayor del mundo y sus agentes, lacayos y palafreneros tienen perdida la guerra.

He salido de dudas: es imposible silenciar WikiLeaks en la red y mucho más eliminar los tropecientos mil documentos probatorios. En este mismo momento cualquiera puede recorrer los cables, debidamente clasificados por fechas, países, etc, en The Guardian, El País o en la página de la Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia y en infinidad de sitios, desde Islandia a Vuanatu.

Esa guerra está perdida para los Estados. ¿Para qué quieren a Assange? ¿Para hacer un mártir de él? ¿Para dar a un movimiento ya imparable un rostro humano? Porque cabe preguntarse si no será posible acabar con WikiLeaks y todo lo que representa por otros medios. A este respecto, Der Spiegel hace un estudio minucioso de la situación que se llama No es posible frenar WikiLeaks. Ningún otro mecanismo va a funcionar. Cerrar los sitios WikiLeaks carece de sentido ya que hay centenares de réplicas y cada vez más. Ahogarlo financieramente, supuesto que se pueda, con bancos (suizos), cartas de crédito o Paypal, no impedirá que cada vez le llegue más dinero, a través de alguna fundación (esta la he sacado de Der Spiegel) u operando en países en que WikiLeaks no esté prohibido, como Francia. Tampoco es posible eliminar el movimiento en favor de WikiLeaks en Twitter o Facebook porque eso pondría a los millones de clientes en contra. Twitter es el canal por el que WikiLeaks está presente en todo el mundo en todo momento.

Esta guerra está perdida: liberad a Assange, contad la verdad a la gente acerca de los gobiernos, los de primera y los de vigésima séptima (¡qué espectáculo, voto a tal, el de ese ministro lloriqueando a Condoleeza Rice!), obligad a los bancos a decir la verdad, a las grandes farmacéuticas, las petroleras, abrid los paraísos fiscales. El mundo va a cambiar de base.

¿Que queda la China? Desde luego, con ese cordón de acólitos que ha formado para abuchear al premio Nobel de la Paz, Liu Xiaobo, para una vez que se lo dan a alguien que parece merecerlo. La China puede hacer lo que quiera. Tendrá que adaptarse. Y lo hará.

(La primera imagen es una foto de The /G/TM; la segunda,una foto de alyceobvious, ambas bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 7 de desembre del 2010

La realidad no soporta la realidad.

Este de la izquierda, Julian Assange, a quien Palinuro considera Un héroe de nuestro tiempo, resulta ser el enemigo público número uno. Un enemigo público global, como corresponde a la época. No es raro que los enemigos públicos sean vistos como héroes.

Pero ¡qué cacería! Hay verdadera furia. Quieren declarar terrorista a Assange, WikiLeaks, lo que sea; asesinar al hombre; expulsarlo de la red; ahogar el portal; terminar con esta pesadilla. El mundo no soporta verse como es. Todos los actores políticos de todos los países quedan muy por debajo de la imagen que les gusta proyectar de sí mismos. Todos los equilibrios internacionales, hechos de pactos, chanchullos, componendas están saltando en explosión incontenible. Por eso, cuando se escucha al Fiscal General de los EEUU, Eric Holder, decir que están haciendo lo que pueden para contener este flujo de información a uno le suena a una situación mucho peor que lo de las fugas de petróleo en el Golfo de México. Mucho peor porque este "flow of information" ya no hay quien lo pare. Está en la red y multiplicándose por miles cada minuto a través de los mecanismos P2P. Así que ese planteamiento es erróneo.

A su vez, la señora Clinton ya dijo en su día que la difusión de los cables fatídicos era un ataque a la Comunidad Internacional. Es pintoresco que hable de ataque a la Comunidad Internacional quien supuestamente ordenó que se espiara al Secretario General de las Naciones Unidas. En fin, espiar no es atacar; sólo es prepararse para hacerlo. El que ataca es quien revela el espionaje y con él no debe haber piedad. Lo que suena algo ridículo.

En el frente de la persecución personal del australiano la cosa parece decidida: hoy lo tendrá Scotland Yard en aplicación de una orden europea de extradición y lo llevará de inmediato al juez. La causa en Suecia es muy sospechosa: se presentó, se retiró y volvió a presentarse por otro lado. Acusaciones de violación y abusos sexuales. Tiene toda la pinta de un montaje, pero hecho en un terreno muy delicado para la sensibilidad de la época. Con ello no solamente parece pretenderse encarcelar a Assange sino desprestigiarlo también. Eso de la violación tiene muy mala prensa. Es de esperar que el activista salga bien librado de ésta.

Porque en el mundo no parece que haya lugar para él. Ha atacado todos los Estados descubriendo sus secretos y los Estados están coaligándose en su contra. Como quiera que los Estados ocupan todo el planeta, va a serle difícil encontrar un hueco. De momento se trata de si el Reino Unido lo extradita a Suecia; pero puede haber más demandas de extradición y el propio Reino Unido puede abrir una causa penal contra él invocando siempre el principio del secreto oficial y la defensa nacional. No es difícil. Otros están haciéndolo, por ejemplo Australia, su país de origen.

Se trata del primer objetor de conciencia a escala global, un objetor en nombre de la conciencia del mundo. Es una objeción que los Estados, especialmente los Unidos, no van a tolerar. Assange tiene pinta de ser la primera víctima de la guerra digital entre internet y los Estados.

Así que lo que interesa es entender esa guerra. El Guardian, que está haciendo una cobertura del WikiLeaks extraordinaria, publica hoy dos artículos que representan los dos polos entre los que se juega esta guerra; porque es una guerra y va en serio. Uno de ellos es de John Bolton, titulado Cables de WikiLeaks: Barack Obama es un peligro mayor. Suena un poco a discurso de Rajoy en España: Zapatero es culpable de todo. No es de extrañar. Este Bolton, a quien le parece que sobra la ONU y que fue, claro, embajador en la ONU en tiempo de Bush, dice sin ambages que hay que perseguir penalmente a Assange, cerrar WikiLeaks y sacar de la red todo el material dañino. Lo que sucede es que el gobierno de Obama, que es como un Zapatero, no tiene agallas. Discurso típico de halcón.

El The Guardian publica asimismo otro artículo de John Naughton titulado Vivid en un mundo wikilikeable o cerrad la red. Depende de vosotros. Se dirige a los políticos, claro. No se da punto medio, como no se da entre la libertad y la tiranía para un alma noble: si hay red, es libre. Lo mejor es que no la haya. Pero ¿puede haber un mundo sin red? Me parece que no. Y si es que no, está claro que nadie podrá contener ese condenado flood of information. Es imposible que los Estados prevalezcan en un mundo de trasparencia total. Así que si quieren sobrevivir tendrán que reinventarse porque las cosas ya no son como antes.

(La imagen es una foto de biatch0r, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 6 de desembre del 2010

Creced y multiplicaos.

Ahora que los controladores están marcando el paso y como se descuiden comen las uvas en el calabozo, y que es poco probable que vuelvan a cometer tamaño desafuero en un tiempo razonable, podemos regresar al asunto de verdad candente de nuestros días que es la aventura de WikiLeaks. Me preguntaba en una entrada anterior si sería técnicamente posible sacar a alguien de la red, excomulgarlo, excomunicarlo, desaparecerlo del ciberespacio. Parece que, en principio, es posible hacerlo cuando se tiene el poder de los Estados Unidos para ir presionando a servidores y portales a fin de que no alberguen WikiLeaks; así lo han echado de Amazon y, como los yanquies son pragmáticos, también han ido a cegarle la fuente de financiación consiguiendo que Paypal le cierre la cuenta. Un buen momento para que todos cuantos apoyamos WikiLeaks nos demos de baja en ambos lugares. A su vez, el servidor que alojaba su DNS también lo ha quitado con lo que WikiLeaks ha tenido que refugiarse en Suiza.

