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divendres, 23 de juny del 2017

Del "no" a la abstención y de la abstención al "no"

Mal empezamos. La abstención es siempre una señal de irrelevancia y, en determinadas circunstancias, una muestra de debilidad o falta de criterio. En esta abstención del PSOE ante el CETA hay dos aspectos: el de la abstención como tal y el de que sea frente al CETA.

A lo primero: no es bueno comenzar la "nueva socialdemocracia" haciendo lo mismo que se criticaba en la antigua. La crítica se basaba en que no es de recibo abstenerse en asuntos de gravedad, como la investidura de Rajoy. Sobre todo porque la abstención venía a ser un "sí" encubierto. Ambas cosas se dan hoy con la abstención de Sánchez: la votación del CETA (que es un tratado "mixto" y necesita voto favorable de los parlamentos) no es un asunto menor y, además, la abstención es un "sí" encubierto, dado que el tratado cuenta con mayoría gracias a la abstención del PSOE. 

La abstención ha sembrado el desconcierto entre los socialistas, muchos de los cuales la ven como una concesión más a Podemos, en un proceso de mimetización. Tiene, es claro, un valor simbólico. La izquierda está contra el CETA en toda Europa, si bien la socialdemocracia apoya. Y aquí viene el gesto de Sánchez, el guiño a Podemos, como dicen los analistas. El PSOE se acerca sin fundirse con él y se distancia de la derecha. Pero es un gesto y vacío, pues el Parlamento aprobará el tratado. Pero, ¿era necesario? La oposición de la izquierda al CETA, ¿es razonable?

Aquí vamos a la segunda parte. La abstención es frente al CETA, ya aprobado en la UE y pendiente de las ratificaciones de los parlamentos de los Estados miembros, cosa de la que pocos dudan porque, tras el brexit, renace con fuerza el espíritu europeísta. Basta con escuchar a Merkel y Macron, que son quienes mandan. Pero la oposición de la izquierda es muy fuerte, muy maniquea. Estar a favor del CETA te lleva a las zahúrdas de Plutón; estar en contra, a los campos elíseos. Pero, ¿en qué reside en concreto la objeción de la izquierda al CETA?

Pudiera ser en la inquina a la globalización, al menos es el argumento de Moscovici. Pero no parece cierto por lo desajustado. Convivimos con la globalización y un tratado que, al fin y al cabo, es bilateral, puede tener un impacto positivo o negativo en esa misma globalización.

Quizá se trate de un proceso inercial de la carrera que se inició en la oposición al otro tratado, el TTIP, entre la Unión Europea y los Estados Unidos. La oposición a este fue tan generalizada y profunda que consiguió hibernarlo, por no decir que lo liquidó. Y las energías sobrantes se emplean ahora contra el CETA. Pero ambos tratados son muy distintos.

La crítica real de la izquierda afecta sobre todo a los mecanismos de solución de disputas, la autonomía de los Estados, el poder de las multinacionales y los derechos de la ciudadanía. Sin embargo, una lectura del tratado permite sostener que se prevén todos esos extremos, mejor o peor, pero en un espíritu muy próximo a la regulación de estas materias en el ámbito europeo. La UE por un lado y España por otro admiten mecanismos de solución de disputas similares, por ejemplo, en la Organización Mundial del Comercio. Y el tratado reconoce expresamente la competencia de los Estados al legislar en materia de interés público, incluso cuando se vean afectados los intereses de los inversores. 

En otros términos, no parece tan absurda ni disparatada la ratificación del CETA. El gesto de la abstención está vacío desde el momento en que no la impedirá. Es un gesto no justificado.

Como también lo es la referencia al apoyo del PSOE al PP en lo referente al independentismo catalán. Es lo que Sánchez llama oposición de Estadotérmino que recuerda mucho los célebres "pactos de Estado" de Rubalcaba, y que aquí viene a ser un reconocimiento de alianza entre la derecha y la izquierda ante un adversario común, el independentismo catalán. 

Qué tenga eso que ver con el CETA es un misterio. Pero Sánchez ha colocado a Moscovici una teórica sobre la indivisibilidad de la Patria. Prueba de qué es lo que en verdad le preocupa. Aquí no hay abstención. Hay un sólido y mancomunado "no". No estoy seguro de que el CETA haga de Europa un lugar más libre y dinámico, pero sí lo estoy de que el cerrado "no" del nacionalismo español hará de este país un lugar más autoritario y paralizado.

dilluns, 8 de maig del 2017

Mañana, Palinuro en debate sobre Europa en Barcelona

Ha sido una feliz coincidencia. A dos días de las elecciones francesas, la editorial Herder y el monasterio de Pedralbes (Barcelona) organizan un debate con motivo del día de Europa, al que han tenido el gesto de invitar a Palinuro. Se presenta el libro ¿Dónde vas Europa? al que el dicho Palinuro ha contribuido con un capítulo que lleva el osado título de La Europa realmente existente. En la mesa de diálogo, moderada por Jaume Collboni, participan también Victoria Camps, Milagros Pérez Oliva y Miquel Seguró, uno de los dos compiladores de la obra. El otro es Daniel Inerarity. Promete interés y nivel. El acto tendrá lugar a las 19:00 en el Monestir de Pedralbes, c/ Baixada del Monestir, 9. La entrada es gratuita.

La elección de Macron abre alguna esperanza a la recuperación del espíritu europeísta, muy zarandeado en los últimos tiempos y todavía no repuesto de la salida del Reino Unido. Mayor, desde luego, que si hubiera sido electa Le Pen, dispuesta a hacer tabla rasa de aquel espíritu e implantar una forma nueva, suave, risueña, de fascismo. Porque el fascismo, como todo en Europa, muda, se trasmuta, cambia de forma (aunque no de fondo) hasta el punto de que algunos de sus adeptos no lo reconocen. 

Recuérdese, Europa es una princesa frigia secuestrada por Zeus en una de sus aventuras extramatrimoniales y de la mayor trascendencia pues de la coyunda nacieron tres varones: Minos, Radamanto y Sarpedón, nada menos. Pero, en realidad, el nombre del mito que mejor casaría con el continente (que tampoco es continente) es el de Proteo, el dios que conocía el futuro pero solo lo revelaba a quien lo atrapara y atraparlo era imposible porque tenía el don de cambiar de forma. Como Europa, un continente proteico.

divendres, 24 de juny del 2016

Palinuro sobre la Brexit hace una semana

Con permiso, reproduzco aquí lo que escribía Palinuro el 18 de junio pasado a propósito de la Brexit y tras el asesinato de la diputada laborista. No quito ni pongo una coma ni me las doy de profeta. Lo que me interesa es subrayar los paralelismos con la situación de Cataluña que se ven al final del post.
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La Brexit está analizándose sobre todo en términos económicos en donde, como se ve en la portada del "El País", se cargan las tintas. Probablemente porque cuando se llega a las amenazas, las más efectivas son las dirigidas a los bolsillos. Los contrarios vaticinan al Reino Unido la ruina, un descenso casi a país subdesarrollado. Los partidarios presentan la visión contraria. Y, al tratarse de proyecciones económicas, nadie sabe de cierto nada. Entre otras cosas porque estas decisiones económicas (todas, en realidad) son políticas. El contencioso es, sobre todo político. Y en él se encienden las más diversas pasiones, como demuestra a boca jarro el asesinato de la diputada laborista. Es un contencioso político como parte de uno cultural más amplio. Esto es Europa, un lugar en el que todo se cuestiona y no solo por razones económicas, sino también políticas, morales, culturales y hasta religiosas.

La Brexit es, en el fondo, una controversia sobre el ser de Europa.

El Reino Unido nunca se ha sentido a gusto en el concierto europeo nacido en Roma en 1957. Todos sabemos por qué: porque rompía la configuración de la Europa continental como un mosaico de poderes enfrentados en beneficio en último término de Inglaterra. Su política desde la Paz de Westfalia en 1648, reforzada en el Tratado de Viena de 1815. Una Europa unida es justo lo que Inglaterra no quiere. Alentó al principio la esperanza de acogotar el originario Mercado Común contraponiéndole la AELC (Asociación Europea de Libre Cambio, EFTA en inglés) pero, cuando vio que los otros miembros cambiaban de lealtad, ella misma la abandonó y, siguiendo el viejo adagio de if you can't beat them, join them, pidió el ingreso en la ya entonces Comunidad Económica Europa. Vivía por entonces De Gaulle, quien siempre se opuso al ingreso británico por considerar que la Pérfida Albión sería como un partaaviones de los Estados Unidos. Y no le faltaba razón.

Pero De Gaulle murió y el Reino Unido se incorporó a la Europa institucional. Mal, con dudas, renegociaciones y todo tipo de salvedades en todas las políticas y pilares europeos, desde la Política Social al espacio Schengen o la moneda única. Inglaterra es Europa. Su vocación europea es innegable. Pero su visión del continente es propia, peculiar y no unánime con la de las potencias continentales.

Las consecuencias de una Inglaterra fuera o dentro de la UE serán muy intensas, sin duda. Pero es absurdo teñirlas de negro en parte o pronunciarse contra la salida porque no hay criterios de validez universalmente aceptada que lo permitan. Por ejemplo, se dice que una eventual retirada del Reino Unido podría provocar un segundo referéndum escocés de autodeterminación. Sí, es una posibilidad. Y muchas otras de diverso tipo. Gibraltar aparece también en la danza.

Repito, esto es Europa y en Europa es tradición que las fronteras son líneas políticas imaginarias, con consecuencias de todo tipo, por supuesto, pero esencialmente mudables. Los pueblos europeos están siempre en movimiento, agregándose, desagregándose, cambiando de régimen político o de forma de Estado. Nada se queda quieto. Europa es siempre Europa con Inglaterra de una forma u otra. Y la Unión Europea, que es parte de Europa, pero no toda ella, también se verá forzada a cambiar. Hay ya quien pide un nuevo Tratado.

