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dimarts, 21 de juny del 2016

Mi pálpito para el 26J

A cinco días de las elecciones prácticamente está todo dicho, a reserva, naturalmente, de que algún imprevisto todavía provoque más juego sucio, algún otro golpe bajo, más insultos, difamaciones y agresiones. Muy en especial, los dos protagonistas del enfrentamiento, el PSOE y Podemos, que llevan días enzarzados, destrozándose mutuamente, mientras deslizan embustes e hipocresías acerca de que su auténtico enemigo es el PP. Desde luego, a veces, reafirman su interés en vencerlo, pero como de pasada porque en seguida vuelven a sus ataques mutuos.

Es la vieja cantinela de la izquierda española. Viene de antiguo y, aunque todos maldicen este enfrentamiento, nadie hace nada por evitarlo o ponerle término. El odio que se profesan respectivamente es muy superior a la necesidad de acabar con un gobierno de la derecha antipopular, corrupto, franquista y clerical. Y así le va al país. Y, a todo esto, mientras la derecha mira la bronca encantada y haciendo risas, muy segura de que la izquierda española jamás llegará a una unidad de acción porque su antagonismo es incorregible, mortal.

Acabamos de pasar seis meses inenarrables de bronca, ataques, desplantes, agravios, infundios, etc., todo ello regado con encuestas y sondeos hechos sur la tête du client, según el medio en que se publicaban. Prácticamente todos vaticinan el "sorpasso" de Unidos Podemos al PSOE -el viejo sueño comunista-, dejan al PP en primera posición, elevan a los morados a la segunda y dejan al PSOE en tercer lugar. Es bastante posible, ¿por qué no? Y coincide con el aluvión de artículos, análisis, columnas, vídeos, películas y demás vehículos de propaganda del PP y de Podemos que, en esto, tienen un interés convergente: el más votado, el PP; después, Podemos y, de ese modo se espera que, asustado, el PSOE facilite un gobierno de la derecha si no acepta la generosa oferta del Sobresueldos de formar una gran coalición cuyo cometido principal es salvarlo de un futuro penal cada vez más claro.

Los de Podemos dan crédito a estos sondeos y los airean en las redes, literalmente infestadas de trolls, como si se los creyeran. Por supuesto, no hay sondeos ni encuestas que los contradigan porque, como se sabe, el PSOE no tiene una batería de medios de comunicación a su exclusivo servicio, como tienen el PP y Podemos. Así, su destino es el de ser atacado por todos, sin más posibilidades de defenderse de las que pueda tener el bueno de Sánchez en los mítines. Y esto mientras los de Podemos gritan a los cuatro vientos desde sus canales de televisión y sus periódicos digitales que son el partido más atacado por los demás. Algo obviamente falso: los trolls de Podemos no paran de atacar al PSOE en todos los medios y frentes. Tómese el ejemplo de la repugnante campaña contra Sánchez por racista, secundada con absoluto desparpajo por xenófobos como Albiol. En su última entrevista a Ana Pastor (uno de los grandes escaparates mediáticos de Podemos), Iglesias aseguró que ningún dirigente ni cuadro de Podemos había secundado esa infamia. Falso: las redes reververaban de ataques de trolls de Podemos a Sánchez.

Palinuro es socialdemócrata de izquierda (y republicano) desde mucho antes de que Pablo Iglesias encontrara conveniente atribuirse esta condición con la misma originalidad con que hace todo lo demás. Por ello, no profesa simpatía alguna por Sánchez ni por ese PSOE partidillo dinástico, semiclerical y lacayuno en que Rubalcaba y su discípulo han dejado reducido el viejo partido de Pablo Iglesias, el de verdad. Pero que no sienta simpatía por él no quiere decir que no le reconozca sus méritos pasados y su condición residual de partido de izquierda, así como reconoce en Podemos un rescoldo del fracasado intento de constituirse en una nueva izquierda libre de las ataduras dogmáticas del comunismo de catón y tentetieso del camarada Anguita. Y mucho menos que pase por alto un hecho , ya mencionado, que nadie con un mínimo sentido de la nobleza puede ignorar: esta campaña ha sido la de todos contra el PSOE, incluso por parte de algunos socialistas más abruptos que la media, que no ha podido defenderse por falta de recursos mediáticos, monopolizados por los otros partidos, especialmente Podemos.

Pues bien, llegados aquí, con esta batería de encuestas a la vista, el pálpito de Palinuro respecto al 26J es distinto. Todas estas encuestas y el ruido mediático que las acompaña de los "intelectuales orgánicos" de la derecha y la izquierda registran los movimientos superficiales de la opinión: estos suben dos décimas, aquellos bajan cuatro, Podemos se acerca al PP, etc. Sin embargo, a la opinión, como a las aguas de los océanos y hasta el clima de la tierra, los  mueven la corrientes submarinas profundas, las que no se ven, pero cuyos efectos pueden sentirse de forma abrumadora cuando menos se piense. Según esta imagen, el pálpito de Palinuro es que, así como en un un par de días, en el Reino Unido, ganarán los contrarios al "Brexit",  el 26 de junio no habrá sorpasso de Podemos al PSOE, que este se mantendrá, ya veremos a qué distancia y que tanto PP como Ciudadanos bajarán  alejando definitivamente la posibilidad de un gobierno de la derecha y abriendo la de un gobierno de la izquierda.

En mi opinión, los ataques bajunos al PSOE (desde la cal viva al racismo de Sánchez) han conseguido lo contrario de lo que buscaban: movilizar al electorado socialista, herir en el orgullo a la militancia y provocar una reacción contraria que se verá en la votación. De igual modo, la omnipresencia de los ideólogos, dirigentes y simples comparsas de Podemos en todos los medios audiovisuales hasta el hartazgo, la vaciedad de su discurso, su petulancia, arrogancia y cursilería, han provocado y provocan cada vez más reacciones de rechazo de un pueblo ya muy escarmentado a quien vienen a salvar unos perdonavidas cuya única tarea parece ser sonreír. 

No obstante, y ello es para felicitarse sobremanera, parece incontrovertible que las dos fuerzas de la izquierda rozarán la mayoría absoluta. En qué respectiva proporción es ahora ya irrelevante. Lo esencial es empujar a ambas para acercarse al objetivo de esa mayoría absoluta. Se trata de no estropearlo, de dejar los odios cainitas, las envidias, los rencores y los narcisismos heridos. Unidos Podemos ha tenido el acierto de ocultar el fantoche de Anguita (tras los errores de los primeros momentos de dejar que largara sus simplezas en público), igual que los socialistas se han olvidado de Felipe González y solo han tirado de Zapatero, para no ofrecer mucho flanco desguarnecido a los posibles ataques a la corrupción y la decadencia moral del que antaño simbolizara el cambio en España.

Así se debe seguir. En el resto de la campaña es preciso explicar a la gente el desastre pasado, presente y futuro de una derecha franquista de afición y ladrona de convicción. Hay que ir juntos a todas partes y afirmar que habrá un gobierno de izquierda que este país necesita si quiere sobrevivir con dignidad.

Y los electores de izquierda debemos ir a votar, igual que la derecha irá a votar por los suyos. La izquierda no puede, no debe abstenerse. En España debe votar por una de las dos opciones de la izquierda. En Cataluña, Palinuro tiene un pálpito distinto, claro es, y encuentra mucho más recomendable votar por CDC o ERC, especialmente ERC por su carácter inequívocamente republicano con el que simpatiza. 

Esta dualidad España/Cataluña plantea un problema decisivo con el que se cerrará este post, tras insistir en la necesidad de que la izquierda española no se quede en casa. Si los de Unidos Podemos quieren el sorpasso al PSOE (y están en su derecho, como siempre hemos dicho aquí), que voten a su organización. Si los socialistas quieren evitar ese sorpasso (con no menor derecho que el de los otros) deben acudir en masa a votar a su partido.

La izquierda puede ganar. Esta ocasión de mandar a la derecha a cuidar su calendario procesal no debe pasar de largo.

Solo hay un problema: el compromiso de Unidos Podemos con el referéndum de Cataluña y la oposición cerrada del PSOE a que se celebre, con amenaza incluida de que, si se insiste en aquel, no habrá gobierno de izquierda en España. Es realmente patético porque esta feroz intransigencia prueba que, en definitiva, el verdadero obstáculo al gobierno de progreso en España es el PSOE.  Por supuesto, si se alcanza la mayoría absoluta uno de los dos socios tendrá que ceder y, según parece, lo más probable es que sea Unidos Podemos, para quien el referéndum no fue nunca una "línea roja". Las consecuencias de esto son difíciles de calibrar y tampoco relevantes de momento porque esta poibilidad de mayoría absoluta es dudosa.

 Pero, ¿y si se alcanza una mayoría relativa que podría convertirse en absoluta con los votos de los independentistas catalanes? ¿También aquí pondría el PSOE la línea roja en el referéndum? Si así fuera no se ve cómo los socialistas convencerían a sus compatriotas de que el principal obstáculo a un gobierno de izquierda es, precisamente, su partido. 

La verdadera razón que subyace en el PSOE para su cerrada negativa a un referéndum catalán de autodeterminación es el temor a perder votos en España. Se trata, sin embargo, de una apresión infundada. Podemos lleva meses propugnando ese referéndum (otra cosa es en qué condiciones reales) y eso no le hace perder votos sino, al contrario: los gana. 

No. El problema no son los votos. El problema es una cuestión de principios que el PSOE comparte con el PP y Ciudadanos: su idea de la nación española eterna, inmutable y, por lo que se ve, monárquica y clerical. Llegados a ese punto en que el nacionalismo español de derechas, centro e izquierda se manifiesta, o pone en pie un gobierno de gran coalición o vamos a unas terceras elecciones, quizá con un interregno tecnocrático, para dar tiempo a cambiar los gallos del gallinero. 

Entre tanto, los catalanes podrían aprovechar para constituir su República Catalana. Pero de eso hablaremos en el post de mañana.

dissabte, 18 de juny del 2016

Terceras elecciones o tecnócrata al canto

Si se confirman los vaticinios coincidentes de los sondeos, el 27 de junio nos encontraremos unos resultados similares a los del 20 de diciembre, diputado arriba o abajo.  Siendo los seres humanos imprevisibles, pudiera pasar algo distinto, pero la abrumadora coincidencia demoscópica no anima la esperanza de un cambio.