Este procedimiento, el de la persecución sitio por sitio, es muy primitivo y siempre habrá algún lugar que acoja al proscrito. No tengo muy claro qué pueda hacer la ICANN pero empiezo a sospechar que nada. Entre tanto Assange ha sabido moverse y se ha curado en salud de un posible black out por el curioso procedimiento de multiplicar el sitio WikiLeaks a través de un sistema de réplicas, de espejos, como en La dama de Sanghai. En el momento de escribir esto WikiLeaks estaba funcionando en 208 sitios. Es más hay una página que rastrea de modo automático las nuevas réplicas, lo que permite acceder a ella en los servidores más extraños. De ese modo ya no es necesario aprenderse la dirección IP de la organización aunque, por si acaso, es ésta 213.251.145.96, al parecer cedida por un dirigente del Partido Pirata suizo.

Así pues lejos de desaparecer del ciberespacio WikiLeaks está por doquier al grito de hagamos que los gobiernos sean abiertos. Es decir los Estados Unidos con esa ingente potencia militar que tampoco les sirve para ganar guerras no consiguen acallar la voz de un hombre solo que anda exponiendo sus más tristes vergüenzas a la luz pública. Bueno, el hombre es la cara de una organización que está haciendo una revolución en el ciberespacio desde el momento en que pone en práctica lo que muchos han formulado en la teoría pero no hecho realidad: que en la era de internet no puede haber nada secreto, que no hay forma de impedir la libre difusión de la información. Viene inevitablemente a la memoria el archicitado dictum de Kant de que nada que no pueda hacerse público es justo. Curiosa paradoja la de que los mayores traficantes de secretos sean los poderes públicos.

En todo caso, si es imposible acallar a alguien en la red y no hay forma de guardar secretos, que son las peanas de las mentiras, el mundo va a dar un giro espectacular y a una velocidad de vértigo. Si alguien lo duda lo invito a que, volviendo un poco la vista atrás compare el Obama de 2008 y el de 2010, el Zapatero de 2008 y el de 2010. Es lamentable que hayan de ser estos dos izquierdistas moderados de buena fe los que tengan que salir en defensa del sistema capitalista, de sus latrocinios, corruptelas y delitos, como si fuera un dechado de virtud democrática. La vida es dura pero la razón y la verdad están del lado de quienes desafían al Estado en nombre de la revolución de hoy, la de la transparencia total.

Frente a estas pretensiones es poco lo que el mundo tradicional y las gentes de bien pueden hacer y lo poco que pueden ya están haciéndolo: amenazar de muerte a Assange. Algunas de esta amenazas y peticiones de que lo asesinen proceden de las elites gobernantes estadounidenses, de donde se sigue con claridad que estamos gobernados por asesinos. Por ello Assange toma sus precauciones poniendo en manos de mucha gente un archivo cifrado con información sobre el asunto de BP en el golfo de México y el de Guantánamo. En el caso de que le suceda algo los poseedores de la información recibirán la clave de inmediato.

Puede que Assange sea detenido hoy. La cuestión es si se lo extraditará a Suecia cuenta habida de que parece confirmarse que la oscura causa judicial que allí se le ha abierto es un montaje político en el que se instrumentaliza a unos jueces proclives o poco escrupulosos para acabar con Assange. Algo parecido a lo que sucedió con Garzón en España. Acabar con Assange quiere decir entregárselo después al gran Inquisidor, los Estados Unidos. Si en el Reino Unido queda un adarme de respeto por the rule of law no se extraditará al australiano, haya o no euroorden, en tanto no quede claro que Suecia está tratando el asunto con la exigible legalidad y respeto al habeas corpus, cosa que no parece. Porque si los suecos ya colaboraron como siervos en los famosos vuelos de la CIA, ¿por qué no iban a hacerle ahora el trabajo sucio a los gringos?

(La imagen es una foto de biatch0r, bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 3 de desembre del 2010

Wikileaks: el Imperio contraataca.

Lo siento pero Wikileaks es lo más importante que ha pasado en el mundo en mucho, mucho tiempo. Sobre la crisis económica hay ahora una crisis política que, como aquella, es global. Sólo que en la política la crisis es una guerra: las fuerzas revolucionarias están organizadas, son eficaces, saben lo que quieren y van por ello. Al contrario que en la económica en donde la situación es de marasmo.

Más que una crisis, es una convulsión. El mundo entero está convulso. Dar un paseo por los cinco medios en posesión de los 250.000 papeles es presenciar un espectáculo realmente grotesco. No por lo que hacen los medios, que están mostrando gran profesionalidad, sino por los disparates que perpetran a diario las autoridades, sus trapacerías, servidumbres, salidas de tono. Y los medios tienen todavía material para seguir poniendo en solfa el orden internacional y los Estados.

El punto más sorprendente, me parece, es cómo la comprobación de que la realidad es lo que todo el mundo sabía aunque no lo dijera, ha provocado auténticas iras. ¿Alguien dudaba de que Afghanistán funciona merced a la corrupción? ¿Que Rusia es un Estado mafioso y que produce temor su bien llevarse con Italia porque al parecer Putin y Berlusconi hacen negocios sucios con el gas ruso? ¿Alguien ignoraba que a Berlusconi un día le da algo en sus orgías, que Brown cae mal a todo el mundo, que Sarkozy se cree Napoleón y que Karzai es un paranoico? ¿Alguien dudaba de que Marruecos es una monarquía basada en la corrupción, con el rey a la cabeza? Es de esperar que, con esta noticia, el Gobierno español se arme de valor y, confiando en el apoyo de la Unión Europea, plante cara a Marruecos de una vez, en lugar de escurrir el bulto y reprimir a los que protestan. La condena del Congreso a lo sucedido en el Sahara es todo menos una condena y, a pesar de eso, Marruecos se permite el lujo de presionar a los parlamentarios anunciando que piensa revisar sus relaciones con España, cosa que pone de los nervios a los timoratos que gobiernan el país. Porque la respuesta del Presidente de ofrecer diálogo no es precisamente gallarda. Claro que no conviene olvidar que Ceuta y Melilla quedan fuera del paraguas de la OTAN.

De cualquier modo, todo lo que está sucediendo hoy en el mundo se debe a Wikileaks. Los casos concretos, específicos, de gobernantes, gobiernos, países, son muy numerosos y tienden a serlo mucho más. Alguien ha puesto ya en marcha un buscador especial para los 250.000 cables.

Los árboles no nos dejan ver el bosque y el bosque es que Wikileaks es un ataque premeditado y en toda regla contra el principio, la base misma del orden internacional, fundamentado en la soberanía de los Estados, en la razón de Estado. A su vez, el meollo, causa y efecto de la razón de Estado es el secreto de Estado. Si éste se pierde, los Estados entran en aguas turbulentas. De ahí que todos prevean penas de prisión para quien revele secretos oficiales, un delito cercano al de alta traición.

Así que se ha desencadenado un contraataque en todos los frentes para acabar con Assange y Wikileaks. Palinuro los ha relatado en entradas anteriores. Lo más grave es que haya una orden de busca y captura contra él de un tribunal sueco por un presunto delito de violación y abusos sexuales. Si comparece ante la justicia sueca porque lo encuentre la Interpol o se entregue él mismo, en el tiempo del proceso es posible que la fiscalía estadounidense decida acusarlo de revelación de secretos de Estado y pida su extradición a los EEUU. Y aquí tienen Suecia y la Unión Europea un dilema porque una cosa es procesar a Assange por un supuesto delito común y otra hacerlo por el de revelación de secretos que, en su caso, es un típicamente político, de desobediencia civil. Al fin y al cabo, es uno de los nuestros. ¿O piensan los EEUU poner precio a su cabeza?

