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dissabte, 17 de desembre del 2011

Indignación y/o resignación.

La crisis está sacando a luz las miserias, las vergüenzas, las canalladas de un sistema mundial que prácticamente todos rechazan pero nadie cree que pueda cambiar. La humanidad ha avanzado mucho en general y todo tiempo pasado fue peor. Pero lo actual enciende la sangre y encrespa el ánimo. Africa es el continente de los horrores para millones de seres humanos. En América Latina están algo mejor pero son millones igualmente los que padecen las consecuencias del subdesarrollo. En la China mil millones viven bajo un régimen tiránico productivista que no respeta sus derechos humanos. En la India es el sistema económico el que hace que esos derechos sean papel mojado para otros casi mil millones que viven en una sociedad de castas. En Europa son cientos de millones que viven un proceso de empobrecimiento galopante y miran con miedo un futuro que amenaza con ser mucho peor. De Rusia no hace falta hablar y en los Estados Unidos las cosas no habian estado tan mal desde 1929.

De pronto se oye un grito: ¡indignaos! Surge la indignación y se propaga como la pólvora. Primavera árabe, spanishrevolution, la ocupación de Wall Street. Todo manifestación callejera que sólo en los países árabes ha dado lugar a alteraciones institucionales. En el resto, la cuestión es si la indignación del 15-M que, en parte, es una indignación contra la resignación, puede ir más allá de ésta. En el futuro no se descarta nada; pero las indicaciones del presente no son halagüeñas. La misma aparición de los Anonymous apunta al carácter del movimiento y sus limitaciones. La idea es que la resistencia al sistema surge espontáneamente, es anónima, no tiene estructura, no se puede reprimir y golpea en donde duele. Pero esa es la idea. La realidad es que un movimiento anónimo está abierto a todo, incluso al contramovimiento. Que sea además un fenómeno de la red deja el problema en donde estaba al principio. Actuar en la red es hacerlo en los nervios del sistema. Pero éste es muy complejo. Nada hace tanto daño a Anonymous como ese vídeo en Youtube en el que anuncia que aniquilará Facebook el 5 de noviembre... pasado.

Es la complejidad lo que cuenta. La complejidad de la globalización que no es una palabra, sino una realidad. El mundo está metido en sí mismo como nunca antes. Así descubre que los actores mundiales ya no son sólo los Estados nacionales (y, de estos sólo algunos, pues los demás eran "actuados") sino que se añade todo tipo de entes, religiones, empresas privadas, organizaciones internacionales, delictivas, terroristas o de socorro humanitario. A veces los más importantes Estados muestran su impotencia, por ejemplo cuando Sarkozy pierde los nervios porque las agencias de rating bajan la calificación de la deuda francesa. La globalización es un campo de batalla con fuego cruzado en el que no se respeta nada.

Entre tanto, la política, la actividad de los partidos, los debates, las opciones electorales siguen planteándose en términos domésticos que son ficticios pues en los Estados no rige hoy el principio de soberanía interna. Grecia e Italia tienen gobiernos directamente nombrados por los mercados. Portugal y España también, aunque por intermedio de los electorados que han entendido perfectamente el mensaje de la resignación. La soberanía siempre fue una ficción; pero ahora es una quimera.

En la divisoria izquierda/derecha en las políticas nacionales la derecha lleva las de ganar porque es ella la que gestiona la globalización según sus criterios neoliberales. La izquierda, enredada en la ficción de las políticas nacionales, no tiene discurso para la globalización que considera un proceso objetivo, ajeno ante el que hay que pronunciarse, no como algo que pueda hacer ella misma, gestionar ella misma. Por eso se desdobla en dos grupos: los partidarios de adaptarse, como uno se adapta al tiempo y los partidarios de combatirla, como uno lucha contra una plaga. No es dificil de entender que la izquierda es parte de la globalización misma; que ella no lo vea es otra cuestión. La que explica porqué no tiene discurso sobre ella. Y, sin embargo, es el que hay que construir porque es en ese terreno en el que se juega el porvenir de sus ideales.

Ahí tiene que darse el debate de las ideas que todos reclaman. Pero, para que suceda, hay que empezar por organizarlo. El Partido Socialista Europeo, la organización más amplia de la izquierda europea, podía convocar un congreso para debatir un programa común para Europa, primero aoordado por los socialistas y puesto luego de nuevo en debate en otro congreso al que acudan las demás izquierdas que lo estimen pertinente. Si eso se hace, seguro que salen propuestas alternativas a la gestión de la crisis en el orden europeo y global.

(La imagen es una foto de tasteful_tn, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 16 d’abril del 2011

Aguirre y la moral.

