dimarts, 19 de març del 2013

La reacción se hace revolucionaria.

El episodio del corralito chipriota bien podría pasar a los anales de la ciencia política como caso sorprendente que contradice el saber convencional sobre gestión de crisis; o por lo menos de la comunicación política, que es el nombre que adopta aquella cuando decide tomar partido en los conflictos. También la Diplomacia tiene que estar santiguándose ante lo peregrino de los hechos. Veamos su secuencia:

I.- Se anuncia el corralito chipriota como un acuerdo in extremis entre la Troika y el gobierno de Chipre.

II.- Anastasiadis comparece en el parlamento y, como héroe de tragedia, anuncia que era el corralito o la quiebra total. Solución TINA (There Is No Alternative/No hay alternativa), cara a la derecha desde los tiempos de Thatcher, quien la acuñó.

IV.- Frau Merkel asegura que la decisión de gravar todos los depósitos fue absolutamente chipriota.

V.- El Eurogrupo, que forma parte de la Troika junto con el BCE y el FMI, pide expresamente, casi ordena, a Nicosia que garantice los depósitos inferiores a 100.000€ y grave los superiores en las proporciones que estime pertinentes, siempre que se consigan los 5.800 millones de euros para pagar el rescate. No sé qué hará Nicosia, pues, como voraz lector de Salgari en mi infancia, siempre me ha fascinado más el esplendor y la tragedia de Famagusta, teniendo a la ahora capital como un lugar de poca monta.

Conclusiones

1ª.- Quizá no se sepa nunca qué sucedió en este fin de semana delirante, desde que se decidió atracar a la ciudadanía en viernes, en aplicación del modelo argentino, hasta el giro de 180º del lunes. Si se trató de una imposición europea (¡hay que ver cómo cargaron las plumas contra los alemanes!) o si -y me inclino por ello- fue una propuesta de parte chipriota. La derecha -recientemente triunfante en unas elecciones en que ha derrotado a los comunistas- decide salir de la crisis a su modo, al modo griego, portugués, español, haciéndosela pagar a las rentas más bajas.

2ª.- La reacción social inmediata, la lluvia de críticas, obliga a los responsables a dar marcha atrás ante dos peligros inminentes: a) un pánico bancario en otros países del Sur; b) una insurrección popular. Los alemanes se desmarcan, al gobierno de Anastasiadis le sale la vena fenicia y empieza a regatear: rebaja el tipo de gravamen de los depósitos inferiores a 100.000€, promete devolver el 50% de lo ahora confiscado en dos años si los expoliados son buenos chicos. El Eurogrupo zanja la cuestión: la mordida será en los depósitos superiores a 100.000€. Adiós al proyecto conservador de salida de la crisis perjudicando a los más y beneficiando a los menos, como sucede en España.

3ª.- Sigue siendo una confiscación. Desde el punto de vista del constitucionalismo contemporáneo, una medida contraria al Estado de derecho pues atenta de lleno contra el principio de seguridad jurídica y, dentro de este, el de la intangibilidad de la propiedad privada. Pero una medida anticonstitucional que empezó siendo reaccionaria y ha resultado revolucionaria. Pues, ¿en qué se diferencia un corralito de los depósitos superiores a 100.000€ de un impuesto excepcional sobre las grandes fortunas como insistentemente propone la izquierda? Si hay alguna diferencia es a favor del corralito por más eficaz a la hora de prevenir fuga de capitales.

4ª.- O sea, la solución neoliberal a la crisis chipriota, avalada por la Europa de los mercados, coincide con el programa de la izquierda. Y hasta de una izquierda radical. Desde luego, la diferencia aparecerá de inmediato. La derecha recurre a este medio revolucionario para salvar la banca. La izquierda para salvar a la gente y, es de suponer, a los pequeños impositores en el caso de que los bancos quiebren. Pues la solución para la izquierda, al menos la radical, es dejar caer los bancos en quiebra.

5ª.- Curioso que la solución de la izquierda radical coincida con el postulado esencial del neoliberalismo (que, luego, este no aplica) de abandonar a su suerte las empresas y bancos en un mercado libre no intervenido. Curioso, en verdad, y digno de atención porque plantea problemas interesantes. ¿Cómo comunicar que uno es un neoliberal escrupuloso pero apoya una medida confiscatoria de los más pudientes? ¿Cómo explicar que uno es un socialista de verdad pero aboga por el funcionamiento del libre mercado?

6ª.- Ambas partes del conflicto tienen un punto de razón. La dificultad se hace patente cuando las dos creen que ese punto es todo el plano y excluyen cualquier posibilidad de transacción. A favor del neoliberalismo habla el sentido común de enfrenar el déficit, pero no al coste que sea. A favor de la izquierda la obvia conclusión de que de las crisis solo se sale con políticas que fomenten el crecimiento, pero no únicamente a base de estas. La realidad -esa que, según Rajoy, le obliga a incumplir todas sus promesas- fuerza soluciones híbridas, mestizas. Hay que cohonestar reducción del déficit con políticas de crecimiento. ¿Cómo? Ahí, amigos, ahí está el meollo de la cuestión.