Los EEUU no quieren limitarse a capturarlo y procesarlo (si deciden hacerlo) sino que pretenden expulsar a Wikileaks de la red, sacarla del ciberespacio como lo han hecho de Amazon, cerrar la boca al portal y retirar su imagen misma de la red, y esto es ya otro asunto. La pretensión es, en la práctica, una condena de excomunión, más propia de la Iglesia católica que de un senador de trayectoria demócrata como Joe Lieberman. Hay aquí dos preguntas: ¿se debe hacer algo así? ¿Es moralmente aceptable callar y hacer desaparecer de la red, o sea, del mundo, páginas web, portales, plataformas, etc? ¿Vamos a restablecer el Índice? ¿Y hacerlo sin resolución judicial, mediante actos administrativos? ¿Puede haber una resolución judicial por la que se prive a alguien del acceso a la red? ¿No atenta eso contra la libertad de expresión? Cierto que esta libertad no puede ser absoluta; pero que sea limitada no quiere decir que pueda no ser

La segunda pregunta es: ¿se puede hacer? ¿Tenemos los medios para desaparecer a alguien del ciberespacio? Entiendo que sí pero la cuestión es cómo se arbitran esos medios y quién controla el proceso. Supongo que el organismo competente para entender será la ICCAN, la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números. Es un organismo internacional que en principio no depende de ningún país pero en el que, por lo que yo sé, la influencia estadounidense es determinante.

El interesante problema ahora es averiguar si la ICANN cede a las presiones yankies y expulsa de la red a Wikileaks o demuestra ser independiente de verdad. Cuestión de esperar un poco. Pero el problema es curioso. Si la ICANN cierra el ciberespacio a Wikileaks, tendrá que cerrárselo a otras plataformas que hagan algo similar, como Ushahidi. Y por cada Wikileaks o Ushahidi que se cierre se abrirán cien; entre ellas Wikileaks con otro nombre. Porque expulsar páginas, portales, plataformas de la red es como prohibir asociaciones, partidos. Y todavía más interesabte es averiguar si, en esta guerra digital es posible generar un segundo ciberespacio, dotado de otra ICANN en el que se pueda navegar de modo alternativo a internet. Si esto fuera posible, que no lo sé, el dominio occidental y, en último término, yanki de la red se habría acabado a manos, por ejemplo, de otro administrado por la China, y si alguien fuera expulsado de un ciberespacio, podría navegar por otro. Se trataría de una proyección del sistema de Estados de Westfalia al mundo virtual, en donde continuaría una guerra que ya no puede librarse en el mundo real .

De no ser así, el camino de servidumbre en nombre de la seguridad parece trazado: se empieza coartando la libertad de expresión (siempre por causas muy nobles, claro es, como la defensa nacional, la pública moralidad, etc), se sigue con la libertad de asociación y se acaba con la libertad a secas. Entonces la seguridad será máxima. Pero ¿para quién?


(La imagen es una foto de New Media Days, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 2 de desembre del 2010

La ciberrevolución.

La historia se les repite a los estadounidenses como una pesadilla: un solo menda, oculto en Dios sabe dónde, está ganándoles una guerra. Julian Assange, refugiado en algún lugar desconocido, se encuentra presente permanentemente en la red en todos los rincones del planeta con bastante más eficacia que el otro terrorista solitario, Ben Laden, en el supuesto de que exista. De que Assange exista a su vez, de que lo haga WikiLeaks, nadie tiene duda alguna y todos miran en torno suyo como los paseantes en una ciudad sorprendida por un terremoto. Caen cascotes por doquier: la Argentina y las Malvinas, Putin y el Estado mafioso, algún sátrapa periférico cometiendo masacres, los ministros, fiscales y altos mandatarios españoles en muy desairada posición de menestrales obsequiosos del Imperio. Es más de lo que el orden internacional, un poco pantouflard desde el fin de la guerra fría, puede soportar.

Tras el pasmo inicial que dejó a todos los dignatarios balbuciendo incoherencias se han desatado las furias de los cielos y los avernos en rugiente coyunda en contra del querubínico neozelandés. Después de que algunos miembros del Partido Republicano pidieran que se declare terroristas a Assange y WikiLeaks, el presidente Obama nombra a un supercomisario de protección de datos para que no vuelva a pasar lo que ha pasado. Al mismo tiempo, las autoridades estadounidenses están viendo por dónde pueden encausar criminalmente al ciberactivista. De momento tiene la Interpol detrás en cumplimiento de una extraña orden de busca y captura de la justicia sueca a causa de una muy poco clara denuncia por abuso sexual y violación interpuesta, al parecer por dos ciudadanas. Incluso me parece haber visto que los tribunales suecos archivaban el caso. Tiene toda la pinta de ser un montaje de los servicios secretos más que nada por lo inverosímil, pero a Assange no le quedará más remedio que responder ante la justicia. Por supuesto, si se declara en rebeldía, el ritmo de esta revolución se acelerará, pero es de temer que su protagonista corra mayores peligros.

Su ataque a los Estados lo ha colocado en el punto de mira de los más poderosos que están dispuestos a recurrir a los métodos que precisamente ha revelado el dumping de WikiLeaks. Escuchando al asesor del gobierno del Canadá, un científico, pidiendo que alguien asesine a Assange es evidente que el contenido de los 250.000 cables se queda corto. Y nadie, al parecer, se acuerda de que incitar a la violencia contra las personas es delito. No quiero ni pensar en lo que se estará proponiendo en el ciberespacio de la derecha: que lo troceen por lo menos. El cielo y el averno.

Amazon ha echado a patadas la web de Assange de su servidor y Assange se ha ido a Suecia país en el que se le busca por la mencionada denuncia. Esto cada vez se parece más al peregrinar de Trotski de exilio en exilio. Pero como Assange tiene sentido del humor, el twitter de WikiLeaks resumía la situación con una chanza: si Amazon está tan a disgusto con la primera enmienda (libertad de expresión entre otras) debiera dejar de vender libros. Además, el mismo Twitter de WikiLeaks colgaba una declaración por la que se ve claramente que este terremoto lo está provocando una organización (cuya cabeza visible es Assange); una organización que considera estar haciendo una revolución: WikiLeaks es el primer movimiento Samizdat global. La verdad emergerá incluso ante la amenaza de una aniquilación total. Es fuerte, ¿verdad? A los de mi generación esto nos recuerda mucho los años sesenta. Por ejemplo, el Ejército Simbiótico de Liberación, de Patricia Hearst, que nadie sabía a quién quería liberar. Samizdat es el símbolo de la revolución antisoviética. Un blog, este blog, es parte del Samizdat global. Y hay millones, cientos de millones de blogs. Ahora el desconcierto es todavía mayor. El sistema internacional parece estar entrando en una fase de locura cuando todo el mundo sabe cuáles son las intenciones que animan a los demás y cuán poco cabe aquí fiarse de nadie.

Los poderes de la tierra, los políticos, los económicos, los religiosos tienen que encontrarlo porque, si no lo hacen, este hombre y su organización revolucionan el mundo. Al mismo tiempo no pueden ser tan estúpidos que ignoren que acabar con Assange no es acabar con el problema ni mucho menos en una era en que nada ni nadie puede ya contener la difusión universal de la información. De toda la información. Hay cientos de gentes y sitios en todo el mundo que pueden hacer, y lo harán, lo que hace Assange. Eso habla en pro de que se sosieguen los ánimos y de que no sirve de nada perseguir al activista (salvo que las acusaciones de delitos comunes sean ciertas).

