dijous, 2 de febrer del 2012

Los genocidios nacionales.

En España ha habido hasta la fecha dos genocidios. Uno de ellos se perpetró con la conquista y colonización del Nuevo Mundo, en las que perecieron cientos de miles, millones de indígenas, torturados, degollados, ejecutados, esclavizados en las encomiendas, en las minas, en las obras públicas. Matanza por razón de la raza. El segundo genocidio se perpetró a raíz de la guerra civil y durante la postguerra, cuando cientos de miles de ciudadanos fueron perseguidos, encerrados, torturados y unos ciento treinta mil asesinados y enterrados en fosas comunes anónimas. Matanza por razón de las ideas políticas. Y sin contar las decenas de miles de niños secuestrados.

Por supuesto, no hay acuerdo acerca del nombre de genocidio en ambos casos. Mucha gente los llama de otro modo. Al genocidio americano, "evangelización y civilización del Nuevo Mundo"; al genocidio de la postguerra, "liberación nacional". Pero eso pasa siempre. Los turcos no reconocen el genocidio de los armenios y mucha gente en Occidente, más de la que parece, niega el Holocausto.

Pues bien, ahora mismo, con el llamado juicio de la vergüenza a Garzón, está perpetrándose el tercer genocidio; de modo simbólico, metafórico pero, curiosamente, muy real. Consiste no solo en negar la justicia a las víctimas del genocidio anterior sino también en procesar al juez que quiso hacérsela.

Los impresionantes testimonios que se oyeron ayer en la sala, dos ancianas que contaron realidades espeluznantes y pidieron justicia, primeras de una serie de otras quince intervenciones, expusieron en sede judicial el horror del exterminio sistemático perpetrado durante quince años que era, precisamente, lo que se trataba de ocultar con la querella contra el juez Garzón. Conclusión: esa lamentable querella, lamentablemente auxiliada por un juez instructor "progresista", va a conseguir lo contrario de lo que se proponía. No es muy inteligente pero sí lo que sucede cuando se actúa cegado por las pasiones. Una vez el mundo entero haya terminado de oír esos relatos de aceite de ricino, rapaduras al cero, violaciones, palizas, torturas, secuestros, asesinatos, tendrá los elementos de juicio para comprender cómo fue la vida de una población inerme entregada a un proyecto sistemático de exterminio y de terror durante años a manos de pandillas de matones falangistas o de la policía o la guardia civil, que se diferenciaban en poco, muchas veces con el concurso del cura del lugar.

Un plan sistemático de exterminio que está documentalmente probado (del puño y letra del general Mola) y prácticamente comprobado en los miles de excavaciones que están haciéndose es un genocidio. Y así será calificado antes o después por los tribunales de justicia, primero probablemente por los extranjeros y luego por los nacionales porque el delito de genocidio no prescribe.

Y porque si no se hace así, estará perpetrándose el tercer genocidio español, un genocidio moral en los descendientes de las víctimas del genocidio anterior. Algo que quedará patente a la luz del día. Le ha costado una indigna persecución al juez Garzón. Pero ¡qué gran servicio ha hecho a la causa de la justicia y de la memoria histórica en España al poner al descubierto precisamente lo que se quería mantener oculto!

Del honor y de la muerte

El teatro Compac trae una temporada de ópera con Rossini, Verdi y Puccini que está bien dentro de un clasicismo que quiere ser apuesta segura pero no consigue llenar la sala ni de lejos. No es Madrid ciudad aficionada a la ópera, salvo los grandes fastos del Real y ahí intervienen ya otros factores, aparte de los músicales y propios del género mayor. Me refiero a la afición de medios pelos, la de los burgueses que eran los que sostenían en todas partes el teatro y la ópera. Aquí se ha dado además la competencia del género chico.

El Compac es un teatro sorprendentemente amplio para el tipo de edificio en que se encuentra en la Gran Vía y se pueden hacer muchas cosas en un gran escenario. Creo recordar haber visto aquí una representación del Sueño de una noche de verano, que tiene su tela. Otra cosa es que la compañía Estudio Lírico se maneje con soltura, pues ayer tuvo un percance con los decorados y hubo de salir el director a pedir disculpas. Y conste que no creo que se deba a falta de experiencia sino, al contrario, a exceso de ella. Tiene la compañía un despacharse de forma algo confiada y rutinaria y ese espíritu se contagia a la obra, lo que la hace desmerecer.

El desgarrado, el trágico Verdi ha de representarse siempre como si fuera lo último que fuese a hacerse en la vida; si no, el conjunto decae. Lo fastidioso es que el genio de la ópera es eso, genio, y ha hecho una obra muy complicada y de doble simbolismo. Una mitad tiene un tono liviano y festivo en la tradición de Don Juan en la corte de Mantua, la otra un tono grave y trágico en la tradición del mito de Alcestes. La engañada por el Duque está dispuesta a morir en su lugar. Este giro de la situación refleja el del protagonista, el contrahecho bufón Rigoletto quien, por su liviandad en la primera parte, cae víctima de la maldición en la segunda con la forza del destino. El ensamblaje entre lo cómico y lo trágico o, mejor, la conversión de lo cómico en trágico es el punto más delicado de esta condenada ópera porque decirlo es fácil pero hacerlo no lo es.

Rigoletto tiene alguna de las melodías más pegadizas y famosas del mundo pero es una obra con una gran variedad de composiciones y varias de ellas, singularmente los duetos, impresionantes, mucho mejores que aquellas. Nuestra compañía hace una labor digna y en los momentos decisivos en las arias del tenor este pone todo de su parte; se añaden los coros muy bien traídos y una interpretación de un Rigoletto tan pendiente de su voz que a veces se olvida de que es contrahecho por fuera y por dentro. Y por eso sufre un tramendo castigo.

dimecres, 1 de febrer del 2012

Carta al juez Garzón.

Señor juez: como usted sabe perfectamente el poder judicial no reside en órgano colegiado alguno sino que está investido en cada juez por separado. Usted es el poder judicial y el poder judicial que usted ha sido es honra y prez de la administración de justicia, cosa que se le reconoce fuera del país pero no dentro. Y eso es lo que explica la presencia de observadores internacionales en este proceso. Hay mucha gente en el mundo interesada en saber cuál será el desenlace. Lo cual nos humilla como país pero es la mejor garantía posible para usted. Las injusticias son más difíciles de perpetrar a la luz pública; prefieren la oscuridad.

La coalición contra usted agrupa a reaccionarios y franquistas, presuntos delincuentes que pretenden conseguir la nulidad de sus acciones y colegas animados por la más negra envidia corporativa. Es una alianza fuerte pero, aunque lo fuera mucho más, no prevalecerá porque para prevalecer hace falta tener ideas y profesarlas sinceramente, no de un modo cínico, bastante frecuente. Aquí las ideas y los ideales los tiene usted y la audacia de realizarlos, también. Frente a esos ideales nada podrán la mañas, las triquiñuelas artificiosas y los pelos del rabo de la esfinge, que diría Unamuno, de la siniestra coalición.

En todos los casos en que ha tomado decisiones lo ha hecho con respeto a la legalidad y animado solo del deseo de hacer justicia. Es posible que en ocasiones se haya equivocado. Pero una equivocación, suponiendo que la haya, no es un delito. Además, las normas son interpretables por naturaleza. La función del juez es precisamente esa, interpretar las normas. Puede que algunas interpretaciones sean erróneas pero eso tampoco es delito. Construir tres casos judiciales prácticamente de la nada y mantenerlos vivos a toda costa, al extremo de seguir adelante sin la acusación del ministerio fiscal y con un tribunal que ya se ha fracturado casi a la mitad en la decisión sobre proseguir el caso o no revela una clara intencionalidad política. Como la revela claramente el hecho de perseguir penalmente a un juez por discrepancias en materia jurisdiccional.

De todos modos el firmante de esta carta y quienes quieran adherirse queremos manifestar que el juez Garzón ha ejercido sus funciones de forma ejemplar, que el país le debe mucho y que, en esta hora aciaga para él, somos muchos, muchísimos quienes lo consideramos un juez extraordinario, un ciudadano modelo y un hombre cabal.

Una de sicarios.