Gracias a un magnífico artículo de Beatriz Gimeno en El Plural me entero de que Esperanza Aguirre ha dicho que hay que desterrar la superioridad moral de la izquierda. Es un designio verdaderamente sorprendente, tanto que voy a cotejarlo con el texto que la propia Aguirre ha colgado en Facebook y, en efecto, ahí se dice en primera persona del singular que Este discurso lo pronuncié ayer en el Foro ABC. Ha llegado el momento de desterrar de una vez la superioridad moral de la izquierda. Si lo escribe será porque lo piensa: cuando se quiere desterrar la superioridad moral de la izquierda se está empezando por aceptar que existe porque nadie puede desterrar lo que no existe. Ahí se mete Aguirre en un lío porque ¿cómo se puede desterrar una superioridad moral? Si ésta existe, lo que hay que hacer, evidentemente, no es desterrarla sino tratar de extenderla por la tierra e imitarla. ¿Quién puede querer desterrar la superioridad moral de un sitio? Solo quienes quieran sustituirla por una inferioridad moral y eso sólo puede suceder manu militari, como se hizo entre 1936 y 1939 en el Estado.

Obviamente, la frase debe de estar mal transcrita, ya que su autora es, en principio, Esperanza Aguirre. Puede ser que lo que quiera decir con tan torpe prosa sea que haya que "desterrar la idea de la superioridad moral de la izquierda" que es lo que casi todo el mundo ha entendido. Admito que esta variante es más lógica pero no me privo de señalar que la otra de desterrar la superioridad moral en sí misma también entra en lo coherente con el espíritu de la derecha, en este caso el de Aguirre y, además, demostraré que así es. Lo que quiere desterrar no es la idea de la superioridad moral sino esta superioridad misma.

Desterrar, combatir una idea no es por regla general algo fácil ni fructífero. ¿Para qué esforzarse en desterrar una idea? En principio, bastará con mostrar una mejor y es casi seguro que la otra se desterrará sola. No es preciso demostrar que la hipótesis geocéntrica sea falsa. Basta con proponer la heliocéntrica. No obstante, en asuntos de moral, medir no es cosa sencilla. Lo que para uno es sumamente moral, para otro es sumamente inmoral, algo con lo que no sé si cuenta Aguirre dado que, como le sucede al Papa, profesa verdadera aversión a lo que llama el relativismo. Para ella su moral es la moral por antonomasia y superior a cualquiera otra, en especial la de la izquierda. De forma que el propósito de desterrar la idea de la superioridad moral de la izquierda lo que seguramente quiere decir es que hay que desterrar la falsa idea de la superioridad moral de esa izquierda, lo cual debiera de ser fácil, como fácil suponemos ha de ser desterrar cualquier tipo de ilusión, fábula, espejismo o quimera. Se apela al uso de la razón y ya está, ¿no?

Pues parece que no porque este propósito desterrador no lo manifiesta Aguirre ahora por primera vez, no. Ya lo hacía en 2004, cuando decía que no existe la superioridad moral de la izquierda o en 2005, cuando hablaba de la falacia de la superioridad moral de la izquierda. Un combate tan antiguo, un propósito tan contumaz como duradero se parece bastante a una obsesión y quizá no haya que tratarlo únicamente en un plano lógico sino también psicológico. Porque una manía no se puede refutar.

La superioridad moral de la izquierda que tanto saca de quicio a Aguirre subsistirá mientras la izquierda siga estando asociada en el imaginario colectivo con la suerte de los más débiles, de los más desfavorecidos. Frente a esa opción la derecha no tiene nada que decir pues es un mandato de su dios. Porque Aguirre es muy liberal manchesteriana pero también pía hija de la Iglesia. En esta lucha interna del alma de Aguirre, esa agonía unamuniana, se encuentra, quizá, la explicación de la manía, en términos piscoanalíticos, como el combate entre el superego del mercado y el oscuro ello de la caridad cristiana. Aguirre ve en la izquierda el ejemplo, la imagen de la entrega a una causa de cuya virtud está convencida. ¿Modo de resolver tan angustiosa situación? Rompiendo la imagen, desterrando la superioridad moral de la izquierda. Q. E. D.

Hay que ver qué complicada es la señora. Rajoy es más sencillo.

La imagen es una foto de PP Madrid, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 8 de desembre del 2008

Los votos menores.

