dimarts, 6 de maig del 2008

El lapsus de Rajoy.

Mientras daba cuenta pública del cese del señor Acebes, tan brusco e inesperado como el del señor Zaplana una semana antes, el señor Rajoy se hizo lenguas del ya Secretario General en funciones y terminó con un lapsus diciendo que no lo olvidaría "mucho", aunque reaccionó de inmediato corrigiéndose con un "nunca".

Pero era "mucho" lo que en el fondo quería decir; el señor Rajoy sólo olvidará "un poco" al penúltimo hombre de la guardia azanariana. Digo penúltimo porque el último es él, pero no creo que el señor Rajoy se depure a sí mismo. Al contrario, está dispuesto a acaudillar la renovación del PP por su cuenta con lo que el próximo congreso de junio promete ser animado. Ahí es de suponer que contraatacarán los enemigos del actual Presidente, quejosos de que todo se limite a un cambio de personas sin que se toquen los arreglos institucionales del partido y mucho menos se debatan cuestiones de valores y principios; o sea de que no los tengan en cuenta para nada.

Como dice la vieja guardia del partido y sus órganos de difusión la Cope y El Mundo, es posible que el señor Rajoy se haya dejado "comer el tarro" por el grupo Prisa y esté de acuerdo en convertir al PP en un partido más moderado, descentralizado, con el que seguirá perdiendo elecciones cuando lo que hay que hacer, sin embargo, es acción directa y practicar el activismo callejero para conseguir los propios objetivos que son ganar las elecciones. Rajoy y el centro las pierde; Aguirre y la derecha "liberal" las gana. Pero esa es una opinión; la de Rajoy y mucha otra gente parece ser distinta.

Lo que está claro al día de hoy, es que no tenía sentido que siguiera en primera línea política el hombre que, siendo ministro del Interior, había llegado a llamar "miserables" a quienes no creían en sus trolas y mentiras.

(La imagen es una foto de Ppde catalunya, bajo licencia de Creative Commons).

El lujo del modernismo.

En el Caixa Forum del madrileño Paseo del Prado tienen una exposición de Alphonse Mucha de la que dicen que es la primera que se hace en España, y lo creo. No es frecuente ver exhibida obra de Mucha. De hecho no estoy muy seguro pero me parece que hasta bien entrado el siglo XX no se le reconoció como lo que era, un gran artista y ello debido sobre todo a su asociación con la publicidad y lo que se consideraban artes menores, como la litografía o los carteles, siendo así que en ambos aspectos estaba adelantándose a su tiempo, cuando la mezcla entre arte y publicidad se ha hecho completa y se ha afianzado la era de la reproducción mecánica con las serigrafías.

Mucha es sinónimo de modernismo, estilo que casi monopoliza. Cuesta identificar otros modernismos que no sean de él, como los de Toulouse-Lautrec o Tamara de Lempicka, mucho mejor aceptada como artista en el mercado que Mucha. Porque el modernismo por antonomasia es Mucha.

En su estilo preciosista, muy decorativo y amanerado se encuentran mezcladas las influencias del simbolismo de la época, el Jügendstil austríaco, la decoración de escenografía teatral, los figurines, las ilustraciones de publicidad y, muy notablemente, las influencias icónicas de la pintura oriental.

Desde que en un primer momento pudo hacer el cartel anunciador de la pieza Gismonde, protagonizada por la diva de entonces, Sarah Bernhardt, Mucha se convirtió en el artista preferido de la gran actriz, que le encargó otros carteles, lo que le dió nombre y clientela. De todos los que hizo para Sarah Bernhardt el que más me gusta es el de su Medea en el que la madre que acaba de asesinar a su hijos nos mira con ojos de locura, una expresión de desvarío que Mucha emplearía en otras ocasiones. La estructura básica de estos carteles es un modelo que se repite en muchos otros, generalmente en series (de las que hay varias en la exposición), como las estaciones del año, los tiempos del día (mañana, mediodía, tarde, noche), las flores o las piedras preciosas: una mujer de cuerpo entero enmarcada en geometrías que mezclan lo rectilíneo con lo ondulante y embebida en todo tipo de símbolos florales, celestiales, de vidriera y mosaico bizantino. El modernismo así expresado, l'art nouveau, era básicamente dibujo e ilustración que encajaba perfectamente en la publicidad mercantil. Aquí, la obra del artista gozaba de la máxima difusión que se encargaba de dar el cliente que era al mismo tiempo el patrón, y por la cuenta que le tenía. Mucha es el primer artista que no sólo vive del mercado sino para el mercado. De este modo algunas de sus obras han llegado a los confines del planeta y gran parte de la gente que las ve o las ha visto durante años, ignora cómo se llama el autor. ¿Quién no ha visto o, incluso, no ha tenido en algún momento los anuncios del artista checo para el champagne Moët & Chandon o el archifamoso de papel de cigarrillos JOB? Su popularidad llegó a ser tal que le surgió multitud de imitadores. Buena parte de la gráfica publicitaria de primeros del siglo XX está descaradamente imitada de la de Mucha. La exposición tiene el detalle de mostrar algunos ejemplos particularmente llamativos de artistas españoles "muchianos". Las figuras tienen menos gracia y son más pesadas pero el resto, la decoración, los perifollos es servil imitación.

