dimecres, 30 de setembre del 2015

Empieza el ataque.

Ayer me preguntaron en "Mon.cat", digital en el que colaboro por la imputación a Artur Mas ante el TSJC. Dije lo que pienso sobre todo en relación con la actitud de la CUP de no investir a Mas. El texto en catalán de la entrevista de Gemma Aguilera está aquí:


Sigue la traducción española:

Todo el independentismo, también la CUP, está en deuda con Mas.
Ramón Cotarelo (Madrid, 1943) es escritor, politólogo y sociólogo. Colaborador de El Món, ha apoyado la CUP pero se muestra muy crítico con la posición de la izquierda independentista respecto a la investidura de Artur Mas.

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, tendrá que declarar ante el TSJC por haber plantado las urnas el 9N. El día de la cita es el 15 de octubre, cuando se cumplen 75 años del fusilamiento del presidente Companys. La comparecencia unos días antes del debate de investidura, ¿debería obligar a la CUP a cambiar de parecer?

Absolutamente. Por muchas que sean las objeciones del independentismo de la CUP a la persona de Artur Mas, es una opción, y no me parece estrafalario que el independentismo mayoritario lo proponga como presidente. Se ha ganado el respeto de la gente. Y que la CUP responda a una pregunta: sin Artur Mas, ¿habríamos llegado aquí? La respuesta es "no", en modo alguno. Todo el independentismo, también la CUP, toda la gente que ha venido impulsando el proceso tiene una deuda con Mas, al margen de su pasado, de los recortes que haya hecho y de si su partido tiene casos de corrupción. Se ha puesto al frente del proceso, lo ha dirigido y se lo ha jugado todo, también personalmente. Y, estando imputado y atacado por el Estado ¿no es razonable pedir que se le apoye? ¿No es lo mínimo que se puede hacer?

Todo el apoyo ¿quiere decir que la CUP vote a favor de su investidura?

Sí, el hecho de que se lo llame a declarar obliga a la CUP a replantearse muchas cosas y no digo que le acompañe a la puerta del TSJC el día 15 de octubre, que me parecería lo más normal y digno. Es el momento de dejar de lado las rencillas internas porque el ataque a Mas, les agrade o no, es un ataque a Cataluña, a tod@s l@s ciudadan@s.

La CUP ha mostrado su solidaridad pero, de momento, no ha retirado su negativa a votar la investidura.

Mire, si yo formo parte de un movimiento, en este caso el independentismo, y una de las piezas clave, sino la más importante, soporta un ataque tan brutal del Estado, sin duda saldré en su defensa. La CUP ha de ser consciente de que el Estado ve el proceso como una cuestión de orden público y, como tal, la trata con represión, amenazas y, en último término, la prisión. Primero hay que dar una respuesta contundente al Estado y luego, ya veremos. En todo casi, diga la CUP lo que diga, Artur Mas ya tiene un lugar en la historia, y merecido. Apartar a Mas para evitar que siga liderando el proceso no cambiaría el curso de la historia. El proceso ya lleva su nombre. Insisto, tenemos una deuda con este hombre y este el momento de saldarla, defendiéndolo como él ha defendido a todos los ciudadanos de Cataluña al plantar las urnas.

¿Confía en que la CUP cambie de criterio?

Conociendo a la gente de la CUP, pienso que reflexionarán y espero que la reflexión sirva para que pongan por delante lo importante y dejen de lado otras consideraciones, como lo ha hecho Artur Mas al decir que lo importante es el proceso. Y yo me pregunto: ¿alguien de la CUP ha hecho algo parecido? ¿Prefieren perseguir a Artur Mas hasta los confines de la tierra cuando el Estado quiere encarcelarlo? ¿Qué más quieren? ¿Qué se clave un puñal y se sacrifique en público?

¿Tiene la impresión de que la CUP no está a la altura del momento histórico?

Lo que veo es que la CUP es muy de alzar el puño y corear "anticapitalismo" pero ahora que recibe un ataque directo del Estado no acaba de entenderlo correctamente. Y me fastidia porque, si hemos llegado hasta aquí, con casi dos millones de votos, es porque Artur Mas se ha empeñado y ha jugado magistralmente. Hagamos a un lado el 3% por una temporada, dejemos de pensar un tiempo que en vez de manos tiene tijeras y tengamos en cuenta que Mas goza de una proyección internacional que no tendrá ningún otro político del proceso. ¡Ninguna empresa se desharía de un activo así! La CUP ¿es tan pura que prefiere prescindir de la experiencia y el impacto exterior de Mas? Votar la investidura no quiere decir ni de lejos, dar apoyo a todo su programa. No veo que haya conflicto ideológico aquí.

¿Primero la independencia y luego el modelo social?

La cuestión es consolidar la independencia y el resto vendrá por sí solo. Porque de momento no sabemos si el programa de Junts pel Sí es de derecha liberal o de izquierda. Por tanto, diría a la CUP: sentaos a negociar y hablad. Y olvidad las viejas tácticas de hacerse el fuerte antes de sentarse. Lo que nos jugamos es tan importante y el ataque del Estado tan evidente que las otras cuestiones deben quedar en segundo lugar.
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