Este libro (Francesc Pallarés (ed.) Elecciones. Autonómicas y locales 2007, Madrid, Centro de Investigaciones Sociológicas, 2008, 335 págs.) es el pendant de otro sobre las elecciones generales de 2004 editado por el mismo centro y debidamente reseñado en dos entradas de Palinuro, tituladas ¿Quién ha sido? (I) y ¿Quién ha sido (II)? Buena idea del CIS de convertir esto, según parece, en una serie.

El volumen 2 consiste en una serie de trabajos de especialistas en los que se estudian las elecciones autonómicas y municipales que se celebraron en España en 2007, incluyendo también las de aquellas Comunidades Autónomas (CCAA) con facultades para convocarlas cuando les interesa, esto es, Andalucía (2004), País Vasco (2005), Galicia (2005) y Cataluña (2006). La perspectiva que se emplea, lógicamente, es comparativa, atendiendo a los factores de pluralidad territorial y relación multinivel dentro del esquema propuesto por Reif y Schmitt de "elecciones de segundo orden".

Jordi Muñoz y Lucía López (Elecciones y agenda de campaña en contextos multinivel: las elecciones autonómicas de 2007) estudian los contenidos de la campaña basándose en análisis de prensa. Creen que el modelo de elecciones de segundo orden es problemático (p. 19), rompen con el modelo de análisis espacial tradicional en pro de una teoría herestética según la cual no son los partidos los que se ajustan al espacio sino los que traen el espacio para ajustarlo a sus posiciones (p. 20) y toman en consideración los factores siguientes: nivel de polarización o competitividad en las elecciones subestatales, relevancia de actores en la arena del segundo nivel, estructura mediática subestatal, efecto capitalidad, polarización o competitividad en el primer nivel, posición de las elecciones en el ciclo electoral del primer nivel y tamaño de gobierno del segundo nivel (pp. 21/22), y llegan a la conclusión de que los partidos priorizan los temas del nivel que les sea más favorable electoralmente y que el modelo de las elecciones de segundo orden no es suficiente (p. 37).

Mariona Ferrer, Carolina Galais y Francesc Pallarés (La abstención en las elecciones autonómicas de 2007. Características territoriales y bases individuales en perspectiva autonómica comparada) comprueban que la abstención es mayor en las elecciones de segundo orden, fenómeno que suele explicarse aduciendo la importancia objetiva de la consulta, el peso del primer orden, la falta de cercanía a los partidos, el menor esfuerzo movilizador de los partidos y, en definitiva, su aspecto coyuntural (p. 40). La media de abstención en las elecciones autonómicas es del 33,3 por ciento, muy superior a las generales (p. 41) y según de qué CCAA se hable el diferencial con la abstención en las elecciones generales es muy amplio, entre 4 y 8 puntos porcentuales, siendo el País Vasco y Navarra donde es menor (p. 50). Analizan individualmente la abstención según características sociodemográficas y factores actitudinales, teniendo como fuente de datos las encuestas postelectorales del CIS. La abstención por edad es mayor entre los jóvenes y, en contra de lo que se cree, no tanto en los mayores de setenta años (p. 56). El nivel de estudios influye: a más educación, menos abstención, si bien este dato no es sistemático en todas las CCAA (p. 59). Entre los factores actitudinales destaca por su nitidez la religión: los católicos practicantes se abstienen menos que los no practicantes y ateos (p. 61). Interés positivo por la política e identificación partidista (p. 64). Hacen luego los autores un analisis multivariable del impacto de los factores sociodemográficos y de las actitudes políticas en la abstención en las elecciones de 2007. En el modelo logit empleado las variables actitudinales son más significativas que las sociodemográficas (p. 65) por la muy evidente razón de que la conciencia de los hechos es más importante que los hechos mismos, aunque sin estos no habría aquella. Los resultados avalan los del análisis bivariable y confirman que no hay diferencias destacadas entre las CCAA (p. 70). En cuanto a las razones de la abstención, los autores han ordenado cuatro típicas en cuanto a frecuencia en que se aducen: a) la insatisfacción (22-33 por ciento), la desconfianza (12-18 por ciento), la ineficacia (8-16 por ciento) y la aliención (5-10 por ciento) (p- 73).