Inglaterra tiene derecho a marcharse de la UE y no hay derecho a negárselo. Nadie lo discute. Lo que hay es presunciones distintas respecto al resultado del ejercicio de ese derecho. Pero el derecho no se discute, como sí se discute el de Cataluña en España.

Imagínense ahora a alguien diciendo que, pues el Reino Unido es Europa, la decisión sobre su salida deben tomarla también los rumanos, los checos, los franceses, etc. Pues es lo que sucede en España.

dilluns, 5 d’octubre del 2015

Contra la manipulación.

Hay una campaña en Change.org para pedir a las autoridades de la UE que aclaren qué sucedió con la carta de su presidente Juncker en la versión española que el ministro García Margallo exhibió hasta tres veces en su debate televisado con Oriol Junqueras. Este, que es de letras, se olió el tejemaneje del ministro y, sin tener noticias seguras, apuntó a que la carta podría haber sido manipulada ya que contenía el término "autonómicas", que ningún angloparlante o germanohablante utilizaría, pues ellos emplearían "regional".

Acertaba en toda la línea. La traducción al español de la carta de Jocker incluía una morcilla de matute que alteraba el texto original para hacer decir a Juncker que la independencia de Cataluña no sería reconocida por la UE. De inmediato se formuló la correspondiente denuncia: alguien, algún funcionario, había trucado el mensaje con la fraudulenta intención de que la UE apoyase la posición del gobierno español. En un primer momento, las autoridades descartaron la mala intención y adujeron que era un error de traducción. Unos días después, sin embargo, ya reconocen que hay indicios de mala fe y deliberada manipulación del texto.

En consecuencia, la campaña de Org.com para conseguir que las autoridades abran una investigación oficial y se sepa quién manipuló el texto y por orden de quien, debe seguir.

Casi se ha alcanzado un objetivo de 7.500 firmas. Quien quiera firmarlo, puede pinchar aquí.

diumenge, 23 de febrer del 2014

A España por Europa.

Sondeo preelectoral de Metroscopia para El País. Foto fija de cómo estaría el asunto si se celebrasen ahora las elecciones al Parlamento europeo. Se prevé considerable descalabro de los dos partidos dinásticos, que pierden casi un tercio de escaños y se entiende como un descenso del bipartidismo. A su vez, se mantiene la ligera superioridad del PSOE sobre el PP, de 1,8 puntos. Prácticamente nada, aunque da para dos diputados lo que, con las dimensiones de la Eurocámara, tampoco es gran cosa. En realidad, este práctico empate, si se produce, es un triunfo para el PP pues, estando las cosas como están, no sería extraño un batacazo mucho mayor y un ascenso más pronunciado del PSOE. Ni lo uno (fracaso del PP), ni lo otro (triunfo del PSOE) sino un descenso en comandita en torno a un 55% del voto. 

La valoraciones ciudadanas de los cabeza de lista, Valenciano y Arias Cañete, no son de alharaca, pero Valenciano sale mejor parada. Casi un 30% la considera "buena" y solo un 26% "mala" opción mientras que en el caso del pobre Arias Cañete, solo el 26% lo considera "buena" opción y un estruendoso 46% lo tiene por "mala". Dentro de su partido, sin embargo, Arias tiene más apoyo que Valenciano dentro del suyo. La derecha es siempre más de seguir al jefe. Sea el que sea. Porque de jefe este Arias Cañete tiene poco.

Si los dos partidos mayoritarios rehacen sus candidaturas y tratan de contrarrestar los malos augurios electorales, las demás formaciones están de vistoso crecimiento. España manda a Europa una animada polifonía. IU multiplica sus votos por cuatro y sus diputados casi por cinco. UPyD también quintuplica escaños. Los demás se quedan más o menos como estaban. Las ilusiones de IU son comprensibles. Está a nueve diputados de distancia del PSOE. En las elecciones de 2009 la diferencia fue de veintidós. 

Contra esa expectativa de voto hay que ver las negociaciones de unidad entre IU y "Podemos". IU tiene una intención directa de voto de 8,3%, "Podemos", de 0,4%. Esos son los datos si lo que van a debatir son puestos en la lista de candidatos. Seguramente la suma de las intenciones de voto de IU y "Podemos" es superaditiva. Pero, aunque todo el excedente de la superaditividad se atribuyera a los segundos, es improbable que le correspondiera algún puesto en la lista en posición de salir. Pero esto es irrelevante. El proyecto unitario en marcha no es por Europa, sino por España. Europa se plantea como una pista de entrenamiento para las generales de 2015, que son las elecciones importantes.

La abstención pomete ser altísima. Pero no es lícito atribuirla a hartazgo u hostilidad de la población hacia los políticos en general y los gobernantes en particular. Algo de eso hay, desde luego. Pero también es básica una creciente indiferencia cuando no hostilidad hacia Europa. A la ignorancia de la gente sobre el funcionamiento de la Unión se añade ahora la convicción generalizada de que esta, Europa, es en gran medida culpable de nuestras desgracias.

Resulta que hemos de deducir tendencias de unas elecciones que la gente no acaba de entender ni el sistema político es capaz de explicar de modo aceptable. Unas elecciones de una importancia secundaria para las instituciones políticas nacionales, a fin de componer un Parlamento que casi nadie ha visto nunca y cuyas funciones y cometidos son aun más vagarosos que los del Congreso español y en el contexto de una organización que se empeña en amargarnos la existencia. Unas elecciones que, de cambiar algo, escasamente será las carreras de los candidatos y el modo en que los partidos se miran unos a otros. Lo milagroso no es que haya abstención alta. Lo milagroso es que vote alguien.

diumenge, 26 de gener del 2014

Los límites de la realidad.

Toque de generala para las elecciones europeas. Primera andanada, sondeo preelectoral de Metroscopia para El País. Estos son los datos de partida, los únicos de que disponemos; ya veremos cómo son los de llegada. Todo lo demás son conjeturas, tácticas, propuestas que tendrán su efecto sobre la campaña pero no sabemos cuál. Recuérdese que es distrito único lo que posibilita dos resultados que en las legislativas, de circunscripción provincial, no se dan: 1º) el resultado es más proporcional; 2º) hay candidaturas unitarias que no hay en las elecciones legislativas.

La cuestión más evidente, que salta a la vista, es que, aunque sigue habiendo una respetable distancia de 10 puntos entre el PSOE e IU, se ve un poderoso ascenso de la segunda. El discurso del fin del bipartidismo cobra vuelo y suele extrapolarse a las elecciones legislativas. De los dos partidos dinásticos, la hegemonía del de la izquierda parece amenazada. A la presión que sufre a su vez por la izquierda de IU se añade su desgaste por la cuestión catalana, muy difícil de aquilatar, pero que se hará sentir. Una cuestión endiablada porque si el PSOE acentuara su perfil catalanista para conservar el electorado del PSC, probablemente perdería electorado nacionalista español.

En esas condiciones, la perspectiva de IU de ascender es verosímil. Según los datos, no al extremo del sorpasso, pero sí al de tocar la posibilidad de ser socio de gobierno y, por lo tanto, participar en la aplicación de políticas. Esta fórmula ¿es mejor que una unidad electoral de la izquierda con un programa común? No sabemos si será mejor, pero sí parece más realista.

La miseria actual de la izquierda es la fragmentación. Archisabido. Y cada día, peor; cada día hay más opciones de izquierda compitiendo por un estrecho margen del voto. Tantas que pensar en su unidad equivale a la búsqueda del unicornio. Quizá algunas formaciones o plataformas se unan, si consiguen vencer los obstáculos de los personalismos, pero el campo general de la izquierda llegará fragmentado a las elecciones. Y, por supuesto, con la separación y hasta oposición, de sus dos fuerzas mayoritarias, el PSOE e IU. Tan divididas que, a veces, el encono entre sí es superior al de cada una de ellas hacia la derecha.

En estas condiciones, en efecto, proponer un programa mínimo común de la izquierda es perseguir una quimera. Y, sin embargo, las elecciones europeas podrían ser un buen ensayo. La fragmentación ha reconciliado hace ya mucho a la izquierda con el resultado de la irrelevancia en el Parlamento español, una irrelevancia mucho más garantizada en el europeo, compuesto por 766 diputados, de los cuales 54 españoles, de los cuales nueve o diez de la izquierda transformadora.Irrelevancia garantizada. ¿Por qué no experimentar con el programa común? Un programa que aspire a su vez a la unidad de la izquierda europea por una Unión que priorice la salida social de la crisis, el control de los mercados, la garantía del Estado del bienestar y la vuelta a la economía social de mercado.

¿Acaso no es obvio que los países de soberanía limitada como el nuestro no pueden aspirar a aplicar estas políticas en el ámbito interno sin el beneplácito de las autoridades europeas?



No tiene nada que ver con lo anterior, pero me he encontrado con esta reflexión de Henry Sumner Maine en su Derecho antiguo: El deber positivo que resulta de la confianza de un hombre en la palabra de otro se cuenta entre las conquistas más tardías de la civilización en su avance. Tan tardía que en algunos sitios aún no ha llegado.

dimarts, 21 de gener del 2014

El viento de las primarias.

Cayo Lara dice no sentirse retado por Pablo Iglesias. Curiosa expresión. Retado ¿a qué? Tal como lo entiendo, pues no está del todo claro pero no parece se trate de un reto en el campo del honor, a constituir una candidatura única de la izquierda a las elecciones al Parlamento Europeo a través de unas primarias, es de suponer que abiertas.  El imaginario reto contiene dos cosas distintas: la unidad de la izquierda y las primarias.

De pronto, las elecciones primarias han adquirido un significado impensable aún hace unos meses. Las postula todo el mundo: Equo, Izquierda Abierta, Podemos y el PSOE. Algunos ya las han realizado y otros están preparándolas. La única en resistirse es IU, que da libertad a las organizaciones menores, pero no las considera en el orden federal o estatal. El argumento de Cayo Lara para negarse no puede ser más pobre: que "son un invento de los Estados Unidos" y una "cortina de humo" para desviar la atención de los verdaderos problemas del país.

