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dimarts, 16 d’agost del 2011

Juego sucio.

Hace un par de días, Alberto Fabra, el presidente de la Generalitat valenciana sostenía que con la dimisión forzosa de Francisco Camps (que él considera ejemplar) el caso Gürtel quedaba atrás y hay que "pasar página". Eso de pasar página es el equivalente de moda del antiguo "borrón y cuenta nueva", más gráfico pero menos elegante. Es una afirmación de hecho que apenas oculta un encendido deseo: que se cierre el caso. Por desgracia para el improvisado profeta y fortuna para la justicia, eso no es posible.

La dimisión de Camps no tuvo nada de ejemplar, ni de heroica, ni de noble. Fue una decisión a regañadientes, tras haberlo intentado todo para evitarla, es decir, ignominiosa. Y se ha coronado con una triquiñuela por la que el dimisionario blinda su continuación en la política y con un salario respetable a cuenta del erario público. Pero, aunque la dimisión de Camps fuera algo tan glorioso como la muerte de Marco Curcio, el caso Gürtel no puede detenerse y mucho menos dejarse atrás. Al contrario, lo que la dimisión de Camps prueba es que los trajes famosos no eran más que la punta del iceberg de una presunta trama generalizada en Valencia que incluye episodios de corrupción y de financiación ilegal del PP. Y si no era la punta del iceberg, era la primera línea de defensa de los imputados que estuvo a pique de salirles bien cuando el juez De la Rúa decidió archivar el asunto en el que estaba implicado su "más que amigo".

La fiscalía anticorrupción pide la imputación de dieciséis personas, entre ellas cuatro cargos del PP (así como unos cuantos empresarios-contratistas con la Comunidad Autónoma y los habituales perillanes de la Gürtel) por supuesta financiación ilegal con valor de un millón de euros en las elecciones generales en 2008. Según parece, los actos electorales de Rajoy en Valencia los organizó la Gürtel, que es algo así como decir Al Capone. Ha faltado tiempo al PSOE para pedir decisiones al PP, esto es, explicaciones, declaraciones, dimisiones. Rajoy, creen estas buenas gentes, no puede estar callado ante tan escandalosos hechos.

Si se esperan declaraciones de Rajoy, la experiencia muestra la espera vana; no las habrá. ¿Rajoy hablar sobre algo que lo comprometa? Esperar eso es inútil. Es posible que algún segundón, González Pons por ejemplo, diga que el PSOE emplea el caso Gürtel, inexistente por lo demás, como una cortina de humo para desviar la atención del caso Faisán. Y será todo. La táctica del PP en este asunto es la más acertada pues consiste en evitar a toda costa que se hable de él. Cuanto más se hable, peor; más hilos y cabos van atándose y de ahí sale una imagen muy mala del PP, como partido sospechoso de corrupción. Por eso mismo la táctica del PSOE debe ser la contraria, esto es, que se hable de la Gürtel, una posición fácil de mantener porque consiste en defender el derecho a la información de la gente. Nadie se atreve a decir que ese derecho no exista o que exista pero no a la información sino a la desinformación.

La financiación ilegal de los partidos es uno de los delitos más odiosos en democracia porque rompe el principio del juego limpio e igualdad de oportunidades . Quienes emplean medios ilícitos para financiar sus campañas son como los deportistas que se dopan: parten de una situación de ventaja en detrimento de los otros contendientes de buena fe. Falsean la competición; falsean las elecciones. Y así como los deportistas culpables pierden su título, las opciones políticas ganadoras con métodos ilegales debieran perder su triunfo. En el fondo es una versión actualizada de la compra de votos del viejo caciquismo que ahora se práctica con grandes espectáculos, grupos musicales, autobuses, golosinas y los consabidos chuches de Rajoy.

No, el caso Gürtel no está "atrás", sino que está delante, esperando al PP con las fauces abiertas.


Aquí alguien no está bien de la cabeza.

Leo en El Plural que el señor Anglada, líder de Plataforma per Catalunya, dice: "Le puedo asegurar que mis hijos nunca se casarán con un negro subsahariano". Los hijos del señor Anglada ¿son propiedad suya? Es obvio que tiene muy bajo concepto de los negros, pero ¿qué concepto tiene de sus hijos?

dijous, 28 de juliol del 2011

El problema es Rajoy.

La publicación del barómetro de julio del CIS ha devuelto algo de confianza a los seguidores del PSOE, muy alicaídos a raíz de las elecciones de mayo pasado. La distancia en la intención de voto entre PP y PSOE se se acorta en tres puntos y queda reducida a 7,1 que sigue siendo bastante. A los socialistas les parecen resultados muy buenos porque, entienden, apuntan en la dirección a la recuperación del voto a la que aspiran.

En cambio los conservadores creen, no que el resultado sea bueno o malo, sino que es falso porque, a su juicio, últimamente, el CIS no da ni una. Nadie parece haber comprendido en la derecha que matar al mensajero no resuelve los problemas; al contrario, los agrava porque el interesado se queda sin información. Sin embargo, es lo que hace siempre: si se trata de una decisión judicial que no le gusta, los jueces son parciales y están a unos centímetros de la prevaricación; si de una de la fiscalía, los fiscales son meros ejecutores de la manía persecutoria del Gobierno contra el PP; si de otra de la policía, los agentes son la brigada de choque del taimado ministro socialista de turno. Deslegitimar por principio las instituciones cuando los actos de éstas no complacen al PP no solamente es hacer un flaco favor a la validez del sistema democrático en su conjunto sino que también es un error. No tanto por hacerlo de vez en cuando sino por hacerlo de modo sistemático.

Un estudio detallado del barómetro en cuestión permite ver que la opinión pública matiza mucho y deja entrever una imagen que no augura nada bueno para el PP y sí para el PSOE. Lo más llamativo es la gran diferencia en valoración personal de los dos candidatos, Rajoy y Rubalcaba. El socialista supera al conservador en una serie de puntos básicos (capacidad de diálogo, eficacia, honradez, capacidad de comprensión de los problemas de España y visión de futuro) a veces con diferencias de veinte puntos; lo que se dice un verdadero revolcón. Igualmente Rubalcaba tiene un índice de rechazo inferior al de Rajoy en quien el 77,5 por ciento confía poco o nada

Cierto, la gente sigue diciendo que votará más a la derecha que al PSOE (43,1 frente al 36 por ciento) y cree también en mayor porcentaje que será el PP quien gane las elecciones, pero tiene mucha mejor opinión del candidato socialista que del conservador. Una pregunta sobre intención de voto a candidato podría ser significativa. Puesto que el sondeo se hizo después de las elecciones de mayo pero antes del discurso de presentación de Rubalcaba, lo lógico es esperar que en el siguiente barómetro continúe la remontada del PSOE y la mayor valoración de Rubalcaba. Dado que esta situación es un juego de suma no cero en que ambos candidatos pueden perder y ambos pueden ganar, el supuesto de que Rubalcaba ascienda y Rajoy descienda es el peor que cabe imaginar para los intereses del último.

En definitiva, si la gente vota al PP pero no se fía de Rajoy, el problema del PP se llama Rajoy; el problema es el candidato y se agrava si el que tiene enfrente es a su vez uno sólido. Porque Rajoy no lo es. Su carencia de iniciativa y liderazgo es proverbial. No consigue imponerse ni en su propio partido. Las crisis más importantes que le han surgido le han estallado en las manos y las soluciones han escapado a su control. En Madrid hubo de rendirse a la superioridad de Esperanza Aguirre; en Valencia a la de Camps hasta que éste, ya con un pie en el banquillo y el caso Gürtel en exposición como si fuera el Santísimo, ha tenido que dimitir; en Asturias, Álvarez Cascos, un outsider de su propio partido, le ha ganado las elecciones.

Rajoy se ha dejado enredar en los casos de corrupción gracias a su inactividad, su laxitud y su afición a declaraciones rimbombantes de apoyo a políticos que no están por encima de toda sospecha. Proclama un nuevo código ético del partido en 2009 como respuesta al escándalo de la Gürtel y porque el de 1993 era papel mojado y lo incumple en el mismo momento de su entrada en vigor porque uno de los que la jalean, por ejemplo, es Camps. Su misma comprensión del caso más grave de corrupción en democracia en España deja mucho que desear cuando afirma que no hay una trama corrupta del PP sino una trama para aprovecharse del PP, o sea, una trama contra el PP. Más mensajeros muertos.

En el aspecto ideológico el liderazgo de Rajoy es nebuloso. Parece aspirar a que se le suponga un talante moderado pero sin molestarse en expresarse en ese sentido. Por otro lado, los pronunciamientos del partido en asuntos internacionales y nacionales, del terrorismo, de política económica, etc son monopolizados por el sector más ultramontano, empezando por el expresidente Aznar (que lleva un tiempo en silencio ocupado, sin duda, con el caso Murdoch) y siguiendo por agitadores como Mayor Oreja cuyos exabruptos tienen garantizada amplia audiencia por su carácter permanente y sistemáticamente insidioso.

Ni en asuntos de táctica, de política a medio plazo tiene Rajoy liderazgo. Lleva años pidiendo elecciones anticipadas y sigue haciéndolo cada vez que abre la boca. Otras posibilidades quedan fuera de su consideración. El PP acaba de rechazar la idea propuesta por Durán i Lleida de presentar una moción de censura. Es más cómodo y menos arriesgado pedir elecciones anticipadas. Y más aburrido, y las elecciones también se pierden por aburrimiento.

