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dimecres, 13 de juliol del 2016

¿No había muerto el bipartidismo?

De seguir así vamos de cabeza a las terceras elecciones en un año. Quizá sea una efecto retardado de la dictadura. Los españoles pasaron tantos años sin votar, sometidos a la esclarecida guía de los franquistas, mentores ideológicos de estos peperos, que ahora se desquitan como se ve de tres en tres

Las explicaciones, advertencias y avisos de los partidos, sus interpretaciones y la adjudicación de buenos y malos en la obra son bastante risibles en general. Nadie coincide con nadie en nada excepto en una cosa: la decisión ha de tomarla el PSOE porque todo depende del PSOE. Tiene su guasa. El partido más atacado (las jeremiadas de Podemos hablando de que todo el mundo los critica a ellos es falsa), el más vilipendiado, el que nadie puede ver ni en pintura y carece de todo respaldo mediático (a diferencia del PP y Podemos que tienen periódicos, televisiones y periodistas a su servicio) es justamente el que todos necesitan y sin el cual ninguna combinación es posible. El Partido que, para la derecha, está repleto de radicales y, para Podemos y sus realquilados de IU, es idéntico al PP, es el que todos quieren de compadre en las alianzas. Pero no por ello ninguno osa modular sus ataques. Es propio de la habilidad hispana: se insulta a quien se necesita de aliado y ni de chiripa se le piden disculpas.

Nadie en el PP, un partido de presuntos ladrones, corruptos y cómplices se atreve a levantar la voz contra el Sobresueldos, un personaje absolutamente desprestigiado que se aferra al cargo quizá para no tener que afrontar un futuro penal aciago. Si el PP prescindiera de este inenarrable individuo e hiciera otra oferta, quizá encontrara una respuesta distinta que contribuiría a hacer patente lo que todo el mundo intuye ya: que el bipartidismo se mantiene.

La respuesta favorable de C's podría darse por segura, incluso al extremo de pasar de la abstención a un voto afirmativo con matices. Y tampoco sería muy hosca en el PSOE en donde las presiones a favor de la abstención, procedentes de los sectores reaccionarios del partido (González, Rubalcaba, Borrell, Guerra, etc) redoblarían y dejarían en posición aun más débil a Sánchez. 

La respuesta de Podemos sería aquí, como casi siempre por otro lado, irrelevante, aunque el coro de sus periodistas afines (incapaces de distinguir las mixtificaciones de Iglesias de una crítica al orden constituido) la presentaría casi como venida del reino del saber. Estos de Podemos son los que forzaron las segundas elecciones con el objetivo de desempatar, cuando no había empate. Ahora ya no pueden seguir mintiendo tan descaradamente y su posición es en verdad chunga. No son decisivos para nada y ocultan su intrascendencia con engolados y cavernosos conceptos: si el PSOE se abstiene, la oposición pasará por derecho a UP. Y, de paso, el jamón que regaló el Sobresueldos a Obama. La oposición seguirá siendo el PSOE y ya se verá a qué se opone de verdad Podemos que, cual es habitual,  no está claro. 

Aburre mencionarlo: hay dos combinaciones posibles de mayoría absoluta sin la peste del PP: a) PSOE+Podemos+C's y b) PSOE+Podemos+indepes catalanes+nacionalistas vascos. Pero ninguna de las dos parece viable mientras Podemos y C's no suavicen su recíproco odio o el PSOE pierda el miedo al referéndum catalán.

Si todo sigue igual, las terceras elecciones serán obligadas. En opinión de Palinuro, esas elecciones serán la resurrección del bipartidismo y la reducción de Podemos y C's a magnitudes simbólicas. Y a ellas no debiera concurrir ninguno de los cuatro fracasados candidatos hasta la fecha.  

dimarts, 12 de juliol del 2016

El del jamón quiere seguir siendo presidente

No me dirán que lo de regalar un jamón a Obama no les ha impactado. ¿Creían ustedes que en estos años del imperio pepero habían visto todo en punto a estupidez? Seguramente. Y con razón. Pero nos faltaba ver al payo en funciones. Y aquí lo tienen ustedes, tan ufano, balbuceando necedades ante Obama y muy contento de haber demostrado que la "gran nación" no se anda con chorradas de cajitas de vidrio como si este país fuera Murano. Ni hablar. Aquí estamos a lo que estamos, somos muy y mucho españoles; sabemos de sobra que un plato es un plato; odiamos a la gente ruiz; somos muy previsibles; tenemos mucho sentido común; no permitimos que los chuches tengan más IVA que los hilillos de plastilina; hacemos cosas cuando somos catalanes; cuando no, leemos el Marca; no nos gustan las ocurrencias ni los conejos de las chisteras. Así que nada de una puñetita de cristal: le regalamos a Obama un buen jamón. Además, el guiri, ¿no es negro? El Sobresueldos no es racista, por supuesto, pero todo el mundo sabe que los negros pasan hambre.Y él, profundamente católico, no puede tolerar que un negro que llama a su puerta pase hambre, por favor. ¿Qué se dirá de nosotros, de la hospitalidad española, en los yunaitez estates?

Ustedes, lectores, que se gastan mala follá como los granaínos, señalarán que el Sobresueldos seguramente no tenía ni idea de que en los EEUU no se puede entrar como en Redondela, con una cesta de mimbre chorreando grasa de la matanza. Pero ¿qué me dicen de los asesores? Sí, esos tropecientos pájaros nombrados a dedo por el de los sobresueldos entre gentes que no tienen el graduado escolar. ¿Tampoco sabían que en los States no se pasan alimentos así como así? Algunos lo sabrían. No todos van a ser tan tontos como su jefe, pero pensarían que allí sucede como en España: sí, hay leyes, pero no se aplican o solo se aplican a los pobres. Porque, y en eso estarán todos de acuerdo a fuer de auténticos españoles, ¿hay algo más afectuoso, cordial y sano que regalar comida? Hasta hace muy poco era un artículo de lujo y hoy, gracias a las medidas del sobresueldos para salir de la crisis, vuelve a serlo y, al fin y al cabo, siempre es un gesto evitar que Obama tenga que ir a la cola de Caritas, como hacen todos los días cientos y cientos de desalmados antiespañoles que simulan estar  hambrientos solo para crear mala fama a esta gran nación.

Terminada la peripecia del jamón, el okupa de La Moncloa se ha embarcado en una aventura intelectual propia de su inimitable carácter, apoyado en ello por las fuerzas vivas del país y ese periódico que antaño fue un ejemplo de buen hacer y hoy es un pasquín más al servicio de la derecha, así como el resto de los medios que, en su inmensa mayoría, están a su servicio. Como lo están indirectamente los que juegan a ser les enfants terribles del régimen, apoyando a su vez a Podemos e IU con el fin de aniquilar al PSOE. Este sí que no cuenta con ningún apoyo mediático de ningún tipo y, a pesar de todo, resulta ser la pieza central del rompecabezas en que estos líderes tan menguados de inteligencia como de originalidad han convertido el campo político.

Ni dos minutos vamos a perder en referirnos a la "autocrítica colectiva" que ha hecho Podemos, consistente en una sarta de excusas para no admitir el hecho obvio de que la gente no los vota porque no se fía de ellos. Su única finalidad es seguir alimentando en los líderes la arrogancia y la chulería frente al PSOE, que son los elementos más seguros para acabar en unas terceras elecciones.

El Sobresueldos piensa confrontar a Sánchez con un dilema: él mismo o nuevas elecciones. Don Carlos o el petróleo. Tiene numerosos aliados para presionar al socialista: además de los "verdaderos" izquierdistas de Podemos y los "superverdaderos" de IU, tiene a los socialistas reaccionarios, meapilas, monárquicos y, en el fondo, peperos de corazón dentro de su partido que quieren verlo abstenerse para que gobierne la derecha. Ejemplo: Felipe González, quiza el político que más alto llegó en su día y más bajo se ha hundido ahora, hasta hacer el trabajo de la derecha que él acusaba, con razón, de hacer a Anguita. Al final, en verdad, los dos coinciden en que gobierne la derecha.

Permitir que gobierne de nuevo el Sobresueldos es sumir al país en un abismo de indignidad y vergüenza cuyo símbolo es ese jamón que el zote de La Moncloa ha regalado al estadounidense en la escala técnica que este hizo desde Varsovia camino de Rota.

dilluns, 11 de juliol del 2016

A ver, Sánchez, cumpla órdenes y absténgase

No recuerdo haber visto un caso mayor de desvergüenza, de manipulación, de falta de profesionalidad y de absoluta idiocia. Aunque no se lo crean, El País basa su conclusión de que la mayoría de los votantes del PSOE prefiere que su partido se abstenga en esa inenarrable pregunta. Por supuesto, el hecho de que la abstención del PSOE sea elemento imprescindible para que siga gobernando el presidente de los sobresueldos y su asociación de presuntos malhechores, que es lo que El País desea, es aquí el elemento decisivo.

Por qué quiere El País que España siga esquilmada por esta organización imputada por los jueces, es algo que pertenece al secreteo de las buenas relaciones entre el periódico de Prisa y la presidencia del gobierno. Dada la falta de escrúpulos de un tipo como Cebrián, que es quien manda en el diario, lo más probable es que se esté negociando trato de favor económico  a cambio del apoyo de este a las tropelías del desgobierno de la derecha.

Todo lo anterior era sabido, pero se mantenía en un discreto silencio para no exponer a la luz pública el giro dado por el diario, que no es otra cosa que una traición al espíritu crítico y de independencia que lo orientó desde el principio, cuando vivía Jesús Polanco, a quien este Cebriancillo no llega a la altura del zapato. Muy mal tiene la derecha que ver las cosas para que obligue a El País a quitarse la careta y salir pidiendo expresamente la abstención del PSOE a favor de un gobierno del PP que más de dos tercios de los votantes rechazan.