Las primarias no son un "invento de los Estados Unidos", sino una práctica de sus partidos políticos que ni siquiera se aplica en todos sus estados. Y aunque lo fueran, ¿qué importa eso? En los EEUU se han inventado muchas otras cosas a las que Cayo Lara seguramente no objeta. ¿Por qué las primarias, que son un procedimiento muy recomendable de elegir candidatos? Lo de la "cortina de humo" no llega a argumento. Es un pretexto que suele emplearse entre los políticos cuando pretenden pasar de largo ante un problema que no pueden, no saben o no quieren resolver.

Cayo Lara no ignora que las primarias son un procedimiento práctico, participativo (especialmente si son abiertas) y democrático. Por supuesto, los partidos de la izquierda tienen cauces institucionales internos que consideran representativos para elegir a sus candidatos. Pero hoy es parecer común que esas vías estatutarias están anticuadas y no responden al aumento de exigencias participativas de la ciudadanía. Todos lo ven así. ¿Por qué no IU? Obviamente porque la petición se vincula, quiera la organización o no, a la propuesta de Podemos. Porque son primarias para la constitución de una lista común de la izquierda que IU empieza a vivir como una OPA hostil. La posibilidad de una lista unitaria votada por militantes y simpatizantes de las dos opciones rompe todos los cálculos internos de IU, los acuerdos a que haya podido llegar respecto al reparto de puestos; desbarata intereses creados. Por eso dice Cayo Lara que no se siente retado por Iglesias, en una explicación muy reveladora de cuál es la verdadera preocupación: la posibilidad de que Podemos sitúe a su gente en cabeza de la candidatura de la izquierda a las europeas, desplazando a los candidatos oficiales de la casa. 

El asunto no puede hablarse con esta claridad porque implica dar la razón a quienes sostienen que los partidos institucionales están anquilosados, que no responden a las preocupaciones reales de la ciudadanía ni son capaces de adaptarse a los cambios en la realidad de las movilizaciones populares en busca de formas nuevas. Justamente, esa es la única parte indubitable del discurso de Podemos el significado de esa propuesta de una nueva forma de hacer política. Y, para bien o para mal, le ha tocado lidiar con ella a IU. Esta parece reaccionar como el propietario de un inmueble que cierra el paso a un okupa. Se puede formular de forma más rimbombante y se hará: no es prudente jugarse el futuro de una organización que ha costado tantos años levantar al albur de un fenómeno mediático, pasajero, sin apoyos conocidos, experiencia ni substancia. Los dos argumentos frente a frente: el del anquilosamiento de la izquierda oficial y el del mantenimiento de posiciones frente a modas del momento. Cada cual elegirá el que prefiera.

La unidad de la izquierda es un objetivo prioritario de todos pero en el orden meramente teórico, casi quimérico, si se tienen en cuenta los problemas del exacerbado personalismo de esta orientación política. Porque en la práctica, bien se ve, es imposible. Precisamente a cuenta de las primarias. Si Podemos aceptara apoyar la lista que presente IU o se aviniera a negociar en privado su composición, quizá desaparecieran los obstáculos. Pero la exigencia de las azarosas, imprevisibles primarias, lo impide. Y ya tiene chiste que el anhelo de unidad de la izquierda, al menos a este nivel, pueda frustrarse por la exigencia de un requisito de mínimos democráticos.

IU y su entorno acusan al PSOE de ser un partido prácticamente neoliberal, alternancia (no alternativa) del PP, y de no ser verdaderamente de izquierda. Sin embargo, en un espíritu que llevan años practicando, los socialistas han organizado sus primarias y, además, abiertas. Lo harán mejor o peor, más a gusto de unos que de otros, pero están haciéndolo. Primarias abiertas para elegir su candidato a la presidencia del gobierno en 2015. Algo democrático, propio de la izquierda aunque, según parece, no de la verdadera.

divendres, 18 d’octubre del 2013

Duelo en el OK corral del PP.


Ahí los tienen ustedes, tres de los terribles hermanos Dalton, apoyados en actitud desafiante en la empalizada del OK Corral, en espera de la llegada de Wyatt Earp/Rajoy y Doc Holliday/Sáenz de Santamaría para dirimir sus diferencias a tiros. Faltan los otros dos más peligrosos Dalton: el padre, Joe Aznar, y la hermana Hope "Aguirre" Warlike. En cuanto lleguen, habrá una ensalada de tiros. O eso se piensa.

Tiene gracia que el chivo expiatorio que posibilitó el acceso al poder del PP en 1996 cuando, para conseguir los votos de CiU, Aznar despidió de una patada en el trasero a Vidal Quadras, sea ahora quien suspira por la vuelta del héroe de las Azores. Una gracia inexplicable. Salvo que entren en juego otras consideraciones, como el hecho de que, probablemente, Rajoy no cuente con Vidal Quadras para las europeas de 2014 y que este, ya en la puerta de salida de su carrera política, a la desesperada, levante bandería particular y funde un partido nuevo para garantizarse el escaño en el Parlamento de la Unión. Las elecciones europeas tienen estas peculiaridades. Considerémoslas.

En todos los países son elecciones de segunda y su funcionalidad para los partidos es obvia: cementerio de elefantes. Cuando los políticos dejan de ser útiles o están quemados o han metido demasiado la pata o tienen problemas con la justicia, las oligarquías les buscan un retiro dorado en Bruselas. Como hacen también cuando quieren premiar servicios de personal ajeno a la estructura orgánica (por ejemplo, periodistas estilo mastín, dispuestos a ladrar y morder en donde haga falta en pro del amo), dándoles así una especie de canonjía bruselense.

Pero las leyes de vida son inexorables. Los partidos como fábricas de detritus humanos no paran. Al poco tiempo ya vuelve a haber políticos inservibles a los que conviene ocultar. Por ejemplo, ¿qué va a hacer el gobierno con gente como Mato, Wert, Cañete, Báñez que no solamente están achicharrados sino que solo sirven para hacer reír al repetable, más incluso que el gran Wyoming? Ofrecerles ser legisladores europeos. 

Pero el Europarlamento está de bote en bote y no cabe un alfiler. Así que hay que aligerar la carga. Mayor Oreja, Vidal Quadras y otros desechos de tienta sobran en Bruselas y deben hacer sitio a los nuevos meritorios. Para los otros Dalton, Abascal, Quirós, etc la realización del amago de Vidal Quadras es su última esperanza, antes de que el olvido y la indiferencia se los trague. Hablan mucho de traición a unos oscuros principios ideológicos pero ni ellos mismos saben a qué se refieren como no sea al universal y eterno de quítate tú para que me ponga yo.

Ahí está el mogollón. Eso de invocar los fantasmas de Aznar y Aguirre es de un efecto relativo. Aznar tiene a su mujer de alcaldesa de Madrid con tantos méritos para ello como Palinuro para ser el Dalai Lama y estará a lo que el partido le ordene, so pena de tener que volver a convivir con su encantadora señora, liberada de las tareas municipales por decisión del mando. A Aguirre pueden echarla de la presidencia del PP madrileño solo con un gesto de Rajoy, para que ocupe el puesto Ignacio González quien lo hará encantado pisando la cabeza de quien antaño fue su madrina, su musa, su protectora y amiga.

Así que la de Vidal Quadras huele a pólvora. 

divendres, 14 de juny del 2013

El pacto de los montes.

Ya está. Esa feroz montaña española, ese Mulhacén, ese Teide gigante, ha parido su habitual ratón. Un pacto sobre Europa concluido por teléfono entre los dos líderes españoles más importantes y al que no se ha sumado ningún otro. Una pena, porque hay carencia de eso que los políticos valoran tanto y llaman consenso con trémula voz para mostrar que no son una manga de groseros patanes, dispuestos a liarse a mamporros, sino un retén de caballeros. Dejarse fuera a los pequeños, además de mal gusto, denota cortedad de vista, cosa que se notará si el pacto o pactillo fracasa, como es más que probable  porque ni siquiera se fija objetivos mensurables sino que es una mera súplica. Las autoridades europeas ya se han encargado de avisar a las españolas de que no piensan hacerles caso,vengan de a dos o de a doscientos.

Dando por descontado el fracaso de este minipacto es claro que los partidos pequeños rentabilizarán su oposición mientras que el PSOE aparecerá como el héroe de Jouhandeau, cornudo, colgado y contento, como el aliado del enésimo fracaso de Rajoy que lo uncirá a su carro del Recortador Victorioso y arrastrará su cadáver de plaza en plaza. Hábil maniobra del gran estratega.

Es que este pacto es una de las cosas más absurdas que se hayan imaginado. A Rajoy, con su mayoría absoluta, le malesta pactar y Rubalcaba no puede permitirse que el pacto lo lleve a apoyar políticas del gobierno profundamente antipopulares, injustas, reaccionarias. Porque, ¿qué esperan ambos encontrar en Europa con su pacto? Si acaso gestos de estupefacción entre los políticos europeos asombrados de que los españoles tengan que formalizar como pactos solemnes y excepcionales cosas que son elementales y de sentido común como que, en asuntos de intereses exteriores de España como Estado, no puede haber diferencias entre los partidos. Es más, lo que uno consigue al ir de pactista es, precisamente, demostrar que esa situación de normalidad democrática suprapartidista en España no se da. Y ahí están los partidos pequeños para recordarlo a gritos agraviados.

¿Es o no un ratón un pacto innecesario? Innecesario y, al menos para el PSOE, contraproducente. Que es innecesario los dos pactantes lo han escenificado por teléfono, quizá por el móvil, mientras subían al ascensor de su casa. Que es contraproducente para el PSOE es algo que no precisa mayor comentario a la vista de la experiencia que muestra la trayectoria del PP en cuanto al respeto a los compromisos.