Una nueva oportunidad pidieron y obtuvieron entonces estos cuatro musilianos hombres sin atributos, que ambicionan ser presidentes de la "gran nación", al decir del genio monclovita. ¿Para qué? Para demostrar alguna originalidad, inventiva o ingenio que rompieran el maleficio de la repetición. No obstante, hasta la fecha solo se les ha visto perserverar cada uno en su empeño con las mismas propuestas anteriores, sin variarlas un ápice. Han mantenido sus enfrentamientos, oposiciones, vetos, reproches, incompatibilidades y, si acaso, las han ahondado a base de declaraciones recíprocamente peyorativas y hasta ofensivas. Su esperanza parece ser que sean los otros quienes desistan. Es la fórmula más segura para reproducir el fracaso anterior. 

A una semana de las elecciones, la repetición del marasmo no solo será resultado del cumplimiento de los sondeos, siempre opinable, sino de los límites rígidos de la lógica de la acción colectiva.  El multipartidismo fragmentado sin mayorías absolutas apunta a dos conclusiones concatenadas: a) cualquier alianza o combinación ha de contar con el PSOE; b) cualquier combinación o alianza en que entre el PSOE será funesta para él. La gran coalición, PP/PSOE, se considera antesala de la desaparición del socialismo como opción futura. La coalición PSOE-Unidos Podemos, la fagocitación del primero. La tercera posibilidad, PSOE-Ciudadanos, es la que más se hunde en las encuestas, como si los votantes quisieran enterrar el único demediado acuerdo que se ha dado hasta la fecha. 

Considérese: todo pacto precisa del PSOE, pero el PSOE pierde en todo pacto. Para los socialistas, por tanto, lo más racional es no llegar a acuerdo alguno. Pero eso es, paradójicamente, lo más irracional para el conjunto y, en consecuencia, también para los socialistas. Es una situación nada infrecuente en la realidad que vuelve locos a lo teóricos de la decisión racional pues rompe una regla básica de la lógica aristotélica, esto es que algo no puede ser ello mismo y su contrario al mismo tiempo: lo racional no puede ser lo irracional. Pero lo es.

Si tampoco ahora pueden los cuatro héroes de nuestro tiempo componer gobierno, serán precisas nuevas elecciones. Una posibilidad estrafalaria para practicarla con el mismo cuarteto.  Nadie puede considerarla sin asomarse a un escenario de ridículo global. Llevan días afirmando rotundamente que no habrá tercera votación, pero haciendo y diciendo lo posible para provocarla. Si la hubiera, ¿admitiría la opinión que se presentaran los mismos pretendientes a probar fortuna en Camelot? 

Si, como es previsible, no fuera el caso, ¿no sería preciso prorrogar la convocatoria de elecciones para dar oportunidad a los partidos de cambiar sus liderazgos? Cambiar liderazgos es cambiar discursos. Pocos están dispuestos a escuchar estos por enésima vez, aunque la televisión ponga a los candidatos a anunciar el tiempo de mañana. 

¿Y quién estará al mando de ese interregno? Es obvio: un/a tecnócrata. Alguien que goce del beneplácito de los poderes europeos y, a ser posible -aunque no imprescindible- sea persona conocida y respetada. 

La disyuntiva -repetición con el mortecino elenco actual o tecnocracia saintsimoniana- es tan deprimente que debiera encender un esfuerzo para impedir que se realice, para que se incumpla. 

España necesita un gobierno. No porque haya de ser bueno en sí mismo sino porque su ausencia es peor ya que no impide el guirigay de quienes quieren construirlo pero no saben por dónde empezar.

diumenge, 12 de juny del 2016

Dialéctica de la hipocresía

Consideren el titular del periódico Público, la hoja parroquial de Podemos, desde la que este derrama su interesante visión del mundo: "Errejón: "Sánchez se equivoca dirigiendo su campaña contra nosotros". ¿No les llama nada la atención? Es evidente: el verbo equivocar no está en su sitio. ¿Desde cuándo preocupa a un partido político que un adversario se equivoque y hasta se lo advierte noblemente? Desde nunca. Cuantos más errores y equivocaciones cometa el adversario mejor para uno que, así, además, aprende de las insuficiencias ajenas.

Efectivamente, la compungida advertencia de Errejón es un ejercicio de hipocresía en niveles. En primer lugar aparece la siniestra  vía del "y tú más". No me creo que Sánchez dirija su campaña contra Podemos. Sí me parece, sin embargo, que es Podemos quien ataca sistemáticamente al PSOE. En las redes sociales está muy claro, sobre todo en twitter. Hay verdaderos especialistas en pasarse el día insultando los socialistas en 140 caracteres. Supongo que son los trolls que Podemos contratan quizá incluso a destajo. Cien tuits, por ejemplo, 10 euros. Que lo hagan mindundis fanáticos a las órdenes de sus caudillos no quita un ápice del hecho de que quien de modo sistemático, permanente y retirado ataca al PSOE es Podemos. Y no solo en Twitter, también en Facebook y en los discursos y alocuciones de sus dirigentes: "el PSOE es la derecha, el IBEX 35 no le deja pactar con Podemos, es partidario de los recortes, no quiere un gobierno de iquierdas, pacto en cambio de C's, aprobó el 135, está lleno de cal viva", etc, etc.

En segundo lugar, al hablarse de "equivocación", no se hace de falta, atentado o delito. No es necesario. El PSOE no puede agredir en serio a Podemos porque este está muy arriba en el sorpasso o tal cosa aseguran sus líderes y la corte de periodistas que les bailan el agua. No puede hacer daño al partido morado. Este lleva ya mucha delantera. ¿Acaso no aseguran que el 27 de junio Sánchez tendrá que decidir entre hacer presidente al Sobresueldos o al amado líder de Podemos? Esto, por descontado, no es dirigir la campaña contra el PSOE. Es, simplemente, intentar ningunearlo, anularlo ya que, en realidad, está condenado por el viento de la historia a ser el PASOK español.

En tercer lugar al hablar de "equivocación" el de Podemos se entristece al ver cómo, por su mala cabeza, los socialistas meten la pata y pierden el tiempo. Podemos es inatacable e invencible y más vale que los adversarios lo reconozcan, si no quieren tener un final más amargo del que les espera. Lo mejor es que no queden en evidencia con estos intentos inútiles de atacarlos.

En cuarto lugar, Podemos perdona la vida al PSOE. Es absurdo dirigir su campaña contra él, que es inatacable. Más atinaría si la dirigiera contra el PP, pero, por desgracia, no puede hacerlo ya que, en el fondo, son aliados. Este es el mensaje que, a la chita callando, por lo bajinis, pretende trasmitir la hipócrita afirmación de que duele ver cómo es cierto el conjunto de fábulas que propagan los de Podemos sobre los demás.

En quinto y último lugar, la hipocresía de la afirmación vuelve sobre sí misma, como la pescadilla que se muerde la cola. ¿O no es atacar al PSOE afirmar que ataca a Podemos? Advertir con gesto desolado que el PSOE se equivoca al atacar a Podemos, lo que se está haciendo es atacar al PSOE.

Los procesos mentales de la gente de Podemos son como el alma de los cántaros.

dimarts, 7 de juny del 2016

El oso sigue vivo

No es que ahora Palinuro conceda mayor crédito a los trabajos del CIS. Ningún trabajo de un organismo dependiente de este gobierno de mangantes y falseadores sin escrúpulos, por muy autónomo que sea, merece el menor crédito. Unos payos capaces de falsificar los datos del paro, el empleo y ls estadísticas oficiales, ¿van a arredrarse ante un barómetro de opinión?

Pero sí parecen haberse corregido un poco. Desde luego ese 27,4% del voto a la banda de malhechores no se lo cree ni el Sobresueldos. Pero eso no es ahora lo importante.

Lo importante es que es preciso reconocer un suelo del PSOE de más de un 20%. Y digo suelo porque si, con la que está cayendo, con una reedición reforzada de la pinza comunistas/PP (más abajo daré alguna explicación más), con todos los medios en contra y ninguno -ninguno- a favor y con la incompetencia de sus dirigentes el PSOE se mantiene en ese 20% declarado, el asunto es asombroso. Recuérdese que, por experiencia histórica, subalternidad de sus bases, etc, los socialistas tienen mucho voto oculto que aflorará el 26 de junio si saben movilizarlo.

Se dirá que este análisis pasa por alto que, al haberse hecho antes de la fusión IU-Podemos, no contabiliza juntos los resultados de Podemos (17,7%) ni los de IU (5,4%), pero que sumándolos, el sorpasso ya se ha producido y el PSOE está en tercera posición tras Unidos Podemos. Sí eso es lo que van sus dirigentes anunciando por ahí según su costumbre de vender la piel del oso antes de matarlo. La encuesta se hizo antes de la fusión y refleja los resultados por separado en vez de ocultarlos con los de la confluencia, como hacen los propagandistas de Podemos. ¿Por qué ocultarlos? Porque vistos por separado se aprecia claramente la urgencia de la fusión y su razon de ser: el voto de Podemos estaba  cayendo (y sigue cayendo) a la par con el juicio que merece su caudillo, mientras que el de IU estaba subiendo. Solución de urgencia: enturbiar las aguas, que nadie pueda ver la realidad, los fracasados "pitufos gruñones" de ayer son camaradas de lucha de hoy, nuestros hermanos comunistas de trinchera, ese mito incorruptible de la revolución que es Anguita y vamos a comernos al PSOE.

Yo no compraría esa piel de oso. No sé cómo quedará el asunto al final pero me juego algo a que el ardid de los neocomunistas con su pavorosa miseria teórica fracasará.

