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dimecres, 13 d’abril del 2011

Al Luna de Valencia.

Es una alegría que Ángel Luna, el portavoz del PSOE, haya sido absuelto por un tribunal que, además de hacer justicia, se ha mostrado sensible a la indignidad de que se estuviera juzgando antes a quien denunció los hechos que a quienes los perpetraron. Era una erosión muy fuerte del prestigio de la justicia. Como el que está sufriendo con el caso de Garzón. En fin, que Luna no cometió delito mostrando unos papeles incriminatorios que eran públicos, que no era un delincuente, que los delincuentes, según parece, son otros.

Porque hay papeles y papeles. Los de Luna eran legales pero qué sucede con los que salgan, si es que no han salido ya, del asalto al despacho del hijo de Chaves? ¿Y qué hay del asalto en sí mismo? Ese asunto debe quedar claro cuanto antes y ha de conocerse a los que lo hicieron. Recuérdese que el celebérrimo caso Watergate comenzó con el allanamiento de unos locales del Partido Demócrata por gente que resultó estar a sueldo de los republicanos.

Con este hecho y con el del montaje de un pseudopartido para hacer daño al PSOE y facilitar transfuguismos no puede caber mucha duda acerca de que la vida política española, especialmente en su derecha, necesita un proceso de regeneración. Porque en ese montaje está involucrada, presuntamente, la trama Gürtel y los caballeros del famoso Tamayazo, otra rutilante perla de cómo entiende la política la derecha.

Luna simboliza lo contrario.


(La imagen es una foto de Oquendo, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 11 d’abril del 2011

El juego sucio y la mala fe.

Son los rasgos característicos de la acción política de la derecha. Es muy difícil encontrar un ejemplo más patente de juego sucio que el episodio de espionaje en el PP de la Comunidad de Madrid. La gestapillo, que ya tiene gracia la expresión, destinada a procurarse informes comprometedores sobre compañeros incómodos con el probable fin de chantajearlos posteriormente. El espionaje camina a la par con el más sonado episodio de corrupción de la democracia, el caso Gürtel, un presunto emporio del delito en el que andan pringados puñados de dirigentes y cargos públicos del PP en las más variadas hazañas.

Lo sucio, no obstante, y la mala fe, no están en los presuntos delitos en sí sino en el modo en que el partido los aborda. En lugar de ponerse plena y abiertamente a disposición de la justicia, utiliza todo tipo de argucias, recursos y contrarrecursos, personificaciones fraudulentas, lo que sea para obstaculizar la marcha de los procesos. Mala fe procesal por todos los costados, cosa que se echa de ver en que la estrategia no está pensada para demostrar la inocencia de los acusados, sino para hacer que los procedimientos se eternicen y conseguir, si posible, le prescripción.

¿Y qué más juego sucio se quiere que montar partidos pelele para minar el terreno del adversario? ¿Qué nombre cabe dar a eso? Partidos que además sirven para posibilitar transfuguismos, el colmo del juego sucio en política, el chaqueteo. Partidos a las órdenes de otro partido. Más o menos como el mismo PP está a las órdenes de su derecha extrema y los medios de comunicación que le hacen de caja de resonancia. Una coyunda, partido/medios, que lleva a basar la labor de oposición política en la persecución personal de unos u otros adversarios, Bono, Chaves, sometidos a verdaderas cacerías mediáticas con asegurada resonancia parlamentaria posterior. La fórmula es simple y eficaz: un periódico dice algo, un político lo plantea en el Congreso y el periódico monta después la tremolina con la contestación del Gobierno. Mala fe de arriba abajo.

En esa fiebre de oposición mediática el juego sucio consiste en romper los consensos básicos, de interés del Estado. En política antiterrorista, por ejemplo. Las maniobras del caso Faisán son la punta de lanza de una política destinada a impedir que el Gobierno socialista pueda capitalizar el fin de ETA, como las manifestaciones callejeras contra el Gobierno so pretexto de las víctimas tratan de lo mismo, de obstaculizar la política antiterrorista. Típico juego sucio es la ruptura del consenso en política exterior según el cual, fuera de las fronteras, no se habla mal del país para no debilitarlo. Ese consenso no lo ha respetado Aznar jamás. Todas sus intervenciones han ido siempre en detrimento de la imagen de España. Y cuando se dice que no se habla mal de España sino del Gobierno español sólo cabe decir que al juego sucio se le añade la mala fe pues el Gobierno democrático de España representa España.

Juego sucio hacia fuera y juego sucio hacia dentro. La instrumentalización de los símbolos y las instituciones del Estado. Esos jueces que son militantes de corazón (ya que no pueden serlo de carné) del PP y que aplican a rajatabla sus intereses en el Consejo General del Poder Judicial o donde se tercie dejan a la judicatura al nivel del betún. Que sea Enrique López, el hombre del PP en el CGPJ, y candidato permanente para el Supremo, quien haya decidido mantener su competencia en el caso Faisán aun sabiendo, al parecer, que no hay delito de de colaboración con banda armada es, en verdad, un escarnio. Un escarnio a la justicia.

Las instituciones que no se pueden instrumentalizar se bloquean, como estuvo bloqueado el Tribunal Constitucional durante unos dos años, imposibilitado de hacer nada. Y las que no se pueden bloquear, se deslegitiman. No hay decisión que tomen las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y la administración de justicia que, en tocando al PP, no se lancen sus dirigentes a cuestionar las motivaciones de los servidores del Estado, a calificarlos de "camarillas" o de agentes del Gobierno que, a su vez, según dictamen del principal imputado político en la Gürtel, Camps, pretende establecer en España un régimen de terror.

Si a esto se añade que se trata de un partido que no informa de sus decisiones, que no ha hecho aportación alguna a la lucha contra la crisis, de cuyo líder, esto es, de lo que piensa, tampoco se sabe nada salvo que tiene una puntuación bajísima entre los ciudadanos, sólo queda preguntarse qué valor tienen esos catorce puntos porcentuales de ventaja electoral y qué sucederá el año que viene, que no está claro.

Dice Almunia que en Europa no dan por segura la victoria de Rajoy. Por supuesto que no. Eso viene diciéndolo Palinuro hace meses: que están vendiendo la piel del oso antes de matarlo. Y cargando como carga con el cadáver de la Gürtel el PP está en un tris de ser un cadáver él mismo.

(La imagen es una foto de Partido Popular Comunitat Valenciana, bajo licencia de Creative Commons). En ella están Cospedal, Camps, González Pons y Rajoy. Son dignos de análisis los gestos de los cuatro.

dissabte, 9 d’abril del 2011

Tirant lo Gürtel III,

No sé si estas listas electorales encontrarían un hueco en el Guiness: la lista electoral con más implicados en casos de corrupción. No creo se hayan dado ejemplos parecidos, ni siquiera en Italia en los mejores tiempos de Tangentopoli o en los de la renovada República de Berlusconia. Por fortuna los procesos judiciales están a salvo de la lógica electoral porque tal parece que la intención de quienes han confeccionado y aprobado las candidaturas valencianas es influir en las decisiones judiciales mediante plebiscitos políticos, con lo que la condición de ciudadano honrado y hasta ejemplar o la de delincuente no la otorgan los jueces sino la voluntad del electorado.