Es lamentable pero este pacto solo se entiende por la hegemonía de la política como espectáculo. Lo importante no es el contenido del pacto. Lo importante es que se nos vea pactando: somos gentes responsables, preocupadas por los destinos del país antes que por las fortunas de nuestros partidos. Vótenos. Confíe en nosotros. ¡Somos capaces de pactar!

divendres, 31 de maig del 2013

Tres escenarios.


Gobierno oposición.

Sin la menor duda es bueno que España vaya a Bruselas con una posición común, la más común posible, de todas las fuerzas políticas. Es ahí en donde se ventilan nuestros intereses como país. Los pactos son imprescindibles. Cuestión de Estado, como señala Rubalcaba hace meses. Es bueno, desde luego, que, en lugar de ir por el mundo poniendo verde al gobierno, como hacía Aznar con el de Zapatero, Zapatero se mantenga en silencio y Rubalcaba pugne por reforzar la posición internacional de España. Es parte de lo que llama la oposición responsable, algo muy conveniente.

En el extranjero, en la UE. En casa, la oposición responsable, además de responsable, debe ser oposición. Aquí no puede haber punto común en absoluto. Hay que rechazar de plano la involución ideológica del gobierno en educación, aborto, administración de justicia, derechos de las minorías. Y hay que rechazar las erróneas medidas de austeridad económica cargadas sobre los sectores más desfavorecidos: el aumento del desempleo, los recortes salariales, de subsidios, de prestaciones, la liquidación de las pensiones, la privatización de la sanidad pública, el desmantelamiento del Estado del bienestar.

A las conversaciones de Rajoy y Rubalcacaba en pro de la posición bruselense común se añade la entrevista de González y Rajoy. Parecería como si se abriera paso la idea de la gravedad de la situación y la necesidad de aunar esfuerzos. Buen asunto, ¿quién lo negará? Pero ¿se trata de revertir las medidas económicas injustas del gobierno o es otra la preocupación y lo que lleva a los líderes españoles a ese repentino y frenético cabildeo? No tanto el paro, la crisis, como...

Cataluña.

Esos abucheos a los Príncipes de Asturias y de Girona, por cierto, en el Liceu son muy significativos. ¡El Liceu, emblema de la burguesía catalana más empingorotada! Bueno está que la chusma silbe al Rey, a la bandera, al himno en los encuentros de fútbol. Pero ver al distinguido público del coliseo abuchear, silbar y abroncar a personajes de la realeza, al futuro Rey de España tiene un matiz distinto. Si Santiago Salvador levantara su agarrotada cabeza a los 120 años de su atentado con bomba se quedaría pasmado. El Liceu, templo de las musas, rechazando en la persona de los príncipes, cuyo semblante era un poema, exactamente ¿qué? ¿La monarquía? ¿España?

Con motivo de la Diada de 2011, Rajoy habló de algaradas con un desprecio parecido al que pudiera sentir un emperador romano ante una sedición de los partos. Aquellas algaradas han dado lugar a una explosión de soberanismo que camina hacia una convocatoria de un referéndum de autodeterminación que el gobierno central dice no estar dispuesto a tolerar. La situación es absurda y sería conveniente que alguien se planteara cómo se ha llegado a una situación absurda. Pero se ha llegado. Y, por cierto, de nada sirve acusar de oportunismo a Mas. El oportunismo es un típico rasgo político. Pero aunque se admitiese que Mas es demasiado oportunista, eso es indiferente porque, en este momento, Mas y CiU no están dirigiendo el proceso soberanista. Lo están siguiendo. Un proceso que se considera además legitimado por hacerse frente a un...

Escenario de corrupción.

El caso de Ana Mato es emblemático de la situación en el PP. Esa confusa lluvia jaguares, confetis, viajes y otras bicocas y prebendas es la parte pozueleña de la vida alegre en el partido conservador, en donde ser militante es literalmente un chollo: sobresueldos, gastos de representación, regalos, viajes, dos, tres, cuatro pagas, cargazos a dedo, asesorías de pilla la pastuqui y remolonea, mamandurrias, cargos de confianza aun sin tener el graduado escolar y, con un poco de suerte, toda la familia colocada. Es la España como Dios manda.

Esa pareja de Barberá y Camps -que recuerdan un poco a Abott y Costello- es de sainete. El señor de los tres trajes y la señora del bolso de Vuitton codeándose con la nobleza, con la aristocracia. Advenediza, consorte, cierto es, pero eso no obsta para que los dos mentecatos abran su corazón y la bolsa del común al guante blanco del titulado que, al parecer, arrambló con unos milloncejos de euros.

La marca España está muy dañada, muy deteriorada y no es capaz de suscitar la lealtad de los pueblos que se dice la componen. Le falta lustre, vigor, prestigio, dignidad y le sobra corrupción. Según parece, el gobierno está buscando una fórmula para eximir a los clientes de Eurovegas del cumplimiento de la ley. O sea, pretende asentar un privilegio. Quiere hacerlo por razones económicas y, sostiene, estas prevalecen sobre cualesquiera otras en tiempos de crisis. Pero eso no es verdad. Ni en tiempos de crisis puede el Estado de derecho aceptar la quiebra de su principio esencial: que nadie está por encima de la ley. Ni el magnate Adelson. Salvo que la ley no sea ley o el Estado no sea un Estado sino una colonia.

(Las imágenes son dos caricaturas mías sobre una foto de Wikimedia Commons y otra también de Wikimedia Commons, ambas bajo licencia Creative Commons).

dimarts, 11 de desembre del 2012

Berlin, Pariserplatz.

¿Qué se siente cuando, siendo presidente de una Gran Nación te ponen en segunda fila, quizá por humillante orden alfabético y te llevan de claque? Imagino que una gran frustración. Estos pícaros tiempos de universal cotilleo no permiten construirse la imagen. A ver cómo va el hombre a decir, al volver a España, que quien sostenía la mano de la invencible Merkel era él.
Aunque no está claro si Hollande sostiene caballerosamente la mano de la dama o se aferra a ella como el náufrago a la tabla. El caso es que ahí estamos, como hace sesenta y tantos años, observando las zalamerías de los dos viejos contrincantes. El Mercado Común, la llamada Europa de los Seis -Benelux, Alemania, Francia e Italia-, más o menos el Imperio carolingio, se creó para acabar con la guerra permanente en el corazón de Europa. Empezaron poniendo en común el carbón y el acero, dos elementos estratégicos en las guerras de entonces, que hoy han perdido gran parte de su importancia. Lo esencial era que Alemania y Francia no volvieran a meter a Europa en otra contienda, que se amigaran. Y se han amigado, puede que hasta demasiado. Al comienzo, mientras Alemania dividida fue lo que se llamaba un gigante económico y un enano político, la relación fue apacible. Pero, a partir de la reunificación, el peso político de Alemania ha aumentado hasta ponerse a la par con el económico, avasallando a Francia. Sobra decir a la periferia meridional.
Que se trate del Nobel de la Paz es irrelevante. Este premio está tan devaluado que más vale que no te lo den. Y, si te lo dan, no lo propales por ahí. Aparte del eje franco-alemán posando para el aplauso, han recogido el premio Van Rompuy, Durao Barroso y Martin Schulz (Consejo, Comisión y Parlamento). Tres honrados y grises eurócratas, el segundo de los cuales actuó de anfitrión en las Azores cuando el trío belicoso (Bush, Blair y Aznar) desencadenó la ilegal y sangrienta invasión del Irak. Algo sorprendente, como el hecho de que el premio se haya otorgado en Oslo y que el jurado noruego destaque la contribución de la UE a lo largo de seis décadas en los "avances de la paz, la reconciliación, la democracia y los derechos humanos en Europa, razón por la cual Noruega no es miembro de la UE. 
Esa carolingia celebración coincide con nuevas turbulencias en los mercados que han reaccionado como una jaula de grillos al conocer la noticia del retorno del Cavaliere, sí el del Bunga-bunga. Y, como siempre que se acatarra alguien al sur del Europa, España estornuda. Ya está la prima de riesgo dando disgustos a Rajoy quien, después del editorial de El País, se ve obligado a pedir el rescate de modo análogo a cómo después de pedírselo Cebrián, el del millón de euros al mes, en un  artículo de julio de 2011, Zapatero adelantó las elecciones. 
Cunde la desazón en La Moncloa. De Guindos se cae de su apellido y empieza a calcular las consecuencias de pedir el rescate. Nadie se explica qué ha pasado. Se hicieron todos los deberes, incluso por exceso; se aceptaron todas las condiciones; se tragaron todos los reveses, desplantes y humillaciones. Y estamos como al principio. Mucho peor, por más endeudados. Acaban de meterse solitos en la trampa griega. Y no será porque no se les advirtiera. 
Así que, según se dice, Rajoy está pensando en dimitir. No parece propio del personaje, pero cosas más raras se han visto. Al fin y al cabo, el propio Rajoy admitirá que si presenta su dimisión al Rey  no hará sino dar forma en derecho a lo que es un hecho: es un presidente dimitido casi desde el origen. De los ministros, hablamos otro día.

divendres, 19 d’octubre del 2012

¿No le da a usted vergüenza?