7ª.- Mientras lo averiguamos, podemos ponernos de acuerdo en quién haya de sufragar esas políticas. A estas alturas está ya claro que cargar el peso de la crisis sobre los desfavorecidos en la esperanza de que los favorecidos, siéndolo aun más, colaborarían por su iniciativa a salir de la crisis, no conduce a nada. La codicia de los ricos no resuelve sino que agrava la crisis. La cuestión, por tanto, consiste en hacer lo contrario: que paguen por fuerza los ricos lo que no quieren pagar de grado y emplear los fondos en mejorar la capacidad adquisitiva de los asalariados, los parados, los jubilados, etc. Lo que obviamente separa la continuidad y la salida de la crisis es una medida de izquierda.

8ª.- La Unión Europea parece haberlo entendido así. Queda por saber si también lo entenderá Rajoy o irá, como el doctrino Anastasiadis, a ofrecer a la Troika los ahorros de los españoles.

dilluns, 18 de març del 2013

El PSOE , en punto muerto.

Al igual que todos los seres humanos, Rubalcaba no está hecho de una sola pieza, como un monolito, sino que es un ser complejo, con sus matices, sus diferentes facetas, sus contradicciones.. Lleva más de treinta años en política, de ellos veinte en cargos públicos. Ha sido ministro de varios asuntos, diputado y vicepresidente del gobierno, candidato derrotado a la presidencia del gobierno y, en la actualidad, secretario general del PSOE. Una vida dedicada a la política, a la que se acercó por afición ya que él es químico de oficio. Hizo una mutación weberiana de la ciencia como vocación a la vocación de la política. Ahora bien, su desempeño en tal larga tarea no ha sido siempre igual. Fue un buen segundón en todo momento y brilló especialmente como ministro del Interior, siendo a él a quien cabe reconocer casi todo el mérito del fin de ETA, un logro que obtuvo gracias a su tesón, su trabajo duro, su perseverancia y su obstinación. Todas ellas cualidades muy convenientes para alguien situado en segundo plano, que recibe órdenes y las aplica fielmente. Pero quizá no tanto cuando se ocupa un puesto central, decisivo, en primera línea, en donde las órdenes no se reciben sino que se dan y hay que mostrar el grado necesario de flexibilidad, prontitud en la reacción y clarividencia que son cualidades  imprescindibles en un líder.

Pues aquí está el problema, en que quizá al postularse como candidato a la presidencia del gobierno y como secretario general después, Rubalcaba haya llegado a su nivel máximo de incompetencia y, lejos de ser la persona idónea para sacar al PSOE del atolladero en que se encuentra, desarbolado por una tremenda derrota electoral, sin ideas, sin propuestas, incapaz de salir del marasmo, resulta ser el principal obstáculo. Sin duda él no lo verá así. Nada más subjetivo e intransferible que la imagen que uno tiene de uno mismo. Al contrario, puede verse como el héroe, dentro de la figura del sí mismo como arquetipo junguiano, el hombre providencial que llevará a sus seguidores al triunfo.

Pero para conseguir ese objetivo en la España de hoy, literalmente reventada por la arrogancia, la estupidez y la agresividad del PP, hace falta algo más que una buena hoja de servicios a la causa. Hace falta perspicacia e inteligencia para entender las nuevas circunstancias; audacia para dar con fórmulas no gastadas, propuestas alternativas; determinación para ponerlas en práctica; y libertad de movimientos para no ser presa de los intereses creados en el partido. Nada de eso adorna a Rubalcaba que, al contrario, no ha dado muestra alguna de iniciativa en los catorce meses desde las elecciones, permitiendo que el PSOE se desdibuje hasta desaparecer, que no tenga perfil de partido de oposición (responsable o no responsable), que la intención de voto socialista esté por debajo de la del PP después del desastre sin paliativos de la gestión de este y que su índice de popularidad sea inferior al de Rajoy, lo cual es ya para suicidarse.

En el fondo, la veteranía de estos dos ilustres segundones, Rajoy y Rubalcaba, perfectamente inadecuados para funciones de primera responsabilidad, ha acabado haciendo que se parezcan y actúen de forma muy parecida y así como el gallego con su retranca, también llegado al grado máximo de su pavorosa incompetencia, se niega a admitir que su política sea un desastre e insiste en que tengamos paciencia, que ya dará frutos con tanta veracidad como la que tenía cuando juró el cargo, el santanderino hace lo mismo. Catorce meses de fracasos, líos en Galicia, Cataluña, Ponferrada y una creciente contestación en su partido no le mueven a reflexión sino que, como Rajoy, pide confianza, que ya habrá resultados, aunque no a plazo fijo.

Seguramente Rubalcaba verá como injusto que, con todo lo que ha hecho y hace, haya gente en su partido -y mucha- que le recomienda apartarse y dejar paso a otros porque es un obstáculo. Pero el partido no es suyo. El electorado no le sigue en su política de oposición, suponiendo que sepa cuál es, bajo ningún concepto y tengo mis dudas de que, si algún día hace explícitas sus convicciones conservadoras, casi tan reaccionarias como las de su amigo Bono, acerca de la Monarquía, la Iglesia y la organización territorial de España, lo sigan muchos en su propio partido. Una situación tan sorprendente que, de ser mal pensados, podríamos decir que el secretario general tiene secuestrada la voluntad colectiva para actuar de aliado objetivo de los conservadores en las políticas frente a la crisis y mantener el sistema corrupto del turnismo de los partidos dinásticos.

(La imagen es una foto de Rubalcaba 38, bajo licencia Creative Commons).