Francesc Pallarés, Ignacio Lago y Carolina Galais (Los apoyos electorales: pautas, incentivos y fctores en contextos multinivel) traen un trabajo en tres partes: a) dimensión comparada entre CCAA; b) dimensión multinivel; y c) dimensión individuo-contexto con incentivos sobre generación del voto (p. 81). Las elecciones de 2007 muestran un equilibrio entre PP y PSOE con una décima a favor del primero y entre los dos suman el 85 por ciento del voto (8,6 millones). IU aparece muy en tercer lugar con un 6 por ciento y millón y medio de votantes y los Partidos de Ámbito no Estatal (PANEs) con un 15,3 por ciento (p. 82). En las CCAA del art. 143 (régimen ordinario) el PP (46 por ciento del voto) saca 10 puntos al PSOE y en las del 151 (régimen especial), es el PSOE el que saca 10 puntos al PP (p. 85). Las variaciones y los cambios de comportamiento entre las elecciones de 2004 y las de 2007 se ajustan bien al modelo de elecciones de segundo orden (p. 108): además de una mayor abstención, hubo un retroceso del partido del Gobierno central que no redundó en provecho del PP y sólo circunstancialmente de IU. Los que han mejorado algo han sido los PANEs (p. 109). Los autores hacen un análisis bivariable para las bases actitudinales: autoubicación ideológica, cercanía a los partidos y valoración del Gobierno en la legislatura (p. 111). En cuanto a la autoubicación es interesante observar que, aunque la mayoría de la población se sitúa en la izquierda, el PP iguala al PSOE, lo que quiere decir que el PP ha tenido éxito en proyectar una imagen de centro (p. 113). Los electores que no se sienten cercanos a ningún partido votan al del Gobierno (p. 116). Por último, para la valoración de los gobiernos hacen un análisis multivariable que prueba un efecto claro de la valoración del gobierno autonómico en el voto y que dicha valoración depende de si el gobierno es monocolor o de coalición, de los recursos de las CCAA y de la coincidencia o no del Gobierno central con el de la CA (p. 131).

Pablo Oñate y Francisco Ocaña (Las elecciones autonómicas de 2007 y los sistemas de partidos autonómicos en la España multinivel) estudian el impacto en los sistemas de partidos en España de los factores de fragmentación, concentración, competitividad, polarización, volatilidad y regionalismo (p. 134) en un análisis a la vez sincrónico y diacrónico (p. 135). La fragmentación, como el número efectivo de partidos, es baja (p. 137). La concentración es relativamente alta y tiende a crecer (p. 140). Los niveles de competitividad, que tiende a ser centrípeta, variaron poco entre 2004 y 2007 (p. 146). La polarización es algo superior a la de los países del entorno (p. 148). La volatilidad en 2007 fue baja (p. 151). El regionalismo obviamente más acusado en las CCAA del 151 que en las del 143. No obstante la característica verdaderamente determinante, que se repite en todos los factores, es la heterogeneidad de las CCAA (passim), que constituye en verdad el rasgo esencial de las "Españas electorales" de Vallés (p. 160). La heterogeneidad es tal pero cuenta y mucho en todos los factores la divisoria entre CCAA de régimen ordinario y de régimen especial.

Irene Delgado y Pablo Oñate (La élite parlamentaria autonómica tras las elecciones de 2007) trazan los perfiles sociodemográficos de las élites autonómicas. Comienzan dando fe del gran avance de las mujeres en puestos políticos de representación que se consagra con la famosa Ley de Igualdad de Género de 2007, pero que ya se había consolidado a finales de los años noventa (p. 170). No sé si cabe entender esto como una especie de cuestión contrafáctica en el sentido de que la legislación de igualdad pudiera ser redundante. Si cabe ya voy negándolo. La experiencia muestra que todo lo que tiene que ver con el adelanto de las mujeres sólo se consigue mediante procedimientos coactivos e incluso penales. Las cámaras autonómicas son relativamente jóvenes (47 años de edad de los parlamentarios de media) (p. 173). Las carreras políticas suelen empezar en los parlamentos de las CCAA (p. 174). Por profesiones predominan los abogados, los docentes y, en general, los funcionarios (p. 175). Siempre que veo esta clasificación (que es muy frecuente en todos los parlamentos del mundo) advierto que la presencia de abogados está infravalorada desde el momento en que muchos de los docentes y de los funcionarios también son juristas, o sea, abogados. En el año 2007 ha habido más renovación de cargos que en 2004 y puede observarse que los hombres se renuevan más que las mujeres. Por regla general los diputados autonómicos tienen una gran experiencia política previa en alguno de los niveles de gobierno, normalmente las CCAA (p. 185) y es frecuente que tengan experiencia acumulada habiendo desempeñado también cargos de partido (p. 187).

