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diumenge, 5 d’octubre del 2008

Europa en crisis.

Al principio del mandato del señor Sarkozy anduve yo algo despistado pensando que era un hombre de más categoría, con iniciativa y audacia. Tengo que rendirme a la evidencia de que no solamente no da la talla para el cargo sino de que es un bocazas. La reunión de los cuatro países europeos miembros del G8 que convocó ayer en París con la intención de refundar el capitalismo fue un cómico cónclave en el que cada cual aireó sus cuitas o se retrató pero en donde no se llegó a más conclusión sustancial que dejar que cada país afronte por libre la tarea de salvar sus bancos como el espíritu de Jean Monet y Robert Schumann le dé a entender. Por supuesto esas acciones estarían "coordinadas" entre sí lo que, como se ve claramente, no quiere decir nada.

Cada uno de los cuatro mandatarios dejó dicho algo que merece cierto comentario. El más divertido, sin duda, fue el señor Berlusconi quien sostuvo con todo el papo que lo que necesita el sistema financiero europeo es... ética. Así, como suena, il cavaliere recomienda ética a los demás. No se quedó muy atrás el señor Sarkozy quien, tras haber propuesto un fondo europeo común de 300.000 millones de euros para salvar bancos y, como se tropezara con la feroz oposición de Frau Merkel acabó afirmando que él jamás había propuesto plan alguno. Por su parte Mr. Brown atacó a los irlandeses por garantizar la totalidad de los depósitos de los seis mayores bancos de la república. Es lo que pasa con estos ladinos Irish: empiezas con el Home rule y, al final te la juegan. Por último, la señora Merkel, tras cargarse el plan de rescate, empezó a decir que había que pedir responsabilidades a quienes llevaron al sistema a la situación actual. Muy alemán esto de buscar culpables y castigarlos.

Los cuatro dignatarios han acudido de nuevo a la acreditada práctica de la chapuza, tan entrañablemente europea. Su compromiso de salvar cada uno sus bancos viene acompañado de algunas medidas que pretenden resolver el problema de la crisis bancaria y que según Le Monde son las siguientes:

a) mecanismos de vigilancia de las instituciones financieras, incluidas las agencias de calificación de riesgos. Ya era hora;

b) cambio en los sistemas de retribución de los ejecutivos. La verdad es que no sé si habrá un mecanismo más absurdo que este de retribuir con indemnizaciones astronómicas a los directivos que sea preciso despedir. Cualquiera que esté en esa situación hará lo posible porque la empresa se vaya al garete y a él tengan que echarlo porque entonces se forra;

c) revisión de las normas contables para impedir otras burbujas financieras o crisis de liquidez;

d) más control político sobre las instituciones internacionales, lo que suena bastante a wishful thinking;

e) creación de un grupo de trabajo entre los supervisores, los bancos centrales y los ministerios de Hacienda.

Todas estas medidas serán mejores o peores, más o menos eficaces pero sin duda no resolverán el problema entre otras cosas porque todavía están en bruto y hay que refinarlas; para entonces ya veremos a dónde ha llegado la crisis.

Lo que sí puede ayudar a resolverla es el recurso a la chapuza, aquí consistente en pedir que se flexibilicen los criterios de Maastricht, en concreto la estricta prohibición de mantener el déficit público por debajo del tres por ciento del PIB. El verbo "flexibilizar", como ya aprendimos cuando se habla de relaciones laborales con expresiones como "flexibilizar" la plantilla, quiere decir "deshacerse de", prescindir de". Los países miembros quieren que les quiten el límite y recurrir a las deudas para salir adelante en la crisis siguiendo una receta típicamente keynesiana. Hoy se han hecho keynesianos todos, hasta el presidente Bush.

La cuestión consiste en saber ahora si este recurso a la chapuza llega a tiempo o no. El plan de rescate del Hypo Real Estate parece haber fracasado porque no alcanzaba a las necesidades totales del banco que, para fines de 2009 podrían llegar a 100.000 millones de euros, lo que contrasta grandemente con los 35.000 millones previstos para el rescate. La situación de la entidad es ahora desesperada y si no encuentra salvación hoy domingo, el lunes quizá tenga que declararse en quiebra. Y eso no es lo peor; lo peor es que puede arrastrar a todo el sistema bancario alemán.

