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dimecres, 23 de maig del 2018

Pudiera ser la gota

Sí porque, en sí mismos ¿qué son diez millones de €? Una futesa. Por esa ridícula cantidad, González ni contestaba a un whatsap. ¿Qué son diez millones de €, hoy que la bolsa del robo cotiza cientos, miles de millones de estafas, fraudes? Cierto,  dibuja un perfil del personaje Zaplana que los tenía en un calcetín en el Uruguay, esperando un decenio para abrazar de nuevo sus doblones, como el tío Gilito. Un perfil psicológico de mangante previsor. Pero el asunto no es Zaplana. No es como el chocolate del loro. Se parece más a la mosca en la sopa.

En efecto, el escándalo no está en la cantidad de millones. Ha habido y hay expolios mucho mayores: los EREs andaluces, el 3% catalán, la Gürtel, la Púnica, Lezo, etc. De hecho, toda la política económica de la derecha (y, en parte, la izquierda) ha consistido en esquilmar el país. Las privatizaciones son apropiación de la público por lo privado a precio de ganga y condiciones privilegiadas que incluyen la socialización de las pérdidas. El sueño del capitalista explotador son las autopistas radiales de Madrid. Y eso es solo la punta del iceberg. El gobierno del PP (el de la mayoría absoluta) ha sido un instrumento obediente mediante el cual los empresarios y la banca han expoliado el país por vías legales e ilegales y lo han dejado con una deuda impagable. Todo el gobierno del PP ha sido un robo. En su política y en el comportamiento de sus políticos. La descripción judicial de este como una asociación de malhechores se queda corta. Un partido con ochocientos imputados y una caja B de la que cobraban sobresueldos muchos de sus dirigentes, incluso cuando ocupaban cargos públicos, como el hoy presidente M. Rajoy, debiera ser ilegalizado.

A lo mejor la detención de Zaplana es la gota que colma el vaso. Desde luego, la de su compinche Cotino, que fue director general de la Policía Nacional ayuda bastante.

La pregunta inmediata es en manos de quién ha estado y está este país. Con qué legitimidad reclama M. Rajoy a los indepes catalanes el cumplimiento de una ley que él lleva años saltándose, al frente de un partido que es una presunta asociación de malhechores. ¿Cómo se puede pedir el cumplimiento de la ley cuando no se respeta el resultado de las elecciones del 21 de diciembre de 2017? ¿Qué sentido tiene reclamar legalidad en el funcionamiento institucional cuando no se respeta la división de poderes y los jueces se extralimitan en sus atribuciones? ¿Con qué autoridad está el gobierno de la Gürtel y sus dos ayudantes PSOE y C’s, interfiriendo el normal desarrollo del autogobierno de Catalunya a base medidas ilegales y arbitrarias?

Las fotos con el careto patibulario de Zaplana (no mucho más de cuando estaba en la gloria) marcan el tono de esta marcha fúnebre del nacionalismo español hacia su destrucción.

divendres, 18 de maig del 2018

La gran cortina de humo

España es una humareda. Por todas partes cortinas de humo. Cortinas de humo para tapar cortinas de humo que tapan cortinas de humo.

Tiene gracia que el PP hable de "estudiar" en medio de la vorágine de los céleres estudios de sus dirigentes. Pero es su intención: indagar si el MHP Sr. Torra es o no president. Es costumbre de este gobierno pronunciarse negativamente sobre la realidad y existencia de aquello que lo incomoda. Ya saben: no hubo consulta del 9N 2014, no hubo referéndum de 1º O 2017, ni declaración de independencia, ni de República, ni siquiera existieron las elecciones del 21 de diciembre de 2017. Nada de extraño si tampoco hay presidente de la Generalitat. Al fin y al cabo, la toma de posesión ha sido brevísima, sin contenido de Estado y con una fórmula de promesa ya usada por Puigdemont pero altamente reprobable.

Hobbes pensaba que el Estado debe darse por satisfecho con un gesto formal externo de acatamiento. Pero al gobierno esto le parece poco pues el juramento a la Constitución (y al rey, dicho sea de paso) no es algo formal sino, dice, "trascendental". No basta con parecer; hay que ser y ojito con desviarse. Estos son los de Trento. "Luz de Trento".