Guillermo Márquez Cruz (Comunidades Autónomas y Entidades Locales: estrategias multinivel en la formación de gobierno) presenta un monumental trabajo (más de un tercio del libro) en el que aborda la ingente tarea de dar cuenta de los resultados electorales y las coaliciones de gobierno de la multiplicidad de entes territoriales españoles, lo que equivale a enfrentarse a la hidra de Lerna. Las elecciones de 2007 están presididas por la dinámica de nacionalización/estatalización y/o regionalización de la política local (p. 201). No escapará al avisado lector que el hecho de que Márquez haya de emplear tres substantivos para designar la misma cosa (nacionalización, estatalización, regionalización) da idea de la complejidad y las susceptibilidades que despierta el problema. La participación en las elecciones locales fue de 63,8 por ciento, baja como corresponde a elecciones de segundo orden. En las autonómicas fue de 69,8 por ciento y de 68,9 por ciento si incluimos las elecciones de las CCAA del 151 (pp. 204/205). La distribución de concejales fue como sigue: PP, 76,1 por ciento; PSOE, 76 po ciento e IU, 11 por ciento. Sin embargo, la que muestra una mayor tasa de esfuerzo y éxito (presentación de candidaturas y representación obtenida) es IU con un 0,160, a distancia del PSOE con 0,841 y el PP con 0,839 (p. 203). El PP obtuvo la mayoría relativa de votos (36.3 por ciento), pero no de concejales (36,5 por ciento), aunque sí en alcaldías (39,2 por ciento). El PSOE repitió más o menos los resultados de 2003 (35,6 por ciento del voto), con mayor proporción de concejales (36,3 por ciento) y de alcaldes (36,5 por ciento). IU, con un 5,7 por ciento del voto llegó por abajo a los niveles de 1979, con un 1,8 por ciento de alcaldías (p. 207). No he encontrado en el artículo los datos agregados de los PANEs pero quizá se me hayan pasado. Se trata de los datos de las elecciones municipales de 2007 que no aparecen en los otros capítulos del libro que traen los de las CCAA. A continuación Márquez pasa a estudiar las estrategias para la formación de gobiernos en las CCAA y demás entes territoriales locales. Parte del supuesto de que la posición del PP es la más débil porque estaba aislado, habiendo roto con casi todos los PANEs y porque su criterio de que gobernara siempre la lista más votada no lo apoyaba nadie (p. 213). Por su lado, el PSOE e IU firmaron la Declaración Conjunta de 6 de junio de 2007 que posibilitó gobiernos de coalición en toda España (p. 214), completados con los que formó el PSOE también en intensa actividad coalicional con los PANEs (p. 216). Dicho lo anterior y como quiera que, en efecto, aquí hay muchos gobiernos multinivel y de muy distinta naturaleza ya que, por ejemplo, unos órganos son de elección directa (aunque de formas variadas) como las CCAA y los ayuntamientos, pero otros son de elección indirecta, como las diputaciones, los cabildos insulares, los consejos, las comarcas, etc, Márquez desglosa su objeto de estudio en siete grupos, cuyos rasgos esenciales deducirá el avisado lector de más arriba observando qué CCAA entran en cada uno de ellos: 1º) Asturias, Cantabria, Madrid, Murcia, Navarra y La Rioja (pp. 245 y ss.); 2º) Castilla-La Mancha, Extremadura y Comunidad Valenciana (pp. 258 y ss.); 3º) Aragón y Castilla y León (pp. 264 y ss.); 4º) Baleares y Canarias (pp. 279 y ss.); 5º) Andalucía y Galicia (pp. 292 y ss.); 6º) Cataluña (pp. 299 y ss.); y 7º) País Vasco (309 y ss.). Aunque el autor habla en repetidas ocasiones de los casos especiales de Ceuta y Melilla y da datos agregados de ellas, no he sido capaz de encontrar el desglose del análisis de la formación de gobiernos en las dos ciudades autónomas, seguramente por mi impericia. La segunda parte del trabajo de Márquez es un estudio riguroso y pormenorizado de la formación de todos los gobiernos de todas las entidades locales españolas que tanto estudiosos como políticos prácticos harán bien en considerar con detenimiento. Los estudiosos para elaborar sus teorías y los políticos prácticos para saber a qué atenerse.

Una breve consideración general de la obra que en nada desmerece en punto a rigor del primer tomo de la incipiente colección: es una panorámica completa de una realidad extremadamente variable y compleja. Contiene información muy valiosa sobre los niveles subestatales de la política española. Ciertamente, gran parte de esta es política "de campanario" pero a la hora de menospreciar esta dimensión quizá convenga recordar que a su vez España hace política de campanario en la Unión Europea (UE) y la UE en el mundo ancho y ajeno. Lo cierto es que los años han acabado formando una "élite política" autonómica y que la rica vida política local es fuente de alegrías y sinsabores. Por descontado, la línea divisoria básica en la política subestatal española es la que separa la España del 151 de la del 143, la del "régimen especial" de la del "régimen común", las nacionalidades de las regiones o, según algunos más extremos, las colonias de la metropoli.

dissabte, 24 de maig del 2008

Coslada, ciudad sin ley.