Está claro que muchos políticos todavía no han entendido de qué va esta crisis. La señora De la Vega, por ejemplo, en una entrevista en El País dice que Los ciudadanos tienen que saber que sus depósitos están garantizados. La situación es complicada, pero estamos en buenas condiciones para hacerle frente, porque partimos de un sistema financiero que funciona bien, más garantista que el de otros países. Es decir, según los políticos los ciudadanos tenemos que confiar en los bancos que, a su vez, desconfían los unos de los otros.Y eso sin contar con el misterio del significado del verbo "garantizar" en un país en el que el máximo de cobertura de las cuentas de los ahorradores es el mínimo europeo: 20.000 euros.

(La imagen es una foto de rockcohen, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 4 d’octubre del 2008

Lo han conseguido.

Lo más irritante de la situación creada en Wall Street es el chantaje a que la banca estadounidense ha sometido al país entero y, por extensión, a todos los demás del planeta. Es como si hubiera anunciado a las cuatro vientos el mensaje siguiente: "Es verdad que os hemos estafado y expoliado, que hemos llevado a muchos a la ruina, que por nuestra culpa el país vive una oleada de embargos por impago de hipotecas; es verdad asimismo que hemos exportado esta catástrofe a otras partes del mundo en las que hemos vendido con gran provecho para nuestros bolsillos la estafas que imaginamos en diversas formas, que hemos contagiado otros sistemas bancarios en el mundo y que hemos generado una crisis que todos habréis de pagar, estadounidenses y extranjeros., con hundimiento de las economías reales y empobrecimiento generalizado. Todo eso es verdad. Pero ahora no tenéis más remedio que ayudarnos y sacarnos a flote con vuestro dinero porque, de otro modo, la crisis será aun mayor, el conjunto del sistema financiero estadounidense puede venirse abajo y desde luego, lo hará sobre vuestras cabezas. El coste del rescate será de 2.000 dólares por cada ciudadano".

Esta historia resume perfectamente el sentido de las doctrinas neoliberales con las que las derechas han estado machacando a la gente en los últimos tiempos, desde la crisis del Estado del bienestar en los años setenta del siglo pasado: fuera el Estado, todo el poder al mercado, privatización, desregulación, eliminación de impuestos, el mercado se regula solo. Lo malo de estas doctrinas no es que sean erróneas, es que son falsas, son mentiras dichas para engañar a la gente con una apariencia de prosperidad y aprovecharse de ello para robar a mansalva, acumular riquezas sin cuento en la minoría y despojar a la mayoría. Los que las formulaban -igual que quienes las formulan hoy, como la señora Aguirre o la señora Sarah Palin- saben que lo que dicen es mentira, que el propósito de sus recetas no es aumentar la eficiencia, ni que funcionen los servicios públicos, ni generar más puestos de trabajo, ni mejorar el nivel de vida de las clases populares. Saben que su propósito es que los ricos se enriquezcan más y que los pobres paguen por ello.

Por eso, porque su discurso es falso y cínico, no les cuesta nada cambiar el relato y justificar el gran chantaje de la banca diciendo, como dice ahora el señor Bush que él ha sido y es partidario acérrimo de la libre empresa pero que hay veces en que la intervención del Estado es inevitable para salir de una crisis. Quiere decir que la intervención del Estado es imprescindible para estabilizar el sistema financiero después de un desastre de este tipo y volver a tasas de explotación elevadas que es lo que caracteriza al capitalismo en los EEUU, en el Japón, en China o en cualquier otro lugar.

Viendo el debate entre los dos candidatos a vicepresidentes la noche del jueves, se pudo escuchar a la señora Palin repitiendo la misma vieja historia otra vez, como si nada hubiera ocurrido. Decía la gobernadora de Alaska: "Necesitamos que el sector privado conserve más de lo que ganamos y producimos. Y el Gobierno tiene que aprender a ser más eficiente y a vivir con menos recursos." Exactamente la vieja melopea de menos Estado más mercado... ¡exactamente en el momento en que el Estado tenía que acudir en socorro del mercado! No creo que se pueda ser más estúpido y habla muy poco a favor de la rapidez de reflejos del señor Biden que no lo hiciera notar.