Su única razón de ser no es desplazar al PP y sustituirlo por una gobierno de izquierda. Si hubiera sido así, no habrían torpedeado el gobierno de coalición con PSOE y C's con los más absurdos y nimios pretextos. Su verdadera razón de ser es destruir al PSOE, el viejo sueño anguitiano del sorpasso. Llevan desde el día memoriable de la fusión haciendo todo tipo de demagogia: que si son sociáldemócratas  porque Marx y Engels lo eran (guiño a los comunistas), que si son patriotas (guiño a la derecha más cavernícola), etc. Mañana dedicará Palinuro un post a un análisis de este mejunje doctrinal e ideológico  que ya bordea el ridículo de la "parte contratante" de los Hermanos Marx y son olvidar el viejo apotegma de Samuel Johnson de que "el patriotismo es el último refugio de un canalla".

Pero eso será mañana. Hoy concluimos la reflexión con la prueba de que el móvil detrás del bloqueo al gobierno de colición y a la demagogia actual es el odio al PSOE y la intención de acabar con él. Que este es el sempiterno objetivo de Anguita, quien ha regresado a la vida activa para propiciar la confluencia y destruir al PSOE es obvio. Para ello ha obligado al garzón Garzón a ir en humillante 5º puesto y actuar de telonero del amado líder, siendo así que él tiene una valoración popular muy superior a la de Iglesias a quien el personal ya ha empezado a tomar la medida.

Pero no basta. Ya lo intentaron los comunistas en los 90 y no pudieron. Necesitaban algo más. Y lo han encontrado. Lean la entrevista de "El Confidencial" a Jaume Roures hace unos días. Puro odio a González (PSOE) y a PRISA (Cebrián). Ahi está el alma gemela de Anguita. Pero mucho más eficaz porque es un empresario, un capitalista; el dueño de la 6ª y del diario Público, o sea, los dos medios al servicio de Podemos, su BOE y su centro de agitprop. Podemos es un producto fabricado y mantenido en la 6ª. Lo único bueno es que este Roures, al ser catalán, ha obligado a sus chicos de Podemos a corregir su punto de vista sobre la autodeterminación catalana, más cercana a la derecha española que al sentido común y la decencia. Como es el de la pasta, le han hecho caso. Pero un caso relativo. No por cálculo sino por pura estulticia: ¿cómo creen que suena en Cataluña uno de Vallecas o de Pozuelo de Alarcón hablando de patriotismo?

Ahora sí que creen haber matado al oso. Los anticapitalistas alimentados con el pábulo del capital y contando historias para consumo de las clases "populares".

¿Resultado? Si la sociedad española reacciona, como parece que lo está haciendo, destapando la nueva superchería de los comunistas, un fracaso estrepitoso. Los comunistas no han ganado nunca unas elecciones democráticas en ningún país del mundo en casi 100 años. Aquí tampoco. Nunca. Y lo más probable es que ahora, ocultos tras logos de colorines estilo la abeja Maya y un poderoso grupo mediático detrás, tampoco.

Pero sí conseguirán quizá que el PSOE no gobierne y lo haga el PP. En el fondo, a ellos no les importa. Los empresarios y capitalistas viven bien con el gobierno de la derecha y los dirigentes, en la medida en que tienen sus jugosos escaños garantizados, también.


Su único problema será en donde poner la piel del oso que no han cazado. A la gente, que le den.



dilluns, 6 de juny del 2016

Los medios y los fines

No vi el debate de ayer. En general, no veo la televisión. Así que imagínense el pasmo que me produjo encontrarme también ayer un tuit de un tal Guillermo Toledo metiéndose conmigo diciendo que me imaginaba viendo con envidia a mis "amigos" Corcuera y Leguina en 13TV porque por lo menos alguien se acuerda de ellos. Insisto: no veo la tele; menos 13TV; cuando me han llamado, me he negado a ir; y Corcuera y Leguina no son amigos míos. Así que ese tal Toledo está en Babia; pero mala Babia.

No vi el debate Iglesias-Rivera porque, además de no mirar la tele (aseguro que no hace falta, que se gana mucho tiempo y se está mejor informado) tenía cosas importantes que hacer. Según opinión generalizada, no me perdí nada. Los cachorros de la nueva política son tan livianos, carentes de ideas y escurrajas como los de siempre pero más gallitos y pisaverdes. También en opinión general, Rivera se comió a Iglesias y le ganó el debate. Claro, todo el día dando la matraca de plató en plató, no te queda tiempo para prepararte nada con mínima seriedad. O quizá no haya nada que preparar. Podemos es un bluff cuyo gancho callejero reside en que las demás opciones son todavía más aburridas, mientras que ella  trae aires de renovación. Aires o más bien soplos que no mueven ni las hojas de los árboles. Porque, en fin, por lamentable que sea el encelafograma programático de Podemos, que no dé ni para imponerse dialécticamente a esta especie de broker de Rivera quiere decir que no andan muy duchos de retórica y no dominan los temas, lo cual es muy significativo del respeto con que tratan a sus seguidores y votantes.

La idea de que la acción política se realiza en los medios es un principio esencial del catón de Podemos. Si nuestra sociedad es una sociedad mediática, de audiencias, como dicen los textos de comunicación, lo que corresponde es juntar la teoría con la praxis, llevar el debate político a la televisión y, por tanto ajustarse a aquellas. El éxito de Podemos aquí ha sido espectacular: lanzado a todo trapo por la Sexta de TV, sus dirigentes se quejan continuamente de tener a todos los medios en frente y de que hay una campaña contra ellos. Es una mentira que se revela al ver el trato de excepción que reciben dirigentes de Podemos, a todas horas del día en todos los medios de comunicación. Compárese con los demás. En el mes de mayo pasado, Iglesias apareció 16 veces en la tele; Rivera, 14; seis Sánchez y una el Sobresueldos.

A rajatabla llevan la idea de colonizar los medios. Otra cosa es el contenido de lo que largan por ellos. Porque, entre la frecuencia de apariciones que los medios imponen y la lentitud conceptual e intelectual de sus líderes, las intervenciones se convierten en aburridas y repetitivas monsergas sin tino ni tasa. Resulta así que posiblemente la saturación de los medios acaba produciendo el efecto contrario. Es una especie de bullying mediático Los espectadores están hartos de encontrarse a alguien de Podemos a todas horas y en todos los programas y diciendo siempre lo mismo, o sea, nada (lo de la sonrisa, copiado Rodríguez Zapatero y la necesidad de desempatar cuando no ha habido un empate) ya que la consigna de la cúpula es que nadie diga nada para evitarse crisis como las de IU antaño.

Quienes de verdad no disponen de ningún medio a su favor y siempre ha sido así, son los socialistas. Ya quisieran estos contar con periodistas tan entregados como Ferreras y su esposa a la tarea de conseguir el "sorpasso", capaces de tomarse en serio la iconocgrafía de la campaña electoral de Podemos, que parece diseñada por Walt Disney, interpretando la imagen incorfomista de Podemos como si fuera la abeja Maya. Precisamente la sobresaturación de los colorines de la abeja Maya es lo que puede causar el efecto boomerang, esto es desmovilizar el voto y que acabe ganando la derecha.

Que, en buena medida, es lo que los autores de Podemos ya sabían desde un  principio. Pero todo se entiende, si no hay sorpasso quedará Izquierda Unida-Podemos para los siguientes doscientos años. No pasa nada.

diumenge, 5 de juny del 2016

¿Por qué no hay gobierno en España?

Aquí está la segunda parte del artículo/entrevista del ABC. Quien la lea observará que el periodista, Enrique Delgado Sanz, se ha documentado bien antes de hacerla. Entre otras cosas, encuentra paralelismos entre la situación actual y la que se dio entre 1993 y 1996 cuando Anguita creyó que, por medio de aquella su lamentable pinza con el PP, conseguiría el sorpasso al PSOE que era, y es, lo único que le interesa. Lo ha visto en un programa de Jesús Hermida en la tele en 1993, en la que un grupo de periodistas y politólogos, hablábamos con Julio Anguita durante más de una hora. En ese programa, que dura una hora y cuarto o algo así, se produjo un diálogo entre Anguita y yo muy revelador. De él extrae Enrique Delgado ese párrafo mío de que el programa económico de Anguita para las inmediatas elecciones era una mezcla curiosísima entre el despilfarro verdaderamente alegre y un programa miserabilista del tercer mundo

Lo curioso es que algunos militantes comunistas, siguiendo la inveterada costumbre de su partido -hoy heredada por Podemos- de manipular y falsificar la realidad para confundir a la gente, han extraído unos ocho minutos de ese vídeo en los que el entonces coordinador de IU se expresa con su habitual vaciedad y facundia. Y eso es lo que han subido a Youtube anunciando a trompeta abierta cómo ya en los años 90, Anguita triunfaba y me propinaba un soberano varapalo dialéctico. Yo no diré nada porque ese estilo de infundio y propaganda no es el mío. Me limito a poner el enlace al programa íntegro de Hermida, sin extraer ni manipular nada, a fin de que cada cual tenga fundamento para hacer su composicion de lugar y emitir su juicio. Que ya somos mayores de edad para que vengan estos Torquemadas de vía estrecha a engañar con trozos manipulados. Cosa, por lo demás que colgaron igualmente de mil amores en su página los de La Tuerka, cuya afición por censurar, engañar y difamar es análoga a la de sus camaradoskis y por eso se han unido.

(Quien tenga curiosidad por ver la primera parte de la entrevista, la tiene aquí).

Contra la corriente

No pongo en duda la profesionalidad de Metroscopia ni el crédito de sus sondeos. Si la empresa dice que al PP lo votará el 28,5% de la ciudadanía, a Podemos el 25,6%, al PSOE el 20,2% y a C's el 16,6% no desconfío en absoluto de que eso es lo que los ciudadanos han contestado a las preguntas del sondeo. Lo que no creo es que el 26 d junio voten de acuerdo con lo que dicen ahora. En absoluto. Lo que sucede, probablemente, es que la ciudadanía está harta de que la mareen unos políticos que no sirven ni para atarse el cordón de los zapatos y son incapaces de hablar entre ellos y llegar a un acuerdo factible; y, para no colaborar al desbarajuste general, ha decidido decir a los encuestadores lo primero que se le pasa por la cabeza.