El intento de quitarse de encima a Rubalcaba por la vía judicial gracias al caso Faisán tampoco prospera. Ya hay gente haciendo apuestas sobre si Rajoy aceptará algún debate televisado con Rubalcaba durante la campaña. La televisión es un arma endemoniada por su efecto multiplicador. Evitarla puede ser una metedura de pata, sobre todo en el caso de alguien con un liderazgo nebuloso, inactivo, ambiguo y dependiente. Rajoy es el principal problema del PP.

(La imagen es una foto de Esperanza Aguirre, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 23 de juliol del 2011

La táctica del trabuco.

Para no desanimar a la opinión pública, para no antagonizarla o hastiarla o indignarla conviene que el debate político democrático tenga un mínimo de verosimilitud y educación. Si los ciudadanos se desayunan todos los días con una sarta de mentiras e improperios así como algún disparate es lógico que acaben considerando que los políticos no son la solución sino el problema. Lo que no parecen saber estos ciudadanos es que una parte de los políticos busca precisamente ese diagnóstico, en concreto la de los que mienten, insultan y disparatan.

Por increíble que parezca, Rajoy ha salido diciendo que la dimisión de Camps (al que han echado de un puntapié en salva sea la parte) muestra su "grandeza" y pasa de inmediato a pedir la dimisión de medio gobierno y explicaciones por el caso Faisán. De igual modo, el PP prepara cada día un argumentario sobre los temas que los militantes deben sacar a relucir y lo que tienen que decir. En el de hoy se falsean datos del proceso (de Camps) para acusar al PSOE, básicamente asegurando que todas las decisiones procesales, de la fiscalía y los tribunales se han tomado bajo presión del PSOE. Obviamente, una calumnia. En este caso el disparate corrió a cargo de la chupadita del inimitable González Pons.

Esta táctica del PP podría llamarse la del trabuco. Consiste en salir por la mañana temprano soltando alguna barbaridad del tipo de que el ministerio del Interior está presuntamente colaborando con la banda ETA. Se espera que el adversario entre al trapo y pierda el día tratando de demostrar lo obvio en lugar de proponer su propio tema de debate que es, ¿quién lo duda? la Gürtel. Es de manual de comunicación política, donde, como en la guerra, tiende a ganar el que elige el campo de batalla.

Hablar de la Gürtel no es maniobra de diversión, ni cortina de humo, ni ardid alguno sino respuesta a los acontecimientos que se producen de suyo. El nuevo presidente de la Generalitat valenciana, Alberto Fabra ya ha prometido que publicará todos los contratos de la administración autonómica con la Gürtel. Los mismos contratos que el ejemplar Camps llevaba dos años negando a la oposición parlamentaria porque le daba la gana y hasta en contra de una sentencia del Tribunal Constitucional que le obligaba a hacerlo de agosto de 2010: un año entero en rebeldía ante un tribunal, una de las muestras de la "grandeza".

Pero es que, una vez se hagan públicos esos contratos con la Gürtel, los medios van a tener inspiración para meses, cuando se vea con qué criterios se adjudicaron los proyectos públicos, si hubo fraccionamiento de las cantidades para evitar las licitaciones, si éstas fueron limpias, por qué se inflaron los presupuestos multiplicándose por dos y por tres, si hubo malversación, deviación de fondos, cohechos, financiación ilegal del PP y una variada floresta de otros ilícitos, incluido el blanqueo de capitales, que ya sería el colmo.

Si la oposición se concentra en exigir explicaciones sobre la Gürtel y responsabilidades políticas, el trabuco disparará con pólvora mojada.

(La imagen es una foto de ppcv, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 16 de juliol del 2011

¿Por qué no dimite Camps?

El Curita se sentará en el banquillo en el otoño acusado de cohecho impropio a causa de los trajes que presuntamente le regaló la trama Gürtel con el fin de que facilitara sus maquinaciones delictivas. Camps lleva dos años negando los regalos y afirmando que él paga sus trajes. Habiendo aparecido pruebas irrefutables de que esto es falso ha admitido que hubo tales regalos pero que no se hicieron al presidente de la Generalitat (él), sino al del PP de la Comunidad Valenciana (también él), lo que es una triquiñuela irrisoria porque aunque se tratara de un caso de desdoblamiento de la personalidad como el del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde, hay una sola unidad de imputación: él, que es lo uno y lo otro.

¡Dos años mintiendo a todo el mundo, al electorado, a las cortes valencianas, al juez, al presidente de su partido y hasta a su “amiguito del alma” que parece ser el que le regalaba los trajes! Se descubre así que su silencio frente a las preguntas de los periodistas, con el que además negaba el derecho de la gente a la información, era el silencio del mentiroso. Y, aunque un acusado pueda mentir en su defensa, un presidente no puede hacerlo y lo que corresponde es que dimita ipso facto. Es más, tendría que haberlo hecho mucho antes.

Y ¿por qué no dimite? Estamos acostumbrados a que, cuando un político inculpado en un proceso judicial renuncia a su cargo, aduzca dos razones: que lo hace a) para estar más libre en la demostración de su inocencia; y b) para no causar más daño a su partido. Si Camps no dimite es porque: a) sabe que no puede probar su inocencia y trata de obstaculizar el procedimiento valiéndose de su cargo como viene haciendo desde el comienzo, mientras afirma lo contrario; b) sabe que su caso no es más que la punta del iceberg de una presunta trama de corrupción cuasi mafiosa que afecta a todas las administraciones públicas de la Comunidad, un iceberg que puede hacer que su partido se hunda como se hundió el Titanic.

Esa preocupación la comparte mucha otra gente en el partido de la derecha. Así se explica que el responsable de Justicia del PP, Federico Trillo, interviniera personalmente en el asunto, yendo a visitar al jefe de la empresa que fabricó los fementidos trajes. Tres días después de la visita, el informático de la empresa recibía la orden de falsificar unas facturas que se referían precisamente a Camps. Es posible que entre la visita y la orden no haya relación de causa-efecto, que sea una pura coincidencia y que Trillo hubiera ido sólo a hablar del tiempo con el jefe, pero también es posible lo contrario.

Igual que la actual portavoz del Gobierno valenciano, antigua responsable de la RTV valenciana, quien viene a decir que el pueblo, al votar a Camps el 22 de mayo, lo ha absuelto con anterioridad y, por lo tanto, no ve razón para que dimita. Es obvio que no la verá si mira en la RTV valenciana porque, según ésta, Camps no se sentará en el banquillo. Igual también que el inimitable presidente de la diputación de Castellón, Fabra, para quien el procesamiento de Camps es una “payasada” (y debiera aclarar si llama payaso a Camps o al juez) y que el presidente es inocente porque goza de toda su confianza, con gran generosidad pues no es sentimiento del que ande sobrado cuando se aplica a él. O la no menos pintoresca alcaldesa Rita Barberá, un vestigio del tardofranquismo, que encuentra inicuo que se procese a un hombre honrado y no a unos pillastres como los de Bildu.

¿Qué revela esta defensa numantina y el silencio de las altas esferas del PP? Lo que decíamos antes, el temor a que estos trajes sean la punta del inmenso iceberg de la presunta corrupción del PP que afecta no solamente a docenas de cargos del partido, sino al conjunto de éste en la medida en que se pruebe que ha habido delito de financiación ilegal del partido. Porque si el PP paga sus mítines como Camps pagaba sus trajes, los jefes deberán asumir su responsabilidad.

Palinuro publicó ayer un artículo en Público (La punta del iceberg valenciano), en el que sostenía este punto de vista. Con más espacio explica ahora que así se demuestra en un concienzudo estudio que acaban de publicar los profesores Piqueras, Martínez, Laguna y Alaminos de la Universidad valenciana (El secuestro de la democracia. Corrupción y dominación política en la España actual) y del que dará cuenta en un par de días. En ese libro se narran con pelos y señales las maquinaciones de varios empresarios con decenas de cargos supuestamente corruptos del PP.

En última instancia Camps no dimite porque piensa que los mandos de su partido no pueden afrontar una situación en la que la presidencia de la Generalitat quedara vacante y la dirección en pleno del PP de la Comunidad valenciana fuera sustituida por una comisión gestora lo que daría lugar a una situación insostenible en Valencia, con una posible escisión del partido. La culpa, en definitiva, es de esta dirección por sancionar la presentación de Camps a las pasadas elecciones. Y no será porque no se le advirtiera desde todos lados que era una decisión suicida. Agarrarse al cadáver de la Gürtel puede acabar convirtiendo en cadáver al partido entero.

(La imagen es una foto de ppcv, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 26 de maig del 2011

El cáncer de la democracia.

Es cierto que la decisión de Tribunal Superior de Justicia del País Valenciano (TSJPV) de declararse competente en la causa que le ha remitido el órgano correspondiente de Madrid es una cuestión puramente competencial que no cambia la situación procesal de los imputados en el caso Gürtel. Razón por la cual, es de suponer, el PP no piensa atender a la petición de todos los demás partidos de las Corts de que no se permita a Camps tomar posesión del cargo. No es verdad que su situación no haya cambiado ya que está más cerca del procesamiento, pero sí lo es que objetivamente no ha cambiado.

Pero es que el problema no es procesal sino político. Las listas del PP, con imputados en ellas, han conseguido un triunfo clamoroso en las urnas. Los procedimientos judiciales por su parte siguen su curso. Y así resulta que en la Comunidad valenciana hay un rosario de causas penales que afectan a una multiplicidad de cargos del PP y de la administración pública en varios niveles. Y en las Baleares, misma extraña coincidencia de varios asuntos penales cuyo afectado principal es el expresidente del Consell y aluvión de votos a favor de su partido. Es incomprensible, pero es.