El proyecto de Ley de estabilización económica de emergencia que aprobó ayer la Cámara de Representantes por 263 votos a favor (172 demócratas y 91 republicanos) y 171 en contra ya no es el original proyecto de tres folios que presentó el ministro de Hacienda, señor Paulson, en una especie de trágala, pidiendo 700.000 millones de dólares y plenos poderes para administrarlos como le diera la gana, esto es, para llenar los bolsillos de sus amigos, sino que ha incorporado muchas medidas favorables a la gente, como un aumento de las cuantías de las cuentas bancarias garantizadas desde 100.000 a 250.000 dólares, exenciones fiscales, protección a los prestatarios de hipotecas, adquisición de acciones en los bancos rescatados para recuperar parte del dinero cuando la situación esté saneada y prohibición de pagar indemnizaciones millonarias a los ejecutivos sinvergüenzas que han ocasionado la crisis de las entidades que gestionaban y un enorme descalabro entre la gente.

Y, sin embargo, nada está garantizado. El Gobierno dispone ahora de unos 350.000 millones de dólares (la otra mitad la librará el Congreso tras examinar como se ha administrado la primera) para comprar unos activos cuya cuantía y características ignora. Ya lo he dicho en otra ocasión: conociendo la falta de escrúpulos de los bancos, ¿qué nos jugamos a que van a aparecer activos basura de debajo de las piedras? ¿A que los bancos van a tratar de colar todas sus deudas ,. estén o no relacionadas con los créditos incobrables para hacer negocio de la situación de crisis?

En resumen está por ver que el plan de rescate tenga éxito, cosa que se averiguará en un par de meses. Si lo ha tenido no pasará nada pero si no lo ha tenido, la catástrofe puede ser mayúscula.

(La imagen es una foto de Image Editor, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 2 d’octubre del 2008

¿Y si nacionalizamos la banca?

Finalmente por 74 votos a favor y 25 en contra una coalición bipartidista de senadores aprobó el plan de los señores Bush y Paulson con la evidente intención de animar a la Cámara de Representantes a que haga lo mismo mañana. Para ganarse su favor ha introducido más enmiendas en el proyecto de ley, entre ellas, 150.000 millones de dólares para exenciones fiscales y un aumento de la cuantía de las imposiciones bancarias aseguradas desde los 100.000 dólares actuales (unos 63.000 euros) actuales hasta los 250.000 (unos 150.000euros). A la vista de lo que ha pasado ya y de lo que está pasando es de celebrar que los políticos, tanto los parlamentarios como los ejecutivos y tanto aquí como allí se hayan dado cuenta de que éste es un aspecto vital si se quiere que el personal no se ponga nervioso. Porque repito mi pregunta final del post de ayer: si los bancos no confían unos en los otros ¿cómo quieren que los clientes confiemos en ellos? Por supuesto no es que los banqueros no conozcan la respuesta ya que si fueran tan tontos no serían banqueros; es que su codicia no les deja formularla pues consiste simplemente en asegurar los depósitos de los clientes. Lo han hecho los políticos; lo han hecho los gringos y están pensándoselo los europeos. Al respecto es enternecedora la actitud de los gobernantes españoles: aseguran que la banca patria es más sólida que el fuerte de El Morro, cosa que dice el señor Solbes. Sí, sí, exactamente, el señor Solbes. Así les parece que la gente se quedará tranquila con ese seguro de 20.000 euros por impositor y entidad, el más bajo de Europa. Veremos qué sucede al primer tropiezo que haya y si no se produce una estampida.

Lo que está quedando cada vez más claro en esta crisis de "confianza", de "crédito", de "liquidez", de lo que sea es que en el gremio de los banqueros, como en la viña del Señor, hay de todo. Muchos, además de estafadores e ineptos son sanguijuelas; no todos, pues hay otra banca que me resisto a calificar de "honrada" en el sentido en que llamamos "honrado" al sastre o al frutero pero sí "legal". Y todos en general dicen a la gente que confíe en ellos, que no se ponga nerviosa pues ya viene el 7º de caballería en su auxilio, pero que no conceden hipotecas ni créditos. Es decir, quieren tu dinero, están locos por captar fondos, pero no te prestan el suyo. Y hay más y todavía peor: como los bancos no confían unos en los otros, suben el tipo de interés a que se prestan entre sí el dinero, lo que hace que suba a su vez el euribor que es lo que se toma como base para calcular las hipotecas. O sea, como los bancos no confían entre ellos, esa desconfianza la pagan los clientes. No está mal, ¿eh?