Porque, aunque lo persigan y lo encuentren, el problema tampoco se resolverá. Vamos a suponer que la justicia encuentra a Assange antes de que lo hagan los servicios secretos o una organización de killers profesionales y que, para procesarlo y por su propia seguridad, van a encarcelarlo. Tendrá que ser en un penal especial porque mezclado con otros reclusos ese hombre está en peligro. Y ¿de qué sirve tenerlo en la cárcel? ¿Van a prohibirle el acceso a internet? ¿Eso es admisible?¿Estamos dispuestos a restaurar la Inquisición para proteger lo que creemos que son nuestros intereses?

(La imagen es una foto de adamfeuer, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 1 de desembre del 2010

Realidad dos punto cero.

Hay que seguir hablando de WikiLeaks porque el asunto lo requiere. Público saca en portada a Julian Assange diciendo que Clinton debería dimitir. Y es verdad. Pero como Clinton deberían dimitir todos los políticos, dignatarios, cargos públicos que han hecho o dicho algo vergonzoso, incluso delictivo. Y en el mundo encarna la utopía anarquista porque los gobiernos se desmoronan.

Es muy interesante el caso de Julian Assange. La imagen de la izquierda reproduce su rostro sobre la leyenda que está siendo ya el símbolo mismo de este movimiento y de la propia WikiLeaks: la verdad saldrá a la luz. Una afirmación en la línea de la vieja tradición del radicalismo liberal de Stuart Mill cuando mostraba su fe en que la verdad se impondrá sobre el error siempre que se puedan cotejar libremente. Lo que Assange está mostrando es que eso sucederá incluso aunque, por obra de la censura y el secretismo, los gobiernos traten de impedirlo. La lucha continúa. La lucha entre la razón de Estado de las grandes medianas y pequeñas potencias (que en esto todos los gobiernos del mundo forman una piña de intereses solidarios, desde los EEUU hasta Vanuatu) y la humanidad por su derecho a saber.

Humanidad va a hacerle falta porque truena ya sobre su blonda cabeza y su rostro casi albino. Miembros del Partido Republicano en los Estados Unidos piden que se declare terroristas a Assange y WikiLeaks. Que te declare terrorista el baranda del cotarro debe de ser un plato tan de gusto como cuando algún clérigo iraní de furibunda mirada y poblada barba te lanza una fatua; salvando las distancias, naturalmente, cada vez más cortas.

La entrevista a Time de la que habla Público se celebró por skype desde algún "lugar desconocido", dice la revista. Es como Ben Laden, que también vive en lugares desconocidos. Todo muy natural. Es la guerra digital, que se libra en el ciberespacio. Assange está en todas partes y en ninguna. Sus armas son archivos, en el fondo, bytes. Pero tiene revolucionado el planeta.

Preguntan mucho a Assange que si está en desobediencia civil y dice que no, que él es un obediente civil que quiere que la ley se cumpla. Él dirá lo que quiera pero es obvio que lo suyo es desobediencia civil de manual: alguien que quebranta la ley pacíficamente por razones morales. Porque ley, la hay. En todas partes hay ley de secretos oficiales y violarla está muy penado. Los gobiernos van en principio siempre contra los desobedientes civiles. Luego, si la causa de la desobediencia se extiende, pueden volver sobre sus pasos. Los ejemplos morales suelen tener mucho apoyo social, arrastrar a las masas, como Gandhi o Martin Luther King. En este caso, era digital, esa etapa se ha cubierto ya. Assange es conocido en el mundo entero y proceder contra él despertaría el rechazo de muchísima gente. WikiLeaks es una empresa sin ánimo de lucro y eso da a la actitud de Assange mayor valor moral: está jugándose la vida por una creencia. No por dinero. Y a estas alturas podría tener el que quisiera. Pero no lo hace y pone su codiciado material en manos de medios que son serios, sí, pero tienen ánimo de lucro, porque a la postre son empresas mercantiles. Estos medios han empezado a hablar de cuestiones deontológicas de donde se sigue que se han puesto de acuerdo para no publicar lo que juzguen que puede poner en peligro la vida de personas y no sé si algo más. En definitiva, a censurar, aunque por una noble razón. Claro que no conozco censor que no invoque razones nobles.

El dumping de informaciones revela un mundo por debajo del mundo, una realidad dos punto cero que lo que tiene de más asombroso es cuánto coincide con la imagen que todos teníamos de ella. ¿Alguien se extraña de que el embajador gringo sea un presunto espía? Los embajadores de los Estados Unidos parecen actuar como 007. Pero eso sucede con todos los embajadores del mundo en cuya nómina entra acceder a la mayor información posible del país ante el que están acreditados, sin ser muy delicados en cuanto a las vías. La diferencia está en el poder que tienen. En el caso de los yankies el embajador, además de espía, puede actuar tranquilamente como procónsul imperial. Y así lo hace cuando lo cree conveniente. Esa advertencia de uno de ellos de "se me está acabando la paciencia" en relación con un caso judicial español suena a mafia.

Porque si la actitud de los gringos es eso, imperial, la de sus interlocutores en diversos ámbitos de las instituciones soberanas del Estado es servil. Que parezca que los fiscales reciben órdenes del procónsul produce una impresión lamentable que tiene de uñas al establishment liberal nacional español. Y dentro de lo que cabe, al ser España un aliado clave, al decir del embajador yanki, Mr. Solomon, el trato que recibe el país es de mucha consideración. Donde tienen los estadounidenses un verdadero carajal es en la zona del Irak, Pakistán, Afganistán. Y ahí es en donde le dicen al Jefe del Estado lo que tiene que hacer o lo hacen por él. La vergüenza la ponen de nuevo esos países musulmanes dispuestos a pactar con el Imperio contra otros países musulmanes.

A vista de pájaro, el dumping de WikiLeaks nos ha dejado a todos en plena realidad dos punto cero.

(La primera imagen es una foto de R_SH; la segunda de biatch0,ambas bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 30 de novembre del 2010

El ratón y el elefante.

Ayer fui víctima de un arrebato de patriotismo. Estaba pendiente de lo que sucedía con WikiLeaks, pero me sentí en la obligación de subir una entrada sobre las elecciones catalanas. No obstante, no pude contenerme y escribí un artículo para Insurgente, titulado (WikiLeaks: el derecho a saber). Porque, con todos mis respetos a Cataluña, al lado del zambombazo de wikileaks sus elecciones son como el ratón a la montaña.

Este Julian Assange (por cierto, rara vez se le ve sonreir como en la foto), con esa pinta entre efebo y querubín, está poniendo patas arriba el mundo entero. Ha creado, además, un formidable estado mayor mediático con las cinco cabeceras de prensa más significativas de Occidente (NYT, The Guardian, Le Monde, El País, Der Spiegel) puestas a administrar la potencia de fuego de los 250.000 cables secretos de los EEUU en los que se pasa revista al mundo entero. Y ahí están las redacciones, presas del pánico escénico, muy conscientes de su responsabilidad, soltando cañonazos contra países (la China, la Argentina, Turquía), contra organismos (la ONU), contra personas (Sarkozy, Gadaffi, Berlusconi, Putin). Lo que esos 250.000 cables revelan es la realidad de la realidad. Y todavía le falta un pedazo. Los más avispados ya han visto que no hay nada gordo en los papeles. Me refiero a secuestros, asesinatos y cosas así. Es lógico: son cables de las embajadas que han pasado por la base de datos de SIPRNet, que es un protocolo entre el ministerio de Defensa y el de Exteriores. No está la CIA. Cuando salgan sus papeles se cubrirá la laguna y es de esperar que no de cadáveres.

Cada uno de los periódicos citados dedica la primera a Wikileaks y piensa seguir haciéndolo; cada uno a su modo. Casi no he visto opinión. Sólo he encontrado un artículo, magnífico por lo demás, de Heather Brooke en The Guardian titulado WikiLeaks: the revolution has begun – and it will be digitised, que es de donde he sacado el enlace al SIPRNet. Y me parece magnífico porque dice lo mismo que yo o yo lo mismo que ella, que da igual, esto es, que la existencia de Wikileaks es el anuncio de la revolución digital en marcha, algo completamente nuevo. Se acabó el secreto de Estado, la razón de Estado, el Estado. Internet nos ha conectado a todos a la globalización, no sólo a los Estados; a todos. Nos ha puesto en un continente nuevo en el que está todo por hacer.

