El señor Gunther Grass ha echado una mano a su colega señor Saramago diciendo que el vaticinio de éste de que España y Portugal acabarán fusionándose en Iberia está muy puesto en razón. No sé cuál será la que haya llevado al señor Grass a decir tal cosa fuera del hecho de que, como escritor, crea que debe manifestarse sobre las declaraciones de otro escritor. Los escritores están para opinar; sobre todo para opinar sobre lo que opinan los escritores.
Tampoco sé (y creo sea imposible saberlo de antemano) si esta fusión sería beneficiosa o perjudicial. Claro está que no parece verosímil, así en un horizonte visible; en los invisibles, todos los gatos son pardos y todas las utopías realidad. Estos dos viejos Estados podrían convertirse en uno solo. Desde luego; y en siete u ocho. Hay tantas razones objetivas para lo uno como para lo otro, porque los Estados no son jamás productos de planes racionales, acuerdos o meros intereses. Los Estados son los resultados históricos e históricamente variables de las relaciones de fuerzas políticas que los integran y de las que hay entre ellos mismos y otros Estados.
Entre otras cosas, todas muy respetables por supuesto, Portugal y España son Estados distintos porque ambos están regidos por oligarquías políticas, económicas, militares, religiosas, académicas, mediáticas, interesadas en el status quo. A la gente en general el asunto da la impresión de traerle perfectamente sin cuidado en ambos lados de la raya. Queda así el ideario iberista reducido a las especulaciones de los intelectuales, que si Pi y Margall, que si Fernando Garrido, Menéndez Pelayo, Oliveira Martins, etc.
Pero lo que más me llama la atención de la idea del señor Saramago y el señor Grass es la escasa o nula confianza que manifiestan tener en el proceso de unificación europeo. ¿No será mejor fundirnos todos en una nación europea que andar formando parejas y parejas como la hipotética hispano-portuguesa que sería de convivencia accidentadísima. De entrada, ¿cuál sería el sistema político de Iberia? ¿Monarquía o república? Y, si Monarquía, ¿en la dinastía de los Borbones o en la de los Braganzas? También puede pensarse en una figura mixta, una república monárquica o una monarquía republicana. Aunque no parece probable. Es cierto que el Imperio Austrohúngaro fue "Imperial y Real" al mismo tiempo al ser Austria imperio y Hungría reino. Pero hay aquí una unidad de testas coronadas al fin y al cabo que no puede darse en el híbrido monarquía/ república.
¿Y la capital, en dónde estaría la capital? Los madrileños dicen que en Madrid y los lisboetas que en Lisboa. Y, si se abre el turno, seguro que los barceloneses dicen que en Barcelona y excusado decir Sevilla, A Coruña u otros lugares no menos gratos.
Esto de la fusión de Portugal y España "para tener más fuerza en Europa", que dice el señor Grass, revela escaso europeísmo. Y, por lo demás, no interesa a nadie; quiero decir que nadie se lo toma en serio. Si alguien lo hiciera, ya se habría creado un partido político, tanto en Portugal como en España en favor de la unificación por las vías democráticas. A ver cuántos votos obtenían. Que las cosas tienen las posibilidades reales que les dan los votos que obtienen. Y no veo yo ese partido cercano. Las dos oligarquías nacionales están demasiado encastilladas en sus predios.
La propuesta iberista es simpática y tiene muchos apoyos en la historia, desde la de Viriato a las obras de Gil Vicente y cada vez será más verosímil si deja que los pueblos, las gentes, se relacionen entre sí, comercien, se visiten, se peleen y se casen, o al revés. Al final, la frontera se ha hecho tan porosa que es preferible no conservarla. Es el proceso por el que se ha ido dando la UE, el famoso "funcionalismo", que profesaba la oposición democrática española.
Se hace camino al andar.Y lo demás son monsergas. ¿Para qué queremos fusionarnos con los portugueses o viceversa? ¿No estamos fusionándonos todos con todos? ¡Ah! Para tener "más fuerza en Europa". Y ¿para qé queremos tener más fuerza en Europa? Para imponer nuestros puntos de vista e intereses. ¿Es que nuestros puntos de vista e intereses son mejores que los otros? No necesariamente; sucede que somos más. Este criterio, que es el núcleo mismo de la democracia (la decisión de la mayoría) es, al mismo tiempo, inaceptable en muchas circunstancias. Si nuestros intereses son inmorales el hecho de ser mayoría no los convierte en morales; pero si son ilegales, sí puede convertirlos en legales. Es el mecanismo de la democracia, pero no tiene nada que ver con el iberismo porque las dos naciones (o estados) se han desarrollado por separado hace siglos. El hombre del tiempo jamás vaticina el tiempo en Portugal, sino que Portugal es ese vacío al Occidente de la península por donde entra el ciclón y el anticiclón. (La imagen es el mapa de España, que he sacado de Wikipedia referido a la extensión de las lenguas prerromanas, lenguas indoeuropeas y lenguas no indoeuropeas. Las manchas negras es el cartaginés.)