Cualquiera que recuerde lo popular que llegó a ser el Dioni a quien Joaquín Sabina dedicó la canción Con un par de contenido fácilmente imaginable supondrá que algo parecido puede pasar con estos por ahora imputados. Quienes a su vez quizá repitan para su coleto y refiriéndose a sí mismos, con un par. Hay que provocar. También se viene al recuerdo aquella costumbre de Batasuna de meter en sus listas electorales no ya a imputados sino a gente condenada cumpliendo condena por ser de ETA. Con otro par, imagino. No estoy comparando, líbreme el cielo, a los etarras con los gurtelianos. Tampoco se me ocurriría comparar a un asesino con un caco. Son cosas distintas.

En el fondo, estas listas valencianas repletas de presuntos mangantes parecen la recuperación del antiguo recurso del santuario mediante el que los perseguidos de la justicia encontraban refugio al acogerse a sagrado, normalmente una iglesia. Hoy día, con nuestra secularización galopante, las iglesias ya no protegen de nada, pero las listas electorales, sí. Otorgan inmunidades lo que, tratándose de gente perseguida y procesada por sus actividades presuntamente delictivas y empezando por el Presidente de la Comunidad, no es cosa despreciable. No es lo mismo sentarse en el banquillo como simple ciudadano Camps, farmacéutico consorte y curita, que hacerlo como Molt Honorable presidente de la Comunitat. Quizá piense el afectado que, así como él no puede resistir la presión de los otros mendas para refugiarse en las listas porque le falta fuerza moral, a lo mejor los jueces se dejan intimidar por la pompa y boato del poder y no son tan tiquismiquis con los trajes, las comisiones, los millones de euros, la visita del Papa, las contratas de la basura, las de las fiestas y actos del PP, la de FITUR, la financiación del partido, las adjudicaciones fraudulentas, los apaños de la televisión, el saqueo de las arcas de todos, la repetición de los premios de la loteria o el supuesto empleo de caudales públicos para montar partidos de esbirros con los que fastidiar al PSOE.

Bien, el caso es que se pide a los ciudadanos de Valencia que voten por otros ciudadanos por debajo de toda sospecha. Dado que los presuntos delitos se refieren a caudales públicos que han sido sustraídos de sus empleos legales, es decir, al patrimonio de todos los ciudadanos, lo que se pide es que estos voten como representantes suyos a quienes están acusados de esquilmarlos. Realmente si los ciudadanos los votan no será porque no estaban informados.

dimecres, 6 d’abril del 2011

Tirant lo Gürtel II.

¡Cuán poco dura la alegría en casa del pobre, incluso cuando es político! No acaba Camps de celebrar que he echado a Zapatero porque es una mala persona, cuando el alguacil le sirve noticia de que su proceso por los tres tristes trajes sigue adelante por decisión del juez, a pesar de los recursos que el hombre había presentado para conseguir que se archivara o, por lo menos, demorara. El grito de triunfo ya revelaba una actitud preocupante desde el punto de vista de la estabilidad anímica del Curita y este acelerón procesal lo puede llevar al paroxismo. Si para Berlusconi la judicatura italiana está llena de comunistas, para Camps está llena de zapateristas, o sea, partidarios de un régimen de terror. Tal cual.

Hace tiempo que el cadáver ionesquiano de la Gürtel tiene tan obsesionado a Camps que sólo dice desmesuras de este jaez. Pero lo preocupante es que esa actitud, comprensible en Camps en sentido psicoanalítico, se contagie a la más alta dirección de su partido. Rajoy asegura que mantendrá a Camps como candidato incluso aunque se decrete la apertura de la vista oral, que es el paso procesal siguiente. Su argumento es que dicha apertura no es una declaración de culpabilidad y él sigue creyendo en la inocencia de Camps probablemente por convicción moral, la misma convicción moral, supongo, con la que atribuía a ETA el atentado del 11-M.

Esta actitud contradice de plano todos los gestos del PP en pro de la transparencia y la lucha contra la corrupción, lo cual no es grave pues, cuando se hicieron, ya se sabía que eran una farsa para engañar a incautos. Pero lo más grave no es su efecto hacia el pasado, sino hacia el futuro. ¿Por qué no puede darse el caso de que Camps sea condenado por un tribunal de justicia pero a Rajoy siga pareciéndole inocente por convicción moral? Y si se da, se produce una situación en que el presidente de una Comunidad Autónoma acumule a sus tareas ordinarias la extraodinaria de cumplir una sentencia condenatoria. También puede Camps presidir la Comunidad valenciana desde una celda de la prisión provincial en espera de que llegue Tirant a rescatarlo del turco sociata.

(La imagen es una foto de Partido Popular Comunitat Valenciana, bajo licencia de Creative Commons). En ella están Cospedal, Camps, González Pons y Rajoy. Son dignos de análisis los gestos de los cuatro.

dissabte, 2 d’abril del 2011

Tirant lo Gürtel.

El cadáver, el cadáver ionesquiano lo ocupa ya todo en Valencia y se extiende al resto de España. Dentro de poco ascenderá a cadáver exquisito. ¡Vaya escrito el de las peticiones de la Fiscalía Anticorrupción! Quiere se impute a Camps y el núcleo de su gobierno y del partido la comisión de una serie de delitos que pone los pelos de punta, delitos electorales, en 2007 y 2008, contra la Hacienda Pública, falsedad documental, prevaricación y cohecho. Ya nadie habla de tres tristes trajes. Y eso a menos de veinticuatro horas de que Maria Dolores de Cospedal, con ese don de la oportunidad que le caracteriza, dijera que "es injusto el asedio indigno" que ha sufrido Francisco Camps. Echando imaginación cabe calificar de "asedio indigno" una petición formal de la Fiscalía Anticorrupción, pero hay que echarle mucha imaginación y tener algo de rostro.

A medida que pasan los días pueden los estrategas del PP medir cómo la Gürtel va a comerse su campaña si Francisco Camps sigue siendo candidato. No obstante, da la impresión de que aquellos (los estrategas) confían en contrarrestar el efecto Gürtel con algún escándalo mayor, obviamente el llamado caso Faisán. Aquí han cargado las tintas: negociación con ETA, como venía diciendo Mayor Oreja, engaño y embuste a los españoles, traición a la Patria, colaboración con banda armada, Faisán como ave Fénix de los GAL, en feliz invención de Aznar, siempre dado a la metáfora mística. Resumen de resúmenes: ¿a qué espera el gobierno para dimitir y convocar elecciones anticipadas?