Lo de menos es ahora que se compruebe que el comportamiento de los EEUU es como todos lo imaginamos, al margen del derecho, de la justicia, de la sensibilidad. Las revelaciones corroboran lo que ya sabíamos y ya nos permiten hablar claro en lugar de tenernos rezongando para nuestro coleto. Porque cuando decían que en el Irak había armas de destrucción masiva todos sabíamos que mentían, ellos los primeros; pero no podíamos decirlo por falta de pruebas. Cuando dicen que no apoyan a tal o cual tirano seguimos sabiendo que mienten y lo hacen. El mérito de Wikileaks es sacar esas mentiras a la luz. Ahora tenemos las pruebas.

Lo de más son las reacciones. El ministerio de Exteriores de los EEUU dice que se trata de un ataque a la Comunidad internacional, cosa sólo admisible si se acepta que la Comunidad Internacional son los Estados Unidos y, puestos a seguir aceptando, también se acepta que son los Estados Unidos quienes deciden qué es y qué no es un ataque a la Comunidad Internacional. Dicho con más claridad: invadir un país, arrasarlo, asesinar y torturar a sus habitantes en contra de la voluntad de la Comunidad Internacional no es un ataque a la Comunidad Internacional. Denunciar el atropello sí lo es. Añaden los gringos por boca de la incalificable señora Clinton que se trata de un delito grave. Ya lo creo: revelación de secretos de Estado, un tipo de delito relativo a ese bien público de imprecisa formulación que se llama la defensa nacional, en cuyo nombre muchos piensan que puede hacerse todo, incluso delinquir. Pues nada, que pongan en marcha los procedimientos judiciales pertinentes, que van a cubrirse de gloria.

Al margen de las cuestiones jurídicas, la repercusión política es inmensa. Los diplomáticos han perdido sus exquisitas maneras y están que se suben por la paredes. Claro, quedan bastante mal parados, como gentes sin escrúpulos y su oficio se ve seriamente cuestionado. ¿Qué tirano te hará hoy una confidencia sabiendo que mañana puede encontrársela en los kioscos del ciberespacio?

Wikileaks es un arma en el ciberespacio, digna hija de Wikipedia que, en el fondo, es otra Wikileaks sólo que lo que Wikipedia filtra son conocimientos. En lo demás, son iguales: difusión de información en el ciberespacio.

Porque tal es el segundo aspecto de Wikileaks cada vez más claro: esto es una guerra, una guerra en el terreno de la información y en la que no hay frentes ni modo de distinguir al amigo del enemigo. Hemos reventado las claves del enemigo (los poderes de la tierra) y está a nuestra merced. La transparencia mata el poder. Ahora hay que pensar por dónde llegará el contraataque y qué forma tendrá. En el artículo citado Brooke se pregunta si podemos tener por delante una forma nueva de totalitarismo. Es posible. Pero también lo es lo contrario. La guerra no ha hecho más que comenzar.

(La imagen es una foto de andygee1, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 24 de novembre del 2010

Un poco de autobombo.

Quizá algún amable y desocupado lector recuerde que cuando un 29 de noviembre del año pasado, con gran dolor de mis entretelas, cerré Palinuro, decía que el blog me llevaba mucho tiempo, que estaba escribiendo dos libros y temía no poder terminarlos. Asimismo decía que "Ello no quiere decir que el cierre sea definitivo sino transitorio y durará el tiempo que tarde en acabar las dos obras en cuestión; pueden ser meses y pueden ser años.". Al final fueron meses; exactamente nueve meses y veintiún días. El cómputo exacto trasluce que, como buen bloguero, siento la lejanía del blog como una enajenación, un exilio de mi reino, de mi doble Palinuro, a quien tanto debo. Alejar a un bloguero de su blog es como separar dos amantes, esa tragedia que tan morbosa como lúcidamente analiza Igor Caruso; en el extremo, motivo de muerte. Por suerte o por desgracia ese rasgo de pasión y genio me ha sido negado así que en lugar de suicidarme aproveché para reflexionar sobre el bloguerío y dentro de poco emborronaré una entrada con mis últimas meditaciones sobre el susodicho.

Se cumplió por fin el propósito de la separación y escribí los dos libros, al tiempo que traduje otros dos. De los dos escritos por mí, uno de ellos está ya en la calle y es el de la imagen. Sus detalles pueden ir a verse en la güeb del editor, Tirant lo Blanch, en donde cabe leer algunas páginas de la edición que se encuentra disponible en papel y como descarga en la red. La obra trata de lo que dice el título y mi propósito ha sido sistemático: la incidencia de internet en las instituciones y actores de la política contemporánea; la relación entre la red y los demás medios de comunicación; y el replanteamiento de las grandes cuestiones políticas (la guerra, el feminismo, el ecologismo, el multiculturalismo y el individualismo) en el ciberespacio, que es un supraespacio público en el que lo colectivo se mezcla con lo particular y privado para dar una mezcla de incalculables consecuencias. Sería estúpido que hablara de la calidad de la obra, de forma que aquí dejo el asunto.

El otro libro, Memoria del franquismo, está en imprenta y tiene prevista salida en la editorial Ramón Akal en febrero de 2011. Ya hablaré más por entonces. Además de éste también se han publicado las dos traducciones, ambas asimismo en Tirant lo Blanch, Introducción a la Teoría Política, de Andrew Heywood y La transformación del Estado, de Georg Sorensen, dos muy apreciables textos de distintas materias que vienen muy bien en la Universidad. El baranda de Tirant, Salvador Vives, es el editor con el que sueña todo escribidor: toma decisiones, corre riesgos, es académico y expeditivo.


EL PAPA EN VALLEKAS

El otro día participé en el debut de un programa político de Tele K llamado La tuerka en formato tertulia. Pero no de esas tertulias de cadenas consagradas y TDTs de lujo en las que corre el vino y el verbo incendiario, sino más de tipo tele marginal con sillas de sky y mejor voluntad que comodidades. Por no tener no tienen ni maquillaje con lo que los cinco que intervinimos estuvimos al crudo natural. Menos mal que, como los focos tampoco eran muy potentes, la cosa no ofende. Aparte del presentador, Pablo Iglesias, un joven profesor de Políticas de fuerte espíritu fáustico, los participantes éramos Leo Bassi, el bufón al que quieren triturar en los



tribunales los sólitos furibundos defensores de Covadonga, Roncesvalles y el 18 de julio; Rosario Segura, representante de Europa laica; Alberto Hidalgo, de la Federación estatal de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (FELGTB); y yo, que sólo me represento a mí mismo y no siempre con gran convicción.

El caso es que lo pasé muy bien. Desde que, al ganar las elecciones el PP en 1996, me echaron de todos los medios por abominable felipista, no había vuelto a pisar un plató, de esos desde los que ahora se lanzan procacidades. Y aunque el de Tele K es más plato que plató, fue un interesante reencuentro.

El programa era muy ágil, estaba muy bien cronometrado, Pablo lo llevaba como si no hubiera hecho otra cosa en su vida, hubo vídeos simpatiquísimos, y mis contertulios dijeron cosas muy sensatas y verdaderas, de esas que no se escuchan por las teles al uso. Lástima que Tele K sea tan insignificante ante la gran tanga mediática como Joseph K ante su proceso. El programa debería llegar al Vaticano. El Papa debiera visionarlo. Tendría otra idea de su misión en la tierra. Respetuosa pero crítica.

diumenge, 19 de setembre del 2010

Palinuro vuelve al blog.