Es verdad que el electorado de la derecha es fiel, bovinamente fiel. Pero no tanto que la banda de ladrones bajo fianza judicial vaya a mantener sus siete millones de votantes, después de lo que ha sucedido desde el 20 de diciembre en que prácticamente no quedan cargos del PP que no estén en prisión. El propio Sobresueldos sabe que su presencia en los mítines del PP, más que incorporar voluntades o lealtades, las espanta. Si todavía no tiene un sustituto en el PP se debe a que los demás son peores que él, lo cual es maravilloso pues no parece posible. El hombre nunca defrauda. Ha vuelto a recurrir a su único recurso metafórico, acusando a los demás de sacarse conejos de la chistera. Con esa misma necedad trató de parar hace años el pacto antiterrorista que proponía Rodríguez Zapatero y del que, como siempre, se ha adueñado ahora. La derecha lo hace sistemáticamente: boicotea la ley de divorcio y luego es la gente que más se divorcia; vota contra el aborto y lo práctica después; contra el matrimonio gay y son los primeros en beneficiarse de él.

A su vez, el llamado emergente, ahora asociado con el pecio de IU, disfruta de la popularidad que le da el hecho de qus dirigentes estén perpetuamente en la TV y nos los encontremos ya en todas partes, como al gran hermano orwelliano. Tienen un estilo gótico-flamígero de celebrar sus aparentes triunfos y encargan a sus legiones de trolls en los medios que repitan incansablemente sus consignas que, habitualmente, están plagiadas. Así como el "Podemos" está plagiado de una consigna yanqui en las elecciones de Obama de 2008, lo de las "sonrisas" está plagiado de la campaña independentista catalana de la revolución de los somriures. Echan las campanas al vuelo en elecciones que, como las europeas de mayo de 2014, no significaban gran cosa o lanzan trinos de satisfacción ante los buenos vaticinios de las sondeos. Esa cifra de 25,6% del voto que le augura Metroscopia todavía es menos del más de 28% que le adjudicaba en enero de 2016 y luego se quedó en la mitad. Por fastidiar, la gente dice cualquier cosa, sobre todo la que está harta. Pero luego hará algo distinto. Porque una cosa es escuchar a estos zangolotinos largando todo el día por la televisión y otra muy distinta, votar para administrar un  país a quien no está preparado para gobernar, ni siquiera para gobernarse a sí mismo. 

Por último, ese 20,2% del voto al PSOE tampoco es correcto. En el PSOE se concentra siempre el voto del miedo, el que se explica por la espiral del silencio. Ha sido así siempre y seguirá siéndolo. El PSOE tiene un voto oculto muy numeroso y, al final, comparecerá para evitar el sorpasso. Tiene una clientela muy fiel, histórica, que acaba siempre votándolo, aunque diga que no va a hacerlo. Y es así porque este partido se  configura como la única opción de centro izquierda válida, entre los dos extremos de los insoportables de la derecha y los advenedizos de la izquierda. Si el PSOE no tiene un porcentaje mucho más alto de votos se debe a la fabulosa incompetencia de sus dirigentes actuales, a su ineptitud para generar relatos que interesen, a su incapacidad para entender sus propias miserias y hacer crítica realista. Se debe igualmente a la corrupción que ha prendido en su baluarte andaluz y a la presencia asfixiante de los llamados barones territoriales. Al PSOE lo salvan sus afiliados y votantes y lo condenan sus dirigentes. Sin embargo, está claro que, después del 26 de junio, le tocará reinventarse o incluso, refundarse si quiere sobrevivir.

No es frecuente que en unas elecciones haya tanto indeciso, tanto voto oculto, tanta espiral del silencio, tanto ruido mediático irrelevante. Estos vaticinios no sirven para nada.   


dilluns, 30 de maig del 2016

Incertidumbre

Suele pasar. Justamente cuando todo parece estar claro acabará siendo más oscuro; cuando todo el mundo espera que algo suceda, deja de suceder y sucede lo contrario; cuando las apuestas van al unísono, suena la nota discordante. El comportamiento de los seres humanos es imprevisible y así seguirá siendo hasta el fin de los tiempos aunque queramos convencernos de que, mediando las correspondientes tecnologías, conseguiremos profetizarlo.

Según parecer casi unánime los resultados de las próximas elecciones del 26 de junio serán un calco de los del pasado 20 de diciembre. Aquellas dejaron una situación de impasse y desconcierto en los partidos que nos ha traído hasta aquí. Si esas son las respuestas de la gente a las preguntas con que después se hacen los sondeos y encuestas, así pudiera ser. Pero solo pudiera. De hecho hay una continua contradicción entre el discurso de la igualdad de resultados y la seguridad de que la combina IU/Podemos finalmente conseguirá el sorpasso al PSOE. Este cálculo está basado en sumar el voto a IU y el voto a Podemos. Pero se trata de una pretensión con muy débil fundamento. Suponer que los votantes de IU van a votar la confluencia o que lo hagan los de Podemos es razonable, pero no es una conclusión avalada por prueba alguna. También puede pasar lo contrario y la confluencia haga perder votos.

De hecho, el PSOE resistió bastante bien la avalancha de Podemos en las elecciones del 20 de diciembre y ahora plantea una campaña electoral de centralidad política, moderación, recuperación del voto perdido. Si no se le tuercen las cosas, puede darle buen resultado pues sus dos principales rivales, PP y Podemos, con notable falta de habilidad se han dejado identificar con aspectos negativos desde el punto de vista de la opinión pública mayoritaria. Nuestra sociedad gusta de verse a sí misma como  moderada y con horror a los extremos. La prueba más clara: los dos líderes políticos peor valorados, casi al unísono, son Mariano Rajoy y Pablo Iglesias, lo cual no deja de ser extraordinario pues son quienes disfrutan de un tratamiento más continuadamente favorable en los medios, cada uno de ellos con prensa digital a su servicio y cadena de televisión (Rajoy las públicas e Iglesias, la Sexta) y abundante copia de plumíferos riéndoles las gracias. Sin embargo, de ahí no se sigue mayor probabilidad de ser votado. Curioso dato para relativizar ese poder indiscutido de los medios de comunicación.

La imagen de Rajoy, acorralado por la corrupción, indolente, declarado en rebeldía frente al Parlamento, mentiroso casi compulsivo e incapaz de reconocer sus errores, está bajo mínimos. Igualmente la de Iglesias, caracterizado por una trivialidad y oportunismo de juicio que hacen abrigar la sospecha de que ni él ni muchos de su equipo, se toman en serio el asunto de las elecciones. Rajoy no puede sacar la cara a la calle porque se la parten e Iglesias no sale de los platós de televisión, con una política mediática cuya contumacia ha superado ya todos los límites del hartazgo. Según Paracelso, el veneno es cuestión de cantidad y los griegos aconsejaban no tener demasiado de nada. La omnipresente corrupción en torno a Rajoy, como la ubicua presencia mediática de Iglesias acabarán pasando factura en las elecciones sea cual sea la cantinela de los sondeos al día de hoy porque hasta el sufrido pueblo español acaba hartándose de la plúmbea vaciedad de estos simulacros de dirigentes.

La esperanza del PSOE de recuperar los votos díscolos en las anteriores elecciones es legítima pero, para conseguirlo, como sucede a los cristianos con la salvación que tanto les preocupa no basta con la gracia del Señor, se necesita fe y buenas obras, además. De estas, el PSOE tiene pocas; si acaso abundantes declaraciones de su dirigentes pero imprecisas y contradictorias. Y no se hable de la incapacidad de su candidato para decir algo nuevo, original o de interés. Si por él fuera, hasta sería verdad esa insistente trola Errejón (otro convencido de la conveniencia de machacar el hierro en frío) de que el próximo 26 de junio, la gente va a desempatar, cuando no hubo empate.

Dato empírico de nuestro tiempo (y de todos)  las campañas en positivo no suelen atraer la atención de los electores. Hablar bien de los demás no suscita interés. Son mucho más rentables las campañas en negativo y esto los políticos españoles lo bordan. El flanco más negativo de Podemos es precisamente su confluencia con IU y la reaparición del fantasma del Manifiesto del Partido Comunista. Preocupados, los comunistas están ya tocando a rebato afirmando, como hace Garzón y muchos otros, que la gente no tiene miedo al comunismo sino a las dificultades para llegar o no llegar a fin de mes. Son como Franco: no se metan en política y preocúpense por la centa de la compra. Obviamente, no se dan cuenta de que al cuestionar el miedo que puedan suscitar los comunistas, están aumentándolo. Por descontado, los comunistas ya no inspiran miedo pero todavía menos ganas de votarlos. Votar por alguien que esconde su filiación política y, cuando la desvela, lo hace pidiendo que no se le tenga miedo no es una fórmula segura de éxito. Necesita explicación.

La situación  al día de hoy es tan problemática y su resultado tan incierto que hasta Rivera, el de Ciudadanos, ha tenido que ir a buscarse los votos al otro lado del charco, en los confines del imperio. Y aun así, no ha conseguido mantener la buena reputación que tenía entre el electorado y ha entrado en valoración negativa.

Nadie sabe lo que pueda pasar el próximo 26 de junio.

dissabte, 28 de maig del 2016

Amansando a la fiera

Los empresarios del Círculo de Economía se han reunido en Sitges, grato lugar. No suelen estos reunirse en el Arroyo abroñigal. Sitges propicia más los ánimos al entendimiento y la conciliación. El Círculo es, además, una "asociación cívica", sin ánimo de lucro, penetrada de su misión de ser lugar de encuentro, reflexión, intercambio. Suena razonable. Los empresarios, como la Iglesia, tienen muchas caras; entre otras, la áspera y la sonriente. Escuchar a Juan Rosell, el presidente de la patronal, pedir el restablecimiento de la esclavitud mete miedo. Pero luego llega Antón Costas, el presidente del Círculo y el vendaval amaina.