En el Matadero están poniendo El montaplatos, una pieza de Harold Pinter de los años cincuenta, de cuando estaba empezando y su teatro pertenecía al llamado teatro del absurdo. Este estaba capitaneado entonces por Beckett y Ionesco. Esperando a Godot es el modelo sobre el que está calcado El montaplatos: dos personajes en un espacio indefinido esperan algo o a alguien que no saben si se producirá o vendrá. Mientras tanto, hablan, se comunican en la espera. La pieza consiste en ese diálogo que por lo minucioso, superficial, absurdo, vulgar, reiterativo, reproduce la forma y contenido de la comunicación cotidiana. En esto consiste el efecto del absurdo. Los personajes de Pinter son dos pistoleros que aguardan la orden de matar a alguien. A diferencia de los de Beckett, tienen un cometido y sabemos cuál es. Hay una determinación que en Godot no existe, ni en Final de partida, otra obra muy característica de este tipo de teatro. Pero esa es la mayor diferencia. Esa y que los personajes de Pinter, a contrario de los de Beckett, no paran quietos. Creo que Guillermo Toledo, incluso, sobreactúa porque no deja de moverse y de medir el escenario de un lado al otro a largos y sonoros pasos, lo que llega a fatigar.

La obra está bien montada, con criterio minimalista: todo forrado de plástico negro y dos camas en las que al comienzo están durmiendo los dos sicarios. El diálogo es muy rápido y tiene buenos momentos en que el choque entre lo anómalo de la situación y la trivialidad de lo que se dice, mueve a risa y el público rió de buena gana en dos o tres ocasiones. Porque, en efecto, el absurdo da risa. El problema es si solo da risa. Porque aquel teatro, como todo el teatro, por lo demás, estaba pensado como una denuncia, como una crítica de un tiempo tan anodino, falso y convencional, que era preciso ponerlo delante de su caricatura: la vaciedad de un tiempo satisfecho de sí mismo. Pero ese tiempo ha pasado hace muchos años. El presente no tiene nada de autosatisfecho, al contrario: no hace falta mostrarle su esencia absurda; ya se ve todos los días.

Dos sicarios esperando recibir la orden de matar a alguien. En México los sicarios matan a la gente por docenas, le cortan la cabeza y largan los cuerpos desde los camiones. En Afganistán los soldados del Imperio orinan sobre los cadáveres de enemigos muertos en combate y todo el mundo lo ve. El teatro del absurdo ya no es nada porque no ataca una realidad aparentemente sensata y racional ya que la que es absurda es la realidad. Por eso probablemente, en su obra posterior, Pinter hizo un teatro más político y menos metafísico. En él ya no hay problemas trascendentales de la condición humana sino problemas del capitalismo, del imperialismo, del militarismo, problemas tangibles como los de la catástrofe financiera actual que acongoja a la ciudadanía en una situación absurda en la que los ricos son cada vez menos y más ricos y los pobres cada vez más y más pobres.

El grupo Animalario merece aplauso porque tiene un forma de actuar asamblearia, deliberante y la dirección es colectiva. Pero tiene que actualizar el repertorio.

Por cierto, creía haber leído que las naves del Matadero exhiben el yate de Franco, el "Azor" y así es, es un paralelepípedo hecho de pacas de metal prensado, de esas que comprimen las máquinas en los parques de desguaces que salen tanto en las pelis. El "Azor" convertido en chatarra, para que se sepa en qué acaban las glorias del mundo. Podían ponerlo junto a la tumba del Invicto para que siga pescando cachalotes en el más allá.

dimarts, 31 de gener del 2012

Crónica de las primarias del PSOE, X.

Palinuro, que es un viejo lobo de mar cachazudo, flemático, prudente y un poco socarrón, se quedó corto al afirmar que "Con otro artículo como el de ayer de El País" Chacón gana la Secretaría general por goleada. No hace falta otro artículo. El publicado es tan agresivo que indigna, tan injusto que subleva, tan arbitrario que enoja y tan machista que sonroja. Esa andanada de agresividad, injusticia, arbitrariedad y machismo ha levantado una oleada de protestas y hecho que muchos hasta ahora indecisos se decanten por Chacón. Una hermosa muestra de espíritu caballeresco, el más noble de la tierra, que acude siempre en defensa de la dama ultrajada y que no está en absoluto reñido con el más decidido feminismo. Sobre todo si, como es el caso, se alza en pro de una dama a la que se injuria por considerarse igual a los hombres, que es de lo que va el feminismo.

Ya sé que la encuesta que trae Palinuro sobre quién ganará las primarias no es muy representativa porque ha votado poca gente pero, por si sirve de algo, diré que, desde el primer día, el resultado ha sido siempre favorable a Rubalcaba por dos a cinco votos de diferencia. Hasta ayer en que, por primera vez, Chacón va por delante. Por un voto, pero por delante. Probablemente no quiere decir mucho, pero quiere decir algo y ese algo va en el sentido avizorado por Palinuro que, como viejo lobo marino, tiene buena vista.

Zapatero pide juego limpio. Muy bien, excelente; pero ¿a quién se lo pide? En el PSOE ha habido y hay juego limpio por ambas partes. El golpe bajo ha venido de fuera. Seguramente Zapatero se refiera a esa externalidad donde, por cierto, también se le da a él el trato altanero y despreciativo que el periódico le ha reservado desde el comienzo en relativa consonancia con la oposición: un presidente liviano, improvisador, superficial, un chisgarabís en definitiva y un insolvente como gustan de decir las gentes que miden el espíritu en activos de caja. Zapatero pide "juego limpio" a su partido en donde no necesita hacerlo y donde lo necesita no puede pedirlo porque el El País no debe lealtad a un partido, sino a una empresa.

Le reacción de Rubalcaba no ha sido afortunada en dos aspectos cruciales. Al decir que no hace guerra sucia dentro de su partido, ¿debe entenderse que fuera de su partido sí? Por supuesto que no. Rubalcaba no hace ni ha hecho jamás guerra sucia dentro o fuera de su partido. De eso no puede caber duda.

El segundo fallo crucial es no enjuiciar la guerra sucia que otros sí hacen a Chacón. Volvemos a la moral caballeresca, pues no hay otra. Olvidémonos ahora del sexo de los candidatos. Un caballero que, en buena lid con otro, es derribado a traición por un patán espera que el primero lo defienda y no se aproveche de su situación. Don Quijote, que había leído el Libro del Orden de Caballería, de Ramón Llull, jamás dejaría de ayudar a un contrincante que fuera atacado por una partida de galopines.

No es suficiente con decir que él no hace guerra sucia. Rubalcaba tiene que defender a su rival. Remata el candidato diciendo que él defiende sus principios y sus proyectos. Y entre aquellos ¿no está el de la caballerosidad?

El micrófono chivato.

Otra vez lo han pillado, ahora previendo una huelga general en razón de la reforma laboral que piensa acometer. Tengo para mí que en muchas ocasiones los micrófonos abiertos no lo están por casualidad sino premeditadamente, son como los famosos globos sonda. Aguirre llamando hijoputa a un adversario hace saber cómo se las gasta la lideresa con los allegados: al pan, pan; y al hijoputa, hijoputa. Igualmente el coñazo de desfile de Rajoy mostraba el lado humano del político. Todo el mundo sabe que los desfiles son un coñazo, especialmente para los que desfilan, pero no se puede decir porque son manifestaciones del brazo armado de la Patria. No se puede decir, pero se dice y así el pueblo se encuentra con lo que ama: un patriota en pantuflas.

También pillaron a Zapatero un buen día confiando a Gabilondo que a él, a ellos (los políticos siempre hablan primera del plural y dicen "nosotros") le(s) interesa que "haya tensión". ¿Qué es en realidad? Un mensaje a sus huestes para que se movilicen. La "huelga general" de Rajoy es otro mensaje, vía chivatófono a las suyas para que hagan lo mismo y a los posibles huelguistas, que sepan que está preparado. La huelga general es la última confrontación porque, después de ella, las cosas vuelven a su cauce y, si acaso, se convocará otro paro en algún tiempo.