Este ataque en todo el frente al grito de dimisión y procesamiento se da en dos terrenos de pelea, el político y el judicial. En el político, el PP tiene la baza perdida desde el inicio pues nadie secunda su posición de derribar el gobierno al precio que sea y menos en mitad de una crisis como la actual; ni siquiera los patronos y banqueros, que ya es decir. Además, en el campo político hay un lance meridiano que resuelve el conflicto en un periquete: la moción de censura. Es patente que, con las ganas que tiene Rajoy de ser Presidente, si no la presenta es porque sabe que no cuenta con el apoyo parlamentario preciso para ganarla. Ningún otro grupo lo apoyaría salvo, quizá, UPyD.

Por ese motivo es tan proclive el PP a embarrancar los asuntos en la vía judicial, acompañando luego a ésta de la correspondiente matraca parlamentaria que sirve para armar ruido gratuito. En esta ocasión, sin embargo, para respaldar sus acusaciones el PP tendrá que valerse de las llamadas actas de ETA y las interpretaciones, generalmente rocambolescas, que hacen los medios conservadores. No consigo imaginar juez sobre la tierra que pueda dar crédito a alguna de estas pruebas.

Pero es que, además, el cadáver de la Gürtel sigue creciendo. A raíz de ese inenarrable episodio en que Camps y Fabra inauguraron un aeropuerto sin aviones que es como de película de Buster Keaton (de hecho, Fabra se le da un aire), estos dos lumbreras dieron en decir que era mejor que no hubiera aviones porque así se podía pasear por las pistas. Lo que equivale a sostener que es mejor que las puertas no se abran porque así nadie se acatarra. Estos episodios no desmerecen en nada las andanzas de la viuda Reposada y la doncella Plazerdemivida, dos de los muchos personajes inolvidables de Tirant lo Blanc.

Visto lo cual, uno de esos grupos espontáneos que surgen en Facebook, capaces de derribar tiranías árabes a docenas, ha decidido aprovechar la invitación y ha convocado una fiesta rave en las tales pistas para los días 24 y 25 de abril próximos. Aunque esté garantizado que los valencianos no se enterarán de esa fiesta a través de la TV valenciana del PP pagada con el dinero de todos los españoles, no sé cómo va a resistir Camps que las demás cadenas nacionales y autonómicas den en directo 48 horas de cachondeo general sobre su persona.

De modo que lo más probable es que ahora empiece una batalla legal para prohibir esa fiesta raven. Prohibir, prohibir, negarse a hablar, salir por peteneras, ocultarse es lo único que puede hacer ya Camps. Y no lo consigue, como no consiguió prohibir la manifa en que hace unos días 60.000 ciudadanos pedían su dimisión. De momento, según se ve, al hacer esta captura más de 12.000 ciudadanos piensan asistir. A lo mejor montan un Woodstock 2.0. Y el cadáver crece.

(La primera imagen es una foto de Partido Popular Comunitat Valenciana, bajo licencia de Creative Commons). En ella están Cospedal, Camps, González Pons y Rajoy. Son dignos de análisis los gestos de los cuatro.

diumenge, 27 de març del 2011

Gürtel: la respuesta.

El cadáver gürteliano salió ayer a la calle en Valencia: sesenta mil ciudadanos/as exigieron la dimisión de Camps, un espectáculo que no ha existido para los televidentes de la televisión autonómica. Menos mal que sólo la mira algo así como un dos por ciento. Con un PP desesperado por impedir el acto, primero pidiendo al juez que lo suspendiera y luego enviando a unos jóvenes a provocar por si podían reventarlo. Por desgracia debieron de dejarse las porras en casa porque no pudieron hacer nada. En tiempos de Franco esto no pasaba porque, con muy buen tino cuartelario, todas las manifestaciones estaban prohibidas sin más. ¿Cómo no se puede prohibir ésta? Es obvio que Camps no distingue entre la dictadura y la democracia. Su comportamiento es el de un autócrata, encerrado en el silencio y la falta de explicaciones. Pero le falla la represión. Puede manipular la información y censurarla como hace a través de su televisión, Canal Nou, con el dinero de todos los españoles. Pero no puede bloquear la red, aunque lo ha intentado, pidiendo que se cierren las webs que publicitaran la manifa. Y no puede reprimir. No puede impedir que la gente salga a la calle a manifestarle su repulsa. Eso va a perderlo.

¿A que ya no hay tanta seguridad en que Camps obtenga una mayoría absoluta holgada el 22 de mayo? ¿A que ya va abriéndose paso la idea de que hasta puede perder? Y la campaña propiamente dicha aún no ha comenzado. Pero, cuando comience, ¿cómo va a hacerla un Presidente que no puede salir a la calle sin que lo increpen ni puede ir a mítines y actos públicos? La Gürtel se lo está comiendo todo. Los estrategas del PP merecen el finiquito porque no han sido capaces de calibrar la reacción de la gente en distintos supuestos. Es posible que el personal guarde fidelidad de voto al PP si, a pesar de la corrupción, ve que se está luchando contra ella o que, cuando menos, se lamenta. Pero resulta francamente increíble que se conserve ese apoyo aun cuando no solamente no se hace nada contra la corrupción sino que los corruptos se ufanan de ella.

Ahora las cosas son difíciles porque se plantea esa problemática opción de sostenella o enmendalla. Pero según pasen los días la situación se complicará más porque en sí misma es noticia: ¿cuánto puede aguantar Camps? ¿Y cuánto unas instituciones a las que Camps está pulverizando? Y pulverizando no sólo en Valencia sino en todo el Estado porque, al mantener vivo el muerto de la Gürtel, estigmatiza la política del partido en todo el país. ¿Puede este partido pedir elecciones anticipadas después del 22 de mayo? Puede; pero ¿debe?

Hay un indicador en nuestra sociedad mucho más potente que toda la batería de encuestas y sondeos, que todo el mundo conoce pero nadie reconoce: la opinión de los mercados y de sus dueños, los banqueros y empresarios. Esos han dado el espaldarazo a Zapatero, por lo menos hasta 2012, lo han armado caballero y le han hecho un feo a Rajoy difícil de superar. La motivación: que está empezando a notarse lo que más teme la derecha política y mediática, aparte del fin de ETA, esto es, la recuperación económica. Si lo dicen los empresarios, puede ser la consabida profecía que se autocumple. La marca España aguanta en los mercados internacionales incluso en el peor de los supuestos: el crack de Portugal. Estos dos índices, resistencia del Estado y apoyo de la patronal, se retroalimentan y hasta es posible que los moodies, que ya están en los tribunales, tengan que meter la inversa.

Zapatero se ha portado bien desde el punto de vista de la elite empresarial y financiera del país. Ha sido más papista que el Papa y ha mostrado dominio de la calle, mucho más pacífica aquí que en Francia y no se diga ya en Inglaterra. En realidad, los que han zanjado el debate sobre la candidatura del PSOE son los empresarios que saben de sobra que quien mejor aplica políticas económicas restrictivas (en el sentido de con menores costes sociales) es la izquierda porque la derecha genera conflicto por overkill.

Y, en todo caso, no van a apoyar al candidato que no sabe distanciarse de la Gürtel.

