Los amigos de Trasversales han sacado su número 15 (2ª época, verano de 2009, año IV, 97 págs) dedicado monográficamente a la crisis si bien ellos consideran que son varias: las crisis.
Universidad nómada suscribe un artículo (La crisis: áreas de reflexión en el que se propone una serie de reformas en distintos campos para salir de la crisis: 1) reforma del sistema financiero; 2) redefinición de las nuevas modalidades de trabajo; 3) revolución fiscal pendiente de mayor progresividad; 4) consideración sobre la unión monetaria europea; 5) redefinición de los espacios públicos; y 6) un nuevo marco constitucional nacional y europeo.
David Casacuberta, experto en asuntos de la red, escribe un original trabajo titulado: 102 tweets para un cambio de paradigma en la comunicación política, en el que sostiene que la aparición de Tweeter, con sus 140 caracteres como máximo en los tweets está revolucionando las comunicaciones. Sostiene que tweeter lo usa mucha gente para mantenerse informada al minuto y que es lugar para composiciones cortas, haikus, etc. ¿Por qué no para hacer una reflexión sobre el cambio de paradigma a raíz de la crisis? Hilvana así 102 tweets en una especie de razonamiento sincopado que tiene su interés. Lo único que no me convence, y no solo en el caso de Casacuberta sino en el de todos los tweeters es porqué no traducen el término que tiene equivalente en español y por cierto, muy lindo: gorjeo. Un tweet es un gorjeo, una piada de un pájaro. Casacuberta trae un par de gorjeos sobre el sentido del término "crisis". Es cierto, "crisis" es el momento en que se decide si el enfermo se salva o perece. Hay que usar las nuevas tecnologías. Totalmente de acuerdo pero no por usarlas sino sólo aquellas que nos sean útiles. En mi caso aun no le he visto la utilidad al gorjeo, aunque es evidente que la tiene para muchas cosas. Gracias a las nuevas tecnologías, Obama creó una fabulosa red de voluntarios que fueron decisivos para que ganara las elecciones y no sólo por la cantidad sino también por la calidad ya que él o los suyos entendieron que había que dejar hablar a la gente en el entendimiento de que las muchedumbres son sabias. Las redes sociales son sabias. Y movilizan, digo yo. Estoy especialmente de acuerdo con los gorjeos en los que afirma la idea de que la acción individual consecuente tiene un valor performativo grande, más que alguna que otra proclama. Vamos, lo de haz lo que digo y no lo que hago.
José Luis Redondo (La falacia del crecimiento indifinido) se apunta a una especie de argumento neomalthusiano, aunque sin decirlo: la crisis se produce cuando los recursos empiezan a agotarse (p. 16) lo que obliga a poner límites al crecimiento indefinido. Suena aquí el eco de la posición del decrecimiento que también emerge en algún otro artículo de la revista. La concepción del decrecimiento resulta racional y tiene el no escaso mérito de ser una propuesta concreta de acción: decrezcamos. El problema es que no me parece factible, que la encuentro rabiosamente utópica. Si decrecer implica antes poner coto al crecimiento, equivale a negarse a la inventiva humana y eso no es posible. No está al alcance del género humano poner coto a su ingenio. Éste no se deja.
Rolando Astarita, ("Crisis crónica" y fetichismo financiero) viene a decir que la crisis es inevitable por cuanto el capital financiero no puede sustituir satisfactoriamente al capital productivo que destruye y sostiene que eso ya lo había predicho Marx en su explicación de la reproducción ampliada del capital. Entiendo el "fetichismo financiero" como trasunto del fetichismo marxista de la mercancía.
Ignacio Fernández Toxo (Economía productiva, empleo y cohesión social) sostiene que lo que hay que hacer es retornar a la economía productiva, para lo cual propone un recetario de medidas sindicalistas, como corresponde al secretario general de CCOO. De todas formas le queda a uno la duda de si estos dirigentes de izquierda no debieran aprovechar la crisis para exploner sus planos de transformación económica y social y no sólo política.