La neofabla de la derecha.

Sendos estupendos artículos ayer en "El País", uno de Soledad Gallego-Díaz y otro de Juanjo Millás, curiosamente coincidentes en el fondo, aclaran muy bien el irritante carácter de la política española recurriendo a la idea de la "neolengua" orwelliana. La instrumentalización y desnaturalización de la lengua por el poder político. Orwell se ganó la inmortalidad al definir con ese término la retórica del poder (especialmente el dictatorial) y al describir su funcionamiento: se retuerce y pervierte el significado de los términos, hasta convertirlos en lo contrario de su enunciado.

- "En realidad", dirá un crítico, "tampoco es para tanto. Al fin y al cabo, es lo que generalmente entendemos por mentir, cosa que se hace en las mejores familias".

- "Ciertamente", respondería Orwell, "pero no basta con mentir. Es preciso que se sepa que es mentira y la gente haya de tragarla como verdad sabiendo que es mentira por imposición de la violencia, la fuerza bruta, la represión. Ese es el punto".

Efectivamente, el punto que tocan los dos artículos citados. Los políticos del PP tienen como norma mentir en público. Y no un mentir de andar por casa sino un mentir patente, clamoroso, descarada negación de la verdad. Algo a lo que no merece la pena contestar porque es obviamente falso, pero que degrada de tal modo el debate público que produce vergüenza. ¿Por qué? Porque es exactamente el método de comunicación del franquismo, que estos del PP llevan en sus corazones. La conciencia de la más absoluta impunidad y la inexistencia de cualquier oposición y crítica permitían que los franquistas mintieran cada vez que hablaban, pues nadie podía contradecirles. Si se pasaba hambre, las despensas estaban llenas; si frío, España rebosaba de producción energética y las sequías eran la obra de la Antiespaña. Les daba igual. Nadie podía decir nada. Y la gente estaba resignada a la idea de que la política y la mentira más desvergonzada eran todo uno.

Estas gentes actúan igual. A diferencia del tiempo de su mentor espiritual, ahora sí se puede decir algo. Decir. Pero no hacer. Aquí solo cabe hacer algo cada cuatro años. Entre tanto, los franquistas saben que pueden mentir impunemente porque si los críticos disponen de unos medios raquíticos para expresarse, ellos tienen una rozagante batería desde la cual sus creadores de opinión, esbirros ideológicos y tertulianos pagados suculentamente con dineros públicos, prolongan la mentira, la reiteran, la convierten en verdad mediante su inverecundia y su machaconeo. Y no solo se trata de un aparato de propaganda tradicional. También lo han adaptado a los tiempos digitales. El PP pastorea rebaños de opinadores, o sea trolls a sueldo, distribuidos por las redes para reiterar sus embustes, ocultar la verdad y atacar a los críticos. Un ejército de granujas de segunda fila, que complementan el trabajo de los periodistas mercenarios y aspiran a contarse entre tales lumbreras. De este modo, con este grado de proteccion, las mentiras y los embustes que sueltan pueden llegar a ser tan desmesurados y estúpidos que suspendan el ánimo. Algunos ejemplos:
  • Declara Cospedal que el PP ha conseguido garantizar los servicios sociales básicos" y eso al día siguiente de que el gobierno, por decreto, haya metido otro bocado al desempleo, dejando sin subsidio a los mayores de 55 años que cuenten con unos ingresos de más de 950€ en el entorno familiar. Es decir, han mermado la renta de las familias otra vez. Sin contar los cierres de servicios médicos, el despido de trabajadores públicos con la consiguiente degradación de los servicios y de la que ya hay en la red testimonios apabullantes. Es decir, garantizar quiere decir destrozar
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  • Manifiesta Floriano que el PP es el partido más transparente de España y el que garantiza las pensiones. El PP, el partido involucrado hasta las cejas en los mayores casos de corrupción de la historia reciente: el caso Bárcenas, la trama Gürtel y los vistosos aledaños de los Matas, las Barberás y, por supuesto, el yerno. El gobierno se ha cargado por decreto el Pacto de Toledo, que es el que garantizaba las pensiones y las ha dejado en el alero y sin fondo de reserva. Es obvio que garantizar vuelve a ser destrozar y transparente quiere decir opaco
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  • Si he de ir a alguna manifestación de Rajoy a la altura de las anteriores, no sabría con cuál quedarme: "No se pueden subir los impuestos en recesión". "No tocaré la sanidad ni la educacion". "No pienso dar ni un solo euro de dinero público a los bancos". Hay tantas que Wikipedia le ha dedicado una página Wikiquote, incluyendo algún que otro célebre lapsus que retrata al personaje en sus delirios y obsesiones, como aquel Quiero transmitir a los españoles un mensaje de esperanza. ETA es una gran nación; España, perdón, es una gran nación. No está claro si España es una nación o un conjunto de ellas, pues hay opiniones en ambos sentidos y en cuanto a lo de gran, pues, en fin, juzgue cada cual en el momento en que la gran Nación teme que se le aplique un "corralito" a lo chipriota. Pero no importa: se suelta la mentira con gran pompa que ya se encargará de repetirla por doquier la caterva de paniaguados del pesebre ideológico.

 
Adelantada de la Cristiandad.
 