El New York Times hace unos días responsabilizaba a Camps en buena medida del surgimiento del movimiento 15-M. Es lógico. Contemplar que en un caso de corrupción los primeros que comparecen ante el juez como acusados son el magistrado que empezó a instruirlo y el que lo denunció públicamente en el Parlamento, indigna a cualquiera. Si los ciudadanos ya no pueden confiar en la justicia, igual que no pueden hacerlo en los políticos, sean legisladores o gobernantes, ¿en quién pueden confiar para la gestión de los asuntos públicos? Se articula un movimiento espontáneo que considera la democracia actual falsa o ficticia, dado que pide democracia real ya.

Hasta ahora este movimiento era espontáneo, virtual y acéfalo. Pero ahora puede haberle salido eso que Hessel echaba de menos hace unos días, un lider en la persona de Eduard Punset o de alguien como él. De hecho es lo que Democracia Real Ya está buscando desesperadamente, alguien que dé rostro al movimiento, lo que es muy importante en una época de reino de la imagen y que, al mismo tiempo, marque un horizonte preciso a su acción. Con Punset parecería alcanzarse aquel ideal utópico del gobierno de los científicos. Es una interesante posibilidad. Pero esa hipótesis del liderazgo que Palinuro ve muy conveniente en el camino hacia la institucionalización del movimiento tropezará sin duda con un espíritu ácrata muy extendido, que abomina de todo gobierno y jefatura, especialmente si es personal. Otra opción sería constituir una especie de comité de relevantes personalidades que dieran peso moral a la acción, ofrecieran no uno sino varios rostros y sortearan el peligro del personalismo.

Pero algo tendrá que hacer el movimiento de los indignados para mantener la fuerza de esa especie de aventura regeneracionista que es en gran parte reacción ciudadana en contra de la corrupción que es el cáncer de la democracia así como la indiferencia hacia ella o incluso su popularidad son las más claras herencias del franquismo hoy.

(La imagen es una foto de ppcv, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 23 de maig del 2011

El desastre de la izquierda.

Las elecciones municipales y autonómicas, sobre todo las municipales, son de naturaleza distinta a las generales y es un error proyectar la distribución del voto de las unas a las otras. Hay en ellas más pluripartidismo en las instituciones y, por tanto, posibilidades de gobiernos de coalición muy variados que, en algunos casos, mitigarán lo que a todas luces es una derrota sin paliativos de la izquierda. El PSOE pierde 8,2 puntos porcentuales; un fracaso. Izquierda Unida gana 0,8 puntos que es prácticamente nada. Ambas fuerzas deberán revisar sus planteamientos y es lo que hará Palinuro algo más abajo.

El electorado, especialmente el de izquierda, generalmente más crítico, suele aprovechar estas elecciones para castigar a su partido, darle un toque de atención, un orteguiano "no es esto, no es esto". Es una advertencia para que enderece el rumbo y poder votarlo luego en las generales, que se consideran de mayor importancia. Hasta aquí la parte balsámica de este comentario.

Las autonómicas también son especiales pero se acercan más a una prefiguración de las generales ya que las Comunidades Autónomas (CCAA) tienden a actuar como "miniestados" o "estadículos". Aquí, la derrota de la izquierda es de época. Que Aguirre y Camps hayan aumentado su mayoría a pesar de la Gürtel y Cospedal haya obtenido mayoría absoluta de escaños a pesar de Cospedal, encierra una lección ética: los casos de corrupción, la política hecha de injurias y calumnias no merman posibilidades, al menos en la derecha. Excepción hecha de Andalucía (de momento) y, si acaso, Extremadura, el PSOE gobierna España no como territorio sino como idea. Hace las leyes, pero otros hacen los reglamentos.

El PSOE ha pagado la crisis y su forma de gestionarla. Pero ha pagado más cosas. Ha pagado su arrogancia. Zapatero y su gente iban sobrados en la primera legislatura y la inercia no les dejó ver que en la segunda las cosas habían cambiado drásticamente. Siguieron en plan triunfalista hasta mayo de 2010 y, a partir de entonces, dieron media vuelta a la derecha, siempre cantando victoria, sin molestarse en explicar a la gente la necesidad de tal giro ni mucho menos admitir propuestas distintas y alternativas acerca de quiénes debieran pagar por tales medidas. Porque estaban en posesión de la verdad cuando iban hacia Málaga y en ella seguían cuando llegaron a Malagón. El lamentable resultado de tanta insensibilidad y desprecio ha sido que, de decirle a zapatero ¡No nos falles!, los jóvenes han pasado a echarle su fallo en cara en la calle. Como poco, humillante.

Izquierda Unida también ha pagado muy cara su línea. Cayo Lara puede decir lo que quiera pero ganar 0, 78 puntos con una campaña orientada a atacar al PSOE, siendo así que éste ha perdido más de 8 es un fracaso rotundo, adobado además por el ricino de una mayoría absoluta del PP en la califal Córdoba. IU no es culpable de la crisis ni de las medidas de ajuste, con lo que se impone la amarga conclusión de que la gente no la vota porque no gusta. Sin más. Añádase esa consigna tan increíble de PP y PSOE la misma mierda es o la expresión PPPSOE que, si son comprensibles en grupos de izquierda extraparlamentaria y capillas de revolucionarios de salón, son estúpidas en un partido cuyo destino es pactar con el PSOE si quiere formar gobierno. Empezar insultando a tu aliado necesario no es especialmente inteligente. La consigna es también falsa y sólo se explica en función de una antisocialismo visceral de parte del comunismo.

Por último, el Movimiento 15-M o Democracia Real Ya (DRY) irrumpió en mitad de la campaña. Quizá haya tenido alguna influencia en el desenlace, aunque es difícil saberlo ya que emitió mensajes contradictorios, predominando el de la abstención. Debe incluirse en la izquierda porque, aunque muchas vece insiste en su carácter apartidista, es más próximo a la izquierda que a la derecha. Zapatero ha expresado su simpatía por él; Rajoy, no.

En DRY el resultado disparará un debate acerca de su orientación política. Probablemente lo abandonen los votantes y también militantes socialistas que estaban a título personal. Y lo mismo debieran hacer los de IU, que son quienes más han coreado la consigna PSOE PP la misma mierda es con la esperanza de captar el voto socialista cabreado, ya que la evidente instrumentalización del movimiento, entre otras cosas, ha sido un fracaso.

La cuestión es ahora qué hace DRY. La opinión de Palinuro es que se constituya en algún tipo de ente que pueda negociar con otras fuerzas políticas la reforma de la ley electoral. Ello le permitirá además ver que hay diferencias substanciales entre el PSOE y el PP. No es pensable que un gobierno del PP acceda a tramitar esta reforma. Sí lo es en el caso del PSOE, sobre todo si alguien lo convence de lo errónea que es su posición de aliarse con el PP para bloquearla. El sistema actual beneficia a los dos, cierto, pero incomparablemente más al PP. Por tanto, al PSOE le interesa apadrinar la reforma del sistema electoral porque reducirá mucho la representación del PP y la que él mismo, el PSOE, pierda, podrá compensarla con gobiernos de coalición con IU.

El problema está en los requisitos de la reforma porque su contenido es muy sencillo: si se quiere un sistema proporcional de verdad y no el mayoritario disfrazado de proporcional que hay, basta con copiar el sistema alemán. Con él se puede conseguir un Parlamento en el que los escaños de cada cual sean proporcionales a los votos obtenidos y, por tanto, de mayoría de izquierda, para abrir un período de reforma constitucional equivalente a una nueva Constitución que se presente como revisión total de la vigente.

En buena medida eso depende de que DRY consiga mantener su presión sobre el sistema político para lo cual tiene que ser algo más que una página web.

dimecres, 11 de maig del 2011

Al borde del precipicio.

Corresponde a Cristóbal Montoro, ese hombre enteco y con aspecto desmedrado, siempre con ristras de papeles en las manos, la función de San Juan en Patmos: anunciar el apocalipsis, la revelación, el fin del mundo. España está al borde del precipicio. El séptimo sello, la trompeta del Juicio. Puede parecer una deslealtad mayúscula que, además, ya viene produciéndose desde mayo de 2010. El PP se encuentra siempre del lado de los asaltantes de la ciudad. A ello invita el mismo Rajoy, aparentemente compungido: "La crisis griega afecta a España, es muy preocupante". Es un ejemplo de lo que los alemanes llaman Schadenfreude, esto es, el alegrarse del daño que sufre otro, lo cual adquiere una dimensión psicológicamente preocupante cuando el daño lo sufre también el que se alegra. Hay quien, por hundir a Zapatero, vuela el barco en el que viaja con él. Es un comportamiento parecido al de los terroristas suicidas. Y luego dicen que no los entienden.