María Pazos Morán (Los mal llamados "derechos de las mujeres" en crisis) pone de relieve algo que todos conocen pero de lo que nadie habla porque las mujeres vuelven a hacerse socialmente invisibles en cuanto empieza la lucha contra la crisis por entender el prejuicio que eso es cosa de hombres. Por eso Morán, a la que se le nota la indignación de que sean las instituciones públicas las que también perpetúan el machismo, de entre las medidas que propone destaca la obligatoriedad del permiso de paternidad intransferible y algunos otros que tiendan a reconocer a las mujeres también el lugar que les corresponde en la gestión de la crisis.
Toñi Ortega (Una oportunidad que no debería perderse) llama a estar vigilantes y no permitir que el proyecto de ley de reforma del aborto restrinja derechos de las mujeres con la excusa de una racionalización. Para Ortega está claro en su programa máximo que debe prevalecer siempre la voluntad de la embarazada desde el momento de la concepción hasta el del parto. Los plazos no le parecen acertados. Pero no creo que la ley salga si se eliminan.
Vicenç navarro (La avalancha liberal en contra de las pensiones), un artículo que ya le he leído en otras partes somete a crítica el procedimiento de cálculo de las pensiones de las autoridades y quienes proponen recortarlas para impedir sus crisis. Demuestra que un error de procedimiento de base en el cálculo de la esperanza de vida ya invalida todos los razonamientos al respecto.
Robert H. Wade (La reforma del Banco Mundial) el contenido de su intrvención ante la comisión de Servicios Financieros del Senado) en la que pone en solfa la dirección de Wolfowitz y señala un par de cuestiones inmediatas (reorganizar la Presidencia y culminar la ronda AIF 15) y otras menos inmediatas como: 1) el cambio climático; 2) el cambio organizativo y las nuevas fuentes de ingresos; 3) el dilema del modelo a utilizar en los proyectos de ayuda; 4) la agenda de buen Gobierno; 5) reflexionar subre las vinculaciones entre el BM y el FMI; 6) la gobernancia (sic) del Banco Mundial y el Fondo (p. 56)
Juan Ignacio de Crespo (Una herramienta para la crisis: Tesoro Único Europeo), otra propuesta práctica, audaz y muy difícil de poner en práctica con tantos ministros de Hacienda por el continente.
David Hammerstein (Europa: de la utopía a la dura realidad) este eurodiputado en la legislatura anterior se sentía más motivado y muestra su disgusto por la permenente crisis política del estado del bienestar.
José María Roca (Bolonia: la universidad ultraliberal) hace una detallada crítica del modelo de Universidad del plan Bolonia en términos de mercantilización de la universidad a través de los más sibilinos cauces, con los liberales por ahí soltando trapo sobre profesionalización, excelencia, rendimiento de la Universidad.
Montserrat Galcerán (Seis preguntas a los defensores de Bolonia) publica un magnífico artículo haciendo justamente las seis preguntas que más pueden poner en un brete a los defensores de ese proyecto en el entendimiento de que hay que promover un proceso de debate y no una comunicación del Gobierno a la ciudadanái.
Lois Valsa (Crisis económica y financiera: ¿cambio de paradigma?) publica un magnífico trabajo con un punto de vista filosófico de la crisis. Ésta está relacionada con la imposibilidad filosófica y/o científica de dar razón de las cosas pues las cosas no tienen razón. Esto, que ya se da en las ciencias experimentales, es obvio en las ciencias sociales. La economía no previó la crisis igual que la ciencia política no previó los atentados del 11-S. Vivimos en un mundo sin sentido y viene bien aquí la famosa línea de Shakespeare, "La vida es un cuento lleno de ruido y de furia, contado por un idiota y que no significa nada" que, por cierto, no está en el Rey Lear sino en Macbeth, acto V, cuadro V. Los teóricos así lo reconocen al ver que estamos en la incertidumbre y la complejidad: Agamben (estado de sitio), Ulrich Beck (sociedad del riesgo), Zygmunt Bauman (la realidad líquida) y Manuel Castells (la soiedad red). Con tanta interpretación se le viene a uno inevitablemente a la mente la 11ª tesis sobre Feuerbach, de Marx. Es un recuerdo nostálgico..