Uno de los atractivos de esta exposición es la posibilidad de contemplar íntegra la famosa serie de veinte cuadros sobre la épica eslava; no porque puedan verse los originales, que están celosamente guardados en un pueblo de Chequia, sino porque se presentan en proyección de diapositivas y, aunque las reproducciones no son muy allá, se hace uno una idea del contenido y la forma de esta epopeya, tan difícil de encontrar, pues apenas si hay alguna reproducción por ahí, como la que se ve más arriba, que es un cuadro de 1914, cuyo tema es la liberación de los siervos en Rusia, una magnífica imagen que glorifica a la nación eslava. La catedral de San Pablo aparece como envuelta en el halo del deseo y el misterio, como una Sión celestial, con el Kremlin a la derecha, mientras el noble y humilde pueblo ruso en primer plano va despertando lentamente a la historia. Gran parte de la épica es sólo tangencialmnte modernista pero el modernismo que en ella hay está al servicio del ideal nacional eslavo, tanto como Mi país de Bedrich Smetana. Es el momento nacionalista del arte.

Porque Mucha era paneslavista, checo de nación y paneslavista de convicción sin que ambas identidades, checa y eslava, colidieran en él por considerarse que la una entraba en la otra. Como nacionalista checo se incorporó a la República que salió de la Iª guerra mundial y, a las órdenes de su presidente, Thomas Masaryk, dibujó y diseñó billetes de curso legal, sellos y otros papeles y documentos oficiales del Estado checo. Quien había hecho postales y cubiertas de menú bien podía hacer los billetes de lotería.

La exposición muestra también algunas piezas de volumen, como joyas o algún busto, varias cerámicas y una curiosa colección de fotos. Mucha era muy aficionado a la fotografía, a la que recurría para plantear sus cuadros, estudiar ambientes, buscar tipos o hacer composiciones de luz.

(Las imágenes son el prospecto de la exposición, el cartel de Mucha para la Medea, de Sarah Bernhardt, el episodio de La épica eslava, ya mencionado y una de las dos famosas Cabezas bizantinas, en concreto la morena. )

dilluns, 5 de maig del 2008

Sunset Boulevard.

Leo en Libertad Digital que IU podría verse obligada a vender la sede federal para paliar su deuda que, al parecer, ronda los quince millones de euros, imposibles de devolver con las magras subvenciones públicas que se reciben debido a los desatrosos resultados electorales. ¡Vender la sede! Parece una historia de inquilinos desahuciados de Pérez Galdós. Claro que en situación similar se encuentra el Partido Comunista francés, antaño orgulloso de ser Le parti y hoy casi un "sintecho". De L'Humanité a La Farola ha sido el recorrido de los comunistas. Y de sus asimilados, participados, coaligados o protegidos, como IU. Y justo ahora, cuando los agentes ejecutivos de los bancos afilan las garras, reaparece el señor Anguita como un Moisés revivido a conducir a su amado pueblo a través del Sinaí. Refundar quiere el Califa a IU. Al respecto, véase más abajo.

Porque en las cosas de deudas, el Partido Comunista de España, a diferencia del francés, tiene buena situación económica pero eso no resuelve sus cuitas ya que necesita algún tipo de camuflaje u hopalanda, pues las siglas PCE no atraen votantes. ¿No será que lo que hay que "refundar" es el PCE? Al fin y al cabo, al margen de la intendencia, su situación interna no es mejor que la de IU; si IU no tiene Coordinador(a) General, el PCE no tiene Secretario(a) General desde el momento en que el señor Frutos anuncia que se va y no se presenta a ninguno de los dos cargos.

Y ¿qué será más fácil, "refundar" IU o "refundar" el PCE? Por supuesto, IU. Basta con hablar de izquierda plural, transformadora, anticapitalista, federal y republicana y nadie va a pedir ulteriores explicaciones, aunque sean bien necesarias. "Refundar" el PCE en cambio significa sacar a colación el término negativo por excelencia sólo segundo ante "terrorismo" que es "comunismo", y encontrarle alguna justificación, cosa imposible a la vista de la realidad abrumadoramente contraria de los ejemplos de la Unión Soviética, países "socialistas", China y Cuba. Esa es la tarea: refundar el comunismo... o callarse. Y para refundar no basta con decir que el río del capitalismo tiene dos orillas y que en una están el PP y el PSOE en amoroso abrazo y en la otra, detrás de la trinchera, IU en su radiante aislamiento. Hay que decir en qué en concreto se distingue esta orilla "de izquierda" de la otra, la de las dos derechas y mientras eso no suceda IU no saldrá de la situación de postración en que se encuentra, a punto de retrotraerse a la condición de arrendataria desde la de orgullosa propietaria

Según el señor Anguita el punto de toque de la izquierda está en si habla de las relaciones entre el capital y el trabajo o de qué diantres habla. Ciertamente. La cosa no es el qué sino el cómo: hablamos de las relaciones entre el capital y el trabajo para decir ¿qué? ¿que socializamos los medios de producción? ¿La banca? El Partido Comunista de España ¿lucha por abolir la propiedad privada de los medios de producción? ¿Sí o no? Conviene saberlo, pues no es asunto baladí hoy día. Hay que saber si tras las privatizaciones alguien quiere una nueva serie de nacionalizaciones que desemboque en otras tantas privatizaciones. Suena casi como a broma.

Además, la cuestión es que la relación capital/trabajo, diga lo que diga el señor Anguita, es sólo una de las contradicciones que hay en nuestra sociedad; otra es la que hay entre lo castellano y lo catalán o entre lo castellano y lo vasco, etc o entre católicos y no católicos. Y en este campo IU debería tener mejor hoja de servicios porque al día de hoy los españoles no saben si IU apoya o no las mociones de censura contra alcaldes no conformistas. Llamo "no conformistas" a quienes no se conforman con el comportamiento que se les exige.