Luz que es cortina de humo paara distraer  al personal del patio de monipodio que es la marca España a los ojos del mundo entero. El Supremo confirma las primeras sentencias de la Gürtel en el caso de Fitur, en Valencia: nueve años a una ex-consellera del PP, trece y doce años y pico para Correa y el Bigotes y otras penas para otros miembros de esta asociación de malhechores que es la Gürtel, totalmente imbricada en el PP. O sea, parte de la mafia que seguirá saliendo en las seis causas pendientes de esta macroestafa a las arcas públicas. Añádase el escándalo que tiene indignada a la opinión de que Valtonyc o Pablo Hasel vayan a la cárcel de inmediato, si no están ya en ella, mientras Urdangarin, con una condena firme sigue paseándose en libertad y cruzando fronteras. U otros procesados célebres, entes incorpóreos, como Rato. Se ve que los jueces no aprecian riesgo de reiteración delictiva o de fuga como sí parecen apreciar en el caso de las presas políticas preventivas. Son cosas que requieren turbonadas de humo para calmar la indignación que producen. 

Y no humo, auténticos tifones, tornados de oscuridad se requieren para tapar el desmadre que el partido de la Gürtel ha organizado en veinte años de trapacería sin cuento en Madrid, "rompeolas de las Españas". No han dejado títere con cabeza: las instituciones, los festivales, las fundaciones, las universidades. Lo han corrompido todo. Han arrasado los servicios públicos en beneficio de los privados que, o son suyos, o son de los suyos: escuelas, hospitales, servicios públicos. Han privatizado a mansalva para dar aportunidades a los "barones ladrones" de la industria española. Eso cuando no han sido los propios gobernantes quienes han gestionado directamente el fraude como en el caso de El Canal de Isabel II, en Madrid. Una comunidad autónoma con la mayor densidad de implicados en la Gürtel por metro cuadrado municipal y de cuyos cuatro presidentes del PP, tres están imputados.

Pero, en realidad, la cortina de humo sobre la condición de presidente de Torra, trata de ocultar otro chasco monumental de España en el exterior. La justicia belga no entregará a los consellers exiliados en Bruselas. La euro-orden naufraga de nuevo y el juicio que la actuación de la justicia española merece en el extranjero es deplorable. La fiscalía, muy de sostenella y no enmendalla, pide a Llarena que reitere la euro-orden a Bruselas. Sospecho que los belgas van a imponer un canon por uso contumaz de un servicio público. La florida prosa del juez seguirá amenizando las tediosas mañanas de sus colegas europeos pero también confirmando la opinión negativa generalizada sobre el carácter de la persecución judicial en España. En Europa se desconfía de la gente que obliga a los demás a formular promesas trascendentales y de los jueces que valoran la sinceridad de las convicciones ideológicas. 

Ocultar a la opinión la falta de apoyo de la justicia europea a la causa emprendida por la española es una gran irresponsabilidad. Reaccionar amenazando a los países afectados, prueba de furor demente. Mover dineros e influencias para comprar voluntades, perfectamente bochornoso. 

Por lo demás, hace bien el gobierno en exigir el boato y ceremonia que estos momentos requieren. Y bien asimismo el PSOE en exigir que la Constitución de 1978 figure expresamente en la fórmula. Y, digo yo, también la jura de Santa Gadea. Según está planteado el conflicto, tienen un valor análogo. Desplieguen pues la enésima cortina de humo cuestionando, impugnando, recurriendo la presidencia de Quim Torra, su misma existencia material. La presidencia de la Generalitat está en sede vacante, como el solio de San Pedro a veces. 

Pero eso no afecta a la Generalitat en sí misma, que ya habrá publicado el acto en el documento oficial de que disponga y este tendrá los efectos jurídicos que correspondan. Y  aquí sigue dibujándose por vía de facto la República Catalana. Las instituciones actúan como si el parlamento fuera depositario de una soberanía del pueblo catalán, invocado por el president Torra. La República Catalana, por tanto, inicia su andadura por una vía de hecho

Y llegará hasta allí donde el gobierno central interpronga una acción contraria en cualquiera de sus manifestaciones, administrativa, judicial, policial para dejar sin efecto el acto y, de paso, la Generalitat entera en el momento de su nacimiento. Es decir, el 155 "intensificado" que propugna el PSOE, equivalente a una dictadura también de hecho y de carácter ilimitado pues quedan excluidas las elecciones. Algo que ningún país civilizado aceptará.

