dijous, 4 d’agost del 2016
Born to be Franco
dissabte, 4 de juny del 2016
La Internacional etílica y psicodélica de Podemos
dissabte, 21 de febrer del 2015
La fotografía como arma tiene que esperar.
La otra obra de deconstrucción es un trabajo de fotoperiodismo de 1982, de Susan Meiselas, sobre los procesos revolucionarios de Nicaragua y El Salvador. Aparece en un corcho a lo largo de las paredes en tres franjas superpuestas. En la superior están las fotos publicadas en revistas y periódicos que ilustraban las noticias consideradas interesantes. En la central, las imágenes que había publicado en un libro y tenían un sentido narrativo, cronológico. En la tercera, las que no habían aparecido en ninguno de los dos soportes anteriores. Viéndolas a la par se pueden construir varias historias, algo muy recomendable para quien le gusta interpretar lo que ve y no que lo aleccionen.
Colofón innecesario: entre las muchas actividades que internet está revolucionando, la fotográfica ha sido una de las primeras en cambiar de arriba abajo. La aparición de photoshop es un reto artístico de primera.
dimecres, 4 de febrer del 2015
Un mundo lleno de santos.
Las reliquias están en el corazón mismo de la simonía y otras prácticas nefandas de la Iglesia que acabaron produciendo la Reforma. Al ser su compraventa lucrativo negocio, era lógico que acabaran acumulándose e inundando los mercados por la misma razón por la que hoy no hay vendedor callejero que no te ofrezca un nummulites de cincuenta millones de años por dos cuartos. En algunos casos, la acumulación, a diferencia de lo que sucede con los fósiles, efectivamente muy comunes, mueve a risa por su naturaleza misma. Es imposible determinar cuántos santos prepucios andan rodando por las iglesias de Europa y América y, en cuanto a las reliquias de la Crucifixión, los trozos de madera de la cruz, el lignum crucis (p. 81), Eça de Queiroz, creo recordar, aseguraba que se podría llenar un navío con ellos.
El capítulo dedicado a los niños jesuses es un verdadero hallazgo porque no suele tener tratamiento iconográfico independiente fuera de la imagen habitual de la Virgen con el Niño, que domina toda la imagineria católica hasta el día de hoy. Sin embargo el niño aislado, independiente, como adelanto o personificación diminuta del Cristo adulto, el pastorcito que aparece ya en las imágenes más edulcoradas de Murillo, tiene una gran importancia en el mundo católico y un destinatario muy claro en la familia cristiana (p. 83).
El Niño Jesús goza de amplísimo arraigo en la cultura popular por razones evidentes que, por cierto, también están oscuramente relacionadas con el fetichismo si bien este crítico no quiere ser malévolo y remite sinceramente a la recomendación de San Mateo de hacerse como niños para entrar en el reino de los cielos. Entre tanto, aquí en la tierra, las devociones infantiles son numerosísimas y están llenas de ejemplaridades. El autor detecta y comenta el santo Niño de Atocha en España y América, el Niño Cebú en Filipinas, el Divino Niño en Colombia, el Niño Jesús Cieguito, el Niño Jesús Doctor o el Niño Jesús Cubanito, una verdadera legión celestial que tiene el limbo en ascuas.
Más político y militar (o militar a fuer de político) es el capítulo sobre la devoción al corazón de Jesús, un legisigno peirceano (p. 117), cuya devoción se inicia con su aparición y mandato a Santa Margarita de Alacoque (p. 121) a la que hizo portentosas revelaciones. Milagroso, sí, pero, aunque parezca contradictorio, muy lógico y de esperar, teniendo en cuenta que el confesor de Margarita era San Claudio de la Colombière, perteneciente a la Compañía de Jesús y que venera en grado sumo el corazón de aquel a cuya defensa se ha consagrado.
Si el Corazón de Jesús es el símbolo de la orden religiosa con espíritu militar consagrada a su mayor gloria, lo natural era que, de pura víscera, pasara a configurarse como Cristo Rey, a quien todos los creyentes y poderes de la Tierra deben someterse, como quiere la disparatada encíclica Quas Primas, de aquel fanático, Pío XI, según la cual "el deber de adorar públicamente y obedecer a Jesucristo no solo obliga a los particulares, sino también a los magistrados y gobernantes" (. p. 131). De este dislate teocrático derivan directamente la estatua de Cristo Rey del cerro Cubilete en Guanajuato, México y la del cerro de los Ángeles en Madrid, que para tanta leyenda ha dado (p. 126). Así que si a alguien ha llamado la atención el grado de imbecilidad y barbarie que exhiben los llamados "guerrilleros de Cristo Rey" o "legionarios de Cristo Rey", ya sabe a dónde mirar.
