dilluns, 15 de setembre del 2008

Cuestiones de género.

El número de verano (julio-septiembre de 2008) de la Revista Española de Investigaciones Sociológicas, (CIS, Madrid, 2008, 295 págs) de obligada lectura para el conocimiento de los avances de la disciplina y las características de la sociedad española, trae una fuerte carga temática de perspectiva de género básicamente empírica, sin descuidar cuestiones teóricas de importancia.

Enrique Martín Criado en El concepto de campo como herramienta metodológica repasa la famosa aportación de Pierre Bourdieu a la sociología y levanta constancia de que su mismo éxito, su vis expansiva, amenaza con restarle efectividad. El campo de Bourdieu es una propuesta para el análisis sociológico con dinámica propia no reductible a otros procesos sociales. Bourdieu lo construye al estudiar los profesionales de la producción simbólica (los especialistas en bienes de salvación y en producción artística y cultural) esto es básicamente los curas y los intelectuales, y Martín Criado lo ilustra perfectamente estudiando la evolución de la pintura como arte desde el Quattrocento, cuando los pintores eran miembros de los gremios (el gremio de San Lucas por cierto) y tenían el tratamiento social de aprendices, oficiales, maestros o sea, obreros y nada de artistas, hasta la emancipación en el siglo XIX. Suenan aquí los ecos de las ideas de Arnold Hauser acerca de la relación entre creación artística, mecenazgo y mercado. La teoría general de los campos es una potente herramienta metodológica que se ha extendido a otros territorios como la burocracia, la política, la universidad, el clero, el derecho, etc´, con el consiguiente peligro de difuminarse. Para devolverle su precisión Martín Criado la pone en conexión con las investigaciones de Michael Mann sobre el Estado (su "teoría del embrollo" , p. 20) y Michel Dobry sobre los "sectores" (más o menos derivado del concepto de "entramado" de Norbert Elias) todo lo cual permite aplicar el concepto de campo a las organizaciones estatales a través de la "multi-integración" (p. 23) y haciéndolo a dos niveles: a) el más general para todo tipo de fenómeno social en que cree son preferibles los conceptos de "configuración" o "entramado" y b) el más específico que, a su vez, abarca dos territorios: 1) el campo de la producción simbólica y 2) lo que Dobry llama "sectores", esto es, instituciones estatales con cierta autonomía o entramados de grupos y organizaciones en competencia entre sí.

Josep Picó y Juan Pecourt (de quien ya reseñamos un libro reciente en dos posts seguidos Los intelectuales, el franquismo y la transición I y Los intelectuales..., etc. II, en El estudio de los intelectuales: una reflexión abordan este siempre sugestivo territorio con una clara voluntad sistematizadora que revela conocimiento de causa y bastante audacia. Citan la bibliografía reciente más relevante (Rémy Rieffel, Pierre Bourdieu, Anna Boschetti) y declaran mezclar las dos perspectivas que tradicionalmente se han adoptado aquí: la historiográfica y la sociológica. Pero predomina la primera. En lo historiográfico sitúan el origen de los intelectuales en la Ilustración (citan las luces francesas, el Sturm und Drang alemán y la Intelligentsia rusa), su primera protesta en el conocido caso Dreyfus que dividió a los intelectuales en los dos campos en que seguimos encontrándolos hoy día, los universalistas/cosmopolitas y los nacionalistas. Hacen breve parada en las reflexiones de la entreguerra con las obras de Benda, Mannheim, Gramsci y Nizan. Por cierto aplausos por rescatar al autor de Aden Arabie, generalmente eclipsado por Gramsci y los gramscianos. Las etapas siguientes del desarrollo del intelectual son la guerra fría (y la división en campos ideológicos) y los fenómenos concomitantes del estalinismo, la Sociología estadounidense y el funcionalismo. El aspecto sociológico de su estudio queda reducido al inicio y al final de su exposición. En cuanto al inicio recogen las razones que según Zygmunt Bauman explican el nacimiento de los intelectuales: a) la importancia del conocimiento en la sociedad; b) el declive de la nobleza en la opinión pública; c) el nacimiento del Estado moderno que redefine las relaciones entre lo público y lo privado; d) la creación de espacios autónomos, libres de lealtades; e) la secularización de la sociedad y la separación entre ciencia y moral; f) y los firmes propósitos de los intelectuales de defender la verdad, la razón y las libertades (p. 42). He reproducido estos rasgos porque se vea la ingenuidad de un viejo pensador ex-marxista. En cuanto al final de la exposición, los autores recuerdan que Bourdieu afirma que existe un "campo" intelectual y, al hablar de los intelectuales posmodernos, ponen de relieve su claro perfil mediático. Es una buena síntesis.

Juan Ignacio Martínez Pastor en Cada vez menos y más tarde: un análisis de la nupcialidad masculina durante los últimos treinta años en España da cuenta del hecho de que entre 1980 y 2006 se haya retrasado la edad media en que los españoles contraen matrimonio: 26,2 años en 1980 y 31,8 en 2006 para los varones y 23,9 en 1980 y 29,6 en 2006 para las mujeres. Las teorías que el autor pretende contrastar, explicativas de la nupcialidad retrasada, son las de Valerie K. Oppenheimer y Gary Becker. La primera señala tres causas de retraso: tendencia a la profesionalización de las sociedades con mayores tiempos educativos; cambio de rol de las mujeres; tardía consolidación laboral de los jóvenes (p. 69) Para el caso español, Pastor añade la precariedad laboral y el problema de la vivienda. En cuanto a la conocida teoría de Gary Becker se centra en el postulado de que la incorporación de la mujer al mercado laboral produce el retraso de la nupcialidad masculina. La fuente de datos que utiliza es la Encuesta de Población Activa (EPA) porque, aun no teniendo mucho información restrospectiva, es una encuesta periódica (trimestral), es exhaustiva y tiene una amplísima muestra. La técnica que utiliza es la regresión logística por cuanto la variable dependiente que se va a tratar (casamiento o soltería) es dicotómica. Su conclusión es que el aumento de la inestabilidad laboral se ha concentrado en España en los jóvenes y junto a la carestía de la vivienda ha generado un proceso de formación familiar cada vez más tardío. A cambio cree (y esto ya me parece más problemático) que, como los jóvenes han prolongado la estancia en el hogar paterno y las jóvenes tienen horizontes laborales inimaginables para sus madres "no se puede decir que los jóvenes de hoy, pese a que tarden más en formar una familia, estén viviendo una peor juventud que la de sus padres" (p. 82).