Palinuro sospecha, no obstante, que quien está al borde del abismo es la derecha, sobre la que gravita el escandalazo de la Gürtel, de la que cada día hay una noticia nueva. En concreto el destino de Camps depende de su peripecia judicial que pinta negro barrote. En el caso de Arenas, si pierde de nuevo en Andalucía, será la cuarta vez y, si muchos consideran razonable limitar los mandatos a dos, también habrá que limitar los no mandatos en los que es especialista este campeón. En el caso de Cospedal da la impresión de que su irrefrenable codicia puede jugarle una trastada. Con que sólo se le vaya un voto por cada euro que cobra por encima del salario del presidente del gobierno, ya ha perdido las elecciones. Y el de Rajoy es, en efecto, apocalíptico. Tiene que ganar el veintidós de mayo con un margen de diez a catorce puntos porcentuales porque, si no lo hace, los suyos, que tanto lo quieren, lo despellejan, y no tengo claro que pueda hacerlo. Él tampoco. Por eso ha pasado de callar prudentemente sobre Bildu a dinamitar con Grecia. Los sondeos que se publiquen el último día permitido antes de las elecciones darán una pista. Pero al borde del precipicio aquí hay mucha gente.

(La imagen es una foto de ppcv, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 9 de maig del 2011

22 de mayo.- Gürtel y las sabandijas.

A medida que se acerca el día en que el Curita tendrá que comparecer ante la justicia por los presuntos delitos de cohecho impropio, malversación, prevaricación, etc., pierde los nervios con mayor frecuencia y cada vez desbarra más, añadiendo ahora a sus habituales dislates alguna canallada que otra.

Que el hombre que, al parecer, se hace pagar los trajes por presuntos delincuentes; el que miente asegurando que no conoce al Bigotes que, sin embargo, es su amiguito del alma; el que parece amparar todo tipo de abusos, latrocinios y estafas a la administración pública que él debiera proteger; el mismo santurrón que supuestamente permite que cuatro chorizos se lucren con la visita del Papa; que el presunto mangante gürteliano, digo, haga bromas sobre un militar de la República que tuvo la integridad y la gallardía de morir por ser fiel a su juramento, cosa que el farmacéutico consorte ni huele, es algo que excede los límites morales de esta España de truhanes, ladrones, pícaros, corruptos y rufianes, para llegar a la de las sabandijas, especie muy frecuente en el rebaño de necios empingorotados que constituye la gente bien de toda la vida.

El abuelo de Zapatero murió asesinado por los facciosos en 1936, algo más de veinte años antes del nacimiento de su nieto. No es que no le diera ternura y cariño, como dice el Curita, sino que no pudo dárselos porque lo habían asesinado y lo hicieron los antecesores ideológicos de Camps. Es de suponer que no fueron los compañeros de su abuelo o su propio abuelo, que tanta ternura y cariño destiló en su nieto. Basta con oírlo hablar.

Es comprensible que en el PP estén dispuestos a todo con tal de tapar la Gürtel, como dice Felipe González. Y todo, por lo que se ve, es todo. Acusar al Gobierno de permitir la entrada de ETA en las instituciones a cuento de la sentencia del Tribunal Constitucional admitiendo las candidaturas de Bildu, además de ser un ultraje al mismo tribunal, es otro golpe bajo esta vez de Aznar cuyo abuelo, hombre fiel al Caudillo Franco, como lo fueron su padre y él hasta que le interesó disimular sis convicciones, le dio todo el cariño y la ternura que el abuelo de Zapatero no pudo dar a su nieto porque lo asesinaron los franquistas.

Hace poco que Aznar acusaba a los socialistas de ir removiendo huesos, que ya era una forma inhumana, perversa e inmoral de referirse a la Ley de la Memoria Histórica, pero la ignominia de Camps deja a Aznar reducido a aprendiz de provocador. Y aun más, este desalmado de los trajes impagos añade que, al día siguiente de las elecciones, llamará a Zapatero para exigirle elecciones anticipadas. ¿No será más propio que le pida perdón por zaherir sus sentimientos de forma tan estúpida y cruel?

Y tanta demasía no sirve para nada porque no hay quien oculte la Gürtel que no es otra cosa que la materialización delictiva del ideario neoliberal de privatizaciones, desregulación y predominio irrestricto del mercado. Materialización perfectamente instrumentada y coordinada por un partido en el que abundan las gentes que están en política para forrarse y lo hacen a rajatabla, esquilmando los dineros públicos con tanta pericia que, además, mirabile dictu, consiguen que los esquilmados los voten.

(La imagen es una foto de ppcv, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 7 de maig del 2011

Gürtel abre la campaña.

En España todas las elecciones son generales, no en cuanto a su ámbito territorial pero sí en cuanto a los asuntos que se debaten. Trátese de elecciones municipales, autonómicas o, cuando toca, europeas, de lo que se habla es de la política nacional. Sin duda los presidentes autonómicos, o candidatos, y los alcaldes o aspirantes hablarán de infraestructuras, riegos, limpieza, parques, escuelas. Pero, al hacerse acompañar siempre que pueden por algún dirigente nacional, los focos se van a éste/a que, normalmente, bastante tiene con saber en qué provincia está y habla del Gobierno; bien, si pertenece a él y mal, si no pertenece. Es una ley de hierro.

Si no es por activa, es por pasiva. Los acontecimientos más noticiables, los que hacen titulares, son los nacionales que tienen incidencia directa en los ámbitos subnacionales. Por ejemplo, habiéndose inhibido el juez Pedreira, que instruía la rama valenciana de la Gürtel, en favor del Tribunal Superior de Justicia del País Valenciano (TSJPV), éste ha puesto en marcha el procedimiento para imputar formalmente a varios miembros de la cúpula del PP en la Comunidad Valenciana, algunos de los cuales, nueve o diez, son candidatos en las listas de este partido. De forma que ahora no está clara la sucesión de hechos probables: si Camps será presidente y luego comparecerá como imputado ante el juez o si primero comparece ante el juez y luego es elegido presidente de la Comunidad. Sea cual sea el orden, el producto no quedará alterado: si los valencianos eligen a Camps, eligen a un presidente al que el TSJPV puede inhabilitar para ejercicio de cargo público, por lo menos. Es una perspectiva razonable y, al mismo tiempo, irracional. Resulta inverosímil que el electorado no decida ahorrarse ese trago, ya que, al parecer, a Camps le trae sin cuidado.

El otro asunto, con el que se pretende tapar la Gürtel, es la legalización de Bildu. Alguien de buena fe podría pensar que, pues se ha pronunciado el Tribunal Constitucional, no hay más que decir. Pero la buena fe es un mal adobo para pensar. De inmediato el PP se ha convertido en una ametralladora de disparates y barbaridades de todo tipo. El inevitable Mayor Oreja, cuya afición al infundio es parecida a la del rumiante a lo verde, y con la misma parsimonia, dice que la legalización de Bildu es una "mala noticia" y es lógico que a él se lo parezca. Pero también dice que el responsable de la legalización es el Gobierno, lo que da una idea de lo que este buen señor entiende por división de poderes. Debe de ser que en sus tiempos de ministro esto de que los gobernantes digan a los jueces lo que tienen que hacer era práctica común.

Escuché ayer a uno de esos periodistas que practican el intrusismo profesional del que luego se quejan, autotitulándose analistas políticos y que muchas veces no saben de qué hablan, subrayando la importancia especial del voto negativo del magistrado progresista Aragón Reyes porque era el único constitucionalista del Tribunal siendo así que Pérez Tremps, quien votó que sí, también lo es. Otra de las analistas políticas hacía de menos el Constitucional frente al Supremo porque no es un órgano judicial, sin saber que es un órgano jurisdiccional y tiene la jurisdicción que el legislador le ha dado, entre otras cosas revisar las decisiones del Supremo cuando sea debidamente instado a ello y haya lugar. Obviamente en ambos casos de lo que se trataba era de deslegitimar el fallo por mayoría del Constitucional, como se ve, sin tener ni idea. No importa, la cuestión es soltarla y cobrar. Por eso tienen estos debates el nivel que tienen.

A su vez, los políticos, que no están obligados, al parecer, a fundamentar lo que dicen, recurrieron al fuego graneado de barbaridades. Soraya Sáez de Santamaría duda de la lealtad constitucional de los magistrados del Constitucional que votan lo que a ella no le gusta. Y González Pons, cuyo afable rostro no prepara en absoluto para la ruindad de sus propósitos, atribuye el voto sí al hecho de que los magistrados se sientan seguros porque llevan escolta. Así de guapos quedan los jueces: son unos lacayos del gobierno, unos desleales y unos cobardes. Y este es el partido de la derecha, puntal de la ley y el orden.

Donde hay patrón no manda marinero, así que tercia el mando con Aguirre a la cabeza, para quien es obvio que si ETA/Bildu está en las instituciones es porque los socialistas han querido, equiparando en su esquinado modo a los seis réprobos progres con militantes del PSOE. Rajoy no puede permitir que Aguirre le coma el terreno retórico de forma que ahonda en el disparate dejando claro que la legalización de Bildu significa que el Gobierno se ha entregado a ETA. Menos mal que ninguno se cree estos dislates y si los sueltan es porque piensan que el pueblo al que en el fondo desprecian, sólo entiende el trazo grueso. Y el trazo grueso, a su vez, está para ocultar la Gürtel, que no se hable de ella, que no se sepa que un buen puñado de cargos del PP lleva años esquilmando los fondos públicos. Pero es inevitable: la Gürtel seguirá creciendo, como el cadáver de la obra de Ionesco y no se puede ocultar ni aunque a algún estratega de la derecha se le ocurra apagar el fuego con una explosión diciendo, por ejemplo, que sabe de buena tinta que las reuniones del Consejo de Ministros las preside Josu Ternera. Eso se llama política creativa.

(La imagen es una foto de ppcv, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 30 d’abril del 2011

Ni Aznar acalla la Gürtel.