(La imagen es una foto de lademocracia.es, bajo licencia de Creative Commons).

Sanos consejos.

Los orfanatos son lugares de los que la mayoría de la gente sabemos de oídas y de oídas sabemos barbaridades. El modelo quedó establecido en Oliver Twist. Pero algunos lo han experimentado en propia carne. Algunos son cientos, miles, decenas de miles a lo largo de los años. De vez en cuando estas instituciones producen un genio, alguien que surge del reino de las tinieblas para iluminar la luz de la razón de quienes tienen padre y madre como Dios manda. Es el caso de Jean Vigo en su fugaz paso por la tierra. Y el de Michel Onfray, un filósofo relativamente joven que lleva ya algún tiempo influyendo sobre la vida pública francesa en algunos de sus aspectos decisivos, por ejemplo, en las elecciones presidenciales. Véase por ejemplo el diálogo que mantuvo con el señor Sarkozy durante las elecciones presidenciales hace un año y publicado en el magazine Philosophie muy interesante, por cierto. Un filósofo que ejerce como tal en el más tradicional, clásico estilo del filosofar que es a través de una Université Populaire de Caen, especie de jardín de Epicuro contemporáneo donde se imparte filosofía sin coste alguno y sin requisitos de formación o procedencia.

En el prefacio de este último libro de Onfray traducido al español (La fuerza de existir. Manifiesto hedonista, Anagrama, Barcelona, 2008, 228 págs.) el filósofo cuenta los años de su infancia/adolescencia, de los diez a los catorce, cuando estuvo interno en un orfanato en el que lo habían dejado sus padres. Un orfanato regido por los salesianos donde había de todo como cabe imaginar. Al contar este episodio de su vida ahora lo que hace Onfray es aplicarse su propia filosofía, poner en práctica las enseñanzas que hace años viene impartiendo acerca de que la filosofía es una razón corporal para cuyo estudio y práctica se requiere un "psicoanálisis existencial" y, como predicar el psicoanálisis requiere siempre practicarlo, el prefacio del filósofo es el resultado de tal psicoanálisis, el relato de un trauma infantil que se cierra al final del libro en el momento en que al condensar el hedonismo epicureista que predica, Onfray dice: "Aspirar a un Estado mejor, a una sociedad pacificada y a una civilización feliz surge del deseo infantil." (p. 227) Ni más ni menos; que lo sepan quienes han crecido en el seno de una familia cariñosa y bien avenida así como culta.

El caso es que este relato permite ver la filosofía de Onfray con otros ojos porque se entiende de dónde sale su insistencia en que la filosofía es una egodicea, neologismo que toma de Derrida, para quien todo discurso filosófico es una justificación del yo (p. 71). Pero no sólo eso puesto que él mismo sostiene una actitud muy ambiciosa al defender una concepción de la filosofía que nada tiene que ver con la contingencia del yo, sino que se presenta como un "sistema", como un "pensamiento totalizador" (p. 83), sin que le den miedo las connotaciones del término que empezarán a lanzarle a la cara los posmodernos.

Así resulta que este libro es una especie de digesto de un sistema filosófico hedonista que contiene una ética (selectiva), una erótica (solar), una estética (cínica), una bioética (prometeica) y una política (libertaria), todo ello presidido, cómo no, por un método (alternativo). Y no haya duda, los adjetivos definen los nombres que califican, así que la ética es "selectiva" a fuer de ser ateológica y aristocrática, al tiempo que utilitaria.

No es tan claro lo "solar" de la erótica teniendo en cuenta que lo que se valora es lo que llama Onfray "la increíble potencia de lo femenino" (p. 124) que lo lleva a pedir un "feminismo libertino o un libertinaje femenino" (p. 141). No se me alcanza por dónde pueda vincularse lo femenino y lo solar como no sea yendo a la cultura germánica en la que el sol es femenino. En las culturas latinas lo solar es masculino.

En cuanto a la estética, coincido con la altísima valoración que hace Onfray de los ready mades de Marcel Duchamp, aunque pueda chirriar algo por el lado de la autosatisfacción chauvinista. Porque decir que "El golpe de Estado estético de Duchamp fragmentó por mucho tiempo el campo artístico" (p. 149) resulta un poco chocante. No por el mucho tiempo que puede ser para siempre, sino porque no hay razón aparente para colgar la "medalla" a Duchamp y no a Tzara, por jemplo.

Tampoco me queda clara la llamada bioética "prometeica" y por más explicaciones que da acerca de que la eugenesia de la salvación que él propone no trata de conseguir una "raza pura", que cuestiona toda la tradición filosófica y es "libertaria", sigue siendo una "eugenesia", esto es, una imposición de un criterio moral de "bien" (que a saber cómo se llega a él) sobre el fenómeno natural del nacimiento.

El último capítulo del libro es lo más provocador, al menos para mí, y en él se hacen cuatro apuntes, dos en contra y dos a favor, como bien corresponde a la dicotomía schmittiana amigo/enemigo, que condensa el mundo político: en contra de la lógica imperial liberal (p.199) y del "fascismo micrológico" (p. 206); a favor del nietzscheanismo de izquierda que él profesa (p. 212) y la funcionalidad del pensamiento libertario para rematar la faena de mayo del 68 (p. 216). Vaya por Dios.

diumenge, 4 de maig del 2008

Mayo de 1968 - mayo de 2008.