No merece la pena analizar mediante crítica de texto o algún otro procedimiento el enunciado de esa pregunta. Es tan manipulador, sesgado, abusivo y, en el fondo, estúpido, que entretenerse con él es perder el tiempo. Un aplauso especial merece ese "a cambio de una serie de reformas" que debe de habérselo dictado el gabinete de comunicación de La Moncloa. La próxima vez, que las explicite. Total, las conocemos ya: todo se puede revisar excepto la reforma laboral. Como era de suponer.

Si el PSOE cae en la trampa de esta gente y permite gobernar al partido del saqueo de España, se suicidará.

diumenge, 10 de juliol del 2016

Las terceras elecciones

Quiere el saber convencional que, si hay terceras elecciones, el PP alcance la mayoría absoluta y Podemos se dé una buena castaña. No sé de dónde salen estas ideas, pero tienen mucha aceptación. Tanta que las partes directamente concernidas actúan en consecuencia. El Sobresueldos ha perdido ya quince días -cosa que se le da de miedo- y está dispuesto a perder los que le queden de aquí al siglo que viene, sin moverse, en espera de que la incompetencia de todos los demás le resuelva la papeleta de ser investido presidente del gobierno. Ya lleva doscientos días de bóbilis bóbilis. En esto, como en todo lo demás, le secunda C's, si bien este ve la hipótesis electoral con aprensión pues teme le suceda lo que a Podemos.

El nudo de la cuestión se ventila en la izquierda, PSOE y Unidos Podemos (UP) y en primerísimo lugar el PSOE que sigue siendo el eje en torno al cual giran todas las combinaciones posibles. Incluida la decisión última de ir a terceras elecciones. Parece como si, en estas segundas, los socialistas hubieran encontrado la fuerza y la decisión perdidas, lo que cambia mucho las cosas. El "no" rotundo de ayer de Sánchez a la triple posibilidad de favorecer por activa o por pasiva al PP ha clarificado el panorama. Lo que siga ahora dependerá de la capacidad del PSOE de mantenerse en esta gallarda actitud de "no" al Sobresueldos, no al gobierno del PP en ningún caso. De la capacidad de resistirse a los cantos en favor de la abstención no de sirenas sino de los viejos cachalotes del mar de los sargazos. 

Con ese "no" en el frontispicio, vayamos a las combinaciones posibles.

Deben descartarse, creo, gobiernos en minoría porque nadie se fía de nadie y los gobiernos minoritarios tienen que contar con una mínima lealtad a los compromisos que entre estos políticos de liviano fuste no se da en absoluto.

En ausencia de gran coalición solo hay dos combinaciones que den mayorías absolutas: a) PSOE+Podemos+C's= 188 escaños y b) PSOE+Podemos+indepes catalanes+PNV+Bildu = 180. La primera combinación fracasa ante la animadversión mutua entre Podemos y C's. La segunda ante la negativa cerrada del PSOE a permitir un referéndum de autodeterminación en Cataluña.

Por lo tanto, si no se da revisión alguna en las posiciones de las tres fuerzas, las terceras elecciones serán un hecho. Y lo serán porque todavía hay una posibilidad más siniestra que la nueva votación y es la continuidad del desgobierno del Sobresueldos con la asociación de presuntos malhechores del PP. Hipótesis que podría realizarse en la no muy descabellada posibilidad de una alianza PP+C's+Canarios con el añadido de un par de tamayos. Si se hizo en Madrid, rompeolas de las Españas, también podrá pasar en una de ellas, la más cutre e inmoral.

Para Palinuro está claro: lo mejor es la combinación PSOE+Podemos+Indepes+PNV+Bildu, pero, si trata de imponerse la continuación de este gobierno ignominioso, apoyado en un partido de corruptos y presuntos delincuentes, y no hay combinación posible de mayoría absoluta, lo mejor son las terceras elecciones.

Con una condición inexcusable: ninguno de los cuatro ineptos que han sido incapaces de formar gobierno por segunda vez, puede volver a presentarse como candidato. Eso sería lo unico que verdaderamente rompiera el maleficio de una política española dominada por la inoperancia, la incompetencia, la corrupción y la mentira sistemática.

Mañana hablaremos de la refundación de Convergència en un partido republicano e independentista y también de esos curiosos cónclaves habidos en el PSOE y UP para encontrar una explicación a sus respectivos fracasos electorales.

divendres, 8 de juliol del 2016

La socialdemocracia como ideología

Espero no se me acuse de desertar mi puesto de vigilante analista político si me tomo un asueto en esta tarea de seguir los meandros de las negociaciones poselectorales. En román paladino, que van a acabar resolviendo la situación por agotamiento. Rajoy quiere a Sánchez; Sánchez no quiere a Rajoy; Rivera los quiere a los dos; los dos lo quieren a él, pero por separado; Iglesias quiere a Sánchez pero sin Rivera; Sánchez quiere a Rivera con Iglesias; Iglesias no puede ver a Rivera; Echenique tampoco; Rivera no quiere a ninguno de los dos; Garzón los quiere a todos; los catalanes y los vascos solo se quieren entre ellos; los demás quieren a los vascos, pero no a los catalanes. Y todos dicen saber muy bien lo que quieren, pero no quieren saber lo que dicen.

Con permiso, vamos a descansar un poco porque produce angustia ver una clase política enzarzada en dimes y diretes, parlanchina hasta la desesperación, pero ciega a la gravedad de la circunstancia del país.

Vayamos a un asunto que movió titulares de prensa antes de las elecciones y produjo atropelladas reflexiones, esto es, la declaración de fidelidad a la socialdemocracia de Iglesias, principal dirigente de Podemos y faro doctrinal. De inmediato hubo reacciones favorables y desfavorables centradas en si era una engañifa, algo sincero, si pretendía reñir el campo al PSOE, si este era capaz de afirmar su copyright.

Pocos se plantaron y preguntaron exactamente, la socialdemocracia ¿qué es?

¿Qué va a ser? Una ideología. El término levanta suspicacias, sobre todo en la izquierda. Toda ideología es mala a fuerza de falsa. Excepto la propia. Pero la propia no es ideología sino pura razón, sentido común, conocimiento científico. Obvio, lo de las ideologías no está nada claro porque remite a una región de metaconceptos siempre problemática.

Hay ideologías que no están claras en cuanto a su fondo, pero sí en cuanto a su forma. Son conjuntos de ideas más o menos trabados y extensos presididos por eso, por un metaconcepto, como justicia, libertad, igualdad o seguridad. Por eso todas las opciones políticas son ideologías.

La socialdemoracia, una de ellas. Eso es algo que saben los teóricos de la elección racional desde que echaron los dientes. Una ideología es un atajo cognitivo que me permite pronunciarme en asuntos de interés general reduciendo al máximo el coste de la información. Una ideología viene como un pack, un kit cognitivo. Solo precisa dos actos de fe: fe en que el kit es el más adecuado para el metaconcepto que uno venera y fe en que el responsable oficial que las circunstancias hayan puesto al frente de la interpretación lo haga correctamente.

¿Para qué queremos "atajos" conceptuales? Para competir en las campañas electorales y triunfar allegando la mayor cantidad de votos. La ideología es un kit para activar la acción del partido como máquina electoral. Al fin y al cabo, unas elecciones son como las batallas medievales. Las mesnadas de los señores (aquí sus votantes) tienen que distinguirlos en mitad de la refriega entre el polvo y el humo y con las celadas bajas. De ahí salieron los colores de la heráldica. Las ideologías son los escudos de blasón para la contienda electoral. Si yo enarbolo pendón socialdemócrata, atraeré las mesnadas de esa tendencia. Y, de hecho, la campaña de Podemos insistió en una llamada permanente a los "socialistas de corazón"

Pero la ideología socialdemócrata mantiene relaciones conflictivas con otras ideologías de izquierda, singularmente la comunista. Como atajo ideológico para cálculo electoral, la ideología comunista no ha dado nunca resultados aceptables, razón por la cual suele concurrir a las votaciones disfrazada.

La conclusión obvia es que, al haber sellado una alianza con IU y, por ende, con los comunistas, Podemos revelaba que la nueva fe en la ideología socialdemócrata solo era un disfraz más. Un disfraz de supervivencia. Y el resultado ha sido bastante negativo.

dijous, 7 de juliol del 2016

El jarrón chino de La Moncloa

Cumpliendo órdenes de Cebrián, Felipe González predica desde una tribuna de El País la formación de un gobierno del PP con abstención y apoyo del PSOE. Es una batallita más en el gran operativo por el que el grupo Prisa ayuda al mantenimiento de esta derecha neofranquista a cambio de un buen trato en todos los órdenes, financiero, fiscal, etc. Una batallita de los tiempos del abuelo, cuando publicar una tribuna en El País equivalía a un toque de atención universal ante el que todos se ponían en posición de combate. Hoy no es otra cosa que una fantasmada de quien tuvo pero no retuvo porque perdió lo que le quedaba merodeando entre puertas giratorias.

Dice ahora González que no es partidario de una gran coalición PP-PSOE. Hace algunas lunas sí lo era pero, al parecer, ya le han informado de que eso es más de lo que pueden soportar hasta los socialistas más afines al PP, como Corcuera o Bono. Pues que no haya gran coalición y así, el expresidente, que sigue interfiriendo en el margen de acción del secretario general, propone a cambio una coalicionceja en la que su partido sería de monaquillo y, como le da vergüenza pedir que lo haga incondicionalmente, reclama a Rajoy que tenga la magnanimidad de moverse y cumplir con su deber.

A Rajoy. Porque la coalicionceja que González quiere hacer tragar al PSOE en beneficio de Prisa no tiene ni los arrestos de imponer como condición que el de los sobresueldos se vaya a su casa. No tiene el valor de pedir la retirada del presidente más corrupto de la historia de la segunda Restauración, el que era vicepresidente de Aznar cuando este nos llevó a la guerra del Irak.

Es decir, González está a la derecha de C's y Rivera que, cuando menos, exige la salida de Rajoy.