(La imagen es una página de Público, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 26 de març del 2011

Gürtel en Valencia.

El cadáver de Ionesco sigue creciendo sin parar y ocupándolo todo. En Valencia ya no es posible dar un paso sin encontrarlo. Hay Gürtel hasta en las esquinas. Y lo que habrá, pues aún no ha comenzado la campaña electoral. Los tres últimos acontecimientos del Reino son tres manifestaciones Gürtel a tope y de lo más típico. Una por la vía de la amenaza, otra por la del silencio y la tercera de un chiste.

La amenaza. Ya tiene tela que el primero que haya de sentarse en el banquillo por el caso Gürtel sea Ángel Luna, portavoz del PSPV y uno de los que lo han denunciado. El propio Luna se sorprende en un artículo en El País titulado Desde el banquillo. No tendría por qué. ¿No está procesado el que intentó hacer justicia a las víctimas del franquismo? Por cierto, magnífico lance judicial el de Garzón al acudir al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo en petición de amparo. Tendría gracia que Estraburgo le diera la razón y el Supremo lo condenara. Claro que este último podría decir que más alto que Estrasburgo está el tribunal de la divina providencia de la que él es muñidor. En todo caso, tranquilo, Luna. Ahora lo que tiene que hacer es defenderse de la acusación explicando la situación. Está en su derecho y va a ser demoledor para Camps cuya estrategia procesal es cada vez más disparatada.

El silencio. Ya lo está siendo. Ese empeño de Camps por prohibir la manifa de hoy en Valencia en contra de la corrupción, denunciando a los organizadores por un supuesto delito de injurias graves con publicidad, vuelve a plantear la cuestión política en el terreno judicial. Camps, que lleva meses sin contestar pregunta alguna sobre Gürtel, no puede hacer política si no es en los tribunales. Y Gürtel lo está devorando vivo. Ya no puede salir a la calle sin que alguien lo llame ladrón. Tropieza con el cadáver de Ionesco a cada paso que da. Es extraño cómo la dirección de su partido no se piensa la posibilidad de sustituirlo de candidato antes de que la cosa vaya a mayores y Camps tenga que desplazarse con una dotación de antidisturbios como si fuera una guardia pretoriana. Lo único que se me ocurre es que alguien esté dándole cuerda para que se ahorque, lo que tratándose del magma de un partido político tampoco es tan extraño.

El Chiste. La normativa electoral quiere que los gobernantes y autoridades en general se abstengan de cortar cintas en la campaña electoral lo que quiere decir que se adelantan las inauguraciones de modo que a veces se inauguran cosas que están por terminar. ¡Quién sabe si por hacer! No sería raro ver a Esperanza Aguirre inaugurando un campo de golf en un vertedero en el que hubiera un poste que rezara (y nunca mejor dicho) Campo de golf. Así se hacían las representaciones teatrales del siglo de oro. Un cartel decía "bosque" y allá cada cual a imaginarse el que le petara. Camps y el inefable Fabra han inaugurado un aeropuerto en Castellón en el que no hay aviones. Podrían haberlo hecho en una terraza en la Avinguda de la Mar. Espero que no se le ocurra a ningún gracioso decir que los aviones no están porque la Gürtel los ha vendido en Panamá. Claro que hay cosas más raras y milagrosas. Por ejemplo que a alguien le toque cinco veces seguidas la lotería.

(La imagen es una foto de Visentico/Sento; la segunda, una foto de Público, ambas bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 19 de març del 2011

Gürtel va a las fallas.

Igual que no todo el mundo puede presumir de haber tenido unos padres comunistas, según reza el título de una divertida película francesa de los años 90, no todo el mundo tampoco puede presumir de tener un candidato a la presidencia de su Comunidad imputado en un procedimiento penal o en varios, según como quede la cosa al final en los tribunales. Una imputación no sobrevenida sino anterior a la proclamación de candidato. Desde luego que no. Es una situación bien pintoresca que requiere algún tipo de explicación allende la muy obvia de que imputar no es destruir sin más la presunción de inocencia. No, simplemente es cuestionarla con motivos fundados. Eso debiera ser suficiente para que el candidato no fuera candidato. Si lo es se debe a la cerrada determinación del interesado y de su círculo de allegados que han vencido las reticencias de la dirección nacional de su partido sobre el que pesaba mucho el temor a una repetición de la bandería de Álvarez Cascos en Asturias, el miedo a la fragmentación.

Pero forzar la propia candidatura en estas condiciones no normaliza la situación sino que, al contrario, la hace más anómala y más contraproducente. Que en mitad de dos crisis de envergadura mundial como son la nuclear del Japón y la militar de Libia, los dos dirigentes del PP, Rajoy y Camps, no tengan nada mejor que hacer que pasar el día de fallas puede ser comprensible en lo que respecta al candidato local para quien las las fallas son un elemento de identidad regional. Pero en lo que hace al Presidente nacional del partido la cosa es insólita. Puede invocarse la costumbre pero es débil argumento para excusar su participación en los escenarios en que se ventilan intereses de Estado.

La presencia de la Gürtel en esa alegre jornada fallera ha sido abrumadora. Rajoy no puede librarse del abrazo de Camps quien, como todo el que se ahoga, tira hacia abajo de aquello a lo que se aferra. Las fotos del uno con el otro, con o sin González Pons o Rita Barberá, son trofeos de caza y la pieza cobrada, Rajoy, cuyos gestos así lo delatan.

La situación es insostenible ( y quedan dos meses para las elecciones) por cuanto los dos, Rajoy y Camps, embarcados al final en el mismo barco, tienen una amarga opción que los jugadores conocen bien: escoger entre dos males. Se trata de elegir el menor, claro, pero ¿cómo saber cuál es? Si Rajoy acude a las fallas, la interpretación será la ya aventurada: es rehén de Camps. Si no acude la interpretación será que ha perdido su más firme base de apoyo en el partido en el que pueden volver los movimientos de sustitución en la Presidencia.

Cuál sea el menor solo se sabe al final de la partida. Pero la situación es muy atípica: los dos dirigentes han comparecido en público pero ha sido una comparecencia censurada, en la que se ha mantenido a raya a los periodistas, y coronada con una rueda de prensa en la que no se han admitido preguntas. Es decir, más que comparecer, se han mostrado como el Santísimo en un ostensorio que la cofradía de San Gürtel sacara en procesión. Sin embargo, las preguntas cada vez se harán más acuciantes y ¿puede un candidato estar dos meses sin responder preguntas? Obviamente puede. Camps es capaz de eso y de mucho más. Después de decir y continuar diciendo que se paga los trajes que le regalan, de afirmar que no conoce de nada a quienes son sus "amiguitos del alma" y de asegurar que se muere de ganas de declarar ante el juez siendo así que, una vez ante el juez, se niega a declarar, este hombre es capaz de todo: carece de principios , de vergüenza y de sentido del ridículo. La pregunta es: ¿sigue siendo alta a su favor la intención de voto de los valencianos? Porque ese es el busilis del asunto: que pueda ganar elecciones una persona sospechosa de trincar a mansalva.