Un lector echaba de menos hace unos días algún comentario de Palinuro sobre el episodio de Coslada. Llamativo ya es, desde luego; pero aquí no se reflejó nada por evitar la precipitación. Al fin y al cabo se trata de delitos que se imputan a las fuerzas del orden, a los encargados de vigilar por la seguridad ciudadana y de hacer cumplir la ley, a la policía municipal. Un esperpento bastante siniestro. Me pareció recomendable esperar un poco para tener mayor seguridad y todavía hoy, al día siguiente de la rueda de reconocimiento en que varias prostitutas de las que denunciaron los hechos han reconocido a algunos de los acusados, hay que hablar con prudencia para no saltarse la presunción de inocencia. Esos veintiocho acusados, desde el jefe de la policía hasta el último agente son inocentes en tanto un tribunal de justicia no diga lo contrario.

Por lo demás, el relato de los hechos que se les imputan, las reacciones del vecindario, el desarrollo de las primeras diligencias judiciales presentan un panorama gansteril, con la variante de que en esta ciudad vecina a Madrid los gangsters parecían ser los propios policías. Quienes extorsionaban a los comerciantes, dueños de bares y clubes, amparaban el proxenetismo y colaboraban con él, hacían violencia a las mujeres de alterne, se apropiaban de lo ajeno se supone que eran los agentes del orden. Se trata de esos delitos especialmente dañinos para el interés público porque afectan a la esencia misma de la tarea que el funcionario o la autoridad tiene encomendada, como cuando un juez prevarica, un cura es pederasta, un periodista calumnia, un profesor aprueba por la cara o un político mete la mano en la caja. Son comportamientos que hacen un daño añadido a la colectividad por cuanto extienden un manto de sospecha sobre cuerpos que, en su inmensa mayoría, no se la merecen.

Coslada es una ciudad de aluvión, prácticamente salida de la nada en los últimos cuarenta años en que ha pasado de tener unos 3.000 habitantes a contar con unos 85.000 de los que cerca del 18 % son inmigrantes, especialmente rumanos. Y son rumanos quienes, según se dice, estaban organizados para extorsionar a las prostitutas de acuerdo con los policías que, al parecer, además, cobraban sus favores en especie. Estos datos, es de esperar, moderarán algo los prejuicios en contra de la inmigración. En Coslada actuaba este grupo organizado de delincuentes rumanos pero parece que los verdaderamente temibles eran los policías españoles. Y cuando uno recuerda más casos de corrupción o delincuencia policial, episodios de torturas en comisarías, de muertes en cuartelillos, de contrabando y tráfico de drogas, está uno obligado a salir al paso del estereotipo "inmigrante delincuente" a base de contraponerle otro que podría también hacer fortuna de "policía delincuente" y que, sin embargo tampoco sería justo.

Lo sorprendente de esta historia, ya en sí misma sorprendente del principio al final, es que estos comportamientos de los policías puedan haberse dado a lo largo de muchos años en los que han sido de conocimiento público, con abundancia de denuncias callejeras, pintadas, y comentarios, y que nadie haya hecho nada por investigar, por atajar el desmán; que ningún político de los que han gobernado sucesivamente el ayuntamiento de esta ciudad haya ordenado apertura de expediente alguno. Un viejo dicho afirma que en la administración pública los funcionarios son los puentes y los políticos los ríos que pasan por debajo de ellos. Por lo que se ve, los puentes debían ser pasarelas de piratas y las aguas venían mansas y como idas.

En caso de que los policías municipales de Coslada hoy imputados sean declarados culpables, habrá que preguntarse si las autoridades políticas no han incurrido en algún tipo de ilícito por negligencia. Porque negligencia y mucha tiene que haber habido para permitir que un puñado de delicuentes de uniforme campe por sus respetos en la ciudad como si ésta fuera Wichita, ciudad sin ley.

(La imagen es una foto de tnarik, bajo licencia de Creative Commons.

divendres, 27 d’octubre del 2006

EL MEJOR ALCALDE, EL REY.

Pequeño aviso. Me he apuntado a FeedBurner y he puesto un enlace a la izquierda para quien quiera suscribirse gratis al blog. Imagino que el asunto funciona, pero no estoy seguro. No sé si se recibe por correo o de qué forma. Lo que sí sé es que saca todos los posts, el último y todos los demás, pero vienen un poco desconfigurados. Supongo que no es sólo mi incompetencia porque, según que se emplee un navegador u otro, se desconfiguran de formas distintas. Además, he visto que los de FeedBurner reconocen problemas. O sea, que seguiré intentándolo. Pero, de momento, tengo un enlace molón.