Llaman los patronos a capítulo a los líderes, hasta los más resabiados, y les hacen cantar la palinodia. Y los líderes la cantan, especialmente los de izquierdas. Nada amansa más a un revolucionario que la mesa y mantel con quienes toman las decisiones. Así que Pablo Iglesias, todo dulzura, no fue a afear a los empresarios eso de que, sin presentarse a las elecciones, sean los que pretenden gobernar. Ese es más discurso de masas. A los patronos fue a decirles que Podemos es la verdadera socialdemocracia, que no haya miedo, vaya. Trataba de amansar a la fiera a base de mostrarse manso. Vendió a los empresarios una versión suave del keynesianismo y subrayó que Barcelona y Madrid son las ciudades donde más crece la inversión. Le faltó decir lo de Solchaga durante el Felipato: España, el país en que es más fácil y rápido hacerse rico. Podemos va a invertir a través, supongo, de una "potente" banca pública; los empresarios estarán encantados de invertir y la prosperidad volverá a regar nuestros campos y ciudades. Estos idílicos propósitos, que convierten la Economía de "ciencia triste" en ciencia alegre, compiten dialécticamente con las imágenes de los últimos días que todos los empresarios tienen en la retina: actos de líderes de IU y Podemos puño en alto, figuras de otro tiempo, héroes de antaño que acuden a la última llamada del deber, viejos profetas de la razón en marcha y anuncios de luchas intestinas entre las izquierdas "verdaderas". Difícil ensamblaje.

Al día siguiente, turno de Sánchez. A este vinieron a escucharle muchos que no hicieron acto de presencia en la exposición de Iglesias. Un indicador de a quién ven los empresarios como próximo presidente. O sea, los que no se presentan ya han elegido a Sánchez. Hasta Iglesias parece aceptar que el próximo gobierno pivotará en torno al PSOE. Del Sorpasso prometido va quedando ya solo el nombre que, dentro de poco, sonará a ritmo suramericano: el merengue, el bolero, la lambada, el sorpasso...La cosa consistirá en que el PSOE tendrá que elegir. Pero será el PSOE, no Podemos. Es bastante razonable. Los socialistas manejan mejor la imagen, dosifican su mensaje y, siendo este tranquilizador adquiere más crédito: son gente tan de orden e institución como el PP, pero tan dispuestos a reformar y hasta innovar como Podemos. Los Unidos/Podemos cada vez se presentan más como una aventura con mucho fragor mediático y poca consistencia y un potencial de desbarajuste sublime.


Mensaje de Sánchez a los empresarios (suscrito por todos los demás partidos): habrá gobierno en cualquier caso. No habrá nuevas elecciones. Si él gana, estará gobernando en siete días; si no gana, habrá gobierno, pero ya no garantiza el tiempo. El antecedente de las elecciones pasadas vierte un poco de ácido sobre su promesa de que no habrá terceras. Se supone que la gama de posibles gobiernos se abrirá tanto a la derecha como a la izquierda. Afirma que no excluye a ningún partido, pero no es cierto: los independentistas catalanes no entraron en sus cálculos de meses pasados ni siquiera como non entities y probablemente ahora tampoco. Los culpa de que no haya gobierno en España, negativa que antes atribuía a Podemos.

Y ahí es donde Sánchez, más consciente de en dónde hablaba que Iglesias, fue más prolijo y explícito: Cataluña. Sánchez admite ya que el problema de Cataluña, en realidad, es el problema de España. Le ha costado meses entenderlo pero parece que, al borde del Mediterráneo, lo ha visto, como Ulises llega a Ítaca. "La falta de solución en Cataluña", razona, se ha convertido en el problema de España y aprovecha para largar una chufa a Iglesias afirmando que la aceptación del referéndum catalán será la extensión de tan peligrosa manía al país Vasco, a Galicia y, sabe Dios, a lo mejor a Peñaranda de Bracamonte. O sea, Pablo Iglesias tiene la culpa de todo y Sánchez sigue si dar con la fórmula salvífica porque dice que se pondrá en peligro la convivencia de los españoles. Yo creo que quiere decir "conllevancia", como Ortega, que es a donde, con suerte, llegamos, pero le han dicho que el pesimismo no vende.

Por una ironía del destino, ayer anduvo por la corte también Puigdemont, que vino al Eurofórum en el Ritz y contó con la cerrada ausencia del establecimiento político institucional español: nadie del gobierno, nadie de la oposición, exceptuado Ángel Gabilondo que, como es de Metafísica, se habría equivocado de destino. Ante un público catalán, Puigdemont explicó que lleva ya seis meses y quedan 12 para el día D, que estamos en tiempo de descuento y los españoles ni prestan oído, excusado es decir audiencia. Como es hombre realista, está abierto a todo tipo de negociación, si bien no cree que, a estas alturas, la reforma de la Constitución sirva para algo. Pero, si no hay negociación, en 12 meses habrá parusía laica en forma de República Catalana. De verdad que no entiendo cómo los políticos españoles no se percatan de que este propósito es el evento más importante de la historia española en unos cientos de años. Una República Catalana que los países europeos se sentirán inclinados a reconocer vista la obtusa parálisis de los sucesivos gobiernos españoles.

Sánchez también parece haber caído en la cuenta de que la independencia catalana es una ruina para España porque, dice, se rompe la unidad de caja que es una manera de decir que se pierde una saneada fuente de ingresos para el resto del país. No puede haber independencia catalana; ni hablar. Hay que ir a la reforma de la Constitución. Pero, si lo he entendido bien, por primera vez admite que, luego de la tal reforma, haya una consulta. Al final va a ser una cuestión de nombres, como sucede siempre cuando se tiene miedo a las ideas. Todo referéndum es una consulta, pero no toda consulta es un referéndum. Todavía tiene el socialista tierra virgen por explorar. Dado que la reforma constitucional va a requerir un referéndum, quizá dos, según cómo vengan las cosas, ¿por qué no resumirlos, el de reforma y el de autodeterminación, en uno solo? Uno que, por ejemplo, tuviera dos opciones en una sola pregunta "¿quiere usted que Cataluña sea un Estado independiente ya o prefiere que siga siendo parte de España según una reforma de la Constitución que luego se someterá a referéndum en los mismos términos de este? Es una propuesta razonable que devuelve la iniciativa al gobierno; en este caso, a la oposición porque el gobierno en funciones no está para estos galimatías. No estuvo nunca, ni cuando estaba en no-funciones. La propuesta da iguales oportunidades a todo el mundo, es fair play y a los socalistas los saca del bloque del "no" a secas. Para eso ya está la legión que, al parecer, desfilará hoy por Barcelona detrás de la cabra, animal totémico apropiado al país que representa. Nada de león, águila, toro o elefante. Una cabra.

Si Sánchez es capaz de articular un mensaje en esos términos tiene muchas papeletas para ganar la rifa. El premio: la gobernación de este desastre.

dimecres, 25 de maig del 2016

Solo la calle dice la verdad

Un espontáneo arruinó ayer el acto inaugural de la campaña de Rajoy y el PP al sostener a gritos que "el PP es la mafia". Lo captaron todas las televisiones y lo ha escuchado toda España, lo cual no es garantía de que TVE dé las imágenes porque ese nido de propagandistas de la fe pepera  solo emite lo que le ordenan. Pero oírlo lo ha oído todo el país. Y todo el país ha pensado lo mismo, exactamente lo mismo que pensaban los capitostes peperos: que es la pura verdad, que el PP es una mafia, una partida de mangantes. Pero lo tiene que decir alguien de la calle que lo ve con la misma claridad con que lo vemos los que no somos cómplices ni encubridores de estos mafiosos, como son casi todos los demás partidos. Sí, esos que juegan a hacer como si aquí hubiera política, parlamento, gobierno democrático, cuando la realidad ofrece el cuadro de un patio de Monipodio rebosante de ladrones.

Solo la calle dice la verdad. Y los políticos, ni los medios, escuchan. En su soberbia y vanidad, pretenden aleccionar a la opinión que sabe mucho más que ellos porque no está comprada. En efecto, en España no está mal visto que los publicistas, los analistas políticos sean de partido y lo oculten, barriendo para casa pero sin decirlo. Tan partidistas son que en no pocos casos, cruzan la barrera y fichan por uno u otro partido y siguen escribiendo como si fuera a leerl@s alguien que no sea de su cuerda y estricta obediencia. Y lo llaman periodismo. Viene a ser como los jueces que dejan la toga y se meten en política en las filas de uno u otro partido. Menguado juez será después de haber pasado por la turmix de las opiniones partidistas. Como le pasó al juez Garzón, a quien la injusticia padecida no exime de la que él protagonizó cuando, despechado por la política socialista (pues era diputado del PSOE) dejó el escaño y lleno de rencor, trató de encarcelar a Felipe González...

De igual modo, los análisis de los famosos analistas dan risa. Cuando no se alinean decididamente y sin fisuras con la política de su partido es porque ya están haciendo campaña por él. Se sacan las menudencias del adversario para ver de hundirlo y se defienden o ningunean las tropelías de los propios. Muchos de estos "análisis" dan vergüenza. Generalmente no pasan de cotilleos o especulaciones sin fundamento.

¿Análisis comparativos? Cero. ¿Alguien ha visto alguna referencia a la cuestión de la incongruencia de los políticos? Sin embargo, es bien llamativa. Sánchez se pasa el día hablando del cambio, que es su lema de campaña en el que reproduce el del PSOE de los años 80 en la esperanza de conseguir el mismo efecto de arrastre. Pero no sé qué tendrá de cambio un proyecto que aparece avalado por una colección de figuras del museo de cera: González, Borrell, Rubalcaba, Rodríguez Zapatero. Pensar que esta colección de venerables paisanos tenga arranque para una política de cambio es tener una confianza panglossiana en la bondad del mundo.

Lo mismo le pasa a Iglesias. Convertido ya en el "gran hermano", no por lo que dice sino porque está atornillado a todos los platós de todas las televisiones todo el día, su reiterado discurso  sobre el fin de la vieja política produce tal hartazgo en las audiencias que va a lograr lo que parecía imposible: probar que el casi monopolio de los audiovisuales que ejerce Podemos no le harán ganar las elecciones sino perderlas. El discurso conjura permanentemente tiempos nuevos, pero el responsable de dar lustre a este propósito es Anguita, un héroe para quienes lo siguen y un zote huero y rencoroso para quienes no lo hacen, que son muchísimos más. Y Anguita no es el único septuagenario encargado de materializar los etéreos propósitos de la "nueva política": Carmena, Villarejo (finalmente descolgado) o el general Rodríguez son partes del estrellato de este frente de juventudes de la innovación, perfectamente incongruente con su objetivo declarado.