(La imagen es una foto de Fran Ontanaya, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 15 de març del 2011

El cadáver llega al Escorial.

Palinuro en Radio clásica


El cadáver de la Gürtel no para de crecer y crecer. El muerto de la corrupción ocupa ya todo el escenario. Ahora llega a la boda del Escorial, como era de suponer y monopoliza el debate. Con lo que ya se sabe de Correa, el Bigotes y otros guajes de similar estampa, la pregunta inevitable es ¿qué pintaban esos en aquel bombástico acontecimiento absolutamente desmesurado?

La respuesta solo puede ser que estaban allí por amistad, por interés o por los dos a la vez. Cabe pensar que los cabecillas de esa alucinante red de corrupción vieron la posibilidad de calzarse una pastuqui aprovechando la megalomanía de Aznar. Una red de corrupción que parece haber enmarañado todas las actividades de gobierno y administración del PP allí donde ostenta el poder. Si los mismos que estaban en pelotazos urbanísticos en Boadilla se ponían las botas con la visita del Papa a Valencia, ¿por qué no iban a probar mano con un evento tan singular y faraónico como era una boda "de Estado" en El Escorial?

Llama la atención el silencio del novio en aquel rimbombante casamiento. El mismo que se apresuró a anunciar acciones legales contra todo aquel que insinuara siquiera que él tenía algo que ver en la Gürtel se encuentra con un fichero precisamente de la Gürtel en unas circunstancias de las que se sabrá pronto el alcance. Además los mendas de la trama organizaron prácticamente todos los actos públicos de la plana mayor del orfeón conservador, de Aznar, de Aguirre, Rajoy, Acebes, etc y par dessus le marché también tenía que ver con AENA, aprovechando que Álvarez Cascos estaba en el ministerio de Fomento. Un submundo poblado por políticos venales y corruptos, meros estafadores, empresarios con pocos escrúpulos. Esto no hay quien lo detenga.

No sé si, a falta de otras opciones más comedidas, el PP recurrirá a la explicación de que el Estado policía del PSOE y el malvado Rubalcaba (que sólo se ha puesto malo para disimular), temiendo los resultados electorales, siguen persiguiendo políticamente al PP. Como están las cosas, tras descubrirse un prometedor almacén Gürtel en Alcorcón, es de temer que las acusaciones de Estado policial al estilo de De Cospedal ya no sean suficientes. Tendrán que pasar a acordarse directamente de la Gestapo y la GPU, policías de Estados totalitarios que trataban de aplastar a la oposición.

Incluso al Gobierno porque en el caso valenciano la trama estaba relacionada con la Generalitat y el Tribunal Superior de Justicia del País Valenciano (TSJPV) rechaza otro recurso de Camps para suspender la causa. Porque este es un detalle muy típico del comportamiento de Camps. Cuando alguien inocente se encuentra en un proceso judicial, lo que quiere es que este se acelere para que reluzca su inocencia. Si ese alguien, al contrario, trata de retrasar y posponer las decisiones, de impedir que se vea la causa públicamente, lo normal es pensar que sabe que es culpable y trata de que no se haga justicia. Y eso es obvio. Ahora bien, ¿es aceptable que el presidente de un ente político como la Comunidad valenciana obstaculice la acción de la justicia con algo que frisa en la mala fe procesal? Los valencianos deben decidir, no si votan a un candidato penalmente imputado, sino si votan a uno que colabora con la justicia o trata de paralizarla.

Se dirá que es injusto hablar únicamente de la Gürtel cuando el otro gran partido, el PSOE, aparece también pringado en el fraude de los EREs ilegales en Andalucía; efectivamente, así es y habrá que dedicarle la debida atención. No obstante, de momento, igual que lo cortés no quita lo valiente, lo mangante no quita lo chorizo. Tengo la intución de que este asunto de los EREs puede hacer que el PSOE pierda las elecciones en Andalucía y no deja de ser curioso que la corrupción que en una comunidad autónoma quita votos hasta producir la derrota en otra como Valencia los dé, y al extremo de apuntar a una sólida mayoría absoluta. Parece increíble, pero es lo que dicen los sondeos.

Esta situación puede llegar al esperpento si, como señala José Manuel Romero en un artículo en El País titulado Retorcido Estado de derecho, el primero que se sienta en el banquillo a consecuencia de la Gürtel no es ninguno de los presuntos implicados sino un portavoz de la oposición por haber aireado un documento que está bajo secreto sumarial, aunque ya se hubiera filtrado con anterioridad. Eso es precisamente lo que también consideraba hace días Palinuro en una entrada titulada El Gürtel crucis de Francisco Camps. En fin, puede que en el PP crean que este posible proceso a Ángel Luna, el portavoz del PSPV, sea una victoria para ellos. Si lo creen andan muy errados. En primer lugar, es obvio que la imputación y la causa en sí es una desmesura y, en segundo y como consecuencia de lo anterior, el banquillo servirá al socialista como tribuna para airear la Gürtel. Antes sólo lo escuchaban los demás parlamentarios en las Corts; ahora lo escuchará todo el mundo.

dimarts, 8 de març del 2011

Gürtel, la memoria y Garzón.

En puertas de la intervención armada

(Entrada del 1º de marzo pasado)


La peripecia del juez Garzón clama al cielo. Lo tienen atrapado en una triple tela de araña con tres procesos vivos que, además, van a toda velocidad si los comparamos con la bizantina lentitud con que se mueve el de la Gürtel. En los tres se juega el juez su carrera pero en dos de ellos también se juegan cosas de mayor calado para la colectividad: en el primero se juega que el proceso por la trama Gürtel siga adelante o se le dé carpetazo, lo que ya sería verdaderamente sublime; en el segundo se juega que se pueda hacer justicia a las víctimas de la vesania genocida franquista o que esa injusticia siga impune.

Desde luego en este acoso judicial al juez Garzón concurren muchos elementos. El propio juez dio en parte pie a alguno de ellos con su errática trayectoria política en los años noventa, que lo ha hecho relativamente vulnerable al linchamiento a que lo ha sometido la derecha. Pero el juez no se enfrenta solamente a un tangible odio político (movido por sus investigaciones sobre la Gürtel y el genocidio franquista) sino también a un ataque corporativo que, sin merma del ataque político, discurre más por las sentinas de las envidias profesionales. Garzón tiene una merecida proyección nacional e internacional y eso, en este país, no se perdona.

Suele decirse que no es cierto que haya una persecución a la persona sino que lo que se va a juzgar objetivamente es la supuesta comisión de un delito de prevaricación. Al margen de que se trate de una figura delictiva con un amplísimo margen de interpretación y, por tanto, de discrecionalidad del juzgador, todo en los procesos ha sido atípico, empezando por la instrucción del juez Varela (en la causa por el franquismo) quien actuó objetivamente como asesor de la acusación al indicarle cómo debía formularla.