A fecha 30 de septiembre de 2009, hace diez meses y veinte días, con una entrada titulada Palinuro echa el cierre, interrumpí temporalmente este blog con gran pesar mío. Los compromisos editoriales me agobiaban, no daba abasto y temía acabar haciendo lo que más odio en este mundo, incumplir promesas. Contaba entonces que estaba escribiendo dos libros y no tenía tiempo para el blog. No quería parecer presuntuoso pero la verdad es que estaba escribiendo dos libros y traduciendo otros dos y andaba algo nervioso. Las traducciones están hechas y los libros escritos. Su estado es el siguiente:


  • una traducción (Introducción a la teoría política, de Andrew Heywood, ya publicado por Tirant lo Blanch, Valencia.

  • un libro original, La política en la era de internet, también publicado ya en la misma editorial

  • otra traducción: La transformación del Estado, de Georg Sorensen, en prensa, que aparecerá en diciembre de 2010, siempre en Tirant lo Blanch, Valencia.

  • otro libro original, Memoria del franquismo, en prensa, que aparecerá en febrero de 2011 en Ramón Akal, Madrid
  • .

Habiendo cumplido los compromisos regreso al blog y espero poder administrarlo juiciosamente, de forma que no vuelva a jugarme una mala pasada. Caso de ser así, tendría que interrumpirlo de nuevo porque, a pesar de los vaticinios que me atrevo a formular en el libro sobre Política en la era de internet, Gutenberg sigue mandando mucho, aunque cada vez menos.

Apenas si hay alteraciones en el diseño de la bitácora. La imagen de portada sigue cambiando cada mes. Éste le ha tocado a Turner, que anda de exposición en el Prado de Madrid con un tema palinúrico: Ulises escapa de Polifemo. Añádense las consabidas actualizaciones en la barra de la derecha. No abro la opción de comentarios. Ya sé que para algunos es un fastidio pero otros, entre ellos yo mismo, me lo agradeceremos. En el apartado Sobre este blog de la derecha se dan las razones que, en definitiva, se basan en sostener que un blog de autor no es el diván del psiquiatra. En lo demás todo sigue igual, excepto el autor, que es casi un año más viejo.

Y como ya está bien de asuntos personales, invito al respetable a leer una crónica de la visita de Benedicto XVI a Gran Bretaña.


(La imagen es una foto de inju Kevin Lim, bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 17 de juliol del 2009

El secular atraso.

Estamos en Carmona, a unos treinta kms de Sevilla, a donde he venido a participar en un curso de verano de la Universidad Pablo de Olavide sobre los treinta años de democracia en España y de lo que a lo mejor comento algo mañana. El lugar desde luego es hermosísimo. Nos alojamos en el parador nacional del alcázar del Rey don Pedro ("el cruel") que es el antiguo alcázar árabe, una construcción amurallada que da sobre el valle del río Carbones y tiene unas vistas espléndidas. Está todo estupendo salvo que no hay conexión a internet en las habitaciones. Afirma la dirección del establecimiento que, sin embargo, hay un servicio wi-fi en la zona de recepción, pero eso tampoco es cierto; no lo hay. Cómo se puede tener un establecimiento hotelero sin conexión a internet a estas alturas es para mí incomprensible y cuando protesto me miran como si fuera un enajenado. Sin embargo insisto: no garantizar el acceso a internet en un hotel es como no garantizar agua corriente. No me extraña que el negocio de paradores sea ruinoso si quienes se ocupan de ellos muestran tal grado de ineptitud.

El parador dispone de un habitáculo de menos de un metro cuadrado con un ordenata con conexión a internet por cable y cabida lógicamente para una persona encaramada a un taburete, como los funcionarios públicos en la peli de Fritz Lang, Dr. Mabuse. Hace falta tener voluntad de bloguero impenitente para venir aquí a achicharrarse de calor, ya que, con 42º grados fuera, el gabinete de internet tiene enmoquetadas las paredes. Llevo años encontrándome en las más asombrosas situaciones en los hoteles españoles en lo que hace a internet, pero lo del parador de Carmona excede todo lo que he visto hasta la fecha. Pero España es esto y, más concretamente Andalucía, donde todo el mundo habla de la nuevas tecnologías pero la realidad sigue siendo la del atraso secular.

divendres, 8 de maig del 2009

¿De qué va internet?

Internet es sinónimo de coste cero o gratuidad y ya se ve que todas las broncas que se arman giran en torno a esa cuestión con el conflicto claramente delimitado: unos quieren que otros paguen por acceder a sus productos por internet; otros no quieren pagar por eso. Hasta ahora en el mundo pre online los derechos de autor estaban mejor o peor protegidos, por lo general bien y hasta cuentan con una organización internacional de mucho empaque destinada a protegerlos, la OMPI (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual) que, con la llegada de internet puede acabar en el cuarto de los trastos viejos, junto a la rueca y el huso, como decía Engels que acabaría el Estado. La rueca y el huso, el mundo de la bella durmiente.

En España, la Sociedad General de Autores está dispuesta a que nadie pueda "bajarse" película, vídeo, música algunas sin pagar el correspondiente fielato. Para ello ha incrustado a una de las suyas en el Gobierno como ministra de Cultura. Francamente, una razón más para pedir la abolición de ese ministerio, su incorporación al de Educación o su reducción a una agencia efectiva y autónoma como el Instituto Cervantes. Limitar el acceso en la red a unos u otros productos es muy difícil y, sobre todo, muy costoso y con escasa eficiencia. No solamente porque cuanto más mejoren los mecanismos de control mejores serán las posibilidades de burlarlos, sino porque tampoco hay unidad de criterio respecto al tratamiento de los problemas en internet. Hay muchos creadores que cuelgan sus productos directamente en la red (canciones, música, novelas, etc) para consumo libre y gratuito y lo hacen por diversas razones; una de ellas es que esa es una buena forma de darse a conocer. Para que el sistema de derechos de autor funcione habrá que obligar a quienes quieren ponerlo en abierto a cobrar por sus productos en contra de su voluntad, cosa que no parece viable.

El señor Rupert Murdoch, habiendo echado cuentas de sus negocios de prensa en sus influyentes diarios, llega a la conclusión de que la caída de ingresos de publicidad en el papel obligará a volver a un sistema de cobro de la lectura de periódicos en internet. Eso ya se intentó hace diez años y fracasó. El único periódico español que no es en abierto es El Mundo y no parece que eso compense por la pérdida de popularidad de sus productos. Los periódicos que cobren por acceder en red perderán audiencia. No sé si la alternativa consiste en insistir en el modelo y adecuar los ingresos por publicidad a la realidad económica de los medios en la red, pero lo que está claro es que el intento de cobrar no trata de resolver la crisis de los medios online sino la de los medios de papel que son los ruinosos. Y ese de que paguen justos por pecadores es un mal criterio empresarial. Si el papel no renta hay que cerrarlo o pedir subvenciones, pero no gravar la línea de negocio de los medios online cuya característica esencial es que sus cifras de facturación y negocio son moderadas. Y ese es el problema: que la prensa de papel se había acostumbrado a unos márgenes y beneficios que son insostenibles y, en lugar de adaptarse (si puede), trata de cerrar el chiriguito de la competencia, aunque sea de la misma casa. Pero como eso es imposible porque internet es un mundo abierto, la solución no funcionará.

(La imagen es una foto de Violinha, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 23 d’abril del 2009

Democracia mediática.