Es bastante probable que la Cámara de Representantes vote a favor del plan el viernes pues, si no lo hace así, el lunes siguiente puede haber un terremoto que no se llevaría por delante al capitalismo porque nadie sabe con qué sustituirlo pero lo dejaría muy tocado y en manos de intervencionistas impenitentes. Pero aunque el Congreso en pleno salve el plan, lo que ya no tiene remedio es la recesión de la economía norteamericana, la real, la tangible, de la que vive el noventa y cinco por ciento de los ciudadanos. Noventa mil personas han perdido ya sus casas por impago de hipotecas y muchas más las perderán si el plan no actúa con la suficiente celeridad para impedirlo (puesto que prevé medidas para hacerlo), el índice de producción industrial ha descendido por segundo mes consecutivo, para el viernes se esperan malas noticias en el empleo, no hay crédito y los fondos de pensiones están en el alero. Una recesión en los EEUU en un mundo globalizado puede ser una recesión en todo el planeta. En definitiva, un desastre del que nadie aventura que podamos salir antes de 2010.

En medio de tal desastre, la única buena noticia es que, según parece, el senador Obama ha recuperado la línea ascendente en los sondeos y ya saca nueve puntos de ventaja al senador McCain. Mira por dónde va a resultar al final que el desastre del mercado ya no lo arregla mano invisible alguna en la que dicen creer los neocons (y digo "dicen" porque está claro que no es así, que no creen en ella más de lo que creen en el paño de la Verónica) sino la mano bien negra y visible de un presidente intervencionista. Veintiocho años después de la elección de Mr. Ronald Reagan resulta que el problema sí es el mercado y la solución sí es el Estado. Por eso, ¿qué tal si nos animamos y pensamos que la solución que vale para tiempos de crisis, esto es, la nacionalización de la banca, puede valer para los más tranquilos? ¿Qué tal si nacionalizamos la banca? Porque está claro: la nación se queda con la banca o la banca se queda con la nación.

(La imagen es una foto de jcolman, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 1 d’octubre del 2008

Lógica de la catástrofe.

El lunes, cuando todo el mundo daba por aprobado el plan de rescate del señor Bush, las bolsas se despeñaron. El martes, cuando el plan había sido rechazado en votación negativa en el Capitolio, las bolsas subieron. ¿Alguna explicación? A estas horas hay cientos. Cada cual puede escoger la que mejor le parezca. La que más me gusta es la que dice que los tiburones de Wall Street fueron a la baja el lunes para presionar a los representantes y obligarlos a aceptar el plan que venía precedido por la apocalíptica oratoria del presidente: aceptad lo que os proponemos o ateneos a las consecuencias. Como el chantaje no tuvo efecto, el martes era jornada ordinaria con algunas ganancias a la espera de posteriores momentos de tensión.

Mientras tanto la crisis cruzaba el charco y empezaban a caer las primeras torres financieras del viejo continente, con unos gobiernos que no perdieron ni un segundo en correr en auxilio de los que vacilaban y en nacionalizar lo que hiciera falta. Al propio tiempo todos miraban enfurecidos a los EEUU y algunos exigían en tono perentorio a los gringos que aprobaran sin dilaciones el famoso plan de rescate, por ejemplo Frau Merkel muy irritada además por el desastre electoral del partido hermano en Baviera (los alemanes de la CSU llaman "desastre" electoral a perder la mayoría absoluta por primera vez en cuarenta años) y la inestabilidad en su país.

Lo que temen las autoridades europeas, tanto políticas como financieras, es una extensión de la crisis en Europa que pueda tomar la forma de un pánico bancario si la gente empieza a pensar que el dinero no está seguro en los bancos. De ahí que se hayan multiplicado las declaraciones tranquilizadoras aun a riesgo de que produzcan un efecto contradictorio. Algunos han sido más contundentes. Un gobierno tan ultraliberal como el irlandés ha salido a tranquilizar al personal garantizando los depósitos para los dos próximos años.

Nadie parece tener idea clara alguna sobre la naturaleza de esta crisis fuera de las explicaciones sobre las subprime que se repiten de artículo en artículo y que tienen una fuerza aclaratoria bastante limitada. Parece que si las presiones, chantajes y amenazas de los tiburones financieros y la Casa Blanca producen su efecto, el Congreso aprobará finalmente el plan de rescate propuesto por la Administración Bush... si bien ya no es el viejo plan de rescate porque ha sido enmendado para que en lugar de ser una pura estafa, se parezca algo más a un plan con garantías para quienes en último témino van a pechar con su coste que son los contribuyentes estadounidenses y por fatal extensión de las cosas, los del mundo entero.