El pronóstico no puede ser más desalentador para este juez al que el país debe muchas cosas, entre ellas el desmantelamiento de la cobertura del terrorismo en el País Vasco y, en buena medida, del propio terrorismo. Pero, además de pintar negro para el juez, la cosa tampoco augura nada bueno para los intereses colectivos. Los abogados de los presuntos delincuentes de la Gürtel quieren que se condene a Garzón por prevaricación porque, de este modo, pretenden invalidar las pruebas de la escuchas y, con ello, pedir la anulación de lo actuado hasta la fecha en el proceso. Obviamente lo que quieren es anularlo en su conjunto por falta de pruebas legalmente obtenidas. Hay otras independientes y no es muy probable el archivo pero sí un considerable retraso, quizá de otro par de años en tanto se dilucida lo que vale y lo que no vale.

Y con la memoria y la reparación a las víctimas del franquismo puede pasar algo parecido. Si se condena a Garzón por prevaricación, hay que replantearlo todo desde el inicio, empezando por averiguar qué se quiere hacer y a quién corresponde la competencia.

Es decir la triple tela de araña en que está atrapado Garzón pretende arruinarle la carrera personal y, además, conseguir la impunidad para los presuntos de la Gürtel y el bloqueo a las políticas de la memoria con el resarcimiento a las víctimas. Y frente a eso no parece que haya una movilización digna de tal nombre.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Wikimedia Commons).

dimarts, 15 de febrer del 2011

Candidato Gürtel.

Reunión de urgencia del Comité Electoral Regional del PP del País Valencià. Resultado: unanimidad búlgara para nombrar a Camps candidato a la presidencia de la Comunidad Autónoma valenciana. Acto seguido, envío de dicha decisión al estilo prusiano a la sede nacional del PP en la calle Génova de Madrid con un lacónico comunicado en el que se lee textualmente que el Comité Electoral Nacional deberá ratificar la propuesta elevada por el PPCV. Deberá, imperativo; no deberá de, posibilista, desiderativo. Obviamente los valencianos piensan que el Comité Electoral Nacional es un órgano ratificante; como las Cortes de Franco. O sea, perfectamente inútil.

La taxativa comunicación quiere emplazar a la dirección nacional del PP ante un hecho consumado. Era la táctica preferida de Hitler. Y no estoy comparando a Camps con Hitler. Es obvio que no tienen la misma talla y no me refiero a la de los trajes. Hitler lo hacía porque podía: te descuidabas y había invadido la Unión Soviética. Camps y el PPCV lo hacen por si cuela. Tienen conciencia de su subordinación. Los traiciona el verbo elevar hablando de su propuesta. Sólo se eleva algo a lo que está más alto. Y desde el punto de vista de la derecha lo que está más alto prevalece siempre sobre lo que está más bajo.

Camps ha retado a duelo a Rajoy. Habrá analistas que digan que ha echado un órdago; cada cual con sus aficiones. El intríngulis es que Rajoy tendrá que pronunciarse, cosa que, al parecer, le molesta. Tendrá que decir sí o no. ¡Ah, que no quepa nombrar al "curita" embajador ante la Santa Sede! Podría, si las cosas se ponen muy mal, solicitar santuario en la basílica de San Pedro, escenario adecuado a la idea que tiene de sí mismo. Como El Escorial lo era para la que tenía Aznar también de sí mismo y de su prole. En la derecha siempre han gustado mucho las películas de Samuel Bronston.

Hay quien dice que si Rajoy no se ha pronunciado todavía es porque Camps conoce cosas cuya revelación le haría daño. Cuando se llega al fondo de la naturaleza humana nunca se sabe, pero me atrevo a decir que no hay tal. No creo que Camps pueda chantajear a Rajoy en algo más que en insinuar que puede alzar bandería propia en el Reino como Cascos lo ha hecho en la siempre indómita Asturias. Porque esa es una preocupación real. Rajoy teme no lo que pueda decir Camps sino lo que pueda hacer. El PP no resistiría una escisión valenciana. Francisco Camps es capaz de cualquier cosa una vez que ha decidido defenderse en el ámbito jurídico con armas políticas, como Berlusconi.

Y lo es porque el hombre no debe de regir ya del todo bien, sometido a una tremenda presión social y mediática de dos años de duración. Sus actos nunca han sido enteramente comprensibles pero, de un tiempo acá, revelan rasgos patológicos. Ese obstinado silencio ante la prensa es tan lamentable como lastimoso. Y de nada le sirven, (al contrario, lo obnubilan) las loas de la televisión valenciana y las defensas públicas de Ritá Barberá, como una dueña dolorida. Así las cosas Rajoy sólo puede desautorizar a Camps y esperar que la derecha valenciana no se eche al monte. Lo que no puede es tener un candidato sentado en el banquillo de los acusados. Porque acabarán llamándolo el candidato Gürtel. Y muy mal deben de ver las cosas los valencianos para no permitir que Rajoy pueda decidir sabiendo si el juez abre la vista oral o no con Camps de acusado. Y ojo porque a veces los cachazudos se vuelven flamígeros.


La vergogna sei tu, Silvio

Como si se tratara de una obra de Aristófanes, cientos de miles de ciudadanas salieron el domingo a la calle en Italia a decir a Berlusconi que ya basta de humillar y maltratar a las mujeres. El comediógrafo griego viene a cuento aunque no lo parezca. ¿No ha invocado una senadora belga el ejemplo de Lisístrata para pedir a las mujeres de los políticos que los tengan en abstinencia sexual en tanto no compongan gobierno? Lo que no sé es qué resultado dará en un país rebosante de católicos y protestantes tan respetuosos con el débito conyugal.

Berlusconi se defiende sosteniendo que él jamás ha pagado por las mujeres ya que una de las acusaciones es haber obtenido los favores de prostitutas menores de edad a cambio de dinero. Pero esa defensa es en verdad el mayor ataque a la dignidad de las mujeres porque, si no es por el dinero, ¿por qué otro don consigue Berlusconi a las mujeres?

(La primera imagen es una foto de mercedesalonso, bajo licencia de Wikimedia Commons. La segunda, una foto de Ricardo Stunckert/PR Agência Brasil[1]), también bajo licencia de Wikimedia Commons).

diumenge, 13 de febrer del 2011

Gürtel, el cadáver y los pirómanos.

El cadáver de la obra de Ionesco sigue creciendo y ya ocupa los escenarios de los mítines del PP. La derecha está reaccionando del peor modo posible a las noticias sobre el proceso de la Gürtel.

Del peor modo posible en lo referente a los intereses generales y el respeto debido a las instituciones a las que pone en solfa permanentemente. La policía y la fiscalía siguen consignas políticas. Los jueces tienen doble rasero y no son independientes. Un discurso que cuestiona la actuación de los órganos del Estado y sus fuerzas de seguridad sin pruebas es tan ajeno al espíritu democrático y al Estado de derecho como a la verdad.