La Gürtel golpea ahora a pares. Ayer, el amable público se desayunaba con la noticia de que el servicial Curita, el que parece tener una deuda de no sé cuántos miles de millones de euros con proveedores legales, astilló 600.000 euros de los dineros públicos al Bigotes después de que éste estuviera imputado, y lo hizo con la celeridad del apache al asalto, al mes de que el gürtélido presentara la factura. Para rematar la ingesta el mismo respetable se enteraba por la tarde de que el generoso Camps ha donado 600.000 euros también públicos a un programa de las Naciones Unidas de lucha contra la corrupción... en América Latina. ¡Pinche Curita! Y que le sobra el numerario cuando, en punto a corrupción, al lado de la valenciana, la dirigencia mexicana es una sociedad de calvinistas.

Un millón doscientos mil euros de los dineros públicos down the drain, como dicen los ingleses, dedicados a partes iguales a financiar a un presunto corrupto y a predicar la fe allende los océanos. Y ¿esa forma de gastar cuenta con el voto de la mayoría de los valencianos? Lo dudo mucho. Camps debe de tener otros encantos para encandilar a sus coterráneos. Quizá su elegancia en el vestir.

Pero de la Gürtel no lo libra nadie; es como si fuera una trituradora. Ni Aznar, puesto bravamente al quite, atrajo ayer mayor atención a pesar de que levantó el listón de la insolencia y la chulería a extremos inauditos al acusar al Gobierno de ir removiendo huesos. Claro, está molesto porque son sus huesos, los huesos enterrados en cualquier parte de personas asesinadas por sus antecesores ideológicos y los militantes de su primer partido, la Falange. Que no le toquen los huesos.

¿Es tan difícil entender que los cientos de personas que andan buscando los restos de sus allegados, los muchos especialistas que generosamente las ayudan, desde médicos a arqueólogos, agrimensores, psicólogos, etc están haciendo algo más que remover huesos? Este hombre ¿es un ser humano?

(La imagen es una foto de ppcv, bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 29 d’abril del 2011

Gürtel y las tonterías de Aguirre.

Esta campaña electoral promete. Está empezando bajo el signo de la omnipresente Gürtel. La misma dirección nacional lo propició al santificar la lista de Camps, plagada de presuntos corruptos formalmente imputados en procedimientos judiciales, con el propio Camps, el Curita, a la cabeza. Por cierto, hace ahora un año Aznar aseguraba en Sevilla que el PP tiene que seguir siendo incompatible con la corrupción, lo que en los esquinados razonamientos aznarinos quiere decir que antes lo era. Sin embargo, las actividades de la Gürtel comenzaron bajo mandato de Aznar como se prueba con la famosa foto del famoso Correa asistiendo a la famosa boda de El Escorial. Y, si no había entonces corrupción en el PP, ¿qué pintaba allí el de la pastuqui?.

Había Gürtel en tiempo de Aznar y hay Gürtel hoy sin que nadie pueda impedir que sea el eje central de la campaña porque las noticias se suceden sin parar: tras la decisión de los tribunales valencianos llega ayer la de que los tres diputados autonómicos del PP en Madrid imputados en la Gürtel, entregan sus actas... a veintidós días de las elecciones en las que no iban a salir porque no eran candidatos. En realidad la dimisión es una maniobra dilatoria más del procedimiento. Los tres pierden el aforamiento y el caso ha de ir a otra instancia judicial.

Por más que el PP parece haber impartido la consigna, no hay modo de ocultarlo. El cadáver de la Gürtel está destruyendo a pasos agigantados sus posibilidades electorales. Entre inauguración e inauguración Esperanza Aguirre ha presentado las listas del PP por Madrid (que es otra forma de inaugurar), jactándose de que están limpias de gürtélidos. Con lo cual pone en evidencia a Camps y a su valedor Rajoy, que llevan una lista en Valencia con diez u once imputados. Pero, además de ser una declaración vitriólica para Camps, es falsa porque, si bien las listas del PP no contienen candidatos directameente gürtelianos, incluyen a otros diez imputados por otros motivos, pero siempre casos de presunta corrupción. Pillada in fraganti, Aguirre aclara que sí, hay algunos imputados en las listas del PP, pero lo están por tonterías. Si el cohecho, la malversación de fondos, la prevaricación son tonterias, ¿qué será serio? ¿atraco a mano armada? ¿violación y secuestro? Y eso sin contar a los implicados en la gestapillo, que es como un Watergate celtíbero, y la Fundación Fundescam, presidida por Aguirre y cuyas cuentas son un misterio más impenetrable que el de la transubstanciación.

En efecto, no hay modo de ocultar la Gürtel que, como el hombre del saco, está siempre llamando a la puerta. Pero no será porque los estrategas de la derecha no tengan recursos para acallar los debates, generalmente consistentes en decir barbaridades que ponen en cuestión las normas no escritas de corrección democrática, la buena educación, en definitiva. Son las cortinas de humo famosas que la derecha acusa permanentemente al Gobierno de estar utilizando para no hablar de lo que realmente importa, que es el paro.

La derecha ejerce la oposición en la calle y en los medios. Su eco parlamentario es normalmente nulo pues siempre se queda aislada en el Congreso de los diputados, como en la última ocasión en que la Cámara ha rechazado la petición de comparecencia de Rubalcaba para hablar de las actas de ETA. No aceptando un "no" por respuesta el PP se apresta a llevar al Congreso igualmente su intento de linchamiento moral de Ana Pastor y su ataque a RTVE. Maria Dolores de Cospedal, la niña de la Rollona, afirma que ella dice lo que quiere, no lo que quiera la periodista, como si ese hubiera sido el caso y no el hecho de que la entrevistada se largó una diatriba contra RTVE acusándola de falta de imparcialidad.

A ese argumento presta ahora su apoyo su subordinada, la vicesecretaria general del PP, Ana Mato, quien afirma con todo desparpajo que nunca en la vida he visto tanta manipulación en TVE. Claro que lo que esta señora ve y no ve es cosa misteriosa. Por ejemplo, ve la manipulación de TVE pero no ve un Jaguar en su garaje, al parecer servido a su esposo por la prestigiosa firma Gürtel. Así que tampoco es de extrañar que no viera a Urdaci tartamudeando unas siglas o los dos gabinetes de propaganda del PP que pagamos todos los españoles y se llaman Telemadrid y Canal 9, en Gürtelandia. Afirma la vidente selectiva Mato que el PP va a privatizar las teles autonómicas. Sin duda, y luego otorgarán las licencias a los amigos políticos, como hizo Esperanza Aguirre en Madrid, la ultraliberal que se opone a toda intervención pública en el mercado. Además de estar todos pringados de Gürtel hasta la cejas, siguen en su estilo: no hay vez que hablen que no mientan.

(La imagen es una foto de Chesi - Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 28 d’abril del 2011

El ataque a RTVE y la Gürtel

Lo dicho, a bronca diaria hasta el 22 de mayo. La brigada pesada carga contra todo lo que luce. Policías, jueces, médicos, la radiotelevisión pública. Da la impresión de que la derecha no calibra bien el deplorable efecto que estas demasías tienen en la gente que, en su gran mayoría es moderada, o sea, que rechaza los excesos y, sobre todo, los abusos. Esta especie de linchamiento moral que la derecha quiere perpetrar en la periodista Ana Pastor tiene la peor prensa del mundo porque, aparte de convertirla en una adalid de la libertad de expresión, hace que la profesión periodística cierre filas en defensa de una de las suyas que, además, tiene un excelente currículum.

De todas formas aunque las acusaciones tienden a ir a lo personal y a ser bastante desagradables, Pastor debe tener en cuenta que no se trata de ella. El PP atacaría a cualquiera que ocupase su puesto porque el ataque es instituciónal, a la radiotelevisión pública. Es a la idea misma de la objetividad e imparcialidad de los medios. Todo lo que no sea estar al servicio incondicional de sus intereses le parece al PP una falta de profesionalidad. Repasando el vídeo de la discusión habida en el programa de Los desayunos de Ana Pastor puede detectarse en la mala uva de Cospedal una intemperancia, un desabrimiento hacia una profesional que estaba haciendo su trabajo de modo impecable delatores de una actitud de clase que la gente capta enseguida. Por eso es tan valiosa la templada declaración que publica la periodista en su blog (en la imagen), expresando cuáles son sus móviles y dejando así en claro la diferencia que hay entre una periodista que hace un trabajo de calidad y una cuadrilla de energúmenos que sólo busca armar alboroto cada vez que un profesional no se allana a sus intenciones y distingue entre los intereses generales y los de un partido.

En el fondo, el problema es siempre el mismo: que no se hable de la Gürtel después de que los tribunales hayan tomado otra medida que acerca más a Camps al banquillo al admitir que pueda ser procesado con los jefes de la trama a la que presuntamente favoreció con claro quebranto de los intereses públicos. Esas son cosas que la gente entiende muy bien y que prefiguran una situación que a nadie sorprendería: ver a Camps procesado con Correa. Para evitar las lógicas habladurías sobre esto así como cualquier otro factor que pueda enturbiar la placidez del triunfo electoral del PP se cuestiona la radiotelevisión pública (aunque nunca había sido mejor en democracia, al menos si se compara con la zahúrda que montó Aznar en tiempos del inenarrable Urdaci), se cuestiona la profesionalidad de la policía o los jueces; lo que haga falta. Y que se ande con ojo el Rey con ese aspecto de progre que se está echando que también puede llegarse a cuestionar la pertinencia de la Corona si no está incondicionalmente al servicio de la derecha.

dimarts, 26 d’abril del 2011

La Gürtel no da respiro.