Ya ha salido la última oleada del Estudio General de Medios con datos de marzo de 2008 a abril de 2009 que son muy esclarecedores de cómo se distribuye la población española a ambos lados del eje izquierda-derecha, ese que según grandes pensadores/as, como doña Ana Botella, ya no funciona en nuestras sociedades y está superado. Consuela que los tres diarios progresistas, esto es, El País, El periódico de Cataluña y Público lleguen a los 3.741.000 lectores, mientras que los periódicos reaccionarios, El Mundo, ABC y La Razón se quedan en 2.456.000, 1.200.000 lectores menos. Como es bien sabido la derecha suele acusar al grupo Prisa (El país) de ser un monopolio. Es obvio que se trata de una mentira. Tres periódicos progresistas contra tres reaccionarios y ello sin contar las demás docenas y docenas de diarios que hay en el país. ¿Qué quiere decir aquí "monopolio"? Obviamente, nada, salvo disimular la envidia y la irritación que, al parecer, se siente cuando uno ve que en un mercado libre, la competencia te gana por un millón doscientos mil lectores. Como no pueden competir en buena lid, recurren al engaño sin que eso les sirva de mucho: la prensa progresista bate a la reaccionaria en proporción de tres a dos. El Estudio General de Medios da también los datos de la audiencia de radio. Y de nuevo es un placer observar que una emisora progresista privada, la cadena Ser, tiene tantos seguidores como las otras dos también privadas y reaccionarias juntas, Onda Cero y la COPE. Pero lo verdaderamente mirífico es que, a pesar de contar con ese locutor talibanizado, dedicado a insultar urbi et orbi todos los días desde su micrófono, la Cope está tercera en audiencia, por detrás de Onda Cero y con un total de oyentes de 1.861.000. Es estupendo porque quiere decir que esa máquina de injuriar y vilipendiar no tiene tanto eco como cree en Madrid y en España en general. Ya me extrañaba.

Ahora bien, hay un dato en este último EGM de especial interés para los blogueros y los internautas de todo tipo, que es el consumo de internet en España. Como se aprecia en el gráfico de la izquierda, que mide el consumo de los distintos medios de comunicación (diarios, cine, revistas, televisión e internet) la serie empezó en 1997 hasta hoy. En ella pueden verse con ligeras variantes, todos los medios tienen una línea de consumo de valores constantes, con ligeros descensos todos más o menos por igual. Sólo la prensa escrita asciende ligeramente en los últimos ocho años, mientras que los suplementos tienen una clara tendencia al descenso. En el caso del cine el descenso también es continuo, aunque gradual, no tan pronunciado como con los suplementos o "colorines". Pues bien, de todos los medios analizados en los últimos doce años, el único que muestra un crecimiento permanente, ininterrumpido y pronunciado es internet que ha pasado de ser algo que manejaban en España unos 900.000 internautas a los 31,7 millones de hoy y seguimos subiendo. Está claro cuál es el medio del futuro (en otros cuadros del EGM se desglosan los consumidores de internet por edades, profesiones, sexs, etc) y no hace falta decir que la inmensa mayoría de los chavales y los jóvenes están conectados a la red. Y esto no hay quien lo pare. Mi periódico, Público que, en edición de papel alcanza sólo 190.000 lectores porque es una aventura empresarial muy reciente, tiene 390.000 en su edición digital. Ahora sí que puede decirse que quien no está en la red no está en el mundo; al menos en el mundo de mañana.

dimarts, 30 de desembre del 2008

Signo de los tiempos.

A partir del 1º de enero de 2009, pasado mañana, dejará de editarse en papel el Boletín Oficial del Estado. Una publicación con casi 350 años de historia pierde el soporte de papel y pasa al mundo digital sin merma de su eficacia jurídica. Ya hacía tiempo que cabía consultar las dos versiones simultáneamente y en esa pacífica competencia de ambos formatos pudo comprobarse que el digital aventaja al de papel en todos los terrenos: cualquiera que disponga de un ordenador y conexion a la red puede consultarlo gratuitamente a cualquier hora del día desde el momento en que la Dirección General responsable de su edición lo cuelgue en la red. No hay limitación de horarios, festivos ni cierre por vacaciones. Y tampoco por lugar de residencia; la consulta podrá hacerse desde Madrid o desde Melbourne. Además, la página web en que se publica tiene un completo servicio de búsqueda histórica en la que se pueden consultar los BOE anteriores y hasta la histórica Gazeta del siglo XVIII y la búsqueda lleva segundos. No hace falta decir que, como sólo se imprimirán los ejemplares necesarios para cumplir el requisito del depósito, el ahorro en papel será considerable y, con el papel, tinta, maquinaria, locales, almacenes, vehículos de reparto, etc.

La virtualización del BOE es un progreso en el camino del convencionalmente llamado gobierno electrónico cuyo objetivo es garantizar las relaciones entre las administraciones y los administrados a través de la red. Los únicos que se sentirán molestos con esta decisión serán aquellos que se niegan a adquirir las (escasas) competencias necesarias para navegar por la red, una actitud que, al tratarse de gente de nivel cultural entre medio y alto, sólo puede entenderse como muestra de incuria. El otro aparente argumento de la equidad (¿qué pasa con quienes no disponen de ordenador y/o acceso a la red?) carece de valor desde el momento en que en nuestra sociedad abundan los puntos de acceso a internet públicos tanto gratuitos como de pago.

divendres, 3 d’octubre del 2008

No dejéis que los niños se acerquen a ellos.

La policía ha desmantelado la enésima red de pedófilos en internet. En una investigación de meses ha descubierto 18.000 conexiones en 75 países. 1.600 conexiones en España en donde se ha detenido a 121 personas y hay 96 imputadas por distribuir pornografía infantil a través de la red. Según EFE, entre 2003 y 2007 se detuvo a 974 personas en España por idéntica actividad y en lo que va de 2008 llevamos ya 359. Digo esto porque lo primero que me llama la atención de este delito es la cantidad de gente que lo comete. Y siempre hombres. Da que pensar, aunque no estoy nada seguro de llegar a conclusión alguna. ¿Por qué sólo hombres?

Según parece la pornografía adulta tiende también a ser masculina si bien según mis noticias la hay asimismo para consumo femenino. Esta pornografía de mayores se entiende porque aunque deformada o "viciada" tiene su arranque en el erotismo, aquella fuerza de universal imperio a la que Hesiodo atribuye en parte la responsabilidad por el origen del mundo, de los dioses, de todo. Pero encuentro imposible de entender la pornografía infantil, aunque no toda. Parte de ésta arranca también del erotismo de los adolescentes e impúberes que es asunto complicado que ha pasado por distintas etapas en la historia. Algunas culturas (Grecia, Egipto) no han visto mal las relaciones sexuales de adultos con adolescentes y en muchas otras, como la cristiana occidental sin ir más lejos, se han admitido hasta hace relativamente poco matrimonios de adultos con niñas de doce o trece años y eso parece no ser infrecuente hoy entre los musulmanes si no ando equivocado.

Gran parte de los países occidentales ha situado la mayoría de edad para relaciones sexuales "legales" en torno a los dieciocho años, si bien todos sabemos que en muchísimos casos la iniciación sexual de los adolescentes de ambos sexos se produce antes, entre los catorce y los dieciocho. Se trata de una de esas típicas situaciones en que la norma regula una realidad social rebelde y probablemente sea sensato (es decir, conservador que es lo que quiere decir "sensatez" en este contexto) seguir así.

Sucede además que esa realidad social rebelde viene alimentada o se alimenta ella misma de una idealización literaria y artística de la sensualidad y el erotismo de la adolescencia. No es necesario ir al Marqués de Sade para dejar constancia de ello. A lo largo de la tradición cultural europea, desde el mito de Ganimedes hasta la Lolita de Nabokov, hay un retorno permanente a ese territorio oscuro y también fascinante del atractivo adolescente. Considérese a la derecha el San Juan Bautista adolescente de Michelangelo Merisi (Caravaggio), obra pintada hacia 1600 con un evidente regodeo en los aspectos más carnales de la imagen que es erótica pero no pornográfica en modo alguno. O piénsese en algunas de las figuras impúberes de Balthus o en las de su hermano Pierre Klossowsky sobre quienes Palinuro posteó en su día.