Para los otros, la huelga general ha tenido siempre una dimensión mayor. Era el último acto, antesala de la revolución y por eso, sus teóricos solían hablar de huelga general revolucionaria. Los trabajadores paraban la producción, se hacían con las industrias, los consejos obreros las gobernaban y la revolución se ponía en marcha. A ver quién gestiona hoy empresas multinacionales o filiales de multinacionales y transnacionales, y quién organiza y encauza la llegada de cincuenta millones de turistas que son nuestra principal fuente de ingresos. No hay comité ni gosplan que pueda procurar viajes, estancias, pernoctas, pensión completa, fiestas, visitas turísticas para cincuenta millones de personas.

Una huelga general que carece de toda perspectiva de acción posterior y ni siquiera puede prolongarse más allá de veinticuatro horas con los habituales líos de servicios mínimos, piquetes, rompehuelgas, etc., no es más que una política de gestos. El chivatófono sirve a Rajoy para mostrar a los huelguistas putativos que la huelga ya está descontada, como los valores en bolsa. En el peor de los casos Méndez y Toxo pueden atribuir al Presidente la convocatoria del paro.

Durante la Dictadura los comunistas inventaron un extraño híbrido: la huelga general política. Es decir, huelga general revolucionaria pero con buenos modos. La idea era que el paro general se interpretase como un rechazo unánime al régimen político. Pero la situación ahora es muy distinta. Aun suponiendo que cupiera llamar régimen con aviesa intención al régimen actual, la legitimidad de éste depende de los votos, no de las huelgas.

En fin, a ver si la próxima vez que haya un micrófono abierto se oye a Rajoy decir : "Our industrial relations reform is going to send the Unions on strike." Sobre todo teniendo en cuenta que se lo estaba explicando a su colega finlandés a quien sin duda encantó el melodioso castellano del español. Menos mal que estaba el micrófono abierto y se enteró alguien.

La imagen es una foto de La Moncloa , en el dominio público).

dilluns, 30 de gener del 2012

La censura en Facebook

Esta es la portada del libro de Txalaparta, Sexual Herria, de Itziar Ziga, que Facebook anda censurando en los muros de la gente. Según algunos lo que molesta a los administradores de la red social (o a quienes denuncian la imagen) es la teta desnuda de la rubia; según otros, la escena de explícito lesbianismo; según otros, ambas cosas y según otros, finalmente, nada de eso sino el hecho de que se trate de dos vascas, a buen seguro presuntas terroristas. ¿No enseña una de ellas la teta? ¿Y no está la palabra ETA contenida en TETA? Sin duda, una clave secreta. La publicación es puro entorno de la banda terrorista y quizá no baste con censurarla y haya que detener a las dos jóvenes por el bien de España porque seguramente están sentadas sobre un zulo y, en todo caso, un buen pedrusco que no parece muy erótico.

La más verosímil es la hipótesis político-terrorista porque la imagen en sí misma considerada no solo no es censurable sino altamente recomendable para evitar las tentaciones de la carne. No sé porqué mirándola se le vienen a uno ecos de cilicio y, desde luego, esa alpargata enrollada a la romana en la robusta pantorrilla de la moza respira alegría, vida sana y nada de concupiscencia. Es que estos de FB son unos meapilas.

Los pequeños son grandes; los grandes, pequeños.

Garzón no es más que un modesto juez. Un hombre nacido en una también modesta familia jiennense que, gracias a su esfuerzo, su voluntad, su vocación, consiguió culminar su anhelo de ser lo que hoy es, juez. Un juez como tantos otros sobre cuyos hombros anónimos pesa la sublime tarea de hacer justicia en España. Un juez modesto a quien las circunstancias dieron la ocasión de decidir sobre cuestiones de enorme importancia para su país y para el mundo entero. Y siempre, unas veces mejor, otras peor, supo estar a la altura de las circunstancias. Nunca se doblegó ni escondió. Su sentido del deber y de la justicia lo llevaron a tomar decisiones que lo enfrentaron a enemigos muy poderosos y que otros quizá hubieran evitado.

Por todo eso, porque es un modesto juez y un hombre cabal, miles de ciudadan@s nos movilizamos en su apoyo y ayer lo mostramos en la calle una vez más. Porque Garzón sí nos representa. Representa aquello por lo que luchamos: decencia, transparencia, justicia, coherencia y valentía. Y eso se lo reconocemos muchos que hemos sido críticos con él. Porque cuando unos valores son atacados en una persona, esa persona representa los valores. Los de quienes buscan justicia al cabo de setenta años, quienes no quieren que la política sea cosa de corruptos, quienes quieren que la judicatura no tenga ideología. Ninguna, y se limite a ser justa y equitativa.

No se me ocurre qué otra personalidad pública podría suscitar este apoyo popular espontáneo, desinteresado, por importante que sea o encumbrada que esté. Los pequeños son grandes.

Igual que los grandes son pequeños. Para comprobarlo basta leer la otra noticia de la portada de Público en la imagen. El apellido Urdangarin aparece peligrosamente cerca del substantivo "trama". De ahí a hablar de "trama Urdangarin" hay un paso. ¡Qué pequeños llegan a ser los grandes! Una trama puede tenerla hoy cualquiera. El Bigotes, por ejemplo.

Crónica de las primarias del PSOE, IX.

Un artículo más como el de ayer de El País (Chacón & compañía) y Chacón gana la Secretaría General por goleada. La pieza es larguísima y rebosa información de insider. Pero suena demasiado a susurro de militante veterano que se las sabe todas. Veterano y revenido. Ahí tenemos a Griñán denunciando nada menos que guerra sucia contra Chacón. Parece como si, efectivamente, PRISA fuera a la carga. El sábado Felipe se pronuncia por Rubalcaba y el domingo El País da un repaso a Chacón.

En ese repaso se mezclan los agravios por las preferencias de Zapatero hacia Chacón en sus años de gobierno y los fríos datos sobre las actividades empresariales de unas gentes ajenas al partido socialista pero cercanas a él y al gobierno en relaciones sobre las que el artículo proyecta sombras de diversa densidad. A todo esto, claro, guantazo final a Zapatero que aparece como un político voluble, caprichoso y de un favoritismo con los suyos cercano al de los últimos Austrias.

Por partes. La historia de la especial relevancia y el mimo con que Zapatero trató siempre a Chacón suena, en efecto, a rabieta de militante revenido y un pelín misógino. ¿O hace falta recordar que, en el gobierno de Zapatero, Rubalcaba era primer vicepresidente y prácticamente factótum en política interior? No es que se lo tratara con especial deferencia; es que en muchas cosas el presidente era él pues con él fue, y no con Chacón, con quien el Presidente consultó el giro de 180º de mayo de 2010.

En cuanto a la acusación implícita de que la candidatura de Chacón es una maniobra empresarial que responde a intereses económicos particulares, la cuestión es bien clara: todos los gobiernos las tienen. Otra cosa distinta es si son legales o no y, si no lo son, para eso están los tribunales. En el PP los intereses empresariales no solo apoyan al gobierno sino que están en él. Y en el caso de los gobiernos anteriores del PSOE, los de Felipe, también había intereses empresariales apoyando a los gobernantes y en densas relaciones económicas con ellos, unas más claras que otras. Pero esos intereses empresariales eran los que en los círculos del espionaje de la guerra fría se conocía como Nash (más o menos "nuestro" en ruso). PRISA se benefició de sus relaciones privilegiadas con los gobiernos de Felipe González. Incluso ponía ministros, siendo el caso más conocido el de Jorge Semprún. Semprún: ignoro si hay otro caso de un hombre que haya sido ministro de un país conservando la nacionalidad de otro. Bueno, sí, el Che Guevara. Aunque no sé si la comparación es adecuada.

Pero ese es el fondo del artículo: la dura competencia. A ver si después de las amarguras del fuego amigo de Zapatero el partido va a caer ahora en manos de Miguel Barroso, Jaume Roures y una confusa galaxia de aventuras empresariales de oscuros recovecos. Y eso se viste de argumentos políticos, apelando a las pasiones más elementales, el patriotismo de partido. Hay una conspiración de fuerzas ajenas, de alienígenas que quieren ocuparlo como ocupaban los cuerpos de los honrados ciudadanos de Santa Mira en La invasión de los ladrones de cuerpos. Vamos, vamos, señores.