Es inútil. Hagan lo que hagan en el PP la trama de la Gürtel emerge siempre y no es posible ocultarla. Ya puede Mayor Oreja afirmar que el Gobierno se pasa el día cambalacheando con ETA. Ya puede Cospedal amenazar con que su partido va a romper el pacto antiterrorista que rompe de hecho continuamente al usarlo como baza electoral. Ya puede Aznar descubrir que España está en quiebra, siempre con el objetivo de que no se hable de lo que algún plumilla meritorio llamaría el mefítico pozo de la corrupción. La Gürtel reaparece por encima de las diatribas. El cadáver de Ionesco lo ocupa todo y, en definitiva, la derecha no podrá evitar que se la juzgue por ello, judicialmente, va de suyo, pero también políticamente. Y cada día trae noticias nuevas, que ennegrecen el panorama.

Según parece la corrupción gürteliana llegaba a Andalucía, hasta ahora tierra exenta. En las elecciones andaluzas de 2004, la Gürtel supuestamente se embolsó casi 160.000 euros a cuenta de la campaña de Teófila Martínez que, de acuerdo con los informes de la policía incorporados al sumario, se repartieron equitativamente algunos de los imputados, incluido el propio Correa que a vecs era Gürtel y a veces gürtelado. Supongo que se levantará causa por financiación ilegal.

Para salir al paso de esta contaminación, que más parece embadurnamiento general, Esperanza Aguirre ha presentado las listas de candidatos de la Comunidad de Madrid destacando en ellas como lo más notable dos cosas: a) que son de continuidad y b) que no incluyen imputados en la Gürtel. Añade además un briefing sobre qué se hace en el PP con los imputados: se respeta la presunción de inocencia, se los pone de patas en la calle y nada de ir en lista electoral alguna. ¿El PP? El de Madrid, aclara Aguirre... y deja a su compañero Camps a la altura del betún ya que las listas de éste están plagadas de imputados. Hay unos diez. Para mayor ironía resulta que tampoco Aguirre es transparente. Sus listas no llevan imputados en la Gürtel pero sí afectados en la divertida trama de la gestapillo que ahora revive en los tribunales. Y esto sin mencionar la opacidad absoluta del gobierno regional con respecto a la fundación Fundescam tan tocada por la Gürtel como los que no van en las listas.

¡Pobre Camps, expuesto al ludibrio público por sus compañeros de partido! Como si su peculiar personalidad y estilo no lo empujaran a hacer cosas que mantienen la Gürtel en primer plano de actualidad. Cuando acompañó a Carlos Fabra a inaugurar el aeropuerto de Castellón, el primero del mundo que ha eliminado esa molestia del ruido de los aviones a base de prescindir de ellos, ambos próceres ensalzaron la ventaja de que las pistas pudieran emplearse para dar agradables paseos. Unos ciudadanos les tomaron la palabra y convocaron una fiesta rave en las pistas para el domingo de Resurrección, 24 de abril, con sano ánimo de reírse de los mandatarios. Para impedirlo ha sido necesario acordonar la zona y desplegar la Guardia Civil porque se habían sumado más de veinte mil personas al evento en facebook. Luego a estos eventos acaba yendo el uno por ciento de los que se apuntan. Pero aun así, ya podrían haber sido un par de cientos que querían ir a comer tortilla y beber sangría a las famosas pistas. Ahora la cuestión es ¿por qué no pueden los ciudadanos pasar una agradable tarde de domingo en unas pistas en las que no aterrizan aviones? ¿No las habían inaugurado para eso?

De lo siniestro a lo cómico, la Gürtel es un peso muerto que costará caro al PP en las elecciones. Pero él se lo ha buscado al respaldar una lista con diez imputados y encabezada por Camps, cuya vida, hace ya dos años, no es otra cosa que un forcejeo permanente con las instancias judiciales y que tiene toda la pinta de acabar en el banquillo.

dilluns, 25 d’abril del 2011

Obviamente.

Palinuro lleva tres meses diciendo que la derecha vende la piel del oso antes de cazarlo, que las elecciones no están decididas y que esos 14 puntos porcentuales de diferencia a favor del PP no se compadecen con el sentido común; y cuando algo no se compadece con el sentido común, malo. Pero es igual: como espoleada por los sondeos previos, la oposición conservadora se ha lanzado a la carga de la brigada pesada sin mirar si tenía al enemigo delante o detrás y ahora corre hacia un precipicio que no era difícil ver. Se dice que los asesores del PP, las gentes que determinan su estrategia, habían apostado por perseverar en una línea que auguraba muy buenos resultados. El gobierno se hundía solo y a la oposición no se le exigían propuestas. Perseverar en esa línea es perseverar en el error, cosa que seguramente se debe a la creencia de la derecha de que el electorado no se informa, no compara, no razona y sólo se llega a él aumentando los decibelios. Pero eso es falso, como puede verse analizando el resultado de la táctica del laissez faire (tan poco recomendable en política como en economía) frente a los tres grandes asuntos que se ventilan en estas elecciones y las subsiguientes generales de 2012: la crisis, el fin de ETA y el caso Gürtel.

La crisis. El PP ha apostado todo a que España se hundía como Grecia, Irlanda y Portugal. Y no sólo ha apostado. Aznar ha hecho lo posible por propiciar el hundimiento sembrando dudas mundo adelante sobre la solvencia de su país. Pensar que la gente no ve esto que es de primero de patriotismo elemental es no tener ni idea de en dónde se vive. Además de apostar por lo peor, el PP no ha presentado propuesta alguna concreta de salida de la crisis, salvo ocasionales referencias al programa de... Cameron, en Gran Bretaña. En cambio, ha puesto cuantas dificultades ha podido a la aplicación de las medidas del gobierno y ha votado en contra de varias de ellas siendo así que tales medidas son las que él mismo propugna. Creer que esta inconsistencia tan clamorosa no es palpable revela una ignorancia supina. Y eso no es lo peor. Lo peor es que, gracias a las medidas del gobierno, España se ha salvado de una ruina segura. Gracias a unas medidas muy impopulares que le costaron el apoyo de su electorado (ahí nacen los famosos 14 puntos) que, sin embargo, ahora ve que las medidas, aun dolorosas, eran necesarias so pena de que suceda como en Portugal en donde la negativa de la derecha a aprobar las medidas del gobierno socialista obliga al país ahora a aguantar medidas peores. Es decir, a pesar del paro, el gobierno ha demostrado saber gobernar, tiene la situación bajo control y lo peor de la crisis se ha evitado. Creer que esto no iba a tener consecuencias electorales es ser bastante superficial.

El fin de ETA. En general, el comportamiento del PP en relación con la lucha antiterrorista es un cúmulo de disparates y errores. Cargar contra la policía, contra los jueces, contra el ministro del Interior en el momento en que hay una probabilidad bastante alta de que ETA, derrotada, deponga las armas no solamente es moralmente reprobable sino que carece de sentido. Insistir machaconamente como hace Mayor Oreja sin pruebas pero con mucha unción en que el Gobierno negocia con ETA, no hace más cierta la negociación ni la impediría en el harto improbable caso de que se produjera. Ser tan contundente cuando se es tan irrelevante resulta melodramático y algo cursi, lo que es Mayor Oreja: engolado y cursi. A la vista de todos está que ETA se encuentra en las últimas y que la izquierda abertzale acabará desvinculándose de la banda a satisfacción general. General no; es seguro que el PP se quedará fuera y, como suele, solo, quizá con la excepción de UPyD. Porque de lo que se trata es de impedir el fin de ETA bajo un gobierno socialista. Y esto es patente. Por si lo fuera poco, Cospedal anuncia que el PP romperá el pacto antiterrorista (ese que rompe cotidianamente convirtiendo la lucha antiterrorista en objeto de rivalidad política) si se permite que Bildu vaya a las elecciones siendo así que quien toma esta decisión son los jueces y no el gobierno que es con quien el PP tiene firmado el tal pacto. ¿Cómo creer que un comportamiento tan disparatado pueda tener el apoyo de los electores?

El caso Gürtel. La Gürtel no es corrupción sin más, un episodio aquí, otro allí, de más o menos importancia. La Gürtel es una trama organizada con presuntas conexiones institucionales y en el PP que ha funcionado durante años en medio de una verdadera ristra de delitos que va desde el blanqueo de capitales a la prevaricación, pasando por el cohecho o el tráfico de influencias. Desde que el caso estalló el PP no ha hecho otra cosa que hostigar al juez que lo destapó y a las fuerzas de seguridad y fiscales que lo investigan. Nada de dar explicaciones ni de asumir responsabilidades. A lo sumo media docena de dimisiones que, en algún caso, se han contrarrestado con nuevos destinos, como en el del exalcalde de Pozuelo. A ello se añade un intento desesperado de que no se hable del asunto y que la atención pública se concentre en otras hogueras que van encendiéndose a necesidad. Pero es imposible, la trama Gürtel está devorando el PP, siendo raro el día en que no se descubren nuevas trapacerías y mangoneos de sus dirigentes. Y aquí es donde se ventila esa asombrosa afirmación que se ha venido leyendo por todas partes en los medios de que al electorado (especialmente al conservador) no le influye negativamente la corrupción. Eso es tan absurdo como sostener que a la gente no le importa que la estafen o la defrauden. Carece de sentido. Es imposible, por muy de derechas que sean los electores. Dicen que, con todo, Camps conserva sus apoyos y que los aumentará en las próximas elecciones. Puede ser pero no lo creo.

dissabte, 23 d’abril del 2011

Qué Troitiño ni Troitazo: Gürtel.