Es más, está a la derecha de Pablo Echenique, pues coincide con él en descartar toda posibilidad de un gobierno de mayoría alternativa al de Rajoy y en defender la formación de un gobierno de la derecha. González lo pide recomendando al PSOE que lo posibilite como sea; Echenique prácticamente lo impone bloqueando la posibilidad alternativa al decir que Podemos nunca se sentará con C's.

Ojalá el PSOE encuentre el valor que precisa para pedir al jarrón chino que predique en una cuestación de la fiesta de la banderita con señoras de bien y a Echenique que razone como cuando militaba en C's, en donde parece haberse dejado el escaso izquierdismo que alguna vez pudo haber tenido.

El asalto a las pensiones

De todas las iniquidades que ha cometido este gobierno acosado por la corrupción rampante, involucionista, clerical y antisocial, la más repugnante de todas es la que afecta a los pensionistas. Pueden rastrearse declaraciones de Rajoy en la campaña electoral de 2011 afirmando, con la seriedad que su hipocresía normalmente le dicta, que no pensaba tocar las pensiones porque los pensionistas son los que ya no tienen una segunda oportunidad en la vida. Buen argumento, pero del que no ha hecho el menor caso.

Los pensionistas han pagado injustamente el precio de la crisis por partida doble, indirecta y directa. Indirectamente porque es muy elevado el porcentaje de pensiones que soporta el gasto de mantenimiento de hogares de parientes azotados por el paro y porque, además, se les han encarecido casi todas las prestaciones, comenzando con los medicamentos. Directamente porque el gobierno cambió arbitrariamente el Pacto de Toledo y desvinculó la pensiones del índice del coste de vida. Lo disfrazaron aprobando una subida mínima anual con independencia del coste de vida. Con eso afirma la ministra del ramo que con el PP las pensiones tienen la subida asegurada pero oculta que, por baja que sea la inflación, la capacidad adquisitiva de las pensiones desciende.

Ahora el gobierno ha recurrido a uno de esos torticeros mecanismos para hacer una injusticia, pero ocultarla a la opinión para no perder las elecciones. Antes del 26 de junio no se sabía que ya había decidido sacar 8.500 millones de € del fondo de reserva para pagar la extra. Pero no dijo nada. Solo se anunció de modo colateral, sin estar incluida en el índice de una rueda de prensa posterior, ni siquiera debatido en el consejo de ministros, lo que, por cierto, la convierte en ilegal. La mentira y la ocultación como formade gobierno son la raíz misma de la corrupción. En ninguno de los triunfalistas discursos del presidente de los sobresueldos, en los que se cacarea que la crisis "es historia" y que todo va viento en popa se ha hablado jamás de que el fondo de las pensiones, que era de 65.000 millones de € en tiempos de Zapatero esté hoy en un raquítico 25.000 millones. Dos tientos más y queda a cero.

Por eso es urgente despedir a Rajoy y su gobierno, apoyado en un partido penalmente imputado por la judicatura. Por eso y por la necesidad de aclarar cuál es la stuación real del fondo de reserva porque, al tratarse de cuentas y magnitudes que maneja esta gente, lo más probable es que los datos sean falsos. Por ejemplo, según parece, el gobierno ha estado empleando este dinero en titulos de la deuda, que no valen nada. A saber cuánto dinero queda en ese fondo.

Todos los partidos claman al cielo con este nuevo expolio. Dejen ya en paz el cielo, que tiene otros asuntos en que pensar, y pónganse manos a la obra a constituir un gobierno alternativo que, con PSOE, Podemos y C's sumaría mayoría absoluta de 188 y permitiría, cuando menos, poner fin a esta pesadilla de latrocinio.

Y ahí tropezamoss con guijarros en el camino que ya empiezan a fastidiar. Según oigo y leo, Iglesias y Errejón siguen hablando de la mano tendida al PSOE para formar un gobierno "de progreso". Pero, al parecer, Echenique ha emitido el condigno aviso de que ese gobierno no puede ser con C's. Un gran salto dialéctico. Así estábamos el 20 de diciembre y así seguimos. Quizá hayamos clarificado algo. Echenique dice estar resignado a un gobierno de la derecha. Razonar así cuando está en tu mano impedirlo equivale a apoyarlo. Está bastante claro. No es que no les importe un gobierno del PP; es que lo prefieren a uno del PSOE.


Y todo para que no vuelva a haber elecciones en seis meses, porque, si las hay, de Podemos no van a quedar ni las espinas, que son muchas.

dimecres, 6 de juliol del 2016

Pequeño bestiario poselectoral

Estase Rajoy quieto, fumando pachorro un puro, como una panzuda araña, junto a la tela que acaba de tejer. Espera que caigan las piezas que le den sustento a base de permitirle formar gobierno, según el encargo que le hará el Rey o zángano mayor del Reino (en sentido estrictamente entomológico) en cumplimiento de los protocolos.

Las primeras en agitar la tela, anunciando su llegada, han sido las moscas canarias. La araña presidencial les hizo los honores y les prometió todo lo que pidieron porque, siendo dos míseros dípteros de liviano porte, tampoco es preciso hacerles gran caso. Su modesta pretensión es que se las considere moscas ultraperífericas y eso no suele ser asunto que se les discuta.

Detrás de las moscas canarias, se espera el moscardón vasco. Este, precedido de un zumbido característico, ya sería una presa considerable, que incrementaría notablemente las huestes del arácnido. Lo malo es esa pretensión de aproximar a los presos vascos a su tierra, euskal presoak euskal herrira, que destroza la intencionalidad punitiva de la dispersión carcelaria, algo que la araña de La Moncloa no puede vender fácilmente entre sus apoyos electorales.

Para cumplir con las formas, el presidente recibirá a las avispas catalanas, insectos sociales, que vienen siempre en enjambres y son muy agresivos. Sus planteamientos suelen ser radicales y el presidente solo puede escucharlos cada seis meses por prescripción facultativa. Si menudearan más podrían provocarle una crisis de identidad nacional.

Tiene la araña puestas muchas esperanzas en la llegada de las efímeras de C's pero sabe que es muy difícil que caigan en su red por su carácter atropellado e inquieto y el hecho de que durando menos de un día, a veces horas, no le sirven para nada y le dejan la tela llena de cadáveres. La efímera mayor, riverana, ha dejado dicho que, sea cual sea su breve sino, rechaza por entero la araña monclovita y se somete a la guía de la cigarra del PSOE, la única que, por su tamaño, puede romper la aciaga tela.

Por allí ha de pasar también la mantis religiosa de Podemos, pero su visita será meramente protocolaria. Tras haberse desposado con IU y haberla devorado, en consecuencia, mira ahora con ojos libidofágicos al PSOE, aunque en la duda de si, para devorarlo a su vez, tiene que casarse con él en un gobierno "de progreso" o enfrentarse a él en la lucha por la hegemonía.

Solo la cigarra del PSOE, con el poderoso canto de sus élitros, puede encabezar una turba de insectos que rompa la tela de araña y establezca un reinado nuevo. 

En el fondo, irónicamente, esta pequeña fábula expresa una situación muy parecida a la del pasado 20 de diciembre. Es verdad que el PP ha reforzado ligeramente su posición. pero sigue siendo la opción que nadie quiere y menos encabezada por el presidente de los sobresueldos. El eje central de la situación sigue siendo el PSOE y, en último término, será el responsable de que haya o no gobierno y de qué orientación. Esta centralidad socialista aparece matizada por la presencia de Podemos que no alcanza a imponer su criterio pero sí a frustrar el del vecino.

Esa fue la situación que Podemos no fue capaz de resolver el 20 de diciembre. Y no se ve cómo lo hará ahora cuando las circunstancias han cambiado muy poco y a peor. La palinodia coral que los de Podemos llevan entonando hace diez días (Iglesias, Echenique, Errejón, Garzón, Llamazares, Montero: no paran de hablar y contradecirse) permite augurar lo peor: una decisión no bien medida que haga inevitables nuevas elecciones en las cuales el partido puede desaparecer sin más.

dimarts, 5 de juliol del 2016

No, no, no y no

Hay vientos de fronda en el PSOE. Unos propugnan "no cerrado" al PP; otros, la abstención en primera o segunda vuelta; otros, creyéndose más refinados, un gambito de un par de diputados para facilitar la investidura de Rajoy; otros, incluso, una gran coalición. En efecto, tormenta de ideas. Eso está bien. El partido prueba ser plural y algo más democrático que los demás. ¿Cuántas voces piden en el PP que se retire Rajoy a quien muchos consideran el principal obstáculo a cualquier entendimiento? ¿Cuántas en C's piden la dimisión de Rivera por haber fracasado en las elecciones? ¿Cuántas en Podemos piden abandonar ya la retórica asaltacielos y forzar un gobierno de progreso?

Todas las combinaciones giran en torno al PSOE. La misma situación que el 20 de diciembre, pero desmejorada para la izquierda. Cosa que debe agradecerse a la decisión de Podemos de bloquear un gobierno de progreso.

Las mentadas opciones del PSOE están sobre la mesa y los socialistas deben debatirlas a plena luz del día y justificar por qué eligen la que elijan. Un debate en el que debemos participar todos porque a todos nos afectará su resultado.

Para Palinuro, la opción más razonable es "no" en todos los casos: primera o segunda vuelta; con Rajoy de candidato o con Perico de los Palotes. Es "no" al PP. No a la corrupción, a la incompetencia, al autoritarismo, al desprecio a la gente; al robo sistemático y organizado, a la manipulación de los medios, a la politización de las instituciones, a la represión de la ciudadanía, a un neoliberalismo salvaje que ha cargado el peso de la crisis sobre los jóvenes, los parados, las mujeres, los emigrantes, los dependientes, los inmigrantes y los pensionistas. No a la derecha neofranquista que ha provocado un enfrentamiento inaudito con Cataluña y se niega a hacer justicia a los más de 100.000 compatriotas asesinados y enterrados en fosas comunes. No a la indignidad y la vergüenza internacionales.