La única forma de garantizar el Estado de derecho es convertirlo en una dictadura. Eso puede defenderse en España, tierra de casuistas, y en donde cabe acusar de nazis a las víctimas de los nazis.

Pero no puede defenderse en Europa. 

dimarts, 17 de gener del 2017

Ese hombre del que usted me habla no habla

Todo el mundo interpreta la declaración de Bárcenas como una estrategia procesal pactada con el PP por la que aquel retira sus acusaciones anteriores, exonera todo lo que puede y hasta desiste de una acción procesal propia (los discos duros famosos) a cambio de indeterminados favores y garantías del PP en especial en pro de su esposa.

Todo humano y comprensible pero en la sala quedó claro que en el PP había caja B y que con ella se hicieron mangas capirotes con conocimiento (y presunto lucro) de muchos dirigentes. Bárcenas se niega a llamarla caja B y la califica de contabilidad extracontable que sería algo así como el ser que estuviera fuera de sí mismo, una pesadilla que se la habrá ocurrido a alguno de aquellos gnósticos retorcidos. Lo de la financiación ilegal va por otro lado. El resto de la cháchara es un confuso ajetreo de cantidades, millones, pagos, viajes que, desde luego, dibujan una existencia poco común y darán para incontables tertulias, pero no resta un ápice al nudo de la cuestión: el partido del gobierno bajo la dirección del que hoy es su líder estuvo funcionando durante años con una contabilidad extracontable. Algo por lo que en el mundo por ahí fuera se dimite a raudales. Tan bochornosa es la situación que el partido se ha visto obligado a defender en público la honorabilidad de sí mismo y de su presidente frente a Bárcenas.

Frente a Bárcenas.

dilluns, 3 d’octubre del 2016

Borrascas

En esta semana echan a andar el juicio de la Gürtel y la gestora del PSOE. Dos asuntos de grueso calibre que afectan a los dos partidos dinásticos, pilares de un bipartidismo que estará en las últimas, como se dice, pero ocupa todo el escenario. Se añade el permanente crescendo del proceso catalán y la conciencia de vacío político español. El horizonte no luce brillante. Estamos disfrutando de las consecuencias de la decisión más equivocada de los últimos tiempos: el "no" de Podemos a Sánchez en marzo pasado. Según opciones y circunstancias, el presente pinta más o menos así:

I.- El PP ha mantenido silencio durante la agitada crisis del PSOE. Hasta habrá contenido el aliento. Derrotado Sánchez, se abren perspectivas a un gobierno de Rajoy. Algunos auguran que, dado el descalabro del PSOE, no solo puede aquel formar gobierno sino hacerlo en condiciones cómodas, exigiendo garantías al otro. Puede jugar con la amenaza de unas terceras elecciones que, ahora sí, al no tener líder, serían malas para el PSOE. También es cierto que ese gobierno habrá de actuar en un contexto social marcado por los escándalos judiciales del PP y bajo la continua amenaza de que una vuelta procesal impensada en uno de ellos ponga en un brete al gobierno o a su presidente. A este no parece importarle gran cosa, pero la situación sería verdaderamente chunga.

II.- El PSOE cuenta con veinte días para adoptar una decisión endemoniada, la de cómo abstenerse con un partido en el que el NO es NO sigue siendo dominante. Como el plante de los 17 se hizo con esta finalidad, al final, la abstención saldrá y el PSOE tendrá que afrontar tiempos muy difíciles de los que no está nada claro que vaya a salir. 137 años pueden irse al garete en una legislatura que probablemente será caótica. Las condiciones no son las más adecuadas para la recomposición que pretende la comisión gestora. La fractura del partido ha quedado clara. Predomina el Sur. El PSOE es un partido andaluz. El peso catalán se ha esfumado. El PSOE ya no "vertebra" España. Ni nadie, en realidad. De haber primarias, quizá se presente de nuevo Sánchez por aquello del apoyo de las bases. Pero si lo hace sin revisar su intransigente actitud hacia Cataluña, su posible triunfo no ayudaría a resolver el problema que provocó su destitución.