Pero lo más asombroso de esta pieza literaria es su feroz misoginia. Se da por supuesto que Carme Chacón es una pura fachada, un pelele manipulado por su marido y un amigo o socio de su marido. Es más, se la presenta como un muñeco de guiñol o de ventrílocuo que repite al modo papagayo una serie de frases hechas ("eslóganes y frases precocinadas" dice el castizo redactor), como si los demás dirigentes políticos y candidatos que van de mitin en mitin dijeran cosas originales y distintas en cada uno de ellos. Y ese juicio tan duro, tan hiriente, tan contrario a lo que los hechos prueban, se basa ¿en qué? En que es mujer. Si fuera varón nadie diría que estuviera manipulado por su esposa. Aunque así fuera.

Realmente el artículo es muy injurioso, más de lo que su autor ha calibrado. No sé si Rubalcaba dirá algo. Palinuro lo haría.

diumenge, 29 de gener del 2012

Hoy manifa de apoyo a Garzón.

Los procesos -por llamarlos de algún modo- con que la derecha y los sectores más reaccionarios de la judicatura tratan de poner fin a la carrera del juez Garzón tienen una clara intencionalidad política. Además del daño al juez, quieren sentar un precedente, escenificar un escarmiento por si alguien más en el futuro se siente tentado de hacer justicia a las víctimas del franquismo. Ni justicia a las víctimas, ni condena de los crímenes de la Dictadura, ni memoria histórica ni nada: el franquismo no se toca. Si los "historiadores" de la Real Academia de la Historia pretenden legar a la posteridad una imagen de Franco tan edulcorada que ni dictador lo consideran, la derecha y la judicatura tratan de blindar su condición jurídica: no hubo crímenes y, si los hubo, han prescrito.

A estas alturas cualquiera ve claramente que en los procesos antigarzón confluye todo tipo de motivaciones partidistas e inconfesables: la envidia de sus oscuros colegas, las artimañas procesales de los sospechosos de la Gürtel, que tratan de anular lo instruido por Garzón e irse así de rositas, la reacción de una derecha neofranquista que quiere dejar impunes los crímenes de la Dictadura. Con el íntimo aplauso de cierta izquierda, cercana a la abertzale y desde luego de esta última, que ve en Garzón el juez que derrotó a ETA y, para hacerlo, persiguió y desmanteló su entorno económico y civil en lo que para unos fue una actividad judicial eficacísima y, para otros, un ataque a los derechos fundamentales y las libertades públicas de los vascos.

Por si las motivaciones no fueran suficientemente indignas, las tres causas rebosan anomalías y peculiaridades que las ponen en evidencia a ojos de cualquiera interesado en el derecho al juicio justo, al debido proceso, en definitiva al amparo de la justicia, que es el fundamento mismo de la sociedad democrática: el ministerio fiscal no acusa, un juez instructor asesora a la acusación, otro forma parte de otro tribunal en otra de las causas contra Garzón y parece respirar animadversión hacia este, no se admiten las pruebas que propone el acusado ni sus recusaciones y los tiempos procesales se alteran en su detrimento.

La tercera causa, que pasará a vista oral en breve, es tan disparatada que el propio Garzón ha dicho que la instrucción es una interpretación sesgada, parcial y no verdadera en relación con lo acreditado en la causa y le muestra su "más contundente y absoluto rechazo". La acusación, que empezó siendo de prevaricación, ha mutado en una de cohecho impropio. Lo que Garzón no ha dicho pero Palinuro sí es que ya sería el hispánico colmo y muy digno del coso nacional ver cómo se condena al juez por el mismo presunto delito por el que acaba de absolverse a Camps.

Crónica de las primarias del PSOE, VIII.

En la jornada de ayer ambos candidatos sacaron su mejor artillería y echaron el resto. Cada uno en su estilo. Y ofrecieron lecturas muy distintas en claves que deben desentrañarse.

Rubalcaba tuvo un acto intergeneracional, como sus organizadores subrayaron una y otra vez por si alguien no se hubiera enterado de que esa es la respuesta a las críticas que apuntan a la edad del candidato. En verdad no hacía falta porque esas críticas fueron muy desafortunadas y se silenciaron de inmediato. La discriminación por razón de edad es tan odiosa como por razón de sexo o del color de la piel.

Además de intergeneracional, el acto de Rubalcaba exhibió el apoyo del símbolo del triunfo; contó con la presencia de Felipe, algo que tiene un alcance difícil de minusvalorar. Felipe sigue siendo un referente incuestionable en el PSOE, circunstancia que puede verse modificada por el hecho de haber tomado partido. En esto, Zapatero ha sido más exquisito y mantiene una estricta neutralidad. Pero es que los dos candidatos han sido ministros suyos mientras que solo Rubalcaba lo fue de Felipe. Este a su vez ha mostrado tacto, ha hecho profesión pública de querer "mucho" a Chacón y ha recordado que él no vota al no ser delegado en el congreso. Pero allí estaba, junto a Rubalcaba, lo cual es lógico porque han compartido gobierno y trabajado juntos mucho tiempo. Pero puede tener efectos negativos para la causa que apoya pues refuta la pretensión intergeneracional.

Por su parte Chacón no se quedó atrás. Llenó el Bellas Artes de mujeres y proclamó que no hay nada más poderoso que ellas. Lució a su vera a María Teresa Fernández de la Vega, así como otras mujeres relevantes, ministras, exministras, del PSOE. Pero aquí las personas importaban poco; lo que importaba era la condición femenina, el sexo, el género, según el término que cada cual prefiera en este nuevo debate entre castizos y políticamente correctos. El acto se concibió como un paso más en la emancipación de las mujeres, es decir lo que se entiende como la perspectiva de género aplicada a las primarias.

Efectivamente la perspectiva de género tiene mucha fuerza, sobre todo en el PSOE, que se considera su paladín. Su mero planteamiento pone al partido en la situación de tener que pronunciarse en términos prácticos acerca de algo que predica mucho en los teóricos: la igualdad efectiva de hombres y mujeres. Más en concreto, en esa condición de igualdad, el hecho de ser mujer favorece a Chacón, aunque no sea más que por ley de probabilidades.

Palinuro sostiene asimismo que también le favorece el hecho de ser catalana, incluso por la misma ley de probabilidades.

Sin embargo, estos dos factores -ser mujer y catalana- basan su fuerza en su especificidad, en su condición minoritaria (cosa que se aplica contra la lógica numérica a las mujeres) y, si bien este hecho suele gozar de buena prensa, también corre el riesgo de parecer divisionista, particularista, sectario.

En todo caso fue una buena jornada en las primarias.

(La primera imagen es una foto de HombreDHojalata, y la segunda, una foto de PSOE de Extremadura, ambas bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 28 de gener del 2012

Retrocesos.

Rajoy aseguraba en noviembre pasado por centésima vez que la solución de la crisis empezaría al día siguiente de cambiar el gobierno de Zapatero por uno que hiciera las cosas como Dios manda. La confianza se restauraría por ensalmo, el crédito manaría como ríos de leche y miel, se crearía empleo y podríamos volver a vivir por encima de nuestras posibilidades. Bueno, lo último es de mi cosecha; pero es lo único que cabe decir para no tomarse a chirigota que, después de dos meses de gobierno, la confianza se ha ido a pique en compañía de las notas de las agencias de calificación, el crédito se ha restringido más y ya no solo acogota a las PYMES sino también a empresas como Spanair y el paro sigue aumentando vertiginosamente. Y todo lo que el gobierno ha hecho hasta la fecha ha sido subir los impuestos (IRPF e IBI), congelar salarios y pensiones (o sea, bajarlos), eliminar subvenciones (excepto las de la iglesia católica) y reducir gasto público. Pues, menos confianza, menos crédito y más paro. Para buscar alguna salida, trata de reanimar la burbuja inmobiliaria sin darse cuenta de que hay un stock de viviendas sin vender de aquí a la luna porque nadie puede hoy comprar un piso ni aunque bajen de precio.