Parece que el gobierno ha decidido enviar una copiosa delegación de alto nivel al sacré del Papa. Irán los Príncipes de Asturias, Rajoy, García Margallo, Gallardón, Fernández Díaz con sus correspondientes familiares, séquitos, asesores, guardaespaldas, etc, una tropa que estará alojada dos días en hoteles de alto copete de Roma, a costa del contribuyente, o sea, de usted y de mí que ya no podemos viajar ni a Cercedilla, pero hemos de sufragar estos ridículos dispendios. Añádanse a ello los desplazamientos de las solícitas jerarquías, también costeados por el erario público.

Palinuro no recurrirá al manido al César lo que es del César, etc, pero se permite señalar un punto poco citado: Cristo hablaba del César o de Augusto, mandatarios frugales, no de Nabucodonosor o de Jerjes. Porque la delegación española tiene la vacua pompa y el boato de la de un sátrapa persa. No me extraña que la intensa fe de los ministros de Justicia e Interior los incite a peregrinar a Roma en momento tan señalado. Pero que se lo paguen de su bolsillo pues el Estado español, en principio, no tiene religión. De su bolsillo deben pagárselo asimismo todos los demás acompañantes que no sean el Príncipe de Asturias y el presidente del gobierno, en atención al carácter de Estado que tiene la Santa Sede. La última monarquía absoluta de Europa y el Estado más misógino del planeta.

diumenge, 17 de març del 2013

La destrucción del pacto social.

Desde el principio estuvo claro que la derecha venía a desmantelar el Estado del bienestar en cuanto dispensador de bienes no mercantilizados. Las doctrinas empresariales aplicadas a la administración pública dan dos conclusiones: los servicios deficitarios se cierran; los no deficitarios se privatizan. Así pueden seguir bajándose los impuestos, que es de lo que se trata. El dinero, dicen, está mejor en los bolsillos de la gente. La gente que tiene bolsillos, claro. No hay razón para que los de los bolsillos hayan de financiar un Estado providencia que despilfarra el dinero en cuidarse de los sectores no productivos de la sociedad: los parados, los enfermos, los dependientes, los jubilados. Que cada cual aguante su vela y el capital a la rapiña con la ayuda de los gobernantes corruptos.

No estaba tan claro al principio que, además del Estado del bienestar, el propio Estado de derecho se vería atacado. Las drásticas medidas de recortes se imponen por decreto. El legislativo carece de poder no ya para controlar el gobierno sino hasta para legislar, pues lo hace aquel. No controlado de modo efectivo en la cámara, el Gobierno no se siente en la obligación de dar cuenta de sus actos ante ningún foro. Aplica una doble política de silencio y mentira. El silencio afecta a la corrupción: el nombre de Bárcenas no se pronuncia; no hay declaraciones sobre el problema. Solamente las incidencias procesales. Es como si el gobierno, en este asunto, se despojara de su condición pública y se convirtiera en un ente privado que lucha por sus intereses en los tribunales. Sin ningún lazo entre ambos, sin explicación alguna.

La mentira afecta a las declaraciones institucionales. La última, la información de Rajoy de que el déficit de 2012 es del 6,7% cuando, si no se maquillan las cuentas, resulta ser del 10,2%. El recurso a la mentira es estructural. Rajoy admitió públicamente haberse servido de ella. El valor de los pronunciamientos de las autoridades es nulo porque probablemente serán falsos. El poder confía en que sus medios de comunicación crearán, como hacen, el clima de opinión capaz de admitir la mentira como forma de expresarse de aquel. Es lo de "son todos iguales",  "la clase política" y otras falacias. En estas condiciones el debate se degrada a extremos inimaginables incompatibles incluso no ya con las convenciones democráticas sino con el mero intercambio civilizado.

Por si fuera poco, el partido del gobierno parece recurrir a la intoxicación de las redes sociales. El descubrimiento de ese llamado lapsus mail demuestra que el PP tiene adiestradas nubes de trolls en las redes a los que adoctrina con argumentarios. Este comportamiento rompe todo criterio de "juego limpio" que es propio del Estado de derecho.

Además del Estado de derecho, el ataque se dirige al mismo pacto que hace posible el orden social. El corralito chipriota lo deja bien claro. El gobierno español recurre por enésima vez a la mentira afirmando que se trata de una buena medida y no puede hablarse de Corralito. No hay inconveniente. Tengo otro nombre para el "impuesto excepcional y extraordinario" chipriota: confiscación. Lo que está claro, a raíz de este atraco por sorpresa del gobierno y la troika, es que la propiedad privada no está garantizada en Chipre. Ni en España en donde, probablemente, el gobierno esté preparándose para meter la mano en el famoso bolsillo de los ciudadanos para hacer lo que hace siempre desde que comenzó esta legislatura: robarles. Si los ciudadanos pueden ser sometidos a exacciones arbitrarias del poder político en connivencia con unos prestamistas extranjeros no solo el Estado de derechs sino el mismo fundamento de la sociedad quiebra al quebrar el carácter sacrosanto de la propiedad privada. Al menos, desde el punto de vista precisamente de quienes perpetran los atracos.

Por supuesto, no habría inconveniente en suscribir una aportación general, popular, para salir de la crisis siempre que esa aportación se hubiera decidido democráticamente, tras deliberación y no por imposición foránea. Pero además, y sobre todo, sería admisible si diera a la gente la posibilidad de controlar aquellos bancos que se ve obligada a rescatar. Si se reconoce que una de las causas de la crisis es la mala gestión de la banca raya en lo estúpido sacarla de la quiebra para dejarla en las mismas manos que la llevaron a ella.