Digresión.Tiene gracia por arrobas, ¿Se acuerdan del lema con el que empezó la guerra de independencia norteamericana de no taxation without representation? Eso es exactamente lo que está pasando ahora: los congresistas norteamericanos van a votar sí o no a un gigantesco plan de salvamento financiero con dineros públicos que habrán de aprestar los contribuyentes norteamericanos y todos los demás. Con sus escasas luces, Mr. Matorral lo dijo ayer claramente desde la Casa Blanca: I am disappointed by the outcome, but I assure our citizens and citizens around the world that this is not the end of the legislative process ("Me ha decepcionado el resultado" -de la votación en el Capitolio- "pero aseguro a nuestros ciudadanos y a los ciudadanos de todo el mundo que éste no es el final del procedimiento legislativo"). Tal cual.


Para mayor perplejidad, ya hay voces autorizadas que dicen que, aunque el plan se apruebe, no dará resultado. Lean, si no, el artículo de Paul Stiglitz que publica hoy El País, titulado El 'blues' del rescate de Wall Street. Nadie entiende nada allí y nadie entiende nada aquí. Sólo sabemos que estamos al borde de un pánico bancario que puede acabar en un "corralito" global. Y eso que los mercados, según repiten como loros los neoliberales, se autorregulan; si no, íbamos apañados. Así que las continuas intervenciones "tranquilizadoras" de las autoridades sólo consiguen poner más nervioso al personal; por ejemplo, ayer el señor Solbes, diciendo casi para su coleto que "no tenía duda alguna de que los ahorros de los españoles están muy seguros". Porque si esta crisis es de crédito, de confianza, si no hay liquidez porque los bancos no se fían unos de otros ¿cómo quieren que los clientes se fíen de ellos?

(Las imágenes son sendos grabados de George Grosz llamados Die Besitzkröten ("Los sapos poseedores") 1920/21 el primero e Inflation (inflación), 1923, el segundo.)

dissabte, 23 d’agost del 2008

Esos exquisitos banqueros.

Una vez al año en verano el Federal Reserve Board de los EEUU organiza una conferencia en un sitio privilegiado, Jackson Hole, en Wyoming, muy cerca de la reserva nacional de alces y otras atracciones, a la que invita a la flor y nata del sistema financiero internacional para analizar la situación y las perspectivas de seguir haciendo negocios. Este año como es lógico el tema predominante ha sido la crisis financiera. Allí, en ese lugar de ensueño, paraíso de turistas, los banqueros más importantes del mundo se han puesto a lanzar mensaje ominosos. Si estamos mal podemos apostar a que estaremos peor. El señor Bernanke, del Federal Reserve Board, cree que el actual contexto económico es uno de los más difíciles lo que no suena especialmente tranquilizador. Es el clima de la reunión de estos millonetis: "caballeros, vayan preparándose". Según el señor Mario Draghi, gobernador del Banco Central de Italia, presente también en ese selecto cónclave de elegantes banqueros, al "comienzo de la crisis financiera más dura de nuestro tiempo tenemos que hacer frente a una combinación compleja e intrincada de aumento de la inflación, caída del crecimiento, restricciones del crédito y difusión de las tensiones de liquidez en el interior de la industria y de los servicios financieros mundiales". Lo cuenta La Repubblica. Y mientras los banqueros se reúnen a darse la buena vida y soltar agorerías como si estuvieran genuinamente preocupados por lo que pase con la gente, sus bancos (supongo que habrá excepciones) se dedican a estafarla vendiéndole basura como si fuera deuda buena, lo que les ha ganado ya una multa de millones de dólares impuesta por el fiscal general de Nueva York, además de obligarlos a volver a comprar miles de millones de deuda opaca que vendieron a la gente. Hasta la fecha son Merrill Lynch, Goldman Sachs y Deutsche Bank. Pero no va a quedar ahí la cosa; también están investigando a Citigroup, UBS, Wachovia, JP Morgan Chase , Morgan Stanley, Bank of America (arriba, en la foto), Washington Mutual y Credit Suisse. Esa investigación puede ser un terremoto.