Pero si las medidas de política económica son puros palos de ciego (tanto que ni siquiera saben con qué déficit terminarán el año) en otros territorios las cosas están mucho más claras: marcha atrás en todos los avances. En el ministerio de Justicia de Gallardón se vuelve a la ley del aborto de 1985 que convertía la interrupción del embarazo no en un derecho de la mujer sino en una lotería. Y permiso paterno para las menores. Todo esto por adelantado de lo que vaya a decir el Tribunal Constitucional. Y el Consejo General del Poder Judicial elegido por los jueces en el más rabioso corporativismo, no por el parlamento que todo lo politiza. ¡Si lo sabrán ellos que son quienes politizan! A ver por dónde salen en cuanto al matrimonio homosexual, el resultado de sumar peras con manzanas, según célebre parábola de la alcaldesa de Madrid. Me juego algo a que no les dejan llamarse "matrimonio". La han tomado con la palabra. No me explico qué hacen los homosexuales del PP, salvo que hayan decidido practicar el celibato.

Los obispos vienen a re-evangelizar España, perdida de la mano de Dios. Monseñor Pujol se ha metido en un jardín con los homosexuales quienes, según él, no hacen lo que conviene a la sociedad. ¿Se puede ser más simple? Y otro arzobispo ha cuestionado que Soraya Sáez de Santamaría pronuncie el pregón de las fiestas en su pueblo pues solo está casada por lo civil. Es decir, a ojos de la iglesia, la vicepresidenta vive en concubinato, en amancebamiento, mientras su unión no esté consagrada por el matrimonio eclesiástico, que es un sacramento. Debe reconocerse cierta diplomacia en el clérigo para no llamar concubina a Sáez de Santamaría. La iglesia, sin embargo, está perdiendo su grandeza: la voz de San Juan nunca tembló al acusar de concubinato a grito pelado a Herodías... En eso solo nos queda el obispo Fernández de Córdoba que bien claro lo deja: lo que no sea connubio cristiano es fornicación. Pues empiecen por reevangelizar el gobierno, que falta le hace.

Tajante y decidido ha estado también este gobierno en materia de derechos de autor. Sin más ha aprobado el reglamento de la Ley Sinde y ha firmado el ACTA (Anti-Counterfeiting Trade Agreement), una especie de Ley Sinde a escala europea, firma de la que nadie parece haberse percatado en España pero que nos convierte en el gendarme antipiratería por excelencia. Es el país de los contrastes simultáneos pues ocupa el tercer lugar en piratería en el mundo entero y ahora también el primero en antipatería. Afortunadamente es costumbre inveterada en estos pagos no cumplir las leyes.

Este asunto de los derechos de autor en la red es muy complejo. Con la suficiencia que lo caracteriza el ministro de Cultura aplica la táctica alejandrina al nudo gordiano. Pero no sé si no será para peor. Viendo que es algo muy incierto, Zapatero decidió no hacer nada y dejó el reglamento sin aprobar. A lo mejor es lo más prudente, en lugar de empezar a sablazos con el frenesí del parvenu como si la cosa estuviera clara. Y no lo está.

Lo primero es entender el problema en sí, definirlo objetivamente, no desde una de las partes. Una de estas dice que las empresas de descargas hacen negocio pirateando material protegido y lesionan los derechos de las empresas y de los autores. La otra dice que se limita a poner a un precio más bajo un material que, en el mercado normal, tiene un precio excesivo. Si nos fijamos, la cuestión no es otra cosa que lo que siempre se ha conocido como mercado negro y el mercado negro normalmente no es sino un signo de que el mercado blanco no funciona. La industria de contenidos tiene que redefinir su modelo de negocio y no tratar de protegerlo legislativamente, porque es caro e imposible. El ACTA convierte a las empresas digitales, los portales, los sitios, en gendarmes de los derechos de autor, cosa que contradice una reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que prohíbe que las operadoras rastreen la red para evitar descargas ilegales y, en cuanto a la Ley Sinde en españa, habrá que esperar a que se produzcan las primeras querellas por violación de derechos fundamentales, de la libertad de expresión, el derecho a la protección judicial, el secreto de las comunicaciones y otras menudencias.

Si nos descuidamos, vuelve la censura. El PP quiere impedir que TV3 emita un programa titulado Monarquía o República, aduciendo que podría ser dañino para la monarquía. Es el sempiterno argumento de la censura: se censura algo para "que no haga daño". Y el daño, por supuesto, lo definen los censores. Ningún régimen que descanse sobre la censura merece respeto.

Estamos retrocediendo. A todas luces.

divendres, 27 de gener del 2012

La triste realidad.

La triste realidad es que, mientras un jurado popular absuelve a Francisco Camps, el juez Garzón, quien destapó la trama Gürtel de corrupción en una de cuyas dependencias se encuentran los trajes que no se regalaron al President, corre el riesgo de expulsión de la carrera judicial.

La triste realidad es que, mientras decenas de miles de compatriotas, asesinados durante la guerra y la postguerra, yacen en las cunetas y en fosas comunes perdidas por los campos de España, el juez que trató de hacer justicia a las víctimas está procesado bajo la acusación de prevaricar por haber querido investigar los crimenes del franquismo.

La triste realidad es que cuando en varios países se ha podido llevar ante la justicia a los responsables de los crímenes de pasadas dictaduras gracias, entre otras cosas, a la avanzada interpretación del derecho del juez Garzón, él mismo está procesado por haber querido aplicar su doctrina en su propio país.

La triste realidad es que los españoles volvemos a andar por el mundo obligados a explicar por qué nuestra patria se aparta del común sentir de las naciones civilizadas que consiste en repudiar toda dictadura, exigir las responsabilidades penales que correspondan y dar satisfacción a las víctimas.

La triste realidad es que la nación, como siempre, persigue a sus mejores hijos y es condescendiente y hasta aplaude a los que la envilecen.

Que sigue habiendo víctimas, o herederos de ellas, y victimarios, o herederos de ellos.

Que no se ve la democracia como un sistema plural que institucionaliza el conflicto, sino como uno monolítico en el que se impone la victoria y se aniquila la diferencia.

Que aunque el espíritu contemporáneo reclama la secularización del poder político y la separación de la iglesia y el Estado, la iglesia católica tiene una presencia agobiante en las instituciones, en el sistema educativo, en la opinión pública, mediante pronunciamientos permanentes de la jerarquía sobre la legislación, y en los Presupuestos Generales del Estado.

La triste realidad es que este predominio de la iglesia y su jerarquía (cuya intención parece ser volver a evangelizar España) viene de muy antiguo y goza de amplio apoyo incluso entre los sectores que debieran propugnar la secularización y el laicismo; entre los liberales y hasta en la izquierda. Cosa nada insólita. La venerada Constitución de 1812, que tanto se identifica con el nacimiento de la conciencia de la nación española, a su vez, en su artículo 12 proclama solemnemente que: "La religión de la Nación española es y será perpetuamente la católica, apostólica, romana, única verdadera. La Nación la protege por leyes sabias y justas, y prohíbe el ejercicio de cualquiera otra." La esencia de la nación española es el catolicismo. Y todavía queda camino por desandar pues las otras religiones (las falsas) malviven, pero no están prohibidas.

La triste realidad es que este juez que ha pretendido criminalizar un régimen esencialmente español por ser nacionalcatólico está sentado en el banquillo y su fuerza y su garantía residen en la gente en la calle y en los observadores extranjeros. Como siempre.

(La imagen es una foto de http://www.presidencia.gov.ar/, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 26 de gener del 2012

Crónica de las primarias del PSOE, VII.

Se acerca el congreso y el final de las primarias y, aunque nada sea descartable en un último momento, parece que la campaña de los dos candidatos ha tenido buen tono y hasta buen gusto. Ha sido abierta y franca, sin incurrir en descalificaciones ni dar pábulo a quienes quieren ver bronca.

Después del varapalo del 20-N al PSOE le hacía falta ponerse en marcha otra vez, sacudirse la modorra de la derrota, encontrar nuevo pulso. Y le ha salido bastante bien. En el congreso se tomará la decisión probablemente con escasa diferencia de votos, pero la unidad del partido no está en cuestión en modo alguno.

El único escollo que aún debe salvar quien ocupe la Secretaría General será el de las elecciones andaluzas. El resultado de estas puede ser la última campanada del toque de difuntos o la primera nota de una diana floreada. Los candidtatos piden con entusiasmo la segunda pero el feo asunto del ERE fraudulento amenaza con la primera. Andalucía no es Valencia.

