Este año es el centenario de su nacimiento en 1914. Como Palas Atenea, una diosa del conocimiento y señora de la guerra.
divendres, 31 de gener del 2014
Destino de mujer
Este año es el centenario de su nacimiento en 1914. Como Palas Atenea, una diosa del conocimiento y señora de la guerra.
divendres, 30 de maig del 2008
Telefónica, cómo no.
Sé que cualquier cosa mala que se diga de Telefónica encontrará apoyo y simpatía en el 99 por ciento de los españoles que hemos de sufrir este monopolio de hecho, monumento a la incompetencia y el abuso como no se ha visto otro. El 1 por ciento restante lo dejo para quienes se beneficien del atropello que esta compañía comete de modo sistemático con sus clientes, así como los parientes y amigos.
El caso es que estoy sin conexión a la red en casa. El asunto se cuenta en dos instantes: una mañana cualquiera de la semana pasada llama un operario de la compañía contando que nos ofrecen una "promoción" exclusiva, bla, bla, bla para aumentar nuestra velocidad de conexión de 4 MB a 10 por un módico sobreprecio de cuatro euros mensuales. Se le dice que no. Cuelga. Cuatro días después, llega un router nuevo de telefónica a casa (lo de llega es un decir; lo trae una empresa de mensajería que nos está toreando dos días) que deposito con unción religiosa en una mesa para cuando haya que devolverlo; otros cuatro días después, no hay acceso a la red. Llamo a un 902 (sí, esos de pago donde te tienen esperando eones mientras soportas músicas indescriptibles, se repite un mensaje de que esperes y se llenan los bolsillos con tu dinero) y me explican que como he pedido la "promoción" a los 10 MB, se están haciendo los pertinentes arreglos. Digo que en su día rechazamos la tal promoción y la persona del 902 me pasa con un "técnico" de malos modos. El tal técnico se hace cargo de la incongruencia de que quieran meterme una "promoción" en contra de mi voluntad y añade de su cosecha que, además, aunque la quisiera, no la tendría porque la zona en la que vivo carece de cobertura para hacerla. O sea, no tengo "promoción" ni línea. Resultado: En cuarenta y ocho horas tendré, dicen, restablecida mi conexión anterior.
¿A que es genial? Por supuesto, todos los inconvenientes, gastos, costes ocasionados por esta pandilla de incompetentes y abusones tiene que pagarlos el cliente, en este caso, un servidor que está aporreando el teclado en un bendito work center en Madrid a donde he tenido que trasladarme a trabajar, mirar el correo, subir mis posts, preparar mis trabajos, etc.
Cuando se privatizaron estas compañías antes públicas se dijo que se beneficiarían los consumidores porque la libre competencia siempre tiene esos resultados. Fue una de las habituales mentiras del neoliberalismo: Telefónica sigue siendo un monopolio de hecho. Las compañías de la competencia tienen que lidiar con una situación de inferioridad y abuso pues aquella es propietaria de la red. En verdad esa sí que sería una labor necesaria del Parlamento: estudiar esta situación, recuperar por ley las instalaciones e infraestructuras para el Estado y hacer que Telefónica estuviera de verdad en igualdad de condiciones con sus competidores. Así sí se terminarían estos abusos de una vez por todas. En caso contrario la compañía seguirá aprovechándose de su situación de privilegio en detrimento de sus clientes.
dilluns, 13 d’agost del 2007
Grrrrrrrrrr. ¡Telefónica!
Son la ocho de la tarde del lunes, 13 de agosto. La zona en la que vivo en Pozuelo de Alarcón lleva más de 24 horas sin acceso a la red por una avería de Telefónica. Si llamas y tienes suerte y alguien te atiende después de tomarte el pelo tropecientos minutos en una línea 902 que quiere decir que estás pagando por la tomadura de pelo (cosa que encuentro de más sinvergonzonería que lo que pueda haber hecho "El Solitario"), te dicen que hay una avería en Ciudad Jardín y tratan de mentirte añadiendo que, al ser una avería masiva" (sic), estará arreglada en un par de horas. Cuando les dices que no hubo red el domingo en todo el día, te responden (y es textual, debe de estar grabado) que, claro "los técnicos de telefónica no trabajan en domingo", pero que enseguida estará arreglada. Mentira de nuevo. Todavía no sé si está reparada porque he decidido suspender mi estancia en Madrid, a donde había ido a ver la ópera "El viaje a Reims" (sobre eso mañana) y escuchar al maestro Valery Georgiev interpretando a Tchaikovsky. Alcancé a ver la ópera, sobre la que postearé mañana, pero no lo de Tchaikovsky porque nos hemos tenido que volver al pueblo, al atraso del campo, para conectarnos a la red.
Sobre este asunto de la prepotencia de una compañía avasalladora y sin escrúpulos que todos hemos padecido y que cobra los servicios que no presta, y sobre el estado de las altas tecnologías en la capital de la octava potencia industrial del mundo, unos parrafitos a continuación.
¿Qué hace un bloguero que a las dos de la madrugada del 12 (domingo) al 13 (lunes) de agosto ha perdido la paciencia viendo que no va a tener acceso a la red? Sencillo, ya que vive en Pozuelo, a 12 km de la capital del otrora imperio de las Españas, pilla el coche y se va a Madrid a conectarse en algún Work Center, de los que hay media docena abiertos las 24 horas del día porque Madrid, ya se sabe, tiene cuatro millones de habitantes y es una ciudad supermoderna. Bueno: ni uno abierto. Tenían uno de guardia y el de guardia ¡también estaba cerrado! ¡Ah! Pero habrá algún sitio en el que conectarse, aunque sólo sea para mirar el correo. Porque no es cosa de llamar a un amigo que no viva en Ciudad Jardín a las dos y media de la madrugada para que te deje mirar el email. No, no lo hay. Muy amables, en un hotel cercano a la Puerta del Sol, en donde no me dejaron conectarme si no pillaba una habitación de 132 euríviris la noche, me dijeron que había un locutorio con inet abierto 24 horas al día en Montera número 10. Crúzate la Puerta del Sol a las 2:30 de la madrugada, abriéndote paso entre subsaharianos, antes llamados negros, macarras, borrachos, putas, putos, chinos vendiendo bocatas sobre cajones de cartón, suramericanos armando bulla, indonesios cantando melopeas, grupos de clientes del Joy Eslava o el Palacio Gaviria, porteros de noche, magrebíes (antes llamados moros) en corros, vagabundos, turistas trasnochadores, cacos, españoles en pandilla, más de temer que todos los anteriores juntos y afanosos empleados municipales recogiendo la basura que va soltando tanto pluralismo demográfico, para comprobar que el locutorio de Montera 10 lleva años convertido en una tienda de camisetas y calcetines.
O sea, la capital de la octava potencia mundial no tiene un solo punto público de conexión a internet por la noche. Al ayuntamiento no se le pasa por su improbable cabeza habilitar alguna zona wifi, supongo, porque Telefónica armaría la de Dios es Cristo dado el lucro cesante. Pero a Telefónica tampoco se le ocurre abrir algún centro de emergencia para ofrecer el servicio que no presta en donde estaba obligada a hacerlo cuando hay una avería. Eso sí que sería "atención al cliente" y no las estúpidas encuestas que realizan por teléfono al final de las conversaciones y que, por supuesto, pagas tú por tratarse de un 902.
Y se extrañan de que la gente los llame sinvergüenzas e incompetentes.
En fin, dejo a continuación un post que había hecho ayer y que no pude colgar.