La táctica de la derecha está clara: armar todo el ruido que se pueda, montar escandalera tras escandalera por diversos motivos, preferentemente la lucha antiterrorista, hablar en tono fuerte, lanzar acusaciones sin tregua al Gobierno que muchas veces bordean la calumnia, pedir a Aznar alguna de sus insultantes declaraciones. Y seguir así hasta el 22 de mayo, fecha de las elecciones, tratando de que no se hable del asunto decisivo, el que se va a pedir a los ciudadanos que juzguen, el de la corrupción de la Gürtel, que tiene al PP impregnado de arriba abajo. El caso Faisán, las listas de Bildu, la excarcelación de Troitiño son los clavos de que se vale el PP para mantener un nivel de confrontación alto con el Gobierno al que, sin embargo, debería respaldar porque la lucha antiterrorista es un asunto de Estado. Como tal está comprendido en el pacto antiterrorista que el PP asegura no tener intención de romper pero que rompe de hecho todos los días. Lo hace así, contra toda objeción moral o de sentido común porque piensa que le reporta un doble beneficio. De un lado, si insiste, puede frustrar la posibilidad de que un gobierno socialista acabe con ETA. De otro lado también es una excelente tapadera para que no se hable de la Gürtel.

Pero es que de la Gürtel hay que hablar. Luego de lo que ya se sabe en estos dos años respecto al quién es quién en la trama, alguien autorizado debe dar cuenta de qué pintaban Correa y el bigotes en la boda de la hija de Aznar en El Escorial. ¿Quién los invitó y por qué? Es de suponer que las cuentas de ese regio acontecimiento estén claras; por ello no habrá inconveniente en exhibirlas. Porque se trató de un acto privado para el que se utilizó un bien público del Patrimonio Nacional, el Real Sitio de El Escorial. También será interesante saber qué figura jurídica amparó el acto: ¿se alquiló el lugar? ¿Se ocupó sin más? ¿Quién lo autorizó? De la Gürtel queda mucho que hablar en sede política; la judicial va por su lado. De la Gürtel y de sus laberínticas conexiones. La Comunidad de Madrid debe aclarar cómo y para qué funciona FUNDESCAM y apresurarse a facilitar al juez toda la documentación que solicite sin retenerla que es lo que se dice que hace. De la Gürtel en Valencia está todo por decir, empezando por ese asunto increíble del presunto negocio con la visita del Papa. ¡Ahí es nada la Gürtel madrugando a la Iglesia!

La Gürtel es presunto crimen organizado y los ciudadanos tienen derecho a saber a quién votan cuando votan a candidatos implicados en la causa.

divendres, 22 d’abril del 2011

El etarra Troitiño y la Gürtel.

Que el responsable del PP para asuntos de Justicia sea Federico Trillo resulta bastante bochornoso. Durante su mandato como ministro de Defensa se produjo el desastre del Yak 42 siendo él por tanto responsable político del criminal y vergonzoso hecho de que varios de los militares españoles muertos en el accidente fueran enterrados de cualquier forma, bajo identidades falsas y hasta con los restos de los cadáveres mezclados, y todo por cubrir las apariencias. El hecho fue visto en los tribunales y estos condenaron a varios mandos militares. Pero no a Trillo que, sin embargo, debiera haber admitido su responsabilidad política, retirándose de la vida pública, especialmente despues de haber negado "rotundamente" que militares del Yak-42 fueran enterrados sin identificar. Conociendo el paño es posible que Trillo sostenga que no faltó a la verdad puesto que los militares fueron todos identificados. Él no dijo que hubieran sido bien identificados. Pero el hecho de haber sido mal identificados no sólo no lo exonera de responsabilidad política sino que se la agrava.

Sin embargo ahí está, exigiendo a todo el mundo conductas que él no tuvo la gallardía de adoptar. Al contrario, algunas de las que adoptó aun lo descalifican más como representante de nada, como el gesto de arrojar una moneda a una periodista que le había hecho una pregunta sobre el caso Yakovlev 42. Al margen de consideraciones morales o de buen gusto parece que lo que se valora en Trillo y por lo que ocupa el puesto de responsable de justicia es por su habilidad procesal y su capacidad para sacar de apuros a sus compañeros de partido imputados por delitos y meter en ellos a los adversarios políticos o, llegado el caso, algún representante de los poderes públicos que no actúe según la doctrina trillesca.

Sin embargo tampoco parece que en este campo la fama haga honor a la realidad. En el caso Gürtel que es al que se orienta toda la estrategia política y judicial del PP, no ha conseguido prácticamente nada. Con la última decisión del juez valenciano, Camps está más cerca que nunca de sentarse en el banquillo del proceso por los tres tristes trajes.

En el caso Troitiño, Trillo ha desplegado todas sus habilidades y el PP ha respondido como una maquinaria bien engrasada atacando en todos los frentes, judiciales y políticos. Los mismos que en 1998, en plena no negociación con ETA excarcelaron a un puñado de etarras, incluido uno que volvió a delinquir cometiendo un asesinato, los mismos que en 2002 no impidieron la fuga de Josu Ternera, siendo ministro del Interior Rajoy, esos mismos exigen ahora que se investigue y empapele a los jueces que han autorizado la excarcelación de Troitiño, que el Gobierno admita su negligencia (cuando no su perversa táctica de negociar con los etarras), que el ministro del Interior reconozca que incumplió su deber no deteniendo al etarra liberado "preventivamente" una vez que el fiscal hubo recurrido la decisión de excarcelarlo. ¿Por qué no se tomarán un respiro y se van de procesión a ver si a la vuelta, consiguen decir algo que tenga sentido?.

Como se ve, no hay caso y, como de costumbre, Trillo no da ni una. El tribunal ha cambiado su criterio pero en el ínterin Troitiño se ha hecho humo. Nada más. Nada que objetar. No hay culpables. El único culpable es Troitiño, pero vaya Vd. a decírselo. Entonces, si no hay caso, ¿por qué esta zapatiesta a cuenta del etarra evanescente?

Para convertirlo a su vez en humo con el que tapar lo que realmente preocupa en la derecha, que es el caso Gürtel. Faisán, Troitiño, declaraciones de Aznar, exabruptos de Cospedal, Fabra o González Pons, maquinaciones de Trillo, todo con tal de que no se hable de la Gürtel, que se silencie su existencia, como se hace en Canal Nou, la TV valenciana gracias a los desvelos de Camps. Y que si le hubieran dejado, habría acallado también las televisiones nacionales, públicas y privadas.

Pero esto no es posible; la Gürtel no se puede silenciar porque es un entramado presuntamente delictivo que afecta a la estructura misma del PP, a su financiación y a sus relaciones con multitud de administrados. Porque cuando no viene por el lado del imprevisible Camps, llega a través de una vicisitud del juez Garzón en el proceso que se le sigue por las escuchas del caso Gürtel, precisamente. Gürtel es un cadáver que arrastra el PP quien cada vez se parece más a aquel exaltado joven de El perro andaluz que en su frenesí acaba arrastrando a pelo dos pianos de cola con dos seminaristas y un ternero muerto. Eso no hay trillo que lo trajine.

(La primera imagen es una foto de Helene C. Stikkel, en el dominio público, vía Creative Commons y la segunda un fotograma de El perro andaluz.

dijous, 21 d’abril del 2011

Garzón contra las mafias.

Siguen las coincidencias aleccionadoras. Ayer, final de la copa del generalísimo, digo, del rey, se estrenó el documental de Isabel Coixet con el juez Garzón de protagonista y el novelista Manuel Rivas de contraparte.

¡Qué pieza, voto a tal! Ochenta y seis minutos de primeros planos en blanco y negro del juez que no para de hablar exponiendo su punto de vista (muy altamente cualificado en lo judicial, como es de suponer) sobre los procesos en los que está acusado y haciéndolo con una mesura, un dominio de sí mismo y una claridad que no solamente asombran sino que impresionan. Además no se limita a hablar de su circunstancia, de su proceso judicial y del mediático, sino que trata de muchas otras cosas, de la mafia, del crimen organizado, de la jurisdicción universal, de la corrupción en España y en las democracias en general, de la función de los jueces, de la relación entre justicia y democracia, del terrorismo, etc. Cualquier observador medianamente imparcial de la actualidad exterior e interior y conocedor de los avatares procesales del juez considerará esta peli como un tesoro de información expuesta con rigor y captada con veracidad.

Y no solo con veracidad sino con verdadera arte. Rivas es empático en todo momento (de hecho el film entero es un grito a favor de Garzón) pero adopta sabiamente una línea minimalista. Se ha trabajado muy bien las preguntas y ha cubierto por entero el campo, pero su función es dejar hablar al juez, entregárselo a Coixet (que dirige pero también está a las cámaras) para que escudriñe su rostro, sus gestos, sus miradas, el movimiento de las manos. Según parece rodaron seis horas sin parar. La hora y media escasa de proyección, lógicamente, está editada y los fundidos se acompasan con los títulos de los temas que se abordan. Y el efecto es rotundo. La cámara acompaña el discurso del juez, lo sostiene, lo subraya a veces con zooms repentinos o lo deja sonar por sí solo haciendo tomas desenfocadas, casi logrando un off. En fin, es admirable lo que puede hacerse con un par de cámaras, una habitación, una mesa y alguien que tiene algo que decir así como alguien que quiere difundirlo, informar.

