diumenge, 10 de juny del 2018
Esperanzas desesperadas
dijous, 11 de febrer del 2016
Cataluña según Cebrián
dissabte, 16 de gener del 2016
Hablar al catalán
dimarts, 12 de gener del 2016
Cabezas huecas que embisten
divendres, 25 de setembre del 2015
Un artículo inútil.
Hace unos días Felipe González publicaba una desafortunada Carta a los catalanes también en El País en la que sugería semejanzas entre el fascismo y el nazismo y el independentismo catalán. Hoy, el secretario general del PSOE escribe en el mismo medio una breve "Tribuna" más contenida de trato pero igualmente vacua. No obstante, es muy de agradecer el último intento de Pedro Sánchez de encontrar alguna forma de acomodo a cuarenta y ocho horas de unas elecciones que son decisivas para España, aunque los dos partidos dinásticos se hayan obstinado en ignorarlo sistemáticamente. Es de agradecer pero no resulta convincente.divendres, 3 de juliol del 2015
El frente (constitucionalista) del Ebro.
Los almuerzos en La Moncloa a raíz de las elecciones del 24 de mayo demuestran que Rivera es un político veloz. Su objetivo, según parece, era forjar un frente constitucionalista en Cataluña, eso que los soberanistas llamarán indefectiblemente frente unionista o españolista. Su visión estaba puesta en las elecciones autonómicas catalanas de septiembre. No habiendo obtenido ningún alcalde en Cataluña, C's pretende volcar sobre la Comunidad el notable apoyo de que goza en España. Quiere consolidarse en el Principado. El gobierno no se entusiasma con la idea porque ve que C's absorbe su apoyo electoral. Pero, al mismo tiempo, no puede rechazar una alianza nacional-española. Conclusión: da el caso por perdido, deja la cuestión a las escasas habilidades de Sánchez Camacho y se concentra en ganar las elecciones de noviembre. Pero puede suceder que el resultado de estas esté condicionado por el de las catalanas en medida que no le agrade,dilluns, 11 de novembre del 2013
España una, cincuenta y una y dos ciudades.

diumenge, 30 de desembre del 2012
La España oficial y la España real.
El presidente afirmaba solemne en su lamentable comparecencia del día de los Inocentes: Creo en España y en su futuro. Estaría bueno. Cabe imaginar cómo sonaría otro tipo de enunciado, por ejemplo: No creo en España ni en su futuro. Ningún presidente del gobierno puede decir algo así. Y, como tampoco es cosa de andarse con pamplinas del tipo de mediocreo en España y en su mediofuturo, la expresión primera resulta obligada y es una vaciedad. Porque si Rajoy no creyera en España y en su futuro, ¿por qué empeñarse en ser presidente del Gobierno? Para los neoliberales, tan admiradores de lo empresarial, sería como si un fabricante de quesos, por ejemplo, dijera no creo en mis quesos ni en su futuro. (La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).
dimarts, 9 d’octubre del 2012
La secesión de Cataluña.
¡Qué pronto ha cambiado el tono de los españoles al referirse al propósito catalanista renovado de ir a la independencia! Lo que empezó siendo una algarabía catalana, según calificación de Rajoy, cuya capacidad para el análisis realista es inexistente, ha acabado siendo una algarabía española. Algunos de esos que siempre lo saben todo habían descubierto que, en el fondo, la petición independentista no era más que una cortina de humo para que la gente no se fijara en los asuntos verdaderamente importantes, los recortes, la crisis, etc. Esos mismos están hoy dispuestos a mandar la Guardia Civil o lo que haga falta para frenar a unos independentistas que cada vez hablan más claro.diumenge, 20 de juliol del 2008
Els catalans.
El señor Rodríguez Zapatero clausura hoy el congreso de los socialistas catalanes. Una prueba más de la centralidad del PSC en la vida política española. Porque no ha ido a la clausura de otros congresos socialistas, como el Aragón o Extremadura. Ciertamente, con sus veinticinco diputados en el Congreso y el hecho de ocupar la presidencia de la Generalitat, los socialistas catalanes son cruciales en la gobernación de España y la presencia del señor Rodríguez Zapatero es resultado de ese hecho obvio y conocido.
Pero precisamente tal centralidad catalana hace que las relaciones entre el PSC y el PSOE no estén exentas dificultades. Por lo demás algo habitual en el encaje de la "sección catalana" (por así decirlo) de cualquier partido español de ámbito estatal. Así sucedió tradicionalmente entre el Partido Comunista de España y su vertiente catalana, el Partit Socialista Unificat de Catalunya, cuando los partidos comunistas eran alguien en Europa y así está sucediendo (con sus pertinentes connotaciones) con el PP y el PPC. En resumen, la cuestión es siempre la misma: no hay modo de saber si el partido catalán es filial, asociado o sección del partido de ámbito estatal o es un partido federado o, incluso, una formación independiente que sólo coincide con el otro en el nombre. Una situación que refleja también la ambigüedad del encaje territorial de Cataluña en España, nunca enteramente resuelta.