Es decir, esto no ha hecho más que comenzar. Hace unos días la noticia era que el conjunto de la Unión Europea había tenido "crecimiento negativo". Ayer los malos datos afectaban a Inglaterra en donde la Oficina Nacional de Estadística revisó a la baja el crecimiento del 0,2 por ciento para el segundo trimestre de este año y lo dejó exactamente en cero: estancamiento, situación previa a la recesión.

La crisis es planetaria (¿hay algo hoy que no lo sea?) y al decir de Samir Naïr en un artículo de ayer en El País titulado el alcance geopolítico de la crisis va a cambiar el mapa de fuerzas políticas en el mundo en el que un debilitado eje EEUU-Unión Europea tendrá que acomodar a las economías emergentes como la China, la India, el Brasil o México. Y eso en el contexto del fracaso general del neoliberalismo y la necesidad de retornar a las políticas económicas intervencionistas que eran anatema hace veinte años.

En esta crisis planetaria es poco lo que el Gobierno español puede hacer pues que nunca manda sus barcos a luchar con los elementos. Me ha alegrado encontrar un artículo de Juan Francisco Martín Seco en Kaos en la red en el que se pide a los gobernantes españoles Por favor, no hagan nada en el entendimiento de que, según el autor, cuando hacen algo es para beneficiar al capital y la banca. Más o menos coincide con lo que servidor decía en hace un par de días en un post que se titulaba La no-crisis que no cesa y en el que se concluía: "Por esta razón el Gobierno español ha convocado una reunión vacacional de mucho aparato mediático para dar a entender que está al mando y que toma medidas de las que unas son para dentro de bastantes meses y otras no significan nada. Es mejor así, que no haga nada. Es decir que siga el ejemplo de los demás." Porque si acude en ayuda de un sector (por ejemplo la construcción) se puede en encontrar con que tiene que hacerlo en la de otro u otros. Por ejemplo, en la cascada de noticias espeluznantes que gotea la economía desde hace meses, la de ayer era especialmente alarmante: La llegada de turistas a España cae un 8% en julio. Los dos sectores que "tiran" de la economía española son la construcción y el turismo. Si los dos caen y el sistema no parece tener la flexibilidad suficiente para adaptarse a otra(s) línea(s) productiva(s), ¿tiene pensado el Gobierno qué va a hacer?.

(La imagen es una foto de Steve Rhodes, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 26 de maig del 2008

Curas y banqueros.

Escaso respiro el del Gobierno sociata. Ya están los curas otra vez en la calle, con sus obispos y cardenales por delante en pie de guerra contra todo lo que no les gusta que es mucho. Ayer, festividad del Corpus, monseñor Cañizares y monseñor Rouco Varela salieron diciendo que en este país se ataca e insulta a la Iglesia católica. Lo dicen ellos que tienen una emisora de radio exclusivamente dedicada a insultar a los demás empezando por el Gobierno, siguiendo por el alcalde de Madrid, continuando con todos los nacionalismos y terminando con el presidente del PP.

Sostienen asimismo los monseñores que en España el Gobierno y sus aledaños (espero que no el señor Bono) y en todo caso los ateos han declarado "la muerte de Dios". Valiente sinsorgada: esa la declaró Nietzsche hace mucho tiempo y antes que él los clérigos católicos, encabezados por el Gran Inquisidor que ordenó ejecutar a Cristo retornado al decir de Dostoievsky. Los ateos no pueden declarar la muerte de Dios porque para que alguien muera antes ha de haber vivido, cosa que ellos niegan enfáticamente en el caso de Dios. En cuanto a los agnósticos como un servidor el asunto nos parece irrelevante: cuando los curas demuestren fehacientemente que Dios existe veremos qué pasa con su hipotética muerte.

Todo ello no quita para que la jerarquía española vuelva por lo bravío cual acostumbra. Ese viajecito a Roma con parada y fonda en casa del embajador ante la Santa Sede, el socialista beatorro señor Vázquez la ha puesto a cien. Pero no hay que dejarse engañar. Nada en la Iglesia es casual, espontáneo o improvisado. Ese ex-abrupto indica que los obispos están echando una mano a la Cope en su lucha por imponer el dogma tridentino al PP. Están dando una patada a Rajoy en el trasero del Gobierno. Han salido a la calle porque no hay tiempo ni lugar de movilizar a la otra fuerza de choque, la Asociación de Víctimas del Terrorismo.

No me extrañaría nada que, aprovechando il risorgimento eclesial, la señora Aguirre anunciara su candidatura a la presidencia del PP. Malhaya a los ateos, masones y herejes que han usurpado el gobierno de la católica España.