El mes de mayo es de mucha celebración. Tras haber posteado sobre el 1º de mayo obrero y sobre la heroica gesta nacional del dosde (dos veces, cual corresponde), lo hago ahora sobre el mayo del 68 a día ya cumplido y antes de que la avalancha de recordatorios, nostalgias, testimonios, eruditas disquisiciones y batallas de la guerra de Cuba, se convierta en un tsunami kitsch y espectacular.

Casi toda la gente que conozco más o menos de mi edad estuvo en París en mayo de 1968 porque París era entonces una fiesta. Yo no; yo no porque estaba en la cárcel y, más concretamente, por las fechas, en Carabanchel. La verdad es que emocionaba leer en la prensa lo que estaba pasando y verlo en la tele rodeado de muros y de rejas. Al menos para mí, que provenía de un movimiento estudiantil idéntico al que se echaba a la calle en el Barrio Latino. Me hice sesentayochero en una celda leyendo una entrevista a Cohn-Bendit en la que, a la pregunta de cuál era el pograma del Movimiento 22 de marzo que él encabezaba o algo parecido, contestaba: "¡No tenemos programa!" Eso me sonaba a música celestial y conclusión perfecta de la razón revolucionaria: una revolución no puede hacerse con un programa; es una contradicción en los términos. Con lo que me sentí muy liberado, después de haber hecho o ayudado a hacer no sé cuántas líneas ideológicas que nunca llevaban a parte alguna.

Si hablo del 68 es por lo que he leído (mucho, una gran parte de la documentación original), oído y visto. Ojeo interpretaciones a troche y moche que dan cuenta del 68 como el que lo hace del crak del 29, como un hecho único, salido literalmente de la nada, llovido del cielo, sin antecedentes pero con muchos consecuentes. Y las teorías abundan. Por mí, bien; estarán bien mientras hagan un sitio al Situacionismo, al Surrealismo y al increíble grado de politización de las universidades del mundo entero, desde Berkeley hasta Tokio, pasando por Berlín, Madrid o Roma. Porque París, mayo del 68, fue la escenificación mundial de un movimiento que venía de antes (la muerte de Beno Ohnesorg es de 1967 y el atentado a Rudi Dutschke de abril de 1968) y continuaría después, con la matanza de la Plaza de las Tres Culturas en México, en octubre de 1968.

Tengo por ahí pendientes de consideración un par de propuestas recientes en forma de ensayos que vienen a decir que el mayo del 68 fue, en realidad, padre del neoliberalismo y en buena medida alimentaba un espíritu nazi. Me parece fastuoso que se pueda ver nazismo en las motivaciones y pronunciamientos de los sesentayocheros. Es una imputación peregrina que solamente puede venir de alguien que, habiendo estudiado profundamente todo lo que tiene que ver con el 68, no tiene ni idea de cómo eran los nazis.

A todo esto, resulta interesante que, durante la campaña electoral a la Presidencia del República en Francia, el señor Sarkozy dijera que estaba dispuesto a acabar con el espíritu del 68. Cuando oí esto me quedé pensando qué significaba el espíritu del 68. Imagino que quiere decir acabar con el espíritu antiautoritario. Si es así, lo lleva claro porque no se puede, dado que el antiautoritarismo ha permeado toda la sociedad, incluidos sus dos núcleos constitutivos y reproductores, esto es, la familia y la empresa. El autoritarismo está mal visto hasta en el ejército

Suele decirse que es importante rememorar y estudiar y averiguar lo que pasó en mayo del 68 porque en ese momento está la raíz de nuestra época ahora, que debe de ser el motivo pr el que el señor Sarkozy desea acabar con su espíritu, porque no le gusta su tiempo. En realidad, todos los movimientos de la historia se prolongan en otros y nuestro tiempo es tan producto de los años sesenta como de la conversión de San Hermenegildo; sólo que los sesenta están más cerca. Pero todos los sesenta. Alguno de mis hijos nacido a finales de los setenta casi no sabe nada del mayo francés pero recita todas las letras de los Beatles, a los que es muy aficionado de modo espontáneo y por decisión personal.

Quien invierte energías en celebrar el 68 reconoce paladinamente que no tiene nada con qué sustituirlo.

(La primera imagen es una foto de Open Democracy, la segunda de Cicilief, bajo licencia de Creative Commons. La tercera es un cartel de mayo del 68).

Blogorismos.

DISTINTO Y DISTANTE.

Dicen sus hijos que el señor Calvo-Sotelo falleció de pronto e inesperadamente. Me da que era lo que cabía esperar de su forma de ser. No lo conocí personalmente, pero he leído sus libros la Memoria viva de la transición y Pláticas de familia. Me falta Papeles de un cesante. Además, he leído bastante sobre él y escuchado numerosas anécdotas contadas por gentes que lo trataron. Todos coinciden en señalar que su cualidad más llamativa era la discreción, aunque parezca un contrasentido. Tocaba el piano, pero no presumía de ello. Tenía un curioso sentido del humor con un toque de ironía. Y abundante campo para ejercerlo pues llegó a presidente del Gobierno literalmente en medio de una intentona militar, casi como en una puja, a ver quién se hacía con el Gobierno, si los chusqueros o el civil de carrera. El asunto tenía un aura como a julio de 1936, con otro Calvo-Sotelo, su tío (que suele haber un Calvo-Sotelo en el Gobierno de españa; ahora mismo hay una ministra), apodado "el protomártir" durante la Dictadura.

