Mi artículo del Diario16 sobre la deriva franquista de un Estado que no tiene nada de Estado de derecho y sí de dictadura de una mafia corrupta en su ilegal ocupación de Catalunya, publicado ayer.
Queda claro: no es un proceso judicial. Es un proceso político e ideológico, movido por instancias judiciales (un fiscal y una jueza afines al PP) por debajo de toda sospecha. Muy por debajo.
Es un proceso político sin garantías jurídicas algunas, una persecución ideológica al independentismo. Una causa general contra el independentismo montada según lo acrisolados cánones franquistas de responsabilizar a las víctimas de los delitos del poder. El 1/10 no fue un "levantamiento violento", como mendazmente sostiene el fiscal. La violencia -y una violencia vandálica- la llevaron la policía y la guardia civil a las órdenes de una gobierno corrupto.
Porque, además, toda esta farsa judicial que ocasiona víctimas inocentes entre personas dignas (como los presos políticos actuales rehenes de este gobierno sin escrúpulos) se hace en parte para tapar el saqueo sistemático a que esta banda de ladrones, presidida por un tipo cobrador de sobresueldos en B, tiene sometido al país.
Este escándalo tiene que terminar cuanto antes con los verdaderos responsables en la cárcel.