Se sigue echando en falta una mayor profundización en contenidos. Chacón produjo un titular al decir que "No daremos un paso atrás ante el PP ni la Iglesia" pues casi parecía que se iba a abordar el asunto de la política religiosa que sigue anclada en las prácticas franquistas. Pero no había tal: se refería la candidata a las declaraciones de un arzobispo que objeta a que una casada por lo civil pueda ser pregonera, que considera inaceptables. Desde luego. No se ve qué tenga que ver el estado civil con la capacidad para pregonar. Pero el perjuicio que la iglesia causa a una ciudadanía democrática no radica en las incongruencias de los obispos, sino en la situación de privilegio inaceptable de la confesión en su conjunto, con la jerarquía a la cabeza. Y de eso es de lo que hay que hablar.

Algo parecido sucede con el candidato Rubalcaba que quiere cambiar su partido aun advirtiendo que no será fáci; y lo será menos si no dedica más tiempo a aclarar cómo piensa cambiarlo y en qué sentido. Invocar el retorno a la socialdemocracia (¿clásica?) está bien pero es insuficiente. Pongo un ejemplo: François Hollande, que está en los prolegómenos de los preparativos del inicio de la campaña de las presidenciales ya ha dicho que se propone reformar el sistema financiero francés. Luego veremos cómo se propone hacerlo. Aquí podríamos intentar lo mismo: ver qué hacemos con el sector financiero. De eso también hay que hablar.

(La primera imagen es una foto de HombreDHojalata, y la segunda, una foto de PSOE de Extremadura, ambas bajo licencia de Creative Commons).

La justicia en Valencia.

No es la primera vez que Francisco Camps se libra in extremis de los tribunales por una decisión de estos que contradice las expectativas más amplias y razonables. Ya en los comienzos de esta pintoresca historia judicial de los trajes regalados y no regalados al mismo tiempo, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Valencia, Juan Luis de la Rúa, "más que amigo" de Camps, decidió archivar la causa en contra de El curita. Recurrida la decisión, el Tribunal Supremo obligó a seguir con ella allí donde Camps ya se daba por absuelto y sus seguidores empezaban a pedir que los acusadores se pusieran de rodillas.

Ahora puede pasar lo mismo. Camps ya se ha lanzado por la pendiente de la lírica, diciendo que la decisión del jurado muestra que su presidencia era inmaculada y María Dolores de Cospedal, en la rutinaria rueda de prensa sin preguntas ha aprovechado para hacerlas ella: ¿quién devolverá la honorabilidad a Camps y Costa? Mientras la sentencia no sea firme, esa honorabilidad seguirá en el alero. Y la sentencia no será firme, de momento, por cuanto puede recurrirse y probablemente se recurrirá. Tendrán que hacerlo la acusación particular, el PSOE, y el ministerio fiscal. Esa insólita absolución, tanto más difícil de entender cuanto que recae en un momento en que el juez Garzón esta siendo juzgado por iniciar el caso Gürtel, del que trae causa la regalada elegancia de Camps, contradice lo que todo el mundo esperaba y, sobre todo, contradice las pruebas.

Por el mismo acto -la aceptación de los regalos- hay dos condenados que confesaron voluntariamente el delito, Rafael Betoret y Víctor Campos, devolviendo las prendas malhabidas, y dos absueltos, Francisco Camps y Ricardo Costa, que en un principio estuvieron dispuestos a confesar pero luego decidieron encomendarse a la "justicia de sus conciudadanos". Han salido beneficiados, pero la situación es absurda: una misma acción no puede ser culpable y no culpable al mismo tiempo. Es sencillamente ridículo. Es cierto que la confesión de los primeros no demuestra la culpabilidad de los segundos; pero también lo es que estos no han probado ser inocentes sino que el jurado ha decidido que tampoco está probada la culpabilidad, ignorando tranquilamente la confesión de los dos condenados que esa sí que no ofrece dudas.

Así que modérese Camps, refrene sus ímpetus retóricos Cospedal y esperemos a que haya apelación para ver qué dicen los jueces profesionales. Porque lo que ha dicho el jurado atenta contra la lógica.

dimecres, 25 de gener del 2012

Un espectáculo lamentable.


Si la justicia condena a Garzón, el cielo es el límite.


El increíble proceso a Garzón equivale a un terremoto de la conciencia nacional, si tal cosa existiera. Es algo tan absurdo, tan ajeno a la realidad de las cosas y el sentido común que hace falta haberse pasado los últimos cuarenta años amojamado al amor de los otros cuarenta años de la Dictadura para no darse cuenta.

La cantidad de hechos sorprendentes, únicos, extraños, que confluyen en este caso propician la conclusión de que se trata de una operación de caza y captura no ya solo de un juez, sino de una idea de la justicia, de una forma de entender la función judicial en un mundo globalizado, de una concepción del derecho al servicio de la democracia, de la libertad y de la igualdad ante la ley. No al servicio de la tiranía, de los intereses creados, del privilegio.

La lucha contra las ideas que no se plantea en el terreno de las ideas sino en el de los tribunales, la coacción, la fuerza en definitiva, nunca triunfa a la larga. La primera de Público, como se ve, habla de los crímenes del franquismo. Es decir, considera el franquismo un régimen criminal. Palinuro sostiene que incluso genocida, pues consistió en la persecución y asesinato de sectores enteros de la población por razón de sus convicciones políticas. Obligado es aquí explicar cómo es posible que personas e instituciones asociadas a ese régimen criminal y desde luego, su cabeza visible, Francisco Franco, den nombre a calles, plazas, edificios, tengan monumentos y celebren ceremonias religiosas y civiles. Cómo puede darse que exista una fundación (y, por tanto, en parte sostenida con fonds públicos) dedicada a ensalzar la figura de un dictador criminal.

Hay quien define este juicio como un esperpento y quien lo compara con el caso Dreyfus. Para lo primero le falta gracia y frescura. Para lo segundo le falta el ejército y el socorrido ardid de la traición a la Patria. Desde el momento en que se trata de un procedimiento jurídico, aquí no hay patria que valga y lo que se juzga es una u otra forma de entender la justicia, cosa que no conoce fronteras. Por eso han venido los observadores internacionales. Serán quienes se encarguen de explicar al mundo qué idea tiene de la justicia el Tribunal Supremo español. Y qué idea tiene de la equidad, cosa más grave.

Nuevo libro de Palinuro.

Ayer Palinuro se presentó más contento que de costumbre; se sentó sobre mi mesa de trabajo, sin dejarme ver la pantalla del ordenata, que es como si te quitaran la luz de los ojos; dio un tiento a mi café mañanero y me puso su nuevo libro bajo las narices.

-Vaya -dije, aparentando una indiferencia que sabía iba a herirlo-. Tu nuevo libro. Enhorabuena.

- ¿Cómo que "vaya"? ¿Cómo que "enhorabuena? ¿Es que no le vas a dedicar un post ni un comentario?

- Hombre -contesté-, no está bien hablar de los libros propios.

- Oye, perdona -dijo él-. Lo he escrito yo.

Yo (sarcástico):

- Pero lleva mi nombre.

- Bueno, tú sabes que somos el mismo.

- No; yo no me bebo tu café.

- Pero haces algo peor: te las das de bueno, de ilustrado, de "buena gente", como si fueras el Dr. Jeckyll y yo Mr. Hyde.

- Pues eso.

- Pero ¡somos el mismo! -se impacientó Hyde/Palinuro. ¿De verdad no vas a decir algo sobre tu libro?

- Sería una vergüenza, eximio piloto. ¿Cómo iba a evitar ensalzar mis virtudes y ocultar mis defectos?.

- Puedes ocultar tus virtudes (cosa fácil, pues son pocas) y ensalzar tus defectos; algunos son muy graciosos.

- Pero ¿no ves, maldito Hyde/Palinuro, que no sabes lo que dices?.

- Igual que tú. ¿O te crees que este diálogo que estás transcribiendo tiene sentido? Bueno, anda, escribe algo sobre la obra que hemos escrito al alimón.

- Que no, que no, que debo un respeto a mis lectores. Además, ¿está ya en las librerías? No, espera: la tirada ¿es de más de ese ejemplar que tienes en la mano?

Manifiestamente ofendido, Palinuro se atusó el cabelló, peinado a lo romano (republicano), dejó de parecerse a Hyde y adoptó una actitud de dignidad calderoniana:

- No os responderé, villano, a vuestra última grosería y os responderé sólo a la primera pregunta: no, el libro estará en librerías a partir del seis de febrero. Pero el que quiera puede adquirirlo por la red, pinchando en la imagen, enlazada a la editorial Los libros de la catarata.