Desde el punto de vista de la finezza parlamentaria, abstenerse aquí o allí, prestar dos diputados o darlos transitoriamente de baja con una enfermedad ficticia, es persistir en este remedo de normalidad democrática, como si el país no viviera una crisis política y moral, además de la social y económica de las que todo el mundo habla. No es asunto de táctica parlamentaria. Es de principios. No es posible seguir si no hay una labor de regeneración democrática creíble e inmediata: se debe poner fin a la corrupción; ningún procesado, imputado, pendiente o sospechoso de serlo, puede ocupar cargo alguno, empezando por el presidente del gobierno; un partido imputado por los jueces de lo penal no puede gobernar; tiene que imperar la trasparencia. Y nada de esto será creíble si el parlamento encarga esta labor regeneracionista a un gobierno que ha sido y sigue siendo causa y amparo de aquella corrupción.

El PP ha ganado las elecciones por mayoria relativa. Sostiene que le corresponde formar gobierno. Nada se lo impide. Que lo intente como quiera y que cada palo aguante su vela. No me consta cuál sea la actitud de C's. Creo que no le consta a nadie; ni siquiera a sus miembros. Tampoco estoy seguro del ánimo del PNV. Parecen proclives a intercambiar el "si" a Rajoy por el acercamiento de los presos. El voto de Coalición Canaria (CC) actúa, me parece, como indican sus siglas en internet, Creative Commons, o sea, votará por igual al PP o al PSOE. Si todas las alianzas le salen, el PP tendrá 175 escaños y gobernará en una precaria situación, amenazado de inoperancia. Cierto que esto parece dársele muy bien al presidente de los sobresueldos, pero no sé si los poderes fácticos van a tolerárselo.

Si le fallan aliados, Rajoy puede ofrecerse también, por supuesto. Pero se abre una posibilidad de formación de un gobierno alternativo encabezado por el PSOE. Esta posibilidad -que Palinuro ya propugaba el 20 de diciembre y sigue propugnando hoy en condiciones más difíciles- es muy compleja pues requiere conciliar posiciones escasamente coincidentes (C's, Podemos, independentistas catalanes, nacionalistas vascos y Creative Commons). Merecería la pena, sin embargo, indagarla, de no ser porque tengo la sospecha de que Podemos -igual que el 20 de diciembre- excluye de antemano todo gobierno con el PSOE.

Dijeran lo que dijeran en la campaña, Unidos Podemos salieron a ganar al PSOE, no al PP. No lo consiguieron, pero sí que no pueda formar gobierno. Ahora la cosa es esperar en la oposición, mientras gobierna el PP y, en las próximas elecciones, el PSOE muerde el polvo o su cadáver pasa por delante de la puerta morada. Eso es exactamente el discurso de Iglesias en este momento: hemos triunfado; pero no lo suficiente; hay que esperar cuatro años. Ya no dicen, como en la campaña, que el PSOE tendría que elegir entre hacer presidente a Rajoy o al sosias de su fundador que, para mayor guasa, decía ser socialdemócrata. Ahora dicen que ellos no están para nada, no vaya a ser que a Sánchez se le ocurra elegirlos. ¡Menudo compromiso!

No merece, pues, la pena devanarse los cascos pero sí cabe hacer una propuesta bienintencionada. Es verdad que buscar acuerdo entre aquellas fuerzas políticas tan enfrentadas en campos tan diversos es muy difícil. Por eso, la razón ordena ir por una vía fácil: ¿y si hubiera un mínimo común denominador? ¿Y si cupiera poner a todas de acuerdo en un punto común?

Porque ese punto comun existe. Es echar a Rajoy y al PP del gobierno. Es la tarea prioritaria. Poner fin a este bochorno, esta indignidad, este desgobierno corrupto de un partido que tiene que dar de baja ejecutivas enteras aprovechando que la policía las reúne en un furgón de detenidos. Es el requisito para que cualquier medida posterior pretenda legitimarse. Sería un gobierno presidido por el PSOE con un acuerdo entre caballeros de que, habiéndose aclarado la situación, depurado las responsabilidades políticas y penales de este gatuperio, se sometiera a una cuestión de confianza y, caso de perderla, convocara elecciones anticipadas.

Pero eso son especulaciones, lo reconozco. Queda la mencionada vía de que cada palo aguante su vela. La vela del PSOE es el "no" por cuestiones de principios y no (aunque también) de elegancia parlamentaria. Al PSOE le ha costado mucho prestigio y apoyo electoral la acusación de haberse convertido en un partido dinástico, directamete implicado en las francachelas de la segunda Restauración, un régimen corrupto. El apoyo a la monarquía, a la Iglesia, a los poderes fácticos, el neoliberalismo, el centralismo más ciego lo han hecho derivar hacia un partido antiguo régimen por utilizar una expresión gráfica aunque no muy correcta. Es el momento de clarificar muchas cosas. Civilizadamente y sin presuponer que solo cabe aceptar con humildad las imposiciones de la derecha neofranquista, apoyadas por un tercio de los votantes y la cuarta parte de la población, si llega. Hacer ojos ciegos a esto es de una irresponsabilidad difícil de imaginar. 

Cualquier gobierno del PP, partido empeñado en obstruir la justicia en cuantos asuntos penales está directa o indirectamente implicado, equivaldrá a sancionar la perpetuación de la injusticia.

dissabte, 2 de juliol del 2016

Hacia las terceras elecciones

A medida que pasan los días está más claro que el resultado de las elecciones del 26J es tan endemoniado como el de las del 20 de diciembre, si no más. Ningún partido alcanza la mayoría absoluta, y solo lo logra la combinación del PP y el PSOE, la Grosse Koalition de la que ningún socialista quiere oír hablar. Todas las demás posibles coaliciones necesitan un tercer partido o, cuando menos, su abstención. Peculiaridades del multipartidismo frente al paralizante y corrupto bipartidismo que todo dios quería quitarse de encima y ahora todos añoran porque empiezan a ver con espanto que la opción terceras elecciones no es tan descabellada. Nadie dice quererlas y todos aseguran estar dispuestos a dejarse la piel para que no se repitan. Nuestros políticos son como algunos reptiles: cambian de piel de cuando en cuando y no solo de camisa o chaqueta.

Eso es lo que dicen, pero no lo que piensan. Las elecciones son como los juegos de cartas para los ludópatas. Todo jugador empedernido que ha perdido una mano quiere que se reparta juego de nuevo porque la adicción lo impulsa a creer que esta vez sí ganará la votación, la apuesta, el monte, lo que sea y, de esta forma, acaba saliendo del casino en una barrica de amontillado. 

No obstante, dos factores les retienen a la hora de hacer públicos sus anhelos: a) el temor a que la opinión pública, cabreada con la reiteración, reaccione con virulencia y, relacionado con el anterior, b) que se exija cambiar los líderes dos veces fracasados por otros. Es decir, en el fondo quieren elecciones pero no quieren aparecer como los causantes y pretenden seguir presentando sus candidaturas por inverosímil que parezca.

Nos esperan pues dos meses con el habitual baile antes de la convocatoria en los que las distintas opciones irán fracasando. La primera de todas, la del PP que, no pudiendo convencer al PSOE de que se suicide en el sidecar de su moto, agumenta la peregrina teoría de que debe gobernar el partido más votado, o sea el suyo, por no otra razón que porque es el suyo ya que ni el sentido común ni la Constitución auspician en modo alguno semejante derecho en un regimen parlamentario. Finalmente quizá intente un gobierno en minoría si consigue convencer al joven flecha Rivera de que sume fuerzas con él. Esto le da 169 diputados pero, como el PNV afirma no sumarse, sus posibilidades de superar alguna votación que no sea la del reparto de prebendas en un parlamento muy hostil son nulas. En consecuencia, terceras elecciones.

Terceras elecciones quieren en realidad el PSOE y UP pero, lo dicho, no se atreven a pedirlas, de forma que harán lo posible para hacerlas inevitables a la chita callando, ya que les va en ello el prurito de la hegemonía en la izquierda. La alternativa que Palinuro ha visto siempre con mayor simpatía, esto es, PSOE+UP+ERC+CDC (ahora con PNV), que da 178 escaños, no es viable a causa del referéndum catalán que el PSOE considera tan inaceptable como un retrato de Pablo Iglesias Posse soplando un matasuegras. La suma PSOE+Podemos+C's, que daría una cómoda mayoría de 188 diputados y presentaría la indudable ventaja de limpiar los establos de La Moncloa de una barrida, aunque dejaría pendiente el referéndum catalán, tampoco es posible porque la combinación de Podemos con C's es tan exotérmica como la del potasio con el agua. Queda la idea de un acuerdo del PP con el independentismo catalán. Si este aplica un criterio pragmatico y don Pelayo concede el referéndum catalán, sería factible. Solo que antes quizá fuera necesario convencer a Rivera de que se hiciera el hara-kiri y no consta entre sus costumbres.

De este modo solo un milagro nos salvará de las terceras elecciones. Y ¿por qué son el PSOE y Podemos los más interesados en ellas? Porque un "a la tercera va la vencida" es el único modo de que una legislatura calentando la silla de la oposición no acabe con los dos tambaleantes liderazgos de Sánchez e Iglesias, cada uno por un motivo distinto. 

Cuatro años más de gobierno del PP en minoría con apoyos asimétricos permitiría a Susana Díaz articular una base de operaciones suficiente para desbancar de la secretaría general a un Sánchez a quien ya ha prohibido que entre en una gran coalición con el PP que pudiera fortalecerlo. 