El señor Calvo-Sotelo, grande de España, la presidió brevemente. Pero dejó hecho algo que todo el mundo sabía que había que hacer pero nadie lo reconocía abiertamente: meter a España de cabeza en la OTAN. Se daba perfecta cuenta de que aquel ingreso era tan impopular que el Presidente que lo hiciera perdería las elecciones siguientes. Por eso, caballero como era, cedió la candidatura a la presidencia del Gobierno al señor Landelino Lavilla, cuya ambición era tan desmedida que no veía que iba a un batacazo electoral. Se lo dio y renunció al acta de diputado con lo que el señor Calvo-Sotelo, que iba segundo por Madrid y no había salido, pudo recuperar su escaño una vez pasado el burel de las elecciones. A esta suerte muy vistosa y elegante llaman chicuelina

(La imagen es una foto de20Minutos, bajo licencia de Creative Commons).


BOLIVIA. LOS RICOS SE VAN.

Y algunos no tan ricos. Hoy se celebra el llamado "referéndum de autonomía" en la provincia de Santa Cruz, referéndum que el Gobierno boliviano de Evo Morales considera ilegal pero que no parece en condiciones de impedir. Y es el primero de los que vienen detrás para las otras provincias "secesionistas", Tarija, Beni, Pando, Chicahuasca y Cochabamba, entre las que hay ricas y pobres. Pero todos los prefectos son de derechas y todos relacionados con la oligarquía terrateniente, las "n" familias, o siendo parte de ellas. O bien gentes que ya llevan eso del separatismo metido en los huesos, como el dirigente de una organización cívica separatista cruceña, el croata Branco Marinkovic.

Desde que Evo Morales accedió a la presidencia de la República el país andino está amenazado de partición y en una situación pintoresca: las provincias "separatistas" no reconocen la Constitución indigenista que el señor Morales ha sacado adelante, el señor Morales no reconoce la autoridad de las provincias para convocar referéndums y las provincias no parece reconocer la autoridad del señor Morales.

Los oligarcas quieren la independencia, pero sostienen que sólo pretenden la autonomía a la usanza española. Algo lleno de enseñanzas para todo el mundo.

(La imagen es una foto deSzeke, bajo licencia de Creative Commons).


TIRAD SOBRE EL PIANISTA .

Pide el PSOE consenso al PP para una reforma de la Constitución de 1978 limitada a la sucesión en el Trono de España y al Senado. No me va mucho en ello pues, como republicano, lo que quiero es que no haya Monarquía y no que, habiéndola, la línea sucesoria sea una u otra. No obstante como se trata de eliminar una muestra de discriminación por razón de sexo la apoyo y la apoyo con tanta vehemencia que solicito que sea con efectos retroactivos y se reponga en su derecho a la infanta doña Elena. Que ya está bien.

Por lo demás, sugiero al Gobierno que en lugar de pedir consenso para una reforma doble lo pida para dos reformas y que separe los asuntos porque tengo para mí que sera facil alcanzar un acuerdo sobre la sucesión al trono y no lo será en modo alguno alcanzarlo respecto al Senado al que, estamos todos de acuerdo, habrá que reformar a fondo. La cuestión es y ¿por qué no abolirlo? La II República fue unicameral y algunas de las democracias más avanzadas del planeta, como los páises nórdicos, también lo son, habiendo abolido las cámaras altas a mediados de los años cincuenta.

A favor de la abolición hablan multitud de razones empezando por el hecho de que la cámara es inútil. En contra, el de que España es un país tan descentralizado que casi parece federal y el bicameralismo es rasgo constitutivo de todo Estado federal. Sin embargo las Islas Comores (aunque no sean buen ejemplo por la cantidad de golpes de Estado que han tenido) son un Estado federal y unicameral.

(La imagen es una foto de Lademocracia.es, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 3 de maig del 2008

Bicentenario II.

¡Qué oportuna filtración traía ayer La Vanguardia del proyecto de sentencia del Tribunal Constitucional (TC) sobre el Estatuto de Autonomía de Cataluña! Según el periódico El Tribunal Constitucional avala que Catalunya sea nación. Ni más ni menos. Luego, la letra pequeña es menos rimbombante: el término "nación" se encuentra en el preámbulo del texto estatutario que, según el TC carece de valor jurídico. Además, no se dice expresa o taxativamente que Cataluña sea una nación sino que se emplea la alambicada forma de que, recogiendo el sentir popular, el Parlamento catalán ha definido a Cataluña como nación y que la Constitución Española (CE) reconoce este extremo en su artículo 2, al hablar de "nacionalidad". Por último, según cree saber La Vanguardia, el TC pretende compensar esta concesión con la eliminación de los aspectos de bilateralidad que contiene el Estatuto.

Un galimatías: ¿se reconoce o no condición nacional a Cataluña? Me parece que sí: a) el TC dirá lo que quiera sobre los preámbulos, pero está claro que orientan e informan al resto del articulado y que, aunque no tengan efectos jurídicos inmediatos, habrán de tenerlos mediatos. Por "efectos jurídicos" debe entenderse aquí derecho a constituirse en Estado independiente (véase mi post de ayer más abajo).

b) La referencia al artículo 2 de la CE está envenenada y viene paradójicamente a dar la razón a los parlamentarios de derechas, empezando por el señor Fraga que, en el debate de la Constitución hace treinta años, advirtieron de que el término "nacionalidad" acabaría siendo sinónimo de "nación". Con esta interpretación del TC, de ser cierta la filtración, ya se ha realizado la sinonimia y, de paso, se ha convertido al artículo 2 -que nunca fue un prodigio de elegancia o claro razonamiento- en un texto perfectamente absurdo pues proclama la exclusividad de la "nación" española para negarla a continuación al afirmar que reconoce y ampara las nacionalidades siendo así que éstas también son naciones.

c) La negativa del TC a admitir la "bilateralidad" será un jarro de agua fría a las aspiraciones catalanistas que ya creían haber hecho realidad su antigua pretensión de relacionarse con España de igual al igual. No obstante, al admitirse que el Principado es nación, esta nación volverá a plantear la reclamación, que viene de antiguo, de que se aplique al caso el principio eclesiástico del aeque principaliter.