La ocasión la pintan calva: ¿no es el momento de denunciar el Concordato y acabar con los vergonzosos acuerdos educativos, económicos y culturales de 1979? Por favor, que no le pregunten a la señora De la Vega, que me parece tan rendida al boato Vaticano como su conmilitón el señor Vázquez. Que lleven la iniciativa los ministros señores Moratinos y Bermejo, pero que se acabe esta situación de privilegio de una institución cuyos miembros carecen de todo respeto hacia las creencias (o no creencias) morales de sus compatriotas.

¡Ah! Y recuérdese que poner la equis en la declaración de la renta es financiar a los propietarios de la Cope.


El paso por España del señor Warren Buffett, el hombre más rico del mundo según Forbes está lleno de sana doctrina de la que es posible aprender mucho. Me gustan estos millonetis, como George Soros (quien por cierto hace el número 97 en esa lista) porque, habiendo alcanzado lo que quieren en la vida, hablan sin pelos en la lengua y, diciendo la verdad o al menos lo que piensan de verdad de las cosas, dada su experiencia, astucia y conocimiento de la realidad, suelen dar en el blanco. Asegura el señor Buffett que la culpa de la actual desaceleración o amenaza de recesión o recesión o crisis o lo que diablos sea lo que se nos viene encima la tienen los bancos.

Naturalmente los bancos que, añado yo, serán los que se beneficien de la situación en mucha mayor medida que nadie. Los bancos que han estado jugando sucio y llevándose unos beneficios astronómicos todavía hasta fines del año 2007. Algunos sí ven peligrar sus ganancias pero otros, por ejemplo los españoles, han acumulado ingentes beneficios precisamente durante la crisis o quizá a causa de ella.

Se me ocurre sin embargo que los bancos no hacen otra cosa que lo que han hecho siempre: forrarse y que por lo tanto el ataque del señor Buffett no hace plena diana. Los bancos se limitan a aprovecharse de una situación dada. Esto es, son los beneficiarios y culpables sólo de modo mediato. El desastre no tiene culpables específicos sino que es el propio sistema capitalista en su conjunto; es la globalización; es la internacionalización del capital (ya es irónico que el viejo "internacionalismo proletario" haya dejado el lugar al internacionalismo bancario); es la libertad de circulación del capital especulativo; es la falta de la más mínima regulación de los flujos de capital en el mundo entero.

La culpable del desastre es la situación misma que permite que el señor Warren Buffett, con todo lo simpatico que me cae, pueda estar en España sin impedimento alguno, dispuesto a comprar las empresas españolas más suculentas para engrosar una fortuna que ya excede de los sesenta mil millones de dólares. Cierto que el señor Buffet deja casi el 85% para fines filantrópicos, pero ¿para qué quiere más dinero esta reencarnación del "banquero anarquista"?

La primera imagen es una reproducción de una ilustración de Frantisek Kupka para la portada de la revista satírica anarquista L'assiette au beurre 1902; la segunda, la portada de un libro de George Grosz sobre La clase dominante, de 1921).

dissabte, 5 de gener del 2008

Fraudes en la red.

El otro día publicaba la carta que se ve a la izquierda, un supuesto mensaje de Ibercaja, seguramente un intento de estafa que era tanto más patente cuanto que el mensaje carecía de identificación corporativa, estaba redactado con los pies y pedía los datos secretos de la cuenta del destinatario, en este caso yo, que da la casualidad de que no tengo cuenta en dicha entidad bancaria.

Como es evidente, no contesté y mucho menos facilité dato alguno a nadie. Sólo me limité a decir que hacía falta ser estúpido para seguir las indicaciones de la circular. Pero los estafadores son gente testaruda. Ayer recibí otro "mensaje" en el que, como se aprecia a la derecha, la "entidad" me anuncia haber suspendido una cuenta que no tengo y, luego de unas confusas explicaciones, dice que, si no sigo las instrucciones, la cuenta quedara suspendida.

Este segundo mensaje está tan lleno de divertidos errores y puros disparates como el anterior. Está claro que el espíritu blogero experimenta casi como un insulto o una falta de respeto que intenten estafarlo de una forma tan obviamente absurda.

Me queda la duda de si la empresa Iber Caja sabe lo que está pasando y ha tomado algún tipo de medidas para evitar que unos sinvergüenzas estafen a sus clientes.