Según lo visto, al candidato a alcalde de mi ciudad lo designa el señor Rodríguez Zapatero en un momento de inspiración. Y esto, ¿qué diantres es? Franco nombraba directamente al alcalde, no al candidato; pero es la única diferencia, porque nombramientos a dedo son los dos. El PSOE, que se dice de izquierdas, ¿no tendría que consultar a los madrileños? No hay norma que fuerce a ello, a no ser una regla de cortesía que obliga a preguntar antes de decidir de forma tan imperial. Al fin y al cabo, el señor Sebastián parece saber tanto de ayuntamientos como la señora Trinidad Jiménez de relaciones internacionales.

La blogosfera, temible monstruo de 100.000 ojos, empieza a crepitar con la imposición de este hombre en la sombra, verdadera sombra de hombre, como candidato. Hasta a los chicos de El Plural, que son devotos monclovitas, les parece mal el asunto, aunque no a todos, algunos dicen que es una sapientísima decisión. Antonio San José se hace cruces, diciendo que Sebastián es lo contrario de Bono y que no tiene carisma. No sé yo qué carisma puedan haber tenido todos los alcaldes del rompeaolas a lo largo de su historia. ¿Carisma Gallardón, Álvarez del Manzano, Rodríguez Sahagún, Tierno? ¿Y qué decir de Arias Navarro o Arespacochaga? Por no tener carisma no lo tuvo ni "el mejor alcalde de Madrid", Carlos III de Borbón. Pero eso traza, creo, la raya del gusto de los madrileños: no nos importa que el candidato no tenga carisma; es más, lo preferimos aburrido (a la vista está) y doctos, a ser posible. Y, si hay que elegir entre aburrido y sabio, se prefiere lo primero, como se prueba con el señor Álvarez del Manzano.

Lo que se me antoja peligroso no es que el candidato sea profesoral, gris y aburrido, sino que sea la voz de su amo, el hombre de confianza de otro, un mandao, vamos. Una ciudad que gusta de tener a reyes por alcaldes (aunque sea Carlos III, a la derecha, en un curioso retrato obra de Joaquín Cortés Caballero) no se conforma, supongo, con un valet de chambre, al menos desde la llegada de la democracia. En la dictadura pudo haber sido alcalde el caballo de Su Excelencia. Pero eso, en principio, se ha acabado. Escolar es demoledor: "dicen los socialistas que este economista desconocido para el gran público que estuvo a punto de ser ministro y se quedó de asesor cumple con "el perfil que buscaba el PSOE desde hace tiempo. Seguro que sí."

Lo tiene crudo el hombre. Por un lado, puede ser una prueba del principio de Peter y, por otro, contraprueba de una de las cuestiones más discutidas en la ciencia política: el impacto de las campañas electorales. La de Sebastián ya tiene que ser original e impactante porque así, en la salida, nadie da un euro por él. Si yo fuera locutor del bando nacional, mañana soltaría la siguiente interpretación por los micrófonos:

"Genuflexo ante el gran Polancone y queriendo pagar una deuda oscura que tiene con él, Zapo nombra candidato a una nulidad para que gane las elecciones Prisardón o, como dice Escolar, uno de mis blogs prefes, para que la nulidad las pierda frente a Prisardón."
Si, en lugar de locutor liberal fuera asesor electoral, montaría una campaña en plan David contra Goliath, que es muy socorrida. Es mejor que el candidato hable de los filisteos que de las obras de la M-30. El señor Gallardón tiene previsto inaugurar el faraónico proyecto antes de las elecciones, para lo que parece que habrá que gastar 1.000 millones más de euros sobre lo presupuestado. No estoy seguro de la cantidad, pero lleva un montón de ceros. Van a poner parquímetros en los rellanos de las escaleras.

diumenge, 10 de setembre del 2006

Conteniendo la respiración.

DIES IRAE

Mañana, 11 de septiembre, cinco años del atentado de las Torres Gemelas que, según autorizadas opiniones, cambió el curso de la historia, señaló el comienzo de la IIIª Guerra Mundial, proporcionó a los estadounidenses una excusa para ejercer de sheriff planetario y fue el acontecimiento que caracterizará el siglo XXI. Lo que era fácil de decir pues, por entonces, el siglo no llegaba a los dos años. Poca fe en la capacidad humana para organizar desastres tienen los que tal afirman si creen que así seguirá siendo al final del siglo, si el siglo tiene final.