Porque en definitiva, de información va el asunto. Los jueces están acostumbrados a prevalecer en función de su independencia, su seriedad y su competencia técnica. Tanto que muchas veces no se sienten obligados a justificar sus decisiones en términos moralmente comprensibles para la colectividad en cuyo nombre e interés trabajan. Y esta colectividad tiene muy difícil hacerse una idea de lo que está en juego por falta de medios para informarse. Esa es la importancia capital de esta peli, que los jueces sepan que la colectividad está informada y, por tanto, en situación de exigir una decisión justa respecto a un juez que tiene un historial de servicios a la comunidad probablemente sin parangón. Y eso escuece.

Acertadísimo empezar el diálogo hablando de la mafia siciliana y de la influencia que los magistrados Falcone y Borsellino, ambos asesinados en 1992, han ejercido sobre el juez. Es el sutil modo del novelista de interpretar la carrera de Garzón: un juez contra las mafias y contra el crimen organizado en general. ¿Qué tienen en común el narcotráfico gallego, el terrorismo de ETA, el de los GAL, los crímenes de las dictaduras pinochetista y franquista y el caso Gürtel, esto es, los casos en los que el juez Garzón se ha ganado el respeto y la admiración de mucha gente y la envidia y el odio de mucha otra? Que todos, unos por unos motivos otros por otros, son casos de crimen organizado. Esencial la experiencia palermitana del juez. Porque España no es Sicilia, ciertamente, pues tiene sus peculiaridades. Pero a veces se le parece. El narcotráfico gallego es lo que más se aproxima a la cosa nostra y en verdad que las reflexiones de Garzón al respecto son atinadas: el miedo de la gente, la impunidad de los capi mafiosi.

Eso de la impunidad es decisivo para entender lo que el juez llama su compromiso y lo explica de un modo que nadie que lo oiga podrá olvidar, especialmente si es juez. Dice Garzón que ningún juez puede llamarse andana si en su jurisdicción se descubre el cadáver de una persona muerta por muerte violenta. Con un tiro en la nuca, dice; con las manos atadas a la espalda, dice; sin cabeza, dice. Obviamente, ningún juez puede inhibirse. En realidad, ningún ser humano. Así que aquellos jueces que se inhiban o los que impidan que se abran las fosas en las que yacen los asesinados no solamente no son jueces sino que son cómplices y encubridores de los asesinos. Porque la justicia no conoce términos medios: todo lo que no sea hacer justicia es hacer injusticia.

Repasando la entrada de ayer también sobre Garzón, Jueces y estrellas, estoy contento de lo que decía antes de ver la peli. Sospechaba que la celeridad del caso de las escuchas y las dilaciones del de los crímenes del franquismo pudiera ser estrategia procesal y es exactamente lo que da a entender Garzón que "no comprende" la diferencia de ritmos en ambos casos. Es también lo que decía Palinuro: en estos procesos kafkianos nada se comprende pero todo tiene una causa.

Una sola crítica tengo y se refiere al episodio de la actividad política de Garzón. El juez pasa por ella como por las consabidas ascuas, murmurando algo acerca de la la "libertad de opción" o cosa parecida, y eso es todo. Sin embargo hubo en aquel episodio la suficiente agitación, demagogia, linchamiento mediático y relaciones del juez con medios de la ralea de El Mundo (que ahora tratan de hundirlo) para que se eche de menos alguna reflexión suya acerca de aquellos años y qué respuesta da a las acusaciones de parcialidad por despecho.

Pero en las circunstancias actuales eso es asunto menor de lo que ya habrá tiempo de hablar. Ahora lo importante es decir con quién se está y Palinuro no tiene duda alguna: con el juez Garzón, al que sigue recomendando como ayer que no se meta en política de partidos.

dimecres, 20 d’abril del 2011

Jueces y estrellas.

El mismo día en que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) decidía que su deber es suspender a Garzón por segunda vez, Isabel Coixet anunciaba para hoy el estreno de su película Escuchando al juez Garzón, que espero poder ver de inmediato. La coincidencia de ambos hechos, con ser curiosa y aleccionadora, no priva a cada uno de ellos de su carácter esencial. La decisión del CGPJ es un acto de necesidad, dado el precedente que él mismo sentó al suspender cautelarmente al Juez con la causa de la investigación por los crímenes del franquismo. No puede no suspender, con lo que da una lamentable imagen como de ensañamiento. Suspender a alguien dos veces es como matarlo por partida doble, una porque corresponde y otra por si resucita.

El pobre juez sabe muy bien en dónde lo han metido, en una maraña jurídica como la de El proceso de Kafka, en la que todo es incomprensible pero nada sucede por casualidad. Por ejemplo, el orden de los procesos puede no ser inocente. De haber empezado por el del franquismo, con lo sensibilizado que está todo el mundo, tanto aquí como en el extranjero, con los crímenes impunes de la Dictadura, hubiera tenido muy mala prensa. Parece más astuto procesarlo antes por algo que despierta menos pasiones, especialmente en el extranjero como son las escuchas de la Gürtel. Si resultara condenado por prevaricación, luego sería más fácil hacer lo mismo en el proceso por los crímenes del franquismo. ¿Por qué no? La maquinaria de la venganza judicial se ha puesto en marcha y Baltasar G. puede ya hacer muy poco.

En el terreno procesal. Pero puede hacer y mucho en el terreno social y en el mediático. He aquí que las frecuentes acusaciones que se hacían al juez Garzón, con su pelusilla de envidia, de que era un juez estrella resultaron ser la típica profecía que se autocumple. El juez Garzón es una estrella de cine de la mano de Isabel Coixet y expone directamente su situación en público en una sala de proyecciones y, en unos días, a través de la red. Estoy seguro de que será uno de los productos más bajados.

Precisamente presentaba Garzón en Madrid un libro que recoge una amplia conversación con el escritor Manuel Rivas y se titula La fuerza de la razón (editorial Debate, Madrid), el mismo título que el explosivo de Oriana Fallacci. Y viene con DVD. Esa Fuerza de la razón es la que se exhibe en el documental de Coixet que a su vez está realizado no como un acto de necesidad, al estilo del del CGPJ, sino como un acto de libertad y de creación. Manuel Rivas pudo escribir o no escribir el libro, al igual que Coixet pudo rodar o no rodar la película. Si lo hicieron fue, probablemente, por un sentimiento moral en pro del juez. En todo caso está claro que Garzón tiene apoyos sociales que se hacen oír en su defensa. A pocos acusados les es dado exponer sus circunstancias y razonamientos de forma tan extensa. Y es eso, la sociedad que quiere escucharlo.

Por supuesto el ruido mediático, la difusión del discurso de Garzón no lo va a hacer más simpático a los ojos de los colegas que han de juzgarlo y para quienes lo ideal sería que el acusado se limitara a contestar a las preguntas de la sala y el resto del tiempo estuviera en silencio cartujo hasta conocer su destino. Pero eso es imposible. Nuestra sociedad es abierta, hay libertad de información y de expresión y, salvo orden judicial (que habría que ver cómo se justificaba) Garzón se encuentra en pleno uso de sus derechos, muy especialmente el de expresión, que es su mejor baza y es de suponer que nadie entienda el ejercicio de ese derecho como un intento de presionar a los jueces que, de todas formas, están en una posición imposible.

El proceso por investigar los crímenes del franquismo quizá sea intachable desde el punto de vista jurídico, que no lo parece, pero desde luego es inaceptable desde el punto de vista político y moral. Que en lugar de investigar aquellos crímenes, castigar a los culpables, resarcir a las víctimas sea el juez que instruyó la causa el que acabe enjuiciado a instancias de una organización fascista no es algo que pueda explicarse fácilmente. Tampoco sale mejor parado el proceso por ordenar escuchas telefónicas en el caso Gürtel. No es sencillo hacer entender a la gente que un juez pueda acabar en el banquillo bajo la acusación presentada por los imputados en la causa que estaba instruyendo. Si además resulta que la fiscalía no ve delito, la dificultad se convierte en imposibilidad.

Garzón entiende tan bien las reglas de la sociedad del espectáculo como las del foro y en ambos territorios se maneja con habilidad y destreza. Es posible que en el orden judicial lo hayan atrapado (y ya se verá el rigor jurídico de la causa en contra de él) pero en el mediático, en el comunicacional, ya ha ganado. Garzón tiene rostro; sus acusadores y juzgadores, no. Garzón es persona; sus acusadores y juzgadores son nombres, cargos, engranajes en el impersonal funcionamiento de la ley. Garzón esgrime razones; sus acusadores, códigos. Garzón lucha contra el delito; sus acusadores luchan contra Garzón; Garzón suscita simpatías y solidaridad generalizadas; sus acusadores sólo cosechan desconfianza, antipatía y desprecio.

Si el juez fuera condenado tendría que dedicarse a otra cosa, quizá a la abogacía, como hizo otro juez, Gómez de Liaño, condenado por prevaricación. Pero también podría dedicarse a la publicística, a luchar porque no suceda a nadie lo que le ha sucedido a él. Tiene el suficiente prestigio moral para hacerlo y cuenta con tanto respaldo social que no le será difícil poner en marcha una empresa en pro de la justicia, la trasparencia, la moralidad en la vida pública y, en último término, la democracia. Lo que no le recomendaría es que se metiera en política, como hizo el fiscal italiano Antonio di Pietro.

(La imagen es una toma de un vídeo de Público, bajo licencia de Creative Commons).