Pero ese no es el criterio de la derecha que acude al célebre principio de socializar las pérdidas y privatizar los beneficios.

(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dissabte, 16 de març del 2013

Gobernar mintiendo.

No vi Jaguar alguno en el garaje de mi casa.- Crearemos 3.500.000 de empleos.- Pagamos el finiquito en diferido.- Cuando yo gobierne bajará el paro.- Naturalmente que me pago mis trajes.- Yo haré en España lo que Matas en Baleares y Camps en Valencia.- Ese señor no tiene nada que ver con el PP.- Todo es falso excepto alguna cosa.- Jamás tocaré la sanidad ni la educación, son las líneas rojas.- Es una regulación de activos financieros, no se amnistían delitos.- El déficit de 2012 fue del 6,7% del PIB, no del 10,2% como dice la Leyenda Negra.- El PP es el partido de los trabajadores.- Hay que modular el derecho de manifestación.- ¡Que se jodan! Nos querellaremos contra todos los que difundan las calumnias de Bárcenas.- Jamás he cobrado dinero en negro: muestro mi declaración de la renta.- Nadie podrá demostrar nunca que Bárcenas no es inocente.- El PP es el partido más transparente.- ¡Se acabaron las mamandurrias! El cristianismo ha traído la libertad a Occidente.- Mis negocios no son incompatibles con mi puesto de presidente Balear porque yo no mando.- Lo siento, me he equivocado, no volverá a suceder.- Miro mi cuenta a fin de mes porque lo necesito.- Esperanza Aguirre es cojonuda. No he cumplido mi palabra, pero sí mi deber.- La educación segregada no es descriminatoria.- Tengo los problemas que tienen los ciudadanos.- ¿Que cuanto gano? Más que usted.- Carromero es un héroe en la lucha por la libertad.- Los médicos van a las urgencias a dormir.-  Si los funcionarios no fueran a trabajar saldría más barato.- Para eliminar la "violencia estructural" sobre las mujeres hay que prohibirles abortar.- Los parados se compran televisiones de plasma.- Muchas veces no llego a fin de mes.- Los profesores no trabajan.- Pregúntenle a pío, pío, pío.- No subiré el IVA de los chuches.- No tocaré las pensiones.- Los ciudadanos deben pagar tasas para que la Justicia sea gratuita.- También deben pagar medicamentos para que lo sea la sanidad.- Los jóvenes se van al extranjero no por necesidad sino a hacer auto-stop.- Yo no hago lo que no llevo en mi programa electoral.- Hay que trabajar más y ganar menos.- La culpa es de la herencia recibida.- La libertad de expresión debe tener límites.- El matrimonio homosexual hace peligrar la supervivencia de la especie.- Son los niños los que provocan la pederastia.-  El aeropuerto de Castellón no es para los aviones, sino para las personas. En Ourense, la oficina de empleo es Baltar.- En Eurovegas, lo es el alcalde del PP.- La Infanta no tiene nada que ver con Noos.- El Rey tampoco tiene nada que ver con Urdangarin, ni con la infanta, ni con Corinna.- No nos constan los sobre en el PP.- ¿Bárcenas? ¿Quién es Bárcenas? Todos los políticos reciben regalos. No privatizamos servicios: los racionalizamos.- En el PP, el que la hace la paga.- El PP es incompatible con la corrupción.-

La peineta y el reino.

Olvídense de las cuitas del déficit, del impacto de la corrupción sobre la legitimidad de las instituciones. Hagan caso omiso del desmantelamiento del Estado del bienestar e ignoren el desvergonzado clima de propaganda de las autoridades y sus medios al insistir en que el desmantelamiento es conservación y robustecimiento del sistema de servicios públicos. No se den por enterados de la concepcion descaradamente patrimonial de la administración, basada en el expolio de lo público en beneficio de intereses privados todo ello sembrado de enchufismo. Son futesas. El símbolo definitivo es el del dedo enhiesto, la peineta. Ahí está BB (Bomba Bárcenas) al regreso de unas vacaciones merecidas por su intenso trabajo, esperado por las turbas periodísticas, haciendo una robusta peineta al mundo entero, al país, al gobierno, a su presidente. En esa peineta se resume la rebelión de la sentina del buque contra el puente de mando. Ese dedo, digno de un Moisés de Miguel Ángel, y ese gesto desafiante son la iconografía del momento.

Y no solo de este momento sino de muchos otros. El hoy embajador Trillo se marcaba una peineta como esquinada con motivo de algún jolgorio oficial de la Comunidad valenciana que le salió agrio por las protestas. Lleva una mano sobre el hombro del entonces presidente Camps, el protagonista de uno de los episodios más cómicos y cutres de las corruptelas españolas, al modo en que se toca el santo. Se escorza a la izquierda con una sonrisa que da grima y muestra el tieso dedo, la peineta esencial de la política española en el concepto de la derecha. Esos son los gestos que perduran en la historia. Definen al personaje y complemetan aquel estentóreo ¡Viva Honduras! ¡Viva Honduras con peineta! Juegos de manos, juegos de villanos. Y así va la cosa en el solar patrio: de jayanes mostrando la peineta a la concurrencia. Es esta, señora, tierra de bravos. No manca finezza, como decía Fanfani. Manca forza, manca bravura!