Entre tanto el Rey engolaba ayer la voz para hablar de la "conciencia nacional" del pueblo sublevado el dos de mayo de 1808, y la señora Aguirre gorjeaba admiraciones al sentido de la libertad de aquel y su seguridad acerca de lo que era España. Por supuesto, al hacerlo como reproche implícito al desvaimiento nacional actual lo que hacía era poner de manifiesto que tampoco aquel heroico momento fundacional de la nación debió de ser tan exitoso cuando a los doscientos años hay que seguir luchando por imponer un concepto de nación que, al parecer, no es una verdad apodíctica. Y tan no lo es que el TC sanciona que en el solar patrio hay cuando menos dos naciones (aunque una sea "sin efectos jurídicos"), abriendo así el paso a que sean más, quien sabe si tres o diecisiete o incluso más porque, ya puestos, también tendrá algo que decir el Cantón de Cartagena.

Al comienzo de la Historia de la Revolución Francesa, Jules Michelet dice lleno de orgullo que la France a fait la France ("Francia ha hecho a Francia"), de donde se sigue que la condición de "nación" es un avatar que una Francia preexistente experimenta, un atributo que se asigna para constituirse en sujeto jurídico frente al Rey. Por lo que entiendo del discurso del Rey (el español) y el punto de vista de quienes se lo hayan redactado, la constitución de España en nación es simultánea con la constitución de España a secas. Antes de ser nación, España ni siquiera es España. De forma que habría que proseguir la propuesta de Michelet para que diga que la France a fait la France et l'Espagne.

Por el contrario, en el discurso de la señora Aguirre, la sublevación del dosde es la de una nación preexistente, humillada por el infame gabacho. No me importa decir que coincido con ella en este punto porque será el único en el que coincida y de modo limitado. Yo también creo que los españoles poseen una clara conciencia de formar una colectividad específica que se va abriendo paso en la Edad Media y cuaja en el Siglo de Oro. El problema es lo que vino después, en el siglo posterior (de la "decadencia") en el que se deshizo lo que se había hecho antes y el hecho de que, aun con la llamarada de la guerra contra el francés, esa nación española más o menos en agraz entonces ha mostrado estar muy mal avenida en los siguientes doscientos años, hasta llegar al día de hoy en que se discute acaloradamente (incluso a tiros y bombazos) si hay o no una única "nación española" en la parte de la Península Ibérica que corresponde con el Estado español o esta nación española coexiste con otras a las que, de paso, oprime.

Se celebren los fastos que se celebren, ¿es posible soslayar este debate en España hoy? A la vista de la interpretación que según La Vanguardia da el TC al artículo 2 de la CE está claro que no.

El arte y el poder.

La revista de mi Facultad en la Universidad Complutense acaba de sacar un interesante número monográfico dedicado a las relaciones entre el arte y el poder político (VV.AA., Arte y poder, vol. 44, nº 3, 2007, Madrid, 228 págs.) desde una perspectiva sociológica. Es una recopilación de trabajos de variado alcance y, dentro de las naturales diferencias, con un tono medio bastante decoroso.

El primero es un ensayo de Roberto Goycoolea Prado sobre "Papel y significación urbana de los espacios para la música en la ciudad occidental" en el que se analiza la evolución desde los teatros cortesanos en régimen de mecenazgo, hasta las construcciones actuales, pasando por los primeros teatros públicos (el de San Cassiano, en Italia, que fue el que empezó cobrar entrada en 1637), las aulas de música de las monarquías y los teatros concebidos como monumentos, ya en la época de hegemonía burguesa, integrados en una nueva concepción de los espacios urbanos. Las actuales construcciones, dice el autor, se caracterizan por a) recuperar teatros históricos, b) constituir espacios multifuncionales, c) ser elementos mediáticos de revalorización urbana. En su opinión (que no comparto por entero) así como hasta los primeros decenios del siglo XX se construían teatros para satisfacer una demanda, ahora se pretende generar la demanda construyendo auditorios espectaculares. Que los auditorios sean espectaculares a la vista está, pero más me parece se deben a una política de boato y representación urbana que a otra que podríamos llamar de "keynesianismo artístico".

Sendos trabajos de Xan Bouzada y Emmanuel Grénier exploran la siempre problemática cuestión de las políticas públicas culturales. Bouzada toma tres ejemplos: la política cultural de la II República española, con especial referencia a las Misiones Pedagógicas, la creación del muy original y dinámico Arts Council londinense, a propuesta de John Maynard Keynes (precisamente) y del grupo de Bloomsbury y la del Ministerio de Cultura francés, obra del General De Gaulle, bajo gestión de André Malraux. Por su parte, Grénier compara las políticas culturales de España, Portugal, Italia y Grecia con Francia, prestando especial atención a las cuestiones de centralización/descentralización.

Manuel Trenzado Romero, que es un reconocido especialista en cuestiones cinematográficas, publica un trabajo sobre el cine español de la transición con interesantes datos y observaciones acerca de cómo se resistió la Iglesia católica a perder su hegemonía en la censura.

Hay un muy interesante (aunque algo desorganizado) trabajo de Juan A. Roche Cárcel, "A la conquista de la tierra y el cielo: rascacielos y poder tecno-económico" que, en síntesis viene a decir que los rascacielos, de los que hay contabilizados unos 65.000 en el mundo (el autor trae unas interesantes relaciones de cómo se llaman y en donde están los más altos de ellos) simbolizan el poder económico y empresarial. Según él, los más recientes reflejan el nuevo espíritu capitalista que se caracteriza por: "a) la globalización, la externalización y la extraterritorialidad; b) el individualismo y la competitividad; c) el carácter especulativo, conexionista y en red; d) la virtualidad, la flexibilidad, la ligereza, la fluidez, el desarraigo, el azar, el caos, la inestabilidad, el nomadismo y la movilidad; e) la invisibilidad; y f) finalmente la disminución de la jerarquía y la carencia de signos tangibles de poder." (p. 96) Encuentro ilustrativa su explicación sobre cómo los modernos rascacielos reproducen la estructura y figura de los antiquísimos zigurats mesopotámicos y, a lo largo del trabajo, me ha venido a la memoria en varias ocasiones la glorificación de los rascacielos que hay en la famosa novela de Ayn Rand, El manantial, al punto incluso de que puede decirse, con algo de exageración, que son ellos, los rascacielos, los verdaderos protagonistas de la obra.

Hay dos trabajos sobre música. Uno de Antonio Ariño Villaroya sobre "Música, democratización y omnivoridad" y otro de Michèle Dufour sobre Glenn Gould. El primero, en la línea de las apreciaciones de Bourdieu sobre el gusto, trata de desglosar qué sectores sociales se caracterizan por la "omnivoridad" en gustos musicales y llega a la conclusión de que son los amantes de la música clásica los que son más omnívoros puesto que hasta un 34% dice combinar la audición de clásica con música moderna. El perfil es de joven, con nivel educativo elevado y estatus socioprofesional alto. No obstante, este grupo es minoritario pues sólo representa al 5,5% del conjunto de la población. El trabajo de Dufour sobre Glenn Gould viene a ser como una especie de análisis de una variación de la idea de Benjamin sobre la reproducibilidad mecánica de la obra de arte. Gould lo ejemplifica muy bien pues se retiró de los escenarios en 1964, con treinta y dos años y ya no volvió a interpretar en público, sino que se concentró en las grabaciones de su repertorio.

Por último, Irene Martínez Sahuquillo presenta un trabajo llamado "El literato frente a la política: entre el repudio aristocrático, el compromiso militante y la crítica al poder", que está dentro de los estudios sobre la función social de los intelectuales si bien aquí se restringe a siete conocidos novelistas (D. H. Lawrence, Hermann Hesse, Ernst Jünger, Thomas Mann, Arthur Koestler, George Orwell y Jean-Paul Sartre) y se concentra en la cuestión específica del compromiso político del autor, desde el antipoliticismo de Lawrence y Hesse a la idea sartriana del compromiso del intelectual. El caso de Koestler es representativo de los intelectuales arrepentidos del comunismo (y de los que Sartre se reía, como se ve en su pieza teatral Nekrasov), mientras que el de Sartre es el del mantenimiento de compromiso hasta las últimas consecuencias. Me parece muy interesante la inclusión de Lawrence, de quien casi nadie se acuerda hoy y no estoy muy seguro de que la autora haga justicia a la complejidad del pensamiento de Jünger.

Una iniciativa la de la revista Política y Sociedad que supone una buena aportación a un campo de estudio muy poco desarrollado en España.

divendres, 2 de maig del 2008

Bicentenario I.

El Ayuntamiento, la Comunidad de Madrid, el Gobierno y hasta el Estado, representado en la figura de los reyes felizmente reinantes, todos se han volcado en la celebración del alzamiento popular contra el gabacho el dos de mayo de 1808. Madrid será hoy una enorme fiesta con actividades callejeras de todo tipo, desde las fritangas de churros por lo simple hasta la escenificación de cuadros famosos de Goya como el del propio dos de mayo, pintado el año 1814, por lo complicado. Habrá pasacalles, mojigangas, majos y manolas a cientos y un sabor castizo por ser la sublevación de los españoles contra los franceses. Por cierto, que eso lo celebre un Rey francés, llamado Borbón, no sé cómo se pueda interpretar.

A lo que voy, parte de esas celebraciones consiste en atribuir al dos de mayo una importancia genética de la Nación española. Hay otras gentes que sostienen que la Nación española sólo nace cuando las Cortes de Cádiz la proclaman atribuyéndole la soberanía. Y a ese tenor hay una polémica levantada sobre la partida de nacimiento de la Nación española, si el dos de mayo de 1808 o el diecinueve de marzo de 1812. Cuando, entiendo, ambas fechas pueden ser ciertas si se miran como los instantes de la Nación en sí (1808) y para sí (1812). Lo que sucede es que que si uno atribuye acta de nacimiento a la Nación está uno haciendo algo absurdo. En 1808 la Nación es "en sí" porque ya lo era antes y se subleva contra el francés porque es Nación, no es Nación porque se subleve contra el francés.

Al mismo tiempo, lo curioso de este bicentenario es la excitación que ha entrado para fundamentar más, si cabe, nuestra ideología de carácter estatal-patriota. Esta enfermiza obsesión por la nación española que es una obsesión por la nada más absoluta. El concepto de nación no quiere decir nada. La prueba es que todos quienes lo enarbolan y están dispuestos a matar y a morir por ella, cuando dicen "nación" quieren decir "Estado". Todos.

(La imagen, un famoso Goya pintado en 1814, representa la lucha del pueblo de Madrid contra los mamelucos de Napoleón y se encuentra en el Museo de El Prado).

Lord Mayor of London.

A lo largo del día de hoy se sabrá el resultado de las elecciones municipales de ayer en Inglaterra y Gales. Sobre todo, se sabrá el nombre del alcalde de Londres que es lo que verdaderamente importa a efectos simbólicos. A los reales, lo que importa es el resultado de todas las elecciones municipales. Pero la figura del alcalde de Londres parece que dice más sobre el futuro de los partidos británicos que el conjunto de los alcaldes de Inglaterra y Gales, lo que no es cierto.

Hace como semana y media que los romanos decidieron poner democrático fin a veinte años de gobierno municipal de la izquierda en la ciudad eterna, eligiendo a Gianni Allemanno en lugar de Francesco Rutelli, un típico representante de la hegemonía izquierdista finisecular y hombre del "régimen" anterior, que había sido ministro de esto o aquello en el Gobierno Prodi, procedente de la vieja casta de los políticos profesionales. El neofascista Allemanno, a su lado, parece una figura fresca, aun trayendo una reelaboración de una doctrina pasada.

La cuestión es que lo que se enfrenta en Londres es algo parecido. El alcalde actual, el laborista, ex-trotskista y, en general, izquierdista Ken Livinsgtone lleva dos mandatos seguidos de regidor de la capital, lo que equivale a decir todo el tiempo que este cargo ha existido ya que la actual figura de Lord Mayor de la Gran Autoridad Londinense (Greater London Authority, GLA) se creó en 2000. Con anterioridad, Londres había carecido de gobierno centralizado desde que en 1986 el Gobierno disolvió el Gran Consejo Londinense (Greater London Caouncil, GLC). Y quiere un tercer mandato, aunque las encuestas predicen que no lo conseguirá porque proyecta una imagen de político cansado, que ya debe ceder el paso a otros con nuevas ideas.

A su vez, su adversario, el conservador Boris Johnson, es un personaje pintoresco. Muchos de sus adversarios lo llaman "bufón" porque tiene costumbre de hacer y decir cosas extravagantes, lo suficiente, cuando menos, para que muchos electores lo consideren sincero y original, por atreverse a decir lo que mucha gente piensa pero no osa manifestar. En fin, hay declaraciones que permiten ver que por debajo de la imagen de un hombre conservador pero poco convencional puede estar formándose un peligro para la democracia: "si el matrimonio gay es legal -cosa que no tengo segura-, no veo razón alguna en principio por qué no podría consagrarse una unión entre tres hombres, igual que entre dos o, incluso, una entre tres hombres y un perro." Puede ser un chiste, pero tiene maldita la gracia. El posible señor Alcalde de Londres piensa que un matrimonio entre gays equivale al de un hombre con un perro. Este hombre es un peligro público y este peligro público puede ser alcalde Londres. El de Roma, fascista y el de Londres, racista. Quien lo dude, que eche una ojeada a estos disparates dichos con la mejor conciencia del racista: refiriéndose a un viaje de Blair a las zonas turbulentas del mundo como mensajero de la paz, dice: "los guerreros tribales sonreirán de oreja a oreja (watermelon smiles) al ver al gran jefe blanco, igual que se dice que a la Reina le gusta la Commonwealth en parte porque la recibe con muchedumbres aclamantes de negritos ondeando banderas." Los de su equipo dicen que se trata de un equívoco y que Boris Johnson (que, por cierto, es un pinta) odia el racismo. Nadie que odie el racismo se refiere a los habitantes de la Commonwealth como "negritos".

La elección de los londinenses, como antes la de los romanos, ha sido difícil, entre un burócrata adocenado de izquierda y un payaso emergente de la derecha. En Roma han elegido al payaso; a ver qué hacen los londinenses. A lo mejor se toman en serio una de las consignas electorales de Boris Johnson, según cuenta Der Spiegel, que es un semanario serio: si vota Vd. por los conservadores, su mujer tendrá las tetas más grandes y aumentarán sus probabilidades de comprar un BMW M3". Algo así como que a un tipo así habrá mucha gente, los más bordes en especial, que lo vote. Por cierto, tiene dos sitios web, uno como diputado del Parlamento y otro como Candidato a Alcalde en donde se ve que, a pesar de su pinta de payaso, es un tipo duro, que va a meter en cintura a la delincuencia en Londres y a luchar contra la corrupción. Por corrupción viene a entenderse cuatro años más de gobierno de Ken Livingstone, que la revolución devora a sus hijos

La prensa interpreta que el resultado en la elección del alcalde es significativo porque dice algo sobre quién ganará las eleciones parlamentarias. Quizá sí, quizá no, dado que faltan dos años. Lo que está claro es que las elecciones municipales y en concreto las de Londres son importantes por sí mismas, porque afectan directamente a la vida diaria de millones de personas. Ya solo la GLA organiza la vida de cinco millones y medio de londinenses. Hay algunos Estados en Europa que no llegan a los cinco millones de habitantes.

(La primera imagen es Claude Monet, El Parlamento, Londres, el sol entre la niebla, 1904, se encuentra en el Musée Quay d'Orsay, París; la segunda es André Derain, El puente de Charing Cross y se encuentra en Mark Harden's Artchive)