En el caso de Podemos, la campaña de ejercicios espirituales en que se ha embarcado para oscurecer científicamente las razones de su derrota, deja bien claro que no tienen la menor intención de entender la realidad ni de asumir responsabilidades por una línea política tan incompetente como arrogante e insensata. El segundo escrito que Echenique ha remitido a las bases con ánimo indagatorio, aun más inenarrable que el primero (el de"cañones y mantequilla") no permite abrigar dudas acerca del absurdo de un planteamiento que parece sacado de una encuesta de un mundo feliz a fin de armar un argumentario de urgencia para epsilones, de forma que sus portavoces en los medios (sic) tengan algo que decir y sea siempre lo mismo. Afirma este buen hombre con no excesiva originalidad que el resultado de las elecciones del 26J "ha sorprendido a propios y extraños". Será a sus propios y sus extraños porque otros lo veníamos anunciando desde tiempo atrás. Igualmente afirma que en Podemos tienen una "inteligencia colectiva" como si los militantes de los círculos fueran corales de un arrecife o industriosas abejas de una colmena y no seres humanos plenos en los que la inteligencia es (y solo puede ser) un atributo individual. Termina este escrito casi dadaísta con una enumeración de 12 factores que a su juicio puedan haber sido causa de la derrota de sus muy justas aspiraciones a asaltar los cielos y, de paso, gobernar este país. Su lectura deja claro a cualquiera con algo de sentido crítico que falta el decisivo, el décimotercero: dirigentes capaces de redactar estas bobadas.

diumenge, 19 de juny del 2016

El país de "El País"

El editorial de hoy en el diario de PRISA, la obra conjunta de Iglesias y Rajoy, es una pieza maestra que interesará por fuerza a políticos, politólogos, juristas, historiadores y psiquiatras. Una pieza maestra por lo que dice, lo que no dice y lo que desdice.

Léase con atención. El diario analiza el país que el propio diario ha fabricado a base de sondeos de Metroscopia, y da por buena la conclusión: si nada cambia y el electorado (ahíto de simplezas de propaganda electoral, según el editorialista) no domeña sus inclinaciones más extremas, el PSOE y Podemos podrían llegar a la mayoría absoluta.

¡Pero eso no puede ser! Los dos partidos extremistas, PP y Podemos han pervertido todo a base de polarizarlo. Nada de diálogo, entendimiento y puentes. Al degüello mutuo. Para ilustrarlo, "El País" trae una foto almibarada, reflejo de una gran cercanía y amistad entre los dos líderes. Y, si alguna duda cabe, el rostro arrobado de la señora Bescansa, a punto de levitar en su femenino segundo plano, la disipará. ¿Enfrentados estos dos? Más bien lo contrario: compas mutuamente encantados.

En absoluto, señalan los analistas de PRISA. Esas buenas formas revelan en realidad un antagonismo a muerte. Tras las sonrisas, los puñales.  Además, aunque los dos partidos tengan apoyos mayoritarios, son los que suscitan mayor rechazo. ¿Eso cuadra? Al parecer, sí. El razonamiento es: se odian pero se quieren porque se necesitan para destruir las opciones intermedias. En concreto la coalición recomendable, la sensata, la del centro, la del juste milieu, la que gusta a "El País", PSOE y C's. Justo la que parece ir de bajada.

Los sondeos se empeñan en pronosticar una coalición poco recomendable entre PSOE y Podemos. Poco recomendable para "El País". Es, en cambio, la que apoyamos muchos. Palinuro desde siempre y con el añadido de los independentistas catalanes. Pero esa coalición despierta muchas objeciones dentro de la izquierda en general: los de IU andan molestos con los de Podemos porque se sienten absorbidos. Los de Podemos se consideran lastrados por la momia de Lenin que traen en el furgón los comunistas de IU. Y quedan por ver los resultados numéricos concretos. Si Unidos Podemos aventaja en votos y/o escaños a los socialistas, ¿aceptarán estos formar gobierno como socio menor? La pregunta puede dirigirse a los otros también: si el PSOE aventaja, ¿querrá Podemos sentarse en el transportín? Son cuestiones vivas, que se resolverán llegado el momento.

Al término de una campaña electoral con un porcentaje altísimo de indecisos, algo es de agradecer: la izquierda recupera el sentido de eficacia del voto. Votar es decisivo para echar de La Moncloa a un gobierno impresentable, corrupto, fracasado, autoritario, clerical y neofranquista. Eso es prioritario y puede alcanzarse votando a PSOE o a Podemos y obligándolos a aliarse. Los escrúpulos y sempiternas quejas de si el PSOE se ha hecho neoliberal, si Podemos es populista, si Sánchez es una nulidad conservadora, si Iglesias es un caudillo ambicioso, pueden aparcarse tranquilamente. Lo fundamental es que gobierne la izquierda. A cuál de las dos ramas votar es ahora indiferente.  Échese a caras o cruces, pero hay  que votar.

Para que haya un gobierno de izquierda, aunque a "El País" no le guste. 

El país sobre el que "El País" habla solo coincide con la mitad de él. No con él entero. ¿Qué falta en el editorial de marras? Cataluña. Es maravilloso escribir sobre política española hoy y no mencionar  Cataluña salvo una vez y de pasada. Por eso este discurso carece de valor. Una alianza PSOE-Podemos, tropezaría con la cuestión del referéndum catalán. De mantenerse la cerrada cuanto irracional negativa del PSOE, y si la posible alianza Podemos-PSOE no alcanzara la mayoría absoluta, los independentistas catalanes podrían votar en contra e impedir la formación del gobierno de la izquierda. Con lo cual ya estaríamos como el 20 de diciembre, cuando, según dictaminó sentencioso Sánchez, no hubo gobierno por culpa de esos independentistas.

El país que trae de cabeza a "El País" es en realidad dos países y no ser capaces de reconocerlo es lo que convierte a los analistas más o menos oficiales en puros palabreros, fiel reflejo de los políticos. Ni por un instante se plantea el editorialista el hecho bien patente de que cuanto se diga de la situación política española apenas se corresponde con la catalana, cuya estructura política es propia y así se considera a sí misma. Por señalar un único dato: el gobierno es independentista y expresamente republicano.

¿Qué es lo que "El País" no entiende de este país del que tampoco habla?

dimarts, 24 de maig del 2016

Juicio salomónico

A estas alturas tiene ya poco sentido determinar cuál de las dos fuerzas de izquierda, PSOE o Podemos, es culpable de que no haya habido gobierno de coalición de cambio y progreso y sí elecciones; cuál de las dos es responsable de que estemos aguantando cuatro meses más a esta banda de ladrones y sinvergüenzas esquilmando el país, mientras el Sobresueldos sigue mintiendo como un bellaco esta vez por carta. Traigo al post como ilustración la inenarrable historia -una más de esta cuadrilla- del jefe de las Loterías del Estado, un enchufado de Montoro, que se pulió un millón de euros de dinero público en viajes en año y medio. Nada de casos aislados; es una asociación de delincuentes con el objetivo de pillar todo el dinero ajeno que puedan para su provecho personal y el de eso que llaman "partido", a quien el juez da diez días para depositar una fianza de 1.200.000 euros por posible responsabilidad civil en los latrocinios de ese mismo partido. 1.200.000 euros que también pagaremos los contribuyentes porque el negocio de estos truhanes es redondo: roban lo que pueden y, cuando los pillan, los gastos de defensa, fianza y costas también los pagamos los robados.

Insisto, no tiene ya sentido averiguar cual de las dos fuerzas fue culpable de que no hubiera gobierno de coalición. Cada uno de nosotras tenemos nuestra opinión. Pero es mejor no airearla porque no hay modo de llegar a una idea compartida y vamos a seguir perdiendo el tiempo: que si fuiste tú: no, que fuiste tú; ni hablar, tú fuiste, etc, etc. Y, mientras tanto, los peperos a seguir esquilmando el país, beneficiando a sus cómplices, repartiéndose prebendas. Y muy interesados en que la izquierda siga enzarzada en amargas pendencias. Por eso sugiero a las dos formaciones de la izquierda, PSOE y Unidos Podemos que hagan a un lado sus rencillas y querellas y lleguen a un acuerdo que podemos llamar juicio salomónico, aunque sea con efecto contrario porque no pretende dividir una criatura sino, al contrario, unir a dos.

El país se encuentra en estado crítico, en situación de emergencia, al borde de la quiebra y de desintegración territorial gracias a la pavorosa ineptitud del hombre que lo desgobierna hace cuatro años con el auxilio de una presunta organización de mafiosos. Gente sin escrúpulos que lleva años, decenios, escenificando situaciones de verdadero bandidaje, de auténtica rapiña de los caudales públicos con los más diversos motivos, la visita del Papa, las recalificaciones, las competiciones deportivas, todo servía para robar a espuertas. Una organización criminal subdividida en núcleos de auténticos granujas, como la Gürtel o la Púnica, sin olvidar, por supuesto, los EREs de Andalucía. Aquí se encuentra, quizá, una de las razones por las cuales la oposición no ha sido capaz de decir esta boca es mía mientras el gobierno pepero ha permitido y amparado este desbarajuste de ladrones: porque, aunque en medida menor y limitada territorialmente está asimismi muy podrida por la corrupción. El hecho es que si toda esta tropa de mangantes devolviera lo apandado, seguramente no harían falta recortes.

Por eso aquí ya no se puede perder más el tiempo con devaneos de mitómanos y narcisistas ni mostrar flaquezas. Los dos polos de la izquierda deben confluir para ganar las elecciones. Si no son capaces de unirse antes con un programa común, por lo menos que anuncien que, pasadas las elecciones, las gane quien las gane, se comprometen a formar gobierno conjunto para el cambio. Que la gente lo sepa. Que la gente sepa que, votando a una u otra de las dos fuerzas políticas, estará votando por un gobierno de izquierda. Esto hará bajar mucho la abstención, movilizará a los respectivos electorados y resolverá muchas dudas de votos indecisos. Por descontado, ese compromiso firme, claro, público tiene que ir acompañado de un cese total de las hostilidades entre las dos fuerzas de izquierda: nada de insultos directos o indirectos, nada de infundios, propaganda, insinuaciones y mala baba, nada de ataques personales. Todas la baterías críticas han de enfilar la fortaleza de PP. Careciendo este de toda ideología y programa digno de tal nombre que no sea el de llenarse los bolsillos sus militantes con el dinero de todos los españoles no es difícil exponer su verdadera naturaleza a los ojos de todos.

Así, la gente debe saber que no está indefensa frente a la banda de ladrones. Porque, una vez más, no se trata de saqueos aislados sino que es política de Estado: arrebatar a la gente sus pertenencias para entregárselas a los amigos, los enchufados, los clientes a través de eso que llaman privatizaciones y que es solamente una rebatiña de lo público entre coyotes.