Sentí un poco de lástima. ¿Qué quieren? Son muchos años juntos, surcando el proceloso piélago en busca de nuestro destino. Uno se encariña con el compañero de aventuras porque así se desdobla uno, siendo uno mismo y compañero del otro. La del compañero (o compañera) de aventuras es la única elección que se nos permite en la vida; en todas las demás, somos elegidos, sin poder decir ni tweet. Decidí reconciliarme con él y hacerme perdonar mi malicia:

- Te propongo un trato. No diré nada del libro, pero reproduciré aquí el índice.

- Vale, Ramón -dijo él-. Es suficiente. A verlo.

- Aquí está:

A.- TEORÍA
I.- En los orígenes: la sociedad abierta
II.- El ocaso de los proyectos revolucionarios en la postmodernidad.
III.- La traición del Tercer Mundo.
IV.- De qué sirven las teorías de la democracia.

B.- PRÁCTICA.
V.- La búsqueda discursiva de la verdad: el 15-M
(El movimiento 15-M o "movimiento de los indignados". Las reivindicaciones. El apoyo social).
VI- La verdad y la mentira: el caso Murdoch.
(Los medios de comunicación. La hegemonía ideológica. La propaganda).
VII.- Lo público, lo privado y lo secreto: WikiLeaks.
Conclusión.

dimarts, 24 de gener del 2012

La invicta cruzada y el via crucis del juez.

De nuevo se sienta Garzón en el banquillo en un proceso, segundo acto de lo que muchos califican de cacería del juez que destapó los GAL, fue causa del procesamiento del dictador Pinochet, afirmó la validez de la jurisdicción penal internacional, fue decisivo en la derrota de ETA, intentó hacer justicia a las víctimas del franquismo y destapó la Gürtel, la mayor trama de corrupción y delincuencia en la España de la segunda restauración. ¿Cacería? Si se repasan las causas mencionadas se verá que el juez se ha ganado muchos y muy poderosos enemigos en todas partes. Tantos que el episodio recuerda la cacería de la peli de Arthur Penn en 1966, La jauría humana.

El procesamiento de Garzón se debe a una querella por supuesta prevaricación presentada por un sedicente sindicato de funcionarios, Manos limpias, cuyo principal dirigente, Miguel Bernard, es Caballero de Honor de la Fundación Nacional Francisco Franco por sus “servicios en defensa de los ideales del Movimiento”. Un país que tiene una Fundación con el nombre del más sangriento dictador de su historia no está bien de la cabeza. Imagínese el lector, si puede, una Fondazione Benito Mussolini o una Adolf Hitler Stiftung. Impensable, ¿verdad? Pues lo que en otras partes es impensable aquí no solamente es pensable sino realidad incuestionable. ¿No decía Fraga, el último de Filipinas del franquismo, que "España es diferente"? Los Caballeros de Honor (sic) de la Dictadura protegen la memoria del dictador y llevan ante los tribunales al único juez que ha tenido la decencia y el valor de hacer justicia a las decenas de miles de víctimas del franquismo. España no solo es diferente: es extraterrestre. Y, por supuesto, el juicio es político de cabo a rabo.

No, no, dicen los acusadores, sus amigos y conmilitones, no es una cuestión política sino meramente jurídica. No se procesa a Garzón por intentar enjuiciar el franquismo sino por una presunta prevaricación ligada a ese intento, por declararse competente y actuar en consecuencia a sabiendas de que va contra la ley. Es algo pura y exquisitamente jurídico. Sí, pero al juez se le abre proceso sin que haya acusación particular ni del Ministerio Fiscal sino solamente en razón de la acusación popular. Y ello contra el sentido común, la prudencia, la equidad y el precedente que se conoce como "doctrina Botín", según el cual no procede procesar a la sola instancia de terceros privados. Exquisitamente jurídico pero el juez instructor, Luciano Varela mostró a la acusación cómo tenía que redactar su escrito para poder admitirlo. Entre otras cosas, recomendó a la acusación que incluyera la expresión a sabiendas para estar dentro de lo exquisitamente jurídico. Tampoco se ha admitido la inmensa mayoría de las pruebas solicitadas por Garzón. Y se han alterado los tiempos procesales para que no fuera este juicio (el más político de los 3 del magistrado) el que abriera el via crucis.

Nada de procedimiento jurídico; es uno político disfrazado de jurídico. Lo peor que puede haber en un Estado de derecho. Y así está siendo a los ojos de todo el mundo. Por eso, en la vista oral que se abre hoy hay observadores internacionales. La presencia de estos es una garantía para el acusado, quizá la única que tenga. Y una vergüenza para todo el país. España no debiera ser como esas naciones del antiguo Tercer Mundo a las que es preciso enviar observadores internacionales porque nadie se fía de la limpieza de sus procesos electorales o judiciales. No debiera ser, pero es. La imagen que proyecta cada país no la determina él mismo sino que la determinan los demás y los demás han decidido enviar observadores internacionales, mientras la organización Human Rights Watch asegura que el mundo entero tiene los ojos puestos en las represalias que se están aplicando a Garzón.

La historia es maestra en ironías: mientras el juez Garzón comparece ante el Supremo por investigar los crímenes del franquismo, una jueza argentina, que investiga esos mismos crímenes en aplicación de la doctrina de la jurisdicción penal universal que tanto debe a Garzón, pide documentos al gobierno español para proceder con el mismo empeño que ha ocasionado el procesamiento de aquel. Por la misma doctrina de jurisdicción universal puede Manos Limpias querellarse contra la jueza argentina por prevaricación. Acabará prevaricando el mundo entero pero los crímenes no deben quedar impunes. Y menos el de genocidio.

Así mientras la justicia española se retrotrae a la época de la invicta cruzada, la argentina ampara los derechos de los españoles sometidos a aquella. La acción argentina se ha iniciado con querellas de víctimas del franquismo y, ahora, la asociación de expresos del franquismo La Comuna, anuncia que se personará en la causa en Buenos Aires en busca de una justicia que aquí se le niega. Y no solo se le niega sino que se hace un escarmiento en la cabeza del juez que ha tratado de realizarla para aviso a los demás, por si alguien más cree que debe obedecer a su sentido de la justicia antes que a la prudencia política.

Estamos cubriéndonos de gloria.

La imagen es una foto de http://www.presidencia.gov.ar/, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 23 de gener del 2012

Crónica de las primarias del PSOE, VI.

El titular de Público da el espaldarazo democrático a las primarias del PSOE. De sobra se sabe que en las democracias las elecciones más reñidas las deciden siempre los indecisos. En su funcionamiento interno el PSOE es reflejo de los usos democráticos en torno suyo. Lo cual está muy bien. Dibuja un partido vivo y bastante abierto, muy distinto a la estructura autoritaria del PP, en el que el líder es nombrado por el líder anterior y aclamado después en un congreso. Ciertamente en el PSOE se dan casos de relaciones oligárquicas y clientelares, como en todas partes. Pero en conjunto, las primarias están siendo un ejemplo de comportamiento civilizado y democrático. En otros partidos los candidatos ya se hubieran enzarzado en golpes bajos.

Hay cómputos divergentes de los apoyos que cada candidato cuenta para sí, como es lógico teniendo en cuenta que se cuantifican cosas tan poco seguras como las promesas explícitas, las implícitas y las de los que se las hacen a los dos candidatos. Así las cosas, las cantidades que manejan estos son pura ilusión. Sobre todo teniendo en cuenta que el voto es secreto. El País sostiene que Rubalcaba sale de los "congresillos" con una ligera ventaja. Pero, tal como están las cosas habrá quien explique esa noticia como prueba de la inclinación "rubalcabiana" del diario. A saber el cálculo que haya hecho Público, que parece más "chaconista".

Lo importante es que el proceso de primarias está realizándose de modo transparente y democrático en un partido que proyecta imagen de partido de gobierno. Y se está haciendo desde las primeras de los periódicos porque se mantiene como la noticia más relevante día tras día. Se sabe muchísimo menos del gobierno, que parece haberse tomado los cien días de prueba como días de asueto. Ya no es noticia ni cuando habla Cristóbal Montoro que suele garantizar titulares.