III.- Podemos está en la corriente de la historia, pero no tiene mucho que decir. Aunque se pasa el día de plató en plató contando esa melopea de la mano tendida y la necesidad de que el PSOE se decida. Podemos solo podía ir en alianza con el PSOE, justo la posibilidad que rechazó. Ahora que el PSOE ha implosionado, ni con él puede contar. Será preciso pasar cuatro años en la oposición. Para muchos de sus miembros, es una buena oportunidad: demostrarán ser "verdadera" oposición (cosa que les saldrá gratis pues es poco probable que prospere alguna de sus propuestas) y, llegadas las elecciones cuando corresponda, se consumará el sorpasso, destino último de esta "verdadera" izquierda al que lleva casi medio siglo aspirando.

IV.- C's ha alcanzado el máximo grado de invisibilidad. Los cero diputados del País Vasco y Galicia han dejado a Rivera mudo. Lo que es peor, nadie parece tomar en cuenta sus propuestas. Casi como si no las oyeran. Y es que no se oyen.

V.- Los indepes catalanes asisten al desarrollo de los acontecimientos en el Estado como el que lo hace a los de un país vecino. Ellos, subrayan, a lo suyo. Aprovechando el vacío de poder. Eso no lo dicen, pero es obvio. Y lo es porque, en efecto, tienen algo suyo, propio, al margen de España, al margen de si se constituye gobierno o no y de quién y cómo lo constituya. Por eso pueden escucharse razonamientos muy distintos. Por ejemplo: nos interesa que gobierne Rajoy porque es un fabricante de independentistas; o nos interesa que gobierne Sánchez (o el PSOE, en general) porque siempre será más fácil entenderse con la izquierda. Lo primero es cierto, pero incómodo. Lo segundo es falso pero inofensivo. Para el PDC y ERC así como la CUP en Cataluña, es indiferente quién gobierne en España. Lo preocupante, sin embargo, es que la deriva del PSOE hacia alguna forma de "salvación nacional" venga ya propiciada por esta crisis del antiguo partido de Pablo Iglesias.

Y, a partir de mañana, hablamos de la Gürtel.

diumenge, 18 de setembre del 2016

"Operación Cataluña"

Cataluña es la única oposición real al gobierno de neofranquistas corruptos que está destrozando el país. Los demás, sobre todo los partidos españoles, lo intentan, pero no lo consiguen por razones de dominio público: fraccionamiento, malas relaciones y desconfianzas entre ellos, difícil aritmética parlamentaria, bisoñez y narcisismo de sus líderes.

Lo único que pone realmente nervioso al gobierno es el proceso independentista catalán; es Cataluña. A los partidos españoles no se los toma muy en serio. A Cataluña, sí. Por eso está volcado en boicotear el proceso catalán, aunque, como siempre, sin saber por dónde empezar y poniéndose en ridículo una y otra vez. El diputado del PDC, Francesc Homs, en rueda de prensa ayer previa a su comparecencia ante el Supremo por la votación del 9N, ha denunciado una "operación Cataluña" desde las cloacas del Estado. Aquella votación fue la que el genio del Sobresueldos decía que era como una rifa en una verbena de pueblo y que no tendría consecuencias jurídicas. Las cloacas del Estado coinciden al milímetro con el ministerio del Interior en donde últimamente se cocinan las mayores pifias de ese ministro que parece un chiste con su rostro compungido de cagacirios y sus once mil vírgenes. Ayer mismo también, Miguel Ángel Aguilar denunciaba en Ahora que que una especie de estafador internacional ha timado un millón y medio de euros de nuestro dinero al tal ministro a cambio de una información sobre supuestas cuentas secretas del ex-alcalde nacionalista barcelonés Trias. El fin era involucrarlo en un escándalo para destruir su carrera política. Le ayudaban en tan sucia maniobra dos o tres de esos periodistas caninos siempre dispuestos a morder a la voz de su amo a cambio de un estipendio. Porque la información resultó ser falsa. O sea:

a) el ministro se dedica, aparentemente, a fabricar pruebas falsas contra sus adversarios políticos;
b) lo hace malversando fondos públicos y, encima, lo engañan;
c) además de un presunto delincuente, es un imbécil, un imbécil despilfarrador;
d) ahora, Trias se ha querellado contra el tal ministro y sus secuaces y, claro, los costes de la defensa de estos indefendibles sin duda los pagaremos los contribuyentes;
e) por lo menos, que pague el millón y medio de euros del toco-mocho de su bolsillo.