El insaciable catastrofismo de la tribu quiere que mañana Al-Qaeda salga con algo gordo, si bien todo el mundo cruza los dedos y murmura "no lo permita Dios". Al margen de lo que Dios permita, si los terroristas pretenden celebrar el primer quinquenio con otra más sonada, lo tienen crudo. Occidente está supervigilado. Todo se filma, se registra, se graba y, de vez en cuando, se "previene". Supongo, pues, que mañana no pasará nada, aunque no será por falta de ganas de muchos, de muchos más de los que están en lucha directa contra El Gran Satán. Porque hay que jorobarse pero parece que el 36 % de los ciudadanos estadounidenses cree que su Gobierno permitió el atentado, si es que no lo perpretró él mismo para dar salida a las ansias belicosas de los "neocons". Eso es éxito en las teorías conspirativas y no lo de aquí con la mochila del 11-M. Por cierto, podría hacerse una encuesta, a ver cuántos españoles creen que la ETA es directa o indirecta responsable del 11-M. Más que nada para que alguien deje de dar la barrila.

El Frankfurter Rundschau de hoy trae una larga entrevista con Oliver Stone (también partidario de la teoría de la conspiración, aunque de otro tipo) a propósito de su peli World Trade Center, (la de la imagen) sobre el 11-S. El cineasta habla de la importancia de la esperanza, que para eso está en Alemania, y dice que "América" (se refiere a los EEUU, claro) "ha perdido el juicio".


LAS PRISIONES SECRETAS DE LA CIA.

El juicio y la vergüenza. El mismo periódico reproduce un mapa de la Agencia Alemana de Noticias (Dpa) en la que se da idem de la red de secuestros que tiene montada la CIA en Europa y Asia, con especificación de los puntos de las tripulaciones, los aeropuertos de embarque y los centros secretos de tortura. Sí, sí, de tortura. El señor Bush había reconocido de modo genérico que se aplicaban tratamientos "duros" con los detenidos, pero siempre legales. Hoy sabemos en qué consistían en el caso de un detenido, Abu Zubaydah, a quien el señor Bush había mencionado por tratarse de alguien que podía dar información preciosa. Entre los procedimientos empleados para sacársela se contaban encerrarlo en una celda sin abrigo con el aire acondicionado al mínimo durante horas hasta que se ponía azul; o atronarlo con música a todo trapo también durante horas. Si eso no es torturar, ¿qué es? Y el señor Bush, ¿qué es?

Una ojeada al mapa deja claro que los europeos tenemos algo que rascar en esa canallada: en Alemania y Mallorca hay tripulaciones de secuestradores de la CIA. En Italia, Suecia, Bosnia y Macedonia se embarca a los secuestrados y en una variedad de países árabes (así como supuestamente en Polonia y Rumania) se los tortura. En nombre de nuestra seguridad.


RUBIANES II

En casa también se contiene la respiración pero por intriga de menor cuantía. Entiendo que no fue el Ayuntamiento quien suprimió de cartel la obra del señor Rubianes (bravo por el Aytº), sino que lo hizo el propio señor Rubianes. Y, según parece, tras dar a entender que el Alcalde lo había censurado. Si esto es cierto resulta un comportamiento mucho más vituperable que cagarse en la "puta España" porque eso no es decir nada y lo otro es atentar malévolamente contra la honorabilidad de alguien. Debiera aclararse: ¿hubo censura o autocensura? La obra se pondrá en un auditorio de CCOO. Yo dudaba ayer de que tuviera ofertas de empresarios privados; y sigo haciéndolo. CCOO no es un organismo público, como el Ministerio de Fomento, pero tampoco es la sociedad de amantes de la manzana Reineta, que espero que la haya. En el mejor de los casos, un híbrido, que se mantiene con fondos públicos directos o indirectos, como el teatro "Español".

Si el estreno se produce imagino que habrá bronca. Por ahí anda Ricardo Sáez de Ynestrillas, amenazando. Por cierto, todo el mundo habla de su blog y yo no lo encuentro. A lo mejor mi ordenata tiene un cortafuegos contra fachas. Pero me gustaría verlo. De haber bronca, no durará mucho. No veo a mis paísanos montando un pollo todos los días al señor Rubianes, como le hicieron a Diego Rivera los grupos de matones de la derecha, movidos por el Obispo de México a causa de su mural Sueño de una tarde de domingo en el parque de la Alameda. No subo la imagen porque es muy birria, dado el tamaño del mural. A lo mejor pongo mañana un detalle con la historia de la pugna entre el Obispo y el Artista. Muy ilustrativa.