Las primarias del PSOE eclipsan las del Partido Republicano en los Estados Unidos; aquí, claro es. Y aquellas tienen su importancia, como tenía importancia para las provincias del Imperio quién fuera el Emperador. No es lo mismo Mitt Romney que Newt Gringrich. Tampoco lo son Carme Chacón y Alfredo Pérez Rubalcaba.

De aquí al congreso los móviles no van a dejar de sonar y ojo con lo que se dice por ellos. Son facilísimos de intervenir y escuchar y van dejando más rastros que un concejal con una Visa Oro. Los móviles son el sonido del mercadeo, la negociación, los pactos. No tiene nada de extraño y hasta está bien, siempre que no se descuide el terreno deliberativo. Los candidatos tienen que seguir proponiendo ideas, aclarando sus respectivos programas para que los electores puedan votar después con conocimiento de causa.

De momento, en la encuesta de Palinuro en la columna de la derecha va ganando Rubalcaba por 24/17. Anímense y voten. No se trata de votar por uno u otra sino de decir quién ganará.

Las aporías de la izquierda.



Viçenç Navarro, Juan Torres López y Alberto Garzón Espinosa (2011) Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, Madrid: Sequitur, 226 págs.

A poco de empezar a leer este libro me di cuenta de que la crítica me iba a ser muy difícil porque coincido plenamente con su contenido. Coincido con su punto de vista, las explicaciones que ofrece acerca de los problemas y las recetas que propone para salir de ellos. Así las cosas, pensé, si le hago una crítica, habrá de ser una autocrítica. Y efectivamente, de ese modo ha de entenderse esta recesión, como una autocrítica. No de Palinuro como autor de la obra con la que no tiene nada que ver sino de Palinuro como cofrade de la izquierda de la que esta obra es muy representantiva.
La autocrítica tiene la ventaja de que no es preciso andarse con paños calientes ni respetos convencionales. Tiene por otro lado la desventaja de que la izquierda, muy dada a la crítica a los demás, lleva mal la que se le hace a ella que suele atribuir a motivos inconfesables, clara manifestación de paranoia galopante.
El libro en cuestión está muy bien, es muy claro y consigue el objetivo que propone en el título de ofrecer alternativas a una situación de la que muchos dicen que no las tiene. Muestra el inconveniente de todos los libros colectivos, pues aunque los autores lo presentan como trabajo de conjunto, sin especificar autorías por capítulos, es evidente que se dan, son reconocibles y no evitan, aunque sí mitigan bastante, los inconvenientes de las obras colectivas de cierta falta de ilación, defectos de estructura de razonamiento, reiteraciones y discordancias.Vayamos ahora a la visión autocrítica de la izquierda. El libro se propone abordar dos cuestiones: una explicación de la actual crisis del capitalismo (con atención especial a España) y una enumeración de medidas concretas para resolverla. La primera crítica de fondo hace referencia al alcance teórico y las bases epistemológicas de la explicación de la crisis. Asunto interesante. La izquierda, en especial la de tradición marxista, creía tener una explicación científica del conjunto del capitalismo, una comprensión no puramente fenoménica sino esencial. El capitalismo era producto de un devenir histórico sometido a leyes objetivas y cognoscibles. Tenía un origen, desarrollo y final independientemente de los criterios de quienes los vivían. Y sería sustituido por otra cosa. Esa "otra cosa" era el modelo alternativo completo, entero que la izquierda postulaba.
La obra no encaja su explicación de la crisis actual del capitalismo en este marco teórico, ni la cuelga de una estructura conceptual más amplia, sino que se limita a ser una descripción de lo que sucede en la que la explicación no pasa de ser un análisis de causa-efecto tan problemático como los de los fenómenos más evidentes y menos abstractos. La izquierda no tiene una teoría general del capitalismo sino una particular sobre su gestión. Por eso el término "alternativa" del título no se refiere a la que pudiera proponerse como distinta del modo de producción sino a la diferente forma de gestionar una única realidad, la capitalista, carente de alternativa real y que, en el fondo, no se cuestiona. No cabe dar carácter de tal a la propuesta, frecuente en el libro, de que "otro mundo, otra economía" son posibles entre otras cosas porque esta afirmación carece de significado.
La izquierda trata de compensar esta carencia con un espíritu positivista en el que lo que se valora es el carácter científico de los enunciados. La explicación de la crisis del capitalismo implica el desenmascaramiento de las explicaciones ideológicas que los economistas e intelectuales neoliberales formulan para mantener el sistema de la explotación del hombre por el hombre. Quieren ser explicaciones científicas y se revisten de aparato matemático pero son puramente ideológicas.
Frente a ellas los autores elaboran un discurso crítico, con frecuentes apelaciones a la "evidencia empírica", base del razonamiento científico, pero que no se integra en un contexto teórico, en un conjunto sistemático, sino que tiene un carácter fragmentario. La praxis sin teoría es ciega. Por ello mismo su pretensión positivista a la certidumbre científica es tan verosímil como la de sus adversarios. Personalmente coincido con este punto de vista pero no se me oculta que se trata de una posición normativa de base ética, tan alejada de la ciencia que postula como la de los neoliberales. Es decir, otra ideología: la opuesta.
Esta discordancia de una izquierda positivista que quiere mantener el espíritu crítico recurriendo a una razón instrumental es el punto débil del razonamiento de la izquierda. Un punto débil que hace referencia a la legitimación del discurso. Porque ¿de qué otra forma cabe hoy legitimar un discurso si no es a través de la ciencia? Sin embargo, ¿cuál es la base real de nuestras propuestas de izquierda aparte de nuestra convicción de que son moralmente superiores? Por lo que se ve la experiencia y solo la experiencia. Pero la experiencia es esencialmente ambigua e interpretable y solo nos conduce al historicismo, un ámbito en el que todos los gatos son pardos.
De hecho el libro es una auténtica floresta de equívocos de este tipo. Por ejemplo, los autores dicen querer llegar a una economía "justa y eficiente", términos tan vagarosos que pueden significar cualquier cosa, incluso ser contradictorios. Recuérdese que no se trata del sentido de la justicia y la eficiencia del capitalismo frente a las de otro modo de producción sino de dos modos de gestionar el capitalismo. ¿Por qué nuestras propuestas han de ser mejores que las contrarias que, por supuesto, se formularán en términos axiológicos contrarios?
Las explicaciones de los autores en cuanto a la evolución del Estado del bienestar están en el mainstream hoy día cuestionado por el auge neoliberal. Curiosamente la mayor crítica que se hace a éste de que propone como solución justamente las medidas que provocaron la crisis se vuelve contra una izquierda neokeynesiana que igualmente propone como solución un retorno a políticas de estímulo, incremento de la demanda agregada, etc., que no supieron hacer frente a la ofensiva neoliberal.
Hay alguna crítica a los postulados neoliberales especialmente feliz, como la que contesta a la exigencia de aumento de competitividad diciendo que es maltusianamente imposible que todos seamos competitivos a la vez (p. 130). Pero algo así cabe también decir de las críticas que fían la recuperación al estímulo del mercado interno siendo así que ningún país concebido como un "Estado comercial cerrado" podrá prosperar.
Como suele suceder con el positivismo, los autores se piensan legitimados para, una vez soslayada la base sedicentemente científica, pasar a las recomendaciones normativas, algunas de las cuales son muy problemáticas. Por ejemplo, postulan para España un pacto nacional de rentas (p. 132) que reequilibre la proporción relativa de las rentas salariales con las del capital. Pero ¿desde dónde se propone ese plan? ¿Quién lo impondría? ¿Con qué apoyos?
El salto positivista del ser al deber ser lleva directamente a la utopía. Los autores, que no tienen especial simpatía por el pensamiento utópico, no se dejan enredar en él y se aferran a sus propuestas "concretas" que, obviamente, quieren prácticas y que, para mayor evidencia empírica han cuantificado: 115. La primera de estas medidas concretas da una idea de lo que aquí viene diciéndose: "Constitución de un gobierno mundial que permita compensar y reducir el poder de los grupos privados internacionales, así como facilitar la instauración de un mundo diferente" (el subrayado es mío). En realidad, las otras sobran.