El caso de Rajoy es patético. No bien ha acabado de soltar una de sus habituales mentiras cuando ya está diciendo lo contrario en una carta de lacayo a los amos de Europa. Asegura que será implacable con la corrupción y lo primero que hace es aforar a Rita Barberá para obstaculizar sus comparecencia ante la justicia por presuntos delitos que en otro país algo más civilizado que este la habrían llevado sin más a la cárcel. Sostiene que el PP colabora con la justicia, pero hace sistemáticamente lo  contrario: borrar pruebas procesales, negarse a las comparecencias y hostigar a los jueces.

De ciudadanos no es posible documentar grandes incongruencias porque carece de discurso identificable. Igual que Garzón, el de IU, que dice estar orgulloso de su condición de comunista pero es incapaz de definirla y se presenta a las elecciones ocultando las siglas de su partido porque, como es sabido, nadie lo vota.

Si de los analistas pasamos a los medios que los cobijan, el panorama es de risa. Medios a su disposición incondicionel tienen el PP y Podemos. Quizá pueda probarse también de Ciudadanos. De quien no dudo es del PSOE: este no tiene un solo medio a su servicio como los dos partidos primeramente mencionados en los que los medios funcionan como boletines incondicionales. El BOE de Podemos, Público.es, no tiene nada que envidiar al pasquín La Razón, al servicio del PP ; igual que la Sexta es poco más que una televisión temática al servicio del Podemos, como Trece TV  lo está al del PP. 

¿Y los sondeos? Puras armas para crear estados de opinión que apoyen las opciones partidistas de los medios que los hacen. Ningún sondeo contradice la línea ideológica del medio que lo publica. Su valor es cero. Los sondeados acaban siempre respondiendo según las opiniones generalizadas por los mismos medios y así las consolidan. Porque si uno no consigue imponerse en las elecciones puede intentar hacerlo en las redacciones.

Lo que los sondeos no pueden ocultar ni maquillar es la valoración popular de los líderes y ahí hay un dato que llama mucho la atención: ¿por qué los dos políticos peor valorados por la gente son Rajoy e Iglesias? No es difícil de barruntar: porque los tenemos hasta en la sopa y el uno por uno y el otro por otro, tienen un discurso falso y repetitivo

Es verdad que Podemos no sabe de dónde viene, el PSOE a dónde va, Ciudadanos en dónde está y el PP qué le sucede. Y esto les ocurre porque no escuchan la opinión de la calle, la que sabe que Rajoy es un mafioso sin escrúpulos, Sánchez un don nadie sin recursos, Iglesias un hipócrita sin conciencia y Rivera un oportunista sin principios.

divendres, 20 de maig del 2016

Los comunistas siguen mintiendo

La denuncia de la última maniobra de los comunistas de seguir ocultando las siglas del PCE bajo una maraña de nombres (IU, Unidos Podemos) ha suscitado alarma en el cogollo de la organización. Así, parece haberse impartido la consigna de que salgan todos a contrarrestarla invocando el espantajo del "anticomunismo visceral". Teóricamente van contra los medios de la derecha que, por supuesto, estarán encantados de repetir sus habituales memeces sobre la "conspiración judeo-masónica" y el resto de tonterías que suelen desgranar. No lo sé porque no los leo, ni los escucho, ni los miro. Pero lo imagino.

Sin embargo, el auténtico enemigo al que los comunistas quieren combatir no son los medios y publicistas de la derecha, sino las gentes de la izquierda que no nos tragamos sus embustes. La consigna es silenciarnos, que no aclaremos sus enjuagues. Y ahí salen todos a una clamando tambien contra nuestro "anticomunismo visceral". Son muchos y muy conocidos, así que no mencionaré los nombres por no acarrearme más enemigos de los que ya tengo y evitarme infundios y campañas de desprestigio que los comunistas bordan a través de los medios de comunicación en los que tienen mando y en donde solo pueden escribir o hablar ellos y los suyos, pero no sus adversarios y menos si son de izquierdas. El otro día ya me gané un ataque de uno de estos fascistas/comunistas que pretendía insultarme ridiculizándome por mi edad (El fascista Facu Díaz). La batería esencial de argumentos de estos publicistas del PCE (y algún despistado del PSOE, que se traga sus bulos como buen "compañero de viaje") es que 1) no es verdad que se oculten porque aquí están ellos escribiendo sus monsergas y firmando como militantes o gerifaltes del PCE; 2) que el "anticomunismo visceral" sí que es una campaña orquestada por el capital y sus siervos en los medios de la derecha o pagada por el imperialismo; 3) que los comunistas de hoy ya no son los de antaño, los de las dictaduras estilo soviético de las que ellos abominan; 4) que ahora, rejuvenecidos, son la "verdadera izquierda" frente a la seudoizquierda del PSOE y la socialdemocracia, vendidos al neoliberalismo y el capitalismo en general; 5) que no es verdad que ellos dividan a la izquierda y por eso ayuden a la derecha a gobernar pues la socialdemocracia no es izquierda, sino otra forma de la derecha, vieja teoría de "las dos orillas" del dogmático Anguita a quien Iglesias considera de gran "belleza ética" (sic).

1) Claro que se ocultan y siguen ocultándose, pues ni las siglas ni nada que recuerde al Partido Comunista aparecen en las candidaturas ni papeletas electorales. Tácticamente hacen bien. En unos cien años, en 190 países, los comunistas no han ganado jamás unas elecciones democráticas, salvo uno o dos casos aislados en remotos lugares del planeta. La gente no vota al comunismo. En donde los comunistas han llegado al poder ha sido por la violencia y han establecido dictaduras totalitarias caracterizadas por la miseria del pueblo y los privilegios y lujos asiáticos de las cúpulas partidistas y nomenklaturas corruptas. Y cuando esas dictaduras se han hundido, detrás han quedado unas sociedades anómicas y sin estructuras morales, exportadoras del crimen organizado que todo el mundo conoce. No, la gente libremente no vota a los comunistas. Por eso estos cambian de nombre o se ocultan y se presentan con envases distintos. Para engañar. Que algunos militantes y dirigentes salgan del armario ahora no tiene mérito porque ya se ha planteado el problema y, como los corruptos que dimiten solo cuando los pillan, salir a la luz cuando se ha denunciado el engaño es seguir con el engaño. Además, no siempre lo hacen. Escuchen el alegato de Anguita en Córdoba el otro día (Los nuevos compañeros de viaje). Habla de su militancia en IU, pero no de la del PCE. ¿Lo quieren más claro? Si los comunistas no desean que los acusen de falsarios, que hagan saber a la gente que votar a Unidos Podemos es, en realidad, votar al PCE.

2) Lo del "anticomunismo visceral" es parte de la más antigua propaganda comunista y se basa en el presupuesto de que el anticomunismo no puede ser una opción racional y política perfectamente legítima sino que tiene que ser una especie de enfermedad, algo de las tripas o de cerebros trastornados, una neurosis. No es de extrañar en quienes profesan la misma ideología que aquellos comunistas soviéticos que encerraban a los opositores y disidentes en hospitales psiquiátricos. Un punto más de similitud entre los comunistas y los fascistas. Estos (por ejemplo, el psiquiatra franquista Vallejo Nájera que, por cierto, sigue teniendo calle en Madrid) consideraban que el comunismo y el marxismo no eran ideologías u opciones políticas sino enfermedades que había que "curar". Igual que los clérigos católicos quieren "curar" la homosexualidad y los comunistas el anticomunismo "visceral". Bueno pues ya pueden ir enterándose de que el anticomunismo es algo tan comprensible y legítimo como el antifascismo o el anticlericalismo. Cierto que habrá anticomunistas pagados por el imperialismo, como hay y ha habido siempre comunistas pagados por muy diferentes Estados e intereses y no solo el soviético. Y, por supuesto, en la izquierda somos bastantes los anticomunistas que no estamos ni hemos estado nunca a sueldo de partido alguno. Seguramente tod@s los que hemos tenido experiencia directa del comunismo.

3) Mientras los comunistas de hoy no aporten una explicación del hundimiento de sus regímenes y la correspondiente autocrítica si a ello ha lugar y se limiten a escurrir el bulto balbuceando que el comunismo soviético no era "verdadero" comunismo no merecerán respeto ni crédito alguno. Aquellos sistemas odiosos se hundieron porque eran comunistas y, hasta la fecha, los comunistas no han aportado ninguna prueba de que si alguna vez vuelven al poder no hagan lo mismo. Repetir que el comunismo soviético no era el "verdadero" comunismo lleva la implicación de que ellos sí lo son y tiene el mismo grado de veracidad que cuando dicen que son la "verdadera", la "auténtica" izquierda, la izquierda "transformadora". Hay que creerlos bajo palabra porque en treinta años no han transformado nada, jamás han tenido poder porque la gente no los vota cuando se presentan con sus siglas. Como tampoco lo harán cuando, como ahora, están ya en el tercer nivel de la matrioska, disfrazados con otras siglas y aprovechando la coyuntura del tirón mediático de Podemos. Este nuevo relato está fabricado esta vez con astucia por su batería de medios ("Público", "Diario.es", "La sexta") en los que monopolizan el discurso, censuran los relatos de otras izquierdas y no se diferencian en nada de sus competidores de los medios de la derecha (COPE, ABC, etc., etc). Aprovecho para insistir en que hay varios discursos de izquierda excluidos de los medios procomunistas y, por supuesto de los de la derecha también; uno de ellos, el de Palinuro y otro, el del PSOE. Cosa obvia: los de Podemos se quejan de ser objeto de ataques por doquier. Eso no es es cierto; los que atacan son ellos continuamente y, además, tienen posibilidades de denunciar, cosa que hacen de modo sistemático y estomagante. No así el PSOE, que no dispone de medios sino, al contrario, todos están enfrente. No tengo nada que ver con este partido, ni siquiera me cae simpático por su carácter dinástico, antirrepublicano, semiclerical y centralista, pero me subleva la hipocresía, la mentira y la injusticia.

