Es inútil. Hagan lo que hagan en el PP la trama de la Gürtel emerge siempre y no es posible ocultarla. Ya puede Mayor Oreja afirmar que el Gobierno se pasa el día cambalacheando con ETA. Ya puede Cospedal amenazar con que su partido va a romper el pacto antiterrorista que rompe de hecho continuamente al usarlo como baza electoral. Ya puede Aznar descubrir que España está en quiebra, siempre con el objetivo de que no se hable de lo que algún plumilla meritorio llamaría el mefítico pozo de la corrupción. La Gürtel reaparece por encima de las diatribas. El cadáver de Ionesco lo ocupa todo y, en definitiva, la derecha no podrá evitar que se la juzgue por ello, judicialmente, va de suyo, pero también políticamente. Y cada día trae noticias nuevas, que ennegrecen el panorama.
Según parece la corrupción gürteliana llegaba a Andalucía, hasta ahora tierra exenta. En las elecciones andaluzas de 2004, la Gürtel supuestamente se embolsó casi 160.000 euros a cuenta de la campaña de Teófila Martínez que, de acuerdo con los informes de la policía incorporados al sumario, se repartieron equitativamente algunos de los imputados, incluido el propio Correa que a vecs era Gürtel y a veces gürtelado. Supongo que se levantará causa por financiación ilegal.
Para salir al paso de esta contaminación, que más parece embadurnamiento general, Esperanza Aguirre ha presentado las listas de candidatos de la Comunidad de Madrid destacando en ellas como lo más notable dos cosas: a) que son de continuidad y b) que no incluyen imputados en la Gürtel. Añade además un briefing sobre qué se hace en el PP con los imputados: se respeta la presunción de inocencia, se los pone de patas en la calle y nada de ir en lista electoral alguna. ¿El PP? El de Madrid, aclara Aguirre... y deja a su compañero Camps a la altura del betún ya que las listas de éste están plagadas de imputados. Hay unos diez. Para mayor ironía resulta que tampoco Aguirre es transparente. Sus listas no llevan imputados en la Gürtel pero sí afectados en la divertida trama de la gestapillo que ahora revive en los tribunales. Y esto sin mencionar la opacidad absoluta del gobierno regional con respecto a la fundación Fundescam tan tocada por la Gürtel como los que no van en las listas.
¡Pobre Camps, expuesto al ludibrio público por sus compañeros de partido! Como si su peculiar personalidad y estilo no lo empujaran a hacer cosas que mantienen la Gürtel en primer plano de actualidad. Cuando acompañó a Carlos Fabra a inaugurar el aeropuerto de Castellón, el primero del mundo que ha eliminado esa molestia del ruido de los aviones a base de prescindir de ellos, ambos próceres ensalzaron la ventaja de que las pistas pudieran emplearse para dar agradables paseos. Unos ciudadanos les tomaron la palabra y convocaron una fiesta rave en las pistas para el domingo de Resurrección, 24 de abril, con sano ánimo de reírse de los mandatarios. Para impedirlo ha sido necesario acordonar la zona y desplegar la Guardia Civil porque se habían sumado más de veinte mil personas al evento en facebook. Luego a estos eventos acaba yendo el uno por ciento de los que se apuntan. Pero aun así, ya podrían haber sido un par de cientos que querían ir a comer tortilla y beber sangría a las famosas pistas. Ahora la cuestión es ¿por qué no pueden los ciudadanos pasar una agradable tarde de domingo en unas pistas en las que no aterrizan aviones? ¿No las habían inaugurado para eso?
De lo siniestro a lo cómico, la Gürtel es un peso muerto que costará caro al PP en las elecciones. Pero él se lo ha buscado al respaldar una lista con diez imputados y encabezada por Camps, cuya vida, hace ya dos años, no es otra cosa que un forcejeo permanente con las instancias judiciales y que tiene toda la pinta de acabar en el banquillo.