No hay día en que esta banda de mangantes no se pringue en algún latrocinio nuevo ni dé motivos de risa por su ridículo comportamiento. No hay día en que no se vea que, en lugar de perseguir a los delincuentes, estos ineptos persiguen a los ciudadanos honrados.

Son los mismos a los que hace unas fechas grabaron en una conversación en la que el interlocutor del ministro le decía que han "destruido el sistema de salud catalán" y el tal ministro no lo hacía detener de inmediato sino que se mostraba complacido y sugería mover también al Fiscal General porque, según dio a entender, este hace lo que él quiere. Realmente es atroz que el ministro del Interior persiga a los ciudadanos que no le gustan o que opinan algo distinto de las cuatro devotas melonadas del ministro. Es absolutamente atroz. Con este orate fanático en el ministerio, nadie puede estar seguro de que mañana no le fabriquen las pruebas para acusarlo de la muerte de Manolete.

Todo en este desgobierno presidido por un verdadero truhán está dirigido a machacar a la gente, a mentir y continuar con sus actividades de saqueo. Especialmente a los indepes catalanes, con lo cual lo único que hace es fabricar más indepes catalanes. La reforma de la Ley del Tribunal Constitucional va dirigida específicamente contra Cataluña y la querella contra Homs y los demás acusados, pero no aforados, Mas, Rigau y Ortega, también. Es un intento de amedrentar a los indepes, agitando el espantajo de unas condenas penales. Al mismo tiempo, en las cenáculos en que vierten habitualmente sus despropósitos, estos cómicos personajes, que parecen sacados de películas de mafia de risa, admiten que no pueden llevar la acción judicial muy lejos tampoco contra Carme Forcadell por temor a la reacción de la calle.

Es decir, además de corruptos e imbéciles, cobardes.

dimarts, 25 d’agost del 2015

Ya era hora.

Esto sí es transparencia, lucha contra la corrupción, freno al despilfarro del dinero de los contribuyentes, coto a la malversación. Esto y no las sinsorgadas de Rajoy, el de los sobresueldos, cuando balbucea explicaciones sobre las medidas contra la corrupción que su gobierno ha amparado, fomentado y sigue ocultando siempre que puede. Que cada vez es menos.

Estas comisiones de auditoría de la gestión autonómica en Madrid en las dos últimas legislaturas que la señora Cifuentes ha tenido que tragarse como el sapo mañanero es la medida más importante y eficaz que se ha tomado en España para sacar a flote toda la basura de uno de los gobiernos más mafiosos en la historia del país. Y ya los ha habido

Fueron veinte años de mayorías absolutas en los que un partido corrupto, que se financiaba ilegalmente a base de mordidas por concesiones amañadas, estuvo haciendo mangas capirotes con los dineros públicos. Un poder sin control o con controles manipulados en instituciones sumisas a las órdenes, como el Tribunal de Cuentas, acumuló todo tipo de dispendios y latrocinios con los que, de paso, enriquecía a un puñado de sinvergüenzas que simulaban ser políticos honestos.

Era imposible que lo fueran viendo la falta de talante democrático, la arrogancia, la soberbia, el desprecio y hasta la chulería con la que trataban a la oposición y, por encima de ella, a los ciudadanos, incluidos sus propios votantes. Los madrileños acabaron resignados a una administración poblada de ineptos vanidosos y presidida por una majadera, cuyo aparente desparpajo, solo ocultaba su absoluta incompetencia a la hora de impedir que sus colaboradores robaran a espuertas ente sus narices. Un hatajo de mangantes que, enarbolando la bandera de las privatizaciones, saqueó el erario, los servicios públicos, las empresas de la comunidad. Lo llamaban neoliberalismo, según las simplezas de catón que expectoraba la señora Aguirre pero, en realidad, era un neofeudalismo: una típica confusión de lo público y lo privado, en beneficio de ellos mismos y sus amigos y aliados, generalmente empresarios acostumbrados a vivir de amañar concursos públicos.

