dijous, 10 de maig del 2018
Contra los calumniadores profesionales
dilluns, 4 de juliol del 2016
El comunismo de Podemos y sus difamaciones
dimecres, 18 de març del 2015
Que la calumnia no salga gratis.
dimecres, 7 de setembre del 2011
La devota calumniadora.
Lo primero que hizo María Dolores Cospedal, recién ganadas las elecciones autonómicas de Castilla-La Mancha, fue encasquetarse una peineta y una mantilla y salir el día del Corpus en procesión, muy castiza y contenta, símbolo de la España profunda, la de los lechuguinos y las señoras bien, a dar gracias a su dios por su triunfo. Exhibía así en público al mejor estilo fariseo su supuesta fe en la doctrina de Cristo, uno de cuyos mandamientos recogidos de la ley mosaica es "no calumniarás". Pero, hasta entonces, no había hecho otra cosa que calumniar porque, por encima de su creencia religiosa, está su ambición política, su afán por exterminar al adversario al coste que sea, incluido, por supuesto, el de la calumnia. Un estilo de hacer oposición que no es privativo de ella pues lo comparte con sus correligionarios, si bien deja chicos a muchos de ellos en punto a maldad, vileza e inmoralidad.
Quien osa decir que el gobierno socialista tiene montado un "Estado policial", pero después no ratifica sus acusaciones ante un juez, debidamente requerida para ello, da por buena la acusación de mentir, injuriar y calumniar. Quien reitera luego la infamia y la mentira y de nuevo, citada a un acto de conciliación judicial por acusar al gobierno de espiar a la oposición, vuelve a escabullir el bulto, adquiere ya condición de redomada calumniadora; que, por debajo de su beatífico gesto y su devota mantilla, es lo que es la citada señora, para quien hacer oposición consiste en insultar al gobierno y acusarlo sin pruebas.
Y como puede verse hoy día, es lo que sigue haciendo cuando está en el gobierno, esto es, oposición a la oposición con las mismas innobles artes de que se valía antes, con el agravante de que ahora, al estar en el poder, ya puede manipular y falsear los datos a su antojo y con igual irresponsabilidad. La misma persona que miente afirmando que el Gobierno del PSOE tiene diez veces más asesores de los que tiene y que recorta un veinte por ciento el presupuesto de su comunidad pero aumenta en 4.000 euros el sueldo de sus asesores, no ha aclarado aún si sigue o no cobrando los dos salarios con cargo a fondos públicos, inmoralidad que alcanza los más de doscientos mil euros al año.
Se trata de alguien que acusa, es de suponer que con las mismas pruebas con que contaba en las otras ocasiones, al anterior presidente de Castilla-La Mancha de haber ocultado el déficit y que en el colmo de la ruindad y la desfachatez lo ha denunciado también por haber borrado los archivos informáticos de su gobierno, ella, que pertenecía al gobierno de Aznar que, en marzo de 2004, al perder las elecciones, procedió a un borrado general de los ordenadores de La Moncloa del que se hizo eco la prensa internacional y del que lo único que se sabe es que costó 12.000 euros al erario público. Supongo que Barreda no habrá hecho lo que Cospedal sostiene y que se tratará de una de las habituales calumnias de ésta, en función del acrisolado principio de que cree el ladrón, etc., etc. Pero algo debiera quedar claro ya a estos infelices sociatas que jamás denunciaron el expolio del Gobierno de Aznar del que Cospedal formaba parte: la clase de pájaros con que tienen que vérselas, su falta de ética y de escrúpulos.
(La imagen es una foto de PP Madrid, bajo licencia de Creative Commons).
dijous, 25 d’agost del 2011
Resacas
Strauss-Kahn es inocente y el juez le ha devuelto la libertad. ¿Toda? No, no toda. Hay parte de ella que el juez ni nadie en la tierra es capaz de devolverle. Hay opciones que antes tenía abiertas y ahora le están cerradas. No puede volver al FMI y quizá no pueda ser candidato a la presidencia de la República de su país. No es libre del todo. Un sistema judicial indebidamente sensible al peso social de los justiciables (en un sentido u otro), unos medios proclives al sensacionalismo y unos comentaristas que toman sus prejuicios por la medida racional de las cosas han destrozado la carrera de una persona sometiéndola a un linchamiento inicuo. La víctima tiene ahora que reorientar su vida y seguramente lo conseguirá pues medios no le faltan. Los arriba citados, en cambio, no tienen nada que perder; nadie va a meterse con ellos. Sólo tendrán que hacer frente a su propia conciencia, si la tienen y, si la tienen, ojalá la escuchen. A ver si la próxima vez pesa más en su ánimo el respeto a los derechos de otro que sus prejuicios y su egoísmo.