Lleva usted, no 100 días sino casi un año de gobierno y, después de todas sus rimbombantes promesas, sus mentiras en la campaña electoral, sus huidas, sus silencios, sus escapatorias y sus numerosos ridículos, ¿puede usted explicar que ha hecho usted?
En España hay un millón de parados más y prácticamente muy pocos que lo son cobran la prestación. Hay ocho millones de pobres. Dos millones de niños por debajo de la línea de pobreza. Los impuestos han subido,así como los precios, al tiempo que han bajado los salarios, empobreciendo al conjunto de la población entre la que se ven escenas propias de las novelas de Dickens.
Ha maltratado usted a los funcionarios, sisándoles sus magros emolumentos, ya reducidos por los socialistas y les ha hurtado su paga de Navidad. Ha aumentado de hecho su jornada laboral. Deja que sus esbirr@s los desprestigien y no cubre usted los puestos vacantes, al tiempo que pone en la calle a miles de interinos, condenándolos a la miseria, sobre todo si le consta que tienen simpatías izquierdistas. Teniendo en cuenta que todos ustedes son funcionarios públicos (empezando por usted y siguiendo por la señora Aguirre, Cospedal, etc) no queda otro remedio que concluir que son ustedes la vergüenza de la profesión.
Ha desmantelado usted la enseñanza pública en todos los niveles, poniendola en manos de un pedante incompetente como Wert, que solo pretende terminar con la posibilidad de que las clases modestas tengan acceso a una cultura que a él le regalaron, pero fue incapaz de asimilar. Igualmente ha desmantelado usted la sanidad pública, antes una de las mejores del mundo, dejando desamparados a los colectivos más vulnerables, inmigrantes, discapacitados, enfermos crónicos, dependientes, jubilados, millones de personas que, en el fondo, le importan a usted un rábano. Tanto la destrucción de la enseñanza como la de la sanidad tratan de favorecer la privatización de estos servicios públicos esenciales para que hagan negocios sus amigos, algunos de las cuales ya los hacen estando en el Gobierno.
Ha llevado usted la represión de la gente y la conculcación de derechos fundamentales de los ciudadanos a extremos insólitos, poniendo al frente de la policía y del orden público a personajes siniestros, como Cristina Cifuentes o Ignacio Cosidó, cuyo desprecio por las libertades públicas sólo es comparable a su carácter autoritario, rayano en el fascismo. Y les permite maltratar y apalear a los ciudadanos, mintiendo sobre sus intenciones, pretendiendo procesarlos ilegalmente, forzando para ello la voluntad de los jueces y recurriendo a métodos que muchos califican de torturas.
Ha convertido usted los medios públicos de comunicación en meros pesebres de sus pelotas y propagandistas con el dinero de todos los ciudadanos y máquinas de agitación y propaganda.
Y resulta que, sobre empobrecer al país, arruinarlo, mandar a sus gentes más brillantes a la emigración, apalear y reprimir incluso ilegalmente a quienes protestan, destruir los servicios públicos y el Estado del bienestar, engañar y manipular a mansalva y gobernar por decreto de forma completamente dictatorial, es usted incapaz de defender los intereses de España en el exterior porque es usted un perfecto inútil, un político de campanario para quien es más importante ganar las elecciones en Porriño que conseguir un trato justo para España en la Unión Europa. Después de hundir su país por orden de los mercados y de arrodillarse ante los poderes económicos para salvar a los bancos, no a los ciudadanos, después de tres días de reuniones de los dirigentes Europeos para hablar de España pero sin dejar hablar a España, han vuelto a darle a usted una patada en salva sea la parte y lo han mandado de nuevo a su país con las manos vacías a mentir a los ciudadanos, como tiene usted por costumbre.
Es usted una desgracia pública para este país, peor que una plaga de Egipto y, aunque a usted no le dé vergüenza, probablemente porque no la tiene, es usted una vergüenza para cualquier español de bien, incluidos sus votantes.
Dimita usted de una vez y deje paso a alguien que sepa lo que hace y lo que dice. Y no mienta.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dissabte, 29 de setembre del 2012

El Alcázar no se rinde.

Muchos españoles, es de suponer, estarán frotándose los ojos, preguntándose si si sueñan o no, si es realidad esta enésima erupción de la vieja querella territorial española o alguien anda en una remake virtual.
Los catalanistas, a quienes siempre se ha atribuido en la Meseta sentido común, o sea, seny, que viene a ser como la marrullería de un payés socarrón, han enarbolado de pronto la bandera de la independencia y están ya construyendo barricadas, ideológicas, políticas, legales, pero más resistentes que las de adoquines. Esa declaración del Parlament en pro de la consulta de autodeterminación, aprobada por gran mayoría de diputados que representa una gran mayoría de la población catalana no se puede ignorar así como así ni mucho menos condenar como un acto sedicioso de un órgano que actúa ultra vires, más allá de su competencia.
A su vez, aunque muchos señalan que Mas se envuelve en la estelada para no dar cuenta de su nefasta gestión, ello no impide que el pronunciamiento patriótico catalán obedezca a un sentimiento colectivo profundo. Si se piensa bien, se verá que difícilmente podía Mas hacer otra cosa después de obtener la enésima bofetada en Madrid y que a esta respondiera un millón y medio de catalanes en la Diada. El Parlament ha hecho lo que el pueblo pedía. La ruta hacia la independencia está marcada. Será cosa de ver hasta dónde llega.
Y no está aún todo el pescado vendido, como se dice en castizo, ya que, antes de las elecciones anticipadas por Mas al 25 de noviembre, el 21 de octubre se celebran las de Galicia y el País Vasco, dos territorios de alto voltaje político, sobre todo el País Vasco, en donde puede salir una mayoría nacionalista que gobierne según una u otra fórmula.
¡Ah, esa nefanda coyunda inter-nacionalismos la han ilustrado perfectamente Urkullu y Mas almorzando juntos en la Ciudad Condal! ¡Un contubernio antiespañol! ¿Se sabe en qué restaurante han compartido la pitanza? Si fuera Els quatre gats podría hablarse del "Pacto dels 4 gats", incluso "Pacto D4G" que suena más política 2.0
Los dos políticos nacionalistas se han sentado a la mesa para hablar en español, única lengua en la que los dos se entienden. Es curioso que el español solo sirva para que se entiendan en él los que quieren verlo desaparecer y no quienes quieren verlo florecer. Pero ha sido celebrar el almuerzo y la vieja esencia hispánica se ha revuelto como picada por un áspid, con una reacción visceral y virulenta que deja ver cómo la huera retórica tradicional de la "gran nación española" es eso, retórica huera. Una "gran nación" no está permanentemente cuestionada desde dentro; no desde fuera por un enemigo extranjero sino desde su propio interior por sectores de la población en territorios determinados que no son leales al proyecto nacional oficial unitario. Las partes de una "gran nación" le son leales y jamás cuestionan la razón de ser de la nación. Donde esto no se da, de gran nación, nada porque ninguna nación puede ser grande si obliga a otra a someterse a ella. La lealtad no se puede imponer. Imponer se puede el silencio.
Y esto es lo que el exacerbado nacionalismo español pretende hacer con el reto catalán: acallarlo. Bono quiere morirse antes que ver España rota. Otros, en vez de morirse ellos, prefieren matar a los demás o por lo menos, abrir tan contundente posibilidad. Ya ha salido un espadón retirado a decir que el Ejército cumplirá la sagrada misión de garantizar la unidad de la Patria. Y el eurodiputado Vidal Quadras, mucho más inteligente, prefiere que eso lo haga un teniente general de la Guardia Civil. Más inteligente porque, si van los militares, la cosa toma un cariz feo y difícil de defender en la Europa no africanista. En cambio, la Guardia Civil es un cuerpo de orden público pero con la ventaja de estar militarizado y disponer de armamento de campaña ligero, con el cual podrían hacer frente a una eventual insurrección armada de los catalanes.
Pero ¿nos hemos vuelto locos?
Pues sí, bastante. En cuanto el nacionalismo "periférico" se agita, la fiera dormida del nacionalismo español se despierta y lanza un zarpazo, bombardeando Barcelona, por ejemplo. "¡La independencia de Cataluña es imposible, ni por la buenas ni por las malas!", brama otro milico ya retirado, recordando glorias pasadas en la batalla del Ebro.
Tratando de apaciguar los ánimos Sáez de Santamaría avisa de que el gobierno recurrirá al Constitucional la consulta soberanista. No es hacerle un favor al Tribunal, cada vez más deslegitimado en las cuestiones territoriales. Y esto sin contar con el peligro de que, para resguardar su dignidad de tribunal, el Constitucional abra una vía legal para aplicar el derecho de autodeterminación en España.
La autodeterminación es como un conjuro que desconcierta y paraliza al PSOE. La actual dirección es contraria a toda autodeterminación y firme partidaria de la unidad de España si bien con un impreciso horizonte federalista que esgrime como señuelo de vez en cuando aunque sin trabajárselo mucho. Pero dudo de que esa sea la actitud de todo el partido. Desde luego, en el caso del PSC, decididamente, no y en el resto, no estoy seguro.
La negativa a la autodeterminación une a los dos partidos dinásticos, PP y PSOE y alguna otra formación minoritaria, como UPyD. No se puede reconocer ese derecho porque tendría que pronunciarse el conjunto del pueblo español.
Muy bien. Hagámoslo así. Por algún sitio hay que empezar, en lugar de enviar tenientes generales de la Guardia Civil. Convoquemos un referéndum para preguntar al pueblo español si reconoce el derecho de autodeterminación de algunas partes que lo componen y se consideran a sí mismas naciones.
A lo mejor nos encontrábamos alguna sorpresa.
Pero, por favor, otro repaso a El Alcázar no se rinde, no.
Ya tenemos bastante con monseñor Reig y Pla,, azote de degenerados y pecadores.
A todo esto, un columnista de The Telegraph sostiene que Rajoy es un "cadáver viviente" y que España tiene que salir del euro
¿A que nos dejan solos otra vez con estos?
(La imagen es una foto de Dan Vaquerizo Molina, bajo licencia Creative Commons).

dimecres, 29 d’agost del 2012

Raus!