El último capítulo, quizá el menos trabajado y un poco escrito a vuelapluma sobre un tema que carece de límites como es lo santo y el consumo (con nuevos ecos fetichistas) tiene, sin embargo, un muy feliz acierto al traer al recuerdo esa extraña reliquia que es el autoicono de Jeremy Bentham, conservado en una vitrina en el University College de Londres (p. 150), algo parecido a la idea de la dirección del Partido Comunista de la Unión Soviética de preservar para la posteridad la momia de Lenin en la Plaza Roja, convertido en lugar de respeto, culto y peregrinación de los rusos, lo que le da ese uso de "mercado de lo santo" (p. 155) si bien, al tratarse del revolucionario marxista, firme defensor del materialismo, el asunto tiene su ironía.
Un libro erudito, a veces difícil, pero muy interesante.
diumenge, 26 d’octubre del 2014
La muerte en Toledo.
dijous, 26 d’abril del 2012
Ayudando con la memoria.
dimarts, 4 d’octubre del 2011
La iconografía de la derecha.
El otro día, el diario La Razón, publicaba esta interesante portada. Al estar ocupado con la Conferencia Política del PSOE, Palinuro no tuvo tiempo de comentarla como sin duda merece. Y lo merece porque es un compendio simbólico de las más puras esencias conservadoras que quedan retratadas en ella como en un test de psicología.
La Razón es un periódico reciamente de derechas, militante, combativo con la izquierda, sobre todo la que gobierna. Es también un medio vaticanista ya que distribuye todos los domingos el correspondiente ejemplar de L'Osservatore romano, el órgano de prensa del Vaticano. Siguiendo el ejemplo de su hermano el ABC, un caso único en la prensa europea por su formato, emplea las portadas como editoriales gráficos con una fuerte carga ideológica que transmiten mensajes manifiestos y también, por ser obras humanas -aunque lleven inspiración divina- mensajes latentes, muchas veces subconscientes que son tan significativos como los otros.
En este caso, tomando pie en un anuncio de Rajoy de que, si gana las elecciones, beneficiará con tres mil euros a los autónomos que contraten a su primer trabajador, La Razón lanzó los estandartes al viento y confeccionó esta imagen que quiere mostrar nada menos que el futuro de España de una sola ojeada. La foto está obviamente preparada quizá por el propio periódico o por el gabinete de comunicación del PP o por los dos y, desde luego, tiene las bendiciones de ambos.
El exterior es la terraza de un edificio (parece que la sede del PP en Génova) que es el modo más rápido de decirnos que con Rajoy llegaremos a lo más alto. No hay un solo árbol, ni una pizca de verde, no hay agua, ni nubes, ni niños, ni animales. Todo es artificial. El presidente del PP aparece especialmente bien trajeado en el centro de una composición de personas pero de talla superior a ellas a las que la perspectiva empequeñece. Este truco es elemental en la hagiografía del culto a la personalidad, pero siempre muy eficaz. Nuestro jefe, nuestro guía, es un hombre de talla superior, sobrehumana. Rajoy. El centro simbólico de la composición, justo al lado del punto de fuga. El líder no está haciendo nada, no lleva objeto alguno, no señala nada; no le hace falta. Le basta con ser y estar: cuando llegue Rajoy, su sola presencia organizará las fuerzas productivas en torno suyo. El futuro de España.
Esas fuerzas productivas son cuatro varones y una mujer, proporción que traduce la importancia real que la derecha concede a las mujeres y su ánimo por luchar en favor de la igualdad de sexos. De los cuatro varones, todos de traje pero no tan impecables como el jefe, tres portan objetos que apuntan a industrias punteras, avanzadas, del conocimiento, una bobina de datos, una maqueta de avión y una "tableta" de apple. El cuarto debe de ser un broker o un promotor inmobiliario. Los fajos de billetes no se le ven, pero se le adivinan.
Lo más característico, desde luego, la mujer. Su atuendo tiene un toque oriental pero es sumamente recatado, que no es cosa de incurrir en lascivia. Porta un bizcocho que remite de inmediato a la actividad culinaria o, todo lo más, hostelera. Ese es el lugar apropiado de las mujeres del futuro: la cocina. O quizá sea la famosa "niña" de Rajoy, que ha crecido. En todo caso, como intento de dar a la imagen una pincelada femenina (no feminista, por favor) es un fracaso. Todo el mundo sabe que, en cuanto verdadera industria, la hostelería está en manos de hombres. Los grandes cocineros, los chefs son todos varones. Así que la señora del bizcocho debe de ser una cocinera de algún local elegante y caro. Un local al que acuden los triunfadores, los hombres que son el futuro de España si los dirige Rajoy.
Esta imagen tiene la naturalidad, espontaneidad y frescura de un cartel electoral; es decir, da risa. Sólo le falta un pie en letras bien visibles que diga Vota PP. Vota Rajoy. Vota futuro. Y es la portada de un periódico. ¿Un periódico?
dilluns, 4 de juliol del 2011
El candidato .
La foto del tarjetón es muy mala. El truco de ocultar la calvicie de Rubalcaba dejándolo sin cráneo, a él que pasa por ser y en buena medida lo será, la eminencia gris del gobierno, es lamentable. Lo más criminal es esa sotabarba colgante en la izquierda del rostro. ¿No tienen photoshop en el PSOE? Ya sé que estas cosas son de mera imagen. Pero la imagen es esencial y hay que cuidarla. ¡Esa raya que le apunta directamente al gaznate, como si fuera una guillotina! En fin, que hay que esforzarse algo más en lo iconográfico.