4) Ni son la "verdadera" izquierda, ni lo han sido nunca. Incapaces de hacer autocrítica tras el hundimiento del comunismo "real", ocultan el término "comunista" y se apropian el de "izquierda" con la evidente intención de dejar fuera de él a quienes no sean comunistas, o sea de monopolizarlo. Si, para conseguirlo, hace falta acudir a la mixtificación, se hace y de ahí viene ese truco -y ese sí que es de trilero- de decir que ellos son la "verdadera socialdemocracia". Lo apoyan en falacias teóricas e históricas que no resisten el mínimo análisis. Lo que pretenden es desplazar a la socialdemocracia de siempre, el PSOE, a la derecha, identificarla con la derecha, para ocupar ellos su sitio ya que, en realidad, del sitio del comunismo, como del gato de Alicia, solo queda la sonrisa y, en este caso, siniestra. Puro comunismo de raíz estalinista porque eso es lo que hacía Stalin: mandar asesinar a sus oponentes para robarles luego las ideas. Aquí no hay asesinatos porque no está el tiempo para estas fiestas, pero sí las campañas de propaganda y embustes sobre la identidad entre el PSOE y el PP, con la misma razón y ética con que los soviéticos y los comunistas españoles durante la guerra civil afirmaban que los nazis y los trostkistas colaboraban. Que ahora haya trostkistas en el totum revolutum de los comunistas de Unidos Podemos solo demuestra que el ser humano es tornadizo y sus convicciones, harto flexibles. El PSOE es el único partido de izquierda que ha gobernado en España después de la muerte de Franco. Ha hecho muchas cosas mal, por supuesto y no es preciso relatarlas porque ya lo hacen los comunistas todos los días y son las únicas que narran. Pero también ha hecho muchas cosas bien: la universalización de la educación, la de la seguridad social, la incorporación a Europa, el Pacto de Toledo que garantizaba las pensiones, el fin del terrorismo, las leyes de Zapatero de igualdad de género, de matrimonio homosexual, etc., todo lo que el PP ha destruido o intentado destruir en estos cuatro años. De eso jamás se habla en el relato comunista de la "verdadera" izquierda. Jamás. Se insiste en la pifias y meteduras de pata y errores y medidas injustas del PSOE. Cierto, estas han sido muchas, muchas más que las de los comunistas que no han sido ninguna porque esta "verdadera", "auténtica" izquierda "transformadora" no ha hecho nada en treinta años, no ha transformado nada. No ha servido para nada más que para estorbar y dividir y aspirar al "sorpasso".

5) Claro que solo han servido y solo sirven ahora para eso, para dividir a la izquierda y que gobierne la derecha. Una reedición de la pinza entre comunistas y peperos de los años noventa de la que hay tan abundantes pruebas y testimonios. Y la repiten ahora con el mismo truco: ocultarse tras organizaciones pantalla y decir que se presentan a ganar al PP. Desde el principio, sin embargo, lo contrario ha estado claro y sigue estándolo en la actividad de sus huestes, especialmente las (hoy ya flaqueantes) legiones de trolls fanáticos en las redes. Lo que quieren es el "sorpasso" a la socialdemocracia, destruir al PSOE y si para eso el país tiene que aguantar cuatro años más de gobierno de ladrones, corruptos y expoliadores, no les importa. Si de verdad hubieran querido la unidad de la izquierda, habrían llegado a un pacto con el PSOE después de las elecciones del 20 de diciembre. Pero eso estaba fuera de cuestión. Lo impedía la "belleza ética" del referente intelectual de los anguitillas.

En resumen: esa unidad en la que el motor oculto siguen siendo los comunistas que continúan con sus maniobras se produjo porque no había otro remedio. Podemos había nacido con una promesa que apuntaba a una necesidad social sentida por mucha gente: constituir una nueva izquierda entre el comunismo trasnochado y la socialdemocracia adocenada. Pero fracasó por falta de capacidad de elaboración teórica o quizá la promesa era un embuste desde el principio que trataba de sorprender a la gente en su buena fe pero nunca respondió a un genuino interés por construir esa nueva izquierda. Sea lo que sea, las elecciones del 20 de diciembre demostraron que el pretendido tsunami podémico había pinchado, aunque su aparato de propaganda lo vendió como un triunfo. Y cuando luego los sondeos apuntaron a que la formación de Pablo Iglesias, cuya valoración popular era tan baja como la de Rajoy, iba al hoyo, se cayeron los palos del sombrajo y las caretas del disimulo. Entonces la flamante "nueva política" se echó en brazos de IU y su "belleza ética", eso sí, ocultando una vez más la condición de comunistas.

Es probable que en las elecciones del 26 de junio el nuevo engaño comunista sea un fracaso y que, con él, fracase también la izquierda en general. Pero a quienes lo han perpetrado no les importa. Ell@s no padecerán las consecuencias.

dimarts, 17 de maig del 2016

Los nuevos compañeros de viaje

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Hubo un tiempo en que el comunismo tenía prestigio: en los años treinta (ascenso del fascismo), hasta el ignominioso pacto nazi-soviético de 1939 y luego, al final de la segunda guerra mundial y en los primeros años de la postguerra, hasta que se conocieron los crímenes de Stalin y llegó la desestalinización. En aquellos años, los comunistas no ocultaban sus siglas sino que se envanecían de ellas y agrupaban en torno suyo gentes que no lo eran, pero se sentían atraídas por el prestigio revolucionario y, sin entrar en el partido comunista, cumplían sus encargos y estaban más o menos encuadradas en organizaciones manipuladas por ellos. Prestaban un gran servicio porque propagaban los puntos de vista comunistas sin serlo ellas mismas. Eran lo que se llamaba los compañeros de viaje.

Posteriormente, ya en plena guerra fría, estando clara la naturaleza dictatorial e inhumana de la Unión Soviética y países satélites en los que aquella intervenía por la fuerza cuando quería (Berlín, Polonia, Hungría), el comunismo perdió el prestigio acumulado. Ya no había "organizaciones de masas" ni quedaban "compañeros de viaje". Ahora, los que le hacían el juego eran llamados tontos útiles. De esos había muchos, pero menos de lo que la ambición comunista de poder quería.

Finalmente, con el desprestigio general del comunismo en los años 70 y en los 80, con el triunfo de la socialdemocracia -con la que mantiene un forcejeo histórico-, aquel entró en profunda crisis que se agudizaría con el hundimiento de las tiranías comunistas en todo el mundo. Quiso salir de la crisis haciendo un mero cambio de nombre con el que trataba, como ha hecho siempre, de eliminar a la socialdemocracia a los efectos de ponerse en su lugar, vieja táctica estalinista que al exseminarista georgiano le salía bien a base de asesinar, pero a sus secuaces, no. Estos comunistas vergonzantes pasaron a llamarse "eurocomunistas" para enviar un mensaje falso a la opinión pública (ingenio propio de Carrillo) de que el comunismo se había hecho reformista, democrático, se había civilizado. Los camaradas vivían horas bajas, pero se las prometían felices con la añagaza en la que se embarcaron los partidos comunistas de España, Italia y Francia.

Pero no funcionó. La gente no se dejó engañar. Fue entonces cuando los comunistas decidieron camuflarse. El hundimiento de la URSS los había hecho polvo y más polvo aun porque ninguno de ellos fue capaz de dar una explicación comunista o, por lo menos marxista, del hundimiento de la URSS. Y así siguen. Pero sí comprendieron que, si querían sobrevivir, tenían que ocultarse y engañar.

Mucho había llovido desde los años treinta, pero el comunismo sigue en lo suyo: mintiendo. En 1986, el iluminado Anguita fundó Izquierda Unida, otra organización pantalla de nuevo llena de compañeros de viaje y de tontos útiles. Solo que ahora los tontos iban a resultar inútiles. Creyeron que con esta artimaña de ocultar sus siglas, pero poner en marcha una farsa, por fin, derrotarían a la fementida socialdemocracia del PSOE. Tampoco. A IU se le veía el comunismo por los entresijos. Y Anguita tuvo que marcharse a su casa, a rumiar su fracaso y su revancha.

Y, entonces, al rebufo de la crisis, del 15 de mayo, y de lo que se veía como ineluctable decadencia del PSOE por sus propios errores, surgió Podemos. Lo hizo a la par con la Syriza griega y dio una sacudida al sistema español de partidos haciendo concebir la esperanza de que, por fin, aparecería una tercera vía de verdad en la izquierda, entre el anquilosado comunismo y la socialdemocracia aburguesada y neoliberal. Muchos creímos -y creemos- que esto es posible y hasta colaboramos con ello. Pero, al poco tiempo, a los primeros tropezones y tras las primeras crisis de IU y sus tránsfugas, ya se empezó a ver que si esa había sido la intención de los jefes en un primer momento (que ahora más bien parece que no y que engañaron desde el origen de la aventura), había dejado de serlo. Lo que ahora se cocinaba era un nuevo intento de organización "de masas" (todas esas pavadas de Anguita y los anguitillas de las "mayorías cívicas" es puro leninismo de aprendices), un nuevo engaño, una nueva farsa a partir del núcleo de IU. Hubo algunos titubeos pero, con el decepcionante resultado de las elecciones del 20 de diciembre y el suculento millón de votos que seguía atesorando IU, los últimos escrúpulos se fueron por la borda y se selló el pacto con IU y Anguita. La pamema de las conversaciones para formar gobierno después del 20 de diciembre fue otra trola y a ver si se podía culpar al PSOE de ls elecciones.

Porque, como siempre en los comunistas españoles, la muralla por abatir no es la derecha ni el PP. Es el PSOE.