Los políticos tienen complejo de taumaturgos. Creen o simulan creer que pueden hacer milagros. Basta un conjuro suyo para que se enderece una terca realidad, para que se resuelva un problema. Por ejemplo, esta crisis está poniendo en cuestión los fundamentos mismos de la Unión Europea y, por supuesto, la continuidad de la moneda común. Es ahí donde exclama estentóreo Hollande: el euro es irreversible. Animado por este espíritu de resistencia, Rajoy recibe al presidente del Consejo Europeo, van Rompuy y lo primero que suelta a los periodistas es que El euro es irreversible y el proceso de integración europea imparable. Aquí siempre hemos hablado francés, aun sin saberlo.
Irreversible. Irreversible era el comunismo y apenas queda rastro de él. El IIIer. Reich iba a durar mil años, pero se quedó en 12. No son los deseos de los hombres los que fijan la duración de sus obras. ¿El euro? Eterno, hombre, eterno. Es verdad que Grecia tiene ya un pie fuera pero hay que luchar por impedir que saque el otro. Queremos Grecia en el Euro aunque, eso sí, cumpliendo estrictamente sus obligaciones. Es verdad que el euro seguirá siendo el euro aunque Grecia se vaya pero es que no tiene por qué irse. Ni Grecia ni nadie.
Sin embargo los gabinetes económicos de los bancos y los de los gobiernos ya están estudiando simulaciones de qué pasará si Grecia se va; incluso de qué pasará si la zona euro se rompe. De hecho, hay mucha gente que quiere a Grecia fuera de la eurozona, raus, y con Grecia todos los demás países que pretenden que sean los otros europeos, especialmente los alemanes, quienes paguen sus deudas. El objeto de este discurso es España, una Grecia multiplicada por diez. Spanien, raus! Y, si quiere quedarse, que pida el rescate de una vez por todas. Muy probablemente es lo que ha venido a decir Van Rompuy que, en el fondo, es una especie de portavoz del tándem Merkel-Hollande
Ese es el terreno en el que Rajoy tiene montado su juego. Si pide el rescate o no dependerá de las condiciones que se le impongan. Se entiende que puede haber condiciones que Rajoy no considere asumibles por su alto coste político. El problema, sin embargo, es que el español no tiene margen de maniobra. La prima de riesgo lo ha traído hasta aquí y aguarda vigilante y bastante alta el resultado de las negociaciones que solo puede ser una u otra forma de rescate. Los mercados han dicho ya que no confían en el proyecto de gobierno de salir adelante con la ayuda del Banco Central Europeo. Esto quiere decir que, si las negociaciones para el rescate no fructifican, la prima de riesgo se disparará y España quebrará. Es decir, no hay margen, diga Rajoy lo que diga que, por otro lado, es nada.
Lo que el gobierno está negociando, en realidad, es un rescate blando. Por blando ha de entenderse uno que no tenga unas condiciones tan duras como las griegas, pero duras serán  y el gobierno se encontrará con un recrudecimiento de la resistencia en la calle. La situación, que ya pinta bastante mala en la eurozona, en donde hay una especie de frente contra los países con problemas, singularmente, Grecia y España, pero también Portugal, Irlanda y hasta Italia, puede empeorar en los próximos días. O también mejorar. A mediados de septiembre hay elecciones en Holanda, lo cual es más significativo de lo que parece. El multipartidismo holandés es muy confuso para los extranjeros, pero el resultado de estas elecciones puede ser decisivo. Si gana el bloque de la derecha, se reforzará la posición de Merkel y las cosas se pondrán más difíciles para España; si gana el bloque de la izquierda, será la de Hollande la posición favorecida y mejorarán las posibilidades españolas.
No deja de ser un sarcasmo que la única esperanza de Mariano Rajoy, un político nacionalcatólico de la derecha más cerril, autoritaria y excluyente, que se niega a hablar con la oposición de izquierda de su país, sea el triunfo de esa misma izquierda en Europa, que será la que eche una mano a España y no la derecha. Eso sería lo único que salvaría a España pero él jamás lo reconocería porque la grandeza de espíritu no es uno de sus rasgos.
Porque, por más que el presidente insinúe lo contrario o afirme que se reserva decisiones, España, mejor dicho, él, no pinta nada en Europa, nadie confía en su palabra, nadie lo toma en cuenta y su única posibilidad es aguardar a  que se dicten las condiciones del rescate, en las que apenas puede influir, aunque sus ministros digan hoy una cosa y mañana la contraria, tratando de amortiguar el golpe.
Es esto o raus!
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dilluns, 27 d’agost del 2012

Entre Gordillo y Merkel.

Vuelve Rajoy a su forma inveterada de gobernar consistente en desaparecer, ocultarse, mantenerse en silencio y dejar que sean otros quienes comparezcan por él. Es el líder ausente. Hasta la fecha ha sido uso común adjudicar a los dirigentes todo tipo de atributos pero la ausencia, siempre a los muertos, nunca a los vivos. Hasta que llegó Rajoy con el nuevo estilo de gobierno de la doble "A", la Ausencia Autoritaria. El líder no está, no se comunica, no comparece en el Congreso, pero gobierna por decreto. Es un hombre duro.
Si se trata de una neurosis, el presidente podría tratarse; si es una táctica, el asunto se pone más grave. Viene a ser como si se estuviera pidiendo a la ciudadanía que otorgue ciegamente su confianza a un lider del que lo único que se conoce es que es imposible conocer nada de él. Ni siquiera cuánto cobra al mes por todos los conceptos. Y no es el único inconveniente. El otro es que, al no parecer el presidente por lado alguno, adquiere especial visibilidad el gobierno, los ministros, especialmente los que tienen una personalidad más acusada. Sus políticas erráticas y declaraciones, a veces extemporáneas, evidencian la escasa coordinación interna del gobierno, si es que hay alguna. El guirigay que ha montado el ministro de Cultura, queriendo mantener a toda costa la subvención a los centros que ejercen el apartheid educativo por sexos; el que ha provocado el de Justicia con una reforma del aborto que su propio partido no acepta; el monumental desbarajuste que ha conseguido Ana Mato en Sanidad; la rapiña en las subvenciones al desempleo a cargo de la ministra de Empleo que cobra indebidamente 1.800€ mensuales de dietas, cuatro veces y media la prestación que esta regateando a los parados de larga duración. Todo eso y más son dislates de los ministros. Si no gobierna su gobierno es difícil que pueda Rajoy gobernar España que, además, la tiene encendida en el interior y crispada en el exterior.
En el interior, el problema de Rajoy se llama Gordillo. Y es un problema malo porque el alcalde de Marinaleda simboliza la resistencia frente a los atropellos del gobierno y los mercados, es el punto de referencia, aquel a donde se dirigen las miradas de mucha gente que no ve más solución si no organizar la resistencia. Gordillo es un lider de la izquierda incluso aunque la izquierda institucional lo desautorice o se distancie de él, que tampoco puede exagerar porque sus propias bases simpatizan con el dirigente del SAT. En el conflicto entre legitimidad y legalidad, la primera cae más del lado de Gordillo y la segunda del de Rajoy. Pero una legalidad percibida como ilegítima puede llegar a ser un verdadero problema, hasta una revolución.
En el exterior, el Gordillo de Rajoy se llama Merkel. Y el conjunto de la Unión Europea pero, sobre todo, Merkel, la inflexible doctrinaria Merkel.Al unísono con el presidente del Banco Federal alemán la dama ha vuelto a cuestionar que el Banco Central Europeo compre deuda, la posibilidad que implora Rajoy para ir tirando mientras pide el rescate, ese que no iba a ser necesario. Las condiciones del rescate están por ver y no es seguro se vean antes de que la recrudescencia de Grecia termine de un modo u otro, con Grecia dentro o Grecia fuera. Porque eso incidirá directamente en las condiciones del rescate español y, sean estas cuáles sean, no hay duda de que la Gran Nación que no se le caía de la boca a Rajoy no tiene sus destinos en manos propias, ni siquiera en las de los políticos a los que, para su desgracia, ha puesto al mando, sino en manos de personas e instituciones extranjeras que han calado a Rajoy mucho antes que sus votantes, no confían en él pues ya saben que jamás dice la verdad y toman las decisiones sin consultarlo. Es decir, el presidente del gobierno de la Gran Nación sabe tanto de lo que espera a España como el jardinero de La Moncloa.
De momento algo ha quedado claro: el rescate supondrá un condicionamiento de la política económica que, de todos modos, ya está aquí. Paralelamente, Merkel quiere imponer un nuevo tratado de la Unión, una especie de refundación con ánimo de una mayor intregración política. Es decir, no le basta con haber forzado una reforma de la Constitución española en 2011 sino que ahora quiere someter a control de derecho lo que todavía solo es de hecho a través de los famosos hombres de negro.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dissabte, 30 de juny del 2012

Supermario vence.

Traduzco: Tiene la cresta y los pendientes de Balotelli (el delantero de la selección nacional italiana) y el abrigo loden y la cara de Monti; el "morphing" que junta en una única criatura el delantero azul y el primer ministro italiano lleva la firma del usuario "emmanueledc" y en este momento tan divertida imagen recorre las redes sociales. Hasta ha llegado a España. Al menos, hela en Palinuro.
El mensaje del ingenioso photoshop es claro: ayer, Mario Monti salvó el euro, Europa, Italia y, de paso, España (de la que llevaba dos semanas hablando pestes) con la supuesta grandeza del civis romanus sum, capaz de dimitir. Hoy, Mario Balotelli deberá coronar la hazaña consiguiendo la Eurocopa para Italia... Pero ahí, en el tramo final, la toma de la última cota, la octava colina de Roma, le espera la temible Roja. El. duelo final por la corona europea será entre el andrajoso hidalgo y el furbo arlecchino. Monti tuvo la grandeza de amenazar con dimitir ante una jefa germánica cuyas hordas bárbaras acababan de morder el polvo frente al imbatible calzio imperial. Ahora le corresponde aniquilar a los rojos celtíberos. Pero estos, al grito de no hay dos sin tres, llegan como un huracán y pueden alzarse con su tercera victoria.
Más complicado lo tiene Rajoy a la hora de convencer a sus compatriotas de que ha sido él quien ha torcido el brazo de la canciller de hierro. Sin duda, los fulminantes ceses y nombramientos en la TV se orientan a constituir ya el grupo de aedas que entonará la epopeya de cómo el caudillo ibérico restauró la Monarchia Hispanica. Pero, de momento, la cosa está complicada. La portada de La Razón, dedicada al humanismo, cede por la banda de la vanagloria personal. Es comprensible: resulta difícil ensalzar la escurridiza actuación de Rajoy. Por lo demás, muy razonable porque ¿qué hubiera pasado si él también hubiera amenazado con dimitir? Que a lo mejor alguien se aprovechaba de la ocasión de deshacerse del "lider más incompetente de toda Europa", al decir de un eurodiputado británico y euroescéptico. Y, sin embargo, es lo más sensato que puede hacerse, como se ve por ekl hecho de que el hombre no puede resistir su patológica tendencia a la mentira y ya está diciendo que el préstamo a España no tiene condiciones cuando todo el mundo sabe que las tiene.
En fin, la batalla europea ha tenido su dramatismo. Pero el héroe ha sido Monti; no Hollande, aunque la presión de este resultó decisiva también pues dejaba a Frau Merkel en la única minoría posible en un comité de cuatro: la de uno. Los diputados de Merkel ya están rezongando por los pasillos del Bundestag  y ya veremos qué pasa con la coalición negra-amarilla.
Pero esos son los problemas de Merkel. El triunfo de Supermario ha dejado clara de nuevo la superioridad del Imperio sobre las colonias y, por supuesto, las tribus germánicas allende las fronteras. Europa, se dice, ha triunfado una vez más de la mano de la latinidad. El galo Hollande se frotaba las manos mientras los teutones deponían su fiera actitud ante la supremacía eterna de Roma. Europa vuelve a ser el Imperio Romano Germánico .