Las dos izquierdas tienen una obligación moral de unirse para no dejar escapar la ocasión y conseguir acabar con esta plaga de ladrones y corruptos. Si no lo hacen, no merecerán nuestro voto; al menos, el mío, no.

dimecres, 4 de maig del 2016

Llámenlo como quieran, pero háganlo

Lo que estamos vislumbrando en este nuevo período electoral es otra de esas estupideces históricas que perpetra habitualmente la izquierda española. Es una historia vieja, cansina y produce hastío recordarla pero no queda otro remedio. Aunque los tarugos al frente de las organizaciones izquierdistas lo ignoren, el resultado de la consulta del 26 de junio va a afectar a mucha, muchísima gente que no tenemos culpa de nada y mucho menos de padecer estos descerebrados de dirigentes.

La izquierda a la izquierda del PSOE quiere unirse. Al margen de que lo consiga o no, esa unión deja fuera expresamente al PSOE. Como sabemos, el argumento que quiere justificar este dislate es que el PSOE no es "verdaderamente" de izquierda o algo así. Una actitud cuya obstinación en el error muestra bien a las claras la mala fe de la que parte. Ese diagnóstico de que el PSOE no es "verdaderamente" de izquierdas parte de una supuesta "verdadera" izquierda, el PCE, disfrazado de IU, que se autodesigna "izquierda transformadora" pero que desde que nació, hace treinta años, no ha transformado literalmente nada y no ha hecho nada salvo hablar sin parar. A ese profundo análisis se suma ahora Podemos con la misma mala fe; o peor. Se renueva así el viejo cainismo de las izquierdas españolas, que se remonta a sus orígenes y ha dejado episodios tan vergonzosos como la masacre de mayo de 1937 en Barcelona, el episodio de la entrega de Madrid por Casado en 1939, la pinza del PSOE y la UCD contra el PCE en 1977-79 y la del PP e IU/PCE contra el PSOE en los años noventa.

Frente a esos fainéants verbosos, el PSOE, con veintiún años de gobierno a las espaldas, ha hecho mucho y de todo: bueno, regular y malo. Como siempre en la vida. Y entre personas normales habrá discrepancias acerca de si prima lo malo sobre lo bueno o a la inversa; lo que no suele darse, insisto, entre personas normales, es hablar de algo complejo -el PSOE en este caso- ocultando lo bueno y contando solo lo malo. Eso es un juicio de obvia mala fe. Así, el discurso de la cal viva de Pablo Iglesias -aventajado discípulo de Anguita- quedará como ejemplo de su ruindad moral y su inopia mental. El caso es que, además, no cabe responderle con un clásico "y tú más" porque este manojo de supuestos izquierdistas transformadores no ha hecho nunca nada, no se ha estrenado; ni meter la pata ha podido. Su posición consiste en atacar con juego sucio al otro partido de la izquierda y hacer creer que si, por casualidad, alguna vez llegaran a gobernar, ellos no harían nada mal, serían perfectos.

Esa alianza que se traen entre manos, que más parece contra el PSOE que contra el PP, no conseguirá ganar las elecciones, pero sí que no las gane aquel que, en el fondo, es lo que muchos de estos narcisistas pretenden. Y por eso mismo serán responsables de otros cuatro años de esta derecha ladrona, antipopular, ultrarreaccionaria y catalanófoba. A ellos no parece importarles porque se darán por satisfechos si consiguen unos votos más que el PSOE y, además, tendrán sus escaños, bien por una, bien por la otra formación y podrán seguir haciendo lo único que hacen y sin mucha soltura: hablar.

Pero la gente lo vamos a pasar muy mal con un gobierno del PP con otra probable mayoría absoluta. Realmente mal a manos de esta banda de malhechores.

Por eso y porque la responsabilidad por la desunión de la izquierda toca a todos, ¿que tal si nos dejamos de miserias, envidias, rencores, egolatrías, sectarismos y oportunismos y formamos ya un frente popular de toda la izquierda, desde el PSOE hasta IU con referéndum incluido que permita que voten a su favor los independentistas catalanes? ¿Que da miedo el nombre de Frente Popular? Pónganle el nombre que quieran pero vayan todos juntos a las elecciones con un programa común que será ganador, como siempre que la izquierda ha conseguido esta unidad. Ya tendrán tiempo más tarde de dirimir la estupidez esa del sorpasso, pero no dividan a la izquierda por enésima vez. No le entreguen el poder a la derecha entre engoladas frases revolucionarias. Y lo mismo para el PSOE: deje de hacer el juego a la derecha, recupere su esencia socialdemócrata, entérese de que vive en el siglo XXI, organice un referéndum en Cataluña como han hecho en el Canadá y en Escocia sin que se hunda el mundo. Un frente unido de toda la izquierda es lo único que garantiza punto final al gobierno de la derecha.

Pierdan unos el rencor y otros el miedo y entiendan que están al servicio de la gente, que no quiere otro gobierno de la banda de ladrones.

dimarts, 3 de maig del 2016

No hay a quién votar

Hoy quedarán disueltas las cámaras de la legislatura más breve de la tercera restauración. Un buen momento para hacer un balance.

Lo primero que debe decirse es que hay elecciones nuevas por el fracaso de los partidos a la hora de llegar a algún acuerdo. Toda la retórica sobre el mandato recibido del electorado que obliga a buscar una solución queda en nada en cuanto esa solución presenta dificultades y no facilita el acomodo de los candidatos en los puestos y cargos que ambicionan. Por supuesto, los partidos jamás reconocerán ese fracaso y, no pudiendo convertirlo en un triunfo sin incurrir en ridículo, prefieren "pasar página", como suelen decir, sobre todo si les quema en las manos y "mirar al futuro", otra de las frases hechas con las que abusan de nuestra paciencia, junto a la de la "mano tendida" y la "dejarse la piel". Topicazos que revelan el bajísimo nivel intelectual de esta caterva de parlanchines.

Pero no hay que dejarles creer que se han salido con la suya. Si estamos así, si tenemos que repetir las elecciones, consumir recursos, gastarnos unos 160 millones de euros (que no tenemos) en el proceso completo es por su incompetencia. Y debieran pagar por ello. Palinuro ya propuso que se impidiera a los cuatro candidatos presentarse a las elecciones de nuevo en justo castigo. Pero es obvio que no sucederá algo tan razonable porque, en definitiva, esta es una democracia de partidos, en la que las decisiones las toman los partidos y, dentro de ellos, sus líderes, digan lo que digan sobre primarias, terciarias, círculos, polígonos, congresos o monsergas. Mandan cuatro o cinco que son incapaces de entenderse y las consecuencias las pagamos los electores. En sentido literal. De nuestro bolsillo.  Ninguno de estos incompetentes corre riesgo alguno pues, por el sistema electoral y la organización de los partidos tienen asegurado su puesto sea cual sea el resultado.

En ese fracaso todos tienen su parte de responsabilidad. La obstinación del presidente de los sobresueldos por mantenerse en el cargo a toda costa, a pesar de su responsabilidad obvia en el gatuperio de ladrones y sinvergüenzas que es la política institucional allí donde está el PP en el poder es representación evidente de la indiferencia, la hostilidad de la derecha neofranquista a las formas democráticas.

Pero esas son las andanzas de la derecha. A Palinuro le interesa más el análisis de las vicisitudes de la izquierda por lo que se mencionará al final. Y ese análisis es despiadado: no ha habido unión de la izquierda porque a los dirigentes no les ha dado la gana. Prescindamos de delicadezas ridículas: Podemos no ha pactado con  el PSOE porque no quiere. El espíritu de la caverna anguitiana, que tiene mesmerizados a estos dos jóvenes incautos, Garzón e Iglesias, ve que, con un poco de suerte y una ayuda de los propios socialistas en sus trifulcas internas, puede conseguir el sorpasso, que es lo que lleva treinta años intentando. Por fin el sorpasso. Lo más probable, si tal cosa se da, será que la izquierda dividida sucumba ante la derecha y que haya cuatro años más de un gobierno reaccionario, antipopular, hecho de ladrones y sinvergüenzas. Pero eso no importa gran cosa a los de la "verdadera" izquierda porque, como hemos dicho, ellos personalmente tendrán sus puestos garantizados. Y fue así. No hubo pacto porque Iglesias, inspirado por Anguita, no quiso. La alianza del PSOE con C's era una pura excusa, como fue una pura excusa las tres ridículas objeciones que los socialistas pusieron al escrito de Baldoví del último momento. Si el PSOE hubiera aceptado las treinta, tampoco habría habido coalición porque lo que se buscaba era dinamitarla.

A su vez, el PSOE, en quien cabe suponer una mayor voluntad pactista, a tenor del acuerdo con C's, tampoco llegó a un pacto de izquierda porque no le dio la gana. La oposición al referéndum catalán es otra miserable excusa que no se hace más verosímil por el hecho de que se la presente como una condición impuesta por los barones. Un puro cuento. Si de verdad el PSOE hubiera querido un acuerdo de izquierdas, hubiera aceptado negociar un referéndum consultivo en Cataluña que, de todas formas se celebrará, digan lo que digan los donpelayos de vía estrecha. La coalición PSOE, Podemos, IU, con el voto favorable de ERC y DiL, en total 179 escaños, hubiera desbloqueado la situación, garantizado un gobierno de izquierda y abierto un tiempo nuevo en la paralizada política española, lleno de posibilidades en todos los sentidos. Pero no hubo lugar por lo que no puede sino entenderse como falta de decisión, de coraje, de clarividencia de la dirección socialista. Es acorde con el espíritu timorato ante sus huestes y sumiso a la derecha que viene caracterizando a este secretario general, fiel reproducción del otro anterior, tan fracasado como él. Es decir, así como la alianza fue imposible del lado de Podemos por la mala fe anguitista de su dirección, también lo fue del lado socialista por la cobardía y la falta de visión de su dirección, encastillada en un nacionalismo español zarzuelero. 