Por supuesto, al tratarse de cuestiones de juicio estético no hay modo de resultar convincente en la materia salvo para quienes estén de antemano de acuerdo con uno. Si al juicio estético se le añade como en este caso el ético esa imposibilidad se convierte en algo absoluto. Traigo un nuevo ejemplo: contémplese más abajo el cuadro del cursi de Bougereau titulado Admiración (1897). Eso sí que me parece detestablemente pornográfico en su relamida y falsa ingenuidad. Así que como el asunto es opinable, hay tradiciones y tendencias para todos los gustos y las cosas no están muy claras es acertado mantener la edad de los dieciocho años como límite y perseguir a quien se lo salte.

Pero es que en el caso que nos ocupa aquí no solo se trata de adolescentes, impúberes, en definitiva, menores de edad pero mayores de ocho o diez años, no; es que se trata de bebés, de niños de meses, de uno o dos años. Y esto sí que me deja atónito y confieso ser incapaz de comprender que alguien encuentre sexualmente atractivo a un bebé. Ciertamente que éste es un territorio muy complejo en el que hay que tener mucho cuidado a la hora de calificar unos u otros comportamientos como "aberrantes", "degenerados" o lindezas de ese tipo. Es más, me niego a admitir que haya comportamientos sexuales "aberrantes" o "degenerados" desde el punto de vista del que los practica porque, de admitirlos, abrimos la puerta a que la autoridad nos diga qué podemos y qué no podemos hacer en la cama. Otra cosa es, por supuesto, el interés de aquel sobre el que se ejerce ese comportamiento que, tratándose de niños prevalece sobre cualquier otra consideración. O sea que, aunque yo sea incapaz de comprenderlo, el comportamiento del pedófilo no será "aberrante" o "degenerado", pero es un delito, un crimen especialmente odioso.

Y vuelvo a la pregunta del comienzo: ¿qué punto oscuro tenemos los hombres para que ese delito sea específicamente masculino? ¿Qué diablos tiene en la cabeza un hombre cuando visiona complacido pornografía infantil o abusa sexualmente de un niño? Si, como dice el poeta, "en el niño sólo hay libertad" ¿qué lleva al pedófilo a arrebatársela?

(La primera imagen es una foto de Southworth Sailor, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 19 d’agost del 2008

Internet y abre España

Originariamente vi la noticia en El País, sobre que Internet supera a la prensa como fuente de información en EE UU y luego me fui a la fuente, que el periódico citaba religiosamente, esto es, The Pew Research Center for the People & the Press donde en efecto quedan muy claras las tendencias de los tiempos que corren: descenso generalizado de la prensa de papel y de la televisión y ascenso de internet. Y todo ello a mucha velocidad. La encuesta telefónica del Pew Research Center con una muestra nacional de 3.615 personas (2.802 con teléfonos de mesa y 813 con móviles) tiene un margen de error de más/menos dos. Los datos permiten comparar en serie histórica de quince años, desde 1993 a 2008 y los resultados son llamativos. Preguntada la gente qué medios emplea para mantenerse informada de la actualidad se ve que los periódicos de papel han perdido veinticuatro puntos porcentuales (de 58% a 34%) en esos quince años, la radio doce (de 47% a 35%) y, lo que es más curioso, en algunos casos la televisión es la que más ha perdido de todos: veintidós puntos en las noticias de la TV local (de 47% a 25%) y treinta y uno en el de las noticias de la noche (de 60% a 29%). ¡Qué breve ha sido el reinado del medio de comunicación del que llegó a decirse que barrería a los demás y sobre el que se han escrito bibliotecas enteras a veces muy ominosas, sosteniendo, entre otras profecías, que el homo sapiens sería sustituido por el homo videns; al menos tal cosa vaticinaba Giovanni Sartori a comienzos de los años noventa en su famoso libro Homo videns!. A lo mejor puede reemplazarse hoy por el homo navigans. De hecho este blog se llama Palinuro, consumado piloto de navío. Porque el porcentaje de quienes acuden a la red para informarse ha pasado desde un miserable dos por ciento a un treinta y siete por ciento en 2008; un acenso vertiginoso.

El desglose más fino muestra que este 37% de gente que se informa en internet procede de clase media-alta y alta y es bastante joven. Pero estos dos datos se corregirán a lo largo del tiempo, el primero porque el acceso a la red se abarata a ojos vistas y seguirá haciéndolo en el futuro ya que es un instrumento imprescindible para moverse en sociedad, y el segundo, porque los jóvenes de hoy serán viejos en cuarenta años y, para entonces, la proporción de usuarios de internet se habrá multiplicado por dos o más de dos, mientras que el uso de los demás medios seguirá descendiendo. Recuérdese también que lo que pasa en los EEUU pasa en unos años en este oscuro rincón del imperio.

A estas alturas sería pretencioso que me empeñara en explicar el porqué del fulgurante ascenso de internet y el imparable descenso de los medios "tradicionales", incluida, quién había de decirlo, la vieja "tele": la rapidez de acceso (todo al instante), la enorme abundancia de información (desde la más generalista a la más especializada en todos los campos del saber), la actualización permanente (tiempo real) , la disponibilidad a todas horas y todos los días del año (internet no cierra ni se va de vacaciones) , el carácter de multimedia (mezcla de cine, televisión, música, imagen, sonido, texto), la inmensa versatilidad de cometidos (sirve para hablar por teléfono, hacer la compra, reservar habitaciones, sacar entradas, "chatear" y hasta delinquir) hacen que no tenga rival.

Sólo insistiré en un tema que para mí fue decisivo, el de la libertad en todos los órdenes. Libertad de creación, desde el momento en que se borran los límites entre lo público y lo privado: quien tenga algo que decir, escribir, cantar, pintar, vender, comprar, etc sólo tiene que colgarlo en la red. Luego tendrá la audiencia que tenga, que ese es otro asunto pero, sea la que sea, lo que se haya subido estará disponible aquí o en el Japón sin problema alguno. Por ejemplo, ¿qué es un blog como éste? Un diario personal en el que el autor hace público lo que le parece y lo hace en todo el mundo. Como puede hacerlo todo el mundo que tiene la posibilidad de hablar como el Papa, urbi et orbi.

Libertad de expresión: el autor hace público lo que le parece y es único responsable de lo que cuelga en la red, de la forma y el fondo, sin tener que dar cuentas a nadie, salvo a la Justicia si llega el caso, sin recibir consignas, sin esperar el visto bueno de algún comisario político ni temer la inevitable censura de cualquier menda que funja de director de uno de esos medios que, salvo alguna honrosa excepción, son partidos políticos en los que casi todos los articulistas y reporteros enfocan las noticias desde el mismo punto de vista.

Libertad de exposición: los blogs, las páginas web, internet en definitiva, siendo el territorio de la información y la comunicación, permite que cada cual conserve todo lo que ha ido subiendo con el tiempo, bien ordenado y clasificado (si se ocupa de ello), de forma que cualquiera puede consultar como en una hemeroteca o en un archivo los escritos del pasado sin más límite de tiempo que el que lleve funcionando la página, lo cual es muy cómodo para el usuario y timbre de orgullo para el autor que ido haciendo su obra a la vista del público. Por ejemplo, los lectores de este blog pueden acudir a la columna de la derecha donde encuentran todas las entradas de dos años debidamente clasificadas por temas, los libros, las películas, las exposiciones, los comentarios de actualidad, de política, de economía o de arte; todo. ¿En qué otro medio puede hacerse algo así?

(La imagen es una foto de faiper, bajo licencia de Creative Commons).