En las relaciones entre el PSC y el PSOE, la ambigüedad es patente. El PSC no es una mera federación regional del PSOE, pero tampoco es un partido independiente. En el congreso, el secretario general, señor Montilla, ha dicho que los socialistas catalanes y Cataluña tendrán "voz propia" en España, en Europa y donde quiera haya que levantarla . La voz, dice el señor Montilla, "més exigent". La fórmula concreta de tener esa voz propia en España es constituir un grupo parlamentario propio en el Congreso, cosa que el de los socialistas catalanes ha vuelto a plantear, aunque sólo para dejarla en hibernación de momento. Se estará de acuerdo en que ser un único partido pero disponer de dos grupos parlamentarios (situación que ya se dio en el pasado) no es fácil de entender desde el punto de vista del principio tradicional de identidad que dice que A no puede ser A y no A al mismo tiempo.
Sucede que, para no ser un segundón sempiterno en la política catalana y hacer realidad su vocación de gobierno, el PSC se ve obligado a competir con la fuerza nacionalista más poderosa que es CiU en el terreno de esta misma, esto es, el nacionalismo. Así, los catalanistas en el seno del PSC han acabado imponiéndose y, gracias a ellos, está el PSC en la Generalitat. Pero ese giro tiene unas consecuencias. La más importante es la radicalización nacionalista de CiU, que se ha hecho soberanista, lo cual obliga al PSC, ya en esta dinámica, a contrarrestar la opción soberanista cosa que ha hecho el PSC declarando ser una nación con territorio, lengua y cultura propios y pidiendo una reforma constitucional en un sentido federalista lo que, en principio, no tiene por qué molestar al PSOE que es un partido que dice ser "federalista".
Ahora bien, el asunto sigue sin ser de fácil acomodo. En primer lugar porque no es el federalismo la opción que propicie CiU, a quien fastidia el tono general igualitario del federalismo convencional, en donde todas las entidades subestatales son iguales. El catalanismo no es federalista pero sí es posible que, a cuenta de la reivindicación federal, CiU radicalice aun más su discurso en un sentido independentista.
Y todo para nada porque, estas alturas del desarrollo autonómico, la reforma federal de la Constitución será problemática (ya que la gente tiene asociado el federalismo al peligro de la desintegración de España) pero no variará sensiblemente la planta autonómica del Estado que es, de hecho, un Estado federal. Es decir, la solicitud de reforma federalista habría de entenderse en el sentido de que los socialistas más catalanistas han colocado un "brindis al sol" en su Congreso, de no ser porque los tales socialistas no suelen hacer brindis al sol.
En efecto, lo que verdaderamente traduce el espíritu de la propuesta federalista es la ambigüedad de que se hablaba más arriba. En el fondo, la petición de Cataluña es a ser tratada en el conjunto deEspaña como un aeque pincipaliter, lo cual deja poco lugar a federalismo alguno y se abre más a la idea de iberismo que se ha resucitado a raíz de que en una encuesta no hace mucho en Portugal, el40% de los encuestados dijera que quería una unión con España. No ha lugar a unificación alguna porque, en contra de lo que creen muchos portugueses difícilmente se encontrará un 40% de españoles partidario de esa uniòn.
Y, en definitiva, el iberismo ¿qué es? Cuestión nada trasparente porque significa cosas distintas para los distintos autores pero sí se podrá decir que, sea lo que sea, lo que es indudable es que es una forma de organización confederal. Y esa sí que tiene peligros para España.
(La imagen es un cartel en las recientes elecciones en Italia, un cartel de la Lega Nord, cuyo obetivo final es la independencia del norte de Italia a lo que llama "la Padania")
dimarts, 15 de juliol del 2008
De la Coruña a Bélgica.
Nos hemos venido a La Coruña, en donde dirijo un curso de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo sobre el ciberespacio y la blogosfera que está siendo muy animado, con intervenciones interesantes de un grupo de diputados mexicanos que se han desplazado a la Madre Patria para debatir estos asuntos. El curso se celebra en la sede de la Fundación Caixa Galicia que es un edificio todo él de diseño elegantísimo, muy confortable y con todos los adelantos precisos para hacer las exposiciones con presentaciones de powerpoint y los demás adelantos tecnológicos.
Por cierto estoy leyendo un libro que ya comentaré en su día, de Núria Almirón y Josep Manuel Jarque sobre El mito digital en el que se hace un ataque en toda línea de lo que los autores consideran el "discurso mítagógico" del digitalismo, una especie de superchería. Es un libro interesante. Los autores no quieren en modo alguno que se los asimile a unos tecnófobos, pero en sus ataques al nuevo mito digital sí parece que hay cierta animadversión a las TICs. Ya lo veremos con mayor detenimiento. En el curso, en todo caso, esztá quedando claro que el ciberespacio y todo lo que tiene que ver con la red está ganando la pelea por KO.
En esta ciudad joven, que se vuelca en las playas cuando hace buen tiempo, me entero de que el Primer Ministro de Bélgica, el democristiano flamenco Yves Leterme, quien llevaba cuatro meses en el cargo después de otros diez en que el país estuvo negociando la composición del gobierno, ha presentado su dimisión al Rey. Parece que la dimisión se debe a un ultimatum de su propio partido.
La pregunta hoy es si el Estado belga, una construcción bastante artificial, resiste este nuevo envite sin quebrarse, dado que ya está al límite de sus posibilidades de descentralización. Y, por todo lo que sé, sus próximos avatares se seguirán con mayor interés en España que en la propia Bélgica.
(La imagen es una foto de Fieraz01, bajo licencia de Creative Commons).