Debe reconocerse en honor a la verdad que no toda peineta de la derecha tiene ese aspecto entre vulgar y jesuítico. También hay una gloriosa peineta neoliberal en el contexto de Alma Mater. Ahí es nada ese perfil aguileño recortado a buril sobre la puerta del Aula Magna y ese dedo enhiesto en forma tan poco frecuente. El líder es único hasta para construir la peineta. Esas falanges que se doblan sumisas ante la superioridad del Jefe son prueba clara de lo que llaman "comunicación no verbal". Es el halcón mirando a las palomas con ojo depredador. Y al otro lado, fuera de campo, pues este está determinado por la peineta aznarina, unos estudiantes protestando contra la presencia allí del profesor de Georgetown. Es una peineta en passant. La gloria y el triunfo haciéndosela a los protestatarios, los envidiosos, los fracasados.

La testa coronada de España también hace la peineta con donosura. Es una muestra de ese carácter campechano y populachero de los Borbones y que tanto los hermana con sus amados pueblos o tal cosa afirman los cortesanos. Es una peineta real o Peineta King Size. Coincide además con un gesto amable de la Reina, una palma alzada medio a la romana y medio a lo siux que sirve para demostrar dos cosas: la primera, que la Reina es una dama; la segunda, que es un matrimonio maravillosamente concertado y seguramente bien avenido. Hay una evidente continuidad entre el gesto de Bárcenas y el del Rey. Es la línea de mando del orden constituido. Una jerarquía que arranca de la sentina y llega hasta la cúpula del Estado, todos con el dedo erguido. Los estudiantes, los periodistas, los vascos, los ciudadanos en general, peineta.

Faltan algunas peinetas en la galería, especialmente la empresarial, la eclesiástica y la bancaria. Pero no es difícil imaginarlas. Son las imaginarias peinetas de un Díaz Ferrán, un Rouco Varela o un Rodrigo Rato. ¿Los clientes, los trabajadores, los fieles, los creyentes, los impositores, los accionistas? ¡Peineta, hombre, peineta! Y, ya puestos, peineta a los suicidas. "No haberse endeudado", como decía una exministra socialista de la Vivienda, la que coincidió con la burbuja inmobiliaria y no hizo nada por pararla o lo que hizo no lo consiguió

En el repertorio de gestos políticos, ¿qué lugar ocupa la peineta? No es el puño levantado, que remite a la guerra de clases, ni el saludo brazo en alto, alborada de imperios. No; es un gesto más concreto, más de tú a tú, menos ampuloso, es un "te jodes, que tú estás ahí, pegando berridos y yo hago lo que me cantan las partes. ¿Comprendido, pringao?"

(Las imágenes proceden de la red. No he conseguido establecer la autoría. Palinuro no tiene inconveniente en atribuir la autoría que corresponda, ni tampoco en retirar la imagen si el autor así lo desea y en substituirla por un enlace a su sitio original).

divendres, 15 de març del 2013

El silencio.

El silencio goza de buena fama. Se lo asocia a la prudencia, la sensatez, el recogimiento, la reflexión. Siempre recuerdo la leyenda del famoso autorretrato de Salvator Rosa: Calla salvo si lo que tienes que decir es mejor que el silencio. Pues es de este silencio del que se trata aquí: la ausencia de palabra, no de ruido. Podemos no oír el ruido. Según los pitagóricos, llamamos silencio al sonido de las esferas celestes que todo lo invade. Es mucho más difícil no oír las palabras. Estas nos entran provistas de un salvoconducto poderosísimo, el significado. Oímos con el pensamiento, con la conciencia, con el juicio. Oímos y, a continuación, interpretamos, juzgamos. Así que el silencio está sobrevalorado. Hay silencios muy reprochables.

Del nuevo Papa se dice que colaboró con la dictadura de Videla. Pérez Esquivel ha salido en su defensa negando cualquier vínculo del Papa con la dictadura argentina y Pérez Esquivel sabe de lo que habla. Lo de si administró o no la eucaristía a Videla me parece asunto menor. Si acaso remite a la congruencia de la conciencia religiosa de cada cual. Está claro que Videla comulgaría de cualquier forma, le administrara el sacramento uno u otro cura. Administrar sacramentos, uno de los ritos ordinarios de la Iglesia, no parece razón suficiente para vincularla con las actividades políticas de los comulgantes.

Lo llamativo y lo problemático es el silencio del superior de los jesuitas, Bergoglio, ante los desmanes de la dictadura genocida. El hoy Papa declaró en su día que intercedió un par de veces ante Videla en favor de unos clérigos. Pero eso no es romper el silencio ante la injusticia. No puede equivaler a una declaración pública de la Iglesia argentina de repudio y condena de la dictadura militar. Y ahí el silencio fue espeso como el alquitrán. Al contrario, lo que parece haber sucedido es que Francisco propició el silencio de la Iglesia por temor a un triunfo del marxismo. De ser así, desde luego, el pntificado de Francisco arranca bajo la sombra de la sospecha.