Las comisiones de investigación, que ya tienen curro, habrán de poner en claro el robo descarado de la Gürtel y la Púnica, las dos tramas mayores (pero no las únicas) que los políticos de la derecha tejieron con la mafia empresarial y una serie de funcionarios corruptos para enriquecerse todos en detrimento de los intereses colectivos del bien común que hubieran debido defender de haber tenido un mínimo de honradez.

No se trata de que estas comisiones sustituyan la administración de justicia que hace su trabajo como puede, sistemáticamente obstaculizada y hostigada por la asociación de presuntos malhechores llamada PP, con el sobresueldos a la cabeza. Se trata de que establezcan las responsabilidades políticas de este inmenso desaguisado, de esta increible ceremonia del saqueo de una Comunidad por una manga de chorizos. Y se trata de que los políticos que toleraron y ampararon este latrocinio o que, incluso, se beneficiaron de él, asuman sus responsabilidades y se retiren de una vez a esa vida privada que tanto les gusta, quizá en la cárcel y habiendo devuelto todo lo que hayan pillado.

Resulta intolerable que la principal supervisora de estas actividades de auténticos bandoleros, la señora Aguirre, no acepte responsabilidad alguna por el desastre que ha ocasionado con su altanera ineptitud. El disparate de la Ciudad de la Justicia, en el que se han volatilizado 105 millones de euros como el que se gasta la calderilla, debe aclararse. Igual que debe aclararse cómo el arquitecto Norman Foster pudo cobrar más de 10 millones de euros de las arcas públicas por una obra que no hizo y a través de un contrato que, como los dineros, se ha esfumado. Aguirre tiene que dar cumplida explicación de todo ello. Como también de decenas de otras tropelías, todas ellas liquidadas con quebranto para la hacienda pública y supuesto beneficio de los mamandurrios neoliberales de que se rodeaba: las privatizaciones de la sanidad, el Canal de Isabel II, el metro ligero a Pozuelo, el hospital de Collado Villalba o el inenarrable proyecto de Eurovegas.

Si faltó tiempo a esta señora para felicitarse de haber condecorado en vida como presidenta de la Comunidad a una de las musas del más sórdido franquismo, la recientemente fallecida Lina Morgan, con igual alacridad debiera estar ya en la plaza pública dando las explicaciones pertinentes sobre esos turbios y ruinosos asuntos que han empobrecido a los madrileños y enriquecido a una banda de truhanes. Que vaya a las comisiones las veces que haga falta a mentir como acostumbra y que dimita de paso de cualquier actividad pública por indigna.

Y quien dice la Comunidad, dice el Ayuntamiento. Carmena está levantando las alfombras y los madrileños asisten estupefactos a otra pasarela de dispendios, despilfarros y toda clase de gatuperios protagonizada por los dos último regidores, Ruiz-Gallardón y Ana Botella, dos almas gemelas en lo cursi, arrogante, inepto y megalómano. Que el ex-ministro de Justicia sepultara más de 500 millones de euros públicos en acondicionar el espantoso pastel de la Cibeles en detrimento de los edificios del Madrid de los Austrias, ya demuestra un mal gusto rayano en lo ofensivo. Pero que de esos 500 millones, parte nada desdeñable, fueran a hacerse un despacho versallesco, revela la auténtica dimensión moral tanto del repelente niño Vicente como de su sucesora, una reprimida de la más rancia estirpe nacionalcatólica.

Hace muy bien Carmena en sacar a la luz pública las trapisondas de estas cucarachas de oro para que los madrileños sepan cómo vivían los sátrapas que se iban a los spas cuando había alguna catástrofe con pérdidas de vidas en su jurisdicción.

Pero haría mucho mejor si nombrara una comisión que procediera a auditar esa cueva de mangoneo que fue el ayuntamiento de Madrid.