O sea, no hubo pacto de izquierdas porque ninguna de las partes quiso. Y ese fracaso es la sombra que ahora se proyecta sobre estas elecciones. Los vaticinios no pueden ser más siniestros: baja participación, buenos resultados del bloque de la derecha, beneficiario directo de la desunión de las izquierdas. Y disculpe el lector si no pierdo ni medio segundo con los inevitables maestros ciruelos, esos que subidos en el dogma más acartonado cuestionan la condición de izquierda del PSOE con el único resultado permanente de favorecer el triunfo de la derecha.

Tampoco dedicaremos mayor atención a los cálculos electorales, de los que ya rebosa la prensa. Su examen produce verdadera desesperación porque, ¿de qué sirve que una izquierda gane a la otra, la otra a la una o las dos se queden igualadas si gobierna la derecha y probablemente con mayoría absoluta?

Ya sé que a los dirigentes de los partidos de la izquierda este tipo de consideraciones les traen sin cuidado, pero cerraré este post con una reflexión que a lo mejor les da que pensar: ¿saben ustedes cuál es una de las más poderosas razones de la esperada abstención en la izquierda? Que nos tienen ustedes hartos con su demagogia barata, su falta de empatía y su insinceridad y que, además de hartos, estamos indignados porque ninguno de ustedes configura una opción digna de voto.  Habrá abstención porque un sector muy importante de electores de izquierda no tiene a quién votar.

dimarts, 26 d’abril del 2016

Salir de la nada

Si de verdad los partidos no quisieran elecciones irían Rajoy y Sánchez cogidos de la mano a decir al Rey que formaban coalición, la gran coalición. Una imposibilidad según el sentir universal, pero no una imposibilidad fáctica, real, lógica o política. En todo caso aquí no se va a elecciones sin más. La derecha muestra esta seguridad casi granítica en su suelo de siete millones de votos. Aspira incluso a superarlos. Pero siete los da por seguros. Siete que la votarían incluso aunque no se presentara. Sus esperanzas están puestas en que los otros metan la pata o hagan el ridículo o se les pueda poner en él. Sobrellevará los casos de corrupción como los dioses se lo aconsejen. Y a esperar el sabio pronunciamiento del pueblo.

Ciudadanos afronta sus segundas elecciones generales y confía en que el lugar conseguido en las de 2015 se ensanche. Lo que no sabe es cómo. La insistencia en la indisoluble unidad del artículo 2 es escamente visible entre el ¡más España! de Sánchez y el España es una gran nación de Rajoy. Y en los demás asuntos C's no acaba de presentar marca de fábrica que arraigue. Van bien vestidos, pero no está claro lo que dicen porque además dicen poco y siempre en relación con asuntos concretos, casos de corrupción y similares. Su intento de trasvasar parte importante del voto del PP se ha visto frustrado y si el viejo armatoste descangallado aguanta, quedará en nada. Pero también merece la pena esperar. El descubrimiento de Manos limpias apunta en esa dirección. Puede haber más Manos limpias.

El PSOE sale en la peor posición y con todos los datos y elementos en contra. Lleva dos resultados electorales muy malos de seguido y no parece que la tendencia vaya a invertirse. Entra en campaña electoral prácticamente sin programa, sin alternativas claras y en mitad de una bronca interna con la peor pinta. Y eso con un liderazgo muy problemático. A las primarias que van a convocarse solo se presenta Sánchez. Está claro, no hay abundancia de corrientes internas, de opiniones, de tendencias. No hay ni siquiera intereses,y eso ya es mucho.

Más a la izquierda, el programa del sorpasso. El viejo sueño de IU y, más atrás, del PCE. El sorpasso (algo que intentaron hacer los comunistas italianos y no pudieron) viene a ser como el ajuste de cuentas definitivo de una división de la izquierda de hace cien años, de cuando los socialdemócratas traicionaron el espíritu internacionalista del movimiento obrero. El Sorpasso es el cumplimiento del mandato de la conferencia de Kienthal. El problema, sobre todo con los de Podemos, es que hablen. Como sigan inundando las ondas con su cháchara pueden encontrarse con un disgusto.

Las opciones dibujadas hasta aqui son meras lucubraciones sobre lo que deben estar pensando los personajes que han puesto en marcha la segunda parte de un acto. Nada más. Lo que sea, sonará.

diumenge, 24 d’abril del 2016

Cuatro meses a la bartola

Me acuerdo de los meses entre el 27 de septiembre de 2015 (últimas elecciones autonómicas/plabiscitarias de Cataluña) y los primeros días de enero de 2016 en que se compuso gobierno catalán in extremis, con la retirada de Artur Mas en el ultimísimo momento. ¡Cuántas risas se echaron los comentaristas de la corte a cuenta de la segura incapacidad de los catalanes de constituir un gobierno! ¡Cuánta mala leche en los vaticinios! ¡Cuántos chistes sobre la incompetencia de los independentistas para llegar a acuerdo alguno!

Hoy hay un gobierno en Cataluña con mayoría absoluta en el Parlament y una hoja de ruta clara y precisa hacia la independencia, mientras que en España, después de cuatro meses de negociaciones, no hay nada, ni pinta de que vaya a haberlo en un futuro a medio plazo. El ridículo de los partidos españoles ha sido inmenso: cuatro meses de vacío de poder para provocar otro vacío de poder de otros cuatro meses.

Volvemos enseguida sobre los partidos. Entre tanto, ¿qué me dicen del Congreso? Constituido en tiempo y forma, ha sido incapaz de conseguir que el gobierno dimita mediante una moción de censura. Ha fracasado  en su labor de control y oposición. Ha incumplido su tarea. Ha demostrado no servir para nada pues la situación de interinidad. No puede obligar al gobierno a comparecer, ni siquiera cuando, como es el caso, se declara en rebeldía.

Con este Parlamento se percibe claramente la tomadura de pelo de los partidos. Ninguno de ellos ha hecho un movimiento conducente a formar gobierno, salvo la alianza de C's y PSOE que, no sumando los votos necesarios, tampoco consiguió atraer a nadie más. El PP  no ha hecho nada, salvo pedir su apoyo al PSOE sin ofrecer nada tangible a cambio, por ejemplo, la retirada de Rajoy porque lo que verdaderamente le importa es el horizonte penal de varios altos miembros del PP, empezando por el de él mismo. La dicha retirada hubiera, quizá, permitido algún acercamiento con C's, pero tampoco sumaría mayoría absoluta. No siendo esta, no hay otra fórmula ganadora que la Gran Coalición, asunto literalmente impensable. El PSOE ha cubierto el expediente, sosteniendo que su pacto previo con C's no le permitía muchas alegrías.  Podemos arrancó la situación proponiendo medidas teniendo en cuenta sus exclusivos intereses y pensando, más que nada, en imposibilitar toda coalición e ir a nuevas elecciones pero que pareciera que las provocaba el PP.

En estas condiciones, no hay ninguna seguridad de que el resultado de las elecciones no sea similar al que hay ahora, lo que provocaría un  bucle muy peligroso para la gobernación del país. Parece que el electorado se ha dado cuenta de esto y comienza a cuestionarse la situación y a concentrar los votos en C's y PSOE. Como era lógico, viendo las circunstancias. Si se repiten los comicios, el mensaje de Podemos y C's serán muy claros: hay nuevas elecciones porque el PP y Podemos han obligado a ello. Es comprensible que, para evitar esta mala fama, los de Podemos traten ahora desesperadamente de confluir con quienes hace medio año solo les merecía desprecio, IU. Pero es obvio que no va a salirle porque el lastre ahora en unas elecciones ya no es IU sino el propio Podemos, cuya capacidad de fragmentación es superior a la de IU.

De hecho, se trata de cuatro meses de inactividad y descanso que los partidos pueden aprovechar muy bien para ejercitarse algo más en el análisis político. 

divendres, 22 d’abril del 2016

El sueño del sorpasso

Quieren unirse, aliarse, fusionarse. Aún no saben cómo, pero quieren juntarse. Van a ocultar las siglas de IU y, por supuesto, las de PCE. Los dos estarán presentes, pero escondidos. La alianza se llamará "Podemos-En común" o "Podemos-Unidad Popular", o algo así, siempre plagiado de fórmulas de éxito. Pero ocultarán las siglas perdedoras y le dirán a Anguita que aparezca poco o que se vaya de vacaciones. ¿Por qué? Porque saben que están engañando, mintiendo; porque saben que están abusando de la buena fe de la gente

Nadie que no quiera mentir oculta sus siglas, esconde su marca o su nombre.

¿Por qué lo hacen? Por lo dicho, para trampear y porque dicen estar convencidos de que van a ganar al sumar los votos de Podemos con el millón de IU y lo que se lleven de superaditividad y beneficio del sistema d'Hondt. Esto puede ser cierto o no. Ellos mismos y los "analistas" y comentaristas que escriben a su dictado lo dan por seguro. Sin la más mínima prueba empírica, sin seguridad alguna, porque toman sus deseos por realidades y tratan de marear a la buena gente con sus cuentos. Sin embargo es la evidencia misma que los votos no se transfieren mecánicamente así como así de una opción a otra. Quienes votaron en 2015 a IU no votaron a Podemos; quienes votaron a Podemos, no lo hicieron a IU. Puede pasar tranquilamente que la suma de votos de Podemos e IU sea inferior a los que obtuvo entonces Podemos.

Para prueba, lo que sucedió en las elecciones del 27 de septiembre de 2015 en Cataluña en donde Catalunya Sí Que Es Pot, esto es, la suma de Podem e IU (o sea, EUiA-Els Verds) obtuvo menos votos que IU por sí sola en la votación anterior. A la gente suele molestarle que intenten engañarla y venderle la moto de la vieja política del chanchullo y la ocultación por la nueva.