Silencio es también lo que ha ordenado el presidente del gobierno con respecto al asunto Bárcenas. Silencio. Omertà. Todos callados. Ya escampará. Ni mencionar se puede el nombre del réprobo de forma que en lugar de Bárcenas se ha oido hablar de esa persona, ese individuo, el extesorero. Otro silencio culpable. Pero no acerca de asuntos de hace treinta o cuarenta años sino de realidades actuales, cotidianas. El gobierno no puede responder con el silencio al alud de acusaciones que se le ha venido encima como gobierno y como partido.  Según los papeles incriminatorios este lleva años financiándose de modo ilegal. Cabe pensar que esa ilegalidad reiterada es la que le ha dado las victorias electorales.

Silencio era la respuesta a la creciente demanda de acción respecto a los desahucios, hasta que se ha visto roto por dos vías. La primera, los 1.400.000 votos que Ada Colau puso sobre la mesa en el Congreso para forzar la consideración de una iniciativa legislativa popular sobre desahucios. La segunda, la sentencia del Tribunal Europeo de Justicia declarando ilegal la legislación hipotecaria española.

Silencio y silencio moralmente reprobable es el que afecta a las decenas de miles de compatriotas que aún yacen en fosas comunes en las cunetas de España desde la insania del franquismo. Un silencio cada vez más insoportable porque está artificialmente mantenido por los herederos ideológicos de sus asesinos que siguen sin condenar los asesinatos.

El silencio no es admisible. Hay que romperlo. Hay que obligar a los poderes públicos a dar razón de sus actos. Mientras el gobierno se niegue a hablar, a rendir cuentas, carecerá de autoridad para ejercer su tarea.

(La imagen es una foto de presidencia.gov.ar, bajo licencia Creative Commons).

dijous, 14 de març del 2013

El PSOE no se encuentra.

Ley ineluctable: todo cuanto puede ir a peor, va a peor. Versión popular: al perro flaco todo se le vuelven pulgas. Corolario moralizante: no hagáis leña del árbol caído.

En sus declaraciones, Pérez Tapias no dice nada que no sepa todo el mundo. La inoperancia como oposición, los conflictos con los conmilitones catalanes y gallegos y las meteduras garrafales de pata como la de Ponferrada tienen a los socialistas en una situación de irritado desconcierto. Reciben caña por todos lados y no se ven capaces de responder. La conclusión de Tapias es también compartida: el liderazgo de Rubalcaba está muy erosionado. Mucho. En realidad, es inexistente. Pero los de Izquierda Socialista (IS), con gesto caballeresco, reconocen que deben lealtad al líder que eligieron.

Lealtad es un buen término. Con él se mide el poder. ¿Quién es más leal, quien repite muy bueno lo tuyo, jefe, aunque sea un desastre o quien avisa del desastre? Eso, a su vez, depende de en nombre de qué se ejerza ese poder. Si se ejerce en provecho propio, el leal es el pelota. Si se ejerce en nombre de una idea, el leal es el crítico. Como siempre en política, muy complicado y muy claro al mismo tiempo.

Dicen los de IS que el PSOE tiene que encontrar un nuevo lenguaje y proponen substituir la conferencia política de octubre por un congreso extraordinario. Va de suyo que en este último, además de redactar un programa nuevo en un lenguaje nuevo, se elige un líder que lo hable.

El PSOE tiene que elaborar un discurso en donde clarifique su actitud con respecto a varios asuntos esenciales de la Constitución (dando por supuesto que se propone su reforma del alcance necesario), la Monarquía, la separación de la Iglesia y el Estado y la planta territorial de este, comprendida la cuestión de la autodeterminación. Incluso deben pronunciarse sobre el llamado proceso constituyente. Están en lo cierto los de IS: no se trata de asuntos para dictámenes de expertos sino de decisiones políticas que debe tomar el partido. No su secretario general.

Humilde y mínimo.

Después de dos o tres fumate nere, fumata bianca. Habemus Papam. Se ha bautizado en el solio de San Pedro como Francisco. No Francisco I, cual le correspondería al serlo; sin duda por tacto gálico. Hasta ahora el gran Francisco I de la historia es Francisco I Capeto, también conocido como Francisco El narizotas y a quien Carlos I llamaba primo porque pasó media vida combatiéndolo. Así pues Francisco a secas. Por no emular al Rey, prefiere emular al Santo de Asís. El primer jesuita papa se nos hace franciscano. Seguramente esto quiere decir mucho en el inefable lenguaje de la Iglesia. Al parecer en su tierra era conocido como el cardenal de los pobres. Es lógico que, al aumentar su parroquia, aumente su rango.

Los medios, sobre todo internet, ferozmente aferrados al tiempo real, el directo y la hemeroteca, han exprimido una biografía de Jorge Mario Bergoglio en un par de horas. Ya se sabe que es conservador y furibundamente contrario al matrimonio homo. Tampoco es saber mucho. No me parece que se pueda esperar otra cosa de los curas, desde los diáconos a los sumos pontífices. Más vidrioso es el asunto del comportamiento con la dictadura de los espadones. Porque es la dictadura de los desaparecidos, los torturados, los robos de niños, los vuelos de la muerte. Circula por la red una foto en la que parece verse a Bergoglio administrando la comunión a Videla. No es seguro que sea él, aunque se le parece mucho. Tampoco estoy seguro de si este mero hecho convierte al prelado en colaboracionista de la dictadura. También circulan textos en los que, si no como colaborador, aparece como encubridor. La veracidad de estos datos se aquilatará en poco tiempo y será el momento de preguntarse por el alcance de los hechos, si los ha habido. Porque, obviamente, colaborar con la dictadura de Videla (en el robo de niños, por ejemplo) o encubrirla cuando se tienen cuarenta o cincuenta años y se es obispo o cardenal no es lo mismo que haber pertenecido a la Hitlerjugend cuando se tenían dieciséis o diececiocho y no se era nada o se era seminarista.