Por cierto, hablando de Roma, ¿han echado una ojeada a la web de maspublico.com, el proyecto en el que participa Palinuro? Está muy bien. El reportaje que trae sobre el VatiLeaks es impresionante. Desde que los preconciliares recuperaron el solio de San Pedro, el prestigo moral de la Roma vaticana, que nunca muy fue muy alto, descendió a los niveles de una secta tenebrosa. Eso es lo que revela el VatiLeaks. El Imperio es Románico Germánico, pero ya no es Sacro.

dijous, 24 de maig del 2012

La Gran Nación y su lugar en el mundo.

Últimamente las portadas de El País son editoriales en sí mismas. La forma de redactar los titulares, sus respectivos tamaños y ubicaciones y la foto principal están cuidadosamente escogidas y deben costar tiempo y debates. Es la tendencia que inauguró hace más de un siglo el ABC; el verdadero editorial está en la portada. Hay mucho gente que solo ve del periódico la portada y conviene se entere a primera vista de la consigna del día. Esta técnica se ha generalizado a toda la prensa merced a la televisión. Los programas de noche revisan los diarios del día siguiente y por tales, entienden las portadas que llegan así a muchísima más gente que los diarios en su conjunto.
El secreto del titular de El País está en el adverbio más, que transmite una sensación de gravedad, urgencia, inminente peligro. No sabíamos que Europa estuviera dividida; ahora sabemos que lo está más. La lengua hace maravillas; por ejemplo, reinventa el pasado. Y no solamente la neolengua porque, en realidad, toda lengua es neolengua. El otro titular que acompaña es igualmente revelador: "París y Berlín ahondan sus diferencias en la cita sobre el crecimiento". De nuevo, el truco está en ese ahondan. Nadie había reconocido aún diferencia alguna pero ahora se ahondan. Misión cumplida: Europa está al borde de la ruptura.
Junto al titular, la foto es soberbia. Los dos mandatarios antagonistas principales se saludan sin mirarse. Hollande alza la vista hacia Monti como si estuviera hablando con él y saludara distraídamente a la dama. A su vez esta da cabezazo al estilo germánico pero tiene una sonrisa de retranca teutona que hace temer lo peor. En el fondo, desenfocado, pues la cámara enfoca a Hollande, se encuentra Rajoy como una especie de convidado de piedra. Hablen en lo que hablen el italiano Monti, el francés Hollande y la alemana Merkel, incluso si lo hacen en inglés, cosa que dudo pues los franceses insisten mucho en que se emplee su lengua en los foros internacionales, Rajoy se quedará fuera pues no habla ninguna. La proverbial incompetencia lingüística de los gobernantes españoles es uno de los signos distintivos de la Gran Nación de Rajoy.
La cuestión en debate son los dichosos eurobonos y la función del Banco Central Europeo (BCE). En ambos casos domina la posición alemana: el BCE es prácticamente alemán y de los eurobonos ni se habla. Hay una posibilidad de negociación, consistente en hacer ver a los alemanes que siguen guardando todas sus garantías si ambas instituciones se separan: los alemanes pueden conservar el BCE y permitir los eurobonos o cerrar el paso a los eurobonos pero dejar que el BCE sea más "europeo". Sería una base razonable de acuerdo. Porque es claro que hay que llegar a un acuerdo y un acuerdo político, esto es, uno en el que todos cedan algo.
Además del inconveniente mayúsculo de no entender ninguna otra lengua europea, Rajoy viene  muy tocado por la situación del país que representa. La noticia que aparece dentro de la estrella pone los pelos de punta porque da a entender una situación de práctica intervención. Si el FMI y otros órganos (¿cuáles?) fiscalizan la fiscalización que Rajoy ha encargado a no se sabe cuántas empresas de auditorías y agencias de raking, de esas que fallan siempre, es que nadie en el ancho mundo confía en España, en la Gran Nación. A pesar de que Rubalcaba, casualmente en Bruselas, ha hecho unas declaraciones apoyando al gobierno en aplicación de su teoría de hablar con una sola voz en Europa. Espero que el gobierno no piense que se trata de una "monodia trampa".

dimarts, 24 d’abril del 2012

La extrema derecha avanza y trae otros aires.

Cabe decir que la verdadera triunfadora de la primera vuelta en las presidenciales francesas es Marine Le Pen. Con su 17,90% del voto ha superado todas las marcas anteriores de su partido, incluso el 16,86% de su padre en 2002, que le permitió pasar a segunda vuelta contra Jacques Chirac. Incluso supera el 17,79 de su progenitor en aquella segunda vuelta. Y desde luego, deja muy atrás el pobre 10,44% de Jean Marie Le Pen en 2007, cuando Ségolène Royal le sacó 15 puntos de ventaja y hasta un triste François Bayrou le ganó por ocho. Los demás partidos han estado en el muy fluctuante margen de las elecciones en primera vuelta, cuando el voto se fragmenta mucho. Los dos mayoritarios, UMP y PS, dentro de lo razonable, si bien Sarkozy se ha venido tan abajo que es el primer presidente en el cargo que pierde una primera vuelta, lo que debe de escocerle. El Frente de la Izquierda, encabezado por Jean-Luc Mélenchon, que despertaba aquí grandes entusiasmos en IU por verlo parecido a ella, ha conseguido un 11,10% del voto. Por cierto, muy por encima de las múltiples izquierdas anteriores, que se movían en el rango entre cero y cinco por ciento; es, además, una cantidad con dos dígitos, el objetivo de Mélenchon, pero lo es en la parte inferior. En el fondo, un resultado decepcionante para el Partido Comunista, que es el alma del Frente de la Izquierda como aquí lo es de IU. Ese 11,10% parece un techo.

El Frente Nacional de los Le Pen ha cambiado de imagen, cuestión nada desdeñable en una sociedad definida como sociedad del espectáculo. La representación de la extrema derecha a través de señores adustos, algo agrios, como Le Pen, con bigotito, como el innombrable o con gestos de energúmeno, como Benito Mussolini, ya no pega. Hay en marcha una adaptación de esta ideología a los nuevos tiempos. Los líderes de la extrema derecha pueden ser hombres agraciados, con simpatía personal y costumbres digamos libres, como Jorg Haider en Austria o incluso abiertamente homosexuales, como Pym Fortuyn en Holanda. ¿Por qué no una mujer? La identificación de la extrema derecha con el patriarcalismo, la homofobia y la misoginia puede estar en cuestión. Igual que otros filones o tabúes, por ejemplo, el antisemitismo. Fortuyn acusaba a Le Pen de antisemita y él presumía de simpatías hacia Israel. Pero en lo que ambos estaban de acuerdo era en que había que mantener el islamismo a raya.

Así que una mujer. Relativamente joven y atractiva. Se la puede identificar simbólicamente con La France, ya que no directamente con La Pucelle, al menos mucho más que al cuarteto de anodinos varones del terno gris, líderes de los partidos mayoritarios . Ya se había intentado hace unos años en Italia con Alessandra Mussolini, quien tiene la ventaja de ser nieta de un auténtico. Pero su carácter explosivo y las peculiares circunstancias políticas italianas la han dejado reducida a un oscuro puesto de eurodiputada por una asociación de fuerzas de extrema derecha. Nada comparable a Marine Le Pen que tiene un dominio magistral de su imagen pública. Quien la haya visto en un evento multitudinario de su partido con un bebé en los brazos sabrá de lo que se habla aquí.

Preocupa en todas partes este renacimiento de la extrema derecha xenófoba, nacionalista, racista y radicalmente neoliberal. Y preocupa que esté en ascenso. Los distintos partidos de la corriente tienen representación parlamentaria no desdeñable en muchos países de Europa y en alguno, por ejemplo, Holanda, han sido partidos de gobierno. Y apoyan y fuerzan políticas excluyentes, autoritarias, intolerantes, contrarias a la tradición de Europa como cuna de los derechos humanos.

Las dos razones que suelen aducirse para explicar esta resurrección del Satán político, entrelazadas, son muy convincentes. De un lado, hay una crisis económica de ciclo largo que produce, según los lugares, paro, inseguridad, recesión y alimenta posiciones políticas extremas, como ya lo hizo en los años treinta. De otro lado, concomitantemente, se da un problema de inmigración masiva que la crisis se encarga de hacer más visible aun. Las dos parecen ciertas en efecto y vienen avaladas por experiencias anteriores. Pero no son suficientes. El renacimiento procede de otro origen, que es el nuevo enemigo exterior. En efecto, el nacionalismo, la xenofobia necesitan siempre una amenaza concreta frente a la que todos los verdaderos nacionales se unen (en Finlandia, el partido de extrema derecha en el parlamento se llama los verdaderos finlandeses). Ese enemigo exterior no pueden ser los vecinos, ni siquiera los judíos pues el racismo no tiene ya seguidores; esa forma de racismo. El enemigo exterior ahora somos nosotros mismos, es Europa, Bruselas, la burocracia comunitaria, el euro, en definitiva una Gleichschaltung hitleriana so capa de la democracia. La extrema derecha es rabiosamente antieuropeísta y tiene amplia audiencia, sobre todo en los países al norte del Rin. Y cuando estos se ponen en marcha en defensa de la autenticidad no ya de la raza sino de la cultura amenaza turbulencia en el horizonte.