Pero también está actuando del peor modo posible respecto a sus intereses como partido. Esa batahola que organizan los dirigentes llamando persecución política al hecho de que el Ministerio Público acuse de presuntos delitos al presidente de la Generalitat valenciana en sede judicial es tan disparatada, tan delirante, que sólo sirve para magnificar lo que quieren minimizar: la Gürtel. Lo inteligente aquí sería no mencionar el asunto y hablar de otra cosa a ser posible montando un escándalo. En lugar de ello respiran por la herida, cada vez más infectada y lo hacen sin temor al ridículo. Escuchar al señor González Pons llamar al pueblo a la sublevación, como si fuera Rafael de Riego o Marat es un poco ridículo. Salvo que en realidad esté llamando a la sublevación a los militares cosa que, tratándose de quien se trata, tampoco sería de extrañar.

Ese conjunto de disparates que va desde querer minimizar la importancia del presunto delito (teoría de las "cuatro corbatas") hasta negar la legitimidad de los jueces por los más peregrinos motivos revela tal desquiciamiento y estado de nervios que va a dar al traste con las esperanzas electorales del partido. No creo exista un solo delincuente que no diga que es objeto de una persecución de jueces que le tienen ojeriza o víctima de una sórdida venganza de alguien que maneja a los jueces como si fueran guiñoles. Véase el caso de Berlusconi, presunto delincuente de manual. Dice que los jueces son comunistas que lo persiguen. Más o menos como Rajoy cuando dice que son socialistas.

El último desatino en esta campaña de intimidación de los jueces a fin de obtener la impunidad para una serie de presuntos sinvergüenzas y mangantes es insistir en el nombramiento de Camps como candidato a la Generalitat estando imputado en un proceso penal porque eso equivale a erigir un baluarte político frente a la acción de la justicia. Caer en tan craso error supone intentar una política caudillista no admisible. Nadie, ni el Rey, está por encima de la ley; nadie excepto el Rey (que ya tiene narices), fuera del alcance de los tribunales. Y eso es sin duda lo que pretende el presunto delincuente Camps: mantener su aforamiento para que no lo juzguen y decir luego que era inocente. Como Fabra con la prescripción. En el PP se hace lo que sea con tal de no comparecer ante los tribunales.

En nada ayuda la otra cara de esta actitud de asalto a la justicia, consistente en negarse a rendir cuentas públicas, a responder a las preguntas de los medios. Camps hace tiempo que no contesta a los periodistas que quieren saber algo sobre la Gürtel y María Dolores de Cospedal sigue su ejemplo y se niega a contestar preguntas sobre Camps. Silencio. Luego llegará el que se encargue de no contestar a las preguntas sobre Cospedal. No hay comentarios. Son los mismos que luego incendian la pradera en sus mítines. Esa parece ser la consigna: hablar en los mítines, en donde se puede decir lo que se quiera sin que lo repliquen a uno, sí; responder a las preguntas de los periodistas, cuando hay que dar explicaciones concretas y justificar las palabras, no.

Y el cadáver sigue creciendo.


No sé qué pinta Bono en Guinea Ecuatorial y estoy dispuesto a creer que lo mueven objetivos solidarios en pro de la paz y la libertad del pueblo guineano así como intereses de Estado mutuamente benéficos. Seguramente. Pero la verdad es que la tiranía de Obiang no se diferencia de la de los cleptócratas árabes más que en el color de la piel del tirano y los tiranizados. Esa infeliz excolonia española solo ha conocido la dictadura en sus 42 años de independencia, primero del tío y luego del sobrino.

Pero el país es también otras cosas. Hay gente que protesta y a la que no se debe silenciar. Hay un intelectual, Juan Tomás Ávila Laurel, en huelga de hambre en pro de la democracia en su país y que ha escrito una carta abierta a José Bono y hay también un puñado de opositores en el exilio (cuatro, en realidad; pero la razón no se mide por el número) que ha suscrito un manifiesto de solidaridad con Ávila Laurel. Palinuro aplaude la acción y espera que Bono dé algún tipo de respuesta a la carta de un ciudadano en huelga de hambre contra una tiranía a la que le unen más cosas de las que lo separan. Otra vez como si esta importancia fuera numérica de más o menos cosas cuando es obvio que si lo que nos separa es el respeto a los derechos humanos, nada de nada puede unirnos.

(La primera imagen es una foto de Carlesmari, bajo licencia de Wikimedia Commons; la segunda, una de US Department of State, en el dominio público vía Wikimedia Commons).

dissabte, 12 de febrer del 2011

Más sobre Egipto y más sobre Gürtel.

La momia se va

Ahora que los egipcios han echado a Mubarak como los españoles antaño a Isabel II y a su nieto Alfonso XIII, y mientras se enciende otra revuelta en algún otro país árabe, es buen momento para recapitular las reflexiones teóricas que se van confirmando en los hechos.

No es una revolución en un país, sino en un conjunto de ellos, unidos por la etnia y la religión, son islámicos y árabes. Es así, por lo grupal, parecida a la revolución que puso fin a los regímenes de los países comunistas, aquella oleada de revoluciones pacíficas, algunas de terciopelo, todas con presencia determinante de la multitud como protagonista. Somos el pueblo decían las pancartas en la República Democrática Alemana, que fue la chispa que provocó el incendio.

La cuestión es si la revolución actual desbordará el llamado "mundo árabe" al amparo de la unidad civilizatoria que es la Unma. Eso está por ver. En Turquía es improbable pues se trata de una democracia; peculiar en algunos aspectos, pero democracia. Mas ¿por qué no en el Irán? Al fin y al cabo aquí también se derribó un tirano, Mohammad Rezā Shāh Pahlavi, en 1979. ¿Por qué no otro?

Las revoluciones tunecina y egipcia las han protagonizado sendas multitudes; no partidos, sectas, asociaciones u organizaciones en general. Acción espontánea de multitudes. Estas han sido capaces de actuar coordinadamente merced al uso masivo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (las célebres TICs); cosa tanto más de esperar cuanto que los protagonistas de las rebeliones han sido los jóvenes, generalmente duchos en su manejo. Los gobiernos tratan de yugular el movimiento cerrando la red, bloqueando páginas, servidores, redes sociales. Sólo para descubrir que no pueden. Cerrar internet en un país es buscarle la ruina en cosa de días.

A su vez este uso masivo de la red para la movilización multitudinaria se ha visto acicateada por la aventura de WikiLeaks, dicho sea como respuesta a esa doctrina tan extendida entre nosotros de que WikiLeaks es un bluff o algo peor, un señuelo de la CIA. No siempre que se piensa mal se acierta.

Otra cuestión abierta: ¿pueden estas rebeliones traspasar la frontera civilizatoria? ¿Saltar del ámbito musulmán al cristiano? La principal enseñanza de las habidas es que los pueblos son capaces de tomarse la libertad por su mano. Y otra más que, si la revolución y la inestabilidad política se extienden, los suministros de petróleo se verán afectados. Aunque quizá sólo se den las revoluciones en los países pobres, los que no tienen ese recurso o lo tienen moderadamente. El asunto se comprobará viendo qué sucede en Libia, cuyo jeque, El Gadafi, lleva cuarenta años nadando en un mar de petróleo entre huríes.

