Una vez al año en verano el Federal Reserve Board de los EEUU organiza una conferencia en un sitio privilegiado, Jackson Hole, en Wyoming, muy cerca de la reserva nacional de alces y otras atracciones, a la que invita a la flor y nata del sistema financiero internacional para analizar la situación y las perspectivas de seguir haciendo negocios. Este año como es lógico el tema predominante ha sido la crisis financiera. Allí, en ese lugar de ensueño, paraíso de turistas, los banqueros más importantes del mundo se han puesto a lanzar mensaje ominosos. Si estamos mal podemos apostar a que estaremos peor. El señor Bernanke, del Federal Reserve Board, cree que el actual contexto económico es uno de los más difíciles lo que no suena especialmente tranquilizador. Es el clima de la reunión de estos millonetis: "caballeros, vayan preparándose". Según el señor Mario Draghi, gobernador del Banco Central de Italia, presente también en ese selecto cónclave de elegantes banqueros, al "comienzo de la crisis financiera más dura de nuestro tiempo tenemos que hacer frente a una combinación compleja e intrincada de aumento de la inflación, caída del crecimiento, restricciones del crédito y difusión de las tensiones de liquidez en el interior de la industria y de los servicios financieros mundiales". Lo cuenta La Repubblica. Y mientras los banqueros se reúnen a darse la buena vida y soltar agorerías como si estuvieran genuinamente preocupados por lo que pase con la gente, sus bancos (supongo que habrá excepciones) se dedican a estafarla vendiéndole basura como si fuera deuda buena, lo que les ha ganado ya una multa de millones de dólares impuesta por el fiscal general de Nueva York, además de obligarlos a volver a comprar miles de millones de deuda opaca que vendieron a la gente. Hasta la fecha son Merrill Lynch, Goldman Sachs y Deutsche Bank. Pero no va a quedar ahí la cosa; también están investigando a Citigroup, UBS, Wachovia, JP Morgan Chase , Morgan Stanley, Bank of America (arriba, en la foto), Washington Mutual y Credit Suisse. Esa investigación puede ser un terremoto.
Es decir, esto no ha hecho más que comenzar. Hace unos días la noticia era que el conjunto de la Unión Europea había tenido "crecimiento negativo". Ayer los malos datos afectaban a Inglaterra en donde la Oficina Nacional de Estadística revisó a la baja el crecimiento del 0,2 por ciento para el segundo trimestre de este año y lo dejó exactamente en cero: estancamiento, situación previa a la recesión.
La crisis es planetaria (¿hay algo hoy que no lo sea?) y al decir de Samir Naïr en un artículo de ayer en El País titulado el alcance geopolítico de la crisis va a cambiar el mapa de fuerzas políticas en el mundo en el que un debilitado eje EEUU-Unión Europea tendrá que acomodar a las economías emergentes como la China, la India, el Brasil o México. Y eso en el contexto del fracaso general del neoliberalismo y la necesidad de retornar a las políticas económicas intervencionistas que eran anatema hace veinte años.
En esta crisis planetaria es poco lo que el Gobierno español puede hacer pues que nunca manda sus barcos a luchar con los elementos. Me ha alegrado encontrar un artículo de Juan Francisco Martín Seco en Kaos en la red en el que se pide a los gobernantes españoles Por favor, no hagan nada en el entendimiento de que, según el autor, cuando hacen algo es para beneficiar al capital y la banca. Más o menos coincide con lo que servidor decía en hace un par de días en un post que se titulaba La no-crisis que no cesa y en el que se concluía: "Por esta razón el Gobierno español ha convocado una reunión vacacional de mucho aparato mediático para dar a entender que está al mando y que toma medidas de las que unas son para dentro de bastantes meses y otras no significan nada. Es mejor así, que no haga nada. Es decir que siga el ejemplo de los demás." Porque si acude en ayuda de un sector (por ejemplo la construcción) se puede en encontrar con que tiene que hacerlo en la de otro u otros. Por ejemplo, en la cascada de noticias espeluznantes que gotea la economía desde hace meses, la de ayer era especialmente alarmante: La llegada de turistas a España cae un 8% en julio. Los dos sectores que "tiran" de la economía española son la construcción y el turismo. Si los dos caen y el sistema no parece tener la flexibilidad suficiente para adaptarse a otra(s) línea(s) productiva(s), ¿tiene pensado el Gobierno qué va a hacer?.
(La imagen es una foto de Steve Rhodes, bajo licencia de Creative Commons).