(La imagen es una foto de Minamonoch, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 22 d’abril del 2012

Tiens! La gauche!

¡Quién lo iba a decir! Después de cinco años de vapuleo ideológico sistemático, de saqueo insaciable de los bienes públicos, de estafa sin precedentes a los pueblos de Europa, de amenazas sin cuento; después de cinco años de machacona propaganda neoliberal a través de sus think tanks en los que unos engolados necios vaticinan desastres sin cuento si la gente no se aviene a que la exploten y la opriman; después de un quinquenio escuchando el contrapunto inquisitorial de ese pájaro de mal agüero instalado en el Vaticano que pretende reevangelizarnos a cristazos; después de cinco años aguantando que los políticos más retrógrados del continente (Berlusconi, Merkel, Sarkozy, Cameron, etc) con sus fórmulas sacadas del almanaque zaragozano, vayan de desastre en desastre, hete aquí que en Francia vuelve la izquierda. Y vuelve con fuerza. Hollande va ganando en intención de voto en la primera vuelta de hoy y seguramente ganará en la segunda, si no cae en alguna de las trampas y provocaciones televisivas en las que Sarkozy es maestro.

Hollande representa una esperanza au delà de la France, para otros países que, como España, están sufriendo los rigores teutones a los que se someten con las orejas gachas los gobernantes españoles, carentes de toda entereza nacional. Es una izquierda socialdemócrata -la única que tiene un palmarés de resultados en Europa- alejada del poder hace ya 17 años, que parece haber aprendido la necesidad de reformular el socialismo democrático radical y de no caer más en las añagazas edulcoradas de las terceras vías, nuevos centros y otras logomaquias similares; la necesidad de enfrentarse al capitalismo en los términos que este entiende: tocándole los beneficios. Hay voluntad de ganar y ojalá lo haga Hollande en donde su exmujer fracasó hace cinco años. ¡Qué gran ocasión perdida!

Supuestamente a la izquierda del PS y de Hollande llega a primera vuelta un Frente de izquierda, presidido por Mélenchon, un antiguo socialista, exministro de Jospin. Se presenta como una ruptura, una innovación, la nueva esperanza de la izquierda frente a un Partido Socialista entregado al neoliberalismo, como el eco francés de la Izquierda Unida en España. Pero no es otra cosa que la vieja táctica de los comunistas de ocultarse tras una organización de masas, frentista, etc, para no comparecer con su nombre a unas elecciones que, como acostumbran, perderían. Así que, de nuevo, el Front de la Gauche no tiene nada y François Mélenchon es el habitual compañero de viaje de los comunistas, es decir, el sempiterno "tonto útil", esa figura en la que suele escudarse el Partido Comunista, pero que ella misma no es comunista ya que, evidentemente, nadie es perfecto. Pero hace lo que le dicen, que es lo importante. ¿Su utilidad? Morder un 10 o 15% del voto a la izquierda, a ver si esta fracasa y, si no, si precisa de ese porcentaje para gobernar, se le pondrá caro. Esta posibilidad no existe en las presidenciales, pero la costumbre deja huella. Claro que si, producto de las amargas experiencias del tiempo, Mélenchon consiguiera entre el 15 y el 20% del voto en la 1ª vuelta podría darse la pintoresca circunstancia que se apunta al final de esta entrada.

A la derecha de Hollande, los conservadores llegan a las elecciones desarbolados. La crisis ha dejado al descubierto que sus discursos, sus fórmulas, sus propuestas, son una mezcolanza de lugares comunes, falsedades y puras fantasías que sólo encubren su deseo de retrotraer la marcha de la sociedad a los tiempos de las leyes de pobres. La derecha francesa ha quemado todo el tren y llega a la primera vuelta con el furgón del carbón vacío. Sarkozy lo ha intentado ya todo para seducir a los franceses: les ha hablado mal de España, que siempre vende en Francia, de la grandeza de la nación, de su firme voluntad de acabar con todos los peligros: los inmigrantes, los islamistas, los terroristas y los voleurs de montres (o ladrones de relojes) y los comunitarios que llegan a Francia a vivir del cuento. Incluso ha dejado sin discurso a la hija de Le Pen, cosa por otro lado poco difícil porque no lo tiene.

Hollande es hombre prudente y sensato. No ha pronunciado la palabra revolución. Pero, si gana, eso es lo que tiene por delante: una revolución en la Unión Europea que replantee los fundamentos del capitalismo ya que, con toda evidencia, las cosas no pueden seguir así.

Y un vaticinio tout à fait drôle: ¿y si a segunda vuelta pasan Hollande y Mélenchon? Mais voyons, ça serait la folie, non? A ver por quién votan los gaullistas, los lepenistas, la derecha liberal y la France de jadis en la segunda vuelta. No lo tengo claro porque las gentes somos un saco de sorpresas. Todo el mundo recuerda qué bien se llevaban los gaullistas y los comunistas durante la guerra fría y qué mal los socialistas y los comunistas de siempre. Por otro lado, el lepenismo es un vivero de votos nacionalbolcheviques. Alucinante, ¿verdad? Pero es de esperar que salga Hollande, por el bien de todos.

(La imagen es una foto de xavier buaillon, bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 30 de març del 2012

¿Y ahora, qué?

La huelga general de ayer fue un exitazo, kilowatio arriba, kilowatio abajo. Menos del 30 por ciento de trabajadores con puesto fijo, vaticinaba una semana antes El País, secundaría la huelga. Ya había desbarrado el diario majestuosamente otorgando a Javier Arenas una semana antes una rotunda victoria en Andalucía, en donde llegaría al 47 por ciento del voto y se alzaría con una holgadísima mayoría absoluta de 59 escaños. Por entonces Palinuro vaticinó que si El País atinaba en su pronóstico sobre la huelga como lo había hecho en Andalucía, aquella sería un éxito. Y lo ha sido, sin que pueda evitarlo la habitual prestidigitación de titulares de la prensa reaccionaria hablando de "fracaso sindical", como suelen hacer, con ese TBO a la cabeza que es El Mundo. También hablan de la supuesta violencia de los piquetes y otros relatos no menos fantásticos. Pero ninguno puede ocultar que la jornada de protesta, huelga con manifestación, tuvo un seguimiento abrumador. Hasta el gobierno, con la moral comida, habla de 800.000 manifestantes por la tarde. Si el cálculo lo hubiera hecho Aguirre serían 8.000, contando los policías.

Pero, éxito o no éxito, el poder político no piensa ceder a la presión social y/o sindical. Lo ha dicho por boca de esa inefable ministra de Trabajo cuyo rasgo principal es que jamás ha tenido relación laboral alguna salvo con su propio partido y con el Estado, pero no como funcionaria, sino como cargo público. Una ministra de Trabajo que carece de experiencia alguna teórica ni práctica de aquello sobre lo que habla y, además, puede decir cualquier cosa. Sostiene Báñez, por ejemplo, que no va a ceder en nada sustancial a la presión de la calle porque la drástica reforma laboral presentada tiene la aprobación del Congreso de los Diputados, en donde reside la soberanía nacional. De inmediato le han recordado que esa soberanía reside en el pueblo. Tampoco es tan grave. Seguramente Báñez quería decir que el Congreso es depositario de esa soberanía de origen popular. El caso es que la usa para no ceder en el obvio entendimiento de que una mayoría parlamentaria, algo transitorio y contingente, lo justifica prácticamente todo. Es la llamada tiranía de la mayoría, un peligro bien real y verosímil. Con un ejemplo se ve fácilmente: si mañana un Congreso con mayoría absoluta de izquierda decidiera confiscar la propiedad de los medios de producción, por ejemplo, ¿consideraría Báñez que sería algo justo por ser decisión del órgano depositario de la soberanía nacional? Seguramente, no. Entonces ¿por qué sí la medida que despoja a los trabajadores de sus derechos?

Terminada la huelga general, lo esencial es qué sucederá a partir de ahora. En la rueda de prensa del mediodía se darán a conocer las líneas de los presupestos de este año, ocultos hasta la fecha para no asustar al electorado andaluz. Parece que serán durísimos, que subirán impuestos, recortarán o congelarán salarios directos, reducirán multitud de salarios indirectos, suprimirán servicios públicos y, en general, echarán más gente del lado de la protesta de los sindicatos. Estos dan un plazo hasta el próximo 1º de mayo para negociar la reforma laboral, un ultimátum que el gobierno no aceptará y los sindicatos tendrán que intensificar su oposición. Pero ¿cómo?

En primer lugar es necesario que impugnen la reforma laboral en la vía judicial y en la constitucional, y que recurran a organismos internacionales, como la OIT, para tratar de detenerla o anularla. En cuanto a la acción directa los sindicatos seguramente mantendrán las movilizaciones, aunque con carácter sectorial, convocando huelgas allí donde la acción y el expolio del capitalismo neoliberal intensifique sus ataques.

Al mismo tempo Palinuro insiste en que la crisis actual es un fenómeno internacional, especialmente europeo y en que la acción para resolverla también debe ser europa. Lo piensa con respecto a la política de los partidos y también a la economía de los sindicatos. Los trabajadores europeos, a través de sus sindicatos, deben arbitrar una actitud de conjunto en la Unión Europea. Igual que la izquierda tiene que elaborar un programa común de la izquierda para Europa.