En verdad, si hay charlas para la confluencia es porque los de Podemos están nerviosos. Más que nervioso, Iglesias está indignado de que la gente sea tan bruta y esté tan alienada como para tenerlo en la más baja valoración de los políticos, a la altura del sobresueldos. Por eso se ha puesto a insultar a los periodistas. Algo que prueba sus escasas luces porque si criticar con toda dureza los medios de comunicación como empresas que son está muy puesto en razón, emprenderla a mamporros con los periodistas es inmoral y estúpido. Los periodistas, en su inmensa mayoría, aquellos a los que Iglesias ha insultado, son currantes, maltratados por sus empresas. Las mismas de las que el secretario general de Podemos no habla porque algunas de ellas son sus portvoces, por ejemplo, el diario Público, repleto de enchufados, amigos y parientes de gente de Podemos o cercanas a él.

Añádase que es posible que las confluencias periféricas no se repitan por diferentes causas y se tendrá un cuadro nublado de preocupaciones para Podemos. Y esas preocupaciones no se disipan porque Podemos lance sus legiones de trolls en las redes a hostigar a quienes no comulgan con sus ideas, supuesto que tengan alguna. Al contrario, añaden nuevos tonos de preocupación a la hora de estudiar el talante de estos trolls, todos ellos muy cercanos ya al fascismo.

Por fortuna para Podemos, el sorpasso puede ser a pesar de todo posible porque lo que tiene enfrente es algo aun peor que él mismo. Después del mandato de Rubalcaba y el de su muñeco, Sánchez, el PSOE está en estado catatónico y, si no reacciona, puede quedar por debajo de Podemos, pero no porque este obtenga una gran cantidad de votos sino porque al PSOE acabe por no votarlo nadie.

dimarts, 19 d’abril del 2016

El juego sucio de Podemos

A raíz del post de Palinuro de ayer, el PSOE NO debe pactar con Podemos algunas lectoras me han pedido que aclare cuál creo yo que pueda ser la alternativa. Vale. Me explico:

No hay alternativa. Es imposible negociar o acordar nada con alguien que no es de fiar, que es desleal e, incluso, felón. Es el caso de Podemos. De un lado, los morados emplazan al PSOE a un pacto de izquierda ("a la valenciana"), para lo cual le piden, lógicamente, que rompa con C's el único acuerdo que hasta ahora dos fuerzas políticas han sido capaces de alcanzar.

Para dar mayor verosimilitud a su exigencia, Podemos ha escenificado un plebiscito a mayor gloria de su líder, aplaudido por los medios que le son afines y que, por cierto, son bastantes y poderosos. La ridícula consulta (¿qué prefiere usted, lo que dice el líder u otra cosa?) ha dado el resultado esperable. El vocerío sobre su importancia y alcance demuestra la deriva cada vez más lamentable de este partido a las prácticas caudillistas,

Pero, vale: la jefatura de Podemos está revalidada por su militancia en su negativa a aceptar el pacto PSOE y C's y en su petición de que el PSOE pacte con la izquierda "a la valenciana". ¿De verdad? ¿Es creíble esto?

Tampoco. Justo mientras la mitad de la obediente militancia votaba, en Córdoba se reunían representantes de Podemos con otros de IU bajo la égida del inevitable Anguita para preparar otro pacto. Tengan ustedes por cierto y documentado que Anguita solo aparece cuando puede ir en contra del PSOE. Un pacto de Podemos con IU (o sea, con el PCE y con Anguita de referente), además de dar la medida de la demagogia de una política que no solo no es nueva sino que hiede a manipulación, supone que bajo ningún concepto habrá pacto Podemos y PSOE porque Anguita y los anguitillas de Podemos se opondrán. 

En realidad es lo que han venido haciendo desde el principio: decían querer el pacto, pero era mentira. Y su doble juego está claro: decir que quieren un pacto con el PSOE pero boicotearlo a los efectos de dejar tirados a los socialistas y con el sambenito de ser los responsables de las nuevas elecciones. No habrá pacto de izquierda en ningún caso. Lo que Anguita y los anguitillas quieren es destruir el PSOE, aunque sea preciso ir a nuevas elecciones y tolerar otro gobierno del PP. Ellos, ya todos colocados en sus escaños, no padecerán las consecuencias y, en cambio, es posible que haya sorpasso y Podemos pueda ser la fuerza hegemónica de la izquierda. O tal cosa es lo que creen estos estrategas de palangana, muy preocupados por el descenso de Podemos en intención de voto y fascinados con el millón de electores de IU.

Se dirá que, en el fondo, todo esto es legítimo. Así lo pienso yo también: es legítimo ser un desleal y un felón porque en política es legítimo todo. Es más, si sucede así, el inepto de Sánchez se lo tendrá ganado. Y, gracias a su portentosa inutilidad, ha conseguido que lo acorralen en una posición sin fuerza y sin margen de maniobra.

Sánchez pudo haber propugnado un pacto de izquierda desde el primer momento, con referéndum catalán incluido, si hubiera tenido valor. Pero no lo hizo porque, aparte de su falta de valor (como se prueba en la inenarrable "oposicion" que hizo al PP), le falta fuerza de convicción de izquierda y le falta inteligencia. Pudo haber pactado con C's en una posición mucho más fuerte, en lugar de entregarse a los de Rivera atado de pies y manos.

Todo el mundo comprende la difícil situación de Sánchez, enfrentado a unos barones que son verdaderas aves carroñeras y reaccionarias, empezando por la presidenta de Andalucía, que está esperando como los buitres que este hombre se estrelle para sustituirlo en lo que quede del partido, si es que queda algo.

Todo eso ha sido y es así. En estas condiciones, no hay posibilidad de pacto de la izquierda alguno y, si los dioses no lo remedian, tendremos otro gobierno de esta derecha ultramontana, neofranquista y ladrona. ¿Culpables? Las izquierdas. Todas.

dilluns, 18 d’abril del 2016

El PSOE no debe pactar con Podemos

En tiempos de mendacidad e hipocresía como los actuales conviene dejar claras las cosas. Para ello, a veces, hay que echar la vista atrás. Brevemente.

Los partidos comunistas han sido un fracaso en todo el mundo. Jamás han ganado unas elecciones democráticas. Cuando han llegado al poder ha sido por la violencia y han establecido dictaduras, tiranías y realizado genocidios como en la Unión Soviética o en Camboya.

Desde el hundimiento del bloque comunista los partidos comunistas han sido incapaces de aportar una sola explicación del fenómeno. Muchos de ellos se han disuelto. Otros, como el español, han ocultado sus siglas, se han escondido. Hace más de treinta años que el Partido Comunista de España (PCE) no se presenta con sus siglas a unas elecciones. Se vale de una organización pantalla tras las que se esconde, Izquierda Unida (IU), invención de Anguita para que el PCE la manipule y mande en ella. Lo que hace es engañar.

Pero IU también es un fracaso. Tampoco ha obtenido jamás un porcentaje del voto digno de consideración. Ni para engañar sirve.

Cuando surgió Podemos obtuvo un amplio apoyo porque prometía constituirse en una nueva izquierda, distinta de los sórdidos y fracasados burócratas del PCE/IU y de la acartonada, aburguesada, dinástica y colaboracionista socialdemocracia del PSOE. Por eso, en un principio, muchos lo apoyamos.

Pero la pretensión inicial era otra mentira. El éxito del primer momento (elecciones europeas de mayo de 2014) hizo pensar que continuaría y, de hecho, Podemos estuvo a punto de fagocitar a IU cuando muchos de sus militantes (seguramente los más arribistasy oportunistas) se pasaron a la formación morada. Luego, esta puso sus ojos en el PSOE y pensó que podría devorar a la socialdemocracia con tanta facilidad como a los comunistas.

Pero las cosas fueron distintas por cuatro razones:

1ª) el insoportable narcisismo y ubicuidad hasta el hartazgo en todas las TVs del país del secretario general, con un discurso vacuo y trivial hizo que su valoración popular descendiera en picado, al extremo de que hoy es el lider peor valorado en España, a la par con Rajoy, que ya es lo último.

2ª) Cataluña. Esa vaciedad e incapacidad teórica de los líderes de Podemos fue palpable en Cataluña, en donde demostraron que no entendían ni un ápice del problema y que solo iban a servir -como así fue- para apuntalar las posiciones unionistas.

3ª) El PSOE resultó ser más duro de lo que se suponía. Esta comprobación hizo perder los nervios a Iglesias que, en una de sus intervenciones parlamentarias, sacó el fondo de odio y rencor de los viejos comunistas que había ocultado hasta entonces en forma del infundio de la cal viva, con lo que mucha gente vio la falsedad y la mala ralea que tenía y la militancia del PSOE comenzó a reaccionar.

4ª) IU no moría sino que, con su suelo de un millón de votos, los viejos comunistas pretenden colonizar Podemos valiéndose de los submarinos que tienen en su interior, tránsfugas de la vieja IU. El jefe de la operación es Julio Anguita quien, movido por su invencible odio a la socialdemocracia, cree -y así lo ha dicho ya- que puede valerse de Podemos para conseguir el objetivo de su vida: acabar con el PSOE. Si para ello tiene que dividir la izquierda y garantizar un gobierno de la derecha no le importa. Ya lo hizo cuando propició los ocho años de su amigo Aznar.

En esta ocasión, este engreído fantoche que jamás ha conseguido nada salvo destruir sosteniendo que acaudilla la izquierda transformadora, se vale de sus miñones (entre ellos Iglesias, que lo considera su "referente intelectual"), tan vacuos e hipócritas como él para buscar una fórmula nueva que permita seguir engañando a la gente. Quieren seguir ocultando las siglas PCE/IU, camuflarlas detrás del término "podemos" y algún otro, tan plagiado como este.

Ignoro si la operación llegará a puerto pero, vista la intencionalidad, solo queda dar un consejo al PSOE: bajo ningún concepto busquen ustedes una alianza con Podemos que no es otra cosa que una fachada del fracasado PCE/IU y que, además, solo pretende destruirlos a ustedes.

Y para destruirse, háganlo ustedes por su cuenta, que camino llevan a base de ser un partido complaciente con la dinastía, la Iglesia, el centralismo y el neoliberalismo.