Si alguien lo duda, que escuche el discurso de Anguita en el vídeo del post. Es palmario y claro como el agua clara: revancha. Escúchenlo hablar de su militancia en IU, pero ocultar la del PCE. Escúchenlo reconocer que "la diplomacia" mandaba que siguiera oculto, de gran trujimán de esta operación. Que no se supiera, que se siguiera engañando a la gente. Pero, al final, su ego inconmensurable (solo similar al de Iglesias) y su infinita vanidad lo arrancaron del sillón y lo llevaron a irrumpir en el acto de Podemos, interrumpiendo en seco, por cierto, un alegato de Pablo Echenique sobre feminismo y feminización. ¿Casualidad? Estos no dejan nada a la causalidad ni al azar. Todo lo miden, como el comediante de Diderot. ¿Feminismo? Ya hay bastante feminismo en el título de Unidos Podemos. Y escúchenlo, por último, hacer sus cálculos: cree que ahora o nunca, en el nuevo 77, se va a ganar al PSOE; pero el subconsciente lo traiciona y pone su victoria a cuatro o cinco años. Es decir: ganaremos dentro de cuatro o cinco años; mientras tanto, cuatro años más de PP. ¿Queda claro?

Una última consideración. Se quejan los de Podemos de que ahora todo sea hablar de comunismo, como si eso fuera una maniobra innoble, un golpe bajo o juego sucio. Aquí el único juego sucio consiste en aliarse con el Partido Comunista de España en secreto, oculto y pretender seguir estafando a la gente y que no se hable de lo que hay. El juego sucio y el engaño es que, cuando el periodista oficial de Podemos, Ferreras, en la cadena oficial de Podemos, la Sexta, pregunta a Anguita qué le parece el anticomunismo de Esperanza Aguirre, el comunista cordobés diga que no merece la pena hablar de ello, pero siga ocultando su condición de miembro del Partido Comunista de España, un partido que no se presenta con su nombre a las elecciones, pero quiere que lo voten bajo otras siglas ocultando su condición.

Por último, tengo algunos amigos, gente de izquierda sincera y genuina, que se escandalizan de que se esté cayendo en una campaña de "anticomunismo visceral". Sí eso es lo que dicen los comunistas, que no merecen respuesta. A mis amigos, una sola consideración: en una sociedad democrática asiste a la gente el derecho a ser anticomunista (o antifascista) como opción política, sin que la declaren trastornada, histérica, visceral o desequilibrada. Gracias a los dioses, esto todavía no es la Unión Soviética, paraíso comunista en donde los disidentes con suerte acababan en psiquiátricos.

dijous, 12 de maig del 2016

De cabeza al segundo fracaso

La proposición que hacía ayer Palinuro en su post titulado Una propuesta de izquierdas, para la constitución de un gobierno de progreso en España partía de la ingenua suposición de que los líderes de izquierdas se interesaban de verdad por su país y sus conciudadanos y no por sus intereses personales o sus egos narcisistas; más por el bien general que por el propio. Un error. Los líderes de la izquierda -Pablo Iglesias y Pedro Sánchez en este caso- no se interesan por los asuntos del común ni consideran en serio la posibilidad de aportar soluciones a sus problemas. Ellos, los suyos, sus partidos, sus posibilidades, sus escaños, sus alianzas, sus simpatías y antipatías, sus victorias electorales; eso es lo que les mueve. Tienen el vuelo de la gallina. Nada más. Y carecen de todo crédito. No es solo que sus dichos y sus hechos no tengan altura, ni interés ni, en el fondo, dignidad. Es que responden a cálculos tan miserables y a corto plazo que producen vergüenza.

Estamos ya en la precampaña de estas elecciones a las que nos ha llevado su lamentable incompetencia (disfrazada, como siempre en España de palabras altisonantes y grandes proclamas) y su incapacidad para forjar una unidad operativa de la izquierda y, por lo que se ve, así seguiremos. Los líderes soltando grandes frases en las que hay mucho "histórico", mucha "mano tendida", mucho "principio" y mucha verborrea, y sus seguidores, inasequibles al desaliento, como los de Franco, disculpándolos con las aburridas mentecateces de rigor: que el PSOE no es de izquierda, que Podemos quiere la independencia de Cataluña y que el Pisuerga pasa por Valladolid.

Vendrán las elecciones, volverá a ganar la derecha y tendremos cuatro años más de políticas sociales y económicas dictadas por la patronal más depredadora; cuatro años más de destrozar los servicios públicos, dejarnos sin educación, sin sanidad, sin pensiones, sin nada. Pero estos dirigentes, verdaderos mindundis encantados de haberse conocido, no reconocerán responsabilidad alguna en su fracaso. Como no han reconocido su responsabilidad en el fracaso de las negociaciones tras el 20 de diciembre porque, para estos pigmeos de la política, la derecha debe admitir su responsabilidad cuando la pifia (que es siempre) pero eso no reza con ellos. Ellos nunca son responsables de un fracaso electoral sino que, en todo caso, lo será la otra fuerza de la izquierda o los electores, que son unos vagos que se abstienen o unos estúpidos que votan al partido equivocado. ¿Ellos responsables por no saber gestionar una victoria electoral, por no ganar las elecciones, que es lo único que les importa? En absoluto.

Ayer hubo dos noticias sobre los jefes de las dos grandes fuerzas de la izquierda española que demuestran palmariamente lo que aquí afirmamos: no hay pacto de gobierno de izquierdas porque ninguna de las dos, Podemos/IU y PSOE, lo quieren, porque lo que quieren no es echar a la derecha del gobierno, sino destrozarse la una a la otra. Imponerse como la fuerza hegemónica de campo, aunque el país haya de soportar cuatro años más de un gobierno de ladrones y neofranquistas. Pablo Iglesias concedió una entrevista a Público en la que da rienda suelta a su fondo real más hipócrita, autoritario y narcisista y Pedro Sánchez toma medidas entre autocráticas y ridículas, mostrando una personalidad tan alejada de los intereses de la gente como preocupada por su destino, su puesto, su cargo. Realmente es imposible que estos dos se pongan de acuerdo en nada. Se conocen el uno al otro y ya ni lo intentan. Se limitan a actuar esquinadamente para poder echarle la culpa del fracaso al otro. Nada más.

Iglesias sostiene que su "feeling" con Madina podría haber facilitado la unidad de acción con el PSOE. Esto es, la unidad no depende de su conveniencia o necesidad objetivas ni en ella pintan nada los círculos, asambleas o bases, sino que dependen del "feeling" del líder con el otro.

El "sorpasso" no es ganar al PSOE, sino al PP. Iglesias repite esta mentira siempre que puede por si cala. Pero la adoba en todo momento con críticas más o menos jesuíticas a los socialistas (ya no habla de "cal viva" porque no le interesa) y la desmiente con sus alabanzas continuas a Anguita de quien en definitiva, confiesa que es la obra de la unión Podemos-IU como, por lo demás, va trompeteando por ahí el mismo Anguita. Y si hay alguien en el mundo que ignore que Anguita solo se ha movido y sigue moviéndose por odio al PSOE es que probablemente más que el mundo, está en el limbo. Esta unidad de acción de la izquierda no es para derrotar al PP sino al PSOE; es un pacto en contra del PSOE.

No le preocupa al entrevistado que lo acusen de haberse puesto a la vera de los comunistas más anquilosados. Al contrario, lo interpreta como señal de victoria, pero reconoce que, cuando el PP y C's formulan esta acusación de comunismo están utilizando un lenguaje siniestro. Él mismo lo dice.

Según él, la petición de unidad es un clamor, un tsunami de unas bases convertidas aquí en multitudes aclamatorias al paso del amado líder. O sea, la unidad no viene porque los sondeos estuvieran señalando un desfondamiento de Podemos, coincidente con la muy baja valoración de su líder (de la que nunca habla) y le venía bien el millón de votos de IU, ni con la ruina económica de IU que apenas tiene para pagar las nóminas, sino que son los enfervorizados creyentes en la dotrina del gran jefe las que la imponen. Y a ella espera que se una el PSOE sin dejar por un momento de hacer nada por impedirlo ni propiciarla leal y sinceramente jamás.

Insisto: creo que es el texto más hipócrita y taimado que he leído nunca.

A su vez, Pedro Sánchez ya ni se molesta en disimular que no quiere ni oír hablar de unidad de acción con Podemos. Su actitud es de franca hostilidad a la idea y sus reacciones claramente autoritarias por ver si consigue afianzar su tambaleante figura. Obliga a Ximo Puig a comerse con patatas su pacto con Compromís y Podemos para el Senado y responde con un grosero "no, gracias" a la oferta del partido morado de listas conjuntas al Senado. Si fuera de buena voluntad, no solamente aceptaría esas listas sino que, como en el poker, las "vería" y pondría una acción común PSOE-Podemos-IU para el Congreso. No solamente no lo hace sino que ni siquiera se molesta en explicar por qué niega a Ximo la posibilidad de su lista, a pesar de que es el único que lo ha intentado, virtud de la que él mismo presumía no hace mucho en relación con su pacto con C's: que eran los únicos que lo habían intentado.

A estos modos autocráticos añade Sánchez otra medida de autoridad de risa. Siempre para fortalecer su imagen frente a su propio partido, ha nombrado un gobierno en la sombra compuesto por un puñado de fantasmas del pasado, como Borrell, y una recua de "siseñores" obsequiosos, tipo Patxi López que parecen sacados de un manual del Buen Juanito del siglo XIX. No es un gobierno en serio lo que ha nombrado sino un consejo asesor de pelotas.

Ninguno de los dos, carentes ambos de grandeza y empuje, quiere la unidad de la izquierda. Iglesias jalea a los suyos hablando de un "sorpasso" imaginario al PP del que está convencido que es imposible y el PSOE rechaza ir del brazo con quienes pretenden "fragmentar España" y ahondar una "crisis de convivencia en Cataluña" que se ha inventado Sánchez. Cree que con esto rebañará votos nacionalcatólicos que le permitirá luego pactar con C's como la opción de centro. Si consigue convencer al electorado de que los de C's no son el partido de derecha extrema que parecen sino una derecha civilizada, este cálculo puede ser acertado y hacerles ganar las elecciones a los dos.

Lo que sucede es que, para ello, tendrá que impedir la realización del referéndum a toda costa. Y una victoria basada en una injusticia, nunca será una verdadera victoria.