Estos acontecimientos van a replantear las relaciones entre civilizaciones. No creo que haya choque ni alianza; pero sí que habrá más diálogo y en mayores condiciones de igualdad.


Gürtel: el cadáver crece.

La dimisión del alcalde de Boadilla del Monte, el segundo por ahora, a causa de la Gürtel ha encontrado ecos heroicos. Dice la señora Aguirre que en el PP el que hace algo incorrecto dimite. Sublime manera de hablar porque el alcalde dimisionario no ha hecho algo incorrecto ahora sino, supuestamente, hace meses cuando no solo no dimitió sino que lo ascendieron de concejal a alcalde.

Pero el cadáver de la obra de Ionesco Amadeo o cómo salir del paso sigue creciendo. Los trajes de Camps ya tienen precio penal 41.250 €. Más le hubiera valido pagarlos. La aventura del curita tiene elementos de farsa pero en lo esencial es una historia acerca de cómo el poder enajena. Desde el mismo principio el comportamiento de Camps ha sido lamentable. En lugar de dimitir ipso facto de iniciarse la investigación judicial, ha dado la batalla en todos los frentes: ha mentido sobre los trajes, ha tratado de conseguir el archivo de la causa por medios que han resultado torticeros, se ha encastillado en una actitud de hostilidad a los medios y ha asegurado que estaba deseoso de que el asunto se aclarase cuanto antes mientras se niega a declarar y sus abogados dificultan y retrasan el procedimiento cuanto pueden.

Este de Camps es un problema real para el PP que no puede aceptar que alguien quiera contraponer la legitimidad política a la jurídica. En el caso de Camps ni en el de Fabra. Los políticos acusados de corrupción e imputados en sede judicial no deben ir en lista electoral alguna.

El cadáver sigue creciendo.

(La primera imagen es una foto de 20 Minutos bajo licencia de Creative Commons. La segunda también de 20 Minutos, bajo licencia de Wikimedia Commons).

divendres, 11 de febrer del 2011

Egipto y otra vuelta de Gürtel

Se va, pero se queda; se queda, pero se va.

¡En el nombre de Alá misericordioso!

Faltaba el trance del discurso gimoteante a la nación. Lo mismo que hicieron el sátrapa tunecino y el yemení, por ahora. El tunecino está fuera. Al yemení le queda un telediario. La multitud es imparable. Después de haberlo intentado todo, las amenazas, la represión, el sabotaje, los asesinatos a manos de los matones de la policía, el cambio de Gobierno, la promesa de reformas, a Mubarak le faltaba llorar más que cantar la palinodia por la tele, hablando a sus "hijos queridos", suplicando una moratoria hasta septiembre porque piensa hacer en siete meses lo que no ha hecho en treinta años: elecciones limpias.

La alocución del Rais ayer por la noche fue un discurso caótico, titubeante, lacrimógeno del que sólo cabe sacar en limpio que quiere quedarse, que ha traspasado los poderes al primer ministro (con lo que no se entiende para qué quiera quedarse), que se reformará la Constitución en una serie de artículos perfectamente irrelevantes (en realidad, toda la Constitución es irrelevante, dado que el país vive en estado de excepción desde 1981) y que, atención, no se actuará al dictado de poderes extranjeros (o sea, que no se hará caso a las amables invitaciones de los países occidentales a tomar las de Villadiego) en lo que parece un postrer intento de batir tambores de orgullo patriótico.

Es decir, Mubarak, militar de profesión, se pone en manos de los militares con lo que estos no podrán seguir manteniendo la neutralidad y tendrán que optar por una de las dos vías: deponer al tirano o, como diría Brecht, deponer al pueblo. Si son los militares quienes deciden, lo primero puede terminar en un asesinato palaciego, siguiendo costumbres arraigadas en la región; lo segundo, en un baño de sangre. Pero lo que harán los militares será preguntar en la Casa Blanca, de forma que se abre un compás de espera hasta ver qué sucede hoy, día en que está previsto que la revolución islámica en curso prenda en Marruecos, Argelia, Jordania, Yemen...

Los regímenes del llamado "mundo árabe" se hunden a la velocidad a que lo hicieron los comunistas a partir de 1989. La masa en movimiento es la multitud y el catalizador, WikiLeaks, la red.

Pero de todo esto habrá tiempo de hablar en los próximos días en que se vivirá mucho choque y mucha alianza de civilizaciones. De momento hay que prestar atención al sobresalto nacional permanente de la corrupción porque se da una nueva vuelta de tuerca en el interminable caso Gürtel.


Otro imputado más

Ayer dimitió Juan Siguero, otro alcalde de Boadilla del Monte, a quien el juez también ha imputado en la trama Gürtel. Y dimite, dice, "por no perjudicar al PP". Es lo que en términos exquisitamente jurídicos se llamaría un caso de morro mayestático.

Porque, este Siguero, ¿no ascendió a alcalde del municipio a raíz de la dimisión del anterior, Arturo González Panero, también imputado en la Gürtel? González Panero presidía un consistorio que repartía 2,3 millones de euros entre sus 45 concejales y altos cargos, casi el número de colaboradores de Alí Babá, contando, por cierto, con Siguero. Y cuando éste tomó el relevo, ¿no sabía que también iban a imputarlo? ¿No sabía lo que había hecho? Preguntado de otro modo y para entendernos, ¿para qué quería ser alcalde un hombre que ya tenía que saber al jurar el cargo que iban a imputarlo? La respuesta es obvia: para arreglar los papeles, mover los expedientes, apañar las pruebas, todo ello presuntamente, por supuesto. Pero, presunta o no presuntamente, ese mandato viciado de origen da la medida exacta de la reacción del PP frente a la corrupción de Gürtel: obstaculizar la acción de la justicia, esto es, difamar a la policía, los fiscales y los jueces, enmarañarlo todo, acusar a la prensa independiente de demagogia.

Pero el caso Gürtel sigue creciendo y creciendo, como el cadáver de la obra de Ionesco, Amadeo o cómo salir del paso. E igual que el cadáver acaba expulsando de su casa a Amadeo y Magdalena, la Gürtel acabará expulsando del poder al PP allí donde lo tenga o lo pretenda.



Actualización a las 17:00 del 11 de febrero de 2011

Al final, fue la primera opción: el ejército, debidamente asesorado por los Estados Unidos, ha depuesto a Mubarak. Se abre así la transición en Egipto y se acelera el proceso de hundimiento de las tiranías árabes. Sobre todo esto, igual que sobre la imputación de Camps en la Gurtel hablaremos mañana. (La primera imagen es una foto de 20 Minutos bajo licencia de Creative Commons. La segunda también de 20 Minutos, bajo licencia de Wikimedia Commons).