Marta Ibáñez Pascual en La segregación ocupacional por sexo a examen. Características personales, de los puestos y de las empresas asociadas a las ocupaciones masculinas y femeninas cree que la segregación laboral horizontal "es uno más de los elementos que conforman la nueva lógica semipatriarcal de proveedor principal y proveedora secundaria (frente al modelo de varón proveedor y mujer cuidadora)" (p. 89) . La teorías explicativas de la segregación que pretende someter a contraste son la del capital humano, la teoría de la segmentación del mercado de trabajo, el comportamiento de los sectores público y privado y el empleo a tiempo parcial. El trabajo consiste en explotar los datos de la EPA y la Encuesta de Estructuras Salariales (EES) y la técnica del análisis la regresión logística multinomial que permite ver la influencia de las características de las personas y los puestos de trabajo a la hora de predecir en qué ocupaciones se incardinarán. Sus conclusiones son claras: "la segregación laboral es la manifestación en el mercado de trabajo de los estereotipos asociados a cada uno de los géneros y por ello a la división del trabajo por sexo" (p. 109) El género es pues el elemento estructurante del mercado de trabajo y la segregación ocupacional por sexo es explicativa de la discriminación laboral (p. 119). Nada del otro mundo. La investigación sin embargo refuta dos ideas muy extendidas: 1ª) la discriminación indirecta no depende de la estabilidad en el empleo dado que las ocupaciones femeninas están más asociadas a los contratros indefinidos que las neutras; 2ª) la menor retribucion de las mujeres no depende del grado de cualificación de sus puestos de trabajo, dado que los puestos femeninos presentan mayor cualificación media que los masculinos (p. 118), si bien en este último caso me he quedado con la duda de si esa mayor cualificación es una cuestión de hecho (mujeres cualificadas subempleadas) o deriva del catálogo de puestos de trabajo.

Tania Verge Mestre Cuotas voluntarias y legales en España. La paridad a examen hace un repaso ilustrativo de la evolución de las cuotas femeninas en los distintos partidos en España y se concentra luego en la aplicación de lo previsto en la Ley orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres y en concreto en las elecciones municipales de 27 de mayo de 2007, que ya hubieron de hacerse con dicha normativa. Se limita a los municipios de más de 5.000 habitantes en Cataluña, lo que la obligó a estudiar 1295 candidaturas a 197 localidades, equivalentes al 20% de los municipios catalanes y el 80% de la población. Sus hallazgos muestran que todos los partidos favorables a la reforma de la LOREG (Ley Orgánica de Régimen Electoral General) introdujeron excepciones en las elecciones locales porque no creían poder cumplir el criterio de paridad. Aunque la ley dice que la paridad es del 40%-60% no especifica sexo, pero la práctica muestra que casi siempre el 40% es para las mujeres. En el análisis de los cinco primeros puestos de las listas, en un 86,2% de las veces, la proporción era de tres hombres y dos mujeres. Ello quiere decir que la normativa vigente no es aun suficiente para implantar una paridad efectiva, que las mujeres siguen discriminadas y que serán precisas medidas complementarias como las "listas cremallera" entre otras.

Manuel Ignacio Martínez Espinoza en Democracia para la dignidad. Movimientos políticos sociales y ciudadanía como aportes a las reflexiones sobre la democracia en América Latina. El caso del movimiento zapatista presenta un trabajo fuertemente ideológico que trata de demostrar a base de comentarios de textos y declaraciones del movimiento zapatista las bondades de las llamadas Juntas de Buen Gobierno (JBG) zapatistas para la democracia en América Latina. El trabajo hace un breve repaso a la procelosa cuestión de la democracia en la teoría política y se centra en señalar la coincidencia de procesos democráticos con índices altos de pobreza en los países de la región, asunto venerable que ya había suscitado Seymour Martin Lipset en los años setenta. El autor cita con aprobación el Informe sobre el desarrollo humano 2002. Profundizar la democracia en un mundo fragmentado del PNUD cuando señala que, a pesar de su pobreza, la participación electoral media en América Latina (62,7%) es superior a la de los Estados Unidos (43,3%) y, dice, cercana a la de Europa (73,6%), datos que no quieren decir nada desde el momento en que el voto en América Latina es obligatorio en todos los países, excepto Colombia y Nicaragua y que los requisitos del censo electoral en los EEUU son claramente desmovilizadores. El ideal de democracia que el autor abraza, más o menos derivado de las benéficas recomendaciones del PNUD se ve a su entender plasmado en las JBG zapatistas que: 1) reducen las potenciales arbitrariedades del poder político; 2) conciben a sus integrantes (de la democracia) como seres capaces de autogobernarse; 3) buscan el ejercicio efctivo de los derechos políticos, civiles y sociales (p. 174). Supongo que estas aseveraciones tienen interés para quienes participen de los supuestos ideológicos del autor. Al resto de los mortales pueden sonarle a música étnica.