En fin, el Vaticano, ensimismado en sus turbulencias internas. Coincido sin embargo con la hermana Teresa Forcades, médico, teóloga y benedictina en que lo más urgente para la Iglesia ahora es renovarse y, en concreto, plantearse su actitud hacia las mujeres. Por cuanto sabemos eso será lo último que haga la Iglesia católica, probablemente la organización más misógina del mundo. No es la suya una actitud de ignorancia o aprovechamiento y explotación de las mujeres, como suele darse. Es una actitud de hostilidad o de odio. La mujer es el vaso del diablo. El celibato del clero puede entenderse como una muestra de esa enemistad. La renuncia al trato carnal simboliza el repudio a las mujeres en la única función que la Iglesia les reconoce a regañadientes: la reproductiva.

Hacer justicia a las mujeres es, en efecto, una tarea urgente de la Iglesia. Pero esta hará ver a la hermana Forcades, si no es ya plenamente consciente de ello, que el significado de "urgente" para una organización que se considera eterna carece de perentoriedad. Dios dispone de todo el tiempo. ¿Cómo urgirlo? Y ojo al pecado de soberbia. ¿Quién como Dios?

dimecres, 13 de març del 2013

Rajoy habla francés.

Los sempiternos maledicentes del Reino hacen chirigota de las escasas habilidades de Rajoy para las lenguas extranjeras. Es imposible, se burlan los plumillas, que quien no habla ni pronuncia bien su propia lengua pronuncie o hable bien la del prójimo. Zapatero era un convidado de piedra en las reuniones al otro lado de los Pirineos, en cuanto se comenzaba a hablar en esa jerigonza incomprensible del inglés. Pero, al menos, en español se le entendía. Rajoy es otra cosa y a lo mejor es por lo que se niega a que le hagan preguntas. No porque no tenga nada que responder sino porque no sabe cómo hacerlo.

Todo eso son infundios movidos por la envidia. A ver si no se entiende a la maravilla al presidente cuando da por superada "la enorme crisis financiera y de deuda pública". Con los responsables de los sindicatos y el patrón de los patrones presentes, Rajoy inicia la senda de la recuperación en el marco de la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven 2013-2016, una improvisación más en su carrera de fantasmadas, un caos sin financiación; nada. Se trata, en su opinión, sin embargo, de un hito que en el futuro permitirá ver cómo el primer trimestre de 2013 tuvo lugar el take off, el despegue de la economía, gracias a las acertadas, aunque dolorosas, medidas de su gobierno.

Justo en el mismo momento, Hollande, el presidente de la República francesa, proclamaba muy ufano que que lo peor de la crisis ha pasado, gracias a las políticas de su gobierno que "ha logrado más en diez meses que otros Gobiernos anteriores en diez años". Es el tradicional sentido francés de la modestia. Bueno, refunfuñan los españoles, pero el gabacho no ha cumplido el objetivo del déficit pues este está en el 3,7% del PIB y debería estar en el 3%.

Ya hablaremos de esto de que los franceses y alemanes incumplan los objetivos del déficit cuando les place pero aprieten a los demás y no les dejen hacer lo mismo. El caso es que, con estar mal, Francia tiene un déficit del 3,7% y una tasa de paro del 10,7%, algo con lo que los españoles ni sueñan. No importa, según Rajoy, estamos saliendo de la crisis, igual que los franceses. Nuestro déficit es del 10,2% del PIB antes de maquillarlo y del 6,7% después de hacerlo y es la cifra con la que el presidente pretende engañar a una opinión que está al cabo de la calle. Con un desempleo del 26% y prácticamente todas las magnitudes a la baja, incluido el crecimiento negativo del PIB, hablar de recuperación carece de todo fundamento. Ciertamente -y a ello se aferra el gobierno- pagamos menos intereses que los italianos. Pero se olvida que los italianos están sin gobierno, lo cual es una situación que los mercados suelen castigar. Entienden que no estar gobernados es peor que estarlo por Rajoy. Algo altamente cuestionable.

Vamos, que el gobierno ya no se atreve a hablar de brotes verdes pero sigue hablando de brotes verdes. De Bárcenas, ni pío. Bárcenas, el hombre de los mil papeles. Cospedal piensa haber sido rehabilitada por el espaldarazo de un Rajoy que huyó por la puerta trasera en enésima manifestación de su proverbial valentía. Pero está muy tocada por la famosa comparecencia del finiquito en diferido. Su carácter agresivo y el más que probable recrudecimiento del caso Bárcenas, le harán meterse en un nuevo lío.

Por más que pretendan distraer la opinión, el meollo de la política española hoy es la corrupción y el caso Bárcenas y la evidente responsabilidad política de Rajoy, como presidente del partido y del gobierno, no puede ocultarse tras un injustificado triunfalismo.

(La imagen es una captura del vídeo La Moncloa en el dominio público).