La foto sólo en parte refleja el increíble estado en que quedó el campo de Cuatro Vientos en el que un millón de gratistotales tuvieron su juerga mística. Una semana (algunos dicen un mes) tardarán los servicios municipales de limpieza y las contratas en retirar las toneladas de porquería a razón de cien camiones diarios. Ya pueden los gratistotales volver a sus países con el alma limpia porque la mierda nos la han dejado aquí, incapaces, al parecer de llevarse cada uno sus tetrabicks vacíos en sus mochilas milagrosas. Digno colofón a un acto que fue una vergüenza de claudicación de los poderes civiles ante una iglesia que actúa como si el país fuera suyo: al final, meados.
En los años cuarenta del siglo XX se inauguró una línea de autobuses Madrid-Valencia que pasaba por Cuenca en uno de cuyos pueblecitos cuyo nombre he olvidado hacía una parada frente al único bar del lugar. Los pasajeros bajaban, estiraban las piernas, meaban en el excusado y volvían a subir al autobús ante la flemática mirada del propietario que decía con la sabia retranca centenaria del pueblo: "algo siempre dejan".
Decenas de vídeos tomados con móviles, videocámaras, etc. muestran que la policía se comportó como una banda de matones y gamberros de extrema derecha en diversas ocasiones con motivo de las manifas de los laicos en días pasados. Los agentes actuaron con una saña y una brutalidad contra los laicos y sólo contra los laicos que sería difícil de creer de no existir las imágenes. Es, además, una brutalidad políticamente motivada. Agreden a ciudadanos pacíficos, no por lo que hacen, que no estaban haciendo nada, sino por lo que piensan. Y eso es muy grave. Que los gratistotales hostigaran a unos ciudadanos madrileños que les habían pagado generosa (aunque no voluntariamente) su estancia aquí era de esperar. Que la policía, después de incumplir su deber de proteger la manifa legal y autorizada de laicos, la emprendiera a palos con estos y siguiera haciéndolo en días posteriores con quienes protestaban por los apaleamientos ya habidos, también era de esperar (a qué engañarnos) pero, a diferencia de los gratistotales que ya se han ido en buena hora la policía se queda. Y tiene que responder ante los ciudadanos del uso del poder y la fuerza que estos le confían. Los contribuyentess no pagan sus impuestos para que los apaleen sino para que los protejan en el ejercicio de sus derechos. Todos los ciudadanos injustamente agredidos deben denunciar los hechos. Y quizá haya que nombrar una comisión parlamentaria que investigue cómo se recluta a los policías en España y qué se les dice respecto a la función de la policía en una sociedad democrática y abierta, que no es sustituir al Papa repartiendo hostias y, encima, equivocándose de parroquia.
(La primera imagen es una foto de Guy Masavi, bajo licencia de Creative Commons). La segunda procede del blog de Juan Francisco González Barón. La tercera es una captura de un vídeo en publicado en El País.
dimecres, 11 de novembre del 2009
La política de la difamación.
Lo que más molesta de esta derecha española ultrarreaccionaria, carcunda, meapilas, agresiva, nacionalcatólica, centralista, demagógica, neofranquista y corrupta es su desprecio por las formas civilizadas del debate político y su recurso permanente al insulto, la descalificación, los infundios y las difamaciones. Francamente no es de recibo que la señora Ana Mato, ex-esposa del ex-alcalde de Pozuelo de Alarcón a quien se imputan comportamientos de corrupción y rapiña que harían palidecer a los filibusteros del Caribe tenga el rostro de presentarse en televisión a poner en duda sin prueba alguna, sin nada en concreto, la honradez de un conciudadano y, en definitiva, a hacer realidad el viejo proverbio de que "cree el ladrón...". Porque parece mentira que haya que señalar estos extremos, pero la política, que es como la espuma de los días, no es nada distinto de la vida cotidiana de la gente e igual que no se puede ir a la televisión a decir que el vecino del cuarto atraca a los pasantes y viola a las mujeres en el parque sin prueba alguna, tampoco se puede ir a insinuar suciedades sobre un colega de oficio como el señor Chaves sin tener otro indicio que el hecho de que le extraña que el difamado no haya hecho lo que, según se colige de sus palabras, ella sí hubiera hecho como, al parecer, estaba haciendo su marido: enriquecerse ilícitamente en un cargo público.
(La imagen es una foto de Chesi - Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons).