dilluns, 20 de desembre del 2010

Por quién doblan las campanas.

Los datos de la encuesta del Publiscopio de hoy pondrán a temblar al PSOE. El Gobierno seguramente mostrará mayor serenidad porque ya está hecho a recibir malas noticias, ataques, críticas y burlas. La derecha lo tiene sometido a un marcaje estrechísimo, obstaculizando todas sus decisiones. La derecha de esa derecha se ha arracimado a escuchar dos misas en el Valle de los Caídos para dejar claro cuál es el sentir de sus filas en la opción entre democracia y dictadura y a quién prefiere honrar, si a las víctimas del genocidio franquista o a los victimarios. Este enésimo enfrentamiento de los españoles ahora por el pasado tiene mucha miga cuando se relaciona con el empeño en defender la idea de la nación española. Pero no hace aquí al caso.

La oposición al Gobierno se ejerce tambien desde la izquierda; desde una izquierda social que abarca probablemente a muchos votantes socialistas. De ahí los datos de la encuesta. Hay mucha gente cabreada en la izquierda y cabreada en dos órdenes: en el de los derechos y libertades y en el de las políticas económicas y sociales. En el orden de derechos y libertades el Gobierno ha dado marcha atrás (ministerio de Igualdad, normalización de la Iglesia católica) o ha frenado (ley de libertad religiosa) los logros de que se enorgullecía en la primera legislatura.

La forma de actuar en la cuestión saharaui está haciéndolo muy antipático para una población mayoritariamente solidaria. Para colmo de males los cables de WikiLeaks lo dejan como un tiralevitas a los pies de los caballos en cuanto a congruencia ideológica y la dignidad soberana frente al Imperio. El Gobierno puede pretextar que no se trata de un abandono de políticas ni del ideario de izquierdas, sino de un mero repliegue táctico para no multiplicar los frentes sociales en momentos especialmente turbulentos en lo económico. Por eso la libertad religiosa ha pasado a "no ser urgente". Pero es un cálculo bastante torpe porque en la opinión de la izquierda estos aspectos ideológicos son tan importantes como los otros, el electorado se desmoviliza y los enemigos, en verdad, no se aplacan, como verá el Gobierno cuando vuelva Benedicto XVI el año que viene a predicar la cruzada antisatánica

En el orden de las políticas económicas la izquierda acusa al Gobierno lisa y llanamente de traicionar su programa electoral y pasarse a la derecha más neoliberal, aplicando su programa. Pues, ¿qué? pregunta indignada la izquierda, ¿no hay alternativas a las políticas económicas y sociales neoliberales? Por supuesto que las hay. Son evidentes: política fiscal redistributiva a fin de financiar las políticas sociales, creación de la banca pública e iniciativa keynesiana, al presumible coste de mayor deuda y mayor déficit.

La cuestión no es si hay o no políticas económicas alternativas a lo que podríamos llamar "consenso del euro" sino si son factibles. Cabe recordar que en parte fueron las que empezó a aplicar el Gobierno hasta que, presa del terror ante el ataque de los mercados, en mayo de este año dio un giro de 180º que es el que la izquierda cuestiona. Las medidas las conocemos todos. Son sin duda las que considera Tomás Gómez cuando dice que cualquier reforma ha de pensarse desde el prisma de la izquierda. Es muy posible pero ese prisma de la izquierda ¿puede utilizarse en el marco de la Unión Europea que, a su vez, tiene que actuar en el marco de la globalización? Da la impresión de que las políticas económicas de izquierda no serían aceptadas en la UE. Habrá quien diga que bueno, que es hora de recuperar soberanía saliéndonos de la UE. Pero no sé cuánta gente suscribiría este paso.

Suele oírse que al Gobierno lo que le falla de verdad es la comunicación y que no sabe explicarse. Así se alimenta la ilusión de que hay algo bueno pendiente de explicación cuando todo lo que hay que explicar es malo y eso ya lo hace persistentemente el Presidente que insiste en que toma las medidas que toma porque no hay otro remedio. Aquí hay poco que comunicar o vender. Esto es, sobre el presente y el pasado inmediato lo mejor que puede hacer el Gobierno es decir lo que está diciendo.

La esperanza la tienen los gobernantes en el futuro respecto al que todo cuanto se diga es a beneficio de inventario. Para no suscitar más escepticismo han debido de recibir orden del gabinete de comunicación de que no hagan profecías a corto plazo, fijando fechas para la recuperación . Porque han enmudecido todos. Ya no hay "brotes verdes" ni segundos o terceros trimestres de tal o tal año. Se abre una expectativa de un año más o menos (si no pasa algo muy gordo en las locales y autonómicas de marzo de 2011) en el cual son varios los elementos de los que cabe esperar una gran influencia en el ánimo de la opinión. El primero, por supuesto, será la evolución de la crisis. Si ésta comenzara a resolverse palpablemente con claros indicios de recuperación, el PSOE podría enfocar las elecciones como un voto de confianza al Gobierno para llevar a término la tarea comenzada.

El segundo elemento, imponderable por su naturaleza, será el proceso de la trama Gürtel cuya escenificación mediática erosionará la expectativas electorales del PP. Cunde la idea pesimista de que los votantes del PP son inmunes a la supuesta corrupción de su partido, lo cual es verdad hasta cierto punto. Los herederos espirituales de la derecha franquista, la que defendía un régimen ilegítimo, no van a hacer ascos a la idea de defender un partido bajo sospecha. Pero hay otra derecha no franquista que ejercerá su voto con menor sectarismo.

El tercero, el fin de ETA. La declaración de alto el fuego definitivo y verificable, el cese de hostilidades, la deposición de las armas, va ser un terremoto político. De las posiciones que adopte cada cual va a depender en buena medida el voto de mucha gente, probablemente de la mayoría que lo que quiere es que se acabe ETA y sin precio político.

Son muchos imponderables a algo más de un año. Las campanas tocan a difunto; pero el difunto puede estar muy vivo.

diumenge, 19 de desembre del 2010

CNN-

Ignoro si el cierre de CNN+ está justificado desde el punto de vista empresarial. En realidad ignoro todo sobre las cuestiones empresariales de PRISA. Son demasiado complicadas. Además sospecho que con estos tejemanejes económicos y financieros o se está en la pomada o se toca de oído. Confieso que ni siquiera entiendo las relaciones entre Sogecable y PRISA. Imagino que una es la madre de la otra; pero a lo mejor es su tía.

Mi comentario va pues por el lado simbólico, comunicativo, político y hasta sentimental. El cierre de CNN dejará a mucha gente desconsolada y falta de orientación ideológica o, como se dice suavizando las cosas, "sin referencia mediática". Efectivamente, lo poco que he visto de CNN muestra una tele de calidad. Las entrevistas de Gabilondo muy cuidadas y con estilo, y los debates moderados, sensatos, con gente un poco gris aunque bien educada. Pero parece que la audiencia era muy baja. De 0,7 por ciento o algo así; mucho menos que El gato al agua de Intereconomía, con un 2,5 por ciento. Casi cuatro veces más. Parece mentira que no haya en España ni un tres por ciento de la audiencia de TV dispuesto a ver un programa serio. Claro que a lo mejor la culpa es del programa, que podía aprender de El Intermedio, del Gran Wyoming con algo así como un siete por ciento. Eso es audiencia.

Gabilondo era un bicho radiofónico. En la radio tenía una audiencia inmensa. Su paso a la tele no ha sido un acierto. Le ha ocurrido lo contrario de lo que pasó con muchas estrellas y galanes del cine mudo a la llegada del sonoro: la gente los conocía de vista, pero no los había escuchado hablar; cuando lo hizo, muchos se desencantaron. A Gabilondo la gente lo conocía por su estupenda voz y mucho menos por la imagen que no ha resultado ser tan estupenda. No todo el mundo vale para todo. El resultado no ha sido bueno y, teniendo en cuenta que CNN+ en cierto modo se identificó con él, era poco lo que se podía hacer. Añadiría que el planteamiento general del canal resultaba algo aburrido. Lo serio y riguroso no está reñido con el dinamismo, con la variedad y el interés. En CNN+ sí. Otro defecto era su evidente sesgo corporativo. Incorporaba presencias de la derecha pero, en lo que no era ésta, la cantera era exclusivamente la gente de PRISA que ya está en los periódicos y en la radio, se repite más que las carracas y tiene tendencia a confundir la profundidad con la afectación.

Es cierto que este cierre deja la provincia de la TDT en monopolio de los canales de extrema derecha. Encuentro insoportable lo poquísimo que he visto de este género; me parece tan malo, agresivo, zafio, cuartelario y truculento que me pregunto si lo harán en serio. Y, sí, lo hacen en serio. Es la forma en que la derecha concibe los medios: como empresas de estricta obediencia ideológica. Los que con ellos colaboran cobran por decir lo que dicen, no otra cosa; por insultar, vilipendiar y vejar sin tasa ni tino, continuamente. Y da igual que se trate de empresas privadas o públicas. Dos canales públicos en Comunidades de la derecha, Telemadrid y Canal Nou siguen el patrón sin desviarse. Son aparatos de propaganda del PP pero pagados con dineros públicos. Se lo dijo Aguirre a Germán Yanke cuando lo echó de Telemadrid por desleal: que había comprado el discuro del enemigo. El verbo "comprar" tiene gracia pero lo gordo es lo de "enemigo". Un medio público ¿tiene como enemigo a un partido al que votan los que pagan los impuestos con los que él mismo como medio se financia? ¿Cómo puede hablar así una persona que afirma ser liberal? Pues porque no es liberal sino una ultrarreaccionaria tridentina disfrazada de liberal.

En la izquierda mucha gente dice que, al fin y al cabo, con el cierre de CNN no se pierde nada porque, en el fondo, no hay diferencias entre PRISA e Intereconomía. Lo remacha el camarada Fidel: que PRISA es un medio mercenario, reaccionario y profascista. Esto, como lo de Intereconomía, es imposible tomárselo en serio. La acción social y política descansa sobre la capacidad para apreciar diferencias y matices en una sociedad compleja, conflictiva, con muchos intereses en pugna. No hacerlo, pensar que todo lo que no se atiene a una única ortodoxia más o menos revolucionaria es condenable y forma parte de un confuso frente reaccionario equivale a sentar plaza de predicador en el desierto con un eco apropiado a las circunstancias y un grado de eficacia social igual a cero.

El cierre de CNN+ es una mala o buena noticia, según lo que suceda a continuación. Será mala noticia si al cierre no sigue el intento de poner en pie un canal, cadena, programa o lo que sea substituto de la otra. Será una buena noticia si el cierre de CNN sirve como experiencia para poner en marcha un substituto que aúne seriedad en el tratamiento de la información y la opinión con variedad, pluralismo y equilibrio en la composición y dinamismo en la presentación. Y, por lo tanto, tenga audiencia.

(La imagen es una foto de Socialistes Valencians, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 18 de desembre del 2010

El corazón de Europa.

El Consejo que acaba de celebrarse en Bruselas es un ejemplo de manual del funcionamiento de la Unión Europea (UE) a la luz de la acreditada teoría de la chapuza. Parte de esta chapuza es el pánico escénico que invade a los Estados cuando deciden dar un paso simbólico importante en el muy incierto camino de la unión política. Ya sea una reforma en profundidad de los tratados o, incluso, un Tratado nuevo o una Constitución. Entonces aparece ese pánico y todos se echan para atrás, piden excepciones, desvirtúan el alcance del acuerdo y reclaman referéndums en sus países sabiendo que estos tienden a ser negativos.

En cambio, basta que haya una reunión de rutina, dedicada, como ha sido ésta, a un asunto urgente, crítico, momentáneo (hacer frente al asalto de los mercados, por usar la prosa poética de los reportajes económicos) para que se tomen medidas de mucho calado y largo alcance a título de parches, como soluciones prácticas a problemas. En este caso, la medida que supone una verdadera mutación de los tratados es la de comprometer un fondo de rescate "sin límite". Se presenta como un mal menor frente al fracaso de la idea de emitir eurobonos, pero tiene un alcance real similar a aquella. Sin límite quiere decir que el fondo de rescate es europeo en un sentido político por cuanto compromete a todos los Estados sin límite. Ahora el euro está fuerte porque lo respalda Alemania. La zona euro se ha salvado, como siempre, con una chapuza. Basta con escuchar a todos los mandatarios diciendo que hay que avanzar en la unificación política de la UE. Es decir, anuncian que harán lo que ya han hecho. Porque esta especie de Consejo permanente en que se ha convertido Europa durante la crisis es, en realidad, el gobierno de la Unión.

La zona euro es el corazón de Europa, como puede verse en la imagen. (Por cierto, quien quiera "traducir" las banderas para enterarse de en dónde está cada cual, que vaya a la entrada Eurozone, de Wikipedia, lugar en que la ilustración aparece como un diagrama Eulen y da el nombre e información sobre el Estado correspondiente a cada bandera). El corazón de una Europa de muchos niveles y un abigarrado entrelazamiento de países en muy diversas organizaciones. O sea, Europa. Un majestuoso popurrí de lenguas, culturas, religiones, símbolos, razas, instituciones e historias. El corazón de todo eso es la Zona Euro, el Imperio carolingio ampliado, el eje franco-alemán, cosa que a veces molesta a los demás, que somos los "periféricos" y, en último término, Alemania. Lo de corazón suele cambiarse también por "núcleo duro", que suena menos sentimental, sobre todo si intervienen los alemanes. Pero es un núcleo duro ablandado por la ternura de permitir que tres Estados que no pertenecen a la zona euro puedan acuñar euros: el Vaticano, Mónaco y San Marino, tres paraísos fiscales y otros tantos (Andorra, Montenegro y Kosovo) funcionen con euros pero no puedan acuñar.

En torno a la zona euro, como los anillos de Saturno, la UE en su conjunto. Y cuando parece que el modelo va a seguir una pauta de círculos concéntricos de diámetro creciente, surge el espacio de Schengen, que corta a través de los círculos, creando una forma organizacional nueva en la que está parte de la zona euro, parte de la UE más Mónaco, Islandia, Noruega y la muy aislada Suiza que, además de Schengen, sólo pertenece a lo que queda de la Asociación Europea de Libre Cambio después de que el Reino Unido (que "no tiene amigos sino intereses") la abandonara por la UE. Schengen es un espacio judicial y policial, lo que deja claro que la Europa de "geometría variable" y "varias velocidades" es un hecho. Países que no pertenecen a la zona euro, ni siquiera a la UE, como Noruega o Suiza colaboran persiguiendo delincuentes más estrechamente con estas organizaciones que algunos otros que sí pertenecen a ellas, como Irlanda o Chipre.

La UE, además, extiende sus maternales tentáculos al Oriente y al Occidente, generando formas asociativas sui generis, cortadas a la medida de diversos gustos: el Espacio Económico Europeo reúne a la UE con sus díscolos vecinos nórdicos aún no integrados en el corral común, Islandia y Noruega y el pequeño principado de Liechtenstein que no todos los europeos saben situar con exactitud en el mapa. Al Oriente, cómo no, una simpática "Unión Aduanera de la UE", que recuerda algún experimento del siglo XIX, como la Zollverein, junta a la UE con Turquía, San Marino y Andorra. Por último, a vista de pájaro todos los países de Europa pertenecen al Consejo de Europa excepto el Vaticano. Obviamente, pues el Vaticano no es un Estado de derecho. El absolutismo es lo contrario al Estado de derecho, sobre todo si el monarca, además de absoluto, es infalible cuando quiere.

(La imagen es una foto de Wikipedia Commons, bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 17 de desembre del 2010

Aznar tiene razón.

Aznar prosigue la reconquista, tanto en el interior del Reino como in partibus, cantando a su país las verdades del barquero porque probablemente le duele España, como a Unamuno. Dice auténticas atrocidades ante auditorios difíciles de imaginar; son sociedades norteamericanas o congresos de "populares" en las más exóticas plazas, como Miami o Colombia. Eventos que probablemente montan la FAES y el PP sabedores de que su eco local e internacional será mínimo pero máximo en la Península en donde levantarán furor, sobre todo negativo entre la izquierda opinante en los medios que arroja a la cabeza de aquel gruesos epítetos como antipatriota, felón, demagogo, lavador de trapos sucios en el exterior, quintacolumnista, traidor, etc.

Y no solo en la izquierda; la opinión en los sectores cercanos a la Presidencia de su propio partido también le es adversa, aunque no se exprese con tal pintoresquismo o no se exprese en absoluto. Lo que los críticos ven peor es el protagonismo que las incendiarias apreciaciones aznarinas arrebatan a la jefatura actual a la que, sin embargo, designó él con la perspicacia que lo caracteriza.

Tanta crítica, la verdad, me resulta sospechosa y, analizados de cerca los propósitos de Aznar, hay que reconocer que tiene más razón que un santo; que san Juan Crisóstomo, por ejemplo. Está claro que el hombre es coherente porque dice lo mismo fuera que dentro y siempre lo mismo que, en esencia, es como un discurso regeneracionista de la derecha en el peculiar estilo de Aznar. Exprimiendo la última alocución al PP de Colombia el tema suena tal que así: 1º) España es el enfermo de Europa; 2º) su organización territorial es inviable y su Estado del bienestar insostenible; 3º) no inspira confianza; 4º) está paralizada; 5º) El PP tiene la gran responsabilidad de regenerar a España y cuanto antes mejor; 6º) el país es irrelevante en el exterior; 7º) no podemos cumplir nuestros compromisos; 8º) podemos volver a equivocarnos si no damos un giro en las próximas elecciones que deben convocarse ya mismo.

Pues bien, todo esto me parece muy puesto en razón. Veamos:

  • España padece una enfermedad. Así es: un país que tuvo ocho años como Presidente a un hombre tan ruin, malicioso, resentido, escaso de luces y vengativo tiene que estar enfermo.

  • Lo de la organización territorial ya lo había dicho él en su joseantoniana juventud logroñesa calificándola de charlotada. (Por cierto, ¡cuánto habla de la mentalidad de la derecha ese término que mana del nombre del genio de Chaplin al que Aznar jamás entenderá y mira que se le parece físicamente!). En cuanto al Estado del bienestar no hace falta preguntarle; ya contesta Moody's, el oráculo de Delfos.

  • La poca confianza que inspira el país dimana del hecho de que no se puede estar detrás, recibiendo órdenes del exterior. Es obvio: es mucho mejor ir por delante al exterior a recibirlas allí moviendo el rabo, como él en las Azores.

  • España está paralizada. ¿Qué más tiene que pasar para que se tomen medidas? se pregunta un Aznar/Juan Bautista en expresión que recuerda sus tiempos de las filípicas ("¿qué más tiene que pasar señor González...?"). Buena pregunta. ¿La respuesta quizá pueda ser que siga él hablando?).

  • El PP tiene una responsabilidad histórica en la regeneración de España. Y tanto; va a probarlo en los tribunales en donde quedará establecido qué porcentaje del PIB afanó la trama Gürtel que estaba en cierto modo embedded en el PP desde antes de la boda del Escorial. La responsabilidad de devolver la pastuqui.

  • La irrelevancia exterior. España no pinta nada fuera. Es cierto, al menos por lo que respecta al eco internacional de las agorerías del ex-presidente que ya deberían de haber provocado un concurso internacional de acreedores. Pero tiene disculpa. La jugarreta de la taimada ministra Salgado capaz de ir por ahí desmintiendo a Aznar es responsable de ello.

  • No podemos cumplir nuestros compromisos, variante de que no somos de fiar. Es lamentablemente cierto. Ni siquiera hemos conseguido declarar a Aznar persona non grata. Somos unos blandengues y muy poco de fiar.

  • Podemos volver a equivocarnos. Desde luego. Basta con que en las elecciones de 2012 salga elegido Rajoy a quien, a diferencia de Aznar, sólo se ha oído balbucir algunos confusos propósitos inconexos, dichos a desgana con motivo de una entrevista veraniega o algo así.

En efecto, Aznar está en lo cierto. No tenemos arreglo. Él es la mejor prueba.

(La imagen es una foto de Thundershead, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 16 de desembre del 2010

Cuando la noticia es el periódico.

¡Lo que se oye sobre WikiLeaks por ahí! Muy interesante el debate de Caixaforum del martes sobre el asunto. El periodista Javier Bauluz sintetizó un aspecto diciendo que: Estamos en un nuevo ecosistema de la información en el que Wikileaks es la bomba que lo cambia todo. Lo interesante aquí es la palabra bomba que no solamente trasluce el sentimiento de conmoción del hablante, sino que sitúa la cuestión en el ámbito bélico en el que llevan ya tiempo situándola los internautas, el mismo WikiLeaks, cuando hablan de que ha comenzado la primera ciberguerra global. ¿Acaso no salió Assange en octubre, cuando las filtraciones sobre el Irak, reproduciendo las famosas palabras de Hiram Johnson, la primera baja en la guerra es la verdad?? Las guerras se hacen con bombas. Y no se crea que se trata solamente de bombas virtuales. WikiLeaks es, sí, una bomba virtual pero porque afecta de modo decisivo a las bombas materiales. El ciberespacio es digital pero es un espacio en el que se libra una guerra con efectos materiales, analógicos.

El discurso sobre la red es a veces un poco abstracto. Yo mismo he formulado uno en mi libro sobre La política en la era de internet (así me hago algo de propaganda) con ánimo de aproximarlo a la política real. Pero el discurso sobre WikiLeaks es muy concreto. Internet es el espacio de las posibilidades; WikiLeaks es el de las realidades. Internet es el noúmeno y WikiLeaks el fenómeno, lo que duele. Por eso los participantes en el citado foro concluyeron que cambio, sí, pero con periodismo que de nuevo insinúa o sugiere más que dice: que se plantea el problema de la supervivencia del periodismo. No es así del todo. A mi modesto entender lo que se plantea es la supervivencia del periodismo de papel. El periodismo digital es boyante y este sí que es un debate curioso. Internet está obligando a todas las profesiones a reinventarse si quieren sobrevivir: los traductores, los fotógrafos, los profesores, los médicos, los abogados, los ingenieros, todos tienen que adaptarse a nuevos tiempos, volcarse en la red, reformular sus provincias, experimentar nuevo instrumental, entender que ahora actúan en el ciberespacio y a través de la red. Pues lo mismo tendrá que pasar con los periodistas y, ¿por qué no? hasta con los curas. Ya habrá gente, supongo, entre los católicos diciendo sus pecados al confesor por skype.

El más curioso efecto de WikiLeaks sobre la prensa lo exageraba bastante en el foro el corresponsal del Guardian, Gilles Tremlett, en un overstatement muy poco británico, diciendo que se corre el peligro de convertir a los periodistas en correveidiles. Hombre, no tanto; pero sí se ha convertido a los periódicos en noticia. Desde luego la elección de las cinco cabeceras tiene un valor simbólico enorme, guste o no guste al resto de la prensa porque es como si hubiera establecido una primera y una segunda división. Los de segunda tienen que usar al de primera de fuente, lo que es profesionalmente una humillación y comercialmente una ruina. Pero no hay nada que hacer. Durante un tiempo, las portadas de El País, como las de Le Monde, The Guardian, etc seguirán siendo noticia en sí mismas. Con el irónico complemento de que las news son todo menos news dado que se trata de una especie de periodismo histórico o, si se quiere, de un testimonio de la actualidad, pero no de la actualidad actual sino de la pasada. La portada reproducida de El País trae dos bombas. Una es la divertida coincidencia entre la embajada de los EEUU y el señor Rajoy: los dos parecen convencidos de la incapacidad de Zapatero de solucionar la crisis. Sólo que la embajada lo manifiesta en secreto mientras que Rajoy lo trompetea a los cuatro vientos.

La otra bomba es la revelación de la causa de la baja de Fidel Castro y los movimientos en la estructura del poder cubano en la hipótesis de su defunción. Quizá sea ésta una de las razones por las que el propio Fidel Castro, al tiempo que alaba WikiLeaks porque ha puesto de rodillas el Imperio, se lamenta de que haya filtrado la información a cinco transnacionales entre las que se cuentan dos tan extremadamente mercenarias, reaccionarias y pro fascistas como la española PRISA y la alemana Der Spiegel, que las están utilizando para atacar a los países más revolucionarios. Fidel sigue siendo Fidel, un pelín exhuberante. Porque si PRISA es pro fascista, ¿qué es Intereconomía?

dimecres, 15 de desembre del 2010

Arde Italia.

El estado de alarma en que vive España se prolonga hasta mediados de enero. De los ribetes políticos de esta decisión ya se encargarán las tertulias, todas de derecha, de informar. Será a base de insultar a Zapatero por hacer lo que ellos, los tertulianos, aplauden. Mano dura. En cuanto a los ribetes filosóficos, puede echarse el estado de alarma en el saco del estado de excepción permanente del debate teórico-político contemporáneo a lo Alain de Benoist o Giorgio Agamben, que no sé si encajará en ese estado de excepción permanente con el que, según Zapatero, ha acabado el estado de alarma, lo que no deja de tener su ironía.

En todo caso, en estado de alarma, España es una balsa de aceite comparada con Italia, en donde no hay estado de alarma probablemente porque hasta ahora se ha mantenido el estado de excepción permanente que es la peculiar forma de gobierno de Silvio Berlusconi. Una forma que cabe calificar de cleptocrática porque en ella parte importante de la labor del ejecutivo y el legislativo consiste en blindar al primer ministro frente a la acción de la justicia por un rosario de presuntos delitos. Otra parte importante se va, al parecer, en jolgorios y fiestas que traen reminiscencias de la Roma escandalosa bajo los doce césares de Suetonio. Cleptocracia y commedia dell'arte. El resultado de la moción de censura de ayer parece un espectáculo de Arlequín, Polichinela, Tartaglia, Pantalone, dottore, Colombina, etc.

Berlusconi ha salvado su gobierno con la ayuda de cinco tránsfugas, dos de Italia dei Valori, de Antonio di Pietro, el famoso fiscal de mani pulite, uno del Partito Democratico, la izquierda para entendernos, y dos de Futuro i Libertà, el partido de Gianfranco Fini, hasta ahora coaligado con Berlusconi. Lo irónico es que los dos primeros partidos eran firmantes de la moción de censura. Y lo sangriento, esos dos de la Italia dei Valori que presuntamente se han pasado a Berlusconi merced a otros valori. Última y amarga enseñanza para di Pietro. Porque la votación era muy reñida, era la ocasión de echar, por fin, a Berlusconi. La prueba es que fueron a votar hasta las parturientas. Una de ellas en una silla de ruedas.

Aunque en el Senado la votación fue más o menos normal, dado que el Gobierno tenía la mayoría asegurada, en la Cámara de los Diputados la cosa se caldeó, sus señorías llegaron a las manos, la bancada del gobierno hacía pedorretas a una frustrada oposición. Todo como en una película de Comencini con Alberto Sordi. El Gobierno sobrevive por un puñado de presuntos tramposos pero no alcanza la mayoría absoluta por lo que puede quedar legislativamente paralizado. Si bien tratándose de Berlusconi nunca se sabe. Su idea es que las instituciones y órganos del Estado deben ser infinitamente maleables en sus manos, como los consejos directivos de sus empresas. Y no se anda con circunloquios: lo que le molesta, lo compra; lo que no puede comprar, trata de hundirlo.

Berlusconi es quien mejor simboliza la política postmoderna, la política sin política, sin valores, sin estrategias, sin proyectos, sin ideología, salva una mezcla primitiva de nacionalismo, chabacanería, conservadurismo y cinismo. Todo ello con una actitud agresiva hacia cualquier tipo de oposición. Y funciona. Esos dos diputados de Italia dei Valori son la prueba viviente de la verdad de una antropología pesimista y negativa. Tangentopoli è tornata y precisamente frente a di Pietro.

Pero la farsa del Palazzo Madama y del Montecitorio incendió Italia entera. En Roma, después de una manifa de cientos de miles, ha estallado la violencia, con cientos de heridos, detenidos, coches incendiados y destrozos de todo tipo. Los violentos, los antisitema y bla, bla, bla. En otras ciudades italianas, Turín, Génova, Bari, Nápoles, Palermo, Bolonia, Florencia, Venecia, la situación está también alborotada. Es un estallido, una protesta espontánea de diversos sectores sociales que coinciden en su aversión a Berlusconi. Recuérdese que es el único país en que los ciudadanos se manifiestan al grito de No Berlusconi Day. Pero en Roma se han dado los choques más violentos. En el video puede apreciarse una pequeña muestra

Ha habido escenas impresionantes. La Repubblica trae una secuencia de fotos de un policía a punto de ser linchado empuñando la pistola. Realmente hay una sensación de frustración y hartazgo con este menda (al que ya partieron la boca hace un par de meses) que cada vez aflorará en brotes más violentos a la vista de cómo un tangentopolita en estado puro ha corrompido todas las instituciones y convertido Italia no sólo en un bazar de truhanes, sino en el hazmerreír de Europa. Estoy seguro de que hasta sus aliados europeos habrían acogido con un suspiro de alivio un triunfo de la moción de censura para que se fuera il coglione.

Pero ahí sigue. Y la pregunta se plantea ahora a la izquierda: ¿cómo, habiéndose llegado a este extremo de depreciación de la actividad pública, de degradación de la democracia, es incapaz de presentar una alternativa ganadora? Porque está silente como un guijarro de río. A la izquierda le sucede lo contrario que a la derecha, como es lógico: cuando no tiene nada que decir, enmudece; a diferencia de la derecha que cuanto menos tiene que decir, más vocifera.

(La imagen es una foto de rogimmi, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 14 de desembre del 2010

Cortina y recortina de humo.

El humo asfixia, intoxica, provoca alucinaciones. Algo de eso viene sucediendo al señor Pons que, de tanto humo como tiene en la cabeza, que lo suelta cada vez que habla, ya no distingue un humo de otro y todo se le vuelve humo. El Gobierno, dice el señor Pons, ha empleado el caso de la operación Galgo como una cortina de humo para desviar la atención del Estado de alarma. Pero el mismo señor Pons acusaba al mismo Gobierno de haber decretado el estado de alarma como una cortina de humo para ocultar la retirada de los 426 euros de subsidio a los parados de larga duración. Una de dos: o Rubalcaba, chivo expiatorio predilecto de la derecha, presa de un extraño frenesí, oculta un humo con otro humo o los humos de Pons no le dejan ya razonar.

Cada vez que Pons desprestigia la labor de la policía, la guardia civil, los jueces y fiscales, convirtiéndolos en el humo que saca de la fogata Rubalcaba, está torpedeando a sabiendas el Estado de derecho en el que se presupone que los órganos y poderes del Estado actúan con independencia y sujeción al principio de legalidad. Igual que se presupone que un partido parlamentario, especialmente uno de gobierno, no puede actuar como si fuera un partido antisistema, cuestionando los fundamentos del Estado de derecho cada vez que la acción de éste pone en entredicho la actuación de sus militantes. Pero esto es exactamente lo que hace y es imposible que, por mucho humo que tenga en la cabeza, Pons no se dé cuenta de que su proceder no es de recibo.

Tanto más cuanto que no son uno o dos exabruptos sino un leit Motiv. Con motivo del asunto SITEL Pons volvió a la carga llamando "mentiroso" a Rubalcaba, lo que obligó al ministro a mostrar los contratos del servicio de SITEL (escuchas telefónicas) firmados por Rajoy y De Cospedal en sus respectivos momentos en Interior.

Tanto, tanto más cuanto no es solamente la actitud de Pons sino la del partido en su conjunto como se echa de ver escuchando las generalmente estridentes intervenciones de De Cospedal. La detención de José Joaquín Ripoll, presidente de la Diputación de Alicante en un asunto de una contrata de basuras (vaya por Dios) había sido, según la Secretaria General del PP un episodio de los hombres de Harrelson con indebida publicidad, siempre para desviar la atención de los urgentes problemas del país, etc., etc. De nuevo algo después la detención del gerente de urbanismo del Ayuntamiento de Murcia por un asunto de recalificación de terrenos volvía a ser una operación mediática a cargo del Rasputín de la política española, capaz de conseguir que las fuerzas de seguridad, los fiscales y los jueces bailen al son de su malvado timing.

Y ya, de cortina de humo en humo de cortina, De Cospedal decide elevar sus acusaciones a categoría política y sostiene con su habitual desparpajo que Rubalcaba tiene un estado policial propio de una dictadura. El humo es verdaderamente denso y no permite a De Cospedal ver que está por nacer la dictadura a la que quepa decir en sus narices que es eso, una dictadura.

Pero tanto humo es ya demasiado humo y tiene uno la sospecha de que esas declaraciones no se hacen a humo de pajas; el humo viene de sustancias más enjundiosas.

Porque héteme aquí que cuando la derecha no está detectando cortinas de humo del Gobierno comienza a soltarlas ella con verdadera fruición y, desde luego, perseverancia. ¿Qué era lo del chivatazo del bar Faisán? Una cortina de humo. ¿Qué lo del ingente patrimonio de Bono? ¿Qué lo de la supuesta corruptela de Chaves? Cortinas de humo. De mucho humo y pocas nueces; es más, ninguna nuez judicial. En esos escandalazos no suele pasarse de las airadas denuncias en los medios, las habladurías, la machaconería de las tertulias y la agria retórica en el Congreso. Y cuando se pasa, se sigue el archivo o la absolución. Pero el resultado es que, bien porque lo detecta, bien porque lo provoca, la derecha vive en un perpetuo estado humeante y tiene al país humeando.

Los psicólogos dan un nombre a esta extraña manía de atribuir a los demás los comportamientos que uno mismo ostenta y condenarlos por ello. Lo llaman "proyección" y abre un fascinante pozo sin fondo de especulación filosófica acerca de ese ir a castigar en el otro la imagen de uno mismo. Pero eso debe quedar para los especialistas. Aquí y ahora tengo clarísimo que toda esa humareda no es el producto de comportamientos desequilibrados, compulsivos, aunque a veces lo parezca, sino de un cálculo electoral frío y perfectamente pensado. La derecha acusa a la izquierda de emplear cortinas de humo porque es lo que ella hace, a tal extremo que también convierte en tales los actos de las diversas instituciones del Estado, según se ha visto.

Y tanto humo, ¿para qué es? Para tapar el caso Gürtel que es el más grave y con mucho de todos los que asedian al PP. Todo lo que haga la derecha de aquí a marzo de 2012 será cortina de humo. El Gurtel tiene que estar fuera del debate como sea. Porque obviamente fiar en que la corrupción no pasa factura electoral es mucho, demasiado fiar. Así que lo mejor es que no se hable de ello y si, en el ínterin, se puede conseguir la anulación de la causa por defecto de forma, nulidad de las pruebas, prescripción de los delitos, miel sobre hojuelas. No hay en la actitud del PP un deseo de que se haga justicia sino de que no se haga.

Por ejemplo, ¿cómo es posible que se presenten candidatas a puestos electivos personas que están imputadas en procesos penales? Seguramente la explicación que den los interesados será que como les consta que son inocentes y que, al final, serán absueltos, no tienen por qué cesar en sus actividades representativas. Pero por la misma razón un ciudadano mal pensado puede dar en la idea de que los imputados se presentan a las elecciones con ánimo de conseguir la inmunidad parlamentaria. Es decir, en estos casos, el proceso electoral es una argucia de su defensa penal. Para que esto no se vea hay que llenar el escenario de humo y, a ser posible, de bombas fétidas.

(La imagen es una foto de UN MANUÉ, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 13 de desembre del 2010

¿Guerra o revolución? La multitud ya está aquí.

Sí, sí, esa multitud de la que hablan los teóricos postmodernos, a la que remontan a los tiempos de Spinoza. La multitud, recuperación de un concepto que permite cerrar el periodo de las clases y, por ende, de la lucha de clases. La clase ya no es sujeto de nada, dicen, ahora es la multitud, esto es, un conglomerado amorfo, de multiple composición y con muy distintas orientaciones vitales. Esa multitud hará la revolución; pero, claro, ésta ya no será a la antigua usanza, con barricadas en las calles y asalto a algún edificio emblemático, como la Bastilla, el Palacio de invierno o el cuartel Moncada. Los nostálgicos de estas formas del pasado ignoran que están viviendo otra época y lo ignoran porque siguen creyendo que luchan por el futuro. Pero no por el futuro de hoy sino por el de ayer. Así que nada de extrañar la situación calamitosa en que se encuentra la izquierda analógica.

La multitud se ha manifestado con motivo del ataque de los Estados, encabezados por los EEUU, al sitio de WikiLeaks y a su fundador, Julian Assange, actualmente detenido a disposición de un juez británico. A los ataques a WikiLeaks con expulsión de sitios y portales ha respondido la multitud mediante la operación Payback con contraataques que han tumbado Amazon, Paypal, un banco suizo y, por unos momentos, la página web del Senado de los Estados Unidos. La multitud está hecha de hackers, cientos, miles, decenas de miles en todo el mundo, que se relacionan de modo absolutamente líquido, que diría Baumann, a través de la página de los anónimos www.anonymous.org que a su vez, según parece, trae causa de otra, 4chan. Son los anónimos los que reividican las acciones. Supongo que se habrá observado la proliferación de máscaras en las manifas por WikiLeaks. Las caretas son el rostro del anónimo. Cualquier puede ser anónimo. Si se entra en su página, lo primero que se recibe son las instrucciones para borrar la IP de nuestro ordenador y navegar sin dejar rastro ni ser detectados. De todas formas esto último ya lo anunciaba Google. ¿Qué más multitud que decenas de miles de anónimos? Tiene una organización con una estructura laxa que además cambia con frecuencia a través de las comunicaciones de los miembros. Esto implica que las decisiones de atacar un sitio u otro y atacar de una u otra manera se toman de modo asambleario y espontáneo, lo que tiene sus ventajas y sus inconvenientes.

Lo importante es que no hay núcleo dirigente, jefatura o dirección. Cualquiera es anónimo. Cualquiera puede haber dejado escritas las siguientes palabras: "Llevo años merodeando en torno a la 'próxima guerra de internet'. No digo que sepa cómo ganarla. Pero digo que ha comenzado". Por eso señala un asesor del Gobierno de los EEUU en asuntos de internet que "los hackers atacan desde la sombra y no temen respuesta alguna. No hay normas de combate en esta guerra emergente"". Suena a teoría clásica de la guerra de guerrillas. A guerra, a revolución. En el ciberespacio y con armas nuevas. Véase el vídeo siguiente, la samba de WikiLeaks. Aparte de poder descargarlo directamente, cabe ir a la página de Sonic disobedience, un evidente juego de palabras con civil disobedience.



Desobediencia civil, eso es lo que más define la actitud de Assange y la de sus seguidores, colegas, amigos. Desobediencia civil, actitud de no obedecer al poder legítimo cuando éste impone normas que el desobediente considera inicuas. Esa acción desinteresada es la que le granjea el apoyo de tantos voluntarios, dispuestos a entrar en una guerra de su lado.

El Gobierno de los EEUU, prácticamente todos los gobiernos, ha perdido la primera confrontación: no ha conseguido acallar WikiLeaks ni frenar el torrente de información de los 250.000 cables. Al contrario, estos se han difundido por el mundo entero; no solamente a los cinco periódicos de referencia sino a los cerca de 1100 mirrors (réplicas) que hay ya en la red. WikiLeaks ha conseguido su objetivo, los 250.000 cables se han extendido por el mundo entero.

Los gobiernos también tienen perdida la guerra de antemano. La multitud está en todas partes, como dice la canción de anonymous, las paredes oyen. En la habitación de al lado puede haber un anónimo. Tu cónyuge puede serlo. Imposible detectarlo. A las tres famosas cosas que no dejan huella (el pájaro en el aire, el pez en el agua y el hombre en la mujer) hay que añadir hoy el internauta en el ciberespacio. La única forma que se me ocurre por la que los Estados y los gobiernos podrían pensar en contraatacar a la multitud en pie de guerra es infíltrándose en ella al amparo del anonimato. Llenarla de algo parecido a los trolls pero no exactamente porque la misión de estos es desconcertar y la de los infiltrados sería la de conducir a la multitud por otro sendero.

Con todo esto es harto difícil porque si el discurso de la revolución y la emancipación es claro y directo. el de la reacción y la sumisión es oscuro y torcido.

(La imagen es una foto de alyceobvious, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 12 de desembre del 2010

El partido del orden.

El rasgo más característico del discurso de la derecha en España es que no guarda relación inteligible alguna con la realidad. No es un discurso que la defienda, la afirme, la describa, la niegue, la rechace o la disfrace, no; es que la ignora. Solamente en la mayor ignorancia de la realidad puede entenderse que Rajoy dijera el otro día en la clausura de un encuentro nacional de presidentes provinciales e insulares de su partido que éste debe ser exigente ante la corrupción. Y que lo dijera en presencia del presidente del PP de Alicante, José Joaquín Ripoll, imputado en el caso Brugal, por el que se investigan delitos de soborno, extorsión y tráfico de influencias en la adjudicación de contratos públicos en concursos de gestión de los servicios de recogida de basuras en varias localidades alicantinas. Es decir, Rajoy hablaba como si Ripoll no estuviera allí escuchándolo, como si el PP no estuviera trufado de casos de corrupción. Y no sólo parece ignorar la realidad sino que lo reconoce, como cuando afirmó hace unos meses que ni siquiera sabía si Camps estaba imputado en el caso de los trajes. Debe de ser el único español que desconozca algo tan notorio. Cabe suponer que el presidente del PP ignora la situación procesal de una buena parte de su partido, tanta que no es exagerado pensar que se trata no de presuntos delitos cometidos por unos u otros militantes y cargos sin conexión entre ellos, sino de verdaderas estructuras partidistas erigidas para esquilmar los caudales públicos en complicadas redes de las administraciones y empresas privadas a beneficio de cargos del PP que trincan lo que pueden, empresarios sinvergüenzas que pillan la pastuqui y la colocan en paraísos fiscales o la blanquean en los EEUU y del propio PP que se financia ilegalmente. Todo ello supuesto, por supuesto.

No son casos aislados sino una posible compleja trama de la que los ejemplos más llamativos son:

  • El caso Jaume Matas en Baleares, con sus palacetes y presuntas malversaciones.
  • El caso Gürtel ramificación Madrid con presunta financiación ilegal a través de Fundescam.
  • El caso Gürtel, ramificación Valencia, con presuntos expolios a cuenta de la visita del Papa en 2006, con una pastuqui afanada de más de cinco millones de euros; entre otros.
  • El caso Fabra, una historia con visos de realismo mágico en la forma de una estirpe de cuatro generaciones de caciques presidentes de la Diputación de Castellón.
  • El caso Ripoll y la contrata de la recogida de basuras en la provincia, una presunta práctica en la que el supuesto delito describe simbólicamente el conjunto de ellos y sus partícipes, empresarios o cargos implicados: basura.
  • Muchos otros casos menores en multitud de municipios o colaterales, como las supuestas corruptelas de los gobiernos de Murcia y Castilla y León, ambos del PP.

El PP aparece como un partido minado por la corrupción. Y con una actitud frente a ella de típica doblez: mientras exige la dimisión de cualquier cargo del PSOE que aparezca imputado en algún proceso penal, al tratarse de los suyos confunde la responsabilidad penal con la política y no toma medida alguna. Es más, en las próximas elecciones de 2011, habrá numerosos casos de candidatos del PP imputados en causas judiciales penales. Los imputados del PSOE deben dimitir ipso facto; los del PP deben ser elegidos en cargos de responsabilidad. Así es posible que algún candidato haya de interrumpir su campaña electoral para comparecer ante el juez y puede que la proclamación como cargo electo coincida con su condena. Es obvio que, aunque no medie sentencia condenatoria, políticamente no es presentable que haya candidatos sentados en el banquillo de los acusados.

A lo anterior une el PP el mayor índice de machismo de la política ibérica. Las famosas declaraciones del alcalde Valladolid sobre Leire Pajín son como un eco de las muchas de ese tenor que hacen los tertulianos de la derecha, a veces rayanas en la pederastia. Todo ello se quintaesencia en el famoso apotegma de Aznar, receta de valor mundial, de que a él le gusta la mujer, mujer que, dentro de su estulticia, trasluce con claridad el espíritu del dicente.

Y no sólo machismo. En el partido hay un componente xenófobo fuerte. El famoso vídeo electoral en el que se veía a la candidata del PP a la Generalitat, Alicia Sánchez-Camacho, matando inmigrantes e independentistas y que el partido hubo de retirar, sosteniendo que era un error. Con ello diagnosticaba correctamente el mal pero equivocaba el paciente. El error no es el vídeo; el error es el PP.

Minado por la corrupción, machista y xenófobo es el partido político que saca casi veinte puntos porcentuales en intención de voto al PSOE. Ese es el drama de la democracia española.

(La imagen es una foto de PP Madrid, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 11 de desembre del 2010

Por qué debemos defender WikiLeaks.

I

Por la libertad de expresión. Elemento esencial de la condición humana, algo sin lo cual la vida se degrada. Piedra angular de la cultura occidental. Fundamento mismo de los EEUU a través de la 1ª enmienda de la Constitución y que los EEUU de ahora parecen dispuestos a quebrantar al perseguir a Assange por ejercerla ¿Hasta dónde cabe defender este derecho? Hasta donde sea humanamente posible. Es cierto que la libertad de expresión no es un derecho absoluto. No hay derechos absolutos. Pero debe acercarse cuanto pueda a serlo. Los límites a la libertad de expresión deben estar justificados por algo más que por la mera invocación de los secretos de Estado, especialmente por cuanto, digan lo que digan las autoridades norteamericanas, los secretos revelados no afectan a la seguridad nacional sino, si acaso, a la imagen de los EEUU y de muchos otros países, organizaciones, personas, etc.

II

Por la libertad de circulación. La naturaleza de internet permite hablar de circulación y no solamente de la de las ideas en un mundo tradicional. Internet es un espacio nuevo, distinto, un continente inmenso aún por explorar que acaba de emerger o, mejor, una nueva mar océana. ¿No se habla de navegar en la red? ¿No son los usuarios internautas? ¿No utilizan para sus desplazamientos navegadores? En esa mar océana virtual no solamente circulan ideas sino órdenes, proyectos, ataques, contraataques; hay logística y combate. Y si algo cabe defender aquí es la vieja doctrina de la libertad de los mares. Las interferencias en esa libertad son actos de piratería. Con todos los respetos, lo que los EEUU están tratando de hacer es un acto de piratería. Por eso, los neocons (en sentido inglés) más cons (en sentido francés) insisten en que se declare a Assange enemigo combatiente lo que en román paladino quiere decir que pueden secuestrarlo y encerrarlo en Guantánamo, por ejemplo, privado de los más elementales derechos civiles.

La verdad, produce sonrojo ver que quienes se muestran dispuestos a cometer tal atropello afean a la República Popular China que haga lo propio con su propio disidente, Liu Xiaobo, a quien ha condenado y, por lo menos, mejor o peor, ha juzgado. Aquí, en el Occidente de las libertades, los jueces brillan por su ausencia o por su servilismo. ¿Qué juez ha ordenado el cierre de sitios web de WikiLeaks, su dominio, su alojamiento en hosts y servidores, Amazon, etc? ¿Sólo puede navegar por la red quien se pliegue a los EEUU?

III

Porque es en donde debe estar la izquierda. Puesto que la lucha está en donde está y no en otra parte. WikiLeaks quiere decir libertad de expresión, trasparencia, rendición pública de cuentas, revelación de corruptelas, de conjuras, de delitos en contra de los intereses del común. Todos ellos objetivos típicos de la izquierda, al menos en teoría. Otra cosa es la práctica, cuando la izquierda ocupa los gobiernos y su teoría muda. Cierto que hay quien dice que si la izquierda cambia cuando accede a los gobiernos es porque no era "verdadera" izquierda. Pero esta es una pelea propia de la casa que ya aburre a las ovejas que apacientan las ovejas. El hecho desnudo es que la vieja teoría según la cual para transformar el mundo hay que estar en el gobierno porque, de lo contrario, te consumes en la irrelevancia, ya no funciona: el que no está en el gobierno es irrelevante a la hora de reformar la sociedad; y el que está, también. Los gobiernos ya no cambian nada, carecen de margen de acción (sin duda, unos más que otros), a merced de fuerzas económicas y financieras y coyunturas económicas que no controlan y contra las que nada pueden.

Por supuesto, estar en el gobierno es mejor que no estar. Pero es quimérico y erróneo concentrar toda la atención de la izquierda en la acción de gobierno. Hay nuevos actores, un nuevo territorio en la sociedad civil en el que la acción es más importante que en el ambito político-estatal.

El capitalismo, en su desarrollo frenético, ha acabado convirtiendo en mercancía y mercancía al alcance de todo el mundo la información, toda la información. Recuérdense las famosas autopistas de la información, de Al Gore. ¿Por qué hay que exceptuar la información relativa a los secretos de Estado? Sobre todo teniendo en cuenta que es el propio Estado el que decide qué es y qué no es secreto.

Al poner la información al alcance de todo el mundo, el capitalismo difunde el poder entre la gente, empowers the people, apodera a la gente. El poder está más en la gente que en los gobiernos. Pero tiene que aprender a usarlo. Esa es tarea de la izquierda: aumentar su propia digitalización, que es muy escasa, e irrumpir en el mundo virtual en busca de la perdida hegemonía ideológica que le ha arrebatado la derecha a través de los medios de comunicación tradicionales. Los medios clásicos son abrumadoramente de derecha porque es la derecha la que tiene el dinero. Basta con mirar las TDTs, todas de derecha.

La izquierda debe concentrarse en internet, más al alcance de sus posibilidades y con las mayores posibilidades de difusión. Es el propio capitalismo el que juega a favor de esto, desde el momento en que está interesado en que haya acceso universal a la red ya que tiene que vender computadoras y todo género de gadgets tecnológicos, todos ellos conectados a la red.

IV

Porque defender WikiLeaks es defender internet. O sea, defendernos a nosotros mismos, defendernos de los yugos que nos quieren poner las "gentes de la hierba mala", como decía Miguel Hernández.

(La imagen es una foto de Flopod, bajo licencia de Creative Commons).