En lo lingüístico tampoco hemos empezado muy bien. Rubalcaba es un hombre inteligente, mide sus palabras y sus tiempos; no es un bocazas como son muchos políticos; transmite la impresión de sinceridad, no parece el menda que vaya a tratar de venderte un pepla; tiene sentido del humor, rasgo importantísimo, y lo que dice suele ser razonable. Por eso ese deseo formulado recientemente de que quiere que la gente lo conozca como "Alfredo" y ya no como "Rubalcaba", lo que traduce una intención de proximidad, es audaz, desde luego, pero muy arriesgado. En el siglo XX sólo dos políticos han sido conocidos por su nombre de pila: José Antonio y Felipe. El primero no cuenta, pues no ejerció gobierno; queda sólo Felipe, en un país que ha tenido cinco Felipes reyes y un Felipe príncipe. Es el modelo de Rubalcaba pero me temo que no va a salirle. Y menos con la fórmula que han encontrado los genios del tarjetón de Alfredo P. Rubalcaba, que parece de gobernador de Nuevo México.
Salvando estos defectos de comunicación, el PSOE tiene un candidato muy sólido, seguramente el mejor. Por eso interesa que hable y explique su programa y no haga declaraciones sonoras como la de que sabe lo que que tiene que hacer para crear empleo, si no puede demostrarlo fehacientemente y eso sin contar con que alguien le diga que, si lo sabe, cómo es que no lo ha hecho ya desde el Gobierno. Sin duda Rubalcaba está al mando pero da la impresión de que tiene razón Felipe: cuanto antes salga del Gobierno, mejor para él. Más tiempo para preparar su campaña.
Porque lo que tiene enfrente son dos baterías que no van a parar de machacarlo, la batería de la derecha (gobierno de izquierda radical, del paro, de la deuda, de la crisis y de la recuperación de ETA) y la batería de la izquierda (gobierno de derecha, neoliberal, al servicio de los empresarios y el capital, antisocial) enfiladas sobre su posición. Y ninguna de ellas va a perder un tiempo precioso cañoneando a la otra. En el discurso del PP, IU no existe y en el de IU, en el fondo, el PP, tampoco. El enemigo común es el PSOE. En este caso, Rubalcaba, probablemente el mejor ministro del Interior de la democracia, a quien la izquierda acusa de los GAL y la derecha de amigo de ETA.
Además de todo lo anterior Palinuro cree que a Rubalcaba hay que reconocerle valor.
dimarts, 21 d’abril del 2009
Fuera Franco
A una pregunta del senador de Entesa Catalana de Progrés, Miquel Bofill, sobre la lápida que figura debajo del frontón neoherreriano del antiguo Ministerio del Aire en Moncloa y que reza Francisco Franco Caudillo de España, MCMLIV contesta el Gobierno que ahí se quedará porque, aunque la llamada Ley de la Memoria Histórica provea que esos símbolos han de desaparecer, su artículo 15,2 dice que "no se retirarán símbolos y monumentos públicos cuando concurran razones artísticas, arquitectónicas o artístico-religiosas protegidas por la Ley" y la tal lápida está protegida por el vigente Plan General de Ordenación Urbana de Madrid, de 1.997.
El Gobierno vacila o tiene más miedo que vergüenza porque el tal Plan General no es una ley sino una norma de desarrollo de una ley y, sobre todo, ¿puede decir el Gobierno en dónde están las "razones artísticas, arquitectónicas o artístico-religiosas" de ese insultante pegote? Si no hay coraje para quitar la placa, propongo se sustituya por otra, más acorde con el espíritu del tiempo que diga: Francisco Franco, genocida de España, MCMLIV. Por respeto a la verdad histórica.
(La imagen es una foto de kaosenlared, bajo licencia de Creative Commons).
dijous, 9 d’abril del 2009
Franco se va de Melilla.
Según parece, las autoridades melillenses van a dar por fin cumplimiento a la llamada Ley de la Memoria Histórica y, en los próximos días, retirarán la estatua de Franco que, a estas alturas, debe de ser una de las últimas, si no la última, de las que había en España. Bien hecho. Las generaciones futuras no entenderán cómo pudimos tener durante más de treinta años estatuas y otros monumentos de un asesino en plazas y calles de nuestras ciudades.
Esta estatua de Melilla, por cierto, no está mal y tiene cierta originalidad. No es ecuestre, sino que representa a Franco pie a tierra, como la que había en Guadalajara. Pero no con capote militar y rango de general, como en la capital alcarreña, sino con uniforme de regulares de África y grado de comandante que era el que tenía al llegar a la plaza.
No es esa la única peculiaridad de la estatua melillense. La otra, más significativa, es que la erección de la estatua la decidió el entonces Ayuntamiento de la ciudad en 1975 y se puso sobre su pedestal en 1977. Es decir, es una estatua póstuma de Franco.
Que ya hace falta ser franquistas...