divendres, 16 de maig del 2008

El big bang de la nación española.

La exposición que sobre las jornadas del dos y el tres de mayo de 1808 alberga la Fundación del Canal de Isabel II y cuyo comisario es don Arturo Pérez Reverte es un canto al surgimiento de la nación española. Como puede verse, el prospecto habla de "un pueblo, una nación". La idea, compartida por buena parte de la historiografía española es que en la sublevación popular contra el francés se manifestó por primera vez la conciencia nacional española. Muy en el espíritu del señor Pérez Reverte está el subrayar que esa sublevación fue espontánea, civil, de gentes de todas las condiciones y al grito de "¡Viva España!".

Todo eso es cierto y queda suficientemente explicado a lo largo de la exposición que está concebida de una forma orientativa y pedagógica, a base de vídeos y proyecciones que reconstruyen lo que pasó en Madrid en aquellas dos jornadas. Imagino que gran parte del material que se exhibe procede de las pesquisas e indagaciones que el Comisario había hecho para escribir su última obra, Un día de cólera, esto es, cuántas partidas se formaron en Madrid el dos de mayo, quiénes las componían, de dónde procedían, cuál era su profesión, cuántos y dónde fueron luego fusilados en la represión sin piedad que ordenó Murat el día tres. Además de esto, que es meramente documental, se muestran grabados de la época, uniformes de soldados franceses (y también de los españoles, aunque se subraya varias veces que el ejército español se mantuvo acuartelado y sin munición en aquellas jornadas y sólo se batió un pequeño destacamento en el cuartel de Monteleón), armas y utensilios diversos que los sublevados utilizaron para atacar a los invasores.

El problema no es tanto de documentación como de interpretación. Sostener que la sublevación da origen a la conciencia nacional española presupone dos cosas: a) que antes no existía; b) que lo que los sublevados invocaban era la nación como nosotros la concebimos. No voy a entretenerme con el preupuesto a) porque me basta con objetar al b). Los valores que los sublevados del dos de mayo defendían eran los del antiguo régimen y el absolutismo en su mayoría. Valores contrarios a la idea de nación que, por aquel entonces, tenía un carácter eminentemente francés puesto que era lo que se había invocado para guillotinar al Capeto. Algunos afrancesados en España tomaron armas contra el invasor pero muchos de ellos colaboraron con él y se integraron en la corte de José I.

Es en las Cortes de Cádiz de 1812 donde, vencido el gabacho, se habla en serio de la "nación española" en la Constitución de aquel año, la Pepa... que duró dos años. Reinstalado en pompa y esplendor Fernando VII, el de las caenas suprimió la Constitución y, con ella, la nación española. Volvió la nación al proscenio de la mano de Rafael de Riego y esta vez duró tres años, hasta la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis que en 1823 restablecieron en el trono absoluto al Deseado. Véase a propósito el post de ayer sobre La duquesa coqueta. En verdad resulta incomprensible que se haga nacer la nación española en lucha contra el francés por valores como el absolutismo y la soberanía real y que sean luego los mismos franceses quienes invaden el país para imponer eses mismos valores con el aplauso de los que se supone son la nación española. Es absurdo, es un galimatías, salvo que se reconozca que eso de que el dos de mayo es el comienzo de la nación española es una forma de hablar y no muy afortunada.

Si un comienzo enunciativo ha tenido dicha nación es en la Constitución de Cádiz y ya se sabe que fue abolida en 1814 y 1823 sin que pudiera volver a hablarse de ella hasta el sexenio revolucionario de 1868 a 1874 con el restablecimiento de los Borbones que hubieron de convivir con una Constitución de 1876, la de la Restauración, que limitaba algo sus poderes y tenía una orientación parlamentaria como la de la vigente de 1978, casi cien años después. Durante estos dos siglos, hasta la Constitución de 1978, la nación española se ha manifestado de formas diversas en la historia, raramente como la concepción imperante, con frecuencia en medio de guerras civiles (tres carlistas y la fascista/republicana de 1936 a 1939) o como imposición de gobiernos autoritarios como los de los generales Primo de Rivera y Franco en el siglo XX.

Cuando se habla de la génesis de la conciencia de nación española el dos de mayo de 1808 ¿qué nombre se reserva se tiene preparado para lo que sucedió durante la dictadura de Franco? Un bando vencedor en una guerra civil y que jamás se reconcilió con el bando vencido al que negó todos los derechos durante cuarenta años ¿es una nación? En mi opinión, no porque doy crédito al punto de vista de Ernest Renan para quien, ya se sabe, la nación es "un plebiscito cotidiano" y, para que haya plebiscito, aunque sea simbólico, la población tiene que ser libre y no estar parte de ella en el exilio, otra parte encarcelada, otra fusilada, otra aterrorizada y el resto, viviendo